Académique Documents
Professionnel Documents
Culture Documents
FUNDAMENTOS DE LA DOCTRINA
DEL NUEVO TESTAMENTO
CAPÍTULO 7
la enseñanza clara y sencilla del Nuevo Testamento, para cualquier persona sensible,
de darse cuenta y apreciar.
Pero de ninguna manera vino Cristo a sufrir tal pena para pagar el castigo por los
pecados de la humanidad, ¡carnales o espirituales! La Biblia enseña que Cristo murió
por nuestros pecados, ¡no que Él fue a un infierno de fuego para quemarse por
siempre! [El tormento de fuego sin salida día y noche por los siglos de los siglos es
para el diablo y sus ángeles, no para la humanidad. Después de todo, si los seres
humanos fueran colocados en tal infierno, morirían muy rápidamente, y sus cuerpos se
convertirían en cenizas. Y recuerde, el hombre es mortal, ¡no inmortal! ELM]
Pero, ¿cómo puede ser esto? ¿Acaso Dios no enseña que el hombre pecador
tendrá que quemarse en el hades, traducido "infierno" en la Biblia? ¡De ninguna
manera es esto literalmente cierto! La ilustración que Cristo dio sobre Lázaro y el
Hombre Rico en Lucas 16 (con el Hombre Rico yendo después de la muerte al fuego
del tormento) es una parábola. Esta parábola de Cristo no está describiendo
situaciones literales. Mateo dijo que Cristo nunca dio alguna enseñanza, para el
público en general, que no fuese en forma de parábolas (Mateo 13:34-35). [Esta
enseñanza figurativa es muy parecida a la que refiere el apóstol Pablo cuando dijo que
si ayuda a su enemigo cuando está en problemas, esto sería como "carbones
colmados de fuego sobre su cabeza" (Romanos 12:20). Pablo no quiso decir que
carbones literales de fuego se colocarían en la cabeza de su enemigo. Se limitó a
decir que la conciencia de la persona se quemaría con compasión por el acto de
bondad que usted le mostró a él. ELM]. Tenemos que separar cuidadosamente las
enseñanzas figurativas que Cristo dio como parábolas en los Evangelios y por el
apóstol Juan en el libro del Apocalipsis, de las enseñanzas literales de la Biblia. Esto
se hace mediante la adopción de la norma para la doctrina que se encuentra en el
personaje de Cristo. El ejemplo de Su vida y las sentencias impuestas por Dios sobre
Él representan el estándar para el máximo castigo Cristiano por el pecado.
Es importante reconocer a Cristo Jesús como el estándar para la evaluación de
todas las doctrinas. Esto es especialmente cierto en los asuntos relacionados con el
perdón y castigo por los pecados. La norma establecida por Cristo Jesús muestra que
Él murió por nuestros pecados; Él no fue a un infierno de fuego para vivir por toda la
eternidad en el tormento de fuego. Cuando reconocemos a Jesucristo como el
estándar para la creencia doctrinal para cumplir con los requisitos que Dios el Padre
ha colocado sobre la humanidad, entonces somos liberados de las tonterías que los
modernos teólogos y predicadores tratan de endilgar a la humanidad. Los
predicadores modernos normalmente abandonan a Cristo Jesús como el estándar y
toman enseñanzas figurativas de la Biblia como literales. Sus posiciones erróneas
representan la absorción de las enseñanzas del paganismo clásico dentro de la
médula de la doctrina Cristiana. De hecho, sus falsos conceptos tienen su origen en
Satanás el Diablo.
Con Cristo, la vida de Jesús y su ejemplo como el estándar para todos los asuntos
doctrinales, se puede entender que la enseñanza en Lucas capítulo 16 de Lázaro y el
Hombre Rico era simplemente una parábola. El rico no estaba literalmente en los
dolores del fuego después de su muerte como un castigo por sus pecados. Después
de todo, si tal tormento era el verdadero castigo por los pecados, Cristo Jesús hubiera
sufrido ese mismo castigo al pagar la pena por los pecados del mundo. Esto significa
que Jesús estaría en el tormento del fuego del infierno por toda la eternidad. Pero
Cristo no pagó esa pena. Cristo es la norma en todas las cosas, no sólo en la justicia
4
para todos nosotros, sino también para llevar a cabo el castigo de los pecados en
nuestro lugar. Lo que Cristo hizo para pagar el castigo por los pecados era morir por
nosotros. No ir al tormento sin fin en una especie de eterno fuego en el infierno. Una
vez más, tenemos que tener cuidado de separar las enseñanzas figurativas de la
norma establecida por el ejemplo de Cristo.
Lenguaje Figurado
El enorme libro del Dr. E. W. Bullinger, titulado Figuras de Lenguaje en la Biblia
muestra el uso frecuente del lenguaje figurado en las enseñanzas de la Escritura.
Nuestro idioma español está tan lleno de figuras tales que los extranjeros aprendiendo
a menudo cometen errores tontos y chistosos cuando toman literalmente algunas
expresiones españolas. El Dr. Bullinger repetidamente advierte a los lectores de la
Biblia tener cuidado de no tomar una ilustración figurativa en forma literal o una
declaración literal en forma figurada. De hecho, el primer abuso de la enseñanza
bíblica de hoy y durante los siglos es que la gente malinterpreta lo figurativo por lo
literal. ¡Ya es hora de que esta práctica se detenga! Podemos evitar grandes errores si
dejamos que Cristo y el ejemplo de su norma perfecta de vida y muerte fijen las reglas
para la interpretación de las doctrinas. Esto ciertamente es el caso de la comprensión
de la enseñanza bíblica sobre el castigo por los pecados.
¿Eterno Castigo?
Con el estandarte de Cristo en mente, cualquier estudiante de ley de primer
año debe ser capaz de entender lo que el castigo por los pecados realmente es, tal
como se define en la revelación bíblica. Si la paga del pecado es la vida eterna en el
fuego del infierno, entonces Cristo, para pagar el castigo por nuestros pecados, tendría
que estar en ese "infierno de fuego" ahora y seguir estando allí en el tormento por el
resto de la eternidad. Pero esta enseñanza común de los teólogos y predicadores ¡es
una locura total! La Biblia enseña que Jesucristo no sufrió "castigo eterno", sino que
fue resucitado de entre los muertos tres días después de su muerte y ahora está a la
diestra de Dios en el cielo. Él no fue a ningún "eterno fuego del infierno". Es hora de
que los predicadores y teólogos renuncien a la doctrina horrenda y errónea que viene
directamente del paganismo Helenístico.
¿Muerte Eterna?
Si bien es fácil demostrar que el castigo por los pecados no es soportar un eterno
fuego del infierno sin liberación del tormento, algunos predicadores sostienen que la
Biblia enseña que una muerte eterna es el castigo por los pecados. Pero ese no es el
castigo por los pecados que Cristo Jesús realizó. Si la muerte es el castigo eterno por
los pecados, Cristo Jesús habría tenido que permanecer muerto en la tumba por el
resto de la eternidad al someterse a ese castigo. Una vez más, la verdad es que Cristo
fue resucitado de entre los muertos a escasos tres días después de su muerte y pagó
el castigo por los pecados de la humanidad.
¿No es mejor creer al apóstol Pablo cuando dijo que la paga del pecado es muerte
(Romanos 6:23) y que Jesucristo pagó la pena completa por los pecados cuando
murió (2 Corintios 5:14-15)? Prefiero aceptar las enseñanzas de Pablo que las de los
teólogos y predicadores que entienden mal el castigo por los pecados como realmente
es. Es hora de creer en las enseñanzas de la Biblia en vez de doctrinas erróneas de la
humanidad a través de la mal agencia inventada de Satanás el Diablo engañosamente
pasada a las personas como la enseñanza de Cristo y los apóstoles. La enseñanza
tradicional de un eterno fuego del infierno para los pecadores no arrepentidos es
incorrecta y sin sentido.
5
La verdad es que Dios el Padre imputa el castigo (la pena) por nuestros pecados y
los pecados del mundo a su Hijo, Jesucristo. Esos pecados fueron pagados totalmente
por Cristo por hace 1900 años cuando murió en el madero de la crucifixión. Esta es la
enseñanza del Cristianismo real y no las tonterías que se enseñan hoy en día por las
llamadas "autoridades" Cristianas. El hecho es que todos nosotros en Cristo estamos
"libres de pecado" (TODOS los pecados). Ya sea el pecado (la naturaleza
pecaminosa) que heredamos de Adán, o todos los pecados que nosotros hemos
cometido en nuestra vida adulta, todos ellos son perdonados en Cristo y Dios el Padre
nos reconoce de estar libres de cualquier pecado. Recuerde, el apóstol Juan nos dice:
"Todo aquel que es nacido de Dios no comete pecado, porque Su [de Dios]
simiente [espermatozoide- un solo espermatozoide es todo lo que es necesario que
esté conectado a nuestro espíritu] permanece en él; y no puede pecar, porque es
nacido de Dios". 1 Juan 3:9
Es esencial que ninguno de nosotros permitamos que alguna persona nos engañe
diciendo que uno no puede nacer en la familia de Dios hasta la resurrección. El apóstol
Pedro dijo que los cristianos están contados por Dios ahora como
"siendo renacidos, no de simiente corruptible, sino de incorruptible, por la palabra
de Dios que vive y permanece para siempre [por el eon (largo período de tiempo)]".
1 Pedro 1:23
Así que, "como niños recién nacidos, desead la leche espiritual sincera de la
palabra para que por ella podáis crecer" (1 Pedro 2.2 KJV). En su analogía, Pedro dijo
que ya estábamos en la leche (lo cual es una señal de estar fuera del útero y en el
pecho de la madre, y no simplemente en un estado concebido). Podemos tener un
solo espermatozoide en nosotros desde el Padre, pero ya somos "nacidos de Dios" a
los ojos del Padre y por y a través del Espíritu. Y tener un esperma en nuestra mente
significa que "nosotros no podemos pecar" en la estimación de Dios. Es hora de creer
en Dios y en Sus enseñanzas y no en las creencias erróneas de algunos predicadores
y denominaciones eclesiásticas. Cuando nuestros pecados fueron colocados en la
espalda de Cristo por el uso de Dios de la Imputación, y todas las penas del pecado
fueron pagadas por nosotros por Cristo Jesús cuando murió en el madero de la
crucifixión como nuestro substituto, dichos actos fueron suficientes para que podamos
ser contados por el Padre (ahora mismo, en este mismo momento) como LIBRES de
pecado y de pie delante de Dios como un ser sin pecado. Eso es correcto. Hemos
sufrido los castigos por nuestros pecados en los ojos del Padre (no a los ojos de la
humanidad). Cuando estemos delante del Trono del Juicio de Dios después de la
resurrección, seremos introducidos en el Santo de los Santos en el cielo y nos pedirán
que nos sentemos a la diestra del Padre. Todas las penas diseñadas para nuestro
castigo que nos mantenían fuera de Su Familia divina han sido todas pagadas por Su
Hijo Primogénito, Cristo Jesús. Él sufrió el castigo en nuestro lugar (como un sustituto
por nosotros). Esa es la enseñanza simple y llana del Nuevo Testamento.
Recuerde que todos los seres humanos son por naturaleza seres mortales.
Nosotros no tenemos la inmortalidad en la actualidad. Es cierto, el espíritu de Dios
que nos mantiene vivos no está sujeto a la muerte como los humanos y los animales,
sino que es el Espíritu de Dios; este no es el espíritu del hombre (respiración) que
pertenece a la humanidad. El hecho es que nosotros los humanos no somos todavía
inmortales. Tan claro como el apóstol Pablo pudo hacerlo, dijo que el hombre mortal
(todos nosotros) NO se vestirá de inmortalidad sino hasta la resurrección de nuestros
6
cuerpos en la segunda venida de Cristo (que es todavía futuro para nosotros). Pablo
dijo,
"He aquí, os digo un misterio: No todos dormiremos [un eufemismo para la muerte],
pero todos seremos transformados [de mortal a inmortal], en un momento, en un abrir
y cerrar de ojos, a la final trompeta; porque la trompeta sonará, y los [Cristianos]
muertos serán resucitados incorruptibles, y nosotros [los que están vivos] seremos
transformados. Porque esto corruptible debe ponerse en incorrupción, y esto mortal
debe ponerse en inmortalidad. Así, cuando este ser corruptible [cuerpo] se haya
vestido de incorrupción, y esto mortal [cuerpo] se haya vestido de inmortalidad,
entonces se cumplirá la palabra que está escrita: "La muerte ha sido devorada en
victoria. '" 1 Corintios 15:51-54
Por lo tanto, desde el momento de nuestra muerte y de ser puestos en tumbas
hasta el segundo advenimiento, todos los seres humanos (incluso los justos) están
muy muertos. Los muertos no saben nada (Eclesiastés 9:5). Ellos no tienen la más
mínima conciencia (Salmo 146:4). La ilustración de las personas que viven
inmediatamente después de su muerte (como leemos acerca de Lázaro y el Hombre
Rico) es una parábola y no está declarando un hecho real. Recuerde, incluso ayudar a
su enemigo es "traer carbones de fuego sobre su cabeza" (Romanos 12:20), o
literalmente, para provocar que su conciencia [de él] se queme por el remordimiento.
Ningún hombre o ángel está ahora en un infierno de fuego ardiente como un castigo
por sus pecados. La paga del pecado resulta ser la muerte (la cesación de la vida), y
esto es lo que Cristo hizo por nosotros. Él murió como sustituto por nosotros. Cristo
NO sufrió un consciente infierno de fuego por el resto de la eternidad por nuestros
pecados que estaban sobre Él.- □
_____________________________________________________________________
Capítulo7del libro ‘Essentials of New Testament Doctrine’ por Ernest L. Martin, Ph.D. (†)
Publicado por Associates for Scriptural Knowledge (ASK)
Traducción y edición EONG -02/13.