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de los alumnos.
"La Educación no cambia el mundo, cambia a las
personas que van a cambiar el mundo".
Paulo Freire.
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La sociedad actual….cómo es…
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ellos van a ofrecer respuestas y estas respuestas serán informadas no meras
opiniones, pero nunca presentando el saber como algo que no se pueda pensar de
otro modo. Siempre les recuerdo que para la filosofía todo es cuestionable, cualquier
verdad que forme parte de la tradición y que esta acción de dudar es necesaria para
llegar a la verdad, algo opuesto al dogma.
Para Freyre el conocimiento no se transmite como pretende el positivismo. La
educación es la toma de conciencia del sujeto de su situación en el mundo, desde
la realidad que lo afecta, que es política e ideológica en lo social.
Para la pedagogía crítica debemos interpretar el hecho educativo en el contexto de
la sociedad en dónde surge y la situación particular de los involucrados en dicho
proceso. Dado que la formación de los seres humanos ocurre en el escenario de
una sociedad injusta e inequitativa. La educación no se limita al proceso técnico de
transmitir la información a un estudiante, sino en el acto de comprender el mundo
en el que se va a desarrollar, comprender la lógica del poder, que forma tanto al
docentes como al escolar.
¿Es posible o no llevar la Didáctica Crítica dentro de las aulas? ¿De qué manera?
Es posible si pensamos como afirma Freire que “la educación no cambia el mundo,
cambia a las personas que van a cambiar el mundo.” Para ello se requiere un
reflexión permanente del proceso educativo pero en el contexto de las
contradicciones de la sociedad.
La educación tiene la función de reproducir el orden social y la ideología de la clase
dominante. Sin embargo, la formación de un ser humano no es una determinación
absoluta del contexto, ni de los intereses económicos, sociales, políticos e
ideológicos dominantes.
El sujeto construye su realidad social en la conciencia. Aunque los medios masivos
de comunicación divulgan la opinión de la ideología dominante y la educación
funcione como un dispositivo del poder, para el control de las nuevas generaciones.
Hay espacios como el arte y la filosofía desde los cuales se puede representar y
pensar libremente al mundo. Como en el mito de Platón, es posible salir de la
caverna y pensar el mundo de otra manera.
El proceso educativo se puede pensar desde una pedagogía liberadora, si hacemos
consciente al estudiante de reflexionar sobre los problemas sociales y las
situaciones control, dominio y privilegios un grupo humano minoritario sobre las
mayorías.
La realidad educativa misma puede ser un proceso enajenante si se piensa que solo
sirve para proveer de mano de obra barata al sistema capitalista. No debemos
olvidar el compromiso de educar para formar una sociedad mas justa y equitativa.
El trabajo de la pedagogía crítica empieza con pensar como el entorno social
reproduce sus valores en la escuela, en develar su currículo oculto: discriminación
de género, racial o violencia entre pares, la individualidad y competitividad.
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La escuela como decía Dewey es una pequeña sociedad, por lo tanto en su
organización debemos reflexionar y participar todos en conjunto. Se debe dejar al
estudiante participar en la integración de los contenidos escolar, comentar con ellos
los programas de estudio. Planear la forma de intervenir en el proceso que mejor se
acomode a sus intereses, como el trabajo bajo proyectos. Los profesores de igual
manera deben aprender a colaborar de manera conjunta.
El estudiante debe asumir el compromiso de la transformación social, pero este
proceso inicia en la escuela participando en la toma de decisiones de la
organización escolar. Solo de esa manera el estudiante entiende su participación
activa en la sociedad va de la mano en la toma de decisiones del proceso de
aprendizaje.
A manera de conclusión
Pese a este supuesto determinismo social, una parte del destino del estudiante la
decide promover el docentes desde su aula ciertas actitudes críticas en los
estudiantes. Cuando genera un ambiente educativo participativo democrático y
solidario que aborda la realidad desde las problemáticas más sentidas de la
comunidad. Solo en ese medida podemos hablar de educación para la vida, pero
con conciencia crítica del momento histórico y las contradicciones sociales que nos
toca vivir.
La conciencia de sí mismo y el proceso de identidad como profesional de la
docencia debe ir más allá de las capacidad didáctico pedagógicas, las cuales deben
estar al servicio de una sociedad más justa e igualitaria.
El rol del docente en su rol tradicional, no hace otra cosa que reproducir
inconscientemente la cultura del orden social, poner a los alumnos a competir y los
clasifica según respondan con disciplina a lo esperado en los exámenes. Si nos
observamos a nosotros mismos diremos que, en efecto, la mayoría de nosotros
respondemos pasivamente las reformas educativas, sin cuestionarlas, sin
sospechar que son hijas de las situaciones de política económica que vive el país.
Así que incluso decidimos como cosa natural tener que competir con nuestros
colegas para la asignación de una carga académica.
Bibliografía consultada
Rodrigo, J. Sociología de la educación. Tercer milenio.
Rojas, A. Aportes de la sociología al estudio de la educación. Revista de educación.
Universidad de Costa Rica.