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La obligación como relación jurídica: Este concepto capta el dinamismo propio de la obligación, la
cual está dotada de enérgica jurídica. No consiste en una simple esta (situación) sino en un estar
con respeto a otro, bajo la sugestión de alguien, o en la expectativa de la prestación que alguien
debe satisfacer.
Relación jurídica: No basta decir que la obligación es una "situación jurídica", pues con esta
expresión no se capta el dinamismo propio de la obligación que no es un fenómeno inerte sino
pleno de energía jurídica. No consiste en un simple estar (situación), sino en un estar con respecto
a otro, bajo la sujeción de alguien, o en la expectativa de la prestación que alguien debe satisfacer.
Es lo que denota la terminología "relación jurídica" que resulta especialmente apropiada para
revelar la esencia de la obligación.
b) En virtud de la cual: la relación jurídica es la causa eficiente del estado de sometimiento que
afecta al deudor y de la expectativa ventajosa que favorece al acreedor.
Deuda.
Exigir del deudor: La prestación que constituye el objeto de la obligación debe ser material y
jurídicamente posible, licita, determinada o determinable, susceptible de valoración económica y
debe corresponder a un interés patrimonial o extrapratrimonial del acreedor (art 725)
Para que la deuda sea un deber jurídico es necesario que, de acuerdo con semejante calificación,
el acreedor (esto es, el beneficiario de la misma) pueda exigir su cumplimiento. Para ello necesita
de un poder de coerción sobre el deudor, que respete en cualquier caso su libertad. Ese poder de
coerción se instrumenta a través de la responsabilidad patrimonial.
ARTICULO 726.- Causa. No hay obligación sin causa, es decir, sin que derive de algún hecho idóneo
para producirla, de conformidad con el ordenamiento jurídico.
SUJETO- LOS sujetos de la obligación son las personas vinculadas por la relación jurídica a que ella
se refiere. Toda obligación tiene necesariamente un sujeto activo, a quien se denomina acreedor,
que es la persona a cuyo favor debe satisfacerse la respectiva prestación. También se lo denomina
"titular" porque es quien tiene título para exigir del deudor el comportamiento debido. El sujeto
pasivo de la obligación es la persona que está en la necesidad de satisfacer la prestación debida, es
decir, de conformar su conducta al comportamiento que le exige la existencia de la obligación.
9. QUIENES PUEDEN SER SUJETOS- Por aplicación de los principios generales, los sujetos de la
obligación han de ser necesariamente personas del derecho. Por consiguiente, quienes invistan
este carácter (personas de existencia visible; personas jurídicas, públicas o privadas; personas de
existencia ideal no calificadas como personas jurídicas), pueden ser sujetos de obligaciones. Por el
contrario, la sucesión hereditaria y la masa del concurso, no pueden ser sujetos activos o pasivos
de obligaciones porque en nuestro derecho carecen de personalidad jurídica, según la opinión más
difundida.
ARTICULO 1938.- Indemnización y pago de mejoras. Ningún sujeto de relación de poder puede
reclamar indemnización por las mejoras de mero mantenimiento ni por las suntuarias. Estas
últimas pueden ser retiradas si al hacerlo no se daña la cosa. Todo sujeto de una relación de poder
puede reclamar el costo de las mejoras necesarias, excepto que se hayan originado por su culpa si
es de mala fe. Puede asimismo reclamar el pago de las mejoras útiles pero sólo hasta el mayor
valor adquirido por la cosa. Los acrecentamientos originados por hechos de la naturaleza en
ningún caso son indemnizables.
ARTICULO 1953.- Derechos del descubridor. Si el tesoro es descubierto en una cosa propia, el
tesoro pertenece al dueño en su totalidad. Si es parcialmente propia, le corresponde la mitad
como descubridor y, sobre la otra mitad, la proporción que tiene en la titularidad sobre la cosa. Si
el tesoro es descubierto casualmente en una cosa ajena, pertenece por mitades al descubridor y al
dueño de la cosa donde se halló. Los derechos del descubridor no pueden invocarse por la persona
a la cual el dueño de la cosa le encarga buscar un tesoro determinado, ni por quien busca sin su
autorización. Pueden ser invocados si al hallador simplemente se le advierte sobre la mera
posibilidad de encontrar un tesoro.
ARTICULO 1991.- Gastos. Cada condómino debe pagar los gastos de conservación y reparación de
la cosa y las mejoras necesarias y reembolsar a los otros lo que hayan pagado en exceso con
relación a sus partes indivisas. No puede liberarse de estas obligaciones por la renuncia a su
derecho. El condómino que abona tales gastos puede reclamar intereses desde la fecha del pago.
ARTICULO 2007.- Cerramiento forzoso urbano. Cada uno de los propietarios de inmuebles
ubicados en un núcleo de población o en sus arrabales tiene frente al titular colindante, el derecho
y la obligación recíprocos, de construir un muro lindero de cerramiento, al que puede encaballar
en el inmueble colindante, hasta la mitad de su espesor.
ARTICULO 2014.- Cobro de la medianería. El que construye el muro de cerramiento contiguo tiene
derecho a reclamar al titular colindante la mitad del valor del terreno, del muro y de sus cimientos.
Si lo construye encaballado, sólo puede exigir la mitad del valor del muro y de sus cimientos.
ARTICULO 2015.- Mayor valor por características edilicias. No puede reclamar el mayor valor
originado por las características edilicias del muro y de sus cimientos, con relación a la estabilidad
y aislación de agentes exteriores, que exceden los estándares del lugar.
ARTICULO 2016.- Adquisición y cobro de los muros de elevación y enterrado. El titular colindante
de un muro de elevación o enterrado, sólo tiene derecho a adquirir la medianería como está
construido, aunque exceda los estándares del lugar.
ARTICULO 2017.- Derecho del que construye el muro. El que construye el muro de elevación sólo
tiene derecho a reclamar al titular colindante la mitad del valor del muro, desde que éste lo utilice
efectivamente para sus fines específicos. El mismo derecho tiene quien construye un muro
enterrado, o quien prolonga el muro preexistente en profundidad mayor que la requerida para su
cimentación.
ARTICULO 2046.- Obligaciones. El propietario está obligado a: a) cumplir con las disposiciones del
reglamento de propiedad horizontal, y del reglamento interno, si lo hay; b) conservar en buen
estado su unidad funcional; c) pagar expensas comunes ordinarias y extraordinarias en la
proporción de su parte indivisa; d) contribuir a la integración del fondo de reserva, si lo hay; e)
permitir el acceso a su unidad funcional para realizar reparaciones de cosas y partes comunes y de
bienes del consorcio, como asimismo para verificar el funcionamiento de cocinas, calefones,
estufas y otras cosas riesgosas o para controlar los trabajos de su instalación; f) notificar
fehacientemente al administrador su domicilio especial si opta por constituir uno diferente del de
la unidad funcional.
ARTICULO 2048.- Gastos y contribuciones. Cada propietario debe atender los gastos de
conservación y reparación de su propia unidad funcional. Asimismo, debe pagar las expensas
comunes ordinarias de administración y reparación o sustitución de las cosas y partes comunes o
bienes del consorcio, necesarias para mantener en buen estado las condiciones de seguridad,
comodidad y decoro del inmueble y las resultantes de las obligaciones impuestas al administrador
por la ley, por el reglamento o por la asamblea. Igualmente son expensas comunes ordinarias las
requeridas por las instalaciones necesarias para el acceso o circulación de personas con
discapacidad, fijas o móviles, y para las vías de evacuación alternativas para casos de siniestros.
Debe también pagar las expensas comunes extraordinarias dispuestas por resolución de la
asamblea. El certificado de deuda expedido por el administrador y aprobado por el consejo de
propietarios, si éste existe, es título ejecutivo para el cobro a los propietarios de las expensas y
demás contribuciones.
ARTICULO 2049.- Defensas. Los propietarios no pueden liberarse del pago de ninguna expensa o
contribución a su cargo aun con respecto a las devengadas antes de su adquisición, por renuncia al
uso y goce de los bienes o servicios comunes, por enajenación voluntaria o forzosa, ni por
abandono de su unidad funcional. Tampoco pueden rehusar el pago de expensas o contribuciones
ni oponer defensas por cualquier causa, fundadas en derechos que ellos invoquen contra el
consorcio, excepto compensación, sin perjuicio de su articulación por la vía correspondiente. El
reglamento de propiedad horizontal puede eximir parcialmente de las contribuciones por
expensas a las unidades funcionales que no tienen acceso a determinados servicios o sectores del
edificio que generan dichas erogaciones.
ARTICULO 2050.- Obligados al pago de expensas. Además del propietario, y sin implicar liberación
de éste, están obligados al pago de los gastos y contribuciones de la propiedad horizontal los que
sean poseedores por cualquier título.
ARTICULO 2146.- Mejoras necesarias. El usufructuario debe realizar a su costa las mejoras de mero
mantenimiento, las necesarias y las demás que se originen por su culpa. No están a su cargo las
mejoras originadas por vetustez o caso fortuito. El nudo propietario puede exigir al usufructuario
que realice las mejoras a las que está obligado aun antes de la extinción del usufructo.
ARTICULO 2217.- Gastos. El titular del objeto gravado debe al acreedor los gastos necesarios para
la conservación del objeto, aunque éste no subsista; pero el acreedor está obligado a pagar las
contribuciones y las cargas del inmueble. El acreedor no puede reclamar los gastos útiles sino
hasta la concurrencia del mayor valor del objeto.
ARTICULO 2280.- Situación de los herederos. Desde la muerte del causante, los herederos tienen
todos los derechos y acciones de aquél de manera indivisa, con excepción de los que no son
transmisibles por sucesión, y continúan en la posesión de lo que el causante era poseedor. Si están
instituidos bajo condición suspensiva, están en esa situación a partir del cumplimiento de la
condición, sin perjuicio de las medidas conservatorias que corresponden. En principio, responden
por las deudas del causante con los bienes que reciben, o con su valor en caso de haber sido
enajenados.
PLURALIDAD DE SUJETOS- La obligación exige por su propia índole la existencia de un sujeto activo
(acreedor) y un sujeto pasivo (deudor), pero nada obsta a que uno y otro sujeto sea múltiple. Son
obligaciones de sujeto múltiple o conjuntas las que vinculan a varios acreedores con un deudor, o
a varios deudores con un acreedor, o a varios acreedores con varios deudores. Esa pluralidad de
sujetos puede existir desde el origen de la obligación -pluralidad originaria- o surgir durante la vida
de una obligación de sujeto singular -pluralidad sobreviniente-, como ocurre cuando por el
fallecimiento del acreedor o del deudor pasa a varios herederos el crédito o la deuda. Como en la
obligación de sujeto plural hay un objeto común a varios, la pluralidad de sujetos activos o pasivos
puede dar lugar a tres hipótesis posibles, cuyo estudio efectuaremos oportunamente (infra núms.
780 y ' sigs.): a) obligaciones simplemente mancomunadas o divisibles; b) obligaciones indivisibles;
c) obligaciones solidarias.
OBJETO - El objeto de la obligación es aquello que el deudor debe satisfacer a favor del acreedor.
Consiste en una cosa, o en un hecho que habrá de ejecutar el deudor, o en una abstención de algo
que el deudor habría podido efectuar libremente de no mediar la existencia de la obligación que le
exige un comportamiento negativo
ARTICULO 279.- Objeto. El objeto del acto jurídico no debe ser un hecho imposible o prohibido por
la ley, contrario a la moral, a las buenas costumbres, al orden público o lesivo de los derechos
ajenos o de la dignidad humana. Tampoco puede ser un bien que por un motivo especial se haya
prohibido que lo sea.
ARTICULO 280.- Convalidación. El acto jurídico sujeto a plazo o condición suspensiva es válido,
aunque el objeto haya sido inicialmente imposible, si deviene posible antes del vencimiento del
plazo o del cumplimiento de la condición.
EXISTENCIA DEL OBJETO- No se concibe la obligación sin objetos no es posible estar obligado, en
abstracto, sino que es menester deber algo
en concreto. La ausencia de objeto se traduce en la inexistencia de la obligación que resulta, por
su carencia de contenido, un lazo vacío o ilusorio. La falta de objeto puede derivar: a) de su
indeterminación; b) de su imposibilidad; c) de su carencia de significación pecuniaria.
16. a) DETERMINACIÓN DEL OBJETO- Para que haya obligación es indispensable que su objeto esté
determinado o sea determinable. La prestación es determinada cuando ya al tiempo de
constituirse la obligación se conoce en su individualidad la cosa debida, o está definido, en su
substancia y circunstancia el hecho o la abstención que habrá de satisfacer el deudor. Es
determinable la prestación cuando sin estar individualizado su objeto (cosa, hecho), es factible de
individualización ulterior. No hay que confundir determinación del objeto con existencia actual del
mismo. No falta esa determinación por más que no exista todavía la prestación debida: es lo que
ocurre necesariamente en las obligaciones de hacer, en las cuales el hecho debido es
sobreviniente a la constitución de la deuda. Pero tatnbién es posible una obligación con respecto a
cosas, futuras, verbigracia la venta de una cosecha: tal obligación queda subordinada a la
condición suspensiva de que la cosa llegue a existir (conf. art. 1173). El objeto es determinable
cuando se refiere a bienes ilíquidos: es el caso del daño resarcible cuya cuantía quedará definida
por la sentencia que fije el monto de la indemnización.
17. b) POSIBILIDAD DEL OBJETO- Un objeto imposible equivale a un objeto inexistente, de modo
que si se impusiera la obligación de hacer algo imposible, no habría obligación por faltarle un
objeto posible.
18. c) VALOR PECUNIARIO DE LA PRESTACIÓN: INTERÉS EXTRAPATRIMONIAL- Para que exista una
obligación es necesario que su objeto sea susceptible de apreciación pecuniaria. Esto es una
consecuencia del carácter patrimonial del derecho creditorio. Si la prestación careciera de
significación pecuniaria, el acreedor no tendría la obligación en su patrimonio ni experimentaría
daño patrimonial alguno por causa de su inejecución. Si la obligación carece de objeto patrimonial,
el incumplimiento del deudor no lo hace incurrir en responsabilidad alguna por cuanto dicho
incumplimiento no redundaría en detrimento patrimonial del acreedor.
Por otra parte, desprovista la relación de significación patrimonial, y con ello de coercibilidad por
la vía subsidiaria del resarcimiento de un daño, queda deformada la estructura de la "obligación" y
debilitado el valor que representa para el hombre como medio idóneo para la satisfacción de sus
necesidades morales o materiales. Ninguna ventaja hay en englobar, forzada e
indiscriminadamente, en una misma categoría jurídica, derechos patrimoniales y
extrapatrimoniales, pues la diversidad de su naturaleza impondrá una diversidad de régimen que
la ciencia del derecho no puede menos que reconocer.
El interés del acreedor no tiene necesariamente un contenido económico, ya que también puede
ser de tipo afectivo, ideal, moral, etcétera., con tal que sea lícito y digno de protección jurídica. En
cambio, el objeto de la obligación debe tener un contenido económico, porque de lo contrario
sería imposible hacerla efectiva con el p
ARTICULO 725.- Requisitos. La prestación que constituye el objeto de la obligación debe ser
material y jurídicamente posible, lícita, determinada o determinable, susceptible de valoración
económica y debe corresponder a un interés patrimonial o extrapatrimonial del acreedor.
*ARTICULO 726.- Causa. No hay obligación sin causa, es decir, sin que derive de algún hecho
idóneo para producirla, de conformidad con el ordenamiento jurídico
*PRINCIPIO DE NECESIDAD DE CAUSA- El art. 726 establece que no puede haber obligación sin
causa, lo cual implica elevar a la categoría de elemento constitutivo de la obligación el hecho que
la origina, no pudiendo concebirse una obligación que carezca de causa eficiente. Semejante
figura, aunque tuviese la apariencia de obligación, sería como tal jurídicamente inexistente.
*ARTICULO 282.- Presunción de causa. Aunque la causa no esté expresada en el acto se presume
que existe mientras no se pruebe lo contrario. El acto es válido aunque la causa expresada sea
falsa si se funda en otra causa verdadera.
*FALSEDAD DE CAUSA- Cuando el deudor demuestra que la causa aparente es falsa, la obligación
desaparece por falta de causa, a menos que el acreedor pruebe que hay una causa verdadera
distinta de la falsa causa. A ello se refiere el art. 282 que plantea un supuesto de simulación
relativa, concerniente a las obligaciones documentadas: las partes han ocultado la verdadera
causa del deber, consignando una causa falsa. Si la causa es falsa, la prueba de esa falsedad recae
sobre el deudor que suscita la objeción. Pero si el acreedor intenta sustituir a la falsa causa, por
una causa verdadera, le incumbe la prueba de ésta. En ambos casos, se admite el juego de todo
medio de prueba porque se trata de establecer el vicio de simulación, cuya prueba no está sujeta a
restricción alguna.
c) El delito es una especie del género acto ilícito, que consiste en el hecho "ejecutado a sabiendas
y con intención de dañar la persona o los derechos de otro" (art. 1072).
e) La ley es causa eficiente de un cierto número de obligaciones que resultan del arbitrio del
legislador. No habría obligación si el legislador no la hubiere impuesto, y si de hecho, hubiese
podido darle un sentido distinto.
a) La equidad es la expresión del derecho natural en una situación concreta determinada, y por
ello impone en el fuero de la conciencia una verdadera deuda. Si bien a esta obligación natural el
derecho positivo no le confiere acción para exigir su cumplimiento, una vez cumplida por el
deudor, queda autorizado el acreedor para retener lo recibido en calidad de pago (arts. 515 y 516),
que no es sin causa.
c) El enriquecimiento sin causa configura una nueva fuente de obligaciones. Simplemente refleja,
como su nombre lo indica, un desplazamiento de bienes de un patrimonio a otro, sin causa o título
que lo justifique. La causa de restituir aquello en que alguien se enriquece sin título, reside en el
subsistente derecho del dueño anterior sobre el bien desplazado, derecho que nunca quedó
definitivamente perdido para su titular.
d) Tampoco el abuso de derecho es una causa autónoma de obligaciones. Si bien es cierto que
cuando se genera un daño mediante el ejercicio irregular o abusivo de un derecho, hay obligación
de reparar ese daño, ello es así porque tal conducta importa la comisión de un hecho ilícito,
doloso o culposo según fuere la intención del agente. En tales supuestos, el abuso de derecho es
una especie de acto ilícito, razón por la cual debe quedar incluido dentro del género de esa clase
de obligaciones. En suma, fuera de las mencionadas en la clasificación tripartita adoptada (supra,
ns 29), sólo resta la equidad que ejerce su virtualidad en el plano del derecho natural, con una
mínima repercusión en el derecho positivo.
ARTICULO 724.- Definición. La obligación es una relación jurídica en virtud de la cual el acreedor
tiene el derecho a exigir del deudor una prestación destinada a satisfacer un interés lícito y, ante el
incumplimiento, a obtener forzadamente la satisfacción de dicho interés.
IV) ¿HAY OTROS ELEMENTOS CONSTITUTIVOS DE LAS OBLIGACIONES FUERA DEL SUJETO, EL
OBJETO Y LA CAUSA EFICIENTE? QUID DE LA CAUSA FINAL.Entendemos que con el sujeto, el objeto
y la causa eficiente se agotan los elementos constitutivos de toda obligación. Sin embargo, algunos
autores también incluyen la causa final, esto es, el propósito o designio que ha motivado a las
partes para constituir la obligación. Basta recordar que esto no puede plantearse cuando el
vínculo se forma al margen de la voluntad de obligarse, para eliminar a la causa final como
elemento esencial de toda obligación (supra na 30). Además, tampoco es legalmente exacto que la
causa final sea un elemento del contrato, porque según la teoría del acto jurídico desarrollada en
nuestro código, la causa final no juega una función autónoma sino que queda comprendida en el
objeto del acto jurídico.
Actos abstractos
ARTICULO 283.- Acto abstracto. La inexistencia, falsedad o ilicitud de la causa no son discutibles en
el acto abstracto mientras no se haya cumplido, excepto que la ley lo autorice.
Un acto abstracto o incausado, es aquel que no requiere de una causa para su materialización,
basta la sola manifestación de voluntad, no quiere decir que no tenga causa, pero no es necesaria
en un acto abstracto, las partes no pueden prescindir de la causa. La ley ha creado actos
incausados, como los cheques, pagaré.
10. CAPACIDAD- Para que la obligación sea válida se requiere que los sujetos actuantes tengan
capacidad de derecho: que el acreedor pueda ser titular del crédito y el deudor quedar obligado
por la deuda. La ausencia de capacidad de derecho produce la nulidad de la obligación, que en
principio es absoluta. En cambio, si faltare la capacidad de hecho en cualquiera de los sujetos, el
acto constitutivo de la obligación sería nulo, aunque de nulidad relativa. Declarada la nulidad del
acto fundante de la obligación, ésta se desvanece por falta de causa.
UNIDAD 2
Los efectos de las obligaciones son aquellos medios por los cuales se satisface el derecho del
acreedor. Principalmente consistirán en el cumplimiento de la prestación debida, y si esto
fracasare, en los remedios y recursos que el ordenamiento jurídico pone a disposición del
acreedor para que éste obtenga el beneficio que le reporta la obligación. Los efectos de los
contratos, en cambio, consisten ya en la producción de obligaciones, lo que constituye su función
típica, ya en la modificación o extinción de obligaciones existentes. Sería, pues, impropio,
identificar como efectos de los contratos aquellos medios tendientes a la satisfacción del derecho
del acreedor, puesto que respecto de ellos el contrato aparece como un antecedente indirecto,
habiendo obligaciones ajenas a los contratos con relación a las cuales sería un despropósito
aseverar que los medios de satisfacción del interés del acreedor son los efectos de un contrato
inexistente. Fuera de ello, los contratos no se agotan en la generación de obligaciones y tienen
eventualmente otras virtualidades
ENTRE QUIÉNES SE PRODUCEN- Las obligaciones no producen efectos sino entre acreedor y
deudor, y sus sucesores a quienes se transmiten, dice el. Como consecuencia de ello el acreedor
no podrá exigir el cumplimiento de la obligación a un tercero extraño a la misma. Sin embargo si la
obligación tiene fecha cierta podrá ser oponible a los terceros, quienes tienen la obligación de
respetar el vínculo existente entre acreedor y deudor del mismo modo que deben respetar, en
general, cualquier derecho subjetivo.
ARTICULO 731.- Efectos con relación al deudor. El cumplimiento exacto de la obligación confiere al
deudor el derecho a obtener la liberación y el de rechazar las acciones del acreedor.
48. DESUBICACIÓN DEL ART. 504.- Puede ocurrir que el tercero lo sea con relación al contrato,
pero que en el mismo contrato se estipule una obligación a su favor, con respecto a la cual él es un
verdadero acreedor. Esta situación tan especial debe examinarse conjuntamente con el régimen
de los contratos y no al tratar el de las obligaciones, como erróneamente lo hace nuestro
codificador.
Efectos normales o necesarios de la obligación
LOS efectos de las obligaciones se clasifican en dos categorías, principales y secundarios. Los
efectos principales de la obligación conciernen, directamente, a la satisfacción del derecho del
acreedor; los secundarios están encaminados a ello sólo indirectamente, pues en sí mismos
tienden a algo distinto que redunda en la mejor realización de aquéllos efectos principales: por ello
se denominan también auxiliares, en cuanto favorecen y facilitan la concreción de aquéllos. Los
efectos principales, se clasifican a su vez en normales o necesarios, que corresponden a toda
obligación según su naturaleza, y anormales, que sólo se producen cuando el acreedor no puede
vencer la resistencia del deudor incumpliente y debe conformarse con un ingreso pecuniario
equivalente al valor de la prestación, más el daño que le ha producido la falta de cumplimiento en
tiempo propio. Como lo habitual es que las obligaciones se cumplan espontáneamente, estos
efectos anormales son llamados también subsidiarios o accidentales (infra núms. 77 y sigs.). Los
efectos secundarios o auxiliares tienden a la mejor realización de los efectos principales. A ellos
nos referimos más adelante (ver infra núms. 333 y sigs.)
5B) CUMPLIMIENTO FORZADO- Si el deudor no cumple el acreedor dispone de los medios legales a
fin de que el deudor le procure aquello a que está obligado .En primer término se trata de resortes
o recursos autorizados por la ley que se canalizan por intermedio de la autoridad judicial. El
acreedor no puede nunca hacerse justicia por mano propia: debe siempre acudir ante los
tribunales para vencer, por su intermedio, la resistencia del deudor incumpliente. En segundo
lugar, estas acciones judiciales tienden a la ejecución de la obligación, es decir a la concreción del
bien que el acreedor espera obtener mediante una determinada conducta del deudor. Esa
conducta que . se identifica con la realización de la prestación debida es, en sí misma, incoercible,
pero el bien que constituye el objeto de la prestación puede, en cambio, obtenerse
compulsivamente. Finalmente, este recurso del acreedor está respaldado por el auxilio de la
fuerza pública. La sentencia judicial que declara el derecho del acreedor es susceptible de
cumplirse manu militan. De ahí el nombre de cumplimiento forzado que recibe esta actuación de
los derechos del acreedor.
. LIMITACIONES AL CUMPLIMIENTO FORZADO- El principio del cumplimiento específico de la
obligación no es absoluto. Sin duda ese modo de ejecución en especie, constituye la primera
prerrogativa del acreedor, interesado en que el reconocimiento de su derecho se traduzca en la
efectiva concreción de la prestación esperada. Pero no siempre será practicable ese cumplimiento
en especie, ya porque hayan sobrevenido modificaciones insalvables en el objeto debido, ya
porque la realización forzada del hecho debido sea inescindible del ejercicio de la violencia sobre
la persona del deudor, que el derecho moderno no tolera. Esto conduce a examinar las
limitaciones al cumplimiento forzado de la prestación, con respecto a las obligaciones de dar, de
hacer y de no hacer.
. b) OBLIGACIONES DE HACER- Nuestro Código Civil admite como regla general su ejecución
forzada a menos que sea necesario ejercer violencia contra la persona del deudor, por ejemplo,
obligación de escriturar, será factible su cumplimiento forzado. Si no lo es por ejemplo obligación
de realizar una obra de arte o prestar servicios profesionales, el acreedor deberá conformarse con
la indemnización de daños y perjuicios. El derecho moderno, por respeto a la dignidad de la
persona humana, veda en esta hipótesis el recurso a la fuerza.
60. CAMPO DE APLICACIÓN DEL CUMPLIMIENTO POR OTRO- Este derecho no podrá ser ejercido
cuando la prestación deba realizarse necesariamente por el deudor, como ocurre con la obligación
de dar una cosa cierta. En cambio, el campo propio de esta facultad del acreedor se presenta en
las obligaciones de dar cosas inciertas, fungibles o no fungibles, y sumas de dinero, pues nada
obsta en ellas para que se satisfaga la expectativa del acreedor, mediante el suministro por un
tercero de la cosa o los fondos esperados. En lo que respecta a las obligaciones de hacer habrá de
distinguirse si éstas son o no intuitu personae. Sólo cuando la persona del deudor es indiferente
cuadraría el cumplimiento por otro, como en el caso de trabajos manuales no especializados. En
las obligaciones de no hacer no será posible el cumplimiento por otro, pues la abstención de un
tercero no beneficiará al acreedor" si el deudor persiste en la actividad prohibida.
61. QUID DE LA AUTORIZACIÓN JUDICIAL- El acreedor no puede por su sola autoridad sustituir al
deudor por un tercero en la realización de la prestación debida: para ello, requiere, en principio, la
autorización judicial. La razón está en que si actuara por su sola autonomía, se estaría haciendo
justicia por mano propia .Sin embargo, en caso de urgencia, el acreedor está dispensado de la
autorización judicial. Evidentemente ésta supone un trámite que insume un cierto tiempo,
incompatible con la ejecución urgente de la obligación. De cualquier modo, existe una importante
diferencia entre la ejecución por un tercero, con o sin autorización judicial. En el primer caso,
como promedia un presupuesto del costo de la intervención del tercero, que ha sido aprobado por
el juez que dio la autorización, el acreedor tiene derecho al reembolso, a expensas del deudor, de
lo que él hubiese satisfecho al tercero. En cambio, si actúa sin autorización, sólo tiene derecho al
reintegro de lo que fuese justo, a título de resarcimiento de daños y perjuicios.
62. PAGO POR TERCERO- Otro modo de hacer valer el derecho concedido al acreedor por el, es
aceptando el pago que quiera hacerle un tercero que queda subrogado en sus derechos contra el
deudor (ver infra, 1080 y sigs.).
NOCIÓN- La astreinte es la imposición judicial de una condena pecuniaria que afecta al deudor
mientras no cumpla lo debido, y que por ello es susceptible de aumentar indefinidamente. Supone
la existencia de una obligación que el deudor no satisface deliberadamente, y procura vencer la
resistencia del recalcitrante mediante una presión psicológica que lo mueva a cumplir para
detener la acumulación incesante de una deuda que puede llevarlo a la ruina.
ARTICULO 804.- Sanciones conminatorias. Los jueces pueden imponer en beneficio del titular del
derecho, condenaciones conminatorias de carácter pecuniario a quienes no cumplen deberes
jurídicos impuestos en una resolución judicial. Las condenas se deben graduar en proporción al
caudal económico de quien debe satisfacerlas y pueden ser dejadas sin efecto o reajustadas si
aquél desiste de su resistencia y justifica total o parcialmente su proceder. La observancia de los
mandatos judiciales impartidos a las autoridades públicas se rige por las normas propias del
derecho administrativo.
NATURALEZA JURÍDICA- La astreinte no es una pena civil: mira al futuro y sólo alcanza a aquel que
después de dictada la orden judicial, persiste en su actitud recalcitrante. Tampoco es una
indemnización. Es un medio.de compulsión del deudor y por ello corresponde examinarlo aquí, ya
que tratamos de los medios legales de que dispone el acreedor para obtener lo que le es debido.
Si la persona del deudor es sagrada, su patrimonio no lo es. Es razonable entonces, una sanción
pecuniaria que grava el patrimonio del deudor mientras éste incumpla deliberadamente el deber
que le impone una sentencia.
b) La astreinte atiende a la fortuna del sancionado y a la resistencia que éste oponga; en cambio la
fortuna del obligado es irrelevante para fijar los daños y perjuicios, salvo supuestos excepcionales
c) La determinación de la astreinte queda sometida al arbitrio del Juez; este arbitrio del Juez no se
ejerce con relación a la indemnización, que debe apreciarse objetivamente.
FUNDAMENTO DE LA ASTREINTE- Reside en el imperio de los jueces que deben disponer de los
medios conducentes al acatamiento de sus decisiones. No basta con sancionar penalmente a
quien desobedezca el mandato de los jueces (art. 240 Cód. Penal); éstos deben disponer de
medios que aseguren la eficacia de la sentencia dictada, cuestión muy distinta.
PRISIÓN POR DEUDAS: EVOLUCIÓN HISTÓRICA.- Si bien el Derecho Romano eliminó de su seno el
rigor excesivo que permitía al acreedor disponer del cuerpo de su deudor, perduró durante siglos
la prisión por deudas, que el derecho moderno finalmente excluyó, pues es inicuo encarcelar al
deudor porque carezca de medios para pagar a sus acreedores. Sin embargo se reconoce que
ciertas obligaciones primarias, puedan estar protegidas por sanciones penales, por ejemplo,
prisión por incumplimiento de los deberes de asistencia familiar
. MULTAS CIVILES: LEGALES, CONVENCIONALES Y JUDICIALES- Las multas civiles son sanciones
pecuniarias impuestas por las leyes en razón de ciertas contravenciones al orden social
establecido. A diferencia de las astreintes, miran al pasado y tienen carácter represivo y no
conminatorio. Las multas pueden resultar ya de la disposición de la ley, ya de la convención de las
partes (cláusula penal) o bien pueden imponerlas los jueces para asegurar el orden y buen trámite
de los juicios.
Los efectos anormales o subsidiarios, o accidentales de las obligaciones son las consecuencias de
éstas que conciernen a la satisfacción del derecho del acreedor por vía de sucedáneo. La
inejecución del deudor ha hecho fracasar la expectativa del acreedor en cuanto a la prestación
debida, con lo cual no sólo se priva al acreedor de que ingrese en su patrimonio el valor de la
prestación (daño emergente) sino que quedará frustrada la ganancia que el acreedor hubiera
podido obtener si el deudor hubiera cumplido en tiempo propio (lucro cesante).
Mora
a) En Roma, según la comprensión más difundida, la interpelación del acreedor sólo era
indispensable para provocar la mora del deudor, cuando la obligación no tenía fecha de
vencimiento. En cambio, si estaba señalada de antemano la fecha de pago, la interpelación se
consideraba innecesaria: el deudor caía en mora por el solo vencimiento del plazo que hacía
exigible la deuda (dies interpellat pro homine, es decir, el tiempo interpela en lugar del hombre).
Cabe señalar que esta interpretación del sistema romano no es unánime: no faltan opiniones que
la consideran dudosa (Windscheid) cuando no falsa (Girard). La distinción expuesta pasó a la
antigua legislación española a través de las Partidas (Partida 5, tít. II, leyes 17 y 35) y aún hoy es
mantenida por los códigos alemán (artículo 284); suizo de las obligaciones (art. 102), brasileño
(art. 960); peruano (art. 1254); mexicano (arts. 2104 y 2105), colombiano (art. 1603) y chileno (art.
1551). El fundamento de la mora automática para las obligaciones que tienen plazo determinado,
radica en que el deudor conoce exactamente el momento en que debe cumplir la prestación, y por
lo tanto resulta innecesario supeditar la responsabilidad del deudor al cumplimiento de un
requisito formal como es la interpelación.
b) De este sistema se apartó el Código Napoleón (art. 1139), que no hace distinción alguna entre
las obligaciones, quedando todas sometidas
52 MANUAL DE OBLIGACIONES
al principio general de la constitución en mora mediante interpelación del acreedor {¿Lies non
interpellat pro nominé). El criterio del Código francés ha sido seguido no sólo por nuestro
codificador (antiguo art. 509), sino también por los códigos español (art. 1110), de Holanda (art.
1274), de Ñapóles (art. 1093), uruguayo (art. 1336), sardo (art. 1230), italiano de 1942 (art. 1219) y
ecuatoriano de 1950 (art. 1541). Asimismo, prevalece este criterio en los proyectos de reforma de
nuestro Código: Anteproyecto Bibiloni, art. 1020; Proyecto de 1936, art. 572; Anteproyecto de
1954, art. 860. El sistema de la previa interpelación se funda en la conveniencia de esclarecer la
conciencia de las partes para que entre ellas reine la buena fe y ninguna pueda abusar de
situaciones equívocas. De ordinario las relaciones entre acreedor y deudor se mantienen en un
terreno amistoso que relega a un segundo plano los derechos estrictos del acreedor. Justo es,
entonces, que cuando éste desee hacer valer sus derechos, lo haga saber categóricamente
exigiendo el pago al deudor a fin de que el último no resulte sorprendido y sepa a qué atenerse.
87. EL SISTEMA DE VÉLEZ SARSFIELD.- Nuestro codificador había establecido en el art. 509 el
principio general según el cual debe mediar requerimiento judicial o extrajudicial por parte del
acreedor para que el deudor incurra en mora. Esto significaba que, en principio, no había mora sin
interpelación del acreedor, es decir sin la exigencia categórica e indudable del cumplimiento de la
obligación, dirigida por el acreedor al deudor. Para que el requerimiento del acreedor fuese
idóneo a fin de constituir en mora al deudor, debían concurrir ciertas condiciones intrínsecas a la
interpelación misma y otras condiciones extrínsecas a ella. Las condiciones intrínsecas de
idoneidad de la interpelación se referían: a) a lo categórico e indudable de la exigencia del
acreedor; b) a lo apropiado del requerimiento, en cuanto al objeto, modo y tiempo del pago
reclamado; c) al carácter, coercitivo y no declarativo de la interpelación; d) al cumplimiento
factible del requerimiento; e) eventualmente a lo circunstanciado de la exigencia de pago. Las
condiciones extrínsecas de idoneidad de la interpelación resultaban: a) de la cooperación del
acreedor cuando ella era indispensable para el cumplimiento de la obligación por parte del
deudor; b) de la ausencia de mora del acreedor en cuanto a la satisfacción de sus propias
obligaciones que estuviesen relacionadas con la prestación a cargo del deudor. Sin embargo, el
principio de la subordinación de la mora al requisito de la interpelación previa no era absoluto. En
efecto, el mismo art. 509 admitía las siguientes excepciones: mora convencional (inc. le) y mora ex
re (inc. 2S). Además, existían situaciones particulares de mora legal e hipótesis particulares en que
la doctrina admitía la prescindencia del requisito de la interpelación para aceptar la mora del
obligado, entre las que cabe mencionar: 1) la referente a los hechos ilícitos con respecto a los
cuales se entendía que el deudor estaba en mora acerca de la obligación de reparar desde la
comisión del hecho; 2) la imposibilidad de interpelar, imputable al deudor; 3) la confesión de estar
en mora; 4) la imposibilidad de cumplimiento de la deuda, imputable al deudor.
88. SISTEMA DE LA LEY 17.711: CRITERIO CASUISTA - La reforma abandona el criterio del Código
que requería como principio la previa interpelación para que se produjera la mora del deudor en
las obligaciones a plazo y lo sustituye por una enunciación casuística de situaciones de mora, que
se configuran mediante la realización de hechos distintos. En primer lugar, cabe apuntar que el
nuevo precepto no enuncia un principio general en materia de constitución en mora, sino que
señala cómo se produce la mora en los distintos casos allí contemplados. Aunque el legislador
haya pensado cubrir todas las hipótesis posibles, siempre hubiese sido necesario adoptar la
interpelación como regla general, pues de lo contrario el intérprete carece de un criterio
orientador para resolver los casos no comprendidos en los supuestos legales; por ejemplo, cuando
la obligación carece de plazo o si por cualquier contingencia su vencimiento no produce la mora
del deudor. Con la ausencia de ese principio general nuestro país ha quedado en una categoría
enteramente solitaria dentro del derecho comparado. Ninguna legislación extranjera carece de
dicho principio, que consiste en el requerimiento del acreedor como factor constitutivo de la mora
en general. Sólo difieren las legislaciones acerca de las excepciones con respecto a ese principio, y
especialmente con respecto a las obligaciones a plazo.
ARTICULO 886.- Mora del deudor. Principio. Mora automática. Mora del acreedor. La mora del
deudor se produce por el solo transcurso del tiempo fijado para el cumplimiento de la obligación.
El acreedor incurre en mora si el deudor le efectúa una oferta de pago de conformidad con el
artículo 867 y se rehúsa injustificadamente a recibirlo.
MORA LEGAL- En ciertas situaciones particulares la ley también prescinde del requerimiento del
acreedor para la constitución en mora. Es lo que ocurre tratándose: de la promesa de dote a la
mujer, en cuyo caso el deudor queda en mora desde el día de la celebración del matrimonio (art.
1242); de la obligación de hacer los aportes a la sociedad, caso en que se incurre en mora desde el
día en que debieron efectuarse tales aportes (art. 1721); de la deuda por los saldos de la tutela a
cuyo respecto el deudor está en mora desde que son exigibles (art. 466), etcétera
a) Por lo pronto, es el primer presupuesto de la responsabilidad del deudor por los daños y
perjuicios irrogados al acreedor.
b) La mora del deudor, si su cumplimiento ulterior es factible y resulta útil para el acreedor (véase
infra, núms. 102 y 103), lo obliga a responder por el perjuicio que la tardanza en el pago le ha
irrogado al acreedor: es lo que se denomina daño moratorio .
c) La mora opera la traslación de los riesgos que pesaban sobre la prestación (cosa, hecho,
abstención), del acreedor al deudor. El riesgo es la contingencia de que la cosa debida no pueda
ser entregada, que el hecho debido, u omisión, no pueda ser realizado, por alguna causa ajena a
las partes.
d) El estado de mora inhabilita al moroso para, a su vez, constituir en mora a la contraparte (arts.
510 y 1201).
e) La mora autoriza a la otra parte a resolver el contrato, sea que se haya previsto la resolución en
base al incumplimiento del deudor , sea que se haga valer la facultad resolutoria, contemplada en
el nuevo
f) Finalmente, cabe decir que las enunciadas virtualidades del estado de mora perduran en el
tiempo mientras no ocurra un hecho que esté dotado de suficiente energía para modificar la
situación preexistente: es el principio de inercia jurídica.
SUBSISTENCIA DEL DERECHO DEL DEUDOR DE PAGAR DURANTE LA MORA- Aún después de
constituido en mora, el deudor conserva el derecho de satisfacer la prestación debida y, por ello, si
el acreedor le rechaza el pago, está habilitado para efectuar la pertinente consignación judicial
(conf. art. 757, inc. I9, véase infra, ns 1038). Esto significa que el deudor tiene el derecho de pagar
y con ello hacer cesar su mora, siempre que acepte su responsabilidad por los daños y perjuicios
moratorios provocados al acreedor hasta ese momento. Si se desconociera al obligado ese
derecho, negándose el acreedor a recibir el pago podría éste, por su hecho, agravar la situación del
deudor, lo que nunca se tolera.
a) Si el acreedor ha fundado en la mora del deudor su derecho a resolver el contrato, que fuera
causa de la obligación que se intenta pagar, ya no es posible imponerle a aquél la recepción del
pago. En esa hipótesis, la mora del deudor obra como antecedente de la aniquilación de la misma
causa de la obligación.
b) Asimismo, cesa el derecho de pagar, pendiente la mora, si por razón de la tardanza en el pago,
la prestación ya careciera de interés para el acreedor. Esta solución surge implícitamente del Claro
está que la prueba de la carencia de interés para el acreedor le incumbe a éste.
CESACIÓN DELAMORA- El estado de mora del deudor cesa, y con ello los efectos del mismo que
hemos examinado anteriormente {supra, vr 101) por las siguientes causas: 1) el pago, o la
consignación en pago; 2) la renuncia, expresa o tácita, del acreedor; 3) la imposibilidad de pago
sobreviniente. El pago es la causa más terminante de la extinción de la mora, en razón de que su
efecto cancelatorio disuelve la relación creditoria e importa una liquidación definitiva de la deuda
con todos sus accesorios ,salvo que al tiempo de recibir el pago el acreedor dejara a salvo su
derecho al resarcimiento del daño moratorio. La consignación en pago, que sólo difiere
accidentalmente del pago ordinario, por realizarse con intervención judicial (véase infra, n9 1036)
produce también la cesación de la mora, desde el momento que la consignación sea eficaz. La
renuncia del acreedor, que consiste en su decisión de no hacer valer los derechos que le ha
conferido la mora extingue el mismo estado de mora. La renuncia puede ser total o parcial según
que comprenda todos los efectos de la mora o solamente algunos efectos determinados. Puede
hacerse en forma expresa o tácita, pues aun cuando la renuncia no se presume ello no impide que
pueda ser inducida, con entera incertidumbre, de la conducta del acreedor. La imposibilidad de
pago, sobreviniente, puesto que es un modo de extinción de la obligación misma, también
extingue el estado de mora del deudor. Pero es de notar que la imposibilidad sobreviniente, si
bien libera al deudor moroso de las consecuencias futuras del estado de mora, no lo exime de las
responsabilidades incurridas hasta ese momento
MORA DEL ACREEDOR- No se duda de la posibilidad de la existencia de ese estado de mora, pues
el acreedor está obligado, a su vez, a practicar una conducta que permita el cumplimiento de la
obligación. En consecuencia, toda vez que el comportamiento del acreedor impida la realización
del pago que quiera hacer el deudor, aquél incurrirá en mora. A falta de un régimen propio, que en
rigor es innecesario, la mora del acreedor se rige por los mismos principios de la mora del deudor.
Por lo tanto, le es aplicable todo lo expuesto respecto a la constitución en mora del deudor.
EFECTOS DE LA MORA DEL ACREEDOR- LOS efectos que produce la mora del acreedor o mora
accipiendi, son los siguientes:
a) El acreedor moroso debe resarcir los daños y perjuicios moratorios experimentados por el
deudor, es decir los que resulten del retardo del acreedor en la recepción del pago.
b) La mora del acreedor pone a su cargo los riesgos de la prestación, si ellos pesaban hasta
entonces sobre el deudor.
c) La mora accipiendi hace cesar los intereses moratorios (o punitorios) a cargo del deudor.
d) Provoca la liberación del deudor, cuando el pago ulterior de la obligación resulta ya imposible.
107. CESACIÓN DE LA MORA DEL ACREEDOR- La mora del acreedor es un estado transitorio de la
relación obligacional de aquél con el deudor, que está llamado a desaparecer, en virtud de varias
causas, que pueden provenir del acreedor, o del deudor, o de hechos extraños a las partes.
a) Cesa la mora del acreedor, por decisión de éste cuando manifiesta al deudor su voluntad de
aceptar el pago, acompañado del ofrecimiento de la cooperación suya que sea necesaria para
satisfacer la prestación debida. Además debe ofrecer el pago de las prestaciones originadas en su
propia mora, o sea la reparación del daño moratorio que hubiese sufrido el deudor.
b) Cesa la mora del acreedor por decisión del deudor, cuando éste renuncia total o parcialmente a
la pretensión de hacer valer los derechos emergentes de aquella mora. Esta causa de cesación de
la mora del acreedor no altera, en principio, los efectos ya producidos por ese estado.
c) Finalmente, se extingue la mora del acreedor por la extinción de la obligación a que se refiere,
cualquiera sea la causa de la extinción: pago, imposibilidad de pago, etcétera.
ARTICULO 888.- Eximición. Para eximirse de las consecuencias jurídicas derivadas de la mora, el
deudor debe probar que no le es imputable, cualquiera sea el lugar de pago de la obligación.
ARTICULO 271.- Acción y omisión dolosa. Acción dolosa es toda aserción de lo falso o disimulación
de lo verdadero, cualquier artificio, astucia o maquinación que se emplee para la celebración del
acto. La omisión dolosa causa los mismos efectos que la acción dolosa, cuando el acto no se habría
realizado sin la reticencia u ocultación.
ARTICULO 1724.- Factores subjetivos. Son factores subjetivos de atribución la culpa y el dolo. La
culpa consiste en la omisión de la diligencia debida según la naturaleza de la obligación y las
circunstancias de las personas, el tiempo y el lugar. Comprende la imprudencia, la negligencia y la
impericia en el arte o profesión. El dolo se configura por la producción de un daño de manera
intencional o con manifiesta indiferencia por los intereses ajenos.
DISTINTAS ACEPCIONES- El dolo tiene en derecho civil distintas acepciones: a) como vicio de la
voluntad es el engaño que se emplea para inducir a alguien a celebrar un acto jurídico; b) en los
hechos ilícitos designa la intención del agente de causar el daño (delito); c) en el incumplimiento
de la obligación alude a la intención deliberada con que el deudor deja de cumplir la prestación
debida.
. EFECTOS DEL DOLO- "el deudor es responsable al acreedor de los daños e intereses que a éste
resultaren por dolo suyo en el cumplimiento de la obligación". Se trata de una responsabilidad más
intensa que la que incumbe al deudor que ha obrado el incumplimiento por mera culpa. Esta
mayor intensidad proviene de ser más amplio el resarcimiento a cargo del deudor doloso, que no
sólo comprende "los daños e intereses que fueren consecuencia inmediata y necesaria de la falta
de cumplimiento de la obligación" lo que es común al resarcimiento debido por el deudor sea éste
doloso o culposo- sino, también los daños que el acreedor sufriere como consecuencia mediata del
incumplimiento del deudor .
ARTICULO 275.- Responsabilidad por los daños causados. El autor del dolo esencial o incidental
debe reparar el daño causado. Responde solidariamente la parte que al tiempo de la celebración
del acto tuvo conocimiento del dolo del tercero.
ARTICULO 1771.- Acusación calumniosa. En los daños causados por una acusación calumniosa sólo
se responde por dolo o culpa grave. El denunciante o querellante responde por los daños
derivados de la falsedad de la denuncia o de la querella si se prueba que no tenía razones
justificables para creer que el damnificado estaba implicado.
ARTICULO 1743.- Dispensa anticipada de la responsabilidad. Son inválidas las cláusulas que eximen
o limitan la obligación de indemnizar cuando afectan derechos indisponibles, atentan contra la
buena fe, las buenas costumbres o leyes imperativas, o son abusivas. Son también inválidas si
liberan anticipadamente, en forma total o parcial, del daño sufrido por dolo del deudor o de las
personas por las cuales debe responder.
DISPENSA DEL DOLO- "el dolo del deudor no podrá ser dispensado al contraerse la obligación".
Esto significa que queda prohibido, al tiempo de constituir la obligación, eximir al deudor de la
responsabilidad que le pueda corresponder, ulteriormente, por el incumplimiento doloso de la
obligación. Se trata de un principio de vigencia universal.
SANCIÓN QUE RECAE SOBRE LA DISPENSA DEL DOLO- Para la opinión dominante sólo la cláusula
que dispensa al deudor de su dolo es nula, pero subsiste lo demás de la obligación (nulidad
parcial). Para otros autores la nulidad sería total porque habiendo asumido el deudor una
obligación en condiciones prohibidas ,todo el contrato sería nulo . Nosotros pensamos que si el
deudor ha comenzado a ejecutar el contrato no puede después alegar su nulidad, pues con su
conducta ha demostrado que se sujetaba a su régimen, que la ley no tolera sino expurgado de la
cláusula de dispensa. En cambio, si no ha comenzado la ejecución del contrato, podría alegar la
nulidad de todo el acto, ya que la nulidad parcial sólo por excepción puede funcionar en materia
contractual.
PRUEBA DEL DOLO- Incumbe al acreedor que alega el dolo del deudor para exigirle la consiguiente
responsabilidad, y puede hacerse por todos los medios de prueba. Como se trata de la revelación
de un estado de conciencia -el propósito deliberado de no cumplir la obligación-, no podrá
esperarse una prueba directa de ese hecho psicológico. Pero es menester llegar a producir una
convicción segura a ese respecto. Cualquier duda debe interpretarse a favor del deudor y
resolverse en el sentido de la ausencia de dolo.
INTERÉS EN PROBAR EL DOLO- Para el acreedor la prueba del dolo reviste importancia, pues en
este caso la responsabilidad del deudor es más extensa que en el caso de culpa.
*Culpa
ARTICULO 1724.- Factores subjetivos. Son factores subjetivos de atribución la culpa y el dolo. La
culpa consiste en la omisión de la diligencia debida según la naturaleza de la obligación y las
circunstancias de las personas, el tiempo y el lugar. Comprende la imprudencia, la negligencia y la
impericia en el arte o profesión. El dolo se configura por la producción de un daño de manera
intencional o con manifiesta indiferencia por los intereses ajenos.
b) En segundo lugar, se tipifica esta conducta por la ausencia de mala fe o mala voluntad, lo cual
justifica que ello se compute a favor del deudor para acordarle un tratamiento más benigno. El
primer elemento de la culpa funciona contra el deudor pues origina su responsabilidad; mientras
que el segundo elemento, habida cuenta del primero, funciona a favor del deudor ya que permite
ubicar esa responsabilidad en un grado relativamente benigno, limitada a una cuantía definida y
menor que en el caso de dolo.
ARTICULO 1286.- Responsabilidad del transportista. La responsabilidad del transportista por daños
a las personas transportadas está sujeta a lo dispuesto en los artículos 1757 y siguientes. Si el
transporte es de cosas, el transportista se excusa probando la causa ajena. El vicio propio de la
cosa transportada es considerado causa ajena.
ARTICULO 1289.- Obligaciones del transportista. Son obligaciones del transportista respecto del
pasajero: a) proveerle el lugar para viajar que se ha convenido o el disponible reglamentariamente
habilitado; b) trasladarlo al lugar convenido; c) garantizar su seguridad; d) llevar su equipaje.
ARTICULO 1716.- Deber de reparar. La violación del deber de no dañar a otro, o el incumplimiento
de una obligación, da lugar a la reparación del daño causado, conforme con las disposiciones de
este Código.
ARTICULO 1726.- Relación causal. Son reparables las consecuencias dañosas que tienen nexo
adecuado de causalidad con el hecho productor del daño. Excepto disposición legal en contrario,
se indemnizan las consecuencias inmediatas y las mediatas previsibles.
ARTICULO 1737.- Concepto de daño. Hay daño cuando se lesiona un derecho o un interés no
reprobado por el ordenamiento jurídico, que tenga por objeto la persona, el patrimonio, o un
derecho de incidencia colectiva
ARTICULO 1748.- Curso de los intereses. El curso de los intereses comienza desde que se produce
cada perjuicio.
ARTICULO 1757.- Hecho de las cosas y actividades riesgosas. Toda persona responde por el daño
causado por el riesgo o vicio de las cosas, o de las actividades que sean riesgosas o peligrosas por
su naturaleza, por los medios empleados o por las circunstancias de su realización. La
responsabilidad es objetiva. No son eximentes la autorización administrativa para el uso de la cosa
o la realización de la actividad, ni el cumplimiento de las técnicas de prevención.
ARTICULO 1758.- Sujetos responsables. El dueño y el guardián son responsables concurrentes del
daño causado por las cosas. Se considera guardián a quien ejerce, por sí o por terceros, el uso, la
dirección y el control de la cosa, o a quien obtiene un provecho de ella. El dueño y el guardián no
responden si prueban que la cosa fue usada en contra de su voluntad expresa o presunta. En caso
de actividad riesgosa o peligrosa responde quien la realiza, se sirve u obtiene provecho de ella, por
sí o por terceros, excepto lo dispuesto por la legislación especial.
ARTICULO 1708.- Funciones de la responsabilidad. Las disposiciones de este Título son aplicables a
la prevención del daño y a su reparación.
ARTICULO 1780.- Sentencia penal posterior. La sentencia penal posterior a la sentencia civil no
produce ningún efecto sobre ella, excepto en el caso de revisión. La revisión procede
exclusivamente, y a petición de parte interesada, en los siguientes supuestos: a) si la sentencia civil
asigna alcances de cosa juzgada a cuestiones resueltas por la sentencia penal y ésta es revisada
respecto de esas cuestiones, excepto que derive de un cambio en la legislación; b) en el caso
previsto en el artículo 1775 inciso c) si quien fue juzgado responsable en la acción civil es absuelto
en el juicio criminal por inexistencia del hecho que funda la condena civil, o por no ser su autor; c)
otros casos previstos por la ley.
ARTICULO 261.- Acto involuntario. Es involuntario por falta de discernimiento: a) el acto de quien,
al momento de realizarlo, está privado de la razón; b) el acto ilícito de la persona menor de edad
que no ha cumplido diez años; c) el acto lícito de la persona menor de edad que no ha cumplido
trece años, sin perjuicio de lo establecido en disposiciones especiales.
ARTICULO 730.- Efectos con relación al acreedor. La obligación da derecho al acreedor a: a)
emplear los medios legales para que el deudor le procure aquello a que se ha obligado; b)
hacérselo procurar por otro a costa del deudor; c) obtener del deudor las indemnizaciones
correspondientes. Si el incumplimiento de la obligación, cualquiera sea su fuente, deriva en litigio
judicial o arbitral, la responsabilidad por el pago de las costas, incluidos los honorarios
profesionales, de todo tipo, allí devengados y correspondientes a la primera o única instancia, no
debe exceder del veinticinco por ciento del monto de la sentencia, laudo, transacción o
instrumento que ponga fin al diferendo. Si las regulaciones de honorarios practicadas conforme a
las leyes arancelarias o usos locales, correspondientes a todas las profesiones y especialidades,
superan dicho porcentaje, el juez debe proceder a prorratear los montos entre los beneficiarios.
Para el cómputo del porcentaje indicado, no se debe tener en cuenta el monto de los honorarios
de los profesionales que han representado, patrocinado o asistido a la parte condenada en costas.
ARTICULO 781.- Obligación alternativa regular. En los casos en que la elección corresponde al
deudor y la alternativa se da entre dos prestaciones, se aplican las siguientes reglas: a) si una de
las prestaciones resulta imposible por causas ajenas a la responsabilidad de las partes, o
atribuibles a la responsabilidad del deudor, la obligación se concentra en la restante; si la
imposibilidad proviene de causas atribuibles a la responsabilidad del acreedor, el deudor tiene
derecho a optar entre dar por cumplida su obligación; o cumplir la prestación que todavía es
posible y reclamar los daños y perjuicios emergentes de la mayor onerosidad que le cause el pago
realizado, con relación al que resultó imposible; b) si todas las prestaciones resultan imposibles, y
la imposibilidad es sucesiva, la obligación se concentra en esta última, excepto si la imposibilidad
de alguna de ellas obedece a causas que comprometen la responsabilidad del acreedor; en este
caso, el deudor tiene derecho a elegir con cuál queda liberado; c) si todas las prestaciones resultan
imposibles por causas atribuibles a la responsabilidad del deudor, y la imposibilidad es simultánea,
se libera entregando el valor de cualquiera de ella; si lo son por causas atribuibles a la
responsabilidad del acreedor, el deudor tiene derecho a dar por cumplida su obligación con una y
reclamar los daños y perjuicios emergentes de la mayor onerosidad que le ocasione el pago
realizado, con relación al que resultó imposible; d) si todas las prestaciones resultan imposibles
por causas ajenas a la responsabilidad de las partes, la obligación se extingue. del propio hecho del
obligado.
ARTICULO 838.- Responsabilidad. La mora de uno de los deudores solidarios perjudica a los demás.
Si el cumplimiento se hace imposible por causas imputables a un codeudor, los demás responden
por el equivalente de la prestación debida y la indemnización de daños y perjuicios. Las
consecuencias propias del incumplimiento doloso de uno de los deudores no son soportadas por
los otros.
ARTICULO 894.- Carga de la prueba. La carga de la prueba incumbe: a) en las obligaciones de dar y
de hacer, sobre quien invoca el pago; b) en las obligaciones de no hacer, sobre el acreedor que
invoca el incumplimiento.
ARTICULO 1079.- Operatividad de los efectos de la extinción por declaración de una de las partes.
Excepto disposición legal en contrario: a) la rescisión unilateral y la revocación producen efectos
solo para el futuro; b) la resolución produce efectos retroactivos entre las partes, y no afecta el
derecho adquirido a título oneroso por terceros de buena fe.
ARTICULO 1080.- Restitución en los casos de extinción por declaración de una de las partes. Si el
contrato es extinguido total o parcialmente por rescisión unilateral, por revocación o por resolu-
ción, las partes deben restituirse, en la medida que corresponda, lo que han recibido en razón del
contrato, o su valor, conforme a las reglas de las obligaciones de dar para restituir, y a lo previsto
en el artículo siguiente.
ARTICULO 1082.- Reparación del daño. La reparación del daño, cuando procede, queda sujeta a
estas disposiciones: a) el daño debe ser reparado en los casos y con los alcances establecidos en
este Capítulo, en el Título V de este Libro, y en las disposiciones especiales para cada contrato; b)
la reparación incluye el reembolso total o parcial, según corresponda, de los gastos generados por
la celebración del contrato y de los tributos que lo hayan gravado; c) de haberse pactado la
cláusula penal, se aplica con los alcances establecidos en los artículos 790 y siguientes.
ARTICULO 1653.- Autonomía. El contrato de arbitraje es independiente del contrato con el que se
relaciona. La ineficacia de éste no obsta a la validez del contrato de arbitraje, por lo que los
árbitros conservan su competencia, aun en caso de nulidad de aquél, para determinar los
respectivos derechos de las partes y pronunciarse sobre sus pretensiones y alegaciones.
. CRITERIOS DE APRECIACIÓN DE LA CULPA- Para apreciar la culpa del deudor hay que comparar la
conducta practicada con la que debió realizar. Ahora bien, variará el patrón de la comparación
según que se adopte un criterio abstracto o un criterio concreto y circunstancial. Si se adopta un
criterio abstracto, se compara la actuación del deudor con la que habría cumplido el ente de razón
que se tiene como cartabón en la mente: el buen padre de familia de los romanos, o el hombre
capaz que actúa con la diligencia "exigible en el tráfico", según la fórmula del Código alemán.
Cuando se encuentra diferencia entre las conductas comparadas, se admite la culpa del deudor a
quien entonces se le reprocha el no haber actuado como habría debido hacerlo. Si se adopta un
criterio concreto y circunstancial la comparación no se hace con relación a un ente de razón, sino
con la propia persona del deudor, tomando en cuenta sus aptitudes y flaquezas y lo que le era
exigible en función de la naturaleza de la obligación y de las circunstancias de las personas, del
tiempo y del lugar: cuando esta comparación permite formular un reproche al deudor, él estará
incurso en culpa. No es dudosa la superioridad del criterio concreto de apreciación de la culpa que
resulta más humano.
ARTICULO 1722.- Factor objetivo. El factor de atribución es objetivo cuando la culpa del agente es
irrelevante a los efectos de atribuir responsabilidad. En tales casos, el responsable se libera
demostrando la causa ajena, excepto disposición legal en contrario.
ARTICULO 1724.- Factores subjetivos. Son factores subjetivos de atribución la culpa y el dolo. La
culpa consiste en la omisión de la diligencia debida según la naturaleza de la obligación y las
circunstancias de las personas, el tiempo y el lugar. Comprende la imprudencia, la negligencia y la
impericia en el arte o profesión. El dolo se configura por la producción de un daño de manera
intencional o con manifiesta indiferencia por los intereses ajenos.
CLAUSULAS LIMITADAS DE RESPONSABILIDAD
ARTICULO 1743.- Dispensa anticipada de la responsabilidad. Son inválidas las cláusulas que eximen
o limitan la obligación de indemnizar cuando afectan derechos indisponibles, atentan contra la
buena fe, las buenas costumbres o leyes imperativas, o son abusivas. Son también inválidas si
liberan anticipadamente, en forma total o parcial, del daño sufrido por dolo del deudor o de las
personas por las cuales debe responder.
CULPA CONCURRENTE- Existe culpa concurrente cuando tanto el deudor como el acreedor son
culpables del incumplimiento de la obligación, o de la magnitud del daño de cuyo resarcimiento se
trata. Cuando acreedor y deudor son culpables de la magnitud del daño causado, no se presentan
dificultades. El deudor sólo responde de la parte del daño causado por su culpa, pero no de la
porción de éste que se debe a la culpa del acreedor. Si la culpa del deudor originó un daño X, y la
del acreedor un daño N, el deudor sólo responde del daño X pero no de X + N. Más difícil es el
problema cuando un daño global que sufre el acreedor se origina en una culpa conjunta de deudor
y acreedor. Una parte de la doctrina entiende que en este último caso el acreedor no tiene
derecho a indemnización alguna, mientras que otro sector doctrinario regula la responsabilidad en
función de distintos criterios. Para nosotros, corresponde que la imputación del daño se haga en la
medida de la gravitación de cada conducta culposa en la producción del daño total. Si la
discriminación no es posible, la proporción de responsabilidad del deudor debe fijarse en la
medida de la gravedad de su culpa en comparación con la del acreedor . Y si en ello no hay
diferencia corresponde indemnizar la mitad del daño.
b) Si se trata de dependientes del deudor éste también responde de la culpa de aquéllos. Sea la
obligación de medio o de resultado, el deudor compromete su responsabilidad si encomendó el
cumplimiento a dependientes no idóneos para el fin propuesto.
c) El deudor dispone de una acción de regreso contra sus representantes o dependientes, para
resarcirse de las indemnizaciones que haya debido pagar al acreedor por culpa de ellos.
d) Por su parte, el acreedor dispone de una acción concurrente contra los representantes o
dependientes del deudor que han incurrido en culpa; pero su acción no es de naturaleza
contractual, sino extracontractual, y para que el acreedor pueda ejercerla deben darse todos los
elementos constitutivos de los actos ilícitos (ver infra, ns 1309).
ARTICULO 990.- Libertad de negociación. Las partes son libres para promover tratativas dirigidas a
la formación del contrato, y para abandonarlas en cualquier momento.
ARTICULO 991.- Deber de buena fe. Durante las tratativas preliminares, y aunque no se haya
formulado una oferta, las partes deben obrar de buena fe para no frustrarlas injustificadamente. El
incumplimiento de este deber genera la responsabilidad de resarcir el daño que sufra el afectado
por haber confiado, sin su culpa, en la celebración del contrato.
ARTICULO 993.- Cartas de intención. Los instrumentos mediante los cuales una parte, o todas ellas,
expresan un consentimiento para negociar sobre ciertas bases, limitado a cuestiones relativas a un
futuro contrato, son de interpretación restrictiva. Sólo tienen la fuerza obligatoria de la oferta si
CULPA PRECONTRACTUAL Y CULPA IN CONTRAHENDO.- La culpa que analizamos hasta aquí,
supone la existencia de un contrato válido entre el acreedor y el deudor. Ahora aludimos a
situaciones marginales que no se tiene la seguridad de que entren en el marco de un contrato. La
culpa in contrahendo es un concepto acuñado por Ihering, que alude a la omisión de diligencias
apropiadas para acceder al perfeccionamiento de un contrato en vías de formación. Hay, en ese
comportamiento un abuso de la libertad de no contratar, que es una especie del género abuso del
derecho. Aunque los negociadores no estén unidos todavía por un contrato y tengan el derecho de
poner fin a las tratativas, deben actuar con lealtad y buena fe; nadie está obligado a contratar,
pero sí a impedir que la propia conducta irregular cause el daño ajeno. Aunque algunos autores
distinguen la culpa precontractual de la culpa in contrahendo, la distinción no se justifica. En
efecto, si bien aquélla se produciría en el período previo de los trámites preparatorios con
anterioridad a una oferta concreta después de lo cual ya sería culpa in contrahendo, en ambos
casos se trata de la violación del deber general de obrar con diligencia y prudencia a fin de evitar el
mal ajeno. Esto precisa la naturaleza de la responsabilidad que estudiamos. No se trata de
responsabilidad contractual porque aún no hay contrato formado. La responsabilidad que
analizamos es extracontractual o aquiliana, y la obligación de indemnizar existe porque se dan
todos los elementos constitutivos del hecho ilícito: 1) hay un hecho reprobado por la ley, que no
permite que se cause daño a otro; 2) hay daño; 3) hay relación de causalidad material entre el
hecho y el daño, y 4) hay una relación de causalidad moral o imputabilidad entre el agente y el
hecho obrado. El responsable debe resarcir el interés negativo del acreedor. Debe reintegrar al
acreedor los gastos efectuados (daño emergente), como asimismo compensarle la pérdida de la
probabilidad (chance) de ganancia (lucro cesante), que habría podido concretar si hubiese
encarado otro negocio, lo que dejó de lado con motivo del que estaba pendiente de conclusión y
que se frustró. Pero queda fuera de la cuestión para medir la cuantía de la reparación, la ulterior
valorización de los bienes comprendidos en el contrato frustrado por la culpa del responsable, ya
que ello integra el interés positivo del acreedor, que en este supuesto no es resarcible. Para que lo
fuera habría que estar en presencia de un medio jurídico -el contrato faltante- idóneo para operar
la transmisión del bien que deseara computarse. cumplen sus requisitos.
ARTICULO 1280.- Definición. Hay contrato de transporte cuando una parte llamada transportista o
porteador se obliga a trasladar personas o cosas de un lugar a otro, y la otra, llamada pasajero o
cargador, se obliga a pagar un precio o flete.
ARTICULO 1286.- Responsabilidad del transportista. La responsabilidad del transportista por daños
a las personas transportadas está sujeta a lo dispuesto en los artículos 1757 y siguientes. Si el
transporte es de cosas, el transportista se excusa probando la causa ajena. El vicio propio de la
cosa transportada es considerado causa ajena.
ARTICULO 1288.- Comienzo y fin del transporte. El transporte de personas comprende, además del
traslado, las operaciones de embarco y desembarco.
ARTICULO 1289.- Obligaciones del transportista. Son obligaciones del transportista respecto del
pasajero: a) proveerle el lugar para viajar que se ha convenido o el disponible reglamentariamente
habilitado; b) trasladarlo al lugar convenido; c) garantizar su seguridad; d) llevar su equipaje.
ARTICULO 1722.- Factor objetivo. El factor de atribución es objetivo cuando la culpa del agente es
irrelevante a los efectos de atribuir responsabilidad. En tales casos, el responsable se libera
demos-trando la causa ajena, excepto disposición legal en contrario.
ARTICULO 1757.- Hecho de las cosas y actividades riesgosas. Toda persona responde por el daño
causado por el riesgo o vicio de las cosas, o de las actividades que sean riesgosas o peligrosas por
su naturaleza, por los medios empleados o por las circunstancias de su realización. La
responsabilidad es objetiva. No son eximentes la autorización administrativa para el uso de la cosa
o la realización de la actividad, ni el cumplimiento de las técnicas de prevención.
ARTICULO 1758.- Sujetos responsables. El dueño y el guardián son responsables concurrentes del
daño causado por las cosas. Se considera guardián a quien ejerce, por sí o por terceros, el uso, la
dirección y el control de la cosa, o a quien obtiene un provecho de ella. El dueño y el guardián no
responden si prueban que la cosa fue usada en contra de su voluntad expresa o presunta. En caso
de actividad riesgosa o peligrosa responde quien la realiza, se sirve u obtiene provecho de ella, por
sí o por terceros, excepto lo dispuesto por la legislación especial.
UNIDAD 3
ARTICULO 1730.- Caso fortuito. Fuerza mayor. Se considera caso fortuito o fuerza mayor al hecho
que no ha podido ser previsto o que, habiendo sido previsto, no ha podido ser evitado. El caso
fortuito o fuerza mayor exime de responsabilidad, excepto disposición en contrario. Este Código
emplea los términos “caso fortuito” y “fuerza mayor” como sinónimos.
NOCIÓN LEGAL DEL CASO FORTUITO- El art. 1730 dice que "caso fortuito es el que no ha podido
preverse, o que previsto no ha podido evitarse". Con ello indica el codificador como datos
esenciales del evento que es dable configurar como caso fortuito, su imprevisibilidad y su
inevitabilidad. En cambio, el Código no define la fuerza mayor, si bien la menciona ya sea asociada
al caso fortuito, ya en forma autónoma, lo cual hace necesario considerar ambas nociones.
159. a) HECHO IMPREVISIBLE- Esta calidad se refiere a la aptitud del deudor para prever el hecho
que obsta al cumplimiento de la obligación. Será imprevisible el hecho cuando supere la aptitud
normal de previsión que sea dable exigirle al deudor. Por lo demás la capacidad humana de
previsión es limitada, y en cada caso debe exigirse en función de la naturaleza de la obligación y de
las condiciones personales del deudor. No se trata de imponer a éste un deber ilimitado de prever,
ni de pedirle una dosis adivinatoria de lo que podría acontecer. Pero para que el deudor quede
exento de responsabilidad será menester que de su parte haya actuado empleando todas las
precauciones ordinarias, pues si así no fuera habría culpa de su parte.
160. b) HECHO INEVITABLE- Esta característica se refiere a la impotencia del hombre para impedir
la ocurrencia del evento. Por tanto, el hecho es inevitable cuando acaece no obstante toda acción
contraria del deudor. Como decíamos del carácter precedente, también la inevitabilidad del hecho
es una noción relativa, que depende de las condiciones personales del deudor: lo que es ineludible
para éste puede no serlo para este otro. Lo que importa es que tal deudor, sin culpa de su parte y
enclavado en la circunstancia que le sea propia, haya sido impotente para evitar el hecho que
obsta al cumplimiento de la obligación.
c) HECHO AJENO AL DEUDOR- NO hay caso fortuito si el hecho que obsta al incumplimiento se
relaciona con la persona del deudor, ya que habría culpa y no caso fortuito si el deudor crease con
su propia actividad el hecho obstativo del cumplimiento de la obligación. Por lo demás, la
exterioridad del hecho que se Contempla es con relación a la actividad consciente del deudor,
quedando excluida su actividad instintiva o fisiológica (conf. art. 900). Así, hay caso fortuito si el
incumplimiento se debe a una enfermedad involuntariamente contraída por el deudor.
d) HECHO ACTUAL- El hecho que configura el caso fortuito debe ser actual, es decir, que debe
ocurrir al tiempo en que debería cumplirse la obligación. Por tanto, no excusa al deudor el
obstáculo potencial, es decir, el que no existe más que en el estado de simple posibilidad: es sólo
un peligro, una eventualidad que no se traduce en impedimento de la ejecución del deudor. Este
debe cumplir y no tiene excusa, aunque por razón de ese riesgo el cumplimiento se torne más
oneroso.
TEORIA DE EXNER
Exner sostenía que para que la fuerza mayor exonerara de responsabilidad al deudor debía reunir
tres caracteres:
FUERZAS NATURALES- LOS fenómenos de la naturaleza constituyen caso fortuito sólo cuando son
extraordinarios y por su intensidad salen del orden común. Pero no debe olvidarse que es
ordinario que periódicamente los fenómenos naturales (lluvia, vientos, inundaciones) aumenten
su intensidad sin que por ello puedan considerarse inevitables o imprevisibles.
HECHO DEL PRÍNCIPE: ACTO DE AUTORIDAD PÚBLICA- Se entiende por tal el acto emanado de
cualquier autoridad pública que impide el cumplimiento de la obligación. Aunque el acto sea
ilegítimo, el deudor queda liberado si no estaba en sus posibilidades resistirlo. Las resoluciones
judiciales no entran, salvo supuestos excepcionales, en esta categoría, pues en general no son
extrañas al deudor, ni éste podría considerarlas imprevisibles, puesto que son consecuencia de
actos anteriores del obligado.
HUELGA.- En principio la huelga no es un caso fortuito, pero puede llegar a serlo cuando reúna
todos los caracteres de tal, es decir cuando cierra al deudor toda perspectiva de cumplimiento.
Sólo la huelga ilegal puede constituir caso fortuito; la huelga declarada legal prueba que la actitud
de resistencia del empleador ha sido irrazonable, y no puede servir para eximirlo de
responsabilidad frente a los terceros con quienes hubiera contratado. Ha de tenerse presente sin
embargo que la calificación administrativa no es obligatoria para el Poder Judicial, que tiene la
facultad de apreciar según su propio criterio el carácter legítimo o ilegítimo de la huelga: lo que no
puede hacer el juez es prescindir de la calificación administrativa, como si ésta no existiera.
HECHO DE TERCERO- Es el acto emanado de una persona extraña al deudor, que constituye un
caso fortuito o fuerza mayor si reúne los requisitos ya estudiados. Va de suyo que si el hecho
proviene de una persona por la cual deba responder el deudor, no puede configurarse el caso
fortuito. Entre los supuestos que han sido considerados casos fortuitos por la doctrina y la
jurisprudencia, cabe señalar: el robo, los atentados criminales, el accidente que sufre el deudor
cuando viaja en un vehículo de transporte público, sin que promedie culpa del deudor o del
conductor, y en general aquellos accidentes en los que tanto el deudor como el autor material del
hecho son meros instrumentos pasivos de un hecho realizado por un tercero en quien radica, en
verdad, la causa del daño.
INCENDIO- La abundante jurisprudencia sobre el incendio, invocado como caso fortuito, requiere
naturalmente que éste presente todos los elementos constitutivos del casus. En general el
incendio no constituye caso fortuito si la prueba demuestra que era en alguna medida previsible,
según las circunstancias del caso. Por ello no debe sorprender que según esas mismas
circunstancias, se haya decidido en algunos casos que la combustión espontánea de mercaderías
resulte caso fortuito mientras que en otro se ha resuelto lo contrario.
175. PRUEBA DEL CASO FORTUITO- Incumbe al deudor que aduce el caso fortuito eximente de su
responsabilidad, probar la existencia de ese hecho y que reúne todos los caracteres del casus. Si
admitido el casus el acreedor persiste en la pretensión originaria debe suministrar la prueba del
hecho que mantiene en tal hipótesis la discutida responsabilidad del deudor, por ejemplo, su mora
anterior al caso fortuito. El deudor no está obligado a probar los hechos notorios pero sí la relación
impeditiva que media entre esos hechos y la posibilidad de ejecutar la obligación. Así, el deudor
tendrá que demostrar por qué tal guerra o terremoto, que en sí no requiere prueba, le han
impedido satisfacer la prestación debida. En caso de duda sobre las características del caso
fortuito debe mantenerse la responsabilidad del deudor, a menos que exista un pacto especial de
exención de responsabilidad por todo caso fortuito ó por determinados casos fortuitos. Tales
pactos no carecen de sentido: cuando existen invierten la regla de modo tal que el hecho dudoso
(y el caso fortuito se presenta a menudo bajo forma de hechos dudosos) será considerado como
casus. En suma: mediando pacto de exención la duda se resuelve en favor de la liberación del
deudor.
ARTICULO 1732.- Imposibilidad de cumplimiento. El deudor de una obligación queda eximido del
cumplimiento, y no es responsable, si la obligación se ha extinguido por imposibilidad de
cumplimiento objetiva y absoluta no imputable al obligado. La existencia de esa imposibilidad
debe apreciarse teniendo en cuenta las exigencias de la buena fe y la prohibición del ejercicio
abusivo de los derechos.
ARTICULO 1733.- Responsabilidad por caso fortuito o por imposibilidad de cumplimiento. Aunque
ocurra el caso fortuito o la imposibilidad de cumplimiento, el deudor es responsable en los
siguientes casos: a) si ha asumido el cumplimiento aunque ocurra un caso fortuito o una
imposibilidad; b) si de una disposición legal resulta que no se libera por caso fortuito o por
imposibilidad de cumplimiento; c) si está en mora, a no ser que ésta sea indiferente para la
producción del caso fortuito o de la imposibilidad de cumplimiento; d) si el caso fortuito o la
imposibilidad de cumplimiento sobrevienen por su culpa; e) si el caso fortuito y, en su caso, la
imposibilidad de cumplimiento que de él resulta, constituyen una contingencia propia del riesgo
de la cosa o la actividad; f) si está obligado a restituir como consecuencia de un hecho ilícito.
Según el art. 1733 del Cód. Civil el caso fortuito exime de responsabilidad al deudor por los daños y
perjuicios que el incumplimiento de la obligación provocara al acreedor. El principio es de toda
justicia puesto que el incumplimiento no puede ser imputado al deudor por cuanto no es el autor
moral de esa falta de ejecución de la prestación. Por tanto, no hay razón suficiente para que se le
haga pasible de la sanción resarcitoria de los daños sufridos por el acreedor. La inejecución que
aquí se contempla puede ser definitiva o provisional; total o parcial. Por su propio carácter el caso
fortuito temporario sólo exime al deudor de la reparación del daño moratorio pero no extingue la
obligación. En cambio el caso fortuito definitivo disuelve la obligación por imposibilidad de pago. Si
la inejecución es parcial, la liberación del deudor no excede esa misma proporción. Sin embargo el
acreedor conserva el derecho de disolver la obligación si no le interesa recibir un pago disminuido.
179. SEGUNDA EXCEPCIÓN: CASUS DOLO VEL CULPA DETERMINATUS- La responsabilidad del
deudor subsiste cuando el incumplimiento proviene de un caso fortuito "ocurrido por su culpa".
En realidad se trata de una excepción impropia, pues el incumplimiento proviene del hecho del
deudor; no se justifica que el Código lo señale expresamente porque, en verdad, no se trata de un
caso fortuito.
180. CONJUNCIÓN DE CULPA Y CASUS- Una cuestión que tiene afinidad con la precedente se
plantea cuando en el incumplimiento del deudor se conjuga su culpa con un caso fortuito. La sola
culpa del deudor no habría sido suficiente para impedirle cumplir si no hubiera acontecido el caso
fortuito; y a su vez éste no hubiera sido un obstáculo por sí solo, si no hubiese mediado la culpa
del obligado. Para algunos autores esa cuestión debe decidirse en función de la culpa que absorbe
al caso fortuito: el deudor responde por todo el daño que en la especie ha sufrido el acreedor.
Para otra opinión, que nos parece preferible, hay que graduar la responsabilidad atribuyendo al
deudor la que resulta proporcionalmente de su culpa. Pero si no es posible discriminar en cuanto a
la influencia causal de uno y otro factor, entendemos que el deudor es responsable por la mitad
del daño resarcible sufrido por el acreedor.
TERCERA EXCEPCIÓN: CASO FORTUITO POSTERIOR A LA MORA Según el art. 1733 el caso fortuito
no exime de responsabilidad al deudor cuando éste hubiese sido ya constituido en mora que no
fuera motivada por caso fortuito o fuerza mayor.
TEORÍA DE LA IMPREVISIÓN
NOCIÓN - Se vincula con la teoría del caso fortuito, que hemos estudiado precedentemente, la
teoría de la imprevisión que enfrenta hechos que por su índole son idénticos a los constitutivos de
caso fortuito o fuerza mayor. Sólo difieren en que mientras éstos impiden absolutamente el
cumplimiento de la obligación, aquellos otros no lo impiden pero hacen a la ejecución debida,
excesivamente onerosa para el deudor. Cabe preguntarse si frente a un hecho imprevisible e
inevitable que no impide absolutamente el cumplimiento del deudor pero lo torna
desmesuradamente oneroso, todavía subsiste el derecho del acreedor de atenerse a los términos
originarios de la obligación, sin concesión alguna. Si se concibe el derecho como un orden social
justo, parece evidente que el juez y el legislador deben contemplar en alguna medida esta
situación especial para resolverla de una manera que sea justa por igual para ambos sujetos de la
obligación.
ORIGEN, EVOLUCIÓN HISTÓRICA - La idea que nutre la teoría de la imprevisión, aunque nueva en
su formulación por la ciencia jurídica moderna, tiene antiguas raíces. Ya fue insinuada por los
jurisconsultos romanos que la entrevieron en algunas soluciones particulares. Pero, sobre todo, es
en la obra de los canonistas donde puede advertirse que la incipiente teoría cobra cuerpo, a través
de las Decretales de Graciano, de la Suma Teológica de Santo Tomás de Aquino, y de la enseñanza
de Bartolomeo de Brescia. Los glosadores en cambio, no se ocuparon de esta materia que sí
suscitó la atención de los post-glosadores, con Bartolo a la cabeza, quien sostiene que en todos los
casos de renuncias ha de presumirse la cláusula rebus sic stantibus, frase apocopada de la
siguiente máxima, corriente en las convenciones de los concilios de la época: contractus qui
habent tractum succesivum vel dependentiam de futuro, rebus sic stantibus intelliguntur. Los
grandes jurisconsultos clásicos franceses, como Cujas, Domat y Pothier no contemplaron el
problema, lo que explica que tampoco lo hiciera el Código Napoleón. En cambio la jurisprudencia
italiana de fines del siglo xvi y comienzos del xvn, especialmente en los comentarios del cardenal
De Luca, a las sentencias del Tribunal de la Rota, desenvuelven la teoría con toda precisión. En el
pensamiento germánico. Grocio y Puffendorf entre otros, dedican su atención a esta teoría, que
luego en el siglo xix, por influencia del pensamiento individualista liberal, parece perder el favor de
la doctrina. Hacia fines del siglo xix, especialmente por obra de Windscheid, la doctrina vuelve a
prestar su atención a la teoría de la imprevisión, que en el siglo xx llega a una formulación que
puede considerarse definitiva.
Con el caso fortuito y fuerza mayor Guarda una gran analogía con la frustración de la causa fin
del contrato.
Sin embargo, la diferencia esencial, es que en la frustración es posible el cumplimiento,
mientras que en el caso fortuito o en la fuerza mayor es imposible cumplir. La imposibilidad en
el caso fortuito es material, fáctica.
En cambio, en la frustración de la causa fin del contrato, el hecho jurídico que altera el contexto
contractual no genera un obstáculo en el campo fáctico sino en la volición. El acreedor deja de
desear el cumplimiento porque aun si se cumpliese, la prestación carecería del sentido buscado
al contratar. La prestación es posible pero inútil, pues, por la concurrencia del hecho frustrante,
se pierde el interés que se buscaba satisfacer al contratar.
Además, en la frustración de la causa fin del contrato, no es necesario que concurran los seis
recaudos que se exigen para la procedencia del caso fortuito. Me refiero al carácter
imprevisible, inevitable, ajeno al deudor, actual, sobreviniente, que se erige como obstáculo
insuperable para el cumplimiento; aunque algunos de tales recaudos e n realidad son comunes
a ambos institutos.
Pero la diferencia más importante es conceptual: la frustración de la causa fin del contrato no
constituye una exoneración de responsabilidad por incumplimiento, sino de resolución por
haberse perdido la causa fin que es un elemento esencial del contrato.
Supuestos con culpa o mora del perjudicado El art. 1198 del Código de Vélez disponía: " No
procederá la resolución, si el perjudicado hubiese obrado con culpa o estuviese en mora " . Es
decir que si el perjudicado demandante había actuado con culpa en la producción del evento
dañoso no podía invocar el instituto, o al menos no hacerlo con éxito.Igual conclusión se seguía
de su condición de moroso porque la mora ponía a su carga los perjuicios sufridos (art. 508 del
Código derogado).El nuevo Código vigente no incorporó esa regla en forma expresa. Pero
requiere que la causa de la alteración extraordinaria de las circunstancias existentes al tiempo
de la celebración sobrevenga por causas ajenas a las partes. Esta expresión abarca el concepto
de culpa. La alteración extraordinaria no será ajena a la parte si está incursa en culpa.Pero la
culpa a demás de obstar al carácter de " ajenidad" en la producción del evento desequilibrante
también pone en cabeza de quien actuó con culpa las consecuencias del caso fortuito. El que
actuó con culpa responde por las consecuencias fortuitas en los términos del art. 1733 inc.
d).Por otro lado la mora hace al deudor responsable también del caso fortuito, que en la
excesiva onerosidad sobreviniente es el evento imprevisto que altera gravemente la ecuación
económica del contrato a no ser que esa mora sea indiferente para la producción del daño (art.
1733 inc. c del Código Civil y Comercial). Es decir que sea irrelevante, v.gr. por ser posterior a la
producción del evento imprevisible.
FUNDAMENTOS DE LA TEORÍA- Acerca del fundamento o razón de ser de esta teoría se han
emitido distintas opiniones. Señalaremos las más importantes.
a) Teoría de la presuposición. - Para Windscheid hay siempre expectativas o creencias, sin las
cuales el que emite una declaración de voluntad no la hubiera emitido. Estas expectativas forman
la base del negocio (Oertmann).
b) Teoría de la situación extracontractual. - La formula Bruzin, quien dice que el contrato obliga a
las partes salvo cuando cambios sobrevinientes traen en la ejecución consecuencias que
sobrepasan las previsiones de las partes al contratar, creándose una situación extracontractual.
c) Teoría del equilibrio de las prestaciones. - (Giorgi y Maury). La equidad y la justicia requieren
que el juez restablezca el equilibrio de las partes, cortando toda desigualdad y buscando la utilidad
común que las partes tuvieron en mira al contratar.
d) Teoría del fundamento moral. - La sostiene Ripert quien dice que la actitud del acreedor que
pretende del deudor una prestación que se ha vuelto desmesuradamente onerosa es reprochable
pero, según él, por razones morales, no jurídicas. Por ello aconseja que el juez sólo intervenga en
circunstancias extraordinarias que afecten a toda una categoría de deudores.
e) Teoría de la buena fe. - Sostenida entre otros por von Tuhr y Alsina Atienza, quienes piensan
que aplicar literalmente el contrato luego de un cambio radical de las circunstancias originarias
atenta contra la buena fe.
f) Teoría del medio económico jurídico.^ La sostiene Fórmeles quien destaca que todo contrato se
celebra en un medio económico-jurídico determinado. Cuando un hecho imprevisible altera este
medio nos encontramos ante un nuevo contrato, y no cabe exigir la estricta ejecución del contrato
primitivo.
h) Teoría del abuso del derecho. - La sostiene Spota. Para él el acreedor que exige el cumplimiento
estricto de la prestación incurre en un abuso de derecho, ya que no lo ejerce en forma funcional
ART 332-Lesión. Puede demandarse la nulidad o la modificación de los actos jurídicos cuando una
de las partes explotando la necesidad, debilidad síquica o inexperiencia de la otra, obtuviera por
medio de ellos una ventaja patrimonial evidentemente desproporcionada y sin justificación.Se
presume, excepto prueba en contrario, que existe tal explotación en caso de notable
desproporción de las prestaciones.Los cálculos deben hacerse según valores al tiempo del acto y la
desproporción debe subsistir en el momento de la demanda.El afectado tiene opción para
demandar la nulidad o un reajuste equitativo del convenio, pero la primera de estas acciones se
debe transformar en acción de reajuste si éste es ofrecido por el demandado al contestar la
demanda.Sólo el lesionado o sus herederos pueden ejercer la acción.
Diferencias con otras figuras 3.1. Con los vicios de la voluntad Con relación al error, si éste se ha
producido como consecuencia de la lesión, necesariamente recaerá sobre el precio, y este tipo
de error no acarrea la acción de nulidad. Además, en general, el lesionado conoce el valor de la
cosa, pero le es imposible evadir el daño que ha de sufrir debido a su condición de inferioridad.
También es clara la diferencia existente con el dolo, ya que en éste se observa una actividad por
parte del beneficiario que provoca, a través de la aserción de lo falso o disimulación de lo
verdadero, el error del cocontratante. Por el contrario, en la lesión, el estado de inferioridad del
perjudicado es preexistente a cualquier actividad del beneficiario, quien sólo saca provecho de
esta situación.
De esto se desprenden dos diferencias de tratamiento: por un lado, la protección que se brinda
a la víctima del dolo es más contundente ya que genera sólo la acción de nulidad no pudiéndose
ofrecer por el victimario un reajuste del acto; y, además, el damnificado puede ejercer la acción
de reparación de daños y perjuicios, lo que no sucede en el supuesto del art. 332 del Código Civil
y Comercial. De todos modos en ciertas circunstancias de hecho la conducta del dañador puede
encajar en una u otra figura como lo ha señalado Morello.
Finalmente, no se puede confundir la lesión con la violencia, ya que en aquélla están ausentes
las "amenazas injustas" que constituyen el elemento indispensable para la configuración de
aquel vicio y para que tenga lugar la anulación.
3.2. Con la excesiva onerosidad sobreviniente (teoría de la imprevisión) La diferencia básica
entre la lesión y la teoría de la imprevisión (art. 1091) radica en que ésta se aplica a los actos
que originariamente contenían prestaciones equivalentes, pero circunstancias sobrevinientes,
imprevisibles y extraordinarias convierten en excesivamente oneroso para una de las partes el
cumplimiento de las prestaciones. En cambio, en la lesión el defecto está presente desde el
mismo momento de la celebración y debe subsistir al tiempo de la demanda. Además la lesión
contiene elementos subjetivos: estado de inferioridad y explotación, que no aparecen en la
imprevisión.
La explotación Consiste en el aprovechamiento de la situación de inferioridad en que se halla la
víctima del acto lesivo. No es suficiente, como sostienen algunos autores, el solo conocimiento
de la existencia de la necesidad, ligereza o inexperiencia en el sujeto pasivo. Es necesario que a
partir del conocimiento de ese estado, se pretenda obtener un beneficio desproporcionado
.
b) Relación del hecho con las futuras prestaciones comprometidas. El hecho en cuestión ha de
provocar una excesiva onerosidad en el cumplimiento de la prestación debida, de manera tal que
el mantenimiento de la obligación importe la consumación de una flagrante injusticia. Determinar
cuándo la onerosidad llega a ser excesiva es un punto librado al prudente arbitrio del juez. Por lo
demás, se habla de onerosidad para el deudor. Ello significa que no basta cualquier desbarajuste
en la ecuación económica que favorezca desmesuradamente al acreedor si no se traduce en grave
perjuicio del deudor.
. PACTOS REFERENTES A LA TEORÍA DE LA IMPREVISIÓN- Aun antes de la ley 17.711, no cabía duda
alguna sobre la validez de los convenios que las partes hicieran sobre la teoría de la imprevisión,
ya fuere para mantener aun en esa hipótesis la eficacia del contrato o para determinar su
rescisión. La sanción de la ley 17.711, no ha cambiado esta situación, pues lo que las partes
acuerden al respecto está sometido exclusivamente a la autonomía de la voluntad privada.
DAÑOS E INTERESES
ARTICULO 1737.- Concepto de daño. Hay daño cuando se lesiona un derecho o un interés no
reprobado por el ordenamiento jurídico, que tenga por objeto la persona, el patrimonio, o un
derecho de incidencia colectiva.
ARTICULO 1744.- Prueba del daño. El daño debe ser acreditado por quien lo invoca, excepto que la
ley lo impute o presuma, o que surja notorio de los propios hechos.
DAÑO DEL DEUDOR- En los mismos términos que los expuestos se plantea la cuestión cuando es el
deudor quien pretende hacer valer la responsabilidad del acreedor incurso en mora. En esa
hipótesis, será un presupuesto de tal responsabilidad el daño sufrido por el deudor a causa de esa
mora accipiendi.
DISTINTAS ESPECIES DE DAÑOS- LOS posibles daños experimentados por el acreedor en conexión
con el incumplimiento de la obligación pueden ser clasificados según diversos criterios.
c) Por su conexión causal con la inejecución del deudor, en daños inmediatos y mediatos, directos
e indirectos;
202. DAÑOS COMUNES Y PROPIOS- Son daños comunes los que cualquier persona igualmente
habría experimentado como consecuencia del incumplimiento de la obligación. Son daños propios
aquellos que sufre exclusivamente una persona determinada por las circunstancias que le atañen a
ella. En la indemnización de perjuicios sólo se computan los daños comunes; por excepción, entran
en consideración los daños propios, cuando fueren conocidos del deudor al tiempo de contraer la
obligación. También se computan los daños propios como resarcibles cuando el deudor actúa con
dolo en la inejecución.
203. DAÑOS INMEDIATOS Y MEDIATOS- Son daños inmediatos los que resultan invariablemente
del incumplimiento del deudor, según el curso natural y ordinario de las cosas (conf. art.901,
primera parte, del Cod. Civil). Son daños mediatos los que resultan solamente de la conexión del
incumplimiento del deudor con una acontecimiento distinto (conf. art. 901, segunda frase).
204. DAÑOS DIRECTOS E INDIRECTOS- Esta clasificación tiene en nuestro derecho un significado
dual que sólo juega en el ámbito de los hechos ilícitos. Según una primera significación es daño
directo el que sufre la víctima del acto ilícito "en las cosas de su dominio o posesión" (art. 1068);
indirecto el que refluye en su patrimonio "por el mal hecho a su persona o a sus derechos o
facultades" (art. 1068, infine). Según una segunda significación, adoptada por el art. 1079, es daño
directo el que padece la víctima del delito cometido y daño indirecto el que experimenta de
rebote cualquier otra persona distinta, lesionada en un derecho propio.
205. DAÑOS PREVISTOS E IMPREVISTOS. DAÑOS PREVISIBLES E IMPREVISIBLES- Son daños
previstos los que de hecho ha contemplado el deudor al tiempo de contraer la obligación, e
imprevistos los que están en la situación opuesta. Los daños previsibles son los susceptibles de
previsión al tiempo de contraerse la obligación; en cambio los imprevisibles no. Esta clasificación
tiene significación en el ámbito de los hechos ilícitos (infra, ns 1414), y para agravar la
responsabilidad del deudor que obra deliberadamente, o sea con dolo obligacional, el
incumplimiento de la obligación (supra, ns 110).
20 DAÑOS INTRÍNSECOS Y EXTRÍNSECOS- Son daños intrínsecos los que conciernen a la prestación
misma que constituye el objeto de la obligación. Son daños extrínsecos los que sufre el acreedor
en otros bienes suyos distintos del objeto de la obligación.
DAÑO ACTUAL, FUTURO Y EVENTUAL- Por daño actual se entiende el detrimento patrimonial ya
ocurrido que aún subsiste sin reparar. Daño futuro es el que habrá de sufrir necesariamente el
damnificado en un tiempo ulterior; tal daño es resarcible si puede desde ya ser estimado
pecuniariamente . Daño eventual es el problemático o conjetural, que puede o no ocurrir y de ahí
que no sea, en principio, resarcible. Pues si se indemnizara y luego el daño no se produjese, el
damnificado meramente eventual se enriquecería sin causa a expensas del responsable.
DAÑO AL INTERÉS POSITIVO Y DAÑO AL INTERÉS NEGATIVO- La clave de esta clasificación consiste
en la virtualidad jurídica del título en que se apoya la pretensión resarcitoria del demandante. El
daño al interés positivo engloba las perspectivas favorables que el acreedor podía legítimamente
esperar como resultado del cumplimiento de la obligación. En su consideración se mira hacia el
porvenir, computando como medio idóneo de incremento patrimonial el título del acreedor que lo
habilita para exigir el cumplimiento de la obligación, y obtener con ello las ventajas esperadas. Por
ejemplo si A promete a B la venta de un inmueble y luego no cumple, pueden entrar en este
renglón los siguientes rubros: mayor valor adquirido por ese inmueble, pérdida de una diferencia
de precio de reventa ya convenida, etcétera. El daño al interés negativo supone la invalidez o
ineficacia del acto jurídico que había originado la obligación, la cual queda consiguientemente sin
causa y por ello carente de la virtualidad que le era propia. El interés negativo del acreedor
consiste en el resarcimiento de los daños y perjuicios que no habría sufrido, si no se hubiera
constituido la obligación. En su consideración se mira hacia el pasado, tratando de restablecer el
statu-quo patrimonial anterior a la constitución de la obligación que ha resultado desvanecida.
Entre estos daños cabe mencionar los gastos realizados con motivo de la celebración del contrato,
que resultan inútiles (honorarios, sellados, comisiones, traslados, etc.).
210. DAÑO PATRIMONIAL Y DAÑO MORAL- Por daño patrimonial se entiende el menoscabo que
alguien sufre, susceptible de apreciación pecuniaria . En cambio, el daño moral es una lesión en los
sentimientos, por el sufrimiento o dolor que padece la persona, insusceptibte de apreciación
pecuniaria. Consiste en el desmedro o desconsideración que el agravio pueda causar en la persona
agraviada, o los padecimientos físicos, el dolor, las inquietudes o cualesquiera otras dificultades o
molestias que puedan ser la consecuencia del hecho perjudicial. Nuestro codificador no se ocupa,
en general, del daño moral genérico, sino del agravio moral -que es una especie del género daño
moral- el cual consiste en el sufrimiento de la persona por la molestia en su seguridad personal, o
por la herida en sus afecciones legítimas, o el experimentado en el goce de los bienes (que ha
producido el ofensor. En suma, es daño moral todo sufrimiento o dolor que se padece,
independientemente de cualquier repercusión de orden patrimonial, y que no ha de confundirse
con el perjuicio patrimonial causado por un factor moral o derivado del mal hecho a la persona o a
sus derechos o facultades.
INDEMNIZACIÓN DE DAÑOS Y PERJUCIOS.- Se denomina así, la valuación en dinero de la totalidad
del daño resarcible, que el responsable debe satisfacer a favor del damnificado. Con esa
indemnización queda remediado el desequilibrio de orden jurídico provocado por el
incumplimiento de la obligación y restablecido el acreedor en la situación patrimonial que debió
tener de no haber obstado a ello el hecho imputado al responsable.
FUNDAMENTOS DE LA INDEMIZACION
FINALIDAD DE LA INDEMIZACION
ARTICULO 1740.- Reparación plena. La reparación del daño debe ser plena. Consiste en la
restitución de la situación del damnificado al estado anterior al hecho dañoso, sea por el pago en
dinero o en especie. La víctima puede optar por el reintegro específico, excepto que sea parcial o
totalmente imposible, excesivamente oneroso o abusivo, en cuyo caso se debe fijar en dinero. En
el caso de daños derivados de la lesión del honor, la intimidad o la identidad personal, el juez
puede, a pedido de parte, ordenar la publicación de la sentencia, o de sus partes pertinentes, a
costa del responsable.
c) El daño ha de ser personal de quien pretende la indemnización. Se trata de una aplicación pura y
simple del fundamental principio según el cual si no hay interés no hay acción. Por lo demás, en el
régimen general de la responsabilidad civil sólo tiene derecho a la indemnización el acreedor
perjudicado en un interés directo. Los damnificados indirectos son ajenos a ese régimen, salvo que
el hecho perjudicial -incumplimiento de la obligación- degenere en un delito del derecho criminal :
en tal hipótesis de excepción, el resarcimiento podría también ser perseguido por un tercero que
fuere damnificado indirecto.
d) Para ser resarcible, el daño ha de afectar un interés legítimo del damnificado. Por aplicación de
este requisito, que juega igualmente en la responsabilidad contractual y extracontractual, se niega
la acción resarcitoria de daños y perjuicios a la concubina, por la muerte de su compañero.
e) Finalmente, el daño para ser resarcible ha de estar en relación causal con el hecho imputado al
responsable (véase infra, núms. 248 y sigs.).
ART 1744-Prueba del daño. El daño debe ser acreditado por quien lo invoca, excepto que la ley lo
impute o presuma, o que surja notorio de los propios hechos.
ENTIDAD DEL DAÑO- El daño resarcible es el menoscabo patrimonial causado por el hecho que
genera la responsabilidad. Cuando el daño varía en el tiempo deben computarse sus
modificaciones intrínsecas, sea que lo agraven o que lo aminoren. El daño computable es el que
subsiste en el momento de la sentencia. Es intrínseca una variante que corresponde al proceso
normal de los elementos de hecho constitutivos del daño, por ejemplo, la derivación de un yerro
operatorio es una modificación intrínseca de la lesión padecida por el paciente, sea que ésta
degenere en una incapacidad total, o que por un tratamiento adecuado quede reducida a una leve
incapacidad parcial. En cambio, no entran en la computación del daño las alteraciones extrínsecas
del mismo. Por ejemplo, el robo que sufre un accidentado inconsciente es una alteración
extrínseca que experimenta el daño causado por el accidente. Luego de pasada en autoridad de
cosa juzgada la sentencia que fija la indemnización, el daño queda cristalizado y ya no es posible
procurar su revisión. Esto significa que las alteraciones intrínsecas del daño, posteriores a la
sentencia, son irrelevantes, salvo que el propio pronunciamiento contemple la posibilidad de su
modificación en virtud de los nuevos daños que sufriere en el futuro el damnificado.
COMPENSACIÓN DEL DAÑO CON EL LUCRO- El mismo hecho que compromete la responsabilidad
de alguien puede, al propio tiempo que causar un daño, representar un beneficio para el
damnificado. Si ello ocurre, debe descontarse de la indemnización el monto del beneficio porque
el damnificado no debe lucrar a expensas del responsable. De lo contrario, se autorizaría el
enriquecimiento sin causa del damnificado. Es de notar que la compensatio lucri cum damno sólo
procede cuando beneficio y perjuicio son efectos de la misma causa. Pero cuando el beneficio
deriva de otra causa, distinta del hecho que genera el perjuicio, el damnificado puede acumular,
frente al responsable, la indemnización del perjuicio y el importe de aquel beneficio, por ejemplo,
la percepción de un seguro por el damnificado en nada influye frente al responsable para que
pueda reclamar la correspondiente indemnización.
219. AVALUACIÓN DEL DAÑO: CONVENCIONAL, LEGAL, JUDICIAL.- Establecida la existencia del
daño se requiere pasar a su valoración pecuniaria. La avaluación es convencional cuando se
practica de común acuerdo por el damnificado y el responsable. Tal convenio, que por lo general
importará una transacción, en cuanto a las pretensiones extremas de ambas partes, quedará
asegurado en su integridad. La avaluación del daño es legal, cuando la propia ley establece la
cuantía de la indemnización debida al acreedor, o el monto máximo o mínimo de la misma. Es lo
que ocurre, por ejemplo, en los casos de indemnización por accidentes de trabajo. A falta de
determinación de la cuantía del daño, por vía convencional o legal, la avaluación se hace por el
juez con arreglo a las probanzas del juicio.
220. FECHA DE LA VALUACIÓN DEL DAÑO- En nuestra época que se caracteriza por las grandes
oscilaciones en el valor de los bienes y por una constante inflación monetaria y consiguiente
pérdida del valor adquisitivo del dinero, en principio, el daño resarcible debe ser valorado al
tiempo de ía sentencia o momento más próximo a esa época que sea posible, porque un daño
actual requiere ser indemnizado con un valor también actual. Sólo así se satisface la finalidad de la
indemnización.
b) Tampoco se computa el valor actual cuando el daño hubiese representado antes un valor
mayor: la indemnización debe comprender ese valor mayor.
PLANTEO DEL ASUNTO- Luego de haber considerado el daño sufrido por el acreedor en su faz
patrimonial, ahora corresponde examinar si las lesiones de orden moral que puedan causar el
incumplimiento del deudor, o la comisión de un hecho ilícito, deben ser contempladas para
incrementar la indemnización a favor del damnificado.
CONCEPTO DEL DAÑO MORAL-El daño moral es una lesión en los sentimientos, por el sufrimiento
o dolor que padece la persona, que no es susceptible de apreciación pecuniaria.
COMPARACIÓN CON EL DAÑO PATRIMONIAL- El daño moral se distingue del daño patrimonial en
varios aspectos.
c) Por el diferente criterio de reparación del daño: frente a un daño patrimonial, la indemnización
se integra con la suma de los valores pecuniarios, que equivalen al menoscabo sufrido por el
damnificado. Pero frente al daño moral no es posible emplear el mismo criterio, porque aquí no
hay valores económicos en juego ni mermas en el patrimonio del lesionado: de ahí que su
reparación tenga que adaptarse a módulos distintos. No se podrá medir un daño, que es por sí
mismo inconmensurable, sino que habrá que atender a la gravedad de la falta cometida y a las
posibilidades del responsable, para adecuar prudencialmente a todo ello la medida de la sanción.
230. TESIS DEL "RESARCIMIENTO".- En un primer momento sus partidarios sostuvieron que el daño
moral era una especie del género daño: por tanto, cuanto la ley dispone sobre el resarcimiento de
daños e intereses, en general, era aplicable también a los daños morales. Después de las críticas
que se le formularon esta teoría asumió una nueva fórmula: no se trataría de restablecer una
situación patrimonial que no ha sido alterada, sino de procurar un restablecimiento de la situación
anímica del lesionado, lo que sería factible brindándole la posibilidad de colmar o compensar con
satisfacciones placenteras las aflicciones pasadas.
231. CRÍTICA DE LA TEORÍA DEL "RESARCIMIENTO".- Esta teoría reposa sobre una filosofía moral
francamente errónea. No es posible degradar los sentimientos humanos más excelsos mediante
una suerte de subrogación real, por la cual los sufrimientos padecidos quedarían cubiertos
mediante una equivalencia de goces. Por otra parte, esa diversidad de naturaleza entre el daño
patrimonial y el daño moral (supra, nQ 228), que de ningún modo integran un mismo género, tiene
que traducirse en una distinta manera de efectuar la reparación: la que sea congruente con la
índole del daño de que se trate.
232. LA TEORÍA DE LA "SANCIÓN EJEMPLAR".- Nuestra conciencia jurídica se rebela ante la idea de
que pueda quedar impune el hecho ilícito por el cual se mortifica a la víctima, causándole una
injusta aflicción en su ánimo. Sin duda, desde que por hipótesis no media menoscabo patrimonial,
no podrá hablarse de "resarcimiento" de un daño patrimonial inexistente, pero habrá que arbitrar
algún recurso para que en odio al delito se castigue al delincuente por su acción injusta. Por ello, la
reparación del daño moral encuentra su justificación no por el lado de la víctima de la lesión sino
por el lado del ofensor: no constituye un "resarcimiento" sino una "pena civil", mediante la cual se
reprueba ejemplarmente la falta cometida por el ofensor.
234. a) HECHOS QUE DAN LUGAR A LA REPARACIÓN DEL DAÑO MORALPara que cuadre imponer
una sanción al causante del daño moral es menester, en pura teoría, que él haya obrado con la
maligna intención de producir ese daño. Lo particularmente vituperable de su acción consiste en el
agravio que el ofensor causa, invadiendo el ámbito espiritual del agraviado, y provocando a
designio el mal que éste padece: he aquí lo que la ley no puede dejar pasar sin un correctivo
ejemplar para ahuyentar la comisión de semejantes maldades. Por el contrario no se justifica la
imposición de la sanción cuando falta la intención dolosa en el autor del daño moral, y por tanto
no promedia ofensa. El sufrimiento que en esa hipótesis se padece será sin duda una desgracia,
pero no provendrá de un agravio que exija un desagravio: falla entonces el presupuesto
indispensable de la reparación. Lo expuesto conduce a excluir del ámbito de la reparación del daño
moral, a los hechos meramente culposos, carentes de intención maliciosa: así, los cuasidelitos, y
desde luego, el incumplimiento de la obligación en que incurriere el deudor, que no fuere
deliberado.
235. b) TITULAR DE LA REPARACIÓN- Está habilitado para recabar la reparación del daño moral
quien ha sufrido un agravio de esa índole, siempre que el ofensor no haya sido sancionado con
anterioridad por la comisión del hecho. Pues si así fuera, el ofensor ya habría expiado su falta y
con ello estaría satisfecha la justicia; no habría razón para imponerle una nueva sanción a causa
del mismo hecho: non bis in idem. Si se funda la reparación del daño moral en la tesis del
"resarcimiento", se llega necesariamente a conceder el derecho a la indemnización a favor de toda
persona que sufra un daño de esa índole, con lo cual se abre la posibilidad insensata de que un
mismo hecho pueda originar infinitas indemnizaciones y aplastar económicamente al responsable.
236. c) CRITERIO PARA FIJAR LA CUANTÍA DE LA REPARACIÓN.- Si la reparación del daño moral es
una sanción legal que mira al castigo del ofensor, para establecer el quantum de la sanción habrá
que atender, como en todo sistema represivo, a la personalidad y circunstancias del sancionado y
a la gravedad de la falta cometida, a fin de graduar la importancia de la pena en función de esos
factores. Entre las circunstancias personales computables cobra mayor significación la condición
de fortuna del responsable. Cuanto mayor sea ésta, más elevado tendrá que ser el importe de la
pena. Ninguna influencia debe ejercer en la determinación de la cuantía de la sanción, la
circunstancia de haber o no sufrido el damnificado daños materiales, paralelamente, a causa del
mismo hecho. Son lesiones de índole diferente, cuyo remedio se procura mediante regímenes
jurídicos distintos.
238. e) EJERCICIO DE LA ACCIÓN POR LOS ACREEDORES DEL AGRAVIADO Por la misma razón
expuesta precedentemente, los acreedores del lesionado moralmente no pueden demandar, por
vía de la acción subrogatoria, la reparación del agravio moral.
a) Tratándose de una pena privada, se extingue el derecho a su imposición con la muerte del autor
del daño moral. La acción no se da contra los sucesores del responsable, a diferencia de lo que
ocurre en materia de daños patrimoniales, lo cual no se explica si se piensa que la reparación tiene
carácter resarcitorio.
b) No obstante, si el hecho perjudicial ha sido cometido por un dependiente, es posible hacer valer
la reparación del daño moral contra el principal , quien garantiza a los demás por los yerros de sus
subordinados
ARTICULO 1726.- Relación causal. Son reparables las consecuencias dañosas que tienen nexo
adecuado de causalidad con el hecho productor del daño. Excepto disposición legal en contrario,
se indemnizan las consecuencias inmediatas y las mediatas previsibles.
ARTICULO 1728.- Previsibilidad contractual. En los contratos se responde por las consecuencias
que las partes previeron o pudieron haber previsto al momento de su celebración. Cuando existe
dolo del deudor, la responsabilidad se fija tomando en cuenta estas consecuencias también al
momento del incumplimiento.
CAUSALIDAD MATERIAL Y CAUSALIDAD JURÍDICA- El derecho no se satisface con una pura relación
de causalidad material, puesto que no es una física de las relaciones humanas. En efecto, aun
averiguado que tal hecho deba aceptarse como causa de tal efecto dañoso (causalidad material),
esto solo no basta para concluir que el autor de aquel hecho tenga que afrontar la reparación del
daño producido. Antes de ello, el derecho se preguntará si es justo que así sea, pues todas las
conclusiones a que él llega están contempladas bajo el prisma de Injusticia. De ahí que, según la
índole del hecho originario del daño, y especialmente de acuerdo al reproche o censura que
merezca la conducta en cuestión, será menester dilatar o restringir aquella relación de causalidad
material, para que resulten o no comprendidos en ella tales o cuales consecuencias del hecho
originario. De ese ajuste, o corrección, bajo el prisma de la justicia, del nexo de causalidad
material, surge la causalidad jurídica, es decir, la que el derecho computa a los fines pertinentes
de la responsabilidad, y la extensión del resarcimiento.
252. b) TEORÍA DE LA CAUSA PRÓXIMA- Esta tesis considera que la causa es el antecedente o
factor temporalmente inmediato de un resultado. Los demás hechos que influyen más
lejanamente en la producción de ese resultado, son sus "condiciones", pero no su causa.
Estaxoncepción trasunta un análisis simple y superficial. Reposa en la creencia de que el factor que
provoca directamente un daño, lleva en sí toda la virtualidad nociva suficiente, lo que permite
prescindir de otras averiguaciones. Pero aparece desmentido con frecuencia: muchas veces la
carga de nocividad efectiva no está en el último factor actuante, sino en otro que le precede.
254. d) TEORÍA DE LA CAUSA EFICIENTE- Casi idéntica a la anterior, de la que sólo se diferencia por
la denominación, esta doctrina parte de un postulado opuesto al de la teoría de la equivalencia de
las condiciones (véase supra, ne 251). Entre las condiciones necesarias de un resultado no son
todas equivalentes, sino al contrario, de eficacia distinta. Sólo cabe denominar causa a la condición
más eficaz o más activa para la producción del evento en cuestión, o sea la dotada de mayor fuerza
productiva. Otros autores de esta misma tendencia aprecian la eficiencia de la causa con un
criterio cualitativo, y elevan a la categoría de causa a la condición de mayor eficacia interna en el
proceso causal.
255. e) TEORÍA DE LA CAUSA ADECUADA- Según este punto de vista la relación de causalidad
jurídicamente relevante es la que existe entre el daño ocasionado y el antecedente que lo produce
normalmente, conforme al curso natural y ordinario de las cosas. No todas las condiciones sine
qua non del daño son equivalentes: sólo la condición que típicamente origina esa consecuencia
dañosa puede ser retenida por nuestra mente en el carácter de causa adecuada del daño.
256. EXTENSIÓN DEL RESARCIMIENTO- Cuando el juez tiene ante sí el problema referente a la
extensión del resarcimiento debido por el responsable, comenzará por establecer si el daño
probado por el demandante reconoce su causa eficiente en el hecho imputado al responsable,
para lo cual se auxiliará con las simples nociones de filosofía elemental. Si así fuera, tendrá por
existente un nexo de causalidad material entre el hecho del responsable y el daño producido. Pero
como ello no basta para admitir la obligación de resarcir el daño producido, se requiere que ese
nexo de causalidad material sea asimismo jurídicamente relevante, es decir, que encuadre en
algunos de los tipos de causalidad que la ley toma en cuenta en la teoría de la responsabilidad.
Cuando la mera causalidad material pueda ser captada por alguna de las categorías legales habrá
pasado a ser causalidad jurídica, que es lo que importa en la tarea de medir la extensión del
resarcimiento. Esto nos conduce a estudiar el sistema de la ley a este respecto, que se concreta en
el examen de los tipos de causalidad que, según las situaciones, ha contemplado el legislador.
Como principio general en esta materia, integran el resarcimiento los daños que son consecuencia
inmediata del hecho determinante de la responsabilidad. Asimismo son computables las
consecuencias mediatas si se traducen en daños previstos por el agente, o si eran previsibles,
aunque de hecho no hubieran sido previstos. Por el contrario, no son computables las
consecuencias casuales del mismo hech
CLAUSULA PENAL
CONCEPTO- Se denomina cláusula penal a la estipulación accesoria a una obligación principal por
la cual el deudor deberá satisfacer una cierta prestación si no cumpliere lo debido, o si lo
cumpliere tardíamente
ARTICULO 790.- Concepto. La cláusula penal es aquella por la cual una persona, para asegurar el
cumplimiento de una obligación, se sujeta a una pena o multa en caso de retardar o de no ejecutar
la obligación.
FUNCIÓN DE LA CLÁUSULA PENAL: SU RELACIÓN CON LOS DAÑOS Y PERJUICIOS- La cláusula penal
desempeña una función ambivalente.
a) En primer lugar, tiene una función resarcitoria, porque importa una liquidación convencional,
por anticipado, de los daños y perjuicios que el incumplimiento de la obligación cause al acreedor .
Esta vinculación de la cláusula penal con la teoría de los daños y perjuicios, hace aplicable, en
general, los principios de dicha teoría a esta materia. Aunque de ordinario la cláusula penal llena
esta función resarcitoria, no es forzoso que tenga tal carácter. Aun los deberes de conducta que no
importan obligaciones stricto sensu, por ser de contenido insusceptible de apreciación pecuniaria,
pueden ser fortalecidos en su cumplimiento mediante la estipulación de cláusulas penales, que no
funcionarán como resarcitorias.
b) En segundo lugar, la cláusula penal tiene también una función compulsiva en cuanto agrega un
estímulo que mueve psicológicamente al deudor a cumplir la prestación principal para eludir la
pena, que puede ser harto gravosa. Este carácter, aunque normal en la cláusula penal, no es
esencial a ella. Por último, la cláusula penal puede ser puramente compulsiva: así ocurre cuando
accede a una obligación natural
275. CARACTERES- La obligación impuesta por la cláusula penal presenta los siguientes caracteres:
a) Es accesoria, pues su existencia depende de la obligación principal;
f) Es de interpretación estricta, pues supone un derecho excepcional del acreedor. De ahí que
pactada una cláusula penal para el incumplimiento, no puede trasladarse para la simple demora.
278. c) Cláusula penal y obligación condicional. - En la obligación con cláusula penal el vínculo es
firme y seguro, y el derecho del acreedor cierto y actual. En cambio, en la obligación condicional,
el mismo vínculo comienza por ser incierto, y consiguientemente, el derecho del acreedor es
eventual.
279. d) Cláusula penal y arras. Pacto de displicencia. - La estipulación de una seña o arras, en el
ámbito del derecho civil (art. 1059 Y 1060), implica un pacto de displicencia, que reserva a ambas
partes la facultad de arrepentirse del compromiso asumido. Las diferencias entre ambas figuras
son las siguientes: 1) la cláusula penal funciona sólo a favor del acreedor, mientras que la seña
favorece a ambas partes; 2) el deudor sujeto a una cláusula penal no puede eximirse de la
prestación pagando la pena (art. 796), en cambio puede hacerlo quien entregó o recibió una seña
perdiendo la seña entregada o restituyendo doblada la seña recibida; 3) el acreedor con cláusula
penal no puede rehusar recibir el pago para atenerse a la pena, en tanto que un acreedor con seña
puede rechazar el pago devolviendo la seña doblada; 4) en caso de incumplimiento, la cláusula
penal limita la indemnización, mientras que la seña no obsta al resarcimiento del mayor daño que
sufriere el acreedor.
281. CAUSA O FUENTE DE LA OBLIGACIÓN PENAL- La cláusula penal tiene como causa o título el
contrato del que forma parte: como su nombre lo indica, es una cláusula del contrato. Pero el
presupuesto de hecho que hace nacer la obligación de la pena es el incumplimiento del deudor.
283. OBJETO DE LA PENA- Cualquier clase de prestación puede constituir el objeto de una cláusula
penal, se trate de la entrega de una cosa cierta o incierta, de una suma de dinero, de un hecho o
de una abstención , pues siendo la obligación penal una clase abstracta de obligaciones, se rige por
los principios que gobiernan el género (obligaciones), a que pertenece. De ahí que el objeto de la
pena deba ser: posible, determinable, susceptible de apreciación pecuniaria y legítimo.
ARTICULO 791.- Objeto. La cláusula penal puede tener por objeto el pago de una suma de dinero,
o cualquiera otra prestación que pueda ser objeto de las obligaciones, bien sea en beneficio del
acreedor o de un tercero.
SANCIÓN QUE COMPORTA LA PENA EXCESIVA- Según una primera opinión, los jueces, ante una
cláusula penal excesiva, deben anularla pero no reducir la pena, pues carecen de atribuciones para
enmendar las condiciones de los contratos. Para otra tendencia que es la prevaleciente, como no
es la cláusula penal la que repugna a la moral, sino la magnitud de la pena, lo que corresponde es
la reducción de ésta a términos equitativos.
ARTICULO 793.- Relación con la indemnización. La pena o multa impuesta en la obligación suple la
indemnización de los daños cuando el deudor se constituyó en mora; y el acreedor no tiene
derecho a otra indemnización, aunque pruebe que la pena no es reparación suficiente.
La pena y el incumplimiento El art. 792 se inclina por dar una solución ya consagrada en la mayoría
de la doctrina y jurisprudencia, así que se vuelve exigible a partir del incumplimiento imputable
del deudor. Considero que para ello es necesario que se encuentre en mora, ya que el solo
retardo, a veces, no le puede atribuir dicho carácter(5) .
PRINCIPIO DE INMUTABILIDAD
ARTICULO 794.- Ejecución. Para pedir la pena, el acreedor no está obligado a probar que ha sufrido
perjuicios, ni el deudor puede eximirse de satisfacerla, acreditando que el acreedor no sufrió
perjuicio alguno. Los jueces pueden reducir las penas cuando su monto desproporcionado con la
gravedad de la falta que sancionan, habida cuenta del valor de las prestaciones y demás
circunstancias del caso, configuran un abusivo aprovechamiento de la situación del deudor.
Inmutabilidad La primera parte del art. 794 consagra en plenitud el principio de inmutabilidad de
la cláusula y además su función de sustitución de los daños y perjuicios por el incumplimiento del
deudor.
Por ello el acreedor no puede reclamar un importe mayor demostrando que los daños exceden el
cálculo de la cláusula; ello lleva como contrapartida que el deudor tampoco puede pretender
pagar menos, aun cuando el perjuicio tuviere disminuida entidad (2) .
Se justifica la solución legal en razón que de esa forma se fijan convencionalmente los daños y se
da garantía suficiente del importe debido ante el incumplimiento.
OBLIGACIONES DE NO HACER
Obligación de no hacer: incumplimiento Si bien hubo en algún momento cierta dubitación, hoy no
genera controversia afirmar que en la obligación de no hacer no puede haber morosidad o
retardo, ya que su infracción genera inexorablemente el incumplimiento(1) .
De allí que, si se hubiere pactado una cláusula penal para sustituir los daños, su aplicación se
automatiza ante el hacer prohibido. Por ello me genera algún interrogante la necesidad de una
norma específica para contemplar este supuesto.
ARTICULO 796.- Opciones del deudor. El deudor puede eximirse de cumplir la obligación con el
pago de la pena únicamente si se reservó expresamente este derecho.
Derechos del acreedor Como principio y cuando se está en presencia de una cláusula penal
compensatoria, el acreedor no puede pretender la prestación principal y la penalidad, pero la ley
le permite elegir uno u otra. Es una buena solución del Código Civil y del nuevo código, ya que ante
el incumplimiento aquel que sufrió los perjuicios tiene facultad de buscar el mejor resarcimiento
2. Excepciones La regla de que sólo se puede demandar una de las prestaciones sufre una
excepción cuando la cláusula penal es moratoria, es decir esta pactada para el único caso del
retardo imputable del deudor. En ese caso solamente suple a los daños derivados de la mora,
mientras que resta la prestación que es el verdadero objeto de la obligación (2) .
La otra excepción se brinda cuando las partes han acordado que ante el incumplimiento el deudor
debe cumplir ambas: la prestación y la cláusula penal.
Se trata, por una vez más, de aplicar el principio de autonomía de la voluntad, y estarse a lo que se
ha convenido (3) .
ARTICULO 798.- Disminución proporcional. Si el deudor cumple sólo una parte de la obligación, o la
cumple de un modo irregular, o fuera del lugar o del tiempo a que se obligó, y el acreedor la
acepta, la pena debe disminuirse proporcionalmente.
PRINCIPIO DE DIVISIBILIDAD
ARTICULO 799.- Divisibilidad. Sea divisible o indivisible la obligación principal, cada uno de los
codeudores o de los herederos del deudor no incurre en la pena sino en proporción de su parte,
siempre que sea divisible la obligación de la cláusula penal.
Sujetos plurales La norma bajo comentario prevé el caso de existencia de sujetos plurales, donde
se plantean las cuestiones vinculadas con las obligaciones divisibles, indivisibles, mancomunadas y
solidarias.
En esta disposición queda esgrimido el supuesto de la prestación principal divisible o indivisible y
la cláusula penal divisible (1) .
2. Obligación principal divisible e indivisible La solución legal coincidente con la disposición del
Código Civil, es la siguiente:
cuando la prestación principal es divisible o indivisible, y la cláusula penal resulta divisible, los
deudores deben la pena de manera proporcional (2) .
Pero ello merece una aclaración. Si ambos son divisibles, y todos los deudores son incumplientes,
se aplica el efecto del artículo; pero si algunos de los deudores cumplieron nada deben de la pena.
Es que ante la divisibilidad o mancomunación hay tantas obligaciones como partes la constituyen,
y por ello cada uno responde en su porción.
PRINCIPIO DE INDIVISIBILIDAD
NULIDAD
ARTICULO 801.- Nulidad. La nulidad de la obligación con cláusula penal no causa la de la principal.
La nulidad de la principal causa la de la cláusula penal, excepto si la obligación con cláusula penal
fue contraída por otra persona, para el caso que la principal fuese nula por falta de capacidad del
deudor.
1. Nulidad de la cláusula penal Tanto el art. 801 bajo análisis, y el art. 663 aplicando la regla de las
obligaciones principales y accesorias, dan la misma solución: la nulidad de la cláusula penal, que es
lo accesorio, no afecta a la validez de la prestación principal(2) .
3. Excepción La excepción prevista al final del art. 801 dispone: " ...excepto si la obligación con
cláusula penal fue contraída por otra persona, para el caso que la principal fuese nula por falta de
capacidad del deudor " . Es decir cuando un tercero sin vinculación en la originaria obligación,
asume de manera autónoma el pago de una cláusula penal, si la originaria resulta nula por
ausencia de capacidad del deudor.
ARTICULO 802.- Extinción de la obligación principal. Si la obligación principal se extingue sin culpa
del deudor queda también extinguida la cláusula penal.
OBLIGACION NO EXIGIBLE
ARTICULO 803.- Obligación no exigible. La cláusula penal tiene efecto, aunque sea puesta para
asegurar el cumplimiento de una obligación que al tiempo de concertar la accesoria no podía
exigirse judicialmente, siempre que no sea reprobada por la ley.
. b) EFECTO ACCESORIO DE LA CLÁUSULA PENAL- La cláusula penal no tiene vida propia, constituye
una estipulación accesoria de la obligación principal a la cual está adosada. De este carácter
accesorio de la cláusula penal surgen las aplicaciones del principio accesorium cedit principali a
que se refieren los arts. 793 Y 794 (véase supra, nQ 42).
306. EXISTENCIA Y PRUEBA DEL DAÑO- Ni la efectiva existencia del daño que provoca al acreedor
el incumplimiento de la obligación principal, ni la prueba de dicho daño, son requisitos de la
pretensión de la pena. El daño existe, por acuerdo de partes (art. 959 , art. 1021 , art. 1061 , art.
2651 ), en la medida del importe de la pena.
308. MORA DEL DEUDOR- NO obstante la. incoincidencia de los arts. 794 y 793, la doctrina de los
autores estima casi sin discrepancias que la obligación con cláusula penal se rige por los principios
generales en materia de mora, contenidos en el art. 886,887 Y 888.
UNIDAD 4
NOCIÓN- LOS efectos secundarios o auxiliares de la obligación son las virtualidades de ésta que
facilitan la concreción de los derechos del acreedor. Se distinguen de los efectos principales en
cuanto éstos conciernen directamente a la satisfacción de los derechos del acreedor, mientras que
los auxiliares o secundarios no se refieren sino indirectamente a la satisfacción de la expectativa
del acreedor, en cuanto están encaminados a su mejor realización, cuando ésta se ve amenazada
por algún peligro u obstáculo que es necesario remover.
SITUACIÓN JURÍDICA DEL DEUDOR RESPECTO DE SUS BIENES. PRINCIPIO GENERAL- La existencia
de la obligación no priva al deudor de sus facultades ordinarias referentes a la gestión y
explotación de sus bienes; esto contempla el bien individual del deudor y también el bien común
pues interesa que todos los bienes tengan el máximo aprovechamiento dentro de la sociedad
humana. Por tanto al deudor su calidad de tal, no le crea impedimento alguno mientras actúe de
buena fe, sin que interese el acierto o desacierto con que conduzca sus negocios.
EL PRINCIPIO DE LA GARANTÍA COLECTIVA- Los bienes presentes y futuros del deudor constituyen
la garantía común de sus acreedores; es decir que el patrimonio de una persona, integrado por el
conjunto de sus bienes, está afectado al cumplimiento de las deudas de esa misma persona.
Cuando se constituye la obligación, el acreedor siempre toma en cuenta como consideración
determinante la aptitud del activo del deudor para enjugar su pasivo: por ello, si bien no puede
evitar que el deudor modifique la composición de ese activo, sí puede en cambio ejercer un
derecho de vigilancia, para que ese activo sea siempre suficiente para cubrir el importe del crédito
ARTICULO 242.- Garantía común. Todos los bienes del deudor están afectados al cumplimiento de
sus obligaciones y constituyen la garantía común de sus acreedores, con excepción de aquellos
que este Código o leyes especiales declaran inembargables o inejecutables. Los patrimonios
especiales autorizados por la ley sólo tienen por garantía los bienes que los integran.
ARTICULO 743.- Bienes que constituyen la garantía. Los bienes presentes y futuros del deudor
constituyen la garantía común de sus acreedores. El acreedor puede exigir la venta judicial de los
bienes del deudor, pero sólo en la medida necesaria para satisfacer su crédito. Todos los
acreedores pueden ejecutar estos bienes en posición igualitaria, excepto que exista una causa
legal de preferencia.
ARTICULO 744.- Bienes excluidos de la garantía común. Quedan excluidos de la garantía prevista
en el artículo 743: a) las ropas y muebles de uso indispensable del deudor, de su cónyuge o
conviviente, y de sus hijos; b) los instrumentos necesarios para el ejercicio personal de la
profesión, arte u oficio del deudor; c) los sepulcros afectados a su destino, excepto que se reclame
su precio de venta, construcción o reparación; d) los bienes afectados a cualquier religión
reconocida por el Estado; e) los derechos de usufructo, uso y habitación, así como las
servidumbres prediales, que sólo pueden ejecutarse en los términos de los artículos 2144, 2157 y
2178; f) las indemnizaciones que corresponden al deudor por daño moral y por daño material
derivado de lesiones a su integridad psicofísica; g) la indemnización por alimentos que
corresponde al cónyuge, al conviviente y a los hijos con derecho alimentario, en caso de
homicidio; h) los demás bienes declarados inembargables o excluidos por otras leyes.
334. A) MEDIDAS PRECAUTORIAS- Son las que es dable recabar para evitar la salida de algún bien
del patrimonio del deudor, en desmedro de la garantía colectiva de sus acreedores. Sin perjuicio
de las medidas precautorias específicas, se admite el derecho del acreedor de solicitar en cada
caso las medidas que resulten apropiadas para el resguardo de sus derechos (conf. Cód. Proc. Civ.
y Com. de la Nación, art. 232).
335. EMBARGO- Es una orden judicial que individualiza un bien determinado del deudor,
afectándolo al pago del crédito en razón del cual se ha trabado el embargo. El embargo puede ser
preventivo, si sólo se trata de evitar que el bien salga del patrimonio del deudor, o bien ejecutivo,
en cuyo caso es el paso previo y necesario para su posterior venta judicial. Importa señalar que la
venta de cosas embargadas, aunque sancionada penalmente, no está afectada de nulidad.
Simplemente, es inoponible al acreedor embargante. Por ello, el adquirente puede conservar la
cosa si desinteresa al acreedor embargante
QUID DEL PRIVILEGIO DEL PRIMER EMBARGANTE
ARTICULO 745.- Prioridad del primer embargante. El acreedor que obtuvo el embargo de bienes
de su deudor tiene derecho a cobrar su crédito, intereses y costas, con preferencia a otros
acreedores. Esta prioridad sólo es oponible a los acreedores quirografarios en los procesos
individuales. Si varios acreedores embargan el mismo bien del deudor, el rango entre ellos se
determina por la fecha de la traba de la medida. Los embargos posteriores deben afectar
únicamente el sobrante que quede después de pagados los créditos que hayan obtenido embargos
anteriores.
. INHIBICIÓN GENERAL DE BIENES- Cuando no se conocen los bienes del deudor no es posible
trabar embargo alguno. Queda solamente la posibilidad de obtener una inhibición general de
bienes que, por orden judicial, se anota en el Registro de la Propiedad y durante cinco años impide
al deudor enajenar los bienes inmuebles que tenga o llegue a adquirir por cualquier título (conf.
Cód. Proc. Civ. y Com. de la Nación, art. 207). La traba de una inhibición general de bienes no
establece preferencia alguna de cobro frente a otros acreedores que ulteriormente inhibiesen
también al deudor o embargasen bienes concretos (conf. Cód. Proc. Civ. y Com. de la Nación, art.
228, infine).
ANOTACIÓN DE LITIS- Este remedio llena una función de publicidad del litigio para que el
pretensor pueda oponer el derecho alegado a los terceros que adquiriesen derechos sobre
inmuebles, quienes deberán soportar los efectos de la sentencia que se dicte en el juicio, sin poder
aducir ignorancia a este respecto. La anotación de litis no importa embargo o inhibición, ni impide
la libre disposición del bien; su único efecto es la publicidad del litigio. En cuanto a las acciones que
pueden dar lugar a la anotación de la litis pensamos con Alsina que ello no depende "de la
naturaleza de la acción sino de la posibilidad de que el progreso de la misma pueda influir en la
situación jurídica del inmueble con relación a terceros, lo que deberá ser apreciado por el juez en
cada caso particular". Así la anotación de la litis procederá no sólo respecto de las acciones reales,
sino también de acciones personales (por ej., de simulación, pauliana, de nulidad, etc.) si lo que se
discute, en el fondo, es el derecho de propiedad (conf. Cód. Proa Civ. Com. de la Nación, art. 229).
339. PROHIBICIÓN DE INNOVAR- Es una medida judicial que impide la alteración de la situación de
hecho, o de derecho, existente al tiempo en que se la decreta (conf. Cód. Proa Civ. y Com. de la
Nación, art. 230). El art. 231 de ese cuerpo legal autoriza la prohibición de contratar sobre
determinados bienes para asegurarlos y facilitar su ejecución forzada.
340. INTERVENCIÓN DEL ACREEDOR EN LOS JUICIOS EN QUE EL DEUDOR ES PARTE.- En principio
los acreedores carecen de derecho para intervenir en los juicios en que el deudor es parte, lo cual
es consecuencia del principio según el cual el deudor conserva, a pesar de sus deudas, el derecho
de administrar su patrimonio. Sin embargo, cuando existe un interés legítimo del acreedor se
admite su intervención si la falta de ella pudiera redundar en desmedro de ese interés. Así, por
ejemplo, el acreedor hipotecario puede intervenir en un juicio de reivindicación del inmueble
hipotecado, si el deudor se defiende displicentemente, quizás en connivencia con el reivindicante.
El art. 90 del Cód. Proa Civ. y Com. de la Nación autoriza a intervenir en juicio como parte a
cualquiera que acredite que la sentencia puede afectar un interés suyo (inc. le).
341. B) ACCIONES DE INTEGRACIÓN O DESLINDE DEL PATRIMONIO DEL DEUDOR- Estas acciones se
acuerdan a los acreedores en resguardo de la garantía colectiva constituida por el patrimonio del
deudor y pueden funcionar en una doble dirección. A veces se trata de actos o omisiones del
deudor que tienen como consecuencia una disminución de la garantía. Otras veces se da el
supuesto de que el patrimonio del deudor se confunde con el de su heredero, lo que puede
perjudicar a los acreedores del deudor, por la concurrencia de los acreedores del heredero sobre
los bienes del deudor fallecido. Las acciones que analizaremos permiten, en el primer caso,
mantener la integridad del patrimonio del deudor, a despecho de los actos u omisiones (dolosas o
no) de éste. En el segundo caso, tienen como resultado evitar la confusión de patrimonios, de
modo tal que cada patrimonio siga siendo la prenda común de los acreedores del titular.
ACCIÓN REVOCATORIA O PAULIANA. NOCIÓN- Cuando el deudor realiza actos que perjudican a
sus acreedores, ya sea por la enajenación de los bienes, o bien por la asunción gratuita de
obligaciones, aquéllos pueden impugnar los actos perjudiciales mediante la acción revocatoria o
pauliana. Se produce aquí un desdoblamiento del acto del deudor en cuanto a sus efectos. Aunque
el acto es en sí mismo válido, es inoponible a los acreedores impugnantes
ACCION DE SIMULACION
b)Simulación: La simulación tiene lugar cuando se encubre el carácter jurídico de un acto bajo la
apariencia de otro, o cuando el acto contiene cláusulas que no son sinceras, o fechas que no son
verdaderas, o cuando por él se constituyen o transmiten derechos a personas interpuestas, que no
son aquellas para quienes en realidad se constituyen o transmiten. -La simulación ilícita o que
perjudica a un tercero provoca la nulidad del acto ostensible. Si el acto simulado encubre otro real,
éste es plenamente eficaz si concurren los requisitos propios de su categoría y no es ilícito ni
perjudica a un tercero. Las mismas disposiciones rigen en el caso de cláusulas simuladas.
-Acción entre las partes. Contradocumento. Los que otorgan un acto simulado ilícito o que
perjudica a terceros no pueden ejercer acción alguna el uno contra el otro sobre la simulación,
excepto que las partes no puedan obtener beneficio alguno de las resultas del ejercicio de la
acción de simulación. La simulación alegada por las partes debe probarse mediante el respectivo
contradocumento. Puede prescindirse de él, cuando la parte justifica las razones por las cuales no
existe o no puede ser presentado y median circunstancias que hacen inequívoca la simulación.
-Los terceros cuyos derechos o intereses legítimos son afectados por el acto simulado pueden
demandar su nulidad. Pueden acreditar la simulación por cualquier medio de prueba.
ACCION SUBROGATORIA
CONCEPTO- ES una facultad conferida a los acreedores, en virtud de la cual ellos pueden gestionar
los derechos del deudor que éste deja abandonados. Se denomina subrogatoria, porque los
acreedores que la utilizan se subrogan a su deudor; se la llama también oblicua o indirecta porque
el resultado de la gestión ingresa en el patrimonio del deudor y no en el de los acreedores, que
sólo aprovechan de la gestión realizada en forma indirecta
ARTICULO 739.- Acción subrogatoria. El acreedor de un crédito cierto, exigible o no, puede ejercer
judicialmente los derechos patrimoniales de su deudor, si éste es remiso en hacerlo y esa omisión
afecta el cobro de su acreencia. El acreedor no goza de preferencia alguna sobre los bienes
obtenidos por ese medio
ARTICULO 740.- Citación del deudor. El deudor debe ser citado para que tome intervención en el
juicio respectivo.
ARTICULO 741.- Derechos excluidos. Están excluidos de la acción subrogatoria: a) los derechos y
acciones que, por su naturaleza o por disposición de la ley, sólo pueden ser ejercidos por su titular;
b) los derechos y acciones sustraídos de la garantía colectiva de los acreedores; c) las meras
facultades, excepto que de su ejercicio pueda resultar una mejora en la situación patrimonial del
deudor.
ARTICULO 742.- Defensas oponibles. Pueden oponerse al acreedor todas las excepciones y causas
de extinción de su crédito, aun cuando provengan de hechos del deudor posteriores a la demanda,
siempre que éstos no sean en fraude de los derechos del acreedor.
347. I) EJECUCIÓN INDIVIDUAL DE LOS ACREEDORES- Cada acreedor está habilitado para proceder
por su cuenta y en su interés exclusivo a la ejecución de los bienes del deudor cuyo producido se
aplica a enjugar su crédito. Sólo examinaremos los rasgos esenciales de esta vía de ejecución cuyo
estudio detallado corresponde al derecho procesal.
348. EMBARGO EJECUTIVO- Toda ejecución debe comenzar por el embargo de los bienes cuya
enajenación forzada se pretende: con esa medida el deudor resulta desapoderado del bien
embargado, que queda a disposición del juez para proceder luego a la subasta judicial.
349. SUBASTA- El régimen de la subasta del bien que se ejecuta es diferente según se trate de
cosas muebles o inmuebles. Cuando se trata de estos últimos, la venta debe hacerse previa
tasación y su régimen está orientado a asegurar la correcta transmisión del dominio a favor del
adquirente. (conf. Cód. Proc. Civ. y Com. de la Nación, arts. 563 y sigs.).
) EJECUCIÓN COLECTIVA DE LOS ACREEDORES- Tiene lugar cuando se declara la quiebra del
deudor. El conjunto de los acreedores, representados por un síndico, ejecutan los bienes del
deudor, a fin de aplicar el producido de ellos a la satisfacción proporcionalmente igual de todos los
créditos comunes. Como, por hipótesis, el deudor es insolvente, la realización de sus bienes no
habrá de alcanzar para cubrir el importe de todas sus deudas. De ahí que corresponda atender en
primer término a los acreedores privilegiados; desinteresados éstos, el remanente del activo
líquido se distribuirá entre los acreedores comunes, a prorrata de sus créditos. En tal caso se paga
a éstos en moneda de quiebra.
NOCION DE PRIVILEGIOS
ARTICULO 2573.- Definición. Asiento. Privilegio es la calidad que corresponde a un crédito de ser
pagado con preferencia a otro. Puede ejercitarse mientras la cosa afectada al privilegio permanece
en el patrimonio del deudor, excepto disposición legal en contrario y el supuesto de subrogación
real en los casos que la ley admite. El privilegio no puede ser ejercido sobre cosas inembargables
declaradas tales por la ley.
FUENTE LEGAL
ARTICULO 2574.- Origen legal. Los privilegios resultan exclusivamente de la ley. El deudor no
puede crear a favor de un acreedor un derecho para ser pagado con preferencia a otro, sino del
modo como la ley lo establece.
CARACTERES
ARTICULO 2577.- Extensión. El privilegio no se extiende a los intereses, ni a las costas, ni a otros
accesorios del crédito, excepto disposición legal expresa en contrario.
ARTICULO 2584.- Subrogación real. El privilegio especial se traslada de pleno derecho sobre los
importes que sustituyen los bienes sobre los que recae, sea por indemnización, precio o cualquier
otro concepto que permite la subrogación real.
Encuentra concordancias en la ley 24.522 de Concursos y Quiebras, cuyo art. 245 establece que "El
privilegio especial se traslada de pleno derecho sobre los importes que sustituyan los bienes sobre
los que recaía, sea por indemnización, precio o cualquier otro concepto que permita la
subrogación real. En cuanto exceda de dichos importes los créditos se consideran comunes o
quirografarios para todos sus efectos, salvo lo dispuesto en el art. 246 inc.
Hay que advertir que el privilegio se trasladará "sobre los importes y no sobre las cosas que
sustituyan al asiento originario, diluyéndose así dudas generadas en punto a esta última situación"
cosas que constituyen su asiento. Bajo este enfoque el Código hace dos clasificaciones de muy
distinta trascendencia.
1) Según una primera clasificación se distinguen los privilegios según que recaigan "sobre cosas
muebles o inmuebles, o sólo sobre los muebles, o sólo sobre los inmuebles..." (art. 3878, Ia parte).
Esta clasificación carece de importancia y de rigor científico, porque no corresponde a una
diversidad de régimen -que es igual-, sino a la circunstancia accidental de que el privilegio recaiga
sobre uno u otro tipo de cosas.
2) La segunda clasificación de los privilegios los distingue en gene-, rales y especiales, según que su
asiento sea el conjunto de los bienes del deudor o algún bien determinado. Esta clasificación es
fundamental, porque atiende a la diversidad de asientos que se presentan en las dos categorías y
a la diversidad de régimen que se manifiesta en los siguientes aspectos:
a) Los privilegios generales sólo pueden hacerse valer en caso de concurso o quiebra; los
especiales pueden invocarse frente a cualquier embargo que afecte el bien asiento del privilegio.
ARTICULO 2580.- Privilegios generales. Los privilegios generales sólo pueden ser invocados en los
procesos universales.
b) La subrogación real sólo funciona respecto de los privilegios especiales; es en cambio inaplicable
a los privilegios generales que recaen sobre una masa de bienes con abstracción de los elementos
singulares que la integran.
ARTICULO 2582.- Enumeración. Tienen privilegio especial sobre los bienes que en cada caso se
indica: a) los gastos hechos para la construcción, mejora o conservación de una cosa, sobre ésta.
Se incluye el crédito por expensas comunes en la propiedad horizontal; b) los créditos por
remuneraciones debidas al trabajador por seis meses y los provenientes de indemnizaciones por
accidentes de trabajo, antigüedad o despido, falta de preaviso y fondo de desempleo, sobre las
mercaderías, materias primas y maquinarias que, siendo de propiedad del deudor, se encuentren
en el establecimiento donde presta sus servicios o que sirven para su explotación. Cuando se trata
de dependientes ocupados por el propietario en la edificación, reconstrucción o reparación de
inmuebles, el privilegio recae sobre éstos; c) los impuestos, tasas y contribuciones de mejoras que
se aplican particularmente a determinados bienes, sobre éstos; d) lo adeudado al retenedor por
razón de la cosa retenida, sobre ésta o sobre las sumas depositadas o seguridades constituidas
para liberarla; e) los créditos garantizados con hipoteca, anticresis, prenda con o sin
desplazamiento, warrant y los correspondientes a debentures y obligaciones negociables con
garantía especial o flotante; f) los privilegios establecidos en la Ley de Navegación, el Código
Aeronáutico, la Ley de Entidades Financieras, la Ley de Seguros y el Código de Minería.
ARTICULO 2583.- Extensión. Los privilegios especiales se extienden exclusivamente al capital del
crédito, excepto en los siguientes casos: a) los intereses por dos años contados a partir de la mora,
de los créditos laborales mencionados en el inciso b) del artículo 2582; b) los intereses
correspondientes a los dos años anteriores a la ejecución y los que corran durante el juicio,
correspondientes a los créditos mencionados en el inciso e) del artículo 2582; c) las costas
correspondientes a los créditos enumerados en los incisos b) y e) del artículo 2582; d) los créditos
mencionados en el inciso f) del artículo 2582, cuya extensión se rige por los respectivos
ordenamientos.
ARTICULO 2587.- Legitimación. Todo acreedor de una obligación cierta y exigible puede conservar
en su poder la cosa que debe restituir al deudor, hasta el pago de lo que éste le adeude en razón
de la cosa. Tiene esa facultad sólo quien obtiene la detentación de la cosa por medios que no sean
ilícitos. Carece de ella quien la recibe en virtud de una relación contractual a título gratuito,
excepto que sea en el interés del otro contratante.
ARTICULO 2588.- Cosa retenida. Toda cosa que esté en el comercio puede ser retenida, siempre
que deba restituirse y sea embargable según la legislación pertinente.
a) Teoría del derecho real: algunos autores entienden que se trata de un derecho real; no
compartimos este criterio que resulta refutado por el propio Código Civil, que no enumera el
derecho de retención entre los derechos reales que sólo pueden ser creados por la ley (conf. arts.
1884). Por lo demás cabe señalar que el retenedor carece del ius persequendi propio de los
derechos reales.
b) Teoría del derecho personal: Para algunos autores el derecho de retención sería un derecho
personal, porque accede a un derecho creditorio que siempre es personal. Sin embargo, cabe
señalar que la accesoriedad trasunta una relación de dependencia pero no implica la identidad de
naturaleza de los derechos ligados por ella. Así la prenda y la hipoteca (derechos reales) son
accesorios de los derechos de crédito (personales).
b) Es indivisible y "...puede ser ejercido por la totalidad del crédito sobre cada parte de la cosa que
forma su objeto" (art. 3941).
c) Es una excepción procesal que dilata la entrega de la cosa hasta que el retenedor es
desinteresado.
394. REQUISITOS- Para que se configure el derecho de retención son necesarios estos requisitos:
c) Debe mediar una relación de conexidad entre el crédito y la cosa; como dice el Código, el crédito
debe haberse originado en razón de la cosa.
ARTICULO 2590.- Atribuciones del retenedor. El retenedor tiene derecho a: a) ejercer todas las
acciones de que dispone para la conservación y percepción de su crédito, y las que protegen su
posesión o tenencia con la cosa retenida; b) percibir un canon por el depósito, desde que intima al
deudor a pagar y a recibir la cosa, con resultado negativo; c) percibir los frutos naturales de la cosa
retenida, pero no está obligado a hacerlo. Si opta por percibirlos, debe dar aviso al deudor. En este
caso, puede disponer de ellos, debiendo imputar su producido en primer término a los intereses
del crédito y el excedente al capital.
ARTICULO 2591.- Obligaciones del retenedor. El retenedor está obligado a: a) no usar la cosa
retenida, excepto pacto en contrario, en el que se puede determinar los alcances de dicho uso,
inclusive en lo relativo a los frutos; b) conservar la cosa y efectuar las mejoras necesarias a costa
del deudor; c) restituir la cosa al concluir la retención y rendir cuentas al deudor de cuanto hubiera
percibido en concepto de frutos.
ARTICULO 2592.- Efectos. La facultad de retención: a) se ejerce sobre toda la cosa cualquiera sea la
proporción del crédito adeudada al retenedor; b) se transmite con el crédito al cual accede; c) no
impide al deudor el ejercicio de las facultades de administración o disposición de la cosa que le
corresponden, pero el retenedor no está obligado a entregarla hasta ser satisfecho su crédito; d)
no impide el embargo y subasta judicial de la cosa retenida, por otros acreedores o por el propio
retenedor. En estos casos, el derecho del retenedor se traslada al precio obtenido en la subasta,
con el privilegio correspondiente; e) mientras subsiste, interrumpe el curso de la prescripción
extintiva del crédito al que accede; f) en caso de concurso o quiebra del acreedor de la restitución,
la retención queda sujeta a la legislación pertinente.
ARTICULO 2593.- Extinción. La retención concluye por: a) extinción del crédito garantizado; b)
pérdida total de la cosa retenida; c) renuncia; d) entrega o abandono voluntario de la cosa. No
renace aunque la cosa vuelva a su poder; e) confusión de las calidades de retenedor y propietario
de la cosa, excepto disposición legal en contrario; f) falta de cumplimiento de las obligaciones del
retenedor o si incurre en abuso de su derecho.
ACCION SUBTOGATORIA
ARTICULO 739.- Acción subrogatoria. El acreedor de un crédito cierto, exigible o no, puede ejercer
judicialmente los derechos patrimoniales de su deudor, si éste es remiso en hacerlo y esa omisión
afecta el cobro de su acreencia. El acreedor no goza de preferencia alguna sobre los bienes
obtenidos por ese medio.
1. Concepto La acción subrogatoria, también denominada " indirecta" u " oblicua" , consiste de un
derecho que la ley le otorga a los acreedores quirografarios para que hagan valer derechos y
obligaciones que le corresponden a su deudor, ante la incuria, la desidia o inercia del obligado" (1)
Por esta vía se le permite al acreedor que accione en nombre de su deudor, a fin de obtener de
terceros la entrega de bienes, o aceptando una herencia, o también oponiendo la defensa de
prescripción liberatoria, etcétera (2) .
2. Requisitos La ley sólo menciona dos características pero elude otros requisitos para su ejercicio.
Indica que debe tratarse de un acreedor de un crédito " cierto" , sea o no exigible, pero da como
presupuestos tácitos que el deudor sea remiso o desidioso o se halle inactivo, y que el acreedor
demuestre un interés legítimo 3).
En cuanto al crédito " cierto", implica que no se encuentre controvertido y sea por sus
antecedentes y documentación pertinente, suficientemente verosímil.
No se requiere el carácter de exigible (4) .
La desidia o inacción del deudor importa, como bien dice el profesor Albaladejo, que el derecho se
encuentre descuidado o casi abandonado, y sea susceptible de una utilización mas provechosa que
la que realiza el deudor (5).
Y por último debe existir un " interés legítimo" del acreedor para poder incursionar en la vida de su
deudor; ello implica alegar y demostrar que no hay otros bienes en cabeza del obligado para
embargar o hacer efectivo el crédito. Esta prueba que no llega hasta la demostración de la
insolvencia, resulta necesaria, ante lo excepcional del ejercicio de la acción indirecta (6) .
. IMPORTANCIA DE ESTE REMEDIO- Cuando el deudor debe recibir una suma de dinero, el
embargo de ese crédito resulta para el acreedor un remedio útil y eficaz, y en estos casos no
presentará quizás ventaja ejercer la acción subrogatoria, a menos que el deudor sea remiso en
urgir el pago de lo que se le debe. En cambio, la acción subrogatoria resulta realmente útil cuando
los derechos omitidos son créditos de objeto distinto del dinero y cuando son derechos reales:
para ellos el embargo no es suficiente, pues a fin de lograr el emolumento que el derecho brinda,
es necesario practicar una gestión compleja, que sólo puede concretarse si el acreedor se sustituye
al deudor y actúa en su lugar. Por lo demás esta posibilidad de sustitución obra como un estímulo
sobre el deudor, si éste quiere evitar verse sustituido por sus acreedores en el ejercicio de sus
derechos.
403. NATURALEZAJURÍDICA .- ¿Qué es, desde el punto de vista jurídico esta facultad de la cual
goza el acreedor? Las respuestas de la doctrina no son por cierto unánimes; las analizaremos a
continuación.
405. b) TEORIA DE LA CESIÓN TÁCITA - Funda la acción subrogatoria en una cesión tácita que haría
el deudor de sus derechos. Pero cabe señalar que la asimilación es impropia, porque el subrogante
no necesita el consentimiento del deudor y aun puede actuar contra su voluntad lo que destruye
la idea de una cesión; además el deudor continúa siendo dueño de sus derechos que en ningún
momento cede.
406. c) TEORÍA DEL MANDATO LEGAL- Sería la ley quien confiere al acreedor un mandato legal
para ejercer los derechos del deudor. La teoría cae por su base si se tiene en cuenta que el
acreedor subrogante actúa en su exclusivo interés mientras que en el mandato no cabe que el
mandatario haga otro tanto (art. 1892).
407. d) TEORÍA DE LA PROCURATIO INRE SUA- Para numerosos autores el acreedor subrogante es
un procurator in rem suam. Si bien habría cierta analogía de situaciones, la doctrina no es exacta
pues mientras el procurator in rem suam era considerado dueño del negocio, el subrogante no lo
es.
408. e) TEORÍA DEL TÍTULO PROPIO- Para algunos autores se trataría de un derecho propio del
acreedor. La explicación es exacta pero insuficiente, porque decir que algo es un derecho no aclara
cuál es la naturaleza jurídica de ese derecho
a) Para algunos la acción tiene carácter conservatorio pues el subrogante sólo procuraría
mantener incólume el patrimonio de su deudor.
b) Para otros tiene carácter ejecutivo pues tiende a la satisfacción del crédito del acreedor,
mediante la apropiación de bienes y valores que él deudor deja abandonados.
c) Para una tercera opinión tiene un carácter mixto, según que el subrogante se limite a conservar
la integridad del patrimonio del deudor o bien actúe ejecutivamente apropiándose directamente
de los bienes para satisfacer su crédito.
d) Otros autores entienden que la acción tiene carácter sui generis pues no puede decirse
estrictamente que tenga carácter conservatorio o ejecutivo: se trataría de un remedio legal de
características singulares (Planiol, Ripert y Radouant).
e) En nuestra opinión, que se aproxima a la mencionada en el punto d), la acción tiene un carácter
abstracto y neutro que no puede identificarse con la función conservatoria o ejecutiva; en sí
misma tiene un carácter puramente instrumental, y serán los derechos ejercidos mediante ella, los
que podrán calificarse de actos conservatorios o ejecutivos.
a) Es una acción individual que puede ejercer cualquier acreedor a menos que se declare la
quiebra o el concurso civil del deudor, que paralizan las acciones individuales para dar lugar a la
ejecución colectiva.
b) Es una acción indirecta porque el subrogante actúa en representación del deudor y el producto
de su gestión ingresa en el patrimonio de éste.
c) Es una acción facultativa porque ningún acreedor está obligado a ejercerla. Ni siquiera los
acreedores del acreedor pueden forzarlo a ejercerla.
d) Es una acción personal porque el subrogante carece de todo derecho real sobre los bienes
objeto de su gestión.
e) No es subsidiaria de otra acción que pudiera tener el subrogante quien no está obligado a
promover ningún proceso previo, aunque disponga de las acciones pertinentes.
ARTICULO 741.- Derechos excluidos. Están excluidos de la acción subrogatoria: a) los derechos y
acciones que, por su naturaleza o por disposición de la ley, sólo pueden ser ejercidos por su titular;
b) los derechos y acciones sustraídos de la garantía colectiva de los acreedores; c) las meras
facultades, excepto que de su ejercicio pueda resultar una mejora en la situación patrimonial del
deudor.
Segunda condición esencial: b) inacción del deudor. — El subrogante debe naturalmente, probar
la inacción o pasividad del deudor que es el presupuesto de aplicación de la acción subrogatoria;
pero probando la mera inacción cumple con el requisito, sin que sea necesario que la pasividad del
deudor ponga en peligro el derecho de que se trate. Tampoco está obligado el subrogante a
constituir en mora al deudor en el ejercicio del respectivo derecho ni siquiera a cursarle una
intimación previa. La inacción del deudor puede ser inicial, cuando desde el primer momento se
abstiene de ejercer sus derechos, o sobreviniente cuando abandona sin razón una gestión
comenzada. En ambos casos procede la subrogación. Cabe recordar que la mala administración
que el deudor haga de sus asuntos, no se confunde con su inacción ni autoriza el ejercicio de la
acción.
Tercera condición esencial: c) interés legítimo del acreedor. Toda acción necesita como
presupuesto un interés legítimo y lo propio ocurre con la acción subrogatoria. El interés legítimo
del acreedor se presume por su condición de tal, y quien sostenga lo contrario tiene el cargo de
probarlo. Sin embargo, como se trata de una facultad excepcional, si el interés legítimo del
acreedor resulta satisfecho por otros medios, por ejemplo si el deudor ofrece garantía bastante o
da bienes suficientes a embargo, la subrogación no sería procedente. Cabe señalar que el solo
hecho de que el crédito sera privilegiado o goce de garantía real no basta de por sí para excluir el
ejercicio de la acción, pues el acreedor puede verse amenazado por la concurrencia de un
acreedor con mejor derecho, y en tal caso la inacción del deudor con respecto a su patrimonio le
resultará perjudicial. La apreciación del interés legítimo del acreedor es una cuestión de hecho,
librada al prudente arbitrio judicial.
EFECTOS DE LA ACCIÓN SUBROGATORIA- Para comprender los efectos de esta acción hay que
recordar el principio esencial en que se basa: el derecho en juego es de propiedad del subrogado y
no del subrogante. Por ello los verdaderos adversarios en la contienda son el tercero demandado y
el deudor subrogado. El acreedor demandante es sólo un adversario aparente.
a) EFECTOS DE LA SUBROGACIÓN ENTRE ACTOR Y DEMANDADO Según decimos, actor y
demandado no son sino adversarios aparentes. Esto se refleja en las defensas oponibles, en el
monto de la condena y en la disponibilidad del derecho discutido en el pleito.
ARTICULO 742.- Defensas oponibles. Pueden oponerse al acreedor todas las excepciones y causas
de extinción de su crédito, aun cuando provengan de hechos del deudor posteriores a la demanda,
siempre que éstos no sean en fraude de los derechos del acreedor.
ACCIONES DIRECTAS
ARTICULO 736.- Acción directa. Acción directa es la que compete al acreedor para percibir lo que
un tercero debe a su deudor, hasta el importe del propio crédito. El acreedor la ejerce por derecho
propio y en su exclusivo beneficio. Tiene carácter excepcional, es de interpretación restrictiva, y
sólo procede en los casos expresamente previstos por la ley.
IMPORTANCIA-Las acciones directas son sumamente ventajosas para los acreedores que disponen
de ellas. Mientras el ejercicio de la acción subrogatoria hace ingresar los bienes gestionados en el
patrimonio del deudor con beneficio para todos los acreedores, los titulares de la acción directa
reservan para sí el pago efectuado por el tercero sometido a esa acción. Esto muestra la gran
importancia de las acciones directas, que vienen a significar una suerte de privilegio sobre el
crédito contra el tercero.
445. CARÁCTER EXCEPCIONAL- Las acciones directas que implican una enérgica protección para el
acreedor son empleadas por el legislador muy excepcionalmente. Este carácter excepcional se
justifica plenamente, pues si se admitiera la multiplicación de estos casos, se desquiciaría el
desenvolvimiento financiero del deudor, que no podría contar con los pagos de sus propios
deudores para atender sus compromisos más urgentes o necesarios.
446. FUNDAMENTO DE LAS ACCIONES DIRECTAS- Por lo general es el principio que veda el
enriquecimiento sin causa. Por ejemplo, la construcción de una casa le da al constructor el
derecho de percibir el precio pactado con el propietario. Pero para realizar la obra el constructor
ha debido emplear los servicios de otras personas con quienes contrata y que contribuyen a la
obra realizando trabajos o proveyendo materiales (obreros, subcontratistas, proveedores, etc.).
Sería inicuo que el constructor dejara de pagar a estas personas que han contribuido
decisivamente al resultado obtenido y se embolsara íntegramente el precio pactado con el
propietario. Por ello el art. 1645 del Cód. Civil concede a los que han puesto su trabajo o
materiales en una obra, acción directa contra el propietario hasta la concurrencia de lo que éste
adeude al contratista. Otras veces el fundamento de la acción directa está en la interpretación de
la voluntad de los contratantes: así, si dos personas convienen que una de ellas efectuará una
prestación a favor de un tercero, es lógico concluir que éste tiene acción directa contra el
promitente (art. 504).
447. CONDICIONES DE EJERCICIO- Para el empleo de la acción directa deben reunirse cuatro
requisitos: le)Que el titular tenga un crédito expedito contra su deudor, es decir, exigible y de
plazo vencido. 2S)E1 ejercicio de la acción supone la subsistencia de la deuda del tercero
demandado, pues en caso contrario la demanda fracasará. 3s)Es necesario que exista
homogeneidad entre los objetos debidos: lo que el tercero demandado debe ha de ser apto para
cancelar el crédito del demandante.
S) Finalmente es necesario que la deuda del tercero no haya sido objeto de un embargo anterior.
No son requisitos la insolvencia del deudor, ni la constitución en mora del tercero demandado o
del deudor, ni la inactividad de éste. Tampoco es necesaria la citación del deudor, pero el tercero
demandado puede solicitarla para cerciorarse de la legitimidad del crédito del demandante.
448. EFECTOS DE LA ACCIÓN DIRECTA- La demanda contra el tercero que es deudor del deudor
produce las siguientes consecuencias:
a) La notificación de la demanda causa el embargo del crédito a favor del demandante; por ello el
tercero demandado no se libera si después de la notificación le paga a su acreedor, y el
demandante podrá exigirle un nuevo pago.
b) El pago efectuado por el demandado a favor del actor lo libera a aquél frente a su acreedor,
aunque éste no haya sido citado al pleito.
c) La demanda por vía de acción directa es admisible por el importe del crédito del demandante,
hasta la concurrencia de lo que el demandado adeuda a su propio acreedor.
d) El demandado puede oponer al progreso de la demanda tanto las defensas que hubiera podido
oponer a su acreedor (la acción directa no borra la relación sustancial entre el tercero y su
acreedor) como las que tenga contra el demandante, pues éste actúa ejerciendo un derecho
propio.
f) Por último la acción directa no altera la relación jurídica sustancial existente entre el actor y su
deudor. El actor se encuentra así con dos deudores a quienes puede demandar indistintamente:
su deudor originario y el deudor de su deudor. )
ARTICULO 738.- Efectos. La acción directa produce los siguientes efectos: a) la notificación de la
demanda causa el embargo del crédito a favor del demandante; b) el reclamo sólo puede
prosperar hasta el monto menor de las dos obligaciones; c) el tercero demandado puede oponer al
progreso de la acción todas las defensas que tenga contra su propio acreedor y contra el
demandante; d) el monto percibido por el actor ingresa directamente a su patrimonio; e) el
deudor se libera frente a su acreedor en la medida en que corresponda en función del pago
efectuado por el demandado.
449. CASOS DE ACCIÓN DIRECTA - Por su carácter excepcional, la acción directa aparece en casos
muy limitados, entre los cuales cabe mencionar:
b) Acción de los que ponen su trabajo o materiales en una obra contra el dueño de ésta .
d) Acción del trabajador accidentado y sus derecho-habientes contra el asegurador del empleador
(art. 79, ley 9688, modificada por la ley 23.643).
e) Acción del abogado o procurador contra la parte contraria condenada en costas (art. 49 de la ley
21.839).
f) Acción del reivindicante que opta por reclamar daños y perjuicios contra el nuevo poseedor para
que le pague el precio impago o lo que quede a deber (arts. 2255).
g) Acción del acreedor hipotecario para cobrar los alquileres al inquilino del inmueble hipotecado
(art. 2192).
h) Acción del tercero en caso de estipulación a su favor (art. 1027). Este supuesto tiene variadas
aplicaciones: donación con cargo; seguros de vida; seguros colectivos por accidentes; seguros por
cuenta de quien corresponda; etcétera.
450. QUID DE LA ACCIÓN DIRECTA DEL DAMNIFICADO POR UN HECHO ILÍCITO CONTRA EL
ASEGURADOR DEL RESPONSABLE.- Este problema había suscitado en nuestro derecho una honda
división. Mientras la doctrina en forma casi unánime confería al damnificado acción directa contra
el asegurador del agente responsable, la jurisprudencia se inclinaba a negar la posibilidad de tal
acción. Por nuestra parte hemos pensado, con la doctrina dominante, que la víctima del hecho
ilícito tiene acción directa contra el asegurador del responsable en la medida de la deuda cubierta
por el seguro. En primer lugar se da la circunstancia de que el demandante es acreedor del
responsable, que a su vez es acreedor del demandado (asegurador). En segundo lugar concurren
todos los requisitos de procedencia de la acción directa, especialmente la homogeneidad de las
prestaciones, que consisten ambas en el resarcimiento del daño. En tercer lugar concurre el doble
fundamento de las acciones directas: habría enriquecimiento sin causa del agente si éste cobrase
el seguro de responsabilidad civil y no indemnizara a la víctima frente a quien es responsable; por
otra parte se consulta la voluntad presunta del asegurado, quien al contratar el seguro quiere
precisamente que sea el asegurador quien cubra la indemnización del daño causado a la víctima.
Por otra parte la acción del demandante estaría claramente encuadrada en el caso del art. 1027
pues pactándose en el seguro "una ventaja a favor de un tercero, éste podrá exigir el
cumplimiento de la obligación..."
ACCION REVOCATORIA
CONCEPTO Y TERMINOLOGÍA- Cuando una persona insolvente enajena bienes con el fin de
sustraerlos a la ejecución de sus acreedores, comete un fraude, con lo cual queda configurada la
situación cuyo remedio procura la ley mediante la acción pauliana o revocatoria, concedida a los
acreedores perjudicados por el fraude. Se denomina a esta acción, en forma en realidad impropia,
revocatoria, en cuanto procura que se deje sin efecto respecto del impugnante el acto del deudor.
En realidad no se trata de revocar el acto en sentido estricto, sino de declarar que es inoponible al
impugnante. La denominación de pauliana evoca al pretor Paulus, que la introdujo en el Derecho
Romano.
MÉTODO DEL CÓDIGO: CRÍTICA- El Código trata de esta acción dentro del régimen de los vicios del
acto jurídico, siguiendo a Freitas. El método es equivocado: tratándose de un recurso de los
acreedores tendiente a hacer efectiva la garantía de sus créditos, su régimen debe ubicarse dentro
de la teoría general de la obligación, como lo hacen todos nuestros proyectos de reforma.
461. ACTOS ATACABLES- En principio todo acto patrimonial puede ser objeto de la acción. Incluye
también entre los actos impugnables los actos que sin importar un desprendimiento de bienes
consistan en la renuncia de "facultades por cuyo ejercicio hubiera podido mejorar el estado de la
fortuna del deudor". Sin embargo hay que señalar que puede darse el caso de que un acto
patrimonial revista carácter personalísimo, en cuyo supuesto los acreedores no podrían atacarlo
(por ej. la renuncia a revocar una donación por causa de ingratitud). Los actos extrapatrimoniales,
como los que importen el ejercicio de acciones de estado y en general los relativos al derecho de
familia, no son impugnables aunque sean susceptibles de tener repercusión en el patrimonio del
deudor.
462. PRUEBA- La prueba es a cargo del acreedor impugnante. Debe tenerse presente que su tarea
probatoria se encuentra facilitada por las presunciones ya mencionadas: presunción del estado de
insolvencia del deudor fallido y presunción de complicidad del tercer adquirente a título oneroso si
conocía el estado de insolvencia del deudor.
ARTICULO 340.- Efectos frente a terceros. Deber de indemnizar. El fraude no puede oponerse a los
acreedores del adquirente que de buena fe hayan ejecutado los bienes comprendidos en el acto.
La acción del acreedor contra el subadquirente de los derechos obtenidos por el acto impugnado
sólo procede si adquirió por título gratuito, o si es cómplice en el fraude; la complicidad se
presume si, al momento de contratar, conocía el estado de insolvencia. El subadquirente de mala
fe y quien contrató de mala fe con el deudor responden solidariamente por los daños causados al
acreedor que ejerció la acción, si los derechos se transmitieron a un adquirente de buena fe y a
título oneroso, o de otro modo se perdieron para el acreedor. El que contrató de buena fe y a
título gratuito con el deudor, responde en la medida de su enriquecimiento.
ARTICULO 341.- Extinción de la acción. Cesa la acción de los acreedores si el adquirente de los
bienes transmitidos por el deudor los desinteresa o da garantía suficiente.
PARALELO CON LA ACCIÓN DE SIMULACIÓN- Durante mucho tiempo las acciones de simulación y
revocatoria han sido confundidas. Ello ha ocurrido por una razón práctica cual es la necesidad de
acumular a veces ambas acciones para llegar a un resultado útil. Así si el deudor bajo una
ACCION DE SIMULACION
ARTICULO 333.- Caracterización. La simulación tiene lugar cuando se encubre el carácter jurídico
de un acto bajo la apariencia de otro, o cuando el acto contiene cláusulas que no son sinceras, o
fechas que no son verdaderas, o cuando por él se constituyen o transmiten derechos a personas
interpuestas, que no son aquellas para quienes en realidad se constituyen o transmiten.
ARTICULO 334.- Simulación lícita e ilícita. La simulación ilícita o que perjudica a un tercero provoca
la nulidad del acto ostensible. Si el acto simulado encubre otro real, éste es plenamente eficaz si
concurren los requisitos propios de su categoría y no es ilícito ni perjudica a un tercero. Las
mismas disposiciones rigen en el caso de cláusulas simuladas.
ARTICULO 335.- Acción entre las partes. Contradocumento. Los que otorgan un acto simulado
ilícito o que perjudica a terceros no pueden ejercer acción alguna el uno contra el otro sobre la
simula-ción, excepto que las partes no puedan obtener beneficio alguno de las resultas del
ejercicio de la acción de simulación. La simulación alegada por las partes debe probarse mediante
el respectivo contradocumento. Puede prescindirse de él, cuando la parte justifica las razones por
las cuales no existe o no puede ser presentado y median circunstancias que hacen inequívoca la
simulación.
ARTICULO 336.- Acción de terceros. Los terceros cuyos derechos o intereses legítimos son
afectados por el acto simulado pueden demandar su nulidad. Pueden acreditar la simulación por
cualquier medio de prueba.
ACCIÓN DE LOS ACREEDORES.- Si la simulación es lícita los terceros carecen de acción para
verificar la inexistencia del acto simulado: por hipótesis no hay en ese caso perjuicio a terceros por
lo que fallaría el interés base de toda acción. En cambio cuando la simulación es ilícita, los terceros
pueden demandar la declaración de simulación. Tal es caso del acreedor del enajenante aparente
de bienes.
470. CARACTERES Y REQUISITOS- La acción de simulación ejercida por terceros reviste el carácter
de una acción patrimonial. Quienes la ejercen se proponen verificar la existencia de determinados
bienes en el patrimonio del deudor pese a la apariencia contraria. Quienes la ejercen actúan por
derecho propio y no por vía de subrogación lo que produce dos consecuencias importantes:
a) El demandado no puede hacer valer contra el demandante las defensas que tendría contra la
otra parte como ocurriría en el caso de la subrogación.
471. PARALELO CON LA REVOCATORIA- Hemos tratado este punto en el número 466 al cual
remitimos.
473. A QUIÉNES Y CONTRA QUIÉNES SE ACUERDA- La acción se acuerda a todo tercero a quien la
simulación perjudique. Por el carácter patrimonial de la acción pueden ejercerla toda clase de
acreedores aun los condicionales o a plazo. Para determinar contra quiénes se acuerda debe
distinguirse según se alegue la simulación por vía de acción o de excepción. Si se hace valer por vía
de acción debe dirigirse contra todos los autores del acto simulado. Si se alega como defensa ante
una demanda basta oponerla al demandante pues el demandado intenta desvirtuar el título que
se arguye contra él. Sin embargo en este caso la sentencia no hará cosa juzgada contra los autores
del acto que no fueron parte en el juicio, por lo cual será útil citarlos si las reglas procesales lo
permiten.
474. PRUEBA- Si la acción se ejerce entre las partes es necesario en principio el contradocumento,
a menos que "mediaran circunstancias tales que hagan inequívoca la existencia de la simulación"
(art. 1796 Y 1797 in fine). En cambio, cuando la acción es ejercida por los acreedores perjudicados,
éstos pueden recurrir a toda clase de medios de prueba. Se trata de probar un hecho: que las
diligencias cumplidas por las partes lo han sido sin la voluntad de constituir verdaderamente los
efectos jurídicos aparentes, que causan perjuicio al demandante. Sería irracional exigir al acreedor
la presentación de un contradocumento pues quienes se han confabulado contra él se cuidarán
muy bien de poner en sus manos esa prueba, que por el contrario, tratarán de ocultar.
475. EFECTOS- La declaración judicial de simulación verifica la inexistencia del acto aparente. Esto
producirá consecuencias diferentes según que la simulación sea absoluta o relativa. Si es absoluta,
quedará acreditado que el bien objeto del acto no ha salido del patrimonio del deudor, y los
acreedores podrán ejercer sus derechos sobre él. Si es relativa, se verificará la inexistencia del acto
simulado, y al mismo tiempo se dará eficacia al acto oculto. Si este acto oculto es perjudicial a los
acreedores, podrá ser atacado por éstos por la vía de la acción revocatoria; si los bienes hubiesen
pasado a un tercero de buena fe podrán los acreedores ejercer la acción de daños y perjuicios a
que nos hemos referido en el número 463.
ARTICULO 337.- Efectos frente a terceros. Deber de indemnizar. La simulación no puede oponerse
a los acreedores del adquirente simulado que de buena fe hayan ejecutado los bienes
comprendidos en el acto. La acción del acreedor contra el subadquirente de los derechos
obtenidos por el acto impugnado sólo procede si adquirió por título gratuito, o si es cómplice en la
simulación. El subadquirente de mala fe y quien contrató de mala fe con el deudor responden
solidariamente por los daños causados al acreedor que ejerció la acción, si los derechos se
transmitieron a un adquirente de buena fe y a título oneroso, o de otro modo se perdieron para el
acreedor. El que contrató de buena fe y a título gratuito con el deudor, responde en la medida de
su enriquecimiento.
UNIDAD 5
Estas últimas comprenden las de ejecución continuada (reiterada en el tiempo sin solución alguna)
y las periódicas o de tracto sucesivo (en las cuales el cumplimiento va siendo efectivizado de
manera salteada; ART 1599
ii. Modales. Cuando están sujetas a alguna modalidad que puede ser: la condición, el plazo o el
cargo;
c. Con cargo o modo: cuando al adquiriente de un derecho se le impone una obligación accesoria y
excepcional.
Los elementos naturales están potencialmente incuidos en el negocio pero las partes pueden
excluirlos. tales son la garantía de evicción (por defectos materiales de la cosa) y los vicios
redhibitorios (por defectos de tipo legal) como cuando una compra una vivienda hipotecada.
1) La condición, tanto suspensiva, de la cual depende la existencia del negocio (por ejemplo:
te pagaré un sueldo mensual si apruebas el examen de admisión al empleo), como resolutoria, de
la cual depende la finalización del negocio (Por ejemplo, te pagaré una beca hasta que te recibas.
La obtención del título, hace finalizar el negocio). Por eso podemos definir a la condición como el
acontecimiento futuro e incierto, del cual depende el inicio o la finalización del negocio jurídico.
Condición
ARTICULO 343.- Alcance y especies. Se denomina condición a la cláusula de los actos jurídicos por
la cual las partes subordinan su plena eficacia o resolución a un hecho futuro e incierto.
Las disposiciones de este capítulo son aplicables, en cuanto fueran compatibles, a la cláusula por la
cual las partes sujetan la adquisición o extinción de un derecho a hechos presentes o pasados
ignorados.
ARTICULO 344.- Condiciones prohibidas. Es nulo el acto sujeto a un hecho imposible, contrario a la
moral y a las buenas costumbres, prohibido por el ordenamiento jurídico o que depende
exclusivamente de la voluntad del obligado.
La condición de no hacer una cosa imposible no perjudica la validez de la obligación, si ella fuera
pactada bajo modalidad suspensiva.
Se tienen por no escritas las condiciones que afecten de modo grave las libertades de la persona,
como la de elegir domicilio o religión, o decidir sobre su estado civil.
El adquirente de un derecho sujeto a condición resolutoria puede ejercerlo, pero la otra parte
puede solicitar, también medidas conservatorias.
En todo supuesto, mientras la condición no se haya cumplido, la parte que constituyó o transmitió
un derecho debe comportarse de acuerdo con la buena fe, de modo de no perjudicar a la
contraparte.
2) El plazo, que es el acontecimiento futuro, pero cierto del cual se hace depender el inicio o
el término del negocio. En este caso se dan las mismas situaciones del anterior pero el
acontecimiento ocurre un día determinado, por ejemplo te pagaré desde o hasta el día 31 de
diciembre de 2008.
ARTICULO 350.- Especies. La exigibilidad o la extinción de un acto jurídico pueden quedar diferidas
al vencimiento de un plazo.
ARTICULO 351.- Beneficiario del plazo. El plazo se presume establecido en beneficio del obligado a
cumplir o a restituir a su vencimiento, a no ser que, por la naturaleza del acto, o por otras
circunstancias, resulte que ha sido previsto a favor del acreedor o de ambas partes.
ARTICULO 352.- Pago anticipado. El obligado que cumple o restituye antes del plazo no puede
repetir lo pagado.
ARTICULO 353.- Caducidad del plazo. El obligado a cumplir no puede invocar la pendencia del
plazo si se ha declarado su quiebra, si disminuye por acto propio las seguridades otorgadas al
acreedor para el cumplimiento de la obligación, o si no ha constituido las garantías prometidas,
entre otros supuestos relevantes. La apertura del concurso del obligado al pago no hace caducar el
plazo, sin perjuicio del derecho del acreedor a verificar su crédito, y a todas las consecuencias
previstas en la legislación concursal.
3)El modo o cargo: Se añade al negocio una imposición, sin el cumplimiento de la cual el derecho,
objeto del negocio no se adquiere. Ejemplo, te nombro heredero, pero te impongo la carga de un
legado.
ARTICULO 354.- Cargo. Especies. Presunción. El cargo es una obligación accesoria impuesta al
adquirente de un derecho. No impide los efectos del acto, excepto que su cumplimiento se haya
previsto como condición suspensiva, ni los resuelve, excepto que su cumplimiento se haya
estipulado como condición resolutoria. En caso de duda, se entiende que tal condición no existe.
ARTICULO 355.- Tiempo de cumplimiento. Prescripción. Al plazo de ejecución del cargo se aplica lo
dispuesto en los artículos 350 y concordantes.
Desde que se encuentra expedita, la acción por cumplimiento prescribe según lo establecido en el
artículo 2559.
ARTICULO 356.- Transmisibilidad. El derecho adquirido es transmisible por actos entre vivos o por
causa de muerte y con él se traspasa la obligación de cumplir el cargo, excepto que sólo pueda ser
ejecutado por quien se obligó inicialmente a cumplirlo. Si el cumplimiento del cargo es inherente a
la persona y ésta muere sin cumplirlo, la adquisición del derecho principal queda sin efecto,
volviendo los bienes al titular originario o a sus herederos. La reversión no afecta a los terceros
sino en cuanto pudiese afectarlos la condición resolutoria.
ARTICULO 357.- Cargo prohibido. La estipulación como cargo en los actos jurídicos de hechos que
no pueden serlo como condición, se tiene por no escrita, pero no provoca la nulidad del acto.
1.- Sentido de ésta clasificación: Cuando estudiamos los efectos de las obligaciones en lecciones
anteriores, nos hemos dado cuenta, que los efectos actúan de diferente modo según la clase de
obligaciones de que se trate. Del mismo modo, se puede considerar la clasificación de las
obligaciones, es decir, va a depender del tipo de obligaciones par que se lo pueda clasificar.
En las obligaciones de dar existe el deber de entregar un objeto, sea para transferir su propiedad o
para constituir un derecho real sobre ella, en ambos casos el deudor debe restituir la cosa. Las
obligaciones de hacer importa el deber de prestar un servicio. - Ahora bien, surge claro y preciso
que a partir del tipo de obligaciones que se nos presenta, tenemos efecto diferente y tenemos
problemas diferentes. No podemos soslayar que entre el incumplimiento de una obligación de dar
al de hacer, presupone efectos jurídicos diferentes, consecuentemente sin una clasificación
adecuada no habría elementos suficientes para considerar una solución justa y en términos legales
alas obligaciones.-
- Distinción entre el dar y el hacer: En capítulos anteriores, cuando estudiamos los elementos de
las obligaciones nos referíamos al objeto de las obligaciones, y destacábamos que suponía siempre
una actividad humana; es decir, que el objeto, a más de la cosa, siempre consistía en un acto o en
una actividad humana, pero destacábamos también la diferencia que existía entre una y otra
prestación. Para llegar a diferenciar claramente entre una cosa y la otra, es menester destacar que
en las obligaciones de dar existe fundamentalmente la entrega de un objeto y lo que se persigue
es que se cumpla éste acto, y el acto humano que sirvió para realizar la entrega de la cosa, se torna
secundario, no es éste último lo que importa, sino la cosa a entregarse . El acto humano en las
obligaciones de dar se pasa de secundario, desapercibido e inoperante para el beneficiario de la
obligación de dar .
En cambio en las obligaciones de hacer lo que importa es el acto humano en toda su extensión, la
prestación a la que se obligó el obligado a través de sus facultades o sus habilidades. En esta clase
de obligación lo que se tiene en cuenta 0 lo que importa, es la conducta humana. -
1)- Generalidades. Las obligaciones de dar, son aquellas que tienen por objeto la entrega de una
cosa determinada en su individualidad el C. Civil conceptúa y determina los efectos de las
obligaciones de dar, en los términos siguientes: "Si la prestación tiene por objeto cosas
individualmente determinadas, comprende todos los accesorios de ellas al tiempo de
constituirse la deuda, aunque no hubiesen sido mencionadas en el titulo. Los frutos percibidos
antes de la entrega pertenecen al deudor y los pendientes al acreedor. -
De los conceptos mencionados más arriba, que a más de r"' comprender la entrega de la cosa,
también cuadra señalar que comprende la determinación de la cosa al momento de constituirse la
obligación. -
2)- Efectos:
b) Deber de entregar la cosa: El deudor debe entregar la cosa en el tiempo y lugar propio. El lugar
a que aludimos es donde las partes han pactado la entrega de la cosa, a falta de convención se
tratare de una cosa cierta, en el lugar donde ella existía al momento de constituirse la obligación y
en el domicilio del deudor en cualquier otro caso .
-Deber de conservación: Sobre el punto, el art.115 dispone, que: " La obligación de entregar una
cosa determinada incluye la de cuidarla hasta su tradición".-
-Perdida o deterioro de la cosa, caso de culpa del deudor: En caso de perdida o deterioro de la
cosa por culpa del deudor, éste debe soportar no sólo los riesgos de la cosa sino también los
riesgos del contrato.- -Ausencia de culpa: El art.628 del C. Civil preceptúa lo siguiente: "La
obligación se extingue cuando por una causa física o jurídica no imputable al deudor, anterior a su
constitución en mora, se hace imposible la prestación que constituye el objeto de ella.
-Mejora: Si la cosa que deba ser transferida a titulo oneroso para constituir dominio, usufructo o
derecho de uso o habitación mejorare o aumentare después de constituida la obligación por hecho
ajeno al deudor, o aunque fuere sin desembolso alguno, podrá éste exigir un suplemento
proporcional de la contraprestación. En caso de disconformidad del acreedor, la obligación
quedará disuelta. Los aumento o mejoras hecho por el deudor posteriores al contrato, no da lugar
a derecho alguno.
-Frutos: Los frutos percibidos antes de la entrega, pertenecen al deudor y los pendientes al
acreedor. - Deber de constituir derechos reales: Muebles e inmuebles.
-Muebles: art. 131" Entre varios acreedores con derecho a una misma cosa mueble será preferido,
si no se hubier4e hecho la tradición, aquel a quien debía ser restituida, si de ella tenía titulo que
acredite su dominio. En su defecto, será preferido el acreedor de título más antiguo .
-lnmuebles: art.124, " Cuando varios acreedores tuvieren derecho a la entrega de un mismo
inmueble, será preferido aquél que primero inscribió su titulo en el registro. En ningún caso puede
invocarse el conocimiento del acreedor sobre la existencia de otros créditos, aunque sea de fecha
anterior. A falta de inscripción, la preferencia corresponde al acreedor de titulo más antiguo. -
-De transferir el uso o la tenencia: Si la obligación fuere de dar cosa cierta, para transferir el uso de
ellas, los derechos se regularán por las normas relativas a la locación de cosas. Si la obligación
fuere para transferir solamente la tenencia, los derechos se regirán por las disposiciones referente
al deposito. -
-De resistir cosas a su propietario: art.1562 " El obligado a restituir una cosa podrá retenerla
cuando le correspondiese un crédito exigible en virtud de gastos efectuados en ella, o con
motivo de daños causado por dicha cosa. Art.1562/4" Aquél que retenga con derecho una cosa
fuere demandada por devolución de ella, sólo deberá restituirla cuando el demandante efectúe
la contraprestación a que estuviere obligado, o afianzare su cumplimiento".-
LECCIÓN 17 :
-Teniendo en cuenta la naturaleza de la prestación que debe cumplir el deudor, las obligaciones se
clasifican en: dar , hacer y no hacer .
-Dar cosas ciertas: objeto individualmente determinado, no fungible. Ej una casa situada en
determinada localidad, una obra perteneciente a un determinado autor, un mueble que
perteneció a determinada persona, etc.
-Dar cosas de género: la palabra género significa conjunto de individuos que tienen caracteres
comunes. Ej un caballo, un automóvil, etc. En síntesis individuos o cosas que pueden ser
sustituidas por otras de igual calidad.
Efectos:
-Después de la individualización
Antes: Art 139 cc . "En tanto la individualización no ha tenido lugar el deudor no se exime de la
obligación de cumplimiento" .
Después: "Efectuada la elección, la obligación deja de ser de género". Art 44 cc. Después de
individualizada la cosa, serán aplicables las reglas sobre obligaciones de dar cosas ciertas .
Facultad de elección: En principio la elección del objeto a pagar corresponde al deudor. Si nada
hubiere previsto en el contrato, la elección corresponde al obligado. No obstante, si las partes
hubieren pactado que esa facultad corresponde al acreedor o a un tercero, debe respetarse esa
voluntad.
Regla de elección: Nuestro código nada dice respecto al modo de cómo se opera la elección,
solamente en doctrinas .
. Por el sujeto
Las obligaciones pueden ser clasificadas: de sujeto simple o singular, y de sujeto compuesto o
plural, las que a su vez son subdivididas en las de pluralidad subjetiva disyuntiva y las de pluralidad
subjetiva conjunta:
i. De pluralidad disyuntiva. En estas obligaciones, existe una falsa pluralidad, por cuanto la elección
de uno de los sujetos –activos o pasivos- excluye a los no elegidos.
Las obligaciones conjuntas, teniendo en cuenta la índole de la prestación, pueden ser divisibles e
indivisibles; y teniendo en cuenta la virtualidad del vínculo, pueden ser simplemente
mancomunadas y solidarias:
Indivisibles : son aquellas cuyas prestaciones sólo pueden ser cumplidas por entero
Solidarias : son aquellas en las que cualquiera de los acreedores tiene derecho a exigir a
cualquiera de los deudores la totalidad del crédito (art. 699, Cód. Civ.)
Simplemente mancomunadas : son las obligaciones en las que cada uno de los deudores
no está obligado sino por su parte, y cada uno de los acreedores no tiene sino derecho a
su parte
6. Por la interdependencia
ii. Accesorias: las que tienen la razón de su existencia en la obligación principal (art. 853, Cód. Civ,)
7. Por la fuente
B) O
C) Obligaciones condicionales