Vous êtes sur la page 1sur 12

Discriminación Escolar

Introducción:
La discriminación refiere a una valoración prejuiciosa de alguien por alguna condición de su
persona, habitualmente asociada a las características que tiene por su ascendencia familiar
en diversas cuestiones (religión, condición socioeconómica, nacionalidad).
La discriminación, de todos modos, puede motivarse por diferencias relacionadas con los
genes y con la apariencia del cuerpo de una persona, o hasta incluso de acuerdo al sexo de
la persona, o bien a la elección sexual que desarrolló.
En muchas ocasiones se considera que la discriminación es un acto que ocurre entre
desconocidos, y se restringe a la calle o a la esfera pública. La realidad, sin embargo, indica
que son muchas las ocasiones en las que en el seno de un núcleo íntimo se producen
escenas de discriminación, muchas veces comenzando por la misma familia.
La escuela, como institución formativa y propensa a la convivencia de diferentes personas,
no está exenta de esto. Por el contrario, el desarrollo escolar es el primero donde una
persona se pone en contacto con algunas que no constituyen su familia, sino que son
‘extraños’. En este sentido es que la escuela actúa como la primera institución en la que uno
se encuentra con personas de las que desconoce, y naturalmente será determinante la
cuestión de los prejuicios realizados.
No son pocos quienes afirman que los niños son especialmente crueles o malos en algunas
de sus actitudes. En realidad, es preferible decir que no han construido el marco para
dimensionar la implicancia de la burla o el mal trato que le puede realizar al otro, no han
aceitado el mecanismo de imaginarse en el lugar del otro. Los malos tratos, las peleas y los
berrinches de los niños al interactuar entre ellos son habituales desde los primeros
momentos de la infancia, y no todos esos tratos deben ser comparados e igualados con la
discriminación.
Es en el momento que los niños son capaces de comprender las diferencias que entre ellos
existen que aparece la discriminación escolar.
La discriminación escolar:
Esta actitud está incorporada en la sociedad y es institucionalizada por los sistemas de
enseñanza, que busca una homogeneidad escolar, desconociendo la diversidad. Las
motivaciones pueden ser de diversa índole, pero siempre están ligadas con la intolerancia
por las diferencias.
Con el correr de los años, se hace habitual que entre los niños la discriminación aparezca
como una primera reacción a esas diferencias: los niños que pertenecen a los grupos
mayoritarios corren con la mejor suerte y nunca serán motivo de burla, al tiempo que
siempre que quieran podrán incluirse en el grupo de los que burlan.
La escuela, atenta a la probabilidad tan alta de que se produzcan fenómenos de este tipo,
debe realizar acciones preventivas. Existen, además, docentes y hasta escuelas que sin darse
cuenta, reproducen el fenómeno de la discriminación hacia los pertenecientes a ciertas
minorías, que luego se inserta en los niños y es muy difícil quitarlo, produciendo un dolor y
una angustia muy fuerte en el discriminado, que a veces no cuenta con otra opción que
cambiarse de escuela.
La escuela reproduce la sociedad, pero como formadora de valores, debe trabajar
profundamente sobre estos temas, primero mostrando lo diferente no como mejor ni como
peor, sino muchas veces como complementario, y en todos los casos enseñar el respeto por
el otro. Es muy común en las escuelas argentinas la discriminación hacia alumnos
extranjeros (xenofobia). En este sentido da muy buenos resultados aprender sobre las
costumbres de estos pueblos, las razones que los impulsa a abandonar su país, los rasgos en
común que se poseen y los diferentes, para aprender de ellos, compartiendo experiencias
en armonía y solidaridad.

Ejemplos de Discriminación Escolar


La siguiente lista incluye algunos ejemplos de episodios considerados discriminación escolar:

 Burlas a los alumnos que tienen características físicas relevantes.


 Desprecio a los niños que tienen alguna clase de discapacidad.
 Abusos de los niños mayores a los menores.
 Burlas a los niños tímidos.
 Rechazo a los alumnos que tienen una situación socioeconómica baja.
 Burlas a los niños con ciertos rasgos culturales. (Estos dos últimos, en el caso de los
niños pequeños, evidencian un fuerte grado de discriminación en el seno del hogar)
 Burlas a los que no son capaces de manejar algunos códigos propios de la juventud en
ese momento.
 Peores tratos hacia las mujeres.
 Rechazo a los niños con más capacidad en la escuela.
 Malos tratos hacia los niños que no gustan de las actividades que se consideran ‘de
hombre’, o a las niñas que rechazan las actividades ‘para mujer’.

DISCRIMINACION ACTUAL

En el horizonte actual vemos día a día como se deja aparecer la violencia al desnudo, como
se ha escapado de las manos del hombre, cuando la justicia se confunde con la venganza, el
orden con la represión, cuando se utiliza la violencia “legitima” para erradicar la otra
violencia, dando como resultado una atmósfera densa de violencia donde casi siempre los
afectados son los desprotegidos, los marginados y los excluidos. Ya no es posible diferenciar
una violencia de otra, ésta se ha convertido en polimorfa. El hombre al sentirse prisionero
de un sistema que utiliza la violencia para su legitimidad, para su funcionamiento, en algún
momento se enfrentará a una situación temible donde la violencia podría explotar
irremediablemente.
Dentro de la complejidad de nuestra situación actual y en la esfera de la violencia, se
presenta una violencia que opera ciegamente, que pervierte la condición humana y el
ámbito de la interrelación entre los hombres, es una forma de decadencia social que hasta
hoy se le ha dado la categoría de amenazante, pero también es una indigencia del corazón
humano que se ha convertido en una hostilidad e indiferencia tajante frente a los demás
hombres, que en su caso extremo, es la búsqueda de la negación del otro, desde la
antecámara de la vejación y de la marginación. Violencia que deliberadamente causa daño
tanto físico, psicológico, moral al otro.
Esta violencia tiene su nombre: la discriminación.
La discriminación es parte de nuestra vida cotidiana, lamentablemente, pero cuando se
trata de niños, sus consecuencias son aún peores, pues pueden acarrear a las víctimas de la
discriminación problemas de baja autoestima, inseguridad, temores, angustia o generar
reacciones violentas. Aún pequeños problemas físicos, como usar anteojos, tartamudear,
ser muy alto o muy bajo, ser gordo o ser flaco, puede dar lugar a burlas, que ocasionan
traumas para toda la vida, aunque quien las hizo no haya tenido otra intención que
bromear. Hay que enseñarle la gravedad de esos dichos, para que reflexione antes de hacer
sufrir al compañero.

MANIFESTACIONES DE DISCRIMINACIÓN ARBITRARIA EN LA ESCUELA:


Existen diversos grupos que son víctimas habituales de la discriminación; sin embargo, es
importante destacar que no son las características diversas de las personas las que la
generan, sino las actitudes hostiles que se producen ante esta diversidad.
En el ámbito escolar, las manifestaciones de discriminación se producen principalmente
ante las diferencias por:

Diversos estilos y ritmos de aprendizaje:


Las personas aprenden de muchas maneras y con distintos ritmos y, por lo tanto, requieren
de diversos apoyos y condiciones del entorno. Sin embargo, los estudiantes con
Necesidades Educativas Especiales, así como aquellos que, aún sin presentar discapacidad
permanente o transitoria, aprenden más lento o más rápido, suelen ser discriminados en el
espacio escolar tanto por sus compañeros como por los docentes y demás miembros de la
comunidad educativa, y en ocasiones son marginados de las actividades sociales de sus
compañeros.
Cuando no se logran implementar estrategias adecuadas para los distintos ritmos y estilos
de aprendizaje en la escuela, muchos niños van quedando rezagados o se aburren, por lo
que son rotulados y estigmatizados como “tontos”, “nerd”, “desordenados”,
“hiperkinéticos” o “flojos”, y son considerados un problema al interior del aula.
La discriminación arbitraria también se expresa cuando las y los docentes presentan bajas
expectativas sobre las posibilidades de aprendizaje de los estudiantes, lo que impone
barreraa su proceso formativo, que difícilmente podrán superar en la etapa adulta.

Apariencia física:
La apariencia física es un motivo importante de preocupación para los niños, por lo que
suele ser también motivo de burlas y discriminación. Muchas de las formas de
discriminación arbitraria y violencia escolar se manifiestan a través de sobrenombres
peyorativos que aluden a alguna característica física que destaque; apelativos como
“narigón”, “panzón”, “cabezón”, “negro”, “chancho”, suelen ser considerados como bromas
inofensivas por los estudiantes y aceptadas (a veces promovidas) por parte de los adultos,
aun cuando se trata de expresiones que dañan significativamente su autoestima y dignidad,
resaltando una característica con la que probablemente no se sientancómodos o a gusto.

Al igual que las demás manifestaciones de discriminación arbitraria, esta también aplica
sobre los adultos de la comunidad educativa, dado que, por ejemplo, existen ciertas
expectativas sobre la manera en que debe vestirse un profesor: las manifestaciones de
excentricidad en este aspecto suelen ser motivo de sospecha y duda sobre sus capacidades
profesionales y/o personales.

Orientación sexual e identidad de género:


Las y los niños homosexuales, lesbianas, bisexuales o transexuales (LGTB) son víctimas
habituales de la discriminación arbitraria, no sólo en el espacio escolar, sino muchas veces
también en sus familias. Las expresiones de “maricón”, “mariquita”, “camiona” y tantas
otras, acompañan su desarrollo; un aspecto central, es que este tipo de discriminación se
ejerce en contra de personas que, de manera percibida o real, son consideradas
homosexuales o que tienen una orientación sexual o identidad de género diversa, es decir,
no necesariamente son homosexuales, sino que basta que lo parezcan, ya sea por su
comportamiento, gustos o apariencia personal.

Se trata de un grupo particularmente vulnerable, dado que estos estudiantes, por lo


general, no cuentan en su entorno con personas adultas para protegerse. Lo mismo les
sucede con compañeros/as de su edad, aunque, producto de los cambios culturales,
encuentran cada vez más comprensión en sus pares etarios.
Una de las razones de la discriminación es la falta de claridad respecto de los conceptos que
involucran a la diversidad sexual, existiendo materiales y documentos que ayudan a revertir
este punto.

Condición socioeconómica:
Los estudiantes considerados pobres suelen ser discriminados en el espacio escolar; el
barrio o población de la que provienen, el tipo de ropa que usan, las dificultades para
adquirir materiales escolares e, incluso, ser beneficiarios de algún tipo de subsidio estatal,
suelen ser motivos de segregación, traducido en las ya conocidas “bromas” y también en la
marginación de ciertas actividades.
Este tipo de discriminación arbitraria también se manifiesta en relación a las características
familiares de los estudiantes, como el tipo de trabajo que desempeñan los padres y/o
madres o la apariencia personal o forma de vestir de éstos; ello puede reflejarse en
expresiones de bajas expectativas por parte de los docentes (“que más se puede esperar de
este niño si tiene esa familia”…), lo que altera severamente su proceso formativo. Del
mismo modo, se suelen sostener estereotipos altamente estigmatizadores al asociar
pobreza con delincuencia, falta de higiene o despreocupación, características que pueden
manifestarse transversalmente en todas las clases sociales.
Pero no solo se proyecta al interior de las escuelas, ya que la condición socioeconómica
también suele ser un factor de discriminación arbitraria según el establecimiento de donde
provenga el estudiante, produciéndose un proceso de doble discriminación, dentro y fuera
de éste.

Tipo de familia:
Existen diversos tipos de familias, tanto en relación a su estructura como a su
funcionamiento. Aquellos estudiantes que no viven con ambos padres suelen ser
discriminados, bajo la creencia de que ese tipo de familia está capacitada para ejercer de
mejor manera la crianza. De este modo, niños, niñas y adolescentes que son criados por
madres o padres solos, por la familia extensa (abuelos, tíos), cuando conviven con padres o
madres del mismo sexo, con familiares homosexuales, o cuando tienen hermanos de
diversos progenitores, son habitualmente etiquetados de manera negativa.

Embarazo y maternidad:
Las niñas madres o embarazadas muchas veces son excluidas del sistema escolar, ya sea
directa o indirectamente. Se produce una discriminación directa cuando se les niegan las
facilidades para rendir pruebas o ponerse al día con las asignaturas, cuando se entorpece su
tiempo de amamantamiento, cuando se les excluye de determinadas actividades o cuando
no se respetan los tiempos establecidos por los médicos tratantes, lo que obstaculiza su
permanencia en el sistema. De manera indirecta, la discriminación arbitraria se produce a
través de rumores y comentarios, como “son un mal ejemplo para sus compañeros y
compañeras”, “el establecimiento podría enviar un mensaje equi­vocado de permisividad” o
que “el establecimiento puede ser desprestigiado”. Es así como muchas veces estas
adolescentes van quedando aisladas de sus amigas y compañeros.

Estilos juveniles: (5to, 6to año)


La búsqueda de la identidad personal es una preocupación central durante el período
adolescente, la que se traduce en una tensión constante entre diferenciarse como sujetos
únicos y particulares, y asemejarse a otros que se identifican como iguales. El “grupo” tiene
especial relevancia en esta etapa; el sentido de identidad grupal se traduce en diversos
estilos juveniles, con determinadas características, manifestadas en elementos materiales
(formas de vestir, cortes de pelo, gustos musicales, lugares de reunión) e inmateriales
(convicciones, estereotipos, expresiones propias del lenguaje), queconsideran
representativos de su identidad.
Si bien los estilos juveniles varían, más que cuantificar y describir estas diversas
manifestaciones culturales, resulta importante reflexionar en torno a la necesidad de
expresión juvenil que está detrás y que la cultura escolar, con sus normas, ritos y
costumbres, no siempre es capaz de identificar como un ámbito que forma parte de la
identidad de los y las estudiantes y que, por lo tanto, es necesario respetar, en la medida en
que no transgredan los derechos de los demás.

Pueblos originarios:
Los estudiantes pertenecientes a alguna etnia indígena son frecuentemente discriminados,
no solo por sus compañeros sino también por los docentes y demás miembros de la
comunidad educativa. Esta segregación se manifiesta a través de bromas e insultos,
apelando de manera peyorativa a su condición indígena (utilizando términos como
“indiecitos” en el sentido de un insulto, por ejemplo), así como también a través de la
negación y desvalorización de sus costumbres y lenguas originarias. Esta discriminación trae
como consecuencia un deterioro progresivo de su patrimonio cultural y lingüístico,
determinando el que muchos estudiantes opten por negar u ocultar su condición de
indígenas, dañando su autoestima y, por tanto, su identidad.

Discapacidad:
Existen diversos tipos de discapacidad (física, psíquica, mental y sensorial)13; niños y niñas,
al presentar cualquiera de ellas, son víctimas ha-bituales de actos discriminatorios, aunque
no siempre con una intencionalidad negativa. Al igual que otros grupos excluidos
arbitrariamente los estudiantes que presentan alguna discapacidad son objeto de “bromas”
y apodos peyorativos que apelan a su condición (“cuatro ojos”, “mongólico”, “enano”, etc.),
lo que refleja la tendencia de nuestra sociedad a centrarse en la carencia y no en los
recursos y capacidades diferentes que cada persona desarrolla. Estos estudiantes suelen ser
marginados de los juegos y eventos sociales de sus compañeros bajo la idea de que la
diferencia les impediría compartir las mismas actividades. En otro sentido, pueden tener un
trato diferente de forma positiva, pero dañina también. El ejemplo más frecuente es la
sobreprotección a la cual se les somete, lo que entraña sentimientos de lástima y poca
confianza en sus capacidades.
Los adultos también pueden cometer actos de discriminación respecto de los estudiantes
que presentan discapacidad, ya sea marginándolos de ciertas actividades, implementando
estrategias homogeneizadoras que no contemplan sus recursos de aprendizaje o asumiendo
roles sobreprotectores que les impiden desarrollar procesos de autonomía.

Enfermedad:
Enfermedades como el VIH, la esquizofrenia o la epilepsia, por mencionar algunas, son
estigmatizadas, fundamentalmente, debido a la ignorancia respecto de sus características. A
los y las estudiantes que viven con alguna de estas enfermedades se les condiciona el
ingreso, permanencia o promoción en establecimientos educacionales, bajo la premisa de
que se trataría de niños enfermizos, portadores de contagio para los otros miembros de la
comunidad educativa o, simplemente, peligrosos.

Inmigrantes:
Los inmigrantes reciben un trato diferenciado y solo algunos de ellos son discriminados, bajo
el estereotipo de tratarse de nacionalidades “inferiores” a la nuestra. No sucede lo mismo
respecto de estudiantes europeos o estadounidenses, quienes, por lo general, tienden a ser
valorados precisamente por sus diferencias (como el manejo de otro idioma). Los estudios
dan cuenta de que niños ecuatorianos, peruanos, bolivianos y haitianos, son quienes más
sufren de la discriminación por parte de sus compañeros y de la comunidad educativa en
general, lo que se traduce en la negación de ingreso o permanencia en el sistema escolar,
bromas, burlas y exclusión, entre otros. Acciones como la negación de matrícula se tratan de
justificar en la falta de regularización de la residencia de sus familias en el país, porque
impediría el ingreso a los niños y niñas del país en cuestión diciendo que los niños
inmigrantes no manejan símbolos y códigos de la cultura nacional.

Religión o creencia:
Este tipo de discriminación arbitraria se ejerce sobre aquellos miembros de la comunidad
educativa (estudiantes y sus familias, docentes, asistentes de la educación, etc.) que
profesan una religión distinta a la dominante en la escuela, o ante aquellos que son
agnósticos o no creyentes. Se les atribuyen características valóricas que son
generalizaciones estereotipadas: “los evangélicos son fanáticos”, “los ateos son personas sin
valores”, “los musulmanes son peligrosos”, etc., con las cuales no solo se excluye al
estudiante, sino que se pierde la oportunidad de conocer y valorar el pensamiento diverso,
así como las distintas formas de concebir el mundo y la espiritualidad.

Consecuencias de la discriminación escolar:


Entre las consecuencias más comunes y de gravedad de la discriminación escolar está la
deserción, provocada por la intolerable situación.
Los trastornos psicológicos y fisiológicos son otra de las consecuencias de la discriminación
escolar. Desde depresiones, tartamudez, y afecciones psicosomáticas, retraso en el
aprendizaje, entre otros. Así también encontramos entre los afectados una serie de
problemas que afectan tanto a su entorno educativo como familiar entre ellos están:

 Odio
 Resentimiento
 Depresión
 Debilidad
 Baja autoestima
 Desconfianza
 Guerra
 Violencia
 Rechazo
 Inseguridad

El cambio de escuela, ¿la solución?

En muchas ocasiones los padres optan por cambiar a sus hijos de escuela, ya sea porque son
los agresores de otro y fue expulsado, o porque fue la víctima de la discriminación. Al
respecto, Valadez no considera que sirva de mucho, ya que en ambas situaciones se llevan
el problema a su nueva escuela.

“Si el agresor es expulsado llegará a la nueva escuela tratando de ejercer la misma conducta
que de alguna manera le fue benéfica, como es la de adquirir un protagonismo que no tiene
en casa. Si es la víctima probablemente se verá afectada por el síndrome de indefensión
cognitiva, que se caracteriza por un importante déficit cognitivo, motivacional y afectivo que
van a exponerlo al fracaso escolar o a conductas poco saludables o de riesgo, entonces va a
ser la misma, va a seguir siendo víctima”. Por esta razón se dice que no es la solución de
igual forma por que cabe destacar que esta problemática va extendiéndose de manera
extraordinaria por todos los rincones del país por las escuelas de los distintos niveles
educativos siendo instituciones públicas o privadas.

Es precisamente por la falta de una solución que ni la escuela ni los docentes pueden seguir
siendo indiferentes a la problemática de la discriminación en la escuela. Ya no es admisible
que frente a la presencia de actitudes y conductas sexistas, racistas, homofóbicas e
intolerantes, escuela y docentes pasen de largo, sea porque piensen que eso no está dentro
de sus responsabilidades (las cuales consistirían sólo en transmitir los contenidos de la
curricular), sea porque no quieren buscarse problemas o sea porque aun cuando tengan la
mejor intención de actuar, no saben cómo hacerlo y carecen de los conocimientos y
herramientas adecuadas.

COMBATIR LA DISCRIMINACIÓN:
Combatir la discriminación en la escuela exige una estrategia articulada que comprometa a
los distintos actores de la comunidad escolar, señaladamente a directivos y docentes, que
abarque los diferentes ámbitos, prácticas y relaciones que ocurren en el espacio escolar y
que se sustente en una plataforma pedagógica consistente: una estrategia integral, pues, de
educación para la no discriminación.

La discriminación, como hemos visto, se sostiene en una triada de desprecio, negación de


derechos y exclusión. Esto nos permite, por oposición, delinear los propósitos esenciales de
la educación para la no discriminación.

Enuncio cuatro objetivos fundamentales:

Contribuir a la construcción de sujetos de derecho. Una persona discriminada es una


persona sin derechos y, por lo tanto, alguien a quien se le debe restituir su condición
ciudadana, inmerecidamente cercenada. Por ello, la educación para la no discriminación
debe promover el conocimiento de los derechos, su ejercicio, su defensa y el dominio
de las herramientas y mecanismos que permiten protegerlos.
Desarticular las bases socioculturales y simbólicas de la discriminación. Una tarea
fundamental es combatir desde su raíz los prejuicios, estereotipos y estigmas que
naturalizan, invisibilizan y le confieren legitimidad social al maltrato del que son objeto
determinadas personas y colectivos sociales.
Promover identidades libremente elegidas, plurales y no confrontadas. Otra tarea
pedagógica fundamental es no sólo combatir prejuicios específicos, sino las estructuras
mismas que dan lugar a los prejuicios, lo que supone reformular los esquemas
maniqueos quesubyacen a nuestra forma de ver el mundo y lo que en él ocurre, yque
son fuente inevitable de intolerancia. Tarea ésta que se traduceen tres exigencias
educativas cruciales: cultivar la autonomía moralcomo medio para resistir las presiones
del entorno; desarrollar el juiciocrítico como medio para superar interpretaciones
maniqueas de larealidad y de las personas; y promover el desarrollo de la
autoestimacomo recurso para afirmar la propia valía y resistir toda tentativa de
sobajamiento y degradación por parte de otros.
Contribuir a la construcción de nuevos referentes para la interacción social.No se trata sólo
de evidenciar las sinrazones de losprejuicios, sino de ofrecer herramientas conceptuales
y prácticas quepermitan reconstruir la convivencia social sobre nuevas bases. Si
ladiscriminación se expresa, entre otras cosas, como intolerancia haciadeterminadas
diferencias que son calificadas de inadmisibles, se debefavorecer el desarrollo de dos
competencias clave: uno, la empatíacomo vía para estar en condiciones de ver a los
otros como personascon derechos, de comprenderlos y considerarlos como iguales y,
porlo tanto, como legítimos interlocutores; y dos, el respeto, la disposicióna aceptar y a
convivir con cualquier forma de ser, pensar y actuarque elijan para sí mismos los demás
ciudadanos en el marco delEstado democrático de derecho; en otras palabras, la
capacidad dereconocer y valorar todas las expresiones de la diversidad humanaque
sean compatibles con los derechos humanos y la legalidad democrática.

El papel del maestro


En la mayoría de los casos los maestros no se dan cuenta de la discriminación en las aulas.
“Hay manifestaciones que no son visibles como el hostigamiento psicológico, pero cuando
las manifestaciones son más visibles como la agresión verbal, los golpes y los jaloneos, los
agresores se cuidan mucho de que no los vean los maestros, entonces podemos decir que
en una parte considerable el maestro realmente no se da cuenta”.
Sin embargo, cuando un profesor se da cuenta puede creer que es una situación que el
alumno tiene que pasar como parte de su relación con otras personas, “creen que simple y
sencillamente no ha aprendido a caerle bien a los demás y que por eso ‘se llevan’ con él”
Es un trabajo constante del docente conversar sobre la discriminación, pues los modelos de
lo que es lindo o feo, mejor o peor, con respecto a condiciones humanas, son construidos
por la misma sociedad, y dista demasiado de ser real, produciendo consecuencias
irreparables en la psicología del discriminado, y reforzando esas conductas discriminatorias
en quien las practica, si no son tratadas a tiempo, mostrándoles el daño que producen.
Aquí algunas recomendaciones que los docentes pueden utilizar al momento de la
prevención de dicho fenómeno:
Comunicación abierta y circular Hablar con los alumnos sobre agresión y realizar un
ejercicio sobre el tema utilizando utilizar cuentos, películas u otros recursos, utilizar el rol
playing, el psicodrama para concientizarlos, conocer sus inquietudes y puntos de vista sobre
el tema (aquí se pueden identificar las primeras señales de agresión o la existencia de dicho
fenómeno). Procurar ser un modelo de buen comportamiento Mostrar respeto por todos
sus alumnos, no mostrar favoritismos, evitar hablar mal de otros y fomentar la empatía y la
solidaridad. Crear un clima de seguridad en el salón de clases Establecer reglas claras de que
no será tolerado ningún tipo de agresión. Más que decirlo y repetirlo, mostrarlo con hechos.

Links de bibliografía
https://www.ejemplos.co/10-ejemplos-de-discriminacion-escolar/#ixzz5PQsYRj
https://educacion.laguia2000.com/general/la-discriminacion-en-la-escuela
https://www.humanium.org/es/no-discriminacion/
Para finalizar:
En la clase realizaremos un juego de preguntas, mediante él cual podremos integrar lo dado
en la exposición.

1-¿Quién no tiene mamá o papá?


2-¿Quién tuvo problemas con las drogas?
3-¿Quién tiene familiares inmigrantes?
4-¿Quién es extranjero?
5-¿Quién pasó una situación económica difícil?
6-¿Quién tiene una creencia religiosa?
7-¿Alguna tuvo una pérdida familiar?
8-¿Alguna sufrió este año algún tipo de discriminación en el profesorado?
9-¿Alguna piensa que juzgó a otra compañera?
10-¿Quiénes son seres humanos?

“Sabemos que todos tenemos diferencias, pero no por estas diferencias debemos desechar,
juzgar y discriminar al otro, siempre debemos tratarnos con respeto y comprensión. Además
de no creer que uno no es mejor que nadie.”
28 DE FEBRERO 2018 - 02:5

Vous aimerez peut-être aussi