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PROCESO CONTENCIOSO DE
LESIVIDAD
(EXPEDIENTE CC 955-2004)
1 Ramón Parada, Régimen Jurídico de las Administraciones Públicas y procedimiento administrativo común,
(Marcial Pons, 1993); 348
2 Aurelio Guati, El proceso administrativo de lesividad. El recurso contencioso interpuesto por la
Administración, (Bosch, 1953); 20.
3 Juan Santamaría Pastor y Luciano Parejo Alfonso, Derecho administrativo, La jurisprudencia del Tribunal
Supremo, (Centro de Estudios Ramón Areces); 383.
- La imposibilidad jurídica que la autoridad autora del acto le pueda privar de su validez y
efectos en sede administrativa (autotutela revisora restringida).
En suma, el contencioso por lesividad del Estado es más que una simple inversión de roles
entre una entidad y un administrado. Es precisamente un proceso judicial contencioso
administrativo singular que inicia una autoridad administrativa para buscar promover la
anulación en sede judicial de su propia actuación administrativo ya firme, y que ha
otorgado o reconocido derechos e intereses a administrados.
Una vez explicando que es el proceso contencioso de lesividad procederemos a explicar un
expediente como ejemplo para que podamos comprender mejor en la practica lo que hemos
leído anteriormente
Gracias
ANALISIS DE EXPEDIENTE CC
(955-2004)
CASO: yo
las excepciones fueron declaradas sin lugar pues la Sala consideró que “ ... la demanda que
se ataca proviene de una declaratoria de lesividad acordada por el Estado de Guatemala que
es competencia de este Tribunal conocer [...] y si en la demanda se le incluye y emplaza
como demandado al señor Danilo Efraín Morales Arévalo, es por la participación que tuvo
en la suscripción de un contrato que como resultado del proceso se podría declarar nulo por
violar la Constitución
no conforme el señor Morales Arévalo con lo resuelto en las excepciones interpuso recurso
de reposición el que fue declarado sin lugar por el Tribunal reiterando que consideraba que
“... la competencia de este Tribunal era correcta, porque la pretensión accesoria sigue a la
principal, teniendo competencia para conocer de la lesividad [...] en cuanto a las otras dos
excepciones de Falta de Personalidad y Falta de Personería, que también fueron declaradas
sin lugar, el recurrente, tampoco hace ningún razonamiento para respaldar su
inconformidad, únicamente se limita a señalar que no se tomaron en cuenta sus
argumentos...”;
manifiesta el amparista que la Sala al resolver las excepciones de esa manera no tomó en
cuenta que él no tiene por qué responder a título personal en un proceso derivado de un
contrato en el cual actuó como representante legal de la Empresa Portuaria Nacional Santo
Tomás de Castilla y además porque “... la representación que ostenta el licenciado Alfonso
Novales Aguirre, es deficiente porque deviene de una escritura viciada, porque fue
‘ampliada’ por el Escribano de Cámara y del Gobierno, ‘por mi y ante m’, como si se
tratara de una aclaración de forma, y no de fondo como la que se señaló en el memorial de
interposición de excepciones previas ...”;
además de lo anterior el Juez competente para conocer de las responsabilidades en las que
incurre un funcionario público es el de Primera Instancia y no un Tribunal de lo
Contencioso Administrativo de conformidad con el artículo 221 de la Constitución Política
de la República de Guatemala; por lo que la Sala se atribuyó una función jurisdiccional que
no le corresponde invadiendo la competencia reservada a otro tribunal con lo que le violó
su derecho de defensa y al debido proceso pues es juzgado por un tribunal distinto al que
legalmente corresponde, derecho reconocido por la Corte de Constitucionalidad en el fallo
dictado el veintiocho de junio de mil novecientos noventa, expediente ciento cuarenta y
nueve – ochenta y ocho “... La Constitución Política de la República, reconoce el derecho
de defensa en su artículo 12, en el cual determina: “La defensa de la persona y sus derechos
son inviolables. Nadie podrá ser condenado, ni privado de sus derechos, sin haber sido
citado, oído y vencido en el proceso legal ante juez o tribunal competente y preestablecido
[...] Tal como lo dispone nuestro ordenamiento supremo, la condena o privación de
derechos sólo es legítima si ha tenido como antecedente inexorable la debida noticia al
interesado con la oportunidad de una adecuada defensa ...”;
en virtud de lo anterior acude al amparo ya que la Sala al resolver de esa manera vició las
reglas de la competencia sometiéndolo a un tribunal distinto que conforme a la ley no
corresponde, dejándolo en un estado de indefensión. Solicitó “... se otorgue el amparo [...]
en consecuencia: Que se suspenda el acto reclamado consistente en dejar sin efecto la
resolución de fecha ocho de octubre de dos mil cuatro [...] Que se restituya en el goce de
sus derechos constitucionales, en virtud de estar siendo juzgado por un tribunal
incompetente...”.
TRÁMITE DEL AMPARO (LEONI)
B) Terceros interesados: Equipos del Puerto, Sociedad Anónima, Empresa Portuaria Nacional Santo
Tomás de Castilla, Contraloría General de Cuentas y Estado de Guatemala.
Este presupuesto procesal atiende básicamente al plazo que condiciona el ejercicio de una acción o
un derecho. La acción de amparo no puede ser ajena al presupuesto, pues la posibilidad de que
una autoridad haya incurrido en violación o restricción de un derecho fundamental, le sigue la
expectativa de que la persona quien sufrió o cree haber sufrido el menoscabo, sea en su
patrimonio o en sí misma, acuda a donde corresponde en procura de protección constitucional. Sin
embargo, tal expectativa no podría quedar indefinidamente latente, ya que, por influjo de los
principios de seguridad y certeza jurídicas –también de rango constitucional-, debe establecerse un
tiempo perentorio para que aquella expectativa se realice y, si se hace dentro del tiempo regulado
por la ley, viabilice el examen de fondo de la cuestión que se somete a conocimiento y resolución
del órgano competente.
D) Contraloría General de Cuentas, tercera interesada, expresó que tiene interés en que se dicte la
sentencia de amparo, apegada a derecho, a efecto de que se produzca la necesaria certeza jurídica,
porque considera que la autoridad impugnada, dictó la resolución cuestionada con base en las
constancias del proceso y en estricto apego al ordenamiento legal vigente. Solicitó “... se dicte la
sentencia que procede conforme a derecho, denegando el amparo”. (Alejandra)
Este presupuesto procesal atiende básicamente al plazo que condiciona el ejercicio de una acción o
un derecho. La acción de amparo no puede ser ajena al presupuesto, pues la posibilidad de que
una autoridad haya incurrido en violación o restricción de un derecho fundamental, le sigue la
expectativa de que la persona quien sufrió o cree haber sufrido el menoscabo, sea en su
patrimonio o en sí misma, acuda a donde corresponde en procura de protección constitucional. Sin
embargo, tal expectativa no podría quedar indefinidamente latente, ya que, por influjo de los
principios de seguridad y certeza jurídicas –también de rango constitucional-, debe establecerse un
tiempo perentorio para que aquella expectativa se realice y, si se hace dentro del tiempo regulado
por la ley, viabilice el examen de fondo de la cuestión que se somete a conocimiento y resolución
del órgano competente.
El plazo, que como se dijo, es base de la temporaneidad de la acción de amparo, presenta diversos
aspectos de los cuales resulta pertinente su estudio, tomando algunas ideas que expone Ignacio
Burgoa. Por ello los amparos extemporáneos han merecido suspensión de su trámite, según
resoluciones que sustentan lo siguiente: La doctrina contempla los plazos prorrogables, los
improrrogables y los fatales. Generalmente, la mayor parte de las legislaciones adjetivas han
adoptado el sistema de improrrogabilidad de plazos, o sea, que han restringido la posibilidad de
que la duración cronológica se amplíe a más de la señalada por la ley, aunque aceptan que, en
contados supuestos, se regule el plazo de esa manera. En lo que respecta al plazo improrrogable y
al fatal pareciera que no existe ninguna diferencia entre sí; sin embargo, la hay y estriba en la
diversidad de consecuencias jurídico-procesales que generan.
ESTIMACIÓN DE LA CÁMARA
CONSIDERANDO (villalobos)
-UNO-
Para la procedencia del amparo, quien lo solicite tiene obligación de señalar el acto reclamado, la
autoridad impugnada a quien se le imputa y el agravio que se le causa, siendo éstos elementos
fácticos de la acción, que como tales no pueden ser substituidos por el tribunal de amparo. De no ser
adecuada dicha determinación, la acción constitucional promovida debe denegarse.
-DOS-
Danilo Efraín Morales Arévalo solicita amparo contra la Sala Primera del Tribunal de lo
Contencioso Administrativo, argumentando que violó su derecho de defensa y al debido proceso, al
haber dictado el acto reclamado pues la Sala lo está condenando a responder de un proceso a título
personal, cuando él compareció como Representante Legal de la Empresa Portuaria Nacional Santo
Tomás de Castilla y actualmente ya no es funcionario público por lo que la competencia del asunto
es civil y no Contenciosa Administrativa.
Hecho el estudio de los antecedentes y de la petición presentada, esta Cámara establece que contra
el auto del ocho de octubre de dos mil cuatro señalado como acto reclamado, el postulante interpuso
recurso de reposición, el que fue declarado sin lugar por la misma autoridad impugnada el seis de
diciembre de dos mil cuatro.
En virtud de lo anterior, en el presente caso, siendo que fue la reposición el medio al que el
postulante acudió para la subsanación de las vulneraciones que estimó se cometieron con la
resolución impugnada, el auto que la decidió es el acto definitivo que eventualmente pudo causar el
supuesto agravio al postulante, de tal manera que por seguridad y certeza jurídicas, el auto que se
dictó al resolver la reposición, es el acto que reviste la característica de definitividad. Por lo que,
con fundamento en lo anterior, se establece que el amparista incurrió en error al señalar el acto
reclamado, error que no puede ser subsanado por el Tribunal de Amparo, ya que por ser un
elemento fáctico de la acción, su designación le corresponde a la parte que se considera agraviada
con su emisión. Por consiguiente, dado el erróneo señalamiento del acto impugnado, el amparo
deviene improcedente y así deberá ser declarado, sin condenar a la parte interponente al pago de las
costas causadas por no haber sujeto legitimado para cobrarlas, pero sí imponer la respectiva multa al
abogado patrocinante.
LEYES APLICABLES: