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Introducción:
La inversión es el sector más variable de la demanda agregada.
La demanda de capital depende de los tipos de interés, de la producción y de los impuestos.
La inversión refleja el ajuste del stock de capital existente a la demanda actual de capital
El gasto de inversión es el nexo principal entre la política monetaria y la demanda agregada.
El concepto de inversión suele ser sinónimo de activo. Más concretamente, hace referencia al
activo fijo (el "inmovilizado"), ya que las inversiones a largo plazo son las que se mantienen
con la intención de obtener una rentabilidad
Los activos se caracterizan por su rentabilidad, su seguridad y su liquidez. La combinación de
estas tres características produce gran variedad de inversiones. Normalmente las inversiones
de mayor rentabilidad son también las menos líquidas y las de mayor riesgo. En cambio, la
liquidez y la seguridad son conceptos estrechamente relacionados.
Rentabilidad: Posibilidad de obtener un exceso sobre el importe invertido, lo mayor posible.
Se suele medir en términos anuales y relativos, entre otras cosas, porque eso permite
compararla con el coste de la financiación (interés).
Seguridad: Es un concepto contrario a riesgo. Éste se define como la probabilidad de perder
parte de lo invertido (riesgo económico) o de no poder atender a las obligaciones de pago a su
vencimiento (riesgo financiero). El riesgo económico es el concepto propiamente asociado a
los activos, mientras que el financiero es propio de los pasivos (es una medida del riesgo
económico de nuestros acreedores). No existe una medida universal de riesgo. Suele usarse el
cálculo de probabilidades, ya sea aplicado al beneficio o pérdida producidos por cada activo, o
bien al propio valor de éstos.
Liquidez: Facilidad para transformar en dinero un activo, con la mayor inmediatez posible,
con la menor pérdida posible y con la mayor seguridad posible. No existe una medida de
liquidez, sino que se determina en función de la naturaleza jurídica de los activos. Así pues, el
dinero es el único activo totalmente líquido, aunque hay infinidad de instrumentos financieros
(aparte de los considerados "dinero") que son sumamente líquidos.
Conceptos alternativos de inversión:
Según la reposición del capital
Inversión Bruta. Es la inversión que incluye tanto la inversión nueva como la inversión de
reposición (destinada a mantener utilizable el stock existente contra los efectos del uso y la
rotura, obsolescencia, y la posible destrucción o pérdida de su capacidad productiva). Siempre
es positiva.
Inversión Neta. Es la efectiva adición al stock de capital existente. La Inversión Neta
Fija corresponde a cualquier nivel de inversión que exceda al de reposición. Puede, por lo
tanto, ser negativa.
Inversión de reposición. Es el gasto realizado en la reposición necesaria, para compensar el
desgaste por el uso de los bienes de capital.
Según la composición del capital
Capital fijo. Se corresponde con la inversión en planta y equipo, toda la fabricación o
adquisición de bienes (nuevos) para la fabricación de bienes: fábricas, carreteras,
herramientas, infraestructura en general, maquinarias, etcétera.
Capital social. Se corresponde a la construcción residencial, o de viviendas para habitar.
Capital circulante. Se refiere exclusivamente a la variación de existencias, o diferencia entre
existencia al final y al inicio de cada período. Ésta se incluye como inversión, por tratarse de
bienes producidos y no consumidos o invertidos en el período. Esto es, el stock de productos
terminados o en proceso (ya sean de consumo o de inversión) que no han sido vendidos al
final del período. En la corriente de Gasto final, se computan las compras de bienes para
consumo y/o inversión, de modo que incluyendo la variación de existencias se llega al
concepto de producción de bienes finales, es decir, el PBI. De lo contrario, sólo se
computarían los vendidos, no así los producidos que han quedado sin vender.
Según la generación geográfica de la inversión
Inversión Interna. Es la inversión realizada dentro de las fronteras del país.
Inversión Nacional. Es la que llevan a cabo los residentes de un país.
Según la planeación de la inversión
Inversión Planeada.es la que se ajusta a las previsiones de inversión de los empresarios para
un período determinado. Puede ser igual, mayor o menor al ahorro planeado.
Inversión Realizada. Tiene en cuenta aquellos bienes de consumo o de inversión que no han
sido vendidos al final del período y quedan en existencia (inversión en existencias no
deseada). Es siempre igual al ahorro realizado.
Según el origen o motivación de la inversión
Inversión Autónoma. Aquel nivel de inversión que es independiente del nivel de producción
e ingreso.
Inversión Inducida. Aquella que depende del nivel de las variaciones en el nivel de Ingreso
(producción) o de la tasa de interés (i).
Entre las posibles tipologías de inversiones, destaca la clasificación por naturaleza. Las
inversiones pueden hacerse en activos materiales, inmateriales o financieros. Los activos
materiales, a excepción de los terrenos (el espacio físico), se deprecian, van perdiendo valor de
forma sistemática, por motivos de uso o por el mero transcurso del tiempo. En cambio, las
inmovilizaciones financieras no pierden valor de forma sistemática (aunque puedan surgir
correcciones valorativas coyunturales), sino que se recuperan en un determinado plazo
(mediante la reventa o el reembolso). Por su parte, los activos inmateriales, que hoy se llaman
"intangibles" se deprecian en función de unas normas específicas y diversas, dependiendo a su
vez de su naturaleza. Si pudiésemos contabilizar intangibles de acuerdo con definiciones
teóricas, entonces no deberían amortizarse, puesto que no se contabilizarían por el coste de
adquisición, sino como un valor presente de rendimientos futuros (Galindo, 2007a).
Las inversiones también se han clasificado en función de la relación que existe entre ellas
(Suárez, 1998). Dos inversiones pueden ser independientes entre ellas, pero también pueden
ser complementarias (si invertir en una incrementa la rentabilidad de la otra) o incompatibles
(ya sea en sentido estricto o que se restan parte de rentabilidad unas a otras).
Uno de los temas típicos y antiguos de las Finanzas empresariales es el de las restricciones
presupuestarias, que obliga a elaborar un presupuesto de capital (Capital Budgeting). Los
proyectos se financian normalmente con tesorería obtenida (auto-financiación, proveniente de
otras inversiones y deuda) y también con cuentas a pagar (como los proveedores de
inmovilizado). La mayoría de las empresas tienen restricciones presupuestarias y, por lo tanto,
deben elegir la inversión o las inversiones que aporten mayor rentabilidad al conjunto de los
negocios.
La elección entre inversiones alternativas llevó a Fisher, en 1930, a investigar sobre las
posibles tasas de descuento que hacían indiferente la elección entre dos o más inversiones (que
hoy se llama "tasa de Fisher"). Solomon (1956) hizo estudios acerca de las posibles tasas de
reinversión que hacían preferibles a unos u otros proyectos de inversión. Lorie y Savage
aplicaron la programación lineal para determinar la combinación de inversiones alternativas
que maximizaba el beneficio, dada una restricción presupuestaria. Todos estos trabajos son
hoy considerados curiosidades matemáticas cuya aplicación hace referencia a unos datos que
no suelen ser conocidos en la práctica.
Modernamente, las posibles complementariedades entre inversiones complican aún más, en el
plano teórico, los modelos financieros de decisión y son objeto todavía de investigación
(Milgrom y Roberts, 1995). Dichas complementariedades no pueden ser resueltas en modelos
de programación lineal.
Existen las inversiones en circulante (en "fondo de maniobra"), pero eso no significa que
existan, en sentido estricto, las inversiones a corto plazo, pues la palabra inversión implica
inmovilización del capital. Las llamadas "inversiones financieras temporales" son operaciones
financieras que pueden aportar una determinada rentabilidad a los excesos de tesorería, pero
no son inversiones en sentido genuino. En la contabilidad existe un problema para clasificar
las inversiones financieras, puesto que, en principio, la empresa no tiene por qué saber si va a
mantenerlas durante un largo plazo (inmovilización propiamente dicha) o a corto (operación
financiera especulativa). Esto se debe a que los mercados bursátiles proporcionan gran
liquidez a los títulos (Suárez, 1998), aunque éstos hayan sido emitidos a largo plazo. El Plan
de contabilidad de 1990 establecía el criterio parcial de que la “cartera de control” (es decir,
las participaciones significativas en otras empresas) debían considerarse inversiones
duraderas.
Existen también los tipos de inversión, que pueden ser clasificados según el tiempo requerido:
Inversión a largo plazo: como en cualquier otra, es necesario un cierto monto de dinero,
conocido bajo el nombre de capital inicial.
Estas son las inversiones que más tiempo requieren, pero normalmente permiten obtener los
mejores beneficios. Estas suelen estar en relación con el comienzo de negocios muy
importantes o nuevas empresas.
Cuando comienzan a desarrollarse las empresas, no se pretende obtener ganancias inmediatas,
el objetivo se relaciona con la generación de una base que en un futuro brinde los beneficios
deseados.
Inversiones de plazo medio: si bien en estas inversiones los beneficios no son adquiridos de
manera inmediata como en las inversiones de corto plazo, tampoco es necesario esperar años
para poder ver los frutos de la inversión.
Algunos ejemplos de este tipo son la compra y venta de divisas, que genere una cierta
diferencia para el que realiza la transacción, lo mismo con la compra de un inmueble o incluso
con un mueble, como un auto para convertirlo en un vehículo destinado al trasporte de
pasajeros.
Inversiones a corto plazo: en este caso el capital invertido es retribuido, junto con las
ganancias de manera muy rápida. Se considera que el tiempo estimado para recuperar el
dinero debe ser menor a veinticuatro meses, pero no se pretende que sea antes de los seis. En
este caso las ganancias obtenidas son resultan tan altas como las de los otras clases de
inversiones.
Entre los tipos de inversión también se encuentra la inversión según la finalidad:
• Inversión bruta: es la inversión total del periodo
• Inversión de reposición: cubre el capital depreciado u obsoleto
• Inversión neta: inversión bruta – inversión de reposición
Sin obviar el tipo de inversión según el tipo de bien:
• Inversión fija: maquinaria, equipo, estructuras
• Inversión residencial
• Inversión en existencias
EL GASTO DE INVERSION
El gasto de inversión constituye un tema fundamental. En primer lugar, el gasto de inversión
es muy variable y por lo tanto, responsable de una gran parte de las oscilaciones que
experimenta el PBI a lo largo del ciclo económico. En segundo lugar, es el nexo principal a
través del cual los tipos de interés y por lo tanto, la política monetaria, influyen en la
economía. Las medidas tributarias que afectan a la inversión son controladas por el gobierno,
son importantes instrumentos de la política fiscal.
“El nivel medio de inversión” determina la tasa a largo plazo a la que la economía aumenta su
stock de capital físico y contribuye a determinar el crecimiento a largo plazo.
IB Fija = inversión en maquinarias
Inversión = la inversión fija de las empresas, la inversión en viviendas y la inversión en
existencias.
La inversión suele referirse a la compra de activos financieros o físicos.
La inversión es el flujo de gasto que aumenta el stock físico de capital.
El capital es un stock, el valor monetario que tienen todos los edificios, máquinas y existencias
en un determinado momento del tiempo. La inversión es la cantidad que gastan las empresas
para aumentar el stock de capital a lo largo de un determinado periodo de tiempo. El stock de
capital es el resultado de inversiones realizadas en el pasado y siempre está disminuyendo
como consecuencia de la depreciación, por lo que es necesario realizar algunos gastos de
inversión simplemente para impedir que disminuya el stock de capital.
La inversión relaciona el presente con el futuro. Relaciona los mercados de dinero con los de
bienes. Y las fluctuaciones de la inversión determinan en gran parte el ciclo económico. He
aquí algunos de los principios aspectos del sector de inversión.
El gasto de inversión es muy variable y, por lo tanto, responsable de una gran parte de las
fluctuaciones que experimenta el PIB a lo largo del ciclo económico.
El gasto de inversión es el nexo principal a través del cual los tipos de interés y, por lo tanto, la
política monetaria, influyen en la economía. Las medidas tributarias que afectan a la inversión
y que son controladas por el pagamento y por el gobierno, son importantes instrumentos dé la
política fiscal.
Por lo que se refiere al lado de la oferta, la inversión determina durante largos periodos el
nivel del stock de capital y, por lo tanto, contribuye a determinar el crecimiento a largo plazo.
La depreciación es algo más que el mero desgaste físico resultante del uso y del
envejecimiento. El capital puede quedarse económicamente obsoleto, porque ejemplo, porque
varían los precios de los factores, como cuanto se quedaron obsoletos los automóviles que
consumían mucha gasolina al subir los precios petróleo. La depredación económica puede
mucho más rápida que la depreciación física. La obsolescencia tecnológica también puede
provocar una rápida depreciación económica. Es el caso sobre todo de las computadoras,
cuya calidad ha experimentado espectaculares mejoras.
La tasa de depreciación- depende del tipo de capital. Por ejemplo, la vida útil de las estructuras
dura décadas, mientras que la del equipo de oficina sólo dura unos años. Este hecho tiene una
importante implicación: si tiende a invertirse en bienes de capital que duran poco (por
ejemplo, las computadoras), éstos constituyen una parte mayor del stock de capital, por lo que
aumenta la tasa global de depreciación.
En segundo lugar, los individuos invierten no sólo en capital físico sino también en capital
humano, en el aumento de su capacidad productiva de las personas, por medio de la
escolarización y la del coste de poseer capital. Una política monetaria suave reduce los tipos
de interés, reduce el coste de poseer capital y aumenta la demanda de capital. En segundo
lugar, la polínica fiscal en forma de una reducción de los impuestos sobre el capital puede
aumentar, directamente la inversión.
Al momento de realizar un análisis formal, resultará útil volver a dos conceptos que ya nos son
familiares. En este análisis, el “precio del capital” es una generalización del precio de una
vivienda y el “coste de alquiler de capital” generaliza el ejemplo de la cuota hipotecaria
mensual.
Las empresas desean aumentar el capital hasta que el rendimiento marginal de la última
unidad añadida disminuya hasta ser igual al coste de alquiler del capital, El producto marginal
decreciente del capital significa que el producto marginal del capital disminuye a medida que
aumenta éste.
.
El producto marginal de capital en relación stock de capital
Dada la curva de producto marginal del capital, un aumento del coste de alquiler del capital
corresponde a un stock de capital deseado más pequeño.
Ca1
Ca0
K01 K00
Formación. Robert Fisher al respecto dice y estima que el stock d capital humano de estados
Unidos es casi tan grande como el capital físico. Existen muchas pruebas de que esta
inversión, al igual que la del capital físico, genera un rendimiento real positivo; de hecho, el
rendimiento del capital humano normalmente es superior al del capital físico.
Al concebir la inversión como el gasto que aumenta la productividad futura, debemos ir más
alfa de la inversión bruta del sector privado.
El stock de viviendas existentes ocupadas por sus propietarios es muy grande en comparación
con el número de nuevas viviendas que se construyen en el año. El número de viviendas varia
extraordinariamente con la situación económica, pero nunca representa más que un pequeño
porcentaje del stock existente, aunque solo sea porque el número de carpinteros, ebanistas,
fontaneros, electricistas, etc. Es limitado. La demanda de viviendas privadas depende
principalmente de tres factores: de la renta de los tipos de intereses hipotecarios y de los
impuestos. Cuando aumenta la renta, aumenta el número de familias que compran su primera
vivienda o que la venden para comprar otra mayor. Como una vivienda es una inversión a
largo plazo, las familias piensan en el futuro y aumentan su demanda de vivienda cuando
esperan que su renta siga siendo alta. La demanda de vivienda extraordinariamente sensible a
los tipos de interés hipotecarios. Como las cuotas que hay que pagar consisten casi por
completo en interés, una pequeña subida de los tipos de interés puede provocar un gran
descenso de la demanda de vivienda. Por último, las viviendas ocupadas por sus propietarios
se benefician de un trato impositivo preferencial (en EE.UU.). La legislación tributaria no
varía con mucha frecuencia, pero cuando varia, la demanda de vivienda puede variar
extraordinariamente.
Supongamos que bajar los tipos hipotecarios. El coste mensual de la propiedad de una
vivienda disminuye y la demanda de vivienda aumenta. No se puede conseguir que aparezcan
nuevas viviendas de la noche a la mañana, por lo que la reacción inicial es la subida del precio
de las que hay. La subida del precio da a los constructores un incentivo para iniciar nuevos
proyectos, que comprenden el flujo de inversión en nuevas viviendas. Con el paso del tiempo,
se construyen suficientes viviendas para satisfacer el nuevo nivel, más alto, de demanda,
porque los precios y la inversión en nuevas viviendas retornan a su nivel inicial ( dado que el
stock de vivienda ahora sería mayor, ahora habrá más viviendas para deteriorarse; el sector de
reparación y reformas de viviendas será permanente mayor; en otras palabras, la depreciación
de la vivienda aumenta, por lo que la inversión bruta en vivienda habrá aumentado
permanentemente, aun cuando la inversión neta en vivienda retorne a su nivel inicial).
De este análisis informal se desprenden dos resultados que se aplican a la inversión más en
general. En primer lugar, la inversión es un importante conducto a través del cual la política
monetaria influye en los mercados de bienes: los tipos de interés son un determinante
primordial.
La figura anterior muestra una curva de producto marginal del capital. Un elevado coste de
alquiler sólo está justificado si el producto marginal es alto. Por lo tanto, un aumento del coste
de alquiler de CaO a Ca1 reduce el stock de capital deseado de K*0 a K*l.
La relación general entre el stock de capital deseado, K*, el coste de alquiler del capital, Ca, y
el nivel de producción viene dada por:
K* = f (Ca, Y)
Donde un aumento del coste de alquiler reduce K* y un aumento del PIB lo eleva.
Ca
YY1
YY0
K*0 K *1
Stock de capital
La producción esperada
El stock de capital deseado depende del nivel de producción. Pero ese debe ser el nivel de
producción de algún periodo futuro, durante el cual se utilizará el capital para producir. En el
caso de algunas inversiones, el periodo futuro es cuestión de meses o unas semanas solamente.
En el caso de otras, como las centrales eléctricas, es de años.
Eso indica que el concepto de renta permanente (en este caso, producción permanente) es
relevante para la inversión y para el consumo. La demanda de capital, que depende del nivel
de producción normal o permanente, depende, pues, de las expectativas sobre futuros niveles
de producción y no del nivel de producción existente en cada momento. Sin embargo, es
probable que el nivel de producción existente en cada momento Influya en las expectativas
sobre el nivel de producción permanente.
Imaginemos que el capital es maíz para sembrar supongamos que 100 quintales de maíz se
convierten en 105 en 1 año si se esparcen y no se atienden (es decir, se pretende que crezca sin
trabajo alguno). El rendimiento real del maíz seria de 5 por ciento al año. Si no hubiera
inflación, un agricultor podría sembrar maíz si pudiera pedir un préstamo a un tipo de interés
inferior a un 5 por ciento al año.
Supongamos ahora que el precio del maíz sube de 1$ el quintal en el momento de la siembra a
1.10$ por quintal en el momento de la recolección y que todos los demás precios, suben
proporcionalmente. Una invitan inicial de 100$ generara 115$, por lo que el agricultor
sembrará si puede pedir un préstamo al tipo de interés inferior a un 15 por ciento al año. El
rendimiento real del maíz no varía, pero el rendimiento nominal incluye un elemento de 10
puntos porcentuales correspondientes a la inflación.
Dado que los tipos de interés generalmente se expresan en términos nominales, nuestro
agricultor desea restar la inflación del tipo nominal para hallar el tipo real que puede comparar
con el rendimiento real de la siembra de maíz. Desgraciadamente, la inflación del año que
viene no se conoce con certeza, por lo que lo mejor puede hacer el agricultor es restar la
inflación esperada del tipo de interés nominal para calcular el tipo de interés real esperado y
poder compararlo con el rendimiento del maíz.
El tipo de interés real es el tipo de interés nominal menos la tasa esperada de inflación. El tipo
nominal puede ser un Indicador muy engañoso del coste de los préstamos. Si la tasa de
inflación es cero y el tipo de interés nominal es del 5 por ciento, el tipo de interés real es del 5
por ciento. En cambio, si el tipo de interés nominal es del 10 por ciento y la tasa de inflación
es del 10 por ciento, el tipo de interés real es cero.
Manteniéndose todo lo demás constante, en este ejemplo el stock de capital deseado serla
mayor con el tipo de interés nominal del 10 por ciento que con el tipo del 5 por ciento.
El gasto de inversión tiende a ser mayor cuando el coste del alquiler del capital es menor. Pero
debido a la distinción entre el tipo de interés real y el nominal, eso no es lo mismo que decir
que la inversión tiende a ser mayor cuando el tipo de interés es más bajo.
La política fiscal también influye en la demanda de capital por medio de su influencia global
en la posición de la curva ls y, por lo tanto, el tipo de interés. Una política de elevados
impuestos y bajo gasto público mantiene bajo el tipo de interés real y fomenta la demanda de
capital. Una política de bajos impuestos y elevado gasto público que genera grandes déficit
eleva el tipo de interés real y reduce la demanda de capital.
¿Qué significan estos hechos para la decisión de la inversión? Sugieren que existe una estrecha
relación entre los ingresos sus decisiones de inversión. Si estas no pueden recurrir fácilmente a
fuentes de financiación externas cuando lo necesitan, la cantidad de activos con que cuentan
influye en su capacidad de invertir. Eso significa que uno de los determinantes financieros de
las decisiones de inversión no es sólo solamente el coste de capital de la empresa sino también
su balance.
El crédito puede racionarse por dos razones distintas: En primer lugar, muchas veces un
prestamista no puede saber si un determinado cliente (o el proyecto que está financiado) es
bueno o malo. Un cliente malo incumplirá y no devolverá el crédito. Ante el riesgo de que
incumpla, la respuesta evidente parece que es subir el tipo de interés.
Sin embargo la subida de los tipos de interés produce el efecto contrario: disuade a los clientes
honrados y conservadores de pedir préstamos porque se dan cuenta de que sus inversiones no
Son rentables a estos tipos de interés más altos. Pero los clientes imprudentes o poco
honrados piden prestamos porque de todos modos no esperan devolverlos si el proyecto no
prospera. Por mucho cuidado que pongan los prestamistas en tratar de evaluar a sus clientes,
no pueden eludir el problema. La respuesta consiste en limitar la cantidad prestada a todos los
clientes. La mayoría obtiene, en general, el mismo tipo de interés (con algunos ajustes), pero
se raciona la cantidad de crédito que se le permite pedir, según el tipo de seguridad que puede
ofrecer y las perspectivas de la economía.
Cuando las cosas van bien, los bancos prestan de buena gana porque creen que el cliente
medio no incumplirá. Cuando la situación económica empeora, se raciona más el crédito,
incluso aunque bajen los tipos de interés.
Lo anterior, nos muestra el importante fenómeno del racionamiento del crédito, que ocurre
cuando los individuos no pueden pedir préstamos incluso aunque estén dispuestos a pagar los
tipos de interés vigentes. Existen poderosas razones para racionar el crédito, derivadas todas
ellas del riesgo de que el prestatario no devuelva el préstamo al prestamista debido, por
ejemplo, a que quiebre. Estos argumentos inducen a pensar que el racionamiento del crédito es
más probable en el caso de las pequeñas empresas que no tienen una reputación reconocida
que en el de las grandes que cuentan con una larga trayectoria. El hecho de que la tasa de
retención disminuya conforma aumenta el tamaño de la empresa es coherente con esta
implicación. Este hecho, así como la experiencia de las empresas que quieren pedir préstamos,
son coherentes con el supuesto de que a las empresas se les raciona el acceso a las fuentes de
financiación.
En estas circunstancias, las decisiones de inversión de las empresas dependen no solo del tipo
de interés sino también en la cantidad de fondos que hayan ahorrado de ingresos anteriores y
de sus beneficios actuales. El coste de capital también puede influir en la decisión de
inversión, ya que la empresa que no reparte dividendos tiene que considerar la alternativa de
comprar activos financieros y obtener intereses en lugar de invertir en planta y equipo.
Existen de hecho, de que en la tasa de inversión influye el volumen de beneficios no
distribuidos y el total de beneficios, así como el coste de capital.
A principios de los años 90, tras los graves problemas bancarios causados por las pérdidas
experimentadas en el sector inmobiliario, la lenta tasa de inversión de Estados Unidos se
atribuyó al racionamiento del crédito, a pesar de los bajos tipos de interés a corto plazo. Los
bancos concedieron muy pocos préstamos, sobre todo a las pequeñas y medianas empresas.
El problema fue especialmente grave en las regiones deprimidas, ya que las empresas solo
pueden pedir préstamos a bancos locales, pero los bancos de las regiones deprimidas se
muestran especialmente poco dispuestos a conceder préstamos.
La inversión en viviendas
La figura que a continuación presentamos, nos muestra la inversión en viviendas en porcentaje
del PIB de estados Unidos, así como el tipo de interés hipotecario; nominal. La inversión en
viviendas es baja cuando los tipos de interés hipotecarios son altos y disminuye en todas las
recesiones.
La demanda del stock de vivienda depende del rendimiento real neto generado por la posesión
de vivienda. El rendimiento bruto (antes de tener en cuenta los costes) consiste en el alquiler,
si la vivienda está alquilada, o en el rendimiento implícito que obtiene su dueño por vivir en
ella más las ganancias de capital derivadas de los incrementos de su valor. Los costes de tener
una vivienda consisten en los intereses, normalmente, el tipo de interés hipotecario, más los
impuestos sobra los bienes inmobiliarios y la depreciación. Estos costes se deducen del
rendimiento bruto y, una vez tenidos en cuenta los impuestos, constituyen el rendimiento neto.
Un aumento del rendimiento neto de la vivienda, provocado, por ejemplo, por una reducción
del tipo de interés hipotecario, hace que la vivienda sea un activo más atractivo para tener la
riqueza.
El gasto en Inversión en vivienda en porcentaje del PIB es bajo cuando los tipos hipotecarlos
nominales son altos. La inversión en vivienda disminuye en las recesiones.
*Las cifras se Basan en un préstamo hipotecarlo de 100.000$ que debe devolverse en 30 años
en cuotas mensuales iguales, Se supone que el tipo impositivo es del 30 por ciento y el cálculo
de los intereses reales después de impuestos supone que las ganancias de capital no están
sujetas a impuestos.
De donde, se deduce: que cuando los tipos de interés nomínales son altos, disminuyen los
incentivos para comprar una vivienda debido a dos tipos de efectos relacionados con la
liquidez. En primer lugar, el propietario de la vivienda tiene que realizar todos los pagos
nominales de inmediato y recibe la ganancia del capital compensatorio dentro de mucho
tiempo. En segundo lugar, para seleccionar a los solicitantes de préstamos los bancos utilizan
reglas prácticas (por ejemplo, los pagos no deben representar más de un 28 por ciento de la
renta) que no se ajustan mucho en los periodos de elevada inflación. Ambos efectos
relacionados con la liquidez dependen del tipo de interés nominal, no del real.
La inversión en existencias
Las existencias son las materias primas, los bienes que se utilizan en el proceso de producción
y los bienes terminados que tienen las empresas en previsión de las ventas de productos. En
Estados Unidos, el cociente entre existencias de productos manufacturados y las ventas oscilan
entre el 10 y el 15 por ciento en los últimos 40 años, la tendencia ha sido descendente en los
años 90.
Tienen existencias porque es menos costoso para las empresas pedir grandes
cantidades de bienes que pequeñas cantidades, exactamente igual que al consumidor
medio le resulta útil almacenar aumentos para varios días con el fin de no tener que ir
al supermercado diariamente.
Los productores pueden tener existencias para estabilizar la producción. Dado que es
costoso alterar el nivel de producción, producen a un ritmo relativamente estable
incluso cuando fluctúa la demanda, acumulando existencias cuando ésta es baja y
recurriendo a ellas cuando es alta.
Algunas de las existencias constituyen una parte inevitable del proceso de producción.
Por ejemplo, cuando se fabrica una salchicha, dentro de la maquina hay existencias de
carne.
El cociente que desean las empresas entre las existencias y los bienes finales depende de
variables económicas. Cuanto menor es el coste de pedir nuevos bienes y mayor la velocidad
con la que éstos llegan, menor es el cociente entre las existencias y las ventas. Este también
puede depender del nivel de ventas: disminuye cuando aumentan las ventas; ya que éstas son
relativamente menos inciertas cuando aumenta su nivel.
Por último, está el tipo de interés. Dado que ¡as empresas que tienen existencias a lo largo del
tiempo, deben tener dinero Inmovilizado para comprarlas y tenerlas. Las existencias tienen un
coste en intereses, por lo que es de esperar que el cociente deseado entre las existencias y las
ventas disminuya cuando sube el tipo de interés.
Las dos circunstancias tienen, evidentemente, implicaciones muy distintas para la conducta de
la demanda agregada: La inversión imprevista en existencias es un resultado de una demanda
agregada inesperadamente baja. En cambio, la inversión planeada en existencias aumenta la
demanda agregada. Por lo tanto, una rápida acumulación de existencias podría deberse a un
rápido descenso de la demanda agregada como a un rápido aumento.
El método “just in Time” para gestionar las existencias: si fuera posible mantener unas
existencias más acordes con las ventas o sea, con la demanda agregada, disminuirían las
fluctuaciones de la intervención en existencias y se reducirá el PIB. A medida que los
métodos empresariales van mejorando con el paso del tiempo, a menudo se confía en que los
nuevos métodos de gestión permitirán a las empresas controlar mejor sus existencias y por lo
tanto, en que el crecimiento será más rentable. Las técnicas de gestión de las existencias
basada en el método “just in time”, importadas de Japón ponen énfasis en la sincronización de
los oferentes y los usuarios de materias primas que permite a las empresas tener pocas
existencias, por lo que la producción es “poco intensiva” en existencias. De hecho, en la
recesión de 1990 – 1991, el cociente entre las existencias y las ventas finales experimento en
Estados Unidos un aumento muy pequeño, muy inferior al de las recesiones anteriores.
La inversión en el mundo
Una de las razones por las que los países de elevado crecimiento son países de elevado
crecimiento se halla en que dedican una proporción considerable de su producción a la
inversión. El siguiente cuadro, nos muestra el cociente entre la formación bruta de capital fijo
y el PIB de algunos países. Las tasas de inversión dependen tanto de la demanda de capital,
como de la oferta de ahorro.
El cuadro parece indicar que las tasas de inversión son altas en los países que crecen
rápidamente, pero no necesariamente en aquellos que ya son muy ricos. Tanto en 1975 como
en 1997, Estados Unidos y Canadá eran países ricos que tenían unas tasas moderadas de
crecimiento. En 1975, Japón era un país moderadamente acomodado que tenía una elevada
tasa de crecimiento.
Durante este periodo, tanto Singapur como Corea crecieron vertiginosamente, debido en parte
a sus elevadas tasas de inversión, pero aún no habían alcanzado los niveles de renta da los
Estados Unidos. En 1975, los dos países pobres mostrados, Bangladesh y Etiopia, tenían unas
tasas de inversión demasiado bajas para mantener un rápido crecimiento. En 1997, aunque los
dos países seguían siendo relativamente pobres, sus tasas de inversión se habían recuperado
considerablemente.