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Espacios del Saber Analía Hounie (comp.

)
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Director de colección: Christian Kupchik

42. S. Zizek, Violencia en acto. Conferencias en Buenos Aires


43. M. Plotkin y F. Neiburg (comps.), Intelectuales y expenos. La constitución
del conocimiento social en la Argentina
44. P. Ricoeur, Sobn: la traducción
45. E. Grüner, La cosa política o el acecho de lo Real
46. S. Zirek, El títere y el enano
Sobre la idea
47. E. Carrió y D. Maffia, Búsquedas de sentido panl una nueva política
48. P. Furbank, Un placer inconfesable
49. D. Wechsler y Y. Aznar (comps.), La memoria compartida. España y la
del comunismo
Argentina en la construcción tk un imaginario cultural
50. G. García, El psicoanólisis y los debates culturales
51. A. Giunta y L. Malosetti Costa, Arte y posguerra. Jorge Romero Bresty
la revistll "Very Estimar"
52. L. Arfuch (comp.), Pensar este tiempo
53. A. Negri y G. Coceo, GlobAL
54. H. Bhabha y J. T. Mitchell (comps.), Edwat'd Said: Continuando

'. la conversación
55. J. Copjec, El sexo y la eutllnasia de la razón
56. W. Bongers y T. Olbrich (comps.), Literatura, cultura, enfennedad
57. J. Butler, Vida precaria
58. o. Mongin, La condición urbana
59. M. Carman, Las trampas de la cultura
60. E. Morin, Breve hist01,a de la barbarie en Occitknte
61. E. Giannetti, ¡ Vicios pt,vados, beneficios públicos?
62. T. T odorov, Int1Y){Jucción a la literatut'a fantástica /
63. P. Engel y R. Rorty, ¿Panl qué sirve la vet'dad?
64. D. Scavino, La fiÚJSofia actual
65. M. Franco y F. Levín (comps.), Historia reciente
66. E. Wizisla, Benjamin y Brecht, historia de una amistad
67. G. Giorgi y F. Rodríguez (comps.), Ensayos sobre biopolítica
68. M. Mellino, La critica poscolonial
69. D. R. Dufour, El arte tk t·educit· cabezas
70. S. Zizek, Cómo leet" a Lacan
71. E. Dipaola y N. Yabkowski, En tu at'dot'y en tufdo
72. J. Butler y G. Spivak, ¿Quién le canta al Estado-nación?
73. G. Vattimo, Ecce comu

Ba<ce~~~~~ ~
74. J. Kristeva, Esa ino'eíble necesidad tk o"m'
75. M. Jay, Cantos de expet,encia
76. A. Hounie (comp.), Som"e la ¡tka del comunismo Buenos NreS -

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Antonio Negri

dentro de la historia hecha por las luchas. Ya no es una remembranza de


la naturaleza ni la reflexión de un presunto origen ni una instancia en
1O. ¿Comunistas

el tiempo ni un acontecimiento de percepción, sino que constituye una


expresión, un lenguaje y una práctica. sin comunismo?

Finalmente, en ninguna circunstancia es una identidad, una reflexión


sobre los caracteres concretos asumidos como el punto de la inserción en
algo universal, sino una mezcla, una construcción comunal, multitudina­ ]ACQUES RANCIERE
ria, híbrida y mestiza, la superación de todo lo conocido justamente
como identidad en los oscuros siglos que nos precedieron. El hombre
que emerge de esta ética es un Orfeo multicolor, una pobreza que la his­
toria nos devuelve como riqueza antes que como origen, como deseo por
venir antes que como miseria. Este es el nuevo valor de uso: lo común.
Nuestra existencia nos muestra una serie de condiciones comunes que
conservamos anhelando la emancipación, apartándolas de la alienación
capitalista y la dominación del Estado. El valor de uso es la forma recien­ Lo que tengo que decir es muy simple y probablemente muchos lo
temente adquirida de la composición técnica del trabajo, así como el dis­ consideren simplista. Pero, si se nos pide que demos un sentido reno­
positivo político común que está en la base de las prácticas de constitu­ vado a la palabra "comunismo", lo más probable es que tengamos que
ción del mundo en historia. El nuevo valor de uso consiste en estos reelaborar algunas cuestiones muy simples y tomar en consideración
dispositivos de lo común que están abriendo nuevos caminos para orga­ algunos hechos igualmente simples. El primer hecho que, en mi opi­
nizar la lucha y las fuerzas que habrán de destruir la dominación y la nión, tenemos que tener en cuenta es el siguiente: "comunismo" no es
explotación capitalistas. solo el nombre de los movimientos gloriosos y de los ignominiosos
• poderes estatales del pasado, no es un nombre sobrante o maldito cuya
recuperación deberíamos emprender mediante una tarea heroica y
peligrosa. "Comunista" es el nombre del partido que gobierna la
nación más populosa y una de las potencias capitalistas más prósperas
de la actualidad. Este vínculo entre el comunismo, la dominación esta­
tal absoluta y el capitalismo no debería quedar fuera de ninguna refle­
xión sobre lo que pue<je significar hoy el comunismo.
Mi reflexión personal de hoy comenzará con una sencilla declara­
ción que encontré en una entrevista concedida por Alain Badiou al
periódico del Partido Comunista Francés: "La hipótesis comunista es
la hipótesis de la emancipación". Según la entendí yo, la frase implica
que la significación de la palabra "comunista" es inherente a las prácti­
cas de emancipación. El comunismo es una forma de universalidad
construida por esas prácticas. Estoy completamente de acuerdo con esa
declaración. Ahora bien, la cuestión es saber qué significa "emancipa­
ción" para definir luego la idea de comunismo que implica.
A nadie sorprenderá que comience con lo que, a mi entender, es la
idea más razonable y potente de emancipación, la idea formulada por el
pensador de la emancipación intelectual, JosephJacotot. La emancipa­
ción es la forma de salir de una situación de minoría. Una situación de

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Jacques Ranciere ¿ Comunistas sin comunismo?

núnoría es una situación en la que uno tiene que dejarse guiar porque si La emancipación significa el comunismo de la inteligencia, expresa­
sigue el canúno que le indica su propio sentido de la orientación, podría do en la demostración de la capacidad de los "incapaces": la capacidad
extraviarse. Esta es la lógica del proceso pedagógico en el cual el maes­ del ignorante de aprender por sí núsmo, dice Jacotot. Nosotros pode­
tro de escuela parte de la situación de ignorancia que es la del alumno mos agregar: la capacidad del trabajador para dejar que sus ojos y su
y progresivamente reemplaza la ignorancia por el conocinúento, su mente se alejen del trabajo de sus manos, la capacidad de una comuni­
conocimiento, y progresivamente saca al alumnola de una situación de dad de trabajadores de detener el trabajo aunque este no espere y aun­
desigualdad y lola conduce a una situación de igualdad. Esta es tam­ que lo necesiten para vivir, la capacidad de transformar el espacio pri­
bién la lógica de la Ilustración, según la cual las elites cultivadas tienen vado del taller en un espacio público, de organizar la producción por
que guiar a las clases bajas ignorantes y supersticiosas por el canúno del sus propias fuerzas o tomar en sus manos la tarea de gobernar una ciu­
progreso. Este es, dice J acotot, el canúno de la reproducción infinita de dad cuyos gobernantes han desertado o la han traicionado, y muchas
la desigualdad en nombre de una promesa de igualdad. El proceso que otras formas de la invención igualitaria que demuestran el poder colec­
conduce al ignorante a la ciencia y a las clases bajas a la vida moderna tivo de los hombres y mujeres emancipados.
del progreso republicano se afirma en realidad en la brecha que separa Dije "podemos agregar": esto significa que podemos hacer una
la inteligencia del maestro de la inteligencia del ignorante. Lo que deducción de la tesis del comunismo de la inteligencia y pasar a formas
separa al primero del segundo es sencillamente el conocimiento de la de instrumentación colectiva de ese comunismo. Y aquí es donde apa­
ignorancia. Este es el principio de la desigualdad. Su opuesto, el prin­ rece la dificultad. ¿Hasta dónde puede coincidir la afirmación comunis­
cipio igualitario, puede resunúrse en dos principios: primero, la igual­ ta de la inteligencia de cualquiera con la organización comunista de la
dad no es un objetivo. Es un punto de partida, una opinión o un sociedad? Jacotot negaba por completo tal posibilidad. La emancipa­
supuesto que abre el campo de una posible verificación. En segundo ción, decía, es una forma de acción que puede transnútirse de un indi­
lugar, la inteligencia no está dividida, es una. No es la inteligencia del viduo a otro. Como tal se opone estrictamente a la lógica de los cuer­
maestro o la inteligencia del estudiante, la inteligencia del legislador o pos sociales, que es una lógica de agregación gobernada por leyes de
• la inteligencia del artesano, etcétera. Se trata, en cambio, de la inteli­ gravitación social similares a las leyes de la gravitación física. Cualquie­
gencia que no se ajusta a ninguna posición específica en un orden ra puede emanciparse y emancipar a otras personas, de tal manera que
social, sino que pertenece a cualquiera como la inteligencia de cual­ la humanidad toda esté formada por individuos emancipados. Pero una
quiera. La emancipación significa pues: la apropiación de esta inteli­ sociedad nunca puede emanciparse.
gencia que es una, y la verificación del potencial de la igualdad de la Esta no es solamente la convicción personal de un individuo incon­
inteligencia. formista. Tampoco es una mera cuestión de oponer la emancipación
Salirse del supuesto pedagógico (que hay dos clases de inteligencia) individual a la emaJlcipación colectiva. La pregunta es: ¿cómo puede
implica salirse de la lógica social de la distribución de posiciones, como coincidir la colectivización de la capacidad de cualquiera con la organi­
fue formulada en la República de Platón mediante dos declaraciones zación global de una sociedad? ¿Cómo puede el principio anárquico de
sobre por qué los artesanos tienen que hacer su trabajo y ninguna otra emancipación llegar a constituir el principio de una distribución social de
cosa: primero, porque el trabajo no espera, y segundo, porque la divini­ las tareas, las posiciones y los poderes? Creo que sería tiempo de hablar
dad les ha dado la aptitud para hacer ese oficio, lo cual significa la inap­ de este problema fuera de los trillados sermones sobre la espontaneidad
titud para hacer otra cosa. La emancipación de los trabajadores signifi­ y la organización. La emancipación ciertamente significa desorden, pero
ca pues la afirmación de que el trabajo puede esperar y de que no hay ese desorden no tiene nada de espontáneo. La organización, por el con­
ninguna "aptitud" específica del artesano. Implica la posibilidad de trario, puede significar sencillamente la reproducción espontánea de las
romper los lazos de "necesidad" que atan una ocupación a una forma formas de disciplina social existentes. Aparentemente, qué podría signi­
de inteligencia, la afirmación de la capacidad universal de aquellos que ficar una disciplina de emancipación era un problema para aquellos que,
supuestamente solo tienen inteligencia para hacer su tarea, lo cual en el siglo de Jacotot, comenzaron a construir colonias comunistas,
implica juzgar a alguien inteligente o no inteligente en coincidencia como Cabet, o simplemente partidos comunistas como Marx y Engels.
con el grado de subordinación de su posición. Las comunidades comunistas, como la comunidad icariana dirigida por

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Cabet en los Estados Unidos, fracasaron. Según se dice, no fracasaron El único problema era, por supuesto, precisamente lo único. Pero,
porque los individuos no pudieron someterse a la disciplina común. Por comq sabemos, la dificultad pudo allanarse gracias a dos axiomas. En
el contrario, fracasaron porque la capacidad comunista no podía privati­ primer lugar, hay una dinámica intrínseca de la aplicación real de
zarse. Compartir la capacidad de cada uno no puede transformarse en la estas fuerzas colectivas. El poder de lo "inseparado" que bulle en
virtud del comunista privado. La temporalidad de la emancipación -y ellas, tiende a hacer estallar las formas de "lo privado" capitalista. En
con esto me refiero a la temporalidad de la exploración del poder colec­ segundo lugar, lo hace aún más a medida que esa dinámica rompe en
tivo- no podía coincidir con los horarios de una sociedad organizada pedazos todas las demás formas de comunidad, todas las formas de
que le atribuía a cada uno su función. Otras comunidades próximas a la comunidades "separadas", encarnadas en el Estado, la religión y los
de Cabet funcionaron mucho mejor. La razón de su éxito es que no vínculos sociales tradicionales. De manera tal que el problema de lo
estaban hechas de comunistas. Estaban formadas por hombres y muje­ único quedó resuelto; la reapropiación colectiva, que procuraba ins­
res que obedecían a una disciplina religiosa. Pero la icariana estaba for­ taurar el comunismo, terminó siendo la única forma de comunidad
mada por comunistas. Por consiguiente, el comunismo de esta comuni­ posible, capaz de permanecer en pie después del derrumbe de todas
dad se dividió desde el principio en dos partes: una organización las demás comunidades.
comunista de vida cotidiana, dirigida por el Padre de la Comunidad y Así pudo aflojarse la tensión entre comunistas y comunidad. El
un conjunto igualitario que encarnaba el comunismo de los comunistas. hecho es que ese aflojamiento tiende a borrar la heterogeneidad de la
Después de todo, un trabajador comunista es un trabajador que afirma lógica de emancipación con respecto a la lógica del desarrollo del orden
su capacidad de hablar y de hacer leyes sobre los asuntos comunes en social. Tiende a borrar lo que está en el corazón mismo de la emancipa­
vez de limitarse a hacer sólo su trabajo como un obrero "útil". Tenemos ción, a saber, la afirmación del comunismo de la inteligencia o la capa­
que tener presente que Platón en su República ya había considerado este cidad de cualquiera de estar donde no puede estar y de hacer lo que no
problema. Para él, los trabajadores, es decir la gente con alma de hierro, puede hacer. Tiende, por el contrario, a afirmar la posibilidad del
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no pueden ser comunistas; solo los legisladores que tienen oro en el comunismo basándose en la supuesta impotencia de ese individuo cual­
alma pueden y deben librarse del oro material y vivir, como comunistas, quiera. Ahora bien, esta declaración de impotencia tiene dos facetas. En
dedicados a producir trabajadores no comunistas. De tal manera, se un primer nivel, interpreta la creación de una subjetividad comunista
puede definir apropiadamente la República como el poder de los comu­ como la consecuencia de un desapoderamiento provocado por el proce­
nistas sobre los trabajadores. Esta es una antigua solución, pero aún fun­ so histórico. El proletariado es la clase de la sociedad que ya no es una
ciona en el Estado comunista al que me referí antes, con la ayuda de una clase de la sociedad sino el producto de la descomposición de todas las
sólida tropa de guardias. clases. Como tal, no tiene ~ada que perder, salvo sus cadenas. Y lo que
Cabet no tenía ningún guardia. Como sucedió con Marx y Engels, tiene por ganar para lograr su apoderamiento, vale decir, la conciencia
los icarianos decidieron desmantelar el partido comunista que habían de su situación, es algo que el proceso de desapoderamiento lo obliga a
creado y esperar que la evolución de las fuerzas productivas produjera adquirir. En otras palabras, la competencia del proletario (o el oro del
auténticos proletarios comunistas, en lugar de aquellos tontos asnos que conocimiento) le corresponde a él sólo como el producto de la expe­
se creían sus iguales aunque no comprendieran una palabra de su teoría. riencia de su condición de "hierro", la experiencia del trabajo en la
El comunismo, decían, no es la reunión de individuos emancipados tra­ fábrica y la explotación fabril.
tando de experimentar la vida colectiva como una respuesta al egoísmo Pero, por el otro lado, la condición del hombre de hierro fue presen­
o la injusticia. Es la plena instrumentación de una forma de universali­ tada como una condición de ignorancia determinada por el mecanismo
dad que ya está presente en la organización capitalista de producción y de disimulo ideológico. El hombre de hierro, que significa el individuo
la organización burguesa de formas de vida, de un poder racional colec­ absorbido por el mecanismo de explotación, solo puede ver este proce­
tivo ya existente, aunque en su forma contraria: la particularidad del so invertido, tomando el sometimiento por libertad y la libertad por
interés privado. Las fuerzas colectivas del comunismo ya existían. Lo sometimiento. Esta es la razón por la cual su competencia no puede ser
que hacía falta era solo la forma de su reapropiación colectiva y subje­ su competencia. Hace falta el conocimiento del proceso global --con su
tiva. núcleo, el conocimiento de la ignorancia-, un conocimiento solo acce­

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sible para aquellos que no están atrapados en las garras de la máquina, el trabajo en las fábricas, a riesgo de confundir la reeducación de los
a saber, los comunistas como tales. intelectuales a través del trabajo manual con la reeducación de los disi­
De modo tal que, cuando decimos que la hipótesis comunista es la dentes a través de los trabajos forzados.
hipótesis de la emancipación, no debemos olvidar la tensión histórica Creo que si pretendemos pensar algo nuevo del comunismo o revi­
entre las dos hipótesis. La hipótesis comunista solo es posible basada vir algo olvidado con el nombre de comunismo, esta es una de las prin­
en la hipótesis de la emancipación, que significa la colectivización del cipales cuestiones que están en juego. Me parece que no tiene objeto
poder de cualquiera. Solo es posible sobre la base de un supuesto de revivir la idea del comunismo únicamente sobre la base de la argumen­
igualdad. Al mismo tiempo, el movimiento comunista -y con esto me tación de que, en realidad, provocó muchas muertes y muchas cosas
refiero al movimiento que se fija como objetivo la creación de una horribles, pero que, después de todo, el capitalismo y las llamadas
sociedad comunista- fue infiltrado desde el comienzo por el supuesto democracias también tienen las manos manchadas de mucha sangre.
contrario: la suposición de desigualdad con todos su diversos aspectos; Este es el mismo tipo de cálculo que compara la cantidad de palestinos
la hipótesis pedagógica/progresista de la división de la inteligencia; el víctimas de la ocupación israelí con la cantidad de judíos víctimas del
análisis contrarrevolucionario de la Revolución Francesa entendida holocausto o las víctimas de las matanzas nazis con los millones de afri­
como la irrupción del individualismo, que destruyó las formas de soli­ canos sometidos a esclavitud y deportación, las víctimas de la coloniza­
daridad social; la denuncia burguesa de la apropiación autodidáctica y ción republicana francesa, los indios masacrados en los Estados Unidos
anárquica por parte de la gente común, de palabras, imágenes, ideas, democráticos, etcétera. Esta manera de comparar y establecer jerar­
aspiraciones, etcétera, etcétera. La hipótesis de la emancipación es una quías entre las iniquidades termina por producir el efecto contrario al
hipótesis de confianza. Pero el desarrollo de la ciencia marxista y de los buscado: borrar las diferencias, negar todas las singularidades históricas
partidos comunistas la mezclaron con su contrario, una cultura de des­ en nombre de la equivalencia entre una explotación y otra, que es la
confianza basada en una suposición de incompetencia. última palabra de cierto tipo de nihilismo marxista.
.. No sorprende pues que esta cultura de la desconfianza reinstaurara
la antigua oposición platónica entre el comunista y el trabajador. Y lo
No me parece que haya que dedicarle mucho tiempo a este debate.
Tampoco creo que valga la pena revivir la discusión sobre la esponta­
hizo en una forma específica, la forma de un doble vínculo, descalifi­ neidad y la organización y las maneras de tomar el poder del Estado. La
cando el ímpetu comunista en nombre de la experiencia de los trabaja­ historia de los partidos y los Estados comunistas ciertamente puede
dores y descalificando la experiencia de los trabajadores en nombre del enseñarnos cómo construir organizaciones fuertes y cómo tomar el
conocimiento de la vanguardia comunista. El trabajador desempeñaba poder del Estado y conservarlo. Pero no nos enseña mucho sobre cómo
alternativamente la parte del individuo egotista, incapaz de mirar más sería el comunismo (fntendido como el poder de los "cualesquiera". De
allá del aquí y ahora de su inmediato interés económico o la parte del modo que coincidiría con Alain Badiou en que, para nosotros, lo que
experto entrenado por una larga e irremplazable experiencia de trabajo cuenta como la historia del comunismo o la historia de la emancipación
y explotación; el comunista, a su vez, desempeñaba o bien el papel del es sobre todo la historia de los momentos comunistas, que solían ser
anarquista individualista, ansioso por ver realizadas sus aspiraciones a momentos de disolución y quebrantamiento de los poderes del Estado y
riesgo de anticipar la lenta marcha del proceso, o bien el papel del mili­ de la influencia de los partidos instituidos. Un momento no es solamen­
tante conocedor enteramente consagrado a la causa de lo colectivo. La te un punto que se desvanece en el tiempo. También es un momentum,
represión del comunista dorado por parte del trabajador de hierro y la el peso que inclina el platillo y produce un nuevo equilibrio o un nuevo
de este por parte del comunista dorado fue aplicada por los poderes de desequilibrio, un nuevo enfoque efectivo de lo que significa lo "común",
todos los Estados comunistas -desde el Nep a la Revolución Cultural­ de una reconfiguración del universo de lo posible; tampoco es el tiempo
e interiorizada tanto por la ciencia marxista como por las organizacio­ de un mero remolino caótico de partículas sueltas. Los momentos
nes izquierdistas. Recordemos, por ejemplo, cómo pasó mi propia comunistas nos muestran formas más elevadas de organización que la
generación de la afirmación althusseriana del poder de la ciencia, que rutina de la burocracia. Pero esta organización siempre es la organiza­
revelaba los engaños inevitables de los agentes de producción, al entu­ ción de un des-orden con respecto a la distribución "normal" de luga­
siasmo por la reeducación de los intelectuales a cargo de los obreros y res, funciones e identidades. Para nosotros, el comunismo es concebible

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Jacques Ronciere ¿Comunistas sin comunismo?

como la tradición creada alrededor de una cantidad de momentos, modo que puede decirse que la institución capitalista encarna hoy la
famosos u oscuros, cuando los simples trabajadores y los hombres y realidad del trabajo colectivo: un comunismo del capital que debería
mujeres corrientes dieron pruebas de su capacidad para luchar por sus transformarse en un comunismo de las multitudes. En su presentación
derechos y los derechos de todos o para dirigir fábricas, empresas, admi­ en esta conferencia, Antonio Negri dejó muy claro que este comunismo
nistraciones, ejércitos, escuelas, etcétera, colectivizando el poder de la capitalista es una apropiación de lo común por parte del capital, lo cual
igualdad de cualquiera con cualquier otro y con todos. Si hay algo que implica expropiar a la multitud de lo común. Ahora la cuestión es la
debe reconstruirse con el nombre de comunismo, es una fonna de tem­ siguiente: ¿hasta cuándo podremos seguir llamándolo siquiera comunis­
poralidad que singulariza la conexión de aquellos momentos. Ahora mo? ¿Hasta cuándo podremos afirmar la racionalidad de este proceso?
bien, esta reconstrucción implica revivir la hipótesis de la confianza en Lo que está en juego en la llamada "crisis" actual es precisamente esa
esa capacidad, una hipótesis que, en los Estados, partidos y discursos racionalidad. La presente "crisis" es en realidad el fracaso de la utopía
comunistas siempre estuvo sometida en mayor o menor medida a la cul­ capitalista que reinó durante los veinte años que siguieron al derrumbe
tura de la desconfianza que finalmente la destruyó. del imperio soviético: la utopía de la autorregulación perfecta del libre
Esta conexión entre la cuestión de la temporalidad y la cuestión de mercado y de la posibilidad de organizar todas las formas de la vida
lo que pueda significar una afirmación subjetiva comunista es, por cier­ humana de acuerdo con la lógica del libre mercado. Para repensar el
to, central en todas las formas contemporáneas de reafinnación de la comunismo hoy hay que tomar en consideración la situación inaudita
idea del comunismo. Pero tengo la impresión de que ciertas pruebas del fracaso de la utopía capitalista.
problemáticas sobre la lógica del proceso capitalista a menudo se apode­ La misma situación nos obliga a examinar otra fonna del discurso
raron de la discusión. Esto se dio principalmente de dos maneras. Por marxista contemporáneo. Pienso en la generalizada descripción de un
un lado, las transfonnaciones del capitalismo mismo provocaron una estadio final del capitalismo que produce el triunfo de una pequeña bur­
potente reafirmación del comunismo. El desarrollo de las fonnas de guesía global en la que se encarnaría la profecía nietzscheana del "último
producción inmaterial se presentó pues como la demostración de que hombre": un mundo consagrado por entero al servicio de los bienes, al
4 había una conexión entre dos fónnulas del Manifiesto comunista, la decla­ culto de la mercancía y del espectáculo, a obedecer el mandato de jouis­
ración de que "todo lo sólido se evapora en el aire" y la de que los capi­ sance del superyó, al consumo narcisista de fonnas de autoexperimenta­
talistas son sus propios sepultureros. Lo que sobre todo produce hoy el ción, etcétera. En esas narraciones, este triunfo global del llamado indi­
capitalismo, en lugar de bienes disponibles para la apropiación privada, vidualismo de masas recibe el nombre de democracia. La d.emocracia se
es la red de comunicación humana en la que la producción, el consumo presenta pues como el mundo vivido construido por la dominación del
y el intercambio ya no están separados sino que coinciden en el mismo capital y la creciente destrucción capitalista de las formas de comunidad
proceso colectivo. Así, se dice que el contenido de la producción capita­ y universalidad. Este relato puede construir así una alternativa simple: o
lista se abre camino más allá de la fonna capitalista. Cada vez más resul­ democracia -que significa el despreciable reinado del "último hombre"­
ta ser lo mismo que el poder comunista del trabajo inmaterial coopera­ o un régimen que esté "más allá de la democracia" para el cual el térmi­
tivo. De modo que el desarrollo histórico del capitalismo tiende no "comunismo" resulta el nombre más adecuado.
progresivamente a inclinar la oposición latente entre el "trabajador de El problema estriba en que muchas personas comparten el diagnósti­
hierro" y el "comunista de oro" en favor de este último: en este sentido, co sin compartir la conclusión: hay intelectuales de derecha que deploran
cuanto menos trabajo y menos trabajadores haya, tanto más comunistas la destrucción democrática del vínculo social y el orden simbólico, soció­
tendremos. Para mí, el aspecto más perturbador es que esta victoria de logos a la antigua que oponen la buena crítica social a la mala "crítica del
los comunistas sobre el trabajador se presenta cada día con más fuerza artista" del 68, sociólogos de nuevo cuño que se burlan de nuestra inep­
como la victoria del comunismo del capital sobre el comunismo de los titud para hacer frente al reinado de la abundancia global y filósofos que
comunistas. En su libro, Good bye, Mr. Socialism, Antonio Negri cita una nos instan a encarar la tarea revolucionaria de salvar el capitalismo insti­
reflexión de otro teórico según la cual la institución financiera, particu­ lándole un nuevo contenido espiritual. En este contexto, la alternativa
lannente la institución de los fondos de pensión, es la única institución aparentemente buena (el pantano democrático o la oleada comunista)
capaz de darnos hoy la medida del trabajo acumulado y unificado, de pronto se revela problemática: una vez que uno ha descrito el ignorninio­

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so reinado del narcisismo democrático, puede concluir: por lo tanto, dad. Debe concebirse partiendo de su inoportunidad, lo cual significa
necesitamos el comunismo para salir de este lodazal. Pero entonces surge dos cosas: primero, que no haga falta una necesidad histórica para que
la pregunta: ¿con quién? ¿A partir de qué fuerzas subjetivas puede uno exista'y, segundo, que sea heterogénea con respecto a las formas de
imaginar la construcción de ese comunismo? Así es como elllamamien­ experiencia estructuradas por el momento de dominación. El único
to comunista corre el riesgo de volverse una profecía heideggeriana que legado comunista que merece ser examinado es la multiplicidad de for­
insta a lo contrario en el borde del abismo o el riesgo de conducir a for­ mas de experimentación de la capacidad de cualquiera, ayer y hoy. La
mas de acción destinadas principalmente a golpear al enemigo y a atascar única forma posible de inteligencia comunista es la inteligencia colecti­
la máquina económica. El asunto es que los mercaderes estadounidenses va construida en el transcurso de esas experimentaciones.
y los piratas somalíes instrumentan el sabotaje contra la máquina econó­ Podrá objetárseme que defino el comunismo con términos no muy
mica de manera más eficiente. Desdichadamente, este sabotaje eficiente diferentes de los que empleo para definir la democracia. A ese reproche
no crea un espacio para ninguna forma de comunismo. puedo responder, en primer lugar, que en mi concepción de la emanci­
Una reconsideración actual de la idea comunista implica tratar de pación uno tiene que cuestionar la clásica oposición entre el comunis­
desenmarañar la temporalidad propia de sus formas de posibilidad de mo y una democracia concebida, o bien como la organización estatal
esas argumentaciones temporales: la de que el comunismo es inheren­ de la dominación burguesa, o bien como el mundo vivido enmarcado
te al capitalismo o la que le da al comunismo el carácter de última por el poder de la mercancía. Ciertamente, es verdad que la democra­
oportunidad en el borde del abismo. Todas esas narraciones temporales cia puede nombrar situaciones diferentes, pero lo mismo cabe decir del
continúan siendo dependientes de las dos formas de usurpación que ejer­ comunismo. Yel hecho es que la combinación de la fe en una necesi­
ce la lógica desigualitaria contra la lógica de la emancipación: primero, la dad histórica y la cultura de la desconfianza produce un tipo específico
lógica progresista de la ilustración, que le concede al capitalismo el privi­ de comunismo: el comunismo entendido como el sistema en el que el
legio de que el maestro de escuela eduque a los obreros ignorantes y alla­ Estado, administrado por una elite de "comunistas", se apropia de las
ne el camino de la antigua desigualdad al futuro comunismo y, segundo, fuerzas productivas. Además, este es un futuro posible del capitalismo.
la lógica reactiva contraria a la ilustración que identifica las formas de la Pero no creo que sea el futuro de la emancipación. El futuro de la
experiencia vivida moderna con el triunfo del individualismo burgués emancipación solo puede significar el crecimiento autónomo del espa­
sobre la comunidad. El proyecto de revivir la idea del comunismo solo cio de lo común creado por la libre asociación de hombres y mujeres
tiene sentido si implica reexaminar seriamente esas formas de usurpa­ que pongan en vigor el principio igualitario. ¿Debemos llamarlo senci­
ción y la manera en que todavía determinan las descripciones de nues­ llamente "democracia" o es más provechoso llamarlo "comunismo"?
tro presente. Es decir, debería abarcar una reconsideración de las des­ Veo tres razones para preferir la segunda opción: primeramente, esa
cripciones dominantes del mundo contemporáneo: las formas y
denominación pone énfasis en el principio de la unidad la igualdad de
contemporáneas del capitalismo, el estallido del mercado laboral, la la inteligencia; en segundo lugar, destaca el aspecto afirmativo del pro­
nueva precariedad de los puestos de trabajo y la destrucción de los sis­ ceso de colectivización de este principio; tercero, pone el acento en la
temas de solidaridad social, todas situaciones que crean formas de vida capacidad de autosuperación del proceso, su falta de límites, lo cual
y experiencias de trabajo que posiblemente se asemejen más a las de los implica su capacidad de inventar futuros que aún no son imaginables.
artesanos del siglo XIX que al universo de trabajadores de alta tecnolo­ Por el contrario, rechazaría el término si significara que sabemos lo
gía y de la pequeña burguesía global entregada al consumo frenético que esa capacidad puede lograr en cuanto a la transformación global
que describen tantos sociólogos contemporáneos. Pero no se trata solo del mundo global y conocemos el camino que nos llevará a ese punto.
de la mera exactitud empírica. Estamos hablando de la conexión misma Lo que sabemos es lo que esa capacidad puede lograr ahora en cuanto
entre las formas de análisis del proceso histórico y las maneras de tra­ a las formas disidentes de la lucha, la vida y el pensamiento colectivos.
zar un boceto de lo posible. Ya deberíamos haber aprendido hasta qué Repensar el comunismo debe incluir ante todo la investigación del
punto pueden resultar problemáticas todas las estrategias basadas en el potencial de la inteligencia colectiva intrínseca a la construcción de esas
análisis de la evolución social. La emancipación no puede ser la satis­ formas. Esta investigación supone restaurar plenamente lo que he lla­
facción de una necesidad histórica ni la abolición heroica de esa necesi­ mado la hipótesis de la confianza.

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