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El desafío de narrar
1.1.- Introducción
1.1.-Desarrollo
Los personajes son igualmente diversos: a partir del patrón natural humano, la ciencia
ficción recorre y explota modelos antropomorfos hasta desembocar en la creación de
entidades artificiales de forma humana. Para escribir una novela o relato de ciencia
ficción, en primer lugar, debemos haber leído al menos tres clásicos del género y poseer
suficiente información sobre adelantos tecnológicos contemporáneos con miras a
cómo será el futuro.
La ciencia ficción es una narrativa casi siempre futurista qué se encarga no solamente
de describir enormes saltos de la ciencia y sus aplicaciones, sino de explorar el impacto
y las transformaciones que es capaz de generar en la conciencia humana, y, por tanto,
en el comportamiento del individuo. Su capacidad de aventurarse en lo imprevisible e
incluso de adelantarse a ciertas creaciones tecnológicas, la convierte en uno de los
subgéneros narrativos más interesantes y populares de los últimos cien años. Lo
agujas giraron hacia atrás sobre los cuadrantes. Al final vi otra vez vagas
sombras de casas, los testimonios de la Humanidad decadente. Estas
también cambiaron y pasaron; aparecieron otras. Luego, cuando el
cuadrante del millón estuvo a cero, aminoré la velocidad. Empecé a
reconocer nuestra mezquina y familiar arquitectura, la aguja de los
millares volvió rápidamente a su punto de partida, la noche y el día
alternaban cada vez más despacio. Luego los viejos muros del laboratorio
me rodearon. Muy suavemente, ahora, fui parando el mecanismo.
Observé una cosa insignificante que me pareció rara. Creo haberles dicho
a ustedes que, cuando partí, antes de que mi velocidad llegase a ser muy
grande, la señora Watchets, mi ama de llaves, había cruzado la
habitación, moviéndose, eso me pareció a mí, como un cohete. A mi
regreso pasé de nuevo en el minuto en que ella cruzaba el laboratorio.
Pero ahora cada movimiento suyo pareció ser exactamente la inversa de
los que había ella hecho antes. La puerta del extremo inferior se abrió, y
ella se deslizó tranquilamente en el laboratorio, de espaldas, y
desapareció detrás de la puerta por donde había entrado antes.
Exactamente en el minuto precedente me pareció ver un momento a
Hilleter; pero él pasó como un relámpago. Entonces detuve la máquina,
y vi otra vez a mi alrededor el viejo laboratorio familiar, mis instrumentos
mis aparatos exactamente tales como los dejé. Bajé de la máquina todo
trémulo, y me senté en mi banco. Durante varios minutos estuve
temblando violentamente. Luego me calmé. A mi alrededor estaba de
nuevo mi antiguo taller exactamente como se hallaba antes. Debí
haberme dormido allí, y todo esto había sido un sueño. (Wells, 2017,
p.55)
una serie de pistas falsas que juegan con las expectativas lector. A lo largo de toda la
novela tiene que estar presente el enigma. El lector la irá viendo, si es tan inteligente
como el detective. Si el lector, tras llegar a la explicación del delito, tiene que releer la
novela, porque no ha visto que la solución estaba delante de sus ojos, y que todas las
pistas llevaban al culpable, se dará cuenta de que, si hubiera sido tan inteligente como
el detective, él mismo podría haber resuelto el misterio sin tener que llegar al último
capítulo.
Una de las primeras fichas criminales basadas en huellas digitales, hacia fines del siglo XIX
Sin duda, el asesino en una novela de detectives debe dar una oportunidad al detective,
pero sería ir demasiado lejos el concederle una sociedad secreta a la que recurrir.
Ningún detective que se precie, querría esas opciones. Debe haber un solo culpable,
Bibliografía:
Roth, P. (2011). El oficio: Un escritor, sus colegas y sus obras. Madrid: Penguin
Random House