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Cooperativismo en los Andes: ONGs, programas sociales y microcréditos post-

violencia política en Apurímac (Origen y construcción de la Cooperativa de Ahorro y


Crédito Los Andes Cotarusi Aymaraes).

Guido Chati (cid.elkoba@gmail.com)

Resumen:
Me interesa entender, en qué medida los programas sociales focalizados para mejorar las
condiciones de vida de los sectores rurales afectados por la violencia política entre 1980 y
2000, han tenido resultas sostenibles o no, y en qué medida acciones éstos dentro del
contexto actual. Para ello, tomo el caso de “CAC Los Andes” con origen en un “Programa
de Microcréditos” financiado por la ONG “SOS Faim” y ejecutado en el sector de Cotarusi,
Aymaraes – Apurímac entre 1999 y 2000.

Palabras clave: Post-violencia política, Microcréditos, Cooperativa, CAC Los Andes,


Rural.

Introducción
La industria microfinanciera, en la actualidad se caracteriza por la existencia de un mercado
altamente competitiva. Las ciudades, sea la capital regional y sus provincias, se han
saturado de entidades financieras (Cajas Municipales, Cajas Rurales, EDPYMES, ONGs
crediticias, Financieras y Cooperativas de Ahorro y Crédito). No obstante de que a este
sector financiera se le ha vinculado con abatir significativamente la pobreza, ésta aún
persiste. Es decir, la combinación de mayor crecimiento económico y mayor focalización
de programas y servicios para los pobres, no parecen ser suficientes. Por ejemplo, en el
periodo post-violencia política de Sendero Luminoso (SL) y las Fuerzas Armadas (FFAA),
en Apurímac, así como en otras regiones, varios organismos de cooperación internacional,
FONCODES, ONGs y el propio Estado, han focalizado proyectos de inversión social, unos,
netamente financieras y otros con algún componente de créditos, orientadas a superar las
graves violaciones a los derechos humanos ocasionadas entre 1980 y 2000. Pero en qué
medida dichas experiencias han tenido éxitos o fracasos y cómo la sociedad rural ha
percibido y actuado ante ellas.
Precisamente, la Cooperativa de Ahorro y Crédito Los Andes Cotarusi Aymaraes (en
adelante, CAC Los Andes), tiene un origen rural en las experiencias focalizadas de
programas y servicios durante post-violencia política. En contraste de muchas entidades
financieras que abundan en las ciudades, tiene una particular dinámica de operaciones:
microcréditos y programas sociales. Sus operaciones son básicamente rurales, dirigidos a
sectores de producción agropecuaria. Sus Agencias, Oficinas y Puntos de Atención se
encuentran a nivel de todo la región de Apurímac (provincias, distritos y comunidades) y
regiones vecinas de Ayacucho, Cusco, Huancavelica y Lima (véase cuadro N°01).

El hilo que guía este trabajo, es la historia de cómo los comuneros de cuatro comunidades
campesinas de Cotarusi, Aymaraes-Apurímac —con poca tierra y capital, con un nivel
educativo bajo, pésimos servicios públicos, malas carreteras y comunidades despobladas
después de haber soportado la violencia— se han encaminado en reorganizar sus
comunidades, en formar grupos solidarios y con la ayuda de cooperantes, finalmente
fundaron la CAC Los Andes1. Se ve la forma cómo se origina, se organiza y su importancia
en el desarrollo local. Todo esto entendido desde un actor llamado cooperativismo, un actor
desconocido; que muchos piensan que no existe o que es un invento nostálgico de otros
tiempos y lugares. Pero que es promovido por la propia Organización Internacional del
Trabajo (OIT) como una moderna y renovada forma asociativa. El presente trabajo está
separado en tres partes: 1) presenta el contexto del sector financiero y cooperativo en
Apurímac, 2) ve los orígenes de la CAC Los Andes y el proceso de crecimiento y, 3) trata
sobre la cultura organizacional y las compatibilidades o no del cooperativismo con el
mundo rural.

Apurímac: el contexto cooperativo /financiero y un antes de la CAC los andes

Breve mirada a Apurímac y sus provincias.


Apurímac, históricamente, se configuró eminentemente agropecuario, rural y pobre. Con
vocación de pastoreo en las partes altas y agrícolas en zonas relativamente cálidas. Muchas
de las provincias actuales al sur de Apurímac, tienen origen como centros poblacionales en
las minerías coloniales2. Actualmente, en las provincias de Andahuaylas y Chincheros,
producen papa de diferentes variedades en proporciones considerables, adicionalmente,

1
Para reconstruir esta historia, visitamos a las comunidades donde se origina la CAC Los Andes, Agencias,
Oficinas y Puntos de Atención de la cooperativa instalada en las 7 provincias de Apurímac (Abancay,
Antabamba, Aymaraes, Cotabambas, Grau, Chincheros y Andahuaylas). Los relatos centrales del texto a
continuación presenta los resultados de las largas y muy enriquecedoras entrevistas que hicimos a muchas
personas: socios de la cooperativa y sus familiares, directivos, personal ejecutivo y operadores de campo.
2
El periodo republicado, casi no había modificado la estructura colonial. La Reforma Agraria de 1969, solo
había afectado el 5% de grandes propietarios de haciendas. En ese sentido, Apurímac se había envuelto en una
actividad económica y social crítica y desordenado, que llevó a ser considerada como una de las regiones de
pobreza extrema (Conociendo Apurímac, 2000: 07 – 09).
cereales y frutas, con un naciente desarrollo en la línea agroindustrial: harinas, lácteos y
avícolas. Al sur, las provincias de Antabamba, Aymaraes, Cotabambas y Grau, se
configuran las actividades mineras paralelas a la agropecuaria, en zonas cálidas, actividad
agrícola estacionaria y actividad minera como mano de obra o como minería artesanal. En
las partes altas, los campesinos se dedican a la crianza de camélidos sudamericanos. En el
sector agrícola, se dedican al cultivo tubérculos nativas.

Apurímac cuenta con niveles más altos de pobreza (55.5%). Las provincias más pobres son
Cotabambas y Grau con una tasa de pobreza total de 81.9% y 78.3%, y de pobreza extrema
de 47.8% y 42.2% respectivamente. Las provincias con menor pobreza son Abancay y
Andahuaylas con 49.3% y 68.9% y pobreza extrema de 15.0% y 26.5% respectivamente3.
En la actualidad, la apertura de carreteras, ha hecho de que la fragmentación regional de
Apurímac disminuya, siendo solo las provincias de Cotabambas y Chincheros con mayor
relación con Cusco y Ayacucho, respectivamente.

Cooperativas y el sector crediticio en Apurímac


Las cooperativas no son, un invento velasquista. Las rige la ley 15260 –Ley General de
Cooperativas–, promulgada en 1964 y perfeccionada por decreto legislativo 85 de 1981 por
Fernando Belaunde. Como en todo el mundo, se rigen por un conjunto de principios: libre
adhesión y retiro voluntario; control democrático; limitación del interés máximo que
pudiera reconocerse a los aportes de los socios; distribución de los excedentes; fomento de
la educación cooperativa; irrepartibilidad de la reserva cooperativa; estricta neutralidad
religiosa y política; y derecho a un voto por socio4. El modelo cooperativo, apunta en
dimensiones utópicas hoy por hoy perdidas; es la opción de conseguir una forma más
sostenible de alcanzar la riqueza social en relación con el modelo tradicional “capitalista”
que ahora está en entredicho5. En la cooperativa de ahorro y crédito, son los mismos socios
quienes alternativamente aportan y toman en préstamo remanentes. Los principios, valores,
historia y doctrina, son las mismas que de cualquier otro tipo de cooperativas, regidas bajo
un denominado doctrina cooperativa6.

3
INEI, Octubre 2013.
4
BARRÓN, Marcial (2012).
5
MOGROVEJO, et al. (2012)
6
LAMBERT, Paul (1959).
En Apurímac, en noviembre de 1960, un grupo de sacerdotes constituyeron la Cooperativa
de Ahorro y Crédito “San Pedro” de Andahuaylas. Sin embargo, el proceso que más
difundió y hasta impuso las cooperativas en el Perú, fue sin duda el gobierno militar de
Juan Velasco Alvarado. Bastante se ha escrito sobre cómo el enorme sector de cooperativas
agrarias de producción terminó desapareciendo entre conflictos, deudas, engaños y
corrupción, con el suficiente escándalo como para convertir el término “cooperativa” casi
en una mala palabra, que no había que pronunciar ante un agricultor7. Tras la caída de
Velasco, las “cooperativas” no eran ya un proyecto de nadie. Las luchas campesinas se
generalizaron en contra de la imposición del modelo cooperativista (incluso durante los
procesos mismos de adjudicación de tierras para cooperativas), el caso de Andahuaylas en
1974 (toma de tierras) fue el más notorio. En el sector de Aymaraes, una empresa de
transportes de carga “El Aymarino”, constituido en 1943, daría los primeros pasos para que
en 1969 se constituya la “Cooperativa de Transportes El Cóndor de Aymaraes”. Dicha
cooperativa de transportes, también colapsa con las nuevas políticas de reestructuración
económica.

Cuando cooperantes internacionales re’organizaban las comunidades campesinas después


de la violencia política, para los comuneros de Apurímac y otras regiones andinas, no fue
ajena esa práctica de cooperación u otras formas de entender esa ayuda mutua que era parte
de sus vidas. Por ejemplo, cuando se promovía la “práctica de una economía solidaria”
entre 1999 y 2000 en Cotarusi – Aymaraes y, cuando en el 2001, se funda la CAC Los
Andes, los comuneros rápidamente entendieron el sentido de la Cooperativa, pero a falta de
mayor acompañamiento, orientación y al haberse reducido éste solo a créditos monetarios,
también rápidamente se fue diluyendo.

Violencia Política en Cotarusi – Aymaraes


Las zonas limítrofes con Ayacucho, como Cotarusi y sus comunidades (donde surge la
CAC Los Andes), han experimentado las manifestaciones subversivas y contrasubversivas
desde 1980. En Aymaraes y sus distritos, entre 1987 y 1989 la violencia alcanzó su máxima
expresión. Sendero Luminoso (SL) protagonizó atentados contra la propiedad pública y

7
Remy, María Isabel. 2007: 50 – 52.
privada, cometió una serie de asesinatos selectivos de autoridades locales, abigeos en varios
distritos, etc. Entre los atentados, destacó la voladura de los puentes Antarumi y Santa Rosa
(Aymaraes), esto origina que quedara incomunicado un tramo importante de la carretera
Nazca-Abancay. Como consecuencia, la provincia de Aymaraes fue declarada en estado de
emergencia y, consecuentemente, el Estado reforzó las “Bases Militares
Contrasubversivas” en diversas zonas de la región a cargo de efectivos del Ejército8.

En Aymaraes, el ejército instaló cinco bases militares, situadas en los centros poblados de
Santa Rosa, Capaya, Chalhuanca, Quilcaccasa y Cotarusi. De estas bases
contrasubversivas, patrullas militares salían con regularidad a recorrer las comunidades
campesinas de la zona en procura de controlar el avance de SL. Pero las patrullas militares,
cometerían el mayor número de delitos sobre personas detenidas y presuntamente
desaparecidas del departamento de Apurímac. Entre éstas, la base militar de Capaya
registra el mayor número de delitos. Se registra una cifra de 47 desaparecidos, 58 muertos y
140 requisitoriados a nivel del distrito de Cotarusi9.

En las comunidades atas de Cotarusi, como Iscahuaca (1984), las Fuerzas Armadas (FFAA)
y miembros de Sendero Luminoso (SL) en repetidas oportunidades incursionan en la
comunidad. De manera paulatina y creciente, los destacamentos senderistas cruzan el
distrito de Cotarusi, en especial las comunidades altas como Quilcaccasa, Mestizas, Totora
y Pilluni; amenazan autoridades, reclutan a la fuerza a pobladores adultas y menores de
edad, torturan a los que se resisten, se llevan camélidos y ovejas, matan sus ganados etc. Lo
mismo hace también los destacamentos de las fuerzas armadas. En junio de 1986, se
registra incursiones en Pampamarca con robo de ganados. Los senderistas aparecen con
violencia en Totora y en el campamento minero de Tumire y roban explosivos. En 1987,
miembros del SL entraron en varios pueblos de Cotarusi, asesinan autoridades e incendian
locales comunales y municipales como acto de venganza, secuestran al alcalde etc. Durante
un año, la carretera Nazca-Abancay permanece restringido como consecuencia de voladura
de puentes en Cotarusi, Iscahuaca y Santa Rosa.

8
CVR, 2003. Informe final. Tomo IV, sección 3.
9
Defensoría del Pueblo (2002).
A partir de 1990, es casi total el dominio territorial de las FFAA en la provincia de
Aymaraes, el tránsito de las columnas senderistas son “perseguidas y liquidadas” por el
ejército. En 1991, los militares incendian el pueblo de Iscahuaca luego de una emboscada
terrorista que mató a autoridades civiles y policiales. En mayo de 1992, “en Iscahuaca,
senderistas sustraen a pobladores de sus casas y asesinan a dos de ellos con cuchillo”. Se
atribuye que las bases militares de Quilcaccasa y Cotarusi entre 1990 y 1992, en los
habituales patrullajes que realizaban, incendiaron casas, saquearon granjas comunales,
quemaron viviendas, y destruyeron pueblos como Lahua Lahua, Izcuchaca y otras
comunidades de las partes altas de Cotarusi10.

Este panorama de violencia, obligaba a los pobladores o bien quedarse y resistir a los
múltiples abusos de las FFAA y de SL, o bien abandonar sus comunidades y todo lo que les
pertenece. La mayoría opta por migrar hacia las ciudades, sobre todo a la costa: Chala,
Pisco, Nazca, Chincha y Lima, hecho que hace que estas zonas quedaran relativamente
despobladas.

Concertando voluntades para reconstruir Cotarusi y sus comunidades


Con el escenario de “guerra” entre las FFAAs y SL, y éstas a la población, Cotarusi y sus
comunidades sufrieron la desestructuración de organización, infraestructura de servicios
básicos de carácter comunal y municipal, destrucción de infraestructura productiva,
desplazamientos masivos de familias, desaparecidos, perseguidos, requisitoriados, viudas,
huérfanos, etc. Por ello, la tarea fundamental de la Municipalidad era trabajar en la
rehabilitación y reconstrucción para sentar las bases del desarrollo en adelante. Entre 1994,
se registra el ingreso de organismos públicos y privadas de desarrollo rural y con ello, el
comienzo de una serie de actividades para el repoblamiento. Por ejemplo, se inicia con
apoyo a población desplazada por violencia política a partir de 1993. La Municipalidad
distrital de Cotarusi y su alcalde Distrital, Roberto Vicencio Ramírez y su equipo concejal,
desarrollan la tarea de “reconstruir el distrito de Cotarusi y sus comunidades”. La gestión
Municipal, se empeña en aunar esfuerzos y concertar voluntades.
Entre octubre de 1996, con participación de varias instituciones del Estado, ONGs y
Comunidades, se realizan “talleres de concertación para la reconstrucción”, se conforman

10
APRODEH (2010).
“comités multisectoriales de desarrollo” con diversas tareas11. En 1996, los pobladores
desplazados empiezan a retornar a sus comunidades de origen, con ello, la reconstrucción
del distrito y sus comunidades se convierten como la principal tarea. La Municipalidad de
Cotarusi, concentra ONGs y programas sociales para un trabajo conjunto12.
El 06 junio de 1996, una “comisión de retornos”, recibía al primer grupo 120 familias de
retornantes a Iscahuaca, Totora, Lahualahua y Pisquicocha. Entre abril de 1997, se
promovían viveros municipales, comunales y estudiantiles en varias comunidades de
Cotarusi. En mayo de 1997, se organiza el segundo retorno de 70 familias al Distrito de
Cotarusi. Un tercer terno de desplazados se organiza en 1999 con 60 familias. Aunque entre
los años anteriores, unas 200 familias retornaron sin apoyo del Estado y otras instituciones.
Para inicios de 1998, se habían elaborado múltiples proyectos para el desarrollo local,
microcréditos para las comunidades, en especial para los retornantes, que funcionaría entre
1999 y 2000 muy ajeno a la Municipalidad Distrital.

Origen de la CAC los andes y diversas historias de construcción institucional

Los grupos solidarios de Cotarusi y los orígenes de la CAC Los Andes


En marzo de 1997, la municipalidad contrata a un Ingeniero Agrónomo y se le encomienda
la tarea de elaborar el Plan Concertado de Cotarusi y otros diversos proyectos, entre ellas el
“Plan de Desarrollo Socioeconómico” donde se prioriza: “Implementar proyectos de
carácter productivo y económico; apoyo a las organizaciones comunales y sociales,
restablecer la participación dentro de organismos del Estado; y el registro de identidad
ciudadana”. Ejecutan dichos proyectos en sus comunidades. Se promueve la crianza de
truchas/pejerrey en lagunas y ríos, fábrica de tejas, Biohuertos comunales, familiares y
estudiantiles en todo Cotarusi, construcción de módulos y crianza de cuyes, ovinos y
camélidos, crianza de animales menores en viviendas familiares y, reforzamiento de
actividades agrícolas estacionarias. Pero estos programas, no tenían sostenibilidad a largo

11
Municipalidad Distrital de Cotarusi (1996).
12
Entre las instituciones presentes en Cotarusi y sus comunidades están APRODEH – PROMUDE/PAR
(dedicados a la rehabilitación de derechos civiles, participación ciudadana, saneamiento de indocumentados, y
consolidación del saneamiento de los retornantes), Centro Bartolomé de las Casas (dedicado al catastro,
formulación y diseño de planes de desarrollo local), RUNA MAQUI, COOPOP, FONCODES y
PRONAMACH, de igual forma contribuye en áreas que les compete. IDCAA, FONCODES, PRONAA, PAR,
CARITAS, PRASM, Municipalidad de Cotarusi, dedicados al repoblamiento.
plazo por diversos factores; sea por retiro, cierre o abandono de ONGs y otros organismos
presentes, o a falta de asistencia económica y el retorno de poblaciones a la costa.

En este panorama, se elabora un “Programa de Créditos” para financiar y repotenciar estas


actividades. El alcalde (Roberto Vicencio) y el encargado del Programa de Créditos (Víctor
Chati), buscan en la capital del departamento de Apurímac y en Lima, entidades que
puedan financiar este tipo de actividades locales. Dicho programa de créditos, financiado
por una cooperante internacional denominado “SOS Faim”13 funciona entre 1999 y 2000,
con una modalidad de fondos (micro-créditos) rotatorios otorgados a comunidades
campesinas, priorizando sobre todo a desplazados retornantes. Las comunidades
campesinas priorizadas para dichos fondos son cuatro: Cotarusi, Colca, Iscahuaca y
Pampamarca.

Para octubre de 1999, estas comunidades contaban con un fondo de 34 mil nuevos soles,
cada comunidad. La modalidad de trabajo, era bajo grupos solidario, se estructuran de la
siguiente manera; cada grupo está representada por un presidente, un tesorero y un vocal,
integrado de un mínimo de tres hasta siete comuneros, en otros hasta 14; son jefes de
familia con el objetivo de mejorar la calidad de vida de su hogar; cada integrante del Grupo
Solidario, se constituyen en fiadores solidarios respaldado por la comunidad y el grupo.
Cada Grupo Solidario accede a un préstamo que asciende desde 2 mil hasta 9 mil nuevos
soles, las cuales son distribuidas entre integrantes del grupo (unos desde 100 nuevos soles
hasta mil quinientos nuevos soles). Al cabo de dos años de funcionamiento (1999 y 2000),
el “Programa de Créditos” era muy exitoso. Se buscan alternativas institucionales que
permitieran dar continuidad y sostenibilidad al programa a la vez de ampliar los fondos de
crédito a poblaciones y comunidades más amplias.

En febrero del 2001, los responsables del Programa de microcréditos en Cotarusi, discutían
las formas de dar continuidad. SOS Faim, plantea su permanencia y continuidad con
representación de una “COOPERATIVA”. Establecen compromiso con comunidades baja
la idea de convertir los Programas de Créditos en una Cooperativa, es decir, los fondos
comunales otorgados por SOS faim, serán ahora controladas desde una Cooperativa,

13
Acción contra el hambre en francés.
modelo ideal y adecuado a la realidad de los comuneros y su cultura local. Dicha iniciativa
es poco creíble y rechazada por la municipalidad provincial Aymaraes y el distrito de
Cotarusi. Y a medida que se divulga la idea, se vincula dichas acciones a personas y la
municipalidad que tendrían intensiones de quedarse con los fondos comunales. Pero lo que
más rechazo causa, son las experiencias de Cooperativas antiguas desaparecidas.

En tal sentido, son los comuneros desplazados retornantes de las comunidades de Colca,
Pampamarca, Iscahuaca y Cotarusi, quienes acuden a la convocatoria. Pero en un espacio
donde no existía una cultura crediticia y menos instituciones financieras que otorguen
créditos a los campesinos, concretar la creación de una cooperativa, dura tres días de
reuniones entre discusiones de que si era o no viable esta forma de administrar los fondos
comunales. Finalmente, con un acta de constitución de fecha 15 de febrero del 2001, se
crea la “Cooperativa de Ahorro y Créditos Los Andes Cotarusi Aymaraes”. Sus objetivos
iniciales son los mismos del Programa de microcréditos bajo grupos solidarios. No
obstante, los primero socios, directivos y los ejecutivos de la cooperativa, tuvieron que
aprender mucho sobre el qué hacer cooperativo.

Crecimiento, logros y malestar durante la construcción cooperativa

La CAC los Andes, en febrero de 2001 comienza sus operaciones con 95 socios fundadores
adheridos bajo acta, más un grupo de comuneros que se suman el último día de fundación
que en total hacen 107 socios, todos ellos comuneros desplazados que retornan a sus
comunidades después de la violencia política. Pero en agosto del 2001, algunos socios
prestatarios retornaban hacia la costa. En muchos casos se iban sin pagar sus deudas o
préstamos adquiridos de la cooperativa. Al 2002, las comunidades de Iscahuaca, Mestizas y
Colca se negaban pagar sus deudas y aludían que los fondos habían sido asignados por SOS
Faim y les pertenecía a ellos y a la comunidad.

Durante el 2002, bajo convenios con SOS Faim, se busca integrar más comunidad en
calidad de socios con fondos otorgadas de SOS Faim depositadas en la cooperativa (véase
cuadro N°02) Desde la cooperativa se establecen más convenios con diversas entidades de
desarrollo rural.
“La gerencia elaboró un expediente técnico de ampliación de fondos financieros.
Este proyecto ha sido gestionado ante diferentes instituciones como la Embajada de
España y Holanda. La Embajada de España nos derivó a un Fondo de Registro de
Cofide, quien avaluó nuestra cartera de morosidad y decidió no atendernos. Por su
parte Holanda, nos respondió manifestando que sus fondos han sido comprometidos
en otras actividades (…), en FONCODES, han cambiado los criterios de evaluación
y ámbitos de atención, en la cual Aymaraes no aparece como ámbito de pobreza o
de extrema pobreza (…) Finamente Oxfam Gran Bretaña, nos comunica que la
propuesta no estaba dentro de sus objetivos de cooperación”14.

No obstante de que sus gestiones son rechazadas, entre el 2002 y 2004 la cooperativa fue
contraparte del Grupo Voluntariado Civil (GVC Italia) en el proyecto de Seguridad
Alimentaria para el desarrollo de Capacidades, Habilidades y Aptitudes (CHA - Apurímac),
financiado por la Unión Europea. El papel de la CAC Los Andes, en este Proyecto,
consistió en desarrollar un exitoso programa de ahorro y crédito cooperativo para los
beneficiarios de las comunidades campesinas de la cuenca del río Antabamba. Entre
noviembre de 2004 y marzo de 2006, la CAC Los Andes ejecutó el proyecto “Desarrollo
cooperativo Aymaraes” en convenio con FINDER-COMEPE-CEPES, financiado por la
Fundación Ford. Quienes participan son los comuneros de la localidad de Saraica,
orientados a fortalecer las experiencias del proyecto “CHA”. En el 2004, aperturan nuevas
oficinas en zonas de Andahuaylas y Chincheros –que venían funcionando hace ya dos años,
según ellos, casi clandestinamente–15.
En un inicio, los microcréditos otorgados por FONCODES a las comunidades post
violencia política, han sido fondos perdidos, aunque se otorgaban con tasas de interés
simbólicas, las comunidades optaron por apropiarse bajo la lógica de condonación. No
obstante, en el caso de la CAC Los Andes, ha ido paulatinamente recuperando de algunas
comunidades e incorporándolas como fondo de garantía de las mismas comunidades.

Durante el año de 2004, las comunidades prestatarios y socios del sector de Aymaraes,
habían supera más del 50% de morosidad. Este índice de morosidad se debía a varios
factores: Los prestatarios de las comunidades altas de Cotarusi (Pampamarca, Colca,
Iscahuaca y Cotarusi), masivamente comenzaron a negarse a pagar sus préstamos. Las
primeras experiencias de oficinas en Andahuaylas y Uripa demostraron dificultades en el
manejo de sus créditos. Los prestatarios, relacionaron los créditos financiados con recursos

14
Memoria anual 2002, CAC Los Andes: p.4.
15
SOS Faim, 2004:p.2.
públicos, vistos como subsidios y como tales incentivan la cultura del no pago. Las
experiencias de morosidad, obligan en parte a diversificar sus servicios y buscar nuevos
espacios de intervención: Antabamba, Andahuaylas, Uripa, sobretodo. Hasta el 2007, los
socios mayoritarios son básicamente campesinos. Sus tecnologías crediticias de la CAC
Los Andes, son propias y flexibles a las necesidades locales de este sector de campesinos.
Están establecidas en Centros Poblados, comunidades campesinas y anexos o poblaciones
rurales más alejadas y aisladas de cinco provincias de Apurímac (véase cuadro N°03).

En febrero 2008, se estable un convenio con la Asociación Madre Coraje (España) y


CEPRODER para la “Gestión sostenible del desarrollo de la sub cuenca Virundo y
Pampahuasi – Grau”, se controla un considerable fondo rotatorio. Para el 2008, la ONG
Madre Coraje, apoya a intervenir en nuevas provincias y comunidades donde las entidades
financieras no están presentes, sobre todo en el sector Grau y Huacarama de Apurímac y
luego en la región de Huancavelica.
Desde enero del 2009, se ejecuta diversos proyectos o programas sociales en convenio con
varias ONGs, no obstante, al realizar un balance general, se señala que si en el 2002, era
posible, dado el número de socios, mantener una relación personal y directa con un elevado
porcentaje de los socios y saber los problemas e inquietudes de cada uno de los socios
beneficiarios del proyecto, al 2009, ya no era posible16.

Para diciembre del 2013, la CAC Los Andes, cuenta con más de 45 mil socios, de las cuales
el 4.37% son socios y socias menores de 18 años que suman un total 1254 socios. Tiene 13
agencias y más de 90 oficinas informativas/especiales y puntos de atención entre Apurímac,
Huancavelica, Ayacucho, Cusco y Lima. Al 2013, se señala que la CAC Los Andes ha
crecido aceleradamente. Algunos ejecutivos y directivos no están “en la altura” o en la
capacidad de direccionar o manjar la CAC Los Andes. Se ha generado mucha expectativa
en la población y los socios y sus demandas son pocas veces cubiertas. Su personal y los
ejecutivos, son en su mayoría “gente joven” y quecuahablante. Su crecimiento está
impulsado por fuerzas externas; apoyo de ONGs, Municipios o por los mismos socios. En
una mirada general, están casi en todas las comunidades campesinas de Apurímac,
intervienen en espacios estratégicos de Lima, Huancavelica, Ayacucho, Cusco y Arequipa,

16
Boletín Los Andes (2009).
es decir, Apurímac y las regiones de su alrededor. No tienen interés en intervenir en las
ciudades, aunque tienen muchas ventajas para instalarse en ciudades como Huancavelica,
Ayacucho, Cusco y Arequipa, por sus socios que van y vienen desde sus comunidades a
estas ciudades. Son netamente rurales.

Al finalizar el año 2001, el activo total de la cooperativa ascendía a un poco más de 243 mil
nuevos soles, al 2013, sobrepasan los 139 millones de nuevos soles. El pasivo total, al 2013
suma un poco más de 115 millones de nuevos soles. De igual forma su patrimonio
institucional evoluciona positivamente al ritmo del crecimiento, que hasta el 2013 se
valorizan en más de 24 millones de nuevos soles. Su capital social, que al 2001 inicia con
aportes que ascienden a 7 mil quinientos nuevos soles, al 2013 registra un saldo de
aportaciones que ascienden a más de 19 millones de nuevos soles (Véase cuadro N°04).
En 13 años de su fundación, la cooperativa, que en un principio fue creado como una
entidad de pequeña envergadura y netamente rural, se ha convertido en la cooperativa de
ahorro y crédito más importante de la región Apurímac. No obstante, para inicios del 2014,
se percibe la creación de numerosas cooperativas nuevas u otro tipo de entidades, sobre
todo en pueblos con mayor relación a Ayacucho.

En algunas zonas de intervención, como Aymaraes, Grau y Cotabambas, son mejores


oficinas captadoras de depósitos de ahorro. Ello es en parte porque los socios, además de
sus actividades agrícolas estacionarias, trabajan como mano de obra en las industrias
mineras, usan la cooperativa más para ahorrar que para créditos. Sin embargo, la actividad
minera de la población, presenta altos riesgos en la medida que la volatilidad de dichas
empresas y proyectos mineros afectan a comunidades y personas, según la dinámica
económica que generan y según el abandono temporal o definitivo de su actividad. En el
resto de las zonas de intervención, se muestra mayor énfasis en microcréditos.

De la cultura de organización institucional a la cooperativización del mundo rural

La Cooperativa y su estructura organizacional


La CAC Los Andes, tiene una estructura asociativa compuesta por sus socios y sus órganos
de gobierno (socios, delegados y directivos), paralelo a ello, a su vez tiene una estructura
“empresarial” compuesta por los gerentes, administradores y por los personales (ejecutivo)
dedicados a generar servicios para los socios (que a la vez son propietarios y clientes).

El sentido cooperativo (practicado y soñado) de directivos, ejecutivos, delegas, socios y de


operarios, se resume muy bien de la siguiente manera:
“Depende de nosotros mismos cuanto avanzamos en la educación
cooperativa y la capacitación especializada para nuestros ejecutivos, así
garantizar y consolidar no sólo nuestra condición de líder en microfinanzas
rurales, sino también nuestro sueño de una cooperativa grande, eficiente y
autosuficiente para estar a la altura del tamaño de las necesidades de
nuestros socios, sin renunciar a su naturaleza ni a su esencia cooperativa.
Reiteramos nuestra invocación y evocamos a la esencia del cooperativismo,
cuyo fin es más alto, noble y ambicioso, donde el ahorro y crédito sólo son
medios, el fin sigue siendo el hombre, el socio. Por eso somos diferentes de
otros sistemas lucrativos, no podemos ser lo mismo. Debemos crecer
integralmente, sin excluir lo económico. No sólo ver créditos y ahorros,
también ver otras necesidades vitales: consumo, educación, salud, transporte,
vivienda, etc., Que somos un ente vivo en la comunidad y todos pueden
servirse de esta (…). Soñamos en socios que aporten y sepan que él es el
dueño de la Cooperativa; los directivos que ostentan dichos cargos sepan que
cederán sus puestos a otros. Sepan que la cooperativa es de valores y no sólo
de dinero, la democracia, la igualdad, la equidad, la responsabilidad personal
y social, la ayuda mutua y la solidaridad en los cuales se sintetiza la
cooperación como sistema económico y social”17.

En efecto, el rápido crecimiento de la CAC Los Andes (económico/financiero, número de


trabajadores y socios, número de agencias, oficinas y puntos de atención), muestran el
dinamismo de cómo se ha desenvuelto el gobierno (complementario y paralelamente) entre
los órganos representativos (socios) y los ejecutivos (funcionarios/trabajadores). Pero todas
las decisiones y acciones han necesitado ser direccionadas o reorientadas en algún
momento, sea bajo los principios y valores cooperativos o adaptadas al modelo estructural
actual18. En este papel de dirección, el gerente general ha jugado un papel importante desde
la fundación de la CAC Los Andes.
“Víctor Chati Pérez se desempeña como Gerente General de la CAC Los
Andes desde sus inicios. Su labor comenzó como Jefe del programa de
créditos financiado por SOS Faim durante 1999 y 2000. El Gerente General
es agrónomo de profesión (UNSCH) y se ha especializado en el área de
desarrollo rural de Andahuaylas desempeñándose como Jefe de diversos

17
CAC Los Andes, disponible en http://www.cooperativalosandes.com.pe, consultado el noviembre del 2013.
18
GÓMEZ (2013).
proyectos y como Director de la ONG IDCAA hasta el 2000. Su experiencia
ha sido apoyada por su asistencia a diversos seminarios y conferencias
especializados en cooperativas y en la industria microfinanciera”.19

El papel de la Gerencia General, ha sido sobretodo un aporte teórico, ideológico y político


orientado según la historia, filosofía y la doctrina cooperativa. No obstante, la mayoría de
los equipos profesionales, han ido formándose en la misma cooperativa y, el entendimiento
en temas cooperativos ha sido poco asimilado o, en el peor de los casos entendidos en
términos empresariales. La mayoría de los “trabajadores”, por primera vez, trabajando en la
cooperativa se enteran que existen diferencias entre una Cooperativa, Caja o un Banco.

En cuanto a la información y formación de los socios, la CAC Los Andes, se basa en la


educación desde los manuales de la doctrina cooperativa. Están orientadas a rescatar la
naturaleza, la esencia y la identidad del cooperativismo, aplicando el pensamiento
cooperativo adaptado a la identidad andina, es decir, metodológicamente se usan los
conceptos de Ayni - Minka y otras actividades colectivas comunales relacionadas a los
valores y principios del cooperativismo. Desde el 2011, la CAC Los Andes, mediante una
Unidad de Servicios Complementarios, fortalece la educación cooperativa bajo diversos
proyectos en convenio con varias ONGs. En suma, la educación cooperativa, es un proceso
de formación que aún está en inicio. Los instructores del cooperativismo, se inscriben en la
búsqueda de explicaciones para esa “realidad andina sin teoría”, es decir, si bien se guían
con manuales clásicos sobre doctrina cooperativa, aún presenta tres tareas fundamentales:
1) En qué medida, la teoría, doctrina y el modelo cooperativo (occidental) planteado por los
clásicos precursores de la “Ideología Cooperativa”, proporcionan los elementos básicos
para su concepción y práctica en la cultura y economía andina, propiamente rural, en un
contexto de una economía liberal de mercado. 2) cuáles son las características y las
herramientas para sistematizar y/o teorizar las experiencias propias de trabajo en el sector
rural en temas de cooperativa, en una población con prácticas ancestrales de Ayni-Minka
basada en una economía solidaria no monetaria. 3) y cómo en el ámbito de Ahorro y
Crédito, se emplean estos conceptos y prácticas bajo una teoría occidental o bien andina.

19
Planet Rating Perú S.A., 2009: 4. Disponible en http://www.planetrating.com. Setiembre del 2013.
La democratización del capital y el crédito microfinanciero
El objetivo de las instituciones financieras es maximizar el valor del capital del “accionista”
a través de la movilización de depósitos (pasivo) y prestándolos (activos). Es decir, obtener
ganancias es imperativo para permanecer en el mercado20. No obstante, en un sector rural,
llegar a la población excluido de las finanzas y sobre todo a los más pobres de zonas rurales
(provincias y sus comunidades), evidentemente cuesta más que llegar a los pobres y
excluidos del sector financieros de las zonas urbanas (ciudades o concentraciones
poblacionales). Hay diferentes razones: los costos de operación dirigidas a las zonas más
lejanas, y nunca antes intervenidas tienden a ser mucho más altos, las vías de transporte son
poco accesibles y muy accidentadas, las poblaciones y las viviendas particulares son
dispersas, muchos de las comunidades campesinas no tienen una cultura crediticia, no
cuentan con las garantías realas, etc..

Casi hasta el 2004, las zonas históricamente consideradas marginales y extremos pobres de
Apurímac, poseían y poseen más de lo que nadie ha sospechado. Pero lo que poseían estas
comunidades pobres no estaba representada de forma tal como quisieran las entidades
financieras, que produzca valor adicional. Incluso hasta la actualidad, sólo algunos sectores
urbano-rurales cuentan con registros legales sobre cualquier tipo de propiedad. Así que los
créditos hipotecarios y domicilios verificables que generan una riqueza adicional, estaban
fuera del alcance de los campesinos con mecanismos de control sobre sus propiedades
comunales basadas en la tradición comunal. Ahí, había que buscar otras formas de dar valor
a todo lo que poseían, y que no estaban en los papeles formales y tampoco eran
comúnmente conocidos. La tarea de la CAC Los Andes fue transformar esos recursos
invisibles, en un capital dinámico que podía servir de garantía ante los créditos. Por
ejemplo, a la fundación de la CAC Los Andes, las comunidades socias servían de garantía
bajo acuerdo mutua para que sus miembros accedan a créditos sin la imperiosa necesidad
de entregar a la cooperativa documentos legales sobre sus propiedades, los grupos
solidarios se ayudaban mutuamente para garantizar el aporte de sus créditos, etc. Sin
embargo, al 2013 la pregunta es, en qué medida la titulación ha tenido el efecto anunciado:
de convertir el “capital muerto” de los pobres en “capital vivo”21. En qué medida les ha

20
TRIVELLI, Carolina (2004).
21
SOTO, Hernando (2000 ) y ALTHAUS, Jaime de (2007).
servido a los pobres, sus títulos de propiedad para acceder a los créditos. Para la CAC Los
Andes, intervenir en el sector rural, ha sido y aun implica poseer una cartera
mayoritariamente agropecuaria con altos riesgo climáticos o de precios de los cultivos que
se puedan producir. No obstante, el factor que influye favorablemente al crédito agrícola es
la diversificación geográfica, ya que la CAC Los Andes ha abierto oficinas en diferentes
provincias de Apurímac y regiones vecinas, con características muy distintas en cuanto a
cultivos y exposición a fenómenos climáticos22.

En suma, la CAC Los Andes, cumple con aquello de que es posible unir pequeños capitales
y ahorros de miles de personas pobres y viabilizar la re-distribución a favor de ellos
mismos. La población asociativa y la cohesión social hacia la CAC Los Andes, hace que se
movilice el desarrollo local mediante el micro-crédito y otras prácticas de ayuda mutua
localmente determinada entre la cooperativa y el socio. Por ello, en diciembre del 2013, fue
reconocido y premiado por La Convención Nacional del Agro Peruano (CONVEAGRO) –
Además de distintos reconocimientos–, como la cooperativa más eficiente en el servicio de
financiamiento a los agricultores, ganaderos, artesanos y pequeños comerciantes en la
región Apurímac.

Cooperación interinstitucional y focos de desarrollo local


Desde la CAC Los Andes, se busca un dinamismo asociativo en casi todas las agencias y
oficinas de intervención. Gran parte de sus créditos está dirigido a apoyar a las actividades
agropecuarias del pequeño comercio, negocios rurales, servicios como talleres mecánicos,
restaurantes, alojamientos, etc. Numerosas organizaciones campesinas, cooperativas de
productores, asociaciones productivas y empresas son constituidas y asesoradas desde la
CAC Los Andes y, éstas dinamizan el desarrollo local. Su intervención no se da
aisladamente, desde el 2008 se vincula con el Proyecto de economía solidaria (ECOSOL),
promoviendo microempresas, asociaciones y cooperativas en el sector agrícola, comercio,
etc. Unión Europea, prioriza sus actividades en el comercio y desarrollo rural, integración
regional, servicios sociales y prevención de conflictos.
El Grupo Voluntario Civil (GVC), desde 2002, ejecuta proyectos para fortalecer la
seguridad alimentaria en Abancay, Curahuasi y Aymaraes, además de impulsar actividades

22
TRIVELLI, Carolina y Álvaro Tarazona (2007), PALACIOS, Enrique (2001: p.73 – 90).
familiares o individuales, y en Antabamba con mejoramiento genético de alpacas. SOS
Faim, interviene desde la fundación hasta la actualidad con financiamiento y subsidios
económicos. Madre Coraje apoya en la apertura de nuevas agencias con fondos
económicos, materiales y financiamiento de proyectos. CEPRODER y Comype, intervienen
en cadenas productivas de cuy, palta y miel en el sector Grau. Clínica Santa Teresa y ZME
de Alemania apoya en la asistencia médica en el ámbito rural. CESAL, con cadenas
productiva agropecuarias en el sector Andahuaylas. COPYME, con emprendimientos
económicos y formalización de asociaciones y pequeñas empresas. Apurímac ONLUS –
Italia, desarrolla proyectos sobre identidad registral y cultural, restauración monumental,
biodigestores y energías renovables en sectores de Grau y Cotabambas. CEPRODER,
interviene en temas productivos en Grau y Huancavelica. CEDES Apurímac, con asistencia
técnica a socios en producción y mercado en zonas de Aymaraes y Abancay.
Adicionalmente están, RABOBANK, Casas Panada, etc. Las intervenciones no crediticias
se desarrollan mediante alianzas interinstitucionales, se interviene en comunidades bajo
convenios con ONGs, Cooperantes, organizaciones sociales y el propio Estado.

Las zonas intervenidas por la CAC Los Andes (Apurímac, y zonas de Ayacucho,
Huancavelica y Cusco), son poblaciones netamente quechua hablantes. El personal de la
cooperativa, en su mayoría y en especial los operarios de créditos que mantienen vínculos
estrechos con los socios de las comunidades rurales, son también, a demás ser de la zona,
quechua hablantes con capacidades de producir y reproducir conceptos y prácticas
localmente determinados. Desde las agencias, oficinas y puntos de atención, la cooperativa
promueve sus actividades bajo la dinámica del Ayni y Minka voluntario. Los mismos
administradores y el personal, participan activamente en las diversas faenas comunales de
refacción de caminos, puentes, canales de riego, etc. Participan en sus fiestas patronales,
aniversarios, carnavales, navidad, etc., y muchas veces las promueven. Mantienen un
contacto directo con el socio en su chacra, casa, trabajo y otros espacios de sus
comunidades y poblaciones rurales y urbanas relativamente pequeñas.

“La cooperativa, lo que hace es asumir esa práctica o cultura local, de tal
forma que la cooperativa puede encontrar su aliado, su espacio normal en ese
ámbito. Pero para eso hay que trabajar, cómo hacer viable esa práctica
cultual a nivel de la vida económica. Porque las cooperativas hacen
economía para sus socios. La cooperativa debe acercarse a través de la
cultura local a la población. Esto permite que la población haga suya”.
La intención es que los socios “incorporen a la cooperativa como parte de su
vida, como un instrumento más de ellos y para ellos. Que les sirva para su
propio desarrollo. La cooperativa no es solamente dinero; es también una
filosofía, una cultura… para eso nació en un escenario post-violencia
política, para subsanar necesidades”23.

De ser así, bajo una organización social en cooperativas y asociaciones productivas, y


grupos solidarios, seguramente las familias no dependerían de la economía del mercado,
ésta no determinaría su pobreza, sino la economía dependería de estos grupos organizados.

A modo de conclusión
La CAC Los Andes, tiene origen en el “Programa de Microcréditos” financiado por SOS
Faim y ejecutados en el sector de Cotarusi – Aymaraes entre 1999 y 2000. Surge como
consecuencia de los programas focalizados para mejorar las condiciones de vida de los
sectores rurales afectados por la violencia política. Los mismos integrantes de los grupos
solidarios de las comunidades, son quienes participan en la fundación de la CAC Los
Andes (15 de febrero de 2001). Inicia sus operaciones en una región históricamente
marginal, considerados como poblaciones pobres y extremos pobres, con nula cultura
crediticia. Los principales objetivos de la cooperativa ha sido promover el desarrollo rural
con actividades productivas post violencia política.

A 13 años de su fundación, muestra un crecimiento sostenido y agresivo tanto en términos


crediticios y geográficos tras la apertura de nuevas agencias, oficinas y puntos de atención
en todo Apurímac y regiones vecinas de Ayacucho, Cusco, Huancavelica y Lima. La
inversión para la apertura de nuevas agencias, es generalmente, subvencionadas por
cooperantes, sobre todo por la ONG Madre Coraje de España y GVC – Italia.

La CAC Los Andes, es de raíz y orientación rural. Son un importante aliado del desarrollo
integral de las comunidades rurales y los centros urbanos en el campo. Se esfuerzan en
aplicar los principios de la economía solidaria y popular. En el “discurso popular” de un
sector amplio, la CAC Los Andes, “es como una ‘ONG’”; es decir, no se reduce en la

23
Entrevista con Víctor Chati, Gerente General CAC Los Andes, Abancay, noviembre del 2013.
actividad netamente financiera, sino que mediante una cooperación interinstitucional
(convenios con ONGs extranjeras y locales), ejecutan diversos programas sociales dirigidos
a sus socios y población rural en general a través de sus servicios complementarios.
No obstante, debemos afirmar que desde la aparición del cooperativismo, su relación con el
Estado siempre ha tenido un carácter contradictorio.

BIBLIOGRAFIA

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2007 La revolución capitalista en el Perú. Fondo de Cultura Económica.

APRODEH: Asociación Pro Derechos Humanos


2010 El conflicto armado interno en las provincias de Abancay y Aymaraes (Bases para
su estudio). APRODEH: Lima.

BOLETÍN INSTITUCIONAL DE LA COOPERATIVA DE AHORRO Y CRÉDITO LOS


ANDES - COTARUSI AYMARAES, 2005 y 2009

BARRÓN CORAL, Marcial


2012 El cooperativismo: un nuevo modelo de vida. Lima.

COMISIÓN DE LA VERDAD Y RECONCILIACIÓN – CVR


2003 Informe final. Tomo IV, sección 3.

GÓMEZ, Amadeo
2013 Cooperativismo. Cooperativa de Ahorro y Crédito Los Andes Cotarusi
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1959 La doctrina cooperativa. Buenos Aires – Argentina, Ed. Cooperativa Limitada
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2012 Visión panorámica del sector cooperativo en Perú: El renacimiento de un
modelo. Organización Internacional del Trabajo – OIT.

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1996 Concertando voluntades para reconstruir Cotarusi. Revista municipal, Octubre,
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2001 El crédito agrario en el Perú. Revista de la Facultad de Ciencias Económicas de la
año VI, N° 20. Lima, UNMSM, pp.73 – 90.

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APURÍMAC
2003 Municipalidad Distrital de Cotarusi. Abancay – Apurímac.

PLANET RATING PERÚ S.A.


(2009). The global microfinance rating agency. Lima.

REMY, María Isabel


2007 Cafetaleros empresarios. Dinamismo asociativo para el desarrollo en el Perú.
Lima, Oxfam – IEP.

REVISTA INSTITUCIONAL DE LA COOPERATIVA DE AHORRO Y CRÉDITO LOS


ANDES COTARUSI AYMARAES.
Febrero 2008. Febrero 2010. Febrero 2011. Febrero 2012. Febrero 2013 y Febrero 2014.

SOS FAIM, Zoom Microfinanzas.


2001 y 2004 Boletín informativo de microfinanzas, número 4 y 2.

SOS FAIM, Zoom Microfinanzas.


2009 La cooperativa Los Andes: finanzas solidarias para el desarrollo rural. Diciembre,
número 29.

SOTO, Hernando de
2000 El misterio del capital. Lima, Editora El Comercio.

TRIVELLI, Carolina
2004 La oferta financiera rural en el Perú: Elementos para una agenda de trabajo. Lima,
IEP.

TRIVELLI, Carolina y Álvaro Tarazona


2007 Riesgos y portafolios agropecuarios: Lecciones desde la experiencia de
instituciones financieras de américa latina. Documento de Trabajo N.° 151. Lima
IEP.
ANEXO

Cuadro N°01. Mapa de ubicación.

Cuadro N°02. Convenio SOS Faim y comunidades: 2002.


Comunidad Fecha de Fondo otorgado por Transferidos a CAC Los
Campesina convenio SOS Faim Andes como aporte comunal
Cotarusi 30-07-2002 34.000,00 34.447,29
Colca 30-07-2002 22.904,24 22.904,24
Iscahuaca 03-05-2002 34.000,24 24.850,24
Pampamarca Julio de 2002 25.926,83 25.926,83
IDCAA 20-04-2001 50.000,00 50.000,00
San Miguel de Mestizas Abril de 2002 34.000,00 34.209,79
Pisquicocha 30-07-2002 17.500,00 17.500,00
Totora 30-07-2002 17.500,00 18.137,82
Fuente: Archivo CAC Los Andes: 2002.

Cuadro N°03. Evolución de moras y número de socios

45637
13.8

Evolución de número de socios


37132
10.72

a nivlel de la CAC Los Andes


10.18

Evolución de mora (%)


9.98
9.54

28377
22722
16313
5.13

11457
3.9

3.35
3.28

8408
2.43

4844
4098
1.84
1.69

2724
1.7

1273
653
309
2001
2002
2003
2004
2005
2006
2007
2008
2009
2010
2011
2012
2013
Cuadro N°04. Evolución de rentabilidad.
Evolución de rentabilidad en millones de soles: 2013
S/. 160,000,000
S/. 140,000,000
PATRIMONIO NETO
S/. 120,000,000 RESERVAS
S/. 100,000,000 ACTIVO TOTAL
S/. 80,000,000 PASIVO TOTAL
CAPITAL SOCIAL
S/. 60,000,000
S/. 40,000,000
S/. 20,000,000
S/. -
2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012 2013

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