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CAPITULO 1
Reformular la praxis de la antropología, su ética, contenidos teóricos y metodologías para que deje
de ser una ciencia de lo exótico, lo primitivo y se transforme en una ciencia de la diversidad.
Plantear a la antropología como una ciencia de la alteridad para que busque entender los
significados, las significaciones y sentidos que construye la diversidad humana para poder ser y
estar en los cosmos, el mundo y la vida.
Hoy la antropología puede ayudar a entender los nuevos procesos de una realidad igualmente
nueva, valorar y respetarlos los distintos matices de una realidad multicolor como es la vida.
Estudio de formas diversas de relación con los otros que hace posible el encuentro con los seres
humanos: la cultura. La globalización ha ido sistemáticamente la dominación que determina las
reglas del juego y debilita a las soberanías nacionales para dar más espacio al proyecto de las
corporaciones transnacionales que son las reales organizadoras. Se está viviendo la crisis de una
civilización que surgió en un mundo homogeneizado. La antropología ha sufrido un complejo
síndrome de valores dada su histórica complicidad con el poder, ha intentado reivindicar su
autonomía moral, ética y política y legitimar su voz ante, en y con los “condenados de la tierra”.
Conclusión:
La globalización ha alterado la antropología, es decir, afecto ante la sociedad y sus diversas formas
de relaciones entre culturas, un gran desarrollo que va creciendo dia a dia y eso crea un gran
estudio del ser humano que la antropología le conoce como sujeto de estudio.
Este aporta las formas diversas con los demás con el fin de hacer posible el encuentro, la
acción socio-política constituidos como sujetos sociales que transciendes espacios sociales que
obligan a una dimisión epistemología, metodológica pero sobre todo la función ético y político de
la antropología. La antropología tiene la posibilidad de comprometerse con la vida, no
únicamente para entenderla, sino para transformarla. Ahora tiene la posibilidad no solo de
descolonizarse, sino de contribuir a la construcción colectiva de un nuevo sentido de civilización.
Tiene la posibilidad de contribuir a la construcción colectiva de un nuevo sentido de civilización
desde una perspectiva cósmica que ponga a la vida como un centro del ser. Lo importa es que
desaparezca la noción de “objeto” que la antropología construyo con relación a los sujetos sociales
que no busca entender al ser humano como tal si no los procesos, los fenómenos como hechos
culturales.
Una antropología de lo contemporáneo tiene que abordar y debe hacerlo desde otra
dimensión política, desde una nueva perspectiva de análisis de la cultura, prestar atención a los
procesos de interdependencia e interinfluencia que se da desde lo global a lo local, así como desde
lo local a lo global. Cuestionar la eficacia simbólica de los grandes mitos construidos por el poder
con los que naturaliza y legitima el orden dominante, tales como el mito de la democracia o el
mito del desarrollo que se los muestra como las únicas formas posibles de hacer humanidad y de
alcanzar la felicidad. Tiene como nuevos escenarios y desafíos contradictorios los grandes
fenómenos de la contemporaneidad: la multiplicación de las redes de transporte y comunicación,
los acelerados procesos de cambios tecnológicos, la revolución científico técnica, los experimentos
de clonación, las revoluciones de la genética, el descubrimiento del genoma humano, que
plantean nuevos retos de sentido, no solo a la antropología sino al conjunto de la ciencia y a toda
la humanidad.
Conclusión: