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CONTENIDO
¿EXISTE CONFESION SINCERA EN CASO DE FLAGRANCIA?.......................................1

Resumen:.................................................................................................................................1

PALABRAS CLAVES:...........................................................................................................2

Planteamiento del problema....................................................................................................2

¿EXISTE CONFESION SINCERA EN CASO DE FLAGRANCIA?


Resumen: En el presente trabajo, se analizan las instituciones: la flagrancia y la confesión
sincera, estas instituciones dentro del proceso penal se encuentran relacionadas ya que dentro del
proceso inmediato, caracterizado por su celeridad y eficacia , aportan un gran valor probatorio.
La confesión sincera regulada en el art. 161 premia con un tercio de reducción de la pena a
aquella persona que oportunamente brinda información útil y corroborable del evento delictivo,
porque, permite a las autoridades encargadas de la persecución penal, recabar los suficientes
elementos de convicción, para lograr el esclarecimiento de los hechos, y por ende, concluir la
investigación, en bien, del sistema judicial, de la víctima, del imputado y de la sociedad en su
conjunto.
La cláusula de exclusión del art. 161 CPP rechaza la aplicabilidad del beneficio en los casos
de flagrancia, en atención a los elementos probatorios incorporados en el proceso, porque,
resultaría inútil la confesión realizada por el imputado que ha sido intervenido en flagrancia.
Dicha afirmación es razonable en los supuestos de flagrancia clásica, sin embargo, nuestro
código procesal, también regula a la flagrancia presunta, como supuesto de detención, dentro del
cual los presupuestos de inmediatez que sustentan a la detención son tan tenues que, si bien
pueden justificar la detención policial son insuficientes para iniciar un proceso inmediato;
entonces, en dicho escenario, sí que la confesión del detenido es útil, porque, en el supuesto de
detención en flagrancia presunta no se contienen todos los elementos necesarios para iniciar un
proceso inmediato, el presente trabajo aclarara algunas dudas respecto del tema.
PALABRAS CLAVES: Confesión sincera, flagrancia, derechos fundamentales, beneficio
penitenciarios, arrepentimiento, inmediatez.
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Planteamiento del problema.


En la actualidad no existe un tratamiento uniforme en la aplicación de la confesión sincera.
Así, mientras los artículos 160 y 161 del Código Procesal Penal establecen que la confesión
sincera origina la disminución de la pena hasta una tercera parte por debajo del mínimo legal,
sendos precedentes vinculantes como ejecutorias supremas establecen las condiciones para estar
frente a una confesión sincera, esto es, que el juzgador valore que la declaración del imputado
sea veraz, coherente, uniforme y espontánea.
Dentro del nuevo Proceso Penal, la celeridad se manifiesta con el Proceso inmediato, siendo
la finalidad de este alcanzar la verdad de los hechos acontecidos y atribuirle al autor o a la
víctima, la responsabilidad y justicia, respectivamente, que le corresponda. Para lograr este fin
es necesaria la prueba, que en muchos casos es proporcionada por el propio autor del hecho
delictivo, en cuyo caso a fin de alcanzar un estímulo en este, la ley otorga beneficios a cambio de
su colaboración, dentro de lo que se conoce como negociación penal. Surge entonces la siguiente
incógnita: ¿El detenido en flagrancia puede ser beneficiado con la reducción de la pena por
confesión sincera?
Con el fin de encontrar una respuesta solida a esta interrogante, frente a la posición
jurisdiccional, es menester establecer la valoración de la confesión sincera, así como establecer
los efectos o consecuencias que la misma genere en los supuestos de flagrancia, tomando en
cuenta el marco normativo existente.
En dicho sentido, si bien, el art. 259 CPP, en sus numerales 1 y 2, regulan la flagrancia clásica
y la cuasi flagrancia, que son los supuestos de flagrancia que no acarrean complejidad ni
controversia; sin embargo, el artículo 259, en sus numerales 3 y 4, contiene otros supuestos de
flagrancia, que no coinciden con el concepto tradicional, pues, la nota sustantiva de inmediatez
personal y temporal, se alcanza con criterios valorativos; en dicho sentido, se otorga legitimidad
constitucional a las detenciones dentro de los veinticuatro horas de ocurrido el delito y sin que el
detenido esté “con las manos en la masa” o acabe de cometerlo, sino que, por el contrario, como
lo establece el numeral 3, se regula la flagrancia por identificación inmediata, humana o virtual,
en dicho sentido “Existe flagrancia cuando: (…) 3. El agente ha huido y ha sido identificado
durante o inmediatamente después de la perpetración del hecho punible, sea por el agraviado o
por otra persona que haya presenciado el hecho, o por medio audiovisual, dispositivos o
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equipos con cuya tecnología se haya registrado su imagen, y es encontrado dentro de las
veinticuatro (24) horas de producido el hecho punible”.
De mayor controversia, es la regulación de la flagrancia presunta, que sólo se basa en
indicios, esto es, “Existe flagrancia cuando: (…) 4. El agente es encontrado dentro de las
veinticuatro (24) horas después de la perpetración del delito con efectos o instrumentos
procedentes de aquel o que hubieren sido empleados para cometerlo o con señales en sí mismo o
en su vestido que indiquen su probable autoría o participación en el hecho delictuoso”
En consecuencia, el grado de evidencia delictiva en la flagrancia presunta es demasiado tenue.
Por lo que, el artículo 161 al prohibir el beneficio de confesión sincera para los supuestos de
flagrancia se refiere a aquellos supuestos de flagrancia que por tener un alto grado de evidencia
delictiva podrían ser suficientes para lograr una teoría acabada del delito y del responsable; sin
embargo, la flagrancia presunta, no cumple con la suficiencia probatoria, por lo que, tenemos que
evaluar, si en flagrancia presunta, sería posible aplicar el beneficio de confesión sincera para
aquellos imputados que con su declaración brinden medios probatorios útiles y relevantes al
caso, que de otra manera serían muy difíciles o imposibles de obtener.
Con dicho propósito, se acude a la interpretación del derecho procesal penal conforme a la
Constitución, en dicho sentido el numeral 3 y 4 del art. VII del Título Preliminar del CPP,
establece que“(...) 3.La Ley que coacte la libertad o el ejercicio de los derechos procesales de
las personas, así como la que limite un poder conferido a las partes o establezca sanciones
procesales, será interpretada restrictivamente. La interpretación extensiva y la analogía quedan
prohibidas mientras no favorezcan la libertad del imputado o el ejercicio de sus derechos. 4. En
caso de duda insalvable sobre la Ley aplicable debe estarse a lo más favorable al reo”.
Aplicando la interpretación teológica, que se centra en la finalidad, es decir, en el
reconocimiento jurídico del derecho premial por confesión sincera. Entendemos que, la finalidad
del artículo 161 del código procesal es, premiar, con la disminución de la pena hasta en una
tercera parte por debajo del mínimo legal, al imputado que, mediante su confesión brinda
información valiosa para la investigación, y sobre todo, para alcanzar la verdad. Dicha
información, es relevante en la flagrancia presunta, porque, en dicho supuesto, la policía ha
detenido a una persona sólo con indicios, más no, “con las manos en la masa o acabado de
cometer el delito” ni se presenta la inmediatez personal o temporal.
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Por otro lado, dentro de una interpretación sistemática, entre el art. 160, numeral 1, que
establece que la confesión debe estar corroborada por otros elementos de convicción, para ser tal,
y entre, el art. 161 y 259, que permiten concluir que, la inaplicación del beneficio de la confesión
sincera se circunscribe sólo a aquella flagrancia, donde el agente es descubierto en plena
realización del delito, “con las manos en la masa”, o apenas realizado, cuasiflagrancia, e incluso,
habiendo sido identificado por personas o máquina, donde se presenta la“(...) irrelevancia de la
admisión de los cargos en atención a los elementos probatorios incorporados en el proceso”. De
dichos artículos, es posible concluir que, en la flagrancia presunta, la confesión que coadyuve al
logró de la verdad de los hechos será premiada.
Desarrollo
Proceso inmediato y acusación directa
El proceso inmediato del nuevo código procesal penal requiere para poder instarse el contar
con los elementos que aboguen por la realidad del delito, en el sentido que el fiscal debe contar
con un caso que tenga: Suficiencia probatoria, flagrancia y confesión del imputado.
La flagrancia :
El delito flagrante en términos generales, es el que se está cometiendo actualmente, y que no
vamos más allá de la sorpresa en el acto mismo de cometerse el delito o de tentarlo, y lo
inmediatamente posterior ligado en forma directa a su ejecución, mientras los autores no se
hayan apartado del lugar1.
En el ordenamiento jurídico procesal peruano la flagrancia existe en los siguientes supuestos:
 El agente es descubierto en la realización del delito del hecho punible.
 El agente acaba de cometer el hecho punible y es descubierto.
 El agente ha huido y ha sido identificado durante o inmediatamente después de la
perpetración del hecho punible, sea por el agraviado o por otra persona que haya
presenciado el hecho, o por medio audiovisual, dispositivos o equipos con cuya
tecnología se haya registrado su imagen, y es encontrado dentro de las 24 horas de
producido el hecho punible.
 El agente es encontrado dentro de las 24 horas después de la perpetración del delito
con efectos o instrumentos procedentes de aquel o que hubieren sido empleados para
cometerlo con señales en sí mismo o en sus vestidos que indiquen su probable autoría
o participación en el hecho delictuoso.

1
CAROCCA PÉREZ, Alex. El nuevo sistema procesal penal. Lexis nexos. Santiago de Chile, 2004, pág. 163
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Respecto de la confesión, en doctrina extranjera, “la confesión es la declaración del acusado


(en sentido genérico), por la cual narra o reconoce ser el autor de unos hechos que la ley penal
describe como delito”2. Por otro lado Parra señala que “la confesión es el reconocimiento del
imputado, formulado libre y voluntariamente ante la autoridad judicial, acerca de su
participación en el hecho en que se funda la pretensión represiva deducida en su contra”3.
En la doctrina nacional, “ la confesión en el procedimiento penal es un acto procesal que
consiste en la declaración necesariamente personal, libre, consciente, sincera, verosímil y
circunstanciada que hace el procesado, ya sea durante a investigación o en el juzgamiento,
aceptando total o parcialmente su real autoría o participación en la perpetración del delito que se
le imputa”4 . Para San Martín Castro: “la confesión es la declaración que en contra de si hace el
imputado, reconociéndose culpable del delito y demás circunstancias. En rigor, la
confesión importa la admisión del imputado de haber cometido una conducta penalmente típica,
aún cuando contenga alegaciones encaminadas a atenuar o excluir la pena”5.

El contenido de la confesión es la admisión del imputado de los cargos o imputación formulada


en su contra (art. 160.1º del CPP). La confesión del imputado se encuentra exclusivamente
referida a los hechos y sus circunstancias, descartándose aspectos jurídicos de reconocimiento
de criminalidad, tipicidad, culpabilidad, responsabilidad o grado de participación, así como
tampoco aspectos subjetivos como juicios de valor. No basta el mero reconocimiento de
responsabilidad en términos generales o imprecisos, sino el
relato expreso y pormenorizado de cómo se desarrollaron los hechos objeto de imputación, como
expresión del animus confitendi. No basta decir “yo he matado a una persona”, sino que valdrá
como confesión cuando contenga la descripción detallada de las circunstancias del homicidio y
su ubicación espacio temporal, con especial referencia a las diferentes etapas del iter criminis,
desde la ideación del plan criminal, los primeros actos preparatorios y finalmente la consumación
del delito, los móviles, la ubicación de los objetos, instrumentos o huellas del delito; de ser el

2
PARRA QUIJANO, Jairo. Manual de Derecho Probatorio. Tercera edición. Bogotá. Ediciones Librería del
Profesional. 1992, p. 180.
3
CAFFERATA NORES, José. La prueba en el proceso penal. De Palma, Buenos Aires, 1998, pág. 161
4
MIXAN MASS, Florencio. La Prueba en el Procedimiento Penal. Lima. Ediciones Jurídicas. 1999, p. 59.
5
SAN MARTIN CASTRO, César. Derecho Procesal Penal. Tomo II. Segunda edición. Lima. Grijley. 2003,
p. 840.
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caso la identificación y participación de otros sujetos, entre otros datos útiles para la
reconstrucción del evento delictivo

Esta institución tiene como características que se da a partir de la declaración personal y oral del
imputado, es libre y consciente, debe de ser sincera, aportando un relato verosímil, razonable, no
contrario a la ley natural, hecho notorio o leyes lógicas, además debe de ser emitida en forma
circunstanciada, detallada que acepte simple o calificadamente su imputación, pues no existe
confesión parcial. Las condiciones de validez de la confesión son la libertad y normalidad
psíquica del declarante, la corroboración por otros medios probatorios y quien reciba la
confesión sea autoridad competente de las formalidades pertinentes y legalidad de su actuación.

Elementos definitorios de la confesión sincera.


En relación a nuestro procedimiento anterior, en el Código Procesal Penal se ha avanzado mucho
sobre el tema, pues su artículo 160 es más completo: “La confesión, para ser tal, debe consistir
en la admisión por el imputado de los cargos o imputación formulada en su contra. Sólo tendrá
valor probatorio cuando: a) Esté debidamente corroborada por otro u otros elementos de
convicción, b) Sea prestada libremente y en estado normal de de las facultades psíquicas, c) Sea
prestada ante el Juez o el Fiscal en presencia de su abogado, d) Sea sincera y espontánea.”
En el artículo 161 del mismo CPP se lee: “El juez puede disminuir prudencialmente la pena
hasta en una tercera parte por debajo del mínimo legal. Empero, este beneficio es inaplicable en
los casos de flagrancia, de irrelevancia de la admisión de los cargos en atención a los elementos
probatorios incorporados en el proceso y cuando el agente tenga la condición de reincidente o
habitual.”
En la doctrina6 se sostiene que los elementos de la confesión sincera, lo que implica un
acercamiento con lo desarrollado últimamente por la jurisprudencia, deben ser:

a) La espontaneidad de la confesión sincera:


Por “espontaneo” debe entenderse como aquello “ voluntario o de propio impuso”. La
exigencia de espontaneidad de la confesión sincera se relación con una de las condiciones
consustanciales .La libertad de voluntad del declarante. La libre voluntad del declarante en
6
Cfr. a Reyna Alfaro, Luis Miguel. La confesión del imputado en el proceso penal. 1ª. Edición, Jurista Editores,
Lima, enero de 2006, pp. 52 y ss.
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la confesión,. Implica la imposibilidad de obtener la declaración mediante coacción,


sugestión o mediante engaño, lo que supondrá una vulneración del derecho a no
autoincriminarse y por tanto su nulidad.

b) La uniformidad de la confesión sincera :


La uniformidad, se entiende según su sentido literal posible, como la relación de
semejanza, igualdad o conformidad entre dos cosas.
Esto implica que la versión confesional que proporciona el procesado, si se ha fraccionado
en varias declaraciones- debe ser, en términos generales, coincidente una con otra,
estableciéndose una relación de semejanza ente la diversas declaraciones confesionales del
procesado.
La versión del imputado, para ser calificada de uniforme, debe tener en ella vasos
comunicantes de complemento, al punto que mantienen coincidencia en sus aspectos
elementales .Ahora, esto no implica que sea in dispensable que la confesión se produzca
desde la primera de las declaraciones del imputado pues ello limitaría exageradamente los
ámbitos aplicativos del beneficio. La uniformidad de la confesión sincera debe analizarse
desde el momento en que el imputado debe confesar los hechos.
En ese sentido es erróneo rechazar la concesión del beneficio procesal de confesión
sincera – por falta de uniformidad- por haberse producido luego de las primeras
declaraciones del imputado. Esta comprensión de uniformidad supondrá una contradicción
con la línea jurisprudencial que descarta la existencia de límites temporales para la
confesión.
c) La veracidad y coherencia de la confesión sincera.
La veracidad es un atributo relacionado a la utilización de la verdad en la confesión. Por
otra parte, la coherencia supone la relación de conexión con otras cosas. La conexión entre
ambos atributos de la confesión es evidente: La veracidad de una declaración puede
deducirse de su coherencia.
La coherencia en la declaración del imputado puede ser extraída del análisis de sus
distintas declaraciones, de donde s pueda desprender si los diversos aspectos respecto de
los cuales ha declarado guardan conexión entre sí y si además guardan coincidencia con
las declaraciones de otros procesados o testigos. La veracidad de la confesión del
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imputado, por su parte puede ser extraída de su confrontación con otros medios de prueba
que abonan a favor de ella.
La exigencia jurisprudencia de coherencia en la confesión sincera como bien señala
PRADO SALDARRIAGA , es correcta, pues se enlaza directamente con la naturaleza del
beneficio procesal de la confesión sincera. No obstante, esta coherencia es exigible
únicamente en relación a la confesión vertida en el juicio.

d) La utilidad de la confesión sincera.


Una declaración judicial es útil cuando genera provecho, comodidad, esto es, cuando
puede servir o ser aprovechado en alguna forma por el sistema de administración de
justicia penal. Si la confesión del imputado no es útil para los fines del proceso, entonces
no será merecedora del beneficio procesal de reducción de la pena concreta. En este
contexto, comprende como confesión útil por la Jurisprudencia del Tribunal Supremo
aquella que permite el esclarecimiento de los hechos, estableciendo responsabilidad del
imputado, la identidad de terceros involucrados en el hecho punible.
La utilidad de la confesión del imputado puede ser graduada, lo que refleja necesariamente
en sede de determinación judicial de la pena. Cuando más útil sea la confesión del
imputado para los fines del proceso mayor será la reducción de la pena.

La confesión sincera y la flagrancia.

Es evidente que si la confesión debe contribuir al esclarecimiento de los hechos, pues es


irrelevante si quien es detenido en plena flagrancia asume o no la imputación que se pueda hacer
en su contra. La evidencia de su responsabilidad no cabe mayor discusión, por lo que en este
caso sería improcedente, bajo ningún concepto, pretenderse acogerse a los beneficios de la
confesión sincera.

Ante esta circunstancia, la confesión sincera en los casos de flagrancia delictiva no genera
ningún efecto favorable al sistema de administración de justicia penal y, por ello, no puede verse
favorecida con un beneficio que tiene sustento esencialmente en la economía procesal.
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Al respecto, el Supremo Tribunal sostiene en la ejecutoria suprema del 01 de diciembre de


2003, que: “esta suprema instancia ya ha establecido que puede calificarse como confesión
sincera la admisión de hechos motivados por las circunstancias, o sea, cuando los encausados
han sido descubiertos y perseguidos luego de sustraer los bienes que se les incautaron con
motivo de su detención, por lo que no tenían otra alternativa que admitir los hechos o cuando los
inculpados han sido detenidos en flagrancia, el reconocimiento de su conducta tampoco
constituye supuesto de confesión sincera.”

CONCLUSIONES

1. De lo expuesto anteriormente, consideramos que la confesión sincera es una institución


que aún no ha sido debidamente estudiada ni desarrollada en toda su complejidad.
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2. Existe una diversidad de opiniones –tanto a nivel de la Magistratura como en los


Letrados, quienes finalmente inciden en la postura que adoptarán sus patrocinados- que
dificultan, precisamente la aplicación y valoración objetiva de la confesión sincera al
momento de dictar sentencia.

3. La declaración del imputado es más un medio de defensa que un medio de prueba; sin
embargo, éste libremente puede brindar información útil para la investigación, la cual si
es confirmada en
4. su verosimilitud cierra la investigación, porque, se logra plenamente alcanzar la verdad
de los hechos acontecidos, y se convierte en una confesión sincera.

5. El premio de la confesión sincera pueda otorgársele para al detenido en flagrancia


presunta cuando durante el plazo que dura la detención, que actualmente es de cuarenta y
ocho horas, brinda información útil y corroborable, información con las que no cuentan
las autoridades, y sin la cual, no sería posible arribar a un proceso inmediato, conclusión,
a la que puede arribarse dentro de una interpretación del art. 161 conforme a
Constitución, extensiva por ser en favor del detenido, sistemática por ser coherente con la
regulación de la confesión, y teleológica, por cumplir con la finalidad del derecho
premial.

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