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El valor de la luz a precio de palta.

‘Pues no hay nada oculto que no haya de ser manifiesto, ni secreto que no haya de ser
conocido y salga a la luz’, dice a un cierto punto un tal Jesús cuando se paseaba por el
capítulo ocho del evangelio de Lucas, junto con las chiquillas Magdalena, Juanita y Susana,
apiñado entre una multitud de bajoneados. Weoncitos - les dice en el mismo lugar - no se
pone una lámpara encendida debajo de la cama. La lámpara sirve para iluminar, pa’ que el
compadre que entra en un cuarto vea la luz y pueda arrancar cuando vea un weon pajero
tumbado en la cama.

Conocían muy bien el sentido de estos dichos del predestinado los prudentes curas y
prelados mapochinos, que ocultaban las lámparas encendidas en la oscuridad de sus
camas. ¡Entren chicos Julios, les mostraremos los arcanos secretos humanos, el penetrable
misterio de hombres, transucción simultánea con lenguas sagradas, mística experiencia
nouménica fuera del espacio y del tiempo! Puuuucha, justo ahora se cortó la luz, ¡maldita
sea! a todos los vecinos de Rancagua, Osorno, Valparaíso, Linares, Talca, y de Temuco. La
capital entera de San… Santiago está sin luz, San Bernardo incluido. La calle Catedral está
impajaritablemente dentro de un agujero negro. ¡La Raja! Para siempre está perdido el
colateral fenoménico de las cochinadas en las camas de los prudentes.

La inmensa oscuridad interior se derribó sobre el país impidiendo ver las evidencias,
iluminar las secreciones espermáticas desperdiciadas y corridas intencionalmente por las
bocas, sábanas, cubrecamas, calzones y pantalones de pastorales de jóvenes, de niños y
niñas sinfín, de monjas y compadres en sotanas según la jerarquía de colores a partir del
negro, pasando por el purpúreo y terminando con el rojo. Semen cremoso y calientito color
blanco lechoso de consistencia viscosa con PH sobre 8 con sabor amargo a prematura
palta hass robada desde parcela en Santa Cruz. Malditos ladrones de palta en medio del
semen desperdiciado. Dejemos entonces que se seque lentito hasta desaparecer sin dejar
manchas sin intención de generar posteridad.

Anden a laarse… padres, asesinos de vocaciones religiosas, escrutadores de escrotos,


profanadores de lugares sagrados, consumidores del pan de cada pornografía,
acumuladores de kino, genocidas de la fe del pueblo, depravadores de sacramentos,
falseadores de la realidad, adoradores de sus vergas, penetradores de profundidades
corpóreas, banalizadores de crímenes, predicadores de ruidos sinsentido, pastores vale
callampa. Anden a laarse… padres, se entreve la luz del día, la que no les pertenece, la que
no pueden esconder debajo de sus camas. Tómense de nuevo el cotidiano copete de vino
con pan, anunciando sin convicción el fin de la historia del mal, promesas de salvación,
impenetrable misterio de dios, arcanos secretos divinos. O, a lo mejor, anden a laarse…
padres, échense encima un perfume barato, disfrácense de otros superhéroes, consíganse
la elegancia nunca tenida, apaguen sus cigarrillos fuera del culto de dios, luego cierren el
portón y por fin tiren las llaves a la falla de San Ramón. Ahora sí, bienvenidos entre la
multitud de bajoneados que se pasean por el capítulo nueve del evangelio de Lucas. Ah...,
se me olvida, devuelvan porfa la palta hass a la parcela en Santa Cruz.

NN

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