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A C U E R D O

En la ciudad de La Plata, a treinta de junio de mil

novecientos noventa y ocho, habiéndose establecido, de

conformidad con lo dispuesto en el Acuerdo 2078, que deberá

observarse el siguiente orden de votación: doctores Negri,

Ghione, Pettigiani, Laborde, de Lázzari, Hitters, San

Martín, se reúnen los señores jueces de la Suprema Corte de

Justicia en acuerdo ordinario para pronunciar sentencia

definitiva en la causa B. 57.251, "Dragui, Oscar Ricardo

contra Municipalidad de General San Martín. Demanda

contencioso administrativa".

A N T E C E D E N T E S

1. Oscar Ricardo Dragui, por su derecho, promueve

demanda contencioso administrativa contra la Municipalidad

de General San Martín pretendiendo la anulación del decreto

del Intendente 2479/95 por medio del cual se dispuso la

supresión del Juzgado Municipal de Faltas Nº 3 a cuyo cargo

se encontraba el actor y de la resolución del mismo

funcionario del 5-I-1996 por la que se rechazó el recurso

de revocatoria.

2. El Tribunal corrió traslado de la demanda y

dispuso, con carácter cautelar, la suspensión de los actos

impugnados (fs. 75), medida que fue levantada

posteriormente a pedido de la contraria con fundamento en

el art. 23 del Código de Procedimiento de lo Contencioso


Administrativo (fs. 104).

3. La Municipalidad de General San Martín contestó la

demanda, solicitando su rechazo.

4. Agregadas las actuaciones administrativas, los

alegatos de ambas partes y dictada la providencia de autos

para sentencia, corresponde plantear y votar la siguiente

C U E S T I O N

¿Es fundada la demanda?

V O T A C I O N

A la cuestión planteada, el señor Juez doctor Negri

dijo:

I. Los hechos del caso son los que siguen.

En el año 1989 el Concejo Deliberante de General San

Martín modificó la composición del Tribunal Municipal de

Faltas quedando integrado por tres Juzgados -hasta entonces

lo estaba por dos- a cargo, cada uno, de un Juez de Faltas

designado de conformidad con lo dispuesto por el dec. ley

8751/77 modificado por ley 10.269; se creó, en

consecuencia, un cargo de Juez de Faltas (cfr. Ordenanza

3807/89 -fs. 11- promulgada por decreto del 7-XI-89 -fs.

12/13-).

El doctor Oscar Ricardo Dragui -hoy actor- fue

designado a partir del 1º-II-90 titular del Juzgado de

Faltas así creado -el Nº 3-, nombramiento efectuado por

decreto del Intendente y previo acuerdo del Concejo


Deliberante (cfr. Ordenanza 3868/90 -fs. 14- y decretos 153

del 18-I-1990 -fs. 15- y 333 del 8-II-90 -fs. 16-), vale

decir, de conformidad con lo dispuesto por el Código de

Faltas Municipal (art. 21 y concs., dec. ley 8751/77 y ley

10.269).

El 4 de diciembre de 1995 el Intendente decretó la

supresión del Juzgado Municipal de Faltas Nº 3, eliminando

todos los cargos existentes en el mismo y pasando a

disponibilidad a todos sus agentes. Hizo lo propio

invocando "la vigencia de la ley 11.685 por la cual se

establecen las facultades del Departamento Ejecutivo

municipal de disponer la extinción, supresión,

transformación, escisión o fusión de Unidades o

Dependencias Orgánicas, cualquiera sea su denominación o

ubicación estructural", considerando que debía continuarse

"con los lineamientos establecidos por el Decreto municipal

Nº 1067/95 en razón de la Ley 11.582 y teniendo en cuenta

especialmente el Dictamen de Asesoría General de Gobierno

de fecha 29 de noviembre de 1995", y "en uso de las

facultades que le son propias y lo dispuesto en el art. 108

inc. 16 de la Ley Orgánica Municipal" (decreto del 4-XII-

90, fs. 1 de la causa y exptes. adms. agregados sin

acumular).

Impugnado el acto por el doctor Dragui mediante

revocatoria, previo dictamen jurídico, el Intendente lo


confirmó rechazando el recurso (fs. 10 y exptes. cits.).

II. 1. La cuestión que se discute en autos es la

legitimidad de la supresión de un Juzgado de Faltas -que

ocupara el actor- por el Departamento Ejecutivo municipal,

efectuada al amparo de la ley 11.685, de Reorganización de

estructuras administrativas de las municipalidades.

Pues bien, la materia de pronunciamiento ha sido

objeto de atención por parte de esta Corte al resolver un

conflicto suscitado, precisamente, con motivo de la

supresión del Juzgado de Faltas por parte del Departamento

Ejecutivo y con fundamento en lo dispuesto por la ley

11.685 (causa B. 57.912, "Concejo Deliberante de Coronel

Suárez c/Municipalidad de Coronel Suárez s/conflicto art.

196 Const. prov.", res. 6-V-1997). Allí, por mayoría y en

decisión que he compartido y reitero ahora, se sostuvo que

una vez creados por el Concejo Deliberante, los Juzgados de

Faltas no pueden válidamente ser suprimidos por el

Departamento Ejecutivo, no otorgando facultades al respecto

la ley 11.685.

Para decidir así, se consideraron tanto la actual

organización de la Justicia de Faltas en la Provincia de

Buenos Aires cuanto los alcances de la citada ley 11.685.

Cabe pues volver aquí sobre tales fundamentos.

2. La actual organización de la Justicia de Faltas en

la Provincia de Buenos Aires ha sido instituida por el dec.


ley 8751/77 -enmendado posteriormente por la ley 10.269-,

norma que modificó sustancialmente la escasa reglamentación

que sobre el punto traía el dec. ley 6769/58 (arts. 162 a

164). El llamado Código de Faltas Municipales (art. 18)

establece que el juzgamiento de éstas estará a cargo de la

Justicia de Faltas, "... cuya organización, competencia,

régimen de sanciones y procedimiento se regirán por la

presente ley". También dispone que la jurisdicción en

materia de faltas será ejercida por los Jueces de Faltas en

aquellos partidos en los que el Departamento Deliberativo

hubiere dispuesto la creación de Juzgados de Faltas; por

los intendentes, en los partidos donde no hubiere Juzgados

de Faltas o donde los hubiere en los casos de excusación de

éstos y, en grado de apelación, por los jueces de primera

instancia en lo penal -actualmente en lo criminal y

correccional- (art. 19).

El mismo ordenamiento, tras consagrar los requisitos

para ser Juez de Faltas, prevé que éstos serán designados

por el Intendente municipal, previo acuerdo del Concejo

Deliberante (art. 21), determina expresamente su

inamovilidad del cargo y regla un procedimiento especial de

remoción (arts. 22 a 25), así como aspectos vinculados con

la remuneración que no podrá ser disminuida mientras

permanezcan en las funciones (art. 26).

Como ha sostenido el Tribunal -por mayoría- en la


causa B. 57.912 citada, sea cual fuere la naturaleza de la

Justicia de Faltas desde el punto de vista de la

organización institucional de los municipios de la

provincia de Buenos Aires, el citado ordenamiento legal

(Código de Faltas: dec. ley 8751 y ley 10.269) ha

instaurado un órgano dotado de alguna autonomía funcional y

de cierta independencia en relación a los dos departamentos

que componen la municipalidad.

Y, principalmente, en lo que respecta al tema de

debate en autos, a que, enmarcado en tal propósito, se ha

previsto claramente que su creación sólo puede ser

dispuesta por el Concejo Deliberante (art. 19 inc. "a") y

que para la designación de los jueces es necesario el

concurso de ambos departamentos (art. 21). La misma

finalidad, evidentemente, persiguen las norma recordadas

supra que consagran su inamovilidad y la intangibilidad de

sus remuneraciones.

3. En virtud de tales principios que fluyen, de las

normas citadas, se decidió entonces que un Juzgado de

Faltas creado por ordenanza del Concejo Deliberante, cuyo

funcionamiento fue reglamentado por decreto del Intendente

y en el que el funcionario a cargo del mismo fue nombrado

por éste previo acuerdo de aquél hacía relativamente poco

tiempo -circunstancias, todas, que resultan semejantes a

las del sub lite- no podía ser suprimido por decisión del
Departamento Ejecutivo, pues ello violaba las normas que al

respecto consagra el decreto ley citado y su ley

modificatoria. Se sostuvo, en efecto, que en tal caso -que

reitero, es sustancialmente análogo al presente- y de

admitirse la posibilidad de que una vez creados los

Juzgados de Faltas municipales pudiera válidamente

suprimirse, ello sólo podría hacerlo, en el marco normativo

vigente y en virtud del principio del "paralelismo de

competencias", el Concejo Deliberante.

4. En torno a la incompetencia del Departamento

Ejecutivo para suprimir órganos de la Justicia de Faltas

municipal, la ley 11.685 no permite una conclusión

distinta. Como se dijo en el mismo precedente, esa ley no

autoriza el dictado de un acto de semejante alcance, pues

si bien establece, en su art. 2º, que los titulares de los

departamentos ejecutivos podrán disponer la extinción,

supresión, transformación, escisión o fusión de unidades o

dependencias orgánicas cualquiera sea su denominación o

ubicación estructural, su art. 26 -más bien recuerda- que

"... las atribuciones otorgadas por la presente ley al

Departamento Ejecutivo son propias y exclusivas del mismo,

integrando el plexo de aquellas otras atribuciones

deslindadas en el artículo 108 del dec. ley 6769/58, cuyo

ejercicio no requiere ordenanza del Departamento

Deliberativo".
5. Lo expuesto demuestra que, en el presente caso, ha

mediado una desinteligencia evidente de las normas en

cuestión por parte del Intendente municipal cuando decidió,

por sí, la supresión de un Juzgado de Faltas invocando

atribuciones otorgadas por la ley 11.685 que, en verdad,

ésta no le confiere, razón suficiente para descalificar el

acto respectivo por vicio en la competencia del órgano y en

la causa, lo que provoca su nulidad.

6. Juzgo en efecto que, dado el contenido de la ley

11.685, la interpretación de las medidas que ella establece

debe efectuarse conforme un criterio estricto.

Con particular referencia al tema que motiva el

debate, se trata de disposiciones de emergencia y

transitorias. Ellas, según los propios términos utilizados

por el legislador, "... ponen en ejercicio el poder de

policía en la emergencia, propendiendo al mejoramiento de

la organización administrativa municipal y regirán hasta el

31 de diciembre de 1996" (art. 2º).

Se trata, entonces, de medidas de excepción que no

pueden exceder lo expresamente previsto. No cabe en materia

de normas de emergencia la extensión interpretativa.

La "amplia" facultad otorgada a los titulares de

departamentos ejecutivos de suprimir estructuras es ya, en

sí misma y así concebida, una atribución de carácter

excepcional enmarcada en una finalidad legal transitoria de


mejoramiento de la organización administrativa. Es que no

se trata de la potestad propia de la organización del

aparato administrativo que incumbe al Intendente en tanto

ejerce la Jefatura del mismo y que se ejerce en el marco de

normas jurídicas pertinentes y con los límites estatutarios

en cuanto afecte a su personal (v. en ese sentido causa B.

52.052, sent. 9-XI-92), sino de una autorización legal

genérica de reorganización estructural con modalidades

severas en relación a los agentes -disponibilidad y cese-,

en el marco de una política de racionalización y

ordenamiento de recursos humanos (esp. arts. 1, 2, 3 y

sigts.). Por eso y porque la propia ley lo dice, es de

emergencia y transitoria. Y ella no contempla el ejercicio

de tales facultades del ejecutivo respecto de la

organización de la Justicia de Faltas, ni cabe considerarla

incluida en los términos del art. 3º debido a que las

atribuciones otorgadas al departamento ejecutivo son

propias y exclusivas (art. 26) y no comprenden, por tanto,

las que un ordenamiento jurídico "específico" otorga al

otro departamento comunal o a ambos en decisiones

compartidas, como es el caso de la materia de faltas

conforme quedó visto. Lo dispuesto por el citado art. 26 de

la ley 11.685, en tanto remarca que las atribuciones

otorgadas al Ejecutivo municipal son propias y exclusivas y

su ejercicio no requiere ordenanza del Departamento


Deliberativo, implica para el caso que no pueden entonces

ser desarrolladas en relación a los órganos de faltas

municipales.

En suma, los términos con que está consagrada la

atribución -art. 3º- no permiten extenderla a los órganos

de la Justicia de Faltas, dada la especialidad del régimen

jurídico que la establece y que, por lo mismo, no cabe

entender derogado ni suspendido en su vigencia por imperio

de este régimen transitorio.

Con esa inteligencia, en la que lejos de llegarse a un

conflicto normativo se logran armonizar dos ordenamientos

-el uno permanente y específico, y el otro transitorio para

una situación de emergencia-, no se configura el supuesto

del art. 27, última parte, de la ley 11.685.

7. Aunque los Juzgados de Faltas no son órganos

judiciales, las razones expuestas demuestran que la

atribuciones otorgadas por la norma excepcional no abarcan

todas y cualquier organización del municipio.

Sería, por otra parte, impensable que un Intendente

contase con facultades de reestructuración respecto de

órganos del Poder Judicial, de manera que, en todo caso, lo

que merece destacarse es la relativa independencia

funcional con que se ha dotado a los órganos de la Justicia

de Faltas municipal, la que conlleva, en el marco legal

respectivo, un fundamento sólido para considerarla, salvo


expresa inclusión, una estructura ajena a potestades

ejecutivas amplias de supresión.

Nótese que, de otro modo, se estaría autorizando lisa

y llanamente la eliminación de una organización

diferenciada para atender asuntos -como son los de faltas-

que implican un juzgamiento de las personas en el ámbito

del denominado derecho penal administrativo, y cuya

implementación debe ser considerada un avance jurídico que

separa dicho ámbito funcional de las tareas netamente

ejecutivas. Es por ello que la circunstancia de que el

Intendente municipal conserve atribuciones en materia de

faltas en los términos del Código respectivo (dec. ley 8751

y ley 10.269) se explica como potestad residual para

determinadas hipótesis, pero no como principio de

competencia ni, mucho menos, como criterio que permitiría

extender los alcances de la ley 11.685.

III. Siendo entonces nula la supresión del Juzgado de

Faltas Nº 3 de la Municipalidad de San Martín dispuesta por

decreto 2479/95 y confirmada por resolución del 5-I-96

-ambos del Intendente-, queda sin sustento la decisión

consecuente en sendos actos instrumentada atinente al

actor, en su condición de titular de aquel órgano.

Por consecuencia, corresponde hacer lugar a la

demanda, anular los actos impugnados en ella (decreto y

resolución ya especificados), lo que implica la


reincorporación del actor al ejercicio del cargo de Juez de

Faltas de la Municipalidad de San Martín, condenándose a la

demandada a hacerla efectiva en cumplimiento de este

decisorio, dentro del plazo de 60 días de quedar firme la

sentencia (art. 163, Constitución provincial).

Costas por su orden, por no ser el caso del art. 17

del Código de Procedimiento de lo Contencioso

Administrativo.

Voto por la afirmativa.

A la cuestión planteada, el señor Juez doctor Ghione

dijo:

Adhiero al voto del señor Juez doctor Negri excepto en

sus referencias a la metodología de interpretación de la

ley.

Voto por la afirmativa.

A la cuestión planteada, el señor Juez doctor

Pettigiani dijo:

Adhiero al voto del doctor Negri en los puntos I, II,

numerales 1 a 5, y III, considerando innecesario expedirme

sobre los temas abordados en los restantes (II, numerales 6

y 7).

Así lo voto.

El señor Juez doctor Laborde, por los fundamentos

expuestos por el señor Juez doctor Negri, votó la cuestión

planteada también por la afirmativa.


A la cuestión planteada, el señor Juez doctor de

Lázzari dijo:

Considero que la demanda no puede prosperar.

I. En la causa B. 57.912, resuelta por la Suprema

Corte en fecha 6-V-97, se trató el tema que también ahora

está en debate, exponiendo opinión en disidencia los

doctores Pisano e Hitters, criterio éste que comparto y

reproduzco a continuación.

La Constitución de la Provincia, en su Sección Séptima

dedicada al Régimen Municipal, no contiene ninguna

disposición que aluda a la Justicia de Faltas municipal. El

art. 166 -en su texto de 1994- confiere a la legislatura la

atribución de establecer "una instancia de revisión

judicial especializada en materia de faltas municipales"

(segundo apartado, art. cit.), siendo ésta la única

referencia constitucional acerca del punto.

En cumplimiento de lo dispuesto por el art. 191 de la

Carta local, la legislatura deslindó las atribuciones de

los dos departamentos que componen una Municipalidad en la

Ley Orgánica de las Municipalidades -dec. ley 6769/58-. La

escasa reglamentación que esta norma incluyó sobre la

materia confirió al Departamento Ejecutivo la facultad de

aplicar "... las sanciones establecidas en las ordenanzas"

(ver arts. 162 a 164).

La actual organización de la Justicia de Faltas fue


instituida por el dec. ley 8751/77 -posteriormente

enmendado por la ley 10.269-, norma que modificó

sustancialmente la reglamentación que sobre el punto traía

el dec. ley 6769/58 a la que se hizo alusión en el párrafo

anterior.

Esa legislación prevé que las faltas municipales sean

juzgadas, en principio, por los Intendentes y, en los

municipios en los que se creen Juzgados de Faltas, por los

Jueces de Faltas. Es verdad que incorpora ciertas

disposiciones destinadas a que, en caso de crearse esos

organismos, éstos gocen de cierta autonomía funcional, como

aquéllas que establecen los procedimientos para el

nombramiento y la remoción de los Jueces de Faltas.

Con todo, el llamado "Código de Faltas Municipales" no

ha organizado una suerte de "Poder Judicial Municipal",

dotado de la independencia que, como dato esencial,

caracteriza a los órganos jurisdiccionales. Prueba de ello

es que el juzgamiento de las faltas se confiere tanto a los

intendentes como a los Jueces de Faltas y, en uno u otro

caso, las decisiones que dicten están sujetas -con idéntico

alcance y efectos- a revisión de los jueces en lo criminal

y correccional.

De lo expuesto cabe inferir que los Juzgados de Faltas

municipales, en aquellos municipios en los que han sido

creados, son dependencias administrativas de la comuna que


forman parte del Departamento Ejecutivo.

En el caso, el Intendente municipal de General San

Martín suprimió, invocando las atribuciones conferidas por

la ley 11.685 a esos funcionarios, un Juzgado de Faltas

existente en el Partido y dispuso, por consecuencia, la

disponibilidad de todo su personal, lo que motivó la

impugnación administrativa y luego judicial por parte del

titular de dicho órgano.

La ley 11.685 declaró de interés provincial la

reorganización de las estructuras y la racionalización y

ordenamiento eficaz de los recursos humanos de las

municipalidades de la Provincia (art. 1º). Transitoriamente

(art. 2º), facultó a los titulares de los departamentos

ejecutivos municipales a disponer la extinción, supresión,

transformación, escisión o fusión de unidades o

dependencias orgánicas cualquiera sea su denominación o

ubicación estructural (art. 3º). A su vez, autorizó a los

intendentes a mantener en situación de disponibilidad y a

disponer el cese, por razones de buen servicio y con

indemnización, al personal de sus dependencias (arts. 4 a

11).

Sobre la base de lo dicho acerca de la naturaleza de

los Juzgados de Faltas, no parece dudoso que las facultades

así atribuidas a los intendentes puedan válidamente

ejercerse en relación a esos organismos y a los


funcionarios que los integran, por más que el llamado

"Código de Faltas Municipales" contenga disposiciones

incompatibles con éstas ya que, en razón de ser la ley

11.685 posterior al dec. ley 8751/77, deben reputarse

derogadas las disposiciones de éste que se opongan a lo

normado en aquélla en virtud del principio según el cual,

cuando reglan una misma materia, la ley posterior deroga a

la anterior -lex posterior dérogat priori-. Por otra parte,

esta solución está expresamente consagrada en la ley

11.685, cuyo art. 27 establece que "todo conflicto

normativo relativo a su aplicación deberá resolverse en

beneficio de la presente ley" (art. 27, 2do. párrafo).

II. Debo concluir entonces que los actos cuestionados

en la causa se ajustan a derecho. Fueron dictados en los

términos de la ley 11.685 -que es aplicable a la situación

así subsumida en ella conforme se analizó- y en uso de las

facultades propias del Ejecutivo municipal (art. 108 inc.

16, L.O.M.).

Desataco además que, en este caso, el ejercicio de la

atribución del Intendente de suprimir unidades o

dependencias orgánicas, no tuvo por efecto la desaparición

de la estructura de la Justicia de Faltas, ni, por ende,

tampoco importó la reasunción por el titular del Ejecutivo

municipal de las funciones de juzgamiento en la materia. En

efecto, las causas en trámite ante el suprimido Juzgado de


Faltas Nº 3 fueron reasignadas a los otros Juzgados de

Faltas -Nos. 1 y 2- (v. fs. 88/88 vta.).

Cabe recordar que el máximo Tribunal provincial ha

reconocido a la supresión o reducción de los oficios

-cuando se ajusta a derecho- como una de las causas

objetivas que importan una legítima afectación del derecho

al empleo (conf. causa B. 52.052, "Cambiasso", sent. 9-VI-

92 y sus citas) y que, en este caso, la situación

individual del actor se ha visto alterada por una medida

que no merece objeción, razón por la cual no existe mérito

alguno, según mi opinión, para descalificar la decisión del

Intendente sujeta a revisión judicial.

Voto por el rechazo de la demanda y que las costas se

impongan en el orden causado (art. 17, C.P.C.A.).

El señor Juez doctor Hitters, por los fundamentos del

señor Juez doctor de Lázzari, votó la cuestión planteadas

también por la negativa.

A la cuestión planteada, el señor Juez doctor San

Martín dijo:

Adhiérome al voto del doctor Negri de manera similar a

la efectuada por el doctor Pettigiani.

Voto por la afirmativa.

Con lo que terminó el acuerdo, dictándose la siguiente

S E N T E N C I A

Por los fundamentos expuestos en el acuerdo que


antecede, por mayoría, se hace lugar a la demanda

interpuesta, anulándose los actos en ella impugnados (dec.

2479/95 y resolución del 5-I-96) en tanto suprimieron el

Juzgado de Faltas ocupado por el actor, y ordenando la

reincorporación del mismo al ejercicio del cargo de Juez de

Faltas de la Municipalidad de San Martín, que deberá

hacerse efectiva en cumplimiento de esta sentencia dentro

del plazo de 60 días de quedar firme la misma (art. 163,

Constitución provincial).

Costas por su orden, por no ser el caso del art. 17

del Código de Procedimiento de lo Contencioso

Administrativo.

Por su actuación profesional en autos, regúlanse los

honorarios del doctor Roque E. Ruiz en la suma de ... pesos

(arts. 9, 10, 15, 16, 22, 28 inc. "a", 44 inc. "b" segunda

parte y 54 del dec. ley 8904/77), cantidad a la que se

deberá adicionar el 10% (ley 8455).

Regístrese y notifíquese.

HECTOR NEGRI

GUILLERMO DAVID SAN MARTIN ELIAS HOMERO LABORDE

JUAN CARLOS HITTERS EDUARDO JULIO PETTIGIANI

EDUARDO NESTOR DE LAZZARI ERNESTO VICTOR GHIONE

RICARDO MIGUEL ORTIZ

Secretario

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