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Instituto Universitario Carl Rogers

Maestría en Desarrollo y Psicoterapia Infantil

Terapia de Juego

Terapia de juego psicoanalítica

Anna Freud, se refiere al juego como un recurso para promover la verbalización


del niño lo que toma como el medio verdadero de análisis durante* el periodo de
latencia, Fríes (1937), proporciona una explicación detallada de la utilización del
juego en el análisis de un niño de cuatro años dirigido bajo la supervisión de Anna
Freud; ella delineó las diferencias entre los enfoques freudianos y kleinianos para
la utilización del juego en el trabajo analítico del niño.

Se emplea el juego como una fuente de indicios hacia la vida interior del niño, pero
enfatiza la conveniencia de ocultar la interpretación hasta que él ha obtenido
acceso a sus experiencias traumáticas únicas y específicas, mediante el manejo
sistemático de sus resistencias.

Melanie Klein (1932), concebía el juego infantil como un equivalente de las


"asociaciones libres" de los pacientes adultos. Su método no sólo utiliza el juego
como un medio para promover la relación y una futura comunicación en el
tratamiento, sino como un fin por sí mismo.

La influencia dominante en la práctica analítica infantil en E.U.A., ha sido la de


Anna Freud.

Técnica: uso del juego en la terapia psicoanalítica infantil

La terapia psicoanalítica en niños y adultos, se basa en el análisis de la resistencia


y la transferencia, y que en el fondo todas las intervenciones se adaptan a estos
fines fundamentales.

El terapeuta debe mantener su atención en el objetivo principal, que es el de servir


como observador participante, y no compañero de juego, este no se utiliza como
un medio para educar al niño ni como un medio para lograr abreacción dentro de
la terapia psicoanalítica infantil o recreación.

Estableciendo contacto

Periodo preparatorio. Para atraer el interés del niño y establecer una transferencia
positiva para promover lo que ahora llamaríamos una alianza de trabajo. Sylvester
y Cooper (1966), "los juguetes proporcionan el modo por el que el niño se
relaciona con el terapeuta, para modular la distancia y cercanía y aun la privacía,
para proporcionar fácilmente un flujo de comunicación" (pág. 626).

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El terapeuta se debe cuidar de sugerir su uso, su posición debe ser permisiva más
no directiva,

Promoviendo la observación

Utiliza como un recurso para establecer contacto con él niño, como medio de
observación y como fuente de información, en ocasiones como un dispositivo que
promueve la comunicación interpretativa.

Para los kleinianos, la situación es sencilla; el juego del niño se considera


totalmente equivalente a las asociaciones libres de los adultos e igualmente
accesible para la interpretación según la teoría kleiniana del desarrollo y la
formación de síntomas.

En el enfoque freudiano el problema es más complejo. El juego es un modo de


conducta egomediadora que sirve a una variedad de propósitos psicológicos. Sólo
una de las fuentes de las que el terapeuta obtiene inferencias sobre el niño. El
juego es un medio de interpretación del niño. Es aquí donde se ponen a prueba la
habilidad, el tacto y la sensibilidad empática, es decir, ¿cómo va a expresar mejor
sus pensamientos (el terapeuta) para que el paciente pueda aceptarlos y
utilizarlos?

Lewis (1974), distinguió niveles de intervención variantes en el análisis infantil, los


que incluyen: afirmaciones de atención, dirigidas a provocar la conciencia del niño
"el contexto básico de sus acciones, verbalizaciones o ambas"; reductivas, las que
buscan demostrar patrones de conducta no advertidos reduciendo los sucesos
dispares a una forma común; situacionales las que buscan hacer al niño
consciente de aquellas situaciones que hacen surgir ciertos afectos o conductas;
interpretaciones de transferencia, que pretenden mostrarle al niño cómo se
reflejan sus conflictos en su relación con el terapeuta; y afirmaciones etiológicas
que buscan unir la conducta actual del paciente con sus sucesos de desarrollo
temprano. Una vez más, el tacto, la habilidad y un reconocimiento de las
capacidades cognoscitivas del niño señalarán qué nivel de comunicación elegirá el
terapeuta y el grado al que enmarcará su comunicación dentro de la metáfora del
juego.

Materiales y su uso

Como en cualquier forma de interacción, la comunicación psicoterapéutica con el


niño debe estar a tono con su nivel de desarrollo afectivo y cognoscitivo. Una
cantidad de materiales de juego compleja provocará más confusión en el niño que
su involucración, además, tenderá a representar al terapeuta como un gratificador
inagotable, en lugar de un colaborador en una institución terapéutica. Estos, no

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sólo son útiles como medio para evaluar las defensas favorecidas, la capacidad
para tolerar la frustración y el nivel de desarrollo del superyó (hacer trampas), sino
también como un medio para generar fantasías y evaluar las habilidades
perceptomotoras.

Erikson (1950), señaló ciertos aspectos importantes de la psicogeografía y


psicodinámicas del juego de importancia clínica para el terapeuta infantil. En
particular hace diferencia entre los diversos terrenos en los que se desenvuelven
la fantasía y el juego del niño la autosfera, refiriéndose al cuerpo y funciones
corporales del niño; micrósfera, o el mundo de los objetos y materiales de juego; y
macrósfera, el mundo mayor de la situación terapéutica incluyendo al terapeuta.
Erikson señala que el juego del niño en la micrósfera en ocasiones puede referirse
a sus preocupaciones en la autósfera.

Alrededor de la preadolescencia, el uso del juego por lo general desaparecerá de


la experiencia de tratamiento, pero reflejar a la vez deseos relacionados con la
macrósfera. Muchachos que encuentran hablar de fantasías sexuales nacientes e
impulsos masturbatorios, demasiado vergonzoso y atemorizante como para
comentarlos, y recurren a jugar compulsivamente "a cachar", o juegos de fichas
como un medio para controlar su ansiedad.

Características del terapeuta

El terapeuta debe poseer también ciertas características de personalidad. Ser lo


suficientemente maduro para poder empatizar sin sobreidentificarse, permitirse
cierta medida de regresión controlada sin perder su capacidad para observar e
interpretar y soportar presiones afectivas intensas sin perder el control. Debe tener
una base profunda en desarrollo infantil y experiencia en la observación de niños
normales y desviados en diferentes situaciones. Debe estar profundamente
familiarizado con la teoría psicoanalítica del desarrollo de la personalidad.

La función del terapeuta es observar, intentar entender, integrar y finalmente


comunicar los significados del juego del niño con el fin de promover el
entendimiento del mismo sobre su conflicto hacia el fin de una resolución más
adaptativa. El juego en la terapia psicoanalítica no se concibe como un agente
terapéutico sino como uno de muchos instrumentos mediante los que el niño y el
terapeuta se comunican cuál será su objetivo terapéutico común.

Terapia de juego centrada en el cliente (no directiva)

Axline, la creadora de la terapia de juego no directiva o centrada en el cliente,


hace una gran distinción entre este tipo de terapia y otros métodos: "La terapia de
juego puede ser directiva en cierta forma, es decir, el terapeuta puede tomar la

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responsabilidad para guiar e interpretar, o puede ser no directiva, el terapeuta
puede dejar la responsabilidad y dirección al niño" (1947, pág. 9).

El papel del terapeuta es facilitar el crecimiento del niño, ofreciendo al individuo la


libertad de ser él mismo sin enfrentar la evaluación o presión para cambiar. Axline
(1947), describe el proceso como "una oportunidad que se ofrece al niño para
experimentar el crecimiento bajo condiciones más favorables".

Las terapias de juego centradas en el cliente se atribuyen a la teoría rogeriana del


desarrollo de la personalidad y restauración que sustentan la terapia centrada en
el cliente adulto, con diferencias sólo en el método (Gendlin, 1970; Rogers, 1951).
Ambos enfoques se derivan de la creencia de que existe una poderosa fuerza
dentro de cada individuo que lucha continuamente por la autorrealización. Se
basan en la suposición de que el individuo de cualquier edad tiene, no sólo, la
habilidad para resolver sus propios problemas de manera satisfactoria, sino
también la posibilidad de crecimiento dentro de él, lo que hace que la conducta
madura sea más satisfactoria que la inmadura.

Adaptación vs inadaptación

Las diferencias entre una conducta adaptada e inadaptada pueden explicarse de


la siguiente manera: Cuando el individuo desarrolla la suficiente autoconfianza,
consciente y prepositiva para dirigir su conducta por evaluación, selectividad y
aplicación para lograr su meta final en la vida (autorrealización), se encuentra bien
adaptado.

Cuando el individuo carece de la suficiente autoconfianza para trazar su curso de


acción abiertamente, se conforma con crecer en la autorrealización en forma
vicaria y hace poco o nada para canalizar este impulso hacia direcciones más
constructivas y productivas, se dice que está inadaptado.

En la terapia de juego no directiva el terapeuta reacciona al niño en lugar de iniciar


la acción según sus propias perspectivas. Se resalta la participación del terapeuta
en el juego (dirigido por el niño), y los límites de la conducta del niño (expresión no
verbal), para facilitar el proceso del juego para ambos.

Finke (1947), desarrolló un sistema para codificar las conductas de las sesiones
de juego, que dieron evidencia de un proceso de tres etapas:

Etapa I: El niño se muestra reticente o muy parlanchín y explora el cuarto de


juego. Si muestra agresión lo hace aquí. Etapa II: La agresión disminuye y el niño
prueba los límites del cuarto de juego. Etapa III: Los esfuerzos del niño se dirigen
a intentar una relación con el terapeuta incluyéndolo en los juegos. Las etapas I y
II son cortas, la III ocupa la mayor parte de las sesiones.
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Series de estudios describieron seis etapas de la terapia de juego que parten de
expresiones indiferenciadas hasta sentimientos negativos y positivos claros,
discriminados fácilmente entre sí en la forma de expresión por parte de los niños.
Al final, observaron que los sentimientos positivos predominaron y se encontraban,
en general, de acuerdo a la realidad. Moustakas (1955), encontró que ambos
expresaban actitudes negativas, pero los niños perturbados tenían un número
significativamente mayor de sentimientos negativos y los expresaban con más
intensidad. Algunos investigadores (Singer, 1974; Yawkey, 1980), demostraron el
valor de la fantasía para ayudar a controlar la ansiedad y dominar varios tipos de
luchas internas y externas.

Es estimulante que la presencia de los juguetes puede ser más crítica que su
propia naturaleza, ya que las normas para su selección parecen poco claras.

Requisitos para los terapeutas

Entrenamiento para los terapeutas profesionales se obtiene generalmente en


cursos clínicos que se toman para cumplir los requisitos para graduarse en una
ciencia social o conductual.

Actualmente, con el concepto muy difundido, de las "condiciones esenciales" para


una terapia exitosa (Carkhuff y Berenson, 1969), se incorporan en algunas
habilidades de ayuda y cursos de asesoría, la comprensión y práctica en las
condiciones esenciales de empatía, respeto positivo (aceptación), cordialidad y
legitimidad, se deben expresar.

Muchas personas no profesionales, cuando menos no en el área psicológica, tales


como maestros o enfermeras, entrenadas para usar estos métodos con niños bajo
una supervisión profesional, mostraron que pueden efectuar cambios deseables
en los niños, similares a los creados por profesionales (Guerney y Stover, 1971)

1. Aplicabilidad: El concepto de que el niño trace la ruta más apropiada para la


madurez personal a su propio paso, elimina la necesidad de establecer
metas conductuales específicas para la terapia de cada uno. Ya que la
escuela centrada en el cliente ve los diferentes tipos de inadaptaciones sólo
como diversos tipos de intentos por afirmar las expresiones frustradas del
yo independiente, sin importar la forma que tomen, generalmente, no se
requieren formas específicas para tratar tipos particulares de inadaptación.
2. Contraindicaciones: ¿Existen niños sin la capacidad de lograr la
autorrealización? Hay algunos estudios experimentales y casos que
informan el éxito de la terapia centrada en el cliente en niños con
diagnósticos de, virtualmente todas las categorías posibles. Sólo dos
grupos de niños no se incluyeron en estos informes de eficacia, los
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completamente autistas y esquizofrénicos sin contacto con la realidad. Lo
que sugiere que los daños extremos en las capacidades físicas del
individuo para generar un concepto del yo dentro del contexto del ambiente
social, podrían interferir con una terapia cuyo propósito, es elevar el
autodesarrollo.
3. Tratamiento de grupo vs tratamiento individual: Las preguntas sobre la
aplicabilidad parecen centrarse en diferenciar qué variación de esta terapia
sería la mejor, existen niños para quienes es preferible el tratamiento en
grupo. Ginott es el único que sugiere un criterio concreto para la inclusión
de ciertos individuos. Su criterio principal es evidencia de apetito social, que
definió como "el deseo de ser aceptado por sus semejantes, actuar, vestir y
hablar como ellos los hacen, y establecer y mantener una posición dentro
de sus grupos" (Ginott, 1961, pág. 17). Considera las siguientes categorías
de niños como "no apropiados" para la terapia de grupo: niños con fuertes
rivalidades con hermanos, sociópatas, con impulsos sexuales acelerados,
que hurtan de manera persistente y muy agresivos. Existe una categoría de
niños que según Ginott requiere de terapia individual, estos son los que
sufren fuerte tensión nerviosa, que, en general, resulta de haber
experimentado un trauma grave o una catástrofe. El distraerse con otros
niños no permitiría que reciba la atención individual requerida del terapeuta.
Autor sugiere que la terapia de grupo se reserve para niños mayores de
nueve o diez años. Los niños pequeños se centran sobre las relaciones
adultas en sus vidas y no están todavía orientados principalmente hacia un
compañero. Dentro de la terapia de grupo, los efectos terapéuticos se
generan no sólo por el terapeuta sino también por los miembros del grupo.
Lector debe entender que la mayor diferencia entre la terapia de juego
centrada en el cliente de grupo y la individual es el impacto diferencial del
terapeuta sobre el pequeño

A pesar de que el terapeuta no selecciona ni guía el juego del niño, se cree que el
que se exhibe es más que una función de las dinámicas intra e interpersonales del
niño. Los terapeutas de juego centrados en el cliente, casi siempre aceptan el
principio ecológico de que las conductas expresadas son una función de la
interacción entre las cualidades del individuo y las del medio

La selección de juguetes que se recomienda son aquellos que tienden a producir


conductas de "acting-out" y no aquellos que provoquen una hiperactividad difusa.

Seguir este consejo implicaría el uso de pinturas y crayones, pero evitan pintar con
los dedos. Recomienda que los juguetes (1) permitan la prueba de realidad, (2)
que el niño exprese simbólicamente sus necesidades, y (3) promuevan la catarsis
y el "in-sight". Por lo que deben proporcionarse diversos juguetes, evitando una
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acumulación de pedacería de algunos tipos de juguetes, o de la predilección
personal del terapeuta (Ginott, 1961, págs. 240 a 245). Cuando la meta es
proporcionar una atmósfera permisiva, sería más apropiado utilizar medios
alternativos de expresión. El autor agregaría, cuando menos para niños menores
de ocho años, el acceso a agua y trastos para la misma: coladores, tazas de
medida y cacerolas. Si el agua es corriente, puede ser necesario establecer un
límite en la medida a la que se deben llenar las vasijas.

Axline recomienda una pistola de juguete, que muchos terapeutas, incluyendo al


autor, usan de manera regular. Esto comunica el mensaje instantáneo de que
"aquí se tolerará la agresión en fantasía

Existe la sensación, entre algunos terapeutas de juego de que los niños mayores
no se estimulan e incluso se les humilla, hacia la expresión constructiva La
alternativa es permitir las pinturas y establecer algunos límites en su uso. El autor
las restringe del cuarto de juego, a menos que haya un niño que las desee
particularmente para expresiones creativas en lugar de hacer desorden
únicamente. Las pinturas, y en especial el pintar con los dedos, son un medio
adecuado cuando la meta es proporcionar una experiencia catártica o creativa
bajo supervisión. Si se pueden proporcionar juguetes que permitan el juego en
fantasía de un tipo más maduro, también deben incluirse.

Conductas del terapeuta

En la explicación del método se mencionaron los razonamientos y objetivos del


terapeuta. Sin embargo, ahora se deben describir detalladamente las conductas
específicas que debe tener.

Conductas verbales en forma de respuestas empáticas que se consideran como


reflejos de sentimientos o contenido, son aquellas que demuestran un
entendimiento sobre el estado de la otra persona y de lo que está experimentando
del terapeuta.

Ser sensible y receptivo con objeto de entender con exactitud. Debe prevalecer
una actitud de receptividad completa expresada con atención en forma visual,
facial, muscular y de postura. Comprende la manifestación del entendimiento del
terapeuta para que el niño sepa que lo comprende y que de ninguna manera
rechaza sus percepciones. Las evaluaciones y los juicios no deben formar parte
de las respuestas del terapeuta.

Manifestar comprensión requiere que el terapeuta demore: proporcionar opiniones,


apoyo personal con ejemplos a agresiones o lo que piense que son respuestas
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positivas en una conversación ordinaria. Facilitar la expresión de la otra persona
no es lo que se llama un intercambio común de conversación.

Estructuración

Se puede definir como proporcionar información o la disposición del ambiente para


facilitar respuestas apropiadas a la situación por parte del niño. Describe la
estructura interpersonal y física de la sesión

Afirmaciones personales: Estas se limitan a favorecer la interacción y no


pretenden ser siquiera una plataforma breve para las opiniones del terapeuta. Este
puede dar una contestación a algo que interese al niño.

▪ Límites: El establecimiento de límites es una parte muy importante de terapia no


directiva. Son útiles tanto para el niño como para el terapeuta. Para el niño,
ayudan a definir las áreas en las que es libre de opera La aplicación de límites le
asegura al niño que el adulto no es una persona a quien le interesa poco la
libertad, sino que el terapeuta permite el radio de acción de la libertad. Este tipo de
tolerancia tiene más significado, se toma como un regalo que ofrece alguien que
tiene el poder de quitarlo, pero no lo hace, por el niño.

Interacción: Para los niños pequeños, una introducción sencilla podría ser, "Este
es un cuarto especial, aquí puedes jugar en casi cualquier forma que te guste. Si
hay algo que no debas hacer, yo te lo diré".

Técnica-actividades del terapeuta

Además de las conductas verbales, existen otras que deben considerarse. En el


sentido más amplio, esto se refiere a qué tan involucrado debe estar el terapeuta
con las actividades del niño y cuánta espontaneidad puede permitirse.

Al niño se le permite expresarse sin la preocupación de ser evaluado, criticado o


juzgado, inclusive, cuando se establecen los límites. Esto es lo que hace a la
sesión única y no la participación o carencia de ella por parte del terapeuta. El
enfoque total sobre el niño, con límites razonables sobre acciones comunica que:

1. Ella o él es el objeto de principal importancia durante esa hora.


2. Todos sus pensamientos y sentimientos son aceptables en esa hora, pero
no todas sus conductas.
3. Lo que importa a la terapia es considerar dónde se encuentra el niño, qué
piensa, siente, fantasea, o actúa.

Este tipo de atención personal y no contingente para el niño, es la que caracteriza


a la experiencia única.

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Etapas del proceso de juego no directivo

Durante las primeras sesiones, el niño va a explorar las realidades del tiempo de
juego, al terapeuta como persona, y a sí mismo con relación a este ambiente
social diferente. Es en esta ocasión, cuando se van a probar los límites y cuando
pueden surgir las conductas agresivas. Los niños dependientes trabajarán en sus
necesidades para buscar seguridad y dirección. El terapeuta debe continuar
reafirmando que lo que cuenta es la dirección del niño, y no debe inferir que las
indecisiones significan que necesita la dirección del adulto para jugar, sino que en
ese momento el niño carece de los recursos para iniciar el juego sin ayuda.

Algunos estudios sobre la conducta de los niños y terapeutas durante las sesiones
no directivas, revelaron que la agresión tiende a nivelarse después de la primera
fase, seguida por una manifestación mayor de conductas regresivas. Es durante
las sesiones intermedias cuando empiezan a tener lugar las reorganizaciones de
la personalidad y una creciente aceptación del yo.

Sesiones posteriores tienden a estar más orientadas a la realidad. Aunque se


continúen juegos en fantasía como "role.playing", juegos de títeres etc., existen
más elementos reales en ellos.

Terapia de juego familiar

La Terapia de Juego Familiar es una técnica ecléctica que combina los elementos
de las terapias de juego y familiar con los métodos de educación para adultos,
incluye, en una situación preplaneada de juego, a padre(s), niño(s) y un terapeuta.

Tomando en cuenta el hecho de que los niños existen dentro de un sistema


familiar, los practicantes de la Terapia Familiar crearon técnicas que incorporan
familias enteras en sus sesiones. Bell (1961), justifica la exclusión de niños
menores de nueve años, enfatizando que no poseen las habilidades verbales para
participar en entrevistas familiares. Más recientemente, se desarrollaron técnicas
que intentan incluir aun a los más pequeños. Al igual que la terapia de juego, esta
corriente de tratamiento implica un proceso fluido y progresivo.

Se pretende que esta técnica se utilice a criterio del terapeuta en forma adicional a
otras de intervención, en lugar de usarla como una entidad terapéutica y por sí
misma. El énfasis principal de estas sesiones se hizo en la instrucción a los padres
y para que asimilaran las nuevas habilidades. Los padres que inicialmente
mostraron "poco deseo" de cooperar, después de un tiempo, comenzaron a
mostrar cambios significativos en varios niveles. Desde entonces el autor continúa
empleando esta técnica en varios escenarios.

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Andragogía

Algunos de los principios de la educación para adultos, como el crear un clima de


apertura y respeto, se encuentran ya presentes en nuestros ambientes
terapéuticos. Otros principios de andragogía como los mencionados por Knowles
(1973), que se incorporan a la técnica de la Terapia de Juego Familiar son:

1. Los adultos disfrutan al planear y realizar sus propias experiencias de


aprendizaje.

2. Los adultos necesitan involucrarse en la evaluación de su progreso hacia metas


autoseleccionadas.

3. Se usan menos las técnicas transmisoras y más las de experimentación.

4. Los adultos necesitan la oportunidad de aplicar y probar, rápidamente, lo


aprendido.

La Terapia de Juego Familiar es una corriente en la que los padres aprenden


habilidades paternales más efectivas y estilos de interacción en un ambiente que,
no sólo facilita su receptividad hacia esta información, sino que también suministra
un medio agradable a sus hijos.

Se puede utilizar en cualquier momento durante el tratamiento y como parte de un


plan total. Este enfoque parece tener más éxito en su implementación cuando
dentro de la familia existe confianza mutua con el terapeuta.

Objetivos y contratos

Seleccionar los objetivos de la sesión, planear las actividades, y aprobar el


contrato es un proceso que incluye básicamente a los padres. La participación de
los niños no debe descartarse, pero la cooperación de los padres "para jugar" es
difícil de obtenerse siendo el requisito más importante para el éxito terapéutico.
Sólo se eligen uno o dos objetivos específicos. El contrato debe abarcar de ocho a
diez sesiones, por lo que, el terapeuta necesita seleccionar objetivos que puedan
alcanzarse en este tiempo.

Como con otras terapias, esta técnica puede modificarse dentro de ciertos
lineamientos a través del proceso. El terapeuta decidirá, a qué miembros de la
familia debe incluir en base a la consideración de los objetivos.

Es un proceso al parecer complejo pero realmente vale la pena realizarlo. A


menudo se solicita a los padres y, en ocasiones, a los niños que hagan una lista
de sus juegos favoritos. Con frecuencia, se tiene la intención de que recuerden lo
que más les gustaba jugar cuando niños.
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El papel del terapeuta

Es multifacético en la técnica de la Terapia de Juego Familiar, ya que debe ser


educador, facilitador, modelo y compañero de juego. Los terapeutas de esta
corriente deben tener, por supuesto, preparación y experiencia en el uso
terapéutico del juego, en los sistemas familiares y las psicodinámicas.

El tratamiento, por lo general, se lleva a cabo en tres etapas principales y el papel


del terapeuta debe cambiar al presentarse cada una de ellas. En las dos primeras
sesiones introduce y dirige las actividades. Ya que ésta es la primera exposición
del terapeuta a la familia en un escenario más natural, también proporciona una
oportunidad para que éste observe y evalúe una vez más los patrones individuales
y familiares y al mismo tiempo sirve como un apoyo para un comienzo a menudo
difícil. En las siguientes tres sesiones su papel casi siempre es más activo y
directo, modelando nuevos patrones y habilidades, auxiliando a los padres en sus
primeros intentos de "probar" estos patrones.

Terapia de juego razonable

La Terapia de Juego Razonable se basa en la proposición de que necesita


tratarse con igualdad a los niños y es posible que aquellos con problemas no
hayan tenido este tipo de experiencia.

Requiere que el terapeuta participe activamente en el juego, en ocasiones


conduciéndolo y en otras siguiéndolo, incluso tomando el papel relativamente
pasivo de observador/intérprete. La terapia de juego difiere en algunas formas
importantes del juego natural y espontáneo. La más importante, desde la
perspectiva de esta posición, es la presencia y participación de un terapeuta en la
situación de juego. El que ocurre naturalmente puede tener propiedades que
inducen al crecimiento o restauración, pero en terapia este proceso se guía y
facilita por la intervención de un terapeuta hábil.

Robert W. Genthner escribió algunos artículos sobre la responsabilidad personal y


su lugar en la vida adaptativa. Su opinión principal es que en tanto más
responsable sea una persona, funcionará de manera más productiva y eficiente. A
pesar de que la mayor parte de su trabajo es con adultos, sus descubrimientos
también son válidos para los niños.

Glasser tiene un concepto particular que es totalmente consistente con la posición


de la Terapia de Juego Razonable. Su argumento es que un individuo puede
satisfacer enteramente sus necesidades legítimas sin inmiscuirse en las
prerrogativas, igualmente, legítimas de cualquier otra persona. Apegarse con
constancia a este principio es una parte integral de la Terapia de Juego Razonable

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no debe contentarse sólo con sentarse, observar e interpretar el juego del niño,
sino que debe tomar la dirección cuando sea necesario asegurarse de que éste se
ocupa en juego productivo.

Métodos y procedimientos básicos

Logística

El escenario y los materiales para la Terapia de Juego Razonable no son


excepcionales para este tipo de actividad. Una habitación diseñada y equipada
específicamente para el juego es lo más aconsejable, aunque la terapia se puede
aplicar en otros escenarios menos especializados. Los materiales necesarios son
los objetos comunes de juego, mientras menos especializados o para un "sólo
propósito", mejor.

Indicaciones y contraindicaciones para la terapia de juego razonable

Se ha mencionado poco, cuáles son los niños más recomendables para esta
terapia. Una consideración mínima es que el niño pueda someterse a los
estímulos sociales y a los controles.

La Terapia de Juego Razonable es apropiada para niños con una amplia gama de
problemas. Se debe ayudar a niños que sean inapropiadamente hostiles, aislados,
manipuladores, ansiosos, fóbicos o respondan de manera inadaptada a
situaciones de tensión.

Antes de comenzar la terapia con el niño o quienes participen en la intervención,


debe desarrollarse una comprensión del problema. La "preparación del
diagnóstico" puede ser tan sencilla como una entrevista con uno o ambos padres,
pero debe incluirse al niño. La administración de uno o más procedimientos
formales de diagnóstico puede ser apropiada. El terapeuta conservador requerirá
que un médico examine al niño para descartar cualquier explicación médica de la
conducta problema.

Características y variables del terapeuta

Eventualmente se prescinde de los preparativos, y se presenta al terapeuta a un


niño real con un problema determinado. El terapeuta usará ropa casual ya que
debe estar preparado para interactuar con el niño en forma libre, sin temor a dañar
atuendos costosos o frágiles. Quizá la más importante, sea un sentimiento de
cariño hacia los niños. Sin una afinidad básica con los niños, es muy probable que
el terapeuta fracase en sus intentos de ayuda genuina.

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Otro atributo muy deseado es una característica que los psicoanalistas llaman
"regresión al servicio del yo". El hecho es que, una conducta rígida, formal y
sobrecontrolada por parte del terapeuta va en contra de algunas experiencias
potencialmente útiles para él y el niño. El terapeuta es libre de apartarse de una
línea de conceptos teóricos y solamente, lo limita su propio nivel de sofisticación
en el interés de comprender al niño. El terapeuta debe entender que una
oportunidad terapéutica pocas veces ocurre sólo una vez, y que si se pierde no es
para siempre.

Se afirmó que se espera que el terapeuta responda con emoción honesta en el


salón de juego. Se encuentra implícita la expectativa de que, no sólo, responderá
honesta, así como apropiadamente bien; esto requiere de una persona bien
integrada. Parece ser que en tanto más conforme está un individuo con sus
sentimientos, será más eficiente como Terapeuta de Juego Razonable.

Procedimientos y objetivos de la terapia

El primer objetivo del terapeuta de juego con un nuevo paciente es establecer las
condiciones necesarias para la psicoterapia, el terapeuta de Juego Razonable
trabaja para crear una situación en la que el niño con un problema aprenda a
sentir que se interesan en él y lo aprueban En términos generales, la aprobación
que logra el niño en la terapia de juego depende de su adquisición y
mantenimiento de conductas aceptables por el terapeuta y las personas
interesadas en el bienestar del niño.

Establecer límites es de gran importancia. El terapeuta no sólo debe predecir y


planear el tipo de límites que serán necesarios, sino también idear métodos de
implementarlos sin obstaculizar los objetivos de la psicoterapia Jamás manifieste
un límite que no se pueda imponer. Cómo procede la terapia En la primera sesión
el propósito general es que el terapeuta se familiarice ampliamente con el niño y
se produzca la comprensión de los problemas que requieren atención. Otra meta
importante en las primeras sesiones es que, el terapeuta establezca credibilidad,
valor de re forzamiento y otras condiciones necesarias para la interacción
terapéutica.

El terapeuta comienza a entender qué sentimientos necesita aprender a manejar


el niño más adecuadamente, qué situaciones le provocan problemas particulares,
y otros. El terapeuta puede instruir eficiente y directamente al tino acerca de
conductas adaptativas a través del modelamiento.

El terapeuta y el niño

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A la vez que dirige las actividades de cada sesión, definiendo y estableciendo
imites, creando y manteniendo una atmósfera terapéutica eficaz y conservando
una comprensión continua del niño, el terapeuta también es responsable de actuar
como un ser humano verdadero.

Se supone que el hecho de que el niño sienta al terapeuta como un humano real y
honesto, lo prepara excelentemente para tratar con otras personas "de carne y
hueso”.

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