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Actividad Nº 1
Lea los siguientes textos:
Texto 1
Tú olerás, en el fondo de tu dolor, ese incienso que no acaba de
disiparse y sabrás, detrás de tus ojos cerrados, que las ventanas han
sido cerradas también, que ya no respiras el aire fresco de la tarde: solo
el tufo del incienso, el rastro del sacerdote que pasará a darte la
absolución, un oficio extremo que tú no pedirás, que aceptarás, sin
embargo, para no gratificarlos con tu rebeldía de última hora: querrás
que todo suceda sin que tú le debas nada a nadie y querrás recordarte
en una vida que a nadie le deberá nada.
Fuentes, Carlos. (1962) 1993. La muerte de Artemio Cruz. Santiago de Chile: Fondo
de Cultura Económica, p.126.
Texto 2
De sus años de infancia en el seno de una familia normal y
conformista, Jacques conservó un recuerdo aterrador. Educado en un
clima de religiosidad asfixiante y de perpetuos conflictos domésticos,
no paraba también él de pelearse con su abuelo al que despreciaba y
del que hará públicamente un retrato de una violencia inaudita, un año
después de la muerte de su padre.
Roudinesco, Elisabeth. (1993) 2005. Lacan. Esbozo de una vida, historia de un
sistema de pensamiento. Buenos Aires: Fondo de Cultura Económica, p.26.
Texto 3
Esta contribución busca rendir homenaje a Jean-François Halté,
continuando el debate científico que se inició respecto a la oralidad y
su enseñanza, luego de la publicación de su obra La didáctica del
francés (1992). Al retomar las proposiciones de Halté (1993) referidas
a la oralidad –que él llama la “serpiente de mar”–, nos referiremos
principalmente al artículo “Integrar la oralidad: por una didáctica de la
actividad lingüística” (Halté, 2005) y discutiremos tres temas
desarrollados en sus textos:
-la oralidad como objeto de enseñanza: ¿puede enseñarse la
oralidad? Si es así, ¿qué oralidad enseñar? ¿Cómo hacer de lo oral
un objeto enseñable?
-la integración de las relaciones oralidad / escritura en la
enseñanza: ¿Cómo enfrentar la continuidad entre la oralidad y la
escritura?
-las dimensiones didácticas y pedagógicas ligadas a la enseñanza-
aprendizaje de la oralidad: ¿cómo articular la oralidad objeto a
enseñar con la oralidad como herramienta de aprendizaje de los
pedagogos?
Dolz, Joaquín y Roxana Gagnon. 2010. “El género textual, una herramienta didáctica
para desarrollar el lenguaje oral y escrito”, en Lenguaje, Volumen 38, Número 2,
Santiago de Cali, diciembre de 2010, pp.497-527.
Texto 4
MORFEO. Morfeo es uno de los mil hijos del Sueño (Hipno). Su
nombre (derivado de la palabra griega que significa “forma”) indica su
función: está encargado de adoptar la forma de seres humanos y
mostrarse a las personas dormidas, en sueños.
Grimal, Pierre. (1979) 2004. Diccionario de mitología griega y romana. Buenos
Aires: Paidós, p. 366.
Actividad Nº 2
Tomando en cuenta este manual, describa la imagen del enunciador y del enunciatario
que aquí se realiza.
1. Las nominalizaciones:
La revisión de la historia de la infancia sugiere que el niño tal como hoy se lo
conoce resulta una construcción reciente.
2. Las construcciones pasivas desagentivadas y las construcciones impersonales:
A partir del recorrido por los distintos autores, se pretende demostrar la hipótesis
presentada.
3. Los verbos activos con sujetos inanimados:
1
En la universidad, estos lectores serán los profesores de las diferentes materias.
Este trabajo tiene el propósito de realizar un análisis crítico de los desarrollos
teóricos elaborados por Saussure en torno al signo lingüístico.
4. Las formas verbales no personales –participios, infinitivos, gerundios–:
Los textos del autor analizado plantean diversas contradicciones.
5. Los giros impersonales con infinitivo:
Es posible afirmar que la globalización trae tantos beneficios como perjuicios
sociales.
Este procedimiento, relacionado con el punto 4, implica el uso del infinitivo
integrando una estructura sintáctica que permite evitar el uso de la primera persona:
cabe+infinitivo; es +adjetivo+infinitivo; hay que +infinitivo.
Actividad Nº 3
Lea atentamente el siguiente texto:
Actividad Nº 4
Lea el siguiente resumen de un artículo:
Actividad Nº 5
Lea el siguiente fragmento:
4. El registro formal
El enunciador de un texto académico debe emplear un registro formal acorde a la
situación de enunciación. El registro es definido como la variación de la lengua de
acuerdo al uso, al contexto de situación. En el caso de un texto académico, el lector
espera encontrar un registro que contenga un alto nivel de formalidad, propio de este
tipo de escrito. El registro formal se caracteriza por el uso de recursos lingüísticos
adecuados. En este sentido, se observa un léxico acorde con la situación de
comunicación; es decir, no se utiliza un registro coloquial, familiar o vulgar. Se trata de
eludir la polisemia, evitando términos que puedan resultar ambiguos. También se
recurre a estructuras sintácticas más complejas y a un empleo correcto de las normas
gramaticales y ortográficas. No se apela a un lenguaje emotivo, por lo que no se
incluyen signos de exclamación o puntos suspensivos. Los escritos se presentan bien
organizados, con una planificación previa. Son coherentes y cohesivos. En fin, en el
registro formal se observa un cuidado especial en el uso del lenguaje.
Actividad Nº 6
Lea los textos siguientes:
Texto 5
Sociedad carcelaria
Por Lucas
Cuando uno piensa en la palabra “cárcel” se le vienen a la mente
diferentes cosas y sensaciones, difíciles de explicar para muchos. La
verdad es que, hasta que uno no cruza los gigantescos muros de las
diferentes unidades carcelarias no sabe, con exactitud, de la respuesta a
esa palabra.
Hoy estoy visitando la Unidad Carcelaria Número 48, ubicada en José
León Suárez, Partido de Gral. San Martín, donde uno para ingresar
necesita cruzar por calles con barreras manejadas por personal del
servicio; luego debe someterse a diferentes requisas, aparentemente
bien custodiados hasta que por fin está dentro. Al recorrer el lugar uno
puede darse cuenta que todo lo imaginado era producto del
subconsciente.
El lugar está tranquilo y casi en silencio. Solo se pueden oír nuestros
pasos y algún tipo de música sonar muy lejana. Luego de recorrer un
rato largo el lugar, me doy cuenta de que esto, más que una cárcel, es
una “sociedad”, constituida por miles de personas, y que muchas de
ellas tratan de pasar el tiempo trabajando o estudiando.
Pero algo pasa en estas personas, que caminan sin destino fijo y quizás
por inercia. Veo en sus rostros sus miradas tristes, ansiosas y
desviadas, perdidas, como esperando algo, un algo que para muchos
llega pronto y para otros nunca llega ni llegará, y es Su Libertad, esa
libertad que por diferentes motivos perdieron alguna vez.
Al conversar con algunos de los internos, me doy cuenta que la
mayoría de ellos son conscientes de los delitos que cometieron y
buscan alguna forma poder corregir esos errores, aún sabiendo que su
libertad está a años de distancia.
Hablando desde el silencio, Publicación del Taller de Periodismo de la U.P.48 de
José León Suárez
Texto 6
La prisión es menos reciente de lo que se dice cuando se la hace nacer
con los nuevos Códigos. La forma-prisión preexiste a su utilización
sistemática en las leyes penales. Se ha constituido en el exterior del
aparato judicial, cuando se elaboraron, a través de todo el texto social,
los procedimientos para repartir a los individuos, fijarlos y distribuirlos
espacialmente, clasificarlos, obtener de ellos el máximo de tiempo y el
máximo de fuerzas, educar su cuerpo, codificar su comportamiento
continuo, mantenerlos en una visibilidad sin lagunas, formar en torno
de ellos todo un aparato de observación, de registro y de notaciones,
constituir sobre ellos un saber que se acumula y se centraliza. La
forma general de un equipo para volver a los individuos dóciles y
útiles, por un trabajo preciso sobre su cuerpo, ha diseñado la
institución-prisión, antes que la ley la definiera como la pena por
excelencia.
Foucault, Michel. (1975) 2004. Vigilar y castigar. Nacimiento de la prisión. Buenos
Aires: Siglo veintiuno.
1. ¿Cuál es el tema que abordan estos textos? Identifique los géneros a los que
pertenecen.
2. Caracterice el enunciador y el enunciatario de ambos escritos.
3. ¿Cuál de los dos textos emplea un registro más formal? ¿Por qué? Transcriba
ejemplos de cada uno.
4. Reformule el primer texto como si fuera la respuesta a la siguiente consigna de
un examen: ¿Cómo es la Unidad Penitenciaria Nº 48? Configure un enunciador
académico y emplee un registro formal.
5. La repetición de palabras
Actividad Nº 7
Lea el siguiente fragmento:
Actividad Nº 8
Revise atentamente las siguientes oraciones y corrija las faltas de concordancia2:
1. Incluso cuando no son numerosos el “detalle inútil” parece, así pues, inevitable:
todo relato contienen algunos.
2. Esta cuestión es la siguiente: todo, en el relato, es significante y cuando no,
cuando en el sintagma narrativo subsiste ciertas zonas insignificantes, ¿cuál
sería, en definitiva, si podemos permitir hablar en estos términos, la
significación de este insignificancia?
3. Sin embargo, la finalidad estética de la descripción flaubertiana está
completamente mezclado con imperativos “realistas”, como si la exactitud del
referente, superior o indiferente a cualquier otra función, ordenara y justificara
por sí solo, aparentemente, el hecho de describirlo, o –en el caso de las
descripciones reducida a una palabra– el hecho de denotarla: las exigencias
estéticas están entonces penetradas.
2
Estas oraciones fueron extraídas y adaptadas de Barthes, Roland. (1984) 1987. El susurro del lenguaje.
Más allá de la palabra y la escritura. Barcelona: Paidós.
4. La historia es, de hecho, el modelo de esos relatos que admite el relleno de los
intersticios entre sus funciones por medio de anotaciones estructuralmente
superfluos, y es lógico que el realismo literario haya sido, con pocos decenios de
diferencia, contemporánea del imperio de la historia “objetiva”, a lo que habría
que añadir el desarrollo actual de las técnicas, las obras y la institución basada
sobre la necesidad incesante de autentificar lo “real”.
5. La verdad de esta ilusión es esta: eliminada de la enunciación realista a título de
significado de denotación, lo “real” retorna a título de significado de
connotación; pues en el mismo momento en que esos detalles se suponen que
denota directamente lo real, no hace otra cosa que significarla, sin decirlo; el
barómetro de Flaubert, la puertecilla de Michelet, en el fondo, no dice más que
esto: nosotros somos lo real; entonces lo que se está significando es la categoría
de lo “real” (y no sus contenidos contingente); dicho de otra manera, la misma
carencia de significado en provecho del simple referente se convierten en el
significante mismo del realismo: se produce un efecto de realidad, base de esa
verosimilitud inconfesado que forma la estética de todas las obras más común de
la modernidad.
6. Cuando Flaubert, al describir la sala en que está Mme. Aubain, la señora de
Félicité, nos dicen que “un viejo piano soportaba, bajo un barómetro, un montón
piramidal de cajas y cartones”, cuando Michelet, al relatar la muerte de Corday y
contar que, antes de la llegada del verdugo, recibieron en la prisión la visita de
un pintor para que hiciera su retrato, llega a precisar que “al cabo de una hora y
media, alguien llamó suavemente a una puertecilla que estaba tras ellas” ambos
autores (entre muchas otras) están anotando observaciones que el análisis
estructural, ocupada en separar y sistematizar las grandes articulación del relato,
por lo general, y al menos hasta hoy en día, deja a un lado, bien porque elimina
del inventario todos los detalles “superfluos” (en relación con la estructura), bien
porque tratan estos mismos detalles (el propio autor de estas líneas así lo ha
intentado también) como “rellenos” (catálisis), provisto de un valor funcional
indirecto, en la medida en que, al sumarse, constituye algún indicio de carácter o
de atmósfera y, de esta manera, puede ser finalmente recuperadas por la
estructura.
Lectura optativa
La concordancia nominal