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Escuela “Profesor José

Romero y Fuentes”
Lengua materna
Nombre del alumno:

Alejandro Ortiz Esquivel


Profesor: René González
Maldonado.
Practica: “Analizar fabulas
y refranes”
Ámbito: Literatura
Grado: 5° “C”
Compendio
de
Fabulas
La liebre y la tortuga
Una vez, una liebre se burlaba de las patas tan cortas y de la
lentitud al caminar de una tortuga, sin embargo, esta no se
quedó callada y se defendió lanzando una risa y diciéndole a la
liebre: – Puede que seas muy veloz amiga liebre, pero, estoy
más que segura de que podré ganarte una carrera.

La liebre, sorprendida por lo que le dijo la tortuga, aceptó el reto


sin pensarlo dos veces, ya que ella estaba muy segura de que
ganaría a la tortuga a ojos cerrados. Entonces, ambos propusieron a la zorra, que
fuese ella quien señalase el camino y la meta.

Días después, llegó el esperado momento de la carrera, y al sonar la cuenta de tres,


se inició la carrera de estos dos contendientes. La tortuga no dejaba de caminar y
caminar, pero a su lento paso, avanzaba tranquilamente hacia la meta.

En cambio, la liebre, corrió tan rápido que dejó muy atrás a la tortuga. Al darse la
vuelta y ya no verla, la liebre vio seguro su éxito sobre la carrera y deicidió echarse
una siesta.

Poco después, la liebre despertó y vió si por atrás seguía sin llegar la tortuga, pero
al mirar hacia la meta, vió a la tortuga muy cerca de la final, y en un intento
desesperado por correr lo más veloz que pudo, la tortuga llegó y ganó.

Moraleja: la enseñanza es que las metas se consiguen poco a poco, con trabajo y
esfuerzo. Aunque a veces parezcamos lentos, el éxito llegará siempre.
El león y el ratón
Érase una vez un león que estaba descansando en la
selva, después de un día de caza. Era un día caluroso y
solo le apetecía dormir.

Cuando se encontraba más cómodo, llegó un ratón


haciendo mucho ruido. El león era tan grande que ni si
quiera se percató, pero el ratón empezó a subir por su
nariz.

El león se despertó con muy mal humor, empezó a gruñir, y agarró al ratón,
preparándose para comerlo.

“¡Perdóname!” suplicó el pobre ratón. “Por favor déjame ir y algún día


seguramente te lo pagaré”.

Al león le resultó divertido pensar que un ratón podría alguna vez ayudarlo. Pero
fue generoso y finalmente lo liberó.

Algunos días más tarde, mientras acechaba a una presa en el bosque, el león
quedó atrapado en la red de un cazador.

Era incapaz de liberarse y rugió fuerte para pedir ayuda. El ratón reconoció la voz
y acudió rápidamente para ayudarlo. Mordió una de las cuerdas que ataban al león
y este se liberó.

Entonces el ratón dijo:

“Incluso un ratón puede ayudar a un león”.

Moraleja: no menosprecies lo que pueden hacer los demás. Aunque parezca lo


contrario todos te pueden ayudar.
La cigarra y la hormiga
Una cigarra cantaba y disfrutaba durante el verano. Día tras
día se despertaba tarde y sólo se dedicaba a cantar, hasta
que un día algo le llamó la atención.
Un grupo de hormigas pasaban por debajo de su rama
cargando pesadas porciones de comida sobre su espalda,
entonces la cigarra bajó de su rama y le preguntó a una.
-Amiga hormiga ¿por qué trabajas tanto?-
-El invierno se acerca, debemos guardas provisiones para
poder pasar la helada- respondió la hormiga.
A lo que la cigarra luego dijo:
-¡Bah! Trabajar tanto es para bobos, haz como yo, canta y disfruta del verano.
La pequeña hormiga sin decir más nada siguió su camino. En los siguientes días,
la cigarra seguía cantando y muchas veces componía canciones que se burlaban
de su amiguita la hormiga. Pero un día, la cigarra despertó y ya no era verano, el
invierno había llegado. La helada era la peor de todas en muchos años, trató de
abrigarse con hojas de su rama, pero no pudo. Hambrienta buscó comida, pero no
encontró nada. Entonces recordó que su amiguita hormiga había estado
guardando provisiones durante el verano y se dirigió a su hormiguero, tocó la
puerta y la hormiguita salió. Entonces dijo:
-¡Hormiga, ayúdame; tengo hambre y tengo frío, dame refugio y comida!
-¿Pero qué estuviste haciendo todo el verano cigarra?- preguntó la hormiga.
-Cantar y bailar- contestó la cigarra.
-¡Pues si eso hiciste en el verano, ahora baila en el invierno!- Dijo la hormiga y
cerró la puerta.
Mientras, la cigarra arrepentida se alejaba reflexionando sobre la lección que
había aprendido.

Moraleja: la vida consiste en trabajar y descansar. No puedes descansar


demasiado porque más tarde puedes encontrar consecuencias negativas.
Pedro y el lobo
Había una vez un niño llamado Pedro que era pastor y se
llevaba todo el día caminando con sus ovejas.

Un día estaba tan aburrido que comenzó a preguntarse cómo


divertirse. Entonces se le ocurrió gastar una broma, diciendo que
un lobo estaba cerca. Dijo:
-¡Que viene el lobo, que viene el lobo! ¡Ayuda!
Los vecinos del pueblo acudieron rápidamente con palos para
ahuyentar al lobo, pero cuando llegaron al árbol donde se sentaba Pedro, lo
encontraron riendo a carcajadas. Pedro decía:
¡Ja ja ja! ¡Os lo habéis creído!
Los vecinos se fueron a sus casas pensando que era una broma y que no pasaba
nada. Otro día, de nuevo Pedro se encontraba aburrido y volvió con la misma
broma: -¡Que viene el lobo, que viene el lobo! ¡Socoro! ¡Socoro!
Los vecinos volvieron a acudir rápido, con sus palos y preparados para hacer
frente al lobo. Pero se volvieron a encontrar a Pedro riendo, que reía y decía:
¡Os lo habéis vuelto a creer! ¡Qué incrédulos! ¡Ja ja ja!
Esta vez los vecinos pensaron que la broma no era tan graciosa y se fueron
malhumorados a sus casas.
Otro día, Pedro estaba caminando con sus ovejas cuando escuchó un ruido entre
los matorrales. No le dio importancia, pero rápidamente un lobo salió empezó a
perseguir a sus ovejas. Pedro empezó a pedir ayuda:
-¡Que viene el lobo, que viene el lobo! ¡Socorro!
Los vecinos lo escucharon, pero no prestaron atención, ya que pensaban que era
otra broma de Pedro. El lobo pudo atrapar a algunas de sus ovejas y se las llevó
para comerlas con su manada.

Moraleja: no mientas, ya que puede que los demás no te crean cuando digas la
verdad.
El cuervo y el zorro

Había una vez un cuervo que descansaba en un árbol, tras haber


logrado robar un queso de la ventana de una casa.

Cerca caminaba un zorro que olió el fuerte aroma, vio al cuervo y le


dijo:

-¡Hola! Qué buen día hace, además tu plumaje es muy bonito. Le


queda muy bien.

El cuervo se sintió muy bien con lo que le dijo el zorro. Le entraron ganas de
cantar para celebrarlo, abrió el pico, pero entonces dejó caer el queso.

El zorro, sonriendo, corrió hacia el queso y lo atrapó con la boca antes de caer al
suelo.

Moraleja: presta atención cuando alguien te dice cosas bonitas. Puede que sea
por interés.
El niño y los dulces

Era 21 de Septiembre y todos los niños contentos después de un largo


verano, regresaban a las escuelas. Al ser el primer día, la maestra llevó
a clase un bote lleno de chucherías para dar la bienvenida al nuevo
curso escolar. Uno de los alumnos salió el primero corriendo hacia los
dulces.

Una vez que cogió todas las chuches que pudo,al intentar sacar la
mano, el cuello del recipiente no le permitió hacerlo. El niño lloraba y lloraba
amargamente, pero un amigo que estaba cerca le dijo: -Confórmate con coger
solo la mitad y así podrás sacar la mano con los dulces.

Moraleja: no seas egoísta, avaricioso y escoge solo aquello que necesites. Como
bien dice el dicho “quien mucho abarca, poco aprieta”.

Esta fábula enseña a los niños a no ser tan egoístas, una cualidad muy importante
a la hora desarrollar su personalidad. En un mundo en donde la individualidad
prevalece, es bueno desde pequeños que lo niños aprendan a compartir y a ser
generosos con sus iguales.
La pulga y el hombre

Un hombre disfruta de un buen sueño cuando de repente


comenzó a sentir picazón por todo el cuerpo.

Molesto por la situación, buscó por toda su cama para ver qué
era lo que les estaba causando tanta molestia. Tras su
búsqueda encontró a una minúscula pulga y le dijo las siguientes
palabras:

– ¿Quién te crees que eres insignificante bicho, para estar picándome por todo mi
cuerpo y no dejarme disfrutar de mi merecido descanso?

– Contestó la pulga: Discúlpeme señor, no fue mi intención molestarlo de ninguna


manera; le pido por favor que me deje seguir viviendo, ya que por mi pequeño
tamaño no creo que lo pueda molestar mucho. El hombre riéndose de las
ocurrencias de la pulga, le dijo:

– Lo siento pequeña pulga, pero no puedo hacer otra cosa que acabar con tu vida
para siempre, ya que no tengo ningún motivo para seguir aguantando tus
picaduras, no importa si es grande o pequeño que pueda ser el prejuicio que me
causes.

Moraleja: nos enseña a que todo aquel que le hace daño a otra persona, debe
estar dispuesto a afrontar las consecuencias. Ya que cuando uno molesta, agrede
u ofende a otros compañeros, debe saber que sus actos irán seguidos de unas
consecuencias.
El conejo y el cerdo

Había una vez en un colegio un conejo muy presumido


que todos los días llevaba sus zapatitos muy limpios,
relucientes, brillantes.

En su misma clase también estaba el cerdito Peny,


que tenía mucha envidia al conejo por sus zapatos.

Pero el cerdito al vivir en una charca de barro sabía que nunca conseguiría tener
unos zapatos como los de su amigo conejo.

Todos los días limpiaba y limpiaba, pero nada seguían igual de sucios.

Un día jugando en el recreo tenía que hacer una carrera para ver quien era el más
veloz. El cerdito asustado, no sabía que hacer, ya que sus zapatillas no eran como
las de su amigo.

El día de la carrera, el cerdito Peny no se lo pensó, y salió corriendo a la par que


el conejo.

Mientras corría, solo pensaba en ser el ganador y no rendirse nunca, tal y como le
decía su madre.

Al llegar a la meta, todos se quedaron asombrados por la rapidez del cerdito Peny,
no entendían como podía haberle ganado al conejo y sus superzapatillas.

Moraleja: da igual el zapato que lleves, el esfuerzo por conseguir una meta que te
propongas no está en los zapatos sino en ti. Debes ser feliz con lo que tienes,
sentirte a gusto contigo mismo y confiar en ti.
El gato y el ratón

Una vez, un gato muy hambriento vio entrar a su casa a


un ratoncito. El felino, con muchas intenciones de
agarrarlo y luego comérselo, se acercó a la ratonera
para decirle:
– ¡Qué guapo y lindo estás ratoncito! Ven conmigo,
pequeñito, ven… dijo con dulce voz el gato.
La mamá del ratoncito escuchó las intenciones que
tenía el hábil gato y le advirtió a su hijo diciendo:
– No vayas hijito, tú no conoces los trucos de ese
bribón.
El gato insistente le dijo nuevamente al ratón:
– Ven, pequeñito ven. ¡Mira este queso y estas nueces!
¡Todo eso será para ti!
El inocente ratoncito le preguntó de nuevo a su madre:
– ¿Voy mamá?… ¿voy?
– No hijito, ni se te ocurra ir, sé obediente, le dijo nuevamente su madre.
El gato nuevamente volvió a engañarlo diciendo:
– Ven, te daré este sabroso bizcocho y muchas cosas más…
– Puedo ir mamá, por favor te lo suplico – dijo el ratoncito.
– ¡Que no, tontuelo! No vayas. – Insistió la mamá ratona.
-No me hará nada mamá. Sólo quiero probar un pedacito… – dijo por última vez el
ratoncito, y sin que su madre pudiera detenerlo, salió rápidamente de su agujero.
A los pocos instantes, se oyeron unos gritos que decían:
– ¡Socorro, mamá, socorro! ¡Me come el gato!
La mamá ratona no pudo hacer nada para salvar a su ratoncito que murió
devorado por el gato.

Moraleja: esta fábula nos enseña que debemos obedecer a nuestros padres y
respetar sus decisiones, ya que ellos siempre querrán lo mejor para nosotros y el
no hacerles caso nos puede pasar factura como al ratoncito de la historia.
El asno, el perro y el lobo
Caminaban muy despacio y agotados por el sol un
asno, con su carga de pan, y su amo seguido por
su perro. Es así que llegaron a una pradera verde
donde el amo cansado y agotado por la caminata
realizada, echó a dormir bajo la sombra de un
árbol.
El asno se fue a comer algo de pasto que había en
la pradera cuando de pronto el perro, que también
estaba muy cansado y hambriento, le dijo:
– Estimado asno, yo también tengo hambre, ¿Me
darías un poco de pan que hay en la cesta que
llevas encima por favor?
A lo que el asno le respondió:
– Mejor ¿Por qué no esperas un rato más hasta que despierte el Amo y te dé el
mismo de comer?
El perro, al escuchar la respuesta del asno, se dirigió a otro lado de la pradera. Es
entonces que, mientras que el asno seguía comiendo su pasto, apareció un
hambriento lobo que se abalanzó de inmediato sobre el asno para devorarlo.
Sorprendido, gritó ayuda al perro:
– ¡Socorro! ¡Sálvame amigo perro!
El perro, respondió:
-Mejor, ¿Por qué no esperas un poco más hasta que despierte el amo y te salve?

Moraleja: hay que ofrecer nuestra ayuda a los demás siempre y cuando la
necesiten si no queremos que nos pase lo mismo que al asno. Hay que educar a
nuestros hijos para que sean personas solidarias y compartan con el resto de sus
iguales.
Refranario
Refranes
1. A buen hambre, no hay pan duro.

Significado: cuando tienes hambre de verdad o una necesidad, no te pones


selectivo con la comida o los gustos
2. A buen entendedor, pocas palabras bastan.

Significado: Si una persona es buena entendedora, no le hará falta darle muchas


explicaciones.
3. A palabras necias, oídos sordos.

Significado: Cuando no quieras escuchar palabras que no te gustan, no las


escuches.
4. Zapateros a sus zapatos.

Significado: Cada persona tienen algo que se le da bien, pues deberá de atender a
ello.
5. Si dices las verdades, pierdes las amistades.

Significado: La mayoría de las veces es mejor no ser demasiado sincero para no


poner en contra tuya a las personas.
6. A caballo regalado no le mires los dientes.

Significado: Cuando a una persona le regalan algo, no debería de poner


problemas.
7. Piensa mal y acertarás.

Significado: Piensa mal sobre las personas y no te equivocarás.


8. No es oro todo lo que reluce.

Significado: No fiarse de lo que parece.


9. Dinero llama dinero.

Significado: El dinero acude donde hay más dinero.


10. Más vale tarde que nunca.

Significado: Mejor ahora, aunque sea tarde, que perderlo.


11. Ni tanto ni tan calvo.

Significado: No te gustan los extremos, ni de un lado, ni de otro


12. Lo barato sale caro.

Significado: Lo que cuesta poco conseguir o es muy barato, al final es de peor


calidad y trae consecuencias negativas que convierten a lo más difícil o caro en
una mejor opción.
13. El pez grande se come al chico.

Significado: Cuando lo más grande vence a lo más pequeño.


14. Poeta se nace, no se hace.

Significado: Hay que nacer ya con ciertas virtudes para ser alguien o algo en la
vida.
15. La fe mueve montañas.

Significado: refrán para dar positividad, seguridad y confianza de quien cree en


algo lo consigue.

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