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Los resultados apuntan que en la Unión Europea, Norteamérica y la

mayor parte de Latinoamérica la homosexualidad recibe una amplia


aceptación entre los ciudadanos. Países como España (88% de
aceptación), Alemania (87%), Canadá (80%) y Argentina (74%) son
muestra de altos índices de tolerancia, a la vez que los países con menor
aceptación en esas regiones mantienen un respetable porcentaje que
supera la mitad de sus poblaciones, como Estados Unidos (60%), Grecia
(53%) y Venezuela (51%).

El escenario en países africanos y musulmanes, en cambio, es


radicalmente distinto. En países como Nigeria, nueve de cada diez
personas rechazan la homosexualidad. Otros ejemplos similares son
Senegal (96% de rechazo), Uganda (96%) y Kenya (90%). En países
donde la religión musulmana es predominante también se observan
resultados parecidos, como en los casos de Jordania (97%), Egipto
(95%), Indonesia (93%) y Turquía (78%).

En Asia los resultados son mixtos, con índices favorecedores en Filipinas


(73% de aceptación) y Japón (54%), en contraste de China (57% de
rechazo) y Pakistán, donde sólo el 2% de los encuestados son solidarios
con la causa LGBT.

Australia, el único país oceánico encuestado, arroja un 79% de


aceptación.

La clara brecha entre países occidentales frente a naciones orientales y


africanas puede abordarse desde la cuestión religiosa: mientras que los
niveles de tolerancia suelen sobrepasar la mitad de la población en
países seculares —especialmente en Europa—, aquellas naciones bajo
estricta dominación religiosa condenan severamente la homosexualidad.
Esta correlación entre religiosidad y perspectivas sobre la
homosexualidad es prevalente en los países musulmanes, donde los
estatutos morales de la fe permean completamente el ámbito social, a
diferencia del punto de vista más liberal de los estados laicos. Hay, por
supuesto, excepciones a la regla: en la Rusia secular, el nivel de
aceptación es de 16%, mientras que en un país con elevados niveles de
afición religiosa como Brasil, el 60% está a favor de la causa
homosexual.
Mapa de porcentaje de aceptación de homosexualidad

El estudio del Pew Research Center desglosa los resultados con


subcategorías de género y grupos de edad. Por ejemplo, el estudio
demuestra que las mujeres son mucho más abiertas a aceptar la
homosexualidad que los hombres. Algunos casos de referencia son
Japón (61% de aceptación entre mujeres; 47% entre hombres) y Grecia
(59% mujeres; 47% hombres). De igual manera hay variaciones en los
niveles de aceptación entre distintos grupos de edad, siendo los menores
a 30 años más abiertos y tolerantes que el grupo de 30-49 años, quienes
a su vez superan vastamente en aceptación a la tercera edad.

En Corea del Sur, por ejemplo, 71% de la población joven encuestada


apoya la causa gay. De igual manera sucede con el 48% de la franja
adulta, mientras que sólo el 16% de mayores de 50 años son tolerantes
al respecto. En países que rechazan socialmente la homosexualidad, sin
embargo, factores de edad y género parecen desvanecerse, siendo la
discriminación casi universal entre todas las subcategorías.

Países que permiten el matrimonio gay, en su totalidad o en algunos


distritos.

En el caso específico de Venezuela, la división es más aparente que en


otros países del hemisferio. Con índices de 51% de aceptación y 42% de
rechazo, el país está por delante de Bolivia (49% de rechazo) y El
Salvador (62%), pero detrás de Argentina, Brasil, Chile y México.
Además, mantiene brechas preocupantes al diferenciar los resultados por
género: el 59% de las mujeres venezolanas apoyan la homosexualidad, a
diferencia de un menor 44% en los hombres.

Además de estadísticas de tolerancia, Venezuela está también atrasada


en el tema del matrimonio entre personas del mismo género, un asunto
que ha sido manejado con éxito en Argentina, Brasil, Uruguay y algunos
distritos en México. En un artículo de Angélica Lugo para El Nacional,
que aborda el retraso social en reformas legislativas sobre la unión civil
entre parejas del mismo sexo, el psicólogo social Leoncio Barrios explica
que “poco se habla del tema sexual en la familia e, indudablemente
menos, se discute de la homosexualidad en ciertos sectores sociales”,
apuntando la necesidad de un llamado a dirigentes políticos

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