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Elementos normativos del delito de robo

I.1. Apoderamiento ilegitimo

Salinas considera que: “Apoderamiento, entendiendo como toda acción del

sujeto que pone bajo su dominio y disposición inmediata un bien mueble que

antes de ello se encontraba en la esfera de custodia de otra persona” 1.

Según la Sentencia Plenaria Nº 1-2005/DJ-301-A el acto de apoderamiento

es, pues, el elemento central de identificación para determinar, en el iter

criminis, la consumación y la tentativa. Desde esta perspectiva el

apoderamiento importa: el desplazamiento físico de la cosa del ámbito del

poder patrimonial del tenedor -de su esfera de posesión- a la del sujeto

activo, y la realización material de actos posesorios, de disposición sobre la

misma.

Por ello el apoderamiento es uno de los elementos normativos de este tipo

penal para su configuración, se podrá decir que de este elemento se parte

para la imputación del delito al sujeto activo.

I.2. Sustracción del bien

La sustracción implica en sacar el bien del ámbito de custodia y vigilancia de

la víctima, por ejemplo: el asaltante que le quita la bicicleta a la víctima,

sacándolo del volante y montándose él en ella, pedaleando a velocidad para

escapar.

Como señala la doctrina la sustracción del bien consiste en la desposesión,

es decir, la privación física de la tenencia del bien por parte del sujeto

activo.

1 SALINAS SICCHA, Ramiro. Derecho Penal. Parte Especial. Editorial Iustittia, Quinta Edición, p. 921.
De la misma forma la Sentencia N°6139-2014 señala en su fundamentación

jurídica que “sustracción, acto que realiza el agente para arrancar o alejar

el bien mueble de la esfera de domino de la víctima.

I.3. Disponibilidad del bien

La disponibilidad en el delito de robo se da desde que el agente tiene la

posibilidad de disponer del bien, es decir, el sujeto cuenta con el bien y

puede decidir que hacer con él, por ejemplo: Juan entra con un arma de

fuego a una bodega y amenaza al dueño, diciéndole que le entregue el dinero

de la venta o de lo contrario le disparará, el dueño le entrega a Juan el

dinero, este sale corriendo de la bodega; en este caso Juan ya ha dispuesto

del bien, en cuanto a través de la amenaza generada en el dueño, el venció la

resistencia del sujeto y pudo disponer del bien.

I.4. Medios comisivos: violencia o amenaza

Los medios comisivos del delio de robo son dos la violencia y la amenaza, los

cuales son de mucha importancia su determinación para la configuración del

delito de robo. La violencia se debe entender como la violencia física

destinada a vencer la resistencia de la víctima, pero la violencia ejercida

debe ser de cierta intensidad, por ejemplo, por lo que el mero arrebato de

un reloj no implicaría robo sino hurto; y la amenaza, constituida como, el

anuncio o aviso de un daño a causar por sujeto activo contra el pasivo, solo

que para que se considere el medio utilizado amenaza debe existir la

posibilidad de que esta se cumpla, sino de esta manera no se configuraría el

delito por falta de este elemento normativo.


Rojas Vargas2 afirma que «ambas acciones vendrían a ser acciones

instrumentales que facilitan o aseguran la acción final del robo, vale decir,

el apoderamiento». Violencia y amenaza son los medios utilizados para lograr

el desapoderamiento de la víctima, estos elementos son esenciales en la

configuración del robo, ya que así la conducta es fácilmente distinguible del

hurto.

Según la Corte Suprema, la violencia o amenaza deben ser desplegadas

antes, en el desarrollo o inmediatamente después a la sustracción de la

cosa: (i) la violencia o vis in corpore, debe ser aplicada sobre el directo

posesionario del bien, que puede ser el propietario, un poseedor o un simple

tenedor; (ii) la amenaza o vis compulsiva, entre tanto, es el anuncio de un

mal futuro para la víctima, esta tiene que ser suficiente para intimidar a la

víctima y así lograr el apoderamiento.

En relación a los medios comisivos del delito de robo la Casación 496-2017,

Lambayeque, sobre este segundo medio comisivo, del propio tipo penal se

desprende que su idoneidad para la respectiva consumación pasa por

verificar que importe un peligro inminente para la vida o la integridad física.

En otras palabras, no se trata de cualquier amenaza, sino de una “amenaza

inminente”.

2 ROJAS VARGAS, Fidel. Derecho penal. Estudios fundamentales de la parte general y


especial. Miraflores: Gaceta penal, 2013, p. 303.

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