Vous êtes sur la page 1sur 3

René López De La Torre Maestría en Estudios Sociales, Línea de Procesos Políticos

2183800368 Ingeniería Institucional Mexicana


Reporte de lectura: La construcción de la Constitución de 1917
El proceso de construcción de una constitución comienza, en primer lugar, teniendo como
referencia a lo que es una constitución. En este sentido, de acuerdo a Lassalle, no basta al
considerarla como “…la ley fundamental proclamada en el país, en la que echan los
cimientos para la organización del Derecho público de esa nación”, cuya perspectiva va
más adelante de la definición jurista formal presentada.
Esa ley fundamental que constituye el cimiento de otras leyes y una necesidad activa de
fuerza eficaz que permita ahondar más que las leyes regulares, permite que las
instituciones jurídicas vigentes y su reglamentación sean lo que realmente son. La
constitución, debido a esa necesidad activa, debe comprender a los factores reales de
poder organizados que le dan un carácter de aplicación real.
Estos factores rigen en el seno de cada sociedad y, a muestra de ejemplo y en el contexto
prusiano del siglo XIX, son la monarquía, la aristocracia, el ejército, la burguesía, los
banqueros, la conciencia colectiva y cultura general, así como la pequeña burguesía y la
clase obrera los que forman parte de dichos factores. Estos elementos y su actividad dentro
del país dan esencia a la propia constitución.
Cabe mencionar que el propio Lassalle distingue, por ende, dos tipos de constitución: una
real y efectiva y, por otro lado, una escrita. La primera se forma por la conjunción de los
factores reales de poder erigidos en derecho y, como tal, son factores jurídicos; la segunda
es la que él denomina “hoja de papel”, donde se expresan en un documento todas las
instituciones y principios de gobierno de dicho país.
Como resultado, una constitución buena y duradera resulta ser aquella que es real y escrita,
es decir, aquella donde tenga sus raíces en los factores reales de poder y sean expresados
en dicha ley fundamental. Lo contrario significaría que dicha carta magna sucumba frente
a la acción de dichos poderes y de la realidad imperante de dicha circunstancia, donde la
“hoja de papel” no sea acatada ni tenga valor en dichos grupos.
Todo lo anterior debe, a la par de la lucha contra el pseudoconstitucionalismo, de establecer
bases claras sobre lo que una constitución debe expresar y el funcionamiento de las
instituciones jurídicas que de ella se desprenden. De acuerdo al propio Sartori, siguiendo la
misma línea argumentativa, al determinar que una constitución cuya base esencial no sea
la estructura de gobierno, no podemos denominarla como tal.
Dicha constitución que prevé Sartori debe tener como bases principales: una estructura del
gobierno que permita determinar los controles que el ejercicio del poder requiere en defensa
de los ciudadanos y de las instituciones, su contenido debe ser neutral, sin aspiraciones y
plenamente enfocado en las consecuencias de dichas normas siendo estas,
fundamentalmente, un instrumento de incentivos y de castigos.
Todo lo anterior corresponde a una tarea plena de la ingeniería constitucional, donde los
métodos y procedimientos son necesarios para realizarla plenamente. En dicha tarea, se
deben determinar diversas condiciones para comprender el tipo de sistema que es el más
adecuado para un país; de ahí se desprende la clasificación de sistemas que propone
Sartori: presidencial, semipresidencial, de gabinete, de cancillería y parlamentario.

1
René López De La Torre Maestría en Estudios Sociales, Línea de Procesos Políticos
2183800368 Ingeniería Institucional Mexicana
Si se toman en cuenta, además, las diferencias de los principios mayoritario y consensual
de Lijphart, expresadas en dos dimensiones diferentes (ejecutivo-partidos y federal-
unitaria), se puede establecer un ejercicio de modelos de ingeniería constitucional; entre
dichas variables, Sartori resalta más el papel de los sistemas electorales que son, para él,
instrumentos de mayor manipulación política y que, a la postre, moldean al sistema de
partidos, cuya eficacia dependerá de las condiciones del lugar del que se trate.
Todo ello es posible sintetizarlo en el contexto mexicano, donde se han presentado diversos
tipos de revoluciones que dan origen a nuevos ordenamientos y leyes. De acuerdo a de la
Cueva, podemos ver experiencias de revoluciones emancipadoras, contra el despotismo,
política, social y reconstructiva; de igual manera existe la revolución total, la cual, no hay
registro tal en la historia de nuestro país.
Desde la etapa del inicio de la revolución por la independencia del país hasta la formulación
de la Constitución de 1917, se han expresado diversos documentos esenciales, ya sea en
forma de tratados, acuerdos, reformas y la creación de nuevas constituciones políticas.
Partiendo desde esta premisa, estas revoluciones las podemos sintetizar en tres etapas de
análisis.
La primera de ellas se constituye en el periodo de 1810-1855, es decir, durante el periodo
de la revolución por la independencia de México y los primeros años de vida independiente,
caracterizados por la inestabilidad política, económica y social. A pesar de ello, se
generaron importantes preceptos y documentos históricos que serían la base para la
formulación de posteriores leyes fundamentales como fue la de 1857 y 1917.
La mayor parte de los movimientos y/o documentos históricos generados fueron con base
en la línea de revolución contra el despotismo en el ejercicio de gobierno, una revolución
política expresado en cambios en la estructura de gobierno y la revolución social expresado
en movimientos de carácter armado, pero con un ámbito claro de reformas sociales en
determinados contextos históricos.
Algunas de las bases primordiales de dicha época de análisis fueron las emanadas de la
Constitución de Apatzingán, el primer documento que contiene una declaración de los
derechos del hombre y del ciudadano, y la Constitución de 1824 que no resolvió los
problemas inmediatos de la reciente nación independiente y que constituyó un escalafón
para las luchas políticas y militares, expresadas en la antítesis ideológica y programática
entre liberales y conservadores.
Estos últimos promulgaron las siete leyes constitucionales de 1836 que servirían de base
para la constitución de 1843. Derivado del descontento generalizado de la dictadura del
general Santa Anna, la perdida de la mitad del territorio nacional en la guerra mexico-
estadounidense y la fluctuación de las opciones políticas de gobierno, en 1853 vio nacer la
revolución de Ayutla, una búsqueda para retornar los principios liberales emanados desde
1824 y profundizados en las acciones del gobierno de Gómez Farías.
La segunda etapa de análisis corresponde en la formulación de la Constitución de 1857. En
dicha etapa, a partir de la convocatoria hecha en febrero de 1856, se encontraron en pugna
dos posturas ideológicas: la liberal y la conservadora. El resultado de dicha reforma
constitucional generó una ley fundamental moderada que, posteriormente, a la
promulgación de las Leyes de Reforma se consideró como un triunfo de los liberales.

2
René López De La Torre Maestría en Estudios Sociales, Línea de Procesos Políticos
2183800368 Ingeniería Institucional Mexicana
Dicha constitución establecía la estricta separación de poderes y, a su vez, delimitó
fuertemente la acción del ejecutivo. Se fortaleció el poder legislativo que fue unicameral
hasta 1873; además se incluyó el voto como medio para elegir al presidente, desaparece
la figura del vicepresidente y al poder judicial se le dotó de facultades de revisión
constitucional ante procedimientos de juicio de amparo.
Dichas reformas se acompañaron de las Leyes de Reforma que, de manera resumida,
expresan la separación entre el Estado y la iglesia, la libertad de cultos, un sistema civil de
registro, suspensión de privilegios y nacionalización de bienes del clero, así como la
secularización de servicios de hospitales, panteones, la beneficencia, entre varias medidas
que tuvieron efecto a partir del término de la guerra de los tres años y la intervención
francesa.
Para Córdova, el fracaso de dicha constitución fue que no sacaba conclusiones o que
dejaba en suspenso varios postulados fundamentales entorno a lo que, retomando a
Lasalle, eran los factores reales de poder. Esto se tradujo en que los ideales de una
sociedad de iguales, un Estado independiente de intereses particulares, libertad en
democracia y un Estado de derecho no se cumplieran.
La tercera y última etapa de análisis hace referencia al proceso de construcción de la
Constitución de 1917. Tras los gobiernos de Juárez y Díaz, persiste la discusión sobre los
factores que determinaron que dichos gobiernos se volvieran en dictaduras: unos proponen
que los controles emanados de la constitución de 1857 hacían imposible la labor del
gobierno y que la dictadura era la consecuencia natural de dicha organización
constitucional.
Tras el levantamiento de Madero con el plan de San Luis y el efímero gobierno democrático
que encabezó, se suscitaron tres años de luchas y pugnas entre los lideres revolucionarios.
En 1916, cuando se iniciaron las labores del constituyente en Querétaro, estaban
representados dos bandos: la “derechista” encabezada por Carranza y los “reformistas”
encabezados por Obregón.
Tras dichas discusiones, ningún bando objetó a la idea de una presidencia fuerte. La razón
sustancial de dicha medida fue que, tras los postulados de Rabasa y Molina Enríquez,
aunado a que la democracia no servía para atender las demandas revolucionarias (el
ejemplo fue el gobierno maderista), se consideró tener un modelo presidencialista fuerte
para que llevara a cabo, con eficacia, las reformas sociales.
Al dotarle de mayores facultades al ejecutivo y cuya redacción quedo expresa en la
constitución, los demás poderes quedaron bajo la hegemonía de este último. En sentido
estricto, se dejó a un lado el ideal democrático para avanzar en otras áreas que
representaban los problemas más urgentes a resolver en dicho tiempo y que, con el paso
del tiempo, Córdova postuló que dichos rasgos comprendían a entender el entramado del
presidencialismo mexicano y que era necesaria una plena democratización del país.
Cabe decir, por último, que la elaboración de nuestra ley fundamental tomo en cuenta las
circunstancias de dicho momento mas no consideró importante los riesgos del entramado
institución y político que, a la larga, tendrían dichos preceptos normativos: el exceso de
controles que llevo a la dictadura o la ausencia de estos que otorgaron al poder presidencial
facultades extraordinarias, minando los principios democráticos.

Vous aimerez peut-être aussi