Vous êtes sur la page 1sur 30

ALBERT EINSTEIN Y

LA TEORÍA DE LA RELATIVIDAD

Sobre la teoría de la relatividad es necesario preguntarse si dicha teoría es


correcta. Se han efectuado una gran cantidad de experimentos y observaciones hasta la
actualidad para conocer con precisión lo más importante de esta teoría. Es necesario
preguntarse si esta teoría de la relatividad planteada por Albert Einstein pueda ser superada en
el futuro de tal manera que se tenga que reformular los libros de secundaria y de la universidad.

Según las leyes del movimiento establecidas por primera vez con detalle por
Isaac Newton hacia 1680-89, dos o más movimientos se suman de acuerdo con las reglas de la
aritmética elemental.

Einstein también creía como Lorentz que las leyes del electromagnetismo
debían ser idénticas en dos sistemas de referencia inerciales en traslación uniforme uno
respecto al otro. Influenciado por los escritos de Mach (Einstein escribe en su autobiografía
científica que Mach quebró su fé dogmática en la mecánica newtoniana), al que la existencia de
un espacio absoluto le parecía un desatino lógico, y en vista del resultado que obtuvo, parece
ser que Einstein quería conseguir los mismos resultados que Lorentz pero a partir de alguna ley
general mas sencilla e invariable.

Esta ley, o mejor dicho postulado se asemeja mucho al principio de relatividad


que formuló Poincaré, fue que "todos los sistema inerciales son equivalentes", no existe un
sistema de referencia que podamos considerar como en reposo absoluto. Que cada objeto con
movimiento uniforme podía usarse como sistema de referencia para el resto del universo sin
variar en absoluto las leyes de la física.

En principio esto es similar a una vuelta a la relatividad de Galileo pero más


sutil. En cierto modo si llevamos al extremo este principio, implica que la velocidad de la luz
será la misma para un observador en reposo que para uno en movimiento uniforme. Pero
también podemos, para eliminar dudas, proponer esto último como postulado: La velocidad de
la luz tiene el mismo valor para cualquier sistema inercial, o como ley: sería la "Ley de la
propagación de la luz".
Galileo Galilei estableció el principio de relatividad por vez primera. Era un
principio de relatividad del movimiento: "Todo movimiento es relativo a un sistema de
referencia". Según esto no podemos determinar si un objeto se mueve o no de modo rectilíneo
y uniforme si no tomamos primero un sistema de referencia respecto al cual exista ese
movimiento. Se puede resumir en un principio de indeterminación del reposo absoluto, pues si
pudiéramos determinar que algo está en reposo absoluto, entonces ya tendríamos un sistema
de referencia privilegiado al que referir todos los demás movimiento y el principio de relatividad
no sería válido.

Cuando se descubrió que la velocidad de la luz no era infinita se pensó que el


principio de relatividad ya no sería válido, pues la velocidad de la luz debería depender de la
dirección del movimiento del sistema de referencia y midiendo la velocidad de la luz en distintas
direcciones se podría determinar hacia que dirección se mueve el sistema de referencia (por
ejemplo la Tierra).

Pero con la experiencia de Michelson y Morley y otras experiencias similares se


comprobó que seguía sin poderse determinar la ubicación del reposo absoluto o simplemente
determinar a que velocidad se movía un objeto a través del espacio. El principio de relatividad
se mantenía intacto.

A partir de aquí Lorentz desarrolló sus ecuaciones relativistas, las


transformadas de Lorentz para cambio de sistema de coordenadas. Además Einstein desarrolló
sus teorías de la relatividad especial y general, y todas sus fórmulas relativistas, con lo que
muchas experiencias cobraron sentido y otras fueron predichas con precisión.

No se puede hablar de la velocidad de la pelota a secas. Lo que cuenta es su


velocidad con respecto a un observador particular. Cualquier teoría del movimiento que intente
explicar la manera en que las velocidades (y fenómenos afines) parecen variar de un
observador a otro sería una «teoría de la relatividad».

La teoría de la relatividad de Einstein nació del siguiente hecho: lo que funciona


para pelotas tiradas desde un tren no funciona para la luz. En principio podría hacerse que la
luz se propagara, o bien a favor del movimiento terrestre, o bien en contra de él. En el primer
caso parecería viajar más rápido que en el segundo (de la misma manera que un avión viaja
más aprisa, en relación con el suelo, cuando lleva viento de cola que cuando lo lleva de cara).
Sin embargo, medidas muy cuidadosas demostraron que la velocidad de la luz nunca variaba,
fuese cual fuese la naturaleza del movimiento de la fuente que emitía la luz.

Halló que los objetos tenían que acortarse en la dirección del movimiento, tanto
más cuanto mayor fuese su velocidad, hasta llegar finalmente a una longitud nula en el límite
de la velocidad de la luz; que la masa de los objetos en movimiento tenía que aumentar con la
velocidad, hasta hacerse infinita en el límite de la velocidad de la luz; que el paso del tiempo en
un objeto en movimiento era cada vez más lento a medida que aumentaba la velocidad, hasta
llegar a pararse en dicho límite; que la masa era equivalente a una cierta cantidad de energía y
viceversa.

Todo esto lo elaboró en 1905 en la forma de la «teoría especial de la


relatividad», que se ocupaba de cuerpos con velocidad constante. En 1915 extrajo
consecuencias aún más sutiles para objetos con velocidad variable, incluyendo una descripción
del comportamiento de los efectos gravitatorios. Era la «teoría general de la relatividad».

Michelson, en uno de los más célebres experimentos de la física, midió la


velocidad de la luz respecto de la Tierra en distintas direcciones y obtuvo siempre el mismo
resultado, como si la Tierra estuviera quieta respecto del éter.

Tengamos presente que nunca nadie midió ni detectó de ninguna forma al éter.
Simplemente se creía en su existencia porque se pensaba que la luz necesitaba algún medio
material para propagarse. Para explicar el resultado negativo del experimento de Michelson,
algunos intentaron proponer que la Tierra ``arrastra'' un poco de éter mientras se mueve (como
el aire adentro de un vagón de tren). En cambio, Einstein postuló que la luz se propaga a través
del vacío y que su velocidad, medida desde cualquier sistema de referencia, es siempre la
misma.

Naturalmente, esto era exactamente lo que sugería el resultado de la


experiencia de Michelson, pero las ideas de Einstein iban contra el ``sentido común'':

Lo que sucede en la naturaleza es precisamente lo que dice Einstein: el


resultado de medir la velocidad de la luz desde el tren en movimiento o desde la estación es
exactamente el mismo. No hay forma de convencer a la luz para que vaya más rápido.

Está claro entonces que no hay que usar las transformaciones de Galileo
(sumar o restar velocidades y distancias) para pasar de un sistema de referencia a otro. Si la
velocidad de la luz es la misma para cualquier sistema, tenemos que usar las transformaciones
de Lorentz (son unas ecuaciones algo más complicadas que las de Galileo). Ahora bien: las
ecuaciones de Maxwell (las ecuaciones de las ondas electromagnéticas) son invariantes ante
las transformaciones de Lorentz. Esto quiere decir que el guardián puede iluminar con su
linterna para todos lados, pero la luz se va a comportar de forma exactamente igual a como lo
haría si el tren estuviera quieto ¡y eso es exactamente lo que pasa!
Las ideas de Einstein (que al fin y al cabo no había hecho más que aceptar el
resultado de la experiencia de Michelson tal cual era) revolucionaron profundamente la física.
Si reconocemos que lo correcto es utilizar las transformaciones de Lorentz para relacionar
distintos sistemas de referencia, el hecho de que la velocidad de la luz sea siempre la misma
deja de ser un fenómeno incómodo.

Hace unos trescientos años, Newton elaboró una teoría que predice los
movimientos de todos los planetas y satélites con asombrosa precisión, y el movimiento del
planeta Mercurio con un error muy pequeño; se necesitan observaciones astronómicas muy
precisas para detectar esa mínima diferencia. Pero la teoría de la relatividad de Einstein es
igualmente exacta para los movimientos de todos los planetas, y funciona también incluso para
Mercurio. Por eso es mejor.

Otro punto en que la teoría de Einstein es contraria al sentido común es la


dilatación del tiempo. Como vimos, cuando usábamos las transformaciones de Galileo para
vincular medidas hechas respecto de distintos sistemas de referencia, teníamos que sumar o
restar distancias y velocidades. Pero con las transformaciones de Lorentz no es tan sencillo, ya
que también interviene el tiempo: El tiempo arriba del tren que se mueve transcurre más
lentamente que en la estación.

A pesar de lo fantástico que resulta el fenómeno de dilatación del tiempo, la


teoría de la relatividad ha resultado bastante ingrata para los autores de ciencia ficción, ya que
prohíbe viajar más rápido que la luz. Esto plantea inconvenientes insalvables para las historias
de viajes más allá del sistema solar.

¿Qué es lo que ocurre en el mundo real cuando intentamos superar la


velocidad de la luz? De nuevo, no tenemos forma de acelerar a un cuerpo a tal velocidad, pero
sí existen poderosísimos aceleradores de partículas, llamados sincrotrones, que pueden
acelerar las partículas que constituyen la materia.

Einstein simplemente elaboró una descripción de la naturaleza más precisa que


la de Newton, y es posible que alguien halle una aún mejor. Pero la naturaleza no va a
modificar su comportamiento para satisfacer la teoría de algún físico: es el científico quien
deberá pensar para que su teoría describa a la naturaleza mejor que todas las teorías
anteriores.

Con referencia a la relatividad general, debemos tener en cuenta que la


velocidad de la luz ya no es la misma para todo observador en un sistema inercial sino para
todo observador en un sistema localmente inercial. Quiero decir con esto que, por ejemplo, la
velocidad de la luz sigue siendo la misma para un observador en un campo gravitatorio en las
cercanías del observador a pesar que si observamos el fenómeno desde un lugar lejano
veremos y mediremos menor velocidad en ese punto.

El estudio y comprensión de la relatividad general de Einstein requiere el uso


de una aparato matemático verdaderamente complicado, que es el cálculo tensorial. El propio
Einstein tuvo que dedicar mucho tiempo de estudio matemático para desarrollar correctamente
su teoría, pues con las herramientas de que disponía obtenía resultados erróneos como la
primera predicción de la desviación de la luz. Apunto de acabar su trabajo publicado en 1915
Einstein escribe: "Quien haya comprendido realmente esta teoría no puede sustraerse a su
magia; representa un verdadero triunfo del método del cálculo diferencial fundado por Gauss,
Riemann, Chistoffel, Ricci y Levi-Civiter". Nos está diciendo que la teoría es un triunfo y
exalzación del cálculo tensorial.

El uso del cálculo tensorial es excesivo para las pretensiones de este escrito,
pero hay herramientas que pueden ayudarnos a introducirnos en los cálculos de la relatividad
general como son las métricas para casos concretos. Estas métricas nos describen de modo
bastante sencillo la geometría del espaciotiempo y de ellas se pueden sacar muchas
conclusiones. Lo que se suele usar habitualmente para tratar la relatividad general en los casos
más sencillos es la métrica de Schwarzschild. En la parte de profundización en relatividad
general podréis leer una introducción a ella, pero advierto que para entenderla es necesario
comprender aceptablemente la métrica de Minkowski.

En suma tenemos según Einstein los postulados que las leyes de la física son
idénticas para cualquier sistema inercial de referencia y la velocidad de la luz tiene el mismo
valor para cualquier sistema inercial.

Las consecuencias con que el reposo o el movimiento uniforme de un sistema


son indetectables desde el propio sistema de referencia. Además que en todo sistema de
referencia en movimiento el tiempo transcurre más lentamente. También que en todo sistema
de referencia en movimiento los cuerpos se contraen en la dirección del movimiento.
Finalmente que en todo cuerpo en movimiento la masa aumenta.

Todo ello nos lleva a darnos cuenta de que no se puede superar la velocidad de
la luz.

Una de las consecuencias que surge del propio principio de relatividad es la


existencia de las ondas gravitatorias, la idea de que la gravedad se transmite a la velocidad de
la luz. Esto es así porque si se transmitiera de modo instantáneo podríamos idear una
experiencia de sincronización, digamos "absoluta" (cosa imposible de momento), de relojes y
con ello podríamos determinar DONDE está el SISTEMA DE REFERENCIA ABSOLUTO. (Una
sincronización perfecta y el hecho de que la velocidad de la luz sea limitada lo permitiría).

Así que si creemos que el principio de relatividad es correcto debemos creer


también que ni la gravedad ni ninguna otra cosa se puede transmitir a mayor velocidad que la
luz.

En realidad por eso se dice que la velocidad de la luz es la máxima posible del
universo: porque si no fuera así el principio de relatividad no sería válido.

Consideramos importante los aportes de Albert Einstein a la teoría de la


relatividad, pero eso no significa que su teoría no sea superada en el futuro ya que
posiblemente existan estudios más profundos y reflexivos además existan avances en los
aparatos de la ciencia que permitan mejorar o refutar la teoría.
Cómo sabemos que la Teoría de la Relatividad General es
correcta? Se han realizado una gran cantidad de
experimentos y observaciones y hasta el día de hoy ...

//////////***************

Albert Einstein y la relatividad

Según las leyes del movimiento establecidas por primera vez


con detalle por Isaac Newton hacia 1680-89, dos o más
movimientos se suman de acuerdo con las reglas de la
aritmética elemental. Supongamos que un tren pasa a nuestro
lado a 20 kilómetros por hora y que un niño tira desde el
tren una pelota a 20 kilómetros por hora en la dirección
del movimiento del tren. Para el niño, que se mueve junto
con el tren, la pelota se mueve a 20 kilómetros por hora.
Pero para nosotros, el movimiento del tren y el de la
pelota se suman, de modo que la pelota se moverá a la
velocidad de 40 kilómetros por hora.

Como veis, no se puede hablar de la velocidad de la pelota


a secas. Lo que cuenta es su velocidad con respecto a un
observador particular. Cualquier teoría del movimiento que
intente explicar la manera en que las velocidades (y
fenómenos afines) parecen variar de un observador a otro
sería una «teoría de la relatividad».

La teoría de la relatividad de Einstein nació del siguiente


hecho: lo que funciona para pelotas tiradas desde un tren
no funciona para la luz. En principio podría hacerse que la
luz se propagara, o bien a favor del movimiento terrestre,
o bien en contra de él. En el primer caso parecería viajar
más rápido que en el segundo (de la misma manera que un
avión viaja más aprisa, en relación con el suelo, cuando
lleva viento de cola que cuando lo lleva de cara). Sin
embargo, medidas muy cuidadosas demostraron que la
velocidad de la luz nunca variaba, fuese cual fuese la
naturaleza del movimiento de la fuente que emitía la luz.

Einstein dijo entonces: supongamos que cuando se mide la


velocidad de la luz en el vacío, siempre resulta el mismo
valor (unos 299.793 kilómetros por segundo), en
cualesquiera circunstancias. ¿Cómo podemos disponer las
leyes del universo para explicar esto? Einstein encontró
que para explicar la constancia de la velocidad de la luz
había que aceptar una serie de fenómenos inesperados.
Halló que los objetos tenían que acortarse en la dirección
del movimiento, tanto más cuanto mayor fuese su velocidad,
hasta llegar finalmente a una longitud nula en el límite de
la velocidad de la luz; que la masa de los objetos en
movimiento tenía que aumentar con la velocidad, hasta
hacerse infinita en el límite de la velocidad de la luz;
que el paso del tiempo en un objeto en movimiento era cada
vez más lento a medida que aumentaba la velocidad, hasta
llegar a pararse en dicho límite; que la masa era
equivalente a una cierta cantidad de energía y viceversa.

Todo esto lo elaboró en 1905 en la forma de la «teoría


especial de la relatividad», que se ocupaba de cuerpos con
velocidad constante. En 1915 extrajo consecuencias aún más
sutiles para objetos con velocidad variable, incluyendo una
descripción del comportamiento de los efectos
gravitatorios. Era la «teoría general de la relatividad».

Los cambios predichos por Einstein sólo son notables a


grandes velocidades. Tales velocidades han sido observadas
entre las partículas subatómicas, viéndose que los cambios
predichos por Einstein se daban realmente, y con gran
exactitud. Es más, sí la teoría de la relatividad de
Einstein fuese incorrecta, los aceleradores de partículas
no podrían funcionar, las bombas atómicas no explotarían y
habría ciertas observaciones astronómicas imposibles de
hacer.

Pero a las velocidades corrientes, los cambios predichos


son tan pequeños que pueden ignorarse. En estas
circunstancias rige la aritmética elemental de las leyes de
Newton; y como estamos acostumbrados al funcionamiento de
estas leyes, nos parecen ya de «sentido común», mientras
que la ley de Einstein se nos antoja «extraña».

//////////*****************

Relatividad, Espacio y Tiempo

Seguramente todos conocemos la famosa anécdota que relata


cómo Galileo Galilei trataba de hacer comprender a las
autoridades eclesiásticas de que la Tierra se movía. Por
más que el astrónomo italiano intentó hacer entrar en razón
a sus censores, ellos hicieron caso omiso de sus pruebas,
argumentando que, como la Biblia dice que Josué ordenó
detenerse al Sol y no a la Tierra, es el Sol el que se
mueve mientras la Tierra permanece fija. Bajo amenaza de
tortura, Galileo fue obligado a retractarse y tuvo que
pasar los últimos años de su vida bajo arresto
domiciliario.

Un argumento que intentaba apelar al sentido común sostenía


que la Tierra no se mueve ``porque no se nota el
movimiento''. Es verdad que, cuando tomamos el tren a
Buenos Aires nos damos cuenta si estamos detenidos o
andando: cuando el tren avanza, se sacude. ¿Pero qué pasa
si viajamos en barco? El barco se menea a causa del oleaje,
y más se va a menear cuanto más picado esté el mar; pero si
estamos encerrados dentro de una bodega sin ventanas no
vamos a poder saber si estamos navegando o detenidos en
mitad del océano.

Supongamos que en nuestra bodega hay una claraboya y vemos


cruzar otra nave de Norte a Sur, ¿nos dice esto algo sobre
nuestro propio movimiento?

Hay varias posibilidades: a) nosotros estamos anclados y el


otro barco se mueve hacia el Sur; b) el otro barco es el
que está anclado y nosotros navegamos con rumbo Norte; c)
ambas embarcaciones navegan hacia el Norte, pero nosotros
vamos más rápido y nos adelantamos; d) los dos navíos
viajan hacia el Sur, y el nuestro es el más lento y está
siendo adelantado; o e) nosotros nos dirigimos al Norte y
el otro barco va para el Sur. Las únicas posibilidades que
quedan excluídas son que ambos buques estén anclados, o que
ambos naveguen con idéntica velocidad y rumbo.

Aún si nos asomamos para poder ver la superficie del mar,


sólo vamos a poder saber si nos movemos respecto del agua.
Si se agota el fuel-oil y se paran los motores, la nave se
quedará ``quieta'', pero eventualmente la corriente la
llevará hacia algún lado. Al capitán le interesará saber si
nos acercamos o nos alejamos de la costa.

Está claro entonces que antes de ponerse a discutir qué


objetos se mueven y cuáles no, es necesario decir con
respecto a qué, es decir establecer un sistema de
referencia .

Volvamos entonces a nuestro asiento en el tren. Si al pasar


por Plátanos, una mujer le dice a un hijo revoltoso
``quedate quieto'', se entiende que lo que le quiere decir
es que se quede en su asiento.

Hay una forma sencilla de relacionar las posiciones y


velocidades medidas desde distintos sistemas de referencia.
Supongamos que nuestro asiento está exactamente a
veinticinco metros por delante del furgón de cola; ¿a qué
distancia estamos de Plátanos? Es evidente que estamos
veinticinco metros más lejos que el furgón. ¿Y a qué
distancia está el furgón de Plátanos? Si el tren viaja a
cuarenta kilómetros por hora y pasamos por Plátanos hace
quince minutos, el furgón estará a diez kilómetros de
Plátanos; y nosotros estaremos veinticinco metros más
lejos, a diezmil veinticinco metros de Plátanos.

Supongamos ahora que nos levantamos del asiento y caminamos


hacia la locomotora. Si caminamos a cinco kilómetros por
hora, como el tren va a cuarenta, vamos a alejarnos de
Plátanos a cuarenta y cinco kilómetros por hora. Si damos
media vuelta y caminamos hacia el furgón, también estaremos
alejándonos de Plátanos, pero a treinta y cinco kilómetros
por hora.

Todo esto es bastante obvio. Está claro que tenemos que


sumar nuestra velocidad a la del tren (o restarla si
caminamos para atrás) para saber a qué velocidad nos
movemos respecto de la estación. Si queremos saber a qué
distancia estamos de la estación, sumamos la distancia que
separa al furgón de cola de la estación a la que nos separa
a nosotros del furgón. Estas operaciones son prácticamente
intuitivas y se las conoce como transformaciones de
Galileo.

Hace unos tres siglos, Isaac Newton inventó las leyes que
describen el movimiento de los cuerpos (más adelante voy a
aclarar por qué digo ``inventó'' y no ``descubrió''). Por
ejemplo, si dejo caer una moneda desde una altura de un
metro con veintidós centímetros, usando las leyes de Newton
puedo predecir que chocará contra el suelo en medio segundo
y a una velocidad de unos dieciocho kilómetros por hora. Si
repito el experimento arriba del tren, viajando a cuarenta
kilómetros por hora, sucederá exactamente lo mismo y la
moneda también caerá delante de mis zapatillas. Durante el
medio segundo que le lleva a la moneda caer, el tren (y mis
pies) habrán recorrido algo más de once metros con once
centímetros. Entonces, vista desde la estación, la moneda
habrá caído siguiendo una trayectoria inclinada,
``acompañando'' al tren. En otras palabras, la moneda va a
caer delante de mis zapatillas de igual forma
independientemente de que el tren se mueva o no. En
términos matemáticos, este hecho se expresa diciendo que
las ecuaciones de Newton son invariantes ante las
transformaciones de Galileo.
Cuando íbamos a la escuela nos decían ``grafique las
siguientes curvas'' y teníamos que dibujar la
representación gráfica de cada ecuación. Por ejemplo, la
representación gráfica de ``y igual equis al cuadrado'' es
una parábola, por lo que dicha ecuación se llama ``ecuación
de la parábola''; la ecuación cuya gráfica es una línea
recta se denomina ``ecuación de la recta'', etc.

Hay ecuaciones, algo más complicadas que las estudiadas en


el colegio, cuyas soluciones son curvas ondulantes. Se las
conoce como ``ecuación de la onda'' y son utilizadas por
los físicos para describir algunos fenómenos de la
naturaleza y para reventar a estudiantes incautos. Por
ejemplo, si tiramos una moneda dentro de una palangana
llena de agua se formarán ondas circulares alrededor del
lugar donde caiga. El sonido, en cambio, son rápidas
variaciones de la presión del aire. La forma en que se
propagan estas variaciones se puede describir mediante una
ecuación de ondas, por eso se habla de ``ondas sonoras''
aunque (al contrario de la superficie del agua del ejemplo
de la palangana) en este caso no haya nada que ``ondule''.

Volvamos arriba del tren y supongamos que un policía balea


a un sospechoso. Si queremos saber a qué velocidad van las
balas respecto de tierra firme tenemos que usar la
transformación de Galileo, es decir, a la velocidad con que
las balas salen de la pistola le sumamos la velocidad del
tren (suponiendo que el vigilante tiró para adelante).
¿Pero qué pasa si la locomotora hace sonar la bocina? El
sonido se propaga siempre a la misma velocidad a través del
aire, independientemente del movimiento de la locomotora.
Podemos incluso utilizar esta propiedad para medir la
velocidad del tren respecto del aire: si el tren va a
cuarenta kilómetros por hora (suponiendo que no haya
viento) desde nuestro punto de vista el aire va a soplar
hacia atrás a esa velocidad. Entonces, cuando suena la
bocina, para nosotros el sonido va a viajar para atrás a
cuarenta kilómetros por hora más rápido que lo normal y
para adelante a cuarenta kilómetros por hora más despacio,
por lo que vamos a poder deducir que el tren avanza
precisamente a esa velocidad. Notemos que el vigilante no
podría llegar a esta conclusión ni aún disparando tiros
para todos lados.

James Clerk Maxwell fue un físico que vivió durante el


siglo XIX y que, trabajando con las ecuaciones matemáticas
que describen los fenómenos eléctricos y magnéticos llegó
una ``ecuación de ondas''. Predijo entonces, en forma
totalmente teórica, la existencia de ``ondas
electromagnéticas'' y sugirió que la luz podía ser un
ejemplo de este tipo de ondas. Maxwell murió antes que se
inventara la radio, pero hoy sabemos que tanto la luz, el
calor, las microondas, las ondas de radio, de TV, radar,
etc. son todas ondas electromagnéticas.

Si le pedimos a un físico que calcule la intensidad del


campo electromagnético a diez kilómetros de una emisora de
radio en un momento dado, va a tener que resolver una
ecuación de ondas. Por eso hablamos de ondas
electromagnéticas, aunque como en el caso del sonido, no
haya nada que ``ondule''.

Ahora bien: el sonido son ``ondas de presión'' que se


propagan por el aire, pero la luz y el calor llegan a
nosotros desde el Sol y no hay aire entre la Tierra y el
Sol. Se supuso, entonces, que tenía que existir un medio
muy tenue que llenara todo el espacio, a través del cual se
propagaban las ondas electromagnéticas. A este medio se lo
llamó el éter luminífero, por eso en los primeros programas
de radio los locutores hablaban de las ``ondas del éter''.

Recordemos el ejemplo de la locomotora: como sabemos a qué


velocidad se propaga el sonido por el aire, midiendo la
velocidad del sonido respecto de la locomotora podemos
calcular la velocidad del tren. Siguiendo el mismo
razonamiento, como sabemos a qué velocidad se propaga la
luz a través del ``éter luminífero'', si medimos la
velocidad de la luz respecto de la Tierra vamos a poder
deducir a qué velocidad se mueve la Tierra a través del
éter.

Michelson, en uno de los más célebres experimentos de la


física, midió la velocidad de la luz respecto de la Tierra
en distintas direcciones y obtuvo siempre el mismo
resultado, como si la Tierra estuviera quieta respecto del
éter.

Como la tierra gira alrededor del Sol a una velocidad de


unos treinta kilómetros por segundo, deberíamos esperar que
si repetimos el experimento seis meses después tendríamos
que encontrar una diferencia de sesenta kilómetros por
segundo, ya que la Tierra habrá dado media vuelta al Sol y
estará moviéndose ``hacia atrás''.

Tengamos presente que nunca nadie midió ni detectó de


ninguna forma al éter. Simplemente se creía en su
existencia porque se pensaba que la luz necesitaba algún
medio material para propagarse. Para explicar el resultado
negativo del experimento de Michelson, algunos intentaron
proponer que la Tierra ``arrastra'' un poco de éter
mientras se mueve (como el aire adentro de un vagón de
tren). En cambio, Einstein postuló que la luz se propaga a
través del vacío y que su velocidad, medida desde
cualquier sistema de referencia, es siempre la misma.

Naturalmente, esto era exactamente lo que sugería el


resultado de la experiencia de Michelson, pero las ideas de
Einstein iban contra el ``sentido común'':

Volvamos al tren y supongamos que la locomotora enciende la


luz. Si medimos la velocidad con que sale la luz de la
locomotora, vamos a encontrar que viaja aproximadamente a
trescientos mil kilómetros por segundo. Si el tren viaja a
cuarenta kilómetros por hora, sería lógico esperar que la
velocidad de la luz medida desde la estación fuera cuarenta
kilómetros por hora mayor. Pero lo que sucede en la
naturaleza es precisamente lo que dice Einstein: el
resultado de medir la velocidad de la luz desde el tren en
movimiento o desde la estación es exactamente el mismo. No
hay forma de convencer a la luz para que vaya más rápido.

Está claro entonces que no hay que usar las


transformaciones de Galileo (sumar o restar velocidades y
distancias) para pasar de un sistema de referencia a otro.
Si la velocidad de la luz es la misma para cualquier
sistema, tenemos que usar las transformaciones de Lorentz
(son unas ecuaciones algo más complicadas que las de
Galileo). Ahora bien: las ecuaciones de Maxwell (las
ecuaciones de las ondas electromagnéticas) son invariantes
ante las transformaciones de Lorentz. Hablando en criollo,
esto quiere decir que el guarda puede iluminar con su
linterna para todos lados, pero la luz se va a comportar de
forma exactamente igual a como lo haría si el tren
estuviera quieto ¡y eso es exactamente lo que pasa!

Las ideas de Einstein (que al fin y al cabo no había hecho


más que aceptar el resultado de la experiencia de Michelson
tal cual era) revolucionaron profundamente la física. Si
reconocemos que lo correcto es utilizar las
transformaciones de Lorentz para relacionar distintos
sistemas de referencia, el hecho de que la velocidad de la
luz sea siempre la misma deja de ser un fenómeno incómodo.
Pero las ecuaciones de Newton no son invariantes ante las
transformaciones de Lorentz, lo que significa que la teoría
de Newton ``está mal''.
Ahora puedo justificar por qué dije que Newton inventó sus
leyes: si hubiera dicho descubrió habría dado la falsa
impresión de que dichas leyes eran una propiedad de la
naturaleza previamente existente que él sacó a la luz. Si
hubiera sido así, no podría resultar luego que estas leyes
estuvieran equivocadas. Por más que nos enseñen que las
cosas se caen al suelo ``por la ley de gravedad'', el hecho
es que esto ocurría de manera exactamente igual antes de
que Newton naciera, y continuaron cayendo exactamente de la
misma forma luego de que Einstein encontrara que las leyes
de Newton eran ``incorrectas''.

Hace unos trescientos años, Newton elaboró una teoría que


predice los movimientos de todos los planetas y satélites
con asombrosa precisión, y el movimiento del planeta
Mercurio con un error muy pequeño; se necesitan
observaciones astronómicas muy precisas para detectar esa
mínima diferencia (por eso puse entre comillas la palabra
``incorrectas''). Pero la teoría de la relatividad de
Einstein es igualmente exacta para los movimientos de todos
los planetas, y funciona también incluso para Mercurio. Por
eso es mejor.

Otro punto en que la teoría de Einstein es contraria al


sentido común es la dilatación del tiempo. Como vimos,
cuando usábamos las transformaciones de Galileo para
vincular medidas hechas respecto de distintos sistemas de
referencia, teníamos que sumar o restar distancias y
velocidades. Pero con las transformaciones de Lorentz no es
tan sencillo, ya que también interviene el tiempo: El
tiempo arriba del tren que se mueve transcurre más
lentamente que en la estación.

Naturalmente la dilatación del tiempo es tan pequeña que es


imperceptible en un viaje en tren. Pero supongamos que la
velocidad de la luz, en vez de ser de trescientos mil
kilómetros por segundo (más de mil millones de kilómetros
por hora) fuera de sólo cincuenta kilómetros por hora. En
ese caso, si tomamos el tren en La Plata a las dos de la
tarde y nos bajamos luego de media hora de viaje (a
cuarenta kilómetros por hora), vamos a encontrarnos con que
todo el mundo nos dice que son las tres menos diez. Si
inmediatamente tomamos el tren para volver nos va a llevar
otra media hora llegar, pero en La Plata se habrán hecho ya
las cuatro menos veinte. Esto no quiere decir que los
relojes adelanten ni atrasen: nosotros, arriba del tren, no
notaremos nada raro; sólo vamos a haber hecho un viaje de
media hora de ida y media hora de vuelta. La gente que nos
esperó en La Plata tampoco va a haber notado nada extraño,
pero nos dirá que nuestro viaje duró cincuenta minutos de
ida y cincuenta de vuelta. En el mundo real, como la luz
viaja a más de mil millones de kilómetros por hora y no a
cincuenta, aunque viajáramos en tren continuamente durante
cincuenta años sólo nos ahorraríamos una millonésima de
segundo.

Todos estos fenómenos parecen curiosidades teóricas, ya que


no los percibimos en la vida cotidiana. No existen ni
trenes, ni aviones, ni cohetes, ni ningún tipo de vehículo
capaz de acercarse a la velocidad de la luz. Pero sí hay
relojes extraordinariamente precisos: los relojes atómicos.
En un experimento realizado en 1971 se embarcaron cuatro de
estos relojes en aviones comerciales y se comprobó que el
tiempo realmente transcurre como lo predice la teoría de la
relatividad. La revista Scientific American dijo que esta
era la verificación más barata de la teoría, ya que costó
unos ocho mil dólares, de los cuales siete mil seiscientos
se gastaron en los pasajes de avión.

A pesar de lo fantástico que resulta el fenómeno de


dilatación del tiempo, la teoría de la relatividad ha
resultado bastante ingrata para los autores de ciencia
ficción, ya que prohíbe viajar más rápido que la luz. Esto
plantea inconvenientes insalvables para las historias de
viajes más allá del sistema solar.

¿Qué es lo que ocurre en el mundo real cuando intentamos


superar la velocidad de la luz? De nuevo, no tenemos forma
de acelerar a un cuerpo a tal velocidad, pero sí existen
poderosísimos aceleradores de partículas, llamados
sincrotrones, que pueden acelerar las partículas que
constituyen la materia.

Supongamos otra vez que la velocidad de la luz fuera de


sólo cincuenta kilómetros por hora y que dispusiéramos de
un ``tenistrón'' capaz de acelerar pelotas de tenis.
Ponemos en marcha el aparato y al cabo de una hora nuestras
pelotas van a cuarenta kilómetros por hora. Esperamos otra
hora y van a cuarenta y cinco. Lo dejamos funcionando una
semana entera y van a cuarenta y ocho. Las pelotas aumentan
continuamente su velocidad: cada vez les costará más llegar
a los cuarenta y nueve, cuarenta y nueve y medio, etc.,
pero nunca llegarán a los cincuenta. Sin embargo, si nos
interponemos en el camino de una pelota que ha sido
acelerada durante solamente una hora, apenas recibiremos un
leve pelotazo, mientras que si tratamos de detener una que
ha estado en el ``tenistrón'' durante un día, nos golpeará
como si fuera de plomo macizo. Y si cometemos la osadía de
ponernos delante de una pelota que ha sido acelerada
durante varias semanas, será como si nos atropellara una
locomotora, aunque las tres pelotas viajen casi a la misma
velocidad. Las pelotas no irán más rápido, pero pegan cada
vez más fuerte. Salvando las distancias, pasa lo mismo en
los aceleradores de partículas de verdad: las partículas
ganan cada vez más ``impulso'', pero nunca pueden alcanzar
la velocidad de la luz.

En muchos cuentos de ciencia ficción el recurso salvador es


decir que en el futuro se descubre un error en las teorías
de Einstein, y que sí se puede sobrepasar la velocidad de
la luz.

Como vimos, Einstein encontró que la teoría de Newton


``estaba mal'' y eso no significó que las cosas comenzaran
a caerse para arriba. Incluso si decimos que la teoría de
Newton es ``incorrecta'', da la impresión de que entonces
la teoría de Einstein es la ``correcta''.

Mañana mismo o dentro de algunos años, un hipotético


físico, por ejemplo Jacob Newtenstein , puede descubrir que
la teoría de Einstein ``está mal'' en serio. Pero aunque
eso pase, las cosas no van a empezar a caerse contra el
techo, ni a moverse más rápido que la luz.

Einstein simplemente elaboró una descripción de la


naturaleza más precisa que la de Newton, y es posible que
alguien halle una aún mejor. Pero la naturaleza no va a
modificar su comportamiento para satisfacer la teoría de
algún físico: es el científico quien deberá exprimir sus
sesos para que su teoría describa a la naturaleza mejor que
todas las teorías anteriores.

//////****************

EINSTEIN Y LA RELATIVIDAD

Einstein también creía como Lorentz que las leyes del


electromagnetismo debían ser idénticas en dos sistemas de
referencia inerciales en traslación uniforme uno respecto
al otro. Influenciado por los escritos de Mach (Einstein
escribe en su autobiografía científica que Mach quebró su
fé dogmática en la mecánica newtoniana), al que la
existencia de un espacio absoluto le parecía un desatino
lógico, y en vista del resultado que obtuvo, parece ser que
Einstein quería conseguir los mismos resultados que Lorentz
pero a partir de alguna ley general mas sencilla e
invariable.
Esta ley, o mejor dicho postulado se asemeja mucho al
principio de relatividad que formuló Poincaré, fue que
"todos los sistema inerciales son equivalentes", no existe
un sistema de referencia que podamos considerar como en
reposo absoluto. Que cada objeto con movimiento uniforme
podía usarse como sistema de referencia para el resto del
universo sin variar en absoluto las leyes de la física.

En principio esto es similar a una vuelta a la relatividad


de Galileo pero más sutil. En cierto modo si llevamos al
extremo este principio, implica que la velocidad de la luz
será la misma para un observador en reposo que para uno en
movimiento uniforme. Pero también podemos, para eliminar
dudas, proponer esto último como postulado: La velocidad de
la luz tiene el mismo valor para cualquier sistema
inercial, o como ley: sería la "Ley de la propagación de la
luz".

A partir de aquí dedujo las transformadas de Lorentz y


más efectos, como una disminución de la velocidad con que
transcurre el tiempo para los cuerpos en movimiento, la
contracción de longitudes de los objetos en movimiento, el
aumento de masa con la velocidad igual que el que obtuvo
Lorentz (volveremos sobre ello en el apartado sobre masa y
energía), un cambio en las fórmulas del efecto Doppler,
etc. Su forma de deducir las transformadas de Lorentz es
compleja para ser expuesta en este artículo, por lo tanto
voy a tratar de usar otro método más didáctico de llegar a
las mismas conclusiones aunque no sea tan riguroso que se
puede ver en el apartado sobre las transformadas de
Lorentz). Otra de las consecuencias que estos principios
producen es el problema de la simultaneidad. Ya no es fácil
definir ni determinar si dos sucesos distantes son
simultáneos o no lo son, pues para determinar dicha
simultaneidad necesitan una comunicación que será como
máximo a la velocidad de la luz, y si no podemos
identificar donde está el reposo absoluto tampoco podemos
determinar la simultaneidad. La simultaneidad pasa a ser
relativa. En los apartados sobre ampliación volvemos sobre
ello.

Para realizar algunas deducciones básicas se suele


partir del típico ejemplo del tren en movimento y los rayos
de luz, pero dado que básicamente es lo mismo partiremos de
la experiencia de Michelson (ver apartado anterior)
dividida en dos partes: 1) el rayo de luz que viaja
perpendicular al movimiento de la tierra y 2) el que viaja
en la misma dirección que la tierra. Y supondremos que con
cada parte tenemos dos observadores (uno en reposo y otro
en movimiento junto al experimento) que tratan de medir la
velocidad de la luz y de que la velocidad que obtengan ha
de ser la misma.

Llamaremos K a que siempre será menor o igual que


1 para velocidades inferiores a la de la luz (o sea
siempre) y usaremos los cálculos de los recorridos 1 y 2
que vimos antes.

En el recorrido 1 la distancia recorrida por la luz


para el observador en movimiento (en la tierra) es 2l que
es K veces menor que para el observador en reposo (d=2l/K)
(por ejemplo en el sol). Por lo tanto para que ambos
obtengan la misma velocidad de la luz en una experiencia de
cronometraje de la luz en su ida y vuelta al dividir
espacio entre tiempo, debe ocurrir que el observador en
movimiento cronometre K veces menos tiempo que el
observador en reposo (reposo relativo, por supuesto), lo
cual significa que el movimiento frena el transcurso del
tiempo en un factor K (denominado habitualmente "dilatación
del tiempo").

(4)

La "dilatación" temporal a causa de la velocidad fue


comprobada directamente por Rossi y Hall estudiando la
vida media de una partículas descubiertas en los rayos
cósmicos, los muones, que si son creados en el laboratorio
se desintegran tras una vida media de dos microsegundos.
Pero Rossi y Hall observaron que los muones de los rayos
cósmicos se crean en las capas altas de la atmósfera y
llegan a la tierra después de recorrer 10 Km tardando más
de 30 microsegundos a casi la velocidad de la luz. La
única explicación que hay es que su vida se ha dilatado
como predice la relatividad.

En el recorrido 2 la distancia recorrida por la luz


para el observador en movimiento (2l) es K² veces menor que
para el observador en reposo (d' =2l/K²). Suponiendo el
mismo efecto sobre el tiempo que en 1 (tiempo en movimiento
K veces menor que en reposo) tenemos que la única forma de
obtener la misma velocidad de la luz para ambos
observadores es considerar que las longitudes de los
cuerpos se contraen en un factor K en la dirección del
movimiento desde el punto de vista del observador en
reposo. Así la distancia recorrida por la luz será para el
observador en movimiento sólo K veces menor que para el
observador en reposo igual que ocurre con el tiempo y la
velocidad de la luz medida tanto por el observador en
reposo como el que está en movimiento será la misma. De
aquí se concluye la misma contracción de longitudes (2) que
predijo Lorentz.

...............................................

Según la relatividad las longitudes disminuyen cuando algo


se mueve,
aunque esto es relativo al sistema de referencia
Para Lorentz esta contracción era absoluta.
Igualmente el tiempo transcurre más lento en los objetos en
movimiento, pero ¿Cómo determinar dicho movimiento? también
es relativo.

En resumen tenemos según Einstein:

Postulados:

 Las leyes de la física son idénticas para cualquier


sistema inercial de referencia.
 La velocidad de la luz tiene el mismo valor para
cualquier sistema inercial.

Consecuencias:

1.- El reposo o el movimiento uniforme de un sistema son


indetectables desde el propio sistema de referencia.

2.- En todo sistema de referencia en movimiento el tiempo


transcurre más lentamente.

3.- En todo sistema de referencia en movimiento los cuerpos


se contraen en la dirección del movimiento.

4.- En todo cuerpo en movimiento la masa aumenta.

Además se observa que si superamos la velocidad de la luz


las longitudes de los cuerpos, el tiempo transcurrido y la
masa de los cuerpos tendrían valores imaginarios. También
vemos que al aumentar la masa del cuerpo aumenta la energía
necesaria para acelerarlo siendo infinita para v=c

Todo ello nos lleva a darnos cuenta de que

5.- No se puede superar la velocidad de la luz.

NOTA RECIENTE (2001):

Debido a la observación del fondo de microondas (ver


anexos), se observa que hay una anisotropía en las
observaciones (al contrario de lo que cabía esperar por
considerarnos inerciales) puesta de manifiesto por
desplazamiento de las frecuencias observadas (por efecto
Doppler) que nos muestran un movimiento de la Tierra a una
velocidad de unos 500 Km/s. Esta es la velocidad de
rotación del Sol alrededor de la galaxia y pone en duda
que el movimiento uniforme sea indetectable, pero aún así
esto no quita validez a la equivalencia de sistemas de
referencia pues siempre se puede considerar que es el resto
del universo el que se mueve respecto a nosotros.

Pero los razonamientos de Einstein no acaban aquí. A


partir de las ecuaciones para el cambio de un sistema de
coordenadas a otro en movimiento (Transformadas de
Lorentz), dedujo una formula para la velocidad de un cuerpo
respecto a un sistema conocida la velocidad respecto a otro
sistema en movimiento que servía para el experimento de
Fizeau coincidiendo con sus resultados con sólo un error de
un 1%. Es la famosa fórmula cuya demostración podéis ver
en el apartado sobre el teorema de adición de
velocidades).

En esta situación ya no tenía sentido hablar del éter:


no era útil, y en caso contrario seguiría siendo
indetectable. Puede sernos útil para aclarar nuestra mente
y conseguir un entendimiento más intuitivo de la realidad,
pero como dijo Poincaré y como dicen la mayoría de los
físicos, algo que no es detectable ni medible es algo
afísico. Y si es afísico no puede ser tenido en cuenta
desde un punto de vista físico. Esto ya entra más bien
dentro de la fiosofía de la ciencia, pero debe tenerse en
cuenta para entender por qué el hablar del éter es algo que
normalmente los físicos ni siquiera se plantean.

Pero continuemos con algunos de los razonamientos de


Einstein. Aplicando las transformadas de Lorentz al cálculo
de la energía cinética de un cuerpo y desarrollando en
serie obtuvo un sumando que no dependía de la velocidad:

mc² (5)

Esta sería la energía del cuerpo en reposo, o sea la


energía propia de la masa, y puestos a seguir
generalizando: energía y masa son lo mismo pero con
distinto aspecto. Las más espectaculares pruebas de esta
fórmula están en la bomba atómica, las centrales nucleares
y el mismo sol. Podemos ver una deducción completa de dicha
fórmula en el apartado sobre el espacio cuadridimensional .

Esta es la fórmula más conocida de Einstein por los que no


conocen la relatividad, ya que la energía nuclear tiene su
base en ella al calcularse por medio de ella la cantidad de
energía que se emitirá a causa de la pérdida de materia que
se produce en las reaciones nucleares (en cuyo estudio y
desarrollo por cierto Einsten no participa)
E= m0c2

pero no por ello es la mas importante. Tal vez la de la


dilatación temporal lo sea.

Respecto a confirmaciones de la relatividad especial, en


física de partículas y de altas energías la teoría de la
relatividad se comprueba miles de veces al año al ser
indispensable aplicar las leyes relativistas de la
conservación de la energía y el momento que Compton y otros
demostraron entre 1923 y 1925.
Hemos visto una introducción a la teoría de la relatividad
especial, o restringida de Einstein. Esta teoría se
desarrolla gracias a la contribución de Minkowski con la
coordenada temporal, el continuo espaciotemporal y los
cuadrivectores. En los apartados de profundización en
relatividad especial podremos ver una deducción sencilla de
las Transformadas de Lorentz, la deduccion del teorema de
adición de velocidades, la métrica de Minkowski, la
equivalencia masa-energía y muchas más cosas. Dejar estos
apartados para después no perjudicará a la lectura y así
pasaremos al apartado de introducción a la relatividad
general para hacernos primero una idea amplia sobre la
relatividad.

///////////**************

LA GRAVEDAD: TEORÍA DE LA RELATIVIDAD GENERAL

Su teoría de la relatividad restringida sólo era válida


para sistemas inerciales (sin aceleración) y Einstein
quería hacerla extensiva también a sistemas acelerados. La
gravedad tiene algo especial que no tiene ningún otro
campo, y es que no podemos anularla ni aislarnos de ella
mediante barreras, cosa que sí podemos hacer por ejemplo en
campos electromagnéticos. Su omnipresencia nos lleva a
pensar que el sistema inercial sin ninguna aceleración de
la relatividad especial NO EXISTE y sólo nos vale como
aproximación.

Como Einstein dijo en 'El significado de la relatividad':


"¿Cual es la justificación de nuestra preferencia por los
sistemas inerciales frente a todos los demás sistemas de
coordenadas, preferencia que parece estar sólidamente
establecida sobre experiencias basadas en el principio de
inercia? La vulnerabilidad del principio de inercia está
en el hecho de que requiere un razonamiento que es un
círculo vicioso: Una masa se mueve sin aceleraciones si
está lo suficientemente alejada de otros cuerpos; pero
sólo sabemos que está suficientemente alejada de otros
cuerpos cuando se mueve sin aceleración"

Todo esto nos lleva a pensar que la gravedad y el


espacio están unidos entre si de tal forma que son un solo
objeto.

El problema lo resolvió inspirado por el teorema de


igualdad entre masa inercial y gravitatoria (ya comprobado
antes de Einstein mediante la experiencia de Eotvos.
Como dijo Einstein: "Es evidente que sólo en el caso de
ser numéricamente iguales las masas gravitatoria e inerte
resulta la aceleración independiente de la naturaleza del
cuerpo"

(Masa inerte).(Aceleración)=(Intensidad del campo


gravitatorio).(Masa gravitatoria)

y dos ideas (evidentemente estamos simplificando muchísimo


el proceso):

1- El llamado "Principio de equivalencia" entre sistemas de


coordenadas acelerados y otros en presencia de un campo
gravitatorio (muy vinculado con el teorema de igualdad
entre masa inerte y gravitatoria)

2- Aceptando que todo sistema acelerado es inercial


localmente en un diferencial de tiempo, de modo similar a
lo habitula en física de considerar la velocidad como
constante si sólo consideramos un diferencial de tiempo.

Abusando un poco de las citas a Einstein: "No es posible,


por lo tanto, elegir sistemas de coordenadas para las
cuales las relaciones métricas de la teoría especial de la
relatividad sean válidas para una región finita. Pero el
invariante ds existe siempre para dos puntos (sucesos)
próximos del continuo."

Aplicando el Principio de equivalencia imaginemos que


todo sistema acelerado puede considerarse como un sistema
inercial pero situado en un campo gravitatorio. Igualmente
podemos asimilar todo punto o región de un campo
gravitatorio a un espacio en estado de aceleración.
Partiendo de este supuesto y aplicando las ecuaciones de
Minkowski, estas se convierten en unas ecuaciones que
equivalen a decir que los ejes de coordenadas son curvos; o
sea que el espacio se curva hacia la cuarta dimensión en
presencia de un campo gravitatorio. De este modo tenemos
que el espacio-tiempo ya no es euclideo, como se suponía en
el espacio cuadridimensional de Minkowski de la
relatividad especial, sino que sigue la geometría de
Riemman. Por medio de cálculo tensorial se puede llegar a
la métrica de Schwarzschild que es el caso más simple en la
relatividad general y a otras métricas más complejas.

La conclusión a la que se llega es que la gravedad no


es una fuerza en si misma sino que solo es el resultado
visible de una deformación del espacio-tiempo a causa de la
presencia de una masa. Esta deformación queda definida por
las ecuaciones de campo de Einstein y así la gravedad queda
reducida a pura geometría.

estas ecuaciones de campo foran un sistema de 10


ecuaciones diferenciales de 4 dimensiones y relacionan la
geometría del espacio-tiempo (G) con la distribución de
materia y energía (T)

De este modo Einstein dedujo que el espacio se curva


alrededor de una masa de tal forma que un rayo de luz que
pasara rozando esa masa se desviaría un ángulo que
casualmente es justo el doble de lo que lo haría si
estuviera afectado por la gravedad desde un punto de vista
clásico (como partícula en movimiento newtoniano).

Así Einstein obtuvo realizando algunas aproximaciones


que la desviación en radianes debía ser:

(10)

que (para GM/c2 = 1475 y r = 6.96 . 108m ) nos


proporciona una predicción de un ángulo de 1,75 segundos de
grado en un rayo de luz que pase rozando el sol. (En
realidad Einstein hizo en 1911 una primera predicción con
la relatividad general inacabada que daba sólo 0,875
segundos pero más tarde en 1915, cuando completó su teoría
de la relatividad general, rectificó sus cálculos hasta los
1,75 que resultaron correctos)

En los eclipses solares se ha comprobado que realmente


ocurre así (las estrellas situadas al borde del astro se
encuentran realmente tras él siguiendo una desviación de
1.7° de media), y aunque en las primeras comprobaciones se
obtenían unos errores relativos altos, se han realizado
mediciones con radiotelescopios observando cuasars al pasar
por detrás del sol y se observa un error menor del 1%
respecto a la teoría de Einstein. Esta fue una de las tres
predicciones que Einstein realizó para que comprobaran su
teoría.

La segunda predicción que realizó fue el demostrar que


el eje mayor de la órbita de mercurio (que es elíptica)
giraba 43 segundos de arco cada 100 años, aparte de los
efectos que producen en su órbita la atracción del resto de
los planetas. Este hecho ya había sido observado en años
anteriores a la teoría de Einstein y no había podido ser
explicado satisfactoriamente. Por fin, con la relatividad
de Einstein, se obtuvo la respuesta a este comportamiento
anómalo. Más recientemente ha sido observado este fenómeno
de un modo más exagerado en pulsars dobles.

La tercera predicción fue respecto a los cambios que


sufre el tiempo en presencia de un campo gravitatorio. Una
forma sencilla de calcular la misma fórmula aunque en
realidad no sea del todo correcto hacerlo es (en realidad
los cálculos correctos se realizan por medio de calculo
tensorial en geometría riemanniana, pero aquí lo explicamos
por el principio de equivalencia) asignar a todo cuerpo en
un campo gravitatorio una energía cinética igual a la
energía potencial que tendría a causa del campo
gravitatorio, lo cual equivale a asignarle a ese cuerpo una
velocidad: la velocidad de escape de un campo gravitatorio,
con la que un cuerpo en órbita perdería su órbita elíptica
para pasar a una órbita parabólica.

Como Ec=½mv² y Ep=GmM/r obtenemos una velocidad

(11) siendo G la constante de


gravitación universal, M la masa que produce el campo
gravitatorio (planeta, astro) y r la distancia desde el
centro del astro hasta el punto determinado del campo
gravitatorio que estamos analizando. Entonces como toda
velocidad produce una disminución del ritmo con que

transcurre el tiempo en el seno de un campo


gravitatorio también se frenará el tiempo: el tiempo pasará
más aprisa en el espacio lejos de toda atracción
gravitatoria que por ejemplo en la superficie de la Tierra.
Sustituyendo la penúltima ecuación en la última podemos

obtener para cualquier astro: (12)

Esto ha sido comprobado hace unos años por medio de


relojes atómicos sincronizados, transportando uno de ellos
en un avión a elevada altura durante un largo periodo de
tiempo y comparando luego ambos relojes. El resultado fue
que el reloj que se quedó en tierra atrasó un poco (en 1976
Robert Vessot y Martin Levine enviaron un reloj atómico a
un satélite a 10000 Km de altura y comparando con otro en
Tierra comprobaro las predicciones de la relatividad
general con una precisión superiro a un 0,1%). La
predicción que realizó Einstein para comprobar esta idea
fue que la luz emitida por una estrella debía tener un
espectro algo desplazado hacia el rojo, o sea que la luz
emitida tendrá una frecuencia menor de lo normal debido a
que todos sus electrones vibrarán con más lentitud a causa
de sea detención parcial del tiempo.

Este efecto fue comprobado por Pound y Rebka (R.V. Pound,


G.A. Rebka, Phys. Rev. Lett. 4, p.337) en 1959 comparando
la frecuencia emitida por dos fuentes de Fe57, una de ellas
situada arriba de una torre de 22 m de altura y la otra
abajo. Pound y Rebka midieron un desfase entre las
frecuencias de ambas fuentes de 2,5 . 10 15 que coincide con un
margen de un 10 % con lo predicho por la relatividad general. posteriormente Pound y
Snider mejoraron el experimento logrando una precisión del 1 %.

CALCULO DE LA RELACIÓN ENTRE Otra comprobación de


FRECUENCIAS: corrimiento al rojo este enlentecimiento
gravitatorio. del tiempo se ha
realizado midiendo el
Dado que el tiempo transcurre a tiempo transcurrido
menor ritmo a causa de un campo desde que se envía
gravitatorio, la frecuencia de una señal a una sonda
la luz emitida por un átomo ha espacial hasta que se
de sufrir el mismo efecto siendo recibe la respuesta.
su frecuencia menor en el mismo Si la sonda está en
factor que el tiempo en la conjunción superior
ecuación 12. Así la frecuencia con el Sol, las
señales pasarán
rozando el Sol para
será: ir de la Tierra a la
(13) sonda y viceversa,
viajando algo más
Así el Sol, por ejemplo debería lentas en las
emitir su luz en una frecuencia cercanías del Sol y
ligeramente menor de la supuesta produciéndose un
según esta expresión. Este retraso respecto a lo
efecto fue medido por primera previsto. Esto se ha
vez en 1962. (Para el Sol M = comprobado con las
2.0×1030 kg, R = 6.955×108 m, así naves Mariner 6 y 7 y
Δλ/λ = 2.12×10-6) con un retraso
estimado de 200 µs se
ha cumplido dentro de
un error del 3 %.
Irwin Shapiro en 1964
predijo este efecto
por primera vez. El
Sol dialtaría la
duración de
lapropagación de los
rayos al pasar cerca
de él.

Por otro lado por la misma equivalencia vista tendremos


que las varillas de medir deben encoger en presencia de un
campo gravitatorio, lo que nos lleva a un espacio no
euclideo sino deformado en presencia de una gran masa
gravitatoria.

Estas son tres predicciones que realizó Einstein cuando


publicó su teoría de la relatividad general. A partir de
aquí se han deducido otras consecuencias, algunas de las
cuales han sido comprobadas y otras aún no. Una de ellas
que aún está en estudio es la de los agujeros negros,
cuestión que está muy de moda ahora, pero de ello
hablaremos en otro artículo.

Además, de este modo tenemos que ahora, en la relatividad


general, la velocidad de la luz ya no es la misma para todo
observador en un sistema inercial sino para todo observador
en un sistema localmente inercial. Quiero decir con esto
que, por ejemplo, la velocidad de la luz sigue siendo la
misma para un observador en un campo gravitatorio en las
cercanías del observador a pesar que si observamos el
fenómeno desde un lugar lejano veremos y mediremos menor
velocidad en ese punto.

El estudio y comprensión de la relatividad general de


Einstein requiere el uso de una aparato matemático
verdaderamente complicado, que es el cálculo tensorial. El
propio Einstein tuvo que dedicar mucho tiempo de estudio
matemático para desarrollar correctamente su teoría, pues
con las herramientas de que disponía obtenía resultados
erróneos como la primera predicción de la desviación de la
luz. Apunto de acabar su trabajo publicado en 1915 Einstein
escribe: "Quien haya comprendido realmente esta teoría no
puede sustraerse a su magia; representa un verdadero
triunfo del método del cálculo diferencial fundado por
Gauss, Riemann, Chistoffel, Ricci y Levi-Civiter". Nos está
diciendo que la teoría es un triunfo y exalzación del
cálculo tensorial.
El uso del cálculo tensorial es excesivo para las
pretensiones de este escrito, pero hay herramientas que
pueden ayudarnos a introducirnos en los cálculos de la
relatividad general como son las métricas para casos
concretos. Estas métricas nos describen de modo bastante
sencillo la geometría del espaciotiempo y de ellas se
pueden sacar muchas conclusiones. Lo que se suele usar
habitualmente para tratar la relatividad general en los
casos más sencillos es la métrica de Schwarzschild. En la
parte de profundización en relatividad general podréis leer
una introducción a ella, pero advierto que para entenderla
es necesario comprender aceptablemente la métrica de
Minkowski.

//////////****************

EL PRINCIPIO DE RELATIVIDAD

¿Por qué se llama Teoría de la Relatividad a la Teoría de


la relatividad?

En realidad no es por que "todo es relativo", sino por el


principio de relatividad.

Galileo Galilei estableció el principio de relatividad por


vez primera. Era un principio de relatividad del
movimiento: "Todo movimiento es relativo a un sistema de
referencia". Según esto no podemos determinar si un objeto
se mueve o no de modo rectilíneo y uniforme si no tomamos
primero un sistema de referencia respecto al cual exista
ese movimiento. Se puede resumir en un principio de
indeterminación del reposo absoluto, pues si pudiéramos
determinar que algo está en reposo absoluto, entonces ya
tendríamos un sistema de referencia privilegiado al que
referir todos los demás movimiento y el principio de
relatividad no sería válido.

Cuando se descubrió que la velocidad de la luz no era


infinita se pensó que el principio de relatividad ya no
sería válido, pues la velocidad de la luz debería depender
de la dirección del movimiento del sistema de referencia y
midiendo la velocidad de la luz en distintas direcciones se
podría determinar hacia que dirección se mueve el sistema
de referencia (por ejemplo la Tierra).

Pero con la experiencia de Michelson y Morley y otras


experiencias similares se comprobó que seguía sin poderse
determinar la ubicación del reposo absoluto o simplemente
determinar a que velocidad se movía un objeto a traves del
espacio. El principio de relatividad se mantenía intacto.

A partir de aquí Lorentz desarrolló sus ecuaciones


relativistas, las transformadas de Lorentz para cambio de
sistema de coordenadas. Además Einstein desarrolló sus
teorías de la relatividad especial y general, y todas sus
fórmulas relativistas, con lo que muchas experiencias
cobraron sentido y otras fueron predichas con precisión.

Una de las consecuencias que surge del propio principio de


relatividad es la existencia de las ondas gravitatorias, la
idea de que la gravedad se transmite a la velocidad de la
luz. Esto es así porque si se transmitiera de modo
instantaneo podríamos idear una experiencia de
sincronización, digamos "absoluta" (cosa imposible de
momento), de relojes y con ello podriamos determinar DONDE
está el SISTEMA DE REFERENCIA ABSOLUTO. (Una sincronización
perfecta y el hecho de que la velocidad de la luz sea
limitada lo permitiría).

Así que si creemos que el principio de relatividad es


correcto debemos creer también que ni la gravedad ni
ninguna otra cosa se puede transmitir a mayor velocidad que
la la luz.

En realidad por eso se dice que la velocidad de la luz es


la máxima posible del universo: porque si no fuera así el
principio de relatividad no sería válido.

Newton decía que el espacio absoluto o sistema absoluto de


referencia debía entenderse como "una visión divina". Era
algo que sólo podía ser percibido "desde fuera" de nuestro
universo, por ejemplo por Dios.

Tal y como está el principio de relatividad actualmente,


tal vez esta concepción sea la única posible del reposo
absoluto o el movimiento de modo absoluto. Esto parece en
principio absurdo e inabarcable para el ser humano, pero el
universo de Einstein es curvo y puede ser cerrado y finito
por lo tanto. En este supuesto el espacio se cierra sobre
si mismo de modo que si avanzamos lo suficiente en linea
"recta" podríamos volver al punto de partida. Bajo este
modelo de universo finito y cerrado al estilo de una
hipersuperficie esférica (igual que para nosotros la
superficie de la Tierra es cerrada y finita, pero con una
dimensión más) es posible imaginar un "ente" observándo
nuestro universo desde un punto exterior a dicho universo,
observando por medios no lumínicos sino con otras
percepciones instantaneas y viendo nuestro universo de un
modo ABSOLUTO. Desde otra dimensión.

Vous aimerez peut-être aussi