Norberto Bobbio
Igualdad y libertad
Introduccién de Gregorio Peces-Barba
Paidds I.C.E.| U.A.B.
Pensamiento Contemporaneo 2466 IGUALDAD ¥ LIBERTAD
titutiva de la igualdad social; la segunda tiende a
‘mantenerla en los modos y formas en que ha sido
establecida. Puesto que la regla de justicia no dice
cual es el tratamiento mejor, sino que se limita a
requerir laaplicacién igual de un determinado trata-
miento, cualquiera que éste sea, se llama también
justicia formal, ya que prescinde completamente de
cualquier consideracién del contenido. Se puede
dar el caso, y en efecto se da con frecuencia en todo
ordenamiento juridico donde las normas envejecen
y devienen injustas, de que una norma injusta se
aplique injustamente, , ciertamente, no eslaaplica-
cién injustala que pone remedio sino, si acaso, s6lo
la desaplicacion.
‘Aun teniendo un valor subordinado al valor ins-
taurado por la justicia retributiva y atributiva, tam-
bién la justicia formal tiene en si misma, es decir,
independientemente del valor de Justicia de la nor:
ma, ¢ incluso en el caso de norma injusta, un valor
social, que ¢s el de garantizar el orden antiguo hasta
{que no sea sustituido por el nuevo. Tiene también la
funcién de hacer menos irritante la injusticia en
tanto que compartida («Mal comiin, consuelo de
tontos»). Se puede observar aun que el instrumento
‘mas idéneo para hacer respetar la regla de justicia es
laemanacién, por parte de aquel que detenta en una
determinada Sociedad el poder legislativo, de nor-
‘mas generales y abstractas que establezcan como
debe tratarse una entera categoria de sujetos. En
caso de que existan normas semejantes, y la mayor
parte de las leyes formales son tales, el respeto de la
regla de justicia, es decir, de la justicia formal, se
IGUALDAD 67
resuelve pura y simplemente en la aplicacién escru-
pulosa e imparcial de la ley: en efecto, aplicéndola
escrupulosa e imparcialmente a todos los sajetos
que estin bajo Ia categoria regulada por la ley y
segiin el tratamiento previsto, también se observa la
regla de la justicia que quiere que sean tratacos de
modo igual los iguales. Desde este punto de vista la
aplicacion de la regla de justicia es lo mismo que el
respeto a la legalidad, aunque es necesario no con-
fundir la actuacién de la regla de justicia a través del
respeto a la legalidad, por un lado, con la justicia
como legalidad, que hemos sefialado en el capitulo
2,y, por el otro, con el principio de legalidad que es
planteado como defensa no de la legalidad sino de la
certeza del derecho. La regla de derecho requiere
para su aplicacion la virtud de Ia imparcialidad res-
pecto de los destinatarios de Ia ley; el principio de
legalidad requiere, més bien, la virtud de Icaltad
respecto del legislador.
6. La igualdad de todos
Contrariamente a lo que se podria inferir de lo
que se ha dicho hasta aqui sobre la relacién entre
Justicia e igualdad, donde «justicias ha aparecido
siempre como término axiolégicamente significante
e cigualdad» como término axiolégicamente neu-
tral, mas que descriptivamente indeterminado, en el
debate politico la igualdad constituye un valor, m68 IGUALDAD Y LIBERTAD
Pero ello depende del hecho de
(y naturalmente también en aquellos en que
;condenada), laigualdad de que se trataes siempre
a igualdad determinada 0 secundum quid, que
cibe su contenido axiolégicamente relevante justo
ese quid que especifica su significado.
Ciertamente, una de las maximas politicas més
cargadas de significado emotivo es aquella que pro-
clama la igualdad de todos los hombres, cuya formu-
laci6n més corriente es la siguiente: «Todos los hom-
bres son (0 nacen) iguales». Esta méxima corre y
recorre el amplio arco de todo el pensamiento politi
co occidental, desde los estoicos al cristianismo pri-
mitivo, para renacer con un nuevo vigor durante la
Reforma, asumir forma filoséfica en Rousseau y los
socialistas ut6picos, y expresarse en forma de verda-
era y propia regia juridica en las declaraciones de
los derechos humanos desde finales del dieciocho
hasta hoy. Pero normalmente no se presta atencién
al hecho de que lo que atribuye una carga emotiva
positiva a la enunciacién, que en tanto proposicién
descriptivao es demasiado genérica o sin mas falsa,
no es la proclamada igualdad, sino la extensién de la
igualdad a «todos». No se puede eludir, en efecto, el
significado polémico y revolucionario de este «to-
dos», que se contrapone a situaciones u ordena-
mientos enlos cuales no todos, sino mas bien pocos
60 poquisimos, disfrutan de bienes y derechos de los
que otros carccen. En otras palabras, el valor de la
maxima esiriba no en el hecho de que evoque el
fantasma de la igualdad, que siempre ha quitado
IGUALDAD 6
el suefio a los poderosos, sino en el hecho de que la
igualdad evocada, cualquiera que sea su naturaleza,
tenga que valer para todos, de ahi que por «todos» no
se dice que se entienda la totalidad de los hombres,
pues basta que se entienda los pertenecientes a un
determinado grupo social, con tal de que este grupo
sea mds extenso del que hasta ahora ha detentedo el
der. Ademds, puesto que, como se ha dicho, cual-
para fener un contenido especif-
9, 8e observa que la maxima de la igualdad de 7odos
sponderia, aparentemente, s6lo a la primera pre-
ina si se interpretara literalmente. En realidad, el
nificado axiolégico de la maxima depende tam-
nde la cualidad, si bien sobreentendida, respecto
la cual se requiere que los hombres, todes los
ymbres, sean considerados iguales. En ninguaa de
acepciones historicamente importantes, puede
jerpretarse la maxima como solicitadora de que
jos» los hombres sean iguales en «todo». Le idea
tie la maxima expresa es ia de que los hombres sean
considerados iguales y tratados como iguales res-
pecto de aquelas GIINREEEN sin las dren
tes concepciones del hombre y de la sociedad €OnS®)
la naturaleza humana
“ns issstoniosdele jos demas seres, como el
libre uso de la razén, la capacidad juridica, la iber-
tad de poseer, la «dignidad social» (como dicta el
articulo 3 de la Constitucién italiana), o, mas breve-
mente, la «dignidad» (como dicta el articulo 1 de la
Declaracién universal de los derechos del hombre) y