3)

Plotino fue un filósofo del Siglo III d.C. Su obra desplego la filosofía griega en
un nuevo contexto histórico de disidencias culturales, sociales y espirituales.
Fue tal la riqueza de sus planteos que los historiadores acuñaron el término
“neoplatónico” para diferenciar a este filosofo respecto de la extensa tradición
de discípulos platónicos (cuyos rasgos característicos se relación con la
separación de la realidad, la participación y la inmortalidad del alma).
Plotino retoma la concepción platónica del alma; se trata de una esencia que
proviene más allá de la Tierra, que conserva ciertos vagos recuerdos acerca de
sus orígenes y que se encuentra en el cuerpo como un sepulcro. Para regresar
y para integrarse nuevamente al mundo verdadero es necesario purificarse,
renunciar a los placeres corporales y con ello lograr salir de la serie de
nacimientos y renacimiento (transmigración del alma), sobre todo a través del
ascetismo y del conocimiento. Comparte también la idea de la existencia de
una realidad ideal superior a la material.
Se diferencia con Platón en que considera la existencia de un Ser (Lo Uno)
del cual todo emana, tiene una visión panteística del mundo. También cuando
se refiere al conocimientos que posibilita la salvación no es el racional, como
Platón sostenía, sino el derivado de la experiencia de sí mismo (introspección).
Por eso también le da un valor a una posible experiencia mística, que
considera un contacto con Lo Uno en nosotros mismos.

2)

Feyerabend es autor de los ataques más violentos contra el modelo racional de

la ciencia que sostiene la existencia de un método científico, que garantiza la
aplicación estricta de los principios de la razón. Feyerabend considera
insostenibles los presupuestos que tal modelo implica y afirma que la ciencia es
una empresa esencialmente anarquista.

Feyerabend se opone a la búsqueda de un sistema de reglas que ayude a los

científicos en la elección de una determinada teoría y considera imposible
además encontrar tal sistema. Analizando le evolución de las teorías determina
que no hay un sola regla que no sea infringida en una ocasión u otra. Esto
ocurre porque hay pensadores que toman las decisiones de no someterse a la
regla. Este hecho para él tiene importancia decisiva como condición sin la cual
no hay posibilidad de desarrollo del conocimiento. Por eso plantea la existencia
de un único principio que vale para todas las etapas del desarrollo humano:
“todo sirve”. Lo que conviene al investigador es proceder contra
inductivamente. Adoptando ciertas contrarreglas como el desarrollo de
hipótesis que sean inconsistentes tanto con teorías aceptadas y confirmadas
como con hechos bien establecidos. Afirma que algunas de las propiedades
formales más importantes de una teoría se descubren por contraste y no por
análisis, investigador debe introducir otras perspectivas y compara con otras
ideas más que con experiencia. Esto es lo que para el significa adoptar una
metodología pluralista.