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ESTADO DEL ARTE PARA LA PROPUESTA DE INVESTIGACION

SUCESIONES ECOLOGICAS

Elaborado por: Jhon Salvador Arévalo Bacca


Candidato a Maestría en Ciencias y Tecnologías Ambientales
Universidad Santo Tomás

Las sucesiones ecológicas es una serie de cambios que sufren una comunidad y
su entorno abiótico es un determinado lapso de tiempo. La sucesión ecológica se
pone en marcha cuando una causa natural o antropogénica, despeja un espacio
de las comunidades biológicas presentes en él o las altera gravemente. Las
causas naturales que pueden causar esta situación son muy variadas, e incluyen
corrimientos de tierra, lagares, aludes, erupciones volcánicas explosivas, entre
otros. Es un proceso dinámico resultante de la interacción de los factores bióticos
y abióticos en el tiempo, que da lugar a la formación de un ecosistema complejo y
estable. Es un proceso lento y gradual, en el que las poblaciones que son
inestables sufren modificaciones, tanto en su composición como en su tamaño,
buscando el equilibrio. Cuando se consigue este equilibrio, el Clímax, la
comunidad tenderá a mantenerse estable y no será sustituida por otra mientras no
cambien las condiciones físicos químicos y climáticos. Por tanto vamos a
encontrar los ecosistemas más maduros del planeta en aquellos lugares con
climatología más estable. Selva tropical y arrecifes coralinos. Si ocurre un cambio
el Clímax se rompe y el ecosistema iniciaría otra sucesión. Este proceso de vuelta
atrás se denomina Regresión. La Regresión puede ocurrir por causas naturales
(incendios, inundaciones, cambio climático, volcanes) o por causas antrópicas,
(deforestación, contaminación, introducción de nuevas especies...)1

En la regresión suelen aparecer poblaciones de r estrategas (oportunistas)

Las principales regresiones se producen en los ecosistemas terrestres, debido a


sobrepastoreo, talas excesivas, deforestación, erosión o incendios.

Cuando el fenómeno es muy grave la comunidad puede perder su capacidad de


regeneración.

En los ecosistemas acuáticos la más importante es la regresión producida por


contaminación con abonos y fertilizantes en aguas dulces y la contaminación del
litoral y la sobreexplotación pesquera en el medio marino.

El aumento de la profundidad del suelo y su enriquecimiento con la muerte de las


especies pioneras y el aporte de desechos acarreados por el viento, produce con
el tiempo un medio que puede mantener suficiente agua y nutrientes para el

1DUFRÊNE, M, P Legendre. Species assemblages and indicator species: the need for a flexible
asymmetrical approach. Ecological Monographs 67 (3): 2007. p. 345-366.
crecimiento de especies de plantas, tales como briofitas y licopodios y
posteriormente pastos, arbustos y árboles.

El término sucesión frecuentemente es utilizado para describir cambios en


diferentes tipos de vegetación en escalas temporales y espaciales. En los sitios
con poblaciones forestales, la sucesión es definida como el cambio directo con el
tiempo de la composición de especies y fisionomía vegetal de un sitio en el cual el
clima permanece efectivamente constante (Finegan 1984). Whittaker (1970) define
una sucesión como el proceso de desarrollo de una comunidad, causado en
diferentes grados, fuera y dentro de dicha comunidad. Muchas sucesiones
implican ambas causas y sus recíprocas influencias. Varias tendencias o
desarrollos progresivos implícitos se deben a procesos sucesionales. Huston y
Smith (1987) definen una sucesión como un cambio secuencial en las
abundancias relativas de las especies dominantes en una comunidad (con base
en la biomasa). El cambio secuencial implica que las especies, o un grupo de
especies, una vez dominantes, no volverán a serlo a menos que una perturbación
u otro cambio ambiental intervengan. Gleason (citado por Pickett et al 1987)
mantiene que una sucesión es un proceso de reemplazo individual, un cambio en
función del individuo. Los cambios sucesionales son principalmente demográficos,
y tienen relaciones complejas en el ambiente biótico y físico. Estos procesos
tienen resultados significativos en la estructura y función a nivel de comunidad y
ecosistema. Wiegleb y Felinks (2001) definen una sucesión como un cambio
secuencial (o direccional) del número de especies, composición y estructura de la
comunidad, incluyendo relaciones de dominancia, y tipos de comunidad en un
sitio. En el proceso de una sucesión ocurren cambios que no en todos los casos
es lineal y pocas veces alcanza el equilibrio. La direccionalidad ocurre sólo en el
sentido de que existe un cambio en las especies presentes, no en el sentido de
exista una tendencia conocida a un final predecible. La sucesión puede incorporar
diferentes tipos de trayectoria incluyendo la cíclica, convergente, divergente,
paralela o reticulada. Las perturbaciones a menudo redireccionan o reinician las
trayectorias sucesionales, conduciendo a la observación de que los puntos finales
estables se consiguen raras veces.2 La perturbación inicia, dirige y puede detener
o redireccionar la sucesión, por lo que se dificulta conocer los patrones de las
sucesiones. La amplitud del tema dificulta definirlo de manera precisa aún, a pesar
de su relevancia para interpretar el cambio temporal (Walker y del Moral 2003).
Ambos términos interactúan; la perturbación es un evento relativamente discreto
en tiempo y espacio, que altera la estructura de una población, comunidad o
estructura de un ecosistema.

Una perturbación puede alterar la densidad, biomasa o distribución espacial de la


biota, afectando de esta manera la disponibilidad de recursos, hecho que puede
producir cambios en el ambiente físico. Al igual que la sucesión, las escalas

2
, DÍAZ. Elias. Primary succession on lava domes on Terceira (Azores). Journal of Vegetation
Science 15. 2008. p. 331-338.
temporales y espaciales de los componentes de interés deben ser definidos. La
perturbación es definida por su frecuencia, extensión y magnitud (Walker y del
Moral 2003).

La ausencia de una teoría general sobre la sucesión ecológica obstaculiza el logro


de un mayor conocimiento en la materia, crea confusión en torno a los conceptos
fundamentales de la disciplina, y fomenta el diseño de modelos inadecuados. Un
modelo de sucesión es una construcción conceptual para explicar patrones de las
sucesiones, combinando varios mecanismos y especificando su interrelación, y las
diferentes etapas de estos patrones (Pickett et al 1987). Para Walker y del Moral
(2003) los modelos de sucesiones tentativamente explican trayectorias o eventos
pasados y predicen eventos futuros, y son herramientas flexibles que pueden
aplicarse a un ser dado. Hay varias maneras de definir y clasificar los modelos de
sucesión, pero su clasificación es arbitraria. El acercamiento más claro es
definiendo los parámetros del modelo de interés. Primero se deberán describir
verbalmente los modelos que concuerdan con las características de las especies,
comunidades o ecosistemas, sin asignar valores a los componentes
individualmente. Posteriormente se subdividirán estos modelos verbales en
modelos que se enfoquen en cambios sucesionales dirigidos por la interacción de
especies (modelos autogénicos) y los que se enfoquen en una combinación de
procesos autogénicos y alogénicos (modelos de procesos), para después pasar a
la discusión de los modelos matemáticos donde las probabilidades pueden ser
asignadas a las variables como cobertura relativa de especies o biomasa, riqueza
de especies, tazas de descomposición o distribución espacial de especies.
Modelar es por lo tanto, un proceso en el que se trata de encontrar un modelo
simplificado del comportamiento observado o el examen de una idea conceptual.3

Para Finegan (2004) las causas o mecanismos de la sucesión han sido objeto de
controversia desde el nacimiento de la ciencia ecológica. Tal controversia radica
en que la duración de cualquier sucesión forestal suma varias vidas humanas, y
que la mayoría de sucesiones han sido estudiadas de manera indirecta a través
de la comparación de bosques de diferentes edades creciendo sobre el mismo
sustrato (método de cronosecuencia). Por lo anterior, los mecanismos de
sucesión han sido deducidos y no determinados directamente, a discreción de los
prejuicios del deductor. El proceso basado en una interpretación formulada a
inicios del siglo 20, conocido como una sucesión de relevo (SR) se fundamenta
en que cada comunidad prepara el ambiente y “entrega” el sitio a la siguiente, de
manera que las especies presentes no podían regenerarse y la regeneración de
las especies de la comunidad siguientes era facilitada. Su mecanismo principal
era la facilitación, el cambio autogénico (causado por las plantas mismas) del
ambiente físico. Dicho modelo se fundamentó principalmente en observaciones de
sucesiones primarias en zonas templadas y frías (Finegan 2004).

3
MARTÍNEZ R. M. y García O. X. Sucesión ecológica y restauración de las selvas húmedas.
Sociedad Botánica de México, A.C. 2008. (080): p.69-84.
De otra parte, los factores que mantienen la biodiversidad en un hábitat son
similares a los que conducen las dinámicas sucesionales. Las perturbaciones que
provocan sucesiones producen grandes impactos en la biodiversidad. El número
de especies que coexisten en un hábitat depende del número de especies que
tienen disyuntivas apropiadas respecto a las condiciones ambientales específicas
de dicho hábitat.

En paisajes fragmentados la falta de propágulos puede reducir la tasa de


recuperación del bosque, y puede resultar en paisajes dominados por una
vegetación de escasa diversidad o una regresión a las primeras etapas de
sucesión. La colonización puede estar potencialmente limitada por la escasez de
semilla, ocasionada por limitaciones de polen en poblaciones vegetales de baja
densidad, grandes distancias a las fuentes semilleras, ausencia de organismos o
sitios dispersores de semilla, o una tasa alta de mortalidad después de la
dispersión. Estas limitaciones en el proceso de colonización vegetal pueden
determinar potencialmente la composición de especies, los tipos de desarrollo
vegetativo, y diferentes procesos en los ecosistemas4.

Las limitaciones en el reclutamiento y colonización son muy importantes en


paisajes fragmentados en los cuales los parches de bosque son pequeños, las
distancias hacia las fuentes semilleras son largas, y el banco de semillas es
inexistente, como en el caso de las sucesiones primarias. La información
biológica (biodiversidad) es la causa principal de la sucesión ecológica y su
dispersión vincula la dependencia espacial, mientras que su introducción y
desarrollo son procesos temporalmente dependientes (McClanahan y Wolfe 1993).
La reducción de hábitats apropiados o convenientes genera paisajes
heterogéneos compuestos por parches de hábitat de diferentes calidades que
encajan en matrices hostiles. Usualmente este proceso resulta en la pérdida de
hábitat y efectos de fragmentación, y consecuentemente en pérdida de hábitats
originales, lo que se traduce en cambios en la composición del paisaje. Dichos
cambios causan una pérdida de individuos y efectos de fragmentación como
efectos adicionales resultantes de la composición del hábitat (Wiegand et al
2005).

Los estanques recién creados también pueden experimentar sucesión primaria.


Cuando se crea un estanque, es un cuerpo de agua con pocos nutrientes
(oligotrófico). A medida que sedimentos y nutrientes arrastrados por la lluvia
entran al ecosistema provenientes de las áreas aledañas, el estanque puede tener
plantas flotantes. Estas plantas flotantes son reemplazadas luego por plantas
enraizadas, cuyos tallos y raíces forman una malla que recolecta partículas que
forman un fondo lodoso lo que convierte el estanque en un pantano o ciénaga. Al

4REYES, R. M. Uso de plantas nativas para la restauración ecológica del pantano contaminado
por hidrocarburos en Santa Alejandrina, Minatitlán, Ver, Mex. Tesis de maestría. DICIFO-UACh.
Chapingo, Estado de México, 2008. p. 75-79, 211
continuar los procesos de producción de sedimentos, puede permitirse la invasión
de arbustos y finalmente árboles. Es claro cómo se puede notar una sucesión de
comunidades en el tiempo, y que cada una de estas comunidades prepara el
camino para la siguiente.

Un último ejemplo de sucesión primaria lo constituyen los ecosistemas boscosos


que se pueden formar en terrenos que anteriormente fueron dunas arenosas. La
secuencia se puede resumir de la siguiente manera: los suelos arenosos son
cubiertos con especies de pastos que toleran la sequía, luego el viento trae a
estos campos semillas de varias especies arbustivas que se desarrollan y
producen litter que se descompone lentamente sobre la arena. Estos arbustos
crean condiciones para que especies de árboles puedan crecer y desarrollar el
estado clímax que corresponde al ecosistema del bosque.

En general, se considera que la sucesión se realiza en forma direccional y


predecible, es decir, que la sucesión formará un ecosistema con características
exactamente iguales a las del ecosistema original. Sin embargo, se ha encontrado
que esto no es necesariamente cierto, y la comunidad clímax puede ser variable.
Las especies pioneras son heliófilas o intolerantes (no toleran condiciones de
sombra) y a medida que avanza el proceso de sucesión se encuentran especies
adaptadas a condiciones de sombrío durante su etapa juvenil y se conocen como
especies esciófitas o tolerantes. Las especies de los estados serales intermedios
se conocen como especies secundarias tempranas y secundarias tardías. Los
ecosistemas desarrollados como consecuencia de la sucesión primaria y que no
han sido sujetos a ninguna perturbación significativa se conocen como
ecosistemas primarios; aquellos que se desarrollan después de un disturbio se
conocen como ecosistemas secundarios5.

Las sucesiones ecológicas se caracteriza a un ecosistema maduro y complejo que


se auto abastece en ese momento se dice que la comunidad alcanzo su estado
final o clímax. El clímax se caracteriza porque el proceso de sucesiones se
detienen y la biomasas que se produce en el ecosistema estas en perfecto
equilibrio con la biomasa que se muere se, descompone y se incorpora
nuevamente a la biota.

Los ecosistemas naturales a lo largo del tiempo sufren diversos cambios, algunos
de estos son ocasionados de forma antrópica, mientras que otros suceden debido
a fenómenos naturales, estos dejan como resultado alteraciones en la parte biótica
que pueden ser mitigados mediante las técnicas adecuadas de una restauración
ecológica, donde los ecosistemas se reajustan y adaptan a los cambios gradual y
progresivamente, dándose un proceso que conduce de un espacio que ha sido
deteriorado a un paisaje en equilibrio junto con las condiciones climáticas, para

5
VAN, A. J. y ARONSON Joy. Restoration Ecology The New Frontier. Oxford, UK. Blackwell
Publishing, 2006. p.319
lograr devolverle al medio los atributos de estructura y funcionalidad semejantes a
las que inicialmente se presentaban.6

La sociedad actual relaciona los problemas ambientales con la ecología tanto en el


análisis de los efectos indeseados de la actividad industrial y tecnológica (cambio
climático, degradación ambiental, etc.) como en las so luciones a dichos
problemas. La educación ambiental se ha fundamentado en buena medida en la
ecología para el desarrollo de muchos de sus programas. Así mismo, las
diferentes perspectivas sobre la educación ambiental coinciden en que ésta debe
extenderse desde el conocimiento disciplinar o interdisciplinario hasta los cambios
de actitudes y valores que permitan a los estudiantes cambiar su mundo (Mappin
y Jhonson, 2005). Nos planteamos de qué manera el estudio de la ecología puede
ayudar a los alumnos a discutir los problemas ambienta les, en concreto los
relacionados con la degradación, la recuperación y la protección de ecosistemas.

Es decir, pretendemos conocer el esquema conceptual que los alumnos utilizan


para interpretar los cambios en los ecosistemas y analizar de qué forma utiliza el
concepto de la sucesión ecológica para interpretar estos procesos. En el marco de
la teoría del cambio conceptual buscamos definir líneas de mejora en la
enseñanza y aprendizaje de los ecosistemas y de los modelos científicos que
deben representarlos

La caracterización de un ecosistema es de vital importancia a la hora de


implementar un mecanismo de restauración, puesto que se hace necesaria la
implementación de un seguimiento y monitoreo de éste para conocer y analizar las
especies presentes, las que pueden ser resistentes a los procesos estresores y
cuáles serán resilientes a la hora de ocurrir un proceso de regeneración7.

Un ambiente puede estar sometido a diferentes procesos estresores, bien sea de


carácter natural, tales como incendios, sequias o inundaciones, y de tipo
antrópico, como las quemas controladas y la tala. Para contrarrestar los efectos
producidos por estos factores se hace necesaria la utilización de técnicas
ecológicas que ayuden a la recuperación del área degradada, como la aplicación
de materia orgánica y la forestación. Aunque no todos los ecosistemas requieren
de estos estimulantes, puesto que ellos mismos poseen la capacidad para su
regeneración.

En este informe se resalta la importancia de los ecosistemas naturales con


condiciones restringidas en diferentes lugares, estudios realizados sobre

6
CAIRNS, J. and J. R. Pratt .Restoration Ecology. Ecological Restoration through Behavioral
Change. Restoration Biology. 3 (1), 2006. p. 51 - 53.
7
MÁRQUEZ-Huitzil, R, B. Juárez y S. Gutiérrez. Informe final del Programa de Evaluación de la
Restauración ecológica (1998). Convenio Apasco- Instituto de Ecología, A.C. Xalapa, Ver. México,
2008. p.54
sucesiones ecológicas e indicadores demuestran que la biodiversidad por
diferentes agentes causales sufre alteraciones en su composición estructura y
función.

En estudio realizado en la Reserva Natural Dinghushan 8(23º 09` 21” -23º 11` 30”
N, 112º 30` 39” -112º 33` 41” E) Guangdong, Sur de China (Fig. 1). La reserva fue
creada en 1956; la región tiene un clima húmedo subtropical monzón. El área de
estudio es ideal para la investigación sobre la sucesión de los ecosistemas
forestales y los bosques típicos de la zona representan la secuencia sucesional
del bosque subtropical que prevalece en China (P, 1996). Un prado abandonado,
un bosque massoniana Pinus, pino y de hoja ancha bosques mixtos y un monzón
de hoja perenne de hoja ancha fueron seleccionados para representar a la
temprana (etapa I), medio (fase II), tardía (fase III), y la etapa clímax regional
(etapa IV) de bosque sucesión, respectivamente. Las características de estas
plantas están listados en la Tabla 1. Investigaciones anteriores demostraron que
las cuatro etapas representan una consecuencia de sucesión del bosque
subtropical de China (P, 1996; Zhang et al, 2011). , se seleccionaron nueve
indicadores representativos de la memoria ecológica (especies de plantas, los
bancos de semillas del suelo, los microorganismos del suelo, el suelo animales, la
distribución de minerales del suelo, la edad del suelo, el medio ambiente de luz
polen del suelo, y los pájaros) de las definiciones conceptuales anteriores. A
continuación, cuantificado estos indicadores y los ha integrado en el marco de una
evaluación, y por último, se probó el valor de este marco de evaluación para
responder a las siguientes preguntas: (1) ¿Cómo la memoria ecológica se
acumulan durante la sucesión forestal en menor área subtropical? (2) ¿cómo los
recuerdos retrospectivos y prospectivos afectan a la sucesión?, donde se
obtuvieron resultados arrojados en un total de 186 especies de plantas y 10.003
personas se registraron en los cuatro sitios que componen el gradiente sucesional.
Esto incluyó 7.665 individuos (DAP ≥ 1 cm) pertenecientes a 132 especies en el
estrato arbóreo, 1.074 individuos pertenecientes a 91 especies en el estrato
arbustivo, and1264 individuos pertenecientes a 82 especies de capa en la hierba.
El número de especies, índice de Margalef (d), el índice de Shannon-Wiener (H),
el índice de Simpson (D), y el índice de Pielou (J) para los sitios cuatro patas están
listados en la Tabla 3. El número total de especies de plantas se incrementó
durante la sucesión, especialmente en la capa de árbol. En la capa de árbol, los
valores de d, H, D, y J fueron significativamente menos en la etapa II que en las
etapas III y IV; el valor de d, pero no los de H, D o J, fue significativamente
diferente entre la etapa e III. En el estrato arbustivo, el número de especies, d, H y
D no fueron significativamente diferentes entre las etapas de sucesión, pero J fue

8
SAUNDER, D. A., R. H. Hobbs y P. R. Erlich (eds). Nature Conservation 3. The reconstruction of
fragmented ecosystems. Surrey Beatty and Sons. Pty limited, Chipping Norton, Australia. , 2006.
p.121
menor en la etapa IV que en la etapa III. En el estrato herbáceo, los valores de d y
H no fueron significativamente diferentes entre las cuatro etapas de sucesión. 9

Investigaciones similares despiertan la necesidad de conocer para conservar y


garantizar la perpetuación de los recursos naturales nativos que respeten su
hábitat y su comportamiento natural disminuyendo altamente las alteraciones de
origen antropogénico.

En Costa Rica, se efectúo una investigación relacionada con la restauración


ecológica de bosques tropicales, que mide el efecto de varios modelos en la
producción, acumulación y descomposición de hojarasca, dónde se aplicaron
estrategias de restauración con potencial de acelerar el restablecimiento del ciclo
de nutrientes en áreas degradadas. Se evaluó la producción de hojarasca bajo
tres niveles de tratamientos: Plantación (toda la superficie plantada); islas (árboles
sembrados en parches de tres tamaños) y testigo (regeneración natural): También
se compararon bosques jóvenes secundarios (7-9 años). Los tratamientos fueron
establecidos en parcelas de 50 x 50 metros en seis sitios del sur de costa rica. Las
especies introducidas fueron dos maderables (Terminalia amazonia y Vochysia
guatemalensis) intercaladas con dos fijadoras de nitrógeno (Erythrina poeppigiana
y Inga edulis). La producción total de hojarasca en la plantación y bosque
secundario no difirió significativamente, fue mayor en las islas y testigo. La
plantación presentó mayor acumulación de hojarasca sobre el suelo, los
resultados indicaron una gran variabilidad en los sitios. Ambas estrategias de
restauración activas aceleraron la producción y acumulación de hojarasca en
comparación con la regeneración. No obstante, eso no implica la restauración del
ciclo de nutrientes. La elevada acumulación de hojarasca sobre el suelo indica
baja tasa de descomposición y de retorno de nutrientes al suelo.

Entender la dinámica de producción, acumulación y descomposición de hojarasca


es importante para evaluar el papel de diferentes estrategias de restauración
ecológica y diferentes especies en el restablecimiento de los ciclos de nutrientes y
en el balance de carbono. Las plantaciones presentaron la mayor producción de
hojarasca y carbono, siendo similar a los bosques secundarios jóvenes. Las
plantaciones muestran el potencial para recuperar la función de producción de
hojarasca rápidamente en comparación con áreas de regeneración natural y
pueden proporcionar algunos de los mismos servicios ecosistémicos de los
bosques secundarios (protección del suelo, almacenamiento de carbono). No
obstante, aunque la función de producción pueda ser recuperada rápidamente, la
calidad de la hojarasca en las parcelas, medida por la concentración de nutrientes
y proporción entre carbono y nutrientes, es más alta en los bosques secundarios
debido a una mayor diversidad de especies (Celentano et al. 2011); resultados
similares fueron encontrados por Lugo 1992.10

9 Ibíd. p. 121
10 MARGALEF, Ramón. Teoría de los Sistemas Ecológicos. Alfaomega. México D.F., 2009. 290 pp.
La calidad de la hojarasca influencia fuertemente la tasa de descomposición ( zou
et al. 1995) afectando la disponibilidad de nutrientes y el proceso de sucesión (
Vitousek & Walker 1989). La hojarasca de baja calidad retrasa la descomposición
y los procesos de mineralización (Wardle & Peltzer 2007) y puede afectar a
restauración. La acumulación de hojarasca sobre el suelo es regulada por la
producción y la descomposición. Las plantaciones presentan mayor acumulación
de hojarasca que los otros tratamientos. Además en este estudio, la cantidad
acumulada es mayor que la producción anual en todos los tratamientos, con
excepción del bosque secundario, indicando una baja tasa de descomposición. La
baja tasa de descomposición es resultado del estado de degradación de los sitios,
ausencia de las comunidades descomponedoras y también de la calidad del
sustrato. Con el tiempo de sucesión, la tasa de descomposición tiende a aumentar
y la hojarasca acumulada en el suelo disminuye (Ewel 1976). Los bosques
secundarios del presente estudio presentaron menor acumulación de hojarasca
sobre el suelo. Ese tratamiento tiene más edad y mayor diversidad florística. 11

La velocidad de descomposición es regulada por las condiciones climáticas


(temperatura y precipitación; Meentemeyer 1977), por la estructura de la
comunidad descomponedora (Schroth 2003) y por la calidad de la hojarasca
(Xuluc-Tolosa et. Al 2003). Esos factores justifican porque no se identificaron
diferencias entre los tratamientos en el ensayo preliminar con bolsas de
descomposición utilizando hojas de I. edulis: 1. El corto tiempo de las bolsas en
campo (135 días). 2. La reducida precipitación en el área de estudio durante el
experimento debido al fenómeno climático El Niño (IMN 2009); 3. La calidad de la
hojarasca explica más variabilidad en la tasa de descomposición que las variables
ambientales. Estudios adicionales por un plazo más largo y con diferentes
calidades de hojarasca son necesarios para una mejor comprensión de este
proceso en los sitios de restauración.

Las especies introducidas en proyectos de restauración activa juegan un papel


muy importante en el restablecimiento de los procesos ecológicos. La selección de
especies influencia en l tasa y ritmo de crecimiento, la producción de hojarasca y
el retorno de nutrientes al suelo (Cuevas & Lugo 1998), los subsecuentes
procesos de restauración. Según Holl el. Al 2011, la selección de especies para
los tratamientos de restauración estudiados se basó en: 1. Alta supervivencia en
estudios previos en la región, altas tasas de crecimiento y amplio desarrollo de
cubierta de copas en los primeros años y 2. La disponibilidad en los viveros
locales. Entre las especies introducidas, I. edulis domina el aporte de hojarasca en
el suelo (70% en las plantaciones).

El Inga crece rápido y promueve la supresión de gramíneas agresivas (Holl et. Al


2011) atrae pájaros (Fink et. Al 2009) produce mucha hojarasca que proporciona

11
PICKETT S.T.A., Collins S.L. y ARMESTO J.J. A hierarchical consideration of causes and
mechanisms of succession. Vegetatio, 2009.p. 69:109-114
protección del suelo, aumento de la disponibilidad de nutrientes y beneficia el
crecimiento de las especies maderables (Nichols et. Al 2001, Nichols & Carpenter
2006). Sin embargo, las hojas de Inga tienen una elevada fracción recalcitrante y
baja tasa relativa de descomposición (Leblanc et. Al 2006); lo que produce un
mantillo muy espeso en el suelo (3.7 cm en las plantaciones. Eso es bueno porque
promueve una protección del suelo deseable en áreas de pendientes, formación
de humus estable y potencial secuestro de carbono en el suelo a largo plazo
(Leblanc et. Al 2006). No obstante, esas características pueden ser indeseables
para la restauración de la biodiversidad. Un mantillo de hojarasca gruesa obstruye
el acceso de semillas al suelo, representa una barrera física para la emergencia
de especies con semillas pequeñas, modifica las condiciones micro-ambientales
promoviendo o inhibiendo la germinación y el establecimiento de las plántulas
(Carson & Peterson 1990, Molofsky & Augspurger 1992).

Las estrategias de restauración activas estudiadas (plantación mixta y en islas)


aceleraron la función de producción de hojarasca y almacenamiento de carbono
en comparación con las áreas de regeneración natural, las plantaciones fueron
similares a los bosques secundarios más diversos. Este estudio permitió verificar
que la hojarasca del suelo representa un almacenamiento de carbono que crece
rápidamente durante los primeros años del proceso de restauración. La
acumulación de hojarasca sobre el suelo fue superior en las plantaciones como el
resultado de la alta producción de hojarasca y la baja tasa de descomposición. El
bosque secundario más diverso fue el único tratamiento que presento producción
de hojarasca superior a la acumulación. Con el tiempo, se espera que la tasa de
descomposición aumente en todos los tratamientos y la hojarasca acumulada en
el suelo disminuya. Cinco años no fueron suficientes para detectar efectos de los
tratamientos en el contenido de carbono del suelo. Los resultados de ese estudio
identifican las condiciones del sitio como un factor determinante de la producción y
acumulación de hojarasca y carbono, lo que evidencia el riesgo de generalizar o
extrapolar resultados de estrategias de restauración.12

Las sucesiones ecológicas 13evolucionan en la mayoría de los casos de manera


natural, produciendo que un ecosistema por su propia dinámica interna sustituya a
los organismos que la integran, estos sistemas aluden a que su aspecto esencial
en las sustitución lo largo del tiempo de unas especies por otras, quizás no
benéficas al medio. Las sucesiones pueden ser primarias que arrancan en un
terreno desnudo, excento de vida, es decir que se desarrolla en una zona carente
de comunidad preexistente, que se inicia en un biotopo virgen, que no ha sido
ocupado previamente por otras comunidades, como ocurre en las dunas o nuevas
islas, etc; y las sucesiones secundarias se producen después de una perturbación

12
PURATA S. Floristical and structural changes during old-field succession in the Mexican tropics
in relation to site history and species availability. Journal of Tropical Ecology, 2006. P. 2:257-276.
13
WIEGLEB G. y Felinks B. Predictability of early stages of primary succession in post-mining
landscapes of Lower Lusatia, Germany. Applied Vegetation Science. 2008. p. 5-18
importante, es decir, es aquella que se establece sobre una ya existente que ha
sido eliminada por algún proceso estresor sea incendio, tala, enfermedad, vientos
dañinos, etc. Estos reinician la sucesión, pero a partir de condiciones especiales,
en las que suelen ocupar un lugar especies muy adaptadas a este tipo de
perturbaciones, como las plantas que por ellos se llaman pirrófitas.

Estas perturbaciones ocurren con frecuencia razones suficientes para abordar


investigaciones en los ecosistemas naturales, en México se realizó el estudio del
efecto de la restauración ecológica post-incendio en la diversidad arbórea del
parque ecológico Chipinque que posee bosques templados de gran importancia
debido a los servicios ambientales que proveen al Área Metropolitana de
Monterrey. En el año de 1998 se suscitó un incendio forestal que afecto una
tercera parte del PECh. En el área post-incendio se realizó un programa de
restauración ecológica. En el año 2008(10 años después) se realizó un análisis
comparativo de la diversidad del elemento arbóreo del área restaurada y otra
regenerada naturalmente. El objetivo fue determinar si existen diferencias
estadísticas en la diversidad arbórea (numero, densidad de especies y estructura
vertical y horizontal) entre las dos áreas. Mediante una curva especies-superficie
se determinó el establecimiento de cuatro unidades de muestreo de 100m2 en
cada área. Se registraron ocho familias, 10 géneros y 14 especies. El género con
mayor presencia en ambas áreas fue Quercus. El área restaurada presento como
segunda especie más importante a Pinus Pseudostrobus. De acuerdo al análisis
vertical del estado arbóreo se determinó que ambas áreas son multicohortales.
Referente a la diversidad Beta las áreas evaluadas presentaron una similitud
media-alta. El área restaurada y regenerada no presentó diferencias estadísticas
significativas en la diversidad-abundancia y dominancia. Con esta investigación se
generó información cuantitativa que indica que las practicas silvíco las empleadas
para la restauración ecológica incrementaron la densidad de P Pseudostrobus, sin
alterar la diversidad, abundancia y dominancia del elemento arbóreo.14

Uno de los problemas más significativos que impactan los ecosistemas forestales
son los incendios forestales (Minnich et al; 2008). En el parque Ecológico
Chipinque (PECh) se suscitó un incendio en el año 1998 que impacto más de 500
ha de bosques templados (Alanís et al; 2008).

Ante este acontecimiento un grupo de multidisciplinario conformado por personal


del PECh y la Universidad Autónoma de Nuevo Leon generó un proyecto de
restauración ecológica, que con fondos empresariales, gubernamentales y de la
sociedad civil se implementó eficientemente.

14
PUGNAIRE, F. I., P. HAASE, J. Facilitation and succession under the canopy of a leguminous
shrub, Retama sphaerocarpa, in a semi-arid environment in south-east Spain. Oikos, 2006. p
76:455-464
En la zona de estudio se han desarrollado investigaciones sobre el historial de
incendios forestales (González etal; 2007; González et al; 2008), diversidad de
especies herbáceas en las primeras etapas sucesionales (Alanis,1999 y
Romero,2009), y referentes la biodiversidad del elemento arbóreo de ecosistemas
impactados post-incendio (Alanis et al; 2008 y Calderon,2008) Pero referente a la
diversidad de la estructura horizontal y vertical de extracto arbóreo de los
ecosistemas restaurados post-incendio se han realizado escasos estudios. Por lo
tanto, es necesario desarrollar investigaciones referentes a la caracterización de la
diversidad estructural del estracto arbóreo (Aguirre et al;2003, Solis et al;2006
Feroz et al;2006 Felfili et al;2007; Giménez et al;2007), ya que la información
generada es un elemento indispensable en la toma de decisiones sobre el manejo
sustentable de los ecosistemas resultantes postincendio (González et al; 2007;
González et al;2008; Alanis et al;2010).

En cuanto a los resultados de esta investigación, se concluye que los ecosistemas


de Pinus-Quercus impactados Post-incendio del noreste de México están
constituidos predominantemente por especies de genero Quercus sp. El área
restaurada presenta como segunda especie más importante a pinus
Pseudostrobus, debido a las acciones de reforestación implementadas para
incrementar la presencia de las especie, ya que es un elemento clave en los
ecosistemas maduros del área de estudio (Jiménez et al; 2001; Gonzalez et al;
2008) De acuerdo al análisis vertical del estrato arbóreo se determinó que ambas
áreas son multicohortales. Referente a la diversidad Beta las áreas evaluadas
presentaron una similitud media-alta. De acuerdo a la hipótesis de partida de las
áreas regenerada y restaurada no presentan diferencias estadísticas significativas
en la diversidad, abundancia y dominancia. Con base en los resultados de esta
investigación se recomiendan las practicas silvícolas de reforestación y
eliminación de renuevos de Quercus sp. Como técnicas de restauración ecológica,
ya que incrementan la densidad del P. Pseudostrobus, sin alterar la diversidad,
abundancia y dominancia del elemento arbóreo15.

Según Ofelia Adriana Hernández, Damaris Leopoldina Ojeda, Julio Cesar López y
Ana María Arras en su artículo publicado en la revista “El científico frente a la
sociedad” de la Universidad de Chihuahua, México, en la edición de Enero de
2010, llamado Abonos orgánicos y su efecto en las propiedades físicas, químicas
y biológicas del suelo, consideran que el desarrollo de la agricultura ha regido por
una producción cada vez más intensa, contribuyendo al uso indiscriminado de
fertilizantes y otros productos químicos y de prácticas culturales que han
propiciado la erosión, la perdida de fertilidad y la contaminación del suelo, en
menoscabo de la calidad de alimentos y de la calidad ambiental.

15
SENFT, R. L., M. B. COUGHENOUR y D. W. Bailey. 1987. Large herbivore foraging and
ecological hierarchies. Bioscience, 2005. p.37:789-799
De acuerdo con estimaciones hechas por la FAO, debido a la desertificación, cada
año dejan de ser productivas de seis a siete millones de hectáreas en el mundo, y
a este mismo ritmo, en menos de 200 años el hombre habrá agotado todos los
suelos productivos del planeta (Becerra, 1998).

Para Lichtinger et. al. 2000) la degradación del suelo y la consecuente reducción
en la capacidad para proveer alimento para una población creciente, es un tema
crítico cuando se considera la seguridad alimentaria del país. La importancia que
tiene la evaluación de la degradación del suelo radica en que algunos aspectos de
ésta son reversibles a largo plazo, como la declinación de materia orgánica, o son
reversibles, como la erosión. Esencialmente los tomadores de decisiones de los
sectores agropecuarios, forestal y hasta ambiental, requieren balancear tres
aspectos de la calidad del suelo, que son la fertilidad, la conservación de la calidad
ambiental y la protección de la vida silvestre y la salud humana. El insuficiente
diagnóstico, proveniente de las determinaciones analíticas del suelo, conlleva
errores en la selección y uso de agroquímicos, lo cual a su vez se traduce en
problemas de nitrificación y eutrofización, así como en contaminación química de
suelos y de los mantos acuíferos.

La inclinación de los productos a aplicar grandes cantidades de fertilizantes


químicos, especialmente nitrogenados, para asegurar altos rendimientos de
productos hortícolas de alta calidad es una iniciativa que puede ser sana desde la
perspectiva económica, pero no deseable desde el punto de vista ambiental, pues
a menudo cantidades de nitrógeno y fósforo permanecen en el suelo después de
las cosechas, pudiendo afectar la calidad del agua mediante la percolación y
escorrentía de nitratos y fosfatos y la calidad del aire por emisión de óxido nitroso (
Añez y Espinoza 2003). De hecho la contaminación del agua del suelo con nitratos
provenientes de los fertilizantes ha sido reconocida como una consecuencia
ambientalmente seria en áreas de agricultura extensiva en muchas partes del
mundo (Añez y Espinoza 2003).

Dentro de los componentes del suelo, la materia orgánica reviste una significativa
importancia, ya que imparte al suelo magníficos efectos en sus propiedades
físicas, químicas y biológicas, las cuales se traducen en la capacidad productiva
de los campos, por lo que su gestión dentro del agroecosistema será un elemento
importante a considerar en la perdurabilidad de los sistemas productivos. 16

Sería predecible considerar que un suelo desgastado por la producción agrícola


no tendría atributos suficientes para comenzar una sucesión ecológica capaz de
revertir su condición degradativa, más bien, al contrario se acreciente muchos más
su estructura y deterioro al punto de perder totalmente su capacidad productiva.

16
STACHOWICZ, J. J. Mutualism, facilitation, and the structure of ecological communities.
BioScience p. 51:235-246.
En este caso anterior, se argumenta la necesidad de reconocer la importancia de
la inclusión de material orgánico en suelos productivos y porque no en aquellos
que han perdido su composición orgánica de manera de restaurarle y brindarle
potencial de sucesión.

Dentro de la producción de abonos orgánicos con fines de sucesión ecológicos, el


compostaje es un proceso microbiológico que convierte residuos de materiales
orgánicos en diferentes grados de descomposición en un producto estable e
higiénico que puede ser usado como un mejorador de suelo. El proceso de
compostaje produce un material de interés para la recuperación edáfica; la
composta producto que puede tener diversas aplicaciones como abono,
enmienda, sustrato o para la posterior obtención de extractos con probable
actividad biológica y fungicida. Existen varios métodos de compostaje, los que
usan lodos activados, aquellos que usan exclusivamente residuos vegetales,
estiércoles, basuras urbanas, y subproductos agroindustriales. El método más
conocido fue desarrollado por Sir Albert Howard, que consiste en alternar capas
de suelo, estiércol y residuos vegetales formando una pila. El material es volteado
manualmente una o dos veces por semana. Mediante este procedimiento la
composta madurará, dependiendo del material empleado y las condiciones
ambientales de temperatura y humedad, en un lapso máximo de 14 semanas. 17

Una de las consecuencias más dramáticas e importantes de la regulación


biológica en la comunidad como todo, es el fenómeno de sucesiones pero descrito
aún mejor por la frase de desarrollo del ecosistema alterado. Para considerar de
otra manera, se puede decir que el cambio en la estructura y dinámica de un
ecosistema en el tiempo, es el resultado de una interacción de fuerzas que
irrumpen desde el exterior y de procesos del desarrollo generado dentro del
sistema. Podría decir que a través del entendimiento de las anteriores
investigaciones por diversos autores en distintos lugares del mundo el inicio de
una sucesión ecológica es en secuencia de cambios fundamentales que se deben
a las fuerzas externas al sistema sean estas naturales o antrópicas, sin embargo
aquellas naturales se preceden de algún cambio en las condiciones ambientales
originadas por cambio climático consecuencia de las inadecuadas prácticas
humanas.

Las clases de cambios ecológicos es controlado por la comunidad, cada grupo de


organismos cambia el sustrato físico y el microclima que altera la composición de
especies y diversidad como resultado de la competencia y de otras interacciones
de las poblaciones.

17
TELLERÍA, J. L. y T. Santos. Fragmentación de hábitats forestales y sus consecuencias. p. 293-
317
Puede considerarse que la estrategia del desarrollo del ecosistema sea el
incremento en la eficiencia en la utilización de la energía, de tal manera que cada
unidad estructural se mantenga con el trabajo mínimo posible.

En la terminología ecológica, las etapas del desarrollo son las conocidas como
etapas serales y el estado estable final como climax. El gradiente íntegro de las
comunidades, que es característico de un lugar dado llamando a este “sere”; como
puede esperarse l tasa de cambios es mucho más rápida y el tiempo requerido
para la terminación de los seres es mucho más corta en una sucesión secundaria,
teniendo en cuenta que las especies pioneras se benefician muchas veces de la
vulnerabilidad del medio y de sus especies nativas considerando en mayor
importancia aquellas endémicas.18

Aquellas especies que son importantes en las etapas pioneras, es probable que
no sean importantes en la etapa del clímax. Cuando se grafica la densidad de
especies contra el tiempo en una serie se obtiene una gráfica de escalera.
Típicamente, en el gradiente algunas especies tienen tolerancias más amplias o
preferencias de nichos que otras, y por lo tanto, persisten por periodos más largos.
El incremento de la biomasa y el contingente actual de materia orgánica con la
sucesión, tanto en ambientes acuáticos como terrestres la cantidad total de
materia orgánica y de materiales orgánicos en descomposición tiende a
incrementarse con el tiempo. También muchas sustancias solubles se acumulan,
estas incluyen azucares, amoniacos y muchos productos orgánicos de la
descomposición microbiana. Estos productos líquidos que se escurren del cuerpo
de organismos, con frecuencia, se conocen colectivamente como
extrametabolicos. La regulación química es una manera de lograr estabilidad de la
comunidad a medida que se acerca al clímax, porque las perturbaciones tanto
físicas como químicas son amortiguadas por una extensa estructura orgánica son
de dos principales factores que dan lugar a cambios en las especies. La diversidad
de especies tienden a incrementarse con la sucesión; estos cambios incluye
también en el metabolismo de la comunidad, en la cual se compara el desarrollo
del ecosistema en un pequeño microsomo de labor torio y un extenso bosque
natural. Quizá la mejor manera de describir esta tendencia global es como sigue:
las especies, la biomasa y el suelo continúan cambiando después que haya sido
alcanzada la producción primaria bruta máxima para ese lugar específico.

Cuando se produce una sucesión en condiciones naturales todas siguen unas


fases similares que conducen a cambios parecidos y terminan con comunidades
análogas. Una sucesión presenta varias características:

Aumento del peso y volumen de los organismos del ecosistema o biomasa.

18
ZAMORA y F.I. Pugnaire (editores). Ecosistemas mediterráneos, análisis funcional. CSIC.
Madrid.
Aumento de la biodiversidad y densidad de organismos

Aumento de los niveles tróficos del ecosistema y de la complejidad de las redes


tróficas.

Aumenta la resistencia a los cambios que se puedan producir en el ecosistema.

Fases de una sucesión ecológica:

Fase inicial: Se produce el establecimiento en el suelo de especies pioneras,


organismos de estructura sencilla y rápida reproducción como líquenes, musgos y
algas, que realizan la fotosíntesis y comienzan a transformar los componentes del
suelo.

Fase media: Se establecen especies vegetales más complejas, que generan


raíces y aportan materia orgánica al suelo, lo que permite la aparición de
gusanos, artrópodos y otros organismos más complejos.

Fase de maduración: Con el desarrollo del suelo aparecen arbustos y árboles de


mayor porte, que favorecen la presencia de nuevas especies, tanto animales como
vegetales, completando la red trófica del ecosistema.

Fase final o clímax: Es el punto de máximo desarrollo del ecosistema en el que se


dan unas condiciones estables y de equilibrio entre todos sus componentes, con el
máximo de diversidad de especies.

Un ecosistema puede mantenerse en situación de clímax durante muchísimo


tiempo, como los bosques tropicales, pero es frecuente que aparezcan
perturbaciones que alteren esa situación. Se llama regresión ecológica a las
alteraciones que modifican las etapas naturales de una sucesión ecológica,
haciendo al ecosistema más inmaduro y con menos biodiversidad. La regresión da
lugar al inicio de una sucesión secundaria19.

Las alteraciones se pueden producir por:

Fenómenos naturales como inundaciones, vulcanismos, etc.

Actividades humanas como deforestaciones, repoblaciones, etc.

Nuestro planeta ha cambiado mucho desde su formación, hace unos 4.500


millones de años, hasta la actualidad. A lo largo de ese tiempo se han producido

19
LONGCORE, Luis T.. Terrestrial arthropods as indicators of ecological restoration success in
coastal sage scrub (California, U.S.A.). Restoration Ecology. 11: 397-409
numerosos cambios ambientales, algunos de los cuales están relacionados con
los seres vivos, surgidos a lo largo de este tiempo por el proceso de la evolución.
Como consecuencia de dichos cambios, los ecosistemas no son estáticos, sino
que han variado a lo largo del tiempo, por adaptación a los diferentes cambios del
entorno.

Los principales cambios han sido:

La aparición del oxígeno en la atmósfera

La aparición de la capa de ozono

Las glaciaciones

Las extinciones masivas

Los fenómenos paroxísmicos

En la actualidad los ecosistemas están sujetos a diversos factores de estrés,


ocasionados por actividades humanas que provocan cambios ecológicos
considerables o que limitan el desarrollo de las comunidades naturales, y que
pueden ser de naturaleza física, química o biótica20. Las afectaciones físicas se
refieren al daño mecánico que puede ocurrir sobre los ecosistemas, y que afecta a
uno o más de sus componentes. Un ejemplo de estrés físico provocado de forma
natural es el causado por los huracanes, mientras que uno provocado por el
hombre es la fragmentación de los ecosistemas, consistente en un proceso de
rompimiento de la continuidad de los ecosistemas o hábitat, y que los convierte en
parches aislados y pequeños, lo cual tiene al menos dos consecuencias evidentes.

(1) la reducción del área total de un tipo de hábitat dentro del paisaje, o incluso la
pérdida total de la misma; (2) la confinación del hábitat restante, dentro de esos
parches, pequeños y aislados.

Las afectaciones químicas son provocadas por la presencia de compuestos


químicos ajenos a los que se presentan de forma natural en los ecosistemas
(Freedman, 1995). Estos compuestos o contaminantes son sustancias que
ocurren en el ambiente como resultado, al menos en parte, de las actividades del
hombre y que tienen un efecto nocivo en los organismos vivos (Moriarty, 1999). La
contaminación es una de las principales afectaciones a los ecosistemas, y ocurre
por la liberación de sustancias ajenas a los mismos en cualquiera de sus distintos
estados: sólido, líquido o gaseoso, y que pueden propagarse en distintos medios

20
LEÓN, O.A. & O. VARGAS. 2007. Guía metodológica para la restauración ecológica de áreas
con plantaciones de pino. En: Vargas, O. (ed.). Guía metodológica para la restauración ecológica
del bosque altoandino. Universidad Nacional. Grupo de Restauración Ecológica. Bogotá, D.C
(el acuático, el terrestre o el aire), afectando directa o indirectamente a los
ecosistemas. Otro ejemplo es la combustión rápida provocada por incendios y
explosiones, durante guerras o actividades relacionadas con las mismas.

Las afectaciones bióticas son provocadas por modificaciones o alteraciones a los


componentes vivos dentro del ecosistema. Ocurren afectando una o más
poblaciones de especies nativas dentro del ecosistema, o bien, por la introducción
de especies y/o la propagación de las mismas propiciando que se conviertan en
invasoras. Un ejemplo es la eliminación de especies clave dentro de un
ecosistema, por ejemplo, las dominantes o codominantes en la estructura vegetal
de las comunidades, lo cual puede facilitar el incremento de poblaciones de otras
especies codominantes o incluso de especies invasoras. Otro ejemplo puede ser
la eliminación de ciertas especies reguladoras de la estructura vegetal, que
controlan el tamaño poblacional de otras especies, o que influyen en la estructura
de comunidades vegetales o animales como, por ejemplo, los grandes herbívoros
o carnívoros. En el caso de las especies invasoras, ocurre un proceso mediante el
cual una o más especies introducidas, (ya sea desde otro continente o país, o
desde una región distinta dentro de una misma nación) se propagan dentro de un
ecosistema y desplazan o incluso eliminan a las especies nativas locales,
modificando la estructura de la comunidad y su funcionamiento, e incluso
alterando la estructura del medio físico (Mooney y Drake, 1986; Drake et al.,
1989). Este tipo de afectación puede cambiar un hábitat entero, haciéndolo
inhóspito incluso, para la comunidad natural original (Lowe et al., 2001). En
general, muchas de las especies introducidas, llevadas de forma natural o por el
hombre a una región fuera de su ámbito de distribución original, pueden tener
efectos adversos sobre la flora o fauna nativas a través de la competencia por
recursos (luz, agua, nutrientes, espacio, entre otros), inhibiendo su crecimiento,
desplazando a las especies nativas o bien depredándolas. Como se mencionó, las
especies introducidas representan un riesgo potencial de convertirse en invasoras,
si en el nuevo ecosistema no se encuentran especies o condiciones ambientales
que regulen su crecimiento poblacional21.

Se han desarrollado distintas estrategias, con la finalidad de controlar, mitigar o


revertir los efectos de la degradación en los ecosistemas. Entre ellas se
encuentran la restauración, la rehabilitación, la recuperación el saneamiento, el
reemplazo y el recubrimiento vegetal (Martínez, 1996; Meffe y Carroll, 1994).
Dichas estrategias varían en cuanto al grado de recuperación de los ecosistemas
degradados, por ejemplo, ya sea que busquen recuperar una estructura de la
vegetación semejante a la original, sustituirla por una vegetación completamente
distinta, o bien sólo aplicar de medidas que frenen la degradación, pero sin

21
JORDAN, W.R., M.E. GILPIN Restoration ecology: ecological restorationas technique for basic
research. In Restoration Ecology, eds. W.R. Jordan, M.E. Gilpin & J.D. Aber, pp. 3-21. Cambridge
University Press., 2006. p.25
relacionarse en forma alguna con la recuperación del ecosistema o de sus
atributos de diversidad y estructura (Meffé y Carroll, 1994).

La restauración busca “recuperar” la estructura, funcionalidad y autosuficiencia


semejantes a las presentadas originalmente en un ecosistema que ha sido
degradado (Bradshaw, 1987b; Ewel, 1987; Jordan III et al., 1987, Meffé y Carroll,
1994). Esto implica que el terreno sea regresado precisamente al estado previo a
su degradación, lo cual requiere reconstruir el suelo y colocar a las especies
originarias del sitio (Brown et al., 1986).

En el caso de la rehabilitación, se trata de una estrategia encaminada a la


recuperación parcial del ecosistema, que busca el restablecimiento de algunos de
los elementos funcionales o estructurales del sitio, así como la inclusión de
algunos mejoramientos visuales, como la replantación para prevenir la erosión con
especies propias o no, pero sin llegar a recuperar los atributos originales del sitio
(Bradshaw y Chadwick, 1980; Martínez, 1996; Meffe y Carroll, 1994).

El saneamiento o reclamación se aplica en sitios severamente degradados por


actividades agresivas (como las minas a cielo abierto), a los cuales se pretende
dar un uso diferente al original que causó el daño, aunque en algunos casos
puede tomarse como un primer paso en un proyecto de restauración (Bradshaw y
Chadwick, 1980; Martínez, 1996; Meffe y Carroll, 1994), o bien dentro de una
rehabilitación.

Se denomina reemplazamiento vegetal al proceso por el que se induce la


formación de un ecosistema diferente al original, aunque pueda encontrarse fuera
de su ámbito histórico de distribución y en condiciones distintas a las presentadas
en forma natural (Martínez 1996, Meffé y Carroll 1994); sin embargo, en este caso
no se considera el efecto que este proceso pueda tener sobre los remanentes de
vegetación nativa o sobre los ecosistemas locales supervivientes.22

Finalmente, el recubrimiento vegetal o revegetación puede implicar sólo el


reforzamiento de algunos procesos como la sucesión vegetal, la productividad, la
ecología del suelo, la incorporación de nutrientes, entre otros, donde se busca
permitir que el sistema regrese por si sólo a su estado original utilizando especies
nativas para el recubrimiento (Martínez, 1996; Meffe y Carroll, 1994). Como puede
observarse, la restauración ecológica es la más ambiciosa de las estrategias
mencionadas, ya que su objetivo es de volver al ecosistema original y contribuir a
un manejo sustentable de los recursos.

22 JORBA, M. & R. VALLEJO.La restauración ecológica de canteras: un caso con aplicación de


enmiendas orgánicas y riegos. Ecosistemas 17 (3): 119-132. En línea:
http://www.revistaecosistemas.net/articulo.asp?Id=577
Las estrategias que se apliquen en cada caso para controlar problemas de
degradación dependerán de características y/o procesos que se busque recuperar
dentro de un ecosistema. Es importante señalar que cada caso debe analizarse en
lo particular, dado que no hay dos ecosistemas que sean iguales.

Tanto al inicio como durante el desarrollo de los proyectos de restauración


ecológica, es importante considerar que al ser el ecosistema la unidad a recuperar
tanto en estructura como en funcionalidad, los trabajos de restauración deben
apoyarse principalmente en la teoría ecológica. Por ello, algunos autores
mencionan que la restauración ecológica es una “prueba del ácido” para la teoría
ecológica, ya que no sólo se apoya en los conceptos y teorías desarrolladas en
ecología, sino que los pone a prueba (Bradshaw, 1987).

La restauración ecológica puede involucrar tanto la recuperación de las


características naturales originales del ecosistema como la mitigación de
disturbios de origen humano que pueden actuar a varios niveles de organización.
Por tanto, la disciplina de la restauración implica la utilización de conceptos
derivados a partir de diversas ciencias que estudian al ecosistema en el aspecto
físico (geografía, geología, edafología, ecología del paisaje, hidrología, por
mencionar las más comunes), como biótico (biología, ecología, ciencias forestales,
genética, agronomía, veterinaria, entre otras), así como disciplinas derivadas de
las mismas, como la ecología del paisaje, la ecología de suelos, y biología de la
conservación, entre otras.

Considerando los distintos tipos de afectaciones que influyen sobre los


ecosistemas, es posible entender por qué muchos de los problemas ocasionados
por las actividades humanas, y que debe enfrentar la restauración ecológica, no
pueden resolverse sólo a la luz de la teoría ecológica, sino que, en muchos casos,
deben considerar conocimientos desarrollados por otras disciplinas que buscan
específicamente controlar, mitigar y/o revertir los efectos de la degradación en los
ambientes naturales, y que cuentan con los conocimientos adecuados para
propagar, reincorporar y manejar las especies de regreso en su ambiente. Por tal
motivo, es indispensable comprender los conocimientos provenientes de la
ecología para restaurar un ecosistema, pero no debemos restringirnos sólo a la
teoría ecológica en la resolución de problemas de restauración.23

Otra consideración importante es que la mayor parte de la teoría ecológica se ha


enfocado a la explicación de fenómenos y comportamientos de los ecosistemas,
en condiciones naturales y distintos niveles de organización (individuo, especie,
población, comunidad y ecosistema), respecto de las afectaciones producidas por
procesos naturales como caída de árboles, huracanes, incendios naturales, entre
otros. Por tal motivo, en general, los estudios relacionados con los efectos

23
HARRIS J.A., R.J. HOBBS. Ecological restoration and global climate change. Restoration
ecology. 2006. p.170 -176.
producidos como consecuencia de afectaciones ocasionadas por actividades
humanas como la contaminación sólida o líquida, el cambio de uso del suelo, la
propagación de especies invasoras, el efecto de especies introducidas, la
eliminación selectiva de una especie, incendios provocados, entre otros, se
encuentran con menor desarrollo dentro del campo de la ecología. Sin embargo, y
afortunadamente, estos temas han sido abordados por otras disciplinas como la
biología de la conservación, la ecotoxicología, la agronomía, las ciencias
forestales, la ingeniería ambiental y la ingeniería química, entre otras.

Por ello, considerar la resolución de problemas de restauración ecológica


solamente a la luz de la teoría ecológica puede limitar considerablemente nuestra
capacidad para resolver la gran variedad de problemas generados por las
actividades humanas. Durante la resolución de problemas de restauración
conviene considerar primeramente el tipo, las características, intensidad y
magnitud de los impactos que afectan a los ecosistemas, ya que la combinación
de afectaciones producto de un desarrollo tecnológico y de procesos naturales,
puede sobrepasar la capacidad del sistema para responder a ellas como lo haría
ante perturbaciones naturales. Por ejemplo, el uso de maquinaria, la presencia de
compuestos artificiales, en combinación con la dispersión de plantas y animales
que resultan exóticos para distintos sitios, afectan a diferentes niveles a los
ecosistemas24.

Las disciplinas en cuestión tan diversas como la agronomía, la veterinaria, la


ingeniería civil, ambiental, forestal o hidráulica, la geología, la geografía, y
ecología del paisaje, entre otras, aportan conocimientos específicos a la resolución
de problemas de restauración. Sin embargo, cabe resaltar que durante un
proyecto de restauración, todas las disciplinas deben guiarse por principios
ecológicos fundamentales para determinar cuáles son aquellas estrategias más
compatibles con la recuperación de las características y funcionalidad del
ecosistema, como la composición de especies, la estructura, funcionalidad y
autosuficiencia originales a distintos niveles de organización, desde individuos
hasta ecosistemas (Parker y Pickett, 1997). Digamos que las medidas
seleccionadas para recuperar un ecosistema no deben contraponerse, más
adelante, con la recuperación de las características particulares del mismo; por
ejemplo, pueden presentarse efectos negativos luego de modificaciones a las
características geomorfológicos, de cambios en las propiedades edáficas
características del sistema, o del uso de especies exóticas al sitio, que pueden
provocar interacciones antagónicas con las especies nativas.

Al desarrollar un proyecto de restauración es importante que se tome en cuenta


que cualquier área degradada no se encuentra aislada dentro de un paisaje, sino

24
MONTES, Eguiluz. El Cerro, frontera abierta. Recorrido ecológico por el Cerro de Usaquén.
Primera edición. Embajada de España, Fondo FEN Colombia. Editorial Santillana, S.A. Santafé de
Bogotá – Colombia.
que es influida por zonas contiguas que, a su vez, pueden verse afectadas tanto
por procesos naturales como por los impactos antropogénicos directos o
indirectos, cuyo efecto sobre el área en cuestión y sobre las zonas contiguas
puede extenderse a paisajes enteros (Parker y Pickett, 1997; Bradshaw y
Chadwick, 1980). Los efectos se producen sobre las comunidades vegetales que
se establecen en dichas zonas son resultado de escurrimientos, pendientes,
insolación (efecto de ladera), clima, retención y arrastre de nutrientes, y de
sedimentos, e influyen tanto en las áreas conservadas como en las degradadas.
Por esto, al desarrollar un proyecto de restauración conviene considerar estos
aspectos y para casos como el descrito arriba, apoyarse en conocimientos
teóricos de disciplinas como la ecología del paisaje, que trata las relaciones de los
ecosistemas con el resto de los elementos dentro del entorno en que se ubican, lo
que puede incluir a otros ecosistemas.

Durante los trabajos de restauración podemos mencionar, en general, cinco pasos


que pueden seguir: 1) terminar con la causa de la afectación, 2) mitigar los efectos
producidos por la misma, 3) llevar al sistema a condiciones semejantes a las que
se presentaban en algún estadio sucesional previo, 4) reincorporar elementos
bióticos o abióticos originales al sistema y, 5) monitorear y modificar de forma
iterativa los trabajos de restauración, dirigiendo el proceso sucesional de manera
congruente con el objetivo de ésta.25

Un primer concepto con el que conviene familiarizarse al restaurar es el de la


mitigación, que se refiere a la aplicación de una serie de acciones que ayuden a
atenuar o aminorar el deterioro ambiental ocasionado por las actividades
humanas. Dentro de las medidas de mitigación pueden aplicarse cualquier tipo de
estrategias como las mencionadas anteriormente. Por ejemplo, en un sitio
contaminado, una estrategia de mitigación se aplicaría particularmente a los
suelos o aguas del lugar, y puede consistir en un conjunto de acciones necesarias
para llevar a cabo la limpieza de una descarga o sospecha de descarga de
contaminantes, que incluya, aunque no se limite, a la realización de una
evaluación preliminar, investigación del sitio, determinación del alcance del
problema, estudio de factibilidad y acciones correctivas26.

Mitigar significa eliminar el efecto de los procesos que influyen sobre los
componentes del medio biofísico y pueden llevarlo a su degradación que, aun
cuando se termine con la causa de la afectación, continúan actuando sobre el sitio
afectado como el viento, la lluvia, el tránsito de organismos vivos, etc. Llevar al
sistema a condiciones semejantes a las presentadas en algún estadio sucesional
ecológico previo, monitorear y dirigir el proceso de sucesión durante el mismo y

25
PERILLA CASTRO, Restauración ecológica de áreas degradadas por minería a cielo abierto.
Pontificia Universidad Javeriana. Bogotá, D.C. p.121
26
NOBLE, Slatyer. The use of vital attributes to predict successional changes in plant communities
subject to recurrent disturbances. Vegetatio 43: 5-21
hasta el final del proyecto involucrará, por una parte, un conocimiento de la teoría
ecológica en general, y por otra, conocer las características particulares del
ecosistema en cuestión, ya sea a través de descripciones previas con que se
cuente, o bien, con remanentes del ecosistema que funcionen como control. El
conocimiento de características funcionales de un ecosistema dado, como las
mencionadas al inicio de este artículo, resulta útil para conocer la dinámica natural
del mismo y tratar de determinar si las respuestas del sistema a la manipulación
responden como lo harían en condiciones naturales, por ejemplo, a través de la
sucesión ecológica, o si se ha producido una afectación de tal magnitud que haya
modificado las características del sistema y pueda contraponerse a los esfuerzos
de restauración. 27

Los principios de la sucesión ecológica pueden ser de aplicación en la relación


entre el ser humano y la naturaleza. El marco de la teoría sucesional debe
revisarse como base que permita resolver la actual crisis ambiental. La mayoría
de las ideas referentes al desarrollo de sistemas ecológicos se basan, bien en
datos descriptivos de los cambios producidos en comunidades bióticas obtenidos
mediante la observación durante largos periodos de tiempo, o bien en
suposiciones muy teóricas; muy pocas de las hipótesis generalmente aceptadas
se han comprobado experimentalmente. Gran parte de la confusión, vaguedad y
ausencia de trabajos experimentales en este área tienen su causa en la tendencia
por parte de los ecólogos a considerar la sucesión como una idea simple y
unidimensional, cuando en realidad se trata de un conjunto de procesos que
interactúan y en el cual algunos llegan a contrarrestar las acciones de otros.

Según el planteamiento aquí presentado, la sucesión ecológica conlleva el


desarrollo de los ecosistemas; se trata de un concepto que tiene muchos
paralelismos con la biología del crecimiento de los organismos y también con el
desarrollo de las sociedades humanas. Se considera un ecosistema, o sistema
ecológico, a una unidad de organización biológica constituida por todos los
organismos existentes en un área dada (es decir, una comunidad) que interactúan
con el entorno físico de modo que el flujo de energía producido conduce a
determinadas cadenas tróficas y ciclos de materiales característicos del sistema.

Para terminar, los ecosistemas cambian a lo largo del tiempo. Además son
capaces de mantener y aumentar su organización, reajustándose, adaptándose a
cualquier tipo de variación, usando continuamente materia y energía. Los
ecosistemas tienden a alcanzar su máxima estabilidad y madurez, es decir su
CLIMAX, el proceso de consecución del clímax se denomina SUCESIÓN
ECOLÓGICA, que mediante la intervención para modificar sus atributos aún hay

27
ZAMORA, R., J. A. HÓDAR Plant-herbivore interactions: beyond a binary vision. Zamora, R., J.
A. Hódar y J. M. Gómez. 1999. Plant-herbivore interactions: beyond a binary vision. Páginas: 677-
718 en: F. I. Pugnaire y F. Valladares (editores). Handbook of functional plant ecology. Marcel
Dekker, New York. p. 677-71
esperanza de recuperar la degradación de las áreas naturales en sus condiciones
naturales.

Si bien, la preocupación por las cuestiones ambientales o ecológicas comienzan a


cobrar fuerza, desde la década de 1970-1980, haciendo parte no sólo de la
academia, sino también en el terreno administrativo, medios de comunicación,
provocando una mayor sensibilidad en la población, hasta ahora no se ha
conseguido encaminar la situación global, continúa en incremento, la extracción de
recursos y la emisión de residuos per cápita, lo que anticipa un panorama de
deterioro ecológico, mucho mayor que el que se vislumbraba hace treinta años.

La Economía Ecológica está evolucionando a través de la interacción de diversos


patrones de pensamiento, con numerosas raíces disciplinarias. Sus profesionales
fundadores han combinado ideas de distintos campos del pensamiento, aunque es
una ciencia incipiente. Cada día sus postulados cobran mayor vigencia. En la
actualidad sus mayores representantes son los economistas: José Manuel Naredo
Pérez con su propuesta reconciliable del enfoque ecointegrador y Herman Daly,
discípulo de Georgescu-Roegen, con sus criterios operativos para el desarrollo
sostenible.28

La teoría de las sucesiones ecológicas29 fue descrita a principios de este siglo por
Clements, quien la definió “como un proceso sinecologico de eventos graduales y
recurrentes que tienden a llegar al equilibrio en las comunidades”. Bien es sabido
que las sucesiones ecológicas comienzan con la llegada de organismos pioneros
tales como: líquenes, hongos, bacterias, hierbas y pequeños arbustos, que
modifican tanto las condiciones bióticas como abióticas y de esta manera facilitan
el establecimiento posterior de nuevas especies y así sucesivamente hasta
alcanzar el clímax de la comunidad.

Los ecosistemas o comunidades donde han ocurrido disturbios con altos niveles
de perturbaciones, llevan a cabo por sí mismo eventos de recuperación que son
parte de sus procesos de sucesión. Es decir la naturaleza misma de una manera u
otra logra recuperar los espacios afectados o degradados por eventos
climatológicos que se dan en ciertos periodos o ciclos. Pero lo que afecta o causa
un impacto de alto nivel, con graves daños y repercusiones en el ambiente, son la
explotación y el manejo inadecuado de los recursos naturales por parte de los
seres humanos. Esto ha ocurrido por el desconocimiento prácticamente total de
los procesos ecológicos que se dan en los ecosistemas, y claro está también por
la falta de conciencia y el avance del desarrollo y la tecnología por encima del
medio ambiente. Hoy en día existen lagos, ríos, selvas y bosques, que se

28
MARTINEZ ALIER, Joan. De la Economía Ecológica al Ecologismo de los pobres. Barcelona:
Icaria Antrazyt. 2008. ISBN 84-7426-227-5
29
MALPICA HIDALGO. Florencio José. Importancia De Manejar La Teoría De Sucesión Ecológica. Artículo.
Bogotá, 2014.p.1
encuentran totalmente degradados y contaminados como consecuencia del
manejo inadecuado o insuficiente de las teorías que explican cómo funcionan
estos ecosistemas.

Ahora bien, la importancia de manejar la teoría de sucesión ecológica, se basa en


tomar medidas efectivas que eviten la desaparición de los ecosistemas, que
promuevan su recuperación y conservación y la manera adecuada para usarlo
sostenidamente. En este sentido la restauración ecológica, o restauración
ambiental, vendría a ser una rama de la ecología que permitiría recuperar parcial
o totalmente los ecosistemas donde el impacto de las manos de los seres
humanos hayan repercutido en un deterioro sostenido de la comunidad, o en
aquellos lugares donde el impacto de la naturaleza afecte zonas urbanas o sub
urbanas desarrolladas en las riberas de los ríos o lagos, o en las bases de los
volcanes. La sucesión ecológica vendría a ser el marco conceptual en el cual se
basaría la restauración ecológica, el conocimiento de los procesos de sucesión en
los diversos ecosistemas o comunidades permitiría realizar, entonces, una
restauración ecológica con éxito.30

30
MONTES, Naeil. El papel de la fauna en la restauración ecológica de áreas degradadas. Págs:
139 – 150.
BIBLIOGRAFIA

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