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ANTROPOLOGÍA FILOSÓFICA

Una introducción a la filosofía del hombre


Introducción

Justifica la razón del libro, motivaciones y puntos relevantes de su


quehacer intelectual, y define la manera de la exposición, así como su
estructura: 4 apartados. La metodología será siempre filosófica, aunque a
la luz de la revelación divina, es decir, utiliza la teología, pero siempre en
razón de la filosofía. No descarta la intervención teórica de los griegos,
Aristóteles, Platón, Sócrates, y el pensamiento medieval –básicamente el
de Tomás de Aquino–, para dar cuenta de la pregunta sobre ¿qué es el
hombre?, ¿cuál es su esencia?, a ver si acaso se puede contemplar una
respuesta, considerando el punto socrático más importante y directriz en
los temas de antropología: “conócete a ti mismo”.

Aristóteles define al hombre como un animal racional, esta definición


tiene un matiz eminentemente lógico, así como implicaciones
ontológicas: es racional, esto refleja lo esencial del hombre que es cuerpo
espiritualizado y a su vez un espíritu en el mundo; esta racionalidad y
espiritualidad explican la raíz de la libre espiritualidad del hombre y su
apertura al mundo.

ESTATUTO CIENTÍFICO DE LA ANTROPOLOGÍA FILOSÓFICA

Naturaleza, objeto y método de la antropología filosófica

1. La pregunta sobre el hombre

“Todos los hombres desean saber”, dice Aristóteles en su Metafísica,


dando cuenta de cómo el ser humano desde siempre ha tenido esa
fascinación por querer definirse, ¿quién soy?, ¿qué hay después de la
muerte?, etc. El Papa Juan P. II decía que, tanto en oriente como occidente,
en la carrera histórica, se han planteado la búsqueda de la verdad y
progresivamente, cuando pensaban haberla encontrado, se enfrentaban a
ella, y aquí interviene la autoconsciencia: mientras más conoce su
realidad, más conscientes son de sí mismos. En el templo de Delfos estaba
la inscripción del conócete a ti mismo, la máxima que grafica estos afanes
griegos y, propiamente humanos.
Ante la pregunta fundamental sobre el hombre, han respondido San
Agustín, Sófocles, Ezra Pound, etc., lo cual no debe llevarnos al
escepticismo y creer que no hay respuesta a esta pregunta, sino más bien
considerar que la respuesta será parcial, aunque no por ello menos
verdadera.

Marcel considera que el hombre es un misterio y no un problema, porque


este último se responde extrínsecamente, pero el misterio se resuelve
desde dentro, intrínsecamente, porque el hombre es uno de los elementos
que forman parte del problema. Kant, por su parte, define 3 preguntas
importantes “Qué puedo conocer (metafísica), qué debo hacer (ética) y
qué puedo esperar (religión), pero estas se reducen a la pregunta ¿QUÉ ES
EL HOMBRE?” No olvidemos que el hombre no es el fundamento último,
sino que se debe a otros, se remite al ser, al bien, la verdad, a Dios, pues
él mismo ha de ser entendido desde otros planteamientos.

2. Delimitación del término Antropología

Etimológicamente el término Antropología posee una ambigüedad


semántica, puesto que otras disciplinas como la Psicología, tienen como
objeto de estudio al hombre. Anthropos: hombre, logos: tratado.
Distinguimos 3 tipos de disciplinas en la Antropología:

1. Antropología natural o física: La paleoantropología, realiza el


tratamiento sistemático de las razas humanas y de su origen,
estudia los rasgos corporales, morfológicos y fisiológicos, pero esto
es insuficiente puesto que no alcanzan los aspectos espirituales del
mismo.
2. Antropología cultural o social: También denominado etnografía,
ciencia que estudia los modelos típicos del comportamiento de un
grupo humano, para descubrir los códigos o hábitos tanto en el
lenguaje como en las acciones, en las técnicas, su filosofía, su arte,
su religión. Objeto de estudio: Efecto y obras objetivadas del
espíritu humano, pero no estudia directamente la esencia del
hombre.
3. Antropología filosófica o Filosofía del hombre: Estudio
sistemático del hombre por sus causas últimas y principios
esenciales del ser y obrar humanos. Estudiar al hombre en su
globalidad. Se utilizará el término Filosofía del hombre para evitar
la ambigüedad del término.
3. Objeto de estudio de la Antropología Filosófica

Aquí se plantea que el objeto para AF es el hombre en su Globalidad,


entendiendo a este en la universalidad. Es cierto que cada uno posee
subjetividad, pero esta singularidad cuando se universaliza, adquiere su
estatus de filosófico. ¿Qué es (esencialmente) el hombre (todo hombre)?
Porque el hombre en sus parcialidades (biológicas, sociológicas,
fisiológicas) es estudiado por ciencias particulares (medicina, sociología,
paleoantropología), pero de lo que se trata es de la esencia, de la
globalidad del sujeto, su existir y su naturaleza. “La AF es la disciplina
que tiene por objeto al hombre estudiado por sus últimas causas y
principios más radicales: estudia al hombre y sus operaciones esenciales
en su globalidad”

Sartre, en su teoría existencialista, menciona que no existe la esencia, o


en todo caso, le da preeminencia a la existencia sobre la esencia. El
hombre es libre de comportarse como un dios o como una bestia; es
gracias a esta libertad que puede forjarse a sí mismo, “hacerse a sí
mismo”.

Una dificultad es el hecho siguiente: ¿puede el hombre ser un sujeto que


estudia y a la vez el objeto estudiado? ¿A caso no se distorsiona al sujeto
cuando lo ponemos como objeto? Max Scheler dice que la persona es
inobjetivable, es un sujeto, no un objeto, porque si no pierde su
especificidad, entonces la única vía para tener una experiencia de la
persona es el conocimiento no-objetivo o empático. Sin embargo, conocer
objetivamente al hombre no significa hacerlo un objeto, sino se trata de
poner al hombre frente mío (obiectum) y a través de su obrar llegar a
descubrir algunos aspectos esenciales que me sirvan para responder la
pregunta de qué es el hombre. Captamos aspectos, no encontraremos una
respuesta plena.

La última dificultad es de carácter epistemológico: el hombre conoce a


través de ideas y representaciones sensibles que me informan de la
realidad, pero qué nos asegura que existe esa realidad objetivamente, esta
es una tesis representacionista, plantea el problema de cómo relacionar
la inmanencia del pensamiento con la trascendencia y objetividad del
mismo.
Según la Gnoseología realista: conociendo mis ideas y conceptos, ya
conozco así la realidad misma. Los conceptos, más que lo conocido es el
medio a través del cual conozco la realidad.

Aplicada la postura representacionista al conocimiento del hombre: el


objeto de la Filosofía del hombre es lo que el hombre piensa de sí mismo,
representación que el hombre tiene de sí mismo. Pero en la historia, todas
las culturas tienen una representación de sí mismos distinta de otras
etnias, así lo piensa el culturalismo, que en realidad se constituye como
un relativismo cultural, pero se trata de superar esto y plantearse el
problema desde la reflexión filosófica, pues trasciende la historia y la
cultura, es metacultural, con la única meta de alcanzar lo universal.

Para acceder a lo esencial del hombre es preciso partir de su obrar, que


es lo más manifiesto en él.

4. La comprensión del hombre como espíritu encarnado

Para hacernos la pregunta sobre el hombre, se debe tener, aunque sea,


una representación vaga de este, Coreth dice “precompresión
orientadora”. Esta posición meramente humana, la de tener al menos
especulativamente una representación de sí mismo, nos hace superiores
al resto de la naturaleza; el hecho de tener miedo a la muerte, amor a la
verdad, deseo de justicia y otras experiencias subjetivas, nos dan cuenta
que, al menos teóricamente, hay en los hombres una dimensión que
trasciende lo instintivo y material: El espíritu.

En la actualidad, a diferencia de las posiciones platónicas y aristotélicas


del hombre, se habla del hombre como un espíritu encarnado o un cuerpo
espiritualizado; lo que nos quiere mostrar es que el hombre es cuerpo y
espíritu, lo que lo distingue del resto de especies.

En la historia del pensamiento se nos ha mostrado las dos grandes


concepciones que se oponen entre sí: el materialismo vs el espiritualismo;
para el primero, el espíritu sería un epifenómeno, una manifestación más
de la materia, el principio del hombre es la materia; para el espiritualismo
el principio de la vida es el espíritu, pero el detalle es que tenemos un
cuerpo y por eso, su problema se reconduce al problema “mente-cuerpo”.
Ambas posiciones son reductivistas, pero el método de la AF, debe dar
cuenta tanto de la dimensión corporal como la espiritual del hombre.
5. El método de la Antropología Filosófica

Método: camino o proceso para alcanzar el conocimiento de algo. Para


conocer la realidad humana hay que recurrir a diversos planos
epistemológicos.

5.1. Los planos metodológicos:


a) Planteamiento clásico: Aristóteles entre otros, considera al
hombre como un ser en el mundo de la naturaleza. Utilizan
la “vía cosmológica” para conocer al hombre El hombre es un
animal racional.
b) Planteamiento moderno: Se fija en el hombre como espíritu
encarnado, lo considera un sujeto personal, irreductible. La
nueva “vía de la consciencia” es una concepción del hombre
construida a partir de la experiencia de la libertad, de la
dignidad y de la intimidad personal.

Sin embargo, hay que saber interpretar el postulado aristotélico: la


esencia de las cosas viene expresada en la definición mediante la
enunciación del género y la diferencia específica, o sea, considera al
hombre en su especie (animal) y lo diferencia específicamente (la
racionalidad) de los demás. Heidegger en un inicio se desapegó de esta
concepción, pero luego explica que no deberíamos considerar una bajeza
en el hombre al considerarlo como un animal racional. Entonces desde
ya, se ve como la corporiedad y la espiritualidad constituyen una unidad.
Esta concepción unitaria del hombre fue formulada por la Escolástica
acudiendo a las nociones de materia y forma: “El alma es la forma
sustancial del cuerpo”, la aplicación del esquema hilemórfico parece
obedecer a un esquema ascendente donde la racionalidad humana
sobresale por encima de los grados inferiores de la vida. Pero Aristóteles
no arroja luces sobre los fenómenos propiamente humanos: la libertad,
amor, emociones, etc. Para acceder a esta realidad distinguimos distintos
planos de estudio:

a) Plano de la exterioridad. Considera de modo experimental al ser


humano, es decir, como un objetivo susceptible de estudio a través
de las ciencias empíricas: psicología experimental, etnografía etc.
Pero el método científico es insuficiente porque el hombre tiene
espíritu; este plano empírico-positivo debe ser integrado con otros
planos epistemológicos, y, sobre todo, leer esos datos empíricos
desde una perspectiva metafísica.
b) Plano de la interioridad: El hombre no solo es susceptible de
estudio a través del método experimental, desde afuera, sino
también desde dentro, y para desentrañar la realidad humana hay
que proceder sobre el plano de la interioridad, describiendo los
estados de consciencia: este es, pues, la metodología
fenomenológica (Husserl), analiza el obrar humano desde la propia
existencia, mediante la descripción de los fenómenos vitales a partir
de la cómo se presentan a mi subjetividad (a la subjetividad del
hombre a quien se estudia)
c) Plano metafísico: Como se mencionó arriba, los resultados de las
ciencias positivas que utilizan el método científico-experimental,
deben ser leídos desde la metafísica, solo así puede integrarse, en
una síntesis los conocimientos de las ciencias biológicas, las
ciencias humanas y las ciencias sociales.1

Es mediante el conocimiento analógico que el ser humano abre las puertas


a la metafísica, en el sentido de que solo podemos plantearnos las
desemejanzas con otras cosas, buscando las semejanzas. Se trata de
considerar que las ciencias empíricas proporcionan una base de
conocimiento afines a todos los seres vivos, pero no agotan a la persona.

Por otro lado, la vía fenomenológica nos abre la puerta al sujeto humano,
pero hay que considerar que no nos basta con inmiscuirnos en el estudio
de los estados de consciencia subjetivos de los sujetos, porque se trata
de la esencia del hombre, es necesario trascender el plano
fenomenológico-descriptivo y existencial para acceder al plano
metafísico.

Entendido así, la AF requiere trascender el plano objetivo y subjetivo para


alcanzar un conocimiento último de la realidad humana; por eso la AF no
se contrapone a la metafísica, se complementan, puesta esta última da
fundamento al concepto de dignidad humana por su condición espiritual.

1
Aquí cita a Choza quien narra un cuento para manifestar la necesidad de la perspectiva
metafísica. El cuento consiste en que unos ciegos sentados al lado de un camino se
toparon con un elefante, cada uno tocaba una parte distinta de su cuerpo y decían, por
ejemplo: esto parece un muro (el que toco el lomo), esto parece una serpiente (el que
tocó la trompa), etc., todas esas afirmaciones son verdad, pero es preciso integrar ese
conocimiento para tener una idea verdadera de la realidad percibida.
5.2. Los pasos metodológicos:

La experiencia es el punto de arranque, tomando en cuenta que hay


experiencia exterior y experiencia interior, no podemos concebir una
experiencia exterior sin que en ella asociemos algo de nosotros
mismos, son dos experiencias indisolubles.

El obrar sigue al ser, la esencia no se descubre inmediatamente, sino a


través del obrar. Por lo tanto, el modo correcto de proceder de la AF
sería a partir de:

 la descripción de los fenómenos y del obrar humanos (sea esta


desde la exterioridad objetivo, o desde la interioridad subjetiva):
Paso 1: La descripción, el análisis fenomenológico –refiriéndose a
la descripción de fenómenos–.
 para pasar después a un análisis inductivo que desvele lo esencial
del mismo: Paso 2: Análisis ontológico, es un momento inductivo.
 por último, mediante un proceso deductivo (vuelta al sujeto
particular) se enriquece el conocimiento de la esencia y del obrar
del hombre. Paso 3: deducir de la esencia del fenómeno otras
propiedades que han de pertenecerle y que no han sido tomadas en
la experiencia.

Por esta razón, puede decirse que el método de la AF es a la vez


DESCRIPTIVO-EXPERIMENTAL (paso 1), INDUCTIVO (paso 2) Y
DEDUCTIVO (paso 3).

Hay que respetar este orden en el modo de conocer, puesto que, por
ejemplo, la antropología deductivista considera la esencia metafísica
del hombre como desconectada del sujeto humano real, que es en
realidad, un ser irrepetible, único.

6. Antropología filosófica, Antropología teológica y Humanismo


cristiano

Las disciplinas de la Antropología son, como se dijo, la positiva, la


cultural y la filosófica, pero estas categorizaciones persiguen un afán
metodológico. También desde la teología se estudia al hombre, de allí
nace la Antropología teológica que estudia al hombre caído y redimido
por la gracia. Un estudio del hombre a la luz de la revelación divina.
Pero esta necesita de una metodología teológica y la AF de una
filosófica, parece constituir una contradicción si queremos hablar de
una antropología teológica basado en el método filosófico; sin
embargo, el Papa JP II, nos dice que la teología en la actualidad no
necesita solo de la filosofía, sino de las ciencias, y sobre todo de las
humanas como base indispensable para responder a la pregunta “qué
es el hombre”.

El núcleo de la antropología cristiana es que todo hombre es imagen y


semejanza de Dios, a partir de eso el hombre es la cima y centro de
todos los bienes creados, un ser social y relacional, es capaz de
trascender la muerte pues su alma es inmortal. El carácter finito de la
persona humana que reclama la infinitud que colme sus deseos de
felicidad muestra que todo hombre posee al menos implícitamente el
deseo de Dios.

Si Dios ha situado al hombre como su creación perfecta, de esta


manera podemos hablar de un humanismo cristiano abierto a la
trascendencia. Al adentrarnos en el estudio de quien es la imagen y
semejanza de Dios, no lleva, pues, también a conocer al ser de quien
es semejante: Dios, y al conocer a Dios, conocemos a su creación, que
es su imagen y semejanza.

DARWIN GONZALES

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