El desarrollo sustentable en la perspectiva espacio-territorial
Desde la perspectiva de las políticas públicas él denominado desarrollo
sustentable es una función de tres objetivos a maximizar en el mismo tiempo y espacio: el crecimiento económico, la equidad social y la sustentabilidad ambiental. En el corto plazo, la relación entre estos tres objetivos es generalmente conflictiva debido a que los objetivos económicos se presentan como la condición para alcanzar los objetivos sociales y los ecológicos. En este enfoque del desarrollo local, la sustentabilidad se construye con políticas públicas integrales que tienen como objetivo central el bienestar de su población en interdependencia con la calidad de los ecosistemas, es decir, con la disponibilidad de los recursos naturales territoriales y la calidad ambiental. Una estimación que para el período 2000-2020 se estima el crecimiento demográfico regional en más de 5 millones de personas que demandarán servicios e infraestructura con grandes requerimientos de energía y materiales, una gran presión sobre el suelo así como una magnitud exponencial de desechos, situación que impondrá elevados costos a sus habitantes y reforzará la inviabilidad económica y ambiental de la región. Los principales problemas ambientales que enfrenta la Ciudad de México vinculados a la existencia de deseconomías de escala, tienen que ver con el abastecimiento de agua, la generación de desechos sólidos, la contaminación de aire, agua y suelos, la presión sobre el uso del suelo para urbanización, la congestión del tráfico vehicular y el tipo de transporte, y la infraestructura de drenaje urbano. El significado de este control social del desarrollo, implica considerar como punto de partida del análisis económico regional y de las acciones de política que las ciudades y los territorios locales no pueden ser únicamente resultado de las fuerzas del mercado y el ámbito donde predomina el interés privado, son por el contrario una representación del bien público que están bajo la responsabilidad activa del estado y los gobiernos locales. Con esta perspectiva, se postula que es posible formular estrategias de desarrollo a partir del reforzamiento de la economía local y la revalorización de la cultura comunitaria; de la promoción de la participación social, del compromiso y responsabilidad de los agentes económicos, sociales e institucionales; del reforzamiento del potencial productivo (económico y ambiental) de las localidades; y, de la articulación entre sociedad y economía desde su base territorial -regional y municipal- para lograr el ”control social del desarrollo económico” .