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INFORME DESARROLLO PNFAE LENGUA Y COMUNICACIÓN

ESTADO: Lara MUNICIPIO(S): Urdaneta


TUTOR(A): ASESOR(A): Lcdo. Hugo Palmera
CENTRO DE FORMACIÓN: Maestro Antonio José Ramos
FECHA DE ENTREGA: 17/11/2018

TEXTO DEL INFORME (Dar respuesta a lo solicitado en las Orientaciones emitidas)

Partiendo de la idea que el ámbito educativo requiere de un proceso de investigación por parte del docente,
capaz de integrar los aspectos académicos con el área social, de manera que se instrumenten soluciones a
problemas tanto de la praxis pedagógica como del entorno comunitario. Desde esta perspectiva, la
Investigación Acción en el aula y la Investigación Acción Participativa como estrategias metodológicas,
ofrecen posibilidades de transformación de la praxis docente, mediante la organización de procedimientos
y medios hacia una nueva visión del proceso de formación con aplicabilidad a problemas reales y
concretos, con el objetivo de mejorar la práctica educativa con pertinencia social.

La problemática del contexto educativo está enmarcado en las distintas realidades de cada institución
dependiente de la ubicación y su entorno geográfico. Sobre este particular, la exigencia curricular es formar
individuos críticos y reflexivos, capaces de aplicar los conocimientos de la vida cotidiana, pero estos fines
no son alcanzables mientras las situaciones abordadas se estudien desde la teoría solamente sin una
aplicación práctica en los contextos reales contiguos al alumno, donde la aplicación es prioritaria. Para esto
es indispensable el conocimiento que del contexto se posea. (Mayer, citado por Fuenzalida, 1995) “la
necesidad de acercarse a la comunidad de manera tal que sus costumbres, normas y modos de vida sean
identificados de forma precisa”. En tal sentido se puede decir que existen varias situaciones presentadas
en lo que es el manejo de la lengua y la comunicación, entre ellas las más resaltantes son; lecto-escritura,
ortografía, análisis e interpretación de párrafos, entre otros. En este contexto, la estrategia metodológica
apropiada es la guiada por la investigación acción, pues la actuación del docente en el desarrollo de
actividades implica indagar en el contexto educativo para comprometerse en la búsqueda de alternativas
capaces de mejorar el proceso de aprendizajes.
En cuanto a la comunicación y el lenguaje utilizado por el docente en el ejercicio del poder antes sus
estudiantes debe ser ameno y con carácter pues no es suficiente dominar el saber objeto de estudio, la tarea
como mediador, orientador, motivador, integrador y dinamizador pedagógico no debe trascender la mera
transmisión de contenidos y en lugar de ofrecer contenidos como el conocimiento terminado lo que debe
ofrecer son estrategias que estimulen a los estudiantes a asumir por si mismos el proceso de construcción
de conocimiento.
El docente hace la mediación pedagógica entre el conocimiento y el estudiante, Tenga en cuenta
que...“Mediación pedagógica es el tratamiento de contenidos y de las formas de expresión de los diferentes
temas a fin de hacer posible el acto educativo, dentro del horizonte de una educación concebida como
participación, creatividad, expresividad y racionalidad (Gutiérrez y Prieto, 2004)”(León G, 2014, 141)
La labor del docente debe incluir acciones encaminadas a ofrecer ayuda y orientación a sus estudiantes,
para que adquieran la capacidad de construir significado y atribuir sentido sobre los contenidos de
aprendizaje, como también para que tengan la capacidad de revisar, modificar y construir esquemas de
conocimiento que les permitan aprender a aprender durante toda su vida.

La acción comunitaria representa un papel de suma importancia para todo docente, cabe destacar que,
aunque el docente cumple muchas otras funciones dentro de la institución educativa no debe obviar que
esencialmente un ser humano que participa directamente en el desarrollo humano de las nuevas
generaciones, su misión es importante porque gracias a su función es posible la evolución de la especie
humana. Desde el punto vista filosófico y educativo, según Beltrán Jesús, 1992, “el ser humano se
diferencia de los animales por una serie de características esenciales entre las que destaca su particular
forma de aprender” sin embargo posee una capacidad ilimitada de aprendizaje ya que es el proceso por
medio del cual se adquieren conocimientos durante toda su vida.

Por otra parte los circuitos educativos toman su forma con la circular 003013, emitida por el MPPE, el
11/11/2116, donde se crea, organiza y se fundamentan el circuito educativo como referente social y
cultural, para el logro de un espacio o territorio para el aprendizaje colectivo, en pocas palabras todos
somos escuela. Para una vida circuital asertiva se debe precisar que en el circuito educativo, su estructura
ira definida por su propio espacio comunitario, bien sea una población, una comunidad, parroquia u otro,
regularizado en 15 criterios que deben cumplirse a cabalidad.
“Un circuito educativo se logra con el trabajo colectivo, cooperativo desde el escucha respetuosa y con un
supervisor territorial formado íntegramente para la orientación y la formación y no para la punitividad.”
(Elva Zulima Parrilli Clavijo, 2016)

En un circuito educativo la convivencia escolar se genera en la interrelación entre los diferentes miembros
de la comunidad educativa de las escuelas que lo conforman y que tiene incidencia significativa en el
desarrollo ético, socio afectivo e intelectual de los niños y niñas y adolescentes. En la medida que la
convivencia escolar se verifique en un clima de respeto y tolerancia, sustentada en valores como la
cooperación y la confianza, la gestión del conocimiento, entendido como un proceso donde los
conocimientos y comunicaciones son orientados hacia un objetivo con habilidad y sabiduría, será más
eficiente, redundando en mejores aprendizajes, contribuyendo con ello a mejorar la calidad de la
educación. El clima escolar no se asocia exclusivamente con la disciplina y la autoridad, sino más bien con
la conformación de un ambiente propicio para enseñar y para aprender, en el que se pueden identificar
distintos componentes, entre los cuales se pueden mencionar:

— La calidad de las relaciones e interacciones entre las personas (entre todos los miembros de la
comunidad educativa).
— La existencia de actividades planificadas en los diversos espacios formativos (aula, patios, bibliotecas,
etcétera).
— Un entorno acogedor (limpio, ordenado, decorado, etcétera).
— La existencia de normas y reglas claras, con una disciplina consensuada y conocida por toda la
comunidad educativa.
— La existencia de espacios de participación.
Una escuela, colegio o liceo que tenga un clima de aula seguro, basado en la confianza recíproca entre
profesores/as y estudiantes y un clima laboral tranquilo, relajado, democrático y participativo,
transversalmente practicado y difundido por la totalidad de la comunidad educativa, contribuirá a
desarrollar una convivencia escolar sana, armónica y pacífica, permitiendo que sus estudiantes gestionen su
conocimiento de manera creativa, innovadora, eficaz y eficiente, de tal manera de sortear con éxito los
desafíos que les impone la sociedad del conocimiento y de la información.

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