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Forma, figura, plano, espacio, línea, recta, curva, proporción, volumen, punto de vista.
Después de leer esta lista de conceptos usted se preguntará ¿de qué tema hablará?
¿Matemáticas? ¿Arte? El propósito de este trabajo es convencer e informar al lector sobre
los cambios que deberían, si es que deben, realizarse en el modelo de enseñanza
contemporáneo.
La educación es parte fundamental del desarrollo personal de cada individuo, tanto así
que la era moderna es llamada la “era del conocimiento”, se entenderá la importancia de
este atributo. Incluso, pudiera decirse que el valor de una sociedad está representado por
el nivel de formación de sus ciudadanos, el cual debe permitirles posibilidades de
mejoramiento en diversos ámbitos de su existencia.
Sin embargo, no está claro cuál es el producto en la educación, si es que existe, claro.
Aparentemente este producto es lo que se necesita para incrementar el desarrollo
económico. Se asume que las personas con más educación reciben mayores ingresos.
Pero no hay claridad sobre lo que contribuye a una mayor productividad en la educación,
de hecho, el 90% de la desviación en ingresos de personas con similares niveles de
educación, se explica por factores diferentes de las mediciones producidas por las pruebas
de rendimiento académico.
Por otro lado está el paradigma de tipo B, sistema emotivo - no lineal – holístico. La
educación emotiva, según Rafael Bisquerra (2010) “es un proceso educativo, continuo y
permanente, que pretende potenciar el desarrollo de las competencias emocionales como
elemento esencial del desarrollo integral de la persona, con objeto de capacitarle para la
vida”. Este paradigma también se expresa en procesos no lineales, la teoría del caos los
explica como comportamientos no periódicos para grandes lapsos de tiempo en un
sistema determinista, cuyos resultados finales dependen en gran medida de las variaciones
iniciales. Y por último enuncia un análisis holístico, en teoría de sistemas se usa este
concepto para decir que los sistemas deben ser analizados en su conjunto y no a través de
las partes que los componen. Es el sistema como un todo integrado y global el que en
definitiva determina cómo se comportan las partes.
Después de analizar los dos paradigmas se puede hacer una analogía con el cerebro
humano. El paradigma de tipo A se basa en las características del hemisferio izquierdo,
pues este es el que se encarga de los procesos lineales, técnicos, de la organización y del
razonamiento abstracto, además del pensamiento matemático. Y está el paradigma de
tipo B, el cual se basa en el hemisferio derecho del cerebro, pues en él se ubican la
percepción u orientación espacial, la conducta emocional (facultad para expresar y captar
emociones), facultad para controlar los aspectos no verbales de la comunicación,
intuición, reconocimiento y recuerdo de caras, voces y melodías, el pensamiento artístico.
Pero es bien conocido por muchos, que se encuentran dificultades en los aprendices
como lo son en habilidades psicomotoras y perceptivo táctiles, en tareas visuoespaciales,
en la memoria a corto plazo y en la memoria de trabajo, entre otras. Todo esto sumado,
muestra un grave problema en una asignatura de tanta trascendencia en las personas.
Mequè Edo (2008), en “Uno Revista de Didáctica de las matemáticas”, no solo explica
que es posible crear situaciones didácticas en donde estas materias trabajen en conjunto,
según ella, mediante la observación, análisis e interpretación de obras de arte y la
producción de creaciones plásticas inspiradas en la obra analizada, sino que muestra
situaciones en las que utiliza su método con niños de diferentes edades, obteniendo
resultados satisfactorios.
Esta es una propuesta innovadora desde un punto de vista sociocultural, para ayudar a
los alumnos a vivir experiencias ricas, creativas, socialmente relevantes, que les permitan
apropiarse e interiorizar numerosos contenidos matemáticos propios de su edad, al
mismo tiempo que desarrollan sentimientos y emociones estéticas. Si esta situación se
toma como ejemplo en las demás materias relevantes de la educación, es muy posible que
los aprendices, no solo se adapten, sino que tengan un proceso efectivo y eficaz en su
vida académica, posibilitando así un mejor desempeño en su vida social más adelante.
Hemos visto que muchos autores prefieren una u otra metodología; en cambio, esta
propuesta, análisis, supone que se debe hacer una mezcla de las dos, eliminar esa
separación de niños por edades, y cambiarla por facultades, buscar una calificación para
poder medir su inteligencia como lo sugiere esa frase que dice “Todos somos genios.
Pero si juzgas a un pez por su capacidad de escalar árboles, vivirá toda su vida creyendo
que es inútil.”, estos y más son ejemplos de cómo se puede hacer uso de las dos teorías,
Tipo A y tipo B, hemisferio derecho y hemisferio izquierdo, arte y matemáticas.
Referencias
Casassus, J. (2000). Problemas de la gestión educativa en América Latina (la tensión entre
los paradigmas de tipo A y el tipo B). Santiago de Chile: UNESCO.
Edo, M. (2008). Matemáticas y arte en educación infantil. Uno Revista de Didáctica de las
matemáticas, (47), 37-53.
Kilpatrick, J., Gómez, P., & Rico, L. (1998). Educación matemática. Errores y dificultades
de los estudiantes. Resolución de problemas. Evaluación. Historia.
Lancaster, J. (1991). Las artes en la educación primaria (Vol. 21). Ediciones Morata.