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A.S.K. Associates for Scriptural Knowledge


(Asociación para el Conocimiento Escritural)
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FUNDAMENTOS DE LA DOCTRINA
DEL NUEVO TESTAMENTO
CAPÍTULO 7

CRISTO FUE CASTIGADO POR NOSOTROS

Cuando examinemos todas las enseñanzas de las Sagradas Escrituras, nos


daremos cuenta de que todo en el plan de Dios se cumple por la expresión de su amor
y respeto por cada uno de nosotros por el ejercicio de Su GRACIA.
Este es el caso de ya sea el depósito del pecado de Adán en nosotros por
Imputación, la colocación de ese pecado heredado y todos nuestros pecados sobre la
persona de Cristo, por el mismo acto de Imputación; o si se trata de Cristo llevando
todos los castigos por el pecado que nosotros merecemos sufrir (pero que Él lo hizo
por nosotros como sustituto de cada uno de nosotros).
Todas estas cosas se cumplen por Dios el Padre por GRACIA, sin obras de nuestra
parte.
● Fue Dios quien nos dio el MAL (véase Isaías 45:7) por su GRACIA cuando puso los
pecados de Adán en nosotros.
● Y fue Dios quien nos dio lo BUENO (de nuevo, ver Isaías 45:7) por su GRACIA,
cuando colocó en el segundo Adán todos los pecados nuestros, no importando lo
que fueron o son.
Dios ha hecho estas cosas sin preguntarnos. Él las realizó por sus AGRACIADOS
actos. Él los hizo para mostrar su amor y respeto por nosotros en traernos a todos
nosotros en Su Familia divina sin nosotros hacer obras de ningún tipo. El Padre y
Cristo hicieron las obras. Nosotros, los humanos no tenemos parte en el proceso de
salvación. A medida que avancemos, veremos que los seres humanos estamos en la
tierra para recibir salvación por gracia, no para hacer obras para obtener la salvación.
Todos los Actos de Imputación Son por Gracia
Al tratar con el pecado, era necesario que todos nosotros recibiéramos un pecado
heredado y una naturaleza pecaminosa que todos soportaríamos y del que nunca
escaparíamos hasta nuestra resurrección de los muertos. Tanto el pecado heredado
imputado a nosotros y nuestra propia naturaleza pecaminosa carnal nos fueron dadas
por Dios; nosotros no tuvimos nada que hacer con uno u otro. Hemos recibido ambos
de Dios y por GRACIA.
Pero, gracias sean dadas a Dios, Dios quitará "en Cristo" (también por el uso de
GRACIA) nuestro pecado heredado; y en la resurrección, Él quitará incluso nuestra
naturaleza pecaminosa que causa que cada uno de nosotros peque todos los días,
mientras estamos en la carne. Pronto se nos dará una nueva "naturaleza divina" (2
Pedro 1:4) que nos hará ser como el Padre y Jesucristo. Dios salvará a la humanidad
de sus pecados - tanto el pecado que heredamos, como los pecados que hemos
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hecho en nuestra vida adulta a causa de nuestra debilidad en la carne. Después de


todo, Dios está a cargo de todo y Él nos ama. Él lo hará por gracia
Esto significa que debido a que Dios consigna un pecado heredado a todos los
seres humanos, si un niño recién nacido muere, él o ella todavía necesitan la sangre
de Jesucristo para cubrir su pecado con respecto a la salvación. Cuando uno
comprende la enseñanza de Pablo de la Imputación, en su relación con el pecado de
Adán, todos los asuntos concernientes al pecado y la muerte son contestados
satisfactoriamente en un sentido legal. Sin esta enseñanza de Pablo sobre este tema
esencial, mucha doctrina del Nuevo Testamento acerca de la salvación sería
totalmente confusa y sin respuestas sensibles disponibles.
El Castigo por el Pecado Es También Imputado a Cristo
Ahora llegamos a uno de los aspectos más importantes de la doctrina bíblica de la
Imputación. La comprensión de que Cristo pagó el castigo por nuestros pecados
ofrece uno de los más claros entendimientos de lo que el juicio futuro de la humanidad
implica. Notemos la importancia enteramente de toda esta materia.
Suponga que usted pregunta a normales autoridades Cristianas (teólogos y
predicadores) ¿qué consecuencias del pecado serían para los pecadores no
arrepentidos? La mayoría diría que el pecador va al infierno de fuego y en ese caldero
de fuego ellos soportarían un castigo sin mejora o liberación del tormento por toda la
eternidad. En otras palabras, según la mayoría de los predicadores Cristianos de hoy,
el castigo por los pecados (como creen que Dios quiere) es colocar al pecador en el
tormento eterno en un infierno de fuego.
¡Pero espere un momento! El apóstol Pablo enseñó que los salarios (el castigo) del
pecado es la muerte, no una especie de "vida eterna" (Romanos 6:23). La vida eterna
es un don de Dios (de nuevo, Romanos 6:23) y en ninguna parte se le cuenta como
castigo por los pecados. ¡La paga del pecado pasa a ser la muerte, no la vida! Este es
precisamente el tipo de castigo puesto sobre Jesús cuando Él pagó el castigo por
nuestros pecados. Esto significa que cada pecado jamás concebido o perpetrado por
la humanidad (desde Adán hasta el próximo período conocido como "la dispensación
de la plenitud de los tiempos", Efesios 1:10) fue colocado en la persona de Cristo
Jesús. Él llevó el castigo por cada uno de los pecados que se han cometido. Dios el
Padre los imputó a Cristo y no a la humanidad. Esta es la enseñanza central del
Evangelio y el apóstol Pablo se centró en ella con precisión. Note la enseñanza de
Pablo:
"Dios estaba en Cristo reconciliando al mundo consigo mismo, no tomándoles en
cuenta sus pecados, y ha encargado a nosotros la palabra de reconciliación".
2 Corintios 5:19
Los pecados puestos en Cristo fueron todos los pecados físicos (corporales) de la
humanidad, así como todos los pecados espirituales (pecados del alma o espíritu).
Recordemos que la humanidad ha cometido pecados espirituales que necesitan
perdón así como los pecados físicos. Pablo dijo: "Vamos a limpiarnos de toda
inmundicia de la carne y espíritu" (2 Corintios 7:1). Sí, nuestra carne, nuestra alma y
nuestro espíritu pueden estar sucios.
¿Pero cuál era el castigo por estos pecados? ¿Es entrar en el fuego del infierno y
arder para siempre sin esperanza de liberación del tormento? Si eso fuera lo que el
castigo del pecado realmente era, entonces debe Cristo someterse a esa pena en
nuestro lugar, Él entraría en aquel infierno de fuego y debe quemarse siempre. Esta es
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la enseñanza clara y sencilla del Nuevo Testamento, para cualquier persona sensible,
de darse cuenta y apreciar.
Pero de ninguna manera vino Cristo a sufrir tal pena para pagar el castigo por los
pecados de la humanidad, ¡carnales o espirituales! La Biblia enseña que Cristo murió
por nuestros pecados, ¡no que Él fue a un infierno de fuego para quemarse por
siempre! [El tormento de fuego sin salida día y noche por los siglos de los siglos es
para el diablo y sus ángeles, no para la humanidad. Después de todo, si los seres
humanos fueran colocados en tal infierno, morirían muy rápidamente, y sus cuerpos se
convertirían en cenizas. Y recuerde, el hombre es mortal, ¡no inmortal! ELM]
Pero, ¿cómo puede ser esto? ¿Acaso Dios no enseña que el hombre pecador
tendrá que quemarse en el hades, traducido "infierno" en la Biblia? ¡De ninguna
manera es esto literalmente cierto! La ilustración que Cristo dio sobre Lázaro y el
Hombre Rico en Lucas 16 (con el Hombre Rico yendo después de la muerte al fuego
del tormento) es una parábola. Esta parábola de Cristo no está describiendo
situaciones literales. Mateo dijo que Cristo nunca dio alguna enseñanza, para el
público en general, que no fuese en forma de parábolas (Mateo 13:34-35). [Esta
enseñanza figurativa es muy parecida a la que refiere el apóstol Pablo cuando dijo que
si ayuda a su enemigo cuando está en problemas, esto sería como "carbones
colmados de fuego sobre su cabeza" (Romanos 12:20). Pablo no quiso decir que
carbones literales de fuego se colocarían en la cabeza de su enemigo. Se limitó a
decir que la conciencia de la persona se quemaría con compasión por el acto de
bondad que usted le mostró a él. ELM]. Tenemos que separar cuidadosamente las
enseñanzas figurativas que Cristo dio como parábolas en los Evangelios y por el
apóstol Juan en el libro del Apocalipsis, de las enseñanzas literales de la Biblia. Esto
se hace mediante la adopción de la norma para la doctrina que se encuentra en el
personaje de Cristo. El ejemplo de Su vida y las sentencias impuestas por Dios sobre
Él representan el estándar para el máximo castigo Cristiano por el pecado.
Es importante reconocer a Cristo Jesús como el estándar para la evaluación de
todas las doctrinas. Esto es especialmente cierto en los asuntos relacionados con el
perdón y castigo por los pecados. La norma establecida por Cristo Jesús muestra que
Él murió por nuestros pecados; Él no fue a un infierno de fuego para vivir por toda la
eternidad en el tormento de fuego. Cuando reconocemos a Jesucristo como el
estándar para la creencia doctrinal para cumplir con los requisitos que Dios el Padre
ha colocado sobre la humanidad, entonces somos liberados de las tonterías que los
modernos teólogos y predicadores tratan de endilgar a la humanidad. Los
predicadores modernos normalmente abandonan a Cristo Jesús como el estándar y
toman enseñanzas figurativas de la Biblia como literales. Sus posiciones erróneas
representan la absorción de las enseñanzas del paganismo clásico dentro de la
médula de la doctrina Cristiana. De hecho, sus falsos conceptos tienen su origen en
Satanás el Diablo.
Con Cristo, la vida de Jesús y su ejemplo como el estándar para todos los asuntos
doctrinales, se puede entender que la enseñanza en Lucas capítulo 16 de Lázaro y el
Hombre Rico era simplemente una parábola. El rico no estaba literalmente en los
dolores del fuego después de su muerte como un castigo por sus pecados. Después
de todo, si tal tormento era el verdadero castigo por los pecados, Cristo Jesús hubiera
sufrido ese mismo castigo al pagar la pena por los pecados del mundo. Esto significa
que Jesús estaría en el tormento del fuego del infierno por toda la eternidad. Pero
Cristo no pagó esa pena. Cristo es la norma en todas las cosas, no sólo en la justicia
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para todos nosotros, sino también para llevar a cabo el castigo de los pecados en
nuestro lugar. Lo que Cristo hizo para pagar el castigo por los pecados era morir por
nosotros. No ir al tormento sin fin en una especie de eterno fuego en el infierno. Una
vez más, tenemos que tener cuidado de separar las enseñanzas figurativas de la
norma establecida por el ejemplo de Cristo.
Lenguaje Figurado
El enorme libro del Dr. E. W. Bullinger, titulado Figuras de Lenguaje en la Biblia
muestra el uso frecuente del lenguaje figurado en las enseñanzas de la Escritura.
Nuestro idioma español está tan lleno de figuras tales que los extranjeros aprendiendo
a menudo cometen errores tontos y chistosos cuando toman literalmente algunas
expresiones españolas. El Dr. Bullinger repetidamente advierte a los lectores de la
Biblia tener cuidado de no tomar una ilustración figurativa en forma literal o una
declaración literal en forma figurada. De hecho, el primer abuso de la enseñanza
bíblica de hoy y durante los siglos es que la gente malinterpreta lo figurativo por lo
literal. ¡Ya es hora de que esta práctica se detenga! Podemos evitar grandes errores si
dejamos que Cristo y el ejemplo de su norma perfecta de vida y muerte fijen las reglas
para la interpretación de las doctrinas. Esto ciertamente es el caso de la comprensión
de la enseñanza bíblica sobre el castigo por los pecados.
¿Eterno Castigo?
Con el estandarte de Cristo en mente, cualquier estudiante de ley de primer
año debe ser capaz de entender lo que el castigo por los pecados realmente es, tal
como se define en la revelación bíblica. Si la paga del pecado es la vida eterna en el
fuego del infierno, entonces Cristo, para pagar el castigo por nuestros pecados, tendría
que estar en ese "infierno de fuego" ahora y seguir estando allí en el tormento por el
resto de la eternidad. Pero esta enseñanza común de los teólogos y predicadores ¡es
una locura total! La Biblia enseña que Jesucristo no sufrió "castigo eterno", sino que
fue resucitado de entre los muertos tres días después de su muerte y ahora está a la
diestra de Dios en el cielo. Él no fue a ningún "eterno fuego del infierno". Es hora de
que los predicadores y teólogos renuncien a la doctrina horrenda y errónea que viene
directamente del paganismo Helenístico.
¿Muerte Eterna?
Si bien es fácil demostrar que el castigo por los pecados no es soportar un eterno
fuego del infierno sin liberación del tormento, algunos predicadores sostienen que la
Biblia enseña que una muerte eterna es el castigo por los pecados. Pero ese no es el
castigo por los pecados que Cristo Jesús realizó. Si la muerte es el castigo eterno por
los pecados, Cristo Jesús habría tenido que permanecer muerto en la tumba por el
resto de la eternidad al someterse a ese castigo. Una vez más, la verdad es que Cristo
fue resucitado de entre los muertos a escasos tres días después de su muerte y pagó
el castigo por los pecados de la humanidad.
¿No es mejor creer al apóstol Pablo cuando dijo que la paga del pecado es muerte
(Romanos 6:23) y que Jesucristo pagó la pena completa por los pecados cuando
murió (2 Corintios 5:14-15)? Prefiero aceptar las enseñanzas de Pablo que las de los
teólogos y predicadores que entienden mal el castigo por los pecados como realmente
es. Es hora de creer en las enseñanzas de la Biblia en vez de doctrinas erróneas de la
humanidad a través de la mal agencia inventada de Satanás el Diablo engañosamente
pasada a las personas como la enseñanza de Cristo y los apóstoles. La enseñanza
tradicional de un eterno fuego del infierno para los pecadores no arrepentidos es
incorrecta y sin sentido.
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La verdad es que Dios el Padre imputa el castigo (la pena) por nuestros pecados y
los pecados del mundo a su Hijo, Jesucristo. Esos pecados fueron pagados totalmente
por Cristo por hace 1900 años cuando murió en el madero de la crucifixión. Esta es la
enseñanza del Cristianismo real y no las tonterías que se enseñan hoy en día por las
llamadas "autoridades" Cristianas. El hecho es que todos nosotros en Cristo estamos
"libres de pecado" (TODOS los pecados). Ya sea el pecado (la naturaleza
pecaminosa) que heredamos de Adán, o todos los pecados que nosotros hemos
cometido en nuestra vida adulta, todos ellos son perdonados en Cristo y Dios el Padre
nos reconoce de estar libres de cualquier pecado. Recuerde, el apóstol Juan nos dice:
"Todo aquel que es nacido de Dios no comete pecado, porque Su [de Dios]
simiente [espermatozoide- un solo espermatozoide es todo lo que es necesario que
esté conectado a nuestro espíritu] permanece en él; y no puede pecar, porque es
nacido de Dios". 1 Juan 3:9
Es esencial que ninguno de nosotros permitamos que alguna persona nos engañe
diciendo que uno no puede nacer en la familia de Dios hasta la resurrección. El apóstol
Pedro dijo que los cristianos están contados por Dios ahora como
"siendo renacidos, no de simiente corruptible, sino de incorruptible, por la palabra
de Dios que vive y permanece para siempre [por el eon (largo período de tiempo)]".
1 Pedro 1:23
Así que, "como niños recién nacidos, desead la leche espiritual sincera de la
palabra para que por ella podáis crecer" (1 Pedro 2.2 KJV). En su analogía, Pedro dijo
que ya estábamos en la leche (lo cual es una señal de estar fuera del útero y en el
pecho de la madre, y no simplemente en un estado concebido). Podemos tener un
solo espermatozoide en nosotros desde el Padre, pero ya somos "nacidos de Dios" a
los ojos del Padre y por y a través del Espíritu. Y tener un esperma en nuestra mente
significa que "nosotros no podemos pecar" en la estimación de Dios. Es hora de creer
en Dios y en Sus enseñanzas y no en las creencias erróneas de algunos predicadores
y denominaciones eclesiásticas. Cuando nuestros pecados fueron colocados en la
espalda de Cristo por el uso de Dios de la Imputación, y todas las penas del pecado
fueron pagadas por nosotros por Cristo Jesús cuando murió en el madero de la
crucifixión como nuestro substituto, dichos actos fueron suficientes para que podamos
ser contados por el Padre (ahora mismo, en este mismo momento) como LIBRES de
pecado y de pie delante de Dios como un ser sin pecado. Eso es correcto. Hemos
sufrido los castigos por nuestros pecados en los ojos del Padre (no a los ojos de la
humanidad). Cuando estemos delante del Trono del Juicio de Dios después de la
resurrección, seremos introducidos en el Santo de los Santos en el cielo y nos pedirán
que nos sentemos a la diestra del Padre. Todas las penas diseñadas para nuestro
castigo que nos mantenían fuera de Su Familia divina han sido todas pagadas por Su
Hijo Primogénito, Cristo Jesús. Él sufrió el castigo en nuestro lugar (como un sustituto
por nosotros). Esa es la enseñanza simple y llana del Nuevo Testamento.
Recuerde que todos los seres humanos son por naturaleza seres mortales.
Nosotros no tenemos la inmortalidad en la actualidad. Es cierto, el espíritu de Dios
que nos mantiene vivos no está sujeto a la muerte como los humanos y los animales,
sino que es el Espíritu de Dios; este no es el espíritu del hombre (respiración) que
pertenece a la humanidad. El hecho es que nosotros los humanos no somos todavía
inmortales. Tan claro como el apóstol Pablo pudo hacerlo, dijo que el hombre mortal
(todos nosotros) NO se vestirá de inmortalidad sino hasta la resurrección de nuestros
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cuerpos en la segunda venida de Cristo (que es todavía futuro para nosotros). Pablo
dijo,
"He aquí, os digo un misterio: No todos dormiremos [un eufemismo para la muerte],
pero todos seremos transformados [de mortal a inmortal], en un momento, en un abrir
y cerrar de ojos, a la final trompeta; porque la trompeta sonará, y los [Cristianos]
muertos serán resucitados incorruptibles, y nosotros [los que están vivos] seremos
transformados. Porque esto corruptible debe ponerse en incorrupción, y esto mortal
debe ponerse en inmortalidad. Así, cuando este ser corruptible [cuerpo] se haya
vestido de incorrupción, y esto mortal [cuerpo] se haya vestido de inmortalidad,
entonces se cumplirá la palabra que está escrita: "La muerte ha sido devorada en
victoria. '" 1 Corintios 15:51-54
Por lo tanto, desde el momento de nuestra muerte y de ser puestos en tumbas
hasta el segundo advenimiento, todos los seres humanos (incluso los justos) están
muy muertos. Los muertos no saben nada (Eclesiastés 9:5). Ellos no tienen la más
mínima conciencia (Salmo 146:4). La ilustración de las personas que viven
inmediatamente después de su muerte (como leemos acerca de Lázaro y el Hombre
Rico) es una parábola y no está declarando un hecho real. Recuerde, incluso ayudar a
su enemigo es "traer carbones de fuego sobre su cabeza" (Romanos 12:20), o
literalmente, para provocar que su conciencia [de él] se queme por el remordimiento.
Ningún hombre o ángel está ahora en un infierno de fuego ardiente como un castigo
por sus pecados. La paga del pecado resulta ser la muerte (la cesación de la vida), y
esto es lo que Cristo hizo por nosotros. Él murió como sustituto por nosotros. Cristo
NO sufrió un consciente infierno de fuego por el resto de la eternidad por nuestros
pecados que estaban sobre Él.- □

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Capítulo7del libro ‘Essentials of New Testament Doctrine’ por Ernest L. Martin, Ph.D. (†)
Publicado por Associates for Scriptural Knowledge (ASK)
Traducción y edición EONG -02/13.

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