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TESIS DOCTORAL:
ANÁLISIS DE LA EDUCACIÓN INTERCULTURAL Y PROPUESTA
DE UN MODELO DE PEDAGOGÍA INTERCULTURAL
Para optar al título de Doctor en Pedagogía
Programa de doctorado:
Historia y pensamiento de las instituciones educativas. Bienio 1994-1996.
Desde que hace algunos años, inicié este proyecto hasta hoy, media un abismo. La idea de
realización de la tesis doctoral, me fue dada como un reto y una posibilidad de cambio.
Dedico por ello este trabajo a Juan M. Martínez, que puso en mis manos algo tan sencillo y
en apariencia inocente como un ordenador y una matrícula en los cursos de doctorado de mi
universidad. Aunque no llegó a tiempo de verla terminada, abrió con ello una puerta que ha
transformado por completo mi realidad.
Este trabajo tampoco hubiera sido posible sin la ayuda y orientación del director de la tesis,
Antoni Petrus. Además de guiarme en esta tarea, agradezco su palabra y su espera, y el
respeto paciente a mi trabajo. Buena parte de lo que he aprendido se lo debo.
2
Considerar obvio lo dado es una forma, particularmente eficaz por invisible,
de reforzar el punto de vista de los vencedores.
Manuel Cruz.
“Hacerse cargo”
3
4
ÍNDICE
INTRODUCCIÓN
1. Introducción .................................................................................................................................................. 11
1.1 Punto de partida e interés del tema ............................................................................................................ 12
1.2 Objetivos de la tesis .................................................................................................................................... 15
1.3 Estructura general de la tesis y metodología utilizada ............................................................................. 17
1.4 Dificultades encontradas en la realización de la tesis y en el proceso de investigación......................... 27
PRIMERA PARTE
CULTURA, DIVERSIDAD E IDENTIDAD.
ANÁLISIS DE LA SOCIEDAD MULTICULTURAL
DESDE LA PERSPECTIVA EDUCATIVA
2. Cultura y diversidad cultural ............................................................................................................... 35
2.1 Cultura y pluralidad..................................................................................................................................... 37
2.1.1 Cultura, educación y multiculturalidad. Algunas cuestiones previas ........................................... 38
2.1.2 Modernidad y cultura. Antecedentes y desarrollo del concepto de cultura ................................... 41
2.1.2.1 La cultura y el pensamiento ilustrado................................................................................. 41
2.1.2.2 Cultura y racialismo. La radicalización de las diferencias................................................ 45
2.1.3 El concepto de cultura y civilización ............................................................................................... 47
2.1.3.1 ¿Kultur frente a Civilización? ............................................................................................. 52
2.1.3.2 Permanencia frente a cambio de los hechos culturales ...................................................... 54
2.1.3.3 Una perspectiva dinámica de los hechos culturales............................................................ 57
2.1.4. Conclusiones. Cultura y proyecto multicultural: un reto para la educación................................. 58
5
2.3 Identidad y alteridad. El significado de la pertenencia individual y colectiva.................................... 79
2.3.1 La relación entre identidad y cultura................................................................................................ 79
2.3.2 la identidad cultural como proceso y relación................................................................................. 81
2.3.3 La identidad como proceso de construcción de diferencias ........................................................... 82
2.3.4 Conclusiones. La identidad cultural y el reconocimiento de las minorías en el
proyecto multicultural ................................................................................................................................ 84
4.3 Conclusiones. Inmigración e identidad cultural: la noción de minoría étnica ............................. 161
6
SEGUNDA PARTE
EDUCACIÓN E INTERCULTURALIDAD
7
6.2 La educación intercultural en España y Cataluña ................................................................................... 227
6.2.1 La LOGSE como marco teórico para el desarrollo de la Educación Intercultural ..................... 227
6.2.2 El desarrollo de la interculturalidad educativa en Cataluña ......................................................... 230
6.2.2.1- El Plan Interdepartamental de Inmigración ..................................................................... 231
6.2.2.2 –El Programa de Educación 2000-2004............................................................................ 240
6.2.2.3- El Programa de Educación Compensatoria ..................................................................... 241
6.2.2.4- El Plan de Acogida en los Centros Educativos ............................................................... 243
6.2.2.5- Los TAE. Talleres de Adaptación Escolar y Aprendizaje Instrumental Básico ........... 244
TERCERA PARTE
ANÁLISIS CRÍTICO DEL DISCURSO INTERCULTURAL
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7.2.3.5 Descripción de la pluralidad cultural y del concepto de educación intercultural e
integración ....................................................................................................................................... 311
7.2.3. Análisis de los valores, contenidos y actividades propuestas...................................................... 312
7.2.3.1 Valores educativos desarrollados por los programas estudiados ..................................... 313
7.2.3.2 Análisis de los contenidos y actividades de los programas analizados........................... 316
7.2.3.2.1 Análisis de los contenidos y actividades en el conjunto de programas........... 316
7.2.3.2.2 Análisis de los contenidos y actividades dirigidos específicamente a la acogida
de niños inmigrantes en los centros educativos ................................................ 327
CUARTA PARTE
PEDAGOGÍA SOCIAL E INTERCULTURALIDAD
PRINCIPIOS PARA EL DESARROLLO DE UN MODELO DE PEDAGOGÍA
INTERCULTURAL
8.2.Reflexiones para establecer los principios teóricos de un modelo de educación intercultural..... 361
8.2.1 De principios y objetivos. La bases teóricas de un modelo de interculturalidad ........................ 362
8.2.2.De los contenidos de la perspectiva intercultural en educación.
Otra forma de mostrar el mundo .................................................................................................... 365
8.2.3.Una pedagogía abierta en una sociedad en transformación.......................................................... 371
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INTRODUCCIÓN
11
1.INTRODUCCIÓN
Parece evidente que la educación ha sido uno de los ámbitos en los que las teorías
interculturales han tenido una mayor importancia y desarrollo. De hecho, la
interculturalidad nace como una cuestión pedagógica: la de dar respuestas educativas a las
identidades y articular las particularidades en el marco de las instituciones de educación. La
de implementar una pedagogía del reconocimiento de las culturas y para las culturas capaz
de mitigar el impacto homogeneizador de la cultura dominante.
Desde esa realidad, nuestro interés por este ámbito de estudio surge como curiosidad y
pregunta acerca de la <otredad>, y está motivada por cuestiones que seguramente abarcan
problemáticas ubicadas mucho más allá de la propia pedagogía. La idea de la identidad y la
diferencia, y de cómo éstas configuran un “lugar” social para los individuos, la extrañeza
frente a la simplificación de los contenidos con que solemos describir las identidades, sus
adjetivaciones, no sólo culturales, constituyen uno de los interrogantes iniciales de este
trabajo.
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A la cuestión de la identidad cultural, se ha sumado la pregunta de cómo hacemos para
relatar, para contarnos al <otro>, y cómo resolvemos el impasse del encuentro y el abismo
que instaura la alteridad. Afirmar lo diverso como una característica intrínseca de lo
humano, reclamar el mismo valor para todas las formas culturales, constituyeron la génesis
de este trabajo a partir de la recriminación a los procesos de asimilación, demonización y
silencio cultural en que se hallan numerosos grupos y colectivos. Como punto de partida,
representaba para nosotros una perspectiva alentadora el hecho de que, fuera posible
articular la pertenencia y la identidad desde la pedagogía y al mismo tiempo diluir sus
clasificaciones estereotipadas y sus “narraciones” previas, de manera que cada uno pudiera
“inventar” su propio lugar, cambiarlo y actuarlo en distintas formas. El interrogante inicial
se estructuró entonces desde el cómo hacer para desarrollar la interculturalidad y dar cabida
a lo diverso en los espacios educativos.
Por ello, esta tesis surge en cierto modo como un rechazo. Como una resistencia a las
clasificaciones, a las conceptualizaciones cerradas y definitivas de la identidad. Más allá de
la cultura, son muchas las categorías que en todos los ámbitos sociales dan cuenta de quien
es uno. La edad, el género, el origen socioeconómico, el estatus legal, las opciones vitales,
van configurando una red tupida en la que al final poco queda por decir, por averiguar del
<otro> y aún de uno mismo. La identidad se configura como una malla en la que el
individuo se ubica y es ubicado, y de cuyos contenidos es muy difícil escapar. Cuando
además, dichas categorías se articulan a modo de un estigma, como diría Goffman (1993),
de una imposibilidad, la identidad adjudicada puede convertirse en una pesada carga.
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Al mismo tiempo, una beca del Departamento de Teoría e Historia de la Educación de la
Universidad de Barcelona, Jóvenes Investigadores 1995, me abrió la posibilidad de iniciar
un trabajo de reflexión y mayor profundización teórica de la educación intercultural. La
investigación, denominada La educación intercultural en la enseñanza secundaria. Fondo
bibliográfico y didáctico, fue el inicio de lo que con posterioridad he plasmado en la tesis
doctoral. A partir de ella pude comenzar a analizar los diferentes modelos pedagógicos y la
implantación de programas interculturales en nuestro país.
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1.2 OBJETIVOS DE LA TESIS
El próposito principal de este trabajo ha sido conocer los discursos actuales sobre la
diversidad y la diferencia cultural, así como analizar sus implicaciones y efectos
pedagógicos. En síntesis este proyecto general puede articularse en los objetivos siguientes:
1- Analizar desde una perspectiva pedagógica los conceptos teóricos más importantes
del discurso intercultural.
A partir de estos objetivos, hemos situado como los nudos principales de análisis las
relaciones entre los conceptos de cultura, identidad y diversidad. La pregunta básica a la
que hemos intentado acercarnos es la de pensar qué principios, sobre qué modelos debe
asentarse las pedagogía en relación con los tres conceptos anteriores. Pensamos que si bien
la cultura constituye hoy, aunque no exclusivamente, uno de los conceptos clave en la
reflexión pedagógica, sin un examen profundo de los procesos culturales actuales, la
intercultura puede devenir, sino lo ha hecho ya, en la gestación de nuevas formas sutiles de
clasificación y de exclusión educativa y social.
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No cabe duda que la cultura y su vinculación con la identidad constituyen un amplio campo
de estudio que va mucho más allá de las páginas que ahora presentamos. La reflexión
acerca de estos temas abre un extenso abanico de itinerarios de investigación en un marco
interdisciplinar, desde el que poder dar cuenta de una de las cuestiones más complejas de
las sociedades de hoy. Sin embargo, la perspectiva pedagógica de la intercultura supone
una dificultad mayor, ya que la educación configura un campo científico del que
comúnmente se espera que, además de una aportación teórica específica, de cuenta de una
práctica y una acción educativa eficaz. Creemos por ello que, respecto de la
interculturalidad, la pedagogía nos sitúa en una difícil tesitura: la de responder a unas
problemáticas y unas demandas que van más allá de su propio marco de análisis y cuyas
implicaciones, sociales y políticas, abarcan mucho más de lo estrictamente educativo.
En definitiva, algunas de las preguntas a las que hemos intentado acercarnos y dar respuesta
desde la pedagogía se refieren a la clarificación de cuestiones como: de qué‚ hablamos
exactamente cuando hablamos de la diversidad cultural, de la diferencia cultural. A qué‚
nos referimos concretamente cuando decimos que esa diversidad es valiosa y debe ser
promovida desde la educación. Somos conscientes, por supuesto, de que en el marco de
este trabajo no hemos abordado la totalidad de los ámbitos que configuran la realidad
intercultural en la actualidad. El campo de investigación es amplio y la profusión de textos
y programas muy extenso. De ahí que algunos temas hayan quedado simplemente anotados,
o indicados, como importantes en la reflexión sobre lo intercultural y su articulación
pedagógica.
Hemos intentado, sin embargo, reflexionar acerca del modo en que ha ido gestándose, en
el discurso pedagógico, la preocupación y la atención hacia lo cultural y lo identitario, de
cómo se ha construido ese discurso y en qué elementos conceptuales se ha sustentado. Es
decir, situando la reflexión en torno a los supuestos teóricos de la interculturalidad y de su
misma posibilidad como alternativa pedagógica a la asimilación y la homogeneización
cultural.
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Por ello, a lo largo de toda la tesis realizamos, quizás sin conseguirlo del todo, un ejercicio
de traducción de los conceptos del discurso social sobre la cultura y la identidad, desde una
perspectiva pedagógica. Dado que las temáticas abordadas han sido muchas, nuestra
intención ha sido sintetizar los aspectos más significativos de cada una, dejando las
preguntas abiertas y la posibilidad de su estudio en investigaciones posteriores.
Hemos articulado la tesis en cuatro bloques distintos. En cada uno de ellos abordamos uno
de los temas que nos parecen más relevantes en cuanto a la reflexión teórica sobre la
interculturalidad, intentando concretar, desde la pedagogía social, los principios en los que
asentar un modelo de pedagogía intercultural.
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A lo largo de todo el capítulo hemos intentado reflejar las implicaciones que tienen, en el
desarrollo de la interculturalidad, las diferentes formas de entender la cultura. Por ello nos
centramos en dos modelos clave: una concepción que entiende la cultura en tanto que
legado o tradición y que resalta la permanencia de lo cultural, frente a una concepción
dinámica y relacional de la cultura que la sitúa respecto de los procesos históricos y
sociales.
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Desde esta perspectiva hemos abordado algunas de las cuestiones contradictorias del
significado de la intercultura, preguntándonos por las diferencias entre nociones como
multicultura e intercultura, y por la intencionalidad semántica que el prefijo <multi> o
<inter> añaden a la cultura. De la misma manera, analizamos algunos de los procesos de
definción de la multiculturalidad, como la asimilación, la segregación y la integración, en
tanto que modos diferenciados de tratar las diferencias entre los grupos mayoritarios y
minoritarios de una sociedad.
El cuarto y último capítulo de este bloque se han dedicado a la reflexión en torno a dos de
los ámbitos más importantes relacionados con la multiculturalidad: el racismo y la
inmigración. La pedagogía intercultural suele estructurarse en estas dos líneas de
actuación, bien como atención pedagógica a los inmigrantes y a las “minorías étnicas”, o a
los “culturalmente diferentes”, o bien como educación antirracista y prevención del racismo
en nuestras sociedades.
Cabe destacar que el análisis del discurso sobre la inmigración y sobre la emergencia de
conductas “racistas” revela hasta que punto la identificación de grupos “problemáticos”
como sujetos de la interculturalidad no es tan clara como pudiera parecer. En este sentido, y
con la intención de aclarar tales ambigüedades nos preguntamos en este capítulo acerca de
quién es el “inmigrante”, quién es calificado, tratado y educado como “inmigrante”.
Aunque aparentemente los vínculos entre racismo, multiculturalidad e inmigración parecen
claros, hemos querido cuestionar en estas páginas la tan fácilmente asumida relación causa-
efecto entre los tres procesos. Con tal objetivo nos situamos en un línea crítica de análisis
cuya intención es reflexionar acerca de las formas de construcción de las figuras de la
alteridad y de la diferencia que acaban por configurar también las imágenes actuales de la
exclusión y la marginación social.
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En el segundo bloque, al que hemos titulado Educación e interculturalidad nos ocupamos
específicamente de la conceptualización de la pedagogía intercultural. El bloque incluye los
capítulos cinco y seis y en ellos realizamos una revisión de los modelos y las teorías desde
las cuales se ha ido gestando el proyecto intercultural.
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que esos programas se sustentan. Pensamos que, la gran cantidad de proyectos que se
promueven desde los distintos organismos sociales y educativos en todos los países
europeos, es un reflejo del interés y del esfuerzo que dichas instituciones están realizando
para dar respuestas adecuadas a las nuevas realidades pluriculturales. Por ello nos pareció
interesante detenernos en los principios básicos que orientan la práctica de las políticas
interculturales en nuestro contexto inmediato.
El tercer bloque de este trabajo, denominado análisis crítico del discurso intercultural,
está constituido por una investigación de una muestra de materiales y programas sobre
diversidad y cultura. En el estudio nos hemos centrado en el análisis del discurso y del
lenguaje que los programas articulan acerca de la diferencia y la alteridad. Es necesario
destacar que nuestro interés en el lenguaje deriva de la importancia que otorgamos en el
desarrollo de la interculturalidad, a las formas en que el<otro> es categorizado y explicado.
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Si la pedagogía intercultural se suele entender en tanto que una práctica de la diferencia o
hacia la diferencia, es evidente que tiene el riesgo de confundir el propio objeto de la
educación intercultural con el sujeto de la acción educativa. Contrariamente, pensamos que
más que los “inmigrantes” o los “diferentes” el objeto de la pedagogía intercultural debe ser
las propias instituciones educativas, los espacios de educación, y los discursos pedagógicos
en tanto que configuradores de una forma particular de identidad.
El análisis del discurso, relaciona los contenidos y los mensajes del discurso con las
dinámicas de poder y de distribución del éxito en los contextos educativos, a partir de la
legitimación de una determinada narración sobre la cultura, la pertenencia y lo identitario.
En nuestro estudio, de tipo cualitativo, analizamos los discursos educativos sobre la
diversidad respecto de los programas dirigidos a la acogida de alumnos inmigrantes y de los
que se orientan a formar una valoración positiva de la diversidad y la diferencia.
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El interés del sustrato ideológico sobre las identidades y las diferencias radica, además de
constatar la persistencia de tópicos y omisiones importantes, en que puede ser confrontado
al propio discurso intercultural y manifestar así las ambigüedades analizadas en los dos
primeros bloques de este trabajo. Nuestro acercamiento a este modo de análisis del
discurso, nos ha ayudado a comprender y concretizar las contradicciones y las distancias
entre los principios de la intercultura, y la realidad de unas prácticas que mantienen una
percepción simplista y esterotipada de la cultura y la diversidad.
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En el capítulo nueve, desarrollamos las conclusiones finales de la tesis y planteamos los
interrogantes que quedan abiertos en la difícil conceptualización de la interculturalidad.
Hemos intentado sintetizar los conceptos generales que se han analizado en el transcurso de
todos los capítulos, recuperando algunas de las ideas más importantes y su articulación en
la pedagogía social.
La necesidad de trabajar desde dicha base de datos, se articuló ante la gran cantidad de
materiales encontrados y su heterogeneidad. Esta base documental consta de información
sobre material bibliográfico, noticias de prensa, programas educativos y recursos de la red.
A partir de ella, la metodología utilizada en cada una de estas fuentes y en la articulación de
las cuatro fases de trabajo se ha realizado de la siguiente manera:
1
Diario El País, (1997-2001)
24
recabar información sobre la difusión social de las cuestiones relacionadas con la
interculturalidad, las migraciones y las diferencias culturales2.
2
Aunque en un inicio teníamos la intención de incluir el análisis de noticias en la tesis, finalmente desistimos
ante la amplitud del objeto de estudio y de la complejidad para establecer un estudio comparativo del discurso
pedagógico y el de los medios de comunicación. No obstante, las aportaciones de dicho material a la tesis han
sido variadas y valiosas. De un lado elaboramos una base de datos para el análisis de noticias, procediendo al
vaciado de los textos y a la clasificación de temas, contenidos y lenguaje utilizado. De otro, los artículos de
opinión, nos han servido como muestra de la sensibilidad social hacia estos temas. Pensamos utilizar dicho
material en futuras investigaciones y analizar así las semejanzas con los discursos específicamente educativos.
Para las referencias utilizadas a lo largo de la tesis sobre cuestiones de medios de comunicación nos hemos
basado en los estudios y aportaciones realizadas por Enrique Santamaría (ver bibliografía). En el anexo 2
incluimos una selección de dichos artículos.
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Ahora bien, creemos que una de las cuestiones interesantes a elaborar, y que no
hemos podido realizar en este trabajo, lo constituye el análisis de programas, en
cada uno de sus ámbitos de producción, y de la sistematización de acciones y
contenidos articulados a partir de ellos. Pensamos que un estudio de este tipo podría
dar cuenta de la realidad de la distancia existente entre los principios de la
interculturalidad y de las prácticas reales que se llevan a cabo. Serviría además, para
sentar las bases de una teoría de la interculturalidad educativa, aún escasamente
desarrollada.
Recursos de la red. Esta fuente está constituida por una selección de los recursos,
textos, y materiales que se encuentran disponibles hoy en la red. Nuestro interés por
ellos radica, igual que en el caso anterior, en la consideración de la necesidad de
conocer los lugares desde los que se articula la práctica intercultural, como un
primer nivel de análisis.
3
Baste como ejemplo como, desde un buscador como google responden a la búsqueda del concepto de
interculturalidad más de siete mil entradas, sólo en el ámbito de España y Latinoamérica. En el anexo cuatro
se ha seleccionado una muestra de los buscadores y páginas que nos parecieron más interesantes sobre
interculturalidad.
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1.4 DIFICULTADES ENCONTRADAS EN LA REALIZACIÓN DE LA TESIS Y EN EL PROCESO
DE INVESTIGACIÓN
Una de las mayores dificultades, y sin duda la más importante, que hemos enfrentado a lo
largo de la realización de este trabajo ha sido la complejidad del propio concepto de partida,
la noción de cultura. En el análisis teórico, además de la amplitud del objeto de estudio, la
necesidad de “elaborar” una respuesta pedagógica a la diversidad cultural, nos situaba en
una coyuntura difícil de resolver. Por ello, y como propia herramienta de clarificación
conceptual, nos centramos en el marco teórico de la intercultura y del análisis del discurso
de los modelos de educación sobre la diferencia.
Por ello hemos recurrido al estudio de la cultura y de la diversidad con el apoyo de otras
disciplinas como la antropología y la sociología. Lejos de querer configurar una teoría
sobre la cultura, o de recoger todas y cada una de las teorías antropológicas actuales, labor
fuera de nuestro alcance, hemos intentado recopilar aquellas cuestiones más sustanciales y
problemáticas del concepto de cultura y de su relación con la diferencia y la identidad.
27
Sin embargo, la misma noción de cultura es inabarcable y constituye por sí misma un
campo específico de investigación que da cuenta de la multiplicidad de una realidad difícil
de sintetizar teóricamente. Desde esa premisa y siendo conscientes de la dificultad que
entrañaba adentrarse en este tipo de análisis, pensamos que era necesario abrir nuestra
reflexión a las nociones sobre la cultura que subyacen en los modelos pedagógicos
interculturales.
Con ese marco previo, iniciamos un recorrido por diferentes modelos y programas
interculturales y nos adentramos en sus principios y actividades, con el objetivo de
sistematizar los elementos comunes y las orientaciones generales de una posible teoría
intercultural en educación. Ahora bien, lejos de resolver con ello la conceptualización
teórica de la multiculturalidad, dicho análisis cambió la orientación y el curso de la tesis
que ahora presentamos.
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Una segunda dificultad, además de la complejidad reseñada, ha sido la amplitud de
acciones educativas existentes que se acogen bajo el epígrafe de “educación intercultural”.
Además de su elevado número, queremos destacar la heterogeneidad respecto del ámbito de
elaboración y desarrollo de los programas. Tal vez fruto de la confusión conceptual que
hemos señalado, lo intercultural se significa desde perspectivas diversas y aún
contradictorias entre sí que hacen muy complicada su sistematización y estudio. Desde esta
realidad, una de las cuestiones más difíciles de resolver ha sido conocer la población con la
que trabajábamos. Es evidente que la interculturalidad se ha implantado con fuerza a lo
largo de la última década en todo el estado y por tanto son numerosas las instituciones que
se ocupan de lo intercultural, limitándose en numerosas ocasiones a ámbitos locales.
Además, debemos tener en cuenta que la producción de programas y muchos de los
materiales interculturales existentes se han realizado desde asociaciones o entidades
pequeñas y que no han tenido una amplia difusión.
Otro de los obstáculos hallados a lo largo de nuestro trabajo ha sido lo que hemos
denominado distancia entre los supuestos teóricos y principios que emanan de los modelos
interculturales, y las prácticas o acciones que se derivan de ellos. En términos generales,
teníamos, de un lado un discurso positivo acerca de la alteridad y la cultura basado en el
reconocimiento de la diversidad y la igualdad como objetivo principal de la
interculturalidad. De otro, una serie de acciones estructuradas a partir de la categorización
de los “culturalmente diferentes”. Los programas estudiados definen por lo común como su
objeto de atención a los individuos considerados desde su adscripción cultural, en tanto que
inmigrantes, minorías étnicas, inmigrantes de segunda generación o simplemente
diferentes.
29
interculturalidad puede devenir en un rótulo más que, acompañando a la educación, acabe
por significar poca cosa, unas políticas asistencialistas hacia un <otro> que acaba encerrado
en una etiqueta estereotipada y estigmatizadora.
El examen del concepto de cultura, y las lecturas de autores que examinaban la intercultura
desde una perspectiva crítica4, como una de las formas actuales de clasificación nos situó
desde el inicio en la tesitura de la dificultad de definir de forma simple la complejidad de
los procesos culturales actuales. De la constatación de las propias contradicciones del
discurso surgió el interrogante principal sobre el que reflexionamos en estas páginas. La
pregunta se ha dirigido hacia la posibilidad de pedagogizar la diferencia, de la conveniencia
o “inocencia” de la conversión de lo identitario en contenido educativo y de la sospecha, o
cuanto menos de la duda, acerca de la bondad de los programas de atención a los diferentes.
En definitva, a lo largo de estas páginas realizamos un recorrido desde los principios del
multiculturalismo hasta su realización pedagógica en la actualidad. Lo multicultural supuso,
en sus inicios, la reivindicación de lo diferente, de lo que históricamente había sido
excluido de la modernidad. La diferencia, en tanto que identidad del otro, reclamó su lugar
y su valor en la historia, afirmó un lenguaje propio y luchó contra la exclusión social,
contra la desigualdad instaurada por el ejercicio de un poder que había construido un único
actor social válido.
4
Fueron capitales en este sentido las lecturas de libros como Todorov (1987): La conquista de América. La
cuestión del otro. México DF, S. XXI; VV.AA (1994): Extranjeros en el paraíso. Barcelona, Virus; Delgado,
M. (1998): Diversitat e integració. Lógica i dinámica de les identitats a Catalunya. Barcelona, Empuries ;
Contreras, J. (coord.)(1994): Los retos de la inmigración: racismo y pluriculturalidad. Madrid, Talasa; y
Santamaría, E.; González Placer, F. (comp.) (1998): Contra el fundamentalismo escolar. Reflexiones sobre
educación, escolarización y diversidad cultural,Barcelona, Virus, para situar el análisis de la interculturalidad
en una perspectiva crítica.
30
culturales. Por ello, la multiculturalidad nace como una propuesta educativa, como un
cambio de perspectiva en las narraciones pedagógicas y en las prácticas escolares.
En otras palabras, las miradas se han vuelto de nuevo hacia la educación, como la
herramienta clave para dar respuestas a los conflictos que emanan de las nuevas formas
concebidas de socialidad y pertenencia. La educación entendida como uno de los
mecanismos para reconstruir los vínculos entre el individuo y la sociedad. En definitiva,
para pensar cuál ha de ser hoy la pedagogía que posibilite la integración social y la
participación, una vez asumida la inevitable diversificación de unas sociedades que
pensábamos homogéneas.
31
La interculturalidad, o cuanto menos las preguntas que formula, es uno de los retos
actuales de la educación. Más que un modelo acabado acerca de una práctica educativa
sobre la diversidad, y más allá de la puesta en marcha de programas para la atención de las
diferencias, la interculturalidad es un reto en tanto que interrogante.
Pensamos que no es posible, tal y como indica Petrus (2001) simplificar teóricamente una
realidad compleja y cambiante. La diversificación de las sociedades de hoy, y la
emergencia de nuevas formas de pertenencia y vinculación con lo social, constituyen ese
reto. Todo ello nos obliga a reflexionar sobre la necesidad de renovación de unos relatos
incapaces de dar cabida a lo diverso y establecer un vínculo entre los sujetos de la
educación con la sociedad de su tiempo. Por ello, hemos entendido a lo largo de este
trabajo, la interculturalidad como ese espacio de reflexión que, más que cerrar respuestas, a
abierto dudas e interrogantes.
32
PRIMERA PARTE
33
34
2- CULTURA Y DIVERSIDAD CULTURAL
Este es el sentido general de los capítulos que siguen (2, 3 y 4). Su objetivo es el de
esclarecer, si cabe, dichos conceptos para la teoría pedagógica intercultural. Pensamos, que
la educación no puede desvincularse hoy de cuestiones como la diversidad cultural y la
identidad, al constituir éstas unas de las áreas más importantes de discusión y conflicto de
las sociedades actuales. Sin embargo, tampoco significa que debamos asimilar la
<diferencia> cultural en tanto que “realidad” que hay que elaborar “pedagógicamente”. Por
el contrario, pensamos que dicha diferencia debe ser estudiada en el marco más amplio de
lo que hoy debe dar sentido a la acción educativa y de las funciones de la pedagogía en el
contexto de la sociedad de la información.
A lo largo de este capítulo analizaremos aquellas ideas que consideramos, son el marco de
referencia teórico de la teoría intercultural:
x El concepto de cultura.
La noción de universalidad y su relación con el de diversidad cultural.
El concepto de identidad cultural.
35
En primer lugar, revisamos el concepto de cultura en tanto que eje central de la teoría
intercultural. Realizamos un recorrido, desde las aportaciones de disciplinas como la
antropología y la sociología, de los diferentes significados de la cultura con relación a la
idea de sociedad y diversidad. En el segundo apartado nos hemos centrado en la cuestión de
la cultura y el modelo de universalidad occidental, intentando analizar la correspondencia,
que se establece entre lo universal, como noción absoluta, y las particularidades de las que
parecería que emana la diversidad cultural. Por último, en el tercer bloque de este capítulo,
nos centramos en la cuestión de la identidad en tanto que manifestación de lo cultural y
reivindicación de las diferencias específicas de los grupos. El objetivo de este apartado es
responder a la pregunta de cómo entender la identidad desde un discurso intercultural y en
cómo ubicarla en el conjunto de los significados referidos a la cultura.
36
2.1 CULTURA, Y PLURALIDAD
En este punto vamos a revisar el concepto de cultura en tanto que el discurso multicultural,
y por añadidura, el de la educación intercultural, se articulan en él. La cultura, su defensa y
su protección, constituye uno de los temas de mayor calado para muchos grupos frente a un
mundo global e interdependiente. Supone, además, el leiv motiv de numerosos conflictos y
se erige como una de las cuestiones que las sociedades del futuro, y también las del
presente, habrán de resolver para preservar su cohesión.
37
Por último, en el cuarto apartado, elaboramos a modo de conclusión del capítulo, los
contenidos que, a nuestro entender y desde la pedagogía social, han de articular las
nociones de “cultura” y de “diferencia cultural”. Con ello pretendemos mostrar en qué
forma esos contenidos estructuran los diversos modelos de la interculturalidad.
Estos tres ejes constituyen para nosotros el marco de partida de las reflexión en torno al
concepto de cultura que vamos a desarrollar en las siguientes páginas. De hecho, creemos
que a la pregunta por la vigencia del proyecto modermo, que vincula la idea de igualdad
social con el acceso a la educación, hemos de sumarle hoy la pregunta por la diversidad, y
por el resurgir de la <diferencia> en el propio discurso pedagógico. Si partimos de la idea
de que la educación arranca desde una noción de igualdad capaz de superar las diferencias
de partida, la educación intercultural además, se interrogaría acerca de la “resistencia” de
dichas diferencias al modelo pedagógico de la modernidad.
Alain Touraine analiza muy bien de qué manera el hecho de que cuestiones como la
identidad y las particularidades culturales tengan cada vez más mayor relevancia en la
estructura de las sociedades actuales supone, de algún modo, el rechazo del proyecto
moderno.
38
Para Touraine, ese intento de sociedad racionalizada ha fracasado, entre otras razones,
porque impuso una separación absoluta entre el mundo del sujeto y el de la técnica o el
mercado. En sus propias palabras: La ideología modernista supone la muerte del sujeto.
(1993:48)5.
Realizar este análisis supone para nosotros partir de una contradicción: de un lado, significa
someter a crítica los principios básicos en que se sustenta la teoría pedagógica desde la
modernidad, en tanto que vía maestra para asegurar el acceso a los bienes culturales y
lograr la igualdad social. De otra, representa la reivindicación de tales principios y su
afirmación, en tanto que fines no alcanzados en su totalidad. Esta paradoja aparente se
explica a a partir de dos ideas claves:
5
Touraine entiende el Sujeto en tanto que actor en el que se inscribe por igual la instrumentalidad racional y
la experiencia subjetiva de la identidad, en sus propias palabras, constituirse como sujeto es: […] “la
búsqueda, por, el individuo mismo, de las condiciones que le permiten ser el actor de su propia historia. […]
Ser Sujeto es el deseo del individuo de ser un actor”. En: (Touraine, 1997: 83).
39
En segundo lugar, en la actualidad la reivindicación de las diferencias culturales y la
demanda de acciones educativas específicas y <diferenciadas> se ubican de tal
manera que esa misma cohesión se torna imposible o, como mínimo, difícil de
alcanzar. La cultura se constituye en el discurso de la multiculturalidad como
función de la identidad del sujeto. Cultura, comunidad e identidad forman, desde
ese modelo, el andamiaje sobre el que se construye la sociedad cuestionando así sus
propios principios iniciales.
Por ello, el discurso6 multicultural se inscribe en una dialéctica a primera vista imposible
entre los principios educativos de igualdad y ciudadanía, definidos por el acceso de todos
los miembros de la sociedad a los bienes culturales y sociales, y al mismo tiempo, en la
negación de tales principios desde la reivindicación de las particularidades. De este modo,
el derecho a la diferencia reclama para sí el desarrollo de modelos educativos específicos
que den cuenta de la identidad de “partida” de cada cual.
Pensamos que los contenidos teóricos que articulan dicho discurso, distan de ser tan claros
como podríamos suponer en un inicio. Las distintas acepciones de cultura y diversidad
cultural, como funciones específicas de la interculturalidad, se manejan desde modelos y
prácticas, que en numerosas ocasiones son opuestas, cuando no ampliamente
contradictorias. Desde esta idea queremos reseñar una primera diferenciación de la cultura
que se refiere de modo general a dos usos diferenciados comunes:
6
Entendemos el concepto de discurso en el sentido apuntado por V. Núñez: El discurso, en tanto proceso de
producción de sentido, produce efecto de realidad. (1990:27). Ver también: Santamaría, E. (2001:149-151) y
Van Dijk, (1991) (1997).
40
2- O bien podemos concebir la cultura (como objeto teórico de la Antropología) en tanto
que estudio de los grupos y de sus características, de las identidades colectivas, como los
estilos o maneras de “hacer” de las sociedades humanas. La interculturalidad se construiría
teóricamente desde esta segunda acepción y por ello es desde esta perspectiva que
analizaremos la noción de cultura en las siguientes páginas: como pregunta por las
semejanzas y las diferencias humanas.
7- El término cultura procede del término latino <cult> que significa cultivado , en el sentido agrícola de
<campo cultivado> en contraposición al de <campo en estado salvaje>. Más adelante se amplió este concepto
al individuo, en el mismo sentido semántico. Hasta el siglo XVIII <cultura> se definirá como adjetivo, <cult-
o>. El concepto de cultura vinculado a la identidad no surgirá hasta finales del siglo XVIII, relacionado con
la nación y la formación de la identidad nacional (Aguirre, 1997)
8
Aunque se pone en duda que existiera el desarrollo de un concepto de cultura anterior a 1750, Marvin
Harris opina que los pensadores de la Ilustración iniciaron la elaboración de una incipiente teoría
antropológica de la cultura al preguntarse acerca de las semejanzas y las diferencias humanas en términos de
progreso, planteando la indefinición primera de la naturaleza humana y su capacidad de perfectibilidad y
aprendizaje. Ver: (Harris, 1993: 8).
9
La noción de bárbaro aparece ya en la antigüedad griega y romana, así como la de salvaje para todo aquello
extraño o ajeno al grupo en la civilización occidental. C.Lévi-Strauss nos recuerda en su libro Raza y cultura
como “La humanidad cesa en las fronteras de la tribu <...>” de manera que muchos grupos se
autodenominan <los hombres>, <los buenos>, en una suerte de negación de las virtudes humanas a los grupos
desconocidos. (Lévi-Strauss, 1993:49). También son interesantes en este sentido los trabajos realizados por
Tzvetan Todorov: en su libro La conquista de América: la cuestión del otro, publicado en 1987, (S.XXI,
Mérxico DF), descubrimos como “los otros” también piensan la alteridad y el hecho evidente de que el
“descubrimiento” más que mostrar la diferencia radical, remitió a la pregunta por la propia identidad de los
europeos.
41
el periodo de la Ilustración representa para nosotros los inicios del intento de una
explicación sistemática de las distintas formas de sociedad a partir de nociones como la
raza y la cultura. Creemos que algunas de sus preguntas y también algunas de sus
afirmaciones siguen siendo hoy plenamente actuales, en tanto que articulan un discurso en
el que la cultura en el sentido antropológico se vincula a otros conceptos como el de nación
o civilización. El relato que emana de él, configura el modo en que las sociedades
occidentales, durante los dos últimos siglos, se han contado a sí mismas su identidad.
El siglo XVIII discutió acerca de la diversidad humana desde una posición que hoy
podríamos denominar etnocéntrica10 . Sin embargo, su originalidad radica en que inauguró
un debate aún hoy vigente, por primera vez fue propuesta la legitimidad de todo orden
social o tradición y formulado el derecho de los pueblos a vivir conforme sus propias
leyes y costumbres, iniciando las primeras aportaciones críticas respecto de la validez de
Comentario [a1]:
los juicios morales de unas naciones hacia otras 11.
10
Entendemos por Etnocentrismo: Valoración de las peculiaridades del propio grupo étnico como
apropiadas para todos los demás seres humanos. Es una forma de autoglorificación muy difundida en
nuestra cultura. Implica rechazo, desdén o conmiseración hacia los que son diferentes. (Juliano, 1993: 91).
Así mismo M. Harris señala que el etnocentrismo es la “ tendencia a considerar los rasgos, estilos, ideas y
valores observados en otros grupos culturales como inferiores y menos naturales que los del propio grupo”.
(Harris, 1987:556)
11
Para desarrollar este tema ver: Harris, M. (1993:8) donde desarrolla el tema de la Ilustración y el concepto
de cultura. Y Todorov, T. (1991) en concreto el capítulo dedicado a Montaigne y el de la evolución del
relativismo cultural.
12
Relativismo cultural: “ De base funcionalista, señala la imposibilidad de juzgar una cultura desde las
bases valorativas de otra.” ( Juliano, 1993: 93).
42
intento de explicar las costumbres y las creencias humanas como resultado de la
experiencia particular, desechando la idea de un origen biológico de las mismas (1993:11)13
Pensar las diferencias como resultado del contexto y de la historia significó también la
posibilidad de imaginar una única naturaleza humana. La unidad de la especie, constituyó
el eje a partir de cual las sociedades eran contempladas como construcciones particulares y
contingentes, dando forma a la idea de un único modelo de progreso y civilización. La
cuestión principal que se debatía en ese periodo era quizás la manera de definir el proceso
de universalización y la forma más efectiva para lograrlo. Si la especie humana era una,
también podía ser uno el modelo social que unificara cada vez más a los pueblos hacia
cotas mayores de progreso y civilización, definidos como la realización de la modernidad y
el proyecto ilustrado.
Sin embargo, Todorov relata en su libro, Nosotros y los Otros, que ese modelo de
civilización no fue ni unitario ni unidireccional. Autores como Montesquieu o, de forma
más radical, Helvecio, lo cuestionaron desde la constatación de la arbitrariedad de las
costumbres. El relativismo inicial de Helvecio, según Todorov, se orientaba hacia el
mantenimiento de cada nación y de cada pueblo en sus propias leyes, al revelar la
imposibilidad de emitir juicios acerca de los otros pueblos a partir de las propias
costumbres o formas de pensamiento.
En todo caso, el autor indica que para la mayoría de los discursos planteados en esa época,
tanto desde el ideal universalista como desde las primeras apuestas del relativismo fue
difícil escapar a una cierta perversión etnocéntrica:14
13
Podemos remitirnos a J. Locke y su idea del <gabinete vacío> como una de las primeras aportaciones en
este sentido.
14
Utilizo esta acepción tomada de Todorov. Para ampliar información acerca de el desarrollo del pensamiento
ilustrado en relación a la diversidad ver: Todorov, T. ( 1991): Nosotros y los otros. S.XXI, México, pp. 9-82.
43
Siguiendo la “regla de Herodoto”, ¨{los hombres} se han juzgado como los
mejores del mundo, y han estimado que los otros son buenos o malos, según se
hallen más o menos alejados de ellos. Y a la inversa, sirviéndose de la “regla de
Homero”, han llegado a la conclusión de que los pueblos más alejados son los más
felices y admirables, en tanto que entre sí mismos no han visto más que decadencia
(Todorov, 1991:431-432)
44
Si, tal y como indica A. Touraine (1993), la modernidad significa el triunfo de la Razón al
definir al hombre como resultado de sus acciones, el discurso multicultural, la
reivindicación de las diferencias, constituye a nuestro entender, un debate plenamente
moderno.15
15
A finales del siglo XVIII, el concepto de tolerancia no estaba planteado a propósito de las tradiciones
culturales. Aunque hoy la idea de tolerancia está estrechamente ligado a las teorías de la cultura y a las
propuestas de la multiculturalidad, en la Ilustración se refería más a tolerancia religiosa en el seno de las
sociedades occidentales. Para ampliar la formación de las teorías de la cultura y las ideas acerca de las
semejanzas y diferencias humanas ver: Todorov,1991:33-83 y Harris,1993: 7-46.
16
Queremos aclarar que las ideas que acabamos de exponer referidas a las tesis del siglo XVIII, no significa
que no hubiera exclusión y rechazo del <otro> en el pensamiento de esa época, sino que éste estaba matizado
por la idea de que las sociedades podían desarrollarse. Lo que no era puesto en duda era la existencia de las
razas y la supremacía de la blanca por encima de las demás, ya que había alcanzado estados más altos de
desarrollo tecnológico.(Harris, op.cit.)
45
De esta manera, la cuestión principal que se discutió a lo largo de todo el siglo y que dió
origen al llamado Darwinismo social17 no fue la categoría de raza, ampliamente aceptada,
sino si las razas que eran consideradas inferiores podían o no evolucionar en el mismo
sentido que las sociedades occidentales. El concepto de la lucha por la vida y la
supervivencia del más apto comenzó a relacionarse con el de progreso económico y
desarrollo social, demostrando así la superioridad de unos pueblos sobre otros.18 La
apelación al concepto de raza, fue utilizada tanto para definir un “nosotros” referido a la
nación, como para identificar e interpretar quienes eran los “otros” inferiores y por tanto,
susceptibles de ser dominados. La teoría de las razas quedó así vinculada al de civilización,
era su efecto: Un sentido de comunidad basado en la ilusión de un origen común y en el
espejismo de un común destino. Arrastradas por la mística del patriotismo de inspiración
racial, las naciones se hacían la guerra con mejorada eficacia a la vez que en interior
conseguían mantener amodorrada la lucha de clases con sus divisivas consecuencias
(Harris,1993:91).
17
En la introducción que realiza M. Fernández Enguita al libro de Pedagogía de H.Spencer, podemos leer
acerca de la definición de darwinismo social: “Spencer traslada al campo de la sociedad los postulados
naturalistas que pronto codificaría Darwin en el análisis de la evolución de las especies. El desarrollo de la
humanidad estaría marcado por una lucha por la vida en la que solamente sobreviven los más fuertes y
perecen los débiles, lo que se salda en una constante evolución de la especie que Spencer saluda
entusiasmado.” Spencer, H. (1983): Ensayos sobre pedagogía. Akal, Madrid.
18
Según C. Lévy-Strauss (1993) : Raza y cultura. Cátedra, Madrid, las teorías sociales fueron, en realidad,
anteriores al desarrollo de la teoría de Darwin.
46
Se apelaba a la diferencia, a su irreductibilidad, como una forma de defender el
determinismo cultural y la discontinuidad inevitable de la humanidad. La pertenencia
cultural pasó a justificar la coincidencia entre la entidad cultural y la política.
Aunque explicados aquí de forma muy general, es a partir de estas dos grandes líneas de
pensamiento que queremos situar el análisis del concepto de cultura y de diversidad cultural
en el marco de las sociedades actuales. No hemos querido ahondar en las distintas teorías
de la cultura desde el siglo XVIII hasta nuestros días, sino simplemente señalar cómo, a
partir de dos “momentos” clave se formuló y estructuró la pregunta de la que nos ocupamos
en este trabajo. En cierto modo, pensamos que las teorías multiculturales retoman esas
cuestiones y la sitúan de nuevo en la afirmación de la irreductibilidad de las diferencias y
una suerte de separación de los grupos humanos desde criterios de tipo culturalista.
Existen una amplia variedad de enfoques en el análisis cultural y es casi imposible revisar
cada una de las acepciones del concepto de cultura utilizadas desde diversas teorías
antropológicas y sociológicas19 en la actualidad. Esto es así porque el concepto de cultura
se halla imbricado en la misma sociedad que lo genera y sujeto a sus cambios, contempla
una enorme variabilidad de época en función del momento histórico y del ámbito en el que
ha sido analizado. Por ello, vamos a tomar aquellas definiciones de la cultura que de alguna
manera son importantes y recurrentes en el análisis multicultural, no tanto para definir, a
su vez, un significado de cultura más preciso, como para analizar en qué manera la
apelación a la cultura es utilizada en este discurso y en el modelo de sociedad que
representa.
19
A.L Kroeber y C.Kluckhohn fueron unos de los primeros antropólogos que intentaron sistematizar las
diversas definiciones del término cultura en su obra Culture. A Critical Rewiew of Concepts and Definitions
(1952), llegando a analizar más de 164 definiciones, desde la primera acuñada por Tylor en 1871. Una
revisión actual del concepto de cultura podemos hallarla en: KOTTAK, C.P (1994): Antropología, una
exploración de la diversidad humana.Madrid, McGraww-Hill.
47
Partimos de una primera definición de cultura para ubicar el marco teórico de referencia en
nuestro análisis de la multiculturalidad: Todo aquello que es aprendido y transmitido
socialmente. Es un concepto que se contrapone al de naturaleza. En las últimas décadas el
énfasis está puesto en las conductas simbólicas, y en los códigos de comunicación (Juliano,
1993:91)
No obstante, la primera definición sistemática del concepto de cultura fue realizada por
Tylor en el año 1871, que desde una posición evolucionista la entendía como: […]aquel
todo complejo que incluye el conocimiento, las creencias, el arte, la moral, el derecho, las
costumbres y cualesquiera otros hábitos y capacidades adquiridos por el hombre en cuanto
miembro de la sociedad ( En: Petrus, 1997: 252) Más adelante, la antropología Boasiana 20
desarrollaría la idea de la particularidad singular e incomparable de cada cultura,
argumentándola a partir de: Las representaciones colectivas de Durkheim y los <patterns
culturales> de la escuela culturalista norteamericana, que habrían apuntado como lo más
relevante y característico de una cultura el conjunto de categorías simbólicas que
confieren sentido o filtran el significado de la <realidad> física, social, y-aún-metafísica.
(Juliano, 1993:91)
20
Boas fue el máximo representante de una posición que rechaza toda posición determinista acerca de las
diferencias culturales, defendiendo la acción creativa del sujeto en los cambios culturales al mismo tiempo
que la resistencia a dichos cambios: “Se pretende que la cultura humana es algo superorgánico que sigue
leyes que no son queridas por ninguno de los individuos que participan en la cultura, sino inherentes a la
misma cultura {...} Boas (1928) : Antropology and modern life, Norton, Nueva York. Citado por : (Harris,
1993: 285).
21
Cabe destacar en este sentido los trabajos que realizó la Escuela de Chicago en la primera mitad de siglo y
posteriormente las aportaciones de Barth (1977) en el que en su estudio: los grupos étnicos y sus fronteras,
señalaba que los grupos étnicos existen en tanto que contraste con otros grupos.
48
que […] si llamamos cultura al conjunto de los modos de ser propios de una sociedad o
población dada, luego de un conjunto colectivo de modos de ser, nos encontramos con una
entidad difícil de delimitar. Es decir, que en la actualidad es muy complicado, cuando no
imposible, definir la cultura a partir de la identificación de unos rasgos peculiares y únicos
que establecerían las líneas de demarcación entre unos grupos y otros. Con ellos queremos
resaltar como una de las características de la cultura su enorme variabilidad y complejidad.
Al hilo de las anteriores reflexiones y en el ámbito de este trabajo se trataría de pensar las
características y funciones que se atribuyen a “lo cultural” como eje vertebrador de la
identidad y de las diferencias entre los individuos. En definitva, consistiría en interrogar al
concepto de cultura en el sentido formulado por M. Augé: en qué manera la pertenencia
22
Quisiéramos diferenciar entre las distintas escuelas que, desde el evolucionismo, el materialismo o las
aportaciones marxistas y estructuralistas, han ido desarrollando distintas interpretaciones de la cultura, de la
permanencia de un discurso sobre la cultura que incide principalmente en las diferencias como una suerte de
“identidad biológica”.
23
El mismo concepto de multiculturalidad arrancaría de esta tradición.
24
La llamada Escuela de Chicago realizó importantes aportaciones al analizar las concepciones
descontextualizadas de la cultura desde la Antropología. También, a través de su obra: Los grupos étnicos y
sus fronteras (1969), Barth y sus colaboradores contribuyeron a desmitificar esta concepción de cultura.
49
cultural se erige como condición y límite de la relación de un individuo con su sociedad, y
si esto es así, cuáles son las consecuencias que tal atribución conlleva:
A partir de esta cita de M. Augé nos formulamos dos cuestiones, a nuestro entender básicas,
para clarificar la importancia de la noción de cultura. Si bien es posible entender que, para
cada uno, la cultura se expresa en términos de una experiencia singular y única, hasta qué
punto podemos considerar en las sociedades actuales que la cultura significa el sustrato
primordial de la identidad del sujeto. Nos parece importante también analizar en qué
sentido podemos categorizar las particularidades culturales expresadas por esos sujetos de
manera que podamos establecer diferencias entre ellos. Pero, aún más importante que lo
anterior sería definir entonces cuál es la función social que cumplirían las categorías de la
<diferencia> una vez que han sido establecidas, en el marco del discurso multicultural.
Es en este sentido que consideramos la cultura como un concepto vacío que ha de ser
pensado en relación con los procesos sociales en los que está integrado. Por ello nos
interesa destacar esa dimensión de la cultura que tiene que ver con el proceso de
construcción de la identidad y con el sentido de pertenencia. Pensamos que en el discurso
multicultural es relevante la forma en que se construyen los significados de semejanza y
diferencia dentro y fuera de cada grupo a través de múltiples formas de participación,
convivencia e intercambio.
50
Si a la idea de la cultura que utilizamos se le supone un modo específico de concebir la
convivencia humana y un determinado modelo de sociedad, entendemos la noción de
cultura en la línea que apunta D. Juliano al inicio de este apartado, como el producto de
una mezcla de legados y experiencias que se forman entre experiencias históricas diversas,
todas ellas precarias, mutantes, contradictorias y por eso mismo legítimas. (Juliano,
1993:155)
Desde esa premisa, y tal y como indicaba Dumont (en Todorov, 1988:13) la cultura aparece
como algo que no puede ser definido sin el riesgo de simplificarla excesivamente. La
cultura es a la vez y al mismo tiempo un concepto que tan sólo puede ser explicado desde la
complejidad, lo diverso, lo que mutua y fluctúa constantemente, aquello que se deja mirar
en un instante pero al precio de no poder comprenderlo más allá de él25. Es decir, de no
poder “atraparlo” en absoluto.
Sin embargo, esa definición, esa idea que concluye una cierta manera de entender qué es
aquello que nos hace seres de una cultura en particular, sí tiene unos efectos determinados
sobre los individuos al configurar un lugar social desde criterios culturales y obstaculizar
con ello las posibilidades de integración social26. En definitiva, la cultura es el eje que en la
actualidad articula un debate acerca de los límites y las fronteras que lo identitario y lo
comunitario deben tener para preservar la cohesión social.
25
Tomamos esta idea del antropólogo Manuel Delgado, desarrollada acerca de lo urbano en su libro: El
animal público (1999).
26
Ejemplo de ello sería la situación de los gitanos en nuestro país.
51
2.1.3.1 ¿Kultur frente a Civilización27?
Al hilo de las diferencias generales establecidas en el apartado anterior respecto de la idea
de progreso iniciada en el siglo XVIII, y de la idea de desigualdad propia del XIX, nos
interesa hacer una reflexión sobre los conceptos de Kultur y civilización como dos modos
distintos de entender la relación entre las nociones de cultura y sociedad. El primero
enfatiza la diferencia y lo específico, mientras que el segundo está vinculado a las ideas de
sociedad y progreso desde una dimensión universalizadora.
Desde esta concepción, cada pueblo es poseedor de un alma colectiva que define una
<esencia>, un <espíritu>, del que participan todos sus miembros. Este “núcleo duro”
representa la herencia de una ascendencia común que es indisoluble y que no depende de la
voluntad del individuo, sino que lo constituye en lo que es al tiempo que lo diferencia del
resto de los grupos. Su efecto es la producción de una identidad simbólica que da razón de
lo específico y particular desde una idea metafísica de la cultura. Es decir, la sociedad debe
27
Utilizo ambos conceptos (kultur frente a civilización) a modo de marco explicativo. Aunque se pueda
identificar de forma genérica a la primera con el modelo Alemán, y la segunda con el modelo francés, lo que
me interesa destacar de ambos conceptos es su significación como modelos diferenciados de entender la
relación entre individuo-sociedad y cultura. Ver: Todd, E. (1996): El destino de los inmigrantes. Asimilación
y segregación en las sociedades occidentales, Tusquets, Barcelona. Y Noberto, E. (1993): El proceso de
civilización, Madrid, FCE.
28
La idea de <Kultur> es utilizada por Herder (1744-1803), precursor del romanticismo alemán, al afirmar
la cultura como una realidad colectiva y como un proceso de formación histórico (Bildung) (A.Aguirre,
1997)
52
responder al modelo instituido desde la cultura (una lengua, una religión, una historia
común) y dar cuenta de esa realidad a través de sus leyes y su organización Como bien
explica la cita siguiente : esta noción de cultura presupone una identificación absoluta
entre una determinada visión del mundo y el sistema de relaciones sociales y el orden
político del estado (VV.AA ,1996: 22)
El concepto de cultura que arranca de esta tradición, y que aquí hemos denominado de tipo
“esencialista”, a diferencia de Weber, establece la equivalencia entre cultura y sociedad, al
considerar que la cultura es una “entidad” superior a los propios individuos que la integran
y que permanece estable e invariable en sus rasgos fundamentales a lo largo del tiempo.
Contrariamente a esta noción de cultura, que como indicaba Elías enfatiza lo particular y
desarrolla un carácter diferenciador (op.cit), el concepto de <civilización>30 representada
en el modelo francés del ius solis (derecho de suelo) establece la pertenencia a la nación a
partir de un pacto que vincula al individuo con la sociedad. La idea de civilización no se
refiere tanto a una idea fundadora de la cultura y del colectivo, como de los individuos
29
El concepto de comunidad fue ya definido por Tönnies en 1887, al explicar las diferencias de la sociedad
capitalista respecto de las sociedades anteriores En estas últimas priman las relaciones personales, los
vínculos morales y cooperativos. Esta diferenciación serría similar a la articulada por Durkheim entre
<sociedad orgánica> y <sociedad mecánica>. (Harris, 1993:167,403)
30
La noción de <civilización> proviene de Turgot (1756) , se desarrolla a partir de la tradición ilustrada y era
entendida como la cultura en su forma más avanzada.
53
específicos y de los hechos políticos, económicos y técnicos que ellos realizan para
impulsar el desarrollo y el progreso. Noberto Elías (1993:57-61) explica que la idea de
civilización tiende a buscar aquello común en lo humano, centrándose más en el “proceso”
y en sus resultados. Por el contrario, la kultur expresaría el “valor” del producto en tanto
que realización artística o espiritual, marcando lo original y específico de cada grupo
humano.
En la actualidad, apelar a la cultura ha servido y sirve tanto para designar una aspiración
universal e igualitaria de tipo asimilacionista, como para pensar en unas “diferencias”
culturales convertidas en especificidades que es necesario conservar. La “particularidad”
entendida a modo de “especie natural”, acaba por configurar una idea de la cultura en la
que los usos y costumbres de los grupos, se erigen como portadoras de singularidades
absolutas. En palabras de Teresa San Roman, “el problema central surge de la defensa
simultánea de un derecho a la diferencia y de una afirmación universalista doctrinal de
igualdad.” (1996b:32) que revierte en unas prácticas sociales ambiguas realizadas en
nombre de los derechos y las diferencias culturales.
54
que la modernidad se esforzó en diferenciar: la de identidad individual y la de sociedad
definida en tanto que agregado de individuos portadores de atributos culturales específicos.
[…] conjunto más o menos coherente de los significados adquiridos, los más
persistentes y los más compartidos, que los miembros de un grupo, por su afiliación
a dicho grupo, transmiten y hacen prevalecer sobre los estímulos precedentes de su
entorno y de ellos mismos. Estos estímulos inducen unas actitudes, unas
representaciones y unas conductas comunes valoradas, que tienden a reproducirse
por vías no-genéticas. (Camilleri 1992:33)
Creemos que al inferir desde una supuesta pertenencia cultural la identidad individual, tal y
como ocurre muchas veces en las teorías multiculturales, se produce una conceptualización
sobredimensionada de la cultura. Sin duda, la confusión entre indentidad y cultura,
proviene del hecho de asignar a la identidad particular y subjetiva los rasgos generales y
siempre arbitrarios de una “cultura”, que en el intento de ser definida acaba convertida en
una imagen estereotipada y folclórica31. Al definir la cultura del “otro” de esta forma, y
esperar que sea corroborada en cada sujeto particular, desaparecen otros elementos de
31
No obstante Marc Augé indica que además del carácter dinámico e histórico de la cultura, hay que
contemplar también una cierta permanencia que hace que podamos preguntarnos cosas acerca de ella.
Subraya, aún así, que ello no significa que la cultura pueda convertirse en algo sustantivo, sino que: la
persona concreta no se realiza más que en la dimensión social, económica y política que le asigna sus
límites. No constituye toda la cultura, sino que toda ella es cultura, en el sentido complejo y completo del
término. (1996a:56)
55
análisis como las semejanzas entre los grupos32, la trayectoria histórica y los procesos de
cambio y movilidad que se dan en las sociedades. En efecto, inferir la identidad desde la
cultura significa negar la complejidad respecto de las formas de intercambio de los
individuos y los grupos entre sí como elementos constitutivos de lo cultural.
Del mismo modo, la tan manida noción de <área cultural>, que identifica grandes grupos
culturales en función de su pertenencia a una determinada zona geográfica y que les otorga
un conjunto de características significativas, resaltaría también esa dimensión inmovilista
de la cultura33. El <área cultural> destacaría aquellos rasgos, en detrimento de otras
variables, que permiten describir un conjunto cultural cohesionado pero que, al igual que en
el concepto de cultura, pueden considerarse de dudosa existencia. 34
Aunque la noción de “área cultural” haya sido puesta en duda desde la antropología hace
tiempo, en la mayoría de discursos multiculturales, se suelen identificar amplias áreas
geográficas de origen que integrarían conjuntos de características culturales. Para el J.R
Llobera (1990) este tipo de descripciones representan un intento de “primitivizar” el área en
cuestión.
32
En el capítulo dedicado a la inmigración se analiza el mecanismo por el cual toda definición de un “otro”,
implica la afirmación de una identidad del “nosotros” de manera que sólo puede hacerse marcando
exageradamente las diferencias y velando las semejanzas.
33
Ejemplo de ello sería la recurrente denominación de <magrebíes> como <grupo cultural> a partir de la
demarcación de un área geográfica.
34
“En los años cincuenta Julian Steward puso de manifiesto la debilidad teórica de área cultural, indicando
no sólo los cambio temporales sino también el hecho de que, a menudo, los componentes de un área cultural
contienen rasgos culturales distintos de los predicados para el área cultural como un todo”. (LLobera: 1990:
92)
56
En definitiva, creemos que el error no estriba tanto en el hecho de la definición genérica de
lo que las culturas o áreas culturales, sino en que dicha representación cerrada de la cultura
es utilizada tan sólo respecto algunos grupos o sociedades 35.
Por último, otro de los problemas que plantea una definición estática de la cultura es la
imposibilidad de establecer e identificar el conjunto de características mínimas que
constituirían una cultura. Siempre sería posible, por ejemplo, ampliar o disminuir dichas
categorías, por lo que una misma cultura estaría integrada por unos grupos u otros en
función de la definición previa de sus singularidades. Por el contrario, una noción dinámica
de la cultura nos permite desechar tanto los modelos basados en una defensa radical de la
diferencia cultural, como a aquellos modelos que en nombre de la integración cultural,
apuestan por el simple asimilacionismo36. Por ello creemos que en el análisis de la
interculturalidad es necesario partir de la idea de que todas las formas culturales se hallan
en continua evolución y sujetas a los cambios sociales, así como a las experiencias
particulares de los individuos que las integran.
35
Carrithers cita el libro de Wolf: Europe and the People without History que señala cómo desde esta
perspectiva de la noción de cultura aprendemos a identificar a occidente como una entidad delimitada y
diferenciada de las demás, que se corresponde, a su vez, con la idea de civilización, definiendo su historia en
términos de progreso lineal. Occidente es interpretado como “agente activo” de la historia en tanto que las
otras sociedades son simplemente “descubiertas”.
36
Asimilacionismo: desaparición de un grupo, normalmente una minoría, mediante la pérdida de su identidad
biológica y cultural. (Harris, op.cit.: 553)
57
objetos que denominamos culturas. Según el autor, aquello que dota de contenido a la
cultura son las relaciones y la significación de las representaciones colectivas ( op.cit,
1995:60) que éstas configuran. La cultura no puede pensarse más que como intercambios
donde tienen cabida el conflicto y la incertidumbre. Carrithers denomina a este hecho,
cambio frente a permanencia del hecho cultural:
Según la teoría cultural, las personas hacen cosas en razón de su cultura; según la
teoría de la sociabilidad las personas hacen cosas con, para y en relación con los
demás, utilizando medios que podemos describir, si lo deseamos, como culturales
(op.cit:58)
En este sentido, los elementos de la cultura son reinterpretados continuamente por los
individuos, a partir de la innovación y la constante aportación de nuevos significados. En
otras palabras, las diferencias culturales y la diversidad surgirían de los modos distintos de
interacción entre individuos y colectivos, de manera que los elementos culturales serían
constantemente renovados. En este sentido argumentamos que la cultura y las tradiciones
son menos fijas y mucho más mutables de lo que en una primera aproximación podría
parecer. Por el contrario, si definimos la cultura como algo dado y terminado, completo en
sí mismo, atribuimos a individuos particulares rasgos y características que son el fruto de
una abstracción, anticipando de esta manera su acción y comprometiendo su identidad, al
negarles esa dimensión de relación y movilidad.
Aunque en la mayoría de definiciones que podemos encontrar en las ciencias sociales, hoy
es mayormente aceptada una visión dinámica de la cultura, no es menos cierto que tanto en
el lenguaje común, como en muchas de las propuestas que tienen que ver con el derecho a
la diferencia, subyace una visión estática de la misma. La noción de cultura sirve para
resaltar los elementos “relevantes” y “representativos” que permiten identificar y
58
“explicar” a un colectivo determinado. Si toda selección de rasgos culturales37 implica
necesariamente una clasificación, podemos pensar que en numerosas ocasiones ésta se
realiza forzosamente de forma sesgada, dejando “fuera” aquellos elementos que no son
suficientemente diferenciadores. Por ello, desde una perspectiva pedagógica en el análisis
multicultural nos parece importante considerar dos dimensiones de la cultura que reflejen:
Siguiendo la propuesta de Delgado (1998) convenimos en que las culturas son el efecto, y
no la causa, de las diferencias humanas. Las diferencias culturales no pueden ser
entendidas como “un problema” que hay que gestionar y resolver, pues en realidad,
responden a la necesidad de ordenación de la identidad, y del sentido de pertenencia de los
individuos y los grupos. Por ello, las diferencias son creadas y recreadas individual y
colectivamente para estructurar la identidad y favorecer la cohesión social:
37
En cierta manera, podríamos considerar el discurso multicultural como una suerte de clasificación de las
sociedades a partir de sus diferencias.
38
Tomamos como referencia las obras de: Barth, F. (1977). Delgado, M. (1998), Santamaría, E. (2001).
59
referir-se a la ciutat en termes d’<interculturalisme> o de <mestissatge cultural> és, per
tant, incòrrer en una certa redundància, ja que una ciutat només es pot reconèixer
culturalment com a amuntegament de llegats, testimonis, trànsits, presències […] (VV.AA,
1996b: 17)
En otras palabras, el análisis de las distintas nociones de cultura, de la idea de sociedad que
cada una de ellas conlleva, nos servirá para determinar las implicaciones sociales de estas
propuestas y su conexión con un modelo de sociedad multicultural concreto. Tal y como
indica M. Augé: es así, como sin ser criticado, el tema de la sociedad multicultural, que
parece sobrentender que la noción de cultura es obvia y que la pluralidad cultural que se
le aplica ha sido identificada, podría constituir el origen de una enorme regresión teórica,
por no decir nada de los errores políticos que puede entrañar (1996a:32)
Pensamos que muchas veces, desde las teorías multiculturales, la diversidad es referida a la
cultura sin clarificar qué significa y sobre qué principios se articula. Es decir, la identidad
particular es identificada por una suerte de mecanismo pseudoantropológico, a una
clasificación superficial de la pertenencia cultural y de las características y realidades que
emanan de ella. A la singularidad de ese proceso, se le añade la falta de precisión de los
conceptos utilizados, de manera que éstos toman significados distintos en función del
contexto del discurso en que son manejados.
39
A modo de ejemplo de las implicaciones del uso del concepto de cultura podemos ver la diferencia entre
denominaciones como “cultura magrebí” y “sociedad francesa”. Parece claro que ambas acepciones marcan
una oposición, un <lugar> distinto en una taxonomía de clasificación que, por lo general, no se hace explícita
en el discurso.
60
En realidad, la complejidad del concepto de cultura, puede llevar a una perspectiva
multicultural radicalizada en la que la pertenencia cultural podría funcionar como una
categoría a partir de la cual establecer “diferencias” de orden social. Por ejemplo, desde la
educación intercultural, podríamos preguntarnos a qué nos referimos cuando hablamos de
cultura árabe o marroquí, de cultura europea o africana como realidades cuyo contenido
se da por supuesto y para referirnos a individuos que, al fin y al cabo, participan de una
misma sociedad.
No obstante, los interrogantes, que hemos planteado respecto de la utilización del concepto
de cultura y de identidad cultural en la teoría multicultural, no pretenden negar la existencia
de diferencias entre individuos y grupos. Su objetivo es señalar que esos procesos deben ser
contemplados a la luz del contexto concreto que los produce. El poner en duda este
concepto nos permite hacernos la pregunta de ¿qué son exactamente las culturas de una
sociedad <pluricultural>? (Augé, 1996a: 56). En definitiva, creemos que debemos
precisar tres dimensiones en el análisis de la multiculturalidad respecto de la noción de
cultura. En primer lugar habría que tener en cuenta los “saltos”, rupturas y cruzamientos de
los hechos culturales y de la identidad adoptadas por los grupos en contextos nuevos. En
segundo lugar, pensamos que deberían contemplarse los procesos de repliegue en torno a
universos simbólicos, generadores de identidad individual y colectiva, respecto de las
condiciones producidas por el hecho migratorio y que pueden representar un mecanismo
para la integración y la participación social40. Por último, una tercera cuestión se referiría a
la cultura en tanto que procesos de relación e intercambio entre los individuos y las
sociedades. Lo cultural constituiría el resultado de esa interacción:
40
Para analizar en qué manera la fuerte cohesión de los grupos inmigrantes desfavorecidos constituyen un
“lugar” desde el que interactuar con la sociedad receptora ver: Comas, D. ; Pujades, J.( 1991) :Familias
migrantes; reproducción de la identidad y del sentimiento de pertenencia. en : Papers. Revista de Sociología
nº 36. Ver también: Delgado, M.( 1998): Diversitat e integració. Barcelona, Empúries.
61
En realidad, la cultura, entendida aquí en sentido amplio de categorías mentales,
formas de conocimiento y valores con los que vivir, aprendidos, creados, es
comprensible únicamente en su uso por las personas y en relación con otras
personas. Las culturas presuponen relaciones (Carrithers, 1995:53)
Desde estas tres dimensiones, la diversidad cultural puede ser pensada o bien como
obstáculo o bien como posibilidad de participación y cohesión social. Cuando se atribuye a
las diferencias culturales la causa de conflictos producidos por un supuesto <choque
cultural>, no reflejarse el contexto social desde el cual surge el conflicto y los procesos de
interacción entre individuos y colectivos apuntados por Carrithers. Contemplada como
posibilidad, la pertenencia cultural nunca es una identidad limitada, sino que es un proceso
en el que el aprendizaje de nuevas formas culturales y la actualización de los propios
recursos a nuevos contextos es una constante para todos los individuos41.
41
Quisiéramos remarcar, que, en realidad, el antónimo del concepto de igualdad, no es diferencia, sino
desigualdad. Entendemos como el opuesto de diferencia los conceptos que hacen referencia a <lo idéntico>,
<lo mismo>.
62
2.2 EL PROBLEMA DE LO UNIVERSAL FRENTE A LA DIVERSIDAD CULTURAL
42
Por su amplitud no es posible desarrollar aquí toda la complejidad en torno a la cuestión de los derechos
humanos y las propuestas de la necesidad de reconocer derechos colectivos, juntamente con los individuales,
como medio de protección de las minorías y la diversidad cultural. Desarrollan esta propuesta entre otros:
Rawls, J. (1996): El liberalismo político, Barcelona, Crítica. Taylor, Ch. (1994): La ética de la autenticidad,
Barcelona, paidós. Y (1996): “Identidad y reconocimiento”, Revista internacional de filosofía política, n.7.
Ver también Kymlicka, W.(1996): Ciudadanía multicultural. Una teoría liberal de los derechos de las
minorías., Barcelona, Paidós.
63
2.2.1 Universalidad y particularidad, ¿una dicotomía superable?
Una de las formas de la crisis de la modernidad que señalaba Touraine, se plasma a través
de la oposición entre dos principios: razón versus tradición. La defensa de la identidad
como tradición y la demanda desde distintos movimientos (que constituyen el antecedente
inmediato de la defensa de la diferencia cultural) de reconocimiento social, derechos
colectivos y afirmación positiva, cuestiona seriamente el proyecto de sociedad racional que
arranca de la modernidad. La emergencia de lo “particular” funda su demanda de
“visibilidad” social en el reconocimiento de su especificidad y no tanto en un criterio
abstracto de igualdad. Denuncia el ocultamiento, detrás de una vaga defensa del sujeto
individual como depositario de derechos, de toda expresión que no sea asimilable por el
proyecto moderno43.
Desde esta perspectiva, algunas teorías multiculturales han cuestionado la idea de que el
consenso universal sea posible, ubicándose en un relativismo radical que afirma la
inconmensurabilidad y legitimidad de todas las opciones y prácticas culturales. Clifford
Geertz señala la peligrosidad de tal argumento porque concluye en una suerte de
claudicación en la que al final “sólo podemos ser quienes somos” (1996: 72). Para el
autor, lejos de reconocer las diferentes opciones culturales e identitarias, dicha posición
acaba por revelar un etnocentrismo aún más perverso. A un relativismo mal entendido, se
le ha de sumar, un repliegue hacia modelos cerrados de identidad, que ante unas diferencias
insalvables, nunca han de cuestionar sus propias opciones. Este proceso conduce a una
postura que naturaliza lo cultural al considerar los conflictos sociales y morales como
conflictos entre una cultura y otra, cuando en realidad se producen entre una sociedad y
otra o entre colectivos de una misma sociedad. Es decir, que las cuestiones referidas a la
diversidad cultural, no pueden ser pensadas exclusivamente desde el derecho y el
cuestionamiento de los derechos universales, ya que la pluralidad y las formas de
43
Ver las reflexiones de A.Touraine respecto de este tema, En particular sus obras, crítica de la modernidad,
1993, Madrid, Temas de Hoy. Y ¿Podremos vivir juntos? Iguales y diferentes. 1997, Madrid, PPC.
64
convivencia que generan tendrían que ser analizadas en la actualidad en el marco más
amplio de la globalización y la sociedad de la información44.
Desde los argumentos expuestos pensamos que los derechos humanos no se oponen
necesariamente a la pluralidad cultural en el sentido que ésta última cuestione o invalide a
los primeros, sino que ambos se sitúan en el complejo proceso de redefinición de los
valores y las normas, de los referentes comunes (representados hoy por el mercado y las
comunicaciones) en un nuevo orden que resignifica tanto lo “común” como lo “particular”.
En este sentido, Touraine45 vería en el resurgir de las “particularidades identitarias”, una de
las manifestaciones de la crisis de la modernidad, cuyo efecto es un espacio social que no
puede aglutinar en torno a él a los ciudadanos, ni comprometerlos en un proyecto común.
Ese espacio, para Touraine, está ocupado únicamente por un “mercado autónomo” que
implica el triunfo de “aquellos poderes que sólo se definirían en clave de gestión y
estrategia”.
44
Ver punto 2.2.2.2 y capítulo 8.
45
Todorov (1995) y Touraine (1993) tratan este tema con amplitud, desde una perspectiva que intenta
analizar la modernidad, su desarrollo y su crisis en las sociedades occidentales, contemplándola como un
modelo que aún no está agotado. Es decir, el reconocimiento de las particularidades debe articularse en un
proyecto fundamentado en criterios de igualdad social, y no tanto en un modelo de sociedad estructurada a
partir de la identidad cultural de los grupos.
65
En otras palabras, la relación dialéctica entre universal/particular debe ser superada por un
nuevo marco de referencia que impida que la defensa de la identidad se convierta en una
especie de “ reacción de resistencia” (Elósegui, 1997:24) en la que no habría lugar para
los valores humanos universales. Su negación desde las llamadas <políticas del
reconocimiento> defendidas por Taylor46 supondría proteger jurídicamente los valores de
cada comunidad en tanto que grupo y no como expresión de la individualidad.
Taylor plantea el reconocimiento como necesidad de una igual dignidad de todas las formas
culturales que se han configurado históricamente. Lo público debe ser al mismo tiempo
neutral y favorecedor del desarrollo de todas las formas de identidad. Para Habermas, sin
embargo, la democracia pasa por desligar lo político de lo cultural, en el sentido de que son
necesarias dos vías diferenciadas de integración (que denomina al mundo de la vida y al
mundo de la sociedad civil) que aunque tengan puntos en común, no pueden confundirse
totalmente47. Igualmente Louis Dumont indica que:
Lo que podemos ver ahora mismo desde un extremo a otro del planeta, es
una mezcolanza, variable según los lugares, de los nuevos modos de ser,
universales, que las técnicas e incluso las ideas modernas imponen o
generan, y los modos de ser más antiguos, particulares de una población o
región, que de alguna forma sobreviven, con mayor o menor vitalidad, más o
menos amputados o debilitados por la presencia de los primeros y su
continuación con ellos (1988:160)
46
C.Thiebaut analiza en un interesante artículo las propuestas de Taylor y la crítica que Habermas realiza a un
proyecto de derechos colectivos o de grupo. Ver: “Democracia y diferencia: un aspecto del debate sobre el
multiculturalismo” En. Multicuturalismo y diferencia. Sujetos, nación, género. Anales de la Cátedra
Francisco Suárez, n.31-1994.
47
Thiebaut, C. (op.cit)
66
En definitiva, la teoría multicultural se ubica en el centro del diálogo entre estos dos
elementos: exigencia de igualdad social y exigencia del reconocimiento de la identidad y de
las diferencias. Taylor define la política del reconocimiento como aquella que “pretende
mantener aquellas diferencias que forman parte de la identidad de ciertos grupos”. (Citado
por Elósegui, 1997:27). Se trataría de establecer unas medidas políticas que no sólo
buscaran el logro de la igualdad social, sino la protección de las formas particulares de la
identidad que no puede permanecer ni desarrollarse sin el reconocimiento, que define
como “el modo propio de ser humano” (Taylor, 1996: 7)
La crítica que se ha realizado a estas propuestas es que no aclaran que forma y sobre la
base de qué criterios se establecerían los vínculos necesarios que impidieran la
disgregación del espacio social. En este sentido se pregunta J. De Lucas (1994:16) ¿Pueden
coexistir diferentes sistemas jurídicos en un mismo espacio? Todo ello plantea de nuevo la
cuestión de la correspondencia entre identidad48, cultura y sociedad. A la separación del
lugar de lo privado y comunitario (como ámbito de la identidad) del lugar de lo social
(como ámbito de la ciudadanía y la igualdad) se opone el hecho de que ese modelo se ha
constituido a partir de un criterio de homogeneización que ha negado la diversidad y lo
diferente: Igualdad para las culturas y géneros significa aquí igualdad de categoría, de
status, de posición o rango, de prestigio, de reputación. (Elósegui, 1997:26).
La patologización de la diversidad49
La proyección como universal de un determinado modelo cultural
48
Ver el punto 2.3 donde se amplía la cuestión de la identidad y la protección de las minorías propuesta por
Taylor.
49
La patologización de la diversidad se transforma, en este caso, en patologización del <otro> como
culturalmente diferente.
67
La equiparación de pluralismo cultural y pluralismo valorativo, de la cual se
concluye la consecuencia normativa de igualdad de derechos de todas las
pretensiones normativas derivadas de cada identidad cultural […] (De Lucas,
1994:22)
Por ello, la apelación a los derechos universales no puede realizarse en el sentido de una
declaración de su inmutabilidad, sino, tal y como indica De Lucas, en el sentido de una
posibilidad de aceptación de unos criterios comunes que deben ser argumentados. Tomados
como referente lo que nos revelan son la necesidad de una búsqueda de “puntos en común”
que en un mundo globalizado representen el límite a la omnipotencia del mercado y las
tecnologías.
Siguiendo las ideas expresadas por Touraine, convenimos en que la diversidad cultural no
puede entenderse en tanto que fragmentación cultural de la sociedad. Para este autor, no
podemos pensar la identidad ni lo comunitario sólo en términos culturales, sino que debe
ser situado en relación con los conceptos de ciudadanía y derechos humanos. Sin esos
referentes globales capaces de aglutinar a la mayor parte de sociedades no se podría evitar
para el autor que cada comunidad quede encerrada en sí misma y en sus prácticas de
identidad.
68
objetivo creado por la razón de acuerdo con las leyes de la naturaleza y del mundo de la
subjetividad?.“ (1993:17) Desde nuestra perspectiva, y en la misma línea apuntada por
Touraine, universalidad y diversidad deben ser entendidas como un intento de integrar el
reconocimiento del sentido de pertenencia con los presupuestos básicos de la igualdad y de
la noción de ciudadanía50.
Entendemos por ello que sin ese proceso de particularización de lo cultural, la búsqueda de
universalidad no sería posible. Tal y como indica Todorov, es necesario retomar la noción
de diálogo, para pensar el consenso desde una negociación permanente entre los principios
de igualdad y las experiencias colectivas singulares. La unidad sólo puede generarse desde
la diversidad, es su condición indispensable.
50
Ver capítulo 8.
51
La primera representa la crítica al modelo de civilización occidental y la segunda a la defensa de las
“resistencias” comunitaristas frente a dicho modelo.
69
En primer lugar tomamos como referencia el etnocentrismo. Éste eleva a categoría
universal los valores de una sociedad particular, al identificar los valores propios de una
sociedad con “los valores”. Representa una concepción unitaria de la especie humana que
universaliza el imaginario colectivo de una sociedad particular, equiparándolo con la
52
civilización . En segundo lugar, y como tesis opuesta, el relativismo ha cuestionado el
hecho de que la razón pueda ser puesta al margen de la costumbre. Para las tesis relativistas
todo juicio de valor es expresión de esa misma tradición y está basado en criterios
arbitrarios. Si bien el relativismo cultural supuso un cambio positivo al hacer visible el
etnocentrismo subyacente a las tesis universalistas, en opinión de Todorov la relatividad de
los valores ha servido y sirve para rechazar al otro de forma aún más sutil, ya que llevada al
extremo, dicha teoría imposibilita toda comunicación y legitima la segregación social en
nombre de las diferencias.
Al hilo de la idea anterior, Todorov plantea la necesidad de dotar de una nueva vigencia a
las exigencias universales presentándolas como un diálogo entre diferentes alternativas en
un proceso inacabado e inacabable: rompamos las asociaciones fáciles: reivindicar la
igualdad de derecho de todos los seres humanos no implica, en forma alguna, renunciar a
la jerarquía de los valores; amar la autonomía y la libertad de los individuos no nos obliga
a repudiar toda solidaridad; el reconocimiento de una moral pública no significa la
regresión a la época de intolerancia religiosa, ni la búsqueda de un contacto con la
naturaleza equivale a volver a la época de las cavernas (1991: 447)
Creemos que desde esa opción, la pluralidad debería pensarse desde la pedagogía como la
gestión del espacio público a partir de dos principios (apuntados por A.Touraine), el
Sujeto- principio de individualidad - y la razón, la ley o la cultura, como los referentes a
partir de los que este sujeto se articula. Tal y como afirma Touraine: fingir que una nación
o que una categoría social tenga que elegir entre una modernidad universalista y
destructora y la preservación de una diferencia cultural absoluta, es una mentira
demasiado burda para no ocultar unos intereses y una estrategia de dominación.
52
Refiriéndose a este término como aquella sociedad que ha alcanzado un mayor grado de complejidad y de
desarrollo tecnológico, y por tanto, se sitúa en un nivel de superioridad respecto de las demás.
70
(Touraine, 1995:260) Sin este referente la defensa de los grupos <minoritarios> puede
llevar al polo opuesto del reconocimiento de la diversidad, convirtiéndose en el rechazo de
todo tipo de alteridad.
Para la pedagogía, y en ese marco, la <cultura> ya no puede pensarse más como atribución
exclusiva de un territorio, ni la identidad puede ser referida sin más al origen cultural. EL
lugar de producción y de gestión de la diversidad, de una diversidad que es también global,
se sitúa en la actualidad, y cada vez de forma más definitiva, en los espacios urbanos donde
se constituyen nuevas formas de convivencia. En palabras de Borja y Castells, lo global se
resignifica en lo local, donde es importante el mantenimiento de identidades culturales
diferenciadas a fin de estimular el sentido de pertenencia cotidiana a una sociedad
concreta (1999:16) El ámbito local sería el marco desde el cual, estos macroprocesos
anotados por Borja y Castells54 se articularían en una sociedad diversificada. La diversidad
53
Entendemos lo urbano como un concepto que va más allá de la noción de ciudad. Lo urbano definiría un
modelo de sociedad, una forma de organización y de relación que sobrepasa los límites de la ciudad. Ver:
Borja, J.; Castells, M. (1999): Local y global. La gestión de las ciudades en la era de la información, Madrid,
Taurus. Y Delgado, M.(1999). El animal público. Hacia una antropología de los espacios urbanos,
Barcelona, Anagrama.
54
Globalización, informacionalización y difusión urbana generalizada
71
no constituye una mera cuestión de diferencias culturales, sino que se articula junto con los
procesos de globalización, organizando en torno a ellos, la pertenencia y las <identidades>
culturales.
Pensamos que las particularidades, las diferentes identidades colectivas que conviven en
estos espacios urbanizados y que también se configuran en este proceso, no constituyen,
por principio, un problema que hay que gestionar en términos de derechos colectivos.
Aunque este aspecto es importante, los conflictos generados por las identidades culturales o
religiosas, deben ser entendidos dentro de este marco complejo, para buscar nuevas
fórmulas de gestión de los espacios urbanos, y los educativos por añadidura, donde la
“norma” es la diversidad y las diferencias.
Dos de las definiciones más comunes del concepto de tolerancia la definen como :
72
Es una disposición o virtud que consiste esencialmente en el respeto de todas
las diferencias formadas por distintas identidades de las personas y grupos
que componen una sociedad o una comunidad. Es la supremacía del valor de
las personas, de su dignidad, sus características específicas, sus diferentes
identidades y en consecuencia, implica consideración a sus opiniones,
creencias o prácticas aunque no se compartan, consideración que no debe
suponer aceptar la conculcación de los derechos fundamentales de la
55
persona
El mismo término de tolerancia y lo que éste implica como idea, como valor, lleva en sí
mismo una gran carga de ambigüedad. En realidad, la tolerancia puede entenderse como un
“soportar”, puesto que no implica ningún tipo de interacción, ni intercambio, sino que
señala a un <otro> diferente y establece su derecho a esa diferencia.
En ambas definiciones, la tolerancia es un valor que debe ser promovido, una actitud que
busca el consenso a partir del reconocimiento de la diferencia. Sin embargo, todo ello se da
en un contexto en el que es necesario que haya alguien que es diferente, pero la pregunta
sería ¿diferente a qué?. En opinión de C. Geertz: lo que tiende a ocurrir {...} es o bien la
aplicación de la fuerza para asegurar la conformidad a los valores propios de los que
poseen la fuerza o una tolerancia vacua que, sin comprometerse con nada, nada cambia; o
bien {...} donde falta la fuerza y la tolerancia es innecesaria, un regateo continuo hacia un
fin ambiguo.” ( 1996:85)
55
Definición extraída de la Guía de Campaña: Somos iguales, somos diferentes” que bajo el título Campaña
europea contra el racismo, la xenofobia y el antisemitismo se desarrolló en Europa a lo largo del año 1995.
Consejo de Europa.
73
Pensamos que la tolerancia se articula a partir de la definición de un sujeto como
“diferente” en el sentido de “rareza”. La definición aparece en este caso como
estigmatización, en el sentido apuntado por Goffman (1993:15): la diferencia indeseable56,
ya que debe ser “tolerada”. Desde nuestro punto de vista, a la idea de tolerancia podemos
formularle dos preguntas básicas:
56
Goffman (1993: 14) distingue tres tipos de estigma: 1. Los físicos, que incluirían todas las discapcidades y
deformaciones. 2. Los de carácter. perturbaciones mentales, drogadicciones, homosexualidad, etc.. 3. Los
tribales, donde incluye los de raza, nación y religión. Incluiríamos en este tercer grupo el estigma cultural.
74
definitiva, deben ser tolerados, damos por supuesto que existe una mayoría no “visible”
que queda a salvo de tener que ser descubierta, comprendida o aceptada.
Este examen debería hacerse a propósito de las representaciones colectivas y las categorías
intelectuales desde las que partimos al hablar de sociedad multicultural, al entender que ésta
implica también una visión del mundo (sus aspiraciones e ideas) de un grupo social
concreto. Las diferencias entre grupos han de ser entendidas como procesos dinámicos y no
como divisiones establecidas a priori, por ello, es necesario pensar los discursos desde el
contexto que los produce e interrogados en su función de construcción de una “verdad”
específica.
75
Desde esta perspectiva de la inmigración, contemplada como “choque cultural”, se analizan
las situaciones sociales generadas a partir de ella, los desencuentros, los conflictos y
problemas relacionados con la ilegalidad, el trabajo precario, las dificultades en el proceso
de integración, la participación social y la educación entendiéndolas como problemas de
“diferencias culturales”. Los procesos de diversificación educativa son analizados en el
mismo sentido, en tanto que “problemas” que es necesario gestionar y atender de forma
específica. La diferencia como dificultad supone una de las mayores trabas teóricas al
desarrollo de la interculturalidad educativa.
Por tanto, creemos que la cuestión de los derechos y de la protección de pautas culturales
propias se configura como una negación de que ciertos grupos y colectivos son miembros
de esa sociedad. La necesidad de articular derechos “especiales” podría pensarse también
como una forma de asegurar la “extrañeidad” permanente de esos grupos y colectivos, su
no-reconocimiento como actores de ese espacio urbano globalizado que comentábamos
anteriormente.
57
En la segunda parte de este trabajo analizamos las diferentes concepciones de la educación multicultural.
76
interiorización de determinados supuestos básicos acerca de la cultura y la identidad, entre
ellos, la diferencia como valor positivo.
77
78
2.3 IDENTIDAD Y ALTERIDAD: EL SIGNIFICADO DE LA PERTENENCIA INDIVIDUAL Y
COLECTIVA
Igual que planteamos dicha cuestión respecto del concepto de cultura, pensamos que la idea
de identidad cultural debe inscribirse en el marco más amplio de los procesos sociales y las
experiencias individuales de los sujetos que integran una sociedad, concluyendo, desde esa
perspectiva, que la identidad no puede inferirse simplemente desde la cultura, dado que
constituye una entidad mucho más compleja que traspasa lo puramente cultural.
58
El tema de la identidad es muy amplio y no se agota en la cultura, sino que puede ser tomado desde
diferentes enfoques y disciplinas. Entre otras podemos hablar de identidad cultural o étnica, de identidad
sexual, del grupo de edad, etc. En este trabajo nos centraremos principalmente en el análisis de la definición
de identidad como pertenencia cultural y en ver en qué sentido lo cultural determina la identidad individual.
79
derecho a la “propia” identidad es considerado uno de los objetivos a lograr desde las tesis
multiculturalistas.
Sin duda, en este enfoque estático de la cultura subyace un modelo de la identidad en el que
se considera como algo que cada individuo “posee” de algún modo. En efecto, cultura e
identidad se interrelacionan para configurar una “imagen” en la que existe una plena
identificación entre un individuo y su cultura. En cierta manera , a través de la defensa del
derecho a la identidad, tanto como del derecho a la diferencia (es decir, a la identidad del
otro), se apela a esa idea de la cultura analizada en el apartado anterior como un <todo>
homogéneo y singular. Por ello, en muchas ocasiones, las cuestiones referidas a la identidad
cultural son tratadas como un conflicto que emerge a partir de la “identidad del otro”. Es
decir, la identidad es resignificada como diferencia59.
Otra de las cuestiones que queremos destacar es que, aunque cultura e identidad no son
conceptos equivalentes, en el marco del discurso multicultural, la identidad suele
entenderse como efecto de la cultura, quedando así definida por ella. La identidad cultural
crearía el sentido de pertenencia de un individuo con relación a un grupo, que compartiría
con los miembros de dicho grupo en un proceso de diferenciación de los demás: Un
sentimiento de pertenencia que vincula al individuo a un patrimonio sociocultural
concreto: las raíces comunitarias que alimentan su manera de estar en el mundo. (Miguel
Díaz, 1992:25) El peligro que, para nosotros, supone esa identificación entre los conceptos
de identidad y cultura, se consiste en la producción de una imagen estereotipada del <otro>
al que se le suponen, no sólo rasgos, ideas u opciones, sino también, conductas. La
conceptualización de la alteridad desde la cultura esencializa a individuos y colectivos,
marcándoles su “especificidad” y convirtiéndolos en previsibles.
59
Así ocurre en muchos grupos y colectivos que al demandar el reconocimiento de su diferencia y
singularidad por parte de otros grupos, no la reconocen en el seno de su propio colectivo. También, para
muchos grupos, su identidad queda anclada a lo que constituye su “diferencia” visible.
80
2.3.2 La identidad cultural como proceso y relación
La identidad, entendida aquí como una multiplicidad de roles significa que no puede haber
un saber acerca de quien es uno más allá del que se obtiene a través de la relación con un
<otro>. Pensamos que, contrariamente a una estampa fija, el sentido de la individualidad
llega desde la interacción, desde la relación que establece la frontera entre las semejanzas y
las diferencias y nos dice, nos devuelve como un espejo, la imagen de quienes somos: La
conciencia de sí, en tanto que identidad específica, individualidad singular, se constituye
en una relación estrecha con un otro. (Ladmiral; Lipiansky, 1989:120). No obstante, los
autores indican que la tendencia de todo individuo y grupo será afirmar una identidad
específica, original y estable, y negar al <otro> en su formación para escapar de esa
relación de dependencia.
Pensamos que no es posible, por tanto, definir de forma objetiva la identidad cultural de un
individuo en relación con una supuesta cultura de origen: si la noción de identidad implica
una cierta unidad y una relativa homogeneidad, no excluye jamás una multiplicidad
cultural real y una dinámica compleja entre fuerzas de asimilación y fuerzas de
diferenciación, movimientos de repliegue y movimientos de obertura, tendencias a la
continuidad y tendencias al cambio. (Ladmiral;Lipiansky, 1989:9)
La percepción de las diferencias culturales tiene que ver entonces con la vivencia subjetiva
de la propia identidad, y no con un ejercicio de objetivación a partir de la extrapolación de
unos rasgos representativos extensibles a todos aquellos sujetos que son percibidos como
diferentes. Para romper esta lógica habría que recordar, de la misma manera que realizamos
con el concepto de cultura, que tan cierta es la evidencia de las diferencias, como la
81
evidencia de las semejanzas: el secreto de los otros, si es que existe, residiría más bien en
la idea que ellos mismos se hacen del otro (o que no se hacen, o que se hacen con
dificultad) porque aún constituye el medio más simple de pensar en lo mismo e idéntico.
(Augé, 1996b:30)
Es en este sentido que entendemos la identidad cultural como aquello que se manifiesta en
tanto que contradicción. Si partimos de que la identidad siempre requiere un <otro> para
constituirse, habremos de entender que forma parte de ella tanto la identificación como la
diferenciación respecto de ese otro. Las categorías puestas en juego en ese proceso tendrán
que ver con múltiples factores, además de los culturales, como son el grupo de edad, el
género, el estatus social y profesional, el nivel económico y el grupo religioso entre otros.
La identidad se constituye desde sus discontinuidades y “fabrica” lo que M.Augé (1996b)
ha denominado ”identidades de sostén”, marcos de referencia cuyo significado es ubicar el
lugar propio y del <otro> en el proceso de interacción.
Siguiendo las reflexiones anteriores, entendemos que cualquier grupo con un sentido de la
identidad, necesita mostrarse, “ponerse en escena” (VV:AA, 1996b) , crear una
<personalidad de grupo> colectiva. La identidad cultural puede ser pensada entonces como
un proceso de diferenciación a partir del cual el individuo toma conciencia del vínculo con
su grupo y de su diferencia respecto de otros colectivos. Castells, (1997:29) indica al
respecto que […] es fácil estar de acuerdo sobre el hecho de que, desde una perspectiva
sociológica, todas las identidades son construidas
De la misma manera que un individuo es reconocido por los miembros de ese grupo como
igual, es reconocido como <otro> por los miembros de otro grupo, en un proceso subjetivo
que no puede realizarse sin esas dos dimensiones: la identidad y la alteridad. Sin embargo,
ambos movimientos son percibidos, por otro lado, como <verdades incuestionables>,
como entidades estables y continuas que permanecen más allá de los contextos en que son
82
producidas. La continuidad de esta percepción asegura la necesidad de pertenencia e
identificación y configura un “marco” relativamente seguro desde el cual interactuar y
relacionarse, disminuyendo el nivel de ansiedad que toda interacción en el <vacío>
supondría.
Por otra parte, Castells (1997:30) indica que debe diferenciarse aquella identidad que él
denomina de proyecto, en el sentido de construcción individual del sujeto, de aquellas otras
que, refiriéndonos a la cultura, se realizan desde posiciones de exclusión o estigmatización,
y que Castells nombra como identidades de resistencia. Por ello, todas las propuestas
acerca de la multiculturalidad deben tener en cuenta esa dimensión de la relación que
estructura las formas subjetivas en que son puestas en juego el sentido de identidad,
alteridad y pertenencia.
En este sentido, Ladmiral y Lipiansky (1989) precisan que es muy difícil escapar a una
concepción esencialista de la cultura y la identidad, porque enfatizar el carácter dinámico y
relacional de las mismas, implicaría atender también al hecho de que cultura e identidad
están dominadas por relaciones de fuerza y de poder. Para estos autores, muchos de los
conflictos relacionados con la identidad tienen que ver con el hecho de las numerosas
interpretaciones culturalistas que establecen una correspondencia plena entre identidad
individual y cultural. Por otro lado, M. Augé plantea también que aún siendo así, y
60
Rodrigo Alsina señala que autores como Hamelink han defendido la postura de que la noción de “identidad
cultural” sea suprimida de la discusión académica, al entender que ésta se refiere a un cocnepto abstracto que
es confundido con la personalidad individual.
83
considerando que la oposición de lo cultural y lo individual es relativa en la experiencia
subjetiva, el peligro reside en las interpretaciones teóricas que siguen esa misma línea:
Este enfoque culturalista, desde el que se han construido las tesis multiculturales, dirime la
discusión acerca de la diferencia en términos de protección de los grupos que se constituyen
en minorías en el seno de una sociedad. El criterio utilizado requiere el pensar el grupo
como un todo cohesionado y sin fisuras, dotado de una identidad que es igual para todos los
miembros del grupo por el mero hecho de pertenecer a él. La identidad, de esta forma,
queda vinculada al grupo cultural como una impronta de la que el individuo no puede
desligarse.
84
posible en el marco de las sociedades democráticas sin caer en un reduccionismo
comunitarista61 .
También Charles Taylor, uno de los teóricos más representativos del reconocimiento de la
identidad colectiva y de su protección, analiza la no acomodación de las leyes basadas en
la noción de ciudadano a las formas actuales de identidad de los grupos. Taylor defiende la
necesidad de crear leyes específicas en las que los valores de cada grupo sean reconocidos
y recogidos legalmente, garantizando su protección más allá de la simple opción personal.
Para este autor, la igualdad de los ciudadanos y la proclamación de derechos universales
acaban por negar las diferencias culturales al relegarlas al lugar de lo privado y la
intimidad, olvidándose de que la identidad no puede desvincularse del grupo en que se
inscribe: […] el reconocimiento es una necesidad humana tan vital que permite establecer
una estrecha relación entre reconocimiento e identidad. ( Elósegui, 1997: 26)
61
Kymlicka (1996), opina que el mismo concepto de ciudadano es reduccionista, ya que también queda
establecido por la pertenencia a un grupo, siendo tan excluyente en este sentido, como podrían ser los
derechos otorgados a las minorías. Ambos pueden ser analizados desde la lógica de la exclusión.
85
Habermas (1999:210) en desacuerdo con las tesis de Taylor, niega que haya tal oposición
entre derechos universales y reconocimiento de la identidad cultural, al afirmar que “El
punto de vista ecológico de la conservación de las especies no puede trasladarse a las
culturas”. Sin embargo, aún asumiendo dicha perspectiva, también creemos que en su
nombre no se puede obviar la discriminación o el “silencio” a que son sometidos algunos
grupos a causa de su “origen” cultural. En este sentido habría que diferenciar la
discriminación de un grupo a partir de su “demonización” por parte de la sociedad
mayoritaria (como podría ser el caso del colectivo denominado <inmigrantes>)62 , de las
propuestas realizadas en la línea de Taylor que se referirían más a las aspiraciones de
algunos grupos, que se reconocen en una identidad cultural común, a participar activamente
en la sociedad como “grupo minoritario” sin diluirse en la para ellos ambigua noción de
ciudadanía.
Por otra parte, la radicalización de las tesis de Taylor pueden diluirse en un discurso en el
que en nombre de la identidad se defienden tesis racistas y xenófobas. La apelación a la
singularidad y la defensa radical de la diferencia suponen para Valdés una negación del
vínculo humano universal: la apelación al origen específico de cada cultura y la relevancia
para la identidad personal se opone radicalmente a una fundamentación universal de los
derechos humanos. (Garzón Valdés, 1997:18) Este tipo de referencias enfatizarían el factor
de la “permanencia” de la cultura y la identidad que vendría a definir los rasgos invariables
y substanciales de la cultura y los signos de su autenticidad: la autenticidad es un ideal
reaccionario. Estrictamente hablando es un antiideal. Afirma: <lo que ha sido es lo que
debe ser>. Es la idolatría de los orígenes. (Wieseltier, 1995: 19) (Citado por Garzón
Valdés, 1997) La apelación a la autenticidad, tendría, además, una función diferenciadora
en el sentido que apuntábamos anteriormente, como legitimación del grupo y como
delimitación de sus “fronteras”, de los que son, o pueden ser, miembros de la comunidad.
62
En relación a los inmigrantes su situación se inscribe en una problemática que, además de un conflicto
cultural, tiene que ver con cuestiones sociales, económicas y políticas.
86
Para Ladmiral y Lipiansky, el problema que plantean ciertos reduccionismos identitarios
provienen de una tendencia a exagerar los elementos de semejanza (intragrupo) y los de
diferencia (extragrupo). Las costumbres propias aparecen como <naturales> para
diferenciar socialmente lo <propio> de lo <extraño>. En esta expectativa idealista acerca de
lo que ha de constituir la identidad, la interacción puede quedar bloqueada o reducida a una
confrontación, en la que sólo quedarían reforzados los propios roles sociales y las
relaciones ficticias que ellos generan. Sin embargo, para los autores, dicho proceso debe
entenderse como un fenómeno dinámico atravesado constantemente por fuerzas de
asimilación y diferenciación: el sí mismo es esencialmente una estructura cultural y social
que nace de interacciones cotidianas. (Ladmiral;Lipiansky, 1989: 126)
Desde esta perspectiva Lamiral y Lipiansky apuntan que en toda interacción intercultural se
produce una primera retirada hacia la identidad cuya función es renovar el ejercicio de los
propios “roles”. Mas que un encuentro con la alteridad, este proceso acaba por generar una
confirmación de la propia identidad, en la que el <otro> es “utilizado” para reforzar los
propios referentes culturales63. Este proceso se produce según los autores a partir de un
triple efecto:
63
Para Ladmiral y Lipiansky este es uno de los problemas básicos que se producen en todos los encuentros
interculturales, donde se <ponen en escena> “rituales de seguridad”, que suprimen por un lado las luchas
interiores del grupo, y por el otro confirman al grupo frente a otros grupos.
87
Efecto de contraste: que acentúa las diferencias.
Efecto de estereotipo: que facilita una representación del <otro>.
Efecto de asimilación: que acentúa las semejanzas en el seno del grupo.
Por ello las diferencias culturales no serían las responsables de los conflictos de identidad,
ni de la formación de estereotipos negativos, sino la propia dinámica de los grupos y los
procesos de confrontación-identificación que tienen el efecto de resaltar las diferencias : la
descubierta y la comprensión de la alteridad pasan por la comprensión y la superación de
los mecanismos de diferenciación. Es necesario aceptar las semejanzas para poder
reconocerse diferentes. (Ladmiral-Lipiansky, 1989: 209)
Esta reflexión nos parece importante porque convenimos en que el marco desde el cual
debe ser pensada la multiculturalidad es el de las semejanzas, y no tanto el de las
diferencias. En efecto, todo encuentro, es encuentro en y con la diversidad, pero en el
proyecto multicultural, en muchas ocasiones, son las semejanzas las que no se hacen
“visibles”, y sí en cambio las “diferencias”. El derecho a la propia identidad no tendría que
ampararse en la idea de diferencia, sino en la de igualdad y ciudadanía como marcos de
referencia válidos para articular una diversidad necesaria y siempre cambiante.
88
3- EL CONCEPTO DE MULTICULTURA Y DE SOCIEDAD MULTICULTURAL
64
La negrita es mía. La cita de Kymlicka ilustra muy bien hasta que punto la clasificación de las diferencias
puede ser totalmente arbitraria.
89
Desde la emergencia de la figura del inmigrante65, como una cuestión “problemática”, la
multiculturalidad ha sido el recurso teórico desde el que se relacionan, temas como el
conflicto social, la cultura, la inmigración y las “diferencias” culturales. Paralelamente, la
noción de multiculturalidad ha ido aplicándose a otros colectivos y a todas a aquellas
cuestiones que tienen que ver con el desarrollo de la identidad y la particularidad en el seno
de las sociedades democráticas. Multicultura remite entonces de forma general a la
demanda de un mayor reconocimiento de unos grupos sociales hacia otros. Tal y como lo
expresa Elósegui (1997:24) este concepto expresa: […] una reacción de resistencia de
culturas minoritarias o de grupos de inmigrantes con otra cultura de origen ante la
amenaza de perder la identidad, […]
Por tanto, una primera reflexión nos indica que a la idea de multiculturalidad se asocian
indistintamente una serie de colectivos y situaciones muy diversas: inmigrantes, grupos
minoritarios en estados pluriétnicos y plurinacionales, diferencias religiosas y culturales,
etc. Las diferentes conceptualizaciones pueden referirse tanto a personas, situaciones o
conflictos relacionados con la articulación de lo cultural, la identidad y la sociedad. En
líneas generales está asociada a:
65
Nos referimos principalmente a los países europeos. En el caso de Norteamérica, el multiculturalismo no
tiene que ver, en origen, con la inmigración.
90
4- Como teoría de justicia social acerca de las situaciones de desigualdad y las formas de
exclusión contemporáneas, relacionadas con la identidad cultural.
91
92
3.1 MULTICULTURALIDAD E INTERCULTURALIDAD. ¿IGUALES O DIFERENTES?
93
Igualmente, podemos situar como uno de los antecesores de lo que en la actualidad
conocemos como Educación multicultural, el Intergroup Education Movement, grupo que
elaboró un discurso crítico acerca del prejuicio y la discriminación en el sistema educativo
americano. Este movimiento surgió a partir de las reflexiones en torno a las nefastas
consecuencias de la segunda guerra mundial y como respuesta educativa ante la tensión
racial y étnica en EE.UU.
Para Banks (1996:8) muchas de las prácticas y métodos de la educación multicultural están
basadas en las teorías desarrolladas por estos grupos. Su objetivo era la comprensión
interracial y el entendimiento entre estudiantes de diferentes religiones, nacionalidades y
razas: mose of these studies support the postulate that multicultural lessons, activities and
teaching materials, when used within a democratic classroom atmosphere and implemented
por a sufficiently long period, help students to develop more democratic racial attitudes
and values. Entre ambos movimientos (The Early Ethnic Studies y Intergroup Education
Movements) existen algunas diferencias. El primero se preocupó por desarrollar la historia
y la cultura afroamericana, con el objetivo de potenciar su comunidad. En cambio el grupo
Intergroup promovió lo que Banks denomina “formas débiles” de la diversidad,
centrándose en el estudio de las relaciones entre grupos, en las teorías psicológicas del
desarrollo de la identidad y en la teoría de la psicología social. El primero primaba la
historia y la cultura de los grupos étnicos y culturales y el segundo los conceptos de
relación y democracia.
66
Las teorías segregacionistas defendían la separación social de los grupos “étnicos” como una forma de
recuperar la identidad y defender la propia especificidad.
94
Estos movimientos fueron la antítesis del Intergroup Education Movement, para el que los
rasgos étnicos y las diferencias raciales debían ser minimizadas. Sin embargo, Banks indica
que contribuyeron a un aumento importante de los estudios culturales y al auge de las
publicaciones acerca de las relaciones de los grupos minoritarios con la cultura dominante.
Otros grupos, además de los afroamericanos, fueron ubicándose también como víctimas de
la escuela y la cultura dominante demandando la introducción de su “voz” en el currículum
escolar. La cuestión de la discriminación racial en la escuela se amplió a categorías como el
género y la clase social. Estos aspectos se desarrollarían en un tercer periodo con el
incremento de estudios e investigaciones que intentaban relacionar las variables de raza-
clase y género en los procesos de discriminación y exclusión social, desde la educación.
Por el contrario no será hasta los años ochenta cuando el multiculturalismo aparecerá con
fuerza en Europa, experimentando un desarrollo amplio y rápido que traspasó el ámbito
propiamente educativo. En Europa, el multiculturalismo se estructuró en torno a las teorías
relacionadas con los grupos minoritarios, el trabajo y la inmigración. Para Natzhan Glazer,
existen algunas diferencias respecto del multiculturalismo desarrollado en EEUU y
Europa. Refiriéndose a Europa, el autor se pregunta cómo ha podido conceder tanta
importancia al multiculturalismo cuando la inmigración permanente y la presencia de
amplios colectivos de procedencias distintas nunca han sido un signo constitutivo de su
identidad. EEUU, por el contrario, partió de lo multicultural para su propia formación, vive
una división racial profunda y la inmigración juega un importante papel guiado por
95
consideraciones ideológicas y sociales de la constitución de la nación. Sin embargo, para
Glazer, la diferencia principal es que en Europa el multiculturalismo es fundamentalmente
una política para inmigrantes o extranjeros y en EEUU una política para minorías raciales o
étnicas. Tampoco son considerados como minorías todos los grupos de inmigración, sino
que la minoría se entiende como un grupo de tipo racial, nativo o extranjero, que ha sido
discriminado y excluido socialmente.
67
Los judíos son minoría en número, pero no están considerados como tal por su posición social.
68
En el libro Ciudadanía multicultural, Kimlicka (1996:38-41) , critica las tesis de Glazer respecto de las
diferencias de la multiculturalidad en EEUU y Europa, y en su rechazo a considerar a los “inmigrantes” como
minorías étnicas o culturales. Las opiniones de Glazer recogidas aquí fueron tomadas de las jornadas ciutat e
inmigració, organizadas por el ICA en Barcelona en 1996.
96
3.1.2 Diferencias de significado entre los conceptos de multicultura e intercultura
Una primera diferenciación que queremos destacar y que que ha tenido una mayor
implantación en Europa y en España distingue los prefijos multi e inter de la siguiente
manera (Consejo de Europa):
Intercultural: Implica además una acción hacia la mezcla cultural. Tiene que ver con
los procesos de comunicación e intercambio entre individuos y grupos de diferentes
culturas.
En general, creemos que las diferencias entre los dos conceptos corresponden más a
cuestiones de uso y tradición entre autores estadounidenses o autores europeos, que a una
diferencia real en cuanto a los contenidos que articulan. Pese a que, ambos conceptos se
utilizan indistintamente y de forma equivalente para explicar las mismas ideas, queremos
destacar algunas de las definiciones de autores de nuestro entorno que las diferencian. En
general, hay que tener en cuenta que en los trabajos de la mayoría de autores europeos,
intercultural es un concepto más amplio que multicultural. La intercultura, representa para
estos autores una nueva “vía” que supera las limitaciones teóricas del multiculturalismo.
De Lucas, define estas diferencias como:
La multiculturalidad sería, más que un modelo, un hecho social, la existencia, de
hecho, de las manifestaciones de la diversidad, del pluralismo cultural, es decir, la
presencia en una misma sociedad de grupos con diferentes códigos culturales
(identidades culturales propias) como consecuencia de diferencias étnicas,
lingüísticas, religiosas o nacionales, que es lo que designamos como sociedades
multiétnicas. Por su parte la interculturalidad, del mismo modo que la asimilación
impuesta o la segregación, sería más bien una de las respuestas normativas a esa
realidad plural que supone la existencia de la multiculturalidad, y se sitúa, por
tanto, en un plano distinto del de los hechos, en el de los ideales, valores o
principios, en el plano normativo. (1994:21)
97
Podemos señalar cinco aspectos básicos a los que la mayor parte de autores suelen recurrir
para distinguir ambas nociones. Una primera diferencia, por tanto, entre ambos conceptos,
es que la multicultura se refiere a una situación de hecho, y la intercultura a una estrategia
de acción. Además, lo multicultural correspondería a un discurso que acentúa el valor de
las diferencias culturales, mientras que lo intercultural privilegiaría el principio de
semejanza y la noción de igualdad. Tal y como lo expresa Alegret: para la alternativa
intercultural lo esencial es la defensa de la igualdad, frente a la defensa de la diversidad
que es la característica de la perspectiva multicultural. Por ello, para la interculturalidad
se hace totalmente necesario poner de relieve todo el entramado que el racismo tiene
establecido en la sociedad, como condición previa a la defensa de la igualdad en un
contexto de diversidad. (1992:94) Para Alegret, la dimensión intercultural incluiría las
relaciones de poder y las dinámicas de exclusión que se establecen en la sociedad. Tendría
también una vinculación estrecha con la educación antirracista y uno de sus objetivos sería
el de desenmascarar los resortes del discurso racista y de sus prácticas.
En cuarto lugar, la distinción entre ambos términos, la hemos situado respecto del
significado en cada una de ellos de las relaciones que se establecen tanto entre “culturas”
como en el interior de una sociedad: En parlar de multiculturalisme, ens referim tant a les
<relacions interculturals> com a les que puguin haver-hi en el sí de les diferents cultures:
l’interculturalisme. Interculturalisme pot donar a entendre la relació de dues o més
cultures, <com si aquestes fossin homogènies i unitàries. Per contra, el primer mot pot
98
donar cabuda no només a les relacions entre cultures, sinó també a les
intraculturals.(Montserrat; Matheu, 1992: 195)
En quinto lugar, para muchos autores, el prefijo multi es limitado ya que no implica la
“comunicación” y el intercambio entre grupos culturales. Para ellos, intercultura sería la
definición que utilizarían aquellos autores que parten de una noción dinámica y relacional
de la cultura: El interculturalismo es la tendencia más reciente y trata de compensar los
extremismos a los que llegan los asimilacionistas y el pluralismo cultural, partiendo de un
concepto de cultura más dinámico y cambiante que permite el intercambio y el diálogo
entre los grupos culturales para su mutuo enriquecimiento. (Sales; García, 1997:20)
La principal diferencia se establece acerca del prefijo utilizado. En el caso del prefijo
<multi> se acentúa su carácter descriptivo. Por el contrario, <inter> indicaría además, que
en dicha situación se producen relaciones e intercambios, tiene un carácter normativo.
Además, con relación al proyecto o modelo que cada una defiende, <multi> significaría la
convivencia de culturas en un territorio manteniéndose cada una dentro de sus propios
límites e <inter> reflejaría el ideal de una sociedad que, a partir de un principio de igualdad
y cohesión, integraría las diferencias culturales sobre la base de un proyecto común.
99
Por último, nos gustaría destacar las aportaciones de G. Sartori (2001:69) acerca del
multiculturalismo. El autor indica que el concepto de interculturalidad es heredero del de
pluralismo, y contrario a lo que significa el multiculturalismo. Esta última, no la considera
una propuesta plural en tanto que (op.cit, 126-127):
Pensamos que la modificación del prefijo multi por inter no ha significado necesariamente
un cambio en cuanto a la práctica educativa desarrollada acerca la diversidad cultural.
Aunque la interculturalidad, como concepto, favorezca una visión más dinámica de la
cultura, puede implicar también una suerte de clasificación de las sociedades y los
individuos a partir de su origen cultural. Pensamos que el sentido de la pertenencia cultural
no puede derivar, aún menos en la pedagogía, en una estratificación social desde categorías
tan confusas como las culturales.
100
En este trabajo hemos utilizado ambos conceptos, “multi” e “inter”, aunque básicamente
hemos reservado el término interculturalidad para analizar el discurso educativo producido
en torno a la diversidad, ya que es el que ha tenido una mayor difusión en nuestro contexto,
exceptuando a los autores de influencia anglosajona.
101
102
3.2 ÁMBITOS DE DEFINICIÓN DE LA MULTICULTURALIDAD.
103
3- Como hemos visto, existen diferentes formas de conceptualización: multiculturalidad,
interculturalidad, pluralidad, diversidad cultural, que pueden o no responder a modelos
teóricos similares.
104
3.2.1 Multiculturalidad : elogio de la diferencia y la diversidad.
Este enfoque contempla la sociedad multicultural como aquella que está representada por
un conjunto de culturas que considerándose iguales, interactúan desde los límites que las
diferencian. En este análisis, que puede provenir tanto de un discurso basado en tesis
racistas, como de uno basado en el antirracismo, la multiculturalidad se construye a partir
del derecho de los grupos a sus “diferencias”. Esta perspectiva plantea a nuestro entender,
como puntos de partida que:
1- Existen las culturas en tanto que objetos delimitados que permanecen diferenciados
entre sí. Es decir que cada “cultura” constituye un conjunto unitario que puede ser definido
en su singularidad.
2- Todo sujeto “pertenece” a una cultura y participa de ella plenamente, de manera que su
identidad se construye y define a partir de ella.
105
En líneas generales, creemos que apelar a la defensa de la identidad cultural incidiendo en
la idea de “diferencia”, puede favorecer nuevas maneras de exclusión social. Tal y como
indica T. San Román (1996b:19), la radicalidad con que muchas veces se argumenta la
protección de las diferencias, propicia a largo plazo un racismo <diferencialista>. La
concepción de la multiculturalidad basada en la segregación cultural y étnica de la sociedad
sería un ejemplo de este “nuevo” racismo69.
69
Es interesante destacar como el concepto de cultura toma importancia como factor de explicación de las
diferencias humanas a partir de la descalificación científica de la noción de raza.
106
Pero esto no es ya suficiente, en cuanto que la política pierde su capacidad de control y,
también, su carácter universal moderno. (Donati, 1997.13)
107
La multicultura llegaría así, siguiendo la crítica planteada por Finkielkraut, a un punto
muerto en el que los principios de colectividad e individualidad chocarían
irremediablemente. El autor, refleja con ironía en esta cita, cómo a lo largo de los dos
últimos siglos, la garantía de la emancipación fue el sujeto individual, liberado de la
tradición70.
En primer lugar, resaltaría la idea de que lo cultural no puede separarse de cuestiones como
el género, el grupo de edad y el nivel socioeconómico, entre otras. En segundo lugar,
negaría la posibilidad de “trabajar” con <identidades culturales de origen>, por la simple
razón de que éstas no configuran “realidades” que puedan ser adscritas a los sujetos
individualmente.
70
Otros autores que han argumentado, desde diferentes perspectivas, una crítica similar al multiculturalismo:
García Canclini, N. (1999); Jameson,F. ; Zizek, S. (1998); Kincheloe, J.E.; Steinber, S.R. (1999); Touraine,
A. (1997c). En la publicación de su último libro: La sociedad multiétnica, Pluralismo, multiculturalismo y
extranjeros, Sartori (2001), ha recibido numerosas críticas por su posicionamento “radical” respecto de
cuestiones como la inmigración y la multiculturalidad. Es interesante ver su artículo: El islam y la
inmigración, en: Claves de Razón Práctica, n.117, Noviembre de 2001, en el que autor argumenta su posición
y se defiende de tales críticas. Respecto de las tesis de Finkielkraut, el autor retoma en su libro La
ingratitud, publicado en España en el año 2001, la idea de la multiculturalidad como una posición
incompatible con la defensa de la igualdad y los principios democráticos.
108
pertenencia, y que son, en última instancia, siempre subjetivas. Pensamos, en la línea
anterior, que lo multicultural sólo puede darse en tanto que relación, y que el propio
concepto revela una cierta inconsistencia teórica, dado que ni siquiera podríamos considerar
al sujeto particular como una identidad homogénea y delimitada culturalmente. Donati
(1997:19) utiliza el concepto de universalismo de lealtades múltiples para referirse a estos
procesos.
109
110
3.3. LOS SIGNIFICADOS CONTRADICTORIOS DE LA MULTICULTURALIDAD
111
Una <sociedad abierta> que fuera capaz de integrar la diversidad se caracterizaría por el
desarrollo de un racionalismo crítico, la libertad individual y la tolerancia. Sin embargo,
para Sartori, el pluralismo y la tolerancia que instaura dicha sociedad ha de limitarse; es
decir, establecer los resortes necesarios para su protección y supervivencia. Uno de los
peligros que hoy amenazarían el pluralismo sería el de la gestación de “ciudadanías
diferenciadas”.
Una de las críticas más importantes a la idea de multicultura es que supone un repliegue
hacia formas sociales de tipo “comunitario”, en las que el principio de individualidad
quedaría socavado: la idea de que las formas de vida tienen derecho a sobrevivir -una idea
expresada en aquella concepción extraordinaria del genocidio cultural- es un recién
112
llegado al escenario moral. Es también una idea totalmente equivocada. Son los individuos
los que cuentan; las formas de vida importan sólo como expresión y sustento de la
individualidad humana. (Gauthier, 1986: 13) (Citado por Garzón, 1997: 13)
113
En segundo lugar se acusa a las tesis multiculturalistas de seguir la lógica del racismo
diferencialista al favorecer desde la ambigüedad de su propio lenguaje un discurso de la
exclusión. La multiculturalidad se revelaría como una estrategia de exclusión social al
inventar unas “culturas” ajenas a la historia y a los complejos procesos de las sociedades
industriales, así como a los efectos de la globalización y la internacionalización de los
mercados. El individuo quedaría ubicado en una situación de fragilidad social al
planteársele un falso dilema: el de la elección insalvable entre su identidad cultural y el
pleno acceso a la participación social, bajo la amenaza de pérdida de la identidad. La
cultura así considerada, aporta significado a la expresión “el lugar de origen” como un
lugar preñado de singularidades <no-modernas>.
Frederic Jameson (1998:157) va aún más allá al considerar que las tesis multiculturalistas
constituyen en realidad una forma de racismo culturalista que encubre, y justifica
teóricamente, las formas actuales de exclusión social: […] el racismo posmoderno
contemporáneo es el síntoma del capitalismo tardío multicultrualista […], la “tolerancia”
liberal excusa al Otro folclórico, privado de su sustancia (como la multiplicidad de
“comidas étnicas” en una megalópolis contemporánea), pero denuncia a cualquier Otro
“real” por su “fundamentalismo”, […] el “Otro real” es por definición “patriarcal”,
“violento”, jamás es el Otro de la sabiduría etérea y las costumbres encantadoras.
114
Compartimos las tesis de Jameson cuando argumenta que no podemos entender la
“(re)etnificicación” como una vuelta a “identidades” primarias, sino que debe contemplarse
como la <construcción> de identidades “mediadas” en el contexto de la globalización y de
las nuevas formas de homogeneización cultural. El multiculturalismo como una ideología
de ese capitalismo global acaba por reducir al <otro> a una especie de “indígena” exótico.
Por ello, el multiculturalismo, en su extremo, convertido en la exaltación de la diferencia,
se transforma en un racismo invertido, en tanto que el respeto al <otro> se produce siempre
desde la premisa de una distancia. Ese alejamiento es posible por la posición de privilegio,
de “elitismo eurocéntrico” (Jameson, op.cit.) que habla del otro (pero nunca con el otro)
como identidad cerrada, auténtica, y por ello, absolutamente extraña.
En tercer lugar, una de las críticas más duras dirigidas al multiculturalismo parte de que la
sociedad multicultural establece, no sólo un catálogo de culturas superpuestas, sino también
su relación con unos determinados valores. Ello favorece un proceso de diferenciación de
los colectivos a partir de la singularización de unas prácticas que son extrañas entre sí e
incompatibles con una concepción democrática de la sociedad. En este proceso de
diferenciación, son seleccionados únicamente aquellos rasgos que, por su carácter, pueden
constituir las <marcas diferenciales> y obviados aquellos otros que tienen que ver con la
semejanza y la proximidad. En la siguiente cita de Mert, que reproducimos de forma
extensa, resume las críticas a una teoría multicultural que podría parecer, a primera vista,
cargada de buenas intenciones:
115
culturas, que se expresan, en definitiva, en personas de determinadas colectividades
concretas, sólo puede realizarse sobre la base de una escala de valores conduce
irremediablemente a la consecuencia de la diferenciación, es decir, a la división de
los derechos civiles. El presupuesto práctico de la <sociedad multicultural>
apunta, por lo tanto, a la obligación de dejar escrita la identidad etnocultural con
la substancia de los derechos civiles divisibles, a fin de defender la entidad
inmutable del Estado-nación frente a aquellos que son puestos bajo una especie de
administración colonial sustitutoria. (1994:294-295)
71
Kimlicka, desarrolla un interesante debate en este sentido, cuando afirma que es posible articular, derechos
colectivos en el seno de las sociedades democráticas . Sin embargo, el autor hace referencia exclusivamente a
dos tipos de diversidad: a los estados plurinacionales y pluriétnicos (como resultado de la inmigración). No
incluiría como sujetos de derechos a aquellos colectivos cuya situación de discriminación no tiene para el
autor una causa cultural. Así distinguiría el multiculturalismo Canadiense del desarrollado en EEUU, al
incluir este último, grupos cuyos conflictos son de carácter social y no cultural. (Kimlicka, 1996.35).
116
que volveremos en los capítulos finales, resumen, para nosotros, los principios que han de
emanar de toda afirmación de pluralidad.
La multiculturalidad72 nos habla de cómo habría de ser esa relación, de qué hacer, en la
dimensión de lo social, con las diferencias que muestran los grupos que viven en una
determinada sociedad. Implica, además, una intención: la de que dichas culturas se
desarrollen a partir de una existencia propia e independiente y conserven la capacidad de
reproducirse a sí mismas.
72
En este trabajo utilizaré indistintamente los conceptos de multiculturalidad e interculturalidad como
equivalentes, al considerar que sus significados son los mismos y que la diferencia está más en las
preferencias anglosajonas o europeas.
117
la base de adscripciones culturales e identitarias diversas. Este proceso está relacionado
con los cambios tecnológicos y económicos en el ámbito internacional. Podríamos resumir
estos procesos en los tres puntos siguientes:
En segundo lugar, a este nuevo orden regulado por un mercado internacional, o como
consecuencia de ello, se configuran con más fuerza las identidades73 grupales y
colectivas74, que tienen como característica, la defensa de la identidad y la <cultura> y la
reivindicación de los valores comunitarios: Las ideas multiculturalistas reaccionan contra
la homogeneización del mundo” (Touraine, 1995:25)
Por último, los conflictos actuales se producen en un marco complejo en los que se cruzan
múltiples factores y desencadenantes. Se expresan en términos de choques de <identidades
culturales>, desequilibrio económico y social y los procesos de movilidad de poblaciones a
partir del fenómeno de la inmigración. La multiculturalidad pretende ser una respuesta a
todo ello: como el paso de la hegemonía a la heterogeneidad cultural; como la defensa de
73
Jameson (1998) considera los conflictos culturales o la emergencia de la <identidad> como producto de la
globalización, y no tanto como su <alternativa> o su rechazo.
74
Para el autor, (op.cit) la globalización produce y fomenta las <comunidades de estilo de vida> (1998:170).
118
la convivencia, pero también de la participación activa de los distintos grupos culturales y
sociales, en todos sus vertebraciones: participación económica, política y social.
75
Kymlicka utiliza el concepto de nación como comunidad de <cultura>
119
nación en que esta sociedad se inscribe. En segundo lugar, la ruptura de su propia
cohesión cultural como forma de identidad y pertenencia.
En otras palabras, la multiculturalidad, aún siendo un concepto vago, sólo puede definirse
como afirmación de la pluralidad (término que nos parece más acertado), y como
valoración de la diversidad en un <espacio> social compartido: [...] se puede [...] tratar de
desarrollar una conciencia social que permita aceptar la diversidad como tal, sin
estigmatizarla (y esto es lo menos que se puede exigir desde el respeto de los derechos
humanos ( Juliano, 1993:84).
120
Touraine indica además que para poder definir la multiculturalidad tenemos que tomar
como punto de referencia aquello que no significa (1995:14). Para el autor lo multicultural
se instaura en una relación dinámica con las teorías que la secundan, configurando
significados acerca de sí misma que pueden ser, en determinadas ocasiones, polisémicos y
contradictorios. De ahí la dificultad para llegar a una conceptualización sistematizada y
universal.
Reducción del prejuicio. Crear estrategias para desarrollar actitudes más democráticas.
Sin embargo, queremos constatar que además de está relación con lo educativo, en los
países europeos abarca un análisis más amplio respecto de la sociedad actual en cuestiones
como la identidad cultural o étnica, el racismo, la emigración y la globalización. Aún así,
de forma un tanto vaga y simple, la educación sigue constituyéndose como el espacio por
ontonomasia donde es posible desarrollar la interculturalidad y una sociedad plural más
justa.
121
122
4- ÁMBITOS Y PROBLEMÁTICAS RELACIONADAS CON EL CONCEPTO DE
SOCIEDAD MULTICULTURAL: RACISMO E INMIGRACIÓN
En las páginas que siguen, intentamos analizar esa imagen de la inmigración como
<portadora> de diferencias, y como representación de la <alteridad> en las sociedades
occidentales de hoy. Para ello nos preguntamos acerca la figura del inmigrante, de sus
representaciones y de los conflictos que emergen relacionados con la identidad y la
alteridad. Aún así, nos parece muy importante reflexionar acerca de las teorías racistas
actuales y de su relación con el multiculturalismo. Aunque el tema es muy amplio y
requeriría de un análisis exhaustivo, en el punto 4.1 hemos querido recoger algunas de las
cuestiones más importantes sobre las formas de racismo actuales, los planteamientos
antirracistas y las distintas aportaciones en la teoría multicultural sobre estos temas.
Queremos destacar, como una de los aspectos más importantes, que si bien el término raza
está científicamente denostado, pensamos que de alguna manera sigue funcionando a modo
de un “racismo popular” que presupone la existencia de diferencias biológicas y
psicológicas entre los seres humanos, a partir de sus diferencias fenotípicas76.
76
Estas no tienen por qué ser únicamente peyorativas. A modo de ejemplo podemos pensar en la atribución
de habilidades naturales que supuestamente tienen ciertos grupos. Este tipo de discurso funcionaría del
mismo modo que la atribución de cualidades femeninas, también vigentes. Los discursos feministas han
destacado en numerosas obras la permanencia de esta visión “estereotipada” del <otro>.
123
124
4.1 RACISMO Y MULTICULTURALIDAD
125
Sin embargo, numerosos autores han destacado que al establecer una relación de tal tipo,
entre inmigración y racismo, de un lado, y política multicultural, de otro, supone, o
favorece, de algún modo, una forma nueva de racismo, un racismo diferencialista, que
partiría de una concepción segmentada de la sociedad. Para Moreno (1994:218) esta
percepción de la sociedad como un espacio segmentado culturalmente entre un <nosotros-
ellos> acaba por favorecer un discurso que, presupone una atomización social, un discurso
independiente de las legislaciones, de las clases, de las naciones-estado, de la ideología
del poder. Hasta que la sociedad no es ya sólo un conjunto de individuos, sino un conjunto
desarticulado de minorías.
También Teresa San Román realiza una crítica a una conceptualización ontológica de las
diferencias culturales, al entender que la multiculturalidad, cuando se apoya en un discurso
como el del relativismo cultural, y lo vulgariza al radicalizarlo, acaba por promover ciertas
formas de racismo diferencialista: los antropólogos […] ofrecieron los mejores datos y los
mejores argumentos a un antirracismo que se debatía en contra de la Teoría de la Razas,
contra un racismo biologista y genetista. Pero al hacerlo, dio demasiadas vueltas a la
tuerca del relativismo cultural, del particularismo, del diferencialismo, de manera que, al
mismo tiempo, implementó intelectualmente la alterofobia de corte fundamentalista
cultural (1996b:49)
El racismo ha sido entendido, como una cuestión propia de las sociedades occidentales,
como una doctrina occidental. Si bien la misma noción de raza ha sido ya desmentida
científicamente ¿Cómo es posible que hablemos de un resurgimiento del racismo? O ¿Cuál
es su relación específica con la multiculturalidad, de manera que para la mayoría de autores
la educación intercultural sea, al mismo tiempo, una educación no racista o antirracista?
126
4.1.2 El racismo diferencialista, racismo y defensa de la identidad
Teresa San Román (1996b) ha advertido del error que supone en la actualidad entender el
racismo como una doctrina “científica” propia del siglo XIX y vinculada a la expansión
colonialista europea. Por el contrario, para la autora deberíamos contemplar de forma más
amplia los procesos históricos de persecución hacia grupos religiosos, políticos, o
culturales, como es el caso de los gitanos. El racismo tendría que ver también con las
formas de resistencia de dichos grupos a una asimilación violenta y desigual al modelo de
la sociedad occidental.
Por ello, y en el marco de la cuestión que nos ocupa, lo que hoy denominamos de forma
genérica racismo, no responde a la definición clásica a la que hacíamos mención. En el
discurso multicultural, se integran otros conceptos que articulan diversas formas de rechazo
y exclusión cultural. Queremos destacar aquellos conceptos que son recurrentes en el
análisis de la multiculturalidad, en tanto que discurso del antirracismo. Estos son: la
heterofobia, la xenofobia y el etnocentrismo:
Heterofobia
[…] sentimiento de temor y odio ante los otros, los distintos, los extraños, los forasteros,
los que irrumpen desde el exterior en nuestro círculo de identificación. (Savater,
1997a:159)
Xenofobia
Es una palabra compuesta por dos raíces griegas: xenos que significa extranjero y fobia,
odio. Su sentido sería pues: odio, hostilidad o repulsión hacia los extranjeros. Su antónimo
sería xenofilia, es decir, atracción, simpatía o amor hacia lo extranjero, tomando siempre
la palabra extranjero en su sentido más amplio de forastero, de individuo que no pertenece
a mi grupo de referencia. (Carbonell, 1995b:67).
127
Etnocentrismo
El etnocentrismo actual es aquel que valora una cultura desde la perspectiva de otra. (San
Román, 1996).
Aspiración de un grupo étnico a crear una identidad nacional única y acabar con el idioma
y la cultura de los otros. (UNESCO)
Si el racismo79 como <problema> tiene que ver con la multiculturalidad es con relación a lo
que Taguieff ha denominado “movimiento de retorsión” de las tesis racistas, que han
producido un desplazamiento desde las teorías biologistas, a tesis basadas en la diferencia
cultural.
Taguieff (1990) indica que el término racismo se emplea en tres sentidos distintos:
Racismo-ideología
Racismo-prejuicio
Racismo como conducta.
Siguiendo la línea de Taguieff, también apuntada por Teresa San Román, el antirracismo
multiculturalista, de corte clásico, fracasa estrepitosamente ante las nuevas teorías y formas
de racismo. Las tesis racistas actuales, no se apoyan en la idea de raza sino en la de
diferencia cultural y en la defensa de la identidad, (oponiéndose a la idea de mestizaje y a
las combinaciones híbridas). De forma análoga al discurso multicultural (y confundiéndolo)
utilizan los mismos argumentos que, desde las propuestas de la diversidad, apuestan por la
integración y la cohesión social. Por ello, para el análisis de la teoría multicultural, el tema
del racismo es importante en dos sentidos: en primer lugar, porque la multiculturalidad
recurre constantemente a la noción de diferencia cultural y al colectivo de inmigrantes
como sus representantes principales.
79
Aunque utilizamos el concepto de racismo, nos referimos de forma genérica a cualquier forma de rechazo o
exclusión hacia un colectivo a partir de la estigmatización de sus características o su situación social.
128
A la luz de este vínculo entre diferencia e inmigración, Balibar ve el discurso de la
multiculturalidad “recluido en una alternativa absurda” (1991:139) al permanecer
atrapado en una discusión simplista sobre el racismo y el antirracismo. Para el autor, ante
una globalidad en la que cada vez mas colectivos son excluidos de las grandes redes del
mercado, es necesario relacionar en el discurso nociones como las de sociedad civil,
pluralidad e igualdad. Estos principios son aquellos que pueden articular un discurso que
se oriente a denunciar los mecanismos de exclusión de la sociedad globalizada.
80
Delgado (1998) y San Román (1996) desarrollan ampliamente este tema a partir de la idea planteada por
Taguieff acerca de la inversión y apropiación del discurso multicultural por parte del nuevo racismo
diferencialista.
129
Cada vez los sondeos de opinión han revelado, […] que las ideas que legitiman el
racismo como una suerte de <reacción de defensa> […] son ampliamente
admitidas por numerosas capas en todas las clases sociales, aún cuando sus formas
externas no sean (¿o no todavía?) generalmente aprobadas: en particular la idea
de que la presencia de inmigrantes amenaza el nivel de vida, el empleo, la
seguridad ciudadana y la idea de que ciertas <diferencias culturales> -muy
insignificantes en realidad- constituyen obstáculos insuperables para la
cohabitación,. […] (Balibar, 1995, 126-127)
El <inmigrante>, como figura de referencia del que <está fuera>, se convierte así en el
chivo expiatorio de todos aquellos que ven peligrar su, a veces infundado, status. De esta
manera, las tesis racistas habrían operado un cambio de objeto y de planteamiento, mientras
que la ideología antirracista se mantendría “anclada” en una visión estereotipada del
racismo y una respuesta igualmente desfasada. Taguieff indica que en la actualidad es
preciso analizar estas manifestaciones del antirracismo, ya que sin darse cuenta “colaboran”
con la lógica del nuevo racismo. El autor, denomina a estas manifestaciones un
“antirracismo conmemorativo” (1995: 151) e identifica cuatro errores comunes en la
concepción actual del racismo y el antirracismo.
130
3- La reducción del racismo a una forma de legitimación de la exclusión por parte del
sistema capitalista.
4- Explicarlo simplemente como una naturalización de las diferencias culturales.
Para Taguieff los contenidos de los discursos racistas actuales, estarían referidos a:
1- La defensa radical de la identidad cultural.
2- El elogio de la diferencia y las particularidades.
3- La exaltación de la singularidad y de los valores de un individualismo exacerbado.
4- El abandono posmoderno de todo vínculo universal.
En segundo lugar, la sustitución del concepto desigualdad por el de diferencia, que oculta
las situaciones de exclusión social y focaliza en las diferencias culturales las causas de
dicha exclusión.
131
En tercer lugar, el recurso continuado a enunciados heterófilos, que acaban por folclorizar
la diversidad y la heterogeneidad. Y en último término, el desarrollo de un racismo
indirecto y simbólico que genera la estigmatización de lo cultural, reduciéndolo al lugar
del exotismo y la rareza.
También Wieviorka anota que no puede entenderse la cuestión del racismo como “un
combate elemental del bien contra el mal” (1995:206). Sin embargo, aún asumiendo que
el antirracismo pueda resultar débil frente a las tesis neorracistas diferencialistas, apunta
que no deben confundirse ni tampoco colocar en un mismo saco los objetivos racistas y los
antirracistas. La confusión, en todo caso, queda planteada en el discurso y necesita de una
reflexión, ya que puede afectar a las prácticas y a los planteamientos multiculturales:
corregir las desigualdades sociales insoportables, luchar contra la exclusión, enseñar a los
niños en las escuelas a rechazar el racismo es sin duda positivo, pero inadaptado al
empuje del neo-racismo diferencialista (Wieviorka, 1995:212)
Por otro lado, las tesis que se basan en la defensa de la realización de la identidad han
generado un discurso polémico, ( modelo desarrollado principalmente en EE.UU. y Gran
Bretaña), acerca de la discriminación positiva81. Uno de los peligros de la aplicación de este
81
Pese a la crítica que realizamos hacia este tipo de medidas, queremos aclarar que nuestra objeción se dirige
al enfoque culturalista de las mismas, no hacia aquellas políticas que intentan corregir desigualdades
preexistentes. De la misma manera, queremos destacar que la expresión “discriminación positiva” es una mala
traducción del original inglés, en las que estas políticas se denominan de acción afirmativa. Sin duda, el uso
de la palabra “discriminación” confunde el sentido y el debate sobre las mismas.
132
tipo de políticas, requiere que sean identificados previamente los colectivos beneficiarios.
Además, a través de estas acciones, las situaciones de exclusión económica y social de
algunos grupos se pueden naturalizar como problemáticas étnicas o culturales, de estilo de
vida, “contribuyendo a embalar la dialéctica de las identidades”. (Wieviorka, 1995:215).
Para Wieviorka el trabajo multicultural tiene que evitar tanto la defensa diferencialista de la
identidad, como una defensa absoluta del ideal asimilacionista. Para el autor, ambas
posturas son susceptibles de convertirse en un discurso racista. Así, el derecho a la
diferencia no puede ser absoluto y únicamente puede ser reivindicado con relación a los
principios democráticos y universales.
133
134
4.2 INMIGRACIÓN Y DIVERSIDAD CULTURAL
La imagen del <inmigrante> se perfila a la vez como sujeto y como objeto de un discurso
que pretende explicar su singularidad. Sujeto de la diferencia, se configura también como
objeto de un problema al que la sociedad debe encontrar soluciones. En todo caso, el
extranjero, el inmigrante, son figuras de la alteridad que requieren de una explicación, de
una justificación que analice su presencia, y el modo en que se va a articular su relación con
la sociedad a la que ha llegado. Al constituir una entidad que puede ser identificada y
explicada a partir de unos rasgos y unas características propias, diferentes de las del resto
de la sociedad, es muchas veces convertido en objeto de políticas sociales específicas cuyo
objetivo es favorecer su integración social.
Sin embargo, muchos autores apuntan que al intentar definir qué y quién es el inmigrante,
construimos una figura inexistente. Una figura a la que dotamos de unas particularidades y
que asociamos a unas problemáticas que en realidad poco tienen que ver con el hecho de
haber inmigrado, sino que alumbran la percepción que la sociedad receptora construye
135
acerca de lo otro, de lo extraño. En definitiva, el discurso acerca de la diferencia, la
diversidad y la identidad construyen, más que explican, la categoría de inmigrante.82
82
Algunos de los autores que analizan en profundidad esta afirmación son: Santamaría, E.; Stolke, V.;
Juliano, D.; Sassen, S.; Blanco, C.; Bob, S.; Blommaert, J.; Delgado, M.; San Román, T. Ver bibliografía.
136
2- En segundo lugar intentaremos ver quien es el inmigrante. A qué y a quien responde este
concepto. Veremos también cuales son las categorías conceptuales que adjetivan la
inmigración para analizar si los problemas planteados en torno a la inmigración pueden o
no ser considerados como culturales (si nos atenemos a la definición dada anteriormente de
cultura, o al menos a lo que ésta no significa).
Al pensar la inmigración en Europa, hay que tener en cuenta que existe un antes y un
después de la década de los setenta. Anteriormente a esa fecha, la multiculturalidad es aún
un concepto por aparecer y la inmigración se considera en Europa únicamente como
importación de mano de obra de carácter temporal. El inmigrante es en estos años un
trabajador que en ningún momento pierde el carácter de extranjero83, la temporalidad es el
factor que define relación con la sociedad receptora.
En líneas generales podemos considerar los movimientos migratorios como una constante
en la historia europea. Según Gabriella Malgesini ( 1994:11), desde 1750 abandonaron sus
países de origen más de 350 millones de personas, de ellos, más de la mitad eran europeos.
Sin embargo, a lo largo de este último siglo, Europa se ha configurado como un continente
receptor de inmigrantes y durante los últimos cincuenta años las características de los
procesos migratorios han tenido unos componentes y unas características que los hacen
distintos a los movimientos anteriores.
83
En este sentido hay que destacar las diferencias existentes entre Europa y EE.UU. En este último el
inmigrante ha sido considerado alguien que viene para quedarse y se espera de él una absoluta integración.
Por este motivo las políticas multiculturales han tenido muy poco que ver con la inmigración, sino que se
refieren a las minorías protegidas: negros, hispanos, asiáticos e indios americanos. (Sorman, G. 1993:76).
137
Georg Lutz (1994:27,) apunta que los modelos explicativos de los movimientos migratorios
basados en la modernización y la dependencia económica resultan insuficientes para
explicar los actuales flujos de migración, y propone que éstos deben ser estudiados a la luz
de la globalización y el final del mercado mundial de base nacional-estatal.
Andreu Domingo (1994:68) por su parte, resalta que la realidad de la migración hoy en
Europa está vinculada a los criterios que han definido la construcción de la Comunidad
Europea en tres aspectos, el económico, el político y el cultural y destaca tres razones por
las cuales la inmigración en Europa es interpretada hoy negativamente y a partir de un
criterio de insostenibilidad:
3- La identidad europea debe definirse a partir de sus relaciones con las comunidades extra-
comunitarias asentadas en territorio europeo.
138
una inversión temporal orientada al ahorro y a la mejora de su estatus en la sociedad de
origen, de manera que no se producía una ruptura con ella. Emigrar solía ser una actividad
que realizaba un solo miembro de la familia.
Según G.Lutz (1994:28) la inmigración en este periodo tiene que ver con la implantación
del modelo fordista de desarrollo y del desarrollo del Estado Social en el contexto de las
sociedades democráticas. A partir del aumento de la producción, de la aplicación de un
“régimen de acumulación intensivo” y del aumento del poder adquisitivo de la población se
propició una sociedad de consumo que abarcaba a casi todas las capas de la población. El
inmigrante por excelencia era el hombre joven, sin formación, extranjero o trabajador
invitado (gastarbeiter en Alemania) para el que no se consideraba necesario desarrollar
políticas específicas de integración. La permanencia de la familia en el país de origen
favorecía la temporalidad, suponía escasos gastos para el país receptor y beneficiaba
también al país emisor porque representaba una entrada importante de divisas85.
85
En la actualidad, tal y como indica L.Potts (1994:79) las características de la inmigración no han variado
demasiado, pero sí, su percepción. Sin embargo, uno de los cambios que sería necesario destacar sería el
aumento de la migración femenina y nuevas formas de migración como resultado de una progresiva
feminización de la pobreza. Esto hace que la migración de hoy ya no puede ser conceptualizada a partir de
criterios laborales y temporales exclusivamente. De la misma manera, D.Juliano (1994c:43) indica que hoy el
número de hombres y mujeres que se desplazan es similar. Sin embargo resalta que en el caso de las mujeres
las situaciones de exclusión que viven en las sociedades de acogida suelen ser mayores que las de los
hombres, pues sus posibilidades de regularización son menores al ocuparse mayoritariamente en ocupaciones
de la economía sumergida como el servicio doméstico, o quedar atrapadas en redes de prostitución
internacionales.
139
empresarios y, sintomáticamente, hicieron disminuir los costes laborales. (Sassen,
1994:59)
El efecto de estas medidas fue paradójico ya que después de mediados de los 70, y sobre
todo a partir de la década de los 80, no sólo no se redujeron las cifras de inmigrantes, sino
que éstas aumentaron. Aunque se frenó la entrada de nuevos inmigrantes (sobre todo de los
que provenían del sur europeo) su número total se incrementó debido a las reagrupaciones
familiares de aquellos que decidieron no regresar (Domingo, 1994, 69) y de la progresiva
entrada irregular de trabajadores.
En este periodo comenzará a ser cuestionada la figura del inmigrante, ya que hasta entonces
sólo se había contemplado como una figura transitoria que no se iba a quedar. (Álvarez
Donorroso,1994b:29). Los incipientes procesos de regularización y restricción de nuevos
inmigrantes significaron la aparición de situaciones que no habían sido previstas y que no
han hecho sino aumentar en las décadas siguientes:
140
4- Surgieron nuevos debates teóricos acerca de la cultura y la identidad cultural al
conceptualizar a los grupos inmigrados como no asimilables a la cultura europea. La
relación establecida hasta entonces entre nacionalidad y cultura, comenzaba a ser
cuestionada y los inmigrantes pasaban representaban la ruptura con los esquemas culturales
europeos
141
Las características de la inmigración en España no son extrapolables de la situación de
otros países europeos aunque se pueda prever una tendencia similar en un futuro. T. San
Román critica el hecho de que en numerosas ocasiones, las propuestas acerca de
determinadas situaciones relacionadas con la inmigración y el racismo no parten de
investigaciones empíricas sino que son explicadas a partir de opiniones y discursos que no
han sido sometidos a ningún tipo de contrastación y reflexión.
86
El colectivo IOE destaca cinco aspectos económicos y sociales relevantes para la inmigración durante la
década de los noventa (1994:32) en nuestro país:
1-Aumento del paro: de menos de 500.000 en 1975 a 3,6 millones en 1993.
2- Cambios importantes en el mercado laboral, caída del mercado agrícola, desindustrialización y crecimiento
del sector servicios.
3- Precarización del empleo y aumento del empleo temporal.
4- Aumento de la economía sumergida
5- Distribución regresiva de la renta. Aumento de la desigualdad social
87
En este sentido es ilustrativo el artículo de Miquel Izard (1994:99) que analiza, los grandes desplazamientos
a lo largo de la historia, relacionándolos con los procesos de conquista, colonización, esclavitud, construcción
de los estados-nación y el auge del capitalismo.
142
distorsionadas: [...} el incipiente debate público acerca de las consecuencias de la
inmigración, han sido más un reflejo de los problemas y preocupaciones existentes en los
países del <Norte> de la CE que el resultado de un análisis de la propia realidad y sus
perspectivas. (IOE, 1994, 118) Es decir, que respecto de la inmigración se ha generado un
discurso que en realidad no contempla la totalidad de los procesos migratorios actuales ni
tampoco sus causas, ya que identifica de forma genérica a un colectivo a partir de una
imagen estereotipada: inmigrantes pobres llegados del tercer mundo y en condiciones de
precariedad: Teniendo en cuenta la diversidad descrita, debemos concluir que el colectivo
<extranjeros> no existe como tal más que en las imágenes de la sociedad autóctona [...] (
1994:113) Podemos decir que, en general, el colectivo del que hablamos como “los
inmigrantes” representa una distorsión de la realidad de la inmigración en España88 y
Europa.
88
En el apartado siguiente se analiza las ambigüedades de la noción de inmigrante utilizada para identificar a
ciertos grupos de personas en relación a otros conceptos como cultura, minoría étnica y racismo.
89
El Grupo de Trevi está formado por Ministros del Interior y de Justicia cuya función es coordinar acciones
en temas como el narcotráfico, terrorismo e inmigración. Respecto a este último elaboraron una lista de 50
países del Tercer Mundo para los cuales se exigiría el visado a sus ciudadanos. Ver. Diniz, F. (1992: 76)
90
Aunque aprobados en 1985, su aplicación se postergó hasta 1991 debido, en parte, a la caída del muro de
Berlín y al proceso de reunificación de Alemania que iba a significar grandes movimientos de población al
impulsar Alemania una política de nacionalización de ciudadanos de países del Este.
91
Los Acuerdos de Schengen fueron acuerdos adoptados entre varios gobiernos, no tenían un carácter
vinculante para todos los países comunitarios.
143
A partir de los Acuerdos de Schengen, distintos Ministerios de Interior acordaron una
política conjunta sobre inmigración y control de la población extranjera92, imponiendo
fuertes medidas restrictivas a la entrada de inmigrantes. En opinión de A. Domingo
(1994:71) los factores que inciden en que Europa desarrolle este tipo de políticas, además
de los económicos antes analizados, tienen que ver con su proceso histórico reciente y con
sus características sociopolíticas específicas:
Si en realidad podemos decir que la inmigración no disminuirá en los próximos años y que
los flujos migratorios tienen que ver, no sólo con la situación de los países de origen, sino
también con las necesidades de las sociedades receptoras, los acuerdos de Schengen
supusieron en realidad, para miles de personas, la imposibilidad de acceder a una situación
estable y regulada. De la misma manera y con relación a los derechos que establece la
nacionalidad, B.Sutcliffe apunta que […] la migración bajo las normas actuales es un
proceso que, en principio, tiende a reducir el conjunto de derechos humanos, ya que
cuando los inmigrantes llegan a su destino, incluso si adquieren la residencia legal, tienen
menos derechos que la población ya residente (Sutcliffe, 1995:23-24)
92
La cuestión de la inmigración será abordada conjuntamente con temas como el narcotráfico y el terrorismo.
Ello indica de alguna manera el carácter “problemático” atribuido al hecho de inmigrar en la actualidad.
144
En las páginas anteriores hemos visto como las migraciones en los últimos cincuenta años
no pueden explicarse únicamente como la consecuencia de una situación de pobreza y
miseria, sino que deben ser explicados a partir de los procesos de internacionalización de la
economía y del fenómeno de globalización, así como de las propias necesidades de las
sociedades receptoras: a cada uno de los afectados les puede parecer que su migración es
el resultado de una decisión personal; sin embargo, la propia posibilidad de la emigración
es el producto de profundos procesos políticos, económicos y sociales (Sassen, 1994:61)
Por su parte, Sutcliffe indica que las políticas sobre inmigración impulsadas por una
política económica liberal, en el marco de los Derechos Humanos, dejan a éstos sin efecto:
[...] estos dos importantes discursos- derechos humanos y economía liberal- en sus
declaraciones sobre la inmigración parecen contradecir su propia lógica. En el contexto
de los derechos humanos universales la libertad para inmigrar daría sentido a la libertad
para emigrar; y el derecho al asilo económico sobre las mismas bases que el asilo político
daría más sentido a otros derechos humanos universales (Sutcliffe,1995:26)
Emigrar es hoy un proyecto moderno que requiere planificación, dinero y el apoyo de una
red de inmigración93, no una acción espontánea y ciega a causa de la desesperación, aunque
los procesos de pobreza no deban quedar excluidos del análisis. Tal y como indica
Enzensberger “nadie emigra sin que medie el reclamo de alguna promesa.” (1992: 25).
93
Para ver más detalladamente los procesos de red en la sociedades actuales y concretamente en el tema de
las migraciones ver: Hannerz, U. (1998): Conexiones transnacionales. Cultura, gente, lugares. Madrid.
Cátedra. Universitat de València. Y Castells, M. (1997): La era de la información. Economía, sociedad y
cultura. Vol.2 . El poder de la identidad. Madrid. Alianza Editorial. WHitten,N.E.; Wolfw, A.W. Análisis de
red. En : Fernández Martorell, M. (1988): Leer la Ciudad. Barcelona. Icària.
145
4.2.2.El dicurso de la emigración hoy. Causas, procesos y conflictos.
En este debate se partía de la idea de que los inmigrantes llegaban a Europa, empujados por
las condiciones económicas, políticas y sociales de sus países de origen. Tal y como explica
Saskia Sassen, la inmigración era, es interpretada desde entonces en términos de pobreza,
paro, sobrepoblación y estancamiento económico en los países emisores de inmigrantes
(1994: 53).
94
El concepto de países periféricos se refiere a la distinción <centro-periferia> realizada a partir de la
inclusión de un estado en los centros económicos de poder y gestión globales (el centro) y aquellos que
quedan excluidos de ese proceso o son dependientes de los primeros.
146
De esta manera, para la sociedad receptora, la inmigración deviene un problema
humanitario, de un lado, y en una cuestión de control de la cantidad de inmigrantes, de otro.
En todo caso, la sociedad receptora no aparece como responsable de la llegada de
inmigrantes a un territorio, ni tampoco de las condiciones de vida en el nuevo país:
Conceptualizando el <problema> planteado por la inmigración extra-comunitaria en
términos de diferencia e inconmensurabilidad cultural evidente, se eluden las causas
profundas de la inmigración, es decir, los efectos cada vez más agudos de la desigualdad
Norte-Sur.” (Stolke, 1994:248)
C. Blanco (1995) indica también que los modelos teóricos utilizados para explicar la
inmigración actual son insuficientes y que es necesario superar las categorías que encierran
al inmigrante en una imagen social negativa, cuya consecuencia es la marginalidad política,
social y económica. Para la autora, existen dos perspectivas utilizadas generalmente para
explicar la inmigración:
En primer lugar, un análisis a través de la pertenencia del inmigrante a una estatus social
bajo, donde un enfoque de tipo culturalista (y las propuestas multiculturales de él
derivadas) suponen el encubrimiento que disipa las relaciones de poder y de clase.
En segundo lugar, una perspectiva etno-cultural que analiza la forma en que los distintos
grupos étnicos afrontan la migración en función de los factores específicos de relación
desarrollados por su cultura.95
95
La explicación del determinismo etno-cultural es una interpretación “parcial, unidireccional, haciendo
recaer el peso de la adaptación solamente en los grupos étnicos mediante su adecuación cultural a la nueva
sociedad.” (Blanco,1995:55).
147
es beneficiosa para el sistema capitalista, siendo, a la vez, causa y consecuencia del
desarrollo desigual. (1995:40)
En otras palabras, creemos que pensar la inmigración sólo en términos de pobreza resulta
incompleto para entender las sociedades urbanas de hoy, podemos analizar los procesos de
inmigración a partir de tres dimensiones interrelacionadas entre sí: una dimensión
económica, una dimensión sociopolítica y una tercera dimensión cultural.
Dimensión económica:
La dimensión económica explica la emigración a partir de las escasas perspectivas
económicas y de promoción social existentes en el país de origen. La emigración supone un
intento de mejorar el estatus personal y social. Las personas emigran debido a la falta de
expectativas en sus sociedades y es facilitada por las demandas del mercado de trabajo y las
inversiones de las empresas en los países del Sur.
Dimensión sociopolítica:
La emigración se interpreta como la demanda, por parte de una gran parte de la humanidad,
del acceso a los bienes económicos de las sociedades occidentales, y a la participación en la
sociedad del bienestar. Por otra parte, se produce a partir de las condiciones políticas no
democráticas que obligan a muchas personas a buscar refugio en otros países, ante una
amenaza de persecución, o por la voluntad de incorporación a una sociedad democrática.
Dimensión cultural:
Desde la cultura la emigración se contempla a partir de los procesos de globalización y del
concepto de sociedad red, que suponen una movilidad creciente de intercambio de bienes
materiales y culturales hacia todos los rincones del planeta. El acceso a la información y al
conocimiento de otras realidades, pone en marcha los procesos de movilidad. Las personas
se incorporan también a los mecanismos de internacionalización, donde el territorio deja de
ser la referencia más importante de la identidad.
148
Al no tener en cuenta estas tres dimensiones en los procesos migratorios y al enfatizar los
aspectos de control de un lado, y los aspectos humanitarios, de otro, surgen al mismo
tiempo discursos en apariencia incompatibles. Ello explica que las políticas se orienten de
un lado a la ayuda al desarrollo y del otro a la implantación de medidas restrictivas que
impidan la entrada de nuevos inmigrantes.
Para S.Sassen (1994:59) las políticas que pretendían evitar la inmigración, como las
inversiones en los países de origen, tienen en realidad el efecto contrario, ya que producen a
largo plazo el desarraigo de las formas tradicionales de producción, la generación de
movimientos de población y el desmoronamiento de las economías domesticas. Las
inversiones y los programas de ayuda al desarrollo contribuyen a la génesis de nuevos
vínculos económicos, culturales y sociales con las grandes metrópolis y los centros
económicos de poder: esta influencia ideológica general es responsable de que una
cantidad aún mayor de gente se plantee la posibilidad de la inmigración.
En el análisis realizado por S.Sassen acerca del aumento de la inmigración en EE.UU, pese
a las medidas restrictivas, se establece una relación directa entre el aumento de oferta de
puestos de trabajo de salarios bajos y el aumento del número de inmigrantes. Por otra parte,
la desregularización del mercado laboral, la disminución de los costes laborales, y su
flexibilización favorecen la entrada de inmigrantes en situación irregular. Para S.Sassen el
mercado de trabajo al que se integran los inmigrantes una vez se han puesto en marcha esas
medidas restrictivas se define por:
149
Según el análisis anterior, las migraciones, lejos de disminuir, aumentarán en los próximos
años. Tal y como indica Guy Sorman, (1993) no son las fronteras las que regulan la
inmigración, sino el mercado de trabajo. Las leyes que promueven o dificultan la
inmigración inciden sobre las condiciones en que ésta se realiza, pero no impiden la llegada
de nuevos inmigrantes.
96
Ver el capítulo 7, en el que se realiza un análisis de los programas educativos interculturales y de los libros
de texto de secundaria sobre “migraciones y diversidad en el mundo actual”. A modo de ejemplo, en uno de
ellos encontramos la siguiente defincición de inmigrante: Persona que ha abandonado su lugar de residencia
para asentarse en nuestro país o territorio. (1995/PE006c) (la negrita es mía).
97
Tomo esta expresión de M. Delgado. Ver bibliografía.
150
A partir de estas dos premisas el discurso sobre la inmigración se construye como “una
cuestión a resolver”, desde la idea de que la causa del problema de la inmigración son los
propios inmigrantes (porque son muchos y porque son diferentes, fundamentalmente). Para
Alvite (1995:114), esta es la forma en que la inmigración es situada en un lugar de
“sospecha permanente”, tanto desde el discurso del control, como desde el humanitario, al
convertir la “diferencia” cultural en una marca de visibilidad social: por eso no se trata del
no reconocimiento de la diferencia, se trata de su extremación, y por tanto de la
imposibilidad de convivencia. El autor señala que, en los años ochenta y principios de los
noventa. en el Estado Español, no se había dado ni una inmigración elevada, ni tampoco
una conflictividad excesiva, y que por tanto, el discurso sobre la inmigración, apareció
antes que los propios inmigrantes. De ahí la necesidad de construir la figura del inmigrante
en una dimensión social, como “sujeto de control”98.
98
De la misma manera D. Juliano ha estudiado de que manera la imagen del latinoamericano va
transformándose en la imagen peyorativa del <sudaca> a partir de la firma del tratado de Schengen que
emplazaba a España aplicar a las personas provenientes de Latinoamérica las mismas restricciones que al
resto de no comunitarios. Ha sido necesario inventar al latinoamericano como alteridad ante la ausencia de
diferencias o rasgos que pudieran “identificarle”. En el caso de las personas que provienen del continente
latinoamericano no existen rasgos raciales significativos respecto de la población española, ni tampoco la
diferencia puede establecerse a partir del idioma o el código lingüístico, tampoco desde la incompatibilidad de
tradiciones religiosas, ni en cuanto a diferencias abismales referentes al estatus social. En palabras de Dolores
Juliano “ faltan algunos elementos a partir de los cuales se <naturaliza> la idea de exclusión. Esto hace que
las prácticas sociales y legales con respecto a los inmigrantes latinoamericanos se presenten como cruciales,
desde el punto de vista teórico, para entender el proceso de construcción de la <otredad>. (Juliano, 1994:
29).
99
Para ampliar esta línea de argumentación ver: VV.AA (1994): Extranjeros en el paraíso. Barcelona. Virus.;
Contreras,J. (Coord.) (1994): Los retos de la inmigración. Madrid. Talasa.; Alvite, J.P. (Coord.) (1995):
Racismo, antirracismo e inmigración. San Sebastián. Gakoa.; San Román, T. (1996): Los muros de la
separación. Ensayo sobre alterofobia y filantropía. Barcelona. Tecnos/UAB.; Cohn-Bendit, D.; Schmid,T.
(1995): Ciudadanos de Babel. Apostando por una democracia multicultural. Madrid. Talasa.
151
discursos afectan tanto a la descripción y visualización de la sociedad europea como a la
de los propios migrantes:
El primero de estos errores se refiere a la asociación implícita entre dos nociones: cultura y
territorio. Esta asociación se produce a dos niveles, respecto de los estados y respecto de la
Comunidad Europea, perfilando la idea de una “cultura compartida” anterior100.
El segundo de los errores hace referencia al uso indiscriminado del concepto “umbral de
tolerancia” para explicar la capacidad de las sociedades europeas para recibir inmigrantes.
El umbral de tolerancia no está relacionado únicamente con un criterio de cantidad, sino
que suele utilizarse respecto de las problemáticas surgidas por las diferencias culturales. El
umbral de tolerancia explicaría las reacciones de rechazo a partir de un imperativo
territorial y de una noción exclusivista de la pertenencia que se ve amenazada ante los
<inmigrantes>.
El tercero de los usos equivocados del discurso sobre la inmigración se produce sobre un
desplazamiento en las nociones referidas al racismo y al conflicto social, cuyas causas serán
explicadas a partir de “la presencia de culturas ajenas y la presencia de inmigrantes”: en
lugar de inferiorizar al <otro>, lo que se hace es exaltar la diferencia absoluta,
irreducible del <yo> y la inconmensurabilidad de las diferentes identidades culturales
(Stolke,1994: 240)
100
Ver el primer capítulo acerca de la noción de cultura y el análisis respecto de la percepción errónea de
entender la cultura de forma estática y a partir de un criterio de homogeneidad.
152
Por último, queremos destacar como para Stolke existe un uso indiscriminado y de forma
conjunta de las nociones de “racismo” y “xenofobia”. Stolke destaca que “xenofobia”
invoca una “hostilidad contra los extraños y contra todo lo que sea extranjero”, es decir,
refleja una tendencia espontánea de rechazo de los extraños101. Sin embargo, apunta que el
concepto de xenofobia relaciona la cultura y el territorio a partir de una explicación de
carácter biologista, que acaba por naturalizar las actitudes racistas.
Este <fundamentalismo cultural> utiliza estos conceptos para justificar así una
imposibilidad de convivencia entre formas culturales distintas. En el discurso que
utilizamos para hablar sobre inmigración relacionamos constantemente las nociones
apuntadas por Stolcke, de manera que el <inmigrante> acaba por asumir la figura del
excluido, de la carencia y de la extrañeidad frente a una sociedad, la europea, que se
representa como una colectividad cohesionada que se siente amenazada.
Esta imagen social del inmigrante no tiene que ver tanto con sus características
sociodemográficas, como con la construcción de una identidad europea. Para E.
Santamaría el inmigrante constituiría el reverso de la “libre circulación” (1994a:209). Por
ello la producción de esa figura tiene la función de dotar de contenido una identidad
europea, más que de explicar la realidad sobre la inmigración y sus causas. Recordemos
que las conceptualizaciones sobre inmigración hacen referencia tan sólo a una parte de los
inmigrantes y un tipo de inmigración (la que proviene de los países más pobres), que es
susceptible de control y de las políticas de integración.
101
Lévi-Strauss (1993), en su libro, Raza y Cultura, discurso preparado a petición de la UNESCO en el año
1986, dentro de los programas sobre racismo en Europa, apuntaba también que para realizarse en una cultura
es necesaria una “cierta sordera” a la llamada de los otros. Incluso es necesaria una negación de la cultura de
los otros. La xenofobia no habría de desembocar necesariamente en racismo, sino que explicaría una voluntad
de los grupos de ser diferentes. Lo que para Stolcke es un error es asociar esta voluntad de diferenciación a un
territorio.
153
Blommaert ha estudiado algunos de los tópicos utilizados en el discurso de la inmigración
basados en conceptos e ideas con una fuerte ambigüedad que acaban construyendo una
imagen polarizada entre un colectivo inmigrante y un colectivo autóctono102, identificando
a cada grupo con una serie de características. Algunas de estas ambigüedades señaladas por
el autor (1994: 27-44) son:
102
En el punto 7 realizamos una investigación del discurso sobre la diversidad cultural de los textos y
materiales educativos y de los programas interculturales. En ellos se repiten muchas de las características que
analizamos en estas páginas.
154
Según Blommaert, este discurso ambiguo y demasiado general acerca de los inmigrantes,
llega a la máxima contradicción cuando se refiere a los hijos de inmigrantes y las relaciones
que mantienen con la cultura de sus padres. Al analizar la noción de “conflicto cultural”
entre los inmigrantes y sus hijos: se sugiere [...] que el hecho de no haber vivido la
juventud en Marruecos o en Turquía, sino en Bélgica, automáticamente causa la "perdida"
de parte de la cultura originaria. [Y] a la inversa, se presupone que los padres de estos
jóvenes, a pesar de vivir muchos años en Bélgica, no han conseguido cambiar. Aún viven
en su cultura de origen (1994:33)
Otra de las nociones frecuentemente utilizada por el discurso periodístico, pero no sólo por
él, es presentar la condición de inmigrante como un carácter que se hereda
(independientemente de la nacionalidad)104. Noción del todo imposible pues si emigrar
supone trasladarse de un lugar a otro, sea de forma estable o temporal, ¿cómo denominar
así a quien nunca se ha trasladado?: En los países de adscripción por filiación [los hijos de
inmigrantes] son conceptualizados como una <segunda generación> de la etnia de origen
de los padres. No se consideran explícitamente sus posibilidades de opciones específicas,
103
ver el anexo referente a noticias periodísticas sobre inmigración aparecidas entre 1994-1999 en el diario
el País.
104
A través de la noción de “inmigrante de segunda generación”.
155
porque resultan asignados culturalmente a la tierra de origen, aunque legalmente se les
conceda la nacionalidad del país de acogida o el derecho a optar por ella. (Juliano,
1998:132)
Es la diferencia cultural lo que explica este concepto, el lugar que esa diferencia ocupa en
la sociedad.105 Esto es así porque la condición de inmigrante responde a rasgos de
estigmatización social que “revelan” el origen del sujeto. D. Juliano indica que la mayoría
de las investigaciones sobre inmigración suelen referirse a los padres inmigrantes y los
resultados transferidos directamente a sus hijos, cuando el “ámbito de experiencias vitales”
es únicamente el de la sociedad a la que llegaron sus padres. Los conflictos y problemáticas
de los hijos de inmigrantes son explicados en términos culturales y no comparadas con las
del resto los jóvenes. En este caso, la asignación de “diferente” sólo puede ser, en palabras
de Juliano, vivida como exclusión o rechazo.
Retomando las ambigüedades señaladas por Blommaert respecto de las explicaciones sobre
inmigración, podemos resumir esta caracterización a partir de la descripción de las
categorías, ya de por sí muy significativas, de “cultura de origen” y “sociedad de acogida”.
La “cultura de origen” suele presentarse en términos de “curiosidad” antropológica,
siempre como país atrasado o tradicional. El inmigrante siempre es referenciado desde una
cultura de origen, (el ahora queda para relatar los problemas, los conflictos) donde los
rasgos culturales son esencializados, fijados en el tiempo y presentados aislados de su
contexto.
105
Algunos autores han optado por evitar el concepto de “inmigrantes de segunda generación” y sustituirlo
por el de “hijos de inmigrantes”
156
La “sociedad de acogida”106 al contrario, es definida como aquella que tiene que resolver
el problema de la inmigración, que es al mismo tiempo ([...] firme y activa contra los
<ilegales>107, [y] humanitaria, solidaria y tolerante con los extranjeros y sus familias),
(Santamaría 1994a:212). El carácter hegemónico de lo europeo indica la imposibilidad de
la comunicación y la convivencia. La oposición de los conceptos cultura-sociedad refleja
esta imposibilidad, pues en este discurso <la cultura> es lo que permanece frente a una
<sociedad> que cambia y progresa.
Estamos hablando por tanto de un discurso regulador, que separa los nacionales de los no-
nacionales, los inmigrantes <legales> de los <ilegales> y que legitima la desigualdad a
partir de la diferencia cultural. Como dirá Dolores Juliano, “hasta hoy, toda definición de
una diferencia expresa también una jerarquía”( 1994a:26). En la dicotomía que se produce
entre una visión policial y otra asistencialista (discurso regulador, que habla del intruso y
discurso reparador, que habla del no integrado) (Santamaría, 1994a:211) el inmigrante se
configura como una sujeto de ayuda social del que se habla, pero que no tiene voz.
106
El concepto sociedad receptora sería más adecuado. Aún así hay que destacar el uso de las palabras cultura
y sociedad en uno y otro caso.
107
El uso de la palabra <ilegal> para definir a una persona que no tiene regularizada su situación de residencia
en un país se ha ido imponiendo en el lenguaje periodístico. El adjetivo ilegal se sustantiviza en dicho
discurso para nombrar a la totalidad de un colectivo y a su situación. Sin embargo, la ambigüedad generada
por este uso tiene que ver con las connotaciones semánticas negativas de lo <ilegal> (algunos de sus
sinónimos son: delictivo, ilícito, prohibido e ilegítimo).
157
4.2.4 Inmigración y multiculturalidad108
La multiculturalidad suele pensarse desde la inmigración. Según este punto de vista, Europa
será multicultural, lo es ya de hecho, debido, en parte, a la presencia cada vez mayor de
personas procedentes de países no comunitarios y alejados culturalmente. Ambos discursos,
el desarrollado en torno a la inmigración y el multicultural, se relacionan desde la
identificación del inmigrante como <agente de diversidad>. Es decir, la figura del
inmigrante aporta a las sociedades europeas la diferencia cultural, de manera que cuestiones
como la cultura, la identidad o la ciudadanía son pensadas desde el inmigrante en tanto que
sujeto <diferente>.
El inmigrante se instaura como <el otro> por excelencia, como problema, como categoría
de explicación de la diversidad generadora de conflicto, y es con posterioridad a esa
definición, a su “identificación”, que se desarrollan conjuntamente las políticas de control y
restricción de un lado, y el discurso multicultural, reparador, humanitario y positivo, de
otro. Estas tres ideas que apuntalan la construcción de la categoría de “inmigrante” son:
1- El hecho de que los grupos inmigrantes conserven sus pautas culturales de origen y las
transmitan a sus hijos, requiere, por parte de la sociedad receptora, de fórmulas que
permitan la cohesión y la integración social al mismo tiempo que preservan o protegen la
diferencia cultural. Es decir, son necesarias políticas de integración. Sin embargo, la
integración se entiende con relación a la cultura y a la diferencia cultural, pero no en cuanto
a promoción social y participación efectiva en la sociedad.
108
Las ideas desarrolladas en este apartado se refieren fundamentalmente a los procesos generados en Europa.
La forma en que operan los procesos de inmigración en países como EE.UU., Canadá o Australia, y la forma
en que ésta es conceptualizada, aunque tiene algunos puntos en común , es distinta de la inmigración que aquí
analizamos respecto de Europa. A una trayectoria histórica diferente, pues estos países han sido países de
inmigración desde su fundación, se añade que la multiculturalidad es entendida en general, de forma muy
distinta a Europa, y, no se ha fundamentado en la figura del inmigrante, especialmente en el caso de EE.UU.
(ver cap.2).
158
2- En segundo lugar, multiculturalidad e inmigración se articulan conjuntamente en el
discurso antirracista. La multiculturalidad ha de constituirse como política antirracista que
es necesario desarrollar en Europa ante los brotes de xenofobia y racismo que surgen hacia
los grupos inmigrantes. Esto supone la articulación de los errores de conceptualización que
apuntaba V.Stolcke, al explicar el racismo como una reacción frente a la inmigración.
Es necesario destacar que el debate del multiculturalismo tiene que ver con otra serie de
factores que afectan a las sociedades occidentales en las últimas décadas. Nos referimos a
los efectos de la globalización en todas sus dimensiones, a las circunstancias económicas y
políticas que desencadenan y al impacto del paso del modelo de estado-nación a la sociedad
red en las formas de construcción y de relación de las sociedades actuales.
159
160
4.3 Conclusiones. Inmigración e identidad cultural: la noción de minoría étnica.
Etimológicamente <etnia> significa pueblo. De forma general pordríamos decir que define
un sentimiento de pertenencia y el vínculo que se establece entre un individuo y un grupo a
partir de la experiencia de una identidad compartida. Nos referimos de forma general a la
etnia para describir un grupo con un conjunto de rasgos diferenciados que tiene conciencia
de sí, que construye una identidad de referencia en la que sólo algunos, los que cumplen
determinadas características, forman parte del grupo.
Las seis características anteriores aún definiendo de forma general una etnia, se revelan
insuficientes para diferenciarlas de otras categorías como grupo cultural o nación. Porque,
¿qué es entonces lo específico de una etnia?. La identidad étnica puede darse desde otros
procesos de pertenencia y filiación que, según la definición anterior, no situaríamos dentro
de los límites de la etnia, es decir, la identidad no se agota en la etnia, o en la nación, y no
es exclusiva de ella.
161
De esta forma, Pintxen indica que la referencia a un nombre o a una historia particular no
revela la esencia de una comunidad étnica, pues el nombre y la historia, suponen una
construcción que permite al grupo definirse y diferenciarse de otros grupos. De la misma
manera, la referencia a una cultura, religión o lengua compartida para clasificar a una etnia
resulta insuficiente, dado que podemos hallar diferentes grupos étnicos que comparten
muchos de estos elementos.
Con estos dos ejemplos queremos indicar que la categoría de etnia está sometida a una
fuerte variabilidad, de manera que podemos pensar que ella misma forma parte, igual que
las categorías de nación o de cultura, de un discurso narrativo que “ayuda a la comunidad a
definirse y a indicar sus fronteras” (Pintxen,1997:46). El concepto de <etnia> es un
concepto propio de la antropología, pero dentro de su propio campo, es un concepto en
<discusión> en cuanto a sus significados y su operatividad analítica. Es sin embargo hoy,
un concepto de uso general, extendido a otras disciplinas en el ámbito de las ciencias
sociales109. En definitiva, creemos tal y como indica C.Blanco debemos entender la etnia
[...] en un sentido lato, adscriptivo, como organización social, como generadora de formas
de comportamiento y como factor cognitivo de pertenencia, y no como un grupo humano
definido por genes o rasgos culturales históricamente estáticos.(1995:57)
Quizás uno de los antropólogos que de forma más sistemática estudió la especificidad de lo
que constituye un grupo étnico fue F.Barth. Éste dedicó sus investigaciones a demostrar
que, más allá del contenido específico de las etnias, lo que resultaba revelador de las
mismas eran los limites que establecían frente a otros grupos. El límite de la etnia definiría
aquella frontera que el grupo establece en un proceso de diferenciación de otros grupos
próximos.
109
Algunos autores propusieron que el término etnia dejara de utilizarse debido a su ambigüedad y a la falta
de precisión en determinar qué constituía una etnia más allá de la forma genérica de <pueblo>, aplicable
también a otras categorías.
162
De alguna manera, todo proceso de identidad étnica se revelaría como un proceso de
diferenciación, donde las fronteras establecidas significarían al mismo tiempo el lugar de la
diferenciación y el lugar del intercambio, de relación y de préstamo con otros grupos. Es
decir, la frontera constituye el lugar necesario donde la identidad se escenifica, donde la
etnia muestra su “particularidad” respecto de los otros. Las “fronteras” étnicas se
mantienen, no como se suponía a partir del aislamiento de los grupos, sino desde procesos
de comunicación e intercambio que regulan la incorporación o la expulsión del grupo.
Barth, revelaba en esta forma una cierta inutilidad de la búsqueda de caracteres “fijos” en el
estudio de las etnias( de la misma manera que hemos analizado en el concepto de cultura),
remarcando que lo interesante eran aquellos procesos a partir de los cuales un grupo
seleccionaba unas determinadas características de identidad con el objetivo de
diferenciarse. Entendemos desde esta perspectiva, que Glazer y Moynihan (citado por
Giménez,1994c:181) definían como circunstancialista110 que la etnia no constituye un
grupo cerrado y estable, con unas características particulares que se mantienen inalteradas a
lo largo del tiempo, sino que definen un grupo con voluntad de constituirse como tal.
Barth desvinculó el concepto de etnia de una explicación biologista que la identificaba con
unos rasgos y unas características raciales. Los elementos de diferenciación no tendrían,
pues, unos contenidos objetivos, sino que definirían una forma particular de construcción
de grupos culturales (Giménez, 1994c:179) que responderían, tal y como ha destacado
N.Glazer y M.Delgado a “grupos de intereses”. En último caso, para constituirse como
etnia sólo sería necesaria la voluntad de serlo. O bien, podríamos considerar que todo
grupo es, de alguna forma, una etnia: Es preciso subrayar [...] que las clasificaciones
étnicas -[...]- son constructos culturales (Giménez, 1994c:180)
110
En oposición a la perspectiva primordialista que tal y como apunta C.Giménez (1994:181) enfatiza los
“componentes afectivos” o “vínculos primordiales y las relaciones a partir de una cultura común unas redes
de parentesco y unas “costumbres compartidas”. Esta perspectiva se orientaría a lo que aquí hemos
denominado visión esencialista de la cultura.
163
Sin duda la etnia constituye un referente de identidad cultural para numerosas personas y
grupos. En opinión de C.Blanco, en la actualidad es una de las formas de referencia e
identidad que están sustituyendo en occidente a otras formas de pertenencia como la clase:
De la necesidad de identificarse con los semejantes, para lo cual se requiere a otros
diferentes, han surgido a lo largo de la historia numerosos criterios de identificación
generadores de solidaridad grupal. Los criterios de clase, [...] parecen estar en
decadencia, surgiendo en Occidente otros nuevos o remodelando algunos ya existentes con
anterioridad: sexo, etnia, cultura (1995:49)
Pero el concepto de etnia, más allá de una de las múltiples referencias de identidad, supone
además, otras características que derivan, no de la adscripción y pertenencia a un grupo,
cuyas manifestaciones son subjetivas, sino de los significados simbólicos atribuidos al
concepto de etnia y a la adjetivación étnica de un grupo o una práctica cultural desde el
“exterior” de la misma. Con relación a la inmigración y en el marco de las sociedades
urbanas de hoy, el concepto de etnia toma otras significaciones que alumbran, más que un
conjunto de características que un grupo suscribe, una asignación a priori de pertenencia.
Al abordar la cuestión de la identidad, no podemos entender ésta más que como la forma en
que los individuos otorgan y dan significado a su experiencia, y a la forma en qué ésta es
simbólicamente construida con relación a los otros111, partiremos de que es muy difícil
explicar en qué consiste exactamente la etnicidad de un grupo, o cuales son los rasgos, que
como tal grupo, los diferencian de los demás.
111
Ver el apartado dedicado a la identidad cultural, punto 2.3.
164
Lo que no podemos explicar es en que manera entendemos, en el marco urbano de las
sociedades de hoy, las relaciones, los intercambios y la comunicación de grupos diferentes
en términos étnicos. O en qué forma asignamos a ciertas producciones culturales, el
calificativo de étnicos en detrimento de otros que son tipificados como cultura, cultura
popular o arte. Es decir, en qué sentido decimos que una música, una comida, una forma de
vestir o un baile, son étnicos y otros no lo son. O en qué sentido denominamos ciertos
conflictos como étnicos y a otros no. Qué son entonces las músicas, las comidas y los
conflictos que no son étnicos. O en todo caso, ¿qué los distingue?
Existe así una relación entre la percepción de etnia y algunos grupos de inmigrantes.
Respecto a esta relación entre inmigración e etnicidad, C. Giménez se pregunta:
¿Constituyen estos colectivos nuevas minorías étnicas? ¿Puede caracterizárseles desde ya
como tales, con todas las implicaciones ideológicas y político-sociales que ello conlleva?
¿Estamos más bien ante los comienzos de un proceso, más o menos largo, de formación de
nuevas minorías étnicas? [...] (op.cit,177)
112
En uno de los programas educativos analizados, sobre el tema de la tolerancia (PE006c) encontramos esta
definición de etnia: Grupo de personas que comparten una cultura que las distingue de la cultura
mayoritaria en un territorio determinado.
165
moderno de sus características culturales, su vínculo con una organización social de tipo
comunitario frente a las formas individualistas de Occidente, señalando la comunidad frente
a la sociedad y la cultura frente a lo étnico. La etnia se convierte en aquello primario,
instintivo y sencillo frente a la complejo y racional de las sociedades europeas.
113
En ningún caso hablamos de minorías étnicas respecto de colectivos europeos, japoneses o
norteamericanos.
166
Podemos definir una minoría como un grupo de gente que, debido a sus
características físicas o culturales, son separados de los otros miembros de la
sociedad en la que viven por el trato diferencial y desigual que reciben y que, por
tanto, se contemplan a sí mismos como objeto de discriminación colectiva. La
existencia de una minoría en una sociedad implica la existencia del correspondiente
grupo dominante con estatus social más alto y con mayores privilegios. El estatus
minoritario lleva consigo la exclusión de la participación total en la vida de la
sociedad (citado por Giménez, 1944c:183)
La referencia a grupo minoritario suele hacerse con relación a grupos marginados del
conjunto de la sociedad, revelan también unos rasgos o características “visibles” para los
grupos dominantes y que estigmatizan114 al grupo que los ostenta. Estos rasgos no tienen
por qué existir en realidad, sino que pueden constituir una “identidad social virtual”
(Goffman, 1993: 12).
114
En el sentido apuntado por Goffman, esto es, el estigma supone un rasgo que desacredita al individuo o
grupo.
167
168
SEGUNDA PARTE
EDUCACIÓN E INTERCULTURALIDAD
169
170
5. LA INTERCULTURALIDAD115 COMO FUNCIÓN ESPECÍFICA DE LA
EDUCACIÓN. REVISIÓN DE CONCEPTOS Y ANÁLISIS DE CONTENIDOS
Pese a estas consideraciones previas, creemos que de los modelos observados y de sus
características podemos extraer algunos puntos comunes que permiten elaborar y sentar las
bases de una sistematización teórica de la EI, aún hoy insuficiente. Gonzalo Vázquez
Gómez (1994:30-31) apunta que la posibilidad de una teoría de la EI requiere de tres
condiciones necesarias escasamente desarrolladas en los modelos existentes. Estos tres
requerimientos se refieren a:
La mayoría de enfoques teóricos que hemos analizado intenta responder a estos tres
supuestos desde un punto de partida común, esto es, la necesidad de pensar una respuesta
educativa de las diferencias culturales y a las “problemáticas” de la diversidad.
115
En adelante utilizaremos la abreviatura EI para referirnos a la Educación intercultural.
171
Además, las distintas aportaciones resaltan el hecho de que la articulación de la identidad
cultural en el proceso educativo supone hoy un reto para la pedagogía, por cuanto no puede
eludir una cada vez mayor complejidad y diversidad respecto de las dinámicas identitarias
que atraviesan las sociedades de hoy. En este capítulo nos hemos intentado acercar a los
distintos modelos y enfoques desde dos perspectivas. En el primer apartado hemos
realizado una clasificación de los modelos pedagógicos interculturales a partir del enfoque
ideológico que los sustenta.
• El enfoque conservador
• El enfoque socialdemócrata y liberal
• El enfoque radical
• El enfoque crítico o sociocrítico
En el segundo apartado, hemos agrupado estos enfoques en tres grupos con el intento de
sistematizar, o señalar, las que son, a nuestro parecer, los tres grandes modelos pedagógicos
desde los que se aborda la interculturalidad educativa.
• Modelos asimilacionistas.
• Modelos multiculturales.
• Modelos Interculturales.
Somos conscientes de que dentro de estos grupos existe una enorme variabilidad. Sin
embargo, pensamos que esta categorización da cuenta, en líneas generales, de cómo se
articulan los distintos enfoques en las prácticas pedagógicas actuales.
172
5.1 MODELOS DE EDUCACIÓN INTERCULTURAL: DE LA DIFERENCIA A LA IGUALDAD
[…] una filosofía educativa que intenta promover ideales como la justicia, la
igualdad y la dignidad humana y se concreta en un proceso que se
desarrolla en diferentes instituciones educativas para preparar a los
estudiantes a vivir en una sociedad plural a través de la introducción en el
currículum de la historia, la cultura y las contribuciones de los grupos que
constituyen la sociedad estadounidense. (Grant; Ladson-Billings, 1997:171)
173
Y el Thesaurus of Phychological Index Terms define la Educación Multicultural como:
174
5.1.1. Algunas cuestiones previas en el análisis del concepto de Educación
Intercultural
La mayoría de autores definen la EI como una propuesta pedagógica que atiende a las
“diferencias” culturales de los alumnos en los diferentes contextos educativos. La
interculturalidad se hace necesaria, se justifica por, la creciente diversificación de los
espacios de educación. Así para Mitter (1992:32) la EI […] puede entenderse como una
relación interpersonal, esto es, como el conjunto de los procesos educativos (comprendidos
sus fundamentos y resultados) caracterizados por la coexistencia de niños (y también de
adultos) de diferentes orígenes y medios culturales.
175
también en los cambios que debe promover para responder a esas demandas de pluralidad.
Sin embargo, pensamos, siguiendo a Gundara que
La educación tanto formal como informal tiene una importancia fundamental como
medio para combatir el crecimiento de la xenofobia y la violencia. Sin embargo,
hay poco fundamento para sostener que la educación pueda proporcionar una
panacea a corto plazo para los males que agobian a las sociedades europeas.
(Gundara, 1998:93)
La EI debe ser el lugar desde el que pensar el difícil diálogo que la educación ha de
mantener siempre entre la realización de la igualdad de oportunidades, la promoción social
de los individuos y la compleja sociedad en la que se inscribe. Pensar la EI, es pensar esa
relación de forma dinámica y abierta, favoreciendo una educación plural que evite la
estigmatización de los sujetos de la educación. Para ello es muy importante evitar el
reduccionismo de las orientaciones culturalistas, propicias a generar el encapsulamiento
social de ciertos colectivos en nombre del reconocimiento de su identidad. M. Lovelace
indica que la EI: […] no es más que la educación necesaria para afrontar la complejidad
de los desarrollos de las sociedades contemporáneas, estableciendo un adecuado
equilibrio entre la atención a las diversidades culturales y los contenidos básicos que
articulan dichas sociedades (1995:23)
176
Desde la definición que aporta Sales (1997:46), se hace referencia a la dimensión
democrática de la EI y al concepto de ciudadanía como referente principal de los programas
de EI que entiende como: […] un modelo educativo que propicia el enriquecimiento
cultural de los ciudadanos, partiendo del reconocimiento y respeto a la diversidad, a través
del intercambio y el diálogo, en la participación activa y crítica para el desarrollo de una
sociedad democrática basada en la igualdad, la tolerancia y la solidaridad.
116
Ver el capítulo 8.
177
5.1.2 Paradigmas, enfoque social y modelos de educación intercultural
Modelos teóricos de la Educación intercultural
ENFOQUE IDEOLÓGICO MODELO ACCIÓN EDUCATIVA
CONSERVADOR Principio de homogeneización TECNOLÓGICO Teoría del déficit ASIMILACIONISTA Orientación individual
Afirmación hegemónica de la La diferencia como problema. COMPENSATORIA
cultura. Adaptación.
Sociedad monocultural
SOCIALDEMÓCRATA Principio de Igualdad de HERMENÉUTICO- Desarrollo de la identidad. COMPENSATORIA Orientación relacional
oportunidades INTERPRETATIVO Comunicación e intercambio/ MULTICULTURAL
Afirmación de la diferencia subjetividad. PLURALISTA INTERCULTURAL
Sociedad multicultural Representación cultural y tolerancia.
RADICAL Principio de segregación cultural. RELATVISMO RADICAL Afirmación de la identidad. SEGREGACIONISTA Orientación comunitaria
Esencialismo. Derechos colectivos.
Multiculturalismo radical. Segregación.
CRÍTICO Principio de democracia y CRÍTICO O SOCIOPOLÍTCO Desarrollo de la democracia y la INTERCULTURAL Orientación social y global.
participación “MULTICULTURALISMO igualdad. HOLÍSTICA
Afirmación de la igualdad. TEÓRICO” Lucha contra la exclusión vinculada ANTIRRACISTA
Ciudadanía. a la cultura, el género y el estatus GLOBAL
socioeconómico
178
Uno de los criterios de clasificación de las distintas acciones educativas sobre
diversidad cultural es la que parte del enfoque ideológico o político que las sustenta. Es
decir, analiza los distintos programas educativos en función de su modelo cultural y del
lugar que otorgan a las diferencias y a la identidad en el seno de la sociedad. Esta
clasificación está basada en la consideración más o menos hegemónica de la cultura que
cada modelo plantea y en los principios políticos implícitos que se derivan de sus
propuestas. En realidad, aunque la mayoría de programas tienen como objetivo el
reconocimiento de la diversidad, los contenidos de sus propuestas difieren en cuanto al
lugar efectivo que la interculturalidad tiene en el conjunto de las instituciones
educativas.
179
Como irónicamente apuntan los autores, desde esta concepción se tiende a creer que:
todo el mundo […] saldría mejor parado si estuviese expuesto a las glorias de la
civilización occidental (1999:27) Es así como en nombre de una cultura común las
diferencias se entienden como “problemas” que impiden o dificultan la participación en
la sociedad.
García y Sáez sitúan dentro del modelo educativo tecnológico o positivista las acciones
interculturales que se ubican en esta línea. Tal y como indican los autores, la educación
intercultural se basaría en el aprendizaje de destrezas por parte del sujeto “diferente”
con el objetivo de asimilarse al grupo mayoritario. Creemos que en realidad no puede
denominarse a este enfoque como intercultural, dado que su único objetivo respecto de
la diversidad es la de borrar toda diferencia en aras de un modelo hegemónico de
sociedad. El modelo tecnológico se orienta a la <disolución del problema> y parte de
una concepción inmovilista y demasiado simple de las dinámicas sociales, convirtiendo
la educación en: […] un proceso tecnológicamente mediado para adaptarse a las
características formales exigidas por el modelo tecnológico. […] El modelo impone el
significado e impide construirlo entre los protagonistas, situados en relaciones
asimétricas. (García;Sáez, 1998:131)
181
Los programas iniciados desde esta perspectiva son básicamente aquellos relacionados
con la enseñanza de la lengua y cultura de origen, y en algunos casos, también con la
compensatoria117. Kincheloe/ S.R. Steinberg, denominan a este enfoque el modelo
liberal de multiculturalismo cuando acentúa la similitud y pluralista cuando el énfasis
se ubica en el reconocimiento de las diferencias y la expresión de la propia identidad.
En él resaltan el predominio de una orientación individualista, en la que los conflictos
generados por la diversidad son tratados como problemas que cada individuo debe
resolver. Además, estos modelos defienden la tesis de que, más allá de todas las
diferencias, existe una “igualdad natural y una condición humana común” (1999: 34).
117
Ver punto 6.2. Hemos situado la Educación Compensatoria tanto como programa de tipo
asimilacionista como socialdemócrata, debido a la gran diversidad de modelos existentes así
denominados que están a caballo entre una y otra. De hecho, las clasificaciones que aquí presentamos, no
las pensamos de una manera rígida y absolutamente nítida. Las distintas opciones muestran un amplio
abanico de programas y el hecho de que hagan explícita una apuesta por una perspectiva intercultural, no
significa que no contengan acciones de tipo asimilacionista o compensatorio.
182
Para estos autores, la validez de la idea de similitud no debe enmascarar el hecho del
desigual reparto del poder y de las oportunidades por motivos raciales, de género y de
clase social. Por ello, el desarrollo de la interculturalidad requiere a la vez de un análisis
crítico de las estructuras sociales (entre ellas la educación) que perpetúan las situaciones
de desigualdad y discriminación.
Dentro del tercer bloque, al que hemos denominado radical encontraríamos diversos
modelos con orientaciones ideológicas muy distintas. Sin embargo, todos ellos tienen
en común la esencialización de las diferencias culturales y la acentuación de la
identidad comunitaria. En este enfoque podemos situar a aquellos modelos que, tanto
desde la exaltación del propio colectivo como de un relativismo cultural mal entendido,
defienden una identidad exclusiva.
184
Algunos de las modelos sociocríticos vinculan la identidad cultural a otras variables
como el género, el estatus socioeconómico y a los mecanismos de poder que operan a
modo de clasificación y estigmatización de los individuos para mantener las posiciones
dominantes de ciertos grupos en la sociedad. En esta orientación, destaca el análisis del
currículum como un mecanismo de transmisión y reproducción de las relaciones de
poder y dominación social. Por ello, su propuesta se centra en trabajar por una
educación más democrática y plural acentuando la necesidad de diversificar el
currículum y a la vez asegurar una práctica educativa más igualitaria
Esta clasificación general nos permitirá, a partir de aquí, someter a reflexión las
diferentes aportaciones de cada uno de los modelos y superar la dicotomía
asimilacionismo- interculturalidad que nos parece insuficiente para analizar la relación
entre los procesos de adaptación y diferenciación social (García; Sales, 1997).
185
Este objetivo, no puede producirse si como finalidad de la educación nos planteamos
salvaguardar “intactas” las supuestas identidades de origen. Ni tampoco como la
transmisión de unos contenidos culturales a modo de meros conocimientos “neutros” de
los que se apropiaría el sujeto de manera instrumental sin que otras instancias fueran
alteradas o modificadas. La reflexión sobre la EI debe construirse desde la negación
explícita de un sujeto de la educación ya acabado y definitivo, también respecto de la
cultura.
186
5.2- ASIMILACIÓN, MULTICULTURALIDAD E INTERCULTURALIDAD. ANÁLISIS DE
LOS MODELOS TEÓRICOS Y LOS PROGRAMAS INTERCULTURALES.
La identidad como eje explicativo de los modelos teóricos que hemos revisado permite
agrupar los diferentes enfoques a partir de las decisiones teóricas que formulan respecto
a cual debe ser la finalidad y los objetivos de un programa de Educación Intercultural:
Los diferentes modelos se estructuran a partir del énfasis dado a una de las dos
opciones como finalidad última de la educación respecto de la diversidad cultural:
- El derecho a la diferencia y el reconocimiento de la identidad cultural propia en el
contexto educativo.
- La igualdad de oportunidades y la promoción social del individuo.
187
En líneas generales, pensamos que en la actualidad los diferentes modelos teóricos
coexisten y se complementan en la variedad de acciones educativas que integran una
perspectiva intercultural. Es decir, no ha habido, como podría parecer a partir de un
criterio histórico que utilizan muchos autores (Lynch, 1992b) para clasificar los
distintos modelos de EI, un proceso desde las posturas asimilacionistas hasta la
interculturalidad.
188
La EI, desde esta perspectiva, se estructura en los programas educativos, tanto en la
educación reglada como no reglada, en dos direcciones:
Pensamos que ninguna de las dos opciones anteriores contempla el carácter dinámico de
los procesos educativos ni toma como referente las experiencias cotidianas de los
individuos. Además, ambas, producen un deslizamiento hacia el criterio “cultural”
respecto del análisis de los conflictos y las problemáticas sociales actuales, sin tener en
cuenta la multiplicidad de factores económicos y políticos que inciden en ellos.
189
3- Programas interculturales que destacan como finalidad de la EI la educación
antirracista y el aprendizaje de competencias transculturales que permitan comprender y
participar en las complejas sociedades de hoy y en un mundo cada vez más
interdependiente y diversificado. Este modelo incorpora el enfoque intercultural en
todos los niveles educativos y para todos los individuos.
En primer lugar, dentro del primer grupo de modelos que hemos mencionado vamos a
referirnos a la clasificación que realiza Banks (1989)119 acerca de la implantación de la
educación multicultural en los países anglosajones desde los años 60. Banks distingue
cuatro tipos de EI en función de la manera en que organizan la inclusión en el
currículum de contenidos educativos que favorezcan una visión plural de la sociedad.
119
Utilizo el resumen realizado por Mª Teresa Ibañez y Berta Marco (1996) en su libro: Ciencia
multicultural y no racista.. Enfoques y estereotipos en el aula..
190
Por ello creemos que la interculturalidad no puede articularse desde un enfoque en el
que las lenguas minoritarias y la expresión de la identidad individual o colectiva,
cuando ésta difiere del marco normativo de la institución educativa, son silenciadas o
sancionadas negativamente. Algunos autores sitúan los programas de inmersión120
lingüística como ejemplo de modelo asimilacionista de educación, al estar orientados
exclusivamente al aprendizaje de la lengua mayoritaria, como vehículo de
comunicación normalizado. Marín indica que en ellos, […] no se tiene en cuenta el
idioma primero o materno (L1), aquel en el que el niño se expresa en la vida familiar o
en las relaciones sociales espontáneas, […]. (op.cit.)
Desde nuestra perspectiva, los programas de inmersión tienen como objetivo prioritario
facilitar la integración en la sociedad receptora y, además, el dominio del idioma de
comunicación mayoritario. Aunque existen diversas modalidades y gradaciones, Marín
señala que, en principio, no tienen porque significar una marginación de la lengua
materna, sino que ésta puede ser utilizada como elemento activo del aprendizaje (Marín,
1992:46) en el proceso educativo. reemos que la inmersión lingüística no tiene por qué,
al menos en cuanto a su finalidad, ser clasificado dentro de los enfoques conservadores
de educación. La inmersión, como propuesta de aprendizaje del idioma mayoritario de
una sociedad en un tiempo reducido, no excluye, en principio, la opción intercultural y
la expresión de la propia identidad. En realidad, asimilación e inmersión apuntan a
cosas distintas. En el primero se toma como requisito de la participación en la sociedad
la identificación plena con la sociedad mayoritaria, y por tanto, la renuncia a los propios
referentes culturales. Es decir, no se contempla la posibilidad de una pertenencia
cultural múltiple ni la diversificación social, sino que se impone un único itinerario
cultural.
Sin embargo, desde la perspectiva dinámica de la cultura y de los procesos sociales que
manejamos en este trabajo y que hemos analizado en el capítulo 2, la educación no
puede pensar la identidad cultural de los sujetos a modo de estructuras acabadas y
cerradas sobre sí mismas. Creemos que no existen tales identidades y que por tanto, no
puede plantearse dicha cuestión en términos de pérdida absoluta y de sustitución de
unas identidades por otras. Por el contrario, la interculturalidad debe sostenerse sobre
los procesos educativos y las formas de asignación de identidad que “produce”, de sus
efectos y del lugar que, social y culturalmente, construye para determinados colectivos,
al vincular la pertenencia de origen con formas específicas de participación en la
sociedad.
192
Desde tal concepción, todo diferencia significativa (aunque no tanto para el sujeto como
para la institución) es considerada como <necesitada> de una atención pedagógica
especializada. La denominación de <alumnos con necesidades educativas específicas>
por sus características culturales, es fruto de este tipo de interpretación, especialmente
cuando muchos de los dispositivos pedagógicos compensatorios, se orientan hacia una
acción grupal a partir de criterios étnicos o culturales. Sin embargo, Malgesini y
Jiménez indican que muchos de estos programas realizan una apuesta por la
integración y destacan que en ellos se da importancia al mantenimiento de la lengua
materna y al logro de la igualdad de oportunidades educativas, creando recursos
específicos de apoyo a la escolarización y al éxito escolar (Malgesini.; Giménez,
1997:100).
193
Si entendemos que es función de la educación la socialización de los individuos
conforme a los ideales y a los valores mayoritariamente aceptados de una sociedad, toda
educación, y en sentido estricto la asimilacionista, favorecerá ciertas formas de
aculturación. La función “adaptativa” en este caso no se entiende simplemente como
una mera aceptación pasiva de los contenidos educativos, sino que inserta una visión
activa y dinámica del sujeto de la educación. Hepburn destaca en este sentido dos
momentos en los que esta función asimiladora se entiende de forma opuesta, que
denomina fase de Asimilación I y fase de Asimilación II respectivamente. En ellas, el
concepto de integración y de aculturación se sustentan en principios opuestos entre sí..
194
El mismo Dewey en 1916 en su obra Educación y democracia (Hepburn, op.cit.)
escribió: <[…] la mezcla en la escuela de la juventud de diferentes razas, religiones y
costumbres crea para todos un entorno nuevo y más amplio. Las materias de estudio
comunes acostumbran a todos a una unidad de perspectiva en un horizonte más amplio
que el visible para los miembros de cualquier grupo mientras está aislado.>121
121
Dewey, Democracia y Educación, 1953, Buenos Aires, Losada, 2ª edición. pp.30 –31.
195
El enfoque que la autora clasifica como reaccionario está de hecho basado en una
defensa radical de una identidad y de los valores que ella quiere representar. De algún
modo, podría asemejarse a muchos de los enfoques interculturales que promueven un
derecho absoluto de la diferencia, produciéndose lo que Taguieff denominó (ver punto
2.1.2) movimiento de retorsión122. En él, un determinado grupo se apropia de un
discurso, por efecto de los objetivos que el grupo persigue y lo utiliza para defender
unos intereses que inicialmente eran contrarios a los valores que ese discurso
fomentaba.123
122
Ver: Taguieff, P.A. (1990): La force du préjugé. Gallimard, París. Teresa San Román (1996b) ha
realizado un interesante análisis de la tesis de Taguieff en su libro Los muros de la separación. Ensayo
sobre alterofobia y filantropía. Tecnos/UAB, Barcelona.
123
Taguieff analiza a partir de este criterio los movimientos y las ideas de los grupos de ultraderecha
franceses que utilizan la idea del derecho a la propia identidad para defender la expulsión de los
inmigrantes y las políticas contra el mestizaje.
196
FORMAS DE ASIMILACIONISMO. (M.H. HEPBURN)
ASIMILACIONISMO I ASIMILACIONISMO II
PERIODO Entre la Primera y la Segunda Después de la Segunda
Guerra mundial Guerra Mundial
197
5.2.2 Modelos multiculturales. La educación para la diversidad cultural
198
individuos en su “grupo cultural”. Son muchos los autores124 que, como Malgesini y
Jiménez, han destacado cómo el criterio de integración cultural y del reconocimiento
de las diferencias ha favorecido un enfoque que puede ser excluyente y estigmatizador.
124
En esta línea es muy esclarecedor el libro coordinado por Enrique Santamaría y Fernando González
Placer titulado: Contra el fundamentalismo escolar. Reflexiones sobre educación, escolarización y
diversidad cultural. Ver bibliografía.
199
El primer modelo, denominado multiculturalismo de ampliación de la base cultural
surgió, según la autora, de la constatación de que la educación no aseguraba la
integración y la igualdad de oportunidades que postulaba, ni tampoco era capaz de
producir, en sus formas más radicales, una sociedad homogénea superadora de las
diferencias culturales.
Para lograr este objetivo se debía reformar la educación y la escuela para que todos los
grupos pudieran ver reconocida su identidad. Además de modificar los contenidos
educativos de las ciencias sociales, se propuso la revisión de la llamada educación
cívica para que se acercara a las problemáticas sociales y a la realidad cotidiana de las
ciudades estadounidenses.
El fin de la educación debía ser ampliar las competencias culturales de los alumnos
adaptando el currículum a las formas culturales presentes en la sociedad, su historia, sus
costumbres y su idioma, a la vez que se fomentaban los valores de tolerancia y respeto.
200
Desde esta posición y a la luz de las teorías políticas de la diferencia, se pasó a un
multiculturalismo radical, postura que, como hemos indicado, reclama una
transformación profunda del sistema educativo de manera que los programas y
contenidos educativos sean verdaderamente un reflejo de la realidad de una sociedad
diversa, en la que todos los grupos puedan sentirse identificados.
201
La radicalización de las posturas asimilacionistas y multiculturales que se producen en
el ámbito educativo, tienen en realidad un alcance mucho mayor: la educación es
concebida como el lugar de formación de la identidad cultural, y por tanto, del sistema
que promueve o rechaza determinados valores en detrimento de otros. Conseguir cuotas
de ese espacio, significa por tanto, conseguir representación social y estatus.
202
5.2.3 Modelos interculturales. La educación antirracista y el enfoque social
En este grupo encontramos todos aquellos modelos que en las últimas décadas han
desarrollado un enfoque integrador y crítico que intenta superar las limitaciones del
asimilacionismo y el multiculturalismo extremo. La interculturalidad se constituye
como un enfoque que integra tanto el reconocimiento de la diversidad como la adhesión
a unos mínimos comunes basados en los derechos humanos y la democracia.
Una de las ideas más defendidas desde las teorías interculturales ha sido la necesidad de
articular la diversidad como valor positivo y a la vez garantizar la igualdad de
oportunidades educativas. Es también el modelo que con más esfuerzo han promovido
distintas instituciones supranacionales en el contexto europeo, como la Comunidad
Europea o la UNESCO. La educación intercultural consiste, pues, en un modelo
educativo dirigido a todos los colectivos e individuos, que desde una perspectiva del
mundo basada en la complejidad, retoma el principio de igualdad y los valores
democráticos, favoreciendo la expresión de las diferencias individuales y colectivas
(Malgesini, Giménez, 1997:100). Existen, sin embargo, diferencias en cuanto a su
formulación y propuestas e incluye desde lo que Banks (1989) ha denominado EM
transformadora hasta EM de acción social.
203
Dicho enfoque propugna la revisión de los modelos educativos que reproducen los
mecanismos de jerarquización y poder en la escuela. Banks señala que, además de la
modificación del currículum y de las estructuras de la escuela, este modelo intenta
desarrollar programas educativos que promuevan en los alumnos la adquisición de
competencias culturales y la capacidad de análisis crítico de la sociedad. Dentro de los
tres grupos, la consideración hacia las diferencias culturales y la identidad y la
necesidad de una respuesta educativa a sus problemáticas supone el punto de partida
aceptado para el desarrollo de la interculturalidad. Diferencia e identidad, aún siendo
conceptos clave en la teoría intercultural, no pueden ser tomados de manera unívoca
como base exclusiva del desarrollo de la EI. En la actualidad, estos conceptos, más que
revelar unos contenidos objetivos acerca de la diversidad, representan el punto clave de
discusión y, también de confusión, del discurso intercultural125.
125
Para un análisis más detallado de las distintas clasificaciones sobre modelos de EI que presentamos
ver:
Guerrero, A. (1998): Del asimilacionismo al antirracismo. Los modelos de escolarización en las
sociedades multiétnicas avanzadas. En: Santamaría, E. Gónzalez Placer, F. : Contra el fundamentalismo
escolar. Bartolomé, M. (Coord.) (1997): Diagnóstico a la esuela multicultural. Sales, A. ; García, R.
(1997): Programas de educación intercultural. Puig. G. (Coord.) (1992): Recerca i educació
intercultural. Actes de la conferència Europea de Sant feliu de Guíxols. García, A. ; Sáez, J. (1998): Del
racismo a la interculturalidad. Competencia de la educación. Ibáñez, Mª T.; Marco, B.(1996): Ciencia
intercultural y no racista. Enfoques y estereotipos en el aula. Malgesini, G. (1997): Guía de conceptos
sobre migraciones, racismo e interculturalidad.
204
FORMAS DE INTERCULTURALISMO- EUROPA
EI TRANSFORMADORA EI DE ACCIÓN SOCIAL
PERIODO Años 80-90 Años 80-90
205
206
6- LOS PROGRAMAS EDUCATIVOS INTERCULTURALES. ANÁLISIS DEL
DESARROLLO Y APLICACIÓN DE LA EDUCACIÓN INTERCULTURAL
La educación intercultural forma parte de los contextos educativos europeos desde hace
décadas, tanto en el marco de las instituciones como en las políticas desarrolladas por
muchos de los países que hoy constituyen la Comunidad Europea. Dos instituciones
destacan por el impulso dado, en sus inicios, al desarrollo de una perspectiva
intercultural de la educación, el Consejo de Europa y el Parlamento Europeo. En este
apartado vamos a realizar un breve recorrido introductorio de las políticas y
126
Utilizaré la abreviatura EI para referirme a la Educación Intercultural, y EM cuando se trate de
Educación Multicultural.
207
orientaciones educativas que desde los años sesenta hasta la actualidad han constituido
el enfoque en el que se enmarca la interculturalidad y que representan de algún modo,
las directrices y principios básicos de los programas de EI.
127
En el marco de este trabajo nos vamos a centrar principalmente en este aspecto de la interculturalidad
en Europa.
208
movimiento por los derechos civiles, promueven la igualdad de oportunidades mediante
la discriminación positiva orientada las “minorías” negras, hispanas o asiáticas 128.
En la mayor parte de los programas que hemos revisado en el marco de este trabajo,
encontramos que el eje que define las bases de todo proyecto intercultural se refiere a la
integración de la población extranjera en la sociedad y en la escuela. Uno de los
momentos fundadores de la educación intercultural en Europa, lo podemos situar en la
década de los años sesenta cuando, tal y como indica Peo Hansen (1998:68) existe un
interés social en torno a la cuestión de <la educación de los hijos de los trabajadores
inmigrantes> con relación al mantenimiento de su cultura de origen y de la lengua
materna. Desde una perspectiva que entendía la inmigración como un proceso temporal,
surgió la necesidad de poner en marcha programas educativos destinados a asegurar el
mantenimiento de la lengua de origen y los referentes culturales familiares.
De esta manera se instituyeron programas de enseñanza de la lengua y cultura de
origen (ELCO) pensados exclusivamente para los hijos de los trabajadores “temporales”
o “invitados”130
Jagdish Gundara señala que fue el Consejo de Europa el que, en 1966, aprobó la
primera recomendación que relacionaba directamente la inmigración con propuestas
educativas interculturales. Esta perspectiva se mantuvo hasta 1980 en la que la atención
se dirigió hacia una enseñanza bilingüe y bicultural131. Hansen define este proyecto
128
Uno de los autores que se ha dedicado al estudio del desarrollo y características de la educación
multicultural en EUU es Banks. Consultar bibliografía. Para ver un breve resumen del marco normativo
de la EI en EEUU ver: (Lovelace, 1995:113)
129
Ver apartado 4.3 sobre inmigración y la construcción del “inmigrante” como <otro>.
130
La denominación de <trabajador invitado> es propia de Alemania.
131
En esta fecha se desarrolló el llamado <proyecto núm.7> de cinco años de duración y cuyo objetivo
era fomentar una enseñanza bilingüe y bicultural.
209
como el primer intento para una Cooperación Cultural del Consejo de Europa (CDCC)
para articular un programa educativo orientado a toda la población independientemente
de su nacionalidad.
Los cambios operados en el transcurso de estos veinte años tienen que ver con dos
ideas- marco principales. De un lado, el regreso de los inmigrantes a sus países de
origen no se había producido, sino que, por el contrario, las familias se reagruparon en
los lugares de migración, estableciéndose de forma permanente en las sociedades
europeas. De otro, la creación del espacio único europeo requería de la construcción de
una “identidad” común de todos los países que formaban la Comunidad, así como de la
necesidad de establecer políticas conjuntas de inmigración ante la supresión de las
fronteras interiores.
132
Algunas de las directrices y orientaciones más significativas a nivel europeo en el periodo
comprendido entre 1980 y 1995 fueron:
- Directiva de la CEE, núm.486 del 25-7-77 sobre enseñanza bilingüe y bicultural.
- Comunidad Europea, 1982, Holanda: Primera Conferencia sobre Currículum Intercultural
- Consejo de Europa, 1986: Formación del profesorado en la educación para una comprensión
intercultural, especialmente en contextos emigrantes.
- Consejo de Europa, 1987, Proyecto núm.7 del CDCC: La educación y el desarrollo cultural de
los inmigrantes.
- Parlamento Europeo, 1990: La educación de los trabajadores inmigrantes .
- Comisión de las Comunidades Europeas (1993 a): Documento verde sobre la dimensión
europea de la educación..
210
generales de las orientaciones europeas para la educación intercultural en este periodo
reflejan la necesidad de:
- Comisión de las Comunidades Europeas (1994 a): Informe sobre la educación de los hijos de
inmigrantes en la Unión Europea. (Hansen)
133
El Consejo de Europa, respecto de temas como la cultura o la educación, sólo tuvo un carácter
orientativo y de recomendaciones antes de la firma del Tratado de Mastrich. Para ampliar las diferentes
directrices y programas impulsados por el Consejo de Europa y la Unión Europea ver: Hansen, P. (1998),
Gundara, J. (1996), Etxebarria, F. (1992)
134
A este objetivo respondieron los programas universitarios europeos como el COMETT, 1986
(Community education training technology), ERASMUS, 1987 (European Community Action Scheme
for the Mobility of University Students), LINGUA, 1989 (Enseñanza de las lenguas extranjeras) y
TEMPUS (Programa de cooperación entre Universidad y Empresas en la Europa Oriental). BECCHI
(1992).
211
Respecto de las directrices y programas puestos en marcha en el marco de la Unión
Europea en estos años creemos que es importante destacar su carácter orientativo. Es
decir, la mayor parte de los trabajos realizados, al menos hasta 1980, tuvieron el
carácter de recomendaciones generales. La mayoría de actuaciones fueron impulsadas
por los diferentes estados de forma independiente y no contaron con un punto de
partida común, sino que estuvieron vinculadas a los propios marcos de acción de cada
país. En todo caso, estos programas tuvieron como eje central la enseñanza de la lengua
y los programas de educación bilingüe, que, en opinión de Xavier Besalú (1998:238),
resultaron escasos y marginales respecto de los sistemas educativos generales y
muchos de ellos se han mantenido hasta la actualidad como un modelo de educación
específico para los hijos de “inmigrantes”.
La mayoría de los estados europeos ha desarrollado en los últimos veinte años una
política intercultural en el ámbito educativo. Aunque no es el objetivo de este trabajo
realizar un análisis profundo de cuales han sido estas iniciativas y de sus repercusiones,
es interesante conocer las líneas básicas de estos planes y sus supuestos teóricos, para
establecer los fines y los principios comunes que impulsaron una concepción
intercultural de la educación en el marco europeo135.
135
Para un análisis más detallado de este tema ver: Vera Vila J. (1994), Hussen, T.; Opper, S. (1984),
Besalú, X.; Campani, G. ; Palaudàrias, J,M. (Comp.) (1998), Fermoso, P. (e d. ) (1992), Franzé, A. (ed.)
(1999), Puig, G. (Coord.) (1992). También se pueden consultar los dos números monográficos de la
revista: Perspectivas, Vol.XXII, n.81, 1992 y Perspectivas, VOL. XXII, n.82, 1992. y Kincheloe, J.L.;
Steinberg, S.R.( 1999)
212
La mayoría de autores consultados desatacan que en la implantación de los programas
interculturales es necesario considerar de forma separada las leyes, programas y
disposiciones impulsadas por los gobiernos de su aplicación real en los contextos
educativos (Lynch, 1992b; Kincheloe, Steinberg, 1999). De la misma manera, señalan
que aunque en el periodo que estamos analizando la producción teórica sobre EI fue
muy amplia, esto no se tradujo en la implantación de modelos generales de educación
intercultural.
136
Los documentos de referencia de esta Comunicación son:
Tratado de Ámsterdam, donde se establecen las competencias Comunitarias en temas de asilo e
inmigración. Art. 13 y 137 sobre medidas de lucha contra la discriminación.
Consejo de Viena de 1998, en la que se establecieron las bases para crear una Comisión de
Trabajo sobre políticas inmigratorias y de asilo.
Reunión del Consejo de Europa, Tampere, Octubre de 1999 en la que se aprobaron los
elementos para una política común y una aproximación de las distintas políticas nacionales.
Acuerdo Euromediterráneo con Marruecos de 1996 (vigente 2000) para la realización de
programas de intercambio de grupos mixtos (europeos-marroquíes) que residen en los estados
miembros para favorecer el conocimiento mutuo y la tolerancia. Fuente: Pla Interdepartamental
d’Immigració 2001-2004.
213
en temas de inmigración. Dicha necesidad surge del análisis económico y su
vinculación con las políticas de importación de mano de obra y por el incremento de
entradas “ilegales” en los países de la Comunidad. El documento establece que la
inmigración desde terceros países a la Comunidad debe contemplarse como un
fenómeno necesario para la UE y que se incrementará en las próximas décadas debido
principalmente al descenso de la población y la escasez de mano de obra.
Es este tercer punto el que nos interesa respecto de la interculturalidad. En el punto 3.5
la Comunicación perfila las líneas sobre las políticas de integración de los inmigrantes
que deben implantarse en la Comunidad. En este sentido indica: si no se aportan los
recursos necesarios para asegurar la integración de los inmigrantes y sus familias, se
exarcebarán a largo plazo los problemas sociales que pueden llevar a la exclusión y a
problemas relacionados con la delincuencia. (Consejo de Europa, 2000: 20)
Por ese motivo las acciones principales para lograr la integración social deben ir
encaminadas a:
Crear una sociedad de buena acogida, entendiendo la integración como un proceso
bidireccional.
Luchar contra el racismo y la xenofobia.
Promover la igualdad de condiciones en el trabajo.
Conceder derechos cívicos y políticos a los inmigrantes.
214
El documento indica que para alcanzar dichos objetivos es muy importante atender a la
formación lingüística de los inmigrantes, a proporcionar información sobre las
estructuras políticas y sociales de la Unión ya facilitar el acceso a los servicios sociales.
Para ello, el Consejo considera necesario que las políticas que se desarrollen presten
especial atención a los inmigrantes de segunda generación (sic), y a la familia
(especialmente a las mujeres) como vectores de cohesión y participación social.
Decisión del Consejo por la que se establece una programa de acción comunitario
para luchar contra la discriminación137 2001-2006 (COM (2000) 649).
137
Los tipos de discriminación que establece el documento son por razones de: origen racial, étnico,
religión/ creencias, discapacidades, edad y orientación sexual.
215
Art. 14 sobre Derecho a la Educación. En el se establece el derecho a la educación y
a la formación profesional y permanente, así como la gratuidad de la enseñanza
obligatoria.
Art. 21, sobre la no discriminación. En el primer punto establece la prohibición de
la discriminación por las siguientes causas: sexo, raza, color, orígenes étnicos o
sociales, características genéticas, lengua, religión o convicciones, opiniones
políticas o de cualquier otro tipo, pertenencia a una minoría nacional, patrimonio,
nacimiento, discapacidad, edad u orientación sexual.
Así mismo en el Art.22 la Carta promulga el respeto por toda diversidad cultural,
religiosa y lingüística.
Con ello queremos destacar que se priorizan exclusivamente ( y de forma separada) las
cuestiones de control y regulación de flujos migratorios, sobre la base de las
necesidades económicas del mercado y las de sensibilización de la población llamada
de “acogida” sobre el racismo. Son escasas las referencias al papel que puede tener la
educación a largo plazo, como proyecto intercultural, en los principios que emanan de
la Carta de Derechos Fundamentales y en los objetivos de directrices generales
comentadas.
216
Pensamos que ello limita las posibilidades de generar e implantar programas de
educación intercultural de forma amplia, ya que continua con la tendencia anterior de
considerar la multiculturalidad como una situación de hecho, y de atender los temas con
ella relacionados de forma fragmentada. De un lado, integración de inmigrantes, de otro
sensibilización de la población ante el posible rechazo frente a los “recién llegados”.
Otro de los puntos que quisiéramos destacar, y que será de vital importancia en los
programas educativos interculturales en un futuro, es la designación, por parte del
Consejo de Europa, del ámbito local como el lugar donde la integración debe hacerse
efectiva. Partiendo de lo acertado de esa idea, queremos constatar, no obstante, que los
municipios ven limitada en muchas ocasiones su capacidad de actuación, debido en
parte a su escasa capacidad de reglamentación.
Respecto del ámbito local, no se establece un marco común e integrado que aborde los
temas relacionados con la participación, la ciudadanía y la cohesión social desde una
perspectiva intercultural. Por último, una de las cuestiones relevantes que se desprenden
tanto de la Carta de Derechos Fundamentales, como de las directivas sobre política de
inmigración y lucha contra la discriminación, es la equiparación de los derechos y
prestaciones de personas de terceros países con los ciudadanos de la Unión.
La <Igualdad de trato> se entiende como uno de los factores clave para la plena
integración de los inmigrados en la sociedad europea y como la garantía futura de la
cohesión social. Sin embargo, esa igualdad sólo se establece en función de la residencia
legal, lo cual supone, especialmente si lo pensamos desde la educación, la imposibilidad
de desplegar la interculturalidad de forma efectiva. En la actualidad, uno de los ámbitos
en los que se demanda una respuesta educativa, es la atención a muchos colectivos que,
por diversas razones, viven situaciones de exclusión social fruto de su “irregularidad”
administrativa. La educación intercultural no puede ser entendida como el paliativo, o el
programa marginal que se desarrolla para “solucionar” los conflictos generados por esas
situaciones.
217
Implantar una perspectiva intercultural a largo plazo significaría contemplar también la
realidad y “permanencia” de dichos colectivos, articulando las medidas legales y
sociales necesarias (en el ámbito europeo y nacional) que impidieran la exclusión
sistemática de las redes normalizadas de ciudadanía138. Pensamos que esta es una de las
cuestiones básicas a debatir desde la teoría intercultural. Se hace necesario superar esa
dicotomía que convierte la educación intercultural en una acción que de un lado celebra
la “diversidad” con la población mayoritaria, y de otro, ejerce la función de “atender” a
aquellos que no pueden regularizar su situación.
138
A modo de ejemplo, hacemos referencia en el caso de España, a la imposibilidad que supone, para
muchos municipios, desarrollar programas de integración y apoyo para inmigrantes, cuando una buena
parte de éstos, no pueden “aparecer” en el padrón municipal por falta de papeles, como consecuencia de
la aplicación de la Ley de Extranjería 8/2000.
139
En este punto, no realizamos un examen exhaustivo de las políticas interculturales de estos países,
sino que los hemos utilizado como modelos generales respecto de las orientaciones desarrolladas en
Europa sobre educación e interculturalidad.
218
Tal y como indica el estudio comparativo sobre inmigración en Europa (punto 6.2),
realizado por la Universidad de Barcelona, en el marco del Programa
Interdepartamental de Inmigració de la Generalitat de Catalunya para el periodo 2001-
2004140, desde ese principio cada país articula una serie de medidas específicas para
atender las necesidades educativas de los alumnos “inmigrantes”. El estudio consigna
algunas de las problemáticas más comunes en cada país estudiado (Reino Unido,
Francia, Alemania, Suecia e Italia) y los programas desarrollados para favorecer la
integración de los inmigrados en la sociedad. En nuestro trabajo, recogemos aquellos
más importantes y su evolución de los países que hemos considerado más relevantes en
cuanto a modelos y orientaciones distintas de la interculturalidad en el sistema reglado.
Estos países son Reino Unido, Francia y Alemania.
1-Desde la segunda guerra mundial hasta los inicios de la década de los sesenta, la
denominada fase del <laissez-faire> en la que las referencias a la EI son prácticamente
nulas.
2- La segunda fase la denomina la fase del inmigrante y del inglés como segunda
lengua (ASL) y se caracteriza por la creación de programas para las minorías étnicas.
Que aseguren una correcta asimilación a la sociedad inglesa.
140
Informe sobre el Dret Comparat de la Immigració (Alemanya, França, Itàlia, Regne Unit, Suècia i
Unió Europea. En: Pla Interdepartamental d’immigració 2001-2004, Generalitat de Catalunya. El
estudio ha sido dirigido por el Dr. Eliseo Aja, Catedrático de Derecho Constitucional y Director del
Institut de Dret Públic, por encargo de la Secretaria per a l’immigració del Departament de la Presidencia
de la Generalitat de Catalunya.
219
3- La fase del déficit como periodo de transición hacia la EI que acentúa la relación
entre diferencia cultural y estilo de vida con los problemas educativos y el fracaso
escolar.
4- La fase multicultural desde finales de los años setenta, inicia un periodo en la que EI
se define de forma global y para todos los alumnos con el objetivo de crear una
sociedad cohesionada y al mismo tiempo, culturalmente diversa.
5- Por último, en este mismo periodo surge la denominada educación antirracista acusa
a los planteamientos multiculturales de mantener a las minorías en “cápsulas culturales”
y no mejorar sus condiciones sociales. La educación, desde esta corriente debe centrarse
en la reducción de los prejuicios y los estereotipos y asegurar la igualdad de
oportunidades sociales.
141
Nos referimos por ejemplo a que en la actualidad muchos programas de los llamados interculturales se
centran en la cuestión del aprendizaje de la lengua, el mantenimiento de la primera lengua y la
articulación de programas educativos destinados a alumnos de incorporación tardía (compensatoria).
Estos programas conviven junto con otros más amplios, orientados a la educación antirracista, la
tolerancia y la convivencia, por mencionar algunos.
220
6.1.3.2 El modelo francés
En Francia la EI se ha desarrollado también en torno a la educación de los inmigrantes y
su plena integración en la sociedad. Francia siempre se ha resistido a establecer
políticas educativas específicas para alumnos inmigrantes más allá de asegurar el
correcto aprendizaje del francés y de colaborar en los programas de mantenimiento de
la lengua de origen. En general, en el sistema educativo francés, fuertemente
centralizado, la ELCO se ha mantenido fuera del currículum normalizado y en horario
extraescolar142.
Pese a que en la última década se han considerado otras cuestiones como la cultura y el
nivel socioeconómico (a través de las ZEP, zonas de educación prioritarias) de los
alumnos las iniciativas desarrolladas por las instituciones francesas se refieren a la
consecución del éxito escolar de todos los alumnos en el sistema reglado y a la
reducción de la exclusión escolar. Como indica Jean -Pierre Zirotti (1998:149), el
esfuerzo se ha dirigido a desarrollar una política que:
Evite la fractura social producto del fracaso escolar y que genera exclusión social y
violencia en los jóvenes de zonas empobrecidas.
Promueva el desarrollo social de los barrios y la inserción social y laboral de los
jóvenes.
142
Francia cuenta con una red de centros especializados cuyo objetivo es favorecer y asesorar sobre la
escolarización de los hijos de inmigrantes, estos centros fueron creados a mediados de los años setenta y
se denominan CEFISEM (Centros de Formación e Información sobre la Escolaridad de Hijos de
Inmigrantes). Ver: Lorcerie (1999:68).
221
Sin embargo, el informe del Estudio Comparado de Inmigración antes mencionado
(2000: 231-232) en su informe sobre Francia destaca las problemáticas producidas por
las “diferencias culturales y religiosas (islámicas)”, que chocan con los principios de
laicismo que priman en educación, que aunque permite la expresión de las propias
convicciones religiosas, rechaza la posibilidad de conceder privilegios o establecer
ningún tipo de distinción por motivos culturales o religiosos.
La realización de los cursos de lengua de origen se realizan fuera del sistema educativo
normalizado y son financiados, como en la mayoría de estados, por los países de origen.
En este punto hay que recordar que es importante tener en cuenta en el análisis sobre la
EI (tal y como hemos analizado en el punto 4.3) que la categoría de inmigrante es
ambigua y se aplica de forma arbitraria al clasificar como “hijo de inmigrantes” a
personas nacidas en ese país.
Ulrich Mehlem (1999:77-78) explica que en los estados federales alemanes pueden
diferenciarse tres modelos de EI:
222
• Un tercer estado organiza la enseñanza de la lengua materna y la cultura de
origen en el marco escolar reglado. Este modelo está basado en la teorías de
desarrollo del bilingüismo que apuestan por el pleno desarrollo de la lengua
materna antes de adquirir una segunda lengua. El objetivo de estos programas
sería tanto evitar la segregación que produce una educación especializada fuera
del currículum normalizado como una asimilación al modelo cultural dominante
(como en el caso francés).
Aún las diferencias existentes entre los distintos Lander, el Informe Comparado de
Inmigración (2000:230-231), destaca el elevado número de alumnos extranjeros en las
clases de educación especial y de formación profesional, así como el elevado índice de
fracaso escolar. La implantación de programas está destinada a mejorar las
competencias lingüísticas de los alumnos extranjeros (como la experiencia de
formación dual, que realiza simultáneamente la formación en Alemán y la lengua de
origen del alumno). Dentro de las medidas adoptadas en ese país se hace mención de la
incorporación normalizada de “formas interculturales de educación” que estarían
basadas la potenciación de la lengua de origen de los alumnos en el marco escolar.
223
2- Programas de EI y educación antirracista destinados a favorecer la convivencia y
la tolerancia hacia la diferencia cultural. La diversidad se entiende a partir de la
consideración de la inmigración como la principal “productora” de diversidad
cultural en el interior de los estados europeos.
Gonzalo Gómez Dacal destacó ya en 1992 al respecto que era fundamental un enfoque
unitario de la institucionalización y planificación de la interculturalidad en el espacio
europeo. Para ello era necesario que los diferentes sistemas educativos nacionales
desarrollaran unos mínimos compatibles en cuanto a principios, enseñanzas y
homologación de títulos. La EI debería enmarcase dentro de una Educación reglada
común con el objetivo de (Gómez, 1992:38):
224
También Josep Mª Palaudàries (1998:173) hace referencia a este tema en el ámbito del
Estado Español y concretamente de Cataluña143. El autor distingue entre dos niveles de
desarrollo de la EI:
143
En el caso específico de Cataluña, que analizamos más detalladamente en el apartado siguiente,
existen algunas disposiciones y marcos generales de actuación como : El plan Interdepartamental
d’Immigració, y El Programa Educació 2000-2004.
225
226
6.2- LA EDUCACIÓN INTERCULTURAL EN ESPAÑA Y CATALUÑA
144
Ver punto 4.2 acerca de la evolución de la inmigración en nuestro país.
145
No obstante la Ley Orgánica del Derecho a la Educación (LODE) de1970 recoge, en el marco de la
Constitución, también el principio del derecho a la educación y el reconocimiento de la diversidad.
227
El objetivo primero y fundamental de la educación es el proporcionar a los
niños y a las niñas, a los jóvenes de uno y otro sexo, una formación plena que
les permita conformar su propia y esencial identidad, así como construir una
concepción de la realidad que integre a la vez el conocimiento y la valoración
ética y moral de la misma. Tal formación plena ha de ir dirigida al desarrollo
de su capacidad para ejercer, de manera crítica y en una sociedad
axiológicamente plural, la libertad, la tolerancia y la solidaridad. (LOGSE, Ley
Orgánica 1/1990, 3 de Octubre, de Ordenación General del Sistema Educativo.
B.O.E n.238, 4 de Octubre de 1990.)
228
Estos principios, por sí mismos, deben asegurar y favorecer una educación igual para
todos los alumnos y al mismo tiempo garantizar el respeto hacia las minorías y las
particularidades individuales, sean éstas culturales, de género o religiosas. La educación
compensatoria es el instrumento para corregir las desigualdades de partida de los
alumnos y cumplir así con las disposiciones de la Ley.
146
Nos referimos a los países que no forman parte de la Comunidad Europea.
147
En la actualidad podemos encontrar estos programas bajo el nombre genérico de Atención a la
diversidad.
229
En situaciones de marginación social y cultural.
El colectivo gitano con problemas de integración escolar.
Alumnos con elevado absentismo escolar y dificultades de integración en la escuela.
Población inmigrante (Norte de África, Latinoamérica, Europa del Este).
Familias itinerantes.
Con ello, pretendemos conocer el punto de partida teórico que justifica la acción
educativa intercultural. Pensamos que, en buena medida, de este sustrato depende el
tipo de acciones a desarrollar, determina el tipo de población a qué van dirigidas y
orientan las prácticas de los centros educativos.149
148
Explicamos detalladamente dichos programas en el siguiente apartado, tomando como marco de
referencia los programas desarrollados en Cataluña.
149
Esta claro que estos programas no son los únicos desarrollados ni quizás tampoco los más importantes.
Los hemos tomado como punto de referencia por su carácter orientador y porque constituyen el marco
teórico de referencia para las instituciones educativas que realizan programas de EI. En el punto 6.4
analizamos con más detalle alguno de ellos. Aún así, es difícil conocer la totalidad de los programas
existentes ya que su realización depende de las iniciativas de los propios centros y suelen tener un ámbito
de aplicación restringido. Además de la escuela, otras entidades han desarrollado acciones de educación
intercultural, tales como Asociaciones, ONGs, fundaciones y universidades, la dificultad para conocerlos
radica, igual que en el caso anterior, en la gran diversidad de programas y su carácter temporal y
específico.
230
En opinión de Xavier Besalú: El enfoque intercultural debería poner el acento en
resaltar cómo el entorno cultural de los alumnos condiciona sus conocimientos previos,
sus aprendizajes preescolares y extraescolares y el propio proceso de aprendizaje
escolar. Como han puesto de manifiesto diversos didactas, para garantizar un
aprendizaje relevante es necesario partir de la cultura experiencial del alumno y
convertir el aula en un espacio de conocimiento compartido. (Besalú, 1998: 164-165)
150
El primer plan fue aprobado el 28 de septiembre de 1993 por el Gobierno de la Generalitat de
Catalunya. Se aprobó el segundo para el periodo 1997-2000. El último es el Pla Interdepartamental
d’immigració 2001-2001 (www.gencat.es). En este trabajo nos referiremos principalmente a los planes
de 1997 y 2001 ya que se establece una continuidad entre ellos. Su aprobación significó el inicio de una
política coordinada en materia de inmigración en toda la comunidad autónoma.
231
El plan Integral de Inmigración desarrolla diversas actuaciones desde los distintos
departamentos de la Generalitat de forma coordinada a partir de la implantación de 133
programas. En la introducción podemos entrever las orientaciones generales y los
principios que inspiran el Plan para el periodo 2001-2004: La convivència i el respecte
entre persones d’orígens culturals diferents en la societat fa reflexionar sobre con cal
promoure la integració de totes les persones, amb respecte de les diferències però
alhora en el marc d’un projecte comú per poder ser membre de la societat en igualtat
de llibertats i d’oportunitats. (p.4)
232
Con el objetivo de facilitar ese proceso de integración, que debe realizar, no sólo el
inmigrante, sino el conjunto de la sociedad (p.8) el plan desarrolla una serie de
programas específicos.151 Para el presente trabajo, nos interesan principalmente
aquellos que se han iniciado en el ámbito de la educación, la cultura y el bienestar
social152. Los programas pertenecientes al ámbito de Educación, Cultura y Bienestar
Social que consideramos tienen que ver con la interculturalidad son:
151
Los ámbitos en los que se inscriben los 133 programas que forman el Plan son: Codesarrollo,
Colaboración Institucional, Conocimiento del hacho migratorio, Escuela, Deporte y Tiempo Libre,
Formación de adultos, Formación de profesionales, Género, Vivienda, Incorporación al mercado laboral,
Lengua e identidad catalanas, Menores desamparados, Participación Ciudadana, Salud y calidad de vida,
Sensibilización. Muchas de éstas áreas, son de especial interés desde una perspectiva educativa, en
sentido amplio.
152
La relación de algunos de los programas realizados y evaluados en el balance correspondiente al
periodo 1993-98 es la siguiente:
Generalitat de Catalunya, Pla Integral d'Immigració. Departament de Benestar Social. PROGRAMES -
BALANÇ 93/98
CULTURA
Enseñanza de la lengua catalana a los inmigrantes adultos residentes en Cataluña.
Publicación de un vocabulario básico árabe-catalán.
Fomento de las actividades culturales de los inmigrantes.
Programa de lengua y cultura catalanas paras inmigrantes no comunitarios residentes en a Cataluña.
Servicio de información para inmigrantes jóvenes residentes y de paso.
BIENESTAR SOCIAL
Programa de formación de adultos para personas extranjeras en Cataluña.
Vivamos la diversidad.
Edición de una guía informativa dirigida a los inmigrantes extranjeros.
Edición de una guía dirigida a los profesionales de atención al público con información sobre la
realidad de la inmigración en Cataluña y sobre los derechos y recursos para inmigrantes extranjeros.
Realización de cursos de formación y reciclaje de los profesionales de los servicios sociales de
atención Primaria referidos a inmigrantes extranjeros.
Además de estos departamentos cabe destacar los desarrollados por el Departamento de la Presidencia de
Atención a mujeres inmigradas, los cursos de formación e inserción laboral para inmigrantes del
Departamento de Trabajo y los de atención a jóvenes inmigrantes del Departamento de Justicia
233
a) Ámbito de Colaboración Institucional.
b) Ámbito de la escuela
153
En el curso 97/98, en que se hace el balance de los cinco años de aplicación del Plan Integral el
número de alumnos extranjeros matriculados en escuelas catalanas era de 20.136, que suponían el 1,9%
del total de la población escolarizada.
234
- Servicio de traducción a las familias y los centros para ayudar en los procesos de
matriculación y acogida en las escuelas, como los informes escolares que se
elaboran de los alumnos con incorporación tardía.
154
Decreto 69/1993 sobre homologación de libros de texto, en el que se específica que será necesario la:
"superació d'estereotips discriminatoris, el respecte a les cultures, el foment dels drets humans i de la
igualtat d'oportunitats, etc."
155
Algunos de estos créditos se refieren a: <¿Quiénes son los árabes?>,< igualdad para vivir, diversidad
para convivir>, <Derechos humanos y ciudadanía>,<El dualismo en el mediterráneo, mundo musulmán,
mundo cristiano>, <Valores y convivencia>, entre otros. Balance Pla Interdepartamental d’Immigració,
1993-1998. Generalitat de Catalunya. Departament de Benestar Social.
235
c) Ámbito del Deporte y el Tiempo Libre
156
SEDEC: Servei d’Ensenyament del Català.
236
e) Ámbito de la Formación profesional
237
Adaptación Escolar) para alumnos que se incorporan tardíamente en el sistema
educativo157.
h) Ámbito de sensibilización
157
En este ámbito se desarrollan hasta diez programas relacionados con la educación: aprendizaje de
idiomas, dinamización cultural, elaboración de recursos didácticos, conocimiento de la cultura catalana,
etc.
238
Departamento de Educación. Conocimiento de otras culturas. El objetivo del
programa es dar a conocer a la comunidad educativa la diversidad cultural de la
sociedad, favoreciendo la convivencia intercultural.
Para finalizar este apartado, y antes de reflexionar acerca de los supuestos teóricos de la
interculturalidad educativa, pensamos que es importante analizar, aunque brevemente,
los programas del Plan Interdepartamental de Educación que más centran su acción en
la EI. Estos son:
Programa de Educación Compensatoria.
Plan de Acogida.
Talleres de Adaptación Escolar, que se enmarcan dentro del Plan de Educación
2000-2004 en el área de Atención a la diversidad158 y a los alumnos con
necesidades educativas específicas159.
158
El Departament d’ Ensenyament remite a las siguientes resoluciones para el desarrollo de la Atención
a la Diversidad a las siguientes resoluciones:
Resolución de la Direcció General d’Ordenació Educativa, punto 1, 19 de Junio de 1997, en la que se
aprueban instrucciones generales relativas a la organización del currículum en Educación Secundaria
para la atención de la diversidad de los alumnos.
Resolución del 21 de Junio de 1999 que da instrucciones para la organización y funcionamiento de
los Centros Públicos de Educación Secundaria para el curso 1999-2000. (punto 7.2).
239
6.2.2.2- El Programa de Educación 2000-2004
En dicho Programa se recogen las siguientes orientaciones y objetivos que deberán ser
desarrolladas por el Departament d’ Ensenyament160:
161
Resolución del 29 de Mayo de 2001 que da instrucciones para la organización y el funcionamiento de
los centros docentes de Educación Secundaria de Cataluña para el curso 2001-2002.
241
En el curso 1998/99 el programa contaba con sesenta y siete maestros y cinco
trabajadores sociales en toda Cataluña que intervenían en un total de 300 centros. Las
comarcas del Barcelonès, Baix Llobregat, Vallès Occidental y las capitales de Girona y
Tarragona son las que contaban con un mayor número de profesionales adscritos.
242
6.2.2.4 El Plan de Acogida en los centros educativos
Una de las cuestiones que nos interesa destacar es la de apoyo a la elaboración del Plan
de Acogida162 que deberá realizar cada centro educativo para aquellos alumnos
denominados de “incorporación tardía”. El plan de acogida se estructura como la
herramienta principal de estos alumnos en el centro y tiene un carácter individual.
El Plan de acogida, pretende ser un instrumento que realice una acción integrada y
continuada que facilite la integración del alumno en el centro y ayude a la adquisición
de las competencias lingüísticas y sociales adecuadas en el menor tiempo posible.
162
En el apartado de evaluación y análisis de programas de Educación Intercultural se analiza con detalle
este programa,
163
Los documentos a que remite el Departament d’Ensenyament como material de soporte para el
profesorado son:
Educació Intercultural. Orientacions per al desplegament del Currículum.
Escolarització d’alumnat fill de famílies immigrants. Informes d’Ensenyament.
Pla d’Acollida de Centre.
Diccionari visual català-àrab
Diccionari visual català-xinès
164
El plan establece que se podrá contar con la presencia de un traductor temporal en el caso de que el
alumno desconozca completamente el catalán y el castellano.
243
6.2.2.5 Los TAE. Talleres de Adaptación Escolar y Aprendizaje Instrumental Básico
Los (TAE165) son el tercer recurso previsto para los alumnos de incorporación tardía de
secundaria con desconocimiento de la lengua catalana y castellana. Este programa,
denominado Anselm Turmeda (núm. 11.1 del Plan Interdepartamental de Inmigración,
2001-20004)166 está destinado básicamente a desarrollar: […] unitats escolars en les
que s’incorporen transitòriament alumnes que arriben al sistema educatiu de
Catalunya durant l’etapa d’educació secundària obligatòria, amb desconeixement de
les dues llengües oficials. La seva finalitat és proporcionar a aquest alumnat una
aproximació al sistema educatiu del país que l’acull i introduir-lo al coneixement de la
llengua pròpia de l’ensenyament fins a assolir-ne el nivell bàsic.
1- TAE C: En los que se agrupa un grupo numeroso de alumnos que no pueden ser
atendidos con los recursos del centro.
2- TAE D: En los que se agrupan alumnos de diversos centros de una misma zona.
Este recurso tiene un carácter extraordinario y es de carácter temporal, por ello, los
centros deben incorporarlo en el Plan de Acogida con otras actuaciones encaminadas a
la incorporación normalizada en el sistema educativo. Para asegurar que el alumno no
quede desvinculado del centro en que está matriculado, el programa establece que por
las tardes éstos deberán asistir a dicho centro con un currículum adaptado.
165
Los organismos responsables del programa son La Direcció General d’Ordenació i Innovació
Educativa y el SEDEC.
166
El 4 de Julio de 2001, se han publicado las Instrucciones de la Secretaria General relativas a la
organización y funcionamiento de los Talleres de Adaptación Escolar y Aprendizajes Instrumentales
Básicos, para los centros de secundaria.
244
Lengua catalana (10 horas semanales).
Aprendizajes de matemáticas. (4 horas semanales)
Conocimiento del medio social y natural. (5 horas semanales)
Educar en los hábitos escolares propios del sistema educativo. (1 hora semanal de
tutoría).
Facilitar el conocimiento de las formas de vida catalanas, así como identificar en la
misma los componentes ( lingüísticos, históricos y culturales) procedentes de su
ámbito cultural.
Para analizar algunas de las cuestiones teóricas que plantean estos recursos167 respecto
del desarrollo de la interculturalidad y de sus principios ( ver punto 6.1.2) , vamos a
tomar como punto de referencia el texto , publicado por la Generalitat de Catalunya en
1996168, denominado Orientaciones para el desarrollo del currículum. desde una
perspectiva intercultural. Este documento es importante por cuanto nos indica el marco
desde el que, el Departament d’Ensenyament orienta y asume una perspectiva
intercultural en la escuela. Algunos de los principios que motivan un enfoque
intercultural de la educación se refieren al logro de una sociedad cohesionada y de
participación, que al mismo tiempo reconoce la diversidad cultural. Los objetivos que
orientan el desarrollo de la interculturalidad son:
167
No hemos mencionado en este apartado el recurso de la UAC (unidad de adaptación curricular),
enmarcada también dentro de las acciones orientadas a la Atención a la Diversidad, ya que éstas tienen un
carácter más amplio y generalizado, dirigidas a aquellos alumnos con dificultades graves de aprendizaje,
conductual y retraso escolar. Onrubia, X. : L’atenció a la diversitat en els centres de secundària: el cas
de les unitats d’adaptació curricular. En : Seminaris de Formació per a l’organització i el funcionament
de les unitats d’adaptació curricular (UAC). Octubre, 1999.
168
Somos conscientes de la antigüedad de dicho documento, y de algunos de los recursos mencionados
son posteriores a él. Sin embargo, lo utilizamos porque en los documentos y disposiciones de la
Generalitat que hemos estudiado, sigue remitiendo a él, como referencia teórica de los programas y
recursos desarrollados, así como guía orientativa para la elaboración del Plan de Acogida. Ver nota 35.
245
Fomentar el aprendizaje de lenguas extranjeras como un medio para desarrollar la
comunicación y el entendimiento en un mundo multicultural.
La opción por la interculturalidad está justificada, según este documento, por el hecho
de asumir como propias de la educación tres dimensiones de la formación basadas en
argumentos morales, epistemológicos y psicopedagógicos.
246
6.3 CONCLUSIONES. LA INTERCULTURALIDAD COMO ARTICULACIÓN DE LA
DIFERENCIA.
247
La posibilidad de construir la interculturalidad educativa, requiere de un análisis crítico
de los programas interculturales actuales, y de un estudio exhaustivo de las premisas
pedagógicas de partida en que se sustentan. Aún hoy, y con esa idea hemos realizado la
primera parte de este trabajo, existe un vacío respecto de las bases teóricas que deben
orientar los fines y objetivos de la interculturalidad. Pensamos que, tanto en el marco
europeo, como en el ámbito específico de Cataluña, la interculturalidad, se estructura a
partir de unas categorías, como la diversidad, la diferencia y la identidad cultural,
insuficientemente analizadas. En las páginas anteriores hemos visto cómo todos los
países europeos, a lo largo de los últimos años, han puesto en marcha medidas
educativas para apoyar la escolarización y la integración social de los alumnos
extranjeros.
248
TERCERA PARTE
249
250
7- ANÁLISIS DEL LENGUAJE DE LA DIVERSIDAD EN LOS PROGRAMAS
EDUCATIVOS
En este capítulo elaboramos un estudio del lenguaje con el que se aborda la diversidad
en el discurso intercultural a partir del análisis de materiales y programas educativos
pensados para educar en la interculturalidad y la atención a las diferencias culturales. El
campo de análisis e investigación sobre EI es muy amplio y abarca una gran variedad de
temas 169. En este trabajo nos hemos centrado en el análisis del discurso y de las ideas
sobre la alteridad que subyacen en los materiales y programas que pretender dar cuenta
de la diversidad cultural y de su importancia en la sociedad actual.
En la primera parte del capítulo reflexionamos en torno a la importancia del análisis del
lenguaje y de los modos de conceptualizar la diversidad cultural en los materiales y
programas interculturales. Para ello nos centramos en propuestas desarrolladas por Van
Dijk (1997) en el análisis crítico del discurso170, que han sido aplicadas al estudio de
los medios de comunicación, y a la forma cómo modelan un cierto conocimiento social
sobre la diversidad y la alteridad. El ACD nos parece una herramienta adecuada para
abordar el lenguaje de los materiales y programas que aquí estudiamos.
169
En el capítulo 8 dedicamos un apartado a anotar las posibles líneas de investigación pedagógica desde
una perspectiva intercultural.
170
En adelante ACD.
251
Pensamos que una de las áreas de investigación más importantes que una pedagogía
intercultural debe desarrollar, es la de analizar y dar cuenta del modo en que, desde el
propio discurso educativo sobre las diferencias culturales, se promueve y moldea una
imagen particular de la identidad y la alteridad. Por ello, en la segunda parte del
capítulo, realizamos un análisis de conceptos, temas y actividades propuestas de
materiales y programas sobre, o para, la diversidad cultural. Este análisis abarca tanto
materiales generales elaborados para explicar y mostrar la diversidad, como materiales
específicos para atender las diferencias culturales en los espacios de educación.
252
7.1 ALGUNAS REFLEXIONES PREVIAS SOBRE EL DISCURSO INTERCULTURAL Y EL
LENGUAJE DE LA DIVERSIDAD
En este sentido, creemos que toda reflexión sobre la intercultura ha de contemplar los
modos en que nombramos y caracterizamos la otredad. Sin duda, eso significa
reflexionar acerca del lugar desde el que nos constituimos en narradores de las
diferencias y en <voz> de las llamadas minorías culturales o de los inmigrantes, y en
qué manera vehiculamos desde esos relatos el propio sentido de la identidad.
A lo largo de este trabajo, intentamos clarificar los conceptos y nociones a partir de las
que se articula la interculturalidad en la actualidad como discurso educativo y
“problema” teórico de la pedagogía. Nuestra aproximación al objeto de estudio ha
constituido una forma de interrogarnos acerca de lo que construimos pedagógicamente a
partir de la idea de interculturalidad, para revelar, o para desvelar, sus ambigüedades y
confusiones.
253
Por este motivo nos parece importante conocer el modo en que la cultura y la diversidad
son significadas en los contenidos de la educación y en los dicursos interculturales, ya
que constituyen hoy uno de los temas de discusión pedagógica más relevantes y de
mayor difusión social. Los materiales y programas educativos que tratan la diversidad
cultural en el mundo actual, pueden constituir una muestra de las ideas dominantes en el
discurso pedagógico sobre la alteridad y la diferencia.
Entendemos, tal y como hace Van Dijk, que el análisis crítico del discurso es una
herramienta para comprender en qué forma se construye y transmite un conocimiento
particular sobre las diferencias culturales. Las investigaciones de Van Dijk han girado
en torno a las cuestiones como el sexismo y el racismo en los discursos sociales a
través del estudio de medios de comunicación como la prensa escrita. El autor define
el ACD171 como un: [...] planteamiento especial dedicado a estudiar los textos y el
habla y que emerge de la crítica lingüística, la crítica semiótica y, en general, del modo
sociopolítico consciente y oposicionista en que se investigan el lenguaje, el discurso y
la comunicación (1997:15)
La importancia del ACD radica en el hecho de que en la actualidad, más que ninguna
otra época histórica, la información se ha convertido en uno de los más poderosos
instrumentos de control ideológica, así como de gestación de relatos generadores de
opinión y consenso públicos.
171
Los antecedentes de esta forma de análisis los ubica Van Dijk en el desarrollo y problemática de la
gramática del texto a partir de tres acontecimientos:
a- Cambios en la lingüística de Chomski. La pragmática y la sociolingüística aportan el principio básico
de que una gramática debe construirse sobre observaciones del verdadero uso de la lengua y estudiarse en
términos de actos de habla. (Van Dijk,1991:9)
b- Cambios en la filosofía y en la lógica, ante la creciente importancia de la semántica y nuevos modelos
para explicar el sentido y la referencia de las expresiones.
c- Intento de construcción de la llamada gramática del texto.
254
Francisco J. Ferrándiz (2000) relaciona también el surgimiento de los análisis del
discurso con el estudio de los medios de comunicación y su función propagandística a
principios del siglo pasado. Dichos estudios analizaban las formas de modelación de las
conductas individuales a través de la recepción de determinados tipos de información.
El autor señala que a partir de los años sesenta del siglo pasado, y desde las teorías de
malthussianas sobre las formas de reproducción de la ideología hegemónica, se abrieron
nuevas formas de análisis de las formas de producción social de conocimiento. Sin
embargo, indica que hasta fecha muy reciente, el ACD se interpretaron los mecanismos
de transmisión de la información de manera unidireccional, en los cuales el receptor era
totalmente manipulable y pasivo respecto de los contenidos ideológicos del mensaje.
En el mismo sentido, Eduardo Grüner (1998) apunta que el discurso debe analizarse
desde el concepto de complejidad. Es decir, las ideas que subyacen en el discurso sobre
la cultura o la diversidad, están articuladas desde procesos histórico-sociales, políticos y
económicos. Los dicursos que otorgan significado a la cultura, no constituyen entonces
entidades independientes de las relaciones y los procesos de comunicación social, sino
que están insertados en ellas y configuran una dimensión más de las mismas.
172
Ferrándiz hace referencia en este sentido a Stuart May (1980) y sus trabajos sobre la codificación y
descodificación de mensajes de forma no homogénea. También alude a Gramsci y a su concepto de
hegemonía como un proceso que es siempre incompleto, generando la idea de que no es posible concebir
en los medios de comunicación social una única ideología dominante.
255
En definitiva, queremos señalar que aunque el autor parte de la idea de multiplicidad
respecto de los discursos sociales, indica que se produce una “apariencia de uniformidad
ideológica del discurso” debida a la capacidad de algunos de ellos para constituirse
como modelos hegemónicos en su contexto173. En palabras del propio autor: [...] toda
sociedad es, en este sentido, heteroglósica (“multiacentuada”, por así decir), y sólo
porque los discursos existen bajo la hegemonía de la clase dominante es que aparece
como monoglósica; el lenguaje, como cualquier otro “contrato”, es el producto de una
cierta relación de fuerzas más que de un consenso (Gruner,1998:43)
173
Gruner alude al concepto de hegemonía ideológica y cultural de Gramsci para desarrollar esta idea.
174
Vand Dijk ha señalado hasta once características del ACD. Resumimos aquí su esquema, en aquellos
enunciados que nos han parecido más significativos.
175
En cursiva en el original.
256
Por tanto, los estudios del discurso se han orientado básicamente a interpretar en que
forma: [...] se expresan tales formas de desigualdad, cómo se interpretan, legitiman y,
finalmente, se reproducen en texto y habla (Van Dijk, 1997:18) El ACD, se estrctura en
dos direcciones: hacia el interior del propio discurso analizando sus contenidos y
significados, y hacia el exterior, interpretando sus relaciones con otros dicursos
dominantes y sus usos cotidianos en los contextos sociales. Es decir, el discurso es
analizado en tanto que productor de significados cuyo efecto es la legitimación de la
ideología dominante y de sus prácticas.
De esta manera, para Van Dijk, el ACD constituye una búsqueda de (1991:169-170):
La configuración de estas características, tiene que ver, en el ACD, no tanto con las
particularidades significativas de los grupos, como con la legitimación ideológica de
una serie de actitudes y prácticas sociales: [...] las ideologías controlan las estrategias
fundamentales para la defensa, legitimación y promulgación de las actitudes sociales
en el habla, el texto y las acciones. Proporcionan los marcos generales para la
interpretación de los acontecimientos sociales y políticos que cotidianamente vive la
gente, y en esta forma definen el consenso en el que se basan la comunicación y la
interacción de los miembros del grupo [...] (1997:184)
257
El discurso por tanto tiene que ver con la cuestión del poder. Su análisis se dirige, no
sólo a qué se dice, sino sobre quién se habla, para quién y quién es el emisor del
mensaje. La importancia de estas cuestiones radica en que sólo algunos grupos y
colectivos tienen la capacidad de acceder al discurso y la posibilidad de modificarlo. Por
ello, el ACD, busca no sólo determinar los contenidos del mensaje y su representación
ideológica, sino también en qué forma justifica las desigualdades sociales y las formas
de exclusión social establecidas. A modo de ejemplo reseñamos cómo el discurso
periodístico puede producir en la actualidad un consenso social acerca de la
inmigración:
Por tanto, analizar críticamente el discurso, significa preguntarnos por las estrategias de
construcción de consenso ideológico y por los mecanismos de producción conocimiento
sobre el <otro> a través del estudio de los elementos siguientes:
258
2- En la producción del discurso algunas temas no aparecen o sólo de forma
tangencial, no siendo relevantes en el conjunto de la información transmitida y
silenciando las cuestiones más problemáticas de los mismos.
176
Resultan interesantes en este sentido los estudios realizados por Enrique Santamaría acerca de la
construcción pedagógica de la alteridad, así como de su análisis sobre los medios de comunicación, y la
referencia al <extranjero> en la actualidad en lo que ha denominado como la producción del <anti-sujeto
europeo. Ver bibliografía.
259
Para Imbert, el análisis del discurso debe servir para examinar cómo funcionan esas
categorías de la alteridad, cómo se construyen y cuáles son los grupos que, en cada
momento histórico, no disponen de “voz”. Es decir, de la misma manera que apuntaba
Van Dijk, no pueden acceder al discurso ni modificar sus contenidos. De ahí que para el
autor sea capital el estudio de los <efectos de sentido> sobre dichos colectivos a largo
plazo.
260
• Procesos de agrupación de características semejantes y de separación de lo que
resulta extraño o desconocido. Mediante dicho proceso se buscan y establecen
criterios de referencia y ejemplo de ello serían las clasificaciones de los seres
humanos a partir del continente de origen: americanos, europeos, asiáticos, etc.
En segundo ámbito de estudio lo constituiría la forma en que los relatos históricos han
configurado a lo largo del tiempo un conocimiento específico sobre la diversidad. En
este sentido, los autores hacen referencia a cómo las sociedades occidentales han
construido a una suerte de simplificación de la diversidad, cuyo efecto ha sido la
creación de una distancia entre el <nosotros> y los <otros>: La historia que
normalmente nos ha llegado de forma escrita contribuye al propósito de establecer
distancias a partir de las diferencias (op.cit:17)
Para los autores antes citados este alejamiento se ha gestado a partir de la interpretación
de conceptos como:
• Progreso, civilización, desarrollo y educación. La jerarquización de las de
sociedades en función de su cercanía al modelo de sociedad occidental explicado
desde esos conceptos sería un ejemplo de ello.
• El concepto de raza, el determinismo racial y las teorías de tipo evolucionista.
261
En tercer término, uno de los ámbitos más importantes de estudio sería el de la biología
como campo de la fundamentación natural de las diferencias. Además de la biología y
al mantenimiento de prejuicios comunes que persisten en el discurso, los autores
advierten del abuso en la actualidad en las ciencias sociales de las aportaciones de
disciplinas como la sociobiología. En el lenguaje cotidiano, pero también en muchos
textos escolares y en los medios de comunicación siguen estableciéndose agrupaciones
de los individuos en función de supuestas categorías raciales, en las que:
Los autores indican que las educación podrían configurar un quinto ámbito en la
construcción social de las diferencias. Sin embargo, entienden que la educación
constituye un ámbito subordinado cuya función es la de reproducir, y a veces
distorsionar (García Castaño; Granados Martínez; 1999:17), el conocimiento producido
en los cuatro ámbitos anteriores. Como veremos en el siguiente apartado, en nuestro
trabajo nos hemos centrado en este quinto ámbito, que los autores no tratan, al entender
que la educación en tanto que transmisora de la cultura, constituye uno de los lugares
privilegiados de producción de significados sobre la identidad y la alteridad en la
actualidad.
262
7.1.2 Interculturalidad educativa y comunicación. El análisis del discurso en
educación.
El ACD puede constituir una herramienta importante para la educación, en tanto que
reflexión acerca de los mecanismos a través de los cuales acoge y transmite un saber
acerca del <otro>. El análisis crítico del discurso multicultural puede mostrarnos de qué
forma, la EI reproduce los modos de clasificación de las diferencias y sus efectos, o si
por el contrario, constituye una práctica que los supera.
La educación, aún admitiendo que más que un <lugar> de producción del discurso
dominante, constituye el espacio de reproducción del conocimiento que dicho discurso
elabora, nos parece muy interesante como lugar de análisis de los enunciados de la
alteridad en la actualidad. Los espacios educativos, precisamente por su función
reproductora aglutinan el conjunto de las complejas narraciones sobre la alteridad de
manera sistemática y estructurada, y por ello, representan, junto con los medios de
comunicación, formas masivas de producción ideológica y de significados culturales.
Consideramos que el ámbito de la pedagogía puede definirse en tanto que productor de
lo que Van Dijk ha denominado <discurso público> de las sociedades de hoy: en
nuestra sociedad actual el discurso público es con toda probabilidad el discurso más
influyente, en especial cuando se refiere a temas tales como <los asuntos étnicos>,
puesto que un sector mayoritario de la población se informa principalmente a partir de
los medios de comunicación. (op.cit. 1997:11)
263
La educación estructura la cultura y sus contenidos de una forma particular, y en ella,
dota de significado a las formas de pertenencia e identidad en las sociedades actuales.
La visión del mundo que articula y los mensajes acerca de quiénes son los <otros> que
transmite configuran para nosotros una manera concreta de responder a la pregunta
acerca de la propia identidad. Desde esta premisa, entendemos que los programas
educativos que analizamos en este apartado son una representación de lo que, desde la
pedagogía, estamos construyendo como cultura, y como diversidad cultural. No se trata
únicamente de realizar un análisis de los “restos” racistas en los manuales educativos y
en los programas interculturales, sino de intentar comprender lo que dichos materiales
construyen en torno a la cultura, la diversidad y la identidad; es decir las formas en que
convertimos en un contenido educativo actuales quienes somos y quienes son los
<otros>.
264
Análisis semántico ESTUDIO INTERDISCIPLINARIO DEL DISCURSO
1- Coherencia local del texto Vínculos de tiempo, condición, causa y consecuencia entre los
temas
2- Coherencia subjetiva e
ideológica. Utilización de <enlaces omitidos> dando información por
conocida.
3- Coherencia global
Macro proposiciones semánticas (temáticas) que reducen la
información compleja.
4- Coherencia ideológica
Temas inferidos: suposiciones, preposiciones y asociaciones de
ideas. Uso de irrelevancias, de comentarios irrelevantes sobre
5- <Estructura de relevancia los protagonistas.
del texto>
Organización de los temas y estructura jerárquica
Qué se destaca, que se ubica en primer lugar, quien habla, etc.
6- Estilo y retórica
Elecciones estilísticas. Posicionamientos ideológicos. Omisión
de las acciones negativas y de quien ejecuta acciones
problemáticas.
7- Cognición social y contexto
sociocultural Atribución de significado por parte del lector. Representación
del texto. Modelos y conocimiento convencional: seguimiento de
<guiones sociales>.
Van Dijk: (1991); (1997: 32-38)
Algunas de las reflexiones que Van Dijk ha apuntado acerca de la diversidad como
<tema> de interés social en la actualidad, y en el que confluyen diferentes tipos de
discursos, podrían resumirse en los siguientes puntos:
265
• En la actualidad se promueve un tipo de discurso público cuya característica
principal es la regulación del conocimiento acerca de las identidades y las
diferencias culturales.
• Dicho conocimiento se modela de forma sesgada desde estereotipos dominantes.
• La exageración de algunos temas y la omisión de otros contribuye a la
formación de mitos o ficciones acerca de la identidad propia y de los otros.
• La función de los discursos sociales es la de crear <estructuras interpretativas> y
consenso acerca de temas de interés.
Estas categorías son las que hemos tomado como referencia en el análisis del lenguaje
de los materiales y programas estudiados y determinan para nosotros en qué medida los
discursos estudiados tienen la capacidad de influir en las opiniones que prevalecen sobre
los “inmigrantes” o sobre ciertos grupos minoritarios. En este sentido, los discursos
sociales reproducirían de forma sistemática los estereotipos culturales, contribuyendo de
esta manera a la gestación de prejuicios y de imágenes, que áun desde una valoración
positiva de la diversidad, contribuirían a la formación de una percepción negativa de
ciertos colectivos sociales.
266
En defintiva, el ACD se constituye en nuestro trabajo como un método de análisis para
estudiar si los materiales educativos interculturales reproducen los estereotipos sobre la
identidad y la alteridad que dicen superar. Y en la posibilidad de establecer desde dicho
análisis, los principios de una pedagogía intercultural que puedan dar cabida a la
pluralidad sin encerrarla en concepciones cerradas y esencialistas de la cultura177.
177
Hemos elaborado este capítulo a partir de las conclusiones de los trabajos reseñados a continuación:
Martín Rojo, L. et.al.(1994): Hablar y dejar hablar. Sobre Racismo y Xenofobia. Universidad Autónoma
de Madrid, Madrid. Van Dijk, T.A (1991): Estructuras y funciones del discurso. Una introducción
interdisciplinaria a la lingüística del texto y a los estudios del discurso. Siglo XXI, México DF. Van
Dijk, T.A.(1997): Racismo y análisis crítico de los medios. Paidós, Barcelona. Santamaría, E. (1994): El
cerco de papel...o los avatares de la construcción periodística del {anti}sujeto europeo. En: VV.AA:
Extranjeros en el paraíso. Editorial Virus, Barcelona. Larrosa, J. (1998): ¿Para qué nos sirven los
extranjeros? En: Santamaría, E.; González Placer, F. (coords): Contra el fundamentalismo escolar.
Reflexiones sobre educación, escolarización y diversidad cultural. Editorial Virus. Barcelona. Juliano, D.
(1994): La construcción de la diferencia, los latinoamericanos. En: Papers, n. 43. Juliano, D. (1994):
Migración extracomunitaria y sistema educativo. El caso de los latinoamericanos. En: VV.AA:
Extranjeros en el paraíso. Editorial Virus, Barcelona García Castaño F.J; Granados Martínez, A. (eds)
(1999): Lecturas para la educación intercultural. Editorial Trotta, Madrid. Ferrándiz , F.J. (2000): Entre
lo global y lo local. Notas Históricas y algunos retos de los estudios sobre los medios de comunicación de
masas. En: Letras de Deusto, Vol.30, n.87, Abril-Junio 2000. Flores Martos, J.A. (1996): Las imágenes
de los gitanos en la prensa. En: García Alonso, Martínez Pérez, Pitarch Ramón, Ranera Sánchez y Flores
Martos (eds.): Antropología de los sentidos. Editorial Celeste, Madrid. Flores Martos, J.A (1995):
“Nuevos exóticos” en la prensa española: reelaboración de la diferencia cultural en la “Aldea Global”.
En: Anales de Antropología. Instituto de Investigaciones Antropológicas. Vol.XXXII. Universidad
Autónoma de México. Santamaría, E. (2002): La incógnita del extraño. Una aproximación a la
significación sociológica de la <inmigración no comunitaria>, Anthropos, Barcelona. Larrosa, J.; Skliar,
C. (eds) (2001): Habitantes de babel. Políticas y poéticas de la diferencia. Editorial Laertes, Barcelona.
267
268
7.2 ANÁLISIS DEL DISCURSO INTERCULTURAL.
Somos conscientes de la imposibilidad de dar cuenta de todas y cada una de las formas
de abordar la interculturalidad desde la educación. Sin embargo, hemos querido
centrarnos en el estudio del lenguaje, porque consideramos que la posibilidad de
establecer los principios de una pedagogía intercultural pasa por una revisión profunda
de los discursos que la intercultura desarrolla sobre la alteridad. La cuestión primordial
sobre la que nos interrogamos en las siguientes páginas es en qué modo, los materiales y
programas interculturales “hablan” sobre la diversidad y la alteridad.
269
Pensamos que es previa a la estructuración de una pedagogía intercultural, a su
implantación y desarrollo, el análisis de las categorías discursivas de partida y de los
discursos acerca del <otro> que manejamos en el mundo actual, para con posterioridad
poder establecer nuevos criterios y principios para el desarrollo de un modelo de
pedagogía intercultural.
Sin embargo, y dado que nos centramos en un análisis global del lenguaje utilizado por
ambos grupos, los hemos aglutinado de forma genérica bajo la denominación de
programas para agilizar la redacción del estudio. Somos conscientes de la
heterogeneidad de los textos estudiados y de la complejidad añadida al estudio en su
clasificación. No obstante, y como detallaremos más adelante, nuestra selección ha
pretendido dar cuenta de forma general de una de las observaciones que realizábamos
en el capítulo cinco acerca de dos líneas de desarrollo de la interculturalidad y que
recordamos brevemente:
270
En primer lugar, la interculturalidad educativa se ha considerado como una acción
pedagógica destinada a todos los estudiantes y alumnos con el objetivo de favorecer
la comprensión de la diversidad cultural y el reconocimiento de las diferencias.
Dichos programas estarían orientados al desarrollo de la comunicación y el
intercambio para prevenir las conductas estereotipadas y racistas. Así mismo, a
partir de ellos se intentaría dotar a los alumnos de las competencias transculturales
necesarias para convivir en sociedades cada vez más complejas y heterogéneas.
Otra de las cuestiones que queremos matizar es que en ningún caso hemos pretendido
dar cuenta de todos los programas interculturales editados por las distintas empresas de
edición existentes en la actualidad. La profusión de ellos es tal, que dicha tarea excede
las pretensiones de este trabajo, aunque consideramos que es una labor por realizar muy
interesante. Del mismo modo, y especialmente respecto de los programas de atención
a la diversidad, queremos dejar constancia que muchos de ellos pertenenen a ámbitos
de producción restringidos, es decir orientados a la entidad en que se desarrollan y que
en muchos casos no tienen una difusión genralizada.
271
Sin embargo, nos ha parecido interesante recoger este tipo de materiales en la
investigación porque para nosotros constituyen una muestra de la distancia que existe
entre los principios del la educación intercultural y las prácticas concretas que bajo la
“etiqueta” de interculturalidad se de desarrollan en los centrso educativos. Desde esta
premisa, hemos estructurado la investigación en dos partes diferenciadas:
272
7.2.1.3 Metodología utilizada en el desarrollo de la investigación
273
2-Lectura y clasificación de la información obtenida. Dada la complejidad de esta fase
hemos procedido a la categorización de la información a partir de los siguientes pasos
en cada uno de los programas:
a- Sustantivos y adjetivos significativos sobre la diversidad que aparecen en los
programas para cada uno de los ítems reseñados: inmigrante, migración,
identidad cultural/étnica o racial.
b- Referencias y comparaciones respecto de las nociones de sociedad de
emigración y sociedad de inmigración, y de todos aquellos conceptos que
aparecen asociados a ellos.
c- Clasificaciones raciales, étnicas y culturales establecidas por los programas.
d- Descripción de la pluralidad cultural de la sociedad y de las referencias a la
interculturalidad.
3-Análisis del lenguaje empleado sobre la diversidad que podemos extraer de los
programas estudiados a partir de los criterios establecidos por el ACD.
Para la realización del análisis del lenguaje hemos procedido para cada uno de los temas
seleccionados anteriormente a la elaboración de una tabla que recoge los conceptos más
significativos respecto de las clasificaciones de la alteridad. Para facilitar el estudio del
modo en que el discurso articula la diversidad, hemos realizado también tablas
comparativas entre las clasificaciones culturales encontradas.
274
5- Elaboración de las conclusiones de la investigación
Para determinar el lenguaje y discurso sobre la diversidad de los programas analizados
que nos planteabamos en los objetivos de la investigación hemos procedido a cotejar las
clasificaciones y descripciones sobre la diversidad descritas con los criterios del ACD
que señalabamos al inicio de este capítulo:
a- Coherencia local
b- Coherencia subjetiva e ideológica
c- Coherencia global
d- Estrctura de relevancia
e- Estilo y retórica.
f- Cognición social y contexto sociocultural
275
TEMAS Conceptualización de: Análisis de:
SUBTEMAS • Interculturalidad • Temas más frecuentes
• Sociedad multicultural e • Temas omitidos
identidad • Conceptos utilizados
• Racismo
• Migraciones
• Derechos
ADJETIVACIÓN • Inmigrantes • Referencias a otras sociedades y
• Migraciones países
• Identidad cultural, étnica o • Referencias a la sociedad europea
racial • Descripción de los países de
• Nacionalidad emigración/ “países de origen”
• Descripción de los países de
inmigración/ ”países de destino”
• Referencias a las características
socioculturales
• Descripción de la diversidad
• Referencias al desarrollo y al
bienestar
• Problemáticas y conflictividad
relacionadas con la diversidad
276
7.2.1.4 Selección de programas, clasificación y categorización.
Hemos seleccionado aquellos programas que desarrollan alguno de los siguientes temas:
culturas, diversidad y migraciones y problemáticas de la convivencia en el mundo
actual. Este grupo está constituido por siete textos de entre las diecinueve editoriales
que editan créditos correspondientes a estos dos temas y que están reconocidas por la
178
No hemos establecido como criterio de selección el idioma (catalán o castellano) en que están
redactados los programas. Sin emabrgo, y como consecuencia del ámbito de aplicación de los mismos, la
mayor parte de ellos están redactados en lengua catalana.
277
Generalitat de Catalunya. El número de textos seleccionados corresponde al 36,8% del
total de programas incluidos en las categorías anteriores, tal y como muestra la siguiente
tabla.
278
muchas las entidades y organizaciones, públicas y privadas, que elaboran o
editan programas de este tipo y en muchos casos estos materiales no están
editados. Debemos tener en cuenta que además de las instituciones públicas y
entidades reconocidas, muchas asociaciones pequeñas elaboran programas
interculturales. Sin embargo, esta realidad nos parece importante por cuanto
puede demostrarnos hasta qué punto la EI ha tenido una aplicación práctica
alejada por lo general de sus principios y sistematización teórica181. En segundo
lugar, queremos constatar la dificultad para definir los criterios para que nuestra
selección fuera representativa de la heterogeneidad descrita.
Criterios generales
• Programas pertenecientes a organismos o instituciones públicas
• Programas desarrollados por entidades, asociaciones o Ongs de amplia
difusión
• Realizar la selección desde los programas que se encuentran en Centros de
recursos de profesores 182.
181
La red constituye uno de los lugares de difusión de este tipo de programas. Lás páginas web a las que
es posible acceder desde esta categoría son incontables.
182
Hemos entendido en este sentido el CRP como una figura mediadora en la selección de los programas,
partiendo de la premisa de que ellos sí constituyen una muestra representativa de programas de este tipo,
ya que a ellos suelen llegar materiales desde la mayoría de instituciones que habíamos establecido en los
criterios. Otra de las razones de esta elección fue la de que los programas de los CPR cumplían con el
criterio establecido de difusión e implantación de esos programas en contextos educativos concretos.
279
Tipo de Institución Número de programas183
• Instituciones públicas: 8
• Entidades, Ongs: 6
Nuestro interés principal ha sido el de configurar una muestra de programas que diera
cuenta de las dos orientaciones descritas al principio de este punto (programas
destinados a explicar la diversidad y programas de atención a las diferencias culturales),
porque pensábamos que ambas eran importantes en el análisis crítico del discurso.
Creemos que más allá, o antes, de los dispositivos o acciones concretas desarrolladas
para articular una pedagogía intercultural, es necesario interrogarnos acerca del sustrato
ideológico sobre la alteridad y la identidad existente en nuestra sociedad. Es decir,
nuestro estudio se dirige hacia el lenguaje y en ese sentido, tomamos los programas
analizados como representación del discurso hegemónico actual sobre la diversidad
cultural.184 En los dos cuadros siguintes reflejamos las características generales y los
objetivos de los programas estudiados:
183
Instituciones representadas en este grupo: Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales, Generalitat de
Catalunya, CPR e IES correspondientes a las comarcas de Baix LLobregat- Anoia y Bages- Vallès
Oriental. CITMI-CITE, Grupo Gredi, ACNUR, Intermón, Fundació per la Pau, Sodepau, Solidaritat amb
Argentina, Federació d’ Associacions Gitanes de Catalunya, Centre d’harmonització i Dinamització
Intercultural de Catalunya, Associació de Ensenyants amb gitanos de Catalunya, associació d’amistat
catalano-algeriana. (Fuente: CPR Baix Llobregat, guía de recursos de interculturalidad.)
184
Queremos acalarar que nos hemos ceñidoal discurso y a la imagen sobre la alteridad como muestra de
un imaginario cultural sobre la identidad y la diferencia en nuestra sociedad. No hemos analizado por
tanto, el nivel y ámbito de aplicación de dichos programas, ni su implantación en contextos educativos
concretos.
280
Tabla I. Introducción explicativa de la descripción y los objetivos de los programas
analizados.
PE007-ATD Materiales y actividades para trabajar • Valorar la lectura como fuente de disfrute,
con niños y jóvenes, desde el información y aprendizaje.
currículo transversal. • Representar elementos de la realidad o elementos
imaginarios con ayuda de los conocimientos
Temas: diversidad, migraciones y plásticos adquiridos.
refugiados. • Tomar conciencia de que los conflictos armados
son una realidad cercana.
• Conocer las vivencias de los refugiados.
281
CÓDIGO DESCRIPCIÓN OBJETIVOS
PE009-ME Programa de actividades para • Describir las diferencias físicas entre las personas
conocer la diversidad humana, los explicando el origen común de la especie humana.
desequilibrios económicos, las • Definir el concepto de cultura y enumerar los
migraciones. Se centra en las diferentes elementos que la configuran.
características del Magreb y las • Conocer las lenguas más habladas en el mundo y
diferencias raciales de Sudáfrica las religiones más practicadas.
como ejemplos. • Localizar en el mapa del mundo la distribución de
la población según el color de la piel, las lenguas
más habladas y las religiones mayoritarias.
• Definir el concepto de migración y describir sus
causas principales.
• Explicar las características principales de las
migraciones actuales y sus consecuencias en los
lugares de acogida.
• Analizar la vida de un inmigrante en nuestro país.
PE014-ATD Programa de actividades sobre • Reflexionar sobre los conceptos y valores que
diversidad cultural, identidad y dirigen nuestras actitudes y conductas.
diferencia, y actitudes racistas. • Dar a conocer instrumentos de intervención frente
a la discriminación cultural.
282
CÓDIGO DESCRIPCIÓN OBJETIVOS
PE017- ME Crédito de ética. Trata los siguientes • Revisar el propio sistema de valores.
temas: el ser humano como ser • Reflexionar sobre las relaciones con los demás.
social, valores y convivencia, justicia • Detenernos a conocernos a nosotros mismos en
y paz, derechos humanos y relación con los otros.
prejuicios. • Comprender diferentes formas y niveles de
convivencia.
• Reflexionar sobre nuestra manera de ser y
encontrar los signos propios de identidad
individual y colectiva.
• Dialogar sobre principios morales y adecuarlos a
valores aceptados universalmente.
• Interiorizar principios éticos de convivencia.
• Ponerse en el lugar de los otros como forma de
comprender las situaciones.
• Reflexionar sobre los estereotipos y prejuicios.
PE021-ATD Guía para los centros educativos que • Colaborar con los profesores en la acogida de
tengan inscritos alumnos alumnos.
“inmigrantes”. Establece criterios • Facilitar criterios sobre la escolarización y las
para favorecer su integración. relaciones con los padres.
283
CÓDIGO DESCRIPCIÓN OBJETIVOS
PE022-ATD Programa destinado a facilitar la • Dotar a los alumnos de herramientas cognoscitivas
incorporación de los alumnos elementales para poder seguir con
marroquíes de un municipio. U.A.C aprovechamiento la ESO.
de diversidad. • Conseguir rudimentos idiomáticos que permitan al
alumno recién llegado insertarse comunicacional y
relacionalmente en el entorno del instituto.
• Dotar al alumno de suficiencia en su relación con
el entorno: idiomática, institucional y geográfica.
• Capacitar al alumno para el seguimiento de cursos
de Formación Ocupacional o continuar el currículo
en su centro.
284
7.2.2 Análisis del lenguaje y del discurso de los programas estudiados
Para cada uno de los programas estudiados se han establecido los siguientes subtemas:
- Interculturalidad
- Sociedad multicultural e identidad.
- Derechos y legislación.
- Migraciones
- Racismo
185
Hemos identificado el registro en los ejemplos sólo con el número del código para facilitar su
identificación y al mismo tiempo no sobrecargar el texto.
285
• La mayoría de los temas se presentan relacionados entre sí como causa-efecto:
por ejemplo, la idea de que a causa de la inmigración, las sociedades actuales
son hoy multiculturales. La descripción de las sociedades occidentales y de su
diversidad se realiza en la mayor parte de los programas a partir de la llegada
reciente de inmigrantes, es decir se establece un antes y un después de la
inmigración. Encontramos una definción de inmigrante como:
286
• Aunque todos los programas remarcan que la diferencia es positiva y la
presentan como un enriquecimiento para la sociedad, la inmigración y la
diversidad cultural son explicadas constantemente a partir de temas conflictivos.
El racismo se presenta bien como una conducta reactiva, individual o de grupo,
ante “unas diferencias” que no pueden ser asimiladas o bien como una suerte de
reacción frente a la inmigración.
Seguro que alguna vez habéis oído hablar de los pigmeos, de los indígenas de
la selva del amazonas, de pueblos que viven en el desierto...habéis oído hablar
de pueblos en los que un hombre tiene varias mujeres, de pueblos que creen en
más de un dios [...] (PE015)
186
Exceptuando los registros PE008, PE011, PE017
287
Tabla II. Tabla187 de los subtemas hallados respecto de la interculturalidad educativa
TABLA II
A- TEMA: INTERCULTURALIDAD Y EDUCACIÓN
Diversidad cultural 14
Programas de atención a la diversidad 2
Educación compensatoria 3
Sin especificar 2
187
las tablas que presentamos no pretenden tener un valor estadístico. Las hemos realizado para facilitar y
apoyar las descripciones de los textos que realziamos.
288
Tabla III. Tabla de los subtemas hallados respecto de la sociedad multicultural e identidad.
289
Esta idea de la existencia de sociedades homogéneas, culturalmente uniformes se repite
en todas las narraciones. La diferencia queda establecida en tanto que extrañeza y
distancia. Al mismo tiempo, la pluralidad en tanto que norma, la diversidad como una
característica intrínseca de todos los pueblos, apenas aparece, sino que diversidad es lo
que “emerge” cuando comparamos dos o más <culturas> entre sí. A medida que los
programas van estableciendo los contenidos sobre la convivencia, la tolerancia o la
solidaridad, se percibe mejor esta <separación> cultural de la sociedad.
TABLA III
B- TEMA SOCIEDAD MULTICULTURAL E IDENTIDAD
Pluralidad cultural 10
Diferencia cultural 6
Cultura e identidad 2
Lengua e identidad 1
Costumbres y tradiciones 1
Sin especificar 1
Tabla IV. Tabla de los subtemas hallados referidos atema de Derechos sobre migración.
A pesar de que las referencias a las migraciones son constantes en todos los programas,
muy pocos abordan de forma profunda esta cuestión188. Los pocos que sí lo hacen se
refieren básicamente a la idea de las diferencias culturales y las situaciones de
ilegalidad, marginación y delincuencia. La apelación a los Derechos Humanos como un
bien de toda la humanidad que es independiente de las diferencias culturales y que está
por encima de ellas, es una constante al abordar estas cuestiones en la mayoría de
programas. La idea de tolerancia se presenta en la mayor parte de ellos como una de las
formas de hacer efectivos los Derechos Humanos y acabar con las situaciones de
discriminación cultural.
188
Exceptuando el programa PE011 que si aborda el tema de forma global y desde una perspectiva
mundial.
290
Respecto de las cuestiones de legislación, ningún programa explica las políticas de
inmigración ni las leyes de extranjería con detalle. Un número elevado (6) si hablan de
los “inmigrantes ilegales” como un problema de las sociedades actuales, pero sin definir
demasiado en qué consiste y cuáles son sus consecuencias. La “ilegalidad” aparece
frecuentemente relacionada con temas de delincuencia y marginación, como en el
siguiente registro:
La imagen no puede ser más desoladora. Esta cita es significativa porque recoge la
imagen general de la inmigración en la mayor parte de los textos. De un lado, las
sociedades occidentales no aparecen como responsables de la llegada de inmigrantes, y
las políticas de inmigración <restrictivas> son justificadas a partir del aumento del paro.
Esta imagen utilitarista de la inmigración como simple fuerza de trabajo se repite
constantemente en todos los programas.
291
De otro lado, la inmigración es localizada geográficamente (africana, latinoamericana y
asiática) construyendo desde ahí su lejanía cultural y una imagen negativa de su
condición. Es decir, los problemas de convivencia se explican desde las supuestas
características culturales de los <inmigrantes> y no tanto desde las condiciones
materiales y sociales a las que, muchos de estos colectivos, se ven sometidas.
Sin embargo, lo más grave del texto anterior es la justificación velada del racismo como
respuesta a la diferencia cultural y la relación causa-efecto entre la marginación y la
delincuencia. Este tipo de razonamiento está bastante generalizado en todos los registros
estudiados. El análisis socioeconómico está ausente en todos los casos, excepto en uno,
que define las leyes de inmigración vigentes como injustas.
TABLA IV
C- TEMA: DERECHOS Y LEGISLACIÓN
Derechos humanos 5
Reagrupación familiar 2
Ciudadanía 1
Ley de extranjería e ilegalidad 6
Sin especificar 7
292
Los programas que si profundizan más en las migraciones actuales, lo hacen con
relación a tres cuestiones: la convivencia entre culturas diferentes, la integración en
<nuestra> sociedad y el problema de la ilegalidad. En los tres temas, se refleja de forma
general las situaciones de choque cultural, de rechazo y de valoración positiva de las
diferencias para aprender a convivir. Exceptuando un caso (PE011), que realiza un
análisis global y socioeconómico de las migraciones en el mundo actual, el resto
enfatiza, de forma general, el aumento progresivo de la inmigración y los cambios
sociales que ella implica, destacando en algunos casos la idea del elevado número de
inmigrantes que viven en las sociedades europeas.
TABLA V
D- TEMA: MIGRACIONES
Integración 3
Refugiados 1
Tolerancia 1
Convivencia 5
Indocumentados 3
Centros de internamiento 1
Sin especificar 7
Tabla VI. Tabla de los subtemas hallados referidos al tema del racismo
293
El racismo como en tanto que ideología negativa y como conducta que es necesario
prevenir, está presente en todos los programas. Sin embargo, aparece como una cuestión
moral, referida a la ética y a las conductas, y separada de los análisis de los problemas
económicos y las situaciones de exclusión social de la inmigración. Como veremos en
el siguiente apartado, la mayor parte de los programas introducen la noción de
diversidad a partir de varios niveles progresivos: de las diferencias físicas, a las
culturales y por último a las políticas. En el primer nivel, una gran parte de los
programas recurren a la noción de raza para explicar las diferencias físicas. Por ello,
podemos encontrar algunas explicaciones curiosas sobre el racismo apoyadas en la
existencia de razas distintas:
[...] el racismo consiste en creer que nuestra raza, en este caso la blanca, es superior a
todas las otras. (PE017)
TABLA VI
E- TEMA: RACISMO
Ideología 3
Prejuicio y discriminación 7
Prevención del rechazo y la violencia 3
Marginación y exclusión social 3
Sin especificar 5
189
En el apartado siguiente analizamos detalladamente estos contenidos en cada uno de los registros.
294
7.2.2.2 Referencias a otras sociedades y países. Comparación con las referencias
utilizadas para describir las sociedades europeas.
Temas analizados
Lenguaje empleado para describir la diversidad cultural, qué tipo de sustantivos y
adjetivos se han utilizado en la descripción de la diversidad y la alteridad.
Frases y expresiones comunes para diferenciar las sociedades europeas y
occidentales.
Expresiones referidas a los itinerarios migratorios: país de origen y país de destino.
En la mayoría de programas que hemos analizado, tal y como podemos observar en las
siguientes tablas y gráficos (VIIa, VIIb, VIIc y VIId) se establece una continua
dicotomía entre las sociedades de inmigración y las de emigración. El lenguaje utilizado
para describir ambos mundos contribuye a crear una imagen distorsionada y
estereotipada del mundo actual. Las narraciones suelen marcar una separación entre
sociedades que exportan inmigrantes y sociedades que los importan. Al presentar a
dichas sociedades desde lo conflictivo y lo problemático, la emigración se presenta
como un fenómeno negativo. Los textos suelen relatar en general un mundo dividido en
dos tipos de países con una serie de características asociadas y contrarias, promoviendo
una visión idílica y armónica de la propia sociedad.
Las sociedades occidentales son presentadas como el lugar <al que todos quieren ir>,
sociedades desarrolladas y con un alto nivel de vida. Son escasas las referencias a sus
conflictos y problemáticas y cuando éstas aparecen, en muchos textos, se presentan
como consecuencia de la llegada de inmigrantes. En su descripción se exaltan las
cualidades y las oportunidades que ofrecen (tales como la riqueza, la democracia y el
respeto a los derechos humanos), presentando la emigración como una cuestión
humanitaria.
295
Por el contrario, las sociedades que exportan mano de obra se explican como sociedades
simples y atrasadas, ancladas en la tradición y muy conflictivas. La emigración se narra
como consecuencia de sus propios problemas (subdesarrollo, guerras, pobreza y falta de
democracia) En general son descritas como sociedades sin historia, estáticas, desde una
óptica condescendiente hacia su situación actual, con la referencia, por ejemplo, al
recurso de que “antes nosotros también éramos así”.
Algunos de los aspectos más característicos respecto la configuración del mundo actual
son:
Áreas culturales: África negra, Europa, América Latina, Asia Meridional, Asia
Central, Próximo Oriente, Magreb, Extremo Oriente, América y Oceanía.
296
TABLA VIIa. Tabla de registros e indicadores recogidos sobre los países de emigración
190
Hemos utilizado la expresión “diferencias culturales” cada vez que el texto ha hecho referencia o ha
enfatizado como una de las características principales su <diferencia> cultural, social o religiosa respecto
de los países occidentales. También hemos recogido la expresión reiterada en los textos “su cultura no es
como la nuestra.”
191
Los registros “sin especificar” coinciden con aquellos dirigidos a la atención y acogida de alumnos
“inmigrantes”, por tanto no incluyen, por lo general, una descripción de los países de origen. Algunos de
ellos si incorporan información sobre las características socioculturales de las familias y de la forma de
relacionarse con ellas.
192
Algunos registros han sido divididos debido a su extensión y a la cantidad de información que
aportaban. En las tablas los encontramos como PE006a- PE006b- PE006c.
297
REGISTRO CALIFICATIVOS MÁS COMUNES CARACTERÍSTICAS DE LOS
Enfatiza las: PAÍSES DE EMIGRACIÓN
(Ejemplos)
Envejecimiento de la población-
Pérdida de la mano de obra
PE0016-ME Países pobres Personas que viven situaciones
Conflictos desesperadas
PE017a-ME Diferencias culturales Sociedades étnicas- Tercer mundo
PE017b-ME La periferia del mundo- Tercer mundo
PE020-ATD Sin especificar Sin especificar
PE021a-ATD Sin especificar Sin especificar
PE021b-ATD
PE022-ATD Diferencias culturales-atraso Sociedades rurales
educativo.
PE023a-ATD Diferencias culturales-atraso Sociedades del Magreb
PE023b-ATD educativo.
TABLA VIIb. Tabla de registros e indicadores recogidos sobre los países de inmigración
298
REGISTRO CALIFICATIVOS COMUNES . Enfatiza CARACTERÍSTICAS DE LOS PAÍSES
las: DE INMIGRACIÓN
(Ejemplos)
TABla VIIc. Tablas comparativas de las descripciones y referencias recogidas de las tablas VIIa y
VIIb
TABLA VIIc
PAÍSES DE EMIGRACIÓN FRECUENCI PAÍSES DE INMIGRACIÓN Frecuencia
A193
193
La frecuencia no se refiere al número de veces que aparece cada uno de los ítems en los textos, sino al
número de registros que utilizan preferentemente sobre otras esa expresión concreta.
299
Tabla VIId. Referencias a los aspectos socioculturales y a la diversidad cultural
TABLA VIId
CARACTERÍSTICAS PAÍSES DE EMIGRACIÓN PAÍSES DE INMIGRACIÓN
194
Tan sólo un programa, (PE012), que fue elaborado con la intención de ofrecer otra perspectiva de las
sociedades consideradas no occidentales, presenta , por ejemplo, el continente africano desde un enfoque
histórico, abordando su diversidad y heterogeneidad, sus riquezas, sus aportaciones a la cultura humana y
sus problemas con otras sociedades. En realidad, junto con el registro PE013 que forma parte de la misma
colección, son los únicos programas que no presentan una imagen “congelada” en el tiempo de las
sociedades no occidentales.
300
Referencias a sus problemas o Superpoblación Cuarto mundo
conflictividad Situaciones desesperadas Etnocentrismo- racismo
Conflictos bélicos Refugiados- inmigrantes
Fundamentalismo
Emigración- Refugiados
Periferia del mundo
El cuadro anterior nos muestra de que manera la diversidad es transmitida como algo
negativo, a pesar su valoración previa como valor y riqueza de la humanidad. Sin
embargo, al intentar definir las diferencias (como contenidos culturales que explicarían
esa diversidad) y al relacionarla sistemáticamente con una imagen distorsionada de la
inmigración, se produce una descripción de las sociedades actuales falseada, en la que,
sin dudarlo, las sociedades occidentales se llevan la mejor parte.
Temas analizados:
301
En los cuadros y tablas siguientes hallamos las referencias a las migraciones y al
concepto de “inmigrante” que emplean los programas estudiados, así como las
adjetivaciones que incorporan sobre ambas nociones. Hemos establecido cuatro grupos
de categorías distintas para reflejar cómo los diferentes textos tratan la situación actual
respecto de la diversidad, la cultura y los problemas más importantes de las sociedades
europeas de hoy:
302
TABLA VIIIa. Tabla de registros e indicadores recogidos sobre cultura, desarrollo y conflictividad
303
TABLA VIIIb. Tabla de comparación y frecuencias de los ítems referidos a la cultura y a las
diferencias culturales
CATEGORÍAS encontradas sobre la cultura y las diferencias culturales:
TABLA VIIIb.
DIFERENCIAS CULTURALES REFERENCIAS A LA CULTURA
Lengua Occidental
Costumbres culturales Cultura étnica/cultura moderna
Fiestas/Ritos Patrimonio de la humanidad
Alimentación Diversidad/Semejanza
Vestido Cultura de los Derechos Humanos
Diferencias religiosas Cultura religiosa/Laica
Identidad Identidad/ Adaptación al medio
Como diferencias: lengua y religión
Cultura de la paz
Cultura de la tolerancia
Herencia social
TABLA VIIIc: Tabla de comparación y frecuencias de los ítems referidos al desarrollo y los
conflictos de la inmigración.
CATEGORÍAS: Conceptualización de la noción de desarrollo y de las problemáticas de las sociedades actuales. que
surgen de los movimientos migratorios.
304
7.2.2.4 Análisis lingüístico, adjetivación y calificación de las diferencias: marcas
raciales y étnicas encontradas.
Categorías analizadas:
Marcas raciales- Marcas étnicas
Identidad cultural- Nacionalidades
En el programa (PE0011) uno de los que realiza un análisis más profundo de las
migraciones en el mundo de hoy, sí presenta éstas como un fenómeno global a lo
largo de la historia e y en múltiples direcciones en la actualidad. Así, hace
referencia a las migraciones entre países occidentales y a las migraciones de las
élites de tipo económico y cultural. El mismo texto incide más en el origen
nacional, utiliza una descripción por países, que al cultural o étnico.
305
El programa (PE013) nombra y explica los cuarenta y ocho países africanos
actuales, utilizando un criterio de análisis similar al que se usa para describir las
sociedades occidentales.
Son numerosas las descripciones distorsionadas sobre las costumbres de estos grupos, y
la mayoría inciden en una visión negativa sobre la situación de la mujer y la poderosa
influencia de la religión como guía de la vida cotidiana:
306
O esta otra:
Las normas sociales varían mucho según la época y las costumbres. En algunas tribus
africanas, si les preguntas por su nombre te pueden agredir, porque piensan que el
nombre es el alma de la persona y es como robársela. [...] También has de notar que en
determinadas sociedades, en el mundo árabe, por ejemplo, y hasta en España no hace
mucho, las normas morales y sociales eran las mismas que imponía la religión. El
Islam hasta es norma legal en los países islámicos, a pesar de que contradice muchos
de los principios de los Derechos Humanos. (PE017)
Muchas de las clasificaciones raciales, son además de obsoletas, insólitas. Algún texto
inventa “razas” que nunca existieron, “confundiendo” y asimilando esta categoría a la
de etnia y cultura. Esta identificación de los tres conceptos se produce por la utilización
del término “identidad cultural” asociado a ellos.
Algunos de los ejemplos más significativos que hemos encontrado son los siguientes:
PE001: Clasifica las razas en Amarilla, negra, blanca y árabe. Como ejemplo de
etnias nombra a los Tuaregs, los esquimales y los pieles rojas
307
PE002: Diferencia las etnias entre: magrebí, paya, gitana y hace una alusión a
las diferencias culturales entre las comunidades autónomas del estado español
en el mismo sentido.
PE004: Clasifica las razas blanca y negra. Como etnias se refiere a los
magrebís, también como moros.
308
PE017: explica la etnia como personas de otras religiones, y pone como
ejemplo a los inmigrantes y a los gitanos.
El resto de textos, más del 50% de los programas estudiados, suelen utilizar los
conceptos de raza, diferencia racial, nuestra raza o personas de otras razas de
forma general, aunque sin especificar sus contenidos o dar ejemplos de las
mismas.
Las sociedades europeas, por el contrario, no son explicadas en ningún caso con
criterios raciales o étnicos, ni tampoco se hace mención de conflictos “étnicos” o
religiosos en estos países. La religión y la descripción folclórica de las costumbres y
tradiciones está ausente, con lo que sus características quedan asociadas a un criterio de
<normalidad>.
El planteamiento es, en todo caso, de tipo evolucionista a partir de una idea “ambigua”
de progreso y desarrollo, donde lo positivo se asocia a la complejidad de occidente. La
mayor parte de referencias negativas a esta categoría corresponden a un pasado remoto
que queda ya lejos de Europa. Uno de los textos (PE016) identifica las minorías actuales
que hoy residen en Cataluña, clasificándolas de la siguiente forma:
La etnia se define como un grupo con lazos comunes de nacionalidad, cultura, raza o
tradición. Las minorías étnicas se explican como un grupo con poco poder económico y
poco prestigio social. La clasificación que aporta es: gitanos, árabes, negros africanos,
asiáticos y latinoamericanos.
309
También la mayor parte de las descripciones sobre los inmigrantes provienen a sus
características culturales, que son siempre las de allí, de manera que no existen cambios
ni modificaciones referidas al tiempo o al hecho migratorio. Es relevante en este sentido
la forma en que se cuenta la “diferencia cultural” de los inmigrantes de segunda
generación, puesto que <su> cultura sigue siendo, irremediablemente la de sus padres.
Las referencias al presente de estos colectivos, a su vida cotidiana en las sociedades
europeas, se realiza, casi exclusivamente, con relación a los conflictos y problemas de
adaptación, costumbres, regularización e ilegalidad.
195
Para realizar la tabla hemos seleccionado una sola de las categorías utilizadas por cada programa. Sin
embargo, tal y como hemos visto en los ejemplos anteriores, los textos suelen combinar varios de ellos.
La clasificación se ha realizado de esta manera para distinguir que textos utilizan de forma general una
clasificación de tipo racial o étnica de las sociedades y cuales no.
310
TABLA IXb. Identidad cultural o étnica
IDENTDAD CULTURAL, ÉTNICA O RACIAL
Árabes 4
Musulmanes- afrikaners- magrebís 1
Minoría blanca sudafricana 1
Gitanos, magrebís, payos 1
Mujer musulmana, minorías étnicas, gitanos 1
Negros africanos, magrebís, gitanos 2
Magrebís 1
Africanos 1
Razas 1
Identidad cultural-étnica (sin nombrar) 2
Minorías étnicas (sin nombrar) 1
Africano (poligamia)- Asiático (poliginia), europea (monogamia) 1
Magrebí, latinoamericano, África negra 1
Sin especificar 3
El último de los bloques estudiados respecto del uso del lenguaje de los programas
interculturales, corresponde a las nociones sobre pluralismo, integración e intercultura,
que éstos presentan. En la siguiente tabla se muestran las tres categorías y las
frecuencias en las que los han aparecido en los textos.
311
Tabla X. Pluralidad, integración e interculturalidad
SOCIEDAD PLURAL INTEGRACIÓN INTERCULTURA: Educar
para:
Sociedad plural 4 Como adaptación 7 Tolerancia 7
Sociedad Multicultural 3 Como diversidad cultural 4 Compensatoria 4
312
7.2.3.1 Valores educativos desarrollados por los programas estudiados
De los ventiún programas estudiados, sólo cuatro no hacen explícitos los valores
pedagógicos del programa (PE001, PE011, PE016, PE017). Aún así, en sus
introducciones si hacen referencia a la noción de tolerancia y al conocimiento de la
diversidad. El resto presenta una serie de principios que estructuran y organizan los
contenidos educativos y las actividades que presentan: Respecto de los valores
enunciados para el desarrollo de la interculturalidad y conocimiento de la diversidad
hemos seleccionado aquellos más comunes y reiterados en todos los textos196:
196
En el anexo se encuentran detallados para cada uno de los programas, los principios, objetivos,
desarrollo y actividades.
313
Describimos también los principios específicos de los programas estudiados que se
orientan a la acogida de niños recién llegados a la escuela provenientes de otros países:
Queremos destacar en ambos casos una orientación teórica hacia valores universales
genéricos y contrastarlos con al análisis del lenguaje y de los contenidos que hemos
realizado en el apartado anterior. En este sentido es significativa la doble orientación de
la mayoría de los programas. Si de un lado apuestan por un discurso de la convivencia,
la pluralidad y establecen como principios de la educación esos valores, de otro
articulan un discurso de la alteridad que acaba por negar, o presentar como imposibles
esos mismos principios.
314
Además, los programas orientados a los niños “inmigrantes” articulan, a partir de esos
mismos valores, recursos y actividades que parten de una percepción de “carencia” y
deficitaria de estos alumnos. Más allá del aprendizaje del idioma, las referencias al
origen cultural o étnico de los estudiantes son comunes, y la orientación previa hacia
itinerarios educativos especializados, bastante frecuentes. De la misma manera, el
“choque cultural” entre el centro y la familia inmigrante se da por supuesto, aunque los
recursos educativos se centran más en la adquisición del nivel educativo
correspondiente o hacia la capacitación profesional en algunos casos.
Creemos que desde esta consideración es muy difícil plantear programas interculturales,
dado que la dicotomía establecida entre “alumnos diferentes” y la consiguiente
“alumnos normales” imposibilita cualquier propuesta de este tipo. En el siguiente punto
analizaremos con más detalle las contradicciones de la interculturalidad en los
programas educativos.
315
7.2.3.2 Análisis de los contenidos y actividades de los programas analizados.
La mayor parte de los programas incorporan las actividades, bien como programa
específico del centro o como crédito variable, en el área de ciencias sociales. Sin
embargo, dos de ellos, introducen la interculturalidad en el Proyecto Educativo de
Centro y desarrollan el programa a lo largo de todo el curso escolar y en todos los
niveles educativos a partir de actividades puntuales.
316
Si en el primer caso, el programa se plantea como una necesidad de conocimiento de las
sociedades de hoy, de su heterogeneidad y de sus conflictos, en el segundo responden a
situaciones propias vividas en los centros, y la interculturalidad se interpreta como un
recurso para mejorar las relaciones entre todos los alumnos. Estos últimos ponen de
manifiesto que la adquisición de nuevos conocimientos y experiencias acerca de la
diversidad ha de incidir en las actitudes y vivencias cotidianas de los participantes. En
general, en sus aspectos comunes, la estructura de los programas es la siguiente:
ACTIVIDADES
Introducción de un tema Lectura y exposición de textos, gráficos, estadísticas o análisis de casos.
Actividades de grupo Realización de investigaciones, trabajos en grupo, entrevistas, estudio de casos para
el debate, realización de murales. Algunos programas incorporan actividades con
los padres de los alumnos.
Actividades lúdicas Celebraciones interculturales, realización de talleres, juegos de diversas partes del
mundo, canciones y danzas.
Actividades cooperativas Colaboración en campañas, Ongs, desarrollo de actividades sobre la tolerancia para
el centro, el entorno inmediato, elaboración de materiales, etc.
En general, podemos decir que los programas se ciñen a actividades puntuales que se
realizan en el marco de una asignatura, y dentro del propio grupo clase. Los temas 197
que se trabajan en estas unidades, corresponden en la mayoría de textos a la diversidad,
las migraciones y las diferencias culturales desde una perspectiva social. En el siguiente
cuadro recogemos de forma resumida los temas más comunes:
AREAS TEMAS
Diversidad Diversidad humana y diferencias
Migraciones
Desarrollo y desigualdad
Culturas y costumbres
Identidad Identidad y alteridad
Comunicación y diálogo
Interdependencia
Valores Universalidad e igualdad
Derechos Humanos
Prejuicios, discriminación y racismo.
197
La mayor parte de programas analizados de este bloque se corresponden con créditos homologados por
la Generalitat de Catalunya.
317
A partir de la estructura de las actividades y temas anteriores mencionada vamos a
analizar algunos de los contenidos que sobre los mismos desarrolla cada uno de los
programas. La mayoría de los textos reducen la diversidad a la cuestión de la
diferencia: las diferencias en el mundo se cuentan desde lo exótico, las diferencias en
las sociedades europeas desde la inmigración. En ambos casos, al intentar explicar y
dotar de contenido a esas diferencias, es inevitable que las explicaciones se centren en
aquellos aspectos más extraños o alejados.
A-Diversidad física
B-Diversidad cultural
C-Prejuicio, racismo y discriminación
A- DIVERSIDAD FÍSICA
La mayor parte de programas hacen referencia a las diferencias fenotípicas entre los
seres humanos. Tal y como vimos en el apartado anterior, más de un cincuenta por
ciento de los textos utilizan alguna forma de clasificación racial como explicación de las
mismas. Además de las referencias a la raza, incluyen también la anotación de que
verdaderamente tan sólo existe una raza, tal y como refleja el siguiente ejemplo:
318
Grupo social que agrupa numerosas familias o clanes unidos por vínculos lingüísticos,
raciales y culturales.
Las diversidades físicas son agrupadas a partir de criterios como el color de la piel,
preferentemente. Algún programa, como el PE015, llega a concretar las diferencias
raciales además en la forma de los ojos y la nariz, el grosor de los labios y el tipo de
pelo, ilustrando cada uno de los tipos raciales identificados. Como actividad este texto
plantea los cruzamientos entre razas y el mestizaje resultante: criollos, mestizos,
mulatos, etc.
Por el contrario, la mayoría de textos prefieren utilizar el concepto de etnia para explicar
las diferencias físicas. En este sentido es significativo el registro PE011. Si bien habla
de una sola raza, la humana, explica la diversidad física desde el concepto de etnia,
Explica que las clasificación raciales están ya superadas. En este sentido destaca que la
la ciencia occidental ha superado el racismo e introduce una noción interesante: la de
que la diversidad es una riqueza pero que no debe comportar la desigualdad. Sin
embargo, clasifica igualmente a los grupos humanos como grupos étnicos, (recordemos
que etimológicamente etnia significa pueblo) y ejemplificar con las siguientes imágenes
como ejemplos: familia occidental comiendo, indígena con taparrabos, arco y flechas.
DIVERSIDAD CULTURAL
319
Queremos destacar los programas PE012 Y PE013 porque incluyen una perspectiva
crítica respecto de la imagen típica que occidente ofrece sobre los países africanos y los
del Magreb, respecto a este tema el texto plantea:
Este texto ilustra muy bien de qué manera la imagen que las las sociedades europeas
difunden de otras sociedades se construye desde el estereotipo y las informaciones
sesgadas, tal y como ejemplificamos en los siguientes casos:
320
Avance de la humanidad en el orden intelectual, social, moral, etc. La civilización
es la cultura que ha alcanzado un grado considerable de complejidad.
321
Otros ejemplos sobre la identidad cultural, se centran en particularidades extrañas y
extravagantes, como el caso de los pigmeos, o bien en una distorsión histórica que
permite pensar la propia identidad como un elemento estable y estático:
- Los pigmeos son de baja estatura e incluyen a diferentes etnias. Comen larvas,
gusanos de palmera y termitas. La estructura social es muy sencilla: las leyes
son tradiciones. Van casi desnudos, se tapan con hojas. (PE015). El texto viene
acompañado con una imagen de un pigmeo con el arco y la flecha.
- Los gitanos hace mucho que viven entre nosotros, llegaron en el siglo XV...
(PE016)
- PE009: Los creyentes musulmanes están obligados a rezar cinco veces al día en
dirección a la meca, a ayunar a lo largo del noveno mes de su calendario (el
mes del Ramadán), a dar limosna, a peregrinar una vez a la vida a la ciudad
sagrada, la meca, y a combatir en la guerra santa. Tristemente, el Corán
recomienda esta guerra para luchar contra los infieles.
322
Por último, respecto de la situación de la mujer, queremos destacar que las
referencias a este tema en los países de religión musulmana, o árabes son muy
frecuentes. Aparecen algunos ejemplos de las prohibiciones a las que están
sometidas las mujeres:
- Muchos textos reflejan que la mujer musulmana vive recluida y apenas sale a la
calle.
Todos los programas dedican amplios apartados a estos temas y a los valores sociales
necesarios para afrontarlos. En su mayor parte, realizan un análisis de las causas de las
desigualdades y de los conflictos en el mundo de hoy. Las migraciones, económicas y
políticas, son uno de los problemas más reflejados. En la siguiente tabla, presentamos
un listado de los temas más frecuentes que aparecen en la mayor parte de los textos y
los valores que han de promoverse para que no se produzcan.
323
Nos parecen interesantes, los ejemplos y actividades que proponen los programas,
puesto que, en numerosas ocasiones, al buscar una valoración positiva de la diferencia y
la cultura, separándola de las situaciones de marginación y desigualdad, repiten los
esquemas estereotipados que hemos visto en los anteriores apartados:
324
CONFLICTOS Y VALORES Ejemplos y actividades
PROBLEMAS DEL MUNDO
ACTUAL
Ejemplo de imposición cultural y
lingüística: el castellano en
Guatemala. El descubrimiento de
América. (PE016)
325
CONFLICTOS Y VALORES Ejemplos y actividades
PROBLEMAS DEL MUNDO
ACTUAL
326
7.2.3.2.2 Análisis de los contenidos y actividades dirigidos específicamente a la acogida
de niños inmigrantes en los centros educativos
En este apartado queremos analizar las propuestas y recursos de cuatro programas cuyo
objetivo es preparar la acogida de alumnos inmigrantes en la escuela. Nos centraremos
básicamente en los objetivos, la metodología y los contenidos desarrollados por cada
uno de ellos, respecto al alumno, a la familia y al entorno sociocultural. Los ítems
analizados para son:
Este tipo de programas tienen como objetivo prioritario facilitar la incorporación de los
alumnos <inmigrantes> en las instituciones educativas y atender sus necesidades para
que puedan acceder a los niveles y contenidos que les corresponden por nivel y edad.
Nos parece interesante analizar de forma separada el discurso de estos programas
respecto de la inmigración, porque describen en qué forma la cultura y la diferencia se
articulan en los centros educativos respecto a una consideración de lo cultural en tanto
que problema. Las características de los programas respecto del planteamiento general
y de los recursos y medidas adoptados es la siguiente:
REGISTRO DESCRIPCIÓN DEL ACCIONES DESARROLLO
PROGRAMA PRINCIPALES
PE020 Materiales de trabajo para el docente. - Recoger datos
Pautas de seguimiento en el aula de - Observación del personales y escolares
un alumno que se incorpora proceso de del alumno. (datos
tardíamente a la escuela. (Árabes) familiares y
socialización características.)
-Datos sobre
- Organización de la escolaridad en el país
atención específica. de origen, nivel
educativo,
documentación.
-Organización de la
atención y preparación
de materiales
adaptados
327
PE021 Programa para los centros y pautas - Plan de acogida. -Orientaciones para la
que deben seguir para la - Relaciones con la acogida.
incorporación de alumnos de familia. - Entrevista.
minorías étnicas o inmigrantes. - Recursos y trabajo - Registro de datos.
(Marroquíes). previo en el centro - Servicios de zona
- Plan de acogida
- Sistema educativo de
Marruecos.
Una primera observación que queremos realizar es que, por su contexto, estos
programas aunque hablan genéricamente de niños inmigrantes se están refiriendo a
niños de origen <árabe> o <marroquí>. Una segunda cuestión es que en todos ellos
prevalecen las actuaciones encaminadas al aprendizaje del idioma, como una de las
cuestiones primordiales para la integración escolar.
328
Los programas además organizan la atención específica desde actividades que se
realizan separadamente del grupo-clase que les correspondería por nivel educativo. En
muchos de ellos se destaca la importancia de incorporar al alumno al grupo que le
corresponde por edad, independientemente del nivel. Aún así, desarrollan estrategias de
atención individualizada, como el aprendizaje del idioma, fuera del grupo.
En segundo lugar, todos los programas articulan de algún modo una visión carencial del
alumno a partir del desconocimiento del idioma. Pensamos que en muchos casos, las
carencias que se plantean tienen un sesgo cultural, además de las puramente lingüísticas.
Las cuestiones de la diferencia cultural, se plantean como una cuestión que puede
resultar problemática y que requiere de una planificación previa. En ningún caso se
produce una reflexión acerca de las condiciones, recursos y servicios que la institución
ofrece o de los cambios que podrían producirse para promover contextos educativos en
los que la “diversidad”, no constituyera un problema.
329
De nuevo el discurso sobre la diferencia se reduce a una <anomalía> que, aunque
positiva y enriquecedora, debe ser tratada de algún modo. Constatamos que, en todos
los casos, la interculturalidad es entendida como una cuestión que afecta a los centros y
que ellos deben resolver, desarrollando los programas adecuados para atender las
“diferencias” y sus necesidades educativas. Respecto de los contenidos de los
programas y de la planificación de la inserción los programas estudiados estructuran el
siguiente itinerario:
FAMILIA - Datos familiares: grupo familiar, idioma, motivos para emigrar, años de
residencia en el país, vida laboral, nivel de estudios, situación legal,
etc.
- Motivación para escolarizar a los hijos
- Dificultades de comunicación
- Desconocimiento de los trámites de matriculación y gestión escolar.
- Dificultad para entender el interés de la escuela por el seguimiento
educativo de su hijo. Desconocimiento de la cultura escolar.
- Facilitar la relación con los familiares y asegurar el traspaso de
información.
- Facilitar por escrito las normas del centro en su lengua.
- Mostrar el centro y presentar al profesor tutor.
330
La estructura general de los programas es para nosotros significativa respecto a los
datos subyacentes respecto de los elementos culturales que se presuponen en este tipo
de alumnos. El origen cultural está presente en todos los recursos que articulan los
programas y de alguna manera, configuran y dan sentido a las distintas acciones
desarrolladas. Este “hándicap” cultural implícito, se extiende más allá del alumno a toda
su familia, abarcando, no sólo las cuestiones propiamente educativas, sino también las
de vida cotidiana y personal.
331
332
7.3 CONCLUSIONES DE LA INVESTIGACIÓN
Los textos que acabamos de analizar constituyen una pequeña muestra de del discurso
educativo actual respecto de la diversidad cultural y social. Nos hemos centrado en el
estudio del lenguaje, de los mensajes que los materiales educativos transmiten acerca de
quién es el <otro>, de sus características y particularidades.
Somos conscientes de que el estudio del lenguaje, significa tan sólo una parte del
análisis intercultural en las instituciones educativas actuales. Tal y como indica García
Castaño, Granados Martínez y García-Cano Torrico (1999), la investigación
intercultural hasta la actualidad se ha centrado, casi con exclusividad, en identificar y
numerar alumnos hijos de extranjeros y en el diseño de programas educativos para
atenderlos, además de la producción teórica sobre qué significa el adjetivo
“multicultural”.
333
En el siguiente cuadro reflejamos las conclusiones sobre el análisis del lenguaje y el
discurso en los programas estudiados sobre diversidad cultural, inmigración y
descripción de las sociedades actuales:
334
En el siguiente cuadro detallamos las conclusiones sobre el análisis del lenguaje y el
discurso respecto de la adjetivación y calificación de las diferencias:
• Todos los programas situan como marco de referencia a los derechos humanos.
335
336
7.4 ALGUNAS CONSIDERACIONES FINALES RESPECTO DE LOS PROGRAMAS
ESTUDIADOS
En este apartado vamos a reflejar de forma general las categorías de análisis que
planteábamos al inicio de este capítulo y que nos han servido para estructurar el estudio
de los programas analizados. En la mayor parte de los materiales y programas
estudiados, la diversidad acaba por manifestar un mecanismo de construcción de la
propia identidad y de justificación de las propias estructuras, sociales y educativas.
Creemos en este sentido que los discursos analizados a la vez que construyen la
“diferencia”, articulan la propia identidad de las sociedades occidentales.
Entendemos, junto con García Castaño (1999: 176) que los programas educativos y
representan los contenidos que una sociedad selecciona como aquellos más importantes
que deben ser transmitidos y aprendidos, y forman parte del discurso social vigente. Por
ello, los mensajes articulados en dichos materiales, ayudan a comprender en qué forma,
el discurso sobre el reconocimiento de la diversidad, no constituye una alternativa a ese
discurso, sino que es una más de sus manifestaciones198. El discurso sobre la alteridad y
la diversidad en los programas analizados a partir de las categorías de análisis del ACD
son:
198
Los análisis de este tipo no son nuevos. En nuestro país, Alegret (1993) ha investigado los materiales
educativos desde la perspectiva de los contenidos racistas que articulan. También las UNESCO promovió,
desde 1994 el estudio de los libros de texto y de su rigurosidad. (citados por García Castaño, y otros,
1999).
337
Coherencia local del texto:
Los textos establecen también una serie de secuencias lógicas para dar cuenta, y enlazar
como relación de causa-efecto, una serie de fenómenos: situación del tercer mundo-
emigración; aumento del paro y crisis económica-restricciones a la inmigración,
inmigración “ilegal”-marginación y delincuencia; pertenencia a una etnia-identidad
cultural, y así sucesivamente.
La construcción ideológica de los textos se produce desde las omisiones, los sesgos
históricos y las afirmaciones no argumentadas. Los enlaces entre una serie de ideas y
conceptos que no requieren ser explicados son constantes en mayoría de materiales,
como los conceptos de “diferente”, “nuestra sociedad”, “nuestra cultura”, “diversidad
cultural”, etc. En general, dichas explicaciones se dan respecto al <ellos>, pero el
“narrador”, aunque no aparece de forma explícita, constituye de forma velada, la
expresión del <nosotros>.
338
Coherencia global.
Todos los materiales se estructuran a partir de una secuencia de temas ordenados para
explicar la diversidad, estableciendo así los esquemas mentales a partir de los cuales
pensar y definir las diferencias. La mayor parte de los textos utilizan el siguiente orden:
desde las diferencias visibles: físicas, color de piel, hombre-mujer, pasando por las
culturales: costumbres, lengua, religión, a las sociales: formas de vida, de gobierno,
leyes, prohibiciones, etc. Además de la simplificación de los temas presentados, el
orden establece una lógica de la diversidad, una lógica que hace inteligible a las
sociedades, y a la posición que ocupan en el mundo.
La mirada hacia lo otro, no recorre en ningún caso el camino inverso, más que como
una vuelta al pasado ya superado. Las semejanzas, las interdependencias, las profundas
interrelaciones entre factores económicos y sociales quedan así disimulados,
emergiendo en el relato de forma tangencial. En definitiva, entre ellos y nosotros media
un abismo.
Estilo y retórica.
La retórica sobre una visión problemática de la inmigración y de las consecuencias de
ésta para las sociedades occidentales es constante en los materiales analizados. Los
programas de atención a la diversidad también reflejan este sesgo hacia las cuestiones
conflictivas de la llegada de alumnos “inmigrantes”. A través de la puesta en marcha de
una serie de dispositivos destinados a la acogida del alumno, dan cuenta en muchos
casos de una anticipación del “hándicap” cultural, de la diferencia como “déficit”
cultural y de las dificultades que ello puede suponer para el estudiante y para el centro.
339
Más allá de las cuestiones lógicas de dominio del idioma de comunicación, la
insistencia en los aspectos culturales del alumno y de su familia, de la necesidad de
“preparar” a los compañeros, revelan hasta que punto la diversidad, en educación,
constituye una anomalía que altera las estructuras educativas y socava la armonía
cultural de los centros.
La diversidad como norma está lejos de ser una realidad. Los espacios educativos están
construidos desde un discurso que se estructura desde una idea de la cultura homogénea
y cerrada, con unos contenidos coherentes con el propio imaginario social. Los
discursos educativos, pese a que quieren dar lugar a la diversidad, siguen
confeccionando la imagen de una sociedad articulada desde unos sustratos culturales
muy definidos. La diversidad sigue representando la excepción, lo extraño, lo exótico.
El conocimiento convencional que articula una identidad propia, no puede más que
situar <fuera> todo lo que altera su propia lógica. Aunque ese <fuera> sea representado
como un elemento positivo y enriquecedor, los significados que se atribuyen a la
alteridad cierran toda posibilidad de hacer efectivo el propio discurso intercultural.
340
La persistencia de un discurso excluyente y estigmatizador se convierte así en una
verdad que se impone independientemente de las reformas o las propuestas que intentan
articular nuevas formas de entender lo cultural a través de la educación. No es tanto que
el discurso pueda ser modificado en su forma, como que la propia estructura de las
instituciones, de la organización de los espacios educativos, y del desarrollo de los
programas, determina el propio alcance y posibilidad del de los contenidos del discurso
educativo.
341
342
CUARTA PARTE
343
344
8- PEDAGOGÍA SOCIAL E INTERCULTURALIDAD.
A partir de la exposición anterior queremos reflexionar acerca de cuáles han sido los
pilares sobre los que se ha desarrollado la interculturalidad educativa en Europa y cuáles
deberían ser los principios de un nuevo enfoque de la educación intercultural.
Como hemos analizado en la primera parte de este trabajo, los conceptos de cultura,
identidad y diferencia constituyen los “nudos” teóricos de la interculturalidad. Todo
programa intercultural, debe responder de ellos y articularlos con relación a los
principios educativos que los impulsan. Es así como, desde la pedagogía, la
interculturalidad actualiza una serie de preguntas tales como:
345
En efecto, la educación intercultural se ha articulado con relación a estos conceptos y a
su desarrollo y en general, se ha pensado como la respuesta educativa a los fenómenos
de diversificación social contemporáneos. Desde la pedagogía, a la que llamamos
intercultural, hemos pensado qué hacer cuando los elementos de cultura con los que
hemos trabajado ya no nos sirven para explicarnos ( y por consiguiente para saber cómo
actuar frente a) las nuevas formas de pertenencia e identidad. Pensamos, como
indicábamos en el apartado anterior, que estos referentes, identidad y diferencia, que
han constituido la interculturalidad en las últimas dos décadas, resultan hoy
insuficientes para articular una teoría pedagógica intercultural que de cuenta de todos
los procesos implicados en las cuestiones de la diversidad y de la cultura.
346
8.1 CULTURA, IDENTIDAD Y DIFERENCIA EN EDUCACIÓN.
En actualidad la teoría intercultural debe inscribirse en una doble dialéctica que ponga
en juego de forma interrelacionada varios elementos como:
Creemos que podemos hablar de una nueva realidad social que configura otros retos y
otras formas de socialización a los que la educación debe dar respuesta. Las
problemáticas a las que nos enfrentamos, requieren de una reflexión novedosa en
cuanto a las alternativas educativas que posibilita y los itinerarios de pertenencia e
identidad que articulan. Pensamos que esta nueva realidad social, en las que los
elementos culturales tienen cada vez una mayor importancia, nos obliga a pensar cómo
posibilitamos, desde la educación, la inclusión y la participación en los canales
normalizados de la sociedad. Sin esa reflexión, la pedagogía que desarrolla la atención
a la diversidad corre el peligro de convertirse en un dispositivo favorecedor de la
generación de bolsas de exclusión y pobreza a partir de criterios étnicos y culturales.
347
La educación, y la educación intercultural especialmente, deban articular
mecanismos que posibiliten una reflexión global acerca de cuál es hoy la tarea
educativa, sus contenidos y sus objetivos a largo plazo, con relación a la
articulación del binomio sociedad-cultura.
348
El discurso de la pedagogía intercultural, puede constituirse en una herramienta de
análisis del papel que la educación, reglada y no reglada, debe jugar en la configuración
de las sociedades actuales y en cómo construir una pedagogía que de cuenta de esas
nuevas realidades que comentábamos, incorporándolas y la vez, desarrollando un
modelo capaz de generar nuevos referentes de cohesión social.
No importa tanto, en cuanto al efecto de <lugar> que señala, que dicho alejamiento se
produzca desde su reconocimiento positivo o desde un rechazo velado. Aún
reconociendo la validez de una valoración positiva de la diversidad, pensamos que una
de las funciones primordiales de la interculturalidad es dar cuenta de la heterogeneidad
del mundo. Sin embargo, lo que nos interesa destacar, es que, mostrar la diversidad, dar
cabida a lo heterogéneo no significa identificar, clasificar y catalogar pedagógicamente
a los individuos y sociedades desde criterios culturalistas.
349
Por el contrario, supone reconocer una imposibilidad, la de explicarnos al otro tomando
como verdades incuestionables, las características de una cultura de origen o
pertenencia. El <otro> para la pedagogía, debe seguir constituyendo un interrogante,
también en lo que a la identidad cultural se refiere.
Pensamos que es una referencia equivocada por cuanto tal enfoque entraña el peligro de
situar a una parte del mundo, después de muchos esfuerzos, en el logro del consenso y
de la superación de los particularismos, y al resto ubicarlo en una suerte de permanencia
cultural que le impide trascender las fronteras de su grupo y sus preceptos. Esta
dicotomía, produce en el discurso pedagógico la necesidad de “programar” respuestas
educativas que permitan un corpus común con la multiplicidad de <culturas> e
identidades.
Al mismo tiempo, esos programas deben dar cuenta de cuáles son los límites, que en
nombre de esos principios universales, deberían asumir todas las <culturas>. Ello
supone de nuevo clasificar pedagógicamente qué prácticas, qué costumbres, pueden ser
integradas y cuáles deben ser desterradas, a qué se debe dar cabida, qué favorecer y que
combatir dentro de la práctica educativa intercultural. En numerosas ocasiones, dicha
dicotomía favorece también propuestas imposibles, confusiones que, o condenan la
universalidad en nombre del relativismo cultural (con el peligro de no encontrar luego la
forma de pensar la convivencia) o exaltan esa misma universalidad como el marco de
realización de la diversidad.
199
A modo de ejemplo son continuos los ejemplos respecto de las sociedades árabes como modelos
culturales que no contemplan la universalidad.
350
Esta defensa de la universalidad suele dirigir la mirada hacia aquellas prácticas
culturales de <los otros> que quedan fuera de ese mínimo necesario que son los
derechos humanos. Pensamos que una pedagogía que se llame a sí misma intercultural,
sólo puede partir de un criterio de universalidad. La reflexión acerca de los modos de
articulación de la identidad cultural en las sociedades de hoy, es en realidad una
reflexión sobre lo común, sobre los anclajes sociales necesarios para la convivencia. La
interculturalidad, como análisis pedagógico, ha de pensar los principios generales a
partir de los cuales articular la complejidad y la incertidumbre de los procesos de
identificación y fragmentación cultural de las sociedades de hoy.
Si por el contrario, sólo se tratara de pensar la diversidad de los otros y ubicarla con
relación a los principios que emanan de los derechos humanos, tampoco sería necesaria
la interculturalidad. De ese modo habríamos ya definido de antemano los criterios a
partir de los cuales, las distintas opciones culturales deben hacer su aproximación al
modelo occidental para entrar en la modernidad. Bastaría entonces con aplicar y
perfeccionar las políticas educativas asimilacionistas, que, en nombre de esos
principios, ofrecen todas las garantías para integrarse en una sociedad universal, esto es,
el modelo teórico del occidente democrático.
El criterio de universalidad a que nos referimos es otro. Significa que la diversidad sólo
puede articularse desde la base de unos principios comunes, libremente aceptados y
asumidos, que orientan y organizan la pluralidad de opciones personales y colectivas
que comparten territorio. Significa también pensar la educación como ese lugar donde
se enseñan, se aprenden, se articulan, esos principios. La universalidad de la educación
es precisamente, por su lugar privilegiado, dar cuenta de esa posibilidad, la de dar
cabida y posibilitar para todos, la expresión de la individualidad (cultural, identitaria y
de otros tipos) y su articulación en la sociedad, en el grupo del que forman parte.
351
Por ese motivo, la universalidad a que nos referimos no está acabada y dada de
antemano, es una universalidad reflexiva capaz de ponerse a sí misma en tela de juicio
de ser negociada y redefinida constantemente. Es una universalidad, en definitiva, que
no se sitúa por encima de, frente a, las <culturas> de los otros, a partir de una supuesta
superioridad moral.
Todo ello significa acabar, al menos desde la educación, con la falsa percepción de que
algunos contextos son sociedades que evolucionan y cambian, mientras que otros siguen
siendo, no pueden ser más que culturas, en las que perviven costumbres ancestrales y
extrañas. De esta forma, y en nombre de la asimilación entre Occidente- democracia y
Derechos Humanos, las propias prácticas de las sociedades occidentales quedan fuera
de la necesidad de ser interrogadas, explicadas y por qué no también, acusadas.
352
La universalidad que toma como referencia los Derechos Humanos, implica no
escamotear del análisis los propios conflictos en las sociedades occidentales, ni sus
efectos en el ámbito global. Es decir, significa romper con la tendencia a analizar desde
una perspectiva culturalista a <los otros>, demonizando algunos de sus conflictos y
prácticas 200, y presentar a los países occidentales como neutros respecto de dichas
problemáticas.
La referencia a la universalidad requiere articular una pedagogía capaz de dar cuenta del
sustrato universal de todas las sociedades, rechazando una visión lineal y evolucionista
del desarrollo. Ello requiere, visualizar retrospectivamente, pero aún más en la
actualidad, la forma en que los grupos humanos modelan las sociedades desde el
intercambio, la imitación y el préstamo, asumiendo la multidireccionalidad de todos
esos procesos.201
200
Algunos ejemplos de este doble análisis los encontramos recurrentemente en temas como la ablación
de clítoris; la situación de la mujer en los países árabes; el fundamentalismo religioso; las continuas
referencias a unas élites que viven de la miseria de la mayoría en el tercer mundo; las prohibiciones
alimentarias; la práctica de la poligamia o los conflictos <tribales>. Por el contrario no se analizan de la
misma manera algunas “costumbres” propias como los malos tratos y la violencia, la desigualdad de
género, la desigualdad económica y la exclusión social, las propias celebraciones religiosas, las
persistencias de los conflictos territoriales identitarios y religiosos, los problemas ecológicos, las
festividades macabras, los bailes regionales y algunas de nuestras especialidades culinarias, entre otros.
201
Ello no significa (Hannerz) que no exista asimetría en ese proceso de intercambio, ni que uno de los
objetivos de la interculturalidad sea contribuir a la nivelación y la paridad. Por el contrario, significa
reconocer también lo que tomamos del otro (del otro del sur en este caso) en forma de bienes económicos
y culturales, de cómo los grupos humanos se apropian unos de otros de aquello a lo que se le otorga
validez y prestigio.
353
8.1.1. ¿Una pedagogía diferente, o una pedagogía de la diferencia? Análisis crítico
de la educación intercultural como respuesta educativa a las diferencias culturales
Pensamos que ese debe ser el objetivo prioritario de toda acción educativa, y aún más,
de aquella que se pretenda intercultural. Sin embargo, muchas de las propuestas de EI
inciden más en otro aspecto de la cultura, en aquella que resalta la cultura como
derecho a la diferencia. La EI como atención a la especificidad cultural tiene que ver
con un concepto de cultura que, tal y como hemos analizado en el capítulo primero,
puede convertirse en una visión esencializada y estática de la identidad cultural.
354
La concepción general acerca de la importancia de la atención a la diversidad, supuesto
que afirmamos y entendemos como imprescindible para la reflexión educativa de hoy,
puede producir, en el marco de la EI, los dos deslizamientos siguientes que nos parecen
erróneos como punto de partida.
355
Esta posición anula el “aquí y ahora” de los individuos, los sustrae de su contexto
cotidiano para asignarlos a categorías culturales estáticas que pueden ser percibidas
como carencias o déficits educativos. Conlleva, además, una representación exagerada
de los rasgos culturales, de algunos de ellos, en detrimento de los procesos de
socialización que se producen en el marco de las relaciones educativas.
Posibilitar una educación verdaderamente plural requiere pensar los modelos culturales
que la escuela favorece, cuales son las pautas sociales que fomenta, cuales las versiones
negativas de la historia y cuáles sus silencios. Supone pensar de nuevo en cómo
organiza y estructura el conocimiento, en sus jerarquías y en la distribución del saber en
asignaturas y tiempos compartimentados En otras palabras, una opción intercultural de
la educación debería representar un modelo en el que los conocimientos que se
transmiten, los saberes que se organizan, estuvieran cada vez menos anquilosados, cada
vez menos atados a un “núcleo duro” de cultura y por el contrario, permitieran una
mayor flexibilidad y apertura hacia nuevas formas de conocimiento y aprendizaje.
356
Es decir, integrar una visión plural de la cultura, no significa, a nuestro entender,
incorporar a los contenidos educativos un mosaico de explicaciones culturales de “tipo
documental”, sino en revisar esos mismos, para favorecer que aquello que aporta cada
sujeto particular pueda ser recogido y articulado en el conjunto del contexto educativo.
Por ello, parece evidente que una aproximación culturalista a la identidad coloca a los
sujetos en la necesidad de responder a aquello que hemos definido para ellos como “su”
cultura e identificarse con unos contenidos que pueden no tener nada que ver con su
realidad cotidiana. Con ello arrinconamos una perspectiva dinámica y compleja de la
identidad que se está construyendo, y damos por sentado unos rasgos culturales que
hemos definido como significativos, y que suelen corresponderse con el origen
nacional, la lengua familiar y la religión.
Por último, es importante recordar que este proceso no se manifiesta como una
necesidad para todas las <culturas>, sino que sólo algunas son calificadas como
portadoras de diferencia. La continua referencia a magrebíes (sic), árabes, gitanos o
subsaharianos, entre otros, en los estudios y programas de EI evidencian este sesgo
hacia unas diferencias que, curiosamente, resultan más diferentes que otras.
Parece evidente que la preocupación por la educación intercultural está muy relacionada
con el concepto de inmigración, en el caso europeo. Desde sus orígenes, el discurso
intercultural hace referencia a una sociedad plural y diversa como consecuencia de los
procesos migratorios y de los cambios tecnológicos, entre los que cabe destacar los de
los medios de comunicación.
357
En los programas de EI la referencia a los hijos de inmigrantes originarios de países
occidentales es muy escasa, la cuestión queda simplemente reducida al aprendizaje de
las lenguas oficiales del país receptor. Para este tipo de población no se tienen en cuenta
aspectos como los conflictos derivados de la distancia cultural o los obstáculos para el
aprendizaje fruto de una identidad diferenciada. Dolores Juliano ha recordado al
respecto que, sorprendentemente, sí se hace referencia muchas veces a los alumnos de
origen latinoamericano, pese a que en este caso el argumento de la diferencia cultural o
el desconocimiento del idioma no puede ser más que una parodia.
Por ello cabe preguntarse si en realidad cuando hablamos de inmigración con relación a
la diferencia cultural no estamos refiriéndonos exclusivamente a los hijos de
inmigrantes de países pobres y no europeos, que además, en muchos casos ni siquiera
son inmigrantes, en el sentido estricto de la palabra202. Además de esta consideración, la
EI pensada como atención educativa a la inmigración no deja de tener otras cuestiones
problemáticas. Es necesario analizar por qué sólo ciertas diferencias culturales son
visibilizadas como tales en los contextos educativos y requieren de acciones
especializadas. Desde la atención individualizada hasta los programas de Educación
Compensatoria, la EI planteada desde una perspectiva étnica, como respuesta a la
inmigración, puede tener consecuencias negativas respecto de los propios fines de la
educación en una sociedad democrática.
Nos sumamos en este sentido a la reflexión que realiza Dolores Juliano (1998:134) al
referirse al papel de los países occidentales respecto de la diversificación cultural de las
sociedades y concretamente al ámbito educativo cuando indica que: la <misión de
Occidente> actual no consiste en conseguir que los gitanos sigan siendo gitanos y los
indios, indios (mientras que antes consistió en aculturarlos compulsivamente), y mucho
menos en garantizar que las adscripciones identitarias se perpetúen en las
generaciones siguientes. Lo razonable es respetar las diferentes concreciones
culturales ( a fin de que nadie pueda sentirse avergonzado de su origen) y permitir al
mismo tiempo que cada persona opte por el sistema de interpretación de la realidad
con el que se sienta más afín, suprimiendo las barreras defensivas entre culturas que no
resultan más que obstáculos para su libre desenvolvimiento.
202
Ver punto 4.3.1.
358
Entendemos por tanto desde un enfoque sociocrítico de la educación, que la
interculturalidad requiere de una reflexión acerca de cómo podemos dar cuenta de la
complejidad y la diversificación de las sociedades de hoy. Dicha reflexión, que
estructura tanto lo que se ha denominado Multiculturalismo teórico como el desarrollo
de acciones destinadas a la incorporación de una perspectiva intercultural y antirracista
en los modelos educativos, se da en dos niveles:
En primer lugar a partir del análisis crítico de la educación, con relación a las formas de
aculturación y socialización en las instituciones educativas. En este sentido, la EI
retoma desde una perspectiva cultural la línea iniciada ya hace décadas respecto de otras
variables como la clase social o el género. La EI como análisis teórico de la educación,
se centra, en las implicaciones educativas que, en las sociedades actuales, tienen la
pertenencia cultural y las dinámicas identitarias. A partir de las premisas que hemos
analizado respecto del enfoque sociocrítico, la teoría intercultural desarrolla y articula,
los procesos mediante los cuales actualizar en las instituciones educativas una práctica
basada en los siguientes principios:
359
Apostar por la interculturalidad, más allá de las pertinentes modificaciones del
currículum desde una perspectiva cultural, significa reconocer, que de la misma manera
que el estatus socioeconómico y el género, la asignación cultural de los educandos los
ubica en espacios sociales restringidos y los expulsa de los itinerarios de prestigio o
promoción social.
Al mismo tiempo, creemos que implica que la denuncia del encapsulamiento cultural y
de sus efectos, pueda dar lugar a la heterogeneidad cultural, y a la diversidad de
expresiones de identidad que se produzcan. Ese “dar cabida”, tiene que ver con la
capacidad para desarrollar una educación donde se favorezca, en todos los niveles, la
expresión de los propios referentes culturales. Ello requiere de una profunda revisión de
la forma en que las instituciones educativas organizan el tiempo y los espacios de la
educación, de manera que éstos puedan diversificarse y ofrecer itinerarios diferentes
pero de igual prestigio.
Una de las tareas más importantes, por ejemplo en la educación reglada, sería el análisis
de los contenidos culturales y la visión del mundo que transmiten. El modelo cultural de
la escuela es una referencia importantísima de la manera en que desde la educación,
sigue entendiéndose la sociedad, la cultura y las relaciones entre los grupos. Otra de las
cuestiones cruciales para el análisis intercultural es las formas de producción de
conocimiento y de participación social como el ingreso lineal en un único modelo de
socialización. Si la educación es una manera de “incorporación al mundo” y
particularmente al mundo de lo común, del patrimonio humano compartido”, ello no
excluye la existencia de distintos circuitos para realizar esa incorporación.
360
8.2 REFELXIONES PARA ESTABLECER LOS PRINCIPIOS TEÓRICOS DE UN MODELO
DE EDUCACIÓN INTERCULTURAL
Para Rülcker (1992:57) la EI debe regirse por el principio de las <experiencias vividas>.
Más allá de la revisión de los programas y los contenidos educativos, la
interculturalidad, en tanto que reflexión teórica, alcanza todos los ámbitos educativos.
Su implantación, significa, a nuestro entender el desarrollo de tres principios clave:
361
3- La diversidad y pluralidad dentro de las sociedades actuales: “una educación
multicultural exige, por lo tanto, contactos, interacción, interpenetración. Esos
objetivos no se conseguirán en clases o en escuelas segregadas ni al azar de los
encuentros privados; sólo se conseguirán si se llega a crear una relación global de
comunicación entre la abigarrada masa de lenguas y de culturas que se encuentran en
las escuelas.” (op.cit:57)
Carlos Rosales indica que los objetivos de la educación intercultural están relacionados
con: […] los de una educación para la convivencia en sentido amplio, esto es, se
pretende el desarrollo de la capacidad para el respeto a los derechos de las personas y
el mantenimiento de relaciones pacíficas, comprensivas y solidarias entre las personas
y los pueblos. (1994: 49)
362
Para ello, para el autor, todo programa de EI deberá desarrollar, como mínimo, los
siguientes aspectos:
363
Creemos que sin ese objetivo, los programas interculturales corren el peligro de caer en
un reduccionismo culturalista, en el que, al no contemplar las relaciones de poder
existentes en la construcción de la identidad (Petrus, op.cit.), segregue y excluya a
colectivos enteros a partir de un inicial y bienintencionado “reconocimiento” de las
diferencias. Dicho reconocimiento es insuficiente, cuando no peligroso, porque significa
contemplar como obstáculo y distancia insalvable, la existencia de distintas formas de
identidad cultural. Además revela el persistente etnocentrismo pedagógico que tiende a
identificar los logros sociales de los Derechos Humanos y la democracia con una única
sociedad forma cultural.
Desde esta óptica, la interculturalidad acaba por convertirse en una <misión> imposible:
la de formar y socializar ciudadanos preparados y responsables desde un modelo
occidental, y a la vez la de educar en la particularidad cultural de cada uno. Por el
contrario, pensamos que ambas cuestiones no se oponen, y que tal modelo responde a
una simplificación excesiva. Particularidad y ciudadanía, diversidad e igualdad social,
son principios, todos ellos, que responden al modelo que emana de la implantación de la
Democracia y de la declaración de los Derechos Universales.
Sin embargo, según Camilleri, existe una resistencia por parte de la educación a integrar
la diversidad cultural en su discurso, debido al efecto disgregador respecto de los
objetivos de la educación, tal y como han sido formulados por las sociedades
occidentales. Para este autor, la diversidad cultural no se ha incorporado al largo
proceso de legitimación y reconocimiento de diferencias de distinto signo a lo largo de
los dos últimos siglos, desde ideológicas, religiosas y políticas a aquellas referidas a la
condición social, el sexo y la edad, porque, para el discurso legitimador del modelo
occidental :[…] elle véhicule un signe opposé: contrariament aux précédentes, elle est
perçue comme situant ceux qui la portent hors de cette unité sociale qu’est la
communauté nationale, donc comme susceptible de faire éclater celle-ci si on l’y
accepte. Les premières sont signifiées comme intégratrices, la dernière comme
désintégratrice. (1995: 135-136)
364
El “miedo” a la desintegración que apunta Camilleri, puede acabar por producir, sino lo
ha hecho ya, un modelo de interculturalidad que se reduce al mantenimiento de la
identidad cultural, sin articularla en el conjunto de la sociedad en la que ésta se
construye e inscribe. Pensamos que tal modelo sólo puede conducir, si retomamos el
análisis de la primera parte de este trabajo, a convertir, aún más, la educación y sus
instituciones, en aparatos de segregación y clasificación de la población a partir de unos
rasgos, llamados culturales, que en el mejor de los casos, no pasan de ser una suerte de
folklore.
Decir que la pedagogía social no puede asumir las diferencias culturales desde esta
perspectiva, no significa que entendamos que nada de la “cultura” que la educación
propone y transmite deba ser revisado, ni tampoco que neguemos la importancia de una
acción educativa individualizada y atenta a las particularidades, sino que ésta no puede
fundarse en una explicación culturalista de la desigualdad social.
Tal y como indica el título de este apartado, la interculturalidad se orienta a las formas
en que la educación construye su propio discurso. Una de los cometidos de la
perspectiva intercultural, sería, a nuestro entender, la revisión del propio discurso
pedagógico y de sus mecanismos de control. Esto es, el análisis de las formas en que
pedagógicamente construimos determinado saber acerca del otro. El multiculturalismo
teórico lo formula en los siguientes términos:
365
A partir de esos principios, pensamos que, desde la educación, no es posible obviar, o
silenciar los conflictos producidos por las dinámicas identitarias actuales, ni tampoco
ocultar los mecanismos sociales de poder que se producen en torno a ellos. Además, la
propia práctica educativa, en su necesidad de dar cuenta del fenómeno sin
problematizarlo, acaba por construir <modelos cerrados> sobre la identidad y la
pertenencia cultural.
Sin embargo, la cuestión de la identidad es un proceso complejo que abarca mucho más
que lo específicamente cultural. La cuestión de la identidad en educación, tiene que ver
también con el hecho de que, ésta se construye en un contexto social dado, en un
entorno complejo y cambiante. En palabras de Meirieu: Educar es, pues, introducir a
un universo cultural, un universo en el que los hombres han conseguido amansar hasta
cierto punto la pasión y la muerte, la angustia ante el infinito, el terror ante las propias
obras, la terrible necesidad y la inmensa dificultad de vivir juntos.. (1998:25)
203
En palabras de Finkielkraut (2001: 149-151) el objeto de los estudios culturales es al mismo tiempo el
sujeto del discurso, dado que en ellos, no se trata tanto del saber, como de las relaciones entre saber y
poder, de manera que no se habla de, sino en nombre de.
366
[...] restituir al sujeto de la educación un lugar protagónico en sus procesos de
adquisición y consiguiente apropiación, transformación y uso de los saberes y
conocimientos en juego en cada época y no de aquellos que se consideran a la
medida de su cultura de proveniencia (1999:162)
367
La reflexión en torno a la división de los espacios educativos y de formación
que marcan y separan a los individuos respecto de los itinerarios posibles a
seguir, personal y profesionalmente. En este sentido, la misma división de la
educación en dos ámbitos, reglado y no reglado, como entidades diferenciadas y
excluyentes entre sí, constituye para nosotros uno de los puntos cruciales de la
reflexión pedagógica actual. Las palabras de Petrus en este tema son muy
significativas: la educación ha visto notablemente ampliado y ensanchado el
ámbito de sus competencias y, lo que es más importante, ha dejado de ser
patrimonio de la escuela. En efecto, un importante objetivo de la educación es
hoy adquirir las competencias sociales necesarias para la adaptación y el éxito
social. Pero la adquisición de toda competencia social comporta forzosamente
tres cosas: primero, pertenecer al grupo; segundo, ser valorado, ser apreciado,
ser tenido en cuenta por el grupo; y tercero, implica tener la oportunidad de
contribuir, de ayudar a la mejora del grupo. En ello radica la importancia de la
educación. (Romans, Petrus, Trilla, 2000:66).
204
Más allá de los específicos de idiomas, proliferan los cursos de informática, de administrativo, etc,
para inmigrantes, o para marroquíes. Los de costura o cocina para mujeres árabes o los programas de
animación sociocultural, con la realización de talleres y actividades culturales también destinados a
inmigrantes o grupos étnicos o culturales diversos.
368
Otra de las cuestiones importantes a desarrollar desde una perspectiva intercultural es la
recuperación de la dimensión “ilustrada”205 de la educación. Entendemos por esa
dimensión la apuesta por una educación basada en la igualdad y la pluralidad, centrada
en lo común y lo semejante, que se ocupa de favorecer la promoción social de todos los
sujetos de la educación.
205
Tomamos este concepto con precaución. Tal y como indica Touraine (1997), el proceso de
resurgimiento de “nuevas identidades” ha tenido, o tiene, un elemento creativo. Este es la liberación de :
“la jaula de hierro del racionalismo ilustrado” (1997:47). Aunque el autor entiende que la fuerza de la
reafirmación de una identidad cultural, étnica o religiosa, en la actualidad, tiene que ver con la dificultad
para definirse como ciudadano, o trabajador, también advierte de que la modernidad ha constituido un
proceso uniformador y excluyente identificado con un único actor social. Desde la crítica de la
perspectiva del género, hasta la cultural, la modernidad ha sido un tipo concreto de civilización, de clase,
de género, de edad, de profesión o de nivel educativo. La consecuencia de esto para el autor es que ubica
al resto de actores en un estatus de inferioridad o de exclusión. Por tanto, el proyecto “ilustrado” fracasa
cuando no es capaz de incorporar la igualdad y de dar lugar a la pluralidad.
369
En este sentido, uno de los objetivos de la EI que más se han defendido es la de la
adquisición de competencias socioculturales. Entendemos que ese “posibilitar” la
integración en la sociedad, no se reduce a la excelencia profesional o intelectual, sino
que además implica dominar las herramientas “estratégicas” de comunicación y relación
en nuestras sociedades. Es desde esta perspectiva que entendemos la formación de
competencias socioculturales, en la de la formación crítica de los modos de producción
y distribución del conocimiento, de los mecanismos de participación y de los itinerarios
de acceso a la cultura en todas sus formas.
370
8.2.3. Una pedagogía abierta en una sociedad en transformación-
En este sentido, pensamos, que otro de los ámbitos propios de una perspectiva de la
educación intercultural, además del análisis de los propios espacios educativos y de sus
contenidos, es la de la ciudadanía y la participación social. La EI, en el marco de la
pedagogía social debe ocuparse de la <cultura de la ciudad>206, entendida como el
espacio público común, capaz de articular múltiples formas de vinculación y
pertenencia. La educación de la ciudadanía, además de cómo status y derecho, supone
la apuesta por una <pedagogía abierta>. La ciudadanía en este sentido amplio, es
competencia de la educación, que se ocupa de garantizar el pleno acceso al espacio
social, de todos y cada uno de los sujetos de la educación. Una pedagogía abierta sería
para nosotros aquella capaz de articular unas narraciones sobre lo humano globales e
integradoras. Es decir, capaz de dar cuenta y de ser un puente entre las distintas formas
de comunidad, lo local, y sus significaciones universales, lo global.
206
Algunas de las obras de referencia sobre este tema y que hemos utilizado en este trabajo son: Borja;
Castells (1999), en particular el capítulo dedicado a la ciudad multicultural. Hannerz (1993), sobre la
exploración de la ciudad y su concepto de la ciudad como red de redes. Bárcena (1997), en concreto la
segunda parte dedicada al análisis de las concepciones de Arendt sobre lo público y la educación de la
ciudadanía. Barry Clarke (1999), el capítulo dedicado a una nueva concepción de la ciudadanía.
371
Más que oponer, la noción de comunidad a la universalidad, la pedagogía intercultural,
tal y como la entendemos integra lo complejo y lo fragmentario de las identidades. Más
que excluir, asimilar o comprender la identidad del <otro>, se ocupa de generar los
espacios necesarios para que el sujeto se apropie de los contenidos siempre
heterogéneos de la sociedad actual.
Por ello nos remitimos a la ciudad y a la ciudadanía207 como espacio donde se da lugar
esa posibilidad de participación que supera el marco de la identidad cultural propia. La
EI es entonces una pedagogía de los encuentros, pero no de los encuentros entre culturas
e identidades perfiladas, sino entre la indefinición y lo ambiguo de las pertenencias e
identificaciones de los sujetos. Atribuimos entonces a la EI la labor de <mediar> entre
esos espacios sociales, entre la ciudad, los ámbitos propios de acción y participación, y
los individuos, sea cual sea su identidad cultural. Sin embargo, educar la ciudadanía es
también dar a lugar a la interdependencia y la responsabilidad208, en el sentido de que la
ciudadanía supone una cierta acción y un cierto compromiso.
207
El concepto de ciudadanía y todas sus diversificaciones es muy complejo para analizarlo en el marco
de este trabajo, como son las distintas concepciones que emanan de las teorías republicanas sobre el
civismo o las de la tradición liberal. No hemos entendido aquí la idea de cultura de la ciudad en tanto que
educación moral del ciudadano o formación del sentido de pertenencia a una comunidad, sino como
posibilidad de un vínculo que a priori está por definir. Lo que nos interesa resaltar de la participación en
la ciudad es que nos referimos a un espacio abierto y heterogéneo, capaz de aglutinar y de dar lugar a lo
complejo, a la multiplicidad y de articular la pluralidad en un espacio de convivencia común.
208
En el sentido apuntado por M. Cruz, vinculada a la posibilidad de acción y de elección, también
colectiva. Cruz entiende como <responsabilidad colectiva> el modo en que los sujetos participan o se
incorporan a un designio aceptado por el grupo, y lo hacen suyo como designio colectivo en la medida en
que reconocen su alcance.(1999:75)
372
Sentimiento del vínculo con cualquier ser humano y participación responsable
en proyectos que lleven a transformar positivamente nuestra <aldea global>
Pensamos que la EI tiene que ver con la articulación educativa de los contenidos
anteriores, y que en la actualidad, tales principios deben estar configurados desde la
pluralidad de identidades, creencias y formas de cultura que se dan en nuestras
ciudades. Si la ciudad es, como ya pensó a finales del siglo XIV Francesc Eixemens,
aquel lugar [...] en el que cada uno va a sus asuntos y faenas en paz y donde todo se
resuelve por medio de la palabra (Giner,1987:186), la interculturalidad, como
perspectiva educativa, debe ser, para nosotros, el proyecto y la acción que posibilita
esa realización.
373
374
8.3 - LA INTERCULTURALIDAD EN EDUCACIÓN. APUNTES PARA EL FUTURO
Aquí, la interculturalidad es una apuesta por la pluralidad desde las múltiples formas de
identidad individual y de estructuración de la pertenencia. La perspectiva intercultural
parte de esa diversidad como un elemento inherente a lo humano, como una realidad
atravesada constantemente por la multiplicidad y el cambio. En este sentido la
interculturalidad, ha de ser entendida como una forma de comprender los procesos de
comunicación e interrelación que se dan entre los individuos de una sociedad
determinada, sea cual sea su origen y referentes culturales, asumiendo que todos ellos
son expresión de la pluralidad y todos ellos diversos en la misma forma.
375
La noción de interculturalidad que hemos intentado desarrollar se articula a partir del
concepto de cultura, ya que toda propuesta de acción intercultural contiene una idea
implícita de lo que la cultura significa y de su importancia en el proceso de
socialización y de integración social.
376
Sin embargo, pensamos que no debemos articularlos en tanto que “problemas” a los
que la pedagogía deba dar una respuesta. Más bien, creemos que la interculturalidad se
centra en el proceso contrario, el de pensar, desde la pedagogía social, unas prácticas
educativas capaces de dar “lugar” a las distintas narraciones e identidades que se
despliegan ante ella. El encuentro con la alteridad significa en este contexto un salirse
de lo propio, de lo sabido, para adentrarse en lo desconocido y dar posibilidad a lo
nuevo.
377
378
10- CONCLUSIONES FINALES DE LA TESIS
379
Debido a esta escasa elaboración de los elementos teóricos del discurso entendemos que
en los modelos analizados se produce una contradicción en el nivel del discurso
respecto de los principios que emanan de la interculturalidad y la conceptualización de
la alteridad y la identidad. La intercultura se revela como un discurso social de la
diferencia, que en la mayor parte de los conceptos analizados configura un modelo
estático y cerrado de la cultura y de la diversidad. Creemos que ello revierte en modelos
reduccionistas de la intercultura cuyo efecto es la estigmatización social de aquellos
colectivos identificados como culturalmente “diferentes”.
Respecto del segundo de los objetivos planteados hemos llegado a la conclusión de que
no es posible hablar en la actualidad de un modelo pedagógico intercultural acabado.
A partir del estudio de las teorías multiculturales de la sociedad, creemos que su
articulación pedagógica ha devenido en un discurso centrado exclusivamente en la
atención a los inmigrantes y en una suerte de explicación culturalista de la sociedad.
380
Estudiar los diferentes modelos y propuestas pedagógicas sobre la
atención a la diversidad en los contextos educativos actuales.
La tercera propuesta de los objetivos señalados nos indica que respecto de los modelos
y propuestas pedagógicas de atención a la diversidad cultural, existen dos tipos de
orientaciones que se distinguen a partir de la población a las que dirigen. Desde esa
realidad convenimos que en que no existe un enfoque global e integrador de la
interculturalidad y que bajo la misma denominación se articulan básicamente dos tipos
de programas educativos:
381
Creemos que la posibilidad de articular un modelo global de la interculturalidad
educativa reside en la perspectiva desarrollada por el enfoque sociocrítico, ya que es el
único de los estudiados que relaciona los conflictos identitarios con los procesos
políticos y económicos en contextos interdependientes y globalizados como los actuales.
Por ello pensamos que el desarrollo de la interculturalidad pasa por el desarrollo integral
de una práctica educativa orientada hacia los conceptos de participación y ciudadanía y
no por una pedagogía culturalista y diferenciada.
Respecto del cuarto y quinto objetivos con los que iniciamos este trabajo queremos
destacar que el discurso sobre la diversidad que emana de los programas analizados
sigue estructurándose a partir de una visión etnocéntrica y estereotipada de las
sociedades y los hechos culturales. La mayoría209 de los materiales escolares
interculturales editados en el periodo estudiado reproducen los mitos culturales situando
la alteridad fuera de la propia sociedad y excluyendo del análisis los procesos
socioeconómicos del mundo actual. Son tres las cuestiones que queremos destacar en
este apartado:
209
Excluiríamos de este reflexión el registro PE011 que si realiza dicho análisis, aunque sí queremos
constatar que define los beneficios de la inmigración desde un criterio utilitarista y de “rentabilidad
económica” para la sociedad occidental.
382
En segundo lugar, la mayor parte de los programas obvian la dimensión histórica al
explicar la realidad cultural de <los otros>, situando en el presente tan sólo aquellas
cuestiones más conflictivas y problemáticas y explicándolas en tanto que
“peculiaridad” y tradición cultural.
En la mayor parte de programas analizados existe una visión simplista de los procesos
migratorios actuales. La inmigración es explicada bien a partir de un criterio utilitarista
sobre los beneficios que aporta a la sociedad occidental, o bien desde una visión
paternalista en la el sujeto es contemplado como una víctima necesitada y desvalida.
383
Proponer los principios teóricos básicos para la elaboración de una
pedagogía de la interculturalidad.
A modo de conclusión final y respecto del sexto de los objetivos planteados queremos
destacar dos cuestiones a nuestro entender fundamentales para la elaboración de los
principios de un modelo pedagógico de la interculturalidad:
Para terminar, quisiéramos apuntar como conclusión última que la educación no puede
convertirse en la “válvula de escape” y en el “parche” `para resolver todos los
conflictos surgidos de los profundos cambios de las sociedades de hoy. La perspectiva
intercultural “celebra” la diversidad no tanto como un hallazgo novedoso, como porque
ésta constituye el punto de partida, la materia prima primigenia. Sin embargo, esa
diversidad requiere a su vez de la reivindicación de la igualdad, y de la negación a
convertir en diferencia cultural y en una cuestión pedagógica, las situaciones de
exclusión y marginación social. La interculturalidad sólo es posible desde dentro, es
decir, sólo puede desarrollarse cuando se forma parte del grupo y eso significa que
están garantizados los derechos de participación y ciudadanía.
384
11- BIBLIOGRAFÍA
385
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WIEVIORKA, M. (1992): “L'espai europeu del racisme: una hipótesis” En: PUIG, G. (comp.): Recerca i
educació interculturals. Actes de la Conferència Europea de Sant Feliu de Guíxols. Barcelona, La Llar
del Llibre, pp. 59- 72.
WIEVIORKA, M. (1994): “La gran mutación” En: CONTRERAS, J. (comp.): Los retos de la
inmigración. Racismo y pluriculturalidad. Madrid, Talasa, pp. 57-80.
WIRTH, L. (1988): “El urbanismo como forma de vida” En: FERNÁNDEZ-MARTORELL, M. (comp.):
Leer la ciudad. Barcelona, Icaria, pp. 29-53.
WITTECK, F. (1994): “Mediaton: doutes et interrogations” En: Agende Inter-Culturelle, núm. 128.
Bruselas, Centre Bruxellois d’Action Interculturelle.
WOODS, P.; HAMMERSLEY, M. (1995): Género, cultura y etnia en la escuela: informes etnográficos.
Barcelona, Paidós / Ministero de Educación y Ciencia.
ZANNAD, T. (1997): “Las nuevas formas de identidad cotidiana en el Magreb: el caso de Túnez” En:
Revista CIDOB d’Afers Internacionals, núm. 36, pp. 89-96. Barcelona, CIDOB.
ZIROTTI, J.P. (1998): “Currículum intercultural y educación nacional en Francia” En: BESALÚ, X.;
CAMPANI, G.; PALAUDÀRIAS, J.M. (comp.): La educación intercultural en Europa. Un enfoque
curricular. Barcelona, Ediciones Pomares - Corredor S.A, pp. 136-152.
426
12- ANEXOS
427
428
Anexo 1:
PROGRAMAS EDUCATIVOS ANALIZADOS
429
430
LISTADO DE PROGRAMAS ANALIZADOS
PE004-ATD- Programa
SANDÍN, M.P.
IDENTIDAD E INTERCULTURALIDAD. MATERIALES PARA LA ACCIÓN TUTORIAL.
PRIMER CICLO DE ESO.
GRUPO GREDI- EDITORIAL LAERTES.
PE006-ATD- Programa
UN PROGRAMA PEDAGÒGIC PER LA TOLERANCIA.
FUNDACIÓ PER LA PAU/ INTERMÓN/ GENERALITAT DE CATALUNYA
PE007-ATD- Programa
EDUCAR: UN INSTRUMENTO PARA LA PAZ. CUADERNO DE EJERCICIOS.
ACNUR- MINISTERIO DE TRABAJO Y ASUNTOS SOCIALES.
431
PE010-ME –Crédito Variable
GRUP DE RECERCA EN EDUCACIÓ MORAL DE LA UNIVERSITAT DE BARCELONA
EDUCACIÓ EN VALORS. DIFERÈNCIES I DESIGUALTAT
ENCICLOPEDIA CATALANA
PE012-ATD- Programa
NAVARRO, E. ; PALLEROL, C.; VILELLA, M.
EL MAGRIB.
EDITORIAL ICÀRIA. PROGRAMA VISQUEM LA DIVERSITAT ( Associació d’amistat Catalano-
Algeriàna; Associació d’Ensenyament amb Gitanos de Catalunya, Centre d’Harmonització i Dinamització
Intercultural de Catalunya, Federació d’Associacions Gitanes de Catalunya, Retruco, Solidaritat amb
Argentina; Sodepau.
PE013-ATD- Programa
CARRERAS, L.
L’ÀFRICA NEGRA
EDITORIAL ICÀRIA. PROGRAMA VISQUEM LA DIVERSITAT ( Associació d’amistat Catalano-
Algeriàna; Associació d’Ensenyament amb Gitanos de Catalunya, Centre d’Harmonització i Dinamització
Intercultural de Catalunya, Federació d’Associacions Gitanes de Catalunya, Retruco, Solidaritat amb
Argentina; Sodepau.
PE014-ATD- Programa
RICO, ANTONIA I.
ACTUAR CONTRA EL RACISMO. ESTRATEGIAS DE INTERVENCIÓN SOCIAL.
NAU LLIBRES- CITMI CITE.
432
PEO17-ME (Crédito Variable)
VALLS, G.; COSTA, A.
ELS VALORS DE LA CONVIVENCIA
EDITORIAL BAULA
PE020-ADT- Programa
VV.AA- CPR BAIX LLOBREGAT
PROGRAMA D’EDUCACIÓ COMPENSATÒRIA. ATENCIÓ ALS NENS ÁRABS. INSTRUMENTS
PER PLANIFICAR I EVALUAR
PE021-ADT - Programa
VV.AA-. CPR BAIX LLOBREGAT. ANOIA.
PROGRAMA D’EDUCACIÓ COMPENSATÒRIA. ORIENTACIONS I PROPOSTES PER
L’ACOLLIMENT D’ALUMNES NOUVINGUTS.
GENERALITAT DE CATALUNYA.
PE022-ADT- Programa
VV.AA/ IES TORRE ROJA
CURRÍCULUM DE SUFICIENCIA E NSERCIÓN EDUCATIVA
CPR BAIX LLOBREGAT/ AJUNTAMENT DE VILADECANS
PE023-ADT- Programa
GASA, M. ALONSO.; BRAGULAT, C.; ROQUER, J.. SARDANS, M.; SAULEDA, A.
ORIENTACIONS I PROPOSTES PER PAUTAR EL PROCÉS D’ESCOLARITZACIÓ DURANT EL
PERIODE D’ACOLLIDA.
PROGRAMA D’EDUCACIÓ COMPENSATÒRIA DEL BAGES, OSONA I VALLÈS ORIENTAL.
433
434
Anexo 2:
LISTADO DE NOTICIAS Y ARTÍCULOS DE OPINIÓN
435
436
Listado de noticias
P100015 REPORTAJE
El absentismo escolar afecta al 66% de los 180.000 estudiantes gitanos españoles. Asociaciones y
expertos exigen apoyo a la integración para evitar sucesos como el de Baracaldo.
EL PAÍS, 22-05-00, P. 34
P100016 REPORTAJE
Los colegios concertados madrileños sólo acogen al 12% de los escolares gitanos y al 20% de los
inmigrantes.
EL PAÍS, 22-05-00, P. 35
P100017 REPORTAJE
a) El 47% de los niños de Tercer Mundo dejan de ir a clase por presiones familiares.
b) Se pueden aprender muchas cosas de las mujeres africanas.
EL PAÍS, 22-05-00, pp. 41-42
P197001 REPORTAJE
Babel en el barrio del Raval. Crece el multiculturalismo en las escuelas del centro de la vieja Barcelona
EL PAÍS, 16-09-97, p. 33
P197002 REPORTAJE
La escuela de Gualta tiene cinco alumnos y todos son hijos de inmigrantes africanos. Los niños sólo
hablan su lengua materna
EL PAÍS, 20-09-97, p.10
P197003 REPORTAJE
Diez años meciendo cunas en el Raval. En una guardería del barrio conviven una cincuentena de niños,
en su mayoría hijos de inmigrantes.
EL PAÍS, 29-12-97
P198004 REPORTAJE
Retrato del racista adolescente. Un estudio de la Complutense refleja el perfil de los intolerantes en los
institutos.
EL PAÍS,10-02-98, p.31.
P198005 REPORTAJE
Manual de convivencia con gitanos Un programa escolar potencia el respeto y la cooperación con las
minorías.
EL PAÍS, 17-02-98, p.31.
P198006 REPORTAJE
Bronca en las aulas La pérdida de autoridad de los padres y el aumento de la edad de escolarización
obligatoria disparan la agresividad en los colegios. Una plaga que afecta al 54% del profesorado.
EL PAÍS,19-04-98, pp.10-12.
437
P198007 NOTICIA
CIU rechaza regular el reparto de los alumnos inmigrantes entre las escuelas.
El PSC proponía una ley para evitar que se formen guetos escolares.
EL PAÍS,17-09-98, p.30
P198008 NOTICIA
Sólo dos municipios catalanes han distribuido a los alumnos inmigrantes entre todas las escuelas.Vic y
Manlleu logran que la Administración aplique la ley para evitar guetos escolares.
EL PAÍS,25-09-98, p.6
P198009 REPORTAJE
Sólo el 6,5% de los escolares africanos va a centros religiosos.La Escuela Cristiana pide “apertura”
para los hijos de inmigrantes.
EL PAÍS, 01-11-98, p.6
P198010 NOTICIA
a) Los libros de texto, a debate en el Congreso.
b) Educación ¿para todos?
EL PAÍS,15-09-99, p.33
P199011 REPORTAJE
Gabriel vive a 6000 kilómetros del colegio. Los padres del niño que estudia por Internet son
antiautoritarios y naturalistas.
EL PAÍS, 19-09-99, p.31
P199012 REPORTAJE
a)Libros bajo control.
b) Los profesores dicen ‘sí’ a la adaptación y ‘no’ a la censura. c) Manifiesto de 5000 intelectuales en
Valencia. Los editores piden la supresión de la “censura previa” de las comunidades sobre los textos
escolares.
EL PAÍS,11-10-99, pp. 33-34-35-36
P199013 NOTICIA
Revueltas por defender la tradiciónLa prohibición del pañuelo islámico desata violentas manifestaciones
en las universidades turcas.
EL PAÍS, 18-10-99,p. 48
P297001 REPORTAJE
El Cristo de los gitanos. Los ritos evangélicos aumentan su influencia entre los calés y los marginados de
la sociedad.
EL PAÍS, 13-07-97, pp.14-15
P297002 NOTICIA
Cientos de miles de mujeres negras marchan en Filadelfia para exigir protagonismo social. Celebrado en
EE.UU. un nuevo acto multitudinario de reafirmación étnica y sexual.
EL PAÍS, 26-10-97, p.2
438
P297003 NOTICIA
Los moriscos vuelven a Granada. Musulmanes de la ciudad reivindican los derechos que les concedieron
los Reyes Católicos en 1492.
EL PAÍS, 07-12-97, p.10
P298004 NOTICIA
Can Tusell: coexistencia multiétnica. El barrio de Terrasa no registra conflictos, pero carece de vida
asociativa.
EL PAÍS, 03-06-98, p.14
P299005 REPORTAJE
Los niños que hacen temblar a Francia. Miles de menores de los suburbios de las ciudades han
declarado la guerra al Estado. Decenas de coches quemados cada semana y se suceden los disturbios y
los enfrentamientos con la policía.
EL PAÍS, 07-02-99, p.1-2-3
P299006 NOTICIA
El velo islámico facilita las infracciones al volante.
EL PAÍS, 11-07-99
P299007 NOTICIA
Nadie se fía de nadie. Los políticos locales intentan transmitir a Madrid que derrocar a Aberchan creará
conflictos entre católicos y musulmanes.
EL PAÍS,11-07-99, p. 22
P299008 ENTREVISTA
Ingresamos en la época de posidentidad. Francisco Jarauta selecciona los fenómenos que caracterizan el
cambio de siglo.
EL PAÍS,15-09-99, p. 43
P299009 NOTICIA
Los mapuches persisten en su ‘guerra’ contra Endesa y a favor de su cultura.La empresa anuncia que
seguirá con la presa.
EL PAÍS, 18-09-99 p. 5
P299010 REPORTAJE
Imparable ‘poder’ latino. Los hispanos son casi tantos como los afroamericanos, y los asiáticos crecen
mientras la población blanca decae.
EL PAÍS, 19-09-99, p.35
P299011 NOTICIA
El cardenal Carles critica el estilo árabe del cartel de las fiestas de la Merced. El arzobispo de
Barcelona lamenta que no se reflejen los orígenes cristianos del evento.
EL PAÍS, 25-09-99, p. 34
P299012 NOTICIA
Holanda, el cobijo de lo diferente. Los Países Bajos, pioneros en abordar la prostitución, eutanasia,
consumo de drogas o matrimonio homosexual.
EL PAÍS,31-10-99, p.30
439
P300019 NOTICIA
El Gobierno estudia recurrir a la expropiación forzosa para alojar a losa inmigrantes de El Ejido. El
Consejo de Ministros declarará mañana el municipio almeriense “zona de emergencia social”.
EL PAÍS,17-02-00, p.31
P300020 NOTICIA
Gobierno y Junta pactan alojar de inmediato a los inmigrantes de El Ejido con o sin apoyo del alcalde.
Acebes desplaza a Pimentel como coordinador de la ayuda a las víctimas de los ataques racistas.EL
PAÍS,18-02-00, p.29
P300021 NOTICIA
El gobierno asegura que no dejará que el alcalde de El Ejido confine en un gueto a los inmigrantes.
Protección Civil instalará 40 casas prefabricadas junto a los invernaderos para 300 marroquíes.EL
PAÍS,19-02-00, p.28
P300022 ENTREVISTA
‘Mañana puede haber otro El Ejido’ El presidente de la Asociación de Trabajadores Inmigrantes
Marroquíes en España afirma que la explosión de El Ejido puede reproducirse en otros lugares del país.
Abdel Hamid Beyuki asegura que en España existe un racismo inducido y un odio histórico que enfrenta
a marroquíes y españoles.
EL PAÍS, 20-02-00, p.6-7
P300023 NOTICIA
Inmigrantes del Campo de Cartagena denuncian a agricultores e intermediarios por presunta extorsión.
Sindicatos y ONG confirman el pago de fuertes sumas para legalizar situaciones laborales.
EL PAÍS, 20-02-00, p.32
P300024 NOTICIA
Empiezan las obras de los barracones entre quejas de los inmigrantes en El Ejido.
La improvisación marca los primeros trabajos.
EL PAÍS, 21-02-00, p. 35
P398001 REPORTAJE
Los españoles son cada vez menos racistas aunque haya más inmigrantes. Los estudios oficiales
aseguran la tendencia a la baja de la xenofobia.
EL PAÍS, 15-09-98, p.27
P399002 NOTICIA
Los magrebíes de Terrassa se encierran en sus casas por miedo a agresiones racistas. Medio millar de
manifestantes volvieron a recorrer anoche las calles de Ca n’Anglada.
EL PAÍS, 16-07-99, p.1-4
P399003 NOTICIA
Los marroquíes siguen encerrados en sus casas por temor a las agresiones. Detenido un joven por
apuñalar a un magrebí.
EL PAÍS, 18-07-99, p.25
440
P399004 NOTICIA
Los vecinos de Ca n’Anglada señalan a un grupo de jóvenes magrebíes como origen de la tensión.. El
barrio reivindica la expulsión de los jóvenes inmigrantes más conflictivos.
EL PAÍS, 18-07-99, p.24
P399005 NOTICIA
Tres inmigrantes gambianas, heridas en Banyoles en un incendio intencionado. Arde el vestíbulo de una
mezquita en Girona por un atentado racista.
EL PAÍS,20-07-99, p.1
P399006 NOTICIA
El juez de Terrassa prorroga la detención de tres ‘skins’ y deja libres con cargos a otros dos. Las
carnicerías que venden carne de animales sacrificados según las normas del Corán abrieron ayer. EL
PAÍS,20-07-99, p.4
P399007 NOTICIA
La policía cree que el juicio contra el nazi Varela ha dado alas a los racistas Los agentes atribuyen a
‘skins’ actos recientes contra independentistas.
EL PAÍS, 21-07-99, p.5
P399008 NOTICIA
Pomes califica el incendio racista de Banyoles de gamberrada. Los Mossos d’Esquadra descartan que
existiera un móvil xenófobo.
EL PAÍS, 21-07-99, p.1
P399009 NOTICIA
Rebelión racista en Austria. El populista y xenófobo Haider ha conseguido un público heterogéneo con
una nueva imagen de modernidad.
EL PAÍS,03-10-99, p. 2
P399010 NOTICIA
Un muro de la vergüenza junto a Praga. Una tapia aísla a los gitanos en una ciudad de la República
Checa, donde 20 romanís han sido asesinados desde 1990.
EL PAÍS,10-10-99, p. 64
P399011 NOTICIA
Un filósofo alemán remueve fantasmas. Peter Sloterdijk, acusado de usar una “retórica fascista” y
plantear una nueva selección genética.
EL PAÍS,10-10-99, p. 37
P399012 NOTICIA
Masivas movilizaciones en Suecia contra la oleada de ataques neonazis. Miles de personas salen a la
calle en protesta contra el asesinato de un sindicalista.
EL PAÍS, 24-10-99, p.5
P399013 NOTICIA
Crisis en la burbuja suiza. La victoria de la ultraderecha desvela el alza de la xenofobia en el paraíso de
la neutralidad.
EL PAÍS, 31-10-99, p.6
441
P399014 NOTICIA
En libertad los detenidos por el ataque al centro de acogida de Fuerteventura. La policía niega los
móviles xenófobos.
EL PAÍS,12-10-99, p.26
P399015 NOTICIA
Un grupo nazi compra un pueblo en España. Una organización británica xenófoba y antisemita se instala
en una aldea abandonada de Valencia.
EL PAÍS, 14-11-99, p.18
P399016 NOTICIA
La policía vigiló a los neonazis británicos de Los Pedriches desde que llegaron a Valencia. Morsello, uno
de los propietarios de la aldea, declara que el “fascismo es el único camino”.
EL PAÍS, 17-10-99, p.32
P399017 NOTICIA
Cientos de jóvenes españoles se alojan en Londres en hostales de dos neofascistas. Los dueños son los
extremistas italianos que han comprado en Valencia un pueblo abandonado.
EL PAÍS, 21-11-99, p.25
P399018 NOTICIA
El Ejido historia de un fraude. Un cúmulo de ilegalidades consentidas ha propiciado en brote de la
violencia en los invernaderos.
EL PAÍS, 13-02-99, p.1-2-3
P498001 NOTICIA
Cinco detenidos por incendiar una vivienda de inmigrantes en Almería.“La gente no quiere que el
‘moreno viva aquí”.
EL PAÍS, 10-02-98, p. 23
P498002 NOTICIA
Frontera de papel contra un inmigrante. Un marroquí con residencia legal no consigue reunirse con su
mujer por un informe negativo sin justificar.
EL PAÍS, 12-02-98, p.6
P498003 NOTICIA
Un inmigrante muerto al chocar la furgoneta en la que viajaba escondido. Otro inmigrante ilegal quedó
en estado de coma tras el accidente.
EL PAÍS,15-02-98, p.27
P498004 NOTICIA
Francia pone freno a los inmigrantes. Ochenta mil indocumentados tendrán que regresar a sus países al
acabar el plazo dado por el Gobierno Jospin.
EL PAÍS,17-02-98, p. 8
P498005 ENTREVISTA
“La salud mental hace más libres a los inmigrantes”.
EL PAÍS, 22-02-98, p.5
442
P498006 ENTREVISTA
“La ley contra las redes de inmigración ilegal tiene lagunas”.
EL PAÍS, 09-08-98, p.14
P498007 NOTICIA
Un barco de pasajeros rescata a 23 inmigrantes que estaban a punto de morir en una patera a la deriva.
La embarcación había zarpado 24 horas antes de una zona próxima a la ciudad de Nador.
EL PAÍS, 16-08-98, p.15
P498008 REPORTAJE
Los alemanes de origen turco quieren salir del gueto. Más de dos millones de inmigrantes de Turquía
esperan que los 160.000 con derecho a voto en las elecciones de septiembre les abran la vía a una mayor
integración.
EL PAÍS, 30-08-98, p.5
P498009 NOTICIA
Las pateras más desesperadas. La presión policial en el Estrecho provoca la detención de 300
inmigrantes marroquíes este año en Fuerteventura tras recorrer 100 kilómetros en barca.
EL PAÍS, 01-11-98, p.24
P498010 NOTICIA
Los ilegales sacuden a la Europa de la izquierda. Verdes y comunistas empiezan a forzar a los Gobiernos
a una flexibilidad con los extranjeros.
EL PAÍS, 22-11-98, p.2-3
P499011 NOTICIA
Investigados en España 10 casos de mutilación genital a niñas africanas. Una juez de Girona exigió que
se volviera a intervenir a una menor infibulada.
EL PAÍS, 07-02-99, p.32
P499012 NOTICIA
Diplomáticos de la ONU, acusados de explotar a esclavos. 150 casos: desde violación y acoso sexual
hasta malos tratos o salarios miserables.
EL PAÍS, 14-02-99, p.6-7
P499013 NOTICIA
Pujol, convencido de que Cataluña integrará a la inmigración africana “como ha hecho otras veces”.
Los vecinos de Ca n’Anglada, de Terrassa, dan por superada la crisis.
EL PAÍS, 23-07-99, p.4
P499014 NOTICIA
Canadá expulsa a decenas de inmigrantes chinos, pero pugna por su mascota.
EL PAÍS, 18.08-99, p. 7
P499015 NOTICIA
Nueva oleada de pateras con inmigrantes hacia las costas de Andalucía y Canarias.Detenidos 91
magrebíes en cuatro barcazas al intentar alcanzar las costas de España
EL PAÍS, 29-08-99, p.18
443
P499016 NOTICIA
300 inmigrantes arrasan su albergue en Melilla tras enfrentarse a los guardas. Acusan a los vigilantes
privados de maltrato.
EL PAÍS, 03-09-99, p.19
P499017 NOTICIA
Encarcelados ocho argelinos por los incendios provocados en el albergue de Melilla.
EL PAÍS, 10-09-99
P499018 NOTICIA
28 marroquíes en una patera a la deriva se salvan con una llamada de un móvil al 092. Fueron
rescatados tras telefonear a la policía local de Cádiz en petición de socorro.
EL PAÍS, 10-09-99, p. 26
P499019 NOTICIA
Detenidas dos personas por agredir a inmigrantes en Níjar. El Gobierno minimiza el conflicto y rechaza
que haya xenofobia.
EL PAÍS, 15-09-99, p.30
P499020 NOTICIA
Vecinos de Níjar dicen haber pegado a magrebíes para vengarse por robos. En libertad provisional los
detenidos por ataques a inmigrantes.
EL PAÍS, 17-09-99
P499021 NOTICIA
Agricultores y vecinos de Níjar afirman que una banda organizada ataca a inmigrantes.24 trabajadores
africanos han sufrido este mes agresiones en campos de Almería.
EL PAÍS, 19-09-99, p.27
P499022 NOTICIA
Dos marroquíes claman su inocencia. Absueltos de una violación y encarcelados en Barcelona desde
1991, piden revisión de otras penas.
EL PAÍS, 21-09-99, p.80
P499023 NOTICIA
Hallados muertos seis polizones rumanos en un barco atracado en el puerto de Sevilla. Las autoridades
atribuyen a la asfixia el fallecimiento de los tres hombres y tres mujeres.
EL PAÍS, 02-10-99, p.34
P499024 NOTICIA
España se prepara para duplicar su inmigración en los próximos tres años. El gobierno organiza por
primera vez la llegada de extranjeros para trabajar como temporeros.
EL PAÍS, 03-10-99, p.21
P499025 NOTICIA
Veintiocho inmigrantes, detenidos en dos pateras cerca de Fuerteventura. Los indocumentados habían
pagado por el viaje 100.000 pesetas cada uno.
EL PAÍS, 10-10-99, p.27
444
P499026 REPORTAJE
Los desheredados de El Ejido. Cerca de 3.000 inmigrantes africanos, los últimos en cruzar
clandestinamente la frontera, sobreviven en Almería entre ratas y basura.
EL PAÍS, 31-10-99, p.24-25
P499027 ENTREVISTA
“El estrecho de Gibraltar es un abismo”. Este artista de Marraquech narra en ‘Cannibales?, una novela
de éxito, la tragedia de las pateras.
EL PAÍS, 31-10-99, p.39
P499028 NOTICIA
“Me metí en la barca con mis tres hijos cuando me dejó mi marido”. Jamila, una mujer de 25 años, y Alí,
de 15, explican cómo fue su viaje al espejismo de Europa.
EL PAÍS, 01-11-99, p. 23
P499029 NOTICIA
Más de 1.500 africanos aguardan en playas del Sahara para cruzar en patera a Canarias.Seis barcas se
sumaron ayer a las más de 180 censadas por Cruz Roja este año con 2.200 personas.
EL PAÍS, 01-11-99, p.22
P499030 NOTICIA
Cinco heridos en el asalto a una residencia de menores inmigrantes en Fuerteventura. Jóvenes de un
barrio marginal causan destrozos en el centro de acogida de norteafricanos.
EL PAÍS, 07-11-99, p.19
P499031 NOTICIA
De la precariedad a la integración social. La propuesta para reformar la Ley de Extranjería cambia de
filosofía y reconoce derechos básicos a los inmigrantes.
EL PAÍS, 12-11-99, p.27
P499032 NOTICIA
Justicia niega el régimen abierto a los dos marroquíes que se declaran inocentes. Uno de los reclusos
anuncia que mantendrá la huelga de hambre y sed.
EL PAÍS,12-11-99, p. 9
P499033 REPORTAJE
El tráfico de pateras a Canarias se organiza en un hotel de El Aaiún. Los puntos de embarque habituales
son Sidi Ifni, Uad Amma Fatma y Amgraw.
EL PAÍS, 14-11-99, p.27
P499034 NOTICIA
De la patera al lupanar. Un centro de la Cruz Roja en Fuerteventura aloja por separado a inmigrantes
prostitutas
EL PAÍS, 28-11-99, p.25
P499035 REPORTAJE
‘Samaritanos’ en el Estrecho. Una red ciudadana en el litoral gaditano esconde a los inmigrantes que
logran cruzar en patera.
EL PAÍS, 05-12-99, p. 27
445
P500024 NOTICIA
Europa debate la gran reforma. La Comisión pretende que los Quince definan en cinco años una política
común de inmigración.
EL PAÍS, 16-01-00, p.30
P598001 NOTICIA
Legislar contra la desesperación. El clamor para cambiar la Ley de Extranjería ha hecho que lleguen
varias propuestas de reforma al Parlamento.
EL PAÍS, 09-09-98, p.15
P598002 NOTICIA
La Audiencia de Guadalajara absuelve de contratar a un argelino “como esclavo”. La fiscal cree un
sarcasmo que la sentencia justifique la firma del inmigrante por agradecimiento.
EL PAÍS,12-98, p.38
P599003 NOTICIA
Trabajo se compromete a entregar una tarjeta sanitaria a cada niño ‘sin papeles’. Amalia Gómez
asegura que la atención se extenderá a los adultos en situación irregular.
EL PAÍS, 03-02-99, p.26
P599004 NOTICIA
Madrid ya aprobó en julio la asistencia sanitaria gratuita a inmigrantes sin papeles. La mayoría de las
ONG que atienden a los indocumentados desconoce la medida.
EL PAÍS, -09-99, p.28
P599005 NOTICIA
La venta ambulante es válida para conseguir el permiso de residencia. El Supremo reconoce a un
senegalés el derecho a vender en mercadillos.
EL PAÍS, 09-09-99, p.29
446
Listado de Artículos de Opinión
25-07 1997 RUBERT DE VENTÓS,X “No les des pescado, dales caña”
12-07 1997 USLAR PIETRI, A. Elogio del mestizaje
31-08 1997 SOLZHENITSIN, A. La hipocresía del siglo XX que termina
09-11 1997 RUBERT DE VENTÓS,X ¿Universal?: ni el amor
25-11 1997 SAVATER, F. Unidos por la desunión
28-12 1997 MOLL, A. Una ley para la convivencia
447
Periódico Fecha Año Autor Título
15-09 1999 GIL CALVO, E. La invención de la edad
18-09 1999 VELASCO, R. El imperio de la confusión
19-09 1999 VALDECANTOS, C. La diferencia es noticia
08-10 1999 GOYTISOLO, J. Los sucesos de Níjar
10-10 1999 MARTÍN, J.M. Por una tolerancia activa
10-10 1999 MIRET, E. Convivencia de convicciones
13-10 1999 NAÏR, S. El gesto de Juan Goytisolo
15-10 1999 PAJARES, J. ¿Ley de Extranjería de la UE?
12-12 1999 PRADERA, J. Inmigración y Xenofobia
17-02 2000 VÁZQUEZ Hacia el posnacionalismo
MONTALBÁN, M.
17-02 2000 GONZÁLEZ, O. De Kosovo al Ejido
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ANEXO 3
RECURSOS EN INTERNET
449
450
Buscadores y páginas de interés generales o de enlace
451
interculturalidad
http://www.100mejores.com Buscador general. Por áreas temáticas.
Universidades, organismos públicos y
documentación.
URL Descripción
http://www.nosu.edu/cpsv/anobibintro.htm Página de recursos sobre recursos contra la
violencia escolar
452
Webs de organismos, instituciones y entidades
URL Descripción
http://www.ecri.coe.fr Página oficil del ECRI. Comisión europea contra
el racismo y la intolerancia
453
http://www.epitelio.org Red telemática de organizaciones locales contra la
exclusión social. Redes ciudadanas
454
Revistas, artículos y materiales bibliográficos
URL Descripción
http://www.elpais.es Bases de datos sobre inmigración, educación e
interculturalidad. Enlaces con otras webs de
temáticas
455
456
Anexo 4
BASE DE DATOS
457