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EL SUJETO DE DERECHO
Si bien, como acabamos de ver, el Código Civil utiliza el vocablo agente, del latín agens
y entis, que es participio presente del verbo agere, que significa obrar, actuar, y que por
eso viene a significar el que obra o actúa; nosotros preferimos hacer referencia al sujeto
de derecho, como lo hemos venido haciendo hasta ahora. La noción de sujeto no está
incorporada a la normativa, sino que continúa siendo una elaboración doctrinal y dentro
de ésta tomamos
la idea del sujeto de derecho, la doctrina jurídica ha aplicado a ambos, al ser humano y
al sujeto de derecho, la sola denominación de persona.
PERSONALIDAD Y CAPACIDAD
. El art. 1 preceptúa que "la persona humana es sujeto de . derecho desde su nacimiento.
La vida comienza con la concepción. El concebido es sujeto de derecho para todo
cuanto le favorece. La atribución de derechos patrimoniales está condicionada a que
nazca vivo". La norma tiene, además, el sustento del precepto constitucional contenido
en el inc. 1 del. art. 2 del la Carta Política, que eleva a la categoría de Derecho
Fundamental de la persona, como derecho a la vida, el enunciado según-el cual "el
concebido es sujeto de derecho en todo cuanto le favorece" el Código Civil al
reconocerle a! ser humano su condición de sujeto de derecho aun. antes-de nacer.
Como bien lo advirtió Fernández Sessarego, ponente de la norma del art. 1 del Código
Civil.
personas jurídicas la personalidad es la que las hace sujetos de derecho, pero sin que
pueda considerarse una identificación con la capacidad- de goce como la que existe
respecto de las personas naturales.
Ya hemos visto que la persona humana es sujeto de derecho desde que nace y aun
desde antes de nacer, siéndole la capacidad de goce inherente a su condición humana,
sin que constituya un derecho subjetivo sino que viene a ser el antecedente de todos
los derechos subjetivos. Este es el principio ya acotado art. 1 de! Código Civil. Sin
embargo, no obstante ser la capacidad de.goce un atributo inherentea la persona
humana, el Derecho Positivo le impone limitaciones. Noes como señala Messineo que
el ordenamiento jurídico pueda privar dela capacidad jurídica o de goce de manera
general al sujeto, sino que ello puede ocurrir en relación a un determinado derecho y
se dan, así, casos de incapacidad de goce, como ocurre, por ejemplo, que por razones
de edad sujeto pueda estar privado de la capacidad para contraer matrimonio o para
adoptar, o, que por razón de la nacionalidad no pueda adquirir derechos propiedad sobre
determinados bienes, siendo estos casos de incapacidad de goce, pues ni aun mediante
la representación se puede acceder a la titulan- .dad de los derechos para los cuales se
exige una capacidad especia! Que implica una limitación a la capacidad de goce.
JURÍDICO
El-art. 140.del Código Civil, que enumera los requisitos de validez del acto jurídico,
señala, en su inc. 1, que el agente debe ser capaz, sin hacer a una precisión sobre si
debe tratarse de capacidad de goce o de capacidad de ejercicio,' reiterando así, la
misma exigencia que formuló el art. 1075 del Código Civil de 1936. Es obvio que este
requisito es exigible tanto para las personas naturales como a las personas jurídicas.
Por último, somos de opinión que también hay que considerar que capacidad de goce
es insustituible, desde que es la aptitud para ser titular de derechos y deberes u
obligaciones, mientras que la falta de ¡a capacidad de ejercicio puede ser suplida,
mediante la representación. Por ello, en conclusión, el requisita de validez sensu
estricto, viene a serla capacidad de goce, pues es con esta capacidad que el sujeto
puede celebrar el acto jurídico, por sí o mediante un representante.
EL OBJETO
La noción del objeto como' requisito de validez del acto jurídico por ser, como se ha
advertido, una cuestión sumamente intrincada, compleja y difícil de desarrollar, nos lleva
a acudir a los antecedentes en nuestra codificación civil .Como ya lo hemos dejado
expuesto (Supra N2 3.5.b), la Teoría del Acto Jurídico fue introducida a nuestra
codificación civil por el Código de 1936,cuyo art. 1075 consideró al objeto como un
requisito de validez refiriéndolo
como "objeto lícito", tomando la fórmula del Código Civil brasileño. El Código Civil de
1852, que la ignoró, se refirió al objeto como "cosa cierta que sea materia del contrato"
en el inc. 3 de su art. 1235), en la Exposición de Motivos del Proyecto de Código de1936,
sólo se limitó a mencionar los requisitos de validez aunque advirtió que no se
consideraba la causa como elemento vital en la elaboración del acto jurídico, señalando
que en los actos gratuitos la causa se confundía con el consentimiento, y, en los
onerosos, se asimilaba al objeto. Anteriormente, enl a Exposición de Motivos del
Anteproyectoí56), haciendo referencia al objeto,expuso que era igualmente necesario
que !a cosa estuviera en el comercio yque fuera por lo tanto susceptible de adquirirse o
de transmitirse.
La desvinculación del objeto del fin lícito, para pasar a integrar un concepto único y
excluyente, facilita el desarrollo de la noción del objeto y su delimitación conceptual. El
desarrollo de la noción del objeto en su ancha significación, para seguir el planteamiento
y responder al reclamo de León Barandiaran, lleva a conceptuarlo como todo aquello
que es externo al sujeto y así, contraponiéndolo, todo lo .que no es sujeto es objeto, y
es desde esta perspectiva que, realmente, la conceptuación del objeto adquiere su
máxima latitud, pues resulta apodíctico que todo lo externo al sujeto y que no sea otro
sujeto,-es objeto. En este orden de ideas, las personas no pueden ser objeto de un acto
jurídico. Como afirma Bueres(59), en el acto jurídico la persona se distancia del objeto,
pues el acto jurídico se celebra entre personas y la relación jurídicas constituye entre
ellas, por más que, como efecto del acto celebrado, una adquiera un- derecho, que le
confiera un poder jurídico, y la otra un deber,. Que la haga pasible de la exigibilidad de
una conducta, y, aun, a una prestación de alguna parte del cuerpo (arts. 6, 7 y 8 del
Código Civil) o a una estación que dependa de sus habilidades o cualidades que se
trasuntan en un servicio, como en los casos en que se "vende" a un jugador de fútbol.
objeto puede ser material, corporal o corpóreo, según sea perceptible por los sentidos,
sensorialmente, como un metal, una planta, el agua, una melodía o el humo de un
cigarrillo, o, inmaterial, incorporal o incorpóreo,. Según sea perceptible por el intelecto,
como un derecho subjetivo, un deber jurídico o la misma relación jurídica. El objeto,
cuando es material o inmateriales un bien, pero cuando sólo es material es Una cosa.
el objeto debe ser posible, física y jurídicamente, y, a contrarío sensu de suart. 219 inc.
3), debe ser si no determinado, determinable. De las acotadas normas se infiere que
son tres las características del objeto: la posibilidad física, la posibilidad jurídica y la
determinabilidad, siendo las características concurrentes para que el objeto se
constituya en requisito.
La posibilidad física está referida a la factibilidad de realización con adecuación las leyes
de la naturaleza. Se trata de una posibilidad material, como la existencia posibilidad de
existir de los derechos y deberes u obligaciones inherentes a la relación jurídica que
vincula a los sujetos. Esta característica tiene que ser positiva o afirmativa. La
imposibilidad física la desarrollaremos al considerar la nulidad absoluta del acto jurídico.
Civil, nosotros preferimos denominarlo como finalidad lícita, por parecernos más
apropiada la expresión y, además, porque estamos, con la doctrina que ve en la finalidad
del acto o del negocio la causa del mismo. Él desarrollo de la finalidad del acto jurídico
requiere, previamente, detenerse en el de la causa.
Formulada la Teoría de la Causa en base a las ideas de Dornát 'y Pothier,que viene a
ser la clásica, la de la causa objetiva, aparece hacia fines del siglo XIX el anticausalismo,
cuyo principal exponente fue Ernst, que tuvo entre sus seguidores a Planiol. El
anticausaüsmo, que ‘tachó a la teoría clásica, la de la causa objetiva, de falsa e inútil,
tomó arraigo entre los precursores redactores del Código Civil alemán, pudiendo esta
corriente doctrinal explicar la posición que adoptó Olaechea al introducir la Teoría del
Acto Jurídico con el Código de 193S.Como respuesta al anticausaüsmo aparecieron las
ideas de Dabin(65);que son determinantes en la evolución de la Teoría de la Causa,
habiendo sido seguidas por calificados exponentes de la moderna doctrina francesa
como Josserand y los Mazeaud, superándose la posición clásica de la causa objetiva
.En realidad -como lo explica Josserand no hay una Teoría de la Causa, sino más bien
dos teorías netamente distintas, pues la causa subjetiva nació y evolucionó a! lado y por
encima de la causa objetiva, como un sistema más amplio, que toma en consideración
no sólo los móviles abstractos. Y .permanentes que se integran, sino también los
móviles concretos, individuales ‘y variables que, en un caso determinado, han .inducido
a las partes a celebrar el acto jurídico y han sido, por consiguiente, determinantes. Por
su parte, los Mazeaudt, explican quela causa de un acto jurídico es eí motivo. Que ha
impulsado a su autor acelebrarlo.El Código Civil italiano ha replanteado el problema de
la causa pero admitiéndola causa subjetiva, considerándola como un elemento esencial
de! contrato, pues, como se sabe, no legisla sobre el negocio jurídico .
Sí los descubrimos y los escribimos. Como se trata de algo que es por sí, ellos no
dependen de la contingencia táctica de que nuestro pensamiento les atribuya validez
entitativa. La causa, así, viene a ser una noción irrecusable”. Si bien León Barandiarán,
en su exégesis del Código de 1936, no planteo una noción integral de la causa en su
aplicabilidad a la generalidad de los actos jurídicos, si sentó ideas fundamentales.
Expuso el maestro: "no es propio que alguien se obligue sin un por qué y sin que
considere el para qué. Ya quí es cuando entra la idea de la causa. Ella es, en principio,
diferente del objeto. Refiriendo el anáiisis de la causa a los actos patrimoniales, señaló
León Barandiarán la conveniencia de distinguir entre actos onerosos y gratuitos.
Tratándose de los primeros la causa no se confunde con el objeto ni con el motivo; pero,
tratándose de los gratuitos, si bien tampoco se confunde con el objeto, fracasa el
esfuerzo para distinguirla de! motivo, pues al hablarse de la voluntad o deseo o
.intención de liberalidad, de animus donandi, no se expresa con esto sino un concepto
vacío, o el motivo, el hecho psicológico, impulsivo, que decide el autor de la liberalidad.
Y es que la causa -enfatizó el maestre— es una construcción técnica; puede así en unos
casos ser separada del motivo, en otros no"(70hJorge Eugenio Castañeda*71), aunque
por fundamentos distintos, fue tam- •bien de opinión que la causa existió en el Código
Civil de 1936.
El acto jurídico, según el art. 140 del Código Civil, es la manifestación de voluntad
destinada a crear, regular, modificar o extinguir relaciones jurídicas, que, según la
conclusión a la que hemos arribado, vienen a ser su objeto Ei fin lícito -o la finalidad
lícita, como preferimos denominar a este requisito- consiste en la orientación que se da
a la manifestación de voluntad para que ésta, partiendo del motivo, del o de los
celebrantes, se dirija, directa y reflexivamente, a La producción de efectos jurídicos, vale
decir, a la creación de una relación jurídica y normarla, así como a normar .su regulación,
su modificación o su extinción.
la finalidad del acto jurídico con Los efectos queridos y buscados mediante la
manifestación de voluntad. Ahora bien, si la finalidad del acto jurídico se vincula a La
manifestación de voluntad, necesita también exteriorizarse, ponerse de manifiesto. Por
ello,si bien hemos señalado que el Código Civil ha acogido a La causa como fin o
finalidad del acto jurídico y que ha sido tomada como motivo determinante de su
celebración, hay una Identificación entre causa y motivo, pero sólo del motivo relevante
para el Derecho, desde que es manifestado, y no del simple motivo subjetivo o dato
psicológico sin relevancia jurídica. Así, por ejemplo, si alguien compra un punzón porque
tiene afición por hacer trabajos de artesanía en madera o si lo compra para usarlo para
causar la muerte a otro, el motivo de la adquisición del punzón es irrelevante
jurídicamente, salvo que se ponga de manifiesto, La finalidad del acto jurídico se da en
relación a cada acto jurídico en particular, según su especie y nominación, ‘para
'producir la relación jurídica.
El Código Civil exige que la finalidad sea lícita, esto es, que e! motivo determinante de
la celebración del acto jurídico, aunque subjetivo, no sea contrario a las normas de orden
público ni a las buenas costumbres a fin de que, exteriorizado con la manifestación de
voluntad, los efectos queridos y producidos puedan tener el amparo del ordenamiento
jurídico. Así, en el caso de la compra del punzón, puesto como ejemplo anteriormente,
si tanto el vendedor como el comprador tuvieron como motivo común la comisión del
homicidio, y el motivo se pone en evidencia, el acto es nulo por la ilicitud de u finalidad
La causa está presente, pues, como requisito de validez del acto jurídico y su presencia
se ha insertado como causa subjetiva y finalista, porque debe traducirse en el resultado
alcanzado. Por ello, creemos que puede considerarse una finalidad inicial, que es la
motivación, lo querido por el sujeto, y, una finalidad final, que es el propósito logrado,.
el resultado práctico alcanzado. Si el neocausalismo, conforme a los avances de la
doctrina, no es ya sólo la causa subjetiva sino también la intención del o de los
celebrantes objetivamente considerada, creemos que ha hecho bien el Código Civil al
soslayar la causa por su nombre, pues .ha evitado así la especulación ante su amplia
gama de significados, todos ellos cambiantes según el contexto dentro del cual deba
considerarse la causa en su nomen iurís.La finalidad y su licitud tienen que ver,
conforme a la posición adoptadapor el Código Civil y a su sistemática, con la validez del
acto jurídico, pues así está considerada entre los enumerados por el art. 140.