Vous êtes sur la page 1sur 2

JUVENTUD INDIFERENTE

Para que dentro de un país exista la armonía que la democracia exige, sus
habitantes debemos aportar a esa forma de gobierno a través de la
participación; pero desafortunadamente, no siempre lo hacemos, porque existe
una apatía que hace menguar el espíritu participativo de las personas, y
cuando se indaga por éste fenómeno, surgen excusas sin fundamento para
explicar el poco interés hacia éste tema; cuando somos niños nuestra
inocencia nos aparta totalmente de la realidad, y cuando somos adultos,
consideramos que no vale la pena luchar por un mejor futuro, pues creemos
que lo que nunca fue, ya no será. Pero entonces, por qué cuando estamos
jóvenes y tenemos las ideas y los motivos, no nos involucramos en la
búsqueda de las soluciones a las problemáticas actuales?¿por qué no
creamos conciencia a través del ejemplo formándonos como ciudadanos que
emplean su voz para hallar el beneficio colectivo de la sociedad?. Pues bien,
aunque es tácito para todos el ambiente en el cual vivimos los jóvenes, vale
la pena escudriñar en el entorno en el que nos desenvolvemos para hallarle
la respuesta a éstos interrogantes.

En los últimos años, han surgido nuevos elementos de distracción, que han
quitado la mirada de lo juvenil, hacia lo político, lo social y lo cultural,
presentándonos un panorama totalmente diferente al de la participación, y
nos sumerge en un mundo paralelo donde no es necesario escuchar las
opiniones, alejándonos por completo de la realidad nacional en la cual vivimos.

Pero este no es el único fenómeno causal de esta apatía que sentimos los jóvenes
hacia la participación, también existen otras eventualidades que no nos permiten
hacer parte de la democracia, y la política, pero quizá la más frecuente es el
desconocimiento de las funciones de los entes políticos y administrativos que
permiten la práctica de la democracia en el país, y los desconocemos porque desde
siempre nos interesamos muy poco en su naturaleza, y preferimos vivir en la
ignorancia absoluta, antes que indagar, profundizar y pertenecer a dichas
instituciones, y esto se debe tal vez, al estigma que se tiene acerca de los temas
relacionados con la sociedad, pues siempre que intentan introducirnos en un
ambiente de política y participación, nos parece aburrido, y preferimos mostrarnos
indiferentes ante esta situación.
Por otra parte, también se crea una visión demagógica de las problemáticas
locales, y equivocadamente se cree que es necesario tener dinero o tener el poder
absoluto para poder solucionar los problemas actuales; y es allí donde empezamos
a limitarnos y a ponernos barreras que nos obstaculizan la concurrencia de ideas y
opiniones; y nos quedamos parados frente al problema quejándonos porque nadie lo
soluciona, o peor aún, en algunas ocasiones ni siquiera advertimos la existencia del
problema, y desconocemos la importancia que tienen nuestras opiniones al
momento de solucionarlo.

Pero los anteriores no son los únicos motivos por los que los jóvenes no
participamos, también se hace necesario mencionar la escasez de instituciones
educativas que introduzcan desde la niñez, en un ambiente de participación al igual
que la falta de actividades por parte de la familia, que sumerjan la mente juvenil,
en un amor dirigido hacia su nación, y que por consiguiente, lo impulsen a ser
líder dentro de su comunidad, iniciando desde muy temprana edad, la convicción
del deber de hacer parte de la vida sociopolítica del país.

Adicionalmente, entre los jóvenes, se nos ha creado la idea equivocada de que la


democracia no sirve, o muchas veces dentro de nuestras mentes surge el
pensamiento de: “Si yo no opino no pasa nada”; y así empezamos a desconocer el
poder de nuestra voz, y crecemos con esa ideología equivocada, hasta convertirnos
en títeres manejados por las ideas de los que si decidieron hablar.

Pero es hora ya de esforzarnos por lo nuestro, de dejar las distracciones y


empezar a actuar dentro de nuestra comunidad; es nuestro deber crear desde
ahora un ambiente sano y seguro en el cual podamos vivir, nosotros y nuestras
familias. Es hora abandonar la falta de compromiso y el poco interés que no nos
permite avanzar hacia una sana convivencia. Desde siempre hemos convivido con la
consigna de que somos el mañana, pero debemos dejar esa convicción, pues el ideal
de la comunidad se encuentra en el esfuerzo que hagamos en el presente.

Es hora de dejar huella y cambiar la impresión que tenían hacia nosotros los
jóvenes para vivir de la mejor manera en comunidad.

Stiven Cortés M.

Vous aimerez peut-être aussi