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GEOLOGIA Y MINERALIZACION

DEL DISTRITO DE CAYLLOMA

Leandro E. Echavarria

Colorado School of Mines


Department of Geology and Geological Engineering
Golden, Colorado, USA

Preparado para:

Mauricio Hochschild & Cia Ltda., SAC

Diciembre 2003
L. Echavarria – Informe Caylloma - 2003

INTRODUCCIÓN

El presente informe se enmarca en el convenio efectuado entre la Empresa Mauricio


Hochschild y Colorado School of Mines, el cual tiene por finalidad el desarrollo de tareas
de exploración e investigación en las minas de Arcata, Ares y Caylloma.
El distrito minero de Caylloma se ubica en el Departamento de Arequipa, aproximadamente
160 km al norte de la ciudad de Arequipa (Fig. 1).

Fig. 1. Mapa de Ubicación del Distrito de Caylloma

La mineralización, principalmente de plata, se encuentra hospedada en vetas de rumbo


predominante noreste, aunque también se reconocen estructuras de rumbo noroeste. Los
clavos mineralizados poseen una longitud variable entre decenas de metros a varios cientos
de metros, con una extensión vertical del orden de los 300 metros.
La mineralización es del tipo epitermal y es un ejemplo típico de la subclase denominada
sulfuración intermedia (Hedenquist et al, 2000, Sillitoe y Hedenquist, 2003), sistemas ricos
en plata, o carbonatos-metales base Au-Ag (Corbett y Leach, 1998, Corbett, 2002).

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En base a observaciones de campo detalladas efectuadas durante el año 2002, mapeo a


escala 1:5000 del área del Distrito y 1:1000 sobre las estructuras mineralizadas, más el
análisis de imágenes satelitales y fotografías aéreas han posibilitado establecer los controles
estructurales y estratigráficos, desde el ámbito regional de emplazamiento de la
mineralización epitermal, hasta el análisis estructural detallado de la cinemática de
movimiento de las distintas fallas sin y posmineral.

GEOLOGÍA REGIONAL

El Distrito de Caylloma se ubica en un amplio arco volcánico Mioceno, caracterizado por la


presencia de edificios volcánicos de colapso, calderas, en partes superpuestas y que han
evolucionado independientemente, separadas en el tiempo por varios millones de años (Fig.
2).

Fig. 2. Columna estratigráfica simplificada del distrito de Caylloma, donde se reconocen al menos 4
ciclos volcánicos del Mioceno al Cuaternario superpuestos discordantemente.

En este marco geológico se observa que directamente sobre rocas de edad jurásica-cretácica
correspondientes al Grupo Yura, de origen marino, se deposita en discordancia una potente
secuencia volcánica. Esta secuencia volcánica está formada por lavas calco-alcalinas,
ignimbritas, tobas, rocas volcaniclásticas retrabajadas, etc., en general de composición

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intermedia a silícica (Eyzaguirre, 1981) y es la que alberga la mineralización de Ag en el


distrito de Caylloma.
Sobrepuestas al volcanismo mencionado se desarrollan dos calderas parcialmente
superpuestas (Figs. 2 y 3). La más antigua es la caldera de Chonta, la que posee una forma
circular de aproximadamente 18 km de diámetro. Las rocas que se disponen en el interior
de la caldera de Chonta consisten mayoritariamente en ignimbritas bien soldadas, ricas en
litoclastos, intercaladas con lavas que se disponen hacia la parte superior de la secuencia
(Eyzaguirre, 1981, Peterson et al., 1983). Hacia los márgenes de la caldera se reconocen
megabrechas relacionadas al colapso del margen de la misma, formadas por grandes
bloques de sedimentitas mesozoicas.

Fig. 3. Imagen satélite donde se observa el Distrito de Caylloma, los lineamientos regionales
principales. Se han contorneado los afloramientos de los derrames lávicos y los domos riolíticos,
presumiblemente más modernos que la mineralización.

Por su parte, la caldera de Caylloma, de 25 km de diámetro, se desarrolla hacia el sur y


parcialmente superpuesta a la caldera de Chonta, al este de la mina de Caylloma. La caldera

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de Caylloma se caracteriza por su forma subcircular, y la presencia de varios flujos


piroclásticos silícicos (donde se reconocen cristaloclastos de cuarzo y sanidina), que se
disponen tanto dentro como fuera de la caldera. También se han reconocido domos
riolíticos, principalmente asociados a los márgenes de la misma (Fig. 3 y 4). Mientras que
la caldera es centrada por un flujo lávico andesítico pobre en fenocristales, representado por
el Cerro Cosana (Fig. 3 y 4).

NW Co. Cosana SE

10 km

Volcánicos de intracaldera Sedimentos modernos intracaldera

Volcánicos Pre-caldera Andesitas Pliocenas (?)

Domos riolíticos de borde


Sedimentitas Grupo Yura de caldera

Fallas Vetas Caylloma

Fig. 4. Perfil esquemático regional de la caldera de Caylloma

MARCO ESTRUCTURAL REGIONAL

En el marco regional se reconocen dos sistemas de lineamientos principales, los que


presentan rumbos noreste y noroeste (Fig. 3). El sistema con rumbo noroeste habría actuado
de manera sinestral, mientras que el de rumbo noreste lo habría hecho de forma dextral.
Ello estaría en relación a esfuerzos regionales con la tensión orientada aproximadamente en
sentido norte-sur o NNW-SSE, mientras que la compresión estaría ubicada con dirección

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este-oeste o ENE-WSW. Ello estaría de acuerdo con lo generalmente postulado para el


Mioceno inferior-medio del Sur de Perú (Cassard et al., 2000).
El sistema de fracturas de rumbo noroeste se encuentra más desarrollado, posiblemente
habría prevalecido sobre su conjugado de dirección noreste. El sistema noroeste incluye al
corredor estructural que hospeda la mineralización de Caylloma (Fig. 5).
Sobreimpuesto a dicho sistema conjugado de fracturas se observa un juego de lineamientos
de gran longitud y continuidad de rumbo norte-sur. Estas fracturas están aparentemente
limitando por su borde este y oeste a la caldera de Caylloma, que a su vez posee una forma
alargada en sentido norte-sur (Fig. 3). Si consideramos a estas fracturas contemporáneas
con dicha caldera, entonces tendrían una edad entre 2 y 4.5 Ma.

2 km

Fig. 5. Imagen satélite e interpretación estructural del Distrito de Caylloma.

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Dichas Fallas tendrían un desplazamiento a lo largo del rumbo de tipo dextral, lo que
produciría una situación tensional en la zona de salto desde la fractura este a la oeste, dicho
lugar de tensión es donde finalmente se genera la caldera de Caylloma. También ese sitio
representaría una zona de debilidad preexistente ya que es el lugar de intersección del
corredor estructural NW-SE que contiene la mineralización del Distrito de Caylloma y las
fracturas más jóvenes de rumbo norte-sur. El movimiento dextral de las fracturas de rumbo
norte-sur, así como la forma alargada en sentido norte sur de la caldera de Caylloma
estarían en coincidencia con los esfuerzos compresivos de rumbo aproximado ENE-WSW
propuestos para la época (Mercier et al., 1992).
En el modelo aquí presentado se postula que las fracturas de rumbo noroeste son anteriores
a la caldera de Caylloma y a las fracturas norte-sur; por ello, podríamos pensar en encontrar
la continuidad del corredor estructural que contiene la mineralización de Caylloma al
sudeste de la caldera. Posiblemente, este corredor estaría representado al sudeste de la
caldera por las sedimentitas jurásicas del Grupo Yura que afloran con rumbo noroeste-
sudeste en la Loma Panteón, o estaría aún más hacia el sur, posiblemente al sudeste del
Cerro Pucará (Fig. 3).
Cabe destacar que las fracturas de rumbo noroeste y noreste están controlando la intrusión
de cuerpos volcánicos de composición riolítica y andesítica más recientes (Fig. 3), hasta
plio-pleistocenos, hecho que manifiesta la actividad de dichas fracturas hasta tiempos
recientes, debido a reactivaciones posteriores a su formación.

GEOLOGÍA DEL DISTRITO DE CAYLLOMA (Fig. 6)

Las rocas más antiguas aflorando en el área son sedimentitas de edad jurásica, las que están
formadas por intercalaciones de lutitas negras y areniscas grauváquicas, en estratos
tabulares de alrededor de 40 a 60 centímetros de espesor. En superficie estas rocas se
encuentran fuertemente plegadas, desarrollando pliegues tipo kink, con flancos rectos y
charnelas agudas, en general se encuentran volcados y con planos axiales subhorizontales
(Fig 7). En subsuelo se hallan deformadas de manera mucho más suave constituyendo
pliegues amplios y abiertos como se observa en el nivel 9 de Apóstoles 2.

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Fig. 6. Mapa geológico simplificado del Distrito de Caylloma.

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En discordancia sobre las sedimentitas descritas se apoya una potente secuencia volcánica
terciara (Fig. 8), constituida por una sucesión de lavas de composición intermedia,
principalmente andesítica y volcaniclásticas de composición dacítica.

Fig. 7. Sedimentitas del grupoYura fuertemente plegadas.

La secuencia volcánica está integrada por paquetes de 20


hasta 100 metros de lavas intercaladas con rocas
volcaniclásticas. Allí, dos tipos de lavas se reconocen:
Andesitas porfíricas y andesitas finas, casi afíricas con
marcada fluidalidad dada por fracturas paralelas. Las rocas
volcaniclásticas están formadas en su mayoría por brechas
matriz sostén, macizas, con soldamiento suave. Estas
brechas constan de litoclastos angulosos de pocos
centímetros de diámetro, de diferente composición,
principalmente de rocas volcánicas porfíricas. Los pómez
son pequeños, verdosos debido a alteración propilítica y
débilmente estirados. Los cristaloclastos más frecuentes
son de plagioclasa y minerales máficos como hornblenda y
biotita, también se han reconocido cristaloclastos de cuarzo
Fig. 8. Columna estratigráfica
con engolfamientos por corrosión. La matriz está esquemática del Distrito de Caylloma

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formada por un mosaico de cuarzo y feldespato producto de desvitrificación y posiblemente


algunas trizas vítreas residuales. La brecha volcánica descrita es maciza y posee varias
decenas de metros de potencia, podría clasificarse como un depósito piroclástico primario
formado por flujo (ignimbrita) que presenta un soldamiento débil. Las ignimbritas se
encuentran intercaladas con delgados bancos de rocas volcaniclásticas más finas,
estratificadas en bancos de pocos centímetros de potencia, formadas por areniscas y pelitas
volcánicas de posible origen secundario producto de depositación en ambiente fluvial y/o
lacustre.

Fig. 9. Domo San Antonio, ubicado al sudeste de la mina de Caylloma

Al norte de la veta San Cristóbal la roca de caja (aflorante) de la mineralización está


formada exclusivamente por andesitas de textura porfírica similar a la descrita
precedentemente.
Las rocas volcánicas suelen presentar en la extensión del distrito una alteración hidrotermal
suave caracterizada por una leve propilitización y una piritización dada por la presencia de
cubos de pirita pequeños de forma diseminada.
La secuencia volcánica se encuentra intruida por cuerpos dómicos y sus flujos lávicos
asociados de composición ácida (Fig. 9). Estos son riolitas que presentan una marcada
fluidalidad, con fenocristales de cuarzo, redondeados de 5 milímetros, feldespato alcalino
(sanidina) y abundante biotita en láminas de varios milímetros de diámetro. La fluidalidad

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está dada por filetes de variada coloración (rojiza y blanca), atribuida a diferencias en su
alteración. Estos cuerpos dómicos como el domo San Antonio y Trinidad no se encuentran
alterados hidrotermalmente, y su emplazamiento está relacionado a fallas de carácter
regional.
Por último, completan la secuencia derrames lávicos más modernos, posteriores a la
mineralización, posiblemente de edad plio-pleistocena que forman delgadas coladas de
composición intermedia a básica formadas por rocas porfíricas con fenocristales de
plagioclasas y piroxenos.

EDADES RADIMETRICAS

Se han recolectado 8 muestras de los distintos tipos litológicos y de la alteración


hidrotermal del distrito de Caylloma. Se han efectuado secciones delgadas a partir de las
cuales se ha realizado el estudio petrográfico de cada muestra, seleccionando las muestras y
los minerales más favorables para ser datados, descartando las muestras con avanzado
estado de alteración. Finalmente se seleccionaron 6 muestras para ser datadas. El método de
separación mineral y análisis radimétrico se detalla en el Anexo 1.
Las muestras seleccionadas para analizar son las siguientes y un resumen de los resultados
se muestra en la Tabla 1:
6. Riolita con marcada fluidalidad. Fenocristales de cuarzo, redondeados de pocos
milímetros, feldespatos argilizados y biotita fresca en lámina de 5 mm de diámetro.
Ubicación: Domo Cuchilladas. Separado: Sanidina y biotita.

7. Adularia en fracturas, cristales de varios milímetros. También se encuentra


diseminada como alteración de la roca de caja.
Ubicación: Extremo noreste de veta soledad. Separado: adularia.

13. Andesita fina con pequeños fenocristales de plagioclasa y minerales máficos.


Coordenadas: N8319806-E193894 (Psad 56). Roca de caja cerca veta San Cristóbal.
Separado: Matriz volcánica.

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PP1: Área Paco-Paco. Andesitas completamente alteradas. Silicificación y alteración


caolinica. La alunita se presenta en fracturas y rellenando cavidades con habito en
panal de abejas y cubiertas por óxidos de Fe. Separado: Alunita.
Coordenadas (PSAD 56): 195075E - 8328835N

PP2: Área Paco-Paco. Andesita porfírica, fenocristales de plagioclasas frescas y pasta


volcánica oscura abundante.
Coordenadas (PSAD 56): 194734E – 8325940N

C13: Área Caylloma este. Andesitas porfírica con fenocristales de plagioclasa zonada y
biotita hexagonal fresca. La pasta es abundante y vítrea. Las andesitas son post-
mineralización y se encuentran cubriendo a las andesitas que hacen de roca de caja
de la mineralización. Separado: Plagioclasa.
Coordenadas (PSAD 56): 193820E – 8322995N

Muestra Mineral Edad (Ma) Error (Ma) Dist. escogida Comentarios


6A Sanidina 11.96 0.07 Domo riolítico
Cuchilladas
6B Biotita 12.25 0.07 Plateau Domo riolítico
Cuchilladas
7 Adularia 18.86 0.1 Average Mineralización
13 Matriz 20.3 0.11 Average Roca de caja
volcánica (andesitas)
PP1 Alunita ~12 Mineralización
Paco Paco
PP2 ~12 Roca de caja
Paco Paco
C13 plagioclasa ~11.95 Plateau Lava postmineral
Tabla 1. resumen de las edades radimétricas obtenidas en muestras del
distrito de Caylloma.

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Los nuevos datos de dataciones Ar/39Ar han sido comparados con datos publicados
(Peterson et al., 1983, Silberman et al., 1985, McKee y Noble, 1989) e inéditos (Noble,
1981a, Noble, 1981b) de K-Ar de la mineralización y rocas volcánicas del distrito (Fig. 7).
La edad de la roca de caja de la mineralización fue obtenida a partir de la muestra 13 que
pertenece a una lava andesítica y el separado de matriz volcánica ha arrojado una edad de
20.3±0.11 Ma.

Fig. 7. Geocronología de las rocas de caja y mineralización del distrito de Caylloma. Ar/Ar denota
las muestras analizadas por ese método en el laboratorio del USGS, Denver, Colorado, USA, el
resto de las muestras han sido analizadas por el método K/Ar y han sido recopiladas de Peterson et
al. (1983), Silberman et al. (1985), McKee y Noble (1989) y Noble (1981a y 1981b)

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La edad de la mineralización fue obtenida a partir de una muestra de roca alterada extraída
en las cercanías de la veta Soledad (muestra 7) que contiene adularia de grano grueso. El
separado de adularia arrojó una edad de 18.86±0.1 Ma. Otras edades de la mineralización
de Caylloma publicadas e inéditas dan valores más jóvenes (Noble, 1981a; Silberman et al.,
1985; McKee y Noble, 1989); sin embargo, se considera que la nueva edad Ar/Ar obtenida
es la que más se acerca a la edad de emplazamiento de la mineralización de Caylloma,
siendo las otras edades más jóvenes posiblemente debido a que son datos convencionales
de K-Ar, proceso durante el cual puede ocurrir retención de argón en los feldespatos
durante la extracción de dicho gas, lo que comúnmente resulta en edades más jóvenes que
las reales.
La edad del volcanismo post mineral ha sido establecida analizando diques y domos
intruidos en la secuencia volcánica del distrito de Caylloma (muestra 6 y Fig. 7). Esas rocas
han arrojado edades entre 11.6±0.4 Ma y 12.25±0.07 Ma, evidenciando un emplazamiento
ocurrido varios millones de años con posterioridad a la mineralización y se han interpretado
como relacionados a la formación de la caldera de Chonta (Fig. 7). El evento principal de
colapso de la caldera de Chonta se ha datado en 11.4±0.4 Ma sobre la base de una edad en
una potente secuencia de ignimbritas (Peterson et al., 1983), a la que le siguen flujos y
domos de dacitas y andesitas post-colapso con edades de 11.6±0.4 y 11.3±0.3 Ma,
respectivamente (Peterson et al., 1983). Numerosos depósitos minerales han sido datados
por Peterson et al. (1983) entre los 11.7±0.5 y 10.5±0.3 Ma, y han sido interpretados como
relacionados al volcanismo que originó la caldera de Chonta (Fig. 7). El último evento
volcánico registrado en el área de Caylloma es el emplazamiento de la caldera de Caylloma
que tuvo lugar entre los 4.4±0.1 y 2.4±0.07 Ma (Noble et al., 1981b), donde se reconocen
varios episodios de efusión de ignimbritas y colapsos que están sobreimpuestos al
volcanismo del Mioceno inferior.

MINERALIZACIÓN

La mineralización reconocida en Caylloma es del tipo epitermal y es un ejemplo típico de


la subclase denominada sulfuración intermedia (Hedenquist et al, 2000, Sillitoe y

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Hedenquist, 2003), sistemas ricos en plata, o carbonatos-metales base Au-Ag (Corbett y


Leach, 1998, Corbett, 2002).
La mineralización, principalmente de plata, se encuentra hospedada en vetas. Los clavos
mineralizados poseen una longitud variable entre decenas y cientos de metros, con una
extensión vertical del orden de los 300 metros. En general, la mineralización no es
continua, sino errática.
Las vetas poseen potencias desde 1 hasta 25 metros, con medias en alrededor de 2 metros.
La mineralización está conformada por un relleno multiepisódico donde se han reconocido
numerosos estadios de precipitación mineral, algunos de ellos relacionados a contenidos
metálicos importantes y otros esencialmente estériles. Las mayores concentraciones de
metales, tanto de plata, como de metales base, se relacionan al estadio de minerales de
manganeso que está formado por un bandeado compuesto esencialmente de cuarzo,
rodonita y bandas de sulfuros (Fig. 10).
Las vetas, en general, se caracterizan por una textura bandeada costriforme (Fig. 10 y 11), y
depositación en escarapela de minerales alrededor de clastos de roca de caja o veta (Fig.
12). El bandeado es muy persistente, formado por pulsos repetitivos de cuarzo, rodonita
(Fig. 11) y bandas formadas casi exclusivamente por sulfuros que poseen desde pocos
milímetros hasta decenas de centímetros (Fig. 10). La disposición de los distintos pulsos es
principalmente simétrica, con los estadios más jóvenes ocupando las partes centrales de las
vetas.

ALTERACIÓN HIDROTERMAL

Los flujos de lavas y las rocas volcaniclásticas presentes en el distrito de Caylloma


presentan distinto grado de alteración hidrotermal. En general, la alteración está más
ampliamente distribuida dentro de los flujos de lava, y sólo muestra halos de alteración
débiles y restringidos dentro de las rocas volcaniclásticas. Los minerales más comúnmente
presentes en los halos de alteración son cuarzo, pirita, adularia e illita que, de acuerdo a su
abundancia y distribución forman 3 tipos diferentes de alteración hidrotermal: cuarzo-
adularia (+pirita±illita), cuarzo-illita (+pirita) y propilítica (clorita+calcita±illita).

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La alteración cuarzo-adularia está restringida a los márgenes de las vetas, siendo su


desarrollo directamente proporcional al espesor de la veta. El espesor de esta zona varía
desde pocos centímetros a varios metros. El cuarzo se presenta reemplazando la matriz
volcánica, y también como venillas irregulares, mientras que la adularia está casi
completamente restringida a las venillas (Fig. 8). La pirita se encuentra diseminada dentro
de las venillas y también se desarrolla sobre los fenocristales de minerales máficos en la
roca de caja. La illita, por su parte, altera a fenocristales de plagioclasa y también se
distribuye en la matriz volcánica.

Fig. 8. A. Flujo de andesita con alteración cuarzo-adularia. Se observan numerosas venillas de


cuarzo. B. Venilla de cuarzo y adularia, la adularia se observa en los márgenes de la venilla
evidenciando su depositación anterior a la del cuarzo.

En las zonas superiores del sistema la zona de cuarzo-adularia está ausente. Allí, delgados
halos de cuarzo-illita gradan hacia afuera a una zona de alteración propilítica caracterizada
por la alteración de minerales máficos a cloritas y la alteración de plagioclasas a illita. En
profundidad, la zona de alteración cuarzo-adularia se torna más importante y grada hacia
afuera a cuarzo-illita y finalmente a una alteración propilítica débil (Fig. 9).

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Fig. 9. Flujo de andesita


con alteración propilítica y
silicificación sobreimpuesta
que le da un aspecto de
brecha.

La alteración propilítica posee una amplia distribución que abarca casi la totalidad del
distrito y es anterior a la formación de las vetas, mientras que la alteración de cuarzo-
adularia y cuarzo-illita están íntimamente relacionadas a la mineralización y su formación
podría haber sido simultánea.

MINERALOGIA Y PARAGENESIS

Las vetas consisten en un relleno complejo y multiepisódico con texturas características de


relleno de espacios abiertos como bandeado costriformes, bandeado simétrico, geodas,
brechas, y texturas en peine y cucarda. En general, cuanto más complejo es el relleno la
mena es más rica y de mayor ley. Las brechas consisten en clastos angulosos de roca de
caja de hasta 50 cm de diámetro cementados por material de veta con textura en cucarda. El
bandeado costriforme simétrico es la textura más comúnmente encontrada, donde los
estadios tempranos de depositación se encuentran hacia los hastiales de las vetas mientras
que los estadios más jóvenes se desarrollan hacia el centro de las vetas (Fig. 13). Los
minerales de ganga principales que forman la mayor parte del volumen de las vetas son
cuarzo, rodonita (a manera de simplificación se cita como rodonita a una gama de silicatos
de manganeso que incluyen bustamita, johansenita además de rodonita), rodocrosita y

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calcita. También se reconocen cantidades variables de adularia, sericita, baritina y helvita.


Los minerales de mena más comunes son pirita, esfalerita, galena, calcopirita y tetrahedrita
(freibergita). Minerales de mena de importancia secundaria por su menor abundancia
incluyen polibasita, stefanita, argentita, plata nativa, pirargirita, miargirita, calcosina, oro
nativo, boulangerita, estibina, alabandita y otras sulfosales de plata y plomo (Stephan,
1974). En general, los minerales de mena forman bandas delgadas y ricas, mientras que los
sulfuros diseminados en la ganga (a excepción de la pirita) son escasos. El estadio de
cuarzo es una excepción a lo dicho precedentemente, ya que sulfuros de grano grueso,
principalmente esfalerita, se encuentran diseminados en la ganga. El orden en el que
precipitan los sulfuros y sulfosales es, en general, el mismo en todo el depósito, donde se
reconoce esfalerita temprana, probablemente junto a algo de pirita, seguida de galena. La
calcopirita aparece como exsoluciones dentro de la esfalerita (Fig. 10B), y se la reconoce
remplazando a esfalerita y galena (Fig. 10A), mientras que las sulfosales de plata están en
los estadios finales de precipitación de sulfuros (Fig. 11). La pirita envuelve tanto a galena
como a esfalerita (Fig. 10B) evidenciando que su precipitación también puede ser tardía
con respecto a los sulfuros de metales base.

Fig. 10. A. Pirita y esfalerita rodeadas por calcopirita y pequeños granos de sulfosales de plata. B.
Galena y esfalerita con exsoluciones de pirita rodeadas por pirita.

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Fig. 11. Imagen de SEM de esfalerita reemplazada por tetrahedrita en ganga de cuarzo e illita.
Abundancia de metales a lo largo de la línea AB se muestra en los difractogramas de la derecha de
la figura.

En general, los sulfuros tempranos son de grano más gruesos, mientras que los estadios de
precipitación más jóvenes generan sulfuros de grano más fino.
Levantamientos de detalle en superficie e interior mina, principalmente en veta Bateas (Fig.
13), San Cristóbal, La Plata y Animas, han permitido identificar una compleja secuencia
paragenética (Fig. 12). Cuatro estadios principales de depositación mineral han sido
reconocidos: estadio inicial, estadio de manganeso, estadio de cuarzo y estadio final, dos de
ellos, a su vez, presentan una compleja evolución con la presencia de varios subestadios
(Fig. 12).

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Fig. 12. Estadios paragenéticos y los principales subestadios, mostrando la distribución de las
principales especies minerales presentes. El grosor de la línea está en relación a la abundancia de la
especie mineral.

Estadio inicial
Consiste en calcedonia y cuarzo de grano fino a medio con textura bandeada coloforme
difusa. En general, el bandeado está dado por una tenue variación de color que puede ser
blanco, rosado o gris. Se reconoce tamben pirita de grano fino intercrecida con el cuarzo.
Este estadio puede formar una banda delgada de hasta 15 cm junto a los hastiales de las
vetas (Fig. 13). Se reconoce en Veta Bateas y San Cristóbal, y suele estar ausente en otras
vetas.

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Fig. 13. Sección transversal veta Bateas, nivel 13A. Están representados todos los estadios
paragenéticos reconocidos, con los más jóvenes dispuestos hacia el centro de la veta.

Este estadio de mineralización estaría relacionado a la alteración hidrotermal de la roca de


caja, especialmente a la silicificación. Allí, se reconocen venillas de cuarzo blanco (Fig.
8A), de grano fino, de textura maciza y de recristalización, también puede haber texturas en
peine. Estas venillas pueden o no tener adularia. La precipitación de la adularia es siempre
anterior a la del cuarzo y se dispone en contacto con la roca de caja (Fig. 8B). Es abundante
la pirita gruesa, cúbica diseminada en las cajas, o formando delgadas venillas.
En las vetas en las que no se reconoce una banda de cuarzo temprano, este estadio inicial
está representado por venillas y silicificación de la roca de caja.

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La ley de plata de este pulso es generalmente baja, no alcanza a 1 oz/t (M. Flores,
comunicación personal).

Estadio de manganeso
Este es el estadio más complejo, ya sea por la gran variedad de minerales que lo forman,
como por su carácter cíclico, con pulsos sucesivos de características similares. También es
el pulso más rico en sulfuros y en contenido de plata. Cable aclarar que este estadio de
manganeso involucraría a los dos primeros estadios (estadio inicial y estadio principal)
descritos por Stephan (1974).

Fig. 14. Micro fotografía. Adularia rómbica en contacto con banda de rodonita.
Nicoles paralelos.

El estadio de manganeso se divide en 3 subestadios. El subestadio inicial consiste en


abundante calcita, rodonita y cuarzo, con cantidades variables de rodocrosita, adularia y
helvita, los que se disponen en bandas con carácter cíclico, las que poseen entre escasos
centímetros a decenas de centímetros de ancho. Calcita y rodonita son minerales tempranos
y suelen cementar a clastos de roca de caja o del estadio inicial. La rodocrosita es posterior
y reemplaza a la rodonita, mientras que el cuarzo es generalmente la última fase en
precipitar. Cuando está presente, la adularia, sigue a la rodonita y es anterior al cuarzo (Fig.
14). La helvita desarrolla cristales triangulares de color amarillo a verde (Fig. 15), forma

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delgadas bandas de pocos milímetros, se relaciona principalmente a adularia, rodonita y


cuarzo. Los sulfuros no son comunes en el subestadio inicial, son muy escasos
diseminados en calcita y minerales de manganeso; se los encuentra más frecuentemente
diseminados en cuarzo de grano fino, aunque están totalmente ausentes en cuarzo de grano
grueso con textura en peine.

Helvita (?)

Cuarzo

Roca de caja
0,1 mm
0,2 mm

Fig. 15. Micro fotografía. Cristales de helvita y cuarzo rodeando clastos de roca de caja.
Nicoles paralelos.

El segundo subestadio es el subestadio de sulfuros y consiste en numerosas bandas de


minerales de mena de 1 a 20 centímetros de espesor (Fig. 16). Las bandas más tempranas
son más gruesas y de grano más grueso con un alto porcentaje de esfalerita, mientras que
las bandas más tardías están formadas predominantemente por calcopirita y tetrahedrita de
grano fino. La secuencia de depositación de sulfuros en este subestadio es igual a la ya
mencionada anteriormente, primero lo hace la esfalerita, la que posee exsoluciones de
calcopirita (Fig. 10B), luego le sigue la galena, que a su vez es englobada y parcialmente
reemplazada por pirita (Fig. 10B), mientras que la tetrahedrita, y en general todas las
sulfosales de plata son tardías dentro de la secuencia de depositación de sulfuros. Las
bandas de sulfuros contienen, y son rodeadas por, abundante cuarzo y cantidades menores
de rodonita y carbonatos. La composición y cantidad de sulfuros varía abruptamente en

23
L. Echavarria – Informe Caylloma - 2003

sentido horizontal y vertical a lo largo de todo el distrito (ver zonación mineral más
adelante).

Fig. 16. Banda de sulfuros macizos con cuarzo y escasa rodonita. Veta Bateas.

El último subestadio está formado por cuarzo, rodonita y calcita, con escasos sulfuros
ita diseminados (Fig. 17). Hacia el final del estadio de manganeso se reconoce una evolución
donde el cuarzo y la rodonita se tornan cada vez menos abundantes, mientras que la calcita
se hace más abundante (Stephan, 1974). Venillas de cuarzo y calcita del último subestadio
comúnmente se encuentran cortando a los subestadios anteriores, también clastos de
cuarzo-rodonita del primer subestadio se encuentran cementados por material del último
subestadio.
La textura del estadio de minerales de manganeso es típicamente bandeada (Fig. 15),
ita aunque también se reconocen texturas en cucarda y brechas con clastos de roca de caja o
del estadio inicial cementados principalmente por rodonita. Se reconocen venillas de
cuarzo-rodonita cortando a pulsos anteriores de la misma composición.

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L. Echavarria – Informe Caylloma - 2003

Fig. 17. Estadio minerales de manganeso. Rodonita + cuarzo, escasos sulfuros. Veta Bateas.

El estadio de manganeso en veta Bateas, San Pedro, El Toro y Carolina se caracteriza por
un bandeado simétrico, mientras que en veta San Cristóbal, las brechas son más comunes.
Este estadio posee un desarrollo muy variable entre pocos centímetros a varios metros,
siendo el estadio de mena, a partir del cual la mayor parte del mineral de valor económico
es extraído, principalmente del segundo subestadio.

Microestadios
Cada uno de los subestadios del estadio de manganeso está formado por una sucesión de
bandas de pequeña escala (microestadios) que comúnmente siguen un orden de
precipitación determinado. La fig. 18 muestra un esquema de las distintas bandas que
componen un ciclo, el que se encuentra formado por 2 subciclos, cada uno de ellos
compuesto de 3 microestadios. Los microestadios forman ciclos repetitivos de pocos
milímetros a centímetros de espesor. El primer microestadio (S1) consiste en esfalerita de
grano grueso y color castaño, a la que le sigue pirita y calcopirita de grano fino. Estos
sulfuros están rodeados por un cuarzo cristalino de grano grueso que conforma el S2.

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L. Echavarria – Informe Caylloma - 2003

Fig. 18. Sección esquemática de detalle y microfotografía del subestadio intermedio del
estadio de manganeso en el nivel 13A. Se representa un ciclo completo de depositación de
S1 a S6. S1a: esfalerita de grano grueso, S1b: clacopirita +tetrahedrita, S2: cuarzo de grano
grueso, S3: rodonita + sílice amorfa + rodocrosita, S4: cuarzo con sulfuros diseminados,
S5: cuarzo, S6a: rodonita de grano fino, S6b: rodonita acicular. La microfotografía de
detalle muestra los microestadios S4 y S5, el microestadio S4 está formado por sulfuros de
grano fino diseminados en cuarzo, mientras que el microestadio S5 está formado por cuarzo
sin sulfuros diseminados. sph: esfalerita, cpy: calcopirita, qz: cuarzo de grano medio a
grueso, qzf: cuarzo de grano fino, rhn: rodonita acicular, rh: rodonita maciza de grano fino.

El microestadio S3 consiste en bandas costriformes de rodonita de grano fino, que suelen


estar intercaladas con cuarzo producto de recristalización de una fase de sílice amorfa y/o
calcita; en ocasiones el microestadio S2 de cuarzo está ausente, entonces las bandas de
rodonita están en contacto directo con los sulfuros del microestadio S1. Cristales aislados
de adularia de hábito rómbico fueron reconocidos en contacto con la rodonita, y preceden al

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L. Echavarria – Informe Caylloma - 2003

microestadio S4. El microestadio S4 marca un renovado episodio de depositación y da


comienzo a un nuevo subciclo, en él se identifica a cuarzo de grano fino, en el que se
encentran diseminados sulfuros también de grano fino. El contacto entre los microestadios
S4 y S5 suele ser abrupto y se reconoce por la desaparición de los sulfuros diseminados en
el cuarzo, además el cuarzo se torna de grano algo más grueso y transparente. Finalmente,
el estadio S6 está caracterizado nuevamente por rodonita que puede formar una banda
maciza (S6a en Fig. 18) o una milimétrica red caótica de cristales con hábito acicular (S6b
en Fig. 18).

Estadio de Cuarzo
El estadio de cuarzo está formado por dos subestadios cuya precipitación sigue al estadio de
manganeso. El primer subestadio está constituido principalmente por sulfuros englobados
por abundante cuarzo (Fig. 19). Los sulfuros, principalmente pirita, esfalerita, galena, con
algo de tetrahedrita, precipitan en primer lugar, desarrollando cristales euhedrales a
subhedrales de varios centímetros. Ellos forman glomérulos o, en ocasiones, venillas que
son posteriormente englobados por cuarzo. Este último suele presentar una textura maciza,
con frecuentes procesos de recristalización, especialmente texturas plumosas que se
desarrollan hacia los bordes de los granos de cuarzo, también se reconocen texturas de
reemplazo de calcita lamelar. El cuarzo es de grano medio, blanco, traslúcido a gris debido
a los sulfuros diseminados. Puede haber escasa adularia rómbica de grano fino, cuya
precipitación parece ser anterior a la del cuarzo.
El subestadio final consiste en cuarzo de grano grueso, transparente, tipo amatista que se
desarrolla en venillas con textura en peine y corta a los estadios anteriores. Este subestadio
carece completamente de sulfuros diseminados.
El estadio de cuarzo se desarrolla en contacto con el estadio de manganeso, y hacia el
centro de las vetas (Fig. 13). Puede estar englobando clastos del estadio de manganeso. En
ocasiones es difícil establecer el contacto entre el estadio de manganeso y el estadio de
cuarzo, ya que el pasaje de uno a otro perece ser transicional.

27
L. Echavarria – Informe Caylloma - 2003

Sulfuros

Fig. 19. Cuarzo blanco con sulfuros diseminados. Veta Animas.

El estadio de cuarzo está presente en varias vetas, en Bateas forma una banda irregular de
más de 50 cm de potencia.

Estadio final
El último estadio de precipitación mineral identificado está conformado casi
exclusivamente por calcita, en ocasiones también se observa algo de cuarzo. La calcita es
de grano medio a grueso, de textura maciza, con cristales bien desarrollados. El cuarzo
suele ser posterior a la calcita, es de grano medio a grueso, traslúcido o de tipo amatista y
rellena geodas y cavidades.
Este estadio está ocupando el centro de la veta Bateas con espesores de hasta 80
centímetros (Fig. 13).

ZONACIÓN MINERAL

La distribución y abundancia relativa de los diferentes estadios de precipitación mineral no


es bien conocida, principalmente debido a la falta de mapeos y muestreos de detalle
sistemáticos; a pesar de ello, se puede afirmar que el estadio de manganeso representa la

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L. Echavarria – Informe Caylloma - 2003

mayor parte del volumen de las vetas económicas y de los clavos mineralizados.
Variaciones en la composición mineral y contenido de metales, principalmente dentro del
estadio de manganeso, muestra una fuerte zonación tanto en sentido vertical como
horizontal.

Zonación horizontal a la escala del distrito


Los trabajos de mapeo y muestreo de superficie muestran que hay cambios en la
composición mineral y química a lo largo del distrito (Tabla 2). En una sección en sentido
perpendicular a las vetas, con dirección NW-SE, los contenidos de plata y metales base
disminuyen hacia el SE. Las vetas del sistema norte (norte de la veta San Cristóbal) están
caracterizadas por un bandeado costriforme con abundante calcita, minerales de manganeso
y cuarzo, con un contenido de sulfuros importante en superficie. Por el contrario, el sistema
sur (sur de la veta San Cristóbal) se caracteriza por presentar escasa calcita y minerales de
manganeso, las vetas están constituidas por cuarzo macizo de grano fino, con contenidos
muy bajos de plata y metales base en superficie, y con la presencia conspicua de estibina y
baritina.

Zonación horizontal: Norte Centro Sur


Zonación horizontal a lo NE Centro SW
largo de las vetas:
Zonas verticales: Inferior Intermedia Superior
Minerales de ganga Rodonita-rodocrosita- Rodonita-rodocrosita- Cuarzo
dominantes: calcita cuarzo
Minerales de mena Esfalerita-galena-pirita- Tetrahedrite-polybasite Pirargirita-miargirita-
dominantes: calcopirita-estromeyerita estibina
Zonación de metales: Cu-Zn→Pb Ag Sb
Tabla 2. Zonación esquemática de los minerales de mena y ganga y de los metales en el distrito de
Caylloma, tanto vertical como horizontal.

Por otro lado, una sección a lo largo del rumbo de las vetas, en dirección NE-SW muestra
un patrón de zonación similar. La porción más oriental de las vetas en superficie
desarrollan bandeados costriformes caracterizados por la presencia de rodonita-rodocrosita,
cuarzo y abundantes sulfuros de metales base. Sin embargo, hacia el oeste, principalmente
en el cerro Vilafro, los sulfuros de metales base y plata desaparecen, y las vetas están
formadas solamente por cuarzo blanco de grano fino a medio con muy bajos contenidos en
metales.

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L. Echavarria – Informe Caylloma - 2003

Zonación vertical en veta Bateas


La veta Bateas, al igual que las principales vetas del distrito de Caylloma, posee un rumbo
NE e inclina con alto ángulo al SE, su potencia es variable entre 30 centímetros y más de 3
metros, principalmente controlada por cambios de rumbo y probablemente inclinación de la
veta. La veta Bateas posee una compleja historia evolutiva, donde se reconocen todos los
estadios de depositación mineral identificados. La Fig. 13 muestra una sección transversal a
lo ancho de la veta Bateas en el nivel 13A, donde se observa un bandeado simétrico con los
pulsos de mineralización más jóvenes ubicados hacia el centro de la veta; allí, la veta está
hospedada por un flujo de andesita silicificada y surcada por numerosas venillas de cuarzo-
adularia. El estadio inicial está representado por una banda discontinua de alrededor de 15
centímetros de potencia que se encuentra en contacto con la roca de caja y se compone de
cuarzo gris de grano fino con bandeado coloforme. Los 3 subestadios del estadio de
manganeso están muy bien desarrollados y forman más del 80% de la veta; de ellos, el
subestadio intermedio posee alrededor de 30 centímetros de potencia y está formado por un
bandeado costriforme de sulfuros intercalados con abundante cuarzo y rodonita
subordinada. Las bandas iniciales son ricas en esfalerita y galena, mientras que las bandas
más tardías son ricas en calcopirita y pirita (Fig. 13). El centro de la veta está ocupado por
una potente y discontinua banda de cuarzo blanco con sulfuros diseminados del estadio de
cuarzo, seguido de calcita con escaso cuarzo del estadio final.

Fig. 20. Seccion longitudinal de veta Bateas donde se muestran isovalores de plata. En líneas
punteadas se representan los límites aproximados de las 3 zonas de mineralización.

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L. Echavarria – Informe Caylloma - 2003

La veta Bateas es única en el distrito debido a su marcada zonación vertical, en donde fue
reconocido un horizonte central rico en tetrahedrita con altas leyes de plata (Fig. 20). La
zonación vertical se reconoce dentro del estadio de manganeso; en él se reconocen 3
horizontes de disposición subhorizontal con contactos transicionales pero bruscos (Fig. 20,
Tabla 2 y 3). Tanto la composición mineral como química varían drásticamente en un
intervalo vertical de alrededor de 200 metros. El contenido de sulfuros aumenta
gradualmente con la profundidad. La zona superior está presente sobre el nivel 12A, está
caracterizada por un bandeado cuarzo-rodonita con escasa calcita; la plata está contenida en
pirargirita y miargirita diseminada en las bandas de cuarzo. Los sulfuros de metales base,
así como la tetrahedrita son escasos y están distribuidos en delgadas bandas ricas en
sulfuros. La zona intermedia posee una extensión vertical restringida, de sólo 30 a 50
metros y se desarrolla entre los niveles 12A y 13A, y posee más de 400 metros de extensión
horizontal, una de sus características es la presencia de abundantes bandas de minerales de
manganeso (rodonita y rodocrosita) de grano muy fino. La plata está contenida en
tetrahedrita de grano grueso que forma bandas de varios milímetros hasta más de 1
centímetro de potencia, y está ocasionalmente intercrecida con esfalerita, galena y cuarzo.

Zona Ag (g/t) Au (g/t) Zn (%) Pb (%) Cu (%)


Superior 510 0.85 0.8 0.6 0.1
Intermedia 2330 0.4 9.8 6.4 2.5
Inferior 200 Sin datos 2.2 2.2 0.9
Tabla 3. Contenido medio en metales de las 3 zonas de mineralización reconocidas en veta Bateas.

En la zona superior, los 3 subestadios del estadio de manganeso no están bien


diferenciados, mientras que en la zona intermedia se desarrolla una banda central de más de
30 centímetros de potencia formada por sulfuros macizos que corresponden al subestadio
intermedio del estadio de manganeso, separando los estadios inicial y final que son casi
estériles. En la zona inferior, por debajo del nivel 13A, la zona intermedia rica en sulfuros
es todavía reconocible, pero consiste principalmente de sulfuros de metales base (esfalerita,
galena, calcopirita y pirita) con muy escasa tetrahedrita en ganga de cuarzo. La rodonita y
rodocrosita son también abundantes aunque no relacionadas a los sulfuros.

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L. Echavarria – Informe Caylloma - 2003

Zonación vertical en veta La Plata


La veta La Plata está ubicada en el sur del distrito de Caylloma, posee un rumbo
aproximado de N50°E e inclina 50° al SE. Debido al importante relieve que posee el área la
veta se encuentra expuesta en un rango vertical de 100 metros a lo largo de 250 metros
horizontales. Los afloramientos topográficamente más elevados consisten en cuarzo gris, de
grano fino a medio, con pirita diseminada. La textura es maciza a débilmente bandeada, o
en forma de brechas donde el cuarzo aparece cementando clastos de roca de caja.
Muestreos de canales y esquirlas de los afloramientos descritos han arrojado leyes de plata
menores a 3 oz/t (Fig. 21). En profundidad, al igual que en los afloramientos
topográficamente más bajos, la veta se ensancha a más de 2 metros de potencia, y la
composición mineral y química cambia completamente. En estas áreas la veta está formada
por el estadio de manganeso típico, con bandeado costriforme en bandas que alternan
cuarzo, rodonita-rodocrosita, con diseminaciones y bandas delgadas de sulfuros. Dentro de
esta zona la veta varía de cuarzo dominante en la zona superior, a rodonita dominante en la
zona más profunda (Fig. 22). Dentro de estas zonas donde se reconoce el estadio de
manganeso las leyes de plata se incrementan a 8-25 oz/t.

Fig. 21. Sección longitudinal de veta La Plata donde se muestra esquemáticamente la zonación
vertical. Los números muestran ley de Ag en oz/t.

CONTENIDO Y DISTRIBUCION DE METALES

Caylloma es un sistema epitermal rico en plata con oro y metales base (Cu, Pb y Zn)
subordinados. Como ya se ha mencionado precedentemente, el mineral económico está

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L. Echavarria – Informe Caylloma - 2003

prácticamente restringido al estadio de manganeso, que es a su vez el único estadio en


donde el manganeso es abundante. La zonación mineral está acompañada por zonación de
metales, originando una gran variación en las leyes y también en las relaciones metálicas
tanto en sentido vertical como horizontal.

Fig. 22. Perfil de veta La Plata donde se grafica la distribución de los estadios de depositación
mineral.

El distrito puede ser divido en tres zonas de metales en sentido vertical: una zona superior,
media e inferior. La zona superior se reconoce en la veta San Cristóbal y en la mayor parte
de las otras vetas, alcanzando (en San Cristóbal) una profundidad de aproximadamente 150
metros por debajo de la superficie, y está caracterizada por una relación Ag/Au baja (<100).
Este valor bajo fue interpretado por Stephan (1974) como el producto de un
enriquecimiento en Au debido a oxidación de las zonas superiores de las vetas. Por debajo
de la zona superior de oxidación, la relación Ag/Au aumenta a valores entre 500 a >1000
dentro del estadio de manganeso. Esta zona intermedia que posee una extensión vertical de

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L. Echavarria – Informe Caylloma - 2003

alrededor de 200 metros es donde la mayor parte de la mina está desarrollada. El contenido
promedio de plata es de alrededor de 16 oz/t, el contenido medio de oro es de 0.3 a 0.7 g/t,
mientras que la sumatoria de metales base (Zn+Pb+Cu) es menor al 3%.
En la zona intermedia de la veta Bateas (Tabla 3), el contenido medio de plata es de 75 oz/t,
allí se reconocen clavos mineralizados donde la ley de plata alcanza promedios de 100 oz/t,
con contenidos máximos que superan los 1000 oz/t de plata. El contenido de metales base
en esta zona también es elevado (>18%).
La zona inferior de metales del distrito de Caylloma está caracterizada por una rápida caída
de los valores de plata, con leyes de alrededor del 6 oz/t, mientras que el contenido de
metales base es de ~6%, esto se traduce en un incremento de las relaciones Zn/Ag, Pb/Ag y
Cu/Ag en esta zona inferior que resulta subeconómica.
En los niveles inferiores de la mina también han sido reconocidas trazas de estaño y
molibdeno (Stephan, 1974).
Una sección en sentido perpendicular a las principales vetas del distrito también muestra
una zonación de metales en sentido horizontal, que va de vetas ricas en metales base en el
sistema norte (veta San Pedro, Paralela y El Toro, entre otras), pasando por vetas ricas en
plata en el centro del distrito (veta San Cristóbal y Bateas), a vetas ricas en antimonio y
bario en el sur (veta Antimonio, Corona Antimonio y Baritina). La zona norte rica en
metales base muestra a su vez una zonación interna donde el Cu y Zn son algo más
abundantes hacia el norte, mientras que el Pb y la Ag aumentan hacia el sur.
Una sección de alrededor de 3 kilómetros de longitud a lo largo de la veta San Cristóbal
también muestra una zonación de metales, donde el extremo NE posee un contenido de
metales relativamente elevado (~3%), aumentando el contenido de plata en la porción
central, para finalmente aparecer antimonio dentro de pirargirita, miargirita y otras
sulfosales hacia el extremo SW (Stephan, 1974).

INCLUSIONES FLUIDAS

Petrografía
Las inclusiones fluidas han sido estudiadas en esfalerita, cuarzo y calcita de muestras del
estadio de manganeso, estadio de cuarzo y estadio final de la veta Bateas. Las inclusiones

34
L. Echavarria – Informe Caylloma - 2003

fluidas son abundantes en esfalerita de grano grueso y poseen entre 10 y 60 micrómetros de


diámetro, en general poseen formas tubulares o de cristales negativos. La mayor parte de
las inclusiones en esfalerita son de origen secundario, mientras que las de origen primario
son muy escasas e aisladas.
Por su parte, las inclusiones fluidas primarias en cuarzo de grano medio a grueso de los
estadios de manganeso y cuarzo son abundantes y se disponen lo largo de líneas de
crecimiento. En general, los cristales de cuarzo poseen núcleos límpidos, sin inclusiones, y
bordes con abundante desarrollo de inclusiones fluidas de forma irregular que muestran un
crecimiento radiado.
Las inclusiones fluidas de la calcita del estadio final son rectangulares, con tamaños entre 5
y 40 micrómetros, y se presentan comúnmente a lo largo de los planos de clivaje.

Microtermometría
Los datos termométricos fueron obtenidos con una platina de enfriamiento/calentamiento
FLUID INC. montada sobre un microscopio Olympus BX51. Se ha seguido el método
propuesto por Goldstein y Reynolds (1994), donde se obtienen datos de planos individuales
o grupos de inclusiones fluidas (fluid inclusions assemblages, FIA, Goldstein y Reynolds,
1994), que posean relaciones líquido/vapor consistentes y que arrojen valores de
temperatura de homogenización consistentes (todas las FI dentro de la FIA deben
homogeneizar con una diferencia menor a 10° o 15° C)
Las inclusiones fluidas medidas en esfalerita arrojaron temperaturas de homogenización
(Th) entre 310° y 240° C, con salinidades consistentemente altas en las FIAs de origen
primario donde el punto de fusión de hielo (Tm) es de alrededor de -21.2° C, lo que se
corresponde a una salinidad de 23.5 wt % equivalente de NaCl (Fig. 23). Las FIAs de
origen secundario en esfalerita muestran el mismo rango de Th, mientras que las
salinidades son significativamente menores, con Tm entre -8.1° y -2.4° C.
Las FIAs de origen primario entrampadas en el cuarzo de los microestadios S2, S4 y S5 del
estadio de manganeso (Fig. 13) arrojaron Th comprendidas entre 225° y 308° C, mientras
que la Tm se ubicó entre -0.3° y -4.1° C, indicando salinidades bajas entre 0.5 y 6.6 wt %
equivalente de NaCl (Fig. 23). El microestadio S2 está caracterizado por cuarzo cristalino
de grano grueso con abundantes inclusiones fluidas, principalmente dispuestas sobre las

35
L. Echavarria – Informe Caylloma - 2003

líneas de crecimiento ubicadas hacia el borde de los cristales. Las inclusiones fluidas son
grandes, de alrededor de 15 micrómetros de diámetro, con una relación líquido/vapor de
alrededor del 80%. FIAs en el núcleo de los cristales de cuarzo del microestadio S2
arrojaron las Th más elevadas en cristales de cuarzo de todo el sistema con 275° C para las
FIAs de origen primario y 310° para las FIAs de origen secundario, con Tm de -2° y -4.1°
C, respectivamente. Sin embargo, los bordes de los mismos cristales arrojaron Th de 220°-
230° C, con salinidades de 6.6 wt.% equivalentes de NaCl (Fig. 24), demostrando una caída
de la temperatura y un incremento de la salinidad a medida que los cristales crecían.

Fig. 23. Diagrama de temperaturas de homogenización (Th) versus temperaturas de fusión de hielo
(Tm) de medidos en FIAs en esfalerita, cuarzo y calcita de muestras de los estadios de manganeso,
cuarzo y final de la veta Bateas.

En el microestadio S4 fueron identificados 2 tipos de cuarzo, un cuarzo temprano


transparente de grano medio con escasas inclusiones fluidas y sin sulfuros diseminados, y
un cuarzo tardío de grano fino que presenta abundantes inclusiones fluidas de pequeño
tamaño y sulfuros diseminados también de grano fino (Fig. 18). Las inclusiones fluidas
reconocidas son irregulares a rectangulares de entre 5 y 10 micrómetros de diámetro y
contienen una proporción de líquido de alrededor del 85%. En este tipo de cuarzo también
se reconoce una caída en temperatura y un leve aumento de la salinidad desde las fases
tempranas a las tardías.

36
L. Echavarria – Informe Caylloma - 2003

Finalmente, el microestadio S5 consiste en cuarzo macizo de grano medio, en el que se


desarrollan abundantes inclusiones fluidas de origen primario. Las inclusiones poseen
formas irregulares de alrededor de 15 micrómetros de diámetro y contienen una proporción
de líquido de alrededor del 80%. Las FIAs medidas en este microestadio también muestran
un descenso de la Th, de 275° a 255° C, y un aumento en la salinidad de 0.7 wt.% a 4.1
wt.% equivalente de NaCl (Fig. 24), del cuarzo temprano al cuarzo tardío (S5a a S5b en
Fig. 25).

Fig. 24. Diagrama de temperaturas de homogenización (Th) versus temperaturas de fusión de hielo
(Tm) de algunas inclusiones fluidas primarias seleccionadas de los microestadios S2 y S5 del
estadio de manganeso donde se observa un descenso de la temperatura y aumento de la salinidad del
cuarzo temprano al tardío. Las líneas punteadas muestran la evolución teórica del fluido durante
ebullición en equilibrio (Henley et al., 1984).

El cuarzo macizo de grano medio a grueso con sulfuros diseminados del estadio de cuarzo
contiene numerosas inclusiones fluidas pequeñas de origen primario con una proporción de
líquido elevada (~85%). Las FIAs estudiadas arrojaron Th entre 235° y 265° C, y Tm entre
-4.4° y -5° C (Fig. 23).
Las inclusiones fluidas estudiadas en el estadio final rico en calcita arrojaron Th entre 235°
y 275° C, mientras que la Tm se ubicó entre -0.6° y -1° C (Fig. 23).

37
L. Echavarria – Informe Caylloma - 2003

Fig. 25. Temperatura de homogenización y salinidad interpretada para cada microestadio de


depositación dentro del estadio de manganeso. No hay datos disponibles para el microestadio de
rodonita de grano fino. Se han reconocido 2 sub-ciclos, cada uno de ellos caracterizado por la
depositación temprana de sulfuros y tardía de rodonita después de un periodo de ebullición.

ISÓTOPOS DE AZUFRE

Los isótopos de azufre se utilizan comúnmente para identificar la fuente del azufre y por
extrapolación de los metales, en los fluidos hidrotermales, los pares de sulfuros también
suelen utilizarse como geotermómetros. Se han separado granos de pirita, galena y
esfalerita de muestras de las vetas Bateas y San Cristóbal mediante molienda, tamizado y
selección de granos bajo lupa binocular. Los separados se han analizado por su contenido
en δ34S en el laboratorio de isótopos estables de Colorado School of Mines. Las muestras se
colocaron en cápsulas de estaño individuales y fueron analizadas por combustión en un
analizador elemental Eurovector por flujo continuo. La composición isotópica fue medida
en un espectrómetro de masas GV Instruments IsoPrime.

38
L. Echavarria – Informe Caylloma - 2003

La estandarización de los resultados se ha realizado siguiendo los parámetros


convencionales, utilizando como estandard la Troilita (FeS) del meteorito del Cañón del
Diablo (CDT). El error analítico es de 0.03‰.

δ34S%o = 34S/32S(muestra) - 34S/32S(estandard) X 1000


34 32
S/ S(estandard)

Los valores de δ34S hallados en las muestras analizadas dan composiciones comprendidas
entre –3.24 y 1.12‰ (Tabla 4). El δ34S del H2S en equilibrio isotópico con los sulfuros se
han calculado utilizando temperaturas de 275° C en base a las temperaturas de
homogenización halladas en el estudio de inclusiones fluidas para el estadio de
depositación de sulfuros y la ecuación de Ohmoto y Rye (1979). El δ34SH2S calculado está
entre -2.58 y 2.68‰.
Muestra/veta Mineral δ34SMineral δ34SH2S Ecuación
‰(medido) ‰ (calculado)
B3 (Bateas) Galena -2.31 -0.21 103lna=-0.63(106/T2)

B3 (Bateas) Pirita -1.35 -2.68 103lna=0.40(106/T2)

B3 (Bateas) Esfalerita -2.00 -2.33 103lna=0.10(106/T2)

B4 (Bateas) Galena -3.24 -1.14 103lna=-0.63(106/T2)

B4 (Bateas) Pirita -1.57 -2.9 103lna=0.40(106/T2)

B4 (Bateas)) Esfalerita -1.65 -1.98 103lna=0.10(106/T2)

SC3 (San Cristóbal) Galena 0.48 2.58 103lna=-0.63(106/T2)

SC3 (San Cristóbal) Pirita 0.86 -0.47 103lna=0.40(106/T2)

SC3 (San Cristóbal) Esfalerita 1.12 0.79 103lna=0.10(106/T2)

Tabla 4. Análisis isotópicos llevados a cabo en pirita, galena y esfalerita de las vetas
Bateas y San Cristóbal. El cálculo del δ34SH2S está basado en los factores de
fraccionamiento en Ohmoto y Rye (1979).

El geotermómetro de pares de sulfuros pirita-galena y esfalerita-galena arrojaron


temperaturas muy dispares, desde 380° a más de 500° C, pero en ningún caso están en
coincidencia con las temperaturas halladas en el estudio de inclusiones fluidas. La
disparidad hallada entre las temperaturas obtenidas de acuerdo al geotermómetro de pares

39
L. Echavarria – Informe Caylloma - 2003

de sulfuros con los valores de temperaturas de homogenización de las inclusiones fluidas ya


ha sido resaltada por otros autores (ej: Rye y Ohmoto, 1974, Field y Fifarek, 1985) y podría
ser el resultado de desequilibrio isotópico durante la precipitación de los sulfuros. En el
caso de Caylloma, la paragénesis de los sulfuros muestra que ellos están, en general, fuera
de equilibrio, ya que es más frecuente el reemplazo de un sulfuro por otro y no su
crecimiento en equilibrio, esto podría explicar por qué el geotermómetro de pares de
sulfuros no da temperaturas coherentes, ya que para ello es necesario el equilibrio isotópico
entre los sulfuros utilizados.

AMBIENTE Y CONTROL STRUCTURAL DE LA MINERALIZACION

Las vetas del Distrito de Caylloma están ocupando fracturas tensionales y fallas
subparalelas con movimiento normal-dextral (Fig. 26). Las fallas que contienen mineral
económico poseen un rumbo predominante N20°E a N50°E, e inclinan al SE con ángulos
entre 45° y 70°. El sentido de movimiento a lo largo de estas fallas fue determinado en base
a separación estratigráfica, geometría de las fracturas asociadas y “splays”, y estrías sobre
los planos de falla (Fig. 28). También se han reconocido fallas-veta de rumbo noroeste
aunque éstas no albergan mineral económico. Las fallas de rumbo noreste son normal-
dextral, han tenido un desplazamiento principalmente de rumbo, con escaso movimiento
paralelo a la inclinación, las principales vetas que ocupan fallas normales son San
Cristóbal, Paralela-Santa Rosa, Elisa-Apostoles 2-Jerusalem, La Peruana-Santo Domingo
(Fig. 27). Por el contrario, las vetas que se hospedan en fallas de rumbo NW son más
pequeñas y poco comunes, poseen un rumbo entre N30°W y N65°W e inclinan con altos
ángulos tanto al NE como al SW, estas fallas representarían un sistema conjugado al
anteriormente descrito, las fallas de rumbo NW tendrían un desplazamiento normal-
sinestral, con una componente de movimiento paralela a la inclinación importante.
Las fracturas tensionales relacionadas a las fallas descriptas también están formando vetas,
ellas poseen un rumbo de N60°E a EW, con inclinaciones de 70° a 90° principalmente
hacia el S (Fig. 28). Las fracturas tensionales se observan tanto en el techo como en el piso
de las fallas principales, pero las desarrolladas hacia el techo de las fallas suelen ser más
importantes y abundantes, Estas fracturas son principalmente de dilatación con un

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L. Echavarria – Informe Caylloma - 2003

movimiento sinestral poco importante, comúnmente forman vetas ricas y potentes, aunque
de corrida corta y discontinua, entre ellas se destacan El Toro, San Pedro, Bateas, Santa
Cata, Trinidad y Carolina.

NW SE

Fig. 26. Falla


Corona Antimonio,
que pone en contacto
a rocas
volcaniclásticas en el
bloque piso con las
andesitas
sobreyacientes en el
bloque techo.

Andesitas

Rocas
Volcaniclásticas

Las texturas presentes en las vetas, como bandeado costriforme, cucarda y brechas,
sugieren que la apertura de las estructuras y su relleno fue repetitivo y episódico, con
numerosos eventos de movimiento a lo largo de fallas relacionados a brechamiento y
mineralización. En algunas vetas de rumbo NE un movimiento tectónico tardío, posterior
la mineralización, produjo la reactivación de las fallas con un desplazamiento de alto
ángulo de tipo normal-sinestral, evidenciado por estrías en las paredes de las vetas.

41
L. Echavarria – Informe Caylloma - 2003

Fig. 27. Modelo estructural del distrito de Caylloma. A. Mapa de las vetas del distrito. Las vetas
están restringidas entre dos fallas de primer orden de rumbo NW con un movimiento horizontal
interpretado de tipo sinestral. B. Detalle del sistema de vetas paralela. C. Modelo estructural. Las
vetas principales están hospedadas por fallas normal-dextral de segundo orden y fracturas
tensionales de tercer orden, todas ellas inclinando hacia el sur. La rotación de bloques ha producido
movimientos sinestrales menores a lo largo de las fracturas tensionales de tercer orden, y se han
desarrollado fracturas tensionales de cuarto orden. Las rotaciones tanto de las fallas de segundo
como de tercer orden se deben a deslizamientos tipo dominó.

Aquí se presenta un modelo estructural que explicaría los distintos tipos de vetas, sus
diferentes orientaciones y cinemática de movimiento. En este modelo, las vetas de segundo
y tercer orden se forman por deslizamiento de bloques en dominó (Fig. 27), ese movimiento

42
L. Echavarria – Informe Caylloma - 2003

está relacionado a fallas con desplazamiento predominantemente de rumbo de un nivel de


magnitud superior.

Fig. 28. Diagrama estereográfico del hemisferio inferior en red equiareal. A. Representación de
planos de vetas hospedadas en fallas y fracturas tensionales. Las flechas indican movimiento de la
caja techo. B. Diagrama de polos de los mismos datos que la Fig. 28A. 1, 2 y 3 representan
los ejes tensionales, medio y de acortamiento modelados. Las vetas hospedadas en fracturas
tensionales se ubican en el plano 2-3.

Distribución de las leyes de plata


La distribución de la ley de plata en las vetas es irregular y errática con la mineralización
económica presente en clavos discontinuos de primer y segundo orden. En general, los
clavos presentes en vetas hospedadas en fallas ocupan zonas delgadas, de pocas decenas de
metros en sentido horizontal y hasta 300 metros en sentido vertical, separados por zonas
con bajas leyes de plata que también pueden resultar económicas (Fig. 29 y 36), la corrida
total de las fallas-vetas puede alcanzar y superar los 3 km (ejemplo: veta San Cristóbal).
Por el contrario, la distribución de la mineralización en las vetas hospedadas en fracturas
tensionales es algo diferente, con clavos de alta ley extendidos más ampliamente en sentido

43
L. Echavarria – Informe Caylloma - 2003

horizontal (Fig. 20), pero que son relativamente cortos, no mayores a 600 metros de
longitud. El clavo mineralizado suele ser continuo y ubicado cerca de la porción central de
las vetas, con leyes decrecientes hacia los extremos. La intersección entre las fallas y las
fracturas tensionales sólo raras veces albergan mineralización de alta ley. La posición de los
clavos mineralizados en las vetas hospedadas por fallas también está controlada por la
intersección de fallas normales de rumbo NW contemporáneas a la mineralización (ver
medios cimoides o panzas a continuación)

100 m

<5 oz/tn Ag 10-15 oz/tn Ag


5-10 oz/tn Ag >15 oz/tn Ag
Fig. 29. Sección longitudinal de veta Eureka donde se representan curvas de isovalores de plata, se
observan estrechos clavos de alta ley de posición subvertical.

Medios cimoides o panzas


La posición de los clavos de algunas vetas del distrito está íntimamente relacionada a fallas
transversales sin-mineralización. Algunos de los más importantes de esos clavos, debido a
la ley elevada y a su gran volumen, son los que se hallan en la veta San Cristóbal. La veta
San Cristóbal es la principal del distrito de Caylloma (Fig. 30), y ha sido explotada desde la
época de los españoles, está hospedada por una falla normal-dextral de rumbo NE e
inclinación al SE, extendiéndose por más de 3.5 km de corrida, mientras que su espesor
suele superar los 2 metros. En ella se reconocen varios clavos de mineral de alta ley, que se
distribuyen en un horizonte mineralizado que posee más de 350 metros de extensión

44
L. Echavarria – Informe Caylloma - 2003

vertical. Algunos de estos clavos se desarrollan hacia el techo de fallas normales


transversales, y terminan contra ellas. Tanto la alteración como el relleno presente en esas
fallas transversales indican que son simultáneas con la circulación de fluidos hidrotermales
y formación de las vetas. Esos clavos poseen una forma característica a la que se ha
denominado panza o medio cimoide, y se reconocen sólo en el bloque techo de las fallas
transversales. Los medios cimoides están compuestos por numerosas ramas mineralizadas,
potentes que se extienden por alrededor de 150 metros de la falla transversal (Fig. 31).

Fig. 30. Vista veta San Cristóbal donde se observan cambios de rumbo
y deformaciones producidas por fallas transversales.

Generalmente se reconocen 2 ramas principales y subparalelas; de ellas, la rama del piso es


la más potente y la de mayor ley e inclina con un ángulo menor que la rama del techo. Entre
ambas ramas la roca de caja está fuertemente silicificada y surcada por venillas que suelen
llevar mineralización. Por el contrario, la veta en el bloque piso de la falla transversal está
formada por una estructura simple, delgada y con valores de plata bajos (Fig. 31).
El mejor ejemplo de medio cimoide en la veta San Cristóbal esté quizás representado en
donde la veta es cortada por la falla transversal Jesús Maria (Fig. 31). La falla Jesús Maria
posee un rumbo aproximado de N70°W e inclina 70°NE, su formación simultánea con la

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L. Echavarria – Informe Caylloma - 2003

mineralización de la veta San Cristóbal es evidente, ya que se reconocen brechas tectónicas


cementadas por material de veta, y también relleno con textura bandeada costriforme.

52°

59°

N
68° 60°

49°

50°
56°
50°
Falla Jesus Maria
55°
70°

100 m

Fig. 31. Vista en planta del medio cimoide o “panza” en la veta San Cristóbal en el techo de la falla
Jesús Maria. Se observa que la rama piso de San Cristóbal inclina con menor ángulo que la rama
techo. Asimismo, la rama techo continúa aparentemente sin desplazamiento en el piso de la falla
Jesús Maria.

Aunque la cinemática de esta falla no se ha podido establecer, las estrías medidas en las
paredes de otras fallas de características similares muestran un movimiento principal
paralelo a la inclinación. En el bloque piso de la falla Jesús Maria, la veta San Cristóbal es
sólo una estructura simple de alrededor de 6 metros de potencia, con rumbo N30°E e
inclinación de 57° a 60° SE; allí, las leyes de plata son bajas (Fig. 32). Sin embargo, en el
bloque techo de la falla Jesús Maria, la veta San Cristóbal es compleja con numerosas
ramas y fracturas mineralizadas. Se reconocen 2 ramas principales, la más importante de
ellas es la desarrollada hacia el piso que posee una inclinación de alrededor de 50°SE,
constituyendo uno de los clavos mineralizados más importante de todo el distrito de

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L. Echavarria – Informe Caylloma - 2003

Caylloma (Fig. 32). La rama del techo es más delgada y posee contenidos de plata más
bajos, mientras que su inclinación es algo mayor, alrededor de 56°SE. La roca de caja entre
las 2 ramas está fuertemente alterada y surcada por numerosas vetas y venillas.
Aproximadamente a 150 metros de la falla Jesús Maria las dos ramas principales se juntan
y la veta continúa como una estructura simple.

SW Falla NE
Jesus Maria

Nivel 4

Nivel 7

Nivel 8

Nivel 9
Nivel 10

100 m

<5 oz/ton 5-10 oz/ton 10-15 oz/ton > 15 oz/ton

Fig. 32. Perfil longitudinal veta San Cristóbal en la posición de la Fig. 31. El clavo mineralizado
con altas leyes se desarrolla hacia el techo de la falla Jesús Maria en coincidencia con la zona del
medio cimoide.

Otro ejemplo de medio cimoide en el distrito se encuentra a lo largo de veta La Plata (Fig. 6
y 27), donde la falla transversal de rumbo NW que controla la posición del clavo es la falla-
veta Antimonio Bajo; allí, la rama piso de la veta La Plata (la que se encuentra más hacia el
norte) está mineralizada y a su vez presenta numerosas ramas menores, mientras que la
rama del piso se reconoce solamente como una falla.

Fallamiento posmineral
Se han identificado a lo largo de todo el Distrito numerosas fallas posmineral. Se reconocen
más fácilmente sobre las vetas, ya que las cortan y desplazan (Fig. 33). En general, son

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L. Echavarria – Informe Caylloma - 2003

fallas pequeñas, de pocos decímetros a metros de rechazo. Las fallas posmineral se


disponen siguiendo diferentes rumbos, las más importantes son norte-sur, noroeste y este-
oeste, con diferente sentido de inclinación pero siempre con altos ángulos, todas de carácter
normal, evidenciando que se han formado durante una configuración de esfuerzos
regionales de tipo tensional con dirección noreste-sudoeste.

Fig. 33. Pequeña falla posmineral que desplaza a la veta San Pedro

La edad de este fallamiento posmineral puede ser estimada en base a observaciones


indirectas, en ese sentido se sugiere que el fallamiento es más joven que 11 Ma, edad
correspondiente a los domos riolíticos que son cortados por las fallas. La configuración de
los juegos de falla, con una disposición que revela un eje tensional con dirección noreste
coincide con los esfuerzos propuestos por Mercier et al. (1992) entre los 5 y 10 Ma para el
área. Por ello, podemos proponer una edad miocena superior (10-5 Ma) para las fallas
posmineral.
Estas fallas no tienen influencia sobre la distribución de mineral, pero se tornan importantes
cuando desplazan a las vetas mineralizadas por distancias que resultan en la pérdida de las
vetas en las labores. Un ejemplo de ello es el extremo sudoeste de la veta El Toro, la que es
interrumpida por una falla posmineral.

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L. Echavarria – Informe Caylloma - 2003

SW NE
Falla
Cuchilladas

<5 Oz/Ton Ag 10-15 Oz/Ton Ag


100 m
5-10 Oz/Ton Ag >15 Oz/Ton Ag

Fig. 34. Sección longitudinal de veta El Toro en donde se representan los isovalores de plata. En el
extremo sudoeste está cortada por la falla postmineral Cuchilladas. Los clavos mineralizados
poseen una extensión horizontal mayor que en las vetas hospedadas por fallas.

La veta El Toro es cortada en el extremo sudoeste por la falla Cuchilladas1, de carácter


posmineral (Fig. 34). En interior mina, nivel 10 de El Toro, se reconoce dicha falla como
una estructura potente, de alrededor de 10 metros, con la característica que hacia la parte
central se ha reconocido una roca formada por abundante vidrio volcánico, similar a un
vitrófiro. Esa roca se ha observado en relación directa con fallas posminerales en otros
sectores también, tanto en superficie como en interior mina (nivel 9, extremo sudoeste veta
El Toro), y se la ha interpretado como una roca de falla, formada por fricción y fusión
parcial o total de las rocas volcánicas asociadas al fallamiento, posiblemente con un
contenido inicial de vidrio elevado, lo que favorecería su alteración debido al calor por
fricción durante la formación de la falla. La falla Cuchilladas desplaza a la veta El Toro y
pone en contacto a las rocas volcánicas que componen la caja de la mineralización con el
domo riolítico en el bloque sudoeste, donde la veta no ha sido reconocida. Allí, la falla
Cuchilladas posee un rumbo de N50°W, inclinando 72° SW, se han medido estrías en el
plano de falla con raques cercanos a 90°.

1
No confundir esta falla posmineral Cuchilladas con la falla de la Quebrada Cuchilladas. Aunque
resulta confuso llamar a ambas con el mismo nombre, se prefirió hacerlo así ya que es como se las
conoce en la mina.

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L. Echavarria – Informe Caylloma - 2003

CONTROL ESTRATIGRÁFICO DE LA MINERALIZACIÓN

Como ya se ha mencionado, las vetas de Caylloma se intruyen principalmente en rocas


volcánicas del Mioceno, formadas por lavas intercaladas con rocas volcaniclásticas, que se
encuentran en discordancia sobre sedimentitas de origen marino del Jurásico-Cretácico.
En varios puntos del distrito se ha reconocido que las raíces de las vetas intruyen a las rocas
sedimentarias mesozoicas, como es el caso de la veta Apóstoles 2 (Fig. 35).

Volcánicos
Basamento

<5 Oz/Ton Ag 10-15 Oz/Ton Ag


250 m
5-10 Oz/Ton Ag >15 Oz/Ton Ag

Fig. 35. Sección longitudinal de veta Apóstoles 2 mostrando curvas de isovalores de plata. Nótese
el mayor desarrollo de los clavos dentro de la secuencia volcánica. Los clavos son estrechos y
subverticales.

Sin embargo, existe una notoria diferencia en los tramos de veta hospedados por rocas
volcánicas y aquellos hospedados por sedimentitas. Las vetas dentro de las sedimentitas
suelen ser angostas, poco desarrolladas y las leyes suelen ser bajas, aunque se han
reconocido pequeños clavos mineralizados en veta Apóstoles de posición subvertical, pero
ellos son estrechos. Al pasar la mineralización a las rocas volcánicas las vetas se abren,
desarrollan potencias más importantes y las leyes de metales aumentan notoriamente. En el
perfil longitudinal de veta Apóstoles 2 se observa cómo los clavos mineralizados de
posición subvertical se abren y ensanchan cuando la veta entra en la secuencia volcánica
(Fig. 35).

50
L. Echavarria – Informe Caylloma - 2003

Este hecho también es notorio en otros depósitos epitermales vetiformes de la región, por
ejemplo Orcopampa, donde las vetas son muy angostas y de leyes bajas dentro de las
sedimentitas mesozoicas (Gibson et al., 1990).
También es de destacar un muy leve cambio en la disposición de los clavos mineralizados
en la veta Apóstoles 2 (Fig. 26), dentro de las rocas sedimentarias y volcánicas, donde se
observa una refracción en la posición de los clavos. Este hecho podría deberse a una leve
refracción de las fracturas al pasar de una litología a otra, que también queda reflejada en la
distribución de la mineralización.

DISCUSIÓN

Ambiente tectónico
Las vetas epitermales de sulfuración intermedia del distrito de Caylloma se formaron hace
alrededor de 18.86±0.1 Ma (Fig. 7) en un arco volcánico continental de composición
calcoalcalina. Aunque esa edad es alrededor de 1.4 Ma más joven que las rocas volcánicas
que componen la caja de la mineralización, se puede sugerir que tanto el volcanismo como
la mineralización están relacionados al mismo evento magmático. En general, la actividad
hidrotermal que genera depósitos epitermales comienza inmediatamente después del
emplazamiento de las rocas volcánicas silíceas a intermedias relacionadas. En los depósitos
de alta sulfuración, la actividad hidrotermal comienza un corto tiempo después, entre 0.1 y
0.5 Ma, del emplazamiento de las rocas volcánicas; tal es el caso de Goldfield, Nevada
(Ashley y Silberman, 1976), Julcani, Perú (Noble y Silberman, 1984), El Indio, Chile
(Sillitoe, 1991), y Rodalquilar, España (Arribas et al., 1995). Sin embargo, otros depósitos
epitermales, principalmente de sulfuración intermedia, incluyendo Caylloma, Orcopampa,
Perú (Gibson et al., 1995), Pachuca-Real del Monte, Méjico (McKee et al., 1992),
Guanajuato, Méjico (Gross, 1975), San Dimas, Méjico (Enriquez y Rivera, 2001),
Comstock, Nevada (Vikre et al., 1988), Creede, Colorado (Bethke et al., 1976), y Baia
Mare, Rumania (Lang et al., 1994) muestran un periodo de inactividad entre 0.5 a más de 3
Ma entre el emplazamiento de las rocas volcánicas más jóvenes y la mineralización. Ese
periodo de inactividad volcánica puede reflejar la presencia de rocas intrusivas someras no

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L. Echavarria – Informe Caylloma - 2003

afloradas, que son algo más jóvenes que el volcanismo (McKee et al., 1992), y serían las
responsables de activar el sistema hidrotermal.
El volcanismo de edad miocena inferior del sur de Perú que generó el depósito de Caylloma
es también responsable de la formación de otros depósitos bien conocidos, como
Orcopampa (Gibson et al., 1995), ambos representan los distritos epitermales del Neógeno
más antiguos conocidos en el sur de Perú. El establecimiento de un muy desarrollado
volcanismo en el sur de Perú durante el Mioceno temprano, después de un largo periodo de
inactividad ocurrido durante la mayor parte del Oligoceno (Petersen, 1958; Noble et al.,
1974; McKee y Noble, 1982, 1989; Megard et al., 1984), podría relacionarse a un
incremento en la tasa de rotación de la placa del Pacifico (Clague and Jarrard, 1973), que
resultaría en una subducción más rápida debajo de los Andes Centrales (Pilger, 1983, 1984;
Pardo Casas y Molnar, 1987; Sebrier y Soler, 1991) lo que finalmente llevaría a generar el
volcanismo (Noble et al., 1974).
Las fallas paralelas con movimiento normal-dextral que hospedan la mineralización del
distrito de Caylloma fueron formadas en un periodo de extensión, que se desarrolla entre el
evento compresivo Aymara de fines del Oligoceno (ca. 26 Ma, Machare et al., 1986;
Sebrier et al., 1988; Sebrier y Soler, 1991) y el evento compresivo Quechua del Mioceno
(Farrar y Noble, 1976; Megard et al., 1984; McKee y Noble, 1989; Sebrier y Soler, 1991).

Emplazamiento estructural
Las vetas del distrito de Caylloma se formaron durante un evento de extensión, como lo
evidencian las texturas presentes como bandeado costriformes, brechas, textura en cucarda
y bandeado simétrico, también los grandes espesores de las vetas y el hecho de que las
vetas estén hospedadas en fallas normales pone de manifiesto su formación en un ambiente
distensivo. Aquí, se propone un modelo estructural en donde las vetas principales han sido
hospedadas en fallas subparalelas de rumbo NE con movimiento normal-dextral y también
en fracturas tensionales relacionadas a las fallas. Esas vetas se encuentran en un corredor
estructural de rumbo NW limitado por fallas regionales de desplazamiento sinestral (Fig. 4,
5, 6 y 27). Numerosas fallas y fracturas tensionales relacionadas de distinto orden han sido
descritas, donde se observa una rotación en bloques. El movimiento a lo largo de las fallas
de primer orden de rumbo NW ha producido una rotación en sentido levógiro y a

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L. Echavarria – Informe Caylloma - 2003

consecuencia de ello se han generado fallas paralelas de rumbo NE con movimiento dextral
de segundo orden y, principalmente en el bloque techo de las fallas de segundo orden,
fracturas tensionales de tercer orden; ambas estructuras de segundo y tercer orden albergan
mineralización económica. El movimiento de rotación de bloques a lo largo de las fallas de
rumbo NE de segundo orden produjo a su vez una pequeña componente de desplazamiento
sinestral en las fracturas de tercer orden, y el desarrollo de fracturas tensionales de cuarto
orden que se abren en ramas a partir de las fracturas de tercer orden (Fig. 27).
El análisis cinemático de las estructuras que albergan mineralización en el distrito de
Caylloma (Fig. 28) muestra que los ejes de extensión responsables de la formación de las
fallas y fracturas poseían una orientación N30°W y eran prácticamente horizontales,
mientras que los ejes de acortamiento estaban ubicados en la dirección S54°W, inclinando
55°. Aunque la orientación de los ejes tensionales en el periodo que se expande entre los
eventos compresivos de corta duración del Mioceno no es bien conocida, los datos aquí
presentados están en concordancia con los indicadores cinemáticos del Mioceno inferior del
sur de Perú presentados por otros autores como Gibson et al. (1995).
Fallas
Transversales
Tensión sinmineral

Medio Vetas noreste


cimoide

Fig. 36. Cinemática de los medios cimoides. Las vetas noreste se abren en distintos ramales debido
a la tensión producida en la caja techo de las fallas transversales de rumbo noroeste debido a su
movimiento de tipo normal.

La posición de los clavos mineralizados está en ocasiones controlada por fallas normales
transversales que actuaron simultáneamente con la mineralización, estas fallas transversales
producen tensión en su bloque techo lo que favorece el desarrollo de ramales y potentes
tramos de veta de alta ley que se han denominado medios cimoides o panzas (Fig. 31). La
cinemática de formación de los medios cimoides está en relación con el desplazamiento
preferentemente paralelo a la inclinación de las fallas normales transversales de rumbo
NW, que causa incrementos de tensión en su bloque techo y produce el desarrollo de

53
L. Echavarria – Informe Caylloma - 2003

ramales, curvaturas y espacios abiertos (Fig. 36) lo que aumenta el flujo de fluidos y
promueve la precipitación mineral, generando clavos de alta ley y gran potencia.

Zonacion mineral y de metales


La zonación mineral y de metales muestra un comportamiento similar a través de todo el
distrito (de norte a sur), a lo largo de las principales vetas (de NE a SW), y también desde
las porciones más profundas a las más someras de la mineralización (especialmente en veta
Bateas, Tabla 2). Las vetas que se encuentran en el extremo norte del distrito, así como el
extremo NE de las vetas más importantes (San Cristóbal, El Toro, Animas, San Pedro) y las
porciones más profundas de algunas vetas (Bateas), contienen abundante rodonita-
rodocrosita+calcita±cuarzo con un contenido relativamente elevado de metales base. La
porción central, tanto en sentido vertical como horizontal, es rica en plata, con rodonita-
rodocrosita y cuarzo como los minerales de ganga predominantes. Por último, las vetas del
extremo sur (La Plata, Antimonio) y la porción SW de las vetas principales (San Cristóbal),
así como la porción superior de las vetas contienen abundante cuarzo blanco de grano fino
acompañado por antimonio, en estibina y sulfosales.
Esta zonación pone en evidencia que los niveles más someros del sistema hidrotermal se
encuentran aflorando hacia el oeste y SW del distrito, mientras que los niveles más
profundos donde se reconoce un aumento relativo de los metales base se encuentran en
superficie hacia el este y norte. Ello indicaría un basculamiento de las zonas mineralizadas
con una suave inclinación hacia el oeste-sudoeste. Esta suave inclinación en la distribución
mineral podría ser el resultado de eventos deformacionales posteriores que han producido
un leve basculamiento regional, que podría ser atribuido al evento compresivo Quechua 2
que tuvo lugar entre los 12 y 6 Ma (Farrar y Noble 1976; McKee y Noble, 1989; Swanson
et al., 1993, Megard et al., 1984). Una inclinación entre 10° y 20° al oeste ha sido
reconocida en el distrito de Orcopampa y también ha sido relacionada a un basculamiento
postmineral producto de la fase distrófica Quechua 2 (Gibson et al, 1995).
Los contactos de las distintas zonas minerales y metálicas como las que se observan en las
vetas Bateas y La Plata (Figs. 20 y 21, Tabla 3), son subhorizontales o suavemente
inclinadas hacia el oeste, mientras que los clavos mineralizados muestran raques cercanos a
los 90°. La disposición de los clavos sugiere que el flujo de fluidos hidrotermales que

54
L. Echavarria – Informe Caylloma - 2003

generó la mineralización tuvo una fuerte componente vertical. El raque cercano a 90° de los
clavos mineralizados de primer y/o segundo orden coincide con el movimiento de las fallas
que hospedan la mineralización con un sentido de movimiento predominante a lo largo del
rumbo. Las fallas con movimiento a lo largo del rumbo producen espacios abiertos
preferentemente alargados en sentido vertical, generando una buena conectividad vertical
(Cox et al., 2001) que controla el flujo de fluidos que finalmente se traduce en clavos
delgados y de raques cercanos a 90°. Todo esto sugiere que los fluidos hidrotermales
ascendieron verticalmente, focalizados por una permeabilidad estructural vertical, y
precipitaron los minerales de mena y ganga dispuestos en zonas subhorizontales.

Origen de los fluidos y de los metales


El estudio de inclusiones fluidas muestra un amplio rango de salinidades entre 0.5% a 7.5
wt% equivalente de NaCl en cuarzo y entre 4 y 23 wt% equivalente de NaCl en esfalerita.
Salinidades consistentemente más altas en esfalerita que en el cuarzo coetáneo ya han sido
descritas por otros autores en depósitos epitermales, tanto ricos en metales base como ricos
en metales preciosos con metales base subordinados, como Coneto de Comonfort, Durango,
Real de Guadalupe, Guerrero y La Guitarra, en Méjico (Albinson et al., 2001).
Los fluidos de alta salinidad reconocidos en las inclusiones fluidas en esfalerita pueden ser
interpelados como los fluidos originales que pudieron haber tenido un origen magmático
debido a interacción con depósitos evaporíticos o debido a influencias de agua formacional.
Sin embargo, rocas evaporíticas no se han descrito en la columna estratigráfica del área, y
aguas formacionales salinas son poco probables en terrenos sin evaporitas o sin la
circulación de agua marina (Albinson et al., 2001). En este tipo de ambiente, donde no hay
circulación de agua marina y no hay evaporitas, la salinidad de las aguas geotermales puede
alanzar hasta 2 wt% equivalente de NaCl (Simmons, 1995); por lo tanto, la presencia de
fluidos de alta salinidad en el distrito de Caylloma está más probablemente relacionada a
fluidos exsueltos de una fuente magmática.
Los valores de δ34SH2S del fluido hidrotermal están entre -2.58 y 2.68‰ que también avalan
una fuente magmática para el azufre, ya que la composición del azufre ortomagmático en
rocas ígneas está entre ~-3 to ~3‰. Sin embargo, la generalización que los sulfuros con
δ34S cercano a 0 ‰ poseen un origen magmático puede ser azarosa cuando es aplicada a

55
L. Echavarria – Informe Caylloma - 2003

ambientes hidrotermales, y es válida solamente si se asume que la concentración total de


H2S es igual a la concentración total de azufre del sistema (Field y Fifarek, 1985).

Tosdal et al. (1995) realizaron estudios de isótopos de plomo sobre muestras de los
depósitos epitermales de Caylloma, Orcopampa, Shila y Arcata. Aunque ellos se
focalizaron en el distrito de Orcopampa y sólo estudiaron un número limitado de muestras
de los otros distritos, con sólo 3 muestras de Caylloma, concluyen que la fuente de los
metales fue la misma para todos los depósitos analizados. Ellos proponen que los fluidos
hidrotermales cargados en metales se originaron en los plutones miocenos, y que después
obtuvieron algo de plomo más radiogénico debido a la interacción de los fluidos con rocas
del basamento del Paleozoico inferior.
Por su parte, Albinson et al. (2001) compilaron información de numerosos depósitos
epitermales de Méjico y encontraron que los fluidos con mayores salinidades estaban
presentes en depósitos ricos en plata y metales base donde la relación Ag/Au era mayor a
100, características todas comparables a las de Caylloma. Sobre la base de indicadores
geoquímicos como salinidades, características de los gases y composición isotópica, ellos
también proponen un origen magmático para los fluidos formadores de dichos depósitos.

Evolución de los fluidos y precipitación mineral


Las vetas muestran una evolución paragenética compleja; sin embargo, la mayor parte del
mineral económico está restringido al estadio de manganeso, mientras que los demás
estadios de depositación mineral son estériles. El estadio de manganeso posee una
evolución cíclica donde se han reconocido 6 microestadios que pueden ser agrupados en 2
subciclos (Fig. 18 y 25). Cada subciclo está formado por sulfuros tempranos seguidos por
cuarzo de grano medio a grueso, y finalmente bandas de rodonita+calcita+sílice amorfa.
Los sulfuros forman comúnmente bandas delgadas, donde las bandas más tempranas son de
grano más grueso que las bandas tardías. Las bandas también muestran una zonación
composicional, las bandas tempranas están formadas predominantemente por esfalerita y
galena, mientras que las bandas más tardías están constituidas por calcopirita y sulfosales
de plata. Cada ciclo de depositación posee desde pocos milímetros a 5 centímetros de

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L. Echavarria – Informe Caylloma - 2003

potencia, y se repite sucesivamente para formar las bandas de mena de alta ley que poseen
hasta 1 metro de espesor.
El pasaje transicional pero rápido entre las diferentes zonas minerales y metálicas de
distribución subhorizontal sugiere que la precipitación fue causada por cambios rápidos en
las condiciones de los fluidos durante su ascenso, la disposición alternada entre bandas
ricas en cuarzo y bandas ricas en rodonita podrían indicar cambios cíclicos en la
composición de los fluidos. A continuación se presentan algunas evidencias que pondrían
de manifiesto la ocurrencia de ebullición y/o inyecciones de fluidos magmáticos que
conducirían a la precipitación mineral produciendo la zonación y el bandeado observados.
Las asociaciones minerales presentes en algunas bandas del estadio de manganeso como
rodonita+sílice amorfa+calcita seguidas por adularia, sugieren que su precipitación pudo
haber sido producida por ebullición. La rodonita es un mineral de ganga muy común en las
vetas de Caylloma y suele estar reemplazada por rodocrosita, forma bandas de textura
maciza o acicular de grano fino y suele estar intercrecida con cantidades menores de calcita
maciza o en hojas de grano fino, y con sílice amorfa recristalizada; a las bandas de rodonita
suelen seguir cristales aislados de adularia de hábito rómbico. De acuerdo a Gammons y
Seward (1996), la solubilidad de la rodonita es retrógrada, y por lo tanto su precipitación no
puede deberse a un proceso simple de enfriamiento de los fluidos; por el contrario, su
precipitación está más relacionada a un incremento brusco del pH (ebullición), o a un
descenso de la concentración de NaCl en el fluido (dilución)(Leroy et al., 2000). La calcita
es otro mineral cuya solubilidad es retrógrada, y en vetas de origen epitermal su
precipitación es generalmente causada por la pérdida de CO2 hacia la fase vapor debido a
ebullición, y la consiguiente formación de CO32- a partir de la disociación del HCO3-
(Henley, 1985; Reed y Spycher, 1985). Más aún, en sistemas geotermales activos la calcita
en hojas está comúnmente restringida a las zonas de ebullición (Browne, 1978; Simmons y
Christenson, 1994). La sílice amorfa, por su parte, también es generalmente interpretada
como formada por un proceso de rápido enfriamiento debido a ebullición por
descompresión (Drummond y Ohmoto, 1985; Fournier, 1985; Saunders y Schoenly, 1995).
Por último, la precipitación de la adularia que es un mineral muy común en vetas
epitermales, también se relaciona a ebullición, ya que su precipitación se debe a un
aumento del pH del fluido y pérdida de CO2 a la fase vapor (Browne y Ellis, 1970).

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L. Echavarria – Informe Caylloma - 2003

Por otro lado, las evidencias de ebullición en las inclusiones fluidas estudiadas en Caylloma
no son determinantes. Planos coexistentes de inclusiones ricas en líquido con otras ricas en
gas no fueron identificados. Pero la caída en Th y el incremento en salinidad que exceden
los 50° C y 2.5 wt% equivalentes de NaCl, respectivamente, observadas en el mismo cristal
de cuarzo del microestadio S2 desde el núcleo al borde, o de cuarzo de precipitación
temprana a tardía del estadio S5, pueden ser interpretados como debido a un proceso de
pérdida de líquido hacia la fase vapor debido a ebullición fuera de equilibrio (Simmons y
Browne, 1997), o como el resultado de una inyección de un fluido más salino en el sistema
hidrotermal.
Aunque aquí estaríamos a favor de la presencia de ebullición esporádica para explicar la
presencia de bandas de rodonita+silice amorfa+calcita después de una caída en temperatura
y aumento de la salinidad, no hay relación entre dichas bandas (donde la ebullición pudo
haber ocurrido) y los minerales de mena. Los miccroestadios que muestran evidencias de
ebullición no contienen sulfuros, mientras que los estadios que contienen los sulfuros no
muestran ninguna evidencia de ebullición. Las inclusiones fluidas estudiadas en cuarzo
exponen una salinidad levemente superior (4 a 7 wt% equivalente de NaCl) en los
microestadios que llevan sulfuros en comparación a los estadios en los que los sulfuros
están ausentes como el S2a y S5a, donde la salinidad media es de ~2.7 wt% equivalente de
NaCl. Por su parte, en el estadio de cuarzo, que también lleva sulfuros diseminados, la
salinidad es más elevada (7 a 8 wt% equivalente de NaCl) que en el cuarzo sin sulfuros,
mientras que el estadio final rico en calcita-cuarzo ha precipitado a partir de fluidos
diluidos (1.4 wt% equivalente de NaCl).

Modelo del depósito


La elevada salinidad de los fluidos y su composición isotópica sugiere que hubo una
contribución de fluidos magmáticos en el sistema hidrotermal. El flujo de dichos fluidos se
habría producido a través de canales de permeabilidad estructural. A pesar que la ebullición
pudo haber ocurrido de manera episódica durante la evolución del sistema hidrotermal, ella
no está relacionada directamente a la precipitación de la mena. La salinidad levemente más
elevada en las inclusiones fluidas hospedadas en el cuarzo que acompaña a los sulfuros,
junto a la elevada salinidad de las inclusiones fluidas hospedadas en esfalerita sugiere que

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L. Echavarria – Informe Caylloma - 2003

la inyección de fluido magmático de salinidad elevada podría ser la causa de la


precipitación del mineral de mena. La naturaleza cíclica de la mineralización donde se
reconocen cambios abruptos en la mineralogía, texturas y composición, lleva a postular la
existencia de inyecciones de fluidos magmáticos. Dichas inyecciones pueden ser
relacionadas tanto a una historia compleja de cristalización magmática con exsoluciones
episódicas de fluidos, como a pulsos repetitivos de deformación que producirían la
expulsión y migración hacia arriba de fluidos magmáticos que se introducirían en el sistema
hidrotermal.
Por último si se considera un fluido en ebullición a presión hidrostática a 270° C y con una
salinidad de 2.7 wt.% equivalente de NaCl como el responsable de la precipitación de la
mayor parte de los minerales de ganga, entonces, la profundidad de formación del nivel con
mineralización económica sería de alrededor de 640 metros por debajo de la paleo tabla de
agua.

CONCLUSIONES

Caylloma es un depósito epitermal de sulfuración intermedia emplazado en un arco


volcánico continental de filiación calcoalcalina de edad miocena inferior. Las vetas se
hospedan en fallas de movimiento normal-dextral y en fracturas tensionales asociadas
limitadas por dos fallas regionales mayores, Trinidad y Santiago, que delimitan un corredor
estructural de rumbo noroeste. Los clavos mineralizados en las vetas hospedadas por fallas
son discontinuos, delgados y se disponen preferentemente con alto ángulo de buzamiento,
mientras que los clavos de las vetas que ocupan fracturas tensionales son más continuos
horizontalmente.
En algunos tramos de veta, como por ejemplo en San Cristóbal y La Plata, la
mineralización parece estar controlada por fallas sin-mineral transversales, que inducen la
formación de estructuras características a las que hemos denominado medios cimoides o
“panzas”, que desarrollan clavos mineralizados potentes con altas leyes de plata.
La mineralización está estratigráficamente controlada. Las porciones de veta hospedadas
por rocas sedimentarias del basamento son angostas y con bajos contenidos en metales, sólo

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L. Echavarria – Informe Caylloma - 2003

muestran clavos estrechos. Mientras que las vetas emplazadas en las rocas volcánicas del
Mioceno desarrollan clavos mineralizados potentes y leyes más altas.
El relleno de las vetas es complejo y multiepisódico donde se reconocen 4 estadios de
depositación mineral; sin embargo, la mayor parte del mineral económico se encuentra
solamente en el estadio de manganeso, los minerales que acompañan la mineralización
económica son cuarzo de grano medio a grueso, rodonita-rodocrosita, calcita y escasa
adularia. Los estadios inicial y final son completamente estériles mientras que el estadio de
cuarzo lleva escasos sulfuros diseminados. El relleno mineral muestra un carácter cíclico
con delgadas bandas alternadas de minerales de mena y ganga.
Se observa una fuerte zonación mineral y de metales tanto en sentido horizontal como
vertical. La zonación horizontal muestra que los niveles más profundos del sistema
hidrotermal están en el norte del distrito mientras que los niveles más someros se
encuentran hacia el sur, la zona norte está formada en superficie por vetas ricas en rodonita-
rodocrosita y calcita con un contenido relativo de metales base elevado, la zona central es
más rica en plata mientras que la zona sur se caracteriza por presentar vetas formadas por
cuarzo macizo de grano fino a medio con contenidos de estibina y baritina. La zonación
vertical se reconoce principalmente en veta Bateas y está compuesta por tres zonas de
distribución subhorizontal la zona intermedia es la más rica con altos contenidos de plata
contenida principalmente en tetrahedrita, mientras que el nivel inferior es relativamente rico
en metales base con bajos contenidos de plata. Las diferentes zonas muestran una leve
basculación, con las zonas más profundas del sistema afloradas hacia el norte y este,
mientras que las zonas más someras se encuentran hacia el sur y oeste.
La elevada salinidad encontrada en el estudio de inclusiones fluidas, así como los
resultados de análisis isotópicos de azufre y plomo sugieren que el origen de las soluciones
hidrotermales tendría una fuente magmática, que se habría inyectado episódicamente en el
sistema hidrotermal produciendo la precipitación de los minerales de mena y ganga.
Asociaciones minerales y variaciones en la Th y Tm de las inclusiones fluidas podrían
sugerir la presencia de ebullición, aunque ésta no estaría directamente relacionada a la
precipitación de los minerales de mena.

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7. El volcanismo relacionado a la caldera de Chonta presenta numerosas áreas con


alteración hidrotermal y mineralización asociada (Ej: San Miguel, Sukuytambo, Corimina,
Chonta, entre otras); por lo tanto, dicho volcanismo es un buen blanco para la exploración
de zonas de alteración conocidas o por descubrir.

8. Otro punto para destacar es que el estudio de inclusiones fluidas ha puesto de manifiesto
una profundidad de formación del nivel económico de alrededor de 640 metros por debajo
de la tabla de agua, resultando su posición actual cercana a la superficie debido a procesos
de erosión posteriores a su formación. Debe tenerse en cuenta para exploraciones de áreas
con mineralización similar a la de Caylloma, pero que no hayan sufrido procesos de erosión
tan pronunciados, que se pueden encontrar las manifestaciones superiores de actividad
hidrotermal, sin afloramientos de los niveles económicos. Por ello, se deben considerar
como blancos de exploración zonas con alteración a caolinita, horizontes formados por
fuerte silicificación o calcedonia o cuarzo fino (silica cap), presencia de sinter silíceos, etc.

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