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El elemento químico Níquel (Nickel en inglés) fue descubierto en 1761 por Alex Constedt.

Tiene como
símbolo Ni, su número atómico es 28 y posee un peso atómico de 58,71u. El descubrimiento se realizó en
minerales de niquelina, un metal que era considerado como imposible de trabajar.

Es un metal de transición, maleable, dúctil y duro con propiedades ferromagnéticas, tiene un color
blanquecino con plateado, es un buen conductor de la electricidad así como del calor.

En la naturaleza se encuentra como una mezcla de cinco isótopos distintos, sin embargo, se conocen unos
nueve isótopos adicionales. Aunque no abunda en la naturaleza, puede encontrarse en grandes yacimientos en
países como Estados Unidos, Cuba, indonesia y Australia.

En forma comercial, el níquel se usa para forma aleaciones con el acero inoxidable y algunos otros metales
que son resistentes a la corrosión. También es muy frecuente su uso en la fabricación de monedas
sustituyendo a la plata. Otra de sus utilidades es como elemento catalizador en la hidrogenación.

Efectos del Níquel sobre la salud

Este elemento químico puede encontrarse en alimentos como grasas y el chocolate, los cuales son conocidos
por tener un alto nivel de níquel.

También, a consecuencia del consumo de vegetales provenientes de sitios con suelos contaminados,
puede aumentar el nivel de níquel en el organismo, las personas que son fumadoras tienen riesgo de
exposición a este metal a nivel pulmonar. A consecuencia de la acumulación de grandes cantidades de
níquel en el organismo, puede producirse cáncer de laringe, nariz, próstata y pulmón, embolia
pulmonar, fallos respiratorios, asma, bronquitis y desordenes cardíacos, entre otras enfermedades.
Características principales[editar]
Es un metal de transición de color blanco con un ligerísimo tono amarillo, conductor de la
electricidad y del calor, muy dúctil y maleable por lo que se puede laminar, pulir y forjar
fácilmente, y presentando ferromagnetismo a temperatura ambiental. Es otro de los metales
muy densos como el hierro, iridio y osmio. Se encuentra en distintos minerales, en meteoritos
(aleado con hierro) y, en principio, hay níquel en el interior de la Tierra principalmente en su
núcleo, donde se trata del segundo metal más abundante por detrás del hierro, metal con el
que comparte numerosas características similares.
El níquel es aleado con hierro para proporcionar tenacidad y resistencia a la corrosión, en
los aceros austeníticos el níquel es esencial puesto que al ser un metal gammágeno estabiliza
la austenita. Es resistente a la corrosión y se suele utilizar como recubrimiento, mediante
electro deposición. El metal y alguna de sus aleaciones, como la aleación Monel, se utilizan
para manejar el flúor y algunos fluoruros debido a que reacciona con dificultad con estos
productos. Su coste roza la mayoría de las veces el primer puesto entre los precios de los
metales comunes en los mercados dedicados a los metales. Es un producto absolutamente
esencial para el desarrollo de la industria, además de uno de los metales más demandados.
Reacciona con dificultad en medios agresivos y se considera resistente a la corrosión; no sufre
el llamado efecto "galleo" el cual sí padece el cobre, por ejemplo.
Su estado de oxidación más normal es +2. Puede presentar otros, se han observado estados
de oxidación 0, +1 y +3 en complejos, pero son muy poco característicos.

Historia

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