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- Ciclos biogeoquímicos en el Desierto de la Tatacoa:

Ciclo Biogeoquimico:

Ciclo biogeoquimico del fosforo.

Ciclo biogeoquímico del nitrógeno

Ciclo biogeoquímico del agua

Ciclo biogeoquímico del carbono

Ciclo biogeoquímico del oxigeno

CONCLUSIÓN

-El Ecosistema y los ciclos Biogeoquímicos, están altamente relacionados con la naturaleza, ya que,
sus ciclos, su temperatura y su ubicación, Viven todos los días inmersos en nuestro planeta tierra,
haciéndolo funcionar de una manera natural.

Teniendo en cuenta lo anterior, podemos decir que, El Ecosistema es todo lo que nos rodea, por lo
cual es muy importante su aprendizaje y su comprensión. Sus ciclos se basan en las maneras:
factores bióticos y factores abióticos -Los ciclos Biogeoquímicos son todos los químicos que circula
constantemente permitiendo la vida sobre el planeta llegándose a la conclusión, de que sin el
ecosistema, ni los factores Biogeoquímicos, la vida en general, definitivamente no existiese

de igual forma, se denomina ciclo biogeoquímico al movimiento de cantidades masivas de


carbono, nitrógeno, oxígeno, hidrógeno, calcio, sodio, sulfuro, fósforo y otros elementos entre los
seres vivos y el ambiente (atmósfera y sistemas acuáticos) mediante una serie de procesos de
producción y descomposición, e intervienen en un cambio químico, dichos ciclos de los elementos
mantienen una estrecha relación con el flujo de energía en el ecosistema, ya que la energía
utilizable por los organismos es la que se encuentra en enlaces químicos uniendo los elementos
para formar las moléculas.

Un ecosistema es el sitio en donde se dan las condiciones necesarias para el desarrollo de la vida
animal, vegetal y humana. Cada ecosistema posee características diferentes, ya que la diversidad
de flora y fauna es muy grande y están desarrolladas en función a las particularidades del medio en
el que viven. Además, los seres encuentran en los ecosistemas en donde viven todo aquello que
necesitan para subsistir. Dichos ecosistemas se clasifican en:

Acuáticos: son lo que están compuestos por flora y fauna que vive en el agua. Cada uno de estos
ecosistemas posee característica diferente de acuerdo en al región del continente en donde se
encuentren (ya sea la antártica, caribeña o africana, sólo por citar algunos ejemplos). Los
ecosistemas acuáticos pueden desarrollarse en cualquier espacio de agua, por lo que no influye el
tamaño del lugar (puede ser en un océano, una laguna, un estanque o un mar).

Aéreos o terrestres: estos ecosistemas se desarrollan en las zonas en donde los organismos que lo
componen viven y se desarrollan en el suelo, pero el aire que lo circunda pertenece a ese mismo
espacio terrestre.

Una de las particularidades de los ecosistemas terrestres es que su formación dependerá de otros
elementos como el clima, el suelo y los efectos de la temperatura, provocando así la formación de
desiertos, selvas o bosques, entre otros.

Problemática ambiental:

Al iniciar este trabajo en la Tatacoa quedamos desconcertados por la forma en que el uso de

esta área se intensificó en la última década, en tanto que la población que habita la zona

disminuyó. Una situación que, en un primer momento, nos pareció contradictoria. Luego

entendimos mejor lo que está pasando.

La densidad de la población es muy baja: 1 y 2 habitantes por Km2 (tabla 1). Entre 2004 y 2010

el número de habitantes disminuyó en las veredas del centro de la Tatacoa en 19.5% (figura 1).
Más del 90 % de la población de la Tatacoa está concentrada en las cabeceras municipales y en

las veredas donde están ubicados los distritos de riego (tabla 1). El centro del desierto tiene

menos de 500 habitantes.

El decrecimiento de la población ha hecho que no tengan suficientes niños para mantener

abiertas las escuelas de educación primaria. Muchas han cerrado. Incluso los profesores traen

niños de afuera para completar el número mínimo requerido para mantener abiertos los

colegios. Todos son educados en un solo grupo por un maestro que asigna actividades de

acuerdo a la edad de cada niño. Algunas escuelas no tienen agua ni luz. No hay educación

secundaria. Los jóvenes que estudian bachillerato tienen que ir al pueblo más cercano y la

mayoría no regresa al desierto porque, según dicen, no tienen oportunidades.

El ingreso familiar no llega a un salario mínimo. Los servicios públicos son marginales. Cocinan

con leña que sacan “del monte”. Sólo 10 % de la población del desierto está conectada a la red

de energía eléctrica (USCO 2006). Como en otras regiones del país, el tamaño de las parcelas

no es suficiente para sostener a los padres y a los hijos. Aun en las zonas aledañas, donde hay

distritos de riego, se observa este hecho.


Ganadería:

Como ecosistema seco, la Tatacoa comparte con otras regiones del mundo algunas

características naturales y sociales. La ganadería suele ser una actividad común en estos

ecosistemas dada la alta calidad del forraje (Wyngaarden 1985); actividad que se combina con

cultivos menores (figura 2).

Las fluctuaciones en la precipitación durante el año hacen que varíe enormemente el forraje

disponible para los animales. La cantidad producida durante el periodo húmedo debe servir

también durante el siguiente periodo seco. Las variaciones entre años húmedos y secos

determinan el forraje disponible. Por seguridad, la capacidad de carga para la ganadería,

entendida como la biomasa de herbívoros por área que puede crecer de manera sostenible, se

suele calcular con base en el forraje disponible durante el periodo seco de un año seco

(Wyngaarden 1985); es decir, considerando las condiciones ambientales más limitantes. Así se

evita el deterioro del ecosistema por sobrepastoreo y las pérdidas de ganado durante las

peores épocas.

En muchos lugares del mundo las fluctuaciones en la disponibilidad de forraje han dado origen
a la trashumancia o al nomadismo. Las personas migran con su ganado siguiendo las lluvias y el

forraje que ellas generan. El ganado se mueve hasta cientos de kilómetros durante las

diferentes estaciones. Con la titularización privada de la tierra este sistema está

desapareciendo poco a poco. En la Tatacoa la única propiedad colectiva es un pequeño

resguardo indígena ubicado en el límite norte cuyo manejo se hace como si se tratara de fincas

privadas. Esta tierra se solicitó por personas que consideraron que los indios Pijaos eran sus

antepasados. En consecuencia nunca hubo nomadismo o trashumancia.

Hace diez años había ganado caprino ramoneando la vegetación baja y abierta del desierto. Los

poseedores de la tierra, no los dueños, los tenían como fuente principal de proteína. También

había ganado vacuno en su mayoría perteneciente a los propietarios de la tierra. Utilizaban

razas locales de Cebú, bien adaptadas a estos tipos de ecosistemas, y mantenían el mayor

número de animales que podía sobrevivir.

En años secos se cortaban las hojas de los árboles para nutrirlos y en los muy secos perdían

algunos animales. Es decir, la carga excedía la capacidad productiva del ecosistema durante

periodos cortos. En años húmedos, con una gran disponibilidad de forraje, incluso se aceptaba

y aún se acepta ganado al mayor valor. Gente de afuera les entrega los animales a los

propietarios y comparten las utilidades del crecimiento y del engorde.

En los últimos tiempos este modelo de ganadería tradicional ha sido reemplazado por una

ganadería más intensiva y tecnificada. Hay una nueva generación de propietarios; personas

que adquirieron la tierra y que no habitan el desierto. Usan razas altamente productivas como

la Brahman y cultivan forraje adicional con pasto de corte o bancos de proteína de Leucaena

leucocephala regados con el agua extraída de pozos profundos. El número de animales por

unidad de superficie varía mucho. Pero tienden a manejar el máximo posible dada las

condiciones ambientales de cada momento. Cuando se acaba el forraje en el periodo seco,

llevan los animales en camión a otras fincas fuera de la Tatacoa dejando el área arrasada.

Según lo expresado por los pobladores de la zona, estos nuevos dueños de la tierra le han
prohibido a muchos de los poseedores seguir criando sus animales para así disminuir la

competencia por los recursos naturales. Por cada 10 o 15 ovejas y cabras menos, se puede

tener una vaca adicional. La figura 3 muestra la diferencia entre una ganadería más tradicional

y una más intensiva en relación al manejo de la capacidad de carga.

En 2010, año especialmente seco por el fenómeno del niño, la vegetación fue completamente

arrasada. Las consecuencias ambientales de los dos sistemas son diferentes. En los sistemas

tradicionales hay sobrepastoreo en años secos y pérdidas de vegetación leñosa. Pero en años

húmedos la vegetación se puede recuperar un poco. En el sistema más tecnificado el

sobrepastoreo es casi permanente y no hay posibilidad de recuperación de la vegetación. A

largo plazo esto generará una desertificación aun más grave. A menos vegetación, más erosión,

menos capacidad productiva del suelo y más escorrentía (Kooiman 1987, Chow et al. 1988). El

material arrastrado del centro de la Tatacoa irá hacía las zonas más bajas donde están los

distritos de riego.

Extracción de leña y postes


La cobertura vegetal no sólo se destruye por el sobrepastoreo. También se talan los árboles. La

ganadería necesita madera para cercas. En este momento hay, al menos, 1500 km de cercas en

el área de estudio. Su mantenimiento necesita alrededor de 60.000 postes por año. La especie

utilizada para hacerlos es Pseudosamanea guachapele, conocida localmente como Igua o

Iguamarillo, presente sólo en los bosques que rodean las quebradas y los ríos, o como árbol de

sombra en cultivos de cacao.

Para satisfacer la demanda por postes se necesita cortar todos los árboles grandes en, al

menos, 200 hectáreas por año. Los árboles necesitan 50 años hasta alcanzar un buen porte. Se

requerirían 10.000 hectáreas para que el sistema sea sostenible. Pero las vegas de los ríos y

quebradas con cobertura de bosque o con sistemas agroforestales cubren 4.400. No hay

manera de que la explotación sea sostenible. Estos bosques desaparecerán. Las vegas se están

usando también para agricultura.

Toda la población rural de la zona de estudio usa leña. Y de los centros poblados, sólo las

cabeceras municipales tienen acceso a gas natural. Los poblados más pequeños, como Polonia,

La Victoria y Potosí, todavía usan leña. Con base en los datos del Plan de Acción Forestal para

Colombia (Departamento Nacional de Planeación 1989) estimamos las cantidades contenidas

en la tabla 2. Al contrastar la oferta y la demanda, el balance dendroenergético es positivo para

la mayoría de la zona. Únicamente en La Victoria el balance evidencia un posible déficit.

Apropiación humana del agua del desierto

En la Tatacoa hay varias fuentes de agua. Hay ríos mayores, permanentes y estacionales;

nacederos; pozos profundos y jagüeyes (figura 4). También hay cinco distritos de riego: Potosí,

La Victoria, San Alfonso, El Porvenir y El Doche.


Los nacederos están distribuidos por todo el desierto con una densidad aproximada de uno por

cada 1 a 5 Km2

. El caudal suele ser de un litro por segundo o menos. La totalidad de los

nacederos está siendo utilizada para consumo humano y animal, riego y recreación. El agua es

transportada por mangueras hacia puntos de almacenamiento que en general están

recubiertos cuando son fuente para consumo humano. En algunas zonas con ganadería

tecnificada se han hecho también pozos profundos y jagüeyes que represan agua lluvia. Lo

cierto es que toda el agua de la Tatacoa está siendo utilizada hoy en día para uso humano.

Asesinato de fauna

En condiciones de sobrepastoreo los herbívoros silvestres carecen de forraje y los carnívoros,

de presas. Están arrinconados, hecho que se agrava dada la cacería. La apropiación completa

del agua para la ganadería y el consumo humano deja a la fauna sin acceso a este recurso tan

vital para ellos, como para los seres humanos. No sorprende que se acerquen a las viviendas en

busca de agua y comida, principalmente aves de corral o algunas frutas. Allí son masivamente

exterminados con veneno o a tiros. Otros mueren atacados por las mascotas. Cada familia
entrevistada ha matado zorros y onzas. Hablan de cientos. El uso de veneno es una práctica

masiva para librarse de esos “pajaritos dañinos”, como los llaman.

Cada animal doméstico o cada cultivo que poseen los habitantes del área son muy importantes.

La gente vive en condiciones difíciles. No sorprende, entonces, el conflicto con la fauna del

lugar. Lo que queda claro es que, una vez más, la conservación biológica en áreas pobladas por

seres humanos tiene pocas probabilidades de éxito.

Extracción de Fósiles

La Tatacoa contiene uno de los depósitos más importantes de fósiles de país. Se conoce como

la “Fauna de La Venta”. Se sabe que hay extracción de fósiles aunque no se conoce la

dimensión del problema (Universidad Nacional de Colombia 2006). Los habitantes de Villavieja

ofrecen fósiles a los turistas. El estudio establece los sectores específicos donde los hallazgos

han sido más abundantes; si bien deja claro que en cualquier sitio de la Tatacoa se pueden

encontrar fósiles. El caso del Doche es un ejemplo de que tal afirmación es correcta. En el

piedemonte del Filo Saltarén se encontró un Megaterio. Se trata del fósil de un perezoso

gigante de aproximadamente 1.5 toneladas y hasta 3 m de altura. Extinto, claro.

Exploración y explotación petrolera

La explotación de petróleo se ha hecho por bastantes años en la zona. Hay varios pozos en

producción. También se ha aprobado, no hace mucho, la exploración de una parte importante

de la zona (figura 5). Según la información disponible en la página de la Agencia Nacional de

Hidrocarburos (2010), dos nuevos convenios de explotación y exploración fueron aprobados en

2009.

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