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Las emergencias oncológicas representan un reto en la práctica clínica diaria, el

síndrome de vena cava superior (SVCS), que se suele presentar como una emergencia
oncológica, requiere de un diagnóstico certero y pronto.
William Hunter describió por primera vez en 1757 el síndrome de vena cava superior
asociado a un aneurisma sacular aórtico, posteriormente en diferentes revisiones se
documentó que las neoplasias ocasionan hasta 90% de los casos.
En 2007 se reportó en Estados Unidos una incidencia de alrededor de 15,000 casos
anuales, por esta razón se han realizado diferentes estudios para determinar el manejo
adecuado de esta entidad, que se considera como una urgencia oncológica.
SÍNDROME DE LA VENA CAVA SUPERIOR
Definición.- El síndrome de vena cava superior (SVCS) se presenta por una obstrucción
de la vena cava superior que provoca un incremento de la presión venosa en vasos
sanguíneos colaterales y conforme esta obstrucción avanza, se desarrolla un flujo
sanguíneo colateral. Se recomienda realizar una historia clínica con atención en los
antecedentes de procedimientos invasivos, neoplasia y en la duración de los síntomas.
Fisiopatología.- La VCS se sitúa en el mediastino superior rodeada por estructuras
relativamente rígidas como el esternón, la tráquea, el bronquio derecho, la aorta, la
arteria pulmonar y los ganglios mediastínicos. Esta situación junto con la delgada y
compresible pared que posee, hacen que cualquier proceso ocupante de espacio ese
nivel origine un compromiso del drenaje venoso.
Etiología.- Actualmente, las neoplasias ocasionan cerca de 90% de los casos, siendo
más frecuente el cáncer de pulmón, seguido del linfoma no Hodgkin y tumores
metastásicos como el Ca de mama o testicular. La etiología beninga como aneurisma
aórtico, trombosis ocasionada por el uso frecuente de catéteres endovasculares, entre
otros, corresponden al 40% de los casos.
Manifestaciones clínicas.- El desarrollo del cuadro sintomático suele ser insidioso en
estos pacientes, que generalmente solicitan asistencia cuando el síndrome está
establecido. El SVCS se caracteriza por presentar una triada clásica, formada por:
edema en esclavina (edema y sensación de plenitud faciales e hinchazón de los
miembros superiores), cianosis y circulación colateral. Otros síntomas incluyen disnea
que empeora con el decúbito, ronquera, tos, edema lingual, cefalea, congestión nasal,
dolor torácico, hemotptisis, mareos, sensación de tirantez en el cuello, como si llevara
un cuello almidonado (Signo de Stokes), etc.
La intensidad del síndrome depende de la rapidez de instauración da la obstrucción y de
su localización, cuanto más rápida es la instauración, más intensos son los síntomas,
porque las venas colaterales no tienen tiempo de distenderse para acomodar el flujo
sanguíneo.
Diagnóstico.- El diagnóstico es esencialmente clínico. Es necesario hacer
diagnóstico diferencial con la insuficiencia cardiaca, taponamiento cardiaco y
neumotórax a tensión.

Dado que la mayor parte de casos de SVCS son de origen neoplásico y no suele haber
diagnóstico previo de tumor es obligado siempre que sea posible hacer el diagnóstico
histológico, tras una correcta anamnesis y exploración física.
Es necesario evaluar el grado de insuficiencia respiratoria mediante gasometría arterial.
La radiografía de tórax demuestra alteracion en más del 90% de los casos, tales como:
tumores o derrame pleura, casi siempre del lado derecho.
La TC torácica permite un análisis eficaz y no invasivo de la VCS y de sus colaterales,
constituye el estudio radiológico de elección.
La RMN no tiene ventajas sobre la TC.
Diagnóstico histológico: La confirmación histológica es necesaria para planificar el
tratamiento. Las más sensibles son la mediastinoscopia y la toracotomía. La punción
transtorácica guiada por TC es una alternativa, cuando las alternativas anteriores no se
consideren indicadas.
Tratamiento
Hasta comenzar el diagnostico específico que permita iniciar el tratamiento específico
con quimioterapia o radioterapia se recomienda emplear una serie de medidas
generales que se resumen en:

 Oxigenoterapia
 Reposo en cama con la cabecera elevada a 45º.
 Dieta hiposódica.
 Furosemida
 Corticoides.

En caso de diagnóstico de cáncer microcitico de pulmón o de Linfoma no Hodking, la


Quimioterapia es el tratamiento inicial de elección.
La radioterapia constituye el tratamiento primario en el carcinoma no Microcitico de
pulmón.
Algunos autores comunican en los casos de trombosis de la cava una alta efectividad de
los agentes tromboliticos uroquinasa, estreptoquinasa o activador del plasminogeno
tisular.

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