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ASUNTOS CONCEPTUALES

EN LA INVESTIGACIÓN DEL
COMPORTAMIENTO ANIMAL
3
Claudia Carpio 1
Facultad de Estudios Superiores Iztacala
Universidad Nacional Autónoma de México

os asuntos que se abordan en este escrito, aunque relativos


al ~stado que guarda la investigación del comportamiento
~?
anu~al, so~ ajenos a los problemas que aquejan a la in-
-... . vestlgac1on del comportamiento humano al menos en lo
que respecta al análisis experimental de la conduct¡. A pesar de esto
poseen una serie de particularidades que ameritan un tratamiento se~
parado más detallado.

Con el propósito de imponer orden a la exposición de los puntos noda-


les sobre los que se articula el estado actual de la investigación en com-
portamiento animal en la Psicología, es conveniente iniciar con algunos
planteamientos fundamentales acerca del qué y el cómo de la investiga-
ción en ciencia, para posteriormente puntualizar observaciones respecto
a la investigación en comportamiento animal en tomo a tres ejes: 1) el
orioen de la conducta animal como objeto de estudio, u) la conducta
an~al con10 objeto de análisis psicológico y m) la investigación del
cmnportan1iento con animales y el modelo interconductual.
. d Al · ndro León a una versión pre-
' Deseo agradecer los valiosos comentanos e e1a
liminar del texto .
- Investigación, formación y prácticas psicológica s

Acerca del qué y el cómo de la investigación

Aun con el riesgo de que parezca una obviedad, se pretend


blecer como punto de partida de este análisis el hecho más O ~ esta -
aceptado entre la mayoría de los científicos contemporáneos e enos
, . de 1os hec hos que
no a 1a natura 1eza teonca . constituyen
. n tor.
los ob·
de estudio. En relación con esto, Kuhn (1969), Turbayne 0 91:;os
Hanson ( 1985), entre otros, han proporcionado argumentos cont Y
dentes a favor de que la aproximación de los científicos a lo un.
. 1d . 9ue
ocurre en eso que de manera convenc1ona enommamos "realidad''
nunca es enteramente ingenua o carente de suposiciones previas e'
. n
torno a lo que en ésta se encuentra u ocurre, smo que, por el contrario
siempre está mediada por creencias sobre la naturaleza de las cosas ;
el modo conveniente de conocerlas. En su estado más desarrollado
tales creencias están sistematizadas y formalizadas como conceptos,'
categorías, teorías y lógicas de operación conceptual y empírica. Y,
por supuesto, no existen razones para suponer que los psicólogos pu-
dieran ser la excepción a la determinación teórica de los intereses y
objetos de investigación. Por ello, nos atrevemos a establecer que los
hechos que constituyen el objeto de trabajo de quienes dedican su
esfuerzo científico a la investigación en comportamiento animal tam-
bién se derivan,_ necesariamente, de algún corpus teórico que define
los correspondientes criterios de legitimidad, pertinencia y relevan-
cia de su materia (en relación con esto, puede revisarse el extenso
análisis de Ribes, 1990).

1. El origen de la conducta animal como objeto de estudio

De acuerdo con algunos autores (por ejemplo, Boring, 1980; Boake~,


1984), el interés por el estudio científico del comportamiento de los a~t-
males se originó en las postulaciones evolucionistas de Charles Darwi~
(Darwin, 1859, 1871 , 1872), quien describía la existencia de conti-
nuidad evolutiva entre el hombre y el resto de los animales, la c~ial
se expresa no sólo en términos de las estructuras anatómicas stnº
. . l de cor~
también en diversas maneras de comportamiento emoc10na , · es
1
tejo y gregario. Esto fue lo que colocó a la conducta de los anima

-42
l
, Asuntos concuptl1ill(ls,.. -
nir ccntrnl de la leona evolutiva . De h,. . .
en 1111 11 '.~~ 0 ,nancs ( 1882, 1883, 1888) llegó ¡11 _e d_io, lu_c sohrc csla
. que.; . 1 . C' ' e 1uso a lornnli· . . 1
1711si;1. ·e: Uv ,,,. "f>s1co
.
ogw .omp:. m.
1da"
l.
J)·i,··,
(
,·cf' .· 'I ' h 1 ' ' z.ir e
c11rsc
1
,,011 '.1 . vesl igios y rud i rnentos conduct un 1, . ' ' ' . )usqucd.a de
,c1( 1os, · es que cv,dcn "· • 1
¡,ore.;. . l·td evolutiva postulada por Darwin L· . . cuuan a
. ,n1111url • .. 1 • • ., ' , . • ,ls interrogantes so-
c1 • jstenc1,1, e Llll.1 111c11tc en los anim·llcs I· . l'I' ' . ·
re 1:1 ¡;X . . . • 1 . . . . 1, . ' , , ,Is ( ' crc11cias c11tn:
1' . •ligcncw de os .1111111.1 es y la del homhn: hs ) ,·¡ . .
líl ,111¡; . l. ' . .. • 1 . . . , ' , 1os, )1 1ll1adcs de
.. nicnlo y cngt1d,IC en os d111111alcs, el ¡1hccr y ,1 1 1 .
r, cnsit . , . . . . . . ' e lo 01 en los
1 .,
.un,. ¡¡;.•s , son solo ,1 1g 1111.1s t 1c l.ts cIIcslIoncs ,1 h . , . .
1 . . . ' • s que t 1Icio11 lugar
111
, . de 1)at
¡'0s 1r··1liu1·os . w111 . y Ron11111cs,
. "' ,,,1 ti.e an lccc-
los cuales· ·s1·1·v,·,.,.,
• . y cuntex to a la l·.tolog,a.
dcll 1es
• ,,cuerdo con Ti11hcrgc11 ( l ()51, 1. <J)X, 1972• 1<J71) . ,. og1.1
. , 1
, 1 1, 1o1
,.
l) i.:' . . . .
constituye el L'.Slu ~l10 b1ologli.:o del <_m gl'11 y l'Voluciún de la conduela
ani111al l'll su a111h1c11tL' natural )' Sl' llll ~n.:sa L'll la dcscripciún y cxpli-
cnc:ión del Cl~mportallllL'llto ~k. los ~1111111ales l.!ll función de aspectos
wnto fisiol óg 1cns como L'colog1cus , es to L'Oll l'I propúsito de elaborar
l'!ogranws que tksnih:111 los ratrn11cs conduct ualcs en inventarios
para cada cspccÍL' .
I
Dl!sarrollos 111:b n.:cicntcs de la Etología. la (;cnética y las Cie ncias
Sociales. h:1 11 dado lu gar a interdiscirlinas ct,mo la Sociobiología
1 (\Vilsnn . 1975) qttL' se intcrL'Síl L'll dctcnninar la contrihució n de las
l'structuras gcné·1 ic..is que. L'l1 i ntcracción con los entornos colcc-
ri vos estructurados como sociedades. regulan d cumporlamicnto
animal en sus ambientes nalllraks y no naturales (por ejemplo,
dnmL~s tico s y de c~ utivcrio).

Lo an1erior rcvda claramente que d origen del comportamiento ani-


mal. CtH110 hecho ciL·ntítico. surgió delimitado por la teoría darwi-
niana, cuyas coordenadas conceptuales definieron los criterios de
signiHcación teórica de los resultados de la investigación como ev i-
dencia (k los procesos evolutivos de las especies animales. Por su
panc. ínt~rdis1.: ipl inas de recien te aparición como la Sociobiología
~ue st: ocupan uunbi¿n del comportamiento anima l encucntr~n en
eSre las evidencias de hechos corno la interacción genes-ambiente,
genL's-conducta. filogenia-cultura.
....
entre otras.
43-
. ·o' n formación y prácticas psicológicas
_ 1nvest1gac1 ,
rtamiento animal como hecho científico a lo l
En breve. e I compO . . arg
. d. desde las primeras observaciones darwmianas h ()
de siglo y me 10, . . , . h . asta
. . . , ·ecientes estudios soc10b1olog1cos, se a mantenido insc ..
los mas 1 . , . rito
en el mºd elo evolutivo de la B1ologia
. y, en consecuencia,
, b. , . ha ma nte.
nido su estatuto como objeto de tnteres to1og1co.

_ La
conducta animal como objeto de análisis psicológico: dos equí-
11
vocos fundamentales

Una pregunta inmediata que s~rge una vez ~ue se ha id~ntificado el


origen del comportamiento animal c_on:io objeto ~e estud~o científico
es: ¿Cómo y por qué llegó a constituirse en_ objeto de .mterés para
los psicólogos, particularmente para los analistas expenmentales de
la conducta? La ruta de ingreso del comportamiento animal como
hecho de interés de la Psicología científica atraviesa por dos equí-
vocos fundamentales : uno vinculado con el modelo representacional
elegido y otro relacionado con la preparación experimental utilizada
para su estudio.

En relación con el modelo representacional adoptado como unidad


de análisis por la Psicología Conductista desde sus inicios forma-
les como teoría del condicionamiento (Watson, 1913; Skinner, 193 L
1937, 1938), los extensos y profundos análisis de Ribes (1982, 1990,
2000; Ribes y López, 1985) han demostrado que la ''importación"
del modelo del reflejo desde la Fisiología Experin1ental (de manera
particular, de la obra de Pavlov, 1927) implicó la adopción tácita de
diversos con1promisos ontológicos sobre la naturaleza de la conducta
y una serie de co1npromisos epistemológicos relacionados con las
propiedades conductuales a estudiar y con el método para hacerlo.
Entre las consecuencias más importantes que tuvo el haber adoptado
dichos compromisos acerca del modo en que el análisis experimental
de la conducta procedió a la investigación y teorización sobre el com-
portamiento se destacan las siguientes:

a) Se asumió un carácter relacional de la conducta, rechazau<lo


que ésta se redujera a la actividad del organismo

-44
Asuntos conce ptuales
Se representó a la conducta como , . ., -
b) . 'd d covanac1on d. .
discretas de acttv1 a del organismo ( . e un1dade~
ambiente (estímulo) respue sta s) Ydel medio
e) Se asumió que las unidades de conducta .
· 1 ·
te invanantes en e tiempo y equivalent . . eran funcional men-
desde el punto de vista analítico de ma es e.intercambiables
· ' nera mdependient ¡
momento y circunstancias en que ocurrieran ·e ª
d) Se redujeron las propiedades funcionales de tOda
a las del reflejo condicional 1ª conducta
e) Se adoptó el estado estable y la suavidad de fu · d .
. nc10nes escnp-
tivas de las
. correlaciones
. temporales de estím·ul os y respuestas
como entenas de orden esencial de la conducta
f) Se pre~umió que respues~a~ con morfología simple y repetiti-
va ten1an una representattv1dad funcional generalizada
g) Se adoptó una preparación experimental que canceló la di-
mensión espacial de la conducta
h) La medición de la conducta se concentró en la densidad tem-
poral de la respuesta (tasas global y local, carrera y pausas,
tiempos entre respuestas, patrón, latencia, etc.)
i) El análisis de la conducta psicológica se concentró en las va-
riables situacionalmente presentes.

Considerando estas características del proceder analítico de los teóri-


cos del condicionamiento, no es de sorprender la famosa declaración de
Skinner (1938) en la última sección de La conducta de los organismos:

[... ] si el autor de un libro de este tipo está autorizado a aventurar


públicamente una conjetura, puedo decir que las únicas diferencias
que espero que se revelen entre la conducta de la rata Y la _del hom-
bre (aparte de las enormes diferencias de cotnplejidad) radican en el
campo de la conducta verbal (p. 442).
M,enos sorprende aún lo apuntado por el rn 1s1
· no sk·mn er(1957)enla
celebre nota 11 de Conducta verbal:
Nue t . . 1comportamiento de
s ra definición de conducta verbal mcluye e · aparato
1os a1 · . ·mentador o un
1Imales experimentales, donde el expen
45-
dts'-·i1ado para cstahlcccr l..'o nr íngc ncins que .f4C u"crncJctt a I~
1
nycnte nom,al. proporc10na rcfor1.am1cnlo. El un unn l y el '~ 1"-1
mcntador con~titu ycn una com unidad vcrhal pcquc~H. "<:re, ,e1-~ r,
_ . , . . 1' cl!lfrrtJ
ca . Esto puede of cndcr nuestro sentido <le la~ r,ror,1 cdadc, í'erf 1
consolamos porque una relación como la del lacto ah~tr'tct, I r'11e,~
• . • , • L .
"'"
csrud,arsc en el laboratori o (p.122 versión en cspai'ol) ·

La insistencia de Skinner (1953 , 1957, 1966, 1974, l9XX) rc,f>Cl.


to a que todos los tipos de comportamiento pod ían ser c~tud,a<lf
atendiendo, exclusivamente, a las contingencias de rc fo r¡,,am,em~
descritas en la conducta de los organismos (Skinner, 193k J y en p,.,1_
gramas de reforzamiento (Ferster y Skinncr, 1957), revela sin duda
su confianza en que entre la conducta observada en los anímale, ,1
la observada en los humanos no existían diferencias cualitati vai,; qu~
ameritaran una distinción más allá de las relacionadas con la~ morfo-
logías de unos y otros.

Desde 1938 Skinner declaró, de manera explícita, que la utilización


de un animal como la rata en el análisis experimental de la conducta
obedecía a razones en estricto metodológicas vinculadas con la prepa-
ración experimental empleada y sus características de adaptabilidad
y fácil manejo en condiciones de laboratorio. Asimismo, la idea skin-
neriana de que no existen diferencias sustanciales entre la conducta
animal y la humana confirma que inicialmente la conducta animaL
como tal , no constituye en sí misma un objeto de interés psicológico
Esta afinnación, sin embargo, no debe ser interpretada corno si se
estu viera asegurando que el comportamiento de los animales no for#
ma parte del espectro de hechos amparados por el objeto general de
estudio reconocido por Skinncr como conducta. Antes bi en, se busca
subrnya r que en esa defi nición no se reconocen diferenci as entre lí.l
conducta de animales y la de humanos y, por tanto, no se concede
c~pccifü.: idad al comportamiento de cada uno de éstos.
1 ·w
,
J.:s ncccsano 111s1st1r: a f'1rnrnr quc se csta' mlcrcsac
.... . ¡·
o en l•¡' "'
t' •)fl(llL
. ,1
, y t.,;," l tk
r ~1colog1ca (srn ap1..:J11dos rclcndos a la clasd1cac1on zoo 1ogi , s~
. , . . . . • . . • . ' .

organi smo involucrado) y que un caso de conduela es aquel qu1.,

- 46
l'U t,flf01 t
. . . ">flr_.Dfll ~lit1
n ¡0 ~ 11111malcs, t:s d, fcrcnrc n ro~tul
. ,.,·r:'l e . 1 A 1·r . . Rr que se cqr~
,1~ ~1. ,onducta nmmo . e , ,crcnc,a de loe¡ •tól 111tcre~1-
~1 1a " .J. e ogo~ 'l l0
J,, t 11 ,~ d 3borac,(m de crogramas cons,dcr· d ( ~ que ,f
,rc:'- • • • ' · dO O 1a<. cani ct ·
1t1f1..r _ · 1 ,.c.., de cada especie ranto en ttrm inos ,·,s· . ª cr, c:t1ca~
r, 1 rt1cu 31 . ... .
ológico- a Skmncr le interesaba la cond r·

. . 16g1co~co d 1
~n e en~
,roo ec - é.,. , . uc <I, cnrendrda co
t< . ción de clases gen neas dr estimulo y res ., mo
ovaflª d . . puesta, al margen d 1
e 1·smo involucra o, suponiendo que los princ • . , e
0!'![811 . rp,os conductuales
.. les eran exactamente 1os mismos para todos 1 . ·
genera · os orgamsmos.

lo antes expuesto, puede afirmarse de manen cat ..


por . ' cgorrca que
n ducta anima1, como ta 1, tampoco formó parte d 1 .
Jaco , . ,. . . e os intereses
. ntíficos del analts1s expenmental de la conducta en su <l 1.d d
c1e d' . . mo a , a
de teoría del con 1c1onam1ento, ello debido, precisamente, a las ca-
racterísticas del modelo representacional adoptado.

Un hecho que se vincula directamente con las características de los


compromisos establecidos con el modelo del reflejo es el de que el con-
cepto fuerza (entendida como la expresión general de la correlación <le
Ja actividad del organismo y del medio ambiente) jugó un papel deter-
minante en la configuración de las preguntas de investigación iniciales
y derivó en una preparación experimental que continúa siendo paradig-
mática en el análisis experimenta/ de la conducta: la operante libre.

Asumir que la propiedad fundamental de la conducta era su júerzo


y que el objetivo del estudio experimental de la conducta era la de-
terminación del modo en que ésta cambia en función de las opera-
ciones básicas de reforzamiento y extinción (Skinner, 1938, 1988)
propició (casi podría decirse que obligó) diseñar una si tuación en la
que los cambios que la acción del organismo podía producir e1_1 ~I
ambiente, y los efectos que dichos cambios tenían so bre la act ,: 1-
dad del propio organismo, pudiesen ser medidos de manera pn:cisa
Ytontinwi, en tiempo real.

La. .cám•·ara, de cond1cwnam1ento,


. . . . .·. 1. 1conw '\:a1a
popularmcnt(; conociU( · de
<;kmne " , . . , . . ·, . . . ..,-j,nental de ope-
. r , en la que se msírumcnto la preparc1c1on expe . . . .
rante l'b
1 (. · , I• h s 11 np11cacwncs
re rcrstcr, 1953 ), representa la concrecwn ( e ( · ·
47 -
li t1 r ·1~ p •11rnlf1 11.1t.,1·,
l11V(''.ri¡puo 1, , f() I Jll ,) cl(' ll y pr' ( ' . .
- romi sos cp1 stcmológ1cos a<.k¡uírid.<
. . , · .. . de los ~utnp ., . • .. . • • , >~ C{1
mct <.ldl)l()!_.!. tL,,:"i . , , •t· .Prcpon.H.:1on, se restrin ge al opcrano . tl 1:\
-- ll ·10 l·n es., . . 1 t>(tcq
llH)'-kl<) l 1~ 1tl: <..:. • experimenta en el que int . · 1.
, i· 1) ·I punto te 1•1csp·,cio
J

· ' . · cr""J"<.
p~ilanca. pl:< ,J e . . , y el medio a1nh1cntc, de tal m anera "'"\4n
. • l . d kl 0 ruan 1sm<. ,. qlle l
la act1v1,,d <. , · ::- ,, _1 .. licho punto queda ana 11t1camcntc ca . (,
,. ' )ntccernasnll,tuc<. , .. . . · , . ncela(k
qw.: ,1u . , . i , ., ·ión teórica en la dcscnpcton y cxphtaciún '~i
• " ··1 de h ~onsl( ctal:
fuct 1 . <~ 1·
.. ' . d 1 , tc1·1·or no queda otra a tcrnat1va <le m cdícic' 1
• d ~ta D~ o o dn ' . m9\J4:
"u~.d;d
<..:·01d1
st
temporal de contactos orgamsmo-?pcrand.o a la manera A')
la cn. d'
... d , ·c··puesta en sus 1s m • t · tas variantes E'-·t <l .
· · ,., u 1ar la ~u ut
patron y tasa e ' s ·. ' .. . . , ,, . .. . , , . . . .et'í4
,
de 1a con duc t a s·e tr·aduJO
. , .entonces, en , el analis1s de las covanacin.. ,,11e,
. la di·stribuc1ón· de estlmulos y respuestas.
tempora 1es e11 1r·c :1

La extensa producción de evidencia_experimental so~re los efectos de


los programas de reforzamiento (s1mpl~s. y compleJos), de los arre.
glos de discriminación (si1nple y cond1c1ona1) y algu~os ?tros pr0-
cedimientos similares, se ha concentrado en la determmac1ón de los
cambios de fuerza del reflejo. De hecho, es por lo anterior que se pue-
de comprender que, desde la lógica de la teoría del condicionamiento
no sea previsible, siquiera, la necesidad de incorporar al análisis los
factores cuya dimensión funcional rebasa lo estrictamente situacional
en la di1ncnsión temporal.

Aun en los estudios en los que se ha hecho evidente la relevancia


de Jos parámetros espaciales y extrasituacionales, los más rigurosos
teóricos deJ condicionamiento han insistido en remitirlos como ca·
sos cuantitativamente complejos de contingencias de reforzamient~
(por ejemplo, Catania, 1998), o bien apartándose de los compromt·
sos ontológicos originales, son explicados mediante la postulaciónde
P:0 ~esos cognoscitivos internos (por ejemplo, Zcntall, 1993), reglas
logJcas (por cjcinplo, Sidman 1994) mecanismos biológicos de se·
. , (p
1CCCJon · 1 ., ' ' '
or CJcinp 0, Staddon, l 984 ), etcétera.

Al inicio
· de cst. , , t·a(j o se n1encIono
· e df)c1r . , .
que la 1ncorpor
ación del,,
comportan, · , t , · . . . , · ,0 hab 1ª
.
den vado de dos , · ' . . • .
°
ten anunal con10 obJcto <le estudio ps1cologic de·
· . el m0
. . · cquivocos
1o representa •· .. 1 •. i. . , ong1nalcs uno vinculado con ·'n
' . .
cio nd d( optado y otro relac1onado con la pre
parac 10

- 43
/\si.m toc; co

0
ntal. Evidcntcrncntc, \os cqu,· ncei:nu-,,~., _
,enll"· voco~ no f
e~\ iicnes se han mantenido con rig d. ucron de Ski
. de qt . . . nr entro d \ nneT
r11 ,,3 del cond1c10nan11ento . En la ob ·k· . e o~ canones d
l.!l .tcort.:, cong1uencrn. . ra s tnncn a e
Aun a pesar de las 1· . . na no ~e aprec ia
t1hi\S qu~ , . 1rn1tac,one \ . .
• qtie algunos cnhcos han insistido e d s og,co-concPT\_
1s1es .... n en un · ( -..,
n . s 1000), \a fim1e creencia de Skinner c,ar por ejemp\o,
R1be • '- en que n •
·as cualitativas entre el comportamiento d l ~ existen d1fe-
renc1 · ·, d e os anuna\
bre su conv1cc1on e que el modelo refl \, . es Y e\ de\
hot11 ' . . exo og1co e .
ara descnbir la conducta, su confianza e \ s ap1op1a-
do P • n que a prepar · · d
rante libre basta para identificar de manera . ac,on e
ope fi ., expenrnenta\ e\ orde
de la conducta, su a rmacion de que las covariacion es regu \ares entre n
la densidad temporal d e l a respuesta y los estímulo .
. d . , . s constituyen \a
evidencia de. ese or . , en, el uso sistematico
. de la tasa de respuesta y el
Patrón de eJecuc1on . como medidas conductuales fundam enta1es ne-
cesarias y suficientes para_la producción de evidencia sobre el hecho
fundamental de los cambios de la fuerza de la conducta, son, todas
ellas, coh~re:1tes y _c ~ngruentes con sus compromisos ontológicos y
epistemologicos onginales.

En nuestra opinión, los equívocos han sido cometidos por los analistas
de la conducta que, de manera incorrecta, han asumido tácitamente
que están estudiando la conducta de los animales y no la conducta con
los animales. Ellos han confundido el medio con el fin. Consideramos
también que estos equívocos obedecen al olvido de la relación de de-
terminación modelo-hechos-método que los ha llevado a sustituir los
compromisos epistemológicos y ontológicos sin la correspondiente
adecuación de los compromisos metodológicos, o viceversa (Carpio,
1994, 2005).

En el primer caso en el cual se sustituyen preparaciones ex~erin\en-


tales, medidas o ~riterios de orden y validez, sin los can1b 1os ~ec~-
s· · d l b.eto de estudio, se
anos en la especificación de la natura1eza e O J . ,
ub· . . . · s expern11enta\es
ican quienes, por ejemplo, modrfican \os espaclo . ._
Ye l · d d. ionan11ento para ev,\
n ugar de cámaras convencionales e con te '" . ·, ,
luar t . . d \ , estilnu\os usan caJ(.\s
e ectos de variaciones espaciales e os , . insisten en
1 0
argas", ''laberintos", "hábitats naturales", etcetera, per

49 -
- - lnvPsti g,K it) n , fo rma ció n Y práctic;i s psicológica s

dc.'Sl'ribir sus halla zgos en los términos_de una teoría e


cxi stl'n ra✓.lmc.'s para reconocer relevancia a dichas vari n la 91.le
6 a les. llo

En d sc.-~undo caso es posible incluir a quienes explícit


~ , d l d. · · arnent
ran la insu~cic1_
1?ia de la teona e . con ic1onami~nto Para la e clecla.
ción y expltcac1on del con1porta1niento, pero realizan inv . descr¡
· · l, ·
sujetas a los cntenos . og1cos gene:ª les d e es
' t ·
~, e incluso estiga · p.
habla c1ones
propios ténninos, e1nplean las mismas medidas y las r fi nen su
. . e eren s
evidencia de los 1111sn1os hechos. corn 0

Para estos dos tipos de equívocos, emparentados pero ct· .


esti1nan co1110 necesanas.
so 1uc1ones
. d.11erentes.
c.
Para el prirnistintos, se
casos, resulta indispensable el ejercicio de la revisión er? _de los
, . . , . critica d
los supuestos onto Iog1cos y ep1stemicos que amparan la , . e
· · ·'
d e 1nvestigac1on. E n e I segun d o, es 1n· d 1spensable
· la elabPractica.,
. d . . orac1on
creativa e nuevas preparaciones expenmentales que m ct·
. .
procedimientos, me d"d . . d e ord en y validez ,difer
1 as y cntenos e iante
. 1 d ., d .d . . entes
permitan a pro ucc1on e ev1 enc1as pertlnentes a los nuev os he-'
chos que, necesariamente, deben derivarse de los nuevos com
misos ontológicos y epistémicos adoptados . pro-

La investigación interconductual del comportamiento con anima-


III .
les : en busca de la coherencia y la congruencia

En contraste con el modelo reflexológico adoptado por la teoría del


condicionamiento, el paradigma interconductista (Kantor 1924, 1926;
Kantor y Smith, 1975; Ribes y López, 1985) define a lo psicológi-
co como campos de interacciones entre actividades del organismo Y
aspectos específicos del medio (físico, ecológico y cultural). E5t05
campos interactivos, se postula, se establecen en circunsta~cias de~-
nidas y evolucionan de manera continua en tiempo y espacw ª pEarttir
. b' te se
de los contactos previos del organismo con su medio am ien · 05
1nodelo representa lo psicológico, la interconducta, como ~atm{ac-
.c. . . .c. t res en in e
mu 1t11actonales en los que se consideran tanto los 1ac O , cas-
., d. . nes rec1pro
c1on irecta - el organismo, el ambiente y sus aceto 'bilitan y
. . , . . 1 que pos1
como Ias con d1c1ones -fts1cas y convenc1ona es-

-50
Asuntos co n c.eptuale s ... - -

. ntacto . Como condición moduladora de la interacc ió n


1 su co ., l . , .
l(i11l;11 · ta di111cns1on 11stonca en la que tiene lugar la cvolu -
111c • 1•Jera ' . . ·
.. con:- io en que se aJustan rectprocamentc la contribuci ón de
:,L J•JlllO( . (b ' f' .
.¡án ~ ". del orga111sn10 1ogra 1a reactiva) y del medio (evo lu-
l ., ~JOJl~S . . , . , . . . ,
.. a'-c
1•,1·, del es .t
t'mulo) .
a la mteracc1on, ,
co1no
.
tamb1en
.
la partictpacion
cion . situac1onales y orga111sm1cos que, sm ser los elementos
f ctoi es . ., , ..
de ª :> de la 1nteracc1on, actuan como factores probabthzadores
centraI~s en que ésta se establece (factores disposicionales) . El in-
del,I110 ºlítico del 1nodelo interconductista no se concentra en las
re
res ana tas y los est1mu, 1os, sino · ·
en su 1nteracc1on·,
como Juncían ,
.
respues}icación de los campos ps1co. l'og1cos
. descansa, según este
La e;Íarna, en la identificación de los elementos que los integran
para :::, ., d .
specificac1on e 1a manera en que se organizan.
y 1a e
C n base en esta caracterización interconductual de lo psicológico, Ri-
be~ y López (1985) propusieron una taxonomía funcional del compor-
tamiento que reconoce cinco niveles progresivamente más complejos
de organización de los campos interconductuales:

a) Contextual. En el que, con base en su historia ontogenética, el


organismo sólo ajusta su actividad a los parámetros espaciotem-
porales de los eventos de estímulo situacionalmente presentes
b) Suplementario. Donde la actividad del organismo determina
de manera directa los valores particulares de los pará1netros de
ocurrencia de los eventos de estímulo en la situación
e) Selector. Aquel en el que la efectividad de la actividad del or-
ganismo para regular la ocurrencia de los eventos de estímulo
depende, o es condicional, de las propiedades cambiantes de
estímulos previos o concurrentes en la misma situación
d) Sustitutivo referencial. En el que la interacción del individuo
con los eventos de esthnulo en una situación es n1odificada
por lo que él mismo u otros individuos han dicho ( de 1nanera
oral o escrita) en relación con ésta, es decir, donde elen1entos
de otra situación no presente se incorporan en la situación
presente 1nediante sistemas reactivos convencionales
e) Sustitutivo no referencial. En el que el individuo interactúa
con productos lingüísticos como tales ( conceptos, categorías,

51-
:--11nbolo~. tenrías~ descripciones. o tro ~)
nílffíKhlll-t' \ .
\U p f\)J110 km111n1c (hahbrndn, c~cribicndo. dibuJ·nn-•·o rned,a~,..
·- · . u etc . ._
tahk'Cc cntr\'.' cllú\ algún tipo <le relación (inclusivítlad ·l Ye'-
,.1 , orden. c, _
. J 1 1 · b·1·d d
clu~I\ 10:~~ . l cnva 1 1 a , ~te·?: · sern ~ ·
q_uc incluso ~Jan.
lle, arle a In 1onnulac1on de productos lmgu1sticos ori . Pliec1e
g1nales.
l: n nw.·stn opinión. el modelo intcrconductista tampoco ado
conducía de 1os amma . 1es como ob.Jeto espect'f'1co de estuct·Pta a 1a
. . 1 , io en ,·
mismo. pues al igual que en el caso de a teona del condicion·:t . s,
esta cons11tuye . so. Io uno de 1os casos me
. l u1'do en el espectro ern
e rn1 ento
.. ·
. . , 1d . d Pinco
amparado por 1a defi 111c1on genera e mtercon ucta psicológic .
embargo. y en esto sí existe una diferencia fundamental con aª· Sin
.
1ormu 1a c.:1011
. . . e1mo de1o mtercon
. ductlsta
. preve' la d.tferenciaciónquella
litati\'a de los tipos de comportamiento exclusivamente humano~~-
aque llos que son comunes en el hombre y otros animales. La difi ~
renciación radica, críticamente, en la disponibilidad, y desde el pu e_
to de vista hi stórico se configura en lo social, de sistemas reactiv: .
convencionales que posibilitan - sin que se igualen a éstas- inte~
racciones sustitutivas en las que la funcionalidad de los parámetros
situacionales se modifica con base en las propiedades funcionales de
eventos no presentes en tiempo y espacio a través del lenguaje.

Lo antes establecido no supone que el modelo interconductista pase


por alto la di versidad que sobre los modos y niveles de organización
de la conducta imponen las diferencias en los sistemas reactivos dis-
ponibles en los organismos, los cuales dependen críticamente de la
evoluci ón filogenético-singuJar de cada especie animal y de la evo-
lución cultura l en el caso de los seres humanos. De hecho, la mane-
ra c¡ue en esta perspectiva adoptaría la Psicología Comparada sería,
pn:cisamcntc, la de determinar por philum esos niveles y modos de
organilación conductual y, en esta empresa, el estudio del comporta-
rni t: nlo animal se reubica, de manera más coherente, como parte del
estudio Jd comportamiento en general.

L
u1 un 111· ve1(le mayor cspcctl1c1(
· · · ta(,l aceptar ¡os compH· )t111·sos
· . onto·.1
· . (1el molle1o .mlcrcon(1uc t·ts' t ,'l 1·111phca u1h
, .cos y cp1.slcmo 1og1cos
1og1

- 52
,~
. .
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.
y ,nPrt,ne
,,., nc ,a de 1os ro,.,
:1) . 5 y problemas de la ''Psicología Anima/"' -
pico . bl d . . . ( rara evita r la
8dOP
ción de pro emas e mvest1gac1ón ....
aienos
~ ·
deS·de e¡ run~
de vista conceptual, ya sea porque provienen de orras j . -
to 1 E 1 , 1 . e is
ciplinas (c?mo a to ,og1a, a Zool~gía, la Sociobiología) o
porque derivan de eqmvocos ontoep,stémicos como los men-
cionados en el apartado anterior.
) sustituir los niveles y criterios de observación fisicos y hio-
b lógicos por otr~s referidos a l~ integración funcional de la
actividad organizada del organismo (sistemas reactivos) en
campos interactivos con los eventos del ambiente.
e) Cancelar la r~ducc_ión_ c?nceptual_de lo psicológico a las di-
mensiones fis1co-b10log1cas o soc10culturales.
d) Reconsiderar el estado estable, la replicabilidad y la suavidad
de las transiciones como criterios de orden y legalidad del com-
portamiento, en términos de su pertinencia a los distintos nive-
les posibles de organización de la conducta en los animales.
e) Generar categorías de observación, descripción, registro y
medición de comportamiento diferenciados por cada uno de
los niveles de organización funcional de la conducta, en aten-
ción a las circunstancia experimentales y ecológicas en que su
estructuración tiene lugar.
0 Caracterizar la conducta como un continuo en tiempo y es-
pacio en el que los segmentos previos van conformando la
dimensión 11istórica peculiar de los distintos niveles de orga-
nización funcional de la conducta.
g) Identificar los límites de campo en función de las caracterís-
ticas funcionales de la interacción y el medio de contacto,
canee/ando los criterios físicos de delimitación de los seg-
mentos conductuales.

53 -

:J
- Investigación, fo rmación y prácticas psicológicas

h) Fommlar categorías generales que especifiquen ,, .


. l' . c. . y IJJ Stj
tipos de campos pstco og1cos, tUnctones estímulo- ' nga0
e: . , . respu
medios de contacto y ,actores 111stoncos y situac· esta
'fi
atención a la espect ct a 'd d fil ogenet1ca de los O . · , en,
, . tonales
.
cuyo comportamiento se estud'1a. rgan,sThos

No obstante la relativa infonnación que hasta ahora se dispo


ten trabajos recientes (algunos de ellos en curso) que ya se a;e, exis.
a cumplir las tareas antes listadas. Entre éstos sobresalen los enturan
. . . estud'
que Ribes y sus colaboradores vienen realizando en tomo a 1 '~s
terios de segmentación funcional de la conducta en espacios eos c~-
mentales no restrictivos de la intersección organismo-ambient x~en.
Serrano, 2006), así como los vinculados con el estudio de di~ v.g.
. en con d'1c1ones
esp~c1es . tan!º de l'b
1 ertad como de cautiverio ersas(v.
Ort1z, 2006). Otros autores mtentan avanzar mediante el desarrotf'
de medidas distintas a la tasa de respuesta y al patrón de ejecución°
sus múltiples variantes, en especial en lo que se refiere a la estimació~
diferenciada de las propiedades funcionales de la conducta en distin-
tos niveles de organización, esto por medio de índices de ajustividad
efectividad, pertinencia, congruencia y coherencia (v.g. Carpio, Silv~
y Chávez, 2004; Pacheco, Carranza, Silva y Morales, 2005; Morales
Pichardo, Arroyo, Canales, Silva y Carpio, 2005; Serrano, 2006; Ca-'
macho, Aguilar, Pérez, Nava y Carpio, 2006). Las posibilidades de que
estos intentos fructifiquen en un plazo breve dependen, críticamente,
de factores vinculados con la creatividad científica de sus autores, aun-
que también de factores de naturaleza sociológica.

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