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Tribunal: Juzgado de Letras del Trabajo(JLT)

Título: I) La denuncia de vulneración de derechos fundamentales, deberá contener, además de los requisitos
establecidos en el artículo 485 del Código del Trabajo, la enunciación precisa y clara de los hechos constitutivos
de la vulneración alegada, acompañándose todos los antecedentes en los que se fundamente. II) El hecho de
haber prestado servicios el trabajador para otra entidad del rubro durante los períodos en que hizo uso de reposo
médico en virtud de licencias médicas otorgados por facultativos médicos con la expresa indicación de que
debía ser tal descanso en forma absoluta en el domicilio del trabajador, reviste la gravedad necesaria para tener
por configurada la causal de despido de incumplimiento grave de las obligaciones del contrato de trabajo.
Fecha: 25/01/2011
Partes: Alejandro Alfredo Muñoz Herrera con AFP Capital S.A.
Rol: T-321-2010
Estado procesal: Suspendida. Causa en revisión
Cita Online: CL/JUR/6627/2011
Voces: TUTELA

Sumarios:
1. I) La parte demandante al interponer la presente acción de tutela laboral, sólo se limitó a denunciar que su
despido se habría producido con vulneración a la denominada ¿garantía de indemnidad establecida por el
legislador laboral en la parte final del inciso tercero del artículo 485 del Código del Trabajo, por la interposición
de la demanda en contra de su empleador ante el 1º Juzgado del Trabajo de Santiago¿, sin señalar de manera
alguna la fecha de interposición de la misma, la duración del referido proceso judicial, ni menos la fecha ni el
resultado obtenido en esa acción, no dando cumplimiento de esa manera a lo establecido en el artículo 490 del
Código del Ramo, el que a su vez se remite a lo establecido en el artículo 446 del mismo cuerpo legal, en cuanto
a ordenar que la denuncia deberá, además, de establecer los requisitos de ésta última norma recién citada, la
enunciación precisa y clara de los hechos constitutivos de la vulneración alegada acompañándose todos los
antecedentes en los que se fundamente. II) El sólo hecho de haber prestado servicios el trabajador para otra
entidad del rubro previsional durante los períodos en que hizo uso de reposo médico en virtud de licencias
médicas otorgados por facultativos médicos con la expresa indicación de que debía ser tal descanso en forma
absoluta en el domicilio del trabajador, ya reviste la gravedad necesaria para tener por configurada la causal
invocada por la demandada, no teniendo ninguna relevancia el hecho que la segunda licencia médica haya sido
rechazada, ya que durante el período anterior, no cumplió con el reposo absoluto otorgado, habiendo reconocido
expresamente que durante esos períodos prestó servicios para otra entidad. Asimismo, cabe tener presente que se
reúne en el presente caso la gravedad necesaria para configurar la causal de despido, desde que la empresa
demandada podría haber sido objeto de responsabilidad frente a las autoridades administrativas por el no
cumplimiento del reposo médico otorgado al trabajador, desde que el artículo 51 del Decreto Supremo Nº3 de
Salud de 1984, Reglamento de Autorización de Licencias Médicas por las Compin e Instituciones de Salud
Previsional, establece una serie de obligaciones para el empleador cuyo trabajador hace uso de reposo médico,
tales como ¿El empleador deberá adoptar las medidas destinadas a controlar el debido cumplimiento de la
licencia de que hagan uso sus trabajadores. Del mismo modo, el empleador deberá respetar rigurosamente el
reposo médico de que hagan uso sus dependientes prohibiéndoles que realicen cualquier labor durante su
vigencia. Igualmente deberá procurar el cambio de las condiciones laborales del trabajador en la forma que
determine la Comisión de Medicina Preventiva e Invalidez para atender al restablecimiento de su salud. El
empleador podrá disponer visitas domiciliarías al trabajador enfermo. Sin perjuicio de lo expuesto todos los
empleadores y/o entidades que participan en el proceso deberán poner en conocimiento del Servicio de Salud o
ISAPRE respectiva cualquier irregularidad que verifiquen o les sea denunciada, sin perjuicio de las medidas
administrativas o laborales que estimen procedentes adoptar."

Texto Completo:
Santiago, veinticinco de enero de dos mil once.
VISTOS:
PRIMERO: Que ante este Segundo Juzgado de Letras del Trabajo de Santiago, comparece don
ALEJANDRO ALFREDO MUÑOZ HERRERA, agente de ventas, domiciliado en Merced N° 562, depto. 709
A, Santiago, quien deduce Denuncia por Vulneración del Derechos Fundamentales con ocasión del despido y en
forma subsidiaria, interpone demanda por despido injustificado en contra de su ex empleadora Administradora
de Fondos de Pensiones AFP CAPITAL S.A., representada legalmente por su Gerente General don Pedro Orueta
Arregui, ambos con domicilio en Av. Suecia N°211 Providencia, Funda su demanda en que comenzó a prestar
servicios bajo régimen de subordinación y dependencia para la denunciada con fecha 14 de Agosto de 2007
cumpliendo funciones de Agente Profesional de Ventas y fue despedido el día 6 de octubre de 2010. Aclara que

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la demandada en la carta despido dice que su fecha de ingreso fue el 1o de Diciembre de 2005 lo que es
efectivo, pero posteriormente renunció y reingresé a su servicio el 14 de Agosto de 2007.
Señala que su remuneración era mensual y variable y estaba constituida por sueldo base, gratificación,
comisiones y bonos, siendo el promedio de los tres últimos meses trabajados íntegramente la suma de
$1.213.188, debiendo tenerse este promedio de remuneración como base de cálculo para efectos de las
indemnizaciones que proceden conforme a lo dispuesto en el artículo 172 del Código del Trabajo.
Alega que fue despedido con fecha 6 de Octubre de 2010 con lesión de su derecho o garantía de
indemnidad, en forma abusiva y arbitraria y sin que mediara aviso previo alguno, ya que según la carta que se le
entregó el despido fue por la causal del artículo 160 N°7 del Código del Trabajo, que, conforme lo dice la parte
demandada "ha operado por incumplimiento grave de las obligaciones que éste impone" refiriéndose a su
contrato de trabajo, imputación que carece de todo fundamento, por cuanto el despido de que fue víctima lo fue
con vulneración de su derecho fundamental establecido en el artículo 485 inciso tercero parte final del Código
del Trabajo, porque antes del despido ejerció acciones judiciales contra la demandada, lo que ocasionó su
despido.
En efecto, denuncia a la demandada porque al despedirlo violó mis derechos fundamentales
constitucionalmente asegurados porque se entienden lesionados dichos derechos cuando el empleador, que es
caso, obra en represalia infringiendo la indemnidad de que goza el trabajador por accionar administrativa o
judicialmente.
El artículo 485 inciso 3o del Código del Trabajo establece en forma clara y precisa que "Se entenderá que
los derechos y garantías a que se refieren los incisos anteriores resultan lesionados cuando el ejercicio de las
facultades que la ley le reconoce al empleador limita el pleno ejercicio de aquellas sin justificación suficiente en
forma arbitraria o desproporcionada o sin respeto a su contenido esencial. En igual sentido se entenderán las
represalias ejercidas en contra de trabajadores, en razón o como consecuencia de la labor fiscalizadora de la
Dirección del Trabajo o por el ejercicio de acciones judiciales." Su despido es una represalia y un castigo por
haber interpuesto demanda en juicio ordinario de aplicación general en contra de la demandada en causa Rit 0
1440 2010 del Primer Juzgado del Trabajo en la cual demandó diversas prestaciones dictándose sentencia que
condenó a la demandada a pagarle la suma de $14.510.580. más costas.
La demandada interpuso recurso de nulidad contra esta sentencia el cual no ha sido resuelto por la I.Corte
de Apelaciones.
Hace presente que la demandada ha despedido a lo menos a cinco agentes de ventas que desarrollaban la
misma labor del actor y que también accionaron judicialmente en contra de su ex empleador.
Expone que la demandada mediante sus gerentes y supervisores, entre ellos don Jorge Ramos, ha hostigado
frecuentemente a todos quienes han demandado e incluso la empresa ha colocado letreros informando que en tal
o cual causa laboral han sido rechazadas las demandas de los trabajadores. Si el afán es proporcionar una
información objetiva la demandada debería colocar letreros donde informe las numerosas causas en que los
tribunales han acogido las demandas de los trabajadores, varias de ellas confirmadas por la I. Corte de
Apelaciones al rechazar los recursos de nulidad interpuestos por la AFP CAPITAL S.A.
Alega que los antecedentes antes señalados demuestran que su despido es lisa y llanamente una represalia
en su contra con violación de mis derechos fundamentales, violación de un derecho clara y específicamente
determinado en el artículo 485 inciso 3o del Código del Trabajo, razón por la cual la demandada le adeuda
indemnización sustitutiva por falta de aviso previo, indemnización por años de servicio por despido
injustificado, indebido e improcedente y la indemnización adicional por despido abusivo o vultaneratorio de
derechos fundamentales.
Sin perjuicio de dichas indemnizaciones la demandada me adeuda indemnización por resarcimiento de daño
moral, equivalente a dos meses de remuneración.
La petición de indemnización por daño moral la fundamenta legalmente en las siguientes normas. Artículo 1
de la Constitución Política del Estado que declara que ante el Estado todas las personas nacen iguales en
derechos y en dignidad, debiendo el Estado mediante los órganos pertinentes asegurarles la plena realización
material y espiritual posibles; el artículo 1556 del Código Civil, sobre materia contractual no excluye el daño
moral razón por la cual éste tipo de daño es indemnizable; y el artículo 495 N° 3 de Código del Trabajo que
indica que la sentencia dictada en procedimiento de tutela laboral es "reparatoria" en sentido amplio, debiendo
considerar o incluir "las indemnizaciones que procedan", esto es, NO excluye la reparación del daño moral.
Explica que la demandada le ha causado daño moral consistente en sufrimiento síquico, depresión,
desprestigio en sentido amplio del concepto y afección de sus sentimientos en lo individual y lo familiar, ya que
a causa del despido represalia, se ha visto privado de poder cumplir sus obligaciones legales y morales de
mantener a su familia, pagar las mensualidades del colegio de su hija y más importante aún, no poder pagar
cotizaciones por seguro de salud, con el consiguiente riesgo que altera sus sentimientos de no contar con seguro
de salud ante un imprevisto de mi familia.
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Por último expone que al término de sus servicios la demandada le adeudaba feriado legal correspondiente
al período 14 de Agosto de 2009 al 14 de Agosto de 2010 que corresponde a 15 días hábiles contados de lunes a
viernes; y feriado proporcional correspondiente al período 14 de Agosto de 2010 al 6 de Octubre de 2010 que
corresponde a 3 días hábiles contados de lunes a viernes lo que suma un total de 18 días hábiles los que
calculados desde el 6 de Octubre de 2010 en adelante significan un total de 27 día corridos. Por este concepto la
demandada me adeuda la suma de $1.091.893. En forma subsidiaria deduce demanda por despido injustificado y
cobro de prestaciones, fundada en los mismos antecedentes de hechos expuestos precedentemente. Agrega que
la causal invocada por la demandada para poner término a sus servicios no es efectiva, desde que en la carta de
despido se invocan los siguientes hechos:
"1. En el ejercicio de sus funciones contractuales corresponde a usted desempeñarse como agente
profesional.... así se desprende del contrato de trabajo ... igualmente de lo dispuesto en el artículo 1546 del
Código Civil el cual le impone la obligación de ejecutar el contrato de buena fé, comprendiéndose en él no solo
los pactos escritos por las partes sino todas las cosas que emanan de la naturaleza de la obligación o que por la
ley o la costumbre pertenecen a ella.
2. En el curso del contrato, usted se acogió a reposo médico, presentando las correspondientes licencias. La
primera de ella por quince días se extendió entre el 29 de junio y el 13 de julio del presente año. La segunda por
doce días se extendió entre el 30 de agosto y el 10 de Septiembre del mismo año....y ambas le impusieron la
obligación de hacer reposo absoluto en su casa habitación.
3. No obstante la Compañía tomó conocimiento, recientemente, de que en forma paralela usted presta
servicios remunerados para Isapre Cruz Blanca en funciones de vendedor. Esto es, forma parte de la fuerza de
venta. Igualmente tomó conocimiento de que usted no presentó licencia médica ante dicha entidad empleadora,
razón por la cual ha prestado normalmente sus servicios para ella durante todo el lapso en que se acogió a
reposo respecto de las actividades que le correspondía ejercutar para nuestra Compañía. Ello, no obstante que
las licencias presentadas prescriben reposo absoluto en su domicilio, 4. Con lo anterior, usted ha infringido
gravemente sus obligaciones contractuales para la Compañía de nuestra representación, conforme se desprende
del siguiente análisis: a. en primer lugar, usted faltó a las normas legales y reglamentarías que le imponen el
reposo como una obligación que deriva de sus funciones como trabajador dependiente. Sobre la base de esa
licencia, usted percibió subsidios que reemplazan a sus remuneraciones por actividades, atendida su incapacidad
para generarlas. El quebrantamiento del reposo incide plenamente en el contrato de trabajo que desempeña para
nuestra Compañía e incluso el artículo 51 del ReglamentoN°3 de 1984 sobre Licencias Médicas que faculta al
empleador para controlar dicho reposo, de acuerdo al siguiente tenor: (aparece copiado el art.51 del DS N°3 de
Salud de 1984). b. ) el quebrantamiento del reposo es particularmente grave en el caso de sus servicios, los
cuales se desarrollan en terreno y, por ende, con un grado de autonomía muy superior al de los trabajadores que
se desempeñan en los establecimientos de la Empresa. Por el mayor grado de confianza que ello involucra, son
también exigibles en mayor grado los deberes de lealtad y fidelidad que conforman el contenido ético jurídico
del contrato de trabajo, y a los cuales se encuentran especialmente obligados los trabajadores. Ninguna duda
cabe con relación a la amplia facilidad que usted tenía para burlar el reposo, ejecutando actividades efectivas
durante su transcurso, al tener conciencia de que sus funciones no estaban sujetas al control inmediato y directo
de su empleador.
c. ) dentro del Código General de Etica y Conducta aceptado en su contrato de trabajo en su cláusula tercera
letra a) donde se obliga a "Cumplir estrictamente las normas del empleador, la letra y espíritu del Código de
Conducta y de las políticas de Recursos Humanos, los que declara conocer y aceptar plenamente. Igualmente,
observar las normas del Reglamento Interno de Orden, Higiene y Seguridad, las cuales constituyen parte del
presente contrato, sin perjuicio de la facultad que legalmente corresponde al empleador para su modificación" se
destaca como valor II. 1, la integridad, conforme a la cual corresponde a los trabajadores actuar y expresarse con
respeto, honestidad y transparencia conforme a los más altos estándares de conducta ética. Dicha integridad se
ve severamente dañada en el caso de haberse incurrido en la grave falta que a usted justificadamente se le
imputa.
6. Sobre la base de las consideraciones anteriores, y al haberse afectado a la buena fé del contrato, en la
forma en que fue explicada, debe concluirse que la terminación del contrato ha operado por incumplimiento
grave de las obligaciones que éste impone, conforme lo previene el número 7 del artículo 160 del Código del
Trabajo. Respecto de los hechos antes expuestos, expone que efectivamente le fueron concedidas las dos
licencias médicas que señala la carta de despido, en las fechas y por el número de días que indica. La primera,
desde el 29 de Junio al 13 de Julio fue REDUCIDA a 7 días; y la segunda desde el 30 de Agosto al 10 de
Septiembre fue RECHAZADA, ambas decisiones tomadas y resueltas por la Isapre Cruz Blanca S.A.
En consecuencia si bien tenía derecho a reposo por las licencias no fue posible hacer uso del mismo por la
reducción de días de la primera y por el rechazo de la segunda. La demandada NO le pagó sueldo por los días
que señalaban las licencias y la ISAPRE tampoco le pagó subsidio por esos días.

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Agrega que los días de licencia correspondientes a la diferencia entre el otorgado y la reducción y los días
de la segunda licencia íntegramente rechazada los trabajó para la demandada quien desconoce que los trabajó
argumentando que sus funciones "no estaban sujetas al control inmediato y directo de su empleador" lo que no
es efectivo porque mi supervisor me veía que concurría a las empresa. Si la demandada pretende que no tenía
"control inmediato y directo" de mi empleador porque no marco tarjeta de asistencia o no firmo registro de
asistencia efectivamente no estaría sujeto a dicho control porque la propia demandada en el mes de Enero de
2009 retiró todos los registros de asistencia siendo multada por la Inspección del Trabajo por esta acción.
Las licencias médicas que le fueron otorgadas prescriben REPOSO laboral estando equivocada la
demandada al decir que debía guardar "reposo absoluto en su casa habitación". Esto jamás lo ha prescrito el
médico y así consta en cada licencia.
Efectivamente en algunos de los días del mes de Julio y otros días del mes de Septiembre del 2010 fechas
en las cuales debía gozar de reposo laboral prestó servicios a la Isapre Cruz Blanca S.A. De esto estaba en
conocimiento su subgerente directo en la AFP CAPITAL S.A., don Jorge Ramos Beroisa, razón por la cual la
demandada no puede pretender que tomó conocimiento "recientemente" de este hecho. La demandada al estar
en conocimiento de que prestaba servicios ocasionales a otra empresa significa que estaba de acuerdo con ello
porque si no hubiera estado de acuerdo se lo habría manifestado o habría tomado las medidas que la demandada
considerara adecuadas al respecto. Incluso el mismo señor Ramos, en el mes de Junio de 2010, le manifestó que
si necesitaba dinero buscara trabajo en otro lado o que le fuera ofreciendo el pago inmediato de $3.000.000. lo
que no acepté atendido que tenía y tengo derecho a indemnizaciones superiores a ese monto, sin perjuicio que a
esa fecha ya había presentado demanda en la causa en que AFP CAPITAL fue condenada a pagarme más de
$14.000.000.
Alega que se vio en la obligación de prestar servicios ocasionales a otra empresa, debido a que a pesar de
que trabaja para la demandada, DE ESTA NO RECIBE NI UN PESO por concepto de remuneración desde el
mes Junio en adelante v hasta el mes de Septiembre de 2010, ambos inclusive.
Desde el mes de Noviembre del año 2008 la demandada le efectúa DESCUENTOS que NO ha autorizado
recibiendo por tanto, cada mes, una remuneración inferior a la que le corresponde y desde junio a septiembre de
2010 CERO remuneración. Por este motivo presentó demanda, junto a otros agentes de venta, solicitando le
fueran restituidas las sumas descontadas además de otras prestaciones a lo que la sentencia respectiva dio lugar
disponiendo que la demandada debía pagarme la suma de $14.510.580. más costas, que es la verdadera razón de
su despido.
La demandada no puede ni debe pretender que él haya incurrido en incumplimiento grave de las
obligaciones que impone el contrato porque: 1) en algunas oportunidades prestó servicios ocasionales a otra
empresa que además no es del rubro de la demandada; 2) porque no acató la orden de guardar reposo prescrito
por licencias médicas si de dichas dos licencias una fue drásticamente reducida y la otra rechazada sin recibir
sueldo ni subsidio por los días de la licencia; 3) porque a pesar de trabajar para ella durante los últimos cuatro
meses NO he percibido remuneración alguna; y 4) porque debido a los descuentos que le efectúa, demandó por
ello y la sentencia ordenó pagarle lo demandado.
SEGUNDO: Que la empresa demandada contestó la demanda, solicitando su rechazo con costas,
controvirtiendo en primer lugar la base de cálculo de la remuneración alegada en el líbelo, toda vez que el
promedio que arrojan los últimos tres meses trabajados en forma íntegra correspondientes a los meses de enero,
abril y agosto de 2010, asciende a la suma de $1.108.983 y no $1.213.188, debiendo tenerse presente que
conforme lo estipula el artículo 172 del Código del Trabajo no puede considerarse para estos efectos una
remuneración mensual superior a 90 Unidades de Fomento, como ocurrió en el mes de enero de 2010, por lo
que debe estarse a dicho límite para efectuar el cálculo regulado por la norma. Respecto de la acción de tutela
laboral interpuesta en contra de su representada, expone entre otras alegaciones que para que una conducta
desarrollada por el empleador quede comprendida dentro del ámbito de aplicación del procedimiento de tutela
laboral, de acuerdo con lo previsto en el artículo 485 de la Codificación Laboral, se precisa: a) Que la conducta
o acto discriminatorio sea ejecutado dentro del ámbito de la relación laboral y por aplicación de las normas
laborales. b) Que la conducta o acto discriminatorio imputado sea ejecutado dentro de las facultades que la ley
reconoce al empleador, y que ordinariamente, y en armonía con lo previsto en el artículo 19 N° 21 de la
Constitución Política y con el artículo 306 inciso 2° del Código del Trabajo, éstas se reducen a organizar, dirigir
y administrar la empresa.
c) Que la conducta o acto discriminatorio imputado afecte los derechos fundamentales mencionados en la
norma, y d) Que los derechos fundamentales resulten lesionados (resultado especifico), lo que ocurrirá cuando el
empleador, (a) limita su pleno ejercicio sin justificación suficiente, en forma arbitraria o desproporcionada; (b)
limita su pleno ejercicio sin respeto a su contenido esencial, o (c) limita su pleno ejercicio como consecuencia
de represalias ejercidas en contra de trabajadores, en razón o como consecuencia de la labor fiscalizadora de la
Dirección del Trabajo o por el ejercicio de acciones judiciales.

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Asimismo, alega la improcedencia de la acción impetrada, ya que como consta de autos, el demandante
deduce demanda por despido lesivo de derechos fundamentales al amparo de lo previsto en el artículo 489 del
Código del Trabajo, norma que textualmente señala: "Si la vulneración de derechos fundamentales A QUE SE
REFIEREN LOS INCISOS PRIMERO Y SEGUNDO DEL ARTÍCULO 485, se hubiere producido con ocasión
del despido, la legitimación activa para recabar su tutela, por la vía del procedimiento regulado en este Párrafo,
corresponderá exclusivamente al trabajador afectado".
A la luz de las distintas interpretaciones que puedan entregarse respecto del ámbito de aplicación del
procedimiento de tutela laboral, resulta claro que la denominada garantía de indemnidad no otorga legitimación
activa al demandante para accionar por despido lesivo de derechos fundamentales impetrando el cobro de la
indemnización adicional consagrada en el citado artículo 489.
Si consideramos que el procedimiento de tutela laboral es aplicable en primer término a las cuestiones que
se susciten por aplicación de las normas laborales, cuando las garantías constitucionales del trabajador que la
misma norma enumera resultaren lesionadas como consecuencia del ejercicio de las facultades del empleador;
en segundo lugar, a los conflictos relacionados con los actos discriminatorios de que trata el artículo 2° del
Código del Trabajo, acaecidos durante la vigencia de la relación laboral o al término de la misma, con exclusión
de las ofertas de trabajo; y finalmente a situaciones de represalias ejercidas en contra de trabajadores a raíz de la
labor fiscalizadora de la Dirección del Trabajo o a causa del ejercicio de acciones judiciales, necesariamente
debemos arribar a la conclusión antes anotada.
En efecto, si el artículo 489 del Código del Trabajo comienza señalando que si la vulneración de derechos
fundamentales a que se refieren los incisos primero y segundo del artículo 485, se hubiere producido con
ocasión del despido, y la denominada garantía de indemnidad se encuentra consagrada en el inciso 3° del
artículo 485 citado, forzoso resulta colegir que dicha vulneración no otorga legitimación activa al demandante
para accionar por despido lesivo de derechos fundamentales.
Ahora bien, si entendemos que el procedimiento de tutela laboral es aplicable sólo a las cuestiones que se
susciten por aplicación de las normas laborales cuando las garantías constitucionales del trabajador que la
misma norma enumera resultaren lesionadas, y que por extensión se aplica a los actos de discriminación laboral
cuando lesione alguno de tales derechos, tampoco resulta aplicable en la especie el procedimiento del artículo
489 del Código del Trabajo, pues el demandante en parte alguna de su demanda señala qué derecho fundamental
establecido en nuestra Carta Fundamental, y reconocido en el artículo 485 del mismo cuerpo legal, ha resultado
lesionado con su despido.
Lo expuesto precedentemente debe necesariamente llevar al rechazo de la acción deducida por el
demandante al amparo de lo previsto en el artículo 489 del Código del Trabajo, pues claramente dicha
disposición no resulta inaplicable en la especie, lo que trae aparejado, igualmente, la ausencia de legitimación
activa para accionar, excepción que en carácter de alegación de fondo opone igualmente a la demanda. En
cuanto a la procedencia de la acción de indemnización de perjuicios por daño moral intentada, equivalente a dos
meses de remuneración por reparación de un supuesto daño moral que su representada le habría causado,
resultando dicha acción no improcedente.
Alega que el ejercicio de dicha acción indemnizatoria en el presente procedimiento se opone al claro tenor
literal del artículo 487 del Código del Trabajo que dispone que "Este procedimiento queda limitado a la tutela de
derechos fundamentales a que se refiere el artículo 485" y que "no cabe, en consecuencia, su acumulación con
acciones de otra naturaleza o con idéntica pretensión basada en fundamentos diversos".
En tal sentido, las únicas acciones a través de las cuales el legislador ha pretendido que se tutelen los
derechos fundamentales a que hace referencia el artículo 487 del Código del Trabajo, son exclusivamente las
que se encuentran contenidas en los artículos 485 y siguientes del mismo cuerpo normativo. Entre ellas se
incluyen; por cierto, aquella establecida en el artículo 489 del citado cuerpo legal, que consagra una
indemnización de naturaleza especial y adicional a aquellas por término de contrato de trabajo, y cuya finalidad
es resarcir los perjuicios sufridos por un trabajador en caso de que su despido sea declarado lesivo de derechos
fundamentales.
Si alguna duda quedare al respecto, ella se disipa del claro tenor del artículo 495 del Código del Trabajo al
expresar, en su numeral 3, que la sentencia dictada en un procedimiento de tutela de derechos fundamentales
deberá contener: "La indicación concreta de las medidas a que se encuentra obligado el infractor dirigidas a
obtener la reparación de las consecuencias derivadas de la vulneración de derechos fundamentales, [...] incluidas
las indemnizaciones que procedan" La norma citada se refiere a las indemnizaciones que proceden de
conformidad con las disposiciones que reglan el procedimiento de tutela que ha incoado el demandante y que
hemos apuntado, resultando cualquiera otra, en consecuencia, improcedente.
Por lo demás, resulta palmario que el inciso 3° del artículo 489 del Código del Trabajo ha establecido una
indemnización adicional con la evidente finalidad de fijar un marco dentro del cual el juez avalúe los daños
producidos con ocasión del despido, lo que trae como consecuencias que por vía legislativa se ha consagrado un

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sistema de tarifado de indemnizaciones por el daño sufrido con motivo del despido vulneratorio de derechos.
Es, en consecuencia, precisamente el tramo legal indemnizatorio sancionado en la norma in comento el que
le permite al juez, atendida la gravedad de la lesión sufrida, fijar el quantum indemnizatorio, lo que incluye, por
cierto, el supuesto daño moral padecido, el que queda subsumido en dicha indemnización adicional.
Adicionalmente, y en concordancia con lo ya expuesto, debe recordarse que el daño moral sólo procede por
excepción en las cuestiones de carácter laboral y previsional.
Por ejemplo, cabe aplicarlo en el caso del despido injustificado con imputación de falta de probidad o
conducta de acoso sexual, conforme lo dispone el artículo 171 del Código del Trabajo. También, en el caso de
los accidentes del trabajo o enfermedades profesionales, por disponerlo así el artículo 69 de la ley N° 16.744.
Lógicamente, por tratarse de normas excepcionalísimas en nuestra legislación laboral su inteligencia debe
ser realizada de manera estricta, no pudiendo tener jamás aplicación analógica ni aún a pretexto del principio
protector.
En cuanto al fondo del asunto, lo primero que debe señalar es que efectivamente el demandante accionó en
contra de AFP Capital S.A., impetrando el cobro del beneficio denominado semana corrida y otras prestaciones.
Sin embargo, lo que omite señalar es que en los autos RIT O 1440 20109 seguidos ante el 1° Juzgado de Letra
del Trabajo de esta ciudad, la demanda fue interpuesta, además de por el demandante, por Nancy Candía Díaz,
María Carrasco Mundaca, Jaime Cartagena Molina, Filomena Fernández Jorquera, Ximena Gómez Villablanca,
Carolina González Albornoz, Luz Medina Marchant, María Reyes Pinto, Viviana Rojas Yáñez, Grimandina Ruiz
Lierlf, Minerva Stuardo Arévalo, Carlos Vásquez Fuentes y Ana Verdejo Bustamante, es decir, demandaron a la
empresa quince trabajadores, de ellos trece continúan prestando servicios de manera normal para la compañía.
Junto a lo expuesto precedentemente, por la trascendencia en la materia y demostrando claramente la
inexistencia de cualquier elemente volitivo que importe algún atisbo o intención de vulneración de garantías
fundamentales por parte de la demandada, deben considerarse especialmente los siguientes datos:
207 agentes de venta han demandando a la Compañía cobrando con diversa suerte, el beneficio de la
semana corrida; En lo que va de mayo a la fecha han sido exonerados 34 trabajadores, entre los que se cuentan
personas que han demandado a su representada y otras que no lo han hecho; Que la causal que se ha invocado
en la inmensa mayoría de los casos es la de necesidades de la empresa; Que, en lo que va del año, sólo 3
personas han sido desvinculadas por incumplimiento grave de las obligaciones que impone el contrato de
trabajo, entre los que se cuenta el demandante.
En segundo lugar, resulta absolutamente falso que su representada solicite, incite o permita a sus gerentes y
supervisores un hostigamiento a las personas que han demandado o a cualquier otra, circunstancia que esta parte
niega. Por el contrario, hay un hecho en extremo decidor: la cantidad de personas que han demandado la semana
corrida permite entender que no existe temor alguno entre los trabajadores con contrato vigente a la hora de
ejercer acciones judiciales en contra de AFP Capital.
Debemos recordar que la terminación del contrato del demandante se fundó en una causal muy particular,
de aquellas que se usan en casos de especial connotación y que no otorgan derecho a indemnización alguna. Por
lo tanto, habría cabido esperar que el demandante invocara odiosidades muy señaladas y potentes en su contra,
lo que no hace por la sencilla razón que no existe. Por el contrario, pretende hacer creer, sin fundamento alguno,
que por una circunstancia que se presenta respecto de más de doscientas personas se le castiga a él, en
específico, con aumentada dureza. Eso se denomina simplemente "acomodar los hechos a sus particulares
pretensiones".
Las circunstancias anteriormente anotadas dan cuenta del débil sustento de la demanda. Las explicaciones
dadas despejan desde ya cualquier atisbo de represalia, lo que por cierto impide calificar livianamente y
groseramente la invocación de dicha causal como inverosímil y absurda. En conclusión, no sólo resultan
inexactos los hechos plasmados en la demanda sino que, además, acomodaticios a sus particulares pretensiones,
constituyendo la demanda simplemente un mecanismo para obtener beneficios económicos, atendidas las
mermadas facultades de dicho orden del demandante, conocidas de esta parte, abusando de los medios que
nuestra legislación laboral le franquea y usándolos, además, de manera impropia.
Sin perjuicio de reiterar lo acomodaticios de las circunstancias de hecho esgrimidas por el demandante, así
como la inexactitud de las mismas, queda claro que intenta, recurriendo a lo previsto en el artículo 493 del
Código del Trabajo, mejorar su posición probatoria en el juicio, manifestando la existencia de hechos que
configurarían indicios de vulneración, aunque así no lo diga.
Lo primero que debemos advertir es que la norma precitada no desvirtúa bajo ningún respecto la norma
probatoria contenida en el artículo 1698 del Código Civil, en cuya virtud quien alega debe probar, sino que
morigera sus efectos en orden a que la parte demandante debe acreditar la existencia de indicios suficientes, NO
CUALQUIER INDICIO, de vulneración al derecho fundamental invocado. Sólo una vez acreditada la existencia
de dichos indicios suficientes, corresponderá a la parte demandada explicar los fundamentos de las medidas

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adoptadas y de su proporcionalidad (nótese que el legislador no definió tales conceptos).
De lo expuesto fluye que si la parte demandante no allega al juicio pruebas que tengan el mérito de
constituir indicios suficientes, es decir, circunstancias ciertas, que permitan a la luz de las reglas de la sana
critica, llegar a la conclusión sobre el hecho desconocido cuyo esclarecimiento se persigue a través del
procedimiento de tutela laboral, no cobrará aplicación la norma del artículo 493 anotada. No basta en
consecuencia la sola alegación de existir una lesión a un derecho fundamental, sino que la exigencia normativa
es mayor: acreditar indicios suficientes.
Incluso es más, la sola existencia de indicios suficientes tampoco libera de la prueba a la parte demandante,
toda vez que no es dable realiza una condena (finalidad del procedimiento de tutela laboral) en virtud de la
exclusiva concurrencia de este tipo de indicios, ya que una condena no debe fundamentarse nunca en
presupuestos de hecho que importan una equivocación, adivinación o meras conjeturas. Se precisa entonces
certidumbre en relación a que la demandada lesionó el derecho fundamental invocado como objeto inmediato de
la acción tutelar. Lo contrario, importaría la exigencia de una prueba diabólica, pues nadie podría afirmar, en
que la explicación de los fundamentos de las medidas adoptadas y de su proporcionalidad pueda realizarse en un
cien por ciento. Por ello se afirma que la norma lo que genera es un equilibrio probatorio más que una posición
de privilegio probatorio procesal.
Los primeros pseudo indicios mencionados son la interposición de la demanda conjunta de varios
trabajadores, entre los cuales el demandante, en mayo de 2010 y el resultado favorable de la acción deducida. Al
respecto sólo cabe reiterar lo que la misma demanda reconoce que es el resultado provisorio que constituye la
sentencia.
En cuanto al hostigamiento de los gerentes y supervisores que, con la salvedad de don Jorge Ramos, la
demanda omite mencionar de forma tal que los testigos de la demandante no se vean innecesariamente
limitados, esta parte los niega en los términos más enfáticos. En relación con lo anterior y con la mención de la
demanda de carteles de tono intimidatorio, esta parte niega de manera expresa su existencia y por cierto su
confección con tal finalidad. Al parecer, la referencia realizada por el actor es a un documento institucional
perteneciente a la alta dirección cuya inocuidad es evidente, y que, por lo demás, forma parte de la información
interna que al parecer, erróneamente fue incorporada en un diario mural de una oficina solamente.
En consecuencia, los hechos sugeridos como indicios de vulneración de derechos carecen absolutamente de
tal mérito, pues no sólo resultan inexactos o derechamente falsos sino que, además, carentes de todo
fundamento.
Los hechos alegados no constituyen circunstancias ciertas, que permitan a la luz de las reglas de la sana
crítica, llegar a la conclusión que el hecho desconocido cuyo esclarecimiento se persigue a través del
procedimiento de tutela laboral, sea precisamente la vulneración de la garantía de la indemnidad.
En grado subsidiario a su acción de tutela, el demandante pide que se declare que la terminación de su
contrato de trabajo fue injustificada, indebida e improcedente. Ello, de acuerdo a las siguientes alegaciones que
conviene tener presentes también para desvirtuar igualmente parte de su acción principal, y que se refieren a las
causales de hecho y de derecho invocadas por la Compañía demandada.
Respecto de las circunstancias de hecho y los fundamentos de derecho que motivaron la exoneración del
actor, y que latamente constan en la comunicación que al efecto le dirigió la Compañía demandada, se debe
realizar las siguientes precisiones.
En el ejercicio de sus funciones contractuales, el demandante debía desempeñarse como agente profesional
de ventas de la Compañía demandada, lo que tanto por disposición contractual como por aplicación del artículo
1546 del Código Civil, le imponía la obligación de ejecutar el contrato de buena fe, comprendiéndose en él no
sólo lo pactado por escrito entre las partes, sino todas las cosas que emanan de la naturaleza de la obligación, o
que por la ley o la costumbre pertenecen a ella.
De igual forma, por expresa disposición de los artículos 3° letra b) y 7 del Código del Trabajo, y por
constituir la principal obligación a que está afecto un trabajador, el actor debía tenía la obligación de prestar,
ejecutar o desarrollar efectivamente los servicios para los cuales fue contratado. Pues bien, en el curso del
contrato el demandante se acogió a reposo médico, presentando las correspondientes licencias. La primera de
ellas por quince días, se extendió entre el 29 de Junio y el 13 de Julio de 2010. La segunda, por doce días, operó
entre el 30 de Agosto y el 10 de Septiembre de 2010. Dichas licencias emanaron de los facultativos don Héctor
Cortés Castro (Médico General), y don José Emparanza Paiva, imponiéndoles ambos la obligación de reposo
absoluto en su casa habitación.
No obstante lo anterior, la Compañía tomó conocimiento, en días cercanos a la terminación del contrato y
como consecuencia de consultas de carácter previsional, de que en forma paralela a su contratación para ella, el
actor se desempeñó para ISAPRE CRUZ BLANCA, en funciones de la fuerza de ventas de dicha institución de
salud previsional. Desde ya se niega que la Compañía estuviera en conocimiento, y mucho menos de acuerdo,
de dicha circunstancia.
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Asimismo, la Compañía demandada tomó conocimiento de que el actor no presentó licencia médica ante
dicha entidad empleadora, razón por la cual prestó normalmente sus servicios para ella durante todo el lapso
durante el cual se acogió a reposo respecto de las actividades que le correspondía ejercer para su representada.
Ello, no obstante que tales licencias le imponían el reposo absoluto en su casa, según se indicó. De lo anterior, se
desprende que el demandante faltó a las normas legales y reglamentarias que le imponía él reposo como una
obligación que derivaba de sus funciones de trabajador dependiente. Sobre la base de esa licencia el actor
percibió subsidios que reemplazaran a sus remuneraciones por actividad, atendida su incapacidad para
generarlas. El quebrantamiento del reposo incide plenamente en eI contrato de trabajo que ejecutaba para la
Compañía demandada, incluso el artículo 51 del Reglamento N° 3, de 1984, del Ministerio de Salud, faculta al
empleador para controlar dicho reposo, de acuerdo al siguiente tenor:
"ARTÍCULO 51° El empleador deberá adoptar las medidas destinadas a controlar el debido cumplimiento
de la licencia de que hagan uso sus trabajadores. Del mismo modo, el empleador deberá respetar rigurosamente
el reposo médico de que hagan uso sus dependientes prohibiéndoles que realicen cualquier labor durante su
vigencia. Igualmente deberá procurar el cambio de las condiciones laborales del trabajador en la forma que
determine la Comisión de Medicina Preventiva e Invalidez para atender al restablecimiento de su salud. "El
empleador podrá disponer visitas domiciliarías al trabajador enfermo. Sin perjuicio de lo expuesto todos los
empleadores v/o entidades que participan en el proceso deberán poner en conocimiento del Servicio de Salud o
ISAPRE respectiva cualquier irregularidad que verifique o les sea denunciada, sin perjuicio de las medidas
administrativas o laborales que estimen procedentes adoptar." El quebrantamiento del reposo es, en
consecuencia, particularmente grave en el caso de los servicios del demandante. Estos se desarrollan en terreno,
prácticamente sin control y, por ende, con un grado de autonomía muy superior al de los trabajadores que se
desempeñan en los establecimientos de la Empresa. Por el mayor grado de confianza que ello involucra, son
también exigibles en mayor grado los deberes de lealtad y fidelidad que conforman el contenido ético jurídico
del contrato de trabajo, y a los cuales se encuentran especialmente obligados los trabajadores. Ninguna duda
cabe con relación a la amplia facilidad que el demandante tenia para burlar el reposo, ejecutando actividades
efectivas durante su transcurso, al tener conciencia de que sus funciones no estaban sujetas al control inmediato
y directo de su empleador; En virtud de la letra a) de la cláusula número Tercero del contrato de trabajo, el
demandante se obligó a cumplir estrictamente las normas del empleador, la letra y espíritu del Código de
Conducta y de las políticas de Recursos Humanos, las que declaró conocer y aceptar plenamente. Igualmente, se
obligó a observar las normas del Reglamento Interno de Orden, Higiene y Seguridad, las cuales constituyen
parte del contrato, sin perjuicio de la facultad legal del empleador para modificarlo. Entre las disposiciones del
Código de Ética se destaca como valor 11.1. la integridad, conforme a la cual corresponde a los trabajadores
actuar y expresarse con respeto, honestidad y transparencia conforme a los más altos estándares de conducta
ética. Dicha integridad se ve caso de la falta en que incurrió el demandante, por las razones que antes se
expusieron.
Sobre la base de los hechos anteriores, puede concluirse que el demandante incurrió en incumplimiento
grave a las obligaciones que impone su contrato, conforme lo previene el N° 7 del artículo 160 del Código del
Trabajo. Así cabe tener presente que el propio actor reconoce que le fueron extendidas las licencias, sin perjuicio
de ello, hace presenta la primera fue reducida a siete días y la segunda le fue rechazada.
En consecuencia, aduce que, si bien tuvo derecho a reposo por tales licencias, no pudo hacer uso del mismo,
atendida la reducción y denegación antes indicadas. Además, no percibió remuneraciones ni subsidios por los
días de reducción o denegación.
El argumento del demandante es inconsistente. En primer lugar no cabe duda de que hizo uso de licencia
por siete días, de la primera licencia, pues así lo reconoce. Es probable que también haya percibido subsidio por
dichos días y, en todo caso, es claro que tenía derecho a percibirlo con sujeción al Decreto con Fuerza de Ley N°
44, de 1978, del Ministerio del Trabajo y Previsión Social. Y es claro, también que, cualquiera fuese la decisión
de Isapre Cruz Blanca con relación a la extensión de sus incumplimiento graves igualmente se produjo, pues no
obstante estar con reposo médico, prestó servicios para un tercero (la misma Isapre Cruz Blanca) y no los prestó
para la Compañía demandada.
De donde se sigue que cualquiera fuese el número de días a que se extendieran efectivamente las licencias,
todas sus alegaciones adicionales sobre el particular carecen de valor. Pues es muy claro que quien no tiene
obligación de concurrir al establecimiento, y que sólo lo hace aisladamente, o por poco rato, tiene muchas más
posibilidades de engañar al empleador que aquél que preste servicios en jornada completa o parcial en el
establecimiento. Y dicho engaño es uno de los elementos que hacen reprochable la conducta del demandante.
Tampoco resulta seria la argumentación de que el demandante no estuvo sujeto a servicios ocasionales para un
tercero, ISAPRE CRUZ BLANCA, sino que estuvo vinculada a ella por un contrato de trabajo, o de prestación
de servicios. De ello la Compañía demandada no tuvo conocimiento, pues en tal caso habría investigado la
situación para comprobar si existía algún grado de incompatibilidad entre ambas contrataciones, o a lo menos en
la ejecución práctica de las actividades paralelas a que conducían; Agrega el demandante que se vio en la
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obligación de prestar servicios ocasionales a otra empresa por no haber recibido remuneraciones desde Junio en
adelante, y hasta el mes de Septiembre.
Con relación a esta materia, se trata de una aseveración puramente efectista. Ocurre que el demandante
percibió anticipos de remuneraciones por un monto muy superior a aquél que en definitiva le correspondía. Por
consecuencia, producido el ajuste de dichos anticipos, y dada la existencia de tres licencias, pueden producirse
lapsos en los cuales no perciba ingresos. Ello se debe a que los percibió anticipadamente, en exceso, en los
lapsos anteriores. Ello, naturalmente tiene incidencia en un período en un breve período, en que la mayor parte
del tiempo cesa la obligación del empleador de pagar los servicios del trabajador, por encontrarse acogido éste a
licencia, reposo y subsidio, por orden médica.
Por último señala que no proceden las indemnizaciones legales solicitadas, ni tampoco el feriado legal y
proporcional demandado, ya que de los antecedentes se desprende claramente que hizo uso de los días de
descanso que le corresponde.
TERCERO: Que, se llevó a efecto la audiencia preparatoria celebrada con fecha 09 de diciembre de 2010.
El tribunal llamó a las partes a conciliación la que no se produjo, por lo que fueron fijados los siguientes hechos
como no controvertidos entre las partes:
1. Fecha de inicio y término de la relación laboral, causal invocada, esto es, artículo 160 N°7 del Código del
Trabajo, y funciones efectuadas por el actor de agente profesional de venta.
2. Que las partes tuvieron otra causa la O 1440 2010, ante el Primer Juzgado del Trabajo de Santiago, que se
encuentra con Recurso de Nulidad pendiente.
Asimismo, se recibió la causa a prueba y se fijaron como hechos controvertidos los siguientes:
1. Remuneración pactada, monto percibido por el actor en los últimos tres meses íntegramente laborados y
además remuneración de los últimos seis meses. 2. Efectividad que la demandada vulneró y lesión de derechos
fundamentales del actor, al despedirlo producto de acciones judiciales interpuestas por él.
3. Efectividad de haber incurrido el actor en los hechos que se le imputan en la carta de despido.
4. Efectividad de encontrarse pagado u otorgado el feriado legal y proporcional solicitados por el actor.
5. Efectividad que el actor sufrió perjuicios a causa del despido, monto y naturaleza de los mismos.
6. Efectividad que la demandada estaba en conocimiento que el actor prestaba servicios para Isapre Cruz
Blanca, naturaleza de los mismos y periodo.
7. Licencias que fueron otorgadas al actor, tipo de reposo ordenado y si durante este mismo, el actor prestó
sus servicios para la demandada.
EN CUANTO A LA ACCIÓN DE TUTELA LABORAL:
CUARTO: Que de los escritos materia de la controversia, se desprende claramente que el despido del actor
se produjo el día 06 de octubre de 2010, de acuerdo a lo expuesto en la propia carta de despido incorporada por
la demandada, en atención a que ésta última habría tomado conocimiento, recientemente, de que en forma
paralela, el actor prestaba servicios remunerados para la Isapre Cruz Blanca, en funciones de vendedor, sin
haber presentado licencia médica ante dicha entidad empleadora, prestando servicios de manera normal durante
el lapso en que se acogió a reposo médico respecto de las actividades que le correspondía ejecutar para la
Compañía demandada, entre el 29 de junio y el 13 de julio del presente año y la segunda entre el 30 de agosto y
el 10 de septiembre del mismo año. Ahora bien, la controversia se produce respecto de las verdaderas
circunstancias que habrían llevado a la AFP demandada a despedir al trabajador, desde que el actor alega que la
verdadera razón se produjo por la interposición de una demanda en contra de su ex empleador por el cobro del
beneficio de semana corrida ante el 1º Juzgado del Trabajo de Santiago.
Al efecto cabe señalar en primer lugar que en el libelo no se precisa de manera alguna la fecha de
interposición de la acción antes citada, ni de qué manera resultaría coetánea con la fecha en que finalmente se
produjo el despido. Sin perjuicio de lo cual las partes no controvirtieron el hecho de la existencia del juicio Rit
O 1440 2010, tramitado ante el tribunal antes individualizado, encontrándose con recurso de nulidad pendiente,
entendiendo esta juez que se refirieron a la sentencia definitiva dictada en ese proceso.
QUINTO: Que, asimismo, cabe tener presente que la parte demandante al interponer la presente acción de
tutela laboral en lo principal de su libelo, sólo se limitó a denunciar que su despido se habría producido con
vulneración a la denominada garantía de indemnidad establecida por el legislador laboral en la parte final del
inciso tercero del artículo 485 del Código del Trabajo, por la interposición de la demanda en contra de su
empleador ante el 1º Juzgado del Trabajo de Santiago, juicio en el cual cobraba el beneficio de semana corrida,
sin señalar de manera alguna la fecha de interposición de la misma, la duración del referido proceso judicial, ni
menos la fecha ni el resultado obtenido en esa acción, no dando cumplimiento de esa manera a lo establecido en
el artículo 490 del Código del Ramo, el que a su vez se remite a lo establecido en el artículo 446 del mismo
cuerpo legal, en cuanto a ordenar que la denuncia deberá, además, de establecer los requisitos de ésta última
norma recién citada, la enunciación precisa y clara de los hechos constitutivos de la vulneración alegada
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acompañándose todos los antecedentes en los que se fundamente.
Al respecto consta de la lectura del líbelo que no se dio cumplimiento a lo ordenado en la citada norma,
siendo una facultad del tribunal ordenar su corrección antes de dar curso a la denuncia, lo que en el caso de
autos, no ocurrió. En ese orden de ideas, cabe tener presente que fue recibido a prueba el hecho alegado en la
demanda, en cuanto a la efectividad de la vulneración alegada, producto de las represalias ejercidas por la
empresa producto de las acciones judiciales interpuestas por el actor, no rindiendo prueba alguna la parte
demandante que permita a este tribunal tener por acreditado sus alegaciones, desde que no existen indicios
suficientes de que se hubiere producido la vulneración de derechos fundamentales alegados de los antecedentes
aportados, de acuerdo al tenor de lo estipulado en el artículo 493 del Código Laboral.
SEXTO: Que a mayor abundamiento, cabe tener presente que los únicos elementos de prueba que fueron
incorporados al proceso respecto de la supuesta vulneración de derechos fundamentales alegada por el actor,
resulta ser prueba documental incorporada por la demandada, no objetada de contrario, consistente en los
siguientes documentos: Copia de informativo interno emitido por la empresa demandada, sin fecha, en el cual
informa que el último juicio notificado a fines de junio de 2010, han transcurrido 3 meses sin demandas, con
gestión eficaz y oportuna de cada instancia judicial, obteniendo cuatro sentencias favorables en primera
instancia respecto del beneficio de semana corrida, de un total de 24 demandas, sin precisar períodos.
Listado emitido por la empresa demandada, sin fecha, en el cual consta el nombre de cada trabajador de la
AFP que ha deducido demanda por concepto de beneficio de semana corrida, con indicación del RIT de la causa
y el Juzgado en que se tramita, desprendiéndose del referido listado que se trata de un total de 217 personas, sin
que se desprenda de manera alguna a qué período se refiere, sin perjuicio de lo cual el abogado de la demandada
al incorporarlo agregó que contemplaba el período comprendido entre mayo y octubre o noviembre de 2010.
Listado emitido por la empresa demandada, sin fecha, que da cuenta de 41 trabajadores desvinculados de su
empresa, en la mayoría de sus casos, por la causal de necesidades de la empresa, dos de ellos por
incumplimiento grave, sin que se desprenda de manera alguna a qué período se refiere.
Que de los medios de prueba enunciados, sólo cabe concluir que la parte demandante no acreditó los hechos
alegados como constitutivos de vulneración de la garantía antes citada, desde que no enunció suficiente indicios
acerca de su existencia, lo que impide a este tribunal pronunciarse acerca de su existencia, más aún teniendo
presente que ni siquiera fue explicado la contemporaneidad de los hechos alegados con los expuestos en la
comunicación de despido enviada por la demandada al actor, por lo que se procederá al rechazo de la acción de
tutela laboral en todas sus partes.
EN CUANTO A LA ACCIÓN SUBSIDIARIA DE DESPIDO INJUSTIFICADO:
SEPTIMO: Que habiéndose desechado las alegaciones efectuadas por el actor en su demanda principal
respecto de las verdaderas razones de la demandada para proceder a su despido, sólo cabe hacerse cargo de los
hechos expuestos por ésta última en la comunicación de despido para despedirlo con fecha 06 de octubre de
2010.
Al efecto consta en la carta de despido incorporada por la demandada que los hechos invocados en ella es
que se habría tomado conocimiento por la AFP demandada, recientemente, de que en forma paralela, el actor
prestaba servicios remunerados para la Isapre Cruz Blanca, en funciones de vendedor, sin haber presentado
licencia médica ante dicha entidad empleadora, prestando servicios de manera normal durante el lapso en que se
acogió a reposo médico respecto de las actividades que le correspondía ejecutar para la Compañía demandada,
entre el 29 de junio y el 13 de julio del presente año y la segunda entre el 30 de agosto y el 10 de septiembre del
mismo año, hechos que configurarían la causal establecida en el artículo 160 Nº7 del Código del Trabajo.
Respecto de los hechos invocados la parte demandante incorporó como prueba documental copia de dos
licencias médicas la primera de 07 de octubre de 2010 y la segunda de 30 de agosto de 2010. Al efecto sólo se le
otorgará pleno valor probatorio a la segunda de las licencias citadas, desde que la primera no es materia de los
hechos de la carta de despido. Asimismo, consta que la segunda licencia fue emitida a contar del día 30 de
agosto de 2010 por el término de 12 días, por enfermedad o accidente común, ordenándosele reposo laboral total
en su domicilio. Asimismo, fue incorporado por el demandante copia de la Resolución de Licencia Médica
emitida por la Isapre Cruz Blanca, institución previsional a la cual se encuentra afiliado el actor, de fecha 07 de
septiembre de 2010, en la cual consta que se procede al rechazo de la licencia antes individualizada por reposo
injustificado , sin derecho a subsidio.
Por su parte la demandada incorporó como prueba documental copia de cuatro licencias médicas otorgadas
al actor, tratándose sólo dos de ellas de las mencionadas en la comunicación de término de los servicios, una la
ya analizada precedentemente y la otra emitida con fecha 29 de junio de 2010 por el término de 15 días, con las
mismas indicaciones que la anterior, esto es, reposo absoluto en su domicilio, no habiéndose incorporado prueba
alguna que permita tener por acreditado tal como fue alegado en el libelo, que esta licencia fue reducida a siete
días. Por lo que se tendrá por acreditado y como un hecho de la causa que efectivamente el actor hizo uso de dos
licencias médicas, la primera a contar del día 29 de junio de 2010, por el término de 15 días, es decir, hasta el 13
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de julio del mismo año y la segunda a contar del 30 de agosto de 2010, por el término de 12 días, es decir, hasta
el día 10 de septiembre del mismo año, habiendo sido rechazada ésta última por la Isapre Cruz Blanca, sólo con
fecha 07 de septiembre del mismo año. Asimismo, cabe tener por acreditado que en ambas se prescribía al actor
descanso por enfermedad o accidente común, ordenándosele reposo laboral total en su domicilio.
OCTAVO: Que otro hecho materia de la controversia y del despido del actor se refiere a la efectividad de
haberse desempeñado el actor para la Isapre Cruz Blanca, dentro de su fuerza de venta, como vendedor, durante
el período en que hizo uso de reposo médico para con su ex empleadora. Al respecto cabe tener presente el
mérito del oficio solicitado por la demandada a la Isapre antes individualizada, la que informó que el actor de
autos prestó servicios para su institución, como vendedor, desde el 1º de julio de 2010 al 08 de octubre de 2010,
fecha en la cual se le puso término a su contrato de trabajo, de acuerdo a lo estipulado en el artículo 159 Nº4 del
Código del Trabajo, esto es, vencimiento del plazo convenido en el contrato. Lo anterior incluso fue reconocido
por el propio actor en su libelo.
Cabe tener presente que el actor efectúa una serie de alegaciones en su libelo para explicar la prestación de
servicios para otro empleador, entre las cuales se encuentra precisamente que habría trabajado en forma efectiva
la diferencia de días en que supuestamente habría sido reducida la primera licencia y el rechazo de la totalidad
de la segunda, hechos que no fueron acreditados de manera alguna durante la audiencia de juicio, sino que al
contrario consta de la declaración prestada por el testigo de la demandada, don Gualberto Molina Cardozo,
quien señaló haber sido el jefe directo del actor, quien no se presentó a trabajar a la AFP desde mayo de 2010,
simplemente no iba, lo llamaba por teléfono pero le decía que tenía muchas reliquidaciones. Hizo presente que
el actor no tenía obligación de concurrir a las dependencias de la demandada.
Otra alegación efectuada por el actor fue que las respectivas licencias médicas no prescribían reposo laboral
absoluto en su casa habitación, lo cual ha quedado desvirtuado del mérito de la prueba incorporada por ambas
partes y analizada en los motivos precedentes. NOVENO: Que, asimismo, el actor alegó que su subgerente
directo, don Jorge Ramos Beroiza tenía conocimiento de que él se encontraba prestando servicios
ocasionalmente para la Isapre Cruz Blanca, mientras debía gozar del reposo laboral prescrito por las licencias
médicas, por lo que la demandada no puede pretender que tomó conocimiento acerca de este hecho
recientemente , tal como se indica en la comunicación de despido. Al efecto cabe dejar establecido que el actor
no ofreció prueba alguna que permita lograr convicción respecto de esta última alegación, resultando creíble la
alegación otorgada por la AFP demandada en cuanto a haber tomado conocimiento de esta prestación de
servicios en forma reciente al momento del término de los servicios, acaecido el 06 de octubre de 2010, lo que
fue reiterado por el testigo presentado por la demandada, ya individualizado, quien declaró que se tuvo
conocimiento de lo anterior, mientras el actor hacía uso de licencia médica a través de Recursos Humanos
cuando pagaban cotizaciones previsionales, quienes verificaron cotizaciones efectuadas por otro empleador,
resultando coetáneo en el tiempo el conocimiento de los hechos y la decisión tomada por la demandada de
proceder al despido del actor. Además cabe tener presente que estos servicios prestados para un tercero no
fueron ocasionales , sino que en virtud de un contrato de trabajo a plazo fijo.
Respecto de la última alegación efectuada por el actor para explicar la prestación de servicios para otra
entidad previsional, lo fue en cuanto se habría visto obligado a desarrollar servicios ocasionales para otra
empresa, debido a que no recibe ni un peso por concepto de remuneración desde el mes de junio en adelante y
hasta el mes de septiembre de 2010, ambos inclusive. Lo anterior se refiere a descuentos no autorizados
efectuados por la demandada desde el mes de noviembre de 2008 en adelante y, que supuestamente fueron
materia de la demanda interpuesta en contra de su ex empleador antes de su despido, sin indicar el resultado de
dicha acción en cuanto a esta prestación. DECIMO: Que respecto de esta última alegación, cabe tener presente
que el actor incorporó como prueba documental copia de sus liquidaciones de remuneración desde el mes de
abril a septiembre de 2010, si bien en su libelo sólo reclama desde el mes de junio en adelante, cabe tener
presente que en todas las liquidaciones aparecen una serie de descuentos efectuados por su empleador, ya sea
por reliquidación de concursos o como A.S. DESC. NO EFECT. , descuentos que fueron explicados por la
demandada al contestar el libelo como el ajuste efectuado respecto de anticipos otorgados con antelación al
demandante por sumas muy superiores a los finalmente percibidos, por lo que corresponde que haga la
respectiva devolución, situación que de todas maneras fue discutida en el anterior juicio tramitado entre las
partes y que es materia de recurso de nulidad. Al respecto el actor absolvió posiciones declarando que
mensualmente se reliquidaban los premios obtenidos ya que llevaban envuelta la condición de permanencia del
cliente, creyendo él que lo justo hubiere sido que sólo se le descontara la comisión obtenida por esa venta, pero
no también el premio, reconoció eso sí que solicitaba anticipos a su jefe directo. Lo anterior en cierta medida fue
reiterado por el testigo presentado por el actor a declarar, don Alejandro Negrete Carrasco, quien es dirigente
sindical de la empresa demandada y tuvo conocimiento de los reclamos formulados por el trabajador por
descuentos no autorizados.
Que al respecto sólo cabe concluir que la empresa demandada efectivamente realizó descuentos de la
liquidación de sueldo del actor, sin que fuera materia de la controversia del presente juicio si ellos eran ajustados
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a derecho o no, habiéndose discutido lo anterior en el juicio O 1440 2010 tramitado ante el 1º Juzgado del
Trabajo de Santiago, por lo que sólo puede ser tomado en consideración para determinar la gravedad de los
hechos invocados como incumplimientos graves imputados al actor.
UNDECIMO: Que una vez dilucidadas las alegaciones o explicaciones otorgadas por el actor para haber
prestado servicios para otra empresa, distinta a la demandada, cabe determinar si los hechos invocados en la
carta de despido pueden llegar a constituir un incumplimiento contractual del actor. Al respecto la parte
demandada incorporó como prueba documental copia del contrato de trabajo suscrito entre las partes con fecha
1º de junio de 2009, en el cual consta en su cláusula segunda que el actor, AGENTE PROFESIONAL DE
VENTAS, viene por este acto en obligarse a prestar en forma exclusiva sus servicios personales como AGENTE
PROFESIONAL DE VENTAS .
Por otra parte en su cláusula tercera letra a) se estableció que constituye obligación especial del trabajador,
entre otras, la de Cumplir estrictamente las Normas del Empleador, la letra y espíritu del Código de Conducta y
de las Políticas de Recursos Humanos, los que declara conocer y aceptar plenamente. A su vez en la cláusula
quinta se estableció que queda estrictamente prohibido a el AGENTE PROFESIONAL DE VENTAS actuar
como comisionista, o ejercer cualquier actividad, ya sea por cuenta propia o para terceras personas, que se
vincule con la promoción, venta o intermediación de cualquier servicio o producto relacionado directa o
indirectamente con las funciones para las cuales fue contratado.
Asimismo, queda prohibida al AGENTE PROFESIONAL DE VENTAS toda otra función que le impida
ejecutar correcta y cabalmente sus funciones para AFP Capital S.A. .
Estableciéndose prohibiciones de igual naturaleza en las cláusulas novena letras b) y k) del mismo contrato
de trabajo y respecto de normas básicas contempladas en el Código General de Ética y Conducta de la
demandada, incorporado por ésta, en el cual en su punto II.1 se refiere a los valores que deberán observar sus
trabajadores, entre los cuales se encuentra la Integridad.
DUODECIMO: Que consta que la demandada en la carta de despido invocó incumplimiento a normas del
Reglamento Nº3 de 1984 sobre Licencias Médicas, que dicen relación con un tipo de incumplimiento a
normativa legal y no contractual como debe entenderse correctamente la causal invocada por el empleador, esto
es, la contemplada en el Nº7 del artículo 160 del Código del Trabajo. Sin perjuicio de lo anterior, cabe tener
presente solamente las cláusulas citadas del contrato de trabajo del actor, para llegar a la convicción que éste
último incurrió en los incumplimientos contractuales imputados por su ex empleadora y, que dicen relación
específicamente con el hecho de prestar sus servicios de manera exclusiva para la demandada y no realizar
funciones que se relacionen de manera directa o indirecta para terceros con la misma función cumplida para la
demandada. Lo anterior se tiene por acreditado en virtud del propio reconocimiento efectuado por el actor al
absolver posiciones, quien reconoció haber prestado servicios en el período indicado en el oficio remitido por la
Isapre Cruz Blanca y bajo la modalidad indicada en el mismo, que en ningún caso puede entenderse como
servicios ocasionales , como lo alegó el actor, desde que si bien lo fueron por un corto período, esto es, desde el
1º de julio al 08 de octubre de 2010, lo fueron bajo vínculo de subordinación y dependencia, por ende existían
obligaciones que cumplir por parte del demandante para ese empleador ajeno, lo que precisamente realizó el
actor encontrándose haciendo uso de reposo médicos para su otro empleador, por lo que se tendrá por acreditado
que el actor incurrió en el incumplimiento contractual imputado por la demandada.
DECIMO TERCERO: Que ahora bien, encontrándose acreditado que el actor incurrió en el incumplimiento
contractual imputado por su ex empleadora, cabe determinar si reúne la gravedad necesaria para que se tenga
por configurada la causal esgrimida para proceder a su despido, esto es, la establecida en el artículo 160 Nº7 del
Código del Trabajo.
Al efecto cabe tener presente que a juicio de esta sentenciadora el sólo hecho de haber prestado servicios
para otra entidad del rubro previsional durante los períodos en que hizo uso de reposo médico en virtud de
licencias médicas otorgados por facultativos médicos con la expresa indicación de que debía ser tal descanso en
forma absoluta en el domicilio del trabajador, ya reviste la gravedad necesaria para tener por configurada la
causal invocada por la demandada, no teniendo ninguna relevancia el hecho que la segunda licencia médica
haya sido rechazada, desde que este rechazo sólo se produjo con fecha 07 de septiembre, cuando faltaban sólo
tres días para que culminara el total de 12 días otorgados de descanso, ya que durante el período anterior, no
cumplió con el reposo absoluto otorgado, sin que acreditara el actor que la primera hubiera sido rechazada como
alegó en su libelo, habiendo reconocido expresamente en el libelo que durante esos períodos prestó servicios
para la Isapre Cruz Blanca por las distintas razones esgrimidas y que ya fueron desechadas por el tribunal.
Asimismo, cabe tener presente que se reúne en el presente caso la gravedad necesaria para configurar la causal
de despido, desde que la empresa demandada podría haber sido objeto de responsabilidad frente a las
autoridades administrativas por el no cumplimiento del reposo médico otorgado al trabajador, desde que el
artículo 51 del Decreto Supremo Nº3 de Salud de 1984, Reglamento de Autorización de Licencias Médicas por
las Compin e Instituciones de Salud Previsional, establece una serie de obligaciones para el empleador cuyo

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trabajador hace uso de reposo médico, tales como El empleador deberá adoptar las medidas destinadas a
controlar el debido cumplimiento de la licencia de que hagan uso sus trabajadores. Del mismo modo, el
empleador deberá respetar rigurosamente el reposo médico de que hagan uso sus dependientes prohibiéndoles
que realicen cualquier labor durante su vigencia. Igualmente deberá procurar el cambio de las condiciones
laborales del trabajador en la forma que determine la Comisión de Medicina Preventiva e Invalidez para atender
al restablecimiento de su salud. El empleador podrá disponer visitas domiciliarías al trabajador enfermo. Sin
perjuicio de lo expuesto todos los empleadores y/o entidades que participan en el proceso deberán poner en
conocimiento del Servicio de Salud o ISAPRE respectiva cualquier irregularidad que verifiquen o les sea
denunciada, sin perjuicio de las medidas administrativas o laborales que estimen procedentes adoptar." Es por
todo lo anterior, que se adquiere convicción que el actor incurrió en un incumplimiento contractual de carácter
grave, lo que permite tener por justificada la causal legal invocada para proceder al despido del actor por la
demandada, rechazándose de esa manera la demanda intentada por el actor por despido injustificado.
DECIMO CUARTO: Que, por último el actor solicitó el cobro de feriado legal anualidad 2009 2010 y
proporcional por el último período trabajado comprendido entre el 14 de agosto de 2010 al 06 de octubre de
2010, prestaciones que fueron controvertidas por la demandada expresamente por no adeudarse suma alguna,
dado que habría hecho uso de los mismos. Al respecto la parte demandada incorporó como prueba documental
un documento emitido por su representada que da cuenta de los feriados utilizados por el actor durante todo el
período trabajado.
El documento anterior da cuenta que durante la anualidad 2009 2010, el actor hizo uso de 11 días de feriado
entre el 11 y 28 de diciembre de 2009, solicitados con fecha 1º de diciembre del mismo año, lo que fue
expresamente reconocido por el demandante al absolver posiciones al serle exhibido el documento incorporado
por la demandada.
Que en virtud de lo anterior, no habiendo acreditado la demandada que el actor hizo uso de los cinco días
restantes del feriado legal correspondiente a la anualidad 2009 2010 y al feriado proporcional por el último
período trabajado, se le condenará a pagarlos en la suma que se indicará en lo resolutivo del presente fallo.
DECIMO QUINTO: Que para determinar el monto a pagar por concepto de feriados adeudados, cabe
establecer el monto de remuneración percibida por el actor como promedio los últimos tres meses trabajados en
forma completa, desde que su remuneración era de carácter variable.
Al efecto la parte demandada incorporó las liquidaciones de sueldo correspondientes a los meses de enero,
abril y agosto de 2010, en las cuales consta que el actor se desempeñó 30 días del mes, de las cuales se obtiene
que el promedio arroja como resultado la suma de $1.108.983, aplicando el tope de 90 Unidades de Fomento a
la remuneración correspondiente al mes de enero de 2010, establecido en el artículo 172 del Código del Trabajo,
tope que si bien esta juez estima que corresponde realizarlo al promedio total obtenido de los tres meses, no
varía mayormente en el cálculo efectuado por el tribunal, por lo que se considerará para todos los efectos dicha
suma para el pago de las prestaciones ordenadas pagar.
DECIMO SEXTO: Que la prueba analizada lo ha sido conforme a las reglas de la sana crítica.
DECIMO SEPTIMO: Que no habiendo resultado totalmente vencida la demandada, no se le condenará en
costas. Por estas consideraciones y visto además lo dispuesto en el artículo 19 N°4 de la Constitución Política de
la República 1, 2, 3, 7, 160, 162, 163, 168, 172, 425 y siguientes, 456, 459, 485 y siguientes del Código del
Trabajo, se resuelve:
I. Que se hace lugar a la demanda interpuesta por ALEJANDRO ALFREDO MUÑOZ HERRERA en contra
de su ex empleador AFP CAPITAL S.A., sólo en cuanto, se condena a la demandada a pagar al actor las
siguientes prestaciones:
a) $184.966, por concepto de saldo adeudado de feriado legal 2009 2010.
b) $109.715, por concepto de feriado proporcional adeudado.
II. Que las sumas ordenadas pagar en forma precedente, deberán serlo con los reajustes e intereses que
establece el artículo 63 del Código del Trabajo.
III. Que se rechaza en lo demás la demanda.
IV. Que no se condena en costas a la demandada, por no haber resultado totalmente vencida.
V. Ejecutoriada esta sentencia, cúmplase lo dispuesto en ella, dentro de quinto día. En caso contrario,
certifíquese dicha circunstancia y pasen los antecedentes al Juzgado de Cobranza Laboral y Previsional.
Regístrese y archívese en su oportunidad.
RIT: T 321 2010 RUC 10 4 0043474 9
Dictada por doña ANDREA SOLER MERINO, Juez Titular del Segundo Juzgado de Letras del Trabajo de
Santiago.

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