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Muy buenos tardes, honorables miembros del presídium, profesores, compañeros

y público en general.
Es para mí un gran honor estar en este micrófono en representación de los
alumnos graduados, que al igual que yo tienen el corazón inundado de
sentimientos encontrados resultado del esfuerzo conjunto de muchas personas.
Puedo decir con mucha seguridad que hoy es uno de los días más felices de
nuestras vidas. Hoy 11 de julio de 2014 marca el final de una ardua vida
universitaria. Difícil situación, sentimientos de tristeza por terminar esta gran
etapa, en la que quizá nuestras mayores preocupaciones se centraban en la
escuela, felices por haber conseguido terminar la carrera y temerosos por lo que
nos depara el porvenir.
Pasaron ya cuatro años en los que nos sentimos como la olla para esterilizar
material sucio de microbiología, haciendo el HACCP de un día para otro aunque
nos lo hayan encargado con un mes de antelación.
Hubiésemos deseado que toda la universidad fuera como en el primer semestre
en el cual hasta a fiestas teníamos la oportunidad de ir, sin embargo, esta carrera
fue como una paracoccidiodomicosis entre más tiempo pasaba peor se ponía.
Tercero y cuarto semestre nos impidieron ir a los quince años de la prima con su
ciclo de Krebs, la glucolisis y la gluconeogénesis, en sexto semestre huevos de
Ascaris lumbricoides nos ocuparon con su hermoso ciclo de vida, hematología nos
presentó su mejor película “El eritrocito y la anemia drepanocitica: historia de un
amor invencible”, y ya ni al cine salimos.
Ya desde entonces nuestros súper poderes se hacían notar, de entrada ya
teníamos nuestra capa, nuestra hermosa bata, empezamos a dormir a las 12, 1 o
2 de la mañana, eso claro dependiendo del humor del maestro, despertábamos a
las 5, 6 o 7 am para poder llegar a las prácticas y al servicio social, a las 12
salíamos corriendo para llegar a tiempo a clase en esta universidad, para
posteriormente salir a hasta las 7 de la tarde, se preguntaran ¿y a qué hora
comían?, eso, eso para mí aun es un misterio, o posiblemente no, puesto que
nunca faltaba quien compraba unas galletas y esas galletas se dividían entre 20
personas.
Octavo semestre difícil pero suficiente para consolidarte como bioquímico,
conjugado lo aprendido en 7 semestres en una sola asignatura, claro me refiero a
inmunología.
Pero esperen, no todo fue cansancio y estrés, también hubieron alegrías y
lágrimas de felicidad recordemos ganamos 3 veces el concurso de comparsas de
Huehues, el primer simposio de Bioquímica en San Luis Potosí, nuestro primer
viaje como juntos, Guadalajara, Chapingo, Mazatlán, quien no se emocionó
porque Karina gano primer lugar de jóvenes investigadores a nivel estatal, o con la
comparsa de Star wars en el desfile de la FENAHUAP, y que hay de las pequeñas
reuniones en casa de algunos de nosotros, aquellos anécdotas de pequeñas
bromas a los profesores (no se a quien se le han ocurrido tantas cosas).
Chicos se dan cuenta lo que vivimos estos cuatro años, fue una grupo hermoso,
lleno de unidad donde estábamos dispuestos a explicarle cualquier tema a quien
lo necesitara y hacer cosas inimaginables por nuestros amigos, quien más que yo
para decirlo, absolutamente todos me arroparon, me dieron amor, comprensión y
respeto cuando lo necesite.
Durante este tiempo en la universidad hemos aprendido lo maravillosa que es la
vida. Elementos que forman moléculas, moléculas que forman células, células que
forman tejidos, que se integran en órganos y todo ello para integrar lo que
conocemos como vida.
El día de hoy no solo nos graduamos las personas que portamos toga y birrete, en
este lugar se encuentran algunas personas que deberían portar una toga también,
esas personas que se quedaban en casa todos los días, que oraban porque nos
fuera bien en los exámenes, esas personas que permitieron dejarnos salir un poco
del papel burbuja donde nos tenían envueltos para que no nos lastimáramos.
Saben de quien hablo, estoy hablando de mamá y papá, hombres y mujeres que
trabajaron día y noche para poder pagar la colegiatura, para poder pagar el
Matthews, Bonifaz, Becerril y demás libros, que dejaron de comprase unos
zapatitos o un pantalón para que mejor yo los tuviera, a mamá que quizá le tuvo
que sacar tangente y coseno a la quincena para que alcanzara para mis pasajes,
para la renta y para mis comidas, a papa que trabajo de sol a sombra y lo digo
literalmente porque no todos los papas están trabajando en una oficina o bajo un
techo .
Gracias mamá, gracias papá yo sé que sí, algún día pensaron que invocaba a
satanás cuando me escuchaste repasar el ciclo del ácido cítrico en voz alta, y
perdón por los días en los que querías platicar y era semana de exámenes o de
entregar un proyecto y simplemente te dije: Estoy estudiando, no me molesten, o
aplicaba la lectura en voz media alta para dejar en claro que estaba estudiando.
Gracias mama por mantener mi bata planchada y sin manchas de sangre, copro,
carne de cerdo, res, colorantes orgánicos e inorgánicos, sudor, lágrimas y
cualquier fluido corporal que puedas imaginar.
Gracias a papá y mamá por juntos estar siempre con nosotros y cada que
pensaba siquiera desertar me decías: “no mijito como crees que te vas a salir
papa si ya merito terminas” aunque apenas fuera en segundo semestre. Gracias,
Gracias, Gracias.
Papá, mamá al fin terminó tu misión, me han dado el mejor tesoro una educación,
ahora depende de nosotros sacarle provecho a todo tu esfuerzo y devolverte un
poco de todo eso que me diste.
Por último y no menos importante queremos agradecer a nuestros profesores,
quienes han sido siempre un ejemplo a seguir, por los conocimientos, experiencias
y por los valiosos consejos. A todo el cuerpo académico algunos que desde hace
más de 25 años comparten todo su conocimiento sin ningún interés de por medio
más que el de forjar personas profesionales, con valores y con el único objetivo de
ayudar al desvalido.
Todos estuvimos frente a un doctor, doctora, químico o química que nos encantó
por su forma de ejercer y entender la bioquímica por la forma de acercarse al
estudiante. Yo les digo ahora amigos aprendamos de ese químico, esforcémonos
por ser ese químico, aspiremos a convertirnos en ese químico que tanto
admiramos
Gracias a todos ustedes maestros, por no ser solo eso “un maestro”, sino por
convertirse en amigos de sus alumnos, entendernos, preocuparse por nosotros y
por querernos sin distinción.
Hay muchas formas de estudiar bioquímica y estoy contento porque me has
enseñado la mejor de todas, y lo hiciste fuera de clase, fuera de la biblioteca y
fuera de los centros de salud, por eso hoy me graduó de ustedes y me alegra que
se haya estudiado bien.
Para finalizar yo sé que generalmente no se escuchan en los discursos
agradecimientos para estas personas, pero gracias al personal de intendencia por
darnos aulas, laboratorios, baños y edificios relucientes, por darnos una sonrisa y
buenos días cada mañana, muchas gracias a ellos
Tan importante como a todos los anteriores gracias a Dios que si el nada es
posible.
Muchas gracias.

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