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Relaciones Poderosas

Antecedentes

Con el paso del tiempo la forma en la que el mundo se va relacionando entre


si va cambiando, ya sea por cambios en la cultura o la influencia que ha
tenido sobre el ser humano el avance tecnológico de hoy en día.

Es por eso que este libro nos permite tener un mejor control sobre nuestro
cuerpo y de esa manera poder relacionarnos mejor tanto con nosotros como
con el resto de individuos ya que el individuo ha sido criado y se han formado
siempre en un ambiente rodeado de más personas, por lo que no somos
seres aislados, sino que existe esa especie de necesidad por relacionarnos
con otras personas.

Desarrollo

“Creemos que vidas poderosas constituyen relaciones poderosas y que


relaciones poderosas generan equipos poderosos, y que equipos poderosos
son el fundamento de organizaciones y comunidades que pueden cambiar el
mundo”.

Las personas entienden que la capacidad de hacerse responsables de sí


mismos y de tener la capacidad de relacionarse con otros es lo que hace que
una persona crea tener una vida poderosa, el poder es un sinónimo de
grandeza y es algo que todos buscan, es por eso que el don de relacionarse
de manera asertiva con el resto de individuos es algo que pocos poseen, pero
que muchos anhelan.

El ser humano con el pasar del tiempo y dependiendo de la forma en la que


haya crecido, va a tener una manera distinta de relación con otros, pero eso
es lo que los hace únicos. La forma en la que nos proyectamos con el resto
es el resultado de una serie de anécdotas pasadas que han ido moldeando
nuestro carácter. Los humanos somos también seres de repetición, ya que se
nos ha criado de tal forma que aunque no quieran algunos aceptarlos, somos
rutinarios en el sentido de hacer lo mismo de acuerdo a la mentalidad con la
que hemos ido creciendo, pero la adaptabilidad es una ventaja que tenemos,
tal vez somos personas de hábitos muy marcados ya sea con la crianza o
heredada de nuestros antepasados.

Poder salir del estado de confort es algo difícil, pero eso va a permitirnos
poder relacionarnos de mejor manera con el resto de persona, ya que
obviamente no todos estamos acostumbrados a realizar las mismas
actividades, y el aprender de los demás y tomar sus buenos hábitos nos va a
ayudar a tener relaciones más poderosas.

Es muy importante entender que tanto en nuestra vida personal como en


nuestro trabajo tenemos espacios invisibles. La invisibilidad, no de forma
literal, es algo que marca mucho la calidad de nuestras relaciones. Podría
esto ser tomado como falta de atención, que resulta ser muy cotidiano en
nuestro vivir, pero que es algo con lo que tenemos que lidiar, a veces
podremos ser figura y en otros fondos y hay que ser muy conscientes de ello.

Para tomar conciencia de cómo nos relacionamos hay que tener presente las
palabras que decimos, las acciones, la emoción y el sentido; ser conscientes
de cómo explicamos lo que nos pasa, qué hacemos o no hacemos, qué
estado emocional acompaña y qué sentido tiene para nosotros lo que
estamos viviendo.
Explican: “El sentido tiene que ver con el fin que perseguimos y con la
trascendencia de lo que hacemos. Es un norte que surge de lo que quiero y
no quiero más para mi vida, de todo aquello que quiero hacer y de lo que no
quiero repetir, es ese lugar donde quiero llegar y que me produciría una
sensación de plenitud de mi propia presencia y existencia”.
Examinar el sentido que le damos a las cosas desde lo que sentimos nos
permite reorganizar nuestra experiencia y deshacernos de muchos objetivos
intermedios absurdos que nos hacen sufrir a nosotros y a los que nos rodean.
Ésta es una de las ideas centrales y que más nos ha cautivado del libro.
Esto, y dejar claro que el vínculo fundamental de la trama relacional en que
vivimos es la relación que tenemos con nosotros mismos. La buena relación
con uno mismo. “Partiendo de que solo se puede cuidar aquello que se
conoce, la clave de una buena relación con uno mismo es la consciencia de
cómo nos narramos en la actualidad, cuáles son nuestras emociones
predominantes y cómo llegaron a gobernar nuestra vida”.
Y añaden que una manera de abordar el fortalecimiento de la relación con
uno mismo es crear un verdadero sentido de urgencia en cuanto a que el
momento de vivir plenamente es ahora, y no mañana. Párrafo que
subrayamos, junto a: “Si piensas en lo pequeña, breve e inestable que es tu
existencia en millones de años luz estrellas, lo único posible es valorar la
maravillosa sensación de estar aquí y ahora”…. “La persona que tiene
consciencia de la brevedad e irrelevancia, y que además está en paz con
esto, puede mirar a otros desde la paz, desde la aceptación de sus
características, desde la curiosidad de comprender cómo es que el otro llegó
a ser así”.
El libro dedica un espacio muy destacado a las relaciones de trabajo. Nos
paramos especialmente en el apartado que aconseja “operar desde una
nueva comprensión de lo que significa trabajar; entender el trabajo como la
construcción sistemática de satisfacción en una red de personas que yo
valoro laboralmente y con las cuales quiero vivir y relacionarme”. Construir
una identidad laboral poderosa pasa por centrarse en ir más allá de hacer
bien el trabajo y en cuidar la experiencia que las otras personas tienen
cuando trabajan con nosotros.
No somos buenos trabajadores solo porque cumplimos nuestra tarea, sino
que, además, siempre hay un fondo ético compartido que consolida las
relaciones.
Antes, tendremos que haber definido nuestro objetivo profesional más
prioritario. Saber que está en nuestras manos hacer la vida laboral que
soñamos, si antes hemos asumido esta responsabilidad y generamos
acciones relacionales que cambien nuestro espacio de oportunidades.
Las relaciones poderosas las podemos ir articulando desde tres ejes

1. Reconocer y reconocernos por nuestra capacidad de hacer y construir.


2. Reconocer nuestra parte vulnerable.
3. Aceptar la presencia de la fortaleza y la vulnerabilidad en cada acto de
relación.
Hay que convivir con las dos partes, la fortaleza y la vulnerabilidad, y desde la
aceptación de los dos polos establecer con los otros relaciones poderosas
desde la complementariedad, la gratitud y el convencimiento de que juntos
podemos crear.
La vulnerabilidad nos permite avanzar y mejorar, aceptar nuestra
vulnerabilidad e imperfección es el paso necesario para librarnos del “sé
perfecto” y quedarnos en el “sé y haz” y mejorar en lo que queramos para
estar con el otro desde nuestro poder y compartirlo.
Evocar en qué momentos uno se ha sentido satisfecho es un acto de
reafirmación que uno puede ser uno mismo y que puede construir lo que
desea y lo puede hacer con otros. Para construir relaciones poderosas hay
que hacerlo desde las capacidades que nos dan seguridad y nos confirman
que somos seres libres y que tenemos el derecho de disfrutar y de sentirnos y
hacer felices a los otros.

Repetir las condiciones que hicieron que ocurriese ese momento pleno es el
objetivo y el propósito es compartirlo con nuestras Personas de Valor.
Convivimos en redes de relación, familia, amigos, trabajo y en ellas
compartimos con personas en quién confiamos, con las que sentimos una
cercanía confortable, que nos reafirman en lo que destacamos y en lo que
podemos mejorar, que su presencia nos hace creíbles y nosotros les damos
el poder de la credibilidad.

Visualizar nuestra red de personas de valor, comunicarles lo importante que


son para nosotros e incorporarlos como maestros amigos que nos indican
cómo ir ajustando nuestra manera de relacionarnos con las situaciones y
personas es un aprendizaje necesario para poder mantener relaciones
saludables y poderosas.

Debemos actuar desde nuestras fortalezas, sacarle provecho a lo que


hacemos bien y exportarlo al máximo. Disfrutar en la relación y para ello
utilizar todos los aprendizajes de nuestras experiencias vitales positivas
Actuar desde nuestras fortalezas, desde lo que hacemos bien y se nos
considera que poder manejar de manera correcta nuestras emociones. La
historia de las relaciones con otras personas genera una historia personal,
una versión única y viva que exige coherencia y continuidad. El ser humano
necesita narrar su yo en la historia determinar y buscar, por medio de sus
emocionar cotidiano, cuidar la coherencia y la continuidad de su relato y su
búsqueda. Indagar en ello nos llevará de nuevo hacia la construcción del
sentido

Conversar y pensar con los que nos rodean en nuestras redes particulares y
profesionales de forma transparente, contrastando continuamente lo que
uno espera del otro para así ir ajustando las expectativas mutuas y estar
siempre en un equilibrio en el dar y recibir, en el escuchar; en definitiva, en
ser reconocido.

Conclusión

Las personas debemos aprender a relacionarnos de mejor forma, no sólo


para mejorar y estar mejor con uno y el resto de personas, sino que esto
podría llegar a influenciar en la manera de actuar del mundo actual, tener
relaciones poderosas, nos dan la capacidad de poder influir en el resto y
tomar provecho de esto para fines bondadosos sería lo idóneo.

Tener relaciones poderosas podría ser el punto de quiebre entre el hoy y el


mañana, el futuro del mundo depende de la palabra ya que el poder algunos
para persuadir en otros es aquello que puede mejorar o empeorar nuestro
futuro. Para construir relaciones poderosas hay que hacerlo desde el poder
personal, desde las capacidades que nos dan seguridad y nos confirman que
somos seres libres y con el derecho de disfrutar y hacer felices a los otros

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