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Trayecto formativo
ción del Trabajo Decente y su firme intención de mejorar la empleabilidad de las per-
sonas en situación de precariedad laboral. Para ello pone este material a disposición
de instituciones, proyectos y programas que hacen de la formación una herramienta
sustantiva para mejorar la posición en el mundo del trabajo de amplios sectores de la
población. La formación de calidad en coordinación con la orientación laboral y el apo-
Cuidado y atención de personas
yo a la búsqueda de empleo son, en definitiva, herramientas fundamentales para lograr
estos objetivos. La inclusión de un enfoque de equidad de género, un reaseguro para
Material de apoyo para la formación
que varones y mujeres puedan acceder a la formación en igualdad de oportunidades.
de cuidadoras y cuidadores de personas
Este manual de formación para docentes incluye una propuesta didáctica para la for-
mación de trabajadores y trabajadoras interesados/as en desarrollar las competencias
laborales requeridas para el cuidado y atención de personas, ya sean niños y niñas,
personas enfermas o personas mayores. Incorpora también, el desarrollo de las com-
petencias necesarias para el desempeño en diferentes ámbitos laborales, denomina-
das en consecuencia, competencias transversales; y contenidos y herramientas para
que trabajadoras y trabajadores, conozcan sus derechos y deberes laborales y estén
en posibilidad así, de negociar condiciones laborales satisfactorias.
Al mismo tiempo, este sector –el de los servicios– se encuentra en plena expansión y
profesionalización y por lo tanto requiere trabajadores/as calificados/as para desempe-
ñar nuevas funciones, tanto en casas particulares, como en instituciones u organiza-
ciones –centros de desarrollo infantil, clubes y asociaciones de jubilados/as, espacios
para la tercera edad, residencias de adultos mayores, centros de estimulación y/o re-
creación, etc.–
Secretario de Empleo
Enrique Deibe
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COORDINACIÓN Y REVISIÓN DEL MATERIAL
Secretaría de Empleo
Estela Barba
María José Rodríguez
María Agostina Vigna
María Soledad Fernández
Daniela Comaleras
Silvana Fernández
Ana Lis Rodriguez Nardelli
ELABORACIÓN
Mariel Deus
Carolina Tapia
DISEÑO GRÁFICO
Marcelo Kohan / diseño + broker de impresión
ILUSTRACIONES
José Nasello
Mariano Cassano
IMPRESIÓN
Marcelo Kohan / diseño + broker de impresión
CORRECCIÓN DE TEXTOS
Martín Vittón
Este material fue elaborado, diseñado y publicado en el marco del Proyecto “Es-
trategias de Género en los Servicios Públicos de Empleo”, Secretaría de Empleo,
MTEySS / Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento (BIRF).
5
Reconocimientos
También se han tomado en cuenta aportes de múltiples personas e instituciones con las
que nos hemos contactado durante este proceso. Entre ellos destacamos:
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Presentación I
Efectivamente, desde hace ya varios años, la formación profesional ha sido un eje estra-
tégico en la implementación de las políticas activas de empleo y ha resultado un factor
preponderante en la inclusión social de vastos sectores desfavorecidos de la sociedad.
La firme decisión política de acompañar el crecimiento económico con la generación de
empleo se concretó a través de acuerdos sectoriales e institucionales con el propósito de
proporcionar a la población trabajadora la adecuada formación laboral para la incorpora-
ción y mantenimiento en puestos de trabajo acordes con el paradigma del Trabajo Decen-
te. La formación de calidad ha incorporado definitivamente la perspectiva de género, en
coordinación con la orientación laboral y el apoyo a la búsqueda de empleo. La conjunción
de los tres factores contribuye al logro de estos objetivos.
Estas tareas del “cuidado” suponen el manejo de saberes específicos que históricamente
han sido atribuidos a las mujeres como si estuvieran en su “naturaleza”. Sin embargo, és-
tos pueden ser reconocidos como competencias laborales, transferibles a otros ámbitos
y pueden ser adquiridos por personas de otro sexo. Implican el manejo de tecnología
adecuada, atención profesional de personas, conocimientos específicos, competencias
de gestión, insertándose como actividad en el sector de los servicios, o sector terciario
de la economía. La consecuencia de ello es la necesidad de hablar de la “socialización
del cuidado” concepto que entraña la consideración del mismo no como un tema privado,
relegado al interior de las familias, sino propio del ámbito público que contempla por un
lado, el diseño y la implementación de la formación profesional a fin de contar con perso-
nas con perfiles adecuados, y por otro, la existencia de estructuras y recursos que apoyen
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a las mujeres, por lo general a cargo de la responsabilidad del cuidado, en el proceso de
conciliación entre su vida laboral y personal.
Por otra parte, la profesionalización del cuidado está determinada por el perfil del sujeto al
que se cuida y en ese sentido, a fin de planificar las características de la formación de los
cuidadores y cuidadoras, es necesario contar con información acerca de la composición
demográfica del país y el peso específico que cada colectivo adquiere en ella. Hoy por
hoy, en nuestro país los niños adquieren una mayor relevancia, pero en forma coincidente
con otros países de la región, el paulatino envejecimiento de la población a mediano plazo
condicionará los perfiles requeridos.
Este manual de formación para docentes incluye una propuesta didáctica para la formación
de trabajadores y trabajadoras interesados en desarrollar las competencias laborales re-
queridas para el cuidado y la atención de las personas. Incorpora además el desarrollo de
competencias transversales necesarias para el desempeño en diferentes ámbitos labora-
les, contenidos y herramientas para que trabajadores y trabajadoras, puedan conocer sus
derechos y deberes laborales, así como negociar condiciones satisfactorias. Contribuye a
la labor del docente que encontrará en sus páginas muy buenas propuestas didácticas y
desarrollos metodológicos y conceptuales. Sin embargo, nada puede sustituir la capaci-
dad del docente para desentrañar de quien se capacita la facultad de recordar, reflexionar
y transformar aquello que sin duda se aprendió en su momento en el ámbito doméstico y
ahora se transforma en el aula.
Susana Barasatian
Directora Nacional de Orientación y Formación profesional
MTEySS
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Presentación II
Los cuidados domiciliarios de las personas mayores conforman parte de una modalidad
de atención que posibilita el cuidado en un entorno conocido, familiar, rodeado de afectos,
afianzando los lazos de pertenencia y, sin ninguna duda, garantizando una mejor calidad
de vida. Este servicio, otorgado en forma adecuada y oportuna, cumple una función pre-
ventiva, y su duración puede extenderse en el tiempo.
Es necesario que el/la cuidador/a esté capacitado/a para acompañar a la persona mayor,
conociendo las características inmanentes a esta etapa de la vida. De esta manera podrá
acompañar a la persona y facilitar el desarrollo de las actividades básicas e instrumentales
diarias aun con las limitaciones funcionales que pueden aparecer en esa etapa de la vida.
La tendencia hacia una creciente expectativa de vida, la mayor prevalencia de enferme-
dades crónicas con secuelas limitantes, los cambios en el modelo de familia y la creciente
incorporación de las mujeres al mundo laboral, acrecientan la demanda sostenida de este
sector y destacan la importancia de un abordaje integral, médico y social, de esta situa-
ción.
Es por esto que consideramos auspiciosa la presentación de este Manual para formar a
cuidadores y cuidadoras en la adquisición de conocimientos, habilidades y actitudes es-
pecíficas para el desempeño de su labor. De esta manera se continuará en la senda de
restitución de los derechos de las personas mayores que viene dándose en nuestro país
desde mayo de 2003 a la fecha.
Federico Susbielles
Gerente de Promoción Social y Comunitaria INSSJP
PAMI
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Introducción
El material que hoy presentamos incluye una propuesta didáctica para la capacitación de
trabajadoras y trabajadores interesados/as en desarrollar las competencias laborales re-
queridas para desempeñarse en forma especializada en el cuidado de personas.
Los contenidos y actividades que se proponen en este material tienen como objetivo que
quienes participan de la formación adquieran los conocimientos, habilidades y actitudes
específicas de estos servicios y otro conjunto de competencias, necesarias para el des-
empeño en diferentes ámbitos laborales. Por este motivo, los contenidos y actividades pre-
sentados apuntan a generar o fortalecer competencias para la comunicación, la resolución
de problemas, la planificación, el uso de tecnología, la evaluación de lo hecho en base a
parámetros de calidad, y para el ejercicio de los derechos laborales y la negociación de las
condiciones de trabajo
Por otra parte, la propuesta promueve la reflexión sobre la feminización de esta actividad
-el cuidado de personas-, resultado de la asignación histórica de roles bien diferenciados a
varones y mujeres. Propone una mirada crítica sobre la naturalización de dicha asignación
de roles y su impacto en la desjerarquización – desvalorización social y económica - de
este trabajo. Tradicionalmente se ha considerado que las mujeres cuentan “por naturaleza”
con un saber “ya dado” para el ejercicio de la atención y el cuidado de personas y para
las actividades que se realizan en el ámbito privado de los hogares, y que, por lo tanto,
no sería necesaria ninguna formación específica para desempeñarlo. Plantea y cuestiona
entonces, como otro impacto de la naturalización del trabajo en el sector, la desprofesio-
nalización de la actividad.
En este sentido, es importante destacar que esta propuesta puede ser concebida como un
primer tramo de un trayecto formativo, que las personas podrán complementar con otras
formaciones en actividades afines o diversificar, facilitando de esta manera, su acceso a
otros campos ocupacionales. Por ejemplo podrán profundizar su formación para el cuida-
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do especializado de la infancia, los servicios personales de acompañamiento terapéutico,
recreación con personas en diferentes etapas vitales, actividades de animación y ense-
ñanza, actividades de atención de personas en hoteles, recreos, empresas, y en diversos
tipos de instituciones, como establecimientos para la tercera edad, clubes y asociaciones
de adultos mayores, centros de desarrollo infantil, etc. También podrán generar proyectos
de autoempleo en forma individual o asociada.
Enfoque metodológico
Es probable que muchos/as de los/as participantes hayan tenido experiencias educativas
que por diversas circunstancias debieron interrumpir, o que hayan permanecido mucho
tiempo sin involucrarse en instancias de formación. Puede suceder que en el tránsito por
la capacitación reaparezcan miedos, falta de confianza o inhibición, lo que suele darse
en una población cuyas experiencias de educación están frecuentemente marcadas por
la frustración y la descalificación. Los y las instructores/as deben tener en cuenta que se
dirigen a adultos trabajadores/as, en su mayoría mujeres con experiencias previas en el
servicio doméstico y el cuidado de personas, pertenecientes a sectores vulnerables.
En este sentido es central que el/la instructor/a asuma un rol de orientador, moderador o
acompañante del proceso de enseñanza y aprendizaje y no de “administrador del saber”.
Que considere el punto de partida de los/as participantes, es decir, sus saberes y sus
trayectorias; no sólo como un mero recurso pedagógico, sino como una herramienta para
afirmar al otro como sujeto portador de conocimientos y capaz de seguir aprendiendo.
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• Promover la reflexión y la expresión de todas las ideas.
• Estimular el diálogo, el intercambio de ideas atendiendo a las diferencias.
• Estimular la iniciativa y la autonomía para resolver problemas.
• Compartir las dificultades que se pudieran presentar en el proceso de formación con el
objetivo de buscar soluciones superadoras.
• Atender a posibles restricciones para la formación derivadas del género, la edad, las
diferencias culturales y sociales y promover alternativas de solución.
• Alentar en los/as participantes la ampliación de sus proyectos formativos y laborales y
orientarlos en la elección de futuras formaciones.
Finalmente, dado que el material ha sido diseñado con el propósito de fortalecer la empleabi-
lidad1 de las personas, es importante que el instructor/a “traiga” de manera permanente el
contexto laboral real a la clase, para relacionarlo con las actividades didácticas, de manera
que éstas puedan ser trabajadas como si fueran tareas reales en contextos laborales reales.
Cada módulo aborda un conjunto de temas y está estructurado en clases de una dura-
ción de 120 minutos. Cada clase contiene un conjunto de actividades teórico- prácticas,
que aunque incluyen un desarrollo paso a paso, el/la instructor/a deberá contextualizar de
acuerdo a las características de los/as participantes y del lugar de aplicación.
Como instrumentos de apoyo, cada módulo incluye un anexo de Herramientas Conceptua-
1 Definimos empleabilidad como la aptitud para “encontrar, crear, conservar enriquecer un trabajo y pasar de uno a otro obteniendo
a cambio una satisfacción personal, económica, social y profesional”.
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les para el desarrollo de los temas y un anexo de Recursos Didácticos para la realización
de las actividades. Ambos materiales se presentan de manera que puedan ser reproduci-
dos para el trabajo en el aula.
En los recursos de cada actividad figurarán entre paréntesis las siglas RD, que refiere a
recursos didácticos o HC, que refiere a herramientas conceptuales, seguidos por la letra
M, que hace referencia al módulo al que pertenece. Por ejemplo: Ficha Nº1 (RD M1), indica
que esa ficha se encuentra en el anexo de recursos didácticos del módulo 1.
El desarrollo de las actividades que integra el Manual suma un total de 116 horas, lo que
garantiza la cobertura de todos los temas.
Siguiendo esta línea, se sugiere la inclusión al final de cada módulo, previo a la evaluación, de
un encuentro de “revisión”. El propósito del mismo es realizar un recorrido a través de todo
lo trabajado en cada módulo para poder revisar conceptos, aclarar dudas, realizar preguntas
y reforzar aquellas cuestiones que se consideren necesarias. Es importante recordar que el
aprendizaje es el resultado de un proceso de construcción en el cual las personas incorporan
y asimilan nuevos conocimientos, acomodándolos a los que ya poseen y adaptándolos a nue-
vos contextos y situaciones. Es por eso que al que aprende le cabe un rol activo en este proce-
so de construcción: establecer relaciones, inferir, preguntarse y preguntar, recordar, reflexionar,
ejemplificar, relacionar con sus prácticas laborales. Nos parece que este es un espacio propi-
cio para dar lugar a este proceso y profundizar en la transferencia de los contenidos trabajados
en los distintos encuentros a los contextos posibles de actuación profesional. En este sentido,
consideramos conveniente que cada instructor/a organice este encuentro de acuerdo a las
necesidades, inquietudes y características de cada grupo. A continuación le presentamos a
modo de ejemplo, algunas actividades que podrán utilizar en la jornada de revisión:
• Resolución de casos
• Dramatización de una situación de trabajo y análisis
• Visita y observación en una institución de la zona, y posterior análisis.
• Tarjetas con afirmaciones para evaluar V o F
• Detección de errores
• Preparación y presentación de una clase por parte de los/as participantes
• Extensión de las prácticas propuestas en los encuentros de cada módulo
• Invitación de alguna persona relacionada con los contenidos abordados que sea de
interés para profundizar un tema.
Resulta importante que las/los participantes, luego de realizar la evaluación de cada mó-
dulo, puedan identificar las posibilidades laborales y formativas que se desprenden de las
temáticas abordadas en los mismos, teniendo en cuenta las opciones de formación y tra-
bajo asociadas a las competencias desarrolladas en los distintos módulos.
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Contenidos
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• Posibles actividades recreativas para personas mayores. Recursos para el uso del tiem-
po libre y de esparcimiento.
• Diferentes tipos de gestiones a realizar por el cuidador o la cuidadora. Herramientas
para la realización de distintas gestiones en ámbitos laborales domiciliarios o institucio-
nales. Herramientas metodológicas para la administración y rendición de gastos.
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Tema Página
Presentación I 7
Presentación II 9
Introducción 11
Enfoque Metodológico 12
Organización del Manual 13
Contenidos 15
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Módulo 3 Atención y cuidado de personas mayores 201
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Módulo 1
Introducción al servicio
de atención y cuidado de
personas
Módulo 1: Introducción al servicio de atención y cuidado
de personas
Tiempo
Encuentro Tema Actividad
(minutos)
6. La comunicación y su importancia
Encuentro 6 Comunicación 120
en el desempeño laboral
Actividad 1:
Comenzamos a formar el grupo
Objetivos
• Promover el conocimiento y acercamiento entre los y las participantes.
• Generar un clima de confianza que estimule la participación y la integración grupal.
Tiempo estimado
120 minutos
Recursos
• Ovillo de lana
• Pizarrón o papel afiche
• Tiza o marcador
Desarrollo
a. Comience dando la bienvenida al grupo y señalando que todos y todas están inician-
do un proceso de formación en el que, además de aprender, compartirán experien-
cias y conocimientos adquiridos en sus trayectorias de vida, así como reflexiones y
debates sobre los diferentes temas que se irán desarrollando. Para que esto se dé en
un clima de confianza, es importante comenzar a conocerse.
Luego, entregue a una persona un ovillo de lana. Pídale que se presente respondiendo
a las preguntas y que, cuando termine su presentación, lance el ovillo a cualquier otra
persona sosteniéndolo por una punta. Quien recibe el ovillo se presenta y, del mismo
modo, sosteniendo la lana, lanza el ovillo a otro u otra participante. El juego continúa
hasta que se hayan presentado todos y todas.1
d. Una vez que la presentación haya finalizado, quedará conformada una red. Entonces,
invite a reflexionar sobre:
Para encontrar otros juegos que ten- e. Para recoger el ovillo, solicite que comen-
gan el objetivo de “romper el hielo” o
empezar a conocerse como grupo, ten las razones por las cuales eligieron el curso
puede buscar en sitios de Internet, y qué consideran que pueden aportar al grupo.
por ejemplo:
http://www.jovenaventurero.men- Luego, deben pasar el ovillo a la persona que
doza.edu.ar/Documentos/pic_1901. anteriormente les ha lanzado la madeja. Así su-
doc
http://www.infancia-misionera.com/ cesivamente, hasta que el ovillo queda recogido.
dinpres.htm
h t t p: // w w w. s c r i b d .c o m /
doc/4002952/100-dinamicas-para- f. Finalice la actividad informando la duración total
adultos del curso, los días y horarios de los encuentros, y
los requisitos de asistencia y puntualidad.
1 Esta técnica de presentación es conocida también como “La telaraña” y está tomada del libro Técnicas participativas para la educación
popular, de CEDEPO, Ed. Lumen-Humanitas. Allí se pueden encontrar, entre otras, variedad de actividades de animación y presentación.
Actividad 2:
Mis trayectorias laborales y formativas
Objetivo
• Reconocer y registrar las experiencias formativas, laborales y de participación en distin-
tos ámbitos de la trayectoria de vida personal, con valor para el desempeño laboral.
Tiempo estimado
120 minutos
Nota para el/la
Recursos instructor/a
Desarrollo
a. Inicie el encuentro explicando que antes de comenzar
un nuevo camino o proyecto, siempre es importante “revisar” con qué se cuenta
para emprenderlo. En este caso, se tratará de un camino de aprendizaje y formación,
para el cual interesa reconocer y registrar qué otras experiencias útiles para este tra-
yecto trae cada participante. Para ello, solicite que realicen una línea de la vida y que
marquen allí cinco logros, buenas decisiones, cosas que consideran que salieron bien
en sus vidas en relación con su formación y experiencias de trabajo o participación,
desde su niñez hasta la actualidad. Señale que seguramente todas las personas po-
demos identificar hechos positivos en nuestra historia de vida.
Nacimiento
Línea de vida
b. Posteriormente, entregue a cada participante una copia del Cuadro n.º1 (RD M1) y
solicite que completen los siguientes aspectos (quizás algunos de ellos se encuentren
entre los mencionados anteriormente):
Cuadro n.° 1
d. Entregue copias del Cuadro n.º 2 (RD M1) y pida que, en forma individual, enumeren
las ventajas y las dificultades que encontraron en su recorrido formativo y laboral an-
teriormente mencionado.
Cuadro n.° 2
Ventajas Dificultades
(ser organizado/a, sencillo/a, amable, puntual) (me faltaba capacitación, no me alcanzaba el
tiempo, desordenado/a)
e. Realice un cierre enfatizando que los aprendizajes identificados son el punto de par-
tida, el equipaje con el que han llegado a la formación, y el cual irán fortaleciendo y
enriqueciendo a lo largo del curso. Señale que, a la vez, la capacitación les propor-
cionará herramientas para intentar superar las dificultades enunciadas. Entregue la
copias de la Ficha n.º 1 (HC M1) para que los y las participantes lean en sus hogares
antes del próximo encuentro.
Actividad 3:
Una mirada desde la división sexual
del trabajo
Objetivos
• Facilitar el reconocimiento de la división del trabajo en función del sexo.
• Promover la reflexión en torno al carácter cultural de esta división y su impacto en la
desjerarquización de algunas ocupaciones tradicionalmente asignadas a mujeres.
Tiempo estimado
120 minutos
Nota para el/la
instructor/a
Recursos
• Pizarrón o papel afiche Para el desarrollo de este
tema, le sugerimos leer las
• Tizas o marcadores Fichas n.º 2 y n.º 3 en HC
• Copias del Esquema n.º 1 (RD M1) M1.
Desarrollo
a. Comience el encuentro comentando que cuando se realiza un determinado trabajo u
oficio, o cuando se comienza un trayecto de formación o estudio, influyen diferentes
factores: el gusto por la tarea, las posibilidades de realizarla, la habilidad para realizarla,
una necesidad económica, la figura de otra persona que funciona como “modelo”… Y
además de estos factores, que son más bien personales, existen cuestiones sociales y
culturales que condicionan este tipo de elecciones, como las vinculadas con el hecho
de ser mujer o varón. La actividad que se va a realizar en este encuentro tiene como ob-
jetivo “sondear” la historia familiar de cada uno y cada una en lo que respecta al trabajo
u ocupaciones.
Entregue entonces a cada participante una copia del Esquema n.º 1 (RD M1). Comente
que un árbol genealógico es un esquema de la familia a la que se pertenece. Aclare
que lo que se va a realizar no es una descripción de la familia sino de las ocupaciones y
oficios que desempeñaron sus integrantes (padre, madre, abuelas, abuelos).
• ¿Cuáles son o han sido las ocupaciones o trabajos realizados por los varones y las
mujeres de sus familias?
• En sus familias, ¿las ocupaciones de los varones son diferentes de los oficios o acti-
vidades que realizan las mujeres? ¿En qué se diferencian?
• ¿Se han producido cambios importantes con respecto a lo que fueron las actividades
de sus madres y sus abuelas? ¿Cuáles?
• ¿Conocen alguna razón que justifique que ciertas ocupaciones o estudios sean rea-
lizados generalmente por varones y otros por mujeres?
• ¿Cuáles de los oficios antes anotados les parecen más importantes? ¿Por qué?
• ¿Cuáles son los trabajos que la sociedad considera como más importantes o de más
valor?
• ¿Cuáles son los trabajos que reciben mejor remuneración: los que realizan mayorita-
riamente los varones o las mujeres?
d. Concluya explicando que históricamente las mujeres se han desempeñado en los tra-
bajos que más se parecen a las actividades que realizan para su familia. Por ejemplo,
alimentar, cuidar, educar, proteger. Es así que habitualmente han ocupado los trabajos
de enfermeras, docentes, cocineras, cuidadoras.
Si bien desde hace tiempo se vienen generando cambios en esta división de los traba-
jos en función del sexo, siguen existiendo actividades laborales que se consideran típi-
camente femeninas o típicamente masculinas. Las típicamente femeninas, en su mayo-
ría, se han caracterizado por tener menor jerarquía, menor remuneración y, en muchos
casos, condiciones laborales precarias. Un ejemplo de esto es el trabajo de cuidado de
personas.
Explique y refuerce que estos roles que la sociedad asigna pueden cambiarse ya que
son producto de la cultura y no de la naturaleza. Es posible, por ejemplo, lograr que los
varones se ocupen del cuidado de los niños o de los adultos mayores de la familia, y que
las mujeres se desempeñen en espacios que siempre han sido de los varones, como
por ejemplo, ser gerentes de una empresa, ocupar la presidencia del país o ser obreras
de la construcción.
e. Entregue a los y las participantes copias de las Fichas n.º 2 y n.º 3 (HC M1) para que
las lean en grupos y relacionen los conceptos con el ejercicio realizado. Converse con
el grupo acerca de las dudas que surjan acerca de la temática.
Actividad 4:
Una mirada desde las competencias
laborales
Objetivo
• Valorar el servicio de atención y cuidado de personas como una actividad que requiere
el dominio de competencias laborales, el manejo de técnicas comunes a diferentes ac-
tividades del sector de los servicios, y una actitud profesional para atender con calidad
las necesidades de los y las clientes.
Tiempo estimado
120 minutos
Nota para el/la
instructor/a
Recursos
• Pizarrón o papel afiche Para el desarrollo de este
tema, le sugerimos leer la
• Papeles afiches (uno por grupo) Ficha n.º 4 en HC M1.
• Tizas o marcadores
• Copias de la Ficha n.º 4 (HC M1)
Desarrollo
a. Realice una introducción resaltando que, tal como se comenzó a analizar en la activi-
dad “Mis trayectorias laborales y formativas”, es posible que muchas y muchos de los
presentes tengan experiencia en la atención y cuidado de personas, porque en algu-
na oportunidad de la vida han cuidado a amigos, hermanos, vecinos, hijos, abuelos.
Explique que ahora se trabajará sobre cuáles son los conocimientos técnicos propios
de la actividad del cuidado y atención de personas (competencias técnicas), y cuáles
aquellos conocimientos y habilidades que servirán para desempeñarse en diversas ac-
tividades (competencias trasversales).
b. Solicite que en grupos registren en un papel afiche las posibles tareas que puede lle-
gar a realizar un cuidador o una cuidadora de personas a lo largo del día. Luego que
todos hayan terminado, realice una puesta en común. Confeccione un cuadro de dos
columnas en el pizarrón –o en papel afiche– y registre las tareas mencionadas por los
grupos. Por ejemplo:
• Realizar trámites
c. Posteriormente, solicite que identifiquen los conocimientos y las habilidades que re-
quiere la realización de esas tareas, y registre en la segunda columna lo manifestado.
Por ejemplo:
Tareas Habilidades
• Preparar la comida • Conocer las técnicas de cocina
• Conocer los gustos de la persona atendida
• Realizar trámites (ir a pagar cuentas, retirar una • Conocer los medios de transporte
prenda de la tintorería, hacer compras) • Calcular tiempos y gastos
Actividad 5:
¿Cómo está regulada la actividad de
cuidado y atención de personas?
Objetivo
• Promover el reconocimiento como sujetos de derecho en el ámbito laboral conociendo
y analizando los marcos legales de la actividad.
Tiempo estimado
120 minutos
Nota para el/la
Recursos instructor/a
Desarrollo
a. Comience explicando al grupo que el perfil ocupacional del cuidador o la cuidadora
puede abarcar tanto el trabajo en casas particulares (como niñero/a, acompañante o
cuidador/a de personas mayores y enfermos) como también el trabajo en organiza-
ciones sociales y comunitarias que atiendan a la población antes mencionada (guar-
derías infantiles comunitarias, centros de día para adultos mayores, geriátricos).
Otro campo de inserción laboral posible es el de acompañantes de personas enfermas
que se encuentren hospitalizadas.
b. Solicite al grupo que, por medio de una lluvia de ideas, mencionen cuáles consideran
que son los derechos laborales y las responsabilidades como cuidadores de perso-
nas. Escriba las respuestas en dos columnas (una para los derechos y otra para las
responsabilidades) en el pizarrón o en el papel afiche.
Retome lo manifestado por las personas y explique que según donde se desempeñe el
rol (en casas particulares o instituciones) corresponderá un marco regulatorio diferente:
En síntesis, se aplica una u otra normativa, según donde se realice el trabajo de cuidado
de personas (casas particulares o instituciones).
c. Entregue una copia de la Ficha n.º 5 (HC M1), pida que la lean y planteen las dudas e
interrogantes que se desprendan de su lectura.
Caso n.º 1
Inés trabaja en la casa de la familia González hace un año, cuidando a Julia, una niña 3
años. Concurre de lunes a sábado, de 9 a 14 hs.
Llegado el mes de diciembre, Inés solicita a su empleadora el pago de aguinaldo y vaca-
ciones. También quiere acordar con ella cuándo se tomará las vacaciones.
La Sra. González manifiesta que no dará curso al pedido porque considera que no le
corresponde.
Caso n.º 3
Actividad 6:
La comunicación y su importancia en el
desempeño laboral
Objetivos
• Promover el reconocimiento de los diferentes factores que
intervienen en la comunicación oral.
• Facilitar el manejo de herramientas para la comunicación
Nota para el/la
con las personas asistidas, familiares, responsables y instructor/a
profesionales del entorno.
Para el desarrollo de este
tema, le sugerimos leer la
Tiempo estimado Ficha n.º 6 en HC M1.
120 minutos
Recursos
• Copias de la Ficha n.º 6 (HC M1)
• Copias del Cuadro n.º 3 (RD M1)
Desarrollo
a. Inicie el encuentro mencionando que se trabajará sobre distintos aspectos de la co-
municación entre las personas. Solicite que conformen un círculo. Explique que esta
actividad consiste en trasmitir mensajes, respetando siempre la actitud que se con-
signe.
Un o una participante inicia la rueda diciendo a quien tiene a su derecha: “Tengo una
entrevista laboral” pero llorando. El de la derecha debe responder lo que se le ocurra,
pero siempre llorando. Luego, deberá continuar pasando la misma noticia sobre la en-
trevista laboral a la persona de su derecha. Se continuará la secuencia hasta que se
termine la rueda.
Luego se inicia otra rueda, pero cambiando de actitud. Por ejemplo, en lugar de llorar,
puede ser con actitud eufórica, con temor, con nerviosismo, mostrando confusión, etc.
La persona que recibe la noticia debe asumir la misma actitud de quien la dice.
Escena 1
Juan dice: “Estoy muy interesado en el puesto”, mientras se recuesta en una silla.
Escena 2
Ana dice: “Soy una persona muy extrovertida”, con la cabeza gacha.
c. Luego de ver la dramatización, realice una puesta en común solicitando a los y a las
participantes que compartan sus apreciaciones. A continuación, presente una serie
de preguntas orientadoras para armar un debate:
• En la dramatización, ¿las acciones acompañaban lo que se manifestaba verbalmente?
• ¿Era claro el mensaje que se transmitía? ¿Por qué?
• ¿Cuidamos la coherencia entre lo que decimos y la manera en que lo decimos?
• ¿Tratamos de identificar qué nos “dicen” nuestros interlocutores con su cuerpo, sus
gestos o su tono de voz?
• Cuando en una conversación lo que nos dicen no coincide con lo que observamos
en la persona, ¿preguntamos para aclarar nuestras dudas? ¿O “adivinamos”, “supo-
nemos” aquello que se nos trata de transmitir?
d. Retome lo formulado por el grupo, y presente algunas ideas básicas sobre la comu-
nicación no verbal:
• Una imagen, un gesto o la postura corporal expresan a veces tanto o más que las
palabras.
• Siempre “decimos” más de lo que en realidad decimos con las palabras. Los com-
ponentes verbales y no verbales se potencian entre sí, fortaleciendo o contradiciendo
el mensaje.
Resalte que estos aspectos son de gran importancia para la comunicación en el des-
empeño laboral, porque cuando el intercambio de información es claro y se comprende
bien el contenido de los mensajes, se disminuyen los riesgos de errores. Esto contribuye
a la eficiencia y a la calidad de los servicios prestados, logrando un mejor desempeño
laboral. Una buena comunicación facilita la construcción de un buen vínculo laboral y
favorece la permanencia en el empleo. Sin embargo, los malos entendidos también
forman parte del hecho comunicativo y muchas veces son fuente de dificultades en la
relación laboral.
En plenario, solicite que realicen un intercambio sobre los temas que les llamaron la
atención, los contenidos que no entendieron, las relaciones que encontraron entre el
texto y las actividades realizadas en el encuentro.
Entregue a cada participante una copia del Cuadro n.º 3 (RD M1) para que puedan realizar
el test.
Cuadro n.º 3
Test sobre escucha activa
Usted… ++ +- -+ --
1. ¿Se desconecta mentalmente cuando se abordan temas
desagradables o conflictivos para usted?
2. ¿Se concentra en lo que el otro u otra está diciendo, aunque no
esté realmente interesado?
3. ¿Asume que ya sabe lo que otra persona va a decir y deja de
escuchar o la apura?
4. ¿La gente se explaya y distiende cuando habla con usted?
5. En una discusión, ¿escucha atentamente y deja terminar sus
argumentos al otro u otra?
6. ¿Escucha sin cerrarse a las personas que lo/la enfrentan o
contradicen?
7. En una reunión formal, ¿pregunta abiertamente el significado de
palabras que no conoce o no comprende?
8. ¿Prepara la réplica en su cabeza mientras la otra persona está
hablando?
9. ¿Toma apariencia de estar atento/a aunque no lo esté?
10. ¿Piensa en otras cosas mientras otra persona le habla?
11. ¿Se pone en el lugar del otro?
12. Antes de dar una opinión o un consejo, ¿hace preguntas y alienta
al otro a explicarse en profundidad?
13. ¿Escucha sólo lo que le interesa, borrando partes del mensaje del
que habla?
14. ¿Mira a la persona que está hablándole?
15. ¿Se concentra en el sentido de lo que escucha por encima de la
forma de expresión o el aspecto del que habla?
Destaque que la buena escucha tiene una importancia fundamental en cualquier rela-
ción laboral.
Actividad 7:
Resolución de conflictos en el ámbito laboral
Objetivos
• Identificar alternativas de solución a situaciones conflictivas en el desempeño laboral,
analizando sus ventajas y sus desventajas.
• Conocer los recursos que ofrecen el Estado y la comunidad para actuar frente a situa-
ciones de conflicto laboral.
Tiempo estimado
120 minutos
Nota para el/la
instructor/a
Recursos
Para el desarrollo de este
• Copias de la Tarjeta n.º 1 (RD M1) tema, le sugerimos leer la
• Papel afiche o pizarrón Ficha n.º 7 en HC M1.
• Marcadores o tizas
• Copias de la Ficha n.º 7 (HC M1)
Desarrollo
a. Comience este encuentro mencionando que, en el marco de una relación laboral
y más allá del tipo de empleo, pueden producirse situaciones que condicionen el
desempeño de la tarea y que están vinculadas con las relaciones personales que se
establecen en ese ámbito. Así como un “buen clima” de trabajo ayuda a que se rea-
lice con gusto cualquier tarea, un ambiente en el que existen conflictos o algún tipo
de violencia puede ocasionar dificultades para llevarla a cabo. La actividad a realizar
servirá para ayudar a identificar y reflexionar acerca de situaciones de conflicto en el
ámbito de trabajo, para luego conocer diferentes alternativas de solución.
Luego, proponga que se distribuyan en tres grupos y entregue a cada uno una copia de
la Tarjeta n.º 1 (RD M1), para que lean las preguntas disparadoras:
b. Luego, solicite que el grupo 1 elija una situación de discriminación; el grupo 2, una
situación de maltrato; y el grupo 3, una situación de explotación en el desempeño
laboral, que hayan vivido o conozcan. Pida que la describan y dramaticen.
e. Como actividad de cierre, solicite a los y las participantes que lean la Ficha N.° 7 (HC
M1) y trabaje sobre las inquietudes, dudas y aportes manifestados por el grupo.
Actividad 8:
¿Cuáles son las necesidades de las personas
a ser atendidas?
• Reconocer diferentes necesidades propias del ser humano para su desarrollo integral.
• Identificar las necesidades de los grupos de población asistidos a tener en cuenta como
cuidador o cuidadora: salud, alimentación, recreación.
Tiempo estimado
120 minutos
Nota para el/la
instructor/a
Recursos
Para el desarrollo de este
• Pizarrón o papel afiche tema, le sugerimos leer las
• Tizas o marcadores Fichas n.º 8, 9, 10 y 11 en
HC M1.
• Hojas para distribuir en el grupo
• Copias de las Fichas n.º 8, 9, 10 y 11 (HC M1)
Desarrollo
a. Comience el encuentro comentando que lo propio de la tarea para la que se están
preparando es el “cuidado y atención” de personas, es decir, se trata de un trabajo
en el cual el objetivo es contribuir a la satisfacción de algunas necesidades de otras
personas. Se intentará entonces identificar cuáles son esas necesidades, que desde
el rol de cuidador deben atenderse.
Comente que para contestar esta pregunta puede ser de gran utilidad que repasen sus
actividades desde que se levantan hasta que se acuestan, anotando en una lista qué ele-
mentos emplean, qué tipo de servicios precisan, qué personas les son necesarias, etc.
“Imaginemos que suena en nuestra ciudad una alarma generalizada porque va a efec-
tuarse un bombardeo atómico. Cada integrante del grupo puede llevarse al refugio 12
cosas. Deben elegir bien, ya que estas les serán imprescindibles para una futura vida en
la que pueden faltar muchos elementos para el desarrollo humano.”
Luego, explique que, por la gran cantidad de personas que se espera en el refugio,
deben prescindir de 4 cosas apuntadas en su lista anterior. Cuando sólo se tienen 8
cosas, se añade el aviso de que sólo pueden entrar con 4 elementos de su lista, ya que
se ha reducido el refugio a causa de fallos en la seguridad. Indique que hagan una nueva
elección.
d. Realice la puesta en común anotando las necesidades que mencionan los participan-
tes en el pizarrón o en el papel afiche. Puede señalar con cruces aquellas que se van
repitiendo. Utilice la información brindada por los grupos para hacer una presentación
acerca de las necesidades de las personas. Señale que existe una gama de necesi-
dades del ser humano que van desde las vinculadas con la subsistencia física, hasta
aquellas relacionadas con la autorrealización. Luego, resalte que en la formación se
hará hincapié en la identificación de las demandas y necesidades de las personas
destinatarias del cuidado. Se busca que quien se desempeñe como cuidador o cui-
dadora pueda reconocer esas necesidades y brindar su servicio de atención y cuida-
do en los aspectos físico, psíquico y social; es decir, en actividades de alimentación,
higiene, recreación, esparcimiento y cumplimiento de prescripciones médicas, y tam-
bién resolviendo los trámites que se deriven de la atención.
e. A continuación, explique que se trabajarán en forma general los conceptos de salud, ali-
mentación y recreación, que luego se profundizarán en cada módulo con las característi-
cas propias de la población a ser atendida. Mediante la técnica de “lluvia de ideas”, trabaje
el significado de cada uno de los tres conceptos: salud, alimentación, recreación.
Recreación
Actividad 9:
Vamos a jugar
Objetivo
• Valorar la utilización de herramientas lúdicas en el desempeño del rol del cuidador o
cuidadora.
Tiempo estimado
120 minutos
Recursos
• Copias de la Tarjeta n.º 2 (RD M1)
• Papeles afiche o pizarrón
• Marcadores o tizas
• Hojas para todos los participantes
Desarrollo
a. Explique que en este encuentro se realizarán diferentes actividades lúdicas, a partir
de las cuales se profundizará el sentido y la importancia del juego en el desempeño
de las tareas vinculadas con el cuidado de personas.
b. Solicite que formen un círculo con las sillas. Explique que el objetivo del juego es que
puedan pasarse un fósforo encendido entre las personas del círculo sin que se apa-
gue.
c. Inicie el juego, encienda el fósforo y páselo a la persona que está sentada a su dere-
cha diciéndole: “Encendido lo recibo y encendido te lo doy”. El pasaje tiene que ser
con la rapidez suficiente como para que no se apague el fósforo. A la persona que
esto le suceda, tendrá que realizar una prenda que será establecida por el grupo al
terminar el encuentro.
d. Luego, solicite al grupo que se divida en dos equipos y proceda a explicar el siguiente
juego. Utilice la Tarjeta n.º 2 (RD M1) con refranes. Explique que un miembro de uno
e. Para concluir esta serie de juegos, entregue a cada participante una hoja, solicite que
confeccionen un avión de papel y que en una de las alas escriban qué significa para
ellos y ellas jugar, o palabras asociadas con la palabra juego. Luego, pida que hagan
volar los avioncitos arrojándolos hacia los miembros del grupo. Cada participante, al
recibir uno, lee lo escrito y lo vuelve arrojar. El juego se debe realizar de manera ágil
y dinámica para que todos los miembros del grupo tengan oportunidad de leer las
opiniones de los demás.
f. En plenario, solicite a cada participante que lea en voz alta la definición de juego de-
sarrollada en el último avioncito que agarró. Registre en el pizarrón o papel afiche lo
manifestado. Analice con el grupo las diferencias y coincidencias en las definiciones.
Por último, mencione que este tema se profundizará en los siguientes módulos.
Primeros auxilios
Actividad 10:
Conociendo nociones básicas
de primeros auxilios
Objetivo
• Conocer procedimientos básicos para ofrecer primeros
auxilios en casos de emergencia.
Nota para el/la
instructor/a
Tiempo estimado
120 minutos Para el desarrollo de este
tema, le sugerimos leer la
Ficha n.º 12 en HC M1.
Recursos
• Copias del Cuadro n.º4 (RD M1)
• Copias de la Ficha n.º 12 (HC M1)
Desarrollo
a. Comente que tener conocimientos básicos de primeros auxilios es sumamente nece-
sario para las tareas que realizarán en el cuidado de personas, ya que permiten dis-
poner de un conjunto de procedimientos y prácticas destinadas a prevenir situaciones
de emergencia y a estar preparados para hacerles frente y dar una respuesta inicial.
b. Solicite que describan situaciones en las que tuvieron que brindar primeros auxilios.
c. Luego, entregue a cada participante una copia del Cuadro n.º 4 (RD M1), test de pri-
meros auxilios, para poder identificar los conocimientos previos sobre el tema. Indique
que marquen con una cruz las respuestas correctas.
Ante una quemadura por calor, ¿qué medida se debe tomar inmediatamente?
• Enfriar el área quemada aplicando agua fría (no helada) sobre la lesión. o
• Enfriar el área quemada aplicando hielo sobre la lesión. o
• Romper las ampollas que se han formado en el área quemada. o
Para prevenir que una herida se infecte, ¿cuál de las tres afirmaciones NO es
la apropiada?
• Limpiar la zona con agua y jabón y dejar que el agua corra por la herida. o
• Utilizar algodón, polvos, cremas, pomadas u otras sustancias. o
• Aplicar antiséptico siempre desde adentro hacia fuera. o
Para socorrer a una persona que sufrió un desmayo, ¿qué es lo primero que
debemos hacer?
• Recostarla en el piso y aflojarle la ropa, vigilar si vomita y ventilar el lugar. o
• Intentar incorporarla, sentarla, moverla. o
• Darle a tomar un sorbo de agua aunque esté inconsciente. o
Revisión de contenidos
Actividad 11:
Revisión de conceptos. Planteo de dudas y
preguntas. Cierre del módulo
Objetivos
• Revisar conceptos, aclarar dudas, reforzar contenidos y consolidar prácticas relaciona-
das con el rol a desempeñar.
Tiempo estimado
120 minutos
Recursos
• A definir por el/la instructor/a según las actividades diseñadas.
Desarrollo
Para organizar este encuentro es importante que el/la instructora evalúe el aprendizaje
del grupo e identifique necesidades, inquietudes y conocimientos que requieran de un
nuevo abordaje tanto para aclarar dudas como para reforzar conceptos, procedimientos,
técnicas que no hayan sido consolidados. También es un espacio propicio destinado a a
realizar prácticas de actividades relacionadas con el rol a desempeñar.
Evaluación
Actividad 12:
¿Qué aprendimos?
Objetivos
• Ejercitar la capacidad de comunicar de manera organizada las habilidades, las actitudes
y los conocimientos previos con valor para ejercer el cuidado de personas.
• Evaluar los contenidos abordados en la primera etapa de la capacitación.
Tiempo estimado
120 minutos
Recursos
• Hojas
• Revistas y diarios
• Papeles afiches
• Marcadores
• Copias de la Tarjeta n.º 3 (RD M1)
Desarrollo
a. Realice una introducción señalando que, tras haber recorrido este primer tramo de
formación, en el que se analizó el sector de la actividad al que pertenece el servicio
de cuidado de personas, las características del trabajo y las competencias laborales
que hay que desarrollar, así como los temas que se abordarán, es un buen momento
para que revisen y seleccionen aquellas habilidades, actitudes y conocimientos que
son útiles para desempeñarse en ese campo laboral.
b. Entregue a cada participante una copia de la Tarjeta n.º 3 (RD M1), en donde en-
contrarán un listado de habilidades, y solicite que identifiquen con cuáles cuentan.
Luego, entregue a cada participante una hoja y solicite que realicen un collage en el
que expresen cómo se ven, cuáles son sus conocimientos, habilidades y cualidades
positivas.
c. Una vez realizado, solicite que presenten su trabajo, que le pongan un título y que
d. Para finalizar, señale que resulta sumamente importante saber cómo se sintieron en
este primer trayecto de la formación, ya que ello permitirá ir realizando “ajustes” sobre
la marcha, que favorezcan el mayor aprovechamiento posible del camino a recorrer.
Escriba en el pizarrón o papel afiche las siguientes preguntas y solicite que las res-
pondan individualmente:
• ¿Me gustó? ¿No me gustó? ¿Por qué?
• ¿Qué aprendí?
• ¿Cómo me sentí?
• (Si lo cree necesario, agregue otras preguntas.)
e. Luego, pida que formen grupos de 4 integrantes. Cada participante comentará las
respuestas y entre todos los miembros del equipo producirán un afiche que dé cuenta
de los aspectos positivos y a mejorar de la experiencia vivida.
Un ejemplo de esto es la histórica asignación del trabajo reproductivo a las mujeres, funda-
mentando dicha asignación en la capacidad biológica de las mujeres para la maternidad.
La identificación entre la maternidad biológica y la maternidad social funciona en nuestra
cultura como un mecanismo para legitimar la asignación del trabajo reproductivo a las
mujeres. Se da por supuesto que ellas tienen una capacidad “natural” para las tareas de
reproducción del grupo familiar, es decir, la alimentación, la higiene, el cuidado y la educa-
ción de los niños, la atención de la salud del grupo familiar, la atención de los ancianos y
de los enfermos, etc.
“Las tareas del trabajo reproductivo pueden agruparse en cuatro grandes bloques:
Si bien desde hace varios años esta situación viene sufriendo importantes cambios, sobre
1 Morollón, Mar: De los tiempos y de la vida, Editora Asociación Salud y Familia, Barcelona, 1997.
Por otra parte, de los varones se espera que realicen el trabajo productivo, que es el que
tiene reconocimiento social: es visible, remunerado y se desarrolla en el espacio público
fuera del hogar. Este tipo de trabajo les facilita la interacción con el mundo exterior, un
mayor conocimiento del mundo del trabajo y sus demandas, así como mayores oportuni-
dades para participar en las decisiones públicas.
Una situación similar se da con los varones, a quienes se asignan, por ejemplo, los trabajos
que requieren de fuerza física, cierto grado de audacia o intrepidez, o habilidad con las
matemáticas y la tecnología. También en este caso hay ocupaciones o profesiones que “se
dicen en masculino”: el albañil, el chofer, el tractorista, el estibador, el ingeniero.
Esta segmentación del mercado de trabajo en función del sexo implica no sólo el esta-
blecimiento de tareas masculinas y femeninas, sino también que en muchos casos las
ocupaciones “masculinizadas” tienen mayor prestigio, mejor remuneración y condiciones
de trabajo.
Una persona competente es aquella que posee una serie de habilidades, conocimientos,
destrezas y cualidades personales que contribuyen a su desempeño personal y profesio-
nal, y les permiten desenvolverse en el mundo de trabajo.
• Las competencias básicas: son las que se adquieren en la formación básica y per-
miten el ingreso al trabajo. Por ejemplo:
• Leer
• Escribir
• Hacer cálculos
No se considera como tal a los familiares del empleador, ni a las personas contratadas para
cuidar enfermos o para conducir vehículos. Las personas menores de entre 16 y 18 años
deberán contar con autorización de los padres o tutores. De no mediar estas condiciones,
el trabajador queda excluido de la cobertura legal. El empleador o empleadora que contra-
te personal de servicio doméstico en contra de lo establecido, está sujeto a sanción.
Establece tres modalidades de contratación: sin retiro, con retiro, y por días y horas,
según convención de las partes contratantes.
1 Esta actividad no está regulada por la Ley de Contrato de Trabajo. Sin embargo, al momento de la publicación de este manual, el
Gobierno nacional ha presentado un proyecto de ley que aproxima considerablemente el régimen laboral de este sector al del resto
de los trabajadores.
Por licencia por enfermedad, se abonan hasta 30 días al año, y el empleador debe ve-
lar para que reciba atención médica. Si la enfermedad es infectocontagiosa, el empleado
debe internarse en un servicio hospitalario.
Vacaciones: corresponden a partir del año de trabajo y se pagan por anticipado. El em-
pleador o la empleadora debe comunicar la salida de vacaciones al empleado o a la em-
pleada con 30 días de anticipación.
De 1 a 5 años de antigüedad: 10 días hábiles o 15 días corridos.
De 5 a 10 años de antigüedad: 15 días hábiles o 20 días corridos.
Más de 10 años de antigüedad: 20 días hábiles o 30 días corridos.
A partir de los noventa (90) días, el vínculo no puede ser disuelto sin mediar un preaviso.
El preaviso debe ser de cinco (5) días si el trabajador tuviese una antigüedad menor a dos
(2) años y de diez (10) días si el trabajador superara los dos años de antigüedad. Durante el
tiempo del preaviso el trabajador va a tener derecho a hacer uso de dos horas diarias en su
beneficio con la finalidad de buscar un nuevo empleo, obviamente, debiendo cumplir con
sus tareas. En el caso de que el empleador no otorgase el preaviso de extinción, deberá su
compensación económica y el trabajador, y eventualmente su familia, deberá desocupar
la vivienda dentro de las 48 horas. Es importante aclarar que el deber de desocupación
dentro de las 48 horas subsiste aún cuando el trabajador se crea con derecho a recibir el
pago de preaviso y/o indemnización, y éste no se haya efectuado.
Resumiendo lo anterior:
De 90 días a 2 años de antigüedad: 5 días de preaviso o su compensación económica.
Antes del dictado de la ley 25.239, para los trabajadores en relación de dependencia regían
las leyes 23.660 (de Obra Social) y 18.037 (de Jubilación). Para los empleados del servicio
doméstico sin relación de dependencia, la ley 18.038 (de jubilaciones).
Con el ánimo de incluir al sector del servicio doméstico dentro del sistema de la seguridad
social se dictó la ley 25.239, titulada Régimen Especial de Seguridad Social para Emplea-
dos del Servicio Doméstico.
Entre sus elementos relevantes, se cuenta con que la figura del empleador se convierte en
la de “dador de trabajo”, que es anónimo.
Otra particularidad es que el pago a la seguridad social se efectúa en atención a las horas
trabajadas, tenga o no relación de dependencia.
Con esta ley, el pago de los aportes y contribuciones a la seguridad social debe realizarse
exista o no relación de dependencia. Las contribuciones se destinan al régimen jubila-
torio público y están a cargo del empleador o la empleadora. El aporte destinado a la obra
social está a cargo del empleado o la empleada de servicio doméstico.
Los aportes voluntarios los realiza el empleado o la empleada del servicio doméstico, ya
sea para aumentar el monto jubilatorio o para tener derecho a la obra social (esto último,
cuando no cubren las 16 horas).
Las empleadas y los empleados del servicio doméstico que trabajan en forma registrada
se encuentran inscriptas e inscriptos ante la ANSES, organismo que extiende la Clave Úni-
ca de Identificación Laboral (CUIL), la cual debe inscribirse ante la obra social. Actualmente,
el sistema de obra social está abierto por el derecho a opción.
Hay relación laboral cuando una persona, en forma voluntaria y personal, desarrolla tareas
para otra persona física o empresa, bajo su dependencia, recibiendo a cambio una remu-
neración. Es el caso del cuidador o cuidadora que se desempeña en instituciones.
La Ley de Contrato de Trabajo presume que si se cumplen las condiciones anteriores, aun
cuando las partes trabajador y empleador no celebren un contrato de trabajo por escrito,
existirá una relación de trabajo, generándose para ambas partes todos los derechos y las
obligaciones propios de ella.
Las tareas desarrolladas por el trabajador en el marco de una relación laboral generan
siempre el derecho a cobrar una remuneración o sueldo y, en consecuencia, la obligación
del empleador de abonarlo. Se presume que los contratos de trabajo tienen un plazo inde-
terminado, salvo que exista una legislación específica que indique lo contrario.
La ley establece un período de prueba de 3 meses. Durante ese período, el trabajador pue-
de ser despedido sin que corresponda pagarle indemnización, pero el empleador siempre
debe registrarlo, pagar las contribuciones y depositar los aportes a la seguridad social.
El régimen laboral y de la seguridad social está regulado por las siguientes leyes,
entre otras:
Por otra parte, existen convenios colectivos de trabajo en los que se establecen acuerdos
salariales y condiciones laborales para un sector productivo específico.
Jornada laboral
La duración del trabajo no podrá exceder las 8 horas diarias o 48 horas semanales.
Remuneración
La remuneración es un elemento esencial del contrato de trabajo y se define como la con-
traprestación que debe percibir el trabajador como consecuencia del contrato de trabajo
(art. 103, LCT).
Puede ser medida por unidad de tiempo (horas, días, semanas, meses) o por unidad de
resultado (por pieza o medida). A la vez, puede consistir en una comisión individual o co-
lectiva, habilitación, premios, participación en las utilidades, propina.
2 Este material ha sido extraído de la página web del Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social: www.trabajo.gob.ar/infoutil/
derechos.asp#ancla1
En ningún caso la remuneración total que perciba un trabajador mensualizado que cumpla
una jornada legal a tiempo completo, podrá ser inferior al salario mínimo vital y móvil estable-
cido por el Consejo Nacional del Empleo, la Productividad y el Salario Mínimo, Vital y Móvil.
Aguinaldo
Todos los trabajadores deben recibir un sueldo anual complementario (aguinaldo), equivalen-
te al mejor salario percibido en el último semestre. Este pago se efectúa en dos cuotas que
se deben abonar con los sueldos de junio y de diciembre de cada año, respectivamente.
Vacaciones
Las vacaciones o licencia anual ordinaria es el período de descanso continuo y remunerado,
otorgado anualmente por el empleador al trabajador, y se denomina licencia anual por vaca-
ciones. El objetivo de las vacaciones es proteger la integridad psicofísica del trabajador.
El trabajador deberá haber prestado servicios, como mínimo, durante la mitad de los días
hábiles en el año calendario. Si no llegase a completar el tiempo mínimo, gozará de un pe-
ríodo de descanso que se computará de la siguiente forma: un día de descanso por cada
20 días de trabajo.
Otras licencias
El trabajador gozará de las siguientes licencias especiales:
Enfermedad
Cada accidente o enfermedad inculpable que impida la prestación del servicio no afec-
tará el derecho del trabajador a percibir su remuneración durante un período de 3 me-
ses, si su antigüedad en el servicio es menor a 5 años, y de 6 meses si es mayor. En
los casos en que el trabajador tuviera carga de familia y, por las mismas circunstancias,
se encontrara impedido de concurrir al trabajo, los períodos durante los cuales tendrá
derecho a percibir su remuneración se extenderán a 6 y 12 meses respectivamente,
según si su antigüedad fuese inferior o superior a 5 años (Ley de Contrato de Trabajo,
capítulo I, art. 208).
Riesgos de trabajo
El empleador está obligado por ley a contratar una aseguradora de riesgos del trabajo
(ART) o a autoasegurarse para cubrir a todos sus empleados y empleadas en caso de
accidentes de trabajo o enfermedades profesionales.
Despidos
El artículo 231 de la Ley de Contrato de Trabajo (n.º 20.744) regula el preaviso.
Del preaviso
Artículo 231, plazos.
La forma de relacionarnos con “otros” depende, ni más ni menos, de la calidad del proceso
de comunicación en la vida diaria. Por lo tanto, debemos tener en cuenta cuestiones tan
básicas como que quien reciba nuestro mensaje entienda exactamente lo que quisimos
transmitir, y que nosotros estemos entendiendo lo que se nos quiso decir.
El ser humano no sólo se comunica a través de las palabras, también utiliza los gestos, la
vestimenta, el tono de la voz, la postura corporal, etc. Incluso cuando alguien no responde
a una pregunta, en realidad está dando una respuesta, ya que permanecer en silencio
también es una forma de comunicar.
Al emitir un mensaje, una persona puede usar la voz, el tono, el volumen, los silencios,
la velocidad al hablar y de diferentes maneras, en función de lo que se proponga comu-
nicar: certeza, convicción, veracidad, ambigüedad o contradicción con el contenido que
está emitiendo. Quienes reciben el mensaje no perciben cada dimensión por separado.
La comunicación integra todos esos aspectos: el lenguaje verbal y las dimensiones no
verbales.
Dichas dimensiones tienen un valor muy destacado en lo que se comunica, pueden con-
firmar o descalificar el mensaje que se emite a través de las palabras, por lo que es muy
importante tomar conciencia del modo en que nos comunicamos y qué se está comuni-
cando a través de aquellos medios de expresión que no son las palabras.
Esta característica de la comunicación suele ser bien conocida por quienes ejercen una
función de liderazgo. Cuando un líder político habla a la ciudadanía para convencerla sobre
algo, acompaña el contenido verbal con determinados gestos, postura corporal, vestimen-
ta, volumen y tono de voz, que pretenden acortar la distancia con la audiencia y agregar
convicción, veracidad, certeza a lo que está diciendo. La efectividad del mensaje trasmitido
por el líder se verificará en los grados de adhesión que logre en su audiencia.
De igual manera, en el mundo laboral, la imagen personal –es decir, la vestimenta, el pei-
nado, el cuidado personal–, así como los gestos, la postura corporal y el lenguaje que se
usa, son una carta de presentación frente a un futuro empleador o empleadora.
El hecho de que lo que se comunica dependa del contexto en el que se emite el mensaje,
es un aspecto central para las relaciones laborales. Los ámbitos laborales –una oficina, un
banco, una casa de familia, una escuela, un centro de salud, un taller metalúrgico, etc.–
son contextos en los que los trabajadores y las trabajadoras se comunican y, al hacerlo,
deben adecuarse a las pautas de comportamiento, los usos y las costumbres que rigen las
dinámica cotidiana de ese contexto. Cuando esto no sucede, pueden generarse equívocos
y conflictos.
La realización de las tareas de atención y cuidado de personas requiere de una buena co-
municación con el empleador y la empleadora para lograr los resultados esperados. Cuan-
do el intercambio de información es claro y se comprende bien el contenido de los men-
sajes, se disminuyen los riesgos de errores. Esto contribuye a la eficiencia y a la calidad de
los servicios prestados, logrando un mejor desempeño laboral. Una buena comunicación,
entonces, facilita la construcción de un buen vínculo laboral y favorece la permanencia en
el empleo.
Sin embargo, los malos entendidos forman parte del hecho comunicativo y muchas veces
son fuente de dificultades en la relación laboral.
Las diferencias culturales y sociales en los comportamientos y en el uso del lenguaje tam-
bién pueden ser fuente de malos entendidos. Los trabajadores y las trabajadoras inmi-
grantes con frecuencia se encuentran ante el desafío de adaptarse a pautas de comporta-
miento y usos del lenguaje distintas de las de su país de origen. Cuando estas diferencias
Preguntar. La pregunta tiene un valor fundamental para el desempeño laboral. Está fuer-
temente arraigada la idea de que el trabajador o la trabajadora tiene que saber y resolver y
que, por lo tanto, preguntar es un riesgo de demostrar algo que no se sabe. Es importante
preguntar para averiguar lo que no se sabe y para confirmar lo que se supone, es decir,
para verificar supuestos y chequear la comprensión.
El acoso puede definirse como el trato desfavorable que reiteradamente recibe en el sitio
de trabajo una persona por parte de otra u otras basado en el sexo, la edad, la discapa-
cidad, las circunstancias familiares, la orientación sexual, la etnia, el color, el idioma, la
religión, las creencias u opiniones políticas, sindicales u otras, el origen nacional o social, la
asociación con una minoría, el nacimiento o cualquier otra condición. Incluye toda conduc-
ta que atemoriza, ofende, degrada o humilla al trabajador o la trabajadora, y puede ocurrir
en privado, ante la presencia de compañeros o compañeras de trabajo o frente a clientes
o clientas.
El acoso sexual es todo acto, comentario reiterado o conducta con connotación sexual,
sexista u homofóbica no consentida por quien la recibe y que perjudique su cumplimien-
to o desempeño laboral, educativo, político o sindical, o su bienestar personal. El acoso
sexual también puede ser ambiental, cuando se trata de todo acto de naturaleza sexual,
sexista u homofóbica que, sin estar dirigido a una persona en particular, crea un clima de
intimidación, humillación u hostilidad.
El acoso puede tener connotación sexual si tiene como fin inducir a la víctima a acceder
a requerimientos sexuales no deseados; tiene connotación sexista cuando su contenido
discrimina, excluye, subordina, subvalora o estereotipa a las personas en razón de su sexo;
Consecuencias. El acoso sexual puede ocasionar que una persona trabajadora se vea
obligada a dejar su empleo, que sea despedida o que pierda sus perspectivas de promo-
ción por no haber accedido a las sugerencias que le fueron hechas.
Generalmente, las víctimas sufren de tensión nerviosa, irritabilidad y ansiedad, que a me-
nudo pueden dar lugar a depresión, insomnios y otros trastornos psicosomáticos como
jaquecas, problemas digestivos, cutáneos, etc.
Las necesidades humanas fundamentales son finitas, pocas y clasificables. Además, las
necesidades humanas fundamentales son las mismas en todas las culturas y en todos los
períodos históricos. Lo que cambia, a través del tiempo y de las culturas, son las maneras
o los medios utilizados para su satisfacción.
Concebir las necesidades tan sólo como carencia implica restringir su espectro a lo pura-
mente fisiológico, que es precisamente el ámbito en que una necesidad asume con mayor
fuerza y claridad la sensación de “falta de algo”. Sin embargo, en la medida en que las
necesidades comprometen, motivan y movilizan a las personas, son también potencialidad
y, más aún, pueden llegar a ser recursos. La necesidad de participar es potencial de par-
ticipación, tal como la necesidad de afecto es potencial de afecto.
Las necesidades humanas referidas deben constituirse en derechos inalienables del ser
humano, ya que su posesión y su práctica hacen a la dignidad del individuo y de las co-
munidades.
Cuando ello no ocurre y no existen esas condiciones, se dice que se ha perdido salud y
puede que se experimente incomodidad, disgusto o malestar en cualquiera de las activi-
dades que se quiera realizar.
En 1946, la Organización Mundial de la Salud (OMS) definió a la salud como “el completo
estado de bienestar físico, mental y social, y no meramente la ausencia de enfermedad o
incapacidad”.
Otros consideran a la salud como el “logro del más alto nivel de bienestar físico, mental,
social y de capacidad de funcionamiento que permitan los factores sociales en los que
viven inmersos el individuo y la comunidad”.1
Hay quienes conciben al ser humano como un ser “total”, de manera que desde este en-
foque holístico2 se incluyen en el concepto de salud las dimensiones: física, mental, social,
emocional y espiritual, tanto interdependientes como integradas. Desde este punto de
vista, la salud se comprende desde las siguientes características:
Semejante a este es el concepto de salud integral, que supone que el individuo es un ser
biológico, psicológico, social y espiritual. Lograr la salud, entonces, supone un proceso
de interrelación entre el individuo y su entorno, que a su vez abarca cuestiones sociales,
económicas, culturales, ambientales y políticas.
Tener una mirada amplia sobre el concepto de salud posibilita conocer con mayor profun-
didad a las personas a atender y ofrecer cuidados más completos y adecuados en cada
caso.
Cuando los cuidadores o las cuidadoras tienen a cargo la preparación y el servicio de los
alimentos, deben:
• Lavarse muy bien las manos con agua y jabón antes de comenzar a trabajar y luego de
ir al baño y de llevar a las personas a ese lugar.
• Tener las uñas cortas y limpias.
• Usar ropa limpia.
• Llevar el pelo recogido y limpio.
• Evitar tocarse el pelo, la nariz o la boca mientras se cocina, así como estornudar o toser
sobre los alimentos o sobre los utensilios.
• Si se tuviera alguna herida en las manos, se debe vendar y aislarla con guantes de
goma.
• Usar una cuchara limpia para probar la preparación y no volver a introducirla en el reci-
piente después de hacerlo.
• Evitar realizar la preparación y el servicio de alimentos si se tiene alguna enfermedad
infecciosa, anginas, gripe, enfermedades intestinales o infecciones en la piel de manos
o brazos.
Fueron los romanos lo primeros en hablar de lo “lúdico” como alegría o jolgorio. Poste-
riormente, el concepto de juego comenzó a tener un significado similar entre todos estos
pueblos, aludiendo al de “un grupo numeroso de acciones humanas que no requieren un
trabajo arduo, proporcionando placer y satisfacción”.2
Se puede definir al juego como uno de los procesos vitales y esenciales de la especie
humana. En el juego se expresan todas las necesidades, deseos, logros e intereses del
individuo. En él, el individuo se expresa como una unidad, como una totalidad. Toma al
individuo en todas sus dimensiones, es decir, lo compromete en una situación de juego en
lo corporal, en lo afectivo, en lo cognitivo y en lo cultural.3
Recreación
Se entiende por recreación a todas aquellas actividades y situaciones en las cuales esté
puesta en marcha la diversión, como así también la relajación y el entretenimiento. Son
casi infinitas las posibilidades de recreación que existen hoy en día, especialmente porque
cada persona puede descubrir y desarrollar intereses por distintas formas de recreación y
divertimento.
Sabiendo de las implicancias del juego y la recreación para el ser humano, atender a esta
necesidad se convierte en una de las tareas básicas del cuidado y atención de personas,
que debe ser también planificada y adecuada a cada caso en particular.
Hablamos de emergencia cuando se trata de una situación extrema en la cual una per-
sona corre riesgo inminente de muerte. Ejemplos: hemorragia, pérdida de la conciencia,
electrocución, quemadura extensa, politraumatismo, heridas de arma blanca, heridas por
arma de fuego, paro cardiorrespiratorio, asfixia por aspiración de cuerpo extraño.
• Conservar la calma para poder actuar con serenidad, rapidez y seguridad. Esto dará
confianza al lesionado. Además, contribuirá a la ejecución correcta y oportuna de técni-
cas y procedimientos necesarios para prestar un primer auxilio.
1 Extraídas de la Ficha n.º 1 del Curso básico para prestar primeros auxilios, Canal Encuentro (www.encuentro.gob.ar).
En los primeros auxilios existen una serie de acciones y mitos que, ante una situación de
urgencia o emergencia, son erróneos y resultan perjudiciales. Por eso:
A lo largo del curso se desarrollarán herramientas para aprender “cómo actuar” desde el
rol del cuidador y la cuidadora ante los accidentes o situaciones de emergencia más fre-
cuentes en cada grupo poblacional que será destinatario del cuidado.
En Capital Federal:
En
En
Cuadro n.º 1
Ventajas Dificultades
(ser organizado/a, sencillo/a, amable, puntual) (me faltaba capacitación, no me alcanzaba el
tiempo, desordenado/a)
Esquema n.º 1
Árbol genealógico
Caso n.º 1
Caso n.º 2
Inés trabaja en la casa de la familia González hace un año, cuidando a Julia, una niña
3 años. Concurre de lunes a sábado, de 9 a 14 hs.
Llegado el mes de diciembre, Inés solicita a su empleadora el pago de aguinaldo y
vacaciones. También quiere acordar con ella cuándo se tomará las vacaciones.
La Sra. González manifiesta que no dará curso al pedido porque considera que no
le corresponde.
Caso n.º 3
Cuadro n.º 3
Test sobre escucha activa
Usted… ++ +- -+ --
1. ¿Se desconecta mentalmente cuando se abordan temas
desagradables o conflictivos para usted?
2. ¿Se concentra en lo que el otro u otra está diciendo,
aunque no esté realmente interesado?
3. ¿Asume que ya sabe lo que otra persona va a decir y deja
de escuchar o la apura?
4. ¿La gente se explaya y distiende cuando habla con usted?
5. En una discusión, ¿escucha atentamente y deja terminar
sus argumentos al otro u otra?
6. ¿Escucha sin cerrarse a las personas que lo/la enfrentan o
contradicen?
7. En una reunión formal, ¿pregunta abiertamente el
significado de palabras que no conoce o no comprende?
8. ¿Prepara la réplica en su cabeza mientras la otra persona
está hablando?
9. ¿Toma apariencia de estar atento/a aunque no lo esté?
10. ¿Piensa en otras cosas mientras otra persona le habla?
11. ¿Se pone en el lugar del otro?
12. Antes de dar una opinión o un consejo, ¿ hace preguntas y
alienta al otro a explicarse en profundidad?
13. ¿Escucha sólo lo que le interesa, borrando partes del
mensaje del que habla?
14. ¿Mira a la persona que está hablándole?
15. ¿Se concentra en el sentido de lo que escucha por encima
de la forma de expresión o el aspecto del que habla?
Tarjeta n.º 2
Refranes
Cuadro n.º 4
Test de primeros auxilios
Ante una quemadura por calor, ¿qué medida se debe tomar inmediatamente?
• Enfriar el área quemada aplicando agua fría (no helada) sobre la lesión. o
• Enfriar el área quemada aplicando hielo sobre la lesión. o
• Romper las ampollas que se han formado en el área quemada. o
Para prevenir que una herida se infecte, ¿cuál de las tres afirmaciones NO es
la apropiada?
• Limpiar la zona con agua y jabón y dejar que el agua corra por la herida. o
• Utilizar algodón, polvos, cremas, pomadas u otras sustancias. o
• Aplicar antiséptico siempre desde adentro hacia fuera. o
Para socorrer a una persona que sufrió un desmayo, ¿qué es lo primero que
debemos hacer?
• Recostarla en el piso y aflojarle la ropa, vigilar si vomita y ventilar el lugar. o
• Intentar incorporarla, sentarla, moverla. o
• Darle a tomar un sorbo de agua aunque esté inconsciente. o
Ante una quemadura por calor, ¿qué medida se debe tomar inmediatamente?
• Enfriar el área quemada aplicando agua fría (no helada) sobre la lesión. n
• Enfriar el área quemada aplicando hielo sobre la lesión. o
• Romper las ampollas que se han formado en el área quemada. o
Para prevenir que una herida se infecte, ¿cuál de las tres afirmaciones no es
la apropiada?
• Limpiar la zona con agua y jabón y dejar que el agua corra por la herida. o
• Utilizar algodón, polvos, cremas, pomadas u otras sustancias. n
• Aplicar antiséptico siempre desde adentro hacia fuera. o
Para socorrer a una persona que sufrió un desmayo, ¿qué es lo primero que
debemos hacer?
• Recostarla en el piso y aflojarle la ropa, vigilar si vomita y ventilar el lugar. n
• Intentar incorporarla, sentarla, moverla. o
• Darle a tomar un sorbo de agua aunque esté inconsciente. o
Tarjeta n.º 3
Mis habilidades
Atención y cuidado
de niños y niñas
Módulo 2: Atención y cuidado de niños y niñas
Tiempo
Encuentro Tema Actividad
(minutos)
1. ¿Cuál es el rol del cuidador o
cuidadora de niños y niñas? ¿Qué 60
actividades debe realizar?
Introducción al cuidado y atención de
Encuentro 1
niños y niñas
2. ¿Cuáles son las diferentes eta-
pas en el desarrollo de un/a niño/a? 60
(Primera parte)
3. ¿Cuáles son las diferentes eta-
pas en el desarrollo de un/a niño/a? 90
Introducción al cuidado y atención (Segunda parte)
Encuentro 2
de niños y niñas
4. Ejercicios de observación y entre- 30
vista
Introducción al cuidado de
niños y niñas
Actividad 1:
¿Cual es el rol del cuidador o cuidadora de
niños y niñas? ¿Qué actividades debe realizar?
Objetivo
• Reconocer las características y particularidades del rol del cuidador o cuidadora de
niños y niñas.
Tiempo estimado
60 minutos Nota para el/la
instructor/a
Desarrollo
a. Comience explicando que con esta ac-
tividad iniciarán el desarrollo del módulo
específico sobre cuidado de niños y niñas.
Recomendaciones para el/la
Distribuya las tarjetas y solicite al grupo que
instructor/a
responda las siguientes preguntas utilizan-
En este momento de apertura de la do las tarjetas de un color para registrar las
actividad, es muy importante que las y
los participantes recuperen sus propios tareas y las otras para las actitudes:
saberes, conocimientos y actitudes, a
partir de la revisión de sus experiencias
de vida. Quizás algunos hayan cuidado • ¿Cuáles son las tareas que generalmen-
niños o niñas en entornos familiares pro- te se le asignan a la persona a cargo de ni-
pios o tengan experiencia laboral en ese
rol. ños y niñas?
• ¿Qué actitudes considera fundamentales
para el desarrollo de este trabajo?
Explique que en los sucesivos encuentros se profundizará sobre cuáles son las tareas que
corresponden y las que no corresponden al rol.
acordar nuevas pautas cuando sea necesario. Cuando aborde este tema, es fun-
• Realizar las acciones necesarias para garantizar damental que se tengan en cuenta
las costumbres locales, ya que lo
la seguridad del niño o niña a su cuidado, como que “se espera” de un cuidador o
también aquellas tendientes a prevenir, detectar cuidadora puede variar según las
diferentes culturas. A la vez, seña-
y atender problemas de salud, de acuerdo con la le que sus tareas se delimitarán en
información recabada y con las indicaciones del el acuerdo que realice el cuidador
o cuidadora con los padres o res-
empleador o empleadora. ponsables del niño o niña.
• Mantener en condiciones de higiene al niño o
niña y su entorno físico, respetando las normas
de salud y seguridad y lo acordado con el o la
responsable.
• Proporcionar y preparar alimentos, teniendo en
cuenta las necesidades y gustos del niño o niña
y las indicaciones recibidas de las personas res-
ponsables, aplicando criterios de higiene y se-
guridad.
• Identificar y aplicar las modalidades de recrea-
ción más adecuadas según la edad y caracterís-
ticas personales del niño o niña.
Objetivo
• Facilitar la comprensión de las características físicas, psicológicas, sociales y culturales
de los niños y las niñas.
Tiempo estimado
60 minutos Nota para el/la
instructor/a
Desarrollo
a. Entregue a los y las participantes una copia de una canción de la Tarjeta n.º 1 (RD
M2). Proponga que comiencen a cantar la canción y que se agrupen de acuerdo con
la canción que les tocó (puede utilizarse esta u otra técnica para conformar los gru-
pos).
b. Entregue a cada grupo una tarjeta donde se enuncie una etapa evolutiva de la primera
infancia.
d. Cada grupo debe elegir a un o una representante que expondrá, a partir del afiche
elaborado, una síntesis de su trabajo. Los demás integrantes del grupo pueden reali-
zar aportes a la exposición.
e. Realice un cierre de actividad explicando que las etapas que se trabajaron en este
encuentro corresponden a lo que se denomina “primera infancia”. Destaque la impor-
tancia de esta etapa en la vida del niño/a. Explique que en el próximo encuentro se
abordarán las restantes etapas de la niñez.
f. Por último, entregue copias de las Fichas n.º 3 y n.º 4. Invite a los participantes a leer-
las en sus casas para profundizar la etapa de la niñez trabajada en el encuentro.
Introducción al cuidado de
niños y niñas
Actividad 3:
¿Cuáles son las diferentes etapas en el
desarrollo de un/a niño/a? (Segunda parte)
Tiempo estimado
90 minutos
Desarrollo
b. Realice una síntesis de lo expuesto por los y las participantes, reforzando los concep-
tos clave del tema. Luego, pregunte qué otras etapas de la niñez conocen. Escriba en
el pizarrón o afiche las respuestas, agrupando aquellas que sean similares.
c. Solicite que se dividan en los mismos grupos de trabajo del encuentro anterior. Entre-
gue a cada grupo una copia de la Ficha n.º 5 (HC M2), invite a que la lean y comenten
los contenidos.
A continuación, asigne a cada uno de los grupos una etapa evolutiva de la niñez, a partir
de los 5 años:
d. Pida a cada grupo que imaginen y preparen una dramatización sobre una situación
en la que interactúen uno o más niños de esa edad y el cuidador o cuidadora. Como
en los ejercicios anteriores, remita a las propias experiencias en esas etapas para re-
cuperar ideas o saberes previos.
En plenario, cada grupo presenta su escena. Invite al público a realizar comentarios so-
bre el planteo de la situación y promueva la reflexión sobre las características de la etapa
evolutiva y el rol del cuidador o cuidadora. Oriente los comentarios hacia la adecuación
o no de la situación dramatizada con la etapa representada. Realice un análisis de las
características principales de cada etapa y cómo se diferencian entre sí.
e. Realice un cierre de actividad explicando que es muy importante conocer las diferen-
tes etapas de la niñez y sus características, ya que las necesidades, gustos, activida-
des, intereses de los niños y niñas varían en cada una de ellas.
Objetivos
• Reconocer las características de un niño y su entorno por medio de la observación.
• Fortalecer la capacidad de preguntar y comunicar.
Tiempo estimado
30 minutos
Recursos
• Pizarrón o papel afiche
• Tizas o marcadores
• Copias de las Guía n.º 1 y n.º 2 (RD M2)
Desarrollo
b. Plantee al grupo que se hará un ejercicio de observación en una situación real, fuera
de clase. Para ello entregue a cada participante una copia de las Guías n.º 1 y n.º 2
(RD M2). Cada uno deberá observar un niño o una niña que conozca, y realizar una
breve entrevista a los padres o responsables, teniendo en cuenta los ítems planteados
en dichas guías. Se recomienda que la situación de observación sea en un momento
de juego, de tiempo libre o de recreación del niño o de la niña, para conocer las acti-
vidades por las que se interesa, sus gustos, su manera de entretenerse, etc.
c. Lea en voz alta cada ítem de la guía y permita que las personas hagan las preguntas
que consideren necesarias. Asegúrese de que se comprendan los aspectos a ser
observados y el fundamento de la observación.
Guía n.º 1
Actividad que realiza el/la niño/a (¿qué está haciendo?; ¿qué trata de hacer?):
Grupo de convivencia:
2. Información sobre el/la niño/a (de ser posible, puede preguntarse también al niño/a
sobre estos puntos):
• Alimentación
¿Con quién está en cada una de las comidas (desayuno, almuerzo, merienda,
cena)? ¿Se queda sentado/a durante las comidas o quiere levantarse e irse de la
mesa? ¿Qué le gusta comer? ¿Qué no le gusta comer?
• Sueño
¿Se acuesta solo/a? ¿Hay que acompañarlo/a? ¿Tarda en dormirse? ¿Se levanta
a la noche? ¿Se pasa de cama? ¿Tiene miedos? ¿De qué? ¿Duerme con algún
muñeco?
• Higiene
¿Le gusta la hora del baño? ¿Lo hace solo/a? ¿Qué ayudas pide? ¿Juega en el
baño? ¿Cuáles son sus horarios de baño? ¿Preferencias?
El lavado de dientes: ¿hay que recordárselo? ¿Le gusta? ¿Hay que ayudarlo/a?
• Salud
¿Toma algún medicamento? ¿Tiene alguna enfermedad? ¿Alergias?
¿Se debe tener algún cuidado especial con relación a su salud?
• Juegos (preferencias, dificultades para hacerlo solo/a o con otras personas, progra-
mas y tiempo permitido de televisión y computadora, actividades fuera del hogar)
• Puesta de límites
¿Cuáles son los límites que es necesario tener presentes? Cuando el papá o la
mamá lo reta, ¿qué hace? (le habla, le pone una penitencia…) ¿Cómo reacciona el
niño/a? (acepta, se rebela, se enoja, no escucha…)
f. Por último, solicite que para el encuentro 8, “Tareas de gestión en la atención y cuida-
do de niños y niñas”, deberán traer la guía con la información recabada a partir de la
observación y entrevista que realizaron.
Promoción de la salud en la
atención y cuidado de niños y niñas
Actividad 5:
Higiene y salud van de la mano
Objetivo
• Promover el aprendizaje de procedimientos y técnicas
para la higiene de niños y niñas, acordes a su edad
y circunstancias, y conforme a normas de salud Nota para el/la
y de seguridad. instructor/a
Recursos
• Pizarrón o papel afiche
• Tizas o marcadores
• Muñecos (“bebotes”)
• Bañera para bebés
• Pañales
• Cepillos de dientes, pasta dental
• Toallas, jabón
• Copias de las Fichas n.º 6, n.º 7 y n.º 8 (HC M2)
Desarrollo
Comente que una de las actividades que por lo general son asignadas al cuidador o cui-
dadora de niños y niñas es la colaboración en su higiene. Para realizar esta tarea, es fun-
damental tener en cuenta que existen distintos usos y costumbres propias de cada familia.
Por eso es muy importante la conversación con los padres o personas a cargo, para poder
acordar cuáles son las tareas de higiene del niño o de la niña que esperan que realice el
cuidador o la cuidadora y de qué manera.
a. Solicite a los y las participantes que se dividan en grupos. Pídales que escriban los
pasos vinculados con la realización de las siguientes actividades:
b. Posteriormente, entregue a cada grupo los elementos necesarios para realizar una
de las tareas. A partir de los pasos acordados previamente, los grupos realizan la
demostración de cómo hacerlo.
d. Comente las diferentes técnicas enunciadas en las fichas (bañar a un bebé, cepilla-
do de dientes, etc.). Favorezca el diálogo realizando algunas preguntas orientadoras,
como por ejemplo:
e. Solicite que, en parejas, piensen y formulen las preguntas que realizarían al empleador
o empleadora, vinculadas con la higiene de sus hijos o hijas a cargo. Por ejemplo:
f. En plenario, solicite a cada pareja que comparta sus preguntas y genere un espacio
de reflexión grupal. Tenga en cuenta qué preguntas se han formulado y si hay algún
aspecto de la higiene del niño o niña que no haya sido mencionado por los y las par-
ticipantes para complementarlo.
g. Por último, comente que el cuidado de la salud de los niños y niñas implica que el
Promoción de la salud en la
atención y cuidado de niños y niñas
Actividad 6:
Las enfermedades más frecuentes
Objetivo
• Promover el desarrollo de capacidades para el reconocimiento de signos y síntomas
que evidencien una alteración de la salud física o anímica del/la niño/a y los procedi-
mientos adecuados para su tratamiento.
Tiempo estimado
120 minutos
Nota para el/la
instructor/a
Recursos
Para el desarrollo de este
• Pizarrón o papel afiche
tema, le sugerimos leer la
• Tizas o marcadores Ficha n.º 9 en HC M2.
• Copias de los Casos n.º 1 y n.º 2 (RD M2)
• Copias de la Ficha n.º 9 (HC M2)
Desarrollo
a. Introduzca la actividad explicando que la persona al cuidado de los niños y niñas
debe estar atenta a anticipar situaciones de riesgo para la salud y a reconocer signos
y síntomas que evidencien la manifestación de algún malestar físico y también aními-
co. Es parte del rol reconocer estas señales para actuar con la respuesta que ayude
al niño o a la niña a recuperar cierta calma frente al malestar que puede provocar la
incubación de alguna enfermedad, o simplemente una situación de cansancio o de
sentimientos confusos, como por ejemplo extrañar a su mamá o pelearse con un her-
mano. Explique que trabajarán en el análisis de dos casos para identificar el repertorio
de respuestas posibles por parte de la persona a cargo del cuidado de los niños y
niñas frente a posibles situaciones de trabajo.
Caso n.º 1
Estela trabaja cuidando a dos hermanos, Rocío (de 6 años) y Julián (de 1 año y
medio). Es un día caluroso de noviembre. Estela va a buscar a Rocío a la escuela
y lleva a Julián en el cochecito. Al nene lo vistió livianito, sólo con short y remera.
Tiene que caminar siete cuadras hasta la escuela. A mitad del camino, Julián llora:
no quiere ir en el cochecito. Hace poco aprendió a caminar y no hay actividad que
le interese más que caminar. Estela lo baja y deja que camine a su lado; tienen
tiempo, Rocío sale recién a las 13 hs.
El nene se pone a llorar porque hizo caca otra vez (tercera en el día). “Uy, no traje
pañal para cambiarlo”, piensa Estela. Agarra al nene en brazos y lo consuela.
Al llegar a la escuela, la maestra de Rocío le comenta que la nena no se siente
bien, le duele la cabeza. Estela lleva a los niños a la casa. Aunque llora, el bebé va
sentado en el cochecito. Rocío le dice que le duele la cabeza y que tiene mucha
sed. Estela le dice que falta poco para llegar a la casa.
Una vez allí, le toma la fiebre: 38.5 ºC. Le dice a Rocío que se acueste y se tape (la
nena dice que tiene frío). Julián sigue llorando y no para. Estela le cambia el pañal
y nota que tiene la piel muy irritada.
Estela toma el teléfono y llama a la mamá de los niños para contarle lo que está
pasando.
Caso n.º 2
Mirta cuida a dos hermanos: Joaquín (de 9 meses) y Agustín (de 4 años). Joaquín
ya gatea por la casa. Agustín se contagió varicela de un compañerito del jardín. No
deja de rascarse y está muy aburrido. Mirta le enciende el televisor en su habita-
ción: es la hora del programa favorito de Agustín. Y procede a ponerle talco mento-
lado (que trajo de su casa) en todo el cuerpo. El talco lo había guardado desde que
su hijo mayor tuvo varicela; ella recuerda que era lo único que lo aliviaba.
En un descuido, deja el talco al alcance de Joaquín, que muy divertido se encargó
de desparramarlo por toda la cocina. Mientras Mirta limpia, el chiquito se sube a la
cama de su hermano mayor. Ella lo reta y el niño se pone a llorar.
Agustín la llama, se siente mal. Le toma la fiebre. Nuevamente le ha subido.
La alimentación en la niñez
Actividad 7:
La pirámide alimenticia argentina
Objetivo
• Contribuir al conocimiento de las características que debe reunir una alimentación ade-
cuada.
Tiempo estimado
120 minutos
Desarrollo
a. Comente que en la etapa de crecimiento, la alimentación es un factor muy importan-
te ya que de ella se obtiene la energía y fuerza diarias. La clave de una alimentación
sana está en la variedad de alimentos. Los padres son los responsables de inculcar
en los niños y niñas una buena conducta alimenticia, es decir, enseñarles a comer de
todo, tanto lo que más les gusta como lo que menos. El cuidador o cuidadora debe
colaborar con esta tarea y respetar las opciones, pautas culturales e indicaciones que
dan los padres.
b. Solicite a los participantes que se dividan en grupos. Entregue a cada grupo una co-
pia de los Gráficos n.º 1 y n.º 2 (RD M2). La consigna es armar la pirámide alimenticia,
colocando en los círculos más grandes aquellos alimentos que deben estar presentes
en mayor cantidad en la dieta de un niño o niña, y en los círculos más pequeños,
d. Entregue a los y las participantes la Ficha n.º 10 (HC M2). A partir de ella puede com-
plementar la información.
Caso n.º 3
La empleadora le pidió a Estela que prepare la comida del mediodía. Le dijo que haga
algo sencillo, que a los chicos les diera fideos.
Estela se dispone a preparar la comida. Encuentra en la heladera un trozo de carne
asada, que debe de haber quedado del fin de semana. Piensa en aprovecharla y
prepara una salsa de tuco (“bien sustanciosa y rica para los chicos”, piensa). Como
no encuentra ají molido, le pone un poco de adobo para pizza para darle sabor.
A Rocío no le gustaron los fideos. Como dice que tiene hambre, Estela le hace leche
con galletitas. A Julián sí le gustaron; come dos platos. Más tarde, al nene le duele la
panza. “Es que comió muy rápido”, piensa Estela.
Llama la empleadora y Estela le cuenta que los chicos ya comieron y están jugando.
Genere un espacio de intercambio con los participantes, destacando los aspectos nutri-
cionales, pautas de higiene y culturales que deben ser tenidos en cuenta al cocinar para
los niños.
La alimentación en la niñez
Actividad 8:
Las diferentes etapas en la alimentación
de un/a niño/a
Objetivo
• Contribuir al conocimiento de las características de las di-
ferentes etapas de la alimentación en la infancia.
Nota para el/la
instructor/a
Tiempo estimado
Para el desarrollo de este
120 minutos tema, le sugerimos leer las
Fichas n.º 11 y n.º 12 en HC
M2.
Recursos
• Copias de los Casos n.º 4, n.º 5, n.º 6 y n.º 7 (RD M2)
• Pizarrón o papel afiche
• Tizas o marcadores
• Copias de las Fichas n.º 11 y n.º 12 (HC M2)
Desarrollo
a. Proponga al grupo analizar los siguientes casos. Solicite a un voluntario o voluntaria
que los lean en voz alta. Luego de la lectura de cada caso, promueva la participación
y el debate de todos en la resolución de la situaciones planteadas. No olvide solicitar
que al argumentar fundamenten sus ideas.
Caso n.º 5
Elena cuida a Sofía, una beba de 9 meses. Los padres de Sofía dejaron la comida
lista en la heladera. Elena la calienta, sienta a Sofía en su sillita y le da de comer. La
beba pone cara de desagrado y lloriquea. Elena se pregunta si la papilla estará fea.
Sofía escupe la comida. La cuidadora prueba agregarle un poco de azúcar, pero la
nena continúa rechazándola. Elena no sabe qué hacer.
Caso n.º 6
La empleadora acostumbra dejar indicado lo que Rosa debe cocinar. Por un impre-
visto, la llamaron del trabajo y tuvo que salir de su casa antes del horario habitual.
En el apuro, olvidó dejar establecido qué se tiene que cocinar para el mediodía y
para la cena. Al mediodía, Rosa está sola con los niños, de 4 y 7 años. A la noche
ambos padres están con los niños.
En la casa donde trabaja Ana María, los chicos se la pasan comiendo. La mamá le
pidió a Ana que controle un poco los “picoteos” entre hora de los mellizos Lucas y
Melina, de 12 años. Le pidió que organice las comidas en forma equilibrada (Melina
está engordando mucho y Lucas sólo come golosinas). Le deja dinero para realizar
las compras antes de que los chicos vuelvan de la escuela.
c. Entregue copias de las Fichas n.º 11 y n.º 12 (HC M2). Pida que las lean y comenten
en pareja. Luego profundice en aquellos conceptos que crea necesario, aclarando
dudas y complementando con material teórico la construcción grupal realizada sobre
las características de las diferentes etapas en la alimentación de los niños y niñas.
Actividad 9:
¿A qué jugamos?
Objetivos
• Manejar diferentes recursos de recreación para niños y niñas acordes a su edad.
• Valorar la importancia de la planificación de actividades para el uso del tiempo libre.
Tiempo estimado
120 minutos
Desarrollo
a. Comente al grupo que hablarán sobre la importancia
de planificar el juego y la recreación con niños y niñas,
ya que es una de las principales actividades de la infancia, y una de las tareas que
generalmente se le asignan al cuidador o cuidadora.
El cuidador o cuidadora debe preguntar a los padres o responsables de los niños cuál
es el tiempo que deberán dedicar al juego. Acordará si cuenta o no con permiso para a
llevar a los niños o niñas a la plaza, parque u otros lugares de esparcimiento. También
deberá conocer la cantidad de tiempo que los niños o niñas pueden pasar frente al
televisor, qué programas pueden ver y en qué horarios. De la misma forma, si utilizan la
computadora o video juegos, (puede ampliar la información con el material de la Ficha
n.º 16 (HC M2).
Señale que también es importante preguntar al niño o niña sobre sus gustos y preferen-
cias, a qué destina su tiempo libre, a qué y con qué le gusta jugar. También, como ya
b. Solicite que se dividan en grupos. Entregue un afiche a cada uno . Pídales que enu-
meren y anoten allí juguetes y juegos acordes con esa etapa evolutiva. Solicite que,
al lado de cada uno, enumeren cuáles son las precauciones que hay que tener en
cuenta de acuerdo con los juegos y juguetes en esa edad.
c. Una vez que todos hayan concluido, pida que un integrante de cada grupo presente
al resto la producción realizada y promueva el intercambio de ideas para establecer
algunas pautas de utilidad para la tarea del cuidador o cuidadora. Pegue los afiches
de forma tal que sean visibles para todos.
d. Una vez que se hayan presentado todos los trabajos, entregue copias de las Fichas
n.º 13 y n.º 14 (HC M2) para que los y las participantes las lean. Al finalizar la lectura,
invite al diálogo con las siguientes preguntas:
e. Cierre esta parte de la actividad explicando que el juego es propio de cada cultura,
por lo que también en los juegos se pueden encontrar marcas de género que asignan
determinados juegos a los varones y otros a las niñas. Por ejemplo, las niñas juegan
a “la mamá”, a “la maestra”. Los niños juegan a “las batallas”, “los autitos”. Explique
que ningún juego es privativo de uno u otro sexo; niños y niñas pueden jugar a lo que
ellos y ellas elijan. Ellos y ellas pueden hacer volar su imaginación y ser en el juego lo
que deseen.
f. Para seguir hablando del juego, la imaginación y la fantasía, solicite a dos participan-
tes que se ofrezcan y que cuenten dos cuentos o historias que conozcan. Una vez
finalizados los relatos, pida a los y las participantes-espectadores que comenten qué
les llamó la atención de los relatos y por qué. Puede orientar la charla con las siguien-
tes preguntas:
g. Compare o amplíe la información que aporta el grupo con el material de la Ficha n.º 15
(HC M2). Explique que los cuentos abren un mundo imaginario involucrando a quienes
participan. A diferencia de lo que brindan el cine o la televisión, las narraciones y las
Actividad 10:
¿Qué gestiones se suelen realizar como
cuidador o cuidadora de niños y niñas?
Objetivo
• Promover el fortalecimiento y desarrollo de competencias
de gestión para la atención y cuidado de niños y niñas.
Nota para el/la
instructor/a
Tiempo estimado
120 minutos Para el desarrollo de este
tema, le sugerimos leer las
Fichas n.º 11 y n.º 12 en HC
Recursos M2.
Desarrollo
Primera parte
a. Explique al grupo que dentro de las competencias propias del rol, se espera que la
persona cuidadora de niños pueda resolver eficazmente situaciones que demandan la
realización de algún tipo de gestión, tales como llevar y traer a los niños y niñas de la
escuela o de diferentes actividades, gestionar turnos médicos, realizar compras, etc.
c. Invite a los y las participantes a que se reúnan en grupos, pongan en común las ges-
tiones registradas por cada uno, piensen qué aspectos deben tenerse en cuenta y
qué problemas pueden surgir en la realización de esas gestiones. Luego, pídales que
elijan una situación problemática y la dramaticen para el resto del grupo.
Segunda parte
a. Presente una guía de las calles y medios de transporte público de la ciudad y expli-
que cómo se usa.1 A través de varios ejemplos, muestre cómo ubicar un sitio (calle y
numeración) y cómo encontrar en la guía los medios de transporte que conducen a
ese sitio.
b. Proponga la conformación de tres grupos. Entregue a cada grupo una guía de calles
y transporte público de la ciudad y una copia del Caso n.º 8 (RD M2):
1 Si en la localidad en la que está desarrollando la capacitación no se cuenta con guía de calles y transporte, procure un mapa y trate
de ubicar los principales medios de transporte.
Usted está trabajando cuidando dos niños de 6 y 8 años, en una casa ubicada en
la calle _____________________________________________ , n.º ________ y
le han pedido que realice las siguientes gestiones, antes de retirar a los chicos de
la escuela:
• Pagar servicios en el Banco _________ , ubicado en la calle
_____________________________ , entre las calles ______________ y
______________________ .
• Realizar compras en el supermercado, ubicado en la calle
___________________________ , entre las calles ________________ y ____
__________________________________ .
• Retirar los chicos del colegio, en la calle ________________________,
entre las calles _____________________________ y
_____________________________ .
Actividad 11:
Cómo prevenir accidentes
Objetivo
• Favorecer el desarrollo de capacidades para identificar
factores de riesgo y prevenir accidentes domésticos.
Nota para el/la
instructor/a
Tiempo estimado
120 minutos Para el desarrollo de este
tema, le sugerimos leer la
Ficha n.º 17 en HC M2.
Recursos
• Copias del Gráfico n.º 3 (RD M2)
• Pizarrón o papel afiche
• Tizas o marcadores
• Copias de la Ficha n.º 17 (HC M2)
Desarrollo
a. En el hogar hay situaciones que pueden representar peligros para los niños y niñas
pequeños. Es necesario estar siempre atentos a lo que están haciendo y no perderlos
de vista para evitar accidentes.
b. Solicite que conforme al menos cuatro grupos. Entregue a cada uno una copia del
Gráfico n.º 3. Pida que comenten cada una de las viñetas y que piensen cómo podría
evitarse cada situación de riesgo.
Actividad 12:
Primeros auxilios
Objetivo
• Favorecer el desarrollo de capacidades para actuar eficien-
temente en casos de emergencia.
Desarrollo
a. Cuando se está al cuidado de niños y niñas, pueden surgir situaciones de malestar
físico, así como hechos que resultan en una emergencia. Converse con los y las par-
ticipantes acerca de situaciones en las que consideran que han tenido que realizar
acciones básicas de primeros auxilios. ¿Qué acciones han llevado a cabo? ¿Conside-
ran que actuaron adecuadamente? ¿Piensan que habrían necesitado saber más para
proceder correctamente? ¿Dónde aprendieron los conocimientos que aplicaron en
esas ocasiones?
b. Proponga la formación de dos grupos. Entregue uno de los siguientes casos a cada
grupo.
Caso n.º 10
Martha está al cuidado de Mía, de 4 años. La lleva a jugar a la plaza. Allí, Mía se gol-
pea la frente con una hamaca, se cae al suelo y vomita. Marta le da agua, la levanta
en brazos y la lleva a la casa. La acuesta en la cama y luego busca un poco de hielo
para ponerle en el “chichón”. Al regresar, la nena se ha dormido. La cuidadora pien-
sa que es porque lloró mucho. Llama por teléfono a la mamá de Mía del trabajo y le
cuenta lo que pasó.
• ¿Qué piensa usted que le sucede a la niña?
• ¿Cómo actuó Marta? ¿Cómo actuaría usted ante una situación similar?
c. En plenario, proponga a los grupos que presenten sus respuestas. Luego, invite a que
entre todos y todas reconstruyan la escena incorporando los cambios para mejorar
las actuaciones de las cuidadoras.
d. Entregue la Ficha n.º 18 (HC M2) para que la lean y la comenten en plenario.
Realice un cierre haciendo una síntesis de los temas que deben ser tenidos en cuenta
en casos de emergencias.
Actividad 13:
Cómo debe cuidarse el cuidador o cuidadora
Objetivo
• Favorecer el desarrollo de capacidades para el cuidado de la salud en el puesto de
trabajo.
Tiempo estimado
120 minutos
Recursos
• Pizarrón o papel afiche
• Tizas o marcadores
• Ficha n.º 19 (HC M2)
Desarrollo
a. Aunque el trabajo de cuidado de niños y niñas puede dar la apariencia de no pre-
sentar peligros, en todos los sitios de trabajo puede haber riesgos. Por tal motivo, es
necesario prestar atención a su propia seguridad mientras cuida niños y niñas. Pre-
gunte si alguna vez se habían detenido a pensar en la importancia de los cuidados del
cuidador o cuidadora.
b. En plenario, proponga a los participantes que completen las siguientes frases, que
usted deberá escribir en el pizarrón o afiche:
• Para proteger la espalda de esfuerzos mientras cuido niños y niñas, puedo _____
______________________________________________________ .
• Al trabajar alrededor de muebles pequeños, con numerosos juguetes en el piso y
c. Al finalizar la actividad, invite a sugerir algún otro tipo de cuidados que les parezcan
importantes y no se hayan mencionado. Complemente los aportes del grupo con los
contenidos de la Ficha n.º 19 (HC M2). Explique que en otros módulos se trabajará
sobre la forma en que se debe realizar fuerza y diferentes maniobras teniendo en
cuenta el cuidado del cuerpo del cuidador o cuidadora. Realice junto con los y las
participantes la lectura de la ficha.
Revisión de contenidos
Actividad 14:
Revisión de conceptos. Planteos de dudas y
preguntas. Cierre del módulo.
Objetivos
• Revisar conceptos, aclarar dudas, reforzar contenidos y consolidar prácticas relaciona-
das con el rol a desempeñar.
Tiempo estimado
120 minutos
Recursos
• A definir por el/la instructor/a según las actividades diseñadas.
Desarrollo
Para organizar este encuentro es importante que el/la instructor/a evalúe el aprendizaje del
grupo e identifique necesidades, inquietudes y conocimientos que requieran de un nuevo
abordaje tanto para aclarar dudas como para reforzar conceptos, procedimientos, técni-
cas que no hayan sido consolidados. También es un espacio propicio destinado a realizar
prácticas de actividades relacionadas con el rol a desempeñar.
Evaluación
Actividad 15:
¿Qué aprendimos? ¿Qué necesitamos mejorar?
Objetivos
• Evaluar el grado de adquisición de los conocimientos y de desarrollo de habilidades y
actitudes.
• Identificar los conocimientos, habilidades y actitudes que será necesario fortalecer.
Tiempo estimado
120 minutos
Recursos
• Copias de la Ficha de evaluación n.º 1 (RD M2)
• Copias de la Ficha de evaluación n.º 2 (RD M2)
• Pizarrón o papel afiche
• Tizas o marcadores
Desarrollo
Explique que la evaluación tiene un sentido constructivo, ya que en ella se identifica lo
aprendido y lo que es necesario seguir trabajando. Comente que no tiene el objetivo de
señalar o excluir a nadie, sino que es una instancia más de aprendizaje.
b. Entregue a cada participante la Ficha de evaluación n.º 1 (RD M2) y pida que la com-
pleten en forma individual.
c. Realice una puesta en común. Pida que al menos cinco participantes lean sus fichas
o las comenten a sus compañeros y compañeras.
d. A continuación, entregue a cada participante la Ficha de evaluación n.º 2 (RD M2). Co-
mente que en las actividades propuestas deberán poner en juego los conocimientos
adquiridos hasta el momento en el curso sobre el cuidado de niños y niñas.
Formule cinco preguntas que les haría a los padres/empleadores antes de comenzar
a trabajar:
1.
2.
3.
4.
5.
Supongamos que usted ya comenzó a trabajar. El más pequeño tiene fiebre, ¿qué es
lo que puede hacer usted?
Se rompió la televisión y llueve. ¿Qué hará con los chicos en las tres horas que faltan
hasta que regresen sus padres?
Tiene que llevar e ir a buscar a los chicos al jardín y a la escuela, las cuales se ubican
a 30 cuadras y a 3 cuadras, respectivamente. ¿Qué tendrá en cuenta?
Su familia
• Sentirán naturalmente cierto temor sobre la capacidad del empleado o la empleada para
cuidar y atender a su hijo o hija.
• Sólo el tiempo y la relación laboral de confianza irán disipando las dudas. Es un proceso
de construcción de confianza y conocimiento mutuo, en el cual la paciencia y la comu-
nicación son elementos fundamentales.
La persona empleada:
• No ocupa el lugar de la madre ni del padre. Por lo tanto, no compite con ellos, pues su
rol es diferente.
• La educación estará a cargo de los padres: la persona empleada para el cuidado debe-
rá seguir la línea de educación que dan los padres, sin intentar influir en concepciones
religiosas, conductas, estilos de vida y hábitos.
• Lograr la confianza del niño o la niña por medio de la verdad: no intentar disfrazar la ver-
dad con “mentiritas”. Contarle que la mamá y el papá deben trabajar, pero que volverán
como siempre a casa. Escuchar sus dudas y contestarlas es un camino a la integración
mutua.
Es muy importante que el cuidador o la cuidadora pregunte cuáles son las tareas que es-
peran que realice antes de su contratación. A modo de ejemplo, y como una herramienta
que el cuidador o cuidadora puede utilizar para definir su rol, se listan tareas que por lo
general le son asignadas, qué necesitaría saber para realizarlas y qué tareas no le corres-
ponden realizar.1
Es importante hacer notar que siempre se debe acordar con los responsables del niño o la
niña respecto de cada una de las actividades asignadas, y tratar de anticipar imprevistos.
La siguiente guía puede ser de ayuda para ello. Se recomienda dejar algunas filas en blan-
co para que el cuidador o cuidadora pueda completarlas según cada caso particular.
1 Material extraído de Trayecto Formativo Servicios Domésticos Generales, material de apoyo para do-
centes, MTEySS, 2010.
Identificar situaciones peligro- ¿Cuáles son los límites que Asustar a los niñas y niñas con
sas para los niños y niñas. puede poner a los niños o niñas argumentos falsos.
ante una situación que puede
ser peligrosa?
Responder ante situaciones de ¿A quién llamar ante una emer- Administrar medicamentos o
emergencia. gencia? ¿Qué hacer entretanto? tratamientos sin previa consulta a
los padres.
En estos años, que coinciden, en general, con la edad del jardín de infantes y de la edu-
cación inicial, el niño o la niña pasa, a través de la exploración de la realidad externa, a
incorporar elementos de su entorno y a diferenciarse del mismo. También comienza a
construir vínculos con pares y con otros adultos además de su familia. Así evoluciona para
ir integrándose poco a poco en el mundo que lo rodea.
Su inteligencia se transforma y puede representarse las cosas sin estar estas presentes.
El desarrollo del lenguaje le permite expresar y ordenar tanto su mundo interno (primeras
expresiones de sus emociones) como el externo (comienza a nombrar las cosas).
En esta época, el desarrollo afectivo es muy grande, pues aprende a controlar impulsos y
deseos en una especie de “negociación” en la que él/ella se adapta a las normas familiares
a cambio de amor y valoración.
Una vez que han quedado definidos y más o menos aceptados los límites que desde la
familia (y la sociedad) se le imponen, comienza aproximadamente a los cinco años, y co-
incidiendo con el ingreso en la educación inicial, una etapa de fuerte desarrollo intelectual,
en la que es capaz de sostener la atención por períodos más largos, y de relacionarse
progresivamente con los demás niños y niñas para integrar grupos de pares.
• Hasta alrededor de los 45 días, el/la bebé no diferencia entre lo interno y lo que es ex-
terno a su propio cuerpo.
• No tiene noción del tiempo. Para organizarse, necesita una persona adulta que interpre-
te y responda a sus necesidades.
• Requiere permanentemente de otra persona que le brinde seguridad y contención para
satisfacer sus necesidades).
• El llanto es su modo de comunicación, de hacer saber que algo le está pasando.
• No puede reconocer el origen de sus sensaciones (siente satisfacción o malestar).
• En un principio, no reconoce su cuerpo ni puede movilizarse por sí mismo/a. Poco a
poco, al ejercitar en el espacio, primero encuentra y luego reconoce sus manos, sus
piernas, e intenta comenzar a moverse por sí mismo/a. Puede empezar a tocar algo con
intención.
• Etapa oral: el modo que usa para conocer el mundo es llevándose los objetos y partes
de su cuerpo a la boca.
• El movimiento es fundamental, ya que le permite conocerse a sí mismo/a, al espacio y
a las personas.
• Alrededor de los 3 meses aparece la sonrisa como modo de respuesta y de relación
con otras personas.
• Intenta reproducir los efectos logrados, por ejemplo, los sonidos con un sonajero.
• Aproximadamente a partir de los 6 meses puede tratar de sentarse solo/a, arrastrarse
acostado/a en posición boca abajo y ponerse en “cuatro patas” preparándose para el
gateo.
• Existe mayor control de sus movimientos y de su cuerpo. Esto requiere de cierta madu-
ración del sistema nervioso.
• Puede aparecer en esta etapa la “angustia del octavo mes”, que se produce cuando
manifiesta disgusto con los desconocidos.
• Intenta alimentarse solo/a. Todo lo quiere conocer por sí mismo/a.
1 Esta ficha ha sido elaborada a partir del material Fichas para capacitadoras del Servicio Social San Ca-
yetano, elaborado en el marco del Programa FORMUJER, 2004.
3. Desde que camina hasta que deja los pañales (2-2 ½ años)
• Comienza a movilizarse por sus medios, sin depender tanto de las otras personas.
• Colabora en la realización de distintas actividades: guardar los juguetes, acercar cosas,
levantar la cola para ponerle el pañal.
• En el momento de cambiar sus pañales puede notarse el reconocimiento de los geni-
tales.
• Llega a una gran diversidad de espacios y objetos, explorándolos.
• Puede trepar y usar soportes para acercarse a objetos que están alejados, pero no mide
los riesgos.
• Puede diferenciar las distintas partes de su cuerpo.
• Se inician las pautas higiénicas. Por ejemplo, intenta lavarse las manos, los dientes, etc.,
por sí mismo/a.
• Se inicia en el control de esfínteres voluntario cuando comienza a reconocer si se hace
“pis o caca” y al expresar desagrado al sentirse sucio/a. La enseñanza se realiza res-
pondiendo a los indicios que da el niño o la niña de manera natural.
• Continúa expresando su necesidad de movimiento; su aparente intranquilidad comunica
su curiosidad por todo lo que lo rodea.
• Comienza la representación simbólica: puede recordar acontecimientos y actuarlos. Por
ejemplo, dar de comer a las muñecas, ir de compras, disfrazarse, etc.
• Requiere de la compañía de otros/as: chicos/as o adultos/as en los juegos.
• Dibuja garabatos.
• La comunicación es básicamente para pedir cosas y expresar sus necesidades.
Cada niño o niña tiene su propio ritmo, que depende de su historia de crecimiento, su nu-
trición y su madurez afectiva. El crecimiento y el desarrollo son procesos que se construyen
con los logros de las etapas anteriores que hacen posibles las nuevas.
En esta edad poseen una gran energía física. Tienen mucho interés por los deportes,
muestran responsabilidad y concentración para realizar sus actividades y un rápido ritmo
de crecimiento.
Alrededor de los 10 años hay cambios en la altura, en los músculos y en otras partes del
cuerpo, pero también hay cambios en la manera de ser y de sentir.
En esta etapa las niñas suelen cambiar más rápido que los varones.
Es una edad donde el cambio del cuerpo les provoca sentimientos muy variados. A algu-
nos/as chicos/as les da vergüenza, otros/as se sienten más seguros/as. A veces les da
más ganas de estar con pares del mismo sexo pero sienten deseo de agradar a sus pares
del sexo contrario.
Los varones también están sufriendo cambios corporales que, al igual que las chicas,
aunque un poco más tarde, atraen su atención y los llevan a mirarse al espejo más a me-
nudo, a observar su cuerpo. También se da el aumento del vello y el crecimiento de los
genitales.
En la pubertad, tanto a los varones como a las mujeres les gusta estar solos/as, encerrar-
se en su habitación, escuchar música, etc. A veces se los/las ve alegres y dicharacheros/
as, y otras veces también tienen momentos de tristeza y retraimiento.
• mantener una alimentación variada y nutritiva, de acuerdo con las necesidades de cada
organismo y las costumbres del grupo familiar;
• mantener la higiene de los espacios, como así también la higiene corporal del niño o
niña;
• colaborar con el logro de la autonomía y la construcción de hábitos en relación con la
higiene del niño/a a su cuidado y la del entorno;
• realizar ejercicios físicos y recreación.
Se debe planificar el trabajo cotidiano tomando muy en cuenta estas necesidades. El cui-
dador o cuidadora, al organizar su tarea diaria, debe respetar los horarios de alimentación,
de higiene y de descanso, así como la necesidad de recreación de los niños y niñas a su
cuidado, y en función de estos organizar el resto de su trabajo.
Debe bañar a los niños o niñas únicamente cuando los padres se lo pidan. Asegúrese de
saber dónde tienen todos los accesorios para baño.
Pasos a seguir para bañar un/a bebé:
• Ponga el/la bebé en un lugar seguro mientras usted reúne las cosas que necesita: todos
los elementos deben estar a mano. La toalla, extendida y preparada para envolver al/a
la bebé al sacarlo/a del agua.
• Antes de poner a el/la bebé dentro del agua, pruebe con el codo la temperatura del
agua. El agua no debe estar muy caliente. Los y las bebés pueden sufrir quemaduras
serias si el agua está muy caliente. Es necesario llenar la bañera solamente con 10 o 15
centímetros de agua.
• Sonría y háblele mientras le quita la ropa. Sostenga cabeza y hombros si todavía no
puede sentarse. Despacio, empiece a ponerlo/a dentro del agua. Si aún no sostiene la
cabeza, sosténgalo/a recostando su cabeza en su brazo y sosteniendo el hombro con
su pulgar. Si no puede sentarse, póngalo/a en una silla de seguridad. Nunca suelte a el/
la bebé, siempre mantenga una mano debajo de él/ella.
• Con la otra mano, suavemente póngale jabón. Use una pequeña cantidad. Solicite a
los padres que le indiquen qué jabón usar, pues muchos pediatras recomiendan jabón
neutro o de glicerina.
• No ponga jabón en la cabeza o cara. Use una toalla mojada para lavarle la cara.
• Lave el resto del cuerpo.
• Cuidadosamente levántelo/a y sáquelo/a del agua, envuélvalo/a en una toalla para que
no sienta frío. Séquelo/a y aplique lociones o talcos/polvos, como los padres le indi-
quen.
• Póngale un pañal limpio y ropa.
Nunca, por ningún motivo, deje a los/as niños/as solos/as dentro de la bañera.
• Reúna primero todas las cosas que necesite (por ejemplo, un pañal limpio, toallitas hú-
medas, talcos/polvos, ropa limpia y la crema para la irritaciones de la piel, según hayan
indicado sus padres o responsables).
• Ponga al/a la bebé sobre una mesa para cambiar pañales o cualquier otra superficie
plana destinada a tal fin. Sujete al bebé en todo momento.
• Levante las piernas del/a bebé sosteniéndolas de los tobillos. Si el/la bebé tiene un pa-
ñal sucio, empiece limpiando las nalgas con la esquina del pañal (también puede usar
toallitas húmedas.) A las niñas, límpielas de adelante hacia atrás.
• Quite el pañal sucio.
• Limpie con una tela o toallita húmeda, o bien con algodón embebido en óleo calcáreo
o el producto indicado por los responsables. Asegúrese de limpiar entre los pliegues
(arrugas) y los genitales.
• Aplique aceite (loción) o polvos sobre el área (entrepiernas, nalgas, etc.) según las indi-
caciones que haya recibido.
• Levante las caderas del/a bebé nuevamente y deslice una parte del pañal limpio debajo
de las nalgas.
• Pase la otra parte del pañal en medio de las piernas y sujételo con la cinta adhesiva.
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Diarreas
En nuestro país, es una enfermedad común en los niños y niñas menores de 2 años y
consiste en deposiciones líquidas frecuentes.
La diarrea aguda puede provocar deshidratación y desnutrición. Cuanto más chiquitos son
los bebés, mayor es el riesgo que corren.
• ¿Qué hacer?
Cuando un niño o niña tiene una diarrea, es conveniente avisar a los padres ni bien el cui-
dador o cuidadora haya detectado la misma, para que consulten al médico. Hay que sumi-
nistrarle líquido al niño o niña para evitar la deshidratación. Nunca suministrar medicación
sin indicación expresa de los padres o personas responsables.
Infecciones respiratorias
Son problemas provocados, en general, por virus que producen la inflamación de la nariz,
garganta, oídos, bronquios, pulmones.
Las infecciones respiratorias son muy frecuentes. En la mayoría de los casos, suelen ser
leves y los niños o niñas las toleran con un buen estado en general. Pero hay casos en
que son graves y entonces existe peligro, que se hace mayor cuanto más pequeña es la
criatura.
Cuando un niño o niña presenta tos, quejidos, dificultad para alimentarse o para dormir y
respiración agitada, se debe avisar a los padres para que realicen la consulta médica ni
bien el cuidador o la cuiadora detecte los síntomas.
1 El contenido de esta ficha se ha elaborado a partir del material publicado en las Guías de la salud de
Unicef/Asociación de Pediatría.
De 2 a 5 años
Por lo general, a esta edad los chicos y las chicas empiezan a estar en contacto con otros
niños y niñas y, por ende, a estar más expuestos al contagio de las llamadas enfermedades
virales: varicela, paperas, rubéola.
Aunque en épocas invernales es frecuente que los chicos estén con tos, puede suceder
que no sea un simple resfrío, sino un indicio de que está padeciendo bronquitis o neumo-
nía. Por ello, ante la presencia de síntomas como tos, fiebre, dolor de cuerpo, lo mejor es
siempre avisar a los padres o a las personas a cargo.
• Sudoración excesiva.
• En los y las bebés puede verse la piel muy irritada por el sudor en el cuello, pecho, axi-
las, pliegues del codo y la zona del pañal.
• Piel pálida y fresca.
• Sensación de calor sofocante.
• Sed intensa y sequedad en la boca.
• Calambres musculares.
• Agotamiento, cansancio o debilidad.
• Dolores de estómago, inapetencia, náuseas o vómitos.
• Dolores de cabeza.
• Irritabilidad (llanto inconsolable en los más pequeños).
• Mareos o desmayo.
La clave de una alimentación sana está en la variedad de alimentos. Las madres y los pa-
dres son los responsables de inculcar a los niños y niñas una buena conducta alimentaria,
es decir, enseñarles a comer de todo, tanto lo que más les gusta como lo que menos. El
cuidador o cuidadora debe colaborar con esta tarea y solicitar información a sus emplea-
dores o empleadoras para respetar las opciones, pautas culturales e indicaciones que le
den.
• Las frutas aportan principalmente vitaminas, minerales y fibra, que regulan el cuerpo.
También tienen un elevado contenido de agua.
• Las verduras aportan principalmente vitaminas, minerales y fibra, que regulan el cuer-
po. También tienen un elevado contenido de agua. Se las puede incluir en las comidas
de diversas formas: salteadas, hervidas, fritas, cocidas al microondas, rebozadas, en-
vueltas en papel aluminio.
• La carne aporta principalmente proteínas, que ayudan a crecer. Dentro de este grupo
encontramos carnes magras (pollo, pavo, conejo) y carnes grasas (cordero, cerdo, ter-
nera), cuyo contenido en grasa es mayor.
• El pescado aporta principalmente proteínas y minerales, que también ayudan al creci-
miento. Se destaca por su contenido en grasas saludables.
• Los huevos aportan principalmente proteínas. Se los puede incluir en forma de tortilla,
duros y revueltos. Es una proteína de fácil digestión.
• Las legumbres aportan proteínas e hidratos de carbono, que en el cuerpo se convier-
ten en energía.
• Los lácteos aportan proteínas y calcio, que ayuda a fortalecer los huesos. Dentro de
este grupo encontramos la leche, los quesos y yogures.
• Los alimentos farináceos, como la pasta, el arroz, el pan, la papa y los cereales, apor-
tan principalmente hidratos de carbono, que en el cuerpo se convierten en energía.
Surgen de esta “pirámide” los siguientes mensajes como aportes para una vida saluda-
ble:
1 Fuente: www.aadynd.org.ar.
La lactancia
En esta etapa se puede distinguir un período en el que sólo se alimenta de leche materna
o de biberón, y otro período en el que comienza a incorporar alimentos sólidos.
• El niño o la niña necesita sentirse querido/a para crecer sano/a, por eso es importan-
te que el momento de tomar el biberón sea sumamente placentero: darle siempre el
biberón en brazos ayudará a que sienta protección y cariño. Aproveche para hablarle
o cantarle. Evite hacer otras cosas en ese momento, como atender el teléfono o mirar
televisión.
• Cuando el o la bebé comienza a incorporar alimentos sólidos, es frecuente que ofrezca
cierta resistencia, ya que su paladar y estómago se ven sometidos a nuevas exigen-
cias.
• El organismo de los niños y las niñas es todavía sensible y se va transformando a me-
dida que va incorporando nuevos alimentos, por este motivo nunca se debe obligar
a un niño o niña a comer: puede que la cantidad que recibió sea la suficiente para su
organismo. Los niños y las niñas deben beber mucho; en relación con el organismo de
la persona adulta, el del bebé requiere más proporción de líquido.
• El cuidador o cuidadora debe tener en cuenta que los padres pueden haber desarrolla-
do o seleccionado diferentes estrategias para favorecer esta transición. Es importante
conocerlas y respetarlas, lo que favorecerá la adaptación del bebé y les brindará tran-
quilidad a sus padres.
Los niños y las niñas de esta edad, en líneas generales, ya han empezado a consumir
alimentos sólidos, ya han comenzado a explorar el mundo que los rodea metiéndose casi
todo en la boca y también a tomar cierta iniciativa en la selección y el suministro de alimen-
tos, por eso es necesario protegerlos de materiales o sustancias peligrosas.
Los niños y las niñas de esta edad tienen una mayor destreza y coordinación, lo cual les
En esta etapa, los horarios de comida suelen ser más espaciados. La cantidad de alimen-
tos que ingieren puede ser muy grande en ocasiones y casi mínima en otras. El volumen de
alimentos ingeridos aumenta a una velocidad menor que durante el primer año de vida, lo
que puede dar la impresión de mal apetito. Sus gustos hacia la comida son muy variables:
lo que hoy es su comida favorita, mañana puede volverse inaceptable. También es común
que durante un cierto período de tiempo solo quiera comer una clase de alimentos. Es
conveniente alentar a las niñas y niños a comer sin ayuda diversos alimentos de diferentes
sabores, colores, consistencia, temperaturas y texturas.
La orientación nutricional temprana tiene como objetivo establecer un límite constante en-
tre la inestabilidad, la curiosidad y el apetito de la niña o del niño. Las exigencias que estos
realizan de alimento y bebida con frecuencia se convierten en recursos para llamar la aten-
ción y pueden conducir a una alimentación inadecuada si no se identifica a tiempo esta
situación. No es recomendable utilizar el alimento para acallar demandas de atención o de
afecto, así como tampoco se debe utilizar como premio o castigo.
Durante esta etapa los chicos y chicas ya pueden respetar los momentos y algunas pau-
tas de alimentación fijadas por sus familias. Es importante conocerlas y colaborar con su
adaptación a estas respetándolas.
La edad preescolar
La edad de 2 a 5 años se caracteriza por una participación cada vez mayor en la vida
familiar. Las comidas se convierten en situaciones importantes tanto nutricional como so-
cialmente, y es conveniente alejarlas, en la medida de lo posible, de las tensiones y pre-
ocupaciones. Un horario regular para la ingesta de alimentos es importante para alcanzar
los requerimientos energéticos, que van en aumento así como para favorecer la construc-
ción de hábitos adecuados. Durante esta etapa de la vida el niño o niña está sujeto/a a la
influencia del medio con respecto a la selección de alimentos. Es un reto para las familias
enfrentarse con estas presiones externas de manera que no dicten los hábitos de alimen-
tación de la niña o del niño.
La edad escolar
Cuando un niño o una niña comienza la escuela primaria, ocurren muchos cambios en su
vida: está sujeta a más horarios, lo cual hace más importante respetar y organizar los mo-
mentos de alimentación. Es probable que alguna de las comidas se consuma en la escuela
y que haya que tomar algunas decisiones al respecto. El niño o la niña necesita aprender
a comer alimentos en condiciones que pueden ser muy diferentes de las de su casa. La
hora de llegada del micro escolar no debe desplazar el desayuno si hay poco tiempo. La
energía utilizada para las necesidades escolares debe reponerse cuando llega a casa; un
refrigerio solo puede servir para “contenerlo/a”, pero de ninguna manera suple las comidas
principales. Es necesario el control de personas adultas sobre la cantidad y el tipo de ali-
mentos que consumen niños y niñas.
En esta etapa, al igual que en las anteriores, es sumamente importante tener en cuenta las
pautas de alimentación de la casa y las normas existentes en relación con el momento de
la ingesta de alimentos. Los niños y niñas de esta edad tienen mucha más autonomía en
lo relativo a la alimentación. Por otro lado, sus horarios y su vida social se complejizan, lo
cual vuelve más probable que esas pautas no se cumplan espontáneamente de la forma
en que el grupo familiar lo establece.
Dar la mamadera
Acariciar suavemente la mejilla de la o el bebé más cercana al cuerpo de quien le dará la
leche. Esto estimulará el reflejo de succión. Luego, introducir delicadamente la tetina en su
boca. Si se la introduce demasiado, puede causar náuseas en el pequeño o pequeña.
La alimentación
Es importante estar cómodo/a y apoyar bien los brazos. Es aconsejable sostener a la o
el bebé semi-sentado, con la cabeza en el pliegue del codo y la espalda apoyada en su
antebrazo. Esto le permitirá tratarlo/a con seguridad y facilidad.
Eructar
Los eructos liberan el aire tragado al succionar. En efecto, tragar aire es bastante frecuente
en los y las bebés alimentados/as con mamadera, pero esto puede ser evitado simplemen-
te inclinando un poco más el biberón a medida que el pequeño o la pequeña lo vacía.
Retirar la mamadera
Para retirar el biberón se debe deslizar suavemente el meñique en la comisura de los la-
bios; esto hará que deje de succionar. Luego se deberá lavar bien el biberón siguiendo las
técnicas recomendadas para su esterilización.
Las sillitas de bebé, o carritos, si bien se utilizan y pueden dar seguridad a las y los cuida-
dores o madres y padres mientras realizan los quehaceres domésticos, no permiten a la
niña o el niño movilizarse y probar movimientos con sus pies, y la totalidad de su cuerpo.
Es aconsejable tener una colcha en el piso y, si se puede, sujetar a una cuerda diferentes
juguetes que incentiven la actividad de los y las bebés.
Cuando se sientan, los niños y las niñas comienzan a tener otra perspectiva del mundo.
Los juguetes proponen acciones: acercarse, arrastrarse, movilizarse, chupar, el mundo se
les presenta para conocerlo.
Cuando gatean, comienzan los juegos de “ir en búsqueda de”, por ejemplo, una botella
con agua de color, jugar a esconderse y aparecer.
Siempre los momentos de cambiar los pañales e higienizar son momentos de juego y con-
tacto corporal que ayudan a la niña o el niño a tener conciencia de su propio cuerpo.
Las canciones y diferentes tonos de voz acompañan el juego y pueden convertirse en un
tipo de comunicación especial.
A partir del año y con el logro de la locomoción, los juegos de persecuciones se vuelven
predilectos, como los que incitan a trepar, correr, etc. También en este período pueden
encastrar, enroscar, poner, sacar, guardar y mirar cuentos, entre otras actividades.
Recién a partir de los 2 ó 3 años comienzan a jugar solos/as por pequeños períodos y se
inicia la simbolización, el “como si”. Usan objetos imaginando que son otras cosas, hablan,
cantan, y los juegos se especializan.
A partir de los 3 años pueden jugar con otros chicos y chicas, y necesitan hacerlo. Les
gusta que les lean historias, cantar canciones, jugar con rompecabezas y encastres, etc.
Desde los 4 años en adelante los juegos simbólicos son los más frecuentes; se inventan y
representan historias. Los juegos anteriores se complejizan y a partir de los 5 años comien-
zan los juegos de mesa, como las cartas, juegos de iguales y opuestos, etc.
Las edades y juegos citados son estimativos. Cada individuo y grupo tiene sus juegos
Los juguetes son instrumentos que estimulan el juego. Los niños y las niñas a veces usan
juguetes para animar sus fantasías, y coincidiendo con la entrada a primer grado, empie-
zan a usar los juegos de mesa, juegos que suelen acompañar a los sujetos a lo largo de
toda su vida.
Mediante los juegos, los niños y las niñas se van encontrando con otros y otras a través de
la confrontación, colaboración, enfrentamiento, aceptación de reglas, etc.
El buen juego debe permitir la flexibilidad de los roles y sus reglas se definen por consenso
entre los jugadores.
Las reglas obligan a tomar en cuenta a otros y así los niños y las niñas aprenderán a dife-
renciarse, complementarse y salir del egocentrismo.
Los juegos fomentan cada vez mayores niveles de comunicación, haciendo sentir la nece-
sidad de compartir y generando el desarrollo del lenguaje.
Llamamos juego a una actividad que se realiza entre dos o más personas en la cual existe
interacción, se intercambian miradas, sonidos, movimientos, canciones, objetos, sonrisas,
caricias y constituye un modo de comunicación.
El juego es un modo de relacionarse con los y las bebés que resulta útil para su desarrollo.
Es necesario observarlos con detenimiento, comprender sus requerimientos y compartir
actividades que ellos y ellas realizan.
• Masajes en los piecitos cuando están muy nerviosos/as o lloraron mucho y están ten-
sionados/as.
• Hablarles, cantarles, sostenerlos/as, acunarlos/as.
• Es importante que los niños y las niñas de esta edad tengan juguetes con colores, móvi-
les, que les resulten atractivos. Cuando tienen la necesidad de prestar atención a algún
objeto comienzan a moverse, a “hablarles” a los juguetes. Estos deben ser de plástico,
que puedan llevárselos a la boca (no peluches).
• Juegos de imitación: repetir las conductas que realiza el o la bebé.
• Ejercicios de sostenerles los piecitos para que puedan avanzar en posición boca abajo.
• Juegos simbólicos. Disfrazarse, jugar con ollas y elementos de la cocina. Les gusta ju-
gar con otros/as, pero pueden comenzar a jugar solos/as.
• Les gusta que les muestren libros y les cuenten cuentos.
• Armar y desarmar cosas con bloques, piezas y distintos materiales.
La imaginación es abierta, es un viaje que permite ausentarse. Y quien dice viajar, dice
ausentarse, fantasear y crear.
Aunque los cuentos se muevan en el mundo de los mitos o en los viajes espaciales, la
narración permite sacarnos del tiempo real y nos envuelve en el tiempo afectivo de creati-
vidad.
Esta clase particular de comunicación humana entre narradores y espectadores está me-
diatizada por la voz humana, encargada de establecer un vínculo afectivo y de generar
imágenes nuevas, imágenes verbales, otorgándoles creencia a las historias expresadas.
El espectador cree en lo que oye y el narrador, mediante su voz y el vínculo afectivo de
cercanía que crea, es quien posibilita, crea y sostiene dicha creencia.
Sin embargo, la voz se ve reforzada además por los gestos y ademanes, modos no verba-
les de hablar que otorgan mayor riqueza al relato. A estos se les agregan los gestos sono-
ros, emisiones emocionales exclamativas de sentimientos, gritos, suspiros, que ayudan a
enlazar las imágenes.
No sólo los niños y niñas se entretienen con los cuentos y narraciones, aunque en esta
oportunidad nos dedicaremos a esta etapa.
Desde bebés, los niños y niñas se acercan a las figuras, las imágenes de los libros y revis-
tas, aprenden a pasar las hojas de una en una. A los y las bebes desde muy pequeños se
les puede mostrar las fotografías que luego aprenderán a identificarlas por sí mismos/as, o
bien se pueden usar libros de tela o de plástico, ya que en la etapa oral los niños se llevan
todo a la boca y pueden romper e ingerir papel.
1 Este material es parte de las Fichas para capacitadoras elaboradas por el Servicio Social San Cayetano,
en el marco del Programa FORMUJER, 2004.
Ya a partir de los 2 años pueden escuchar historias breves siguiéndolas mediante la visua-
lización de las imágenes.
A partir de los 3 años, los cuentos pueden ser más largos. Se pueden usar cuentos con
palabras. Los niños y las niñas generalmente se aprenden los cuentos de memoria y saben
dónde termina el relato de cada página del cuento.
También a partir de los 2-3 años se pueden introducir versos cortos y rimas de palabras,
por ejemplo, a partir del nombre del pequeño.
A partir de que los niños y las niñas pueden extender su período de atención, las narracio-
nes se van prolongando en longitud y se tratan temas de enamoramiento, generalmente a
partir de los 3-4 años (princesas) o de justicia.
Los temas de los cuentos y narraciones serán más significativos cuando refieran a hechos
de la vida o de las etapas evolutivas por las que pasan los niños y las niñas.
Al tratarse de niños y niñas y adolescentes, son sus padres los responsables en determinar
y controlar el uso de estas tecnologías.
El cuidador o cuidadora deberá estar informado acerca de cuáles son los horarios y tiempos
diarios que los niños y las niñas bajo su cuidado pueden destinar a estas actividades.
En el caso de la computadora, si esta puede ser usada para jugar, para buscar información
para la escuela, para “chatear”, etc. Cuáles son los límites de tiempo y horario para su uso.
Es importante preguntar, en el caso de que usen internet, si los padres han establecido
filtros para que los niños y niñas naveguen en forma segura. Los llamados “filtros” permi-
ten restringir el acceso a información que los padres consideran no conveniente para sus
hijos.
Si se trata de juegos electrónicos, qué tipos de juego están permitidos (por ejemplo, pue-
den jugar a carreras de autos pero no a luchas) y durante cuánto tiempo diario.
Es importante que el cuidador o cuidadora haga respetar las reglas que los padres han
acordado o establecido al respecto del uso de las tecnologías con sus hijos e hijas.
• Tener instrucciones de los padres para saber qué hacer en caso de emergencia. Por
ejemplo, a quiénes llamar en primera instancia, alternativas posibles si no logra ubicar a
los padres, cómo proceder.
• Tener a mano los números de teléfono de los padres y de los parientes más cercanos.
• Tener a mano dirección y teléfono del médico y del centro asistencial más cercano.
• Tener el carnet de la obra social o prepaga a mano.
• Tener algún dinero reservado para taxi o colectivo en caso de emergencia.
• No perder la calma: en un caso de emergencia, los niños y niñas necesitan tranquilidad
y seguridad.
• Raspones: en algunos casos el raspón puede ser la puerta de entrada de una infec-
ción, por lo tanto se debe higienizar la zona haciendo correr sobre ella agua limpia y
jabón. Si el sangrado no se detiene, la asistencia profesional es necesaria.
• Heridas: al igual que con los raspones, se debe limpiar la zona con agua y jabón. Si se
trata de una herida muy sangrante o profunda, acudir a un centro asistencial.
• Mordeduras de perros: nunca les permita molestar a un perro que está comiendo o
dormido y enséñeles a respetar esta norma en su ausencia. Enséñeles a no correr frente
a un perro desconocido, sino retirarse calmadamente. No deje niños o niñas pequeños/
as solos/as en compañía de un perro o gato. Por muy amistosos que parezcan o hayan
sido hasta la fecha, pueden dañarlos. Si un niño o niña es mordido/a por un perro, com-
• Caídas de altura: si el golpe fue importante y parece haber daño interno o fracturas,
no mueva al niño o niña si no es indispensable. Llame a una ambulancia.
• Quemaduras: retire a la niña o al niño de la fuente de calor y vierta abundante agua fría
sobre la piel quemada, aún antes de sacar la ropa. Retire la ropa sobre la piel quemada,
pero no la arranque si está pegada. Coloque la zona quemada bajo la llave de agua fría
por 10 minutos. Cubra con una toalla o tela limpia sin pelusas. No aplique ungüentos,
desinfectantes ni aceites. No rompa las ampollas que se forman en la piel. Llévelo/a al
servicio de urgencias lo antes posible, incluso si la quemadura es pequeña. Tenga a
mano siempre el teléfono del Instituto del Quemado. Atienden consultas de emergencia
durante las 24 horas.
Se recomienda usar buenas prácticas ergonómicas para reducir el riesgo de lesiones por
esfuerzo o distensión. Para protegerse la espalda, trate de encontrar formas de reducir
el esfuerzo de levantar a niños y niñas. Para consolar o hablar con un niño o niña que se
encuentra en el piso, arrodíllese a su nivel en vez de doblar la espalda o levantarlo. Evite
doblar la espalda o encorvarse cuando limpia o pone las mesas bajas o hace las camas.
Doblando las rodillas y manteniendo erguida la espalda se protege la espalda durante es-
tas tareas.
Camine lentamente y evite apurarse cuando lleve a un niño o niña que le pueda obstruir la
visión. Entre las diferentes actividades, recolecte los juguetes tirados. Asegúrese de limpiar
de inmediato cualquier derrame de líquido y que las alfombras estén sujetas para reducir
los riesgos de resbalones, tropezones y caídas.
El control de infecciones reduce la diseminación de los gérmenes. Lávese las manos des-
pués de tocar a personas enfermas, después de cambiar pañales, después de ayudar a un
niño o niña a ir al baño, antes de preparar alimentos, antes de comer y antes de irse al fin
del día. Un delantal reduce la transmisión de los gérmenes, especialmente en el cuidado de
bebés. Considere vacunarse contra la varicela, la hepatitis B, el sarampión, la rubéola, las
paperas, la poliomielitis y el tétano, todas las cuales pueden producir enfermedades graves.
Las infecciones de piojos son contagiosas y comunes en el cuidado de niños y niñas. Es-
tos pequeños insectos se transmiten a través del contacto de piel a piel o por el uso común
de peines, cepillos, toallas, sombreros, cascos y ropa de cama; se debe evitar compartir
artículos personales.
Para proteger contra agentes patógenos presentes en la sangre, siempre use guantes al
cambiar pañales, ayudar a niños y niñas a ir al baño, limpiarles la nariz, hacer exámenes
físicos y administrar primeros auxilios.
Tarjeta N.º 1
(Estribillo)
Le digo: “Pepe, vení”, y él salta, salta.
“Pepe, tomá”, y él salta, salta.
“Pepe, pará”, y el salta, salta.
“Te vas a marear, te vas a marear.”
Yo tengo un elefante
que se llama Trompita
que mueve las orejas
llamando a su mamita.
Y la mamá le dice:
“Portate bien, Trompita,
si no te voy hacer
chas-chás en la colita”.
Yo tengo un tallarín,
un tallarín que se mueve por aquí,
que se mueve por allí,
con un poco de aceite
y un poco de sal,
y te lo comes tú
y sales a bailar.
Arrorró, mi niño,
arrorró, mi sol.
Arrorró, pedazo de mi corazón.
El payaso Plim-Plim
se pinchó la nariz
y con un estornudo
dijo fuerte: “¡Atchís!”
Guía N.º 1
Para la observación de un niño/a
Actividad que realiza el/la niño/a (¿qué está haciendo?; ¿qué trata de hacer?):
Grupo de convivencia:
2. Información sobre el/la niño/a (de ser posible, puede preguntarse también al niño/a
sobre estos puntos):
• Alimentación
¿Con quién está en cada una de las comidas (desayuno, almuerzo, merienda,
cena)? ¿Se queda sentado/a durante las comidas o quiere levantarse e irse de la
mesa? ¿Qué le gusta comer? ¿Qué no le gusta comer?
• Sueño
¿Se acuesta solo/a? ¿Hay que acompañarlo/a? ¿Tarda en dormirse? ¿Se levanta
a la noche? ¿Se pasa de cama? ¿Tiene miedos? ¿De qué? ¿Duerme con algún
muñeco?
• Higiene
¿Le gusta la hora del baño? ¿Lo hace solo/a? ¿Qué ayudas pide? ¿Juega en el
baño? ¿Cuáles son sus horarios de baño? ¿Preferencias?
El lavado de dientes: ¿hay que recordárselo? ¿Le gusta? ¿Hay que ayudarlo/a?
• Salud
¿Toma algún medicamento? ¿Tiene alguna enfermedad? ¿Alergias?
¿Se debe tener algún cuidado especial con relación a su salud?
• Puesta de límites
¿Cuáles son los límites que es necesario tener presentes? Cuando el papá o la
mamá lo reta, ¿qué hace? (le habla, le pone una penitencia…) ¿Cómo reacciona el
niño/a? (acepta, se rebela, se enoja, no escucha…)
• ¿Ya tuvieron una experiencia con una cuidadora o cuidador? ¿Cómo fue? (Muy
buena, buena, regular mala.) ¿Por qué? ¿Cómo se relacionaba el niño o la niña
con ella o con él?
Caso n.º 1
Estela trabaja cuidando a dos hermanos, Rocío (de 6 años) y Julián (de 1 año
y medio). Es un día caluroso de noviembre. Estela va a buscar a Rocío a la es-
cuela y lleva a Julián en el cochecito. Al nene lo vistió livianito, sólo con short y
remera. Tiene que caminar siete cuadras hasta la escuela. A mitad del camino,
Julián llora: no quiere ir en el cochecito. Hace poco aprendió a caminar y no hay
actividad que le interese más que caminar. Estela lo baja y deja que camine a
su lado; tienen tiempo, Rocío sale recién a las 13 hs.
El nene se pone a llorar porque hizo caca otra vez (tercera en el día). “Uy, no traje
pañal para cambiarlo”, piensa Estela. Agarra al nene en brazos y lo consuela.
Al llegar a la escuela, la maestra de Rocío le comenta que la nena no se siente
bien, le duele la cabeza. Estela lleva a los niños a la casa. Aunque llora, el bebé
va sentado en el cochecito. Rocío le dice que le duele la cabeza y que tiene
mucha sed. Estela le dice que falta poco para llegar a la casa.
Una vez allí, le toma la fiebre: 38.5 ºC. Le dice a Rocío que se acueste y se tape
(la nena dice que tiene frío). Julián sigue llorando y no para. Estela le cambia el
pañal y nota que tiene la piel muy irritada.
Estela toma el teléfono y llama a la mamá de los niños para contarle lo que está
pasando.
Caso n.º 2
Mirta cuida a dos hermanos: Joaquín (de 9 meses) y Agustín (de 4 años). Joa-
quín ya gatea por la casa. Agustín se contagió varicela de un compañerito del
jardín. No deja de rascarse y está muy aburrido. Mirta le enciende el televisor
en su habitación: es la hora del programa favorito de Agustín. Ella le pone a
Caso n.º 3
La empleadora le pidió a Estela que prepare la comida del mediodía. Le dijo que
haga algo sencillo, que a los chicos les diera fideos.
Estela se dispone a preparar la comida. Encuentra en la heladera un trozo de
carne asada, que debe de haber quedado del fin de semana. Piensa en apro-
vecharla y prepara una salsa de tuco (“bien sustanciosa y rica para los chicos”,
piensa). Como no encuentra ají molido, le pone un poco de adobo para pizza
para darle sabor.
A Rocío no le gustaron los fideos. Como dice que tiene hambre, Estela le hace
leche con galletitas. A Julián sí le gustaron; come dos platos. Más tarde, al nene
le duele la panza. “Es que comió muy rápido”, piensa Estela.
Llama la empleadora y Estela le cuenta que los chicos ya comieron y están
jugando.
Caso n.º 4
Caso n.º 5
Elena cuida a Sofía, una beba de 9 meses. Los padres de Sofía dejaron la co-
mida lista en la heladera. Elena la calienta, sienta a Sofía en su sillita y le da de
comer. La beba pone cara de desagrado y lloriquea. Elena se pregunta si la pa-
pilla estará fea. Sofía escupe la comida. La cuidadora prueba agregarle un poco
de azúcar, pero la nena continúa rechazándola. Elena no sabe qué hacer.
Caso n.º 7
En la casa donde trabaja Ana María, los chicos se la pasan comiendo. La mamá
le pidió a Ana que controle un poco los “picoteos” entre hora de los mellizos Lu-
cas y Melina, de 12 años. Le pidió que organice las comidas en forma equilibra-
da (Melina está engordando mucho y Lucas sólo come golosinas). Le deja dinero
para realizar las compras antes de que los chicos vuelvan de la escuela.
Caso n.º 8
Usted está trabajando cuidando dos niños de 6 y 8 años, en una casa ubi-
cada en la calle _____________________________________________ , n.º
________ y le han pedido que realice las siguientes gestiones, antes de retirar
a los chicos de la escuela:
• Pagar servicios en el Banco _________ , ubicado en la calle
_____________________________ , entre las calles ______________ y
______________________ .
• Realizar compras en el supermercado, ubicado en la calle
___________________________ , entre las calles ________________ y _
_____________________________________ .
• Retirar los chicos del colegio, en la calle ________________________
, entre las calles _____________________________ y
_____________________________ .
Gráfico n.º 3
Caso n.º 9
Caso n.º 10
Martha está al cuidado de Mía, de 4 años. La lleva a jugar a la plaza. Allí, Mía se
golpea la frente con una hamaca, se cae al suelo y vomita. Martha le da agua,
la levanta en brazos y la lleva a la casa. La acuesta en la cama y luego busca un
poco de hielo para ponerle en el “chichón”. Al regresar, la nena se ha dormido.
La cuidadora piensa que es porque lloró mucho. Llama por teléfono a la mamá
de Mía del trabajo y le cuenta lo que pasó.
Supongamos que usted ya comenzó a trabajar. El más pequeño tiene fiebre, ¿qué es
lo que puede hacer usted?
Se rompió la televisión y llueve. ¿Qué hará con los chicos en las tres horas que faltan
hasta que regresen sus padres?
La empleadora no dijo qué cocinar. ¿Qué puede cocinar para los pequeños?
Tiene que llevar e ir a buscar a los chicos al jardín y a la escuela, las cuales se ubican
a 30 cuadras y a 3 cuadras, respectivamente. ¿Qué tendrá en cuenta?
Atención y cuidado
de personas mayores
Módulo 3: Atención y cuidado de personas mayores
Tiempo
Encuentro Tema Actividad
(minutos)
El momento de la alimentación en
6. Cuál es la alimentación adecuada
Encuentro 6 la atención y cuidado de personas 120
y cómo colaborar con ella
mayores
1 Se debe tener en cuenta que la edad cronológica es relativa, por lo tanto es preferible
considerar la etapa vital que se atraviesa, y que viene determinada no sólo por la edad,
sino también por la situación familiar y social de la persona.
Introducción a la atención y
cuidados de personas mayores
Actividad 1:
¿Qué características tiene una persona mayor?
Objetivo
• Contribuir al conocimiento de las características propias de
las personas mayores y sus necesidades específicas.
Nota para el/la
instructor/a
Tiempo estimado
120 minutos Para el desarrollo de este
tema, le sugerimos leer las
Fichas n.º 1 y n.º 2 en HC
Recursos M3.
Desarrollo
a. Realice una breve introducción explicando que en este encuentro se comenzará a
reflexionar sobre la atención y el cuidado de personas mayores.
Señale que es muy importante que cada participante pueda descubrir la percepción
que tiene de la vejez y, a su vez, empezar a conocer las características generales del
envejecimiento de las personas para poder desempeñar su rol de cuidador o cuidadora
de personas adecuadamente.
Resalte que las ideas previas que cada uno tiene acerca de esta etapa de la vida, in-
fluyen en los modos o estilos en los que pueden desempeñar el rol de de cuidador o
cuidadora.
b. Entregue a cada participante al menos dos copias de las imágenes y solicite que
debajo de cada una escriban una palabra que exprese lo que les transmite la foto.
Invite a que cada uno comparta con el conjunto, las palabras que ha seleccionado
fundamentando sus ideas.
c. Invite luego a cada participante a elegir una foto y describir la situación que ve:
• ¿Qué están haciendo?
• ¿Qué edad cree que tienen?
• ¿Cómo cree que se sienten?
• ¿Por qué cree que llegaron a la ancianidad de esa forma?
• Describa cómo sería un día de esa persona.
Realice el ejercicio en forma oral. Invite a los participantes a presentar sus descripciones
y resalte aquellos aspectos que puedan resultar similares y también las diferencias para
reconocer que hay muchas maneras posibles de transitar esta etapa de la vida.
d. Explique que ahora continuarán indagando acerca de las percepciones e ideas previas
que cada uno posee sobre la vejez, ya que estas influyen en los distintos modos de con-
cebir el rol de cuidador o cuidadora.
Solicite que piensen y escriban cómo se imaginan a sí mismos/as cuando sean mayo-
res: ¿qué actividades harían?, ¿qué necesitarían?, ¿qué les gustaría hacer y qué no?
e. Disponga de un espacio para la puesta en común de lo que cada uno trabajó. Escriba
en el pizarrón o en el papel afiche las diferentes ideas que van apareciendo. Resalte
que es necesario tener presente que el envejecimiento no es un proceso exclusiva-
mente biológico y psicológico, sino también sociocultural, es decir, sus característi-
cas, la valoración social de la vejez varía de acuerdo con la cultura.
f. Construya junto con los y las participantes una caracterización de las distintas for-
mas de transitar la vejez, las limitaciones y dificultades más frecuentes. Promueva
la reflexión sobre el lugar que nuestra sociedad, en general, otorga a las personas
mayores y, si conocen, el contraste con otras culturas. Proponga también la reflexión
acerca de las diferencias existentes entre la ancianidad del hombre y la de la mujer:
¿pueden percibir distintas concepciones o supuestos en la sociedad acerca de cómo
debe ser la vejez en el hombre y cómo en la mujer?
Actividad 2:
Cómo promover la salud en las personas mayores
Objetivos
• Reflexionar acerca de los mitos sobre la tercera edad.
• Conocer estrategias para la promoción de la salud de per-
sonas mayores. Nota para el/la
instructor/a
Recursos
• Papel afiche o pizarrón
• Marcador o tizas
• Copias de las Fichas n.º 3 y n.º 4 (HC M3)
• Copias de la Tarjeta n.º 1 (RD M3)
Desarrollo
a. Comente que a nuestro alrededor se escucha y circula una gran variedad de “ideas/
conceptos” sobre qué es el envejecimiento, cómo se vive, qué se puede y qué no se
puede hacer.
Explique que se presentarán algunas de estas ideas para reflexionar en forma conjunta
sobre su alcance y relación con la realidad.
Explique que dicha reflexión apunta a tener un conocimiento amplio, despojado de pre-
juicios que le permita al cuidador o cuidadora realizar acciones para promover la salud
de las personas mayores adecuadas a sus necesidades y posibilidades.
Solicite que intercambien opiniones sobre las frases y justifiquen por qué están o no de
acuerdo con su contenido.
c. Explique que al hacer referencia a la vejez o tercera edad, surgen ideas, “mitos”, del
estilo de las afirmaciones propuestas, que rodean a esta etapa del ciclo vital. Estos
mitos manifiestan creencias comunes de una cultura y muchas veces son aceptados
sin ser cuestionados o sin una reflexión acerca de su origen y veracidad. Promueva
luego el debate a partir de las siguientes preguntas:
• ¿Qué idea de “vejez” transmiten las frases? ¿Cuál es la relación que establecen entre
vejez y enfermedad?
• ¿De qué forma la creencia en estos mitos puede influir en el rol como cuidadores o
cuidadoras?
Actividad 3:
Cómo colaborar con la higiene diaria
Objetivo
• Conocer la correcta utilización de procedimientos y técnicas
para la higiene de personas mayores, así como el rol del
cuidador o cuidadora para la promoción de la salud y el
bienestar. Nota para el/la
instructor/a
Recursos
• Papel afiche o pizarrón
• Marcador o tizas
• Copias de la Ficha n.º 5 (HC M3)
Desarrollo
a. Comience señalando que, tal como se mencionó en la actividad anterior, la higiene es
una práctica fundamental para la promoción de la salud, la prevención de enferme-
dades, el bienestar de las personas, su autoestima y calidad de vida. Por tal motivo,
es importante que el cuidador o la cuidadora conozcan los procedimientos y técnicas
para colaborar en la conservación de la higiene diaria de la persona asistida.
c. Entregue a cada participante una copia de la Ficha n.º 5(HC M3). Proponga una lectu-
ra conjunta de la misma, dando respuesta a las dudas o interrogantes que se puedan
presentar.
e. En un pizarrón o papel afiche dibuje la siguiente tabla vacía (la misma contiene algu-
nos ejemplos). Invite a los y las participantes a reflexionar y completar la tabla con
todos los aspectos que el cuidador o cuidadora debe atender y organizar en tiempo
y forma.
Actividad 4:
Actividades de la vida diaria
Objetivo
• Concer y utilizar adecuadamente herramientas para la valoración funcional de la perso-
na mayor.
Tiempo estimado
Nota para el/la
120 minutos instructor/a
Desarrollo
a. Realice una breve introducción explicando que la valoración funcional está dirigida a
recoger información acerca de la capacidad de la persona para realizar las activida-
des de la vida diaria. Se trata de un trabajo de observación y análisis que permite al
cuidador o la cuidadora registrar cambios en las personas asistidas. A través de esta
herramienta se pueden detectar y describir múltiples problemas físicos, funcionales,
psicológicos y socio-ambientales que se presentan en la atención y cuidado de per-
sonas. Esta observación resulta útil no sólo para informar y para tener registro de las
actividades realizadas, sino también para planificar las actividades a realizar.
• Actividades básicas de la vida diaria (ABVD): son las tareas destinadas al auto-
cuidado (aseo personal, uso del baño, movilidad, vestido, alimentación y continencia,
etc.).
• Actividades instrumentales de la vida diaria (AIVD): son aquellas que permiten
interactuar con el medio y mantener su autonomía (utilizar el teléfono, hacer compras,
manejar dinero, limpiar y mantener el hogar, cuidar la ropa, usar medios de transpor-
te, etc.).
• Actividades avanzadas de la vida diaria (AAVD): son las que le permiten a la
persona colaborar en actividades sociales, participar en actividades recreativas, rea-
lizar viajes, etc.
e. Explique que la “valoración funcional” puede utilizarse como una herramienta para la
recolección de información al momento de iniciar su trabajo con la persona a cuidar y
su familia. De esta forma podrá obtener una evaluación del grado de autonomía de la
persona a su cargo para realizar las tareas diarias.
f. Presente y entregue a los participantes copias de los Cuadros n,º 1, n,º 2 y n.º 3 (RD
M3), que contienen modelos de registros que pueden resultar de utilidad para la rea-
lización de la valoración funcional.
Cuadro n.º 1
Actividades básicas de la vida diaria (modelo 1)
Levantarse / acostarse
Comer / beber
Vestirse / desvestirse
Lavarse / arreglarse
Bañarse / ducharse
Usar sanitarios
(Marque con
una cruz)
Higiene
Independiente: necesita ayuda para lavarse solo/a una zona del cuerpo
(ej., la espalda o una extremidad con minusvalía) o se baña enteramente
solo/a.
Dependiente: necesita ayuda para lavarse más de una zona del cuerpo,
ayuda para entrar o salir de la bañadera, o no se baña solo/a.
Vestido
Independiente: saca la ropa de los cajones y armarios, se la pone. Puede
abrocharse (se excluye el acto de atarse los zapatos).
Dependiente: no se viste por sí mismo/a o permanece parcialmente
desvestido/a.
Uso del baño
Independiente: va al baño solo/a, se arregla la ropa y se asea adecuada-
mente.
Dependiente: necesita ayuda para el uso del baño.
Movilidad
Independiente: se levanta y se acuesta por sí mismo/a y puede levantarse
o sentarse solo/a en una silla.
Dependiente: necesita ayuda para levantarse, acostarse o sentarse. No
realiza uno o más desplazamientos.
Continencia de esfínteres
Independiente: control completo de ambos esfínteres.
Dependiente: incontinencia parcial o total de uno o dos esfínteres.
Alimentación
Independiente: lleva el alimento a la boca desde el plato o equivalente (se
excluye cortar carne).
Dependiente: necesita ayuda para comer, no come en absoluto o requiere
alimentación entera.
(Marque con
una cruz)
Capacidad de usar el teléfono
Utiliza el teléfono por iniciativa propia.
Es capaz de marcar bien algunos números familiares.
Es capaz de contestar el teléfono, pero no de marcar.
No utiliza el teléfono.
Hacer compras
Realiza todas las compras necesarias independientemente.
Realiza independientemente pequeñas compras.
Necesita ir acompañado/a para realizar cualquier compra.
Totalmente incapaz para realizar compras solo/a.
Preparación de la comida
Organiza, prepara y sirve las comidas por sí solo/a adecuadamente.
Prepara adecuadamente las comidas si se le proporcionan los ingredientes.
Prepara, calienta y sirve las comidas, pero no sigue una dieta adecuada.
Necesita que le preparen y sirvan las comidas.
Cuidado de la casa
Mantiene la casa solo/a o con ayuda ocasional para trabajos pesados.
Realiza tareas ligeras, como lavar platos o hacer la cama.
Realiza tareas ligeras, pero puede mantener un adecuado grado de limpieza.
Necesita ayuda en todas las labores de la casa.
No participa en ninguna tarea del hogar.
Lavado y cuidado de la ropa
Lava y organiza el cuidado de toda su ropa por sí solo/a.
Lava por sí solo/a pequeñas prendas.
Todo el cuidado de ropa debe ser realizado por otra persona.
Uso de medios de transporte
Viaja solo/a en transporte público y/o conduce su propio coche.
Es capaz de tomar taxi, pero no usa otro medio de transporte.
Viaja en transporte público cuando lo/la acompaña otra persona.
Utiliza taxi o automóvil cuando lo/la acompaña otra persona.
No puede viajar solo/a.
Responsabilidad respecto de su medicación
Es capaz de tomar su medicación a la hora y dosis exactas.
Toma su medicación si la dosis es preparada por otra persona.
g. Luego de la lectura, aclare que existen otros modelos y otros aspectos a tener en
cuenta, entre ellos:
• Enfermedades actuales
• Estado anímico
• Vida social, participación en actividades grupales
• Gustos, entretenimientos
• Emociones
• Alteraciones de sueño
• Ideas de muerte o autoagresividad
• Trastorno de apetito
h. Realice un cierre aclarando dudas sobre los modelos de registros y comente que exis-
ten ayudas técnicas que facilitan a las personas mayores la realización de las tareas
de la vida diaria.
Sugiera la lectura de la Ficha n.º 6 (HC M3), donde se presentan algunas de las ayudas
técnicas mencionadas.
Actividad 5:
Cuáles son los problemas más frecuentes en las
personas mayores
Objetivos
• Identificar los problemas que se presentan con mayor fre-
cuencia en las personas mayores.
• Conocer modalidades de acción adecuadas a cada situa- Nota para el/la
instructor/a
ción.
Para el desarrollo de este
tema, le sugerimos leer la
Tiempo estimado Ficha n.º 7 en HC M3.
120 minutos
Recursos
• Papel afiche o pizarrón
• Marcador o tizas
• Copias de la Ficha n.º 7 (HC M3)
• Copias del Cuadro n.º 4 (RD M3)
Desarrollo
a. Comience señalando que el envejecimiento es un proceso natural por el que se trans-
curre durante toda la vida, que se visualiza en la modificación del organismo debido al
paso del tiempo. Estos cambios traen aparejada la limitación de las capacidades:
Entre las problemáticas más habituales, cabe mencionar una mayor vulnerabilidad a enfer-
b. Solicite a los y las participantes que se dividan en cuatro grupos. Entregue a cada
grupo una tarjeta donde se enuncian algunas de las situaciones frecuentes por las
que atraviesan las personas mayores:
• Trastornos en la memoria
• Problemas de audición y comunicación
• Dificultades o problemas de motricidad
• Problemas o cambios emocionales, depresión, situaciones de duelo
c. Solicite que comenten si conocen a personas mayores que hayan transitado por al-
guna de estas situaciones. Registre las situaciones descriptas en el pizarrón o papel
afiche (algún familiar, alguna persona que hayan cuidado, etc.).
d. Luego, invite a cada grupo a identificar los síntomas de cada uno de los problemas
comentados y a sugerir acciones adecuadas para el cuidado de quien los padece.
Para ello, entregue a cada grupo una copia del Cuadro n.º 4 (RD M3) y proponga que
lo completen:
Cuadro n.º 4
Modelo de cuadro para vincular síntomas con acciones a realizar
Síntomas Acciones
Trastorno de la memoria
Problemas de audición
Problemas motrices
Problemas emocionales, depresión,
duelo
f. Partiendo del trabajo realizado por los grupos, exponga los contenidos de la Ficha n.º
7 (HC M3) completando la información registrada en el plenario, aclarando conceptos
y respondiendo posibles preguntas.
El momento de la alimentación en
la atención y cuidado de personas
mayores
Actividad 6:
Cuál es la alimentación adecuada y cómo
colaborar con ella
Objetivos
• Promover el conocimiento de las necesidades nutricionales de la persona mayor.
• Reconocer la importancia de planificar el momento de la ali-
mentación.
• Conocer las posibles ayudas técnicas para favorecer la au-
tonomía de la persona mayor en el momento de la alimen- Nota para el/la
tación. instructor/a
Recursos
• Tarjetas de Casos n.º 1 y n.º 2 (RD M3)
• Copias de Ficha n.º 8 y n.º 9 (HC M3)
Desarrollo
a. Realice una breve introducción explicando que las personas mayores necesitan una
alimentación que se adecue a sus necesidades digestivas y nutricionales, al tipo de
actividad que realizan y a su estado de salud general. Comente que la nutrición influye
directamente sobre el estado de salud y previene numerosas enfermedades frecuen-
tes en las personas mayores.
d. Entregue a cada grupo las tarjetas con los casos para resolver.
Caso n.º 1
Antonia, la señora que Rosita cuida, tiene prohibida la sal. Las hijas le recomendaron
a Rosita que cuidara esa indicación, por eso ella cocina sin sal.
Antonia se enoja mucho y dice que Rosita cocina cosas ricas para sí misma y que a
ella le da de comer cualquier cosa…
Caso n.º 2
¿Qué puede cocinar María? Piensen el menú para dos días, contemplando cuatro
ingestas diarias.
• Engrosador de cubiertos
• Cuchillo-mecedora
• Cuchillo-tenedor
• Taza/vaso con boquilla regulable
• Vaso con escotadura
g. Distribuya las copias de la Ficha n.º 9 y proponga que realicen una lectura conjunta del
material, durante la cual usted podrá aclarar las dudas que surjan.
h. Antes de cerrar este encuentro, proponga como tarea individual previa al próximo
encuentro la siguiente investigación:
Actividad 7:
El tiempo libre
Objetivos
• Valorar la importancia de las actividades recreativas y de esparcimiento para las perso-
nas mayores.
• Contribuir al manejo de diferentes herramientas y recursos
para la planificación del tiempo libre de personas mayores.
Desarrollo
a. Comience señalando que el tiempo libre adquiere en la vejez otras funciones. Esto
es consecuencia del cese en la actividad laboral y de la reducción de la familia, lo
que da lugar a una situación de vida muy diferente. Muchas cosas que anteriormente
eran posibles a través de la profesión o de las obligaciones familiares, se tienen que
garantizar ahora mediante la ocupación del tiempo libre. A las personas mayores les
resulta grato sentirse necesitadas y pertenecientes a un grupo, institución u organiza-
ción; necesitan de la recreación, de los contactos sociales más allá de los familiares,
así como de la posibilidad de experimentar vivencias interesantes.
En plenario y a través de una lluvia de ideas, solicite que construyan una lista con acti-
b. Comente que, como probablemente han confirmado en sus localidades, existen dife-
rentes espacios donde las personas mayores pueden participar (clubes de jubilados,
asociaciones que trabajan con personas mayores, etc.). Pida que nombren lugares
que ellos conozcan en la localidad donde se encuentren desarrollando el curso, ade-
más del que cada uno haya visitado. Puede hacer una lista en el pizarrón o papel
afiche. También se pueden agregar en el listado
los “beneficios” que existen para personas mayo-
res en cines, teatros y actividades culturales (por Recomendaciones para el/la
ejemplo, entradas gratuitas o a menor precio). instructor/a
¿Qué juegos conocen que pueden estimular la memoria de una persona mayor?
Actividad 8:
Cómo interpretar la información de una factura de
servicios
Objetivo
• Aprender a decodificar información para el pago de facturas.
Tiempo estimado
60 minutos
Recursos
• Copias de facturas de servicios de agua, electricidad, gas, teléfono, cable, internet, im-
puesto inmobiliario de su localidad.
• Papel afiche o pizarrón
• Marcadores o tizas
Desarrollo
a. Realice una breve introducción al tema explicando que la realización de actividades
de gestión en la atención y cuidado de personas suele ser un requerimiento frecuente
de los empleadores o las empleadoras. Por lo tanto, es necesario desarrollar habilida-
des para realizar trámites, administrar dinero, recibir y transmitir mensajes telefónicos,
solicitar y atender a proveedores, ubicarse geográficamente en la ciudad y planificar
tiempos.
En plenario, proponga a los y las participantes que construyan en forma colectiva un lista-
do de:
d. Solicite luego voluntarios o voluntarias para que muestren al resto, la información iden-
tificada en cada tipo de factura.
Actividad 9:
Cómo realizar la rendición del dinero del
empleador o la empleadora
Objetivo
• Desarrollar habilidades para la rendición del dinero en el desempeño laboral.
Tiempo estimado
60 minutos
Recursos
• Copias del Caso n.º 3 (RD M3)
• Papel afiche o pizarrón
• Marcadores o tizas
• Hojas y lapiceras
Desarrollo
a. Solicite que formen cuatro grupos y entregue a cada uno el caso para trabajar.
La hija de doña Juana dejó $ 300 para gastos y la persona empleada para su cuida-
do los utilizó de la siguiente manera:
• Compró productos de limpieza por un valor de $ 33,25
• Pagó un taxi para llevar a Juana al médico, $ 12,50
• Pagó una factura de cable en un Pago Fácil, $ 60
• Compró carne y verdura en el supermercado por $ 97,40
• En la farmacia le devolvieron $ 25,30 por entregar una receta de la obra social
• Pagó el médico a domicilio, $ 25
• Hizo un arreglo en el zapatero, $ 45
• Llevó a Juana a la peluquería, $ 60
Además, tenía $ 27,50 que habían quedado de la semana anterior, y que la hija de
doña Juana le dijo los tuviera junto al dinero de esta semana.
b. En plenario, proponga a cada grupo que presente su producción y comente sobre las
posibles dificultades surgidas en el desarrollo del ejercicio. Explique que siempre que
se maneja dinero ajeno, se deben rendir las cuentas correspondientes presentando
las facturas, tickets o boletas de gastos. También es aconsejable llevar un registro en
forma escrita de los ingresos y los egresos. Finalmente, confeccione con el grupo una
planilla para volcar los datos. A modo de ejemplo, le presentamos la siguiente:
Total recibido: $
Prevención de accidentes
Actividad 10:
Cómo prevenir accidentes
Objetivos
• Identificar posibles situaciones de riesgo.
• Incorporar en el desempeño laboral conductas preventivas de riesgos y accidentes.
Tiempo estimado
120 minutos
Nota para el/la
instructor/a
Recursos
Para el desarrollo de este
• Pizarrón o papel afiche tema, le sugerimos leer la
• Tizas o marcadores Ficha n.º 11 en HC M3.
Desarrollo
a. Realice una breve introducción explicando que uno de los
riesgos más frecuentes en el caso de las personas mayores son las caídas dentro del ho-
gar y que, por lo tanto, se trata de un tema de especial cuidado. Una caída puede producir
la fractura de algún hueso (es frecuente la rotura de cadera en las personas mayores), lo
que puede llevar a la hospitalización y, en muchos casos, requerir de cirugía.
b. Solicite que formen dos grupos y proponga a cada uno que identifique al menos dos
situaciones por ellos y ellas conocidas en las que una persona mayor estuvo en riesgo
de accidentarse o se accidentó. Pida que señalen los factores que generaron el riesgo
o el accidente, y que propongan cómo podría haberse evitado.
Facilite la identificación de los factores de riesgo para las personas mayores en el hogar
y construya, a partir de los aportes de los grupos, un listado de las precauciones que se
deberían tener para evitarlos. Entregue copias de la Ficha n.º 11 para la lectura. Pueden
hacerla en forma conjunta, comentando la información y aclarando dudas.
Prevención de accidentes
Actividad 11:
¿Qué hacer ante una emergencia?
Objetivo
• ·Desarrollar habilidades para responder con eficacia ante
situaciones de emergencia. Nota para el/la
instructor/a
Recursos
• Copias de los Casos n.º 4 y n.º 5 (RD M3)
• Papel afiche o pizarrón
• Marcadores o tizas
Desarrollo
a. Proponga que formen dos grupos y entregue las siguientes situaciones-problema a
cada uno. Invite a que lean los casos y propongan formas de resolverlo.
Caso n.º 4
Rosa estaba cocinando los fideos para Antonia cuando sonó el timbre. Rosa fue a
atender: era el diariero, que venía a cobrar. Mientras estaba realizando el pago, Anto-
nia se acercó a la cocina, quiso probar si los fideos ya estaban listos, realizó un mal
movimiento y se tiró la olla encima.
Juana se levantó de dormir la siesta. María la notó rara y le preguntó si se sentía bien,
a lo que Juana respondió que le dolía un poco la cabeza. Pasada media hora, María
se acercó a Juana para preguntarle cómo estaba y percibió que Juana tenía dificulta-
des para hablar. Le tomó la presión arterial y observó que estaba muy alta: 180-100.
c. Cierre el plenario haciendo una síntesis de los temas que deben ser tenidos en
cuenta en caso de emergencias. Recuerde que es fundamental tener las instruc-
ciones de los familiares para saber qué hacer. Por ejemplo:
Revisión de contenidos
Actividad 12:
Revisión de conceptos. Planteos de dudas y
preguntas. Cierre del módulo.
Objetivos
• Revisar conceptos, aclarar dudas, reforzar contenido y consolidar prácticas relaciona-
das con el rol a desempeñar.
Tiempo estimado
120 minutos
Recursos
• A definir por el/la instructor/a según las actividades diseñadas.
Desarrollo
Para organizar este encuentro es importante que el/la instructor/a evalúe el aprendizaje del
grupo e identifique necesidades, inquietudes y conocimientos que requieran de un nuevo
abordaje tanto para aclarar dudas como para reforzar conceptos, procedimientos, técni-
cas que no hayan sido consolidados. También es un espacio propicio destinado a realizar
prácticas de actividades relacionadas con el rol a desempeñar.
Evaluación
Actividad 13:
¿Qué aprendimos? ¿Qué necesitamos mejorar?
Objetivos
• Evaluar el grado de adquisición de los conocimientos y de desarrollo de habilidades y
actitudes.
• Identificar los conocimientos, habilidades y actitudes que será necesario fortalecer.
Tiempo estimado
120 minutos
Recursos
• Copias de las Fichas de evaluación n.º 1 y n.º 2 (RD M3)
• Pizarrón o papel afiche
• Tizas o marcadores
Desarrollo
a. Entregue a cada participante la siguiente ficha. Pida que la completen en forma individual.
De los temas Lo nuevo Quisiera saber Lo importante en el cuidado de personas mayores es:
vistos, ya que aprendí más sobre:
sabía: fue:
b. Proponga la realización de una puesta en común. Invite a que al menos cinco partici-
pantes lean sus fichas o las comenten a sus compañeros.
Se comienza a envejecer desde que nacemos como un fenómeno normal, por lo tanto la
vejez no debe considerarse como una enfermedad.
Las actitudes de las personas mayores no son generalizables, sino una respuesta al
medio social y cultural.
• Existe una modificación de la personalidad caracterizada por un aumento del grado
de cautela, precaución y prudencia; el miedo a los cambios, la preocupación creciente
por las funciones corporales y la necesidad de elaborar duelos casi permanentemente
por las pérdidas de seres queridos que ocurren. La forma de afrontar estas situaciones
depende de la personalidad previa del anciano.
• Las habilidades de imaginar, juzgar y generalizar son relativamente independientes de
la edad y su declinación depende de cada individuo. Sin embargo, disminuye la rapidez
con que se ejecutan las tareas intelectuales.
• La capacidad de aprendizaje sigue en pie siempre que sea ejercitada. Sin embargo, es
preciso considerar las limitaciones visuales y auditivas de las personas mayores, que
pueden intervenir en su disposición y posibilidades de aprendizaje.
Todas las personas envejecen en un entorno socio-cultural, en un grupo familiar, con nor-
mas alimentarias, religiosas, etc., referentes al envejecimiento. Entre las modificaciones
sociales que sufre la persona mayor, se pueden mencionar:
• La adaptación a la jubilación, que depende de numerosos factores, algunos especial-
mente relacionados con el significado de ese momento para la persona mayor. Para
algunos, puede representar el momento tan esperado para descansar y poder realizar
actividades que antes no pudo. Para otros, puede traer aparejada depresión al no sen-
tirse útil en la sociedad y en la familia, por lo que se recomienda que sigan teniendo
ocupaciones.
• El hogar, el lugar propio, es vivido por algunos/as como parte de su existencia. Por ello,
los cambios de domicilio, internaciones e institucionalizaciones generan consecuencias
psicológicas que pueden ser sumamente graves. Si los traslados son deseados por los
mayores, no traerán consecuencias; sin embargo, si se los traslada por causas mayo-
res, se recomienda prepararlos adecuadamente e integrar sus necesidades y deseos al
nuevo espacio.
• La pareja es una de las relaciones más importantes: el alejamiento de los hijos permite
más intimidad, tiempo libre y disminución del estrés laboral, lo que contribuye a que en
general la imagen del matrimonio en los últimos años sea muy positiva. Sólo cuando
existen problemas de pareja previos con las situaciones citadas, estos se agravan.
• En caso de viudez, las personas mayores sufren no sólo la pérdida del cónyuge sino
también la soledad, la falta de compañía y la pérdida de la satisfacción sexual.
• Nuevas nupcias. En los últimos años los motivos más importantes para volver a casarse
son el compañerismo, la satisfacción sexual, la salud y la economía.
Por ese motivo, las familias optan en muchos casos por la contratación de un cuidador o
cuidadora para la atención de los mayores de la familia.
El cuidador o la cuidadora desarrollará (por lo general, ya que esto puede variar en las di-
ferentes culturas y en cada grupo familiar o institución) las siguientes tareas:
• Acompañamiento y asesoramiento en las actividades de la vida diaria.
• De ser necesario, la administración de medicamentos por vía oral y de uso externo in-
dicados por profesionales.
• Preparación de alimentos.
• Higiene y arreglo personal.
• Acciones preventivas de accidentes.
• Actividades recreativas y ocupacionales acorde a sus posibilidades.
• Colaboración en las prácticas indicadas por los familiares y/o profesionales.
• Realización de acciones de promoción de la salud.
Un anciano sano es aquel que puede mantener el equilibrio en diferentes esferas: psicoló-
gica, biológica, social y espiritual.
Algunas personas mayores tienen tendencia a resbalar hacia adelante, adoptando posi-
ciones viciosas y aumentando el riesgo de caídas. En estos casos, conviene aplicar las
siguientes medidas:
• Colocar una almohada detrás de los hombros.
• Colocar una alfombra de goma en el piso para que los pies no resbalen.
Durante el momento del baño, resulta fundamental que el cuidador o la cuidadora respete
los tiempos de las personas mayores para favorecer su autonomía.
Luego del momento del baño, se debe:
• Cuidar que el traslado de la persona mayor al lugar donde se cambie sea seguro (piso
seco, temperatura ambiental adecuada).
• Favorecer la autonomía en el secado de la piel y cuidar que esta quede perfectamente
seca.
• Colaborar en las tareas de vestimenta, si la persona lo requiere.
• Ayudar en el arreglo personal: peinado, uso de perfumes, pinturas, bijouterie, si la per-
sona lo requiere.
Elementos a tener en cuenta para que las personas mayores se bañen o sean asistidas en
el baño.
• Bañeras: es conveniente que tengan un asiento y duchas manuales, además de baran-
das fijas para evitar accidentes.
• Duchas: es conveniente ubicar a la persona mayor en un asiento para duchas y utilizar
el duchador manual.
La limpieza profunda con agua y jabón y la posterior colocación de polvos con féculas
en la zona de la barba, facilita el rasurado y evita la irritación cuando se utilizan máquinas
eléctricas.
Las uñas de los pies se cortarán con tijeras en forma recta y nunca muy cortas. Para
ablandarlas, se pueden sumergir en agua tibia durante unos minutos.
Con respecto a las estrategias para el diálogo, saber hablar es mucho más que ser claro
y tener voz potente; también se relaciona con la capacidad de comunicarse utilizando
además códigos de comunicación no verbales. Una modalidad que puede favorecer la
integración de la persona mayor con su entorno es permanecer cerca, actuando como
puente o canal de transmisión de mensajes en la medida en que sea requerido, en función
de sostener su autonomía.
La depresión
El síndrome depresivo se puede detectar por alteraciones en el apetito, en el sueño, irrita-
bilidad, pérdida de autoestima, sentimientos de angustia y culpa, pensamientos suicidas,
falta de energía, dificultad para concentrarse y tomar decisiones, etc. Puede hasta quitar
la memoria y la atención. La depresión es diferente de la tristeza y del enojo: la persona se
siente estancada en esos sentimientos. Estos síntomas en algunas personas adultas se
confunden con la vejez misma.
En ocasiones, la depresión indica que algún aspecto de la vida necesita atención, revisión
y cuidado. Suele pasar que después de este período las personas pueden apreciar la vida
como es. Resulta conveniente no dejar estar a las personas deprimidas sin la consulta
correspondiente al profesional.
El duelo
El duelo es la reacción natural ante la pérdida de una persona, animal, objeto o evento
significativo. Se trata de una reacción principalmente emocional y comportamental en for-
ma de sufrimiento y aflicción. Incluye la capacidad de dedicar la energía emocional a otras
personas y nuevas actividades de la vida diaria.
Existe una amplia variedad de pérdidas: salud, vínculos afectivos, fases de desarrollo, bie-
nes materiales, identidad personal, nacimiento, sueños y deseos, cultura, bienes humanos
y espirituales, y muerte de una persona.
Existe un duelo normal y otro patológico; este último requiere de la intervención del médico
o terapeuta especializado.
Trastornos en la memoria
La pérdida de la memoria es una amenaza siempre presente en los adultos mayores. En
ella influyen:
La dieta debe aportar suficiente fibra para evitar el estreñimiento; se deben limitar los ali-
mentos que tengan colesterol y grasas saturadas, como por ejemplo las carnes y los
huevos, así como el exceso de sodio y azúcares refinadas. También se debe prestar aten-
ción especial al calcio, pues a medida que se envejece los huesos se vuelven frágiles y se
rompen fácilmente.
Deben tomar suficientes líquidos. Algunas personas mayores no toman suficiente agua por
temor a orinar frecuentemente, sin darse cuenta de que esto les puede crear problemas
de digestión y también las puede llevar a la deshidratación, sobre todo en las épocas de
calor.
Las comidas deben ser preparadas adecuadamente y ofrecerlas en forma blanda preferi-
blemente, ya que no es raro que las personas mayores rechacen alimentos duros como la
carne o pasen al estómago porciones mal trituradas. Se debe evitar la utilización excesiva
de condimentos (especialmente, el ají molido) y los alimentos preparados o envasados.
A veces la nutrición de una persona mayor puede verse afectada por factores que no de-
penden necesariamente de los alimentos:
• La pérdida de los sentidos como el gusto y el olfato, así como la sequedad en la boca,
puede limitar el gusto por la comida.
• La depresión y la soledad son muy comunes en las personas mayores: los cambios
en la estructura familiar, por ejemplo, por la muerte de un cónyuge o la independencia
de los hijos, pueden frecuentemente contribuir a la depresión y al aislamiento, y afectar
el deseo por los alimentos. Para prevenir estas dificultades y hacer del momento de la
alimentación un espacio agradable, es muy importante que las personas mayores estén
acompañadas de familiares, amigos o de las personas que los cuidan a las horas de las
comidas.
Para garantizar una alimentación adecuada, siempre es importante consultar a las perso-
nas responsables de la persona mayor (hijos, familiares, etc.) o al especialista (médico) a
cargo.
Cuchillo mecedora
Para cortar con un mínimo esfuerzo. Recomendado para personas con
debilitamiento de las extremidades superiores o con movimiento limita-
do de muñeca.
Cuchillo-tenedor
Cubierto que aúna el cuchillo y el tenedor en un solo objeto. La hoja
puede usarse con una acción mecedora para cortar el alimento, y el ex-
tremo con dientes como tenedor. La parte de la hoja cercana al mango
no está afilada.
Desde esta visión, el ocio y la recreación resultan generadores de beneficios múltiples para
las personas mayores. Entre ellos, podemos mencionar los siguientes:
• Potenciar la creatividad y la capacidad estética y artística.
• Favorecer el mantenimiento de un funcionamiento psicomotriz adecuado.
• Fomentar los contactos interpersonales y la integración social.
• Conservar, en cierto nivel, las capacidades productivas.
• Hacer frente a las disminuciones y limitaciones físicas.
• Mantener equilibrio, flexibilidad y expresividad corporal.
• Servir como medio de distensión y enfrentamiento activo al estrés y las tensiones pro-
pias de esta etapa de la vida.
• Contribuir al mantenimiento del sentimiento de utilidad y autoestima personal.
• Fomentar la creatividad y productividad en el uso del tiempo libre.
• Desarrollar la capacidad del disfrute lúdico y la apertura hacia nuevos intereses y acti-
vidades.
• Estimular la comunicación, la amistad y el establecimiento de relaciones interpersonales
ricas y variadas.
• Propiciar el bienestar y la satisfacción personal.
Son variadas las modalidades de recreación que pueden ser instrumentadas por el cuida-
dor o la cuidadora de personas mayores, partiendo siempre de la valoración de la persona
y dejando abierta la opción de libre elección.
Tarjeta n.º 1
Frases
Cuadro n.º 1
Actividades básicas de la vida diaria (modelo 1)
Movilidad
Independiente: se levanta y se acuesta por sí mismo/a y puede levan-
tarse o sentarse solo/a en una silla.
Dependiente: necesita ayuda para levantarse, acostarse o sentarse.
No realiza uno o más desplazamientos.
Continencia de esfínteres
Independiente: control completo de ambos esfínteres.
Dependiente: incontinencia parcial o total de uno o dos esfínteres.
Alimentación
Independiente: lleva el alimento a la boca desde el plato o equivalente
(se excluye cortar carne).
Dependiente: necesita ayuda para comer, no come en absoluto o re-
quiere alimentación entera.
Cuadro n.º 4
Modelo de cuadro para vincular síntomas con acciones a realizar
Síntomas Acciones
Trastorno de la memoria
Problemas de audición
Problemas motrices
Problemas emocionales,
depresión, duelo
Caso n.º 1
Antonia, la señora que Rosita cuida, tiene prohibida la sal. Las hijas le recomendaron
a Rosita que cuidara esa indicación, por eso ella cocina sin sal.
Antonia se enoja mucho y dice que Rosita cocina cosas ricas para sí misma y que a
ella le da de comer cualquier cosa…
¿Cómo se puede resolver esta situación?
Caso n.º 2
¿Qué puede cocinar María? Piensen el menú para dos días, contemplando cuatro
ingestas diarias.
Caso n.º 3
La hija de doña Juana dejó $ 300 para gastos y la persona empleada para su cuida-
do los utilizó de la siguiente manera:
Además, tenía $ 27,50 que habían quedado de la semana anterior, y que la hija de
doña Juana le dijo los tuviera junto al dinero de esta semana.
Caso n.º 4
Rosa estaba cocinando los fideos para Antonia cuando sonó el timbre. Rosa fue a
atender: era el diariero, que venía a cobrar. Mientras estaba realizando el pago, Anto-
nia se acercó a la cocina, quiso probar si los fideos ya estaban listos, realizó un mal
movimiento y se tiró la olla encima.
Caso n.º 5
Juana se levantó de dormir la siesta. María la notó rara y le preguntó si se sentía bien,
a lo que Juana respondió que le dolía un poco la cabeza. Pasada media hora, María
se acercó a Juana para preguntarle cómo estaba y percibió que Juana tenía dificulta-
des para hablar. Le tomó la presión arterial y observó que estaba muy alta: 180-100.
Atención y cuidado de
personas enfermas
Módulo 4: Atención y cuidado de personas enfermas
Tiempo
Encuentro Tema Actividad
(minutos)
1. ¿Qué significa, para el/la
Introducción a la atención y cuidado
Encuentro 1 cuidador/a y la familia, que una per- 120
de personas enfermas
sona esté enferma?
esultados
Introducción a la atención y
cuidado de personas enfermas
Actividad 1:
¿Qué significa, para el/la cuidador/a y la familia,
que una persona esté enferma?
Objetivos
• Describir aspectos comunes de las personas que atraviesan una enfermedad.
• Identificar necesidades propias de una persona enferma, así como también los requeri-
mientos de sus familiares cercanos.
Tiempo estimado
120 minutos Nota para el/la
instructor/a
Desarrollo
a. Solicite que conformen pequeños grupos para reflexionar acerca de sus conocimien-
tos y experiencias en el cuidado y atención de personas enfermas, tomando en cuen-
ta las siguientes preguntas guía:
• ¿Tuvieron que cuidar a una persona enferma alguna vez?
• ¿Cómo fue esa experiencia?
• ¿Cuándo consideran que una persona está enferma?
• ¿Qué aspectos del individuo puede afectar una enfermedad?
• ¿Qué necesita una persona enferma de la persona empleada para su cuidado?
• ¿Y qué necesita su familia de la persona empleada para tal fin?
• ¿Cuáles son los espacios de trabajo en los que se mueve el/la cuidador/a de perso-
nas enfermas?
c. Construya con el grupo una caracterización del trabajo del/la cuidador/a de personas
enfermas. A partir de los aportes de los y las participantes, realice un listado de nece-
sidades de la persona enferma. Por cada necesidad, liste en una columna lo que el/la
cuidador/a puede hacer y en otra columna lo que no puede hacer, para así delimitar el
alcance del rol cuando se cuida a una persona enferma. Por ejemplo:
Necesidades de la persona ¿Qué puede hacer el/la ¿Qué no puede hacer el/la
enferma cuidador/a? cuidador/a?
• Tomar un medicamento1 • Suministrar la medicación pres- • Prescribir y administrar medica-
cripta por un médico, según las ción a la persona enferma sin
indicaciones recibidas. orden del médico o la familia
responsable.
• Alimentarse • Colaborar en el momento de la • Obligar a comer a la persona
alimentación. enferma.
• Tener en cuenta sus gustos y • Decidir su dieta.
preferencias.
d. Distribuya a cada participante una copia de la Ficha n.º 1 (HC M4), e invite a leerla y
a formular las preguntas que consideren necesarias. Realice una síntesis del tema
tratado teniendo en cuenta los conceptos de salud-enfermedad y la importancia de la
comunicación del cuidador con el enfermo, los profesionales, el entorno y la familia.
1
Se incluye información a modo de ejemplo.
Introducción a la atención y
cuidado de personas enfermas
Actividad 2:
Algunas cuestiones prácticas
Objetivos
• Aprender técnicas que facilitan la tarea de administrar medicamentos.
• Conocer algunas herramientas prácticas que ayudan a la ingesta de medicamentos.
Tiempo estimado
120 minutos
Desarrollo
a. Comience explicando que una de las tareas que realiza el cuidador o la cuidadora de
personas enfermas consiste en suministrar la medicación (bajo prescripción médica)
al paciente. Es importante que el cuidador o la cuidadora esté informado/a acerca de
los medicamentos que ingiere la persona, la forma de administrarlos, la frecuencia
de las tomas y los posibles efectos secundarios, para evitar inconvenientes y poder
informar a la familia o a los y las profesionales responsables cualquier situación que
llame la atención.
Tarjeta n.º 1
Catalina es una señora de 79 años que debe tomar varios medicamentos al día (sue-
le tener dificultades para tragar y no le gusta tomar medicamentos). El orden de las
tomas es el siguiente:
• 1 comprimido de A en ayunas al levantarse
• 30 minutos después, 50 mg de B acompañado de alimentos
• 2 horas más tarde, 20 cm3 de C y 1 comprimido de D
Tener en cuenta que A es el comprimido de mayor tamaño; las pastillas B son cada
una de 100 mg.
Indique a los/las demás participantes que pueden registrar por escrito sus observaciones
acerca de la situación planteada.
• ¿Qué acciones les parece que se hicieron de manera correcta? ¿Cuáles podrían co-
rregirse o mejorarse?
• ¿Cuáles son las técnicas posibles para recordar horarios y medicamentos que un
paciente debe ingerir?
• ¿Qué hacer si las pastillas a ingerir son muy grandes?
• ¿Qué aspectos son importantes tener en cuenta para administrarlas?
Vaya registrando en el papel afiche o pizarrón la síntesis de los diferentes aspectos conver-
sados en la puesta en común.
d. Una vez finalizada la puesta en común, distribuya las copias de la Ficha n.º 2 (HC M4).
Solicite a los participantes que realicen una lectura grupal.
e. Luego distribuya a los y las participantes copias de recetas médicas. Explique que no
se va a considerar específicamente el nombre del medicamento sino el tipo (pastilla,
grajea, cápsula, líquido) y la cantidad (1 pastilla y media, 5 ml, 1 tapa…) De no conse-
guirse copias de recetas médicas, puede crear modelos similares el equipo docente.
Pida a cada grupo que discuta y prepare las tomas de los “medicamentos” que se les
ha asignado (utilice pastillas de chocolate, agua, cápsulas vacías, jugos…) Solicite que
midan, corten, trituren, y “administren” las tomas de acuerdo a lo indicado.
f. Recorra los grupos aclarando dudas y luego pídales que expliquen y fundamenten lo
realizado. Cierre la actividad respondiendo las preguntas que surjan.
Actividad 3:
Información para comprender mejor a las personas
que padecen enfermedades con compromisos
psicológicos
Objetivo
• Conocer las características propias de algunas enfermeda-
des que involucran compromisos psicológicos.
Desarrollo
a. Para iniciar el tema, retome aquellos conceptos trabajados referidos a la necesidad
de establecer un buen vínculo y comunicación con el/la paciente y su entorno, y que
permitan conocer las necesidades de la persona enferma y su familia. Mencione que
existen enfermedades que plantean dificultades mayores que otras para el desarrollo
de nuestra tarea, porque no sólo involucran trastornos físicos sino también psicológi-
cos y emocionales en la persona que las padece. Conocer acerca de estas patologías
puede ayudar a definir cómo manejarnos con la persona enferma, a planificar las es-
trategias más adecuadas para resolver cuestiones prácticas y a saber cuidarnos.
Trastornos físicos o
motrices
Trastornos psicológi-
cos y emocionales
Estrategias de aten-
ción y cuidados
Una vez realizados los aportes del grupo, complete la información correspondiente a
cada patología de acuerdo con la descripción ofrecida en la Ficha n.º 3 (HC M4).
Pacientes terminales
Actividad 4:
El rol del/a cuidador/a con pacientes terminales
Objetivos
• Reflexionar acerca de las ideas del grupo y la conexión personal con la realidad de la
muerte.
• Conocer estrategias básicas para el cuidado del/a cuidador/a que acompaña a un en-
fermo terminal.
Tiempo estimado
120 minutos
Nota para el/la
instructor/a
Recursos
Para el desarrollo de este
• Copias de la Ficha n.º 4 (HC M4) tema, le sugerimos leer la
• Pizarrón o papel afiche Ficha n.º 4 en HC M4.
• Tizas o marcadores
Desarrollo
a. Realice una breve introducción señalando que el cuida-
dor o la cuidadora debe contar con herramientas para poder acompañar y brindar
sostén al paciente terminal.
Proponga a los y las participantes que cada uno/a exprese la primera palabra que se le
ocurra asociada a la palabra “muerte”. Escriba las expresiones en el pizarrón o en un afi-
che. Finalizada la ronda, haga una “devolución” o síntesis acerca de la idea que el grupo
tiene de la muerte. Comente que cada persona puede enfrentarse a la muerte de dife-
b. Promueva la reflexión del grupo sobre el tema sugiriendo algunas preguntas guía,
como por ejemplo:
• ¿Qué pasa con la familia de la persona enferma? ¿Qué ocurre con la comunicación, los
sentimientos, los roles y tareas, los cambios, las decisiones…?
• ¿Aceptarían cuidar a un paciente terminal? ¿Por qué?
• ¿Qué le ofrecerían y cómo lo acompañarían?
• ¿Qué les ayudaría a enfrentar mejor ese momento?
En caso de que alguno/a de los y las participantes tuviese experiencia de trabajar con
un enfermo terminal, invite a que la comparta con el resto del grupo.
c. A partir de esta información, exponga los conceptos acerca del cuidado de enfermos
terminales retomando la experiencia compartida e incorporando la información de la
ficha de trabajo, para ampliar los conocimientos de los y las participantes.
Cuando se cuida al enfermo en el final de su vida, se debe tener presente que el rol del
cuidador o cuidadora no se reduce a la mera ejecución de tareas, pues está implicada
una relación interpersonal donde los aspectos emocionales, culturales y espirituales
deben ser considerados y valorizados. El enfermo debe ser considerado con todo el
respeto que le es debido como ser humano, respetando sus creencias y deseos, dando
al proceso de muerte la posibilidad de proseguir su curso, de forma natural, encaminán-
dose para un fin digno y sereno.
En esta fase, el enfermo debe percibir que no está solo, que continúa siendo importante
y que sus cuidados se extienden hasta los últimos momentos de vida.
d. Distribuya las copias de la Ficha n.º 4 (HC M4) para la lectura grupal y aclaración de dudas.
Indique que a partir de la información allí ofrecida se trabajará en el próximo encuentro.
Actividad 5:
Cómo actuar en la atención de personas que
padecen enfermedades con compromisos
psicológicos y con enfermos terminales
Objetivo
• Conocer modalidades de acción adecuadas para el cuidado de pacientes con enferme-
dades que involucran compromisos psicológicos y pacien-
tes terminales.
Desarrollo
a. Invite a los y las participantes a formar pequeños grupos. Entregue a cada grupo una
copia de la Tarjeta nº (RD M4) con la propuesta de trabajo y un papel afiche para es-
cribir:
Señale que es importante incluir la experiencia adquirida, en caso de que alguno de los
participantes haya estado, en algún momento, al cuidado a una persona con las caracte-
rísticas indicadas.
c. Distribuya a cada participante una copia de la Ficha n.º 5 (HC M4): invite a realizar una
lectura en pequeños grupos, comparando y completando, si fuera necesario, con
lo elaborado entre todos. Para finalizar, explique que aunque las patologías tratadas
tienen características más o menos definidas, cada paciente es una persona diferen-
te: no existen “recetas” cerradas para tratar con cada uno que produzcan siempre el
resultado esperado. Se trata entonces de estar informados, de conocer prácticas su-
geridas, de interactuar con la familia y los profesionales vinculados con el/la paciente,
pero sobre todo de poder aplicar criterios adecuados a la situación particular en la
que el cuidador o la cuidadora deba desempeñar su tarea.
La alimentación de personas
enfermas
Actividad 6:
La importancia de programar el momento de la
alimentación
Objetivos
• Reconocer la importancia de las condiciones en que se desarrolla el espacio de alimen-
tación de una persona enferma.
• Construir en conjunto algunas pautas a tener en cuenta
desde el rol del cuidador/a.
Nota para el/la
instructor/a
Tiempo estimado
120 minutos Para el desarrollo de este
tema, le sugerimos leer la
Ficha n.º 6 en HC M4.
Recursos
• Copias de los Casos n.º 1, n.º 2 y n.º 3 (RD M 4)
• Copias de la Ficha n.° 6 (HC M4)
• Pizarrón o papel afiche
• Tizas o marcadores
Desarrollo
a. Solicite que se dividan en tres grupos. Entregue a cada grupo una copia con los tres
casos (RD M4) e indique que resuelvan cada situación enumerando las estrategias
que pondrían en juego desde el rol de cuidadores o cuidadoras. Entregue también
una copia de la Ficha n.º 6 (HC M4) para que puedan integrar la información y agregar
en ella lo elaborado en el grupo o lo aprendido con la experiencia.
Ana está en el sanatorio desde hace una semana. Por momentos, el dolor cesa. Está
cansada y sin hambre ni ánimo, y llega la comida a la habitación. El cuidador o la
cuidadora va a compartir este momento de alimentación.
Caso n.º 2
Oscar está en su casa. Hizo el esfuerzo de levantarse de la cama para comer. Comió
un poquito y se siente satisfecho. Tiene muy poco apetito.
Caso n.º 3
Beatriz tiene muchos problemas para masticar y siente ardor en la boca. No le falta
el apetito pero ese malestar en la boca le quita las ganas de comer.
b. Una vez finalizado el trabajo grupal, coordine la puesta en común. Incluya el planteo
de las dificultades encontradas proponiendo el intercambio de opiniones acerca de
aciertos y errores, resaltando las prácticas más recomendadas.
Actividad 7:
Técnicas de higiene y confort
Objetivo
• Ejercitar técnicas para colaborar en la higiene y el confort de personas enfermas.
Tiempo estimado
120 minutos
Desarrollo
a. Introduzca el encuentro explicando que el objetivo consiste en que los y las partici-
pantes observen y luego ejerciten diferentes técnicas para higienizar y brindar confort
a las personas enfermas.
b. Dentro del espacio donde se lleva a cabo el encuentro, organice un “circuito de es-
taciones” en donde se realice cada una de las tareas. Realice una demostración de
cada una de las tareas con el apoyo de elementos reales, diagramas y proyecciones.
Proponga a los y las participantes practicar las diferentes técnicas. Es importante que
todos tengan la oportunidad de ensayar cada una de estas tareas.
Solicite a los y las participantes que realicen las distintas prácticas como si se encon-
traran en una situación laboral real. Resalte la importancia de comunicar a la persona a
su cuidado las distintas acciones que está realizando, anticipar los movimientos de un
modo amable y respetuoso, así como preguntar si se encuentra confortable (Consultar
acerca de la ropa, el perfume, el peinado, la temperatura del agua y conversar, si la per-
sona lo desea, hacen las tareas más amenas para la persona a la que se acompaña)
Tareas:
• baño en cama y en el baño: proponga a los participantes que turnándose se co-
loquen en una cama o camilla e indique los movimientos y posiciones correctas para
movilizar y sostener a la persona cuando se realiza un baño en cama.
• lavado de cabello: indique con ayuda de un/una voluntario/a los movimientos adecua-
dos y los instrumentos e insumos necesarios para el lavado de cabello.
• higiene bucal: puede realizarse una demostración, puede solicitar a los y las partici-
pantes que traigan un cepillo personal para que se realice la práctica.
• cambio de pañales: proponga a los y las participantes que por turnos se coloquen
en una cama o camilla e indique los movimientos y posiciones correctas para movilizar
y sostener a la persona cuando se realiza el cambio de pañales. Resalte que muchas
veces la persona al cuidado puede ser más pesada o ser más grande en tamaño que
el o la cuidadora, por lo que el correcto uso de procedimientos y técnicas será lo que
permita que las tareas se lleven a cabo de manera adecuada y sin perjudicar la salud
de quién las realiza.
• uso de chatas y papagayos: Invite a los y las participantes a la práctica de los movi-
mientos necesarios para realizar estas tareas. Solicite que presten especial atención a
las posturas y movimientos que se deben realizar para movilizar y levantar a la persona
que se encuentra en cama. La posición de las manos, para el sostén, así como la po-
sición de las piernas y flexión de las rodillas, son importantes para no realizar esfuerzos
innecesarios y cuidar la salud postural del cuidador o cuidadora. (ver Ficha n.7 HC M4)
• tendido de camas y puesta de zaleas: Es sumamente importante la práctica de esta
tarea y la realización de la misma por una persona sola, ya que en la mayoría de las si-
tuaciones de trabajo la persona a cargo del cuidado debe realizar esta tarea sin ayuda.
Pida a cada participante que realice esta práctica solicitando a un/a compañero/a que
se recueste en una cama para que se puedan mostrar paso a paso los movimientos
necesarios. Luego se rotarán los roles para que todos y todas puedan practicar.
c. Finalizados los ejercicios, realice una puesta en común acerca de cómo se sintieron
durante la experiencia, las dificultades encontradas y sus posibles soluciones.
Analice con los y las participantes cuáles serían las condiciones afectivas y ambientales
ideales a tener en cuenta para aumentar el confort de los pacientes. Vaya registrándolas
sintéticamente en un afiche o en el pizarrón.
Finalmente, distribuya a cada participante una copia de la Ficha N.º 7 (HC M4) e invite a
su lectura y puesta en común.
Actividades de gestión
Actividad 8:
Registro de datos y organización de tareas
Objetivo
• Promover la utilización de instrumentos de registro de datos y de organización de acti-
vidades.
Tiempo estimado
60 minutos
Nota para el/la
instructor/a
Recursos
• Tarjeta n.º 3 (RD M4) Para el desarrollo de este
tema, le sugerimos leer la
• Cinta adhesiva Ficha n.º 8 (HC M4).
• Hojas y lapiceras
• Copias de la Ficha n.º 8 (HC M4)
Desarrollo
a. Introduzca este bloque mencionando que, en el caso de desempeñarse como cui-
dador o cuidadora de una persona enferma, probablemente el trabajo no se reduzca
a la atención personal de la persona enferma. Por ejemplo, es posible que surja una
emergencia médica o que haya que realizar otras tareas vinculadas con su cuidado,
ya sea en el domicilio o en internación.
b. Solicite que, en parejas, escriban en una hoja y en forma ordenada, los pasos a se-
guir frente a la resolución de una emergencia médica. Al finalizar en una pared o en
el pizarrón, pegue en forma desordenada las tareas que se presentan en la Tarjeta
n.º 3 (RD M4).
ción
rda r do cumenta
Tranq Gua
uiliza Atender al paciente
ra l pac
iente
s
ne s y teléfono
eccio no
Solicitar ayuda
rd e na r las dir ue estén a ma Buscar d
O ara q inero
útiles p
c. Coordine la puesta en común. Según lo trabajado por los participantes, vaya ordenan-
do las fichas. En caso de aparecer diferencias, discutan los distintos puntos de vista y
traten de llegar a un acuerdo acerca de la mejor secuencia a seguir.
d. Enumere y explique cuáles son los puntos a tener en cuenta en casos semejantes,
señalando además la importancia de mantener registros de todas las acciones en
relación con el paciente. Señale que estos registros deben ser claros, ordenados e
incluir la información pertinente.
Objetivo
• Valorar la importancia y la utilidad de contar con información específica sobre la persona
enferma para realizar cualquier gestión que se presente.
Tiempo estimado
60 minutos
Nota para el/la
instructor/a
Recursos
• Copias de la Agenda para cuidadoras/es domiciliarios/as Para el desarrollo de este
tema, le sugerimos leer la
(RD M4) para cada participante Ficha n.º 8 (HC M4).
• Pizarrón o papel afiche
• Tizas o marcadores
Desarrollo
a. Al comenzar este encuentro mencione que además del registro periódico de la infor-
mación acerca del paciente, también es de utilidad el manejo de una agenda con da-
tos útiles para la organización y realización de las diferentes gestiones que se puedan
encomendar al cuidador o cuidadora.
b. Distribuya las copias de la Agenda para cuidadoras/es domiciliarios/as (RD M4) e in-
vítelos a reunirse en grupos pequeños.
Médico tratante
Nombre:
Dirección:
Teléfonos Consultorio:
Celular:
Particular:
Horarios:
Reemplazante:
Cobertura médica
N° de afiliado:
Emergencias / teléfono
Sanatorios u hospitales suge-
ridos para internación:
Requisitos de la receta
Farmacia: ...................................................................
...................................................................
...................................................................
...................................................................
Kinesiólogo
Dirección:
Teléfono:
Apoyo psicológico
Dirección:
Teléfono:
Otros (especialidad):
Dirección:
Teléfono:
Empleador
Nombre: ............................................................................................................................................................................
Parentesco: ............................................................................................................................................................................
Teléfono: .................................................................................................................................................................................
Dirección: ...............................................................................................................................................................................
Fecha de pago: .....................................................................................................................................................................
Trámites a realizar
Rendición de cuentas (guardar todos los tickets en una caja, ordenados por fecha y
rubro)
Gastos
Alimentación
Administración de medicamentos
Medios de transporte
Compras sugeridas
Procedimiento sugerido
1.
2.
3.
4.
c. Coordine la puesta en común invitando a construir ahora entre todos la Agenda para
cuidadoras/es en sanatorio u hospital, tomando nota de los distintos ítems sugeridos
en el afiche o pizarrón.
d. Antes de cerrar este encuentro, y como tarea individual previa al próximo encuentro,
proponga la siguiente investigación:
Actividad 10:
Actividades de esparcimiento y recreación
Objetivo
• Contribuir al manejo de diferentes estrategias para el uso del tiempo libre con personas
enfermas.
Tiempo estimado
80 minutos
Nota para el/la
instructor/a
• Información relevada por los y las participantes durante los
días previos a este encuentro. Para el desarrollo de este
tema, le sugerimos leer la
• Pizarrón o papel afiche Ficha n.º 9 en HC M4.
• Tizas o marcadores
• Copias de la Ficha n.º 9 (HC M4)
Desarrollo
a. Solicite que formen pequeños grupos en los cuales se comparta la investigación realizada.
Objetivo
• Valorar la importancia de la planificación de las actividades de esparcimiento y recrea-
ción.
Tiempo estimado
40 minutos
Nota para el/la
instructor/a
Recursos
• Copias de la Ficha n.º 10 (HC M4) Para el desarrollo de este
tema, le sugerimos leer la
• Pizarrón o papel afiche Ficha n.º 10 en HC M4.
• Tizas o marcadores
Desarrollo
a. Explique que, para una persona enferma, el hecho de
poder mantener las actividades de esparcimiento que siempre le gustaron puede ser
muy importante. De este modo, intentar ayudarla a que las realice es el primer paso
al pensar en una actividad recreativa. Además, conviene contar con una variedad de
juegos y de materiales diferentes para poder ir sugiriendo otras actividades nuevas,
simplificar las usuales (que pueden tornarse dificultosas por los límites de la enferme-
dad). Puede enumerar las distintas sugerencias de la Ficha n.º 10 (HC M4), que se re-
fiere especialmente a personas con enfermedades con compromisos psicológicos.
b. Invite a formar grupos de tres personas. Distribuya las copias de la Ficha n.º 10 (HC
M4) y proponga la siguiente actividad:
Actividad 12:
Cuidarnos para poder cuidar
Objetivos
• Promover la valoración del cuidado personal como necesidad previa a la atención de
otras personas.
• Conocer medidas y sugerencias para el cuidado del/a
cuidador/a.
Desarrollo
a. Inicie el encuentro haciendo un breve recorrido por los
contenidos trabajados desde el comienzo de este módulo: el significado de la en-
fermedad para la persona enferma y sus allegados, los requerimientos que pueden
plantearse al cuidador o cuidadora, las características de algunas patologías, las dife-
rentes tareas y situaciones a las que se ve enfrentado el cuidador o cuidadora.
b. Divida a los participantes en pequeños grupos. Pida a cada grupo que realice la re-
presentación de una de las siguientes situaciones:
c. Luego de que cada grupo resuelva la situación, proponga una puesta en común a
partir de las siguientes preguntas:
Objetivo
• Aprender diferentes técnicas y prácticas de bioseguridad e higiene del hábitat.
Tiempo estimado
60 minutos
Desarrollo
a. Introduzca este bloque explicando que parte de los
cuidados que debe tomar el cuidador o la cuidadora
también están relacionados con el ambiente de trabajo y los instrumentos que utiliza.
Pregunte a los participantes:
• ¿Qué otros cuidados (además de los posturales) creen que debe tener el/la cuidador/a
para protegerse de posibles enfermedades?
• ¿Qué cuidados puede tener para proteger el medio ambiente?
c. Solicite a los participantes que realicen una planificación semanal de cómo realizarían
estas tareas, cómo las distribuirían para poder cumplir con ellas y estar a cargo del
cuidado. Recuérdenles preguntar al empleador o empleadora si estas tareas están a
cargo del cuidador o cuidadora, o de otra persona.
d. Distribuya entre los participantes las copias de las fichas trabajadas con el objetivo de
que puedan profundizar la información después del encuentro.
Revisión de contenidos
Actividad 14:
Revisión de conceptos. Planteos de dudas y
preguntas. Cierre del módulo.
Objetivos
• Revisar conceptos, aclarar dudas, reforzar contenido y consolidar prácticas relaciona-
das con el rol a desempeñar.
Tiempo estimado
120 minutos
Recursos
• A definir por el/la instructor/a según las actividades diseñadas.
Desarrollo
Para organizar este encuentro es importante que el/la instructor/a evalúe el aprendizaje del
grupo e identifique necesidades, inquietudes y conocimientos que requieran de un nuevo
abordaje tanto para aclarar dudas como para reforzar conceptos, procedimientos, técni-
cas que no hayan sido consolidados. También es un espacio propicio destinado a realizar
prácticas de actividades relacionadas con el rol a desempeñar.
Evaluación
Actividad 15:
¿Qué aprendimos? ¿Qué necesitamos aprender?
Objetivos
• Evaluar el grado de adquisición de los conocimientos y de desarrollo de habilidades y
actitudes.
• Identificar los conocimientos, habilidades y actitudes que será necesario fortalecer.
Tiempo estimado
120 minutos
Recursos
• Copias de Fichas de evaluación n.º 1 y n.º 2 (RD M4)
• Pizarrón o papel afiche
• Tizas o marcadores
Desarrollo
a. Entregue a cada participante la Ficha de evaluación n.º 1 y pida que la completen en
forma individual.
De los temas vistos, Lo nuevo que Quisiera saber Lo importante en el cuidado de personas
ya sabía: aprendí fue: más sobre: enfermas es:
b. Coordine una puesta en común. Pida que algunos de los participantes lean sus fichas
o las comenten con sus compañeros.
Evaluación individual
Usted se presentará a una entrevista de trabajo para cuidar a un señor de 86 años, 90 kg,
que está en cama y su diagnóstico es hemiplejia. Esteban vive con su esposa, de 85 años,
que no lo puede cuidar porque tiene Alzheimer incipiente, por lo tanto sus hijos contratarán
a un cuidador o cuidadora durante el día.
Explique la técnica para movilizar a Esteban en la cama. ¿Qué ejercicios cree que
puede realizar Esteban?
Tiene que llevar a Esteban al hospital para que le hagan una radiografía. ¿Cómo or-
ganiza la tarea? ¿Qué necesita?
El concepto de salud implica “el completo bienestar físico, psíquico y social, no sólo la au-
sencia de enfermedad o accidente” (OMS).
“Salud” y “enfermedad” son dos términos relativos que mantienen una relación inversa,
es decir, que necesariamente el incremento de una implica la disminución de la otra. Para
mantener la salud de las personas, es necesario tomar acciones preventivas, como por
ejemplo:
• mantener una alimentación variada y nutritiva, de acuerdo con las necesidades de cada
organismo;
• cuidar en forma constante y sostenida la higiene de los espacios, como así también la
higiene corporal;
• realizar ejercicios físicos.
1 Las fichas utilizadas para este encuentro son una compilación de materiales extraídos de diferentes fuentes, entre ellas: Cuidando
un enfermo en casa, Manual para la familia, PACI (Programa de Asistencia Continua Integral), Ministerio de Salud, Hospital Nacional
Baldomero Sommer y Programa Argentino de Medicina Paliativa, Fundación FEMEBA.
La comunicación
El diálogo une a las personas y no debe interrumpirse cuando alguien está enfermo, ya que
suele ocurrir que, además, las personas en esta situación se sientan solas. Para facilitar el
diálogo, se recomienda:
Una de las funciones del rol del cuidador o cuidadora en este sentido se relaciona con ad-
ministrar los medicamentos según prescripción médica. Para ello puede valerse de alguna
de las siguientes herramientas:
• Anotar en una planilla las dosis de cada uno de los medicamentos que el o la paciente
debe tomar.
• Utilizar alarmas de relojes para recordar horarios de administración de medicamentos,
por ejemplo, en el momento de la noche.
• Utilizar pastilleros organizados con espacios para los medicamentos de cada día de la
semana.
• Despertar a él o la paciente en el momento de la administración de remedios.
Comprimidos:
• Si los comprimidos son muy grandes, pueden cortarse en mitades o cuartos para que
puedan ser tragados en forma separada y con más facilidad.
• Se puede consultar al médico si los comprimidos pueden ser triturados o mezclados
con líquidos o comida.
• Las cápsulas pueden abrirse para suministrar el polvo de su interior.
• Si la boca o la garganta están secas, es conveniente tragar unos sorbos de agua antes
de administrar la medicación.
Líquidos:
• Los medicamentos líquidos deben ser medidos con precisión usando una jeringa. Es
conveniente disponer de varias jeringas para cargarlas una vez por día y dejarlas en la
heladera para cuando se necesita administrar dosis en horarios nocturnos.
• Los medicamentos líquidos siempre deben agitarse antes de ser usados.
• No use cucharas de la platería común para administrar un medicamento, ya que no
todas son del mismo tamaño. Una cucharadita normal podría ser tan pequeña como
media cucharadita o tan grande como dos cucharaditas.
• Las cucharas medidoras utilizadas para cocinar son precisas, pero se derraman con
facilidad.
Preparación de medicamentos
• Es importante leer detenidamente el instructivo del medicamento y recordar que, en
caso de requerirlo, se preparan con agua previamente hervida o mineral a temperatura
ambiente.
• Limpiar siempre cucharas, tapas y frascos.
• Antes de administrar una medicación, lavarse las manos.
Pasos de la sistemática
Preparación de los elementos complementarios.
• Jarra con agua, leche, jugo, etc. (según corresponda).
• Vaso.
• Bandeja.
• Sorbete o bombilla.
• Recipiente pequeño para contener el medicamento.
• Cuchara, cucharita o elemento de medida si el fármaco es líquido.
• Servilleta.
• Triturados o guillotina de medicamentos.
Medidas a adoptar
• Mantener los vasos llenos de bebida para no tener que llevar la cabeza hacia atrás para
tomar.
• Los líquidos se darán separados de los sólidos.
• La experiencia indica que tanto para darle de comer, como para administrarle un medi-
camento a una persona mayor, que se encuentra sentada a la mesa, o en la cama, es
preferible que el/ la cuidador/a se siente a la par con una banqueta o silla baja. La idea
es que la cuchara llegue a la boca de la persona mayor siempre desde abajo, nunca
desde arriba.
Demencia senil
Se trata de un síndrome mental orgánico que se caracteriza por un deterioro de la memoria
a corto y largo plazo, asociado a trastornos del pensamiento abstracto, juicio y modifica-
ciones de la personalidad. Todas estas alteraciones son lo suficientemente graves como
para interferir significativamente en las actividades de relación, laborales o sociales.
El deterioro del estado general es variable. Es leve cuando el enfermo o la enferma con-
serva la capacidad de independencia, con un juicio relativamente intacto y una adecuada
higiene personal. Es moderado cuando necesita algún grado de supervisión. Y es grave
cuando necesita supervisión continua, con estado vegetativo.
Esta enfermedad produce graves alteraciones de la conducta que pueden estar acom-
pañadas de un estado de embotamiento afectivo con desinterés y abulia, desorientación
temporal y espacial, y atención pobre y lábil que se fija dificultosamente, por lo cual la per-
sona enferma se distrae con facilidad sin prestar interés (desorientación apática) a lo que
sucede en su entorno.
1 Tanto esta ficha como las siguientes son compilación de distintos materiales de consulta: Manual de PAMI; Manual argentino para el
cuidado de ancianos, de Valderrama; Guía práctica sobre la enfermedad de Parkinson, de la Asociación Parkinson Madrid; material
de Fundaprev Argentina; material de la Asociación Lucha contra el Mal de Alzheimer y alteraciones semejantes de la República
Argentina (www.alma-alzheimer.org.ar).
Una de las demencias más conocidas es el Mal de Alzheimer, alcanzando el 50% de las
personas con enfermedades neurodegenerativas.
2 Texto elaborado en base al asesoramiento y material aportado por la Asociación de Lucha contra el Mal de Alzheimer (ALMA),
Lacarra 78, Buenos Aires, Argentina, Tel/Fax: (0054-11) 4671-1187 y 4674-4357. Dicha entidad brinda asistencia y apoyo a los
enfermos y familiares de enfermos para comprender la enfermedad y mejorar la calidad de vida de pacientes y cuidadores/as. En
muchas provincias argentinas se han abierto otras entidades bajo el paraguas institucional de ALMA que desarrollan acciones en
el mismo sentido.
Indicaciones para facilitar la tarea del/a cuidador/a durante las distintas etapas
Establecer rutinas dentro de la vida usual del/a paciente que le ofrezcan seguridad y orden.
Esto le ayudará a mantener su independencia y su autoestima, facilitando así las tareas
del/a cuidador/a.
Estos enfermos comprenden más de los que pueden expresar, recuerde que el/la pacien-
te preserva su capacidad de sentir y lo que las personas alrededor digan o hagan puede
afectarle.
Evite discutir, señalar olvidos o incompetencias sobre los hechos diarios. Recuerde que lo
que hace la persona enferma es producto de su enfermedad y no su responsabilidad o
gusto.
Simplifique las tareas y las cosas y no ofrezca demasiadas posibilidades para elegir.
Ríase con la persona y no de ella. El humor puede aliviar el estrés. Si al/a la paciente le
gusta, escuche música, baile con él/ella, juegue y haga cualquier tipo de ejercicio físico que
esté autorizado por el médico. Salga a caminar, a sentarse en la plaza, a visitar parientes y
amigos. Mire fotografías, pídale que cante o cante usted si le gusta, recite versos, cuéntele
Aproveche las habilidades que el/la paciente conserva y planee actividades en relación a
ellas, esto le permitirá a la persona fortalecer su dignidad a la vez que le otorgará sentido
a su cotidianeidad.
Hable claro, despacio, cara a cara y mirando a los ojos para asegurarse que la persona
vea y oiga bien (controle usted los lentes y el audífono si los usa). Demuestre afecto, preste
atención al lenguaje corporal de la persona enferma, cuando ya no hablan se comunican
a través de los gestos y señales, asegúrese que la persona le presta atención antes de
transmitirle su mensaje.
En estas dos primeras etapas las “ayudas memoria” son importantes. Exhiba fotos gran-
des con los nombres de los familiares, coloque etiquetas con letras grandes y brillantes
para nombrar las habitaciones de la casa.
El baño y la higiene personal son de suma importancia porque el paciente puede haberse
olvidado “cómo se hace”, “para qué se hace” y en general se niegan a hacer lo que ya se
han olvidado. Pueden no reconocer la temperatura del agua y causarles temor el agua
de lluvia porque ya no reconocen su utilidad. Trate que sea un momento agradable, si la
persona demuestra pudor deje que vista su ropa interior, cubra la parte ya lavada y seca y
continúe con piernas y pies. Si la persona se niega, pruebe en otro momento. Muéstrele la
temperatura del agua y cómo higienizarse y déjelo solo/a pero no lo pierda de vista. El baño
debe tener ciertos elementos que le ofrecen a la persona enferma seguridad: pasamanos
para agarrarse en el sector de la ducha, alfombra antideslizante y una silla. Es conveniente
modificar el baño, si se puede, sacándole la bañadera para facilitar la seguridad del pa-
ciente.
En cuanto a la acción de vestirse y desvestirse es recomendable tratar de que la persona
se mantenga autoválida la mayor cantidad de tiempo posible. Preséntele la ropa en el or-
den en el que debe colocársela, elimine cierres y coloque elásticos en la cintura. Deje nada
más que la muda necesaria en el placard. Trate que el calzado sea antideslizante.
Evalúe si la persona puede preparar su propia comida, si no es así trate de realizar la
actividad en forma compartida, retirando todo aquello que pudiera resultar peligroso. La
comida debe ser cortada en pequeños trozos, en la tercera etapa el o la cuidador/a debe
ayudarlo/a a comer o permitirle agarrar la comida con las manos: pequeños trozos de
tortilla, milanesa, tomates, huevos duros, empanadas, pizzas, tartas, etc. Sepa que ya no
reconocen entre lo frío y lo caliente y hay que ayudarles a ingerir los líquidos y los sólidos
sin quemarse.
La dificultad para dormir y la inquietud de noche es común y crea inconvenientes. Trate que
la persona enferma no duerma de día, que camine lo que más pueda y asegúrese que al
acostarse se sienta cómodo/a en la cama.
Un tema que ofrece serias dificultades es la pérdida de objetos y la consecuente acusa-
ción de robo a las personas que están a su alrededor. El olvido acerca del lugar dónde lo
dejaron más la inseguridad que les causa no saber qué les pasa, hace que hagan respon-
sables a las personas con las que conviven a diario. Lo importante es no tomarlo personal-
Contar con una enfermera especializada o persona formada en el cuidado de personas con
enfermedad de Alzheimer. Si la persona enferma está en silla de ruedas o en la cama hay
que controlar permanentemente las escaras. Solicitar a la obra social un colchón de agua
o aire, cama ortopédica, pañales y personal que lo visite todos los días para higienizarlo/a
y atenderlo/a al menos varias horas al día. Es importante dar a conocer la ley de discapaci-
dad para demenciados 24.901 que contempla la situación de las personas con Alzheimer
y que sostiene que la obra social, la prepaga y/o el Estado Nacional deben proveer todo lo
que el médico prescriba, gratuitamente.
Los pacientes deben tener su certificado de discapacidad3 para acceder a estos benefi-
cios. Las personas que viven en la Capital Federal deben hacer el trámite en el Hospital
de Emergencias Psiquiátricas Torcuato de Alvear, situado en la calle Warnes 2630 de la
Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Quienes viven en el interior del país, pueden informar-
se acerca de los requisitos correspondientes y retirar un turno para la evaluación, en el
Área de Juntas Médicas del Servicio Nacional de Rehabilitación en Ramsay 2250, Ciudad
Autónoma de Buenos Aires.
3 La asociación ALMA en Buenos Aires, brinda asesoramiento gratuito a las personas que quieran iniciar el trámite de discapacidad,
para ello es necesario solicitar un turno por teléfono previamente.
La persona que cuida y atiende a una persona que padece una enfermedad terminal tiene
que estar atento al confort y a la comodidad de la o el paciente. También debe respetar
las creencias e ideales de la persona enferma.Las preguntas sobre el sentido de la vida
cobran especial importancia cuando se acerca el final de la vida. Por eso, el cuidador o
cuidadorade personas enfermas puede ayudar a la o el paciente a pensar sus propias res-
puestas a estas preguntas indagando, por ejemplo, en las creencias que ha tenido antes
del momento de la enfermedad. Tal vez en ellas puedan encontrar sentido y fortaleza. Si la
persona está seriamente deprimida debido a la preocupación por la muerte, es importante
comentarles la situación a los familiares y buscar en forma conjunta alternativas para que
transite este momento con la mayor serenidad posible.
Escuchar es una de las ayudas más importantes que el cuidador puede aportar. Es funda-
mental que el cuidador esté dispuesto a hacerlo. Hablar con otra persona que sea com-
prensiva puede ayudar a la persona enferma a ver que los demás la valoran y entienden.
La persona enferma posiblemente necesite dar sentido a sus propias experiencias vitales,
contar recuerdos, hablar del pasado y buscar en este el significado de lo que sucede.
También el contacto físico a través de una caricia puede resultar confortable para el enfer-
mo o la enferma.
Sin embargo, no hay fórmulas predeterminadas: es algo que se construye en cada mo-
mento y con cada persona en particular.
Se rescata la importancia de hablar con la persona enferma con la verdad apropiada. ¿Qué
es la “verdad apropiada”? Es lo que la persona enferma está dispuesta a escuchar, lo que
necesita saber en ese momento, y que surge desde la profundidad del afecto y de lo que
hayan indicado sus familiares.
Es de gran importancia para la persona a cargo del cuidado sentirse acompañada por la
familia y los profesionales correspondientes, poder expresar con tranquilidad sus senti-
mientos frente a la situación que se está viviendo para poder asistir a la persona enferma
con una mayor profesionalidad.
En caso de tener que asistir a una persona enferma de Parkinson, es conveniente tener en
cuenta algunos cuidados posibles.
• Mejorar la movilidad: ayudándola a realizar caminatas, ejercicios de marcha, de elonga-
ción y posturales.
La rigidez de los músculos afecta al tronco y las extremidades, y el cuerpo no tiene la fle-
xibilidad suficiente como para corregir estos desequilibrios, por lo cual se producen caídas
frecuentemente. Con la finalidad de que esta complicación avance con más lentitud, se
puede indicar a la o el paciente que se siente en una silla y trate de girar el tronco para
mirar hacia atrás, empezando por girar la cabeza y después los hombros. Otro ejercicio
consiste en indicarle que gire lentamente su cabeza en círculos para relajar la musculatura
cervical.
El temblor de las manos es un síntoma muy molesto y difícil de controlar. Una manera de
ayudar a la persona enferma es indicarle que sostenga algún elemento en la mano que
tiembla.
Las caminatas pueden ser apoyadas por un andador, pero el andador corriente, aunque
evita que la persona enferma acelere mientras avanza, también detiene el inicio de la mar-
cha. Además, el hecho de tener un “obstáculo” delante impide aumentar la velocidad. Un
andador con ruedas o una simple silla con ruedas posibilitan un andar continuo.
1 Estos temas complementan lo revisado en las Fichas n.° 3 y n.º 4, correspondientes al Encuentro N.° 3 (Módulo 4).
Algunas sugerencias:
• Establecer rutinas diarias: una rutina puede disminuir la toma constante de decisiones y
traer orden y estructura a la vida cotidiana. Las rutinas otorgan seguridad a la persona
enferma con Alzheimer. A pesar de que una rutina pueda ser útil, es importante mantener
las cosas lo más normales posible. En la medida en que la situación lo permita, es impor-
tante tratar a la persona de la misma manera que se lo hacía antes de la enfermedad.
• Mantener la independencia de la persona: es necesario que mantenga su independen-
cia el mayor tiempo posible. Ayuda a que mantenga su autoestima. Siempre se deberá
evaluar cada caso, ya que sólo podrá hacerse cuando no represente un riesgo para él
o ella, o para otros.
• Ayudar a mantener la dignidad de la persona: algunas actividades planeadas pueden
ayudar a elevar el sentido de la dignidad y autoestima, dándole un propósito y signifi-
cado a la vida. Una persona que fue ama de casa, comerciante, jardinero, etc., puede
sentirse mejor si practica las habilidades relacionadas con esas tareas.
• Simplificar las tareas: simplifique las actividades de la persona enferma. No le ofrezca
demasiados elementos para elegir.
• Conservar el sentido del humor: reírse con la persona enferma con Alzheimer y no de
ella. El humor alivia el estrés.
• Las medidas de seguridad: las pérdidas de la coordinación física y de la memoria aumen-
tan las posibilidades de lesionarse, por eso es necesario mantener el hogar lo más seguro
posible. El baño y la cocina son los lugares más peligrosos para la persona enferma.
Además, es posible que a veces no les interese comer, ya que la comida les resulta amarga
o con gusto feo o metálico. En ese caso, es conveniente consultar al médico.
• Sean nutritivas.
• Mantengan buenas condiciones de higiene en la preparación y servicio.
• Tengan un buen aspecto (deben ser apetitosas).
El cuidador o cuidadora debe tener en cuenta que alimentarse bien no es comer mucho.
Alimentarse bien significa ingerir distintos tipos de alimentos que aseguren el desarrollo y
mantenimiento de todos los órganos con salud, vigor y bienestar.
1 La información de esta ficha es compilación y adaptación de diferentes fuentes: Cuadernillo del curso de capacitación “Auxiliar para
la atención y cuidado de personas”, Servicio Social San Cayetano-Programa Formujer, octubre 2002; ¿Cómo cuidar mejor? Manual
para cuidadores de personas dependientes, Cuba (http://www.sld.cu/galerias/pdf/sitios/gericuba/como_cuidar_mejor.pdf).
Si la persona enferma está satisfecha luego de haber comido una cantidad pequeña, es
importante:
• Que coma pequeñas cantidades pero muchas veces por día.
• Que mastique despacio los alimentos y no se recueste durante la digestión.
• Que limite la cantidad de líquidos durante las comidas.
Para tratar estos casos, el cuidador o cuidadora puede tener en cuenta que:
• Si es posible, puede ayudar a la persona enferma a ir afuera y ubicarla en una silla con-
fortable cerca de la familia.
• Se le puede proveer un bastón para reducir el miedo a las caídas y ayudar a que se
sienta más independiente.
• Si la persona está muy enferma y no puede salir de la cama es importante:
• prevenir que las articulaciones de los brazos y las piernas se pongan rígidas;
• prevenir los problemas de respiración: para esto, alentarla a respirar profundamente
varias veces y a escupir las excreciones;
• prevenir los problemas de la piel cambiándola de posición cada dos horas durante el
día y cada cuatro horas durante la noche.
Las zonas más propensas a la formación de escaras son: escápula, codos, sacro, rodillas,
talones, dedos. Generalmente se descubren en el baño diario.
1 La información de esta ficha es compilación y adaptación de diferentes fuentes: Cuadernillo del curso de capacitación “Auxiliar para
la atención y cuidado de personas”, Servicio Social San Cayetano-Programa Formujer, octubre 2002; ¿Cómo cuidar mejor? Manual
para cuidadores de personas dependientes, Cuba (http://www.sld.cu/galerias/pdf/sitios/gericuba/como_cuidar_mejor.pdf); Cuidar
al que cuida. Un manual de apoyo a cuidadores de pacientes con Alzheimer y crónicos domiciliarios, Arrate Azkoaga Etxebarria,
(http://andarrat.free.fr/).
El baño
En los casos en que la persona enferma no pueda bañarse sola, resulta conveniente ayu-
darla en aquello que no puede hacer y cuidándola para que no se caiga ni se lastime.
El baño en la cama
Material necesario:
• Toallas y toallón (diferentes para la cara y para el cuerpo).
• Dos manoplas de distinto color, una para la cara y otra para el cuerpo.
• Esponja de baño o tela suave.
• Algodón o gasa.
• Jabón neutro, champú, acondicionador, pasta dental, cepillo de dientes, cepillo de uñas,
afeitadora de hoja o eléctrica, alicate, vaso, desodorante, colonia, etc.
• Dos baldes con el agua a la temperatura adaptada a la persona.
• Una palangana para recoger el agua de baño.
• Una manta de baño para cubrir al paciente.
• Ropa limpia (camisón o pijama).
• Sábanas adicionales, si se requieren (zalea de hule, por ejemplo).
• Chata o papagayo.
10. Colocar la toalla de baño a lo largo, bajo el brazo de la o el paciente. Lavar y secar esta
extremidad con fricciones largas, firmes, desde la mano hacia el hombro. Lavar bien la
axila. Repetir el procedimiento con el otro brazo.
11. Poner las manos del paciente en la palangana, lavarlas y secarlas, prestando atención
especial a los espacios interdigitales.
12. Doblar la manta de baño debajo del área púbica de la o el paciente y colocar la toalla a
lo largo del pecho y del abdomen. Lavar y secar ambas zonas prestando atención especial
a los pliegues bajo las mamas. Mantener esas áreas cubiertas con la toalla entre el lavado
y el aclarado. Sustituir la manta de baño cuando hayan sido secadas.
13. Ayudar a la o el paciente a colocarse en posición boca abajo o lateral. Ubicar la toalla
de baño a lo largo de la espalda y de los glúteos. Lavar y secar la espalda, los glúteos y la
parte superior de los muslos, prestando atención especial a los pliegues glúteos. Se puede
dar un masaje en la espalda.
16. Ayudar a la persona a que emplee cualquier elemento higiénico que desee y para que
se ponga la ropa limpia. Si tiene suero, meter primero la botella por la manga donde se
encuentra.
17. Realizar el tendido de la cama y ayudar a la o el paciente a ubicarse en una posición
cómoda.
Bañarse, hacer sus necesidades, desnudarse y cambiarse son actividades que para la
persona dependiente pueden representar una pérdida de intimidad y despertar sentimien-
tos de pudor. Este es un valor muy personal y que varía mucho según las tradiciones, las
culturas, el sexo, la manera de ser, etc. Sin embargo, es universal la humillación que una
persona siente cuando alguien la toca o invade sin su consentimiento. Por eso puede ocu-
rrir que a veces sea difícil ayudar a la o el paciente y que se lleguen a producir situaciones
violentas, como por ejemplo que no quiera hacerlo delante de personas extrañas o del otro
sexo, o bien sentimientos de incomodidad, vergüenza y rechazo de ambas partes.
En estas ocasiones se requiere especial sensibilidad por parte de quien está a cargo del
cuidado. Es importante desenvolverse con naturalidad y sencillez, tratando de que las pa-
labras y los gestos transmitan siempre respeto, preservando la autonomía e intimidad de la
o el paciente el mayor tiempo posible.
Cuidado de la boca
El cepillado de los dientes se debe hacer cuatro veces al día después de cada comida y
antes de acostarse. Es aconsejable el uso de un cepillo medianamente blando, de cerda,
ya que disminuye el riesgo de traumatismos en las encías, que así mantienen su firmeza.
Registro
Cuando el desempeño del cuidador se da en instituciones, generalmente se maneja la
comunicación escrita. Si bien cada institución usa técnicas particulares, veremos las más
utilizadas.
Técnica de registro:
El registro es una forma de comunicación escrita que contiene los hechos esenciales para
continuar una tarea de atención y cuidado de pacientes.
Cuando informamos:
Los juegos mentales son también muy beneficiosos. Los rompecabezas y los juegos de
ingenio ayudan a mantener la agudeza mental.
Por último, el tiempo de juego es un espacio propicio para la risa, la alegría y la libertad, que
reducen tensiones y producen una sensación de relajación en la vida diaria.
Está comprobado que la risa tiene múltiples ventajas para la salud; al reírnos, todo el orga-
nismo se involucra: el sistema muscular, el nervioso, el circulatorio y el digestivo:
• Constituye un ejercicio que ventila los pulmones, a la vez que calienta y distiende los
músculos, nervios y corazón. Al igual que un ejercicio físico, acelera el ritmo cardíaco,
1 Para la elaboración de esta ficha se consultaron diversas fuentes, entre ellas: Tiempo libre como calidad de vida en el adulto mayor,
Lic. Lucila Santagostino (www.robertexto.com); El recreo para adultos, Cris Woolston (www.paramisalud.com); Los beneficios físi-
cos del juego (www.mibienestar.es); Los efectos somáticos de la risa, Luz Ramírez (www.mujeresdeempresa.com).
Evidentemente, reír cambia el humor: nos hace más optimistas, nos ayuda a desdramati-
zar las situaciones de la vida y a tener una mejor visión de nosotros mismos, del entorno
y sus posibilidades. El deseo de vivir es uno de los efectos terapéuticos más importantes
del humor.
Ejercicio
Se puede considerar la posibilidad del ejercicio de jugar con una pelota suave, caminatas
regulares con la persona, hacer alguna compra, caminar por un centro comercial o hacer
tareas del hogar como barrer el patio. Todo esto ofrece una oportunidad para facilitar a la
persona un poco de ejercicio.
Música y baile
Hay que recordar que a mucha gente con la enfermedad de Alzheimer le agrada cantar
canciones familiares o himnos, practicar el baile o tocar instrumentos musicales.
Lectura
Otra alternativa es tratar de leer cuentos de un periódico, revista o relatos agradables.
Juegos de selección
A la gente que alguna vez le agradaba jugar a las cartas, posiblemente le gustaría seguir
haciéndolo de una forma más simple. También, dependiendo del nivel de habilidad, podría
interesarse por diferentes tipos de cartas u otras actividades como separar botones, mo-
nedas o tarjetas.
Observación y excursiones
Ver películas antiguas o ir al cine. A otras personas les puede gustar observar eventos
deportivos, pasear en auto, salir a cenar, al zoológico, por ejemplo, a un parque o museo
de arte.
La persona enferma con mal de Alzheimer necesita actividad y ejercicio que le brinde re-
creación, sentido de participación, cumplimiento y bienestar.
Si se llega a una situación de desgaste semejante, el primer paso para superarlo es re-
conocerlo y aceptarlo. Pero siempre es mejor prevenir este tipo de cansancio que curarlo
después, tratando de mantener la salud en forma apropiada.
Cuidados de la salud
Para poder desempeñarse en el cuidado de personas, es necesario estar en condiciones
de salud física y psicológica, ya que:
• cuando se cuida a personas enfermas, se hace más fácil la transmisión de enfermeda-
des;
• es necesaria una buena dosis de paciencia y comprensión para contener, sostener y
relacionarse mejor con otras personas.
Cuidados físicos
• Alimentación: uno de los requisitos para cuidar la salud es mantener una dieta balancea-
da, que contenga cereales, frutas, verduras, carnes, lácteos, etc. La calidad y cantidad
de alimentos que se ingiere tiene una acción directa sobre la salud del cuerpo, sobre la
capacidad mental y el comportamiento social. Lo más destacable a tener en cuenta en
este oficio es que es necesario hacer las cuatro comidas diarias: desayuno, almuerzo,
merienda y cena. Si existieran inconvenientes por enfermedad, exceso de peso, etc.,
es aconsejable la consulta a un nutricionista para que indique la cantidad y calidad de
ingestas necesarias. El momento de la alimentación debería ser tranquilo, intentando
no comer a los apurones y masticando suficientemente los alimentos para favorecer la
digestión.
• Descanso: el cuerpo necesita descansar para estar saludable. El descanso puede in-
1 Los contenidos de esta ficha son compilación de diferentes materiales: Cuadernillo del curso de capacitación “Auxiliar para la aten-
ción y cuidado de personas”, Servicio Social San Cayetano-Programa Formujer, octubre 2002; Cuidar al que cuida. Un manual de
apoyo a cuidadores de pacientes con Alzheimer y crónicos domiciliarios, Arrate Azkoaga Etxebarria, (http://andarrat.free.fr/); mate-
rial de la Asociación Lucha contra el Mal de Alzheimer y alteraciones semejantes de la República Argentina (www.alma-alzheimer.
org.ar).
Cuanto mayor es el peso que soportamos por delante de la columna, mayor es el contra-
peso que debemos realizar en la zona lumbar, y mayor la presión que sufre nuestra co-
lumna vertebral. Si aproximamos una carga a nuestro centro de gravedad, el contrapeso a
realizar es muchísimo menor. Además, si flexionamos las piernas y mantenemos la espalda
recta, la fuerza de levantamiento la realizaremos con las piernas, cuya musculatura está
mejor preparada para realizar este movimiento.
Para poder aprovechar la fuerza de las piernas, mantener y cuidar una espalda sana, va-
mos a dar una serie de normas de higiene postural que intentaremos aplicar en nuestro
trabajo diario. Al principio, costará más tiempo, hasta que por repetición consigamos au-
tomatizar estas conductas.
Si aplicamos estas normas higiénicas junto con un correcto agarre del paciente, vamos a
conseguir los distintos tipos de movilización que se precisan en la tarea.
• Cuando más de la mitad del cuerpo esté sobre la cama, termine de subir las piernas.
1 Cuadernillo del curso de capacitación “Auxiliar para la atención y cuidado de personas”, Servicio Social San Cayetano-Programa
Formujer, octubre 2002.
• Elementos corto-punzantes.
• Elementos de pacientes con enfermedades transmisibles.
Residuos biopatógenos • Material de cultivo de laboratorios con posibilidad de transmitir
enfermedades.
• Algodones, gasas, jeringas, vendas.
En la práctica, los residuos con los que se pueden encontrar son los comunes o los biopa-
tógenos, que se tiran en bolsas especiales y tienen las siguientes características:
• son impermeables;
• tienen un espesor mínimo de 30 micrones para la recolección en origen;
• son resistentes al peso.
Manejo de ropa
Clasificación:
Ropa
Los ambientes más usados son el baño y la cocina; en caso de existir más habitaciones,
limpiarlas a fondo y cerrarlas. Ventilarlas semanal o quincenalmente. Los roperos y arma-
rios deben estar en orden permanente: cada elemento se pondrá en su lugar y las ropas
sucias, limpias y planchadas tendrán un lugar.
Es recomendable lavar la ropa sucia el mismo día que se han cambiado. Si no es posible,
dejarlas en una bolsa de polietileno. No dejar ropa en remojo por más de 24 horas.
Es importante tener en cuenta cuáles son las costumbres de la persona, respetarlas dentro
de lo posible y además permitir su participación en la limpieza, siempre que se pueda y no
le ocasione ningún perjuicio. Cuando haya que modificar hábitos, hay que hacerlo en forma
gradual, para que la persona no se sienta invadida.
Mantener la higiene del hábitat de la persona enferma es una medida de prevención, por
lo tanto es indispensable la selección y uso de desinfectantes.
Los desinfectantes son productos que destruyen la mayoría de los microorganismos bio-
patógenos en los objetos, aunque no todos. Para el mejor resultado de la tarea, es impor-
tante efectuar la limpieza antes de la desinfección.
La manipulación de productos puede ser dañina para la piel de las personas, por lo que
siempre hay que usar elementos de protección personal, como por ejemplo guantes.
Precauciones:
• Respetar las instrucciones estrictamente.
• Aunque el olor de los desinfectantes sea suave, pueden dañar la piel.
• Usar recipientes sólo para este efecto.
• Nunca mezclar dos o más desinfectantes diferentes.
• Nunca usar un recipiente que carezca de etiqueta.
• Siempre estar atento al tipo de sustancia y a su propósito específico.
Tipos de desinfección
Aspectos a tener en cuenta para la higiene y desinfección mediante el uso correcto de la
lavandina:
• Mantener la lavandina concentrada en su envase original, bien tapada, en un lugar fres-
co y oscuro.
• No se debe mezclar con detergentes.
• Para que se active, debe diluirse, y esta dilución debe usarse antes de las 24 hs.
• No se deben preparar las diluciones con agua caliente.
• Cuando actúa va perdiendo poder. Esto debe tenerse en cuenta para adecuar la rela-
ción entre solución diluida y material a descontaminar, y para ir renovando las soluciones
que se utilizan.
• El tiempo de exposición al producto debe ser escaso, por eso se recomienda utilizarlo
en el último enjuague.
Modos de dilución:
• Para la limpieza (de baños, mesadas, pisos, paredes), debe actuar 45 minutos. Con-
centración: 125 ml de lavandina en 10 litros de agua o 1 vaso de yogurt en 1 balde de
agua.
• Para la desinfección (lugares contaminados, sangre), debe actuar de 30 a 60 minutos.
Concentración: 625 ml de lavandina en 10 l de agua o 5 vasos de yogurt en un balde
de agua potable.
Los artefactos deben ser limpiados con agua y detergente; de ser necesario se usará cloro,
moderadamente. No se recomienda desodorante.
El piso se lava con agua y detergente, y se seca cuidadosamente. Los elementos del boti-
quín, ordenados, y sólo con lo que la persona a cuidar necesita (con su permiso, desechar
frascos, potes, etc.). No se usarán los mismos elementos de limpieza para baño y cocina.
Se deben combatir moscas, cucarachas y otros insectos.
Limpieza de la cocina
Mantener la cocina limpia y ordenada contribuye al cuidado de la salud.
Tarjeta n.º 1
Caso n.º 1
Ana está en el sanatorio desde hace una semana. Por momentos, el dolor cesa. Está
cansada y sin hambre ni ánimo, y llega la comida a la habitación. El cuidador o la
cuidadora va a compartir este momento de alimentación.
Caso n.º 2
Oscar está en su casa. Hizo el esfuerzo de levantarse de la cama para comer. Comió
un poquito y se siente satisfecho. Tiene muy poco apetito.
Caso n.º 3
Beatriz tiene muchos problemas para masticar y siente ardor en la boca. No le falta
el apetito pero ese malestar en la boca le quita las ganas de comer.
Tarjetas n.º 3
Ir al hospital
Avisar a la familia
Llamar a la ambulancia
Armar el bolso
Guardar documentación
Atender al paciente
Tranquilizar al paciente
Buscar dinero
Solicitar ayuda
Discapacidades: .....................................................................................................................................................
.....................................................................................................................................................................................
.....................................................................................................................................................................................
.....................................................................................................................................................................................
Alergias: ....................................................................................................................................................................
.....................................................................................................................................................................................
.....................................................................................................................................................................................
.....................................................................................................................................................................................
Médico tratante
Nombre:
Dirección:
Teléfonos Consultorio:
Celular:
Particular:
Horarios:
Reemplazante:
Cobertura mé-
dica
N.° de afiliado:
Emergencias /
teléfono
Sanatorios
u hospitales
sugeridos para
internación:
Requisitos de la receta
Farmacia: ...................................................................
...................................................................
...................................................................
...................................................................
Kinesiólogo
Dirección:
Teléfono:
Apoyo psicológico
Dirección:
Teléfono:
Otros (especialidad):
Dirección:
Teléfono:
Empleador
Nombre: ......................................................................................
Teléfono: ......................................................................
Dirección: ...............................................................................................
Fecha de pago: ........................................................................................
Trámites a realizar
Rendición de cuentas (guardar todos los tickets en una caja, ordenados por fecha
y rubro)
Mes:
Dinero recibido: $
Alimentación
Administración de medicamentos
Medios de transporte
Compras sugeridas
Procedimiento sugerido
1.
2.
3.
4.
Fecha:
Nombre:
Instructor/a:
Evaluación individual
Fecha:
Nombre:
Instructor/a:
¿Qué tendría que tener en cuenta para tratar con la esposa de Esteban?
Explique la técnica para movilizar a Esteban en la cama. ¿Qué ejercicios cree que
puede realizar Esteban?
Tiene que llevar a Esteban al hospital para que le hagan una radiografía. ¿Cómo or-
ganiza la tarea? ¿Qué necesita?
Definimos nuestro
proyecto ocupacional
Módulo 5: Definimos nuestro proyecto ocupacional
Tiempo
Encuentro Tema Actividad
(minutos)
En este módulo se abordarán, entonces, las diferentes etapas que deberán recorrer
los y las participantes para la construcción de sus proyectos ocupacionales.
bjetivos
• Orientar a los y las participantes en la construcción de
sus proyectos ocupacionales en materia de empleo y/o
formación.
• Fortalecer sus capacidades para la búsqueda de em-
pleo y de ofertas formativas adecuadas a sus perfiles e
intereses.
• Brindar información y herramientas para planificar y encarar la búsqueda de em-
pleo.
Proyecto ocupacional
Actividad 1:
¿Qué es un proyecto ocupacional?
Objetivo
• Comprender la noción del proyecto ocupacional y las etapas a recorrer para su cons-
trucción.
Tiempo estimado
120 minutos Nota para el/la
instructor/a
Desarrollo
a. Solicite a los y las participantes que conformen cuatro
grupos y pídales que imaginen la siguiente situación.
En grupos, describan los posibles pasos que deberían realizar desde el día en que to-
man la decisión de viajar hasta la fecha que indica el pasaje aéreo, tanto en relación con
el empleo como con el viaje a realizar.
Ejemplo:
• En relación con el empleo:
Paso 1: Negociar con el empleador…
Paso 2: Colaborar en la búsqueda de su reemplazante…
b. Invite a realizar una puesta en común de la actividad y anote en el pizarrón o afiche los
distintos pasos propuestos por los grupos.
La situación inicial es lo que da origen al proyecto y la situación futura son los objetivos
que se desean alcanzar. El proyecto es el camino que se recorre, el conjunto de ac-
ciones que nos llevan de una situación a la otra. (Por ejemplo, en el caso planteado, la
situación inicial es el cobro de la herencia y la situación futura el recorrido por México.)
e. Presente las diferentes etapas en la construcción del proyecto ocupacional. Para ejem-
plificar, retome los trabajos realizados por los y las participantes al inicio del curso.
Por ejemplo, muestre que cuando recuperaron los conocimientos y habilidades que
habían adquirido en sus experiencias de vida, seleccionaron los que tenían valor en el
mercado de trabajo y analizaron las características del campo laboral del cuidado de
personas, estaban desarrollando la etapa de autodiagnóstico.
f. Finalmente, señale que para que cada participante pueda trazar ahora su proyecto
ocupacional, será necesario que definan qué quieren lograr, es decir: ¿cuáles son sus
objetivos relacionados con el empleo y/o la formación?
Actividad 2:
¿Dónde y cómo buscar trabajo?
Objetivo
• Identificar fuentes de información sobre empleos.
Tiempo estimado
120 minutos
Recursos
• Pizarrón o papel afiche
• Tizas o marcadores
• Copias del Cuadro n.º 1 (RD M5)
• Recortes con avisos clasificados
Desarrollo
a. Invite al grupo a realizar un intercambio sobre las experiencias de búsqueda de em-
pleo (experiencias propias o de otras personas cercanas). Facilite la conversación
mediante las siguientes preguntas:
b. A medida que los y las participantes relatan sus experiencias, registre la información
en un papel afiche o en el pizarrón, agrupando las diferentes fuentes de información
sobre empleos en las siguientes categorías:
Cuadro n.º 1
Contacto Dirección Teléfono Qué puede Qué conviene Fecha en Fecha del
conseguir decirle que lo próximo
llamé contacto
• Avisos clasificados: lleve varios recortes de avisos clasificados. Solicite a los y las
participantes que escojan alguno. Pida que lo lean y vayan formulando las dudas sobre
palabras desconocidas, consultas y demás.
• Buscadores de internet: explique qué son las páginas web para buscar empleo y el
crecimiento que han tenido los últimos años.
Actividad 3:
Perfil laboral
Objetivos
• Analizar las demandas de empleo que aparecen en los avi-
sos clasificados identificando las competencias laborales
que se solicitan y los requisitos.
• Evaluar si el perfil laboral propio y la disponibilidad con Nota para el/la
que se cuenta se corresponden con lo solicitado. instructor/a
Recursos
• Pizarrón o papel afiche
• Tizas o marcadores
• Avisos clasificados
• Copias de Cuadro n.º 2 (RD M5)
• Copias del Cuadro n.º 3 (RD M5)
Desarrollo
a. Distribuya entre los y las participantes diversos avisos clasificados en los que se so-
licite personal para el cuidado de personas (en domicilios, en instituciones; a niños,
adultos y/o personas enfermas).
Ejemplo n.º 1
Necesito una empleada cuidadora para atender a señora mayor con problemas de movilidad, y
también para la limpieza y cocina en la casa. Es con cama adentro, de lunes a sábados, zona Mi-
crocentro.
Tareas: cuidado de persona mayor, señor de 93 años, muy lúcido. Deberá acompañar y asistir a la
persona en sus actividades diarias, teniendo en cuenta el cuidado integral de la misma (salud, ali-
mentación y cuestiones básicas de higiene). Aclaración: la persona vive en el PH contiguo al de su
familia. Muy buen clima de trabajo. Excelente familia. Requisitos: contar con sólida experiencia en
la actividad. Disponer de referencias laborales comprobables. Muy buen trato interpersonal, calidez,
educación, discreción y modales. Preferentemente, con conocimientos de primeros auxilios. Zona de
trabajo: Avellaneda. Horario: dedicación full time (cama adentro), con un franco semanal rotativo. A
las personas interesadas, enviar su CV a info@chavespaz.com.ar con el asunto “Cuidado de persona
mayor” sin omitir remuneración salarial pretendida. Muchas gracias.
Ejemplo n.º 3
La búsqueda se orienta hacia una persona del sexo femenino, con referencias, que puede oscilar
entre los 25 y 50 años (no excluyente) para que acompañe a mi madre, de 82 años, de lunes a viernes
unas 6 horas (también a conversar). Acompañarla a hacer las compras, ayudarla a cocinar, controlar
la medicación que toma y hacerle compañía. La zona es Vicente López, provincia de Bs. As.
c. Proponga que comparen los requisitos solicitados en los avisos con los aprendizajes
que cada participante ha registrado en sus Planillas de autoevaluación y analicen:
• ¿Los aprendizajes adquiridos son adecuados para desarrollar la tarea que se anuncia
en el aviso? ¿Por qué? ¿En qué se parecen y en qué no?
• ¿Consideran que están capacitados/as para desempeñarse en ese trabajo? ¿Por
qué?
• ¿Consideran que les falta desarrollar algún conocimiento o habilidad?
d. Una vez que han realizado el análisis, solicite que en forma individual completen el
Cuadro n.° 2:
Luego solicite a los y las participantes que en los días próximos realicen un relevamiento
de ofertas de formación laboral vinculadas con la finalización de la educación primaria y
secundaria, o a especialidades que se derivan del cuidado de personas. Aclare que la in-
formación recabada se compartirá en el próximo encuentro. Entregue a cada participante
una copia del Cuadro n.° 3 para registrar la información.
Cuadro n.º 3
Planilla para el relevamiento de ofertas formativas
Institución:
Dirección y teléfono:
Fecha de inicio y de inscripción:
Horarios:
Requisitos:
Arancel:
Título:
Nombre del curso:
Institución:
Dirección y teléfono:
Fecha de inicio y de inscripción:
Institución:
Dirección y teléfono:
Fecha de inicio y de inscripción:
Horarios:
Requisitos:
Arancel:
Título:
Nombre del curso:
Institución:
Dirección y teléfono:
Fecha de inicio y de inscripción:
Horarios:
Requisitos:
Arancel:
Título:
Nombre del curso:
Institución:
Dirección y teléfono:
Fecha de inicio y de inscripción:
Horarios:
Requisitos:
Arancel:
Título:
Actividad 4:
¿Qué quiero lograr?
Objetivo
• Definir los objetivos del proyecto ocupacional personal de cada participante.
Tiempo estimado
120 minutos
Recursos
Recomendaciones para el/la
• Pizarrón o papel afiche instructor/a
• Tizas o marcadores
A partir de la información relevadas so-
• Hojas bre ofertas formativas, pueden gene-
• Copias de señales de tránsito (RD M5) rar una “Guía de recursos educativos”
(puede ser una carpeta con todas las
• Copias del Cuadro n.º 3 (RD M5) fichas relevadas) vinculadas con el perfil
de cuidado de personas y educación
de adultos, que esté disponible para la
Desarrollo consulta de los y las participantes.
a. Comience retomando lo trabajado en el
encuentro anterior acerca de los requeri-
mientos del mercado laboral y las necesi-
dades de capacitación para acceder a un puesto de trabajo. Resalte la importancia
de la formación, que posibilita, entre otras cuestiones, tener mayores herramientas
para insertarnos en el mercado laboral.
b. Invite a los y las participantes a compartir la información relevada sobre ofertas for-
mativas.
c. Luego proponga que, tomando como referencia las herramientas trabajadas en los
encuentros anteriores (la información sobre ofertas formativas, el análisis de los avisos
clasificados, el análisis de la adecuación del perfil de cada uno al perfil demandado en
los avisos), formulen en forma individual el o los objetivos de su proyecto ocupacional
(recordando que estos se refieren a la situación que desean lograr).
Explique que ahora, a partir de la definición de los objetivos del proyecto, se analizarán
los aspectos que pueden facilitar u obstaculizar el logro de los mismos. Para ello se
d. Proponga a los y las participantes que escriban el o los objetivos formulados (la meta
o las metas que desea alcanzar) en el borde inferior de una hoja en blanco. En el resto
de la hoja tendrán que diseñar el plano o la ruta que seguirían para alcanzar la meta
(se sugiere graficar en una pizarra o afiche en forma demostrativa):
Distribuya a cada participante una copia de las señales de tránsito y explique el signifi-
cado de cada una para esta actividad.
Para representar los obstáculos, pueden utilizarse las siguientes señales viales:
e. Explique que para elaborar la hoja de ruta personal deberán recortar y pegar las seña-
les de tránsito para indicar los obstáculos que consideren que tienen para alcanzar la
meta planeada. También deberán recortar y utilizar la figura de la estación de servicio
para indicar qué recursos necesitan para alcanzar sus metas. La figura de descanso
se utilizará para representar los apoyos o las personas con las que cuentan y las al-
ternativas de solución a los obstáculos identificados.
Actividad 5:
¿Cómo elaboro mi currículum vítae?
Objetivos
• Aprender a elaborar un currículum vítae.
• Seleccionar los aspectos del perfil a destacar.
Tiempo estimado
120 minutos
Nota para el/la
instructor/a
Recursos
Para el desarrollo de este
• Pizarrón o papel afiche tema, le sugerimos leer la
• Tizas o marcadores Ficha n.º 3 en HC M5.
• Copias del Modelo n.º 1 (RD M5)
Desarrollo
a. Invite a dos personas que de manera voluntaria quieran
participar. Llame a una de ellas aparte (la persona A) y explíquele que deberá realizar
una presentación personal ante sus compañeros y compañeras que no podrá durar
más de 1 minuto. Se trata de presentarse a sí mismo/a para desempeñarse como
cuidador o cuidadora de personas, como si debiera ofrecerse a un posible empleo.
Aclare que cuenta con cinco minutos para preparar su presentación. A la segunda
persona voluntaria (persona B) explíquele que luego le dirá qué hacer.
b. Luego, pida a los observadores que comenten sobre lo que vieron en cada presen-
tación. ¿Qué características tuvo la presentación de cada uno? ¿Cumplieron con el
tiempo estimado para la presentación? ¿Qué diferencias advierten entre ambas pre-
sentaciones? ¿A qué creen que se debe?
Oriente el debate y señale la importancia de preparar el discurso con el que queremos
presentarnos, relacionando y organizando la información que resulta de interés a la per-
sona o empleador a quien nos estamos remitiendo.
Pregunte al grupo:
• ¿Alguna vez elaboraron un CV?
• ¿Qué datos consignaron?
Explique que para elaborar un CV es necesario tomarse un tiempo para reflexionar sobre:
• el perfil laboral, es decir, los conocimientos, las habilidades y experiencias que tienen
valor para el trabajo;
• los aspectos que desean priorizar para presentarse en un determinado trabajo; y
• los aspectos de la propia experiencia y formación que más se ajustan al puesto.
e. Proponga a los y las participantes que se agrupen de a tres y elijan uno de los avisos
clasificados con los que han venido trabajando. Entregue una copia del Modelo n.º 1
(RD M5) a cada integrante y explique que deberán trabajar de la siguiente manera:
• Leer el aviso y realizar un listado de las tareas involucradas en el empleo que se de-
manda y de los conocimientos, habilidades y actitudes que se demandan.
• Retomar las planillas de autoevaluación y marcar los aprendizajes que más se acercan
a lo solicitado para el empleo. Aunque cada integrante del grupo trabajará con su plani-
lla, podrá consultar al resto sus dudas o dificultades en el desarrollo de la actividad.
• Elaborar y escribir el propio currículum siguiendo el modelo entregado.
Datos personales
Estudios cursados
Se coloca el nivel más alto de estudios alcanzado. Si es terciario o universitario, colo-
car también los estudios secundarios.
Se consigna:
• Título obtenido. Establecimiento. Año de egreso.
• Cursos realizados: todos los cursos de los cuales se puede dar cuenta por medio
de algún tipo de certificación.
Otros conocimientos
Aquí se consignan conocimientos que tenemos pero no podemos certificar, por
ejemplo, manejo de PC o idiomas.
Antecedentes laborales
Lo más sencillo es colocar los datos del siguiente modo:
Período trabajado:
Empresa:
Puesto ocupado:
Tarea desempeñada:
Otras actividades
Se pueden mencionar otras actividades que se consideren relevantes, como la perte-
nencia a organizaciones, instituciones, voluntariados, reconocimientos obtenidos, etc.
Actividad 6:
Carta de presentación
Objetivo
• Aprender a elaborar una carta de presentación.
Tiempo estimado
120 minutos
Nota para el/la
Recursos instructor/a
• Recortes de avisos clasificados Para el desarrollo de este
• Copias de Modelos n.º 2, 3 y 4 (RD M5) tema, le sugerimos leer la
Ficha n.º 4 en HC M5.
• Copias de la Ficha n.º 4 (HC M5)
Desarrollo
a. Comente que con frecuencia los avisos de ofertas la-
borales requieren ser respondidos con una carta de presenta-
ción. La carta de presentación introduce al currículum. Así como éste expresa nuestra
presentación para la búsqueda de empleo, en la carta de presentación manifestamos
más claramente nuestro interés por el puesto y por qué consideramos que somos la
persona más adecuada para él. La carta de presentación es el paso previo a la en-
trevista laboral, ya que el empleador o empleadora se basa en la información que se
brinda en ella para realizar una primera selección.
Ciudad y fecha
(Encabezamiento)
A quién va dirigido
Empresa / Nombre y apellido
Dirección
De mi mayor consideración:
Al respecto, adjunto mi currículum para facilitarle mayor información (o bien: mi formación y experien-
cia para este puesto es la siguiente):
______________________________________________________________________________
______________________________________________________________________________
______________________________________________________________________________
______________________________________________________________________________
________________________________ .
En el último empleo desarrollé las siguientes actividades / funciones / responsabilidades ________
______________________________________________________________________________
______________________________________________________________________________
______________________________________________________________________________
______________________________________________________________________________
____________________ .
Nombre y firma
Domicilio (localidad y teléfono)
Modelo n.º 3
Ciudad y fecha
Encabezamiento
Sres. Geriátrico “Los Abuelos”
Dirección
Localidad
Provincia
___________________________
Ref. aviso (puesto, diario, fecha)
De mi mayor consideración:
Tengo el agrado de dirigirme a ustedes para postularme como _______________ en relación con la
búsqueda de referencia.
He trabajado durante tres años en un geriátrico de la zona, ocupando un puesto de similares carac-
terísticas. Poseo excelentes referencias comprobables.
Nombre y firma
Domicilio (localidad y teléfono)
Modelo n.º 4
Ciudad y fecha
(Encabezamiento)
Sres. ____________________
Presente
_____________
De mi mayor consideración:
Tengo el agrado de dirigirme a Uds. a fin de ofrecer mis servicios en su organización y postularme
como _____________________________________________________ .
Sin otro particular, y agradeciendo desde ya la atención prestada, los saludo cordialmente.
Nombre y firma
Domicilio (localidad y teléfono)
d. Finalizada la tarea, proponga que intercambien la carta redactada con otro u otra par-
ticipante para que la lea, complete, corrija, según le parezca.
e. En plenario, solicite a cinco participantes que lean sus cartas. Aclare las dudas e
interrogantes que se presenten y señale los aspectos más importantes que vayan
surgiendo.
f. A modo de cierre y de revisión de todo lo visto, distribuya copias de la Ficha n.º 4 (HC
M5) para leer en plenario y aclare dudas si fuese necesario.
Actividad 7:
Entrevista laboral
Objetivo
• Conocer los aspectos centrales de una entrevista laboral.
Tiempo estimado
120 minutos
Nota para el/la
Recursos instructor/a
• Pizarrón o papel afiche Para el desarrollo de este
• Tizas o marcadores tema, le sugerimos leer la
Ficha n.º 5 en HC M5
• Copias de la Guía n.º 1 (RD M5)
• Copias de la Ficha n.º 5 (HC M5)
Desarrollo
a. Solicite a los y las participantes que se dividan en cuatro grupos. Luego
proponga que representen una entrevista laboral acorde a una de las siguientes situa-
ciones enunciadas:
Solicite que cada grupo nombre a un o una integrante que no participe de la represen-
tación y que cumpla el rol de observador u observadora.
b. Entregue a los y las participantes observadores copias de la Guía n.º 1 (RD M5):
2. Desarrollo de la entrevista:
Otras observaciones:
(Registre la presencia o ausencia de rasgos o sesgos discriminatorios)
………………………………………………………………………………………………………
………………………………………………………………………………………………………
………………………………………………………………………………………………………
………………………………………………………………………………………………………
……………………………………………………………………………………………..
• El saludo y la presentación.
• El desarrollo de preguntas y respuestas recíprocas.
• El cierre de la entrevista.
g. Finalmente, distribuya copias de la Ficha n.º 5 (HC M5) solicite su lectura en ple-
nario a fin de que puedan profundizar y revisar la información trabajada.
Actividad 8:
Mi plan de acción
Objetivo
• Construir una secuencia de actividades o plan de acción para implementar el proyecto.
Tiempo estimado
120 minutos
Recursos
• Copias del Cuadro n.º 4 (RD M5)
Desarrollo
a. Realice una breve presentación explicando que una vez definidos los objetivos del
proyecto, se deberá trazar un plan de actividades para su implementación, calcular
los tiempos que llevará cada una y los recursos que demandará.
b. Proponga a cada participante que elabore un listado de las actividades que deberá
realizar para llevar adelante su proyecto ocupacional, que identifique los recursos que
necesitará y los tiempos que le demandará. Para hacerlo, pida que retomen:
c. Luego, conforme grupos de tres o cuatro personas y solicite que analicen el listado
realizado por cada integrante del grupo, aporten sus comentarios y colaboren con
quien tenga dificultades. Cada integrante deberá registrar sus actividades en el Cua-
dro n.º 4 (RD M5).
Actividades
d. En plenario, solicite a los y las participantes que presenten sus planes de acción y
evalúe con ellos la pertinencia de las actividades para alcanzar el objetivo que se han
propuesto, posibles obstáculos y alternativas de resolución.
Actividad 9:
Tiempo de cosecha
Objetivo
• Expresar el significado de la experiencia de aprendizaje a nivel personal y grupal.
Tiempo estimado
120 minutos
Recursos
• Afiches
• Hojas
• Marcadores
Desarrollo
a. Realice una pequeña introducción comentando que en este último encuentro, a modo
de cierre, se pretende poder compartir lo que significó para cada uno de los y las par-
ticipantes, la experiencia de la trayectoria de aprendizaje recorrida y a la vez identificar
qué cosas han “cosechado” a nivel personal y grupal.
b. Solicite que conformen grupos de no más de cuatro personas y proponga que cada
grupo escriba un graffiti donde se exprese lo vivido y lo que imaginan del mañana.
e. Luego, cada participante lee lo que le regalaron. Si lo desea, puede expresar algo al
grupo.
En esta etapa se trata de definir qué se quiere lograr, en cuánto tiempo y con qué recur-
sos. Definir los objetivos es tomar decisiones, y ello implica poder detenerse y analizar las
oportunidades y los obstáculos que se pueden presentar. Por ello es importante que las
personas puedan pensar en qué tiempo quieren lograrlos y con qué recursos cuentan para
hacerlo.
En las decisiones sobre los objetivos del proyecto, se deberán tener en cuenta aspectos
tales como:
• Si el objetivo es postular para un empleo, ¿cuáles son las condiciones laborales (hora-
rios, tipo de contrato, derechos y obligaciones, movilidad, vestimenta, etc.)?
• Si el objetivo es formarse, ¿cuáles son los requerimientos (carga horaria, porcentaje de
asistencia, distancia al lugar de la formación, aranceles, movilidad, acceso a materiales
de formación, espacio físico adecuado en su casa para realizar actividades o estudio,
vestimenta, etc.)? ¿Puedo combinar las dos cosas, trabajar y al mismo tiempo hacer
algún curso?
• ¿Cuáles son los condicionantes familiares y sociales para la consecución de los objeti-
vos? ¿Cómo organizar el tiempo propio?
• ¿Cómo se pueden revertir? ¿Existen en la zona servicios de apoyo públicos o privados?
¿Existen redes familiares, comunitarias, barriales, de apoyo y resolución de necesida-
des? ¿Qué alternativas se pueden implementar para resolver los obstáculos?
Una vez definidos los objetivos del proyecto, se deberá trazar un plan de actividades para
lograr los objetivos, calcular los tiempos que llevará cada una y los recursos. Si el objetivo
es lograr la inserción laboral, el plan de actividades deberá organizar el proceso de bús-
queda de empleo. Para ello será necesario:
Una vez transitadas las etapas de diseño del proyecto ocupacional, llega el momento de
probarlo, de ponerlo en marcha en el contexto real.
Durante la implementación puede ser necesario realizar ajustes ante la aparición de proble-
mas que no fueron contemplados, o de situaciones nuevas que pudieran surgir durante la
ejecución. Es importante recordar que un proyecto es un proceso dinámico, en el que los
mismos cambios que produce pueden generar nuevos escenarios que demanden modifi-
caciones en el plan inicialmente diseñado.
Para los avisos clasificados se utilizan en general abreviaturas y siglas, cuyo significado es
útil conocer:
• En los diarios nacionales y provinciales, suele haber pedidos que incluyen zonas de todo
el país. En cada lugar la publicación de los avisos tiene días específicos.
• Los diarios o periódicos locales y las revistas barriales publican avisos de ofertas y pe-
didos de personal para empresas de su zona de influencia.
• En los diario que contienen suplementos especializados (Economía, Agricultura, Arqui-
tectura, Educación, etc.) aparecen avisos relacionados con esos sectores y también
pueden contar con secciones dedicadas a jóvenes profesionales, que les ofrecen la po-
sibilidad de publicar un aviso gratuito ofreciendo sus perfiles técnicos o profesionales.
• En la sección “clasificados” de algunos diarios se publican listados de las empresas de
personal temporario y de consultoras.
• En Internet pueden encontrarse sitios especializados en la búsqueda de personal (bol-
sas de trabajo virtuales) y espacios destinados a la publicación gratuita de “ofrecidos”.
b. Estudios realizados
Aquí se deben consignar los estudios realizados, tanto los formales como los cursos o ac-
tividades de formación profesional. Es conveniente no omitir ningún curso que se relacione
con la actividad laboral a desarrollar, independientemente de la duración de esa actividad
formativa.
Estudios: consignar el máximo nivel educativo formal alcanzado (por ejemplo, primaria,
secundaria, terciario, universitario), el nombre del establecimiento donde los realizó y fecha
de egreso.
Formación profesional: consignar nombre del curso, institución, duración del curso (por
ejemplo, 120 hs.) y fecha.
c. Experiencia laboral
Es importante presentar todas las experiencias laborales, tanto las remuneradas como las
no remuneradas, siempre que tengan alguna relación con el empleo ofrecido.
Se debe nombrar la empresa, institución o familia para la que se trabajó, las principales ta-
reas desempeñadas y durante cuánto tiempo. Se comienza por el último empleo siguiendo
un orden cronológico inverso.
d. Otras actividades
Se pueden mencionar otras actividades que se consideren relevantes como, la pertenen-
cia a organizaciones, instituciones, voluntariados, reconocimientos obtenidos, etc.
Estructura de la carta
Toda carta de presentación tiene una estructura determinada cuyo contenido varía según
el destinatario y objetivo de la misma.
Básicamente, existen dos tipos de carta de presentación y la diferencia entre una y otra
radica en la circunstancia en la que son presentadas.
¿Cómo termino?
• Tercer párrafo
-Le quedo muy agradecido/a por haber leído esta carta…
-A la espera de su llamado le agradezco la atención dispensada…
-Le agradecería que tomase en cuenta esta solicitud en la selección que realicen para el
puesto demandado…
¿Cómo termino?
• Tercer párrafo
-Esperando que su institución/empresa esté interesada en mi solicitud me despido de us-
ted atentamente
-A la espera de una entrevista, lo/a saludo atentamente
-Adjunto mi currículum vítae. Quedo a la espera de una entrevista para profundizar aspec-
tos de mi perfil que resulten de su interés.
-Sin otro particular, aprovecho esta oportunidad para saludarlo/a cordialmente.
1. El saludo y la presentación.
2. El desarrollo de preguntas y respuestas recíprocas.
3. El cierre de la entrevista.
Antes de la entrevista:
• Preparar cuidadosamente la documentación necesaria: currículum vítae, carta de pre-
sentación, otros.
• Estar dispuesto/a a ofrecer ciertos servicios más que a “pedir empleo”.
• Analizar el perfil propio y las ventajas del mismo que puedan ser ofrecidas para el de-
sempeño del puesto.
• Anticipar preguntas y posibles respuestas.
Después de la entrevista:
Es conveniente sacar las propias conclusiones: en qué aspectos se sintió seguro/a, qué es
lo que podría haber evitado, añadido, qué es lo que tiene que mejorar.
Este compromiso requiere de una serie de actitudes por parte del empleado/a o prestador/a
de servicio que redundarán en su propio beneficio:
• Puntualidad.
• Responsabilidad.
• Vestimenta acorde al trabajo (adecuada, cómoda; por ejemplo, presentarme a trabajar
a un hogar de día o geriátrico donde tengo que ayudar a una persona con movilidad
restringida y usar taco alto, probablemente obstaculice y dificulte mi movilidad).
• No importa la marca de ropa, lo que importa es la adecuación de la vestimenta al medio
de trabajo. Estilo sobrio, limpieza y prolijidad son tres puntos clave para el aspecto ideal
que no van en detrimento de la propia personalidad.
• Amabilidad en el trato.
Recomendaciones:
• Llevar su documento de identidad.
• Apagar el celular.
• Tener información previa sobre el empleador/a.
• Cuidar el aspecto personal.
• Ser puntual.
• Esperar que el entrevistador/a indique que podemos sentarnos.
• No mostrarse ansioso/a.
• Resaltar lo que uno/a tiene para dar.
• Cuidar los gestos.
Cuadro n.º 1
Red de contactos
Contacto Dirección Teléfono Qué puede Qué conviene Fecha en Fecha del
conseguir decirle que lo próximo
llamé contacto
Cuadro n.° 2
Institución:
Dirección y teléfono:
Fecha de inicio y de inscripción:
Horarios:
Requisitos:
Arancel:
Título:
Nombre del curso:
Institución:
Dirección y teléfono:
Fecha de inicio y de inscripción:
Horarios:
Requisitos:
Arancel:
Título:
Nombre del curso:
Institución:
Dirección y teléfono:
Fecha de inicio y de inscripción:
Horarios:
Requisitos:
Arancel:
Título:
Nombre del curso:
Institución:
Dirección y teléfono:
Fecha de inicio y de inscripción:
Horarios:
Requisitos:
Arancel:
Título:
Modelo n.º 1
Currículum vítae
Datos personales
Estudios cursados
Se coloca el nivel más alto de estudios alcanzado. Si es terciario o universitario, colo-
car también los estudios secundarios.
Se consigna:
• Título obtenido. Establecimiento. Año de egreso.
• Cursos realizados: todos los cursos de los cuales se puede dar cuenta por medio
de algún tipo de certificación.
Otros conocimientos
Aquí se consignan conocimientos que tenemos pero no podemos certificar, por
ejemplo, manejo de PC o idiomas.
Antecedentes laborales
Lo más sencillo es colocar los datos del siguiente modo:
Período trabajado:
Empresa:
Puesto ocupado:
Tarea desempeñada:
Otras actividades
Se pueden mencionar otras actividades que se consideren relevantes, como la perte-
nencia a organizaciones, instituciones, voluntariados, reconocimientos obtenidos, etc.
Modelo n.º 2
Ciudad y fecha
(Encabezamiento)
A quién va dirigido
Empresa / Nombre y apellido
Dirección
De mi mayor consideración:
Nombre y firma
Domicilio (localidad y teléfono)
Ciudad y fecha
Encabezamiento
Sres. Geriátrico “Los Abuelos”
Dirección
Localidad
Provincia
___________________________
Ref. aviso (puesto, diario, fecha)
De mi mayor consideración:
Adjunto a la presente mi currículum vítae y espero acceder a una entrevista laboral en la que
podré ampliar los aspectos que consideren pertinentes.
Nombre y firma
Domicilio (localidad y teléfono)
Modelo n.º 4
Ciudad y fecha
(Encabezamiento)
Sres. ____________________
Presente
_____________
De mi mayor consideración:
Tengo el agrado de dirigirme a Uds. a fin de ofrecer mis servicios en su organización y postu-
larme como _____________________________________________________ .
Sin otro particular, y agradeciendo desde ya la atención prestada, los saludo cordialmente.
Nombre y firma
Domicilio (localidad y teléfono)
Guía n.º 1
Observación de entrevistas
2. Desarrollo de la entrevista:
Actitud
Manejo de la informa-
ción
Preguntas formuladas
Otras observaciones:
(Registre la presencia o ausencia de rasgos o sesgos discriminatorios)
………………………………………………………………………………………………………
………………………………………………………………………………………………………
………………………………………………………………………………………………………
………………………………………………………………………………………………………
……………………………………………………………………………………………..
Cuadro n.º 4
Para la elaboración de este manual se ha recurrido a las siguientes fuentes, muchas de los
cuales están disponibles en páginas Web para su consulta.
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