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II.

Italia
4. SIGLO XIX
(i) Período neoclásico y revolucionario. Durante la última parte del siglo XVIII se
combinaron muchos factores para acercar entre sí a los géneros serio y buffo,
terminando de producir, finalmente, la especie semiseria, que contiene elementos de
ambas…
(ii) La época de Rossini (1813-1830). El logro supremo de Rossini fue haber dado a la
ópera italiana una nueva identidad – aunque estrictamente nacional – en parte a través
de un instinto certero por la forma, en parte a través de la singular fuerza de su
personalidad musical. El molde que legó a sus seguidores duró, con modificaciones,
hasta mediados de siglo e incluso más allá. Bajo el ‘código Rossini’ los lenguajes de la
comedia y de la tragedia son uno solo, como puede constatarse en el hecho que una
misma obertura servía para ambos géneros – por ejemplo, La pietra del paragone
(Milán, 1812) y Tancredi (Venecia, 1813), y para Elizabetta, Regina d’Inghelterra
(Nápoles, 1815) e Il barbiere di Seviglia (Roma, 1816). Tienen la naturaleza de una
tarjeta de visita, todas con un diseño similar: introducción lenta, seguida por un Allegro
de corte sinfónico, pero sin desarrollo y un crescendo después del segundo tema. En la
época del virtuosismo vocal, Rossini frenó la libertad de los cantantes no sólo al escribir
por completo el tipo de embellecimiento que el cantante-estrella se esperaba que
hiciese, sino por haberlo integrado a su pensamiento musical. El resultado es un estilo
ornamentado y complejo en la superficie, simple, fuerte e incluso refinado por dentro.
Con Rossini la unidad formal básica ya no fue más el número formal separado sino las
scene [escenas] (es decir, el período durante el cual el mismo número de personajes
permanece en el escenario); incluye también los momentos previos a la entrada del
personaje central. Cada una de las escenas tiene incrustados uno o más números
formales. Unos pocos modelos básicos se pueden mencionar:
(a) ‘Introduzione e cavatina’. Está estructurado por un coro de apertura con la posible
intervención de un personaje secundario, la entrada del personaje principal, con un
recitativo declamatorio seguido por un movimiento lento y lírico de estructura
esencialmente periódica en dos partes; un nuevo coro con una posible intervención del
personaje principal, un movimiento final, en tempo rápido (se conoce como ‘cabaletta’),
también periódico, expuesto dos veces con la intervención de un ritornello y coda,
ambos fortificados por el coro.
(b) ‘Scena e dueto’. Después de un diálogo en forma de recitativo, ambos personajes
prosiguen con un movimiento allegro, en el que cada uno tiene su propia cuarteta doble,
caracterizada temáticamente pero de diseño irregular, en el que el énfasis melódico se
traslada de la voz a la orquesta y al revés. El equilibrio formal luego es restaurado por
una frase cadencial. Luego, el movimiento modula con los cantantes (en diálogo)
alcanzando una semicadencia en una nueva tonalidad. Esta da lugar a un nuevo
movimiento lírico durante el cual las voces se vinculan en forma de cadena de sextas y
terceras paralelas, aunque por lo general, cada personaje expresa sus propios
pensamientos. La sección finala veces, posterior a una transición durante la cual
ocurre algo que altera el ánimo de los personajeses una especie de cabaletta, con la
melodía cantada por los dos cantantes en sucesión y, luego, después de un ritornello,
juntos, sea al unísono, armónicamente o con cada frase en diálogo.
(c) ‘Finale’. Este puede estar construido con varios movimientos, de los cuales los
cuatro últimos se presentan del siguiente modo: primero, un movimiento rápido que
consiste de ‘parlanti’ (es decir, declamación contra una melodía orquestal). , durante el
cual la acción se impulsa hacia adelante; éste en general está construido sobre una figura
instrumental que se desarrolla de modo secuencial. Súbitamente la acción se detiene y la
música desarrolla un ‘largo concertato’, un soliloquio múltiple de estructura de partes
complejas, a veces en forma de un ‘canon falso’; a veces conducido por un cantante con
el resto entrando al final de la primera estrofa. Después de la cadencia final, se retoma el
primer movimiento, y con éste, la acción dramática. El movimiento final nuevamente es
estático en el carácter, pero donde antes era un concertato lento y expresivo, ahora es
uno bullicioso y brillante
Budden, J.: “Período neoclásico y revolucionario”, “La época de Rossini, 1813-
1830”, en “Opera”, enThe New Grove, 1980 (II. Opera, §II, Italy - 4.
19th century (i, ii)[traducción de cátedra].

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