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ACUERDO PLENARIO
I. ANTECEDENTES
Segunda, el examen de las propuestas temáticas que presentaron las entidades y los
juristas, que se realizó entre los días 7 de julio al 7 de agosto de 2016. Se
presentaron un total de 41 mociones. De ellas, en la sesión de 31 de agosto de 2016,
se identificaron tres propuestas, que se oficializaron en los siguientes temas: 1.
Restricciones legales en materia de confesión sincera y responsabilidad
restringida por edad. 2. Participación del extraneus en delitos especiales. 3. Delitos
de violencia contra la mujer y los integrantes del grupo familiar.
5.° Este Acuerdo Plenario se emite conforme con lo dispuesto en el artículo 116 de
la LOPJ, que faculta a las salas especializadas del Poder Judicial –en este caso, de la
Corte Suprema de Justicia de la República– a pronunciar resoluciones vinculantes,
con la finalidad de concordar y definir criterios jurisprudenciales del Orden
Jurisdiccional que integran.
1. EVOLUCIÓN HISTÓRICA
8.° Ambas normas: artículo 22 del Código Penal y artículo 161 del
Código Procesal Penal, a final de cuentas, tienen una incidencia en la
punibilidad. En el primer caso, se está ante una causal de disminución de
la punibilidad –se construye desde la estructura del delito–, mientras que,
en el segundo caso, se trata de una regla de reducción de la pena concreta
por bonificación procesal, que apunta a la eficacia motivadora que ejerce
para generar efectos de abreviación de la actividad procesal; no se
vinculan, como en el caso anterior, a juicios de valor propios del
procedimiento de individualización de la pena ni a la verificación de
defectos de estructura o realización del delito [Conforme: PRADO
SALDARRIAGA, VÍCTOR: Consecuencias jurídicas del delito, Lima,
2016, pp. 245 y ss.].
III. DECISIÓN
ACORDARON
26.° PRECISAR que los principios jurisprudenciales que contiene la doctrina legal
antes mencionada deben ser invocados por los jueces de todas las instancias, sin
perjuicio de la excepción que estipula el segundo párrafo, del artículo 22 de la LOPJ,
aplicable extensivamente a los Acuerdos Plenarios dictados al amparo del artículo
116 del citado Estatuto Orgánico.
27.° DECLARAR que, sin embargo, los jueces que integran el Poder Judicial, en
aras de la afirmación del valor seguridad jurídica y del principio de igualdad ante la
ley, solo pueden apartarse de las conclusiones de un Acuerdo Plenario si incorporan
nuevas y distintas apreciaciones jurídicas respecto de las rechazadas o desestimadas,
expresa o tácitamente, por la Corte Suprema de Justicia de la República.
SENTENCIA DE CASACIÓN
I. HECHOS FÁCTICOS
1.1. Conforme la acusación fiscal −fojas uno del cuaderno de debate−, se atribuye al
encausado Cabrera Ocas, que el 08 de diciembre de 2014, a horas 07:00 de la mañana
aproximadamente, cuando la menor de iniciales K.S.O.T. [11 años] se dirigía a su centro
educativo, el encausado en una mototaxi la comenzó a seguir y a la altura del jirón
Cáceres de la provincia de Celendín la abordó, obligándola a subir a su mototaxi,
jalándola y besándola a la fuerza; sin embargo, inmediatamente fue impedido por la
madre de la menor, quien los venía siguiendo sigilosamente, y quien propinó bofetadas al
sentenciado; luego, la menor le contó que este la había ultrajado sexualmente en dos
oportunidades cuando tenía diez años de edad y no comunicó el hecho porque estaba
siendo amenazada.
2.3. Contra esta decisión el referido sentenciado Cabrera Ocas interpuso recurso de
apelación, la misma que cumplió con fundamentar su defensa dentro del plazo de ley, lo
que determinó que mediante resolución del treinta de marzo de dos mil dieciséis, se
conceda el recurso y se eleven los autos al superior jerárquico.
4.1. Puesto en conocimiento la sentencia de vista a las partes procesales, la defensa del
sentenciado Yeyson Alexander Cabrera Ocas interpuso recurso de casación, invocando
las causales previstas en los incisos 1 y 5 del artículo 429° del referido texto procesal,
sobre la existencia de una vulneración constitucional de debida motivación y apartamiento
de la doctrina jurisprudencial, respectivamente. Como sustento de estos agravios, sostuvo
que no se consideró la pretensión subsidiaria del representante del Ministerio Público; se
vulneró la presunción de inocencia del sentenciado al merituar la sindicación de la
agraviada, que presenta contradicciones y carece de pruebas periféricas que la
corroboren; se afectó el principio de igualdad, pues al momento de los hechos tenía 17
años y 11 meses, y no se motivó la responsabilidad restringida; además, se aplicó
incorrectamente los presupuestos de sindicación señalados en el Acuerdo Plenario N° 02-
2005/CJ-116, y se aplicó incorrectamente la agravante señalada en el último párrafo del
artículo 173° del Código Penal. Planteado el recurso de casación, la Sala Penal de
Apelaciones mediante resolución del quince de agosto de dos mil dieciséis, concedió el
recurso de casación, y ordenó que los autos sean elevados a esta suprema instancia.
4.2. Los autos fueron recibidos en esta instancia el veintidós de abril de dos mil dieciséis,
y cumplido el trámite de traslado a los sujetos procesales por el plazo de diez días, este
Tribunal Supremo, mediante auto de calificación de recurso de casación, ejecutoria
suprema del quince de agosto de dos mil dieciséis −fojas cincuenta y siete del cuaderno
de casación−, declaró bien concedido el recurso de casación por la causal 3 del artículo
429° del Código Adjetivo, sobre la posible expedición de sentencia con indebida
aplicación de la ley penal -artículo 173°, último párrafo, del Código Penal, y falta de
aplicación de la ley penal −artículo 22° del citado Código−.
V. FUNDAMENTOS DE DERECHO
5.2. En este marco, las garantías constitucionales del proceso penal se erigen como límite
a la actuación de la justicia penal, y se reconocen dos bloques de garantías procesales:
las genéricas, que engloba el derecho a la presunción de inocencia, la tutela jurisdiccional
efectiva, el derecho de defensa y el debido proceso; y, las específicas, que se derivan de
las genéricas y tienen al derecho a la igualdad de armas, igualdad ante la ley,
inmediación, inviolabilidad de domicilio, derecho a un juez natural, prohibición de
valoración de prueba prohibida.
5.3. Así, la afectación a la indebida aplicación o errónea interpretación de una ley penal,
engloba las siguientes situaciones:
a) La aplicación de una norma derogada, salvo que sea favorable al reo (ultractividad),
pues en este caso la ley estaba vigente al momento de la comisión de los hechos, pero
posteriormente es derogada, encontrándose pendiente el pronunciamiento del órgano
jurisdiccional;
b) La aplicación retroactiva de una norma, salvo cuando favorece al reo (retroactividad),
pues la ley se emitió con posterioridad al momento de la comisión de los hechos, sin
embargo resulta más benigna para el reo que la ley que se encontraba vigente en dicha
circunstancia;
5.6. Además, este principio exige que las penas se orienten a la reeducación,
rehabilitación y reincorporación del penado a la sociedad −consagrado en el artículo 139°,
inciso 22, de la Constitución−. Si bien el referido precepto constitucional se describe al
régimen penitenciario, sin embargo, no puede considerarse al margen del sistema penal
ni de la actividad legislativa en materia penal. Para que cumpla con los fines
constitucionales debe haber primero leyes que permitan y promuevan la resocialización,
en consonancia con el artículo 5.6 de la Convención Americana de Derechos Humanos,
que precisa: «Las penas privativas de la libertad tendrán como finalidad esencial la
reforma y la readaptación social de los condenados»; así, sin leyes penales compatibles
con el fin preventivo especial de la pena, el mandato resocializador sería una fantasía. Por
tanto, su interpretación debe ser sistemática.
5.7. EL PRINCIPIO RESOCIALIZADOR.- El principio resocializador se complementa con
el principio de prohibición de penas crueles, inhumanas y degradantes −conforme el
artículo 5.6 de la Convención Americana de Derechos Humanos−, que se refiere tanto a la
prohibición de penas que en su ejecución pueden ser crueles e inhumanas. Los Estados
americanos, entre ellos el Perú, al momento de ratificar la Convención Americana de
Derechos Humanos se han obligado voluntariamente, no solo a respetar los derechos
humanos, sino a adaptar sus disposiciones internas a los derechos y principios de la
citada Convención. Así, el artículo 2 de dicha Convención prescribe que: «Los Estados
Partes se comprometen a adoptar, con arreglo a sus procedimientos constitucionales y a
las disposiciones de esta Convención, las medidas legislativas o de otro carácter que
fueren necesarias para hacer efectivos tales derechos y libertades».
5.8. LA CADENA PERPETUA.- El Capítulo V. Título II. del Código de Ejecución Penal,
estableció el procedimiento de revisión de la cadena perpetua, transcurrido treinta y cinco
años de privación efectiva de la libertad, quedando claro que ello fue con la finalidad de
hacerla compatible con el principio resocializador de la pena, previsto en el artículo 139°,
inciso 22, de la Constitución Política del Estado; así como también, con los principios de
dignidad de la persona y de libertad; por ello, la determinación judicial de la pena debe ser
producto de una decisión debidamente razonada y ponderada, ajena de toda
consideración subjetiva, toda vez que la pena implica una sanción por la comisión de un
hecho punible, y no existe retribución por sí misma, en razón que el artículo IX del Título
Preliminar del Código Penal se sitúa en la línea de las teorías preventivas modernas y
postula que se tiene que atender a la probable resocialización del penado y su reinserción
a la sociedad; por consiguiente, la pena debe reflejar la aplicación del principio de
proporcionalidad que prevé el artículo VIII del Título Preliminar del citado texto penal, que
es principal estándar que debe considerar el Juez para determinar una pena concreta
[recurso de nulidad N° 1843- 2014/Ucayali[5] , fundamento décimo tercero].
6.3. Así, para este Tribunal de Casación la configuración de dicha agravante depende de
dos supuestos diferenciados: en el primero, cuando el agente activo tiene alguna
autoridad sobre su víctima por cualquier posición, cargo o vínculo familiar, por ejemplo:
padre, tutor, curador, hermano, tío, padrastro, etc.; y, el segundo cuando el agente activo
realiza actos tendientes a lograr la confianza de su víctima, y aprovechándose tal
situación, le practica el acto sexual; no obstante, si no se verifica la relación de confianza,
la agravante no se configura[6].
6.4. En el caso de autos, el segundo supuesto de dicha agravante se configura, toda vez
que se advierte que el recurrente defraudó la confianza que el sujeto pasivo −menor
agraviada− tenía depositada en el procesado, esto es, el sujeto activo aprovechando que
la menor confiaba que no le sucedería nada, le practicó el acto sexual “en su casa y
moto”, conforme lo señaló la menor agraviada en el plenario −fojas cuarenta y nueve−,
indicando también que antes de los hechos no odiaba a su primo hermano −el
procesado−, pero ahora sí; además, el recurrente en juicio oral −fojas ochenta y nueve−
señaló que durante todo el tiempo fue como un hermano para la menor agraviada, e
incluso indicó que le ha servido a su tía −madre de la agraviada−, y tienen domicilios
colindantes. Por tanto, dicho cuestionamiento no es de recibo.
6.6. Así, el Colegiado omitió pronunciarse sobre la reducción de la pena por su condición
de agente con responsabilidad restringida [condición que configura una circunstancia
atenuante privilegiada], sustentado en que su aplicación se encuentra excluida para
agentes que hayan incurrido en delito de violación de la libertad sexual, conforme lo
señala el segundo párrafo del artículo 22° del Código Penal[7] −véase el auto de
enjuiciamiento a fojas quince−, vulnerándose, en el presente caso, el principio-derecho de
igualdad garantizado en el artículo 2, inciso 2, de nuestra Constitución.
6.8. Ello, en concordancia con el artículo 14° del Texto Único Ordenado e la Ley Orgánica
del Poder Judicial, donde precisa que por razones de inaplicación de una norma legal,
deberá ser elevado en consulta a la Sala Constitucional de la Corte Suprema de Justicia
de la República; sin embargo, en el presente caso resulta innecesario, al tener igual
jerarquía este Supremo Tribunal, integrado por Magistrados de la especialidad penal, que
obviamente comprende el conocimiento del Derecho Constitucional −especialmente en
penal al que corresponde el tema en conflicto− y de las Ciencias Penales. Y también
están respaldados por la jurisprudencia emitida por este órgano jurisdiccional, en el
recurso de nulidad N° 701-2014/Huancavelica, casación N° 403- 2012/Lambayeque,
recurso de nulidad N° 1843-2014/Ucayali y la Casación N° 335-2015/Del Santa.
6.10. En ese orden se encuentra nuestro ordenamiento jurídico penal, el cual prevé, en el
artículo IX del Título Preliminar, que la pena tiene función preventiva, protectora y
resocializadora, en concordancia con el inciso 22 del artículo 139° de la Constitución
Política del Estado y conforme el Tribunal Constitucional, donde precisa que: «las teorías
preventivas, tanto la especial como la general, gozan de protección constitucional directa,
en tanto y en cuanto, según se verá, sus objetivos resultan acordes con el principio-
derecho de dignidad, y con la doble dimensión de los derechos fundamentales; siendo,
por consiguiente, el mejor medio de represión del delito, el cual ha sido reconocido por el
Constituyente como un mal generado contra bienes que resultan particularmente
trascendentes para garantizar las mínimas condiciones de una convivencia armónica en
una sociedad democrática» [10]. [Fundamento jurídico treinta y ocho].
6.11. En ese contexto, las exigencias que determinan la dosificación de la pena no se
agotan en el principio de culpabilidad, sino que además debe tenerse en cuenta el
principio de proporcionalidad contemplado en el artículo VIII del Título Preliminar del
Código Penal, límite al lus Puniendi, que procura la correspondencia entre el injusto
cometido y la pena a imponerse, y que estas en rigor deben cumplir los fines que persigue
la pena −preventiva, protectora y resocializadora−, conforme lo prevé el numeral 6 del
artículo 5 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos, el mismo que ha sido
recogido en el numeral 21 y 22 del artículo 139° de la Constitución Política del Estado.
6.12. De la revisión de autos se aprecia que el encausado Cabrera Ocas, que para
efectos de graduar la pena no se valoró la categoría de la responsabilidad restringida,
pues el encausado al momento de los hechos, tenía 19 años y 07 meses, conforme se
aprecia de la copia de su documento nacional de identidad −fojas veinte− advirtiéndose
un supuesto de responsabilidad restringida, regulado por el artículo 22° del Código
Sustantivo, circunstancia privilegiada que este Tribunal Supremo aplica a favor del
encausado Cabrera Ocas, y lo conduce a que reduzca prudencialmente la pena
−conforme los fundamentos esgrimidos en los considerandos 6.5. al 6.8. de la presente
Ejecutoria Suprema−.
DECISIÓN
II. Declararon FUNDADO el recurso de casación por la causal 3 del artículo 429° del
Código Adjetivo, sobre la falta de aplicación de artículo 22° del Código Penal, sobre
la responsabilidad restringida; en consecuencia:
III. CASARON la sentencia de vista del dieciséis de marzo de dos mil dieciséis, en el
extremo que condenó a Yeyson Alexander Cabrera Ocas a la pena de cadena perpetua
por delito de contra la libertad sexual, en la modalidad de violación de la libertad sexual de
menor de edad [previsto en el artículo 173°, inciso 2, y último párrafo del citado artículo,
del Código Penal], en agravio de la menor de iniciales K.S.O.T.; en sede de instancia y
emitiendo pronunciamiento de fondo; y, REFORMÁNDOLA impusieron treinta y cinco
años de pena privativa de libertad, la misma que con el descuento de carcelería que viene
sufriendo desde el diez de diciembre de dos mil catorce vencerá el nueve de diciembre de
dos mil cuarenta y nueve; manteniéndose la propia sentencia en el extremo que fijó en
veinte mil nuevos soles el monto por concepto de reparación civil; con lo demás que
contiene al respecto.
Jueces siempre deberán disminuir las penas a los delincuentes menores de 21 años
La Corte Suprema ha establecido que no pueden aplicarse las leyes que prohíben a
los jueces atenuar la pena en razón de la edad del autor de un delito, incluso
cuando el ilícito cometido sea la violación sexual de menor. Ello es inconstitucional,
pues afectaría el principio de igualdad. Más detalles de este fallo aquí.
No pueden aplicarse, por ser inconstitucionales, las leyes que prohíben a los jueces
penales reducir las penas en los casos de responsabilidad penal restringida del autor;
esto es, cuando tengan menos de 21 años, incluso en casos graves como violación
sexual de menor de edad. De lo contrario, se vulneraría el principio institucional de
igualdad que tiene relevancia constitucional.
Veamos los hechos: Un sujeto fue denunciado por haber ultrajado sexualmente a una
menor de cinco años de edad en diciembre de 2008. Los hechos indicaban que este
sujeto aprovechó que la víctima, siguiendo indicaciones de un amigo también menor de
edad, ingresó al domicilio donde se encontraba el delincuente y que era de propiedad de
su padre.
Esta decisión, sin embargo, fue cuestionada por el condenado, pues consideró que no se
habían valorado algunas pruebas que –según él– lo beneficiaban. Por este motivo,
interpuso recurso de nulidad que fue elevado a la Corte Suprema.
Certe Suprema: ¿por qué no puede aplicarse cadena perpetua a menor de 21 años?
La Sala Penal Transitoria de la Corte Suprema, al revisar el recurso, consideró que no era
válido el argumento entablado por el impugnante. Más bien la Corte señaló que se había
probado la comisión del delito. Sin embargo, el Supremo Tribunal realizó observaciones a
la pena de cadena perpetua impuesta.
En efecto, la Sala consideró que cuando el imputado perpetró el delito tenía veinte
años de edad, por lo que era sujeto de responsabilidad restringida y correspondía la
aplicación de una reducción de la pena.
No obstante, también tuvo en consideración que el artículo 22 del Código Penal, luego de
la modificación hecha por la Ley N° 27024, de diciembre de 1998, prohíbe la disminución
de la pena en casos de violación sexual de menor. A pesar de ello, la Sala Penal
Transitoria consideró que esta era una limitación inconstitucional porque vulneraba el
principio de igualdad, de rango y relevancia constitucional. Asimismo, apoyó su
decisión en el hecho de que la prohibición no recae por la valoración de la antijuridicidad
de un hecho, sino en el tipo de delito cometido; por lo que –afirmó la Corte– no existe
fundamento razonable ni objetivo para diferenciar un mismo criterio en dos escenarios
distintos.
Por ello, la Sala Penal Transitoria confirmó la condena impuesta, pero la modificó,
revocando así la cadena perpetua e imponiendo una de treinta y cinco años de prisión.
CORTE SUPREMA DE JUSTICIA – SALA PENAL
PERMANENTE
CASACIÓN N° 03-2012
SENTENCIA CASATORIA
Lima, dieciocho de julio de dos mil
trece.-
CONSIDERANDO:
2.1. Asimismo, se realizó la audiencia el trece de agosto de dos mil doce, conforme se
aprecia del acta obrante a fojas cincuenta y seis, emitiendo la Segunda Sala de Apelaciones
de la Corte Superior de Justicia de Lambayeque, la resolución de fecha veintisiete de agosto
de dos mil doce, de fojas sesenta y uno, confirmando la sentencia recurrida que condenó a
David Ronald Maza Serrato, como autor del delito contra la libertad, en su figura de violación
sexual de menor de edad, en agravio de la menor de iniciales M.A.M.S., revocó la misma en
cuanto le impuso treinta años de pena privativa de libertad, reformándola le impusieron diez
años de pena privativa de libertad, argumentando que:
b) No puede dejar de advertirse, que la menor agraviada contaba a la fecha del evento
delictivo en su agravio con doce años y nueve meses de edad y que esta circunstancia hace
innecesario el análisis si prestó o no consentimiento para las relaciones sexuales practicada
con el acusado; sin embargo, en los casos de menores agredidos sexualemnte, la Corte
Suprema de Justicia de la República, en el Acuerdo Plenario número uno guión dos mil once,
del seis de diciembre de dos mil once, sobre apreciación de la prueba en los delitos contra la
libertad sexual, insta al Juzgador a atender en concreto “las particularidades de cada caso”,
para establecer la relevancia de la prueba como consecuencia de la declaración o testigo y
adecuarla a la forma y circunstancias en que se produjo la agresión sexual.
d) Finalmente, debe tenerse en consideración las condiciones personales del autor, tales
como el acusado es un hombre joven de veintiún años de edad, a la fecha de los hechos, de
extracción campesina, con educación primaria, sin antecedentes penales o judiciales,
resultando en consecuencia un delincuente ocasional y en virtud al principio de
proporcionalidad de la pena, corresponde establecer que el hecho concreto merece
castigarse con una pena menos gravosa a la impuesta, por lo que, la Sala estima que la pena
razonable, necesaria y proporcional es de diez años.
2.3. Estando a ello, el Fiscal Superior interpueso recurso de casación, mediante escr ito de
fojas setenta, contra la Resolución antes aludida, invocando como causal la indebida
aplicación de la norma de la ley penal contemplada en el artículo ciento setenta y tres, inciso
dos del Código Penal, contenidas en el artículo cuatrocientos veintinueve inciso tres del
Código Procesal Penal.
3.1. El Tribunal Superior por resolución de fecha trece de septiembre de dos mil doce, de
fojas setenta y siete, concedió el recurso de casación extraordinario, y dispuso elevar los
autos al Tribunal Supremo, elevándose la causa con fecha diecinueve de setiembre de dos
mil doce.
3.2. Cumplido el trámite de traslado a las partes procesales, este Tribunal Supremo mediante
Ejecutoria de fecha veinticinco de enero de dos mil trece, de fojas treinta y dos del cuadernillo
de casación, en uso de sus facultades, declaró bien concedido el recurso de casación por la
causal contenida en el artículo cuatrocientos veintinueve, inciso tres del Código Procesal
Penal
3.3. Deliberada la causa en secreto y votada el día dieciocho de julio de dos mil trece, esta
Suprema Sala cumplió con pronunciar la presente sentencia de casación, cuya lectura en
audiencia privada con las partes que asisten, se realizará por la Secretaria de Sala el día
quince de agosto de dos mil trece.
4.1. Del ámbito de la casación: Conforme se ha señalado líneas arriba, mediante Ejecutoria
Suprema del veinticinco de enero de dos mil trece, admitió a trámite en recurso de casación
la causal de errónea interpretación de la ley penal material, contenida en el artículo
cuatroscientos veintinueve, inciso tres del Código Procesal Penal.
4.2. Los agravios que invoca son; Que se ha realizado una indebida aplicación de la norma
de la ley penal contemplada para el caso de autos; la rebaja de la pena ha sido
fundamentada en razón de la declaración del acusado, de que éste habría sostenido una
relación sentimental con la agravada; la misma que no se encuentra corroborada con prueba
alguna, por lo que contraviene el principio de legalidad, pues el artículo ciento setenta y tres,
inciso dos del Código Penal, establece una pena no menor de treinta ni mayor de treinta y
cinco años de pena privativa de libertad; además que el legislador en razón de la gravedad
del delito que transgrede el derecho a la indemnidad sexual de la menor por lo que la pena
determinada por el Colegiado Ad quem no se encuentra con arreglo a Ley.
4.3. El representante del Ministerio Público sostiene que la sentencia condenatoria vulneró el
principio de legalidad al rebajarle la pena al encausado por debajo del mínimo legal,
imponiéndole diez años de pena privativa de libertad, al estar basada sólo en la declaración
del acusado que sostiene que mantuvo una relación sentimental con la víctima, negándole
validez probatoria a la declaración de la menor agraviada y amprándose en el Acuerdo
Plenario número uno guión dos mil once oblicua CJ guión ciento dieciséis, instrumento
procesal que permite la apreciación de la prueba según las particularidades de cada caso.
4.4. Que, en observancia al principio de legalidad cada delito tiene asignado un marco
penal concreto, sobre el cual el Juzgador dispne arbitrio para determinar judicialmente la
pena en sentido estricto, a fin de otorgarle seguridad jurídica a la sociedad; para ello,
dicho arbitrio debe orientarse con arreglo a algunos principios, entre los cuales se
encuentra el principio de proporcionalidad o de prohibición en exceso, regulado en el
artículo VIII del Título Prliminar del Código Penal, en cuya virtud la pena debe ser
adecuada al daño ocasionado al agente, según el grado de culpabilidad y el perjuicio
socialemnte ocasionado. No obstante, cuando la proporcionalidad abstracta de la pena no
ha sido respetada por el legislador, es función del órgano jurisdiccional ejercitar y
desarrollar con mayor énfasis la proporcionalidad concreta de la pena, teniendo en
consideración la circunstancias particulares del caso, las condiciones especiales del
sujeto del delito, así como factores complementarios de atenuación.
4.5. Siendo así, si bien en el caso en concreto los hechos materia de procesamiento
fueron encuadrados en el delito contra la libertad, en su figura de violación sexual de
menor de edad, previsto en el artículo ciento setenta y tres, inciso dos del Código Penal,
el cual establece una sación no menor de treinta ni mayor de treinta y cinco años de pan
privativa de libertad. Sin embargo, de la lectura de la sentencia de segunda instancia se
aprecia que el Tribunal Superior hizo uso de su facultad discrecional, rebajándole la pena
impuesta al encausado David Ronald Maza Serrato, por debajo del mínimo legal, pues
tomó en consideración las condiciones personales del procesado, el cual tenía veintiún
años de edad momento de los hechos, de extracción campesina, con eduación primaria,
sin antecedentes penales y judiciales; además, tuvo en cuenta la forma y circunstancias
del delito, pues sotiene que el acusacdo ha aceptado la realización de las prácticas
sexuales, poniendo de manifiesto la relación sentimiental que habría mediado entre el
procesaod y la agraviada, la extensión del daño o peligro causado, toda vez que según el
dictamen pericial, la víctima se encuentra emocionalmente estable, con conducta optimsta
personal y afectiva, en concordandica con lo estipulado en el Acuerdo Plenario uno guión
dos mil once oblicua CJ guión ciento dieciséis; en consecuencia se evidencia suficiente
justificación de lo resuelto.
4.6. Aunado a ello, se advierte del recurso impugnatorio interpuesto, lo que en puridad
pretende es que se efectúe una nueva reevaluación de la sentencia recurrida que no es
posible hacer en virtud a los principios procedimentales de oralidad e inmediación que
rigen la actividad probatoria; pues cuestiona los fundamentos por los cuales el Tribunal
Superior rebajó la pena, además considera que no se encuentra debidamente
corroborada con prueba alguna, debiendo por ello incremental la pena y que no debió
aplicarse el Acuerdo Plenario número uno guión dos mil once oblicua CJ guión ciento
dieciséis; en tal virtud,, el recurso interpuesto por el representante del Ministerio Público,
carece ostensiblemente de contenido casacional.
4.7. Respecto de las costas, éstas no se fijan en el presente caso, por estar exentos del
pago, el representante del Ministerio Público, conforme a lo dispuesto en el inciso uno del
artículo cuatrocientos noventa y nueve del Nuevo Código Procesal Penal-
DECISIÓN:
SEXTO: Que la reparación civil está en función al daño causado, sin que en la concreción
de su monto deba advertirse las posibilidades económicas del responsable o su situación
personal, en tanto que ésta se orienta a reparar e indemnizar a la parte agraviada por el
daño generado por la conducta del responsable; que, bajo este criterio, debo tomarse
como parámetro el monto solicitado por el Discal Superior en el escrito de acusación de
fojas ochenta y nueve; en consecuencia, es del caso elevar prudencialmente el monto de
la reparación civil fijada en la recurrida, en mérito a la magnitud del daño ocasionado por
los delitos, de conformidad con lo dispuesto por el artículo noventa y tres del Código
Penal. Por estos fundamentos: Declararon HABER NULIDAD en la sentencia de fojas
doscientos setenta y cuatro, del treinta de mayo de dos mil doce, en la parte recurrida,
que impone a Carlos Carrasco Polanco ocho años de pena privativa de libertad y fija en
mil nuevos soles el monto de la reparación civil que debe abonar a favor del agraviado de
iniciales L.Q.G. y en trescientos nuevos soles que debe abonar por el mismo concepto a
favor del Estado; con lo demás que al respecto contiene; reformándola en estos extremos;
le IMPUSIERON once años de pena privativa de libertad, la misma que con descuento de
la carcelería que viene sufriendo del nueve de abril de dos mil doce fojas doscientos,
vencerá el ocho de abril de dos mil veintitrés y FIJARON en tres mil quinientos nuevos
soles la suma que por concepto de reparación civil deberá abonar el sentenciado a favor
de los agraviados, a razón de tres mil nuevos soles a favor del agraviado de iniciales
L.Q.G. y en quinientos nuevos soles a favor del Estado; con lo … demás que contiene y
es materia del recurso, en el proceso que se le sigue por delitos de violación de la
Libertad Sexual, violación de menor, contra la vida, el cuerpo y la salud, lesiones graves,
en perjuicio del agraviado de iniciales L.Q.G. y contra la salud pública propagación de
enfermedades contagiosas en agravio del Estado, con lo demás que contiene y es
materia del recurso y los devolvieron.-