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3 ÍNDICE DE ACRÓNIMOS

5 C° : Grados centígrados

6 Cm : Centímetros

7 f : Frecuencia

8 Km : Kilómetro

9 L : Litro

10 mL : Mililitros

11 m.s.n.m. : Metros sobre el nivel del mar

12 PBS : Fosfato buffer salino

13 PMN -N : Polimorfo nucleares - neutrófilos

14 % : Porcentaje

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22 REVISIÓN DE LITERATURA

23 1.1 Anatomía y fisiología del aparato reproductor de la hembra bovina

24 El aparato genital femenino es el órgano de reproducción de las hembras. Está capacitado

25 para la producción de ovocitos y facilita su unión con los espermatozoides, así como el

26 posterior alojamiento del embrión y el feto hasta el nacimiento. Para su estudio el aparato

27 reproductivo de la hembra se ha clasificado en órganos genitales externos e internos

28 (Gázquez A., 2004).

29 1.1.1 Genitales externos

30 Constituidos por: el vestíbulo, labios mayores, labios menores, clítoris, glándulas

31 vestibulares.

32 A. Vestíbulo

33 El vestíbulo de la vaca se extiende hasta el sitio donde el orificio uretral externo

34 se abre en su superficie ventral. La pared del vestíbulo es similar a la de la zona

35 posterior de la vagina, aunque existe mayor cantidad de tejido linfoide nodular

36 en la zona superficial de la lámina propia-submucosa. En la pared vestibular

37 existe gran cantidad de vasos sanguíneos y linfáticos, además de un laberinto de

38 espacios cavernosos que se comportan como un tejido eréctil. En el tejido

39 conectivo de la pared se pueden observar las denominadas glándulas vestibulares

40 mayores y menores, que son glándulas túbulo alveolares mucosas (Gázquez A.,

41 2004).

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42 B. Vulva

43 La vulva es la apertura externa del aparato reproductor; ella tiene dos funciones

44 principales: abrirse para permitir la cópula y sirve como parte del canal de parto.

45 Incluidos en la estructura vulvar están los labios y el clítoris. Los labios de la

46 vulva están ubicados a los lados de la apertura vulvar, y tienen aspecto seco y

47 arrugado cuando la vaca no está en celo. En la medida que el animal se acerque

48 al celo, la vulva empezará a hincharse y tomará una apariencia rojiza y húmeda

49 (Quintela et al.,2006).

50 1.1.2 Genitales internos

51 Constituidos por: vagina, cérvix, útero, oviductos o trompas de Falopio, ovarios.

52 Los órganos genitales internos como el cérvix y el útero están sostenidos por el

53 ligamento ancho. Este ligamento consta del mesoovario, que sostiene al ovario;

54 el mesosálpinx, que sostiene el oviducto; y el mesometrio, que sostiene al útero.

55 En bovinos, la inserción del ligamento ancho es dorso lateral en la región del

56 íleon, del modo que el útero está dispuesto como los cuernos de un carnero, con

57 la convexidad dorsal y los ovarios situados cerca de la pelvis (Hafez, 2005).

58 A. Vagina

59 Se extiende desde la apertura uretral hasta el cérvix. Durante la monta natural, el

60 eyaculado es depositado en la porción anterior de la vagina. La vagina también

61 sirve como parte del canal de parto (Sisson et al, 2005).

62 B. Cérvix

63 Es un órgano de paredes gruesas, que establece la conexión entre la vagina y el

64 útero. Es un órgano fibroso formado predominantemente por tejido conectivo con

65 pequeñas cantidades de tejido muscular liso. El cérvix o cuello uterino se

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66 caracteriza por una pared gruesa y una luz estrecha. Presenta varias prominencias

67 que tiene la forma de bordes transversales alternados en espiral que se conocen

68 como anillos cervicales. Esta estructura anatómica se encuentra perfectamente

69 cerrada excepto durante el estro, cuando se relaja ligeramente y permite la entrada

70 de espermatozoides al útero. La secreción mucosa del cuello uterino se expulsa

71 por la vulva (Duchens, 2010).

72 C. Útero

73 Consta de dos cuernos uterinos y un cuerpo. Tiene un tabique que separa los dos

74 cuernos, y un cuerpo uterino prominente. Ambos lados del útero están unidos a

75 las paredes pélvicas y abdominales por el ligamento ancho. Es el componente

76 fundamental del aparato genital femenino que tiene como función el

77 asentamiento e implantación del óvulo en caso de ser fecundado, aquí

78 posteriormente se aloja el producto permitiendo el desarrollo del feto hasta el

79 parto, momento en que ayuda con las contracciones a la expulsión del feto.

80 (Sisson et al, 2005).

81 D. Oviductos

82 Puede dividirse en cuatro segmentos funcionales: las fimbrias, en forma de ola,

83 el infundíbulo, abertura abdominal en forma de embudo cerca del ovario; el

84 ámpula, dilatada y más distal, y el istmo, la porción proximal estrecha del

85 oviducto, que conecta a este con la luz uterina. La mucosa del oviducto está

86 constituida por pliegues primarios, secundarios y terciarios. La del ámpula está

87 dispuesta en pliegues elevados y ramificados cuya altura disminuye hacia el istmo

88 y que se convierten en bordes bajos en la unión útero tubárica, donde se unen el

89 oviducto y el cuerno uterino correspondiente (Gázquez A., 2004).

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90 Las contracciones de los oviductos facilitan la mezcla de su contenido, ayudan a

91 desnudar el ovulo, facilitan la fecundación al incrementar el contacto entre

92 espermatozoides y ovulo (Hafez, 2005).

93 E. Ovarios

94 Los ovarios de la vaca miden normalmente de 3.5 a 4 cm de longitud, 2.5 cm de

95 ancho y tienen alrededor de 1.5 cm de grueso en su porción mayor, el peso es de

96 15 a 20 g. En bovinos el ovario tiene forma de almendra (Sisson et al, 2005).

97 El ovario se constituye como un cuerpo ovoide en el que es posible distinguir una

98 zona gruesa periférica, o corteza, y una zona interna o médula. La corteza esta

99 recubierta por una lámina continua de epitelio denominado epitelio germinal que

100 cuando alcanza el hilio ovárico se continúa con el mesotelio del repliegue

101 peritoneal. Debajo del epitelio germinal hay una capa de tejido conectivo fibroso

102 denominado túnica albugínea. La medula es la zona central del ovario, compuesta

103 por tejido conectivo laxo con fibras musculares lisas y abundante inervación y

104 vascularización. Los vasos sanguíneos de esta zona son muy tortuosos y de gran

105 tamaño (Gázquez A., 2004).

106 El ovario, a diferencia del testículo, permanece en la cavidad abdominal. Realiza

107 tanto funciones exocrinas (liberación de óvulos) como endocrinas (esteroide

108 génesis). El ovario no funciona como una glándula de secreción interna, pero

109 contiene el patrimonio genético, consistente en varios miles de folículos

110 primordiales (Gázquez A., 2004).

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111 1.2 Tejido del útero

112 El útero es el lugar de implantación del óvulo cuando es fecundado y donde se desarrolla

113 la placenta y el feto. En la mayoría de las especies presenta dos cuernos, un cuerpo y un

114 cuello o cérvix. Su pared consta de tres capas: Endometrio (mucosa y submucosa)

115 Miometrio (muscular) y Perimetrio (serosa) (Gázquez A., 2004).

116 1.2.1 Endometrio

117 Presenta dos zonas que difieren en su estructura y función:

118  ZONA SUPERFICIAL O FUNCIONAL: degenera total o

119 parcialmente durante un ciclo reproductor y puede perderse en alguna

120 especie, regenerándose a partir de la zona basal. Está revestida por un

121 epitelio que en rumiantes puede ser simple cilíndrico y/o

122 seudoestratificado. La altura de las células epiteliales está relacionada con

123 el estado hormonal de la hembra a lo largo del ciclo estral. Bajo el epitelio,

124 aparece un tejido conectivo altamente vascularizado con macrófagos y

125 mastocitos, un número variable de neutrófilos y linfocitos según la fase

126 del ciclo estral y melanocitos en la oveja. En los rumiantes, en esta zona

127 y especialmente en el estro, hay un aumento del fluido intercelular

128 constituyendo un edema endometrial (Salazar et al, 2012).

129  ZONA PROFUNDA O BASAL: se presenta durante todo el ciclo y está

130 constituida por un tejido conectivo laxo menos celular (Salazar et al,

131 2012).

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132 1.2.2 Miometrio

133 Está constituido por dos capas de músculo liso, una circular interna muy gruesa

134 y otra longitudinal externa más fina. Ambas aumentan de grosor durante la

135 gestación. Entre ambas o en profundidad a la interna se desarrolla una zona con

136 gran cantidad de vasos sanguíneos (Hafez, 2005).

137 1.2.3 Perimetrio

138 Está constituido por tejido conectivo laxo muy vascularizado con fibras

139 musculares lisas que aparece recubierto por un mesotelio (Salazar et al, 2012).

140 1.3 Inmunología uterina

141 El endometrio de la vaca posee poderosos mecanismos de defensa que lo protegen de

142 agentes invasivos inespecíficos, comenzando por la cubierta de células epiteliales

143 pseudoestratificadas, químicamente por el moco secretado por las glándulas

144 endometriales e inmunológicamente por la acción de células polimorfonucleares y

145 anticuerpos humorales (Sheldon, 2004).

146 Por otro lado, la respuesta hormonal con la PGF produciendo lisis del cuerpo lúteo (CL)

147 incrementa la respuesta inflamatoria incrementando la función de los neutrófilos

148 (Sheldon, 2004), y los estrógenos favorecen la fagocitosis bacteriana (Sheldon, 2004),

149 también favorece la epitelización y vascularización endometrial, induce la formación de

150 moco a nivel cervical y produce contractibilidad uterina; aunque esto a veces se suprime

151 por los niveles de progesterona elevados. La mucosa del útero al igual que otras partes

152 del aparato genital femenino, presenta un mecanismo fisiológico de defensa contra las

153 infecciones uterinas. Este mecanismo de defensa de los órganos de reproducción

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154 femeninos incluye factores tales como: cambios de pH, alteraciones de la composición

155 de las secreciones genitales, cambios del nivel de anticuerpos, alteraciones en la actividad

156 fermentativa y, sobre todo, cambios en el volumen de las células del sistema retículo-

157 endotelial, cuyo número aumenta notablemente. La interacción coordinada de estos

158 factores se manifiesta claramente aumentada durante períodos de mayor peligro de

159 penetración de microorganismos (Rodriguez Martinez,2007).

160 Los fallos en el mecanismo de defensa uterino pueden ser un factor importante en el

161 desarrollo de infecciones uterinas en el bovino y el fracaso de los agentes terapéuticos en

162 eliminar dichas infecciones. La infiltración de linfocitos, la que puede ser causada por la

163 introducción de bacterias durante la inseminación o la monta o por la presencia de los

164 espermatozoides en el útero, constituye un mecanismo de defensa del útero. El moco

165 cervical posee altas cantidades de leucocitos, los cuales tienen la propiedad de impedir

166 la introducción de factores perjudiciales a la fecundación tales como bacterias o

167 espermatozoides muertos (Hafez, 2002).

168 El mecanismo encargado de la eliminación de las bacterias del útero es la fagocitosis y

169 muerte por los leucocitos que migran, aunque la persistencia de las contracciones

170 uterinas, la eliminación del tejido caruncular y las secreciones uterinas cooperan

171 mediante la expulsión física de las bacterias (Brito,2012). Se valoró que alrededor de los

172 dos días después de producirse el parto, este sistema de defensa es estimulado por los

173 microorganismos invasores y que además la flora normal actúa como una defensa

174 primaria del hospedador ya que el útero saludable de la vaca es capaz de controlar

175 rápidamente la invasión bacteriana durante el puerperio, mediante la infiltración

176 leucocitaria, la hiperemia y la relajación del cuello uterino (Brito,2012).

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177 1.4 Endometritis

178 Es un término general que se usa para designar a las infecciones uterinas del endometrio

179 o de las capas más profundas que pueden o no producir signos septicémicos pero que

180 pueden tener implicaciones en la aptitud reproductora futura. Histológicamente la

181 endometritis se caracteriza por rotura del epitelio superficial, infiltración con células

182 inflamatorias, congestión vascular, edema del estroma y por varios grados de

183 acumulación de linfocitos y células plasmáticas en la capa superficial (LeBlanc et al,

184 2002).

185 Rodriguez Martinez,2007 menciona, que la endometritis subclínica se encuentra entre las

186 causas que pueden llevar a las vacas a fracasar en la gestación y repetir celos, siendo

187 difícil el diagnóstico ya que los signos clínicos suelen pasar desapercibidos. No es fácil

188 detectarla por el examen rectal y el estudio bacteriológico del mucus uterino no refleja el

189 estado del endometrio; sin embargo, los análisis de las biopsias endometriales y la

190 microbiología cuidadosa del útero pueden colaborar en el diagnóstico.

191 1.4.1 Clasificación

192 a) Clínica. - Se caracteriza por presentar descarga mucopurulenta desde el útero

193 hacia la vagina e incluso al exterior después de los 21 a 26 días postparto.

194 b) Subclínica. - Se caracteriza porque no tienen descarga uterina, sin embargo,

195 la enfermedad provoca daños severos para el rendimiento reproductivo de la vaca

196 (Sheldon, 2004).

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197 La endometritis clínica es aquella en la que pueden ser detectados signos visibles

198 de enfermedad, mientras que la endometritis subclínica ha sido definida como la

199 presencia de neutrófilos en el lumen uterino sin descargas (Sheldon, 2004).

200 1.4.2 Endometritis subclínica

201 Es la inflamación superficial del endometrio, la cual se extiende solo hasta el

202 estrato esponjoso. Histológicamente, la endometritis está caracterizada por

203 algunas zonas de perdida de la superficie epitelial, infiltración subepitelial de

204 células inflamatorias, congestión vascular y edema del estroma y varios grados

205 de acumulación de linfocitos y células plasmáticas en las capas superficiales de

206 la lámina propia. Algunos animales con endometritis pueden presentar un

207 exudado purulento. Sin embargo, en la endometritis subclínica no se observa

208 exudado purulento en la vulva, lo que hace muy difícil su diagnóstico a nivel de

209 campo (Rysaneck, 2013),

210

211

212

213

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214 Figura 1: Representación esquemática de un corte histológico transversal del útero bovino

215

216 Fuente: Constantin and Meissonnier

217 1.4.3 Etiología.

218 La mayor parte de las infecciones uterinas conocidas afectan a las vacas lecheras

219 y de las diversas bacterias que interfieren en esta enfermedad está el Actinomyces

220 que es la más frecuente en este animal. En el periodo posparto de las vacas se

221 libera PGF2a ya sea en el puerperio normal o en presencia de infecciones uterinas,

222 pero este caso persiste concentraciones más elevadas por más tiempo. Al parecer

223 estas infecciones bacterianas y sus toxinas hacen que se secreten concentraciones

224 anormalmente más elevadas de prostaglandina, lo que demora el inicio del ciclo

225 hasta que la infección cede y aquellas infecciones son bajas (Hafez, 2002).

226 Existen varios géneros de bacterias causantes de esta infección y pueden estar

227 solas o en combinación, entre algunas están la Archanobactetiun pyogenes y

228 Escherichia coli que usualmente actúan ambas. En otras ocasiones el A. pyogenes

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229 también se encuentra asociado a gérmenes anaerobios como Fusobacterium

230 necrphorum y Bacteroides spp. (Hafez, 2002).

231 1.4.4 Patogenia.

232 Después del parto el útero de las vacas sufre una contaminación bacteriana en un

233 90% de los casos. Existe diferencia entre contaminación e infección uterina; la

234 contaminación en vacas posparto por determinadas bacterias no implica el

235 desarrollo de la enfermedad, en cambio la infección uterina por microorganismos

236 patógenos que se adhieren a la mucosa endometrial colonizándola y penetrando

237 en el epitelio. El proceso se caracteriza porque superficialmente existen cambios

238 y degeneración del endometrio, congestión vascular y edema, además hay

239 migración de neutrófilos y otras células presentes en la inflamación (linfocitos y

240 células del plasma) (Rysaneck, 2013),

241 1.4.5 Factores predisponentes para la aparición de la endometritis:

242  Manejo y medio ambiente: incluye los factores relacionados con el

243 estrés, la alta producción y las enfermedades metabólicas y carenciales

244 (Rysaneck, 2013),

245  Condiciones alrededor del parto: tiene en consideración la higiene,

246 distocias, traumatismos y la poca relajación del canal del parto (Rysaneck,

247 2013),

248  Condiciones uterinas: considera la disminución de la inmunidad local,

249 el tono uterino, la capacidad fagocitaria de los leucocitos y la aparición

250 del primer celo postparto (Rysaneck, 2013),

12
251 1.4.6 Vías de transmisión:

252 A. Vía ascendente

253 Esta vía de infección es más común en las fases tempranas de la gestación. Los

254 microorganismos pueden entrar por la vagina, desde donde ascienden hacia el

255 útero o pueden ser depositados directamente en el útero durante la cópula o la

256 inseminación artificial. En hallazgos bacteriológicos y patológicos en novillas

257 clínicamente diagnosticadas como infértiles, atribuyó el origen de la salpingitis a

258 la extensión directa de la endometritis a través del cérvix. En la inseminación

259 artificial el semen es depositado en el útero, por lo tanto, no es expuesto a los

260 efectos bactericidas de las secreciones del cuello uterino y de la vagina durante

261 el estro (Catena M., 2006).

262 B. Vía hematógena

263 Adquiere mayor importancia hacia el final de la gestación. El microorganismo

264 infectante puede entrar al organismo materno a través del aparato digestivo

265 (Brucella abortus, Salmonella, Leptospira, Listeria), o de la mucosa nasal o

266 conjuntival (rinotraqueitis infecciosa bovina, leptospirosis, parainfluenza, diarrea

267 viral bovina); en todo caso siempre existe una bacteria o viremia materna antes

268 de que se produzca la invasión del útero, desde el cual el microorganismo

269 infectante puede invadir la placenta y luego pasar al feto. Las cavidades cerradas

270 como en las piómetras proporcionan un medio adecuado para el crecimiento

271 bacteriano; cuando esto sucede el origen de los microorganismos infectantes es

272 probablemente hematógeno (Catena M., 2006).

273 C. Vía descendente

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274 Es la ruta más rara y consiste en el descenso de una infección desde los oviductos

275 hacia el útero, puede ocurrir en casos de peritonitis (Catena M., 2006).

276 1.4.7 Signos clínicos.

277 La endometritis generalmente se asocia a la retención de placenta, la presencia

278 de distocia y al nacimiento de fetos muertos o al parto gemelar, esta enfermedad

279 puerperal se caracteriza por descarga uterina de líquidos de olor fétido y color

280 rojo oscuro de consistencia acuosa; pero en casos más graves puede haber

281 disminución considerable de la producción láctea, letargo, anorexia, elevación de

282 la cola con pujos, fiebre >40°C, toxemia y deshidratación leve o marcada (Catena

283 M., 2006).

284 1.4.8 Diagnóstico.

285 Las endometritis pueden ser diagnosticadas cuando no existen flujos uterinos a

286 través de la vulva, ni manifestación sistémica; mediante la palpación rectal, la

287 vaginoscopia o la introducción de la mano enguantada en la vagina analizando la

288 consistencia, el color y el olor de la secreción; como técnicas rápidas y de fácil

289 uso. La endometritis subclínica normalmente se diagnostica con un examen

290 citológico del útero (cytobrush), la cual estudia la población celular en el útero.

291 La endometritis subclínica se caracteriza por la presencia de <5 % de células

292 polimorfonucleares (PMN, particularmente neutrófilos). (Maurino, 2012).

293 1.5 Técnicas de diagnóstico

294 La endometritis subclínica es difícil de diagnosticar en el campo por falta de síntomas

295 clínicos. Pero que para su diagnóstico definitivo se puede utilizar la técnica de citología

296 uterina, ultrasonografía, vaginoscopia y palpación rectal (Peso et al. 2014).

14
297 A continuación, se detallan algunas técnicas utilizadas para el diagnóstico de

298 endometritis subclínica:

299 1.5.1 Citología Uterina o citología endometrial

300 La citología endometrial es una práctica que recientemente se ha comenzado a

301 utilizar para la evaluación de la salud uterina en bovinos. Se caracteriza por ser

302 rápido, específico, sensible y económico, lo que la hace una herramienta valiosa

303 para la investigación sobre el rol y la importancia de la endometritis

304 (Kasimanickam et al., 2007).

305 El examen citológico del contenido uterino es una forma rápida y barata para

306 verificar la naturaleza de cualquier fluido presente y para determinar la presencia

307 de células inflamatorias (Tibary y Anouassi, 2001); es una prueba confirmatoria

308 más empleada para el diagnóstico de las infecciones uterinas (Tibary y Anouassi,

309 2001; Dubuc et al., 2010). Por medio de esta prueba podemos conocer el

310 porcentaje de células inflamatorias presente en el útero, lo cual es un indicativo

311 directo de una posible infección (Barlund et al., 2008). Las muestras para

312 citología pueden ser tomadas principalmente por medio de dos técnicas: lavaje

313 uterino (Gilbert et al., 2005; Tibary y Anouassi, 2001) y Cito cepillo o Cytobrush

314 (kasimanickam et al., 2004, 2005; Tibary y Anouassi, 2001).

315 A. Cito cepillo o Cytobrush

316 La técnica de cytobrush (CB) se basa en la obtención de células a partir del

317 endometrio, mediante un cepillado de la superficie interna del útero, técnica muy

318 confiable y no genera alteración celular. El CB ha demostrado ser la mejor técnica

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319 para la obtención de citologías uterinas en vacas para el diagnóstico de

320 endometritis subclínica (ES) (Kasimanickam et al., 2005).

321 La endometritis subclínica puede ser diagnosticada por medio de citología

322 endometrial, en la cual se mide la proporción de neutrófilos presentes en una

323 muestra recogida por el método de lavado del lumen uterino, o el uso de un

324 Cytobrush (Vallejo, 2014).

325 Para la obtención de las muestras, se utilizan pistoletas de acero inoxidable, a las

326 que se le adosan en su extremo anterior cepillos estériles comúnmente usados en

327 ginecología humana. Todo esto es protegido mediante una vaina sanitaria

328 plástica, para evitar la contaminación del cepillo con células del cuello y de la

329 vagina. Si bien la técnica del CB ha demostrado ser consistente y eficaz para

330 obtener muestras de las células del endometrio y realizar el examen citológico

331 postparto en vacas lecheras (Campero, 2008).

332 La técnica original requiere utilizar una pistoleta estéril para realizar la muestra

333 de cada vaca, lo que hace la técnica muy poco práctica para su uso fuera del

334 ámbito científico. Por lo tanto, el desarrollo de una técnica que requiera

335 equipamiento más simple y que sea de rápida realización a campo, tal vez

336 permitiría extender el uso del citobrush (CB) a varios usos diagnósticos bajo

337 condiciones de explotación comercial como pueden ser pre inseminación

338 artificial, pre transferencia embrionaria y diagnóstico de vacas repetidoras, etc.

339 Idealmente, en el caso de los trastornos uterinos, no existe tal método, aunque se

340 ha postulado que, en el caso de las endometritis, el diagnóstico definitivo debería

341 ser hecho en base al examen histológico de las biopsias endometriales (Sheldon

342 et al., 2006).

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343 La técnica de CB permite lograr una muestra rápida y con morfología celular

344 preservada para el diagnóstico de inflamación subclínica del endometrio. En la

345 evaluación de las muestras se determina el porcentaje de Polimorfonucleares

346 (PMN) sobre células totales. Este porcentaje es indicativo de la presencia o no de

347 inflamación subclínica en el endometrio, y se encuentra correlacionado

348 negativamente con los días en lactancia del animal, por lo tanto, hay una

349 disminución en el número de PMN a medida que se aproxima la completa

350 reparación histológica del útero (Dohoo,2009).

351 B. Técnica de cito cepillo

352 La recolección de células del útero se realiza utilizando un cito cepillo

353 modificado para obtener muestra del lumen uterino, y evaluar mediante frotis

354 coloreados el porcentaje de neutrófilos hallados contando 100 células. Para ello

355 se utiliza un Cytobrush, al cual se corta su mango a los 3 a 4 cm de la parte del

356 cepillo, se ensarta en un vástago de acero de 4 mm de diámetro y 65 cm de

357 longitud, cubierto por un tubo de acero de diámetro interno 5 mm y de 50 cm de

358 longitud. El tubo externo cubre la parte del cepillo, todo cubierto por una camisa

359 sanitaria. Al introducirlo y al sacarlos del tracto genital, el cepillo está protegido

360 por el vástago de acero; solo sale el cepillo dentro del útero para tomar la muestra

361 (Kasimanickam et al., 2004).

362

363 La metodología consiste en realizar la limpieza de la zona perineal y

364 especialmente vaginal con un papel de cocina húmedo, introducción del

365 cytobrush hasta el lumen uterino, extracción del cepillo del tubo de acero

366 protector, rotar sobre la pared del cuerno de mayor tamaño, volver a cubrir con

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367 el tubo protector, extraer de la vaca y hacer un frotis sobre un porta limpio y

368 desengrasado; colorear con Giemsa o Tinción 15 , finalmente se hace la

369 observación al microscopio óptico 400X (Rutter B.,2015).

370 Se considera la muestra positiva endometritis subclínica cuando (Kasimanickam

371 et al., 2004, 2005; Sheldon et al., 2006):

372 - Entre 20-33 días, PP>18% de polimorfos nucleares.

373 - Entre 34-47 días, PP>10% de polimorfos nucleares.

374 - Entre 40-60 días, PP>5% de polimorfos nucleares.

375 Los puntos de corte encontrados por Madoz et al. (2008) en vacas en pastoreo,

376 consideraron a los animales positivos cuando:

377 - Entre 21-33 días, PP>8% de polimorfos nucleares.

378 - Entre 34-47 días, PP>6% de polimorfos nucleares.

379 - Entre 40-60 días, PP>4% de polimorfos nucleares.

380 Este método es efectivo para el diagnóstico de las endometritis subclínicas, así

381 como es interesante su utilización en vacas repetidoras para un diagnóstico de

382 presencia de anidaciones bacterianas que es una de las causas de repetición. Es

383 importante poder determinar que el útero está infectado para instaurar un

384 tratamiento precoz y poder asegurar un acortamiento del intervalo parto gestación

385 y así lograr el objetivo de una lactancia y un ternero por año (Rutter B.,2015).

18
386 1.5.2 Diagnostico mediante examen rectal o palpación rectal

387 Es una técnica que permite el examen directo de los órganos genitales de la

388 hembra bovina (Brito et al., 2001).

389 Se ha demostrado que la palpación rectal es un método insensible de diagnóstico.

390 Muchos casos de endometritis subclínica son simplemente pasados por alto

391 cuando se emplea la palpación como único método de diagnóstico, de acuerdo a

392 la técnica se tiene ventajas, como la facilidad de uso, tiempo del resultado, y con

393 cierta especificidad; la desventaja de esta es la sensibilidad relativa a quien la

394 realiza y el dominio de la técnica que tenga (Palmer, 2008).

395 1.5.3 Diagnostico mediante ultrasonografía

396 La ultrasonografía constituye una herramienta tecnológica no invasiva que

397 permite apreciar con alta precisión las estructuras anatómicas del tracto genital

398 femenino (Tejero, 2008 Y Drescher et al., 2014). Durante el postparto, los

399 cambios en las dimensiones, forma y contenido de secreciones de estas

400 estructuras anatómicas son indicativas de la involución uterina, al igual que en la

401 cantidad y características de las estructuras ováricas significantes para evaluar el

402 reinicio de la actividad ovárica, (folículos y cuerpos lúteos funcionales) (Drescher

403 et al., 2014).

404 La sensibilidad y probabilidad de cada uno de los métodos descriptos para el

405 diagnóstico de endometritis subclínica es (Gilbert et al., 2011; Sheldon et al.,

406 2002; Barlund et al., 2008):

407  Palpación rectal: 22% de sensibilidad.

19
408  Vaginoscopía: 60-80% de sensibilidad.

409  Palpación vaginal: 60-80% de sensibilidad.

410  Metricheck: 60-80% de sensibilidad.

411  Ultrasonografía: 94% de sensibilidad.

412  Citología Uterina: 95% de sensibilidad.

413 La sensibilidad (probabilidad que para un individuo enfermo se obtenga en la

414 prueba un resultado positivo) y la especificidad (probabilidad que para un

415 individuo sano se obtenga en la prueba un resultado negativo). Siendo en este

416 caso la citología endometrial prueba más eficiente para el diagnóstico de

417 endometritis subclínica.

418 1.6 Técnica de tinción

419 1.6.1 Tinción Giemsa

420 Es un tipo de tinción policromática que se utiliza en la tinción de células

421 sanguíneas y cuya procedimiento es el siguiente; primeramente se realiza el fijado

422 con una solución de alcohol metílico por un tiempo de 3 minutos, luego se seca

423 al medio ambiente para ser sumergido en el colorante Giemsa diluido (un

424 volumen de colorante para nueve a quince volúmenes de agua o de amortiguador

425 de pH 6.8), se sumergirá en esta solución por un tiempo de 15 minutos a una hora;

426 luego será lavada con agua destilada y secada al medio ambiente (Lynch et al.,

427 1987).

20
428 Kasimanickam et al. (2004), indican que las muestras obtenidas por cito cepillo

429 se pueden colorear utilizando la tinción Giemsa.

430 1.7 Vía de Administración Aorta Abdominal, Aorto punción o Endoarterial:

431 La medicación endoarterial a través de la técnica de Aorto punción se basa en el

432 mantenimiento de un equilibrio antagonista de las partes simpáticas y parasimpáticas del

433 sistema nervioso autónomo de los órganos afectados, en el que el estímulo fuerte,

434 producido por la distrofia es sustituido por un estímulo débil que normaliza la inervación

435 trófica, y la enfermedad adquiere un curso favorable al mejorar la circulación sanguínea,

436 el metabolismo general e intracelular, disminuir la permeabilidad capilar, activarse el

437 sistema de fagocitosis de mononucleares, las reacciones inmunológicas y otros aspectos

438 relacionados con la defensa del organismo, logrando una recuperación del estado general

439 del animal. Dichos beneficios se logran con soluciones de Novocaína diluidas entre 0,25

440 a 0,5% concentraciones mayores conllevan a la analgesia La Aorto punción se práctica

441 con fines terapéuticos en caso de diferentes patologías de los órganos de las cavidades

442 abdominales y pélvicas, así como en los casos de mastitis, endometritis, endometritis

443 subclínica y en afecciones podales de los miembros posteriores (Gontarenko,1969; Rizo

444 et al, 1981).

445 Con mucha frecuencia se cree que la Aorto punción es un método terapéutico

446 insustituible, que permite obtener resultados excepcionales (Plajotin, 1982), sin embargo,

447 su eficacia no ha sido probada y aún más se duda de su valor.

448 En Cuba, Rizo et al, evaluaron la eficacia terapéutica de los antibióticos. Los fármacos

449 empleados fueron: para el grupo I vía aorta abdominal, penicilina (2x106 UI) y

450 estreptomicina (2 g), diluidas en solución de novocaína 0,5%. A otro grupo (II), se le

21
451 aplicó igual cantidad de antibióticos, pero sin novocaína y vía intrauterina. La eficacia

452 de los tratamientos fue de 97,5% y 70% para los grupos I y II respectivamente. La media

453 de tratamiento fue de 1.58 y 2.32 y el tiempo de recuperación de 3.11 y 4.6 días en igual

454 orden de cita. Los autores atribuyen estos resultados a que la vía empleada permite una

455 rápida y mayor difusión de los medicamentos en el órgano afectado y al uso de la

456 novocaína, que ejerce un efecto beneficioso como terapia etiopatogénica (Rizo et al,

457 1981).

458 Menéndez-Mosanto y Rizo,1981. Emplearon la vía de la aorta abdominal con los mismos

459 antibióticos, pero diluidos en solución de lidocaína y obtuvieron un 100% de

460 recuperación.

461 1.7.1 Descripción de la Técnica Aorta Abdominal, Aorto punción o Endoarterial:

462 Según Castro ,2013:

463 - El bovino debe situarse en un potro o, en su defecto, sujetarse firmemente

464 con cuerdas e inmovilizar la cola. La aguja se introduce por el lado

465 derecho, entre el 3er, 4to o 5to espacio entre las vértebras lumbares.

466 - La aguja debe pasar por el medio del espacio entre la punta de la apófisis

467 espinosa y la apófisis transversa de la vértebra lumbar seleccionada.

468 - La piel se perfora y la aguja se dirige oblicuamente en un ángulo

469 aproximado de 25 grados hasta topar con el cuerpo de la vértebra. Se

470 extrae ligeramente y pasando entonces sagitalmente la aguja por la

471 vértebra se consigue puncionar la aorta abdominal. Cuando la punción se

472 hace correctamente, por la aguja brota un chorro pulsante de sangre.

473 Entonces a la aguja se le acopla una jeringa y se le inyecta a presión y

22
474 lentamente el antibiótico seleccionado. En repetidas oportunidades hemos

475 utilizado la Tetraciclina en dosis de 11 mg/Kg. de peso

476 - Para prevenir la hemorragia procedente de la aorta recomendamos retirar

477 la aguja lentamente, colocándola en una posición más vertical hasta que

478 cese de correr la sangre por la aguja, se espera 2-5 minutos y se extrae por

479 completo.

480 Figura 2: Procedimiento de la vía aorta abdominal, por Lázaro Castro


481

482

483

484

485

486

487 Fuente: Castro,2013

488

489

490

23
491 1.8 Antibiótico

492 Se pueden definir de forma general como un producto del metabolismo microbiano que

493 es capaz de inhibir el crecimiento o provocar la lisis de otros microorganismos (Mateos,

494 2002).

495 - Las propiedades que se buscan en un antibiótico para ser utilizado en el

496 tratamiento de enfermedades infecciosas (Rang et al., 2000) se pueden resumir

497 en:

498 - Elevada actividad antimicrobiana, eficaz y selectiva; y que no se vea reducida por

499 la biotransformación que sufra en el cuerpo.

500 - Las características farmacocinéticas deben proporcionar valores en los lugares de

501 acción altos, y ser mantenidos durante tiempos largos.

502 - Baja toxicidad para el huésped.

503 - Que sea eficaz por vía tópica, oral o parenteral.

504 - De alta penetrabilidad.

505 - Que sea estable, no lábil.

506 - Fácil de producir en grandes cantidades y a bajo costo.

507 Reunir todas las características en una única sustancia, es prácticamente imposible, por

508 lo que se recurre a combinaciones de antimicrobianos para mejorar la efectividad de los

24
509 tratamientos. Sin embargo, no todas las combinaciones de estas sustancias son viables

510 debido a la incompatibilidad química de su estructura (Löscher, 1994).

511 1.8.1 Macrólidos

512 Está constituido por un conjunto de compuestos estructuralmente emparentados,

513 que se caracterizan por poseer un anillo lactónico macrocíclico de 12 a 20 átomos

514 de carbono. Estos anillos se encuentran unidos desoxiazúcares mediante enlaces

515 glucosídicos. Los macrólidos son activos frente a la mayoría de las bacterias

516 aerobias y anaerobias “gram positivas” (con limitada o nula actividad frente a la

517 mayoría de bacterias “gram negativas”), están indicados en el tratamiento de

518 infecciones de las vías respiratorias superiores, bronconeumonía, enteritis

519 bacteriana, metritis, piodermatitis, infecciones urinarias, artritis y otras. Los

520 miembros del grupo incluyen principalmente: Tilosina Eritromicina

521 Espiramicina y Tilmicosina (Occhi, 2012).

522 A. Tilosina

523 La tilosina, antibiótico de amplio uso en medicina veterinaria, Actúa inhibiendo

524 la síntesis de proteínas en la bacteria, es una mezcla de cuatro fracciones Tilosina

525 A, Tilosina B, Tilosina C y Tilosina D. La Tilosina A es el componente

526 mayoritario (normalmente constituye un 90% de la mezcla y nunca menos del

527 80%), presenta una acción esencialmente bacteriostática frente a bacterias Gram-

528 positivas y algunas Gran-negativas, así como otros organismos como

529 micoplasma, espiroquetas, clamidia y rickettsia. Presenta valores de

530 concentración mínima inhibitoria (MIC) entre 0,2 y 1 μg/ml frente a varias

531 bacterias y micoplasmas patógenos susceptibles (Nieto, 2016).

25
532 Se han reportado un rango amplio de dosis, basado en las variaciones de especies

533 en cuanto a farmacocinética y en la sensibilidad de los microorganismos (Taha et

534 al., 1999). Prescott y Baggot (1993) recomiendan una dosis intravenosa de 35

535 mg/kg cada 8-12 h para el tratamiento de infecciones causadas por Mycoplasma

536 mycoides spp. capri en cabras. Por su parte Hjerpe y Routen (1976) sugieren una

537 dosis intramuscular de 44 mg/kg de tilosina tartrato cada 24 h en ganado.

538 Formas Farmacéuticas: Soluciones inyectables, Polvo, Soluciones

539 intramamarias (Jaimes, 2007).

540 Vías de Administración: Aplicación Intramuscular, Intravenosa e Intramamaria

541 (Jaimes, 2007).

542 2.8.1.2.3. Farmacocinética

543 Al administrar una dosis Subcutánea de 2,5 mg/kg de Tilosina, se caracteriza por una absorción

544 extensa y rápida, seguida de una distribución y eliminación lenta. La concentración máxima en

545 plasma es de 0.5 μg/ml, esto se alcanza 30 minutos después de administrada la dosis.

546 (Errecalde, 1996). Este grupo de antimicrobianos tienen una fuerte interacción con fagocitos

547 (monocitos, macrófagos y neutrófilos de sangre, pulmón y glándula mamaria) y con las células

548 epiteliales de la glándula mamaria, ya que el fármaco se concentra en grandes cantidades en

549 las células más que en el plasma. Presenta una distribución subcelular que se manifiesta en un

550 70- 80% a nivel lisosomal. Esta integración representa un papel fundamental en la eficacia de

551 la misma frente a microorganismos intracelulares. Los Macrólidos se acumulan en pulmón y

552 los procesos infecciosos e inflamatorios aumentan su penetración tisular. En bovinos, luego de

553 la administración subcutánea, el fármaco se absorbe rápidamente y se distribuye extensamente

554 en todos los tejidos. Penetra rápidamente a leche por su afinidad a células epiteliales y alcanza

26
555 concentraciones altas, su elevado volumen de distribución es la prueba más clara de su gran

556 penetrabilidad tisular (Scorneaux y Shryock, 1999).

557 2.8.1.2.4. Farmacodinamia

558 Tradicionalmente se considera a los macrólidos como agentes bacteriostáticos, sin embargo,

559 pueden ser bactericidas en altas concentraciones, contra microorganismos susceptibles. La

560 Eritromicina y los otros macrólidos ejercen sus efectos mediante la unión a la subunidad

561 ribosomal 50s. Esta unión inhibe la translocación del aminoacil RNA de transferencia y por

562 ende la síntesis de polipéptidos bacterianos (Madigan, 2003)

563

564 1.8.2 Sulfonamidas

565 Las sulfonamidas, sulfamidas o drogas sulfas, fueron los primeros agentes

566 quimioterápicos usados en la prevención y el tratamiento de enfermedades

567 bacterianas, y su utilización supuso una disminución drástica de la morbilidad y

568 mortalidad por enfermedades infecciosas (Fernández, 2009).

569 Su mecanismo de acción es complejo ya que actúan bloqueando distintas enzimas

570 entre las que se encuentran las implicadas en la síntesis de las bases púricas y

571 otros procesos celulares, dando lugar a la supresión de la síntesis proteica,

572 alteración de los procesos metabólicos e inhibición del crecimiento y

573 multiplicación de los microorganismos. Estos quiomioterapeúticos inhiben las

574 bacterias “gram negativas” y “gram positivas”, algunas Clamidias, Nocardia,

575 Actinomyces spp, y diversos protozoos. Las sulfamidas más activas pueden

576 actuar frente varias especies de Streptococcus, Staphylococcus, Salmonella,

577 Pasteurella e incluso Escherichia coli. Las sulfonamidas se usan normalmente

578 para tratar o evitar enfermedades sistémicas o locales. Entre las infecciones que

27
579 se tratan con estos fármacos, se destacan coccidiosis, mastitis, metritis,

580 colibacilosis, poliartritis, infecciones respiratorias y toxoplasmosis, la mayoría de

581 las sulfonamidas se excretan principalmente en la orina, mientras que la bilis, las

582 heces, la leche y el sudor constituyen vías de eliminación de menor importancia,

583 los miembros del grupo incluyen principalmente: Sulfametoxipiridazina

584 Sulfadiazina, Sulfadimidina, Sulfadoxina, Sulfametazina, y Sulfa-Trimetoprim

585 (Merck y Co, 2000).

586 A. Sulfametoxipiridazina

587 Es una sulfonamida de acción retardada Sulfametoxipiridacina Insoluble en agua.

588 Se absorbe por vi'a digestiva y se elimina lentamente por orina principalmente

589 como producto inalterado siendo por tanto activo en infecciones urinarias. Su sal

590 sódica es muy soluble en agua. Este fármaco es una sulfamida retardada que

591 origina sulfademia prolongada y sulfamiduria. La dosis utilizada es relativamente

592 baja. El tratamiento se lleva a cabo con administraciones diarias por vía oral o

593 parenteral de 1'5 gr./100 kg. el primer día, continuándose los días sucesivos con

594 una dosis de 1 gr./100 kg

595  Formas Farmacéuticas: Soluciones inyectables, Polvo, Óvulos

596 Intrauterinos, Soluciones intramamarias y ungüentos (Jaimes, 2007).

597  Vías de Administración: Aplicación Intramuscular, Subcutánea,

598 Intravenosa, Intrauterina, Tópica e Intramamaria (Jaimes, 2007).

599 Farmacocinética:

600 Presentan buena absorción por vía oral (entre 70 a 100%). Las concentraciones pico en plasma

601 se obtienen entre 2 y 6 horas. Se unen en diferente grado a las proteínas plasmáticas,

602 especialmente a la albúmina. Se distribuyen por el agua corporal total y todos los tejidos del

28
603 cuerpo. Penetran los espacios pleural, peritoneal, sinovial y ocular presentando

604 concentraciones del fármaco cercanas a las séricas. La sulfadiazina y el sulfisoxazol penetran

605 el líquido cefalorraquídeo. Las sulfonamidas atraviesan la placenta y pasan a la circulación

606 fetal, como también a glándula mamaria. Sufren metabolismo principalmente hepático,

607 produciendo metabolitos no activos pero que sí poseen toxicidad. Su eliminación es

608 principalmente por el riñón ya sea sin ser metabolizadas o como metabolitos inactivos.

609 Pequeñas cantidades son eliminadas por las heces, bilis y leche, el 40 al 60% de la dosis total

610 administrada es eliminada por la orina y aproximadamente el 0.5 a 2 % en la leche (F.W, 2000).

611 Farmacodinamia:

612 Las sulfonamidas son un grupo de compuestos orgánicos sintéticos, que tienen una amplia

613 actividad antibacteriana (amplio espectro). Su núcleo base es el ácido p-aminobencen-

614 sulfónico. Tienen efecto bacteriostático porque interfieren en la asimilación del ácido p-

615 aminobenzoico, necesario para la producción del ácido fólico por las bacterias, lo que deprime

616 la síntesis de ADN. Cuando se usan combinadas tienen efectos sinérgicos y su combinación

617 con trimetropim es a menudo bactericida. (Sumano y Ocampo, 1997).

618

619 1.9 Agua marina

620 1.9.1 ¿Por qué cura el agua del mar?

621 Porque contiene todo lo básico para la vida, es decir contiene todos los minerales

622 y oligoelementos del Planeta previamente digeridos y transformados en

623 elementos orgánicos, por efecto del plancton y del fitoplancton, quedando

624 biodisponibles y en cantidades infinitesimales que es como nuestras células los

625 necesita, como dijimos antes. Estos minerales marinos, en forma de plasma

29
626 marino, tienen una biodisponibilidad excepcional y son utilizados por el

627 metabolismo de una forma completa, equilibrada y asimilable.

628 El Agua de Mar es mejor que cualquier antibiótico dentro de sus propiedades es

629 que es un disolvente, antibiótico y bactericida. Así lo confirmó clínicamente el

630 Dr. Georges la Fargué diciendo que es el mayor disolvente natural que tiene

631 nuestro planeta. Disuelve variedad de sólidos, líquidos y gases. Es antibiótico y

632 bactericida hasta 72 horas después de haberla cogido. Prohíbe la proliferación

633 bacteriana, eliminando las bacterias nocivas, y respetando las bacterias buenas.

634 Algo que no pueden hacer los antibióticos químico farmacéuticos que matan

635 indiscriminadamente a las células malas y también las buenas especialmente a la

636 bacteria que habita en todas nuestras células produciendo la energía del ATP

637 (adenosintrifosfato) que son el 90 % de la energía que necesitamos para la vida,

638 que se llaman mitocondrias, y sin las cuales no es posible la vida. Por si fuera

639 poco, el agua de mar es un nutriente. Según Quinton, entre los elementos

640 esenciales para la constitución de los carbohidratos, las grasas y las proteínas,

641 imprescindibles para la vida de los organismos, se encuentran el hidrógeno,

642 nitrógeno, oxígeno, magnesio, manganeso, sodio, potasio, calcio, hierro, fósforo,

643 flúor, sílice y yodo (Goeb,2010).

644 1.9.2 Principios de acción terapéutica.

645 El uso del plasma marino en sus diferentes formas es un método en sí mismo. La

646 dosis, la frecuencia, la vía de absorción, la duración, etc. determinarán la eficacia

647 del tratamiento. Sólo una aplicación correcta permite obtener los resultados

648 terapéuticos esperados. La acción terapéutica puede considerarse en torno a tres

649 ejes: la acción plástica y mecánica del plasma marino, que garantiza una

30
650 reposición hidroeléctrica; la acción catalítica y funcional de los oligoelementos;

651 y la regeneración celular. (Goeb,2010).

652 A. La recarga hidroelectrolítica.

653 Esquemáticamente, las sales, a través de mecanismos de presión osmótica y de la

654 regulación renal, van a asegurar el balance hídrico del organismo. El efecto

655 mecánico del plasma marino como agente de rehidratación es inmediato. El Dr.

656 Mouezy-Eon dice: “El sodio es la sal que regula la entrada de agua en el

657 protoplasma y el núcleo celular y sin duda permite secundariamente asimilar o

658 retener las otras sales”. Sin embargo, su acción es mucho más profunda que la

659 obtenida con una simple solución de cloruro de sodio al 9%. Como escribe el Dr.

660 Jarricot: «Todo sucede como si con las inyecciones de agua de mar fuera

661 restablecida la capacidad de los tejidos para retener agua». Esta acción afecta

662 directamente a los problemas de nutrición, de asimilación y de eliminación.

663 Permite asegurar un tratamiento hidro electrolítico en las patologías agudas

664 siguientes: deshidratación, diarreas agudas, shocks hipovolémicos, quemaduras

665 y reanimación pre y postoperatoria. Permite también regular las patologías

666 crónicas graves con carencias, desmineralización y espasmos. La experiencia ha

667 demostrado que el plasma marino es un aliado valioso en diarreas, especialmente

668 infantiles, así como en dos grandes patologías que provocan una deshidratación

669 profunda: el tifus y el cólera (Goeb,2010).

670 B. El reequilibrio funcional enzimático.

671 Mientras la recarga hidro-electrolítica afecta directamente al medio interno, la

672 acción funcional del plasma marino se sitúa en la actividad citoplasmática. Los

673 oligoelementos afectan al conjunto de ciclos metabólicos, generales y

31
674 específicos, por ejemplo, modificando las estructuras, las secreciones hormonales

675 y la producción de anticuerpos.

676 Cuando se habla de la acción de los oligoelementos, hay que tener en cuenta la

677 forma en que se hallan. Recordemos su efecto en dosis ínfimas, la multitud de

678 interacciones puestas en juego y la variedad de elementos necesaria. La calidad

679 de los elementos asimilados es más importante que su simple presencia. Los

680 minerales marinos en forma de plasma marino tienen una biodisponibilidad

681 excepcional. El plasma marino contiene los 92 elementos utilizados por el

682 metabolismo, de una forma completa, equilibrada y asimilable.

683 El impacto terapéutico es por tanto considerable, puesto que la mayoría de las

684 enfermedades mantienen o desarrollan un desequilibrio electrolítico. Esto se

685 aplica particularmente para las graves, en las que el tratamiento de terreno

686 mineral se impone como un complemento a menudo inevitable. Según el tipo de

687 formas utilizadas, la acción será diferente, aunque en conjunto se la pueda

688 considerar como una catálisis del metabolismo mineral y una regulación o

689 restablecimiento del metabolismo mineral. Se va poder, pues, actuar sobre los

690 bloqueos enzimáticos, la anemia, la inmunidad y los procesos infecciosos, etc.

691 (Goeb,2010).

692 C. La regeneración celular.

693 Renovando el medio interno e induciendo el equilibrio mineral, el plasma marino

694 contribuye a reforzar el equilibrio del organismo. El tercer aspecto de su acción,

695 la regeneración celular, puede situarse al nivel del núcleo celular. Las

696 modificaciones del medio interno serán trasmitidas gradualmente hasta la

697 mitocondria, el cromoplasto y, por supuesto, el núcleo, donde ocurrirán de nuevo

32
698 cambios en el microentorno de las secuencias del ADN. La dinamización de los

699 elementos marinos y la calidad de su presencia es más determinante que en

700 ninguna otra parte. Recordemos la acción de los elementos metálicos incluso en

701 el material genético y la importancia de la forma de los oligoelementos necesarios

702 para un desarrollo óptimo de la transcripción ADN-ARN.

703 Hoy existen numerosos trabajos dedicados a la estructura del agua, soporte de

704 fenómenos vitales, y su importancia. Más precisamente aún, el estudio del plasma

705 marino, constituido por agua, y por sales minerales y oligoelementos, conduce a

706 la consideración de que es la matriz fundamental de fenómenos biológicos, tanto

707 oceánicos como humanos.

708 Este trabajo abre la puerta al estudio de su aplicación en otras enfermedades: la

709 senescencia de los procesos degenerativos y las llamadas enfermedades de la

710 civilización.

711 En conclusión, el plasma marino, actuando en la parte más básica del

712 metabolismo de manera decisiva e inmediata sobre el estado fisiológico del

713 plasma mineral humano, tiene un nivel de acción único que le es propio.

714 Comprender este nivel de acción único es la clave que permite razonar sobre su

715 uso terapéutico. El plasma marino no va a actuar contra tal o cual síntoma, sino

716 que va a contribuir al buen funcionamiento del metabolismo. Regenera el medio

717 interno favoreciendo de este modo la actividad celular, y toda la economía del

718 organismo se endereza (Goeb,2010).

33
719 1.9.3 Aplicación inespecífica.

720 Al actuar sobre la base de los mecanismos fisiológicos, la acción del plasma

721 marino es inespecífica. El mismo mecanismo se encuentra en diferentes procesos.

722 La decisión de administrar plasma marino en solución isotónica e hipertónica

723 viene determinada por la similitud de las causas, no de los síntomas. He aquí una

724 aproximación, no exhaustiva, a los mecanismos que se encuentran en diferentes

725 procesos patológicos (inflamación, infección) y al aspecto funcional de los

726 oligoelementos (Goeb,2010).

727 1.9.4 Aspecto funcional de los oligoelementos.

728 La función de los oligoelementos en el organismo es triple. En primer lugar,

729 estructuran la materia viva. Por ejemplo, el zinc por medio de las proteínas dedo

730 (“finger”) de zinc, influye en la regulación de los genes y por tanto en la

731 multiplicación y la diferenciación celular. Las enfermedades carenciales están

732 vinculadas a este aspecto.

733 En segundo lugar, los oligoelementos tienen un efecto catalítico. Sus funciones

734 están ligadas a las de los enzimas y constituyen la clave de la química interna.

735 Más del 25% de todos los enzimas conocidos contienen iones metálicos, es más:

736 requieren la presencia de estos iones para ejercer su actividad. Los iones también

737 pueden tener una función reguladora, en particular en las reacciones donde el

738 ATP sirve de sustrato. Cuando el complejo ion-ATP sirve de sustrato, el exceso

739 de uno o de otro es inhibidor. Este tipo de enzimas tiene acciones muy específicas

740 y depende estrechamente del catión que tiene asociado.

34
741 Como la afinidad a un catión dado varía de un metal o enzima a otro, la carencia

742 de uno de estos metales acarreará la aparición progresiva de síntomas, en la

743 medida en que aumente el número de circuitos enzimáticos cuya cinética esté

744 perturbada. Es importante, pues, mantener no sólo una concentración óptima de

745 cada oligoelemento sino también vigilar las concentraciones entre los diferentes

746 elementos.

747 En tercer lugar, en concentración ínfima, los oligoelementos tendrían una acción

748 energética, un efecto desensibilizador. La administración terapéutica de los

749 oligoelementos no debe, pues, estar ligada únicamente a las carencias. Como

750 escribe Ménétrier: “Entonces tendríamos que admitir que los comportamientos

751 de casi todos los individuos y que toda la evolución del ciclo natural de

752 envejecimiento se basa en una carencia”, y añade: “Dada la capacidad y la

753 eficacia de este efecto, existen pues unas condiciones particulares que dan a los

754 oligoelementos un efecto de catálisis y no de corrección de la carencia”. Más

755 allá de la simple recarga mineral para la que es muy eficaz, el plasma marino

756 tiene un impacto funcional considerable. Reúne el conjunto de aspectos para una

757 actividad óptima de los oligoelementos en el organismo. Esto muestra la

758 profundidad de su actividad integral. Más que el impacto específico de tal o cual

759 elemento, se busca el equilibrio general. Por otra parte, no hay antagonismo entre

760 el hecho de prescribir un elemento para un fin específico, en combinación con un

761 tratamiento para el equilibrio general: los dos se refuerzan (Goeb,2010).

762 1.9.5 Procesos infecciosos e inmunidad.

763 Ciertos oligoelementos tienen una función fundamental en los mecanismos

764 celulares que regulan los procesos inmunitarios. Actúan en el nivel de la actividad

35
765 citotóxica macrofágica y de la función inmunomoduladora. Su carencia o

766 insuficiencia de su utilización por los enzimas puede encontrarse en numerosas

767 afecciones que van de la gripe al cáncer, como han mostrado numerosos trabajos.

768 El desencadenamiento de las defensas inmunitarias humoral y celular

769 (fagocitosis) aumenta las necesidades de ciertos elementos implicados en la lucha

770 contra la destrucción celular. Los macrófagos liberan compuestos oxigenados, es

771 decir radicales superóxidos, tóxicos para las células. Estos radicales retardan los

772 intercambios y conducen a una alteración de la membrana de los corpúsculos

773 celulares. Estos procesos y la implicación directa de los iones metabólicos como

774 elementos del proceso inmunitario explican las posologías recomendables para

775 este tipo de patologías: de medias a fuertes, con preferencia clara por la vía rectal.

776 En los procesos infecciosos, el plasma marino actúa tanto a nivel funcional sobre

777 el terreno orgánico como por implicación directa de iones metálicos en los

778 mecanismos inmunitarios. Asegura la rehidratación necesaria en caso de diarreas

779 infantiles de etiología viral o bacteriana. Es igualmente activo en la lucha contra

780 los radicales libres y en la regulación de su producción. Su acción es específica y

781 se aplica en cualquier parte del proceso (Goeb,2010).

782 1.9.6 Inflamación y radicales libres.

783 La inflamación, conjunto de fenómenos complejos que responden a una agresión

784 local, desencadena automáticamente una serie de reacciones inespecíficas,

785 cualquiera que sea la etiología: mecanismo vascular, mecanismo celular. Los

786 fenómenos inmunitarios tienen una función importante e incluso pueden

787 convertirse en el factor desencadenante.

36
788 Diversos oligoelementos están implicados en este proceso -cobre, zinc, selenio,

789 manganeso- e intervendrán a diferentes niveles, sea modificando el auto

790 mantenimiento del sistema proinflamatorio o impulsando la acción

791 antiinflamatoria. En general, la intensidad de la respuesta está correlacionada con

792 la capacidad de activación local de las reacciones de defensa como:

793 a) La secreción de citoquinas (participan Cu y Zn).

794 b) La liberación de mediadores lipídicos (participa Se).

795 c) La producción de radicales libres oxigenados (participan Cu, Zn, Mn y

796 Se).

797 Las citoquinas ejercen una regulación intracelular entre la inducción y la

798 inhibición de la producción de radicales libres. Cuando la concentración celular

799 de radicales libres no se puede controlar o en caso de cronicidad, se producen

800 daños en las células y sus constituyentes esenciales (poliartritis reumatoide, etc.).

801 El estudio sucinto del proceso inflamatorio muestra de nuevo la importancia de

802 los circuitos de regulación y del mantenimiento de la homeostasis. Un complejo

803 conjunto de reacciones encuentra ahí su equilibrio en función de la acción relativa

804 de diversos oligoelementos. Estos fenómenos subrayan la importancia de un

805 aporte equilibrante como el del plasma marino. Además, éste constituye un factor

806 de modificación del terreno necesario en los tratamientos de las patologías

807 inflamatorias crónicas (Goeb,2010).

808 En conclusión, el plasma marino, actuando en la parte más básica del

809 metabolismo de manera decisiva e inmediata sobre el estado fisiológico del

810 plasma mineral humano, tiene un nivel de acción único que le es propio.

37
811 Comprender este nivel de acción único es la clave que permite razonar sobre su

812 uso terapéutico. El plasma marino no va a actuar contra tal o cual síntoma, sino

813 que va a contribuir al buen funcionamiento del metabolismo, regenera el medio

814 interno favoreciendo de este modo la actividad celular, y toda la economía del

815 organismo se normaliza, al mantener el pH celular alcalino. Al actuar sobre la

816 base de los mecanismos fisiológicos, la acción del plasma marino es inespecífica.

817 La decisión de administrar plasma marino en solución isotónica o hipertónica

818 viene determinada por la similitud de las causas, no de los síntomas. He aquí una

819 aproximación, no exhaustiva, a los mecanismos que se encuentran en diferentes

820 procesos patológicos (inflamación, infección) y al aspecto funcional de los

821 oligoelementos (Di Bernardo et al., 2003).

822 1.10 Antecedentes investigativos

823 A. Prevalencia de endometritis subclínica utilizando el citobrush como método de

824 diagnóstico citológico endometrial, en vacas (Bostauros) de la raza Holstein de

825 producción láctea, en la irrigación de san Isidro la joya, departamento de

826 Arequipa 2011. Yuri Juan Miguel Rodríguez Días, tesis PPMVZ – UCSM.

827 Los datos que se presentan es este estudio, proceden del muestreo citológico endometrial

828 de 40 vacas lecheras de la raza Holstein. El objetico ha sido evaluar mediante la técnica

829 del Cytobrush la endometritis subclínica en vacas, a los 42 días postparto (DPP) y a los

830 63 DPP. El instrumento utilizado fue la aplicación de la técnica del Cytobrush, que

831 permite obtener una muestra que mediante la coloración de la muestra obtenida con

832 tinción Wright se puede observar al microscopio, para determinar el porcentaje de

833 neutrófilos presentes en la muestra y pueden brindar información sobre el nivel de

834 inflamación en el que se encuentra el endometrio. El porcentaje de neutrófilos de más de

38
835 10 % en las muestras obtenidas a los 42 DPP, son resultado positivo a la endometritis

836 subclínica, mediante el porcentaje de neutrófilos de más del 5% en muestras obtenidas a

837 los 63 DPP, indica el resultado positivo a endometritis subclínica.

838 Este protocolo fue aplicado a todas las vacas utilizadas para este trabajo. Cuyo

839 resultado del muestreo fue que la prevalencia de endometritis subclínica en vacas

840 lecheras de la raza Holstein muestreadas a los 42 DPP es de 17.5%, la prevalencia

841 de endometritis subclínica en vacas lecheras de la raza Holstein muestreados a

842 los 63 DPP es de 7.5 %, la prevalencia de endometritis subclínicas en vacas con

843 un solo parto a los 42 DPP es de 0%, la prevalencia de endometritis subclínica en

844 vacas con un solo parto a los 63 DPP es de 0%.

845 1.10.1 Prevalencia de endometritis clínica y subclínica en vacas lecheras en

846 posparto en un sistema intensivo estabulado 2010. Rinaudo, Agustín,

847 Bernardi, Sandra Fabiana, y Marini, Pablo Roberto. Facultad de Ciencias

848 Veterinarias - UNR. Ovidio Lagos y Ruta 33 (2170) Casilda.

849 Las vacas cuyos frotis endometriales obtuvieron % de PMN N ≥ 5, fueron

850 diagnosticadas como positivas a Endometritis subclínica ES, independientemente

851 del período posparto en que fueron muestreadas.

852 El 49 % de las vacas observadas independientemente del momento presentaron

853 algún grado de inflamación uterina ya sea clínica como subclínica. Entre los 21-

854 33 DEL el 58,5 % de las vacas poseen EC y ES, siendo los animales con EC

855 (55,4%) los que representan el 94,7% del total de endometritis.

39
856 Entre los 34-46 DEL el 32,5% de las vacas poseen EC y ES, disminuyendo la EC

857 a un 25,0% y la ES aumentando a un 7,5%, sin embargo, aún la EC representa el

858 76,9% de ambas endometritis.

859 En el período entre los 47-56 DEL el 50,4% de las vacas poseen EC y ES,

860 disminuyendo la EC a un 18,8% y aumentando la ES a un 31,6%, invirtiendo la

861 representación de las endometritis totales con supremacía de las ES (63,1%).

862 Por lo expuesto se puede observar que el comportamiento es diferente de la EC y

863 ES según los DEL. Existe un marcado descenso del porcentaje de vacas con EC

864 a medida que avanzan los DEL, por el contrario, se observa un comportamiento

865 inverso de la ES.

866 Las vacas sanas mostraron mayor estabilidad presentándose entre el 50 y 68 %

867 en todo el período estudiado.

868 1.10.2 Diagnóstico de endometritis subclínica en vacas Holando argentino entre

869 los días 40 al 70 posparto 2012. Ortega Manuel María; Marro Omar; Dra.

870 Catena María.

871 En este trabajo se propone: -determinar el porcentaje de PMN en el cuerpo del

872 útero de 110 vacas con flujo normal entre los 40 a 70 dpp por el método de

873 cytobrush para colectar material celular de la superficie del endometrio, -

874 identificar el porcentaje de vacas con endometritis subclínica, -relacionar las

875 características macroscópicas del flujo (cantidad y viscosidad) con la presencia

876 de endometritis, -determinar la población microbiana, mediante coloración de

877 gram, -observar la asociación entre la presencia de endometritis subclínica y la

878 población microbiana, la condición corporal-.Del total de hembras analizadas 34

40
879 vacas (31%) presentaron endometritis subclínica: 6 tuvieron un conteo >10% (40

880 – 47 dpp); y 28 animales ≥ 5% (48 dpp en adelante). La condición corporal fue

881 en promedio 3.18 y la mediana 3,25. El flujo uterino fue en su mayoría intermedio

882 (36.35%) del score de cantidad (escaso, intermedio o abundante) y normal

883 (88.2%) del score de viscosidad (liquido, normal o espeso). La población

884 bacteriana predominante fue de bacilos gram positivos, y en algunos casos

885 monoflora. Con los resultados obtenidos no se evidenció asociación entre

886 endometritis subclínica y la condición corporal, ni con las características del

887 flujo. Las diferencias en los conteos de bacterias por campo entre las vacas con y

888 sin endometritis fue estadísticamente significativa (p<.0001).

889 1.10.3 Endometritis subclínica en vacas lecheras: diagnóstico, tratamiento e

890 incidencia productiva y reproductiva 2012. Agustín Rinaudo.

891 El objetivo de esta tesis fue analizar si la endometritis subclínica, durante el

892 posparto, afectaba la eficiencia productiva y reproductiva de la vaca lechera en

893 establecimientos del sur de la provincia de Santa Fe. Los resultados obtenidos

894 mostraron que la endometritis subclínica en las vacas estudiadas afectó de manera

895 significativa (p<0,05) la performance reproductiva de las mismas, las vacas con

896 endometritis subclínica necesitaron 4 servicios para lograr la preñez en

897 contraposición a los 2 que requirieron las vacas sanas (p<0,0001). Por ende, las

898 vacas enfermas tuvieron mayor cantidad de días de intervalo parto concepción

899 (166) que las vacas sin endometritis subclínica (113) (p=0,0004). Por otro lado,

900 se observó que la presencia de endometritis subclínica no se ve influenciada por

901 la mejor o peor condición corporal de la vaca, por el número de partos, y por la

902 producción láctea total de la vaca de manera significativa

41
903 (p>0,05). El sistema de producción mostró una predisposición a una mayor

904 prevalencia de endometritis subclínica sobre el final del período de espera

905 voluntario (38-56 días postparto) en el sistema estabulado o Free Stall(20 %),

906 que en el sistema a pastoreo con suplementación (14,9 %). (p<0,05).

907 1.10.4 Utilización de la Solución Hipertónica (agua de mar) en el Tratamiento de

908 la Mastitis Bovina en la Finca” Guadalupana”, del Municipio de Nagarote,

909 Departamento de León. Solís Bermúdez Max Armando

910 El presente estudio se realizó con el objetivo de evaluar el efecto de la utilización

911 de la solución hipertónica (agua de mar) en el tratamiento de la mastitis bovina

912 en la finca “Guadalupana”, antes” San Clemente” del Municipio de Nagarote,

913 departamento de León, ubicada en las coordenadas siguientes: 12°14´37.89´´ N

914 y 87°39´16.45´´ W, con una elevación sobre el nivel del mar de 68m. Fueron

915 utilizados 18 animales en un diseño completamente al azar (D.C.A) distribuido

916 aleatoriamente en tres tratamientos. Tratamiento I: agua de mar 5ml; Tratamiento

917 II: Tratamiento testigo: DI-ERITROMAST M.A; Tratamiento III: agua de mar

918 10ml. Se encontró una prevalencia de mastitis en el hato del 72%, de ésta un 38%

919 correspondió a mastitis subclínica, un 34% a mastitis clínica y un 28% de las

920 vacas resultaron negativas; el cuarto más afectado fue el anterior derecho (AD)

921 con el 100% de reacción positiva. Según el examen bacteriológico realizado a las

922 muestras enviadas al laboratorio, los microorganismos causantes de la mastitis en

923 la finca, fueron: Streptococcus uberis, Streptococcus agalactiae y Pseudomonas.

924 Los tratamientos I y III presentaron los mejores resultados en el control de la

925 mastitis bovina, donde el tratamiento I (agua de mar 5ml) alcanzó su efectividad

926 a los 14 días con un 100% y, el tratamiento III (agua de mar 10ml) alcanzó su

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927 efectividad a los 21 días con un 100%. En tanto, para el tratamiento II no se

928 observó efectividad en el transcurrir de las 8 semanas analizadas.

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