Académique Documents
Professionnel Documents
Culture Documents
En todos los tiempos se ha distinguido el proceso colectivo del proceso individual. El primero, es
el que se presenta cuando existen, en la generalidad de los casos, varios acreedores y un solo deudor y
éste se decide por su concurso preventivo o quiebra; mientras que el segundo, es el que se presenta,
también en la generalidad de los casos, un acreedor frente a un deudor dentro de un proceso judicial
especifico, como un juicio ejecutivo, un cobro de pesos, cumplimiento de contrato, etc.
En el proceso colectivo, casi todos los acreedores concurren al mismo en un pie de igualdad y sin
que importe si uno de ellos promovió acción individual en forma anterior; mientras que en la acción
individual, quien promueve la acción y traba embargo sobre bienes del deudor, logra un beneficio respecto
de los otros acreedores que se mantuvieron inactivos o que embargaron en forma posterior.
En ambos procesos los bienes del deudor constituyen la garantía de cobro del acreedor, con la
salvedad que en el primero todos los acreedores, a partir de la apertura del concurso preventivo o
declaración de quiebra, se encuentran bajo una igualdad de trato y posibilidades de cobro, con excepción
hecha, claro está, de los acreedores privilegiados que perciben primero sus créditos y sólo en caso de
existir remanente se distribuye a prorrata entre los restantes acreedores comunes o quirografarios.
En la acción individual satisface su crédito primero quien llega a subastar los bines, respetando
desde luego, los eventuales privilegios que pudieran pesar sobre ellos o embargos que se pudieran haber
trabado. Al proceso preventivo deben concurrir, en principio, todos los acreedores y quienes no lo hagan
aunque sea en forma tardía o en forma que indica la ley para casos especiales, pierden definitivamente
sus derechos como consecuencia de una especial prescripción, lo que no acontece en la acción individual,
donde los acreedores mantienen sus derechos hasta la prescripción ordinaria según el tipo de cada
obligación en particular.
El proceso colectivo tiene su origen en el Derecho Romano, mientras que el proceso o acción
individual tiene raíz en el Derecho Germánico. En el proceso colectivo, desde antaño, quedó comprometido
el patrimonio todo del deudor y su producto, tal cual ya lo dijimos, estuvo destinado al pago de los
acreedores en proporción a sus créditos y de acuerdo a sus privilegios; mientras que en el proceso
individual lo producido siempre fue en beneficio de quien promovió la acción. Ambos procesos fueron
precedidos por el sistema de la coacción para conseguir el cobro del deudor remiso al pago. La disciplina
de la quiebra, fue evolucionando a medida que la civilización de los pueblos avanzaba y de acuerdo con
los cambiantes conceptos sobre la persona, la familia, el patrimonio, la propiedad, etc. Los fallidos en el
curso de la historia debieron sufrir las más severas sanciones como la pena de muerte, esclavitud y prisión
por deuda.
Luego, atenuadas las sanciones, los deudores fallidos estuvieron igualmente sometidos a
tratamientos vergonzantes, eran paseado, en compañía con un policía por lugares públicos, con un gorro
con el fin de que sus conciudadanos toman conocimiento de su estado de falencia y para que no se
contrate con él. Se pretendía con éste proceder excluirlos del comercio por su indigno actuar.
La quiebra, por entonces, entrañaba la muerte civil del comerciante quien quedaba sometido a una
serie de incapacidades políticas, civiles, que hacían de él un verdadero paria. La expresión bancarrota,
deviene casualmente de este tipo de medidas que se adoptaban en contra del deudor, consistente, entre
otras, en romper la banca en la cual ejercía su actividad en el mercado, donde acostumbraba a sentarse
el comerciante o tenía puesto de trabajo. Todo ello, por cuanto se entendía que al incurrir en insolvencia
el deudor había procedido fraudulentamente en perjuicio de sus acreedores. Se atribuía culpa a la persona.
A través de los siglos, las sanciones paulatinamente se fueron atenuando a tal punto que en la actualidad
se considera que la insolvencia del deudor no obedece siempre a una conducta reprochable del mismo,
sino muchas veces a los avatares propios de la actividad que desarrolla.
La legislación española se aplicó en el territorio argentino, no solo hasta el momento que se declaró
la independencia, sino durante muchos años posteriores. Así, tenemos que las ordenanzas de Bilbao se
referían a la quiebra en forma bastante completa, haciendo incluso una distinción entre deudores inocentes
y culpables, leves o graves. A los primeros se les debía guardar el honor de sus créditos por cuanto en
definitiva pagaban sus créditos con o sin intereses. A los otros se les analizaba la razón por la cual habían
incurrido en quiebra, y fundamentalmente, si habían o no cancelado sus obligaciones.
Es así como se llega al Código de Comercio de 1862. En lo referido al concurso preventivo los
Dres. Vélez Sarsfield y Acevedo que: el comerciante desde los tiempos más remotos, ha estado sujeto a
la más dura legislación respecto de su persona. La civilización y la conveniencia de los acreedores llevaron
a la moderación en el rigor con que eran tratados, pero siempre quedaron sujetos a una presunción de
fraude que lo conducía necesariamente a prisiones de una duración indefinida. La industria libre en casi
todos los pueblos del mundo, el desenvolvimiento del comercio, la mayor facilidad de las comunicaciones
y todo el estado social de los pueblos modernos anima y arrastra a mil empresas, cuyos ensayos no
siempre son felices: las observaciones más comprobadas nos demuestran hoy, que en el mayor número
de los fallidos no hay un fraude punible. Los jurisconsultos modernos del más alto crédito aconsejan hacer
cesar ya la presunción de fraude en las quiebras mientras no hubiere motivos especiales.
No obstante con el Cc el comerciante ante el fracaso de su actividad, se veía inmerso en un enorme
desprestigio, por lo que se encomendaron proyectos modificatorios, sin que prosperara ninguno de ellos,
hasta llegar al año 1902 en que se dicta la ley 4156, que rigió hasta el año 1933. A esta ley le sucede la
Ley 11.719, que se conoce como “Ley Castillo”, rige a partir de 1932. Esta nueva ley constituía un deseo
puesto en evidencia repetidas veces por nuestros tribunales, por lo que existían 16 proyectos de reforma.
Cuando se criticaba la anterior ley y con el animo de lograr la sanción de esta nueva ley, se señalaba que
la anterior se sancionó en nuestro país después de haber sido derogada en Inglaterra por perjudicial. Esta
ley se dicto luego de la crisis mundial de 1930, que se generara en Estados Unidos. Las potencias
mundiales impusieron condiciones a los países subdesarrollados obligándolos a trabajar a pérdida, lo que
llevó a muchos de ellos a incumplir con sus obligaciones y caer en insolvencia.
La critica que se le realiza a la ley 19.551 es que resultó sumamente favorable a los deudores,
además de otorgarle a la justicia un rol que en definitiva nunca se pudo cumplir adecuadamente, ya que
de acuerdo a nuestras estructuras judiciales, no se cuenta con medios suficientes como para concluir
certeramente si el deudor era o no merecedor de una solución preventiva, si podía o no cumplir con la
propuesta de pago, además de colocar a los magistrados en una función de controlador del patrimonio del
concursado.
Cabe añadir la crisis del año 1980 en el que a diario veíamos como las más importantes empresas
de nuestro medio se presentaban en concurso preventivo. Hoy, a la distancia vemos también como esas
empresas desaparecieron, con un grave daño por cuanto ellas no fueron sustituidas por otras empresas,
y sabemos además, que tampoco los acreedores recuperaron sus créditos. desde luego que esto no es
obra exclusiva de una mejor o peor ley concursal, pero si sabemos también que una adecuada ley es
capaz, en muchos casos, de salvar la empresa fuente en definitiva de riqueza y trabajo.
Ley 25.563
Puede ser calificada como nefasta, no solo por su inconsistencia jurídica y deplorable técnica
legislativa, sino y fundamentalmente, por cuanto ella fue dictada a las apuradas frente a la necesidad de
amortiguar la grave crisis económica financiera reconocida por la Ley 25.561 que fuera aprobada el mismo
día que la primera y dentro de una realidad compleja. A la ley 25.563, la acompañaron una serie de leyes,
decretos y resoluciones que impidieron la libre disposición de los depósitos bancarios de los ahorristas se
reprogramación compulsiva, y además se impuso una conversión fija $1,40 por cada dólar
estadounidense, cuando el valor de la divisa en el mercado libre resultaba muy superior.
Dentro del desorden administrativo, político y económico en que el que en menos de 15 días se
sucedieron 5 presidentes de la Nación (de la Rúa, Puertas, Rodriguez Saa, Camaño y Duhalde) se dicta
esta ley, la cual además de mezclar la misma con disposiciones estrictamente económicas, se dispuso
entre otros ítems la pesificación $1 un dólar de todas las deudas existentes por entonces en el sistema
financiero, provocando entre los ciudadanos un grosero cambio de las modalidades y condiciones
contractuales, se prohibió la indexación de los precios, la re-potenciación de las deudas y derogó toda
norma que resulte impeditiva de los objetivos previstos por esta ley. Se trató de sus suspender los juicios
de contenido patrimonial en contra de los deudores, la efectivización de las medidas cautelares por un
plazo de 180 días, término éste en que tampoco se podía solicitar la quiebra de un deudor.
Ley 25.589
La llamada CONTRAREFORMA, por cuanto en gran medida se dejó sin efecto la ley 25.563 y se
volvió a la anterior ley 24.522, con algunas modificaciones. En primer lugar, esta ley modifica el plazo del
periodo de exclusividad estableciéndolo en 90 días, con posibilidad de extenderlo por 30 días más, dejando
sin efecto aquel insólito período de 180 días que podía extenderse por otro período igual, previsto en la
ley 25.563. Consideramos que la contrarreforma, no se ajustó a las necesidades de aquellos tiempos,
simplemente mejoró sustancialmente la anterior y en gran medida retornó a la anterior Ley 24.522. La
contrarreforma, al reducir el plazo del período de exclusividad, de alguna forma se logró menguar el
deterioro del crédito que se consume en el tiempo, empero no solucionó el fondo de la cuestión todavía
obliga a un estudio mucho más prologando.
Celebramos si las modificaciones impuestas por esta Ley 25.589 en lo referido al Concurso
Preventivo Extrajudicial, instituto éste que pudo convertirse en la solución de las partes acreedor- deudor,
por cuanto otorgó una mayor certidumbre, recaudo indispensable en el ámbito económico mercantil. Sin
embargo el transcurso del tiempo ha demostrado lo contrario, por cuando no estamos ante una normativa
utilizada como se pensó que podía ocurrir. También la contrarreforma incluye expresamente la facultad de
la valoración homologatoria de los jueces, que con la anterior Ley 24.522 se cuestionaba su vigencia o
facultad. En efecto, si dijo que durante la ley 24.522, obtenidas las mayorías necesarias el juez se
encontraba compelido a aprobar el acuerdo logrado sin posibilidad de meditación alguna de su parte.
Otro punto relevante de esta ley, es lo atinente al límite mínimo de la propuesta de acuerdo
preventivo. La ley anterior establecía que si la propuesta consiste en una quita, aún cuando contenga otras
modalidades, el deudor debía ofrecer por lo menos, el pago del 40% de los créditos quirografarios. Este
límite no regía para el caso de cramdown y así lo expresaba textualmente el art. 43. La contrarreforma
deroga la existencia de este límite, por lo que el concursado libremente puede formular su propuesta sin
la existencia de este mínimo.
Esta ley 25.589 restablecer la vigencia del cramdown aunque con alguna diferencia respecto del
anterior. Continúan las limitaciones en cuanto solo pueden acudir a este instituto las sociedades de
responsabilidad limitada, las sociedades por acciones, las sociedades cooperativas y aquellas en que el
Estado nacional, provincial o municipal es parte, incluyendo al propio concursado que puede participar en
el cramdown y que antes le estaba vedado.
Ley 26.086
Esta ley, cuya vigencia data de 2006 modifica siete art. (14, 16,21, 56 ,72, 132 y 133), empero con
tan escaso número de artículos reformados logró tirar por tierra elementales principios concursales. Esta
ley, al igual que las dos leyes anteriores, se caracteriza por su apresurado tratamiento y como
consecuencia de ello, los jueces una vez más se han visto obligados a forzar su aplicación en los procesos
concursales.
Fue redactada también en forma apresurada y como muestra de ello basta con observar cómo
elimina del art 14 la constitución del comité provisorio de acreedores; para con posterioridad (art 16 y 42)
refiérase al mismo como si hubiera se le hubiese dado nacimiento. En otras palabas, en el apuro se
olvidaron del comité, el que debía haber mantenido. Es que, la constitución del comité de acreedores,
aunque en forma provisoria, tiene mucha importancia en el proceso concursal por cuanto los pretensos
acreedores tienen en dicho órgano su representación, lo que no sucede con el órgano sindical que cumple
un rol estrictamente técnico y que no representan a los acreedores ni al deudor. Por esta razón, pese a
que la ley no lo menciona, los jueces se han visto forados a soslayar semejante yerro, y aun cuando la ley
no lo decía, dieron nacimiento y constituyeron igualmente los comités provisorios desde el comienzo mismo
del proceso y como si la ley lo hubiera mantenido.
La reforma, en general, impregnada por el signo político gobernante, sin duda alguna que tiende
a beneficiar al sector trabajador y tiene por fin, consecuente con su objetivo, facilitar el cobro de las
acreencias de los trabajadores, pronto pago laboral y para ello le impone a la sindicatura desde el inciso
mismo del proceso concursal (art 14) la presentación de un informe preliminar, con previa auditoria, sobre
los pasivos concursales y otro informe mensual con el cual se controla la evolución de la empresa durante
el proceso del concurso.
La mayor novedad de esta ley radica en el fuero de atracción puesto que permite mantener
desperdigados los juicios en contra del concursado o fallido (art 21, 132 y 133) al exceptuar de la obligación
de radicarse en el juzgado concursal los juicios laborales. La ley 26.086, incorpora asimismo otra nueva
obligación para la sindicatura, cual es la de constituirse en parte necesaria en dichos procesos,
independientemente del lugar y fuero en que tales juicios se encuentren radicados.
Ley 26.684
Nos encontramos ante una importante reforma de la ley ya que modifica nada más y nada menos
que 30 art., con lo cual, otra vez se vuelven a tocar tradicionales conceptos que venían rigiendo en la ley
concursal. A nuestro criterio cambia acertadamente la denominación del comité de acreedores por el de
comité de control el cual debe estar integrado por los acreedores y por un representante de los
trabajadores, al que luego, en oportunidad del dictado de la resolución de categorización se le suman dos
representantes más de los trabajadores, con lo que queda integrado el comité de control definitivo con 3
trabajadores. Deja sin efecto la suspensión, de los convenios colectivos de trabajo, como también los
intereses de los créditos laborales, abandonando de esta forma aquel entendimiento que ante una
situación de crisis, todos los interesados debían de alguna forma prestar su colaboración con el fin de
mantener la fuente de trabajo, incluso los trabajadores.
En el pronto pago laboral, además de tomar algunos recaudos para evitar que los trabajadores
sean burlados por la patronal, lo cual deviene acertado, se incrementan los fondos que se deben afectar
para su pago del 1% al 3% del ingreso bruto; ellos desde luego, en tanto no existan fondos líquidos
disponibles, por cuanto si así sucede se deben utilizar tales fondos y abonar en su totalidad, con el límite
máximo de cuatro salarios mínimos vitales y móviles por cada trabajador.
En lo que quizás sea la parte más importante de la reforma, se establece un sistema ad hoc, en el
que se posibilita a los trabajadores comprar en el salvataje, cramdown, las acciones o cuotas
representativas del capital social de la concursada, con la liquidación de los créditos laborales que prevé
el art 48 bis y mediante la constitución de cooperativas. Estos créditos que le corresponderían al trabajador,
dice la reforma podrán hacerse valer para intervenir en el salvataje. Es decir, una especie de
compensación, por cuanto se compra las acciones o cuotas de capital, con lo que la empresa o concursado
le debería abonar al trabajador en caso de despido. Decimos le deberían y no le debe al trabajador, por
cuanto para que efectivamente ello ocurra la relación laboral debió haber finiquitado por despido, lo que
por cierto la en está instancia preventiva y de apertura del cramdown todavía no sucede y el trabajador
mantiene aun el vínculo con la empresa, por no haber sido despedido.
Tan poco disimulado es el favoritismo que el legislador tiene por los trabajadores, que en caso del
cramdown cooperativo conformado por los trabajadores de la misma empresa concursada, tanto la AFIP,
como el Banco de la Nación Argentina, están ambos obligados por esta ley a prestar conformidad con la
propuesta que formule la cooperativa. Obvio que esta obligación de voto favorable no se extiende para los
restantes participantes en el salvataje, violentando de esta forma y otra vez, la igualdad de los
competidores y por ende igualdad de las personas ante la ley.
En definitiva, ésta reforma tal vez está sustituyendo el principio de conservación de la empresa por
el de conservación de empleo o fuente de trabajo; o mejor dicho modifica el principio de la conservación
de la empresa por el cambio de los dueños de la empresa. Consideramos que esas modificaciones atentan
contra el crédito y la seguridad jurídica, sin desconocer que estas disposiciones han sido tomadas como
consecuencia de una realidad, esto es, que más de un centenar de empresas en estado de quiebra han
sido de hecho tomadas por los trabajadores, han sobrevivido en el tiempo e inclso algunas de ellas han
duplicado su personal.
Nos encontramos frente a una ley de fondo en el sentido que crea derecho e incluso modifica
conceptos y principios que mantienen vigencia fuera del ámbito concursal y ante una ley de forma, por que
establece un procedimiento con normas adjetivas especificas propias, a la que los interesados se deben
ajustar. La ley, la doctrina y la jurisprudencia han resultado unánimes en sostener la necesidad de la
acreditación de la causa generadora del crédito a fin de evitar los tan comunes concilios fraudulentos entre
el concursado deudor y terceros desaprensivos que solo intentan beneficiar al deudor, burlando de esta
forma la buena fe de los restantes verdaderos acreedores concurrentes.
En material procesal es innovadora esta ley, ya que crea disposiciones puntuales especificas y
contraria a los códigos rituales de mayor aplicación, tal es el caso de la inapelabilidad de las resoluciones
(art 273) como principio general, cuando en materia civil y comercial la regla es la permisividad de la
apelación. Otra distinción en materia procesal la encontramos en las amplias facultades que la ley le
confiere al juez de la causa quien tiene la dirección del proceso. Cabe si aclarar que estas amplias
facultades han sido sensiblemente menguadas comparativamente a la anterior ley 19.551. la ley 25.589
adopta una posición intermedia entre aquella ley y la ley 24.522, que limitaba la actuación judicial al
cómputo y de haberes obtenido las mayoras, nada impedía su homologación. Esta ley, dispone que
conseguidas las mayorías se debe proceder con la homologación, empero concluye el art 52 indicando
que “en ningún caso el juez homologará una propuesta abusiva o en fraude a la ley”
Con la ley 25.589, la voluntad de los acreedores vale y solo podrá el juzgador apartarse de ella en
caso de encontrarse frente a una propuesta abusiva o en fraude a la ley.
1. Universalidad
2. Colectividad de acreedores
3. Concurrencia
4. Igualdad de acreedores
5. Amplitud de soluciones preventivas
6. Oficiosidad
1. Universalidad: debemos entender por dicho concepto la totalidad de los bienes comprometidos
en cuanto los efectos del concurso afectan la integridad del patrimonio del deudor cuanto los efectos del
concurso afectan la integridad del patrimonio del deudor –universalidad objetiva- con la excepción de
algunos escasos bienes que se consideran necesarios e indispensables para la persona y en resguardo
de su dignidad. También se refiere a la totalidad de los acreedores (universalidad subjetiva) concepto este
que se confunde con el de pluralidad o colectividad, desde el momento mismo que la ley le impone a estos
acreedores, sin distinción alguna, la debida concurrencia al proceso concursal en la forma que la ley indica,
esto es a través del proceso de verificación de créditos, que no es otra cosa, que la forma en que el
acreedor se incorpora al proceso concursal con el fin de hacer valer sus derechos y pretensiones. Se
sustenta en disposiciones concursales que corresponden a tener presente, tal es el caso de la prohibición
de deducir nuevas acciones legales en contra del concursado o quebrado, debiendo entonces
ineludiblemente el acreedor recurrir al proceso previsto por esta ley, y como única forma de poder
participar. En otras palabras, la participación de los acreedores en el proceso concursal no es voluntaria
sino obligatoria, so pena de perder definitivamente sus derechos.
2. Colectividad de acreedores: está referido a la necesaria y obligatoria concurrencia al proceso de
todos los acreedores concursales, quienes no lo hagan no pueden utilizar otra vía alternativa para el
ejercicio de sus derechos. La universalidad y a la colectividad, son conceptos que encierran la totalidad de
los bienes del deudor, como también la totalidad de los acreedores de éste. La colectividad no implica que
no sea viable un concurso preventivo de un acreedor, lo que el principio indica es que, de existir pluralidad
de acreedores, todos ellos, de una u otra forma, deberán concurrir al concurso independientemente de si
ellos fueron o no atraídos.
3. Concurrencia: los acreedores deben concurrir obligatoriamente al concurso a los fines de ejercitar
sus derechos, debiéndose hacer de la forma prevista por la ley, es decir, mediante el pedido de verificación
de créditos que se realiza ante el síndico, que tiene un trámite posterior de control reciproco, que cuenta
con una opinión técnica a cargo del sindico y que concluye con el dictado de la resolución del juez, que
declara el crédito insinuado, verificado, admisible o inadmisible. Esta solicitud de reconocimiento de una
acreencia, cuando es presentada ante el sindico y dentro del plazo otorgado por el juzgado en la resolución
de apertura del concurso, se denomina verificación tempestiva. Cuando no se concurrió en tiempo a este
procedimiento de verificación de crédito, los pretensos acreedores podrán hacerlos mediante el trámite
previsto en el art. 56 y se denomina verificación tardía. También se concurre a través de las verificaciones
de créditos que se realizan una vez concluidos los juicios de conocimiento y/o laborales, porque si bien
estos procesos pudieron desarrollarse fuera del ámbito concursal y en los juzgados de origen, igualmente,
obtenida la sentencia en el juzgado extraño, debe el interesado verificar su crédito, porque aquella
sentencia no es verificatoria de un crédito, sino que tal sentencia sirve de título para verificar un pretendido
crédito en el concurso. La resolución dictada por el juez del concurso que reconoce el derecho solicitado
en verificación, es la que convierte al pretense acreedor, en acreedor concurrente. Es decir, hasta tanto
no se revalida dentro del proceso concursal la condición de acreedor, no se logra tal status.
4. Igualdad de acreedores: impone un trato igualitario para todos los acreedores, quienes deben
soportar las pérdidas y obtener los recuperos en igual proporción con los restantes acreedores comunes.
Desde luego que este principio de igualdad está dirigido para los iguales y no para aquellos acreedores
que cuentan con privilegio o revisten el carácter de laborales. Por ello con tanta insistencia se dice “la
igualdad de los iguales”. En la quiebra cuando los bienes han sido subastados y se cuenta con el dinero
para ser distribuido, allí la igualdad es aritmética, debiéndose repartir en proporción a sus créditos. desde
luego siempre respetando el privilegio de los acreedores los que se mantienen tanto en el concurso como
en la quiebra.
5. Amplitud de soluciones preventivas: el concurso preventivo tiene por fin la solución de las
inconvenientes de tipo económico financiero que padece el deudor, para conservar la empresa. Por ello,
sin mezquindad alguna, la ley auspicia las más amplias gamas de posibilidades que se le puedan presentar
al deudor en oportunidad de tener que formular una propuesta de pago a sus acreedores, con el fin de dar
solución al patrimonio comprometido. Esta amplitud de soluciones preventivas se extiende hasta la etapa
procesal de formulación de la propuesta de acuerdo preventivo que debe realizar el concursado, por cuanto
de no mediar la obtención de las conformidades que representen mayorías que requiere la ley para poder
lograr, en definitiva, la homologación de un acuerdo preventivo, inevitablemente se dictará la quiebra, o
bien, se recurrirá al procedimiento de salvataje o cramdown, en el que las soluciones preventivas de la
fuente de trabajo, empresa, dejan de ser a favor del concursado y pasar a ser a favor de los trabajadores
organizados bajo un régimen cooperativo y/o de terceros interesados que participan en el denominado
proceso de salvataje.
6. Oficiosidad: el proceso concursal no requiere del impulso a cargo de la parte, es el juzgado quien
de oficio debe instar permanentemente el mismo. Desde luego, que la decisión de presentación en
concurso preventivo corresponde a la parte interesada quien se decide por peticionar la apertura de un
proceso concursal, lo que le está vedado al magistrado. La oficiosidad se encuentra estrechamente
vinculada a la inquisitoriedad, que consiste en las atribuciones que cuenta el magistrado, no solo de
dirección del proceso, sino fundamentalmente de investigación. Sin embargo existen algunos tramites
procesales que deben ser cumplidos en tiempo y forma por el concursado y que, en caso de no hacerlo,
las consecuencias pueden ser graves, tal es el caso de la publicación de edictos, el agrupamiento o
categorización de los acreedores, la formulación de la propuesta de acuerdo preventivo, etc.
Como todo proceso especial cuenta con una serie de funcionarios que no existen en los otros
procesos:
La voz “concurso”:
Concurso preventivo
Es un proceso tendiente a lograr un acuerdo entre el deudor y los acreedores para superar el
estado de cesación de pagos y evitar la quiebra. Solo procede a pedido del propio deudor.
Es un remedio judicial a los efectos de que tanto personas físicas como jurídicas puedan
renegociar las deudas contraídas con sus acreedores en un plazo y forma establecidos en la ley aplicable.
Es un proceso por el cual se liquidan todos los bienes del deudor para hacer frente al cumplimiento
de sus obligaciones. La quiebra puede ser directa (a pedido del deudor o de un acreedor) o indirecta
(cuando fracasa el concurso preventivo).
Procesos concursales
Objetivo: revertir la cesación de pagos y Objetivo: liquidar los bienes del deudor
pagar a los acreedores para evitar la para pagar a los acreedores.
quiebra.
Puede ser pedido por el deudor Puede ser pedida por el deudor o acreedor
BOLILLA 2: CONCURSAL
Estado patrimonial:
Es decir, la situación en que se encuentra el patrimonio de una persona, ello en principio nada
tiene que ver con el incumplimiento de una obligación. Si bien en la definición se refiere al estado del
patrimonio, corresponde aclarar que la cesación de pagos es del deudor y no del patrimonio.
General y permanente:
La cesación de pagos se refiere a la situación económica del deudor en forma completa y a través
de un estudio global de su situación. No cabe el análisis parcial. Cuando decimos general y permanente
es porque la situación de hecho se muestra abarcativa de la totalidad del patrimonio y continúa en su
conducta. No debe entenderse que, para que se configure la cesación de pagos, esta situación económica
deba mantenerse a perpetuidad, tampoco el otro extremo de estar frente a una situación pasajera o
circunstancial del deudor.
De manera regular:
Significa esto que el deudor para dar cumplimiento con su obligación no realice sus bienes en
forma ruinosa, es decir a precia despreciable o recurriendo al crédito usurarios. El patrimonio del deudor
es prende común de los acreedores y es, precisamente, de donde estos podrán obtener el recupero del
crédito otorgado. Por ello los acreedores deben controlar la conducta del deudor en crisis.
Obligaciones exigibles:
Es decir de las obligaciones vencidas. Cabe aclarar que la obligación a la que se refiere esta
definición, es la obligación en sentido amplio, es decir, cualquier tipo de obligación (de hacer, de no hacer,
de dar). Solo es exigible la deuda liquida, consecuentemente para que el estado de cesación de pagos
resulte acreditado, la obligación no dineraria o ilíquida, necesariamente deberá ser transformada en suma
liquida.
Se debe tener en cuenta los diversos recursos que cada deudor tiene a su alcance para atender
sus deudas exigibles y para ello corresponde considerar todos los medios de que puede éste valerse, entre
ellos y fundamentalmente, el crédito. La técnica contable excluye del activo a la posibilidad de obtención
de un crédito y ello es correcto por cuento por cuanto no resulta susceptible de ser valuado. Sin embargo,
la disponibilidad de crédito cobra transcendencia al momento de ponderar la solvencia o insolvencia. El
crédito no integra el activo sino el estado económico.
La ley 24.522, en el ART 79 enumera una serie de hechos que pueden ser considerados como
acreditativos de la cesación de pagos. La enumeración solo puede ser ejemplificativa. El estado de
cesación de pagos es único, no hay más que un estado de cesación de pagos; sin perjuicio que el mismo
en un principio no se exteriorice y después, a través de otros hechos se muestre diferente más concreto o
quizá categórico frente al incumplimiento de una obligación.
Conclusión:
Al comienzo dijimos que la cesación de pagos prima facie es un presupuesto para la apertura de
los concursos reglados por esta ley. Ello es así por cuanto la ley también prevé excepciones y ellas están
contempladas en el ART 66, en lo referido a los concursos preventivos de dos o más personas, concurso
en caso de agrupamiento, en donde se requiere que uno solo de los integrantes del agrupamiento se
encuentre en cesación de pagos, el otro agrupado podrá no encontrarse en cesación de pagos y sin
embargo su concursalidad debe ser admitida.
Ocurre lo mismo con los garantes (art 68) quienes se encuentran bajo las disposiciones del
concurso en caso de agrupamiento y le resultan aplicables todas estas disposiciones, tal como lo expresa
la norma en su apartado final. La otra excepción está prevista en el Art 69, acuerdo preventivo extrajudicial,
que permite solicitar este acuerdo no solo al deudor que se encuentre en estado de cesación de pagos,
sino también a aquel que tuviese dificultades económicas o financieras de carácter general, es decir aquel
que sin encontrarse en estado de cesación de pagos, está pronto a ingresar en este estado, y para evitar
ello, como medida preventiva, opta por reunir a sus acreedores, hacer saber sus dificultades y obtener
extrajudicialmente la forma de remediar su situación, sin perjuicio de la homologación judicial que podrá
solicitar.
La ley prevé el concurso de las personas de existencia visible y las de existencia ideal, con
prescindencia si ellas son comerciantes o civiles. La ley adiciona aquellas sociedades en las que el Estado
nacional, provincial o municipal sea parte, cualquiera sea el porcentaje de su participación. Con
anterioridad las sociedades del Estado, no resultaban posible de ser concursadas. Las numerosas
privatizaciones efectuadas por nuestro país durante el gobierno de Carlos Menem, obligó a considerar esta
situación y a la incorporación de estas empresas como sujetos susceptibles de concursabilidad, sobre todo
si a partir de su privatización debían responder con su patrimonio y ser responsables de sus actos,
deslindado de toda responsabilidad al Estado Nacional, Provincial o Municipal.
También admite en forma expresa la concursabilidad del patrimonio del fallecido, mientras se
mantenga separado del patrimonio de sus sucesores. La ley no impone plazo alguno para solicitar el
concurso del patrimonio de un fallecido, basta con que no haya confusión con el patrimonio del sucesor o
heredero.
1) En razón de la materia
2) En razón del lugar
Es un artículo que echa por tierra todo lo antes explicado respecto a la universalidad y colectividad,
habida cuenta que se entiende que un deudor, independientemente donde se encuentre radicado,
responde con todos sus bienes a todos sus acreedores, con prescindencia donde estos últimos se
encuentran radicados. Sin embargo ello no es así, y no lo es por la existencia de dos sistemas:
1. De unidad
2. Pluralidad
El primero, es todo cuanto señalamos al inicio, es decir pregona la extraterritorialidad del concurso,
los efectos del concurso se extienden a todos los países, por tanto, los bienes existentes en las diferentes
naciones responden al concurso abierto en una de ellas. También todos los acreedores, sin distingo de
nacionalidad o domicilio, deben concurrir al lugar donde tramita el concurso. El segundo sistema, el de la
pluralidad o territorialidad, contrario al primero, limita los efectos del concurso, al país donde el mismo se
produce. Es decir posibilita la pluralidad de concursos.
Nuestra ley, no adopta uno ni otro sistema en forma íntegra, en el primer apartado que, adhiere a
la extraterritorialidad pero no de todo el concurso, sino solo de la declaración de apertura del mismo lo que
autoriza a que en este país se solicite el concurso local o bien un acreedor quede habilitado a solicitar la
quiebra por un crédito que deba abonarse en éste país.
La ley protege a ultranza la “pars conditio creditorum” impidiendo que un acreedor se beneficie por
un cobro realizado en el extranjero con posterioridad a la apertura del concurso, disponiendo que dicho
cobro sea imputado al eventual cobro que le pudiera corresponder en el concurso que tramita en este país.
Concurso Preventivo: finalidad. Sujetos. Sociedades. Incapaces. Comerciante fallecido.
Presentación: contenido. Requisitos formales. Pequeños Concursos.
Articulo 5: sujetos
Representación:
Quien posee la representación legal de una persona jurídica es quien se encuentra habilitado
para solicitar la formación de un concurso preventivo o quien debe otorgar el mandato suficiente para
ello. La ley impone una determinación previa del órgano de administración, ya que no se trata de un
simple acto de administración, sino una decisión de trascendencia que requiere la deliberación previa de
dicho órgano y consecuente resolución que se debe acompañar, de modo tal que no medie duda alguna
respecto de la determinación tomada por el órgano de administración.
Ratificación:
También exige la ley, una determinación posterior, cual es la de que los socios, quienes deben
ratificar la decisión adoptada por el órgano de administración de haber dispuesto la presentación en
concurso preventivo. En efecto, la persona ideal con el solo pedido de su representante legal avalado por
la decisión del órgano de administración logra su concursabilidad y obtiene la apertura del concurso
preventivo incluso; empero hasta acá ninguna participación tuvo el órgano de gobierno de la sociedad,
esto es la asamblea de socios pertinente, que en definitiva es quien expresa la voluntad societaria.
Es obvio que ésta ratificación no deviene exigible, cuando el órgano de administración concuerda
plenamente con la asamblea, órgano de gobierno, o socios, tal es el caso que habitualmente acontece
con las sociedades de responsabilidad limitada, en donde los gerentes peticionantes y firmantes de la
solicitud de apertura de concurso, son los únicos socios de la sociedad. Tal exigencia constituirá un
exceso ritual manifiesto.
“No puede darse curso a la convocatoria de acreedores de la SRL, hecho por quien, según las
constancias del Registro Público y a raíz de la cesión de cuotas y modificación del contrato social, no
tiene la dirección técnica y administrativa de la sociedad”.
“La petición formulada por sus representantes legales, debe serlo en forma conjunta si así se le
ha conferido la representación; están obligados también a presentar la constancia de la decisión del
órgano interno de administración, o sea el directorio.”
Incapaz:
ARTICULO 22.- Capacidad de derecho. Toda persona humana goza de la aptitud para ser titular de
derechos y deberes jurídicos. La ley puede privar o limitar esta capacidad respecto de hechos, simples
actos, o actos jurídicos determinados.
ARTICULO 23.- Capacidad de ejercicio. Toda persona humana puede ejercer por sí misma sus
derechos, excepto las limitaciones expresamente previstas en este Código y en una sentencia judicial.
b) la persona que no cuenta con la edad y grado de madurez suficiente, con el alcance dispuesto en la
Sección 2ª de este Capítulo;
c) la persona declarada incapaz por sentencia judicial, en la extensión dispuesta en esa decisión.
Inhabilitados
ARTICULO 48.- Pródigos. Pueden ser inhabilitados quienes por la prodigalidad en la gestión de sus
bienes expongan a su cónyuge, conviviente o a sus hijos menores de edad o con discapacidad a la
pérdida del patrimonio. A estos fines, se considera persona con discapacidad, a toda persona que
padece una alteración funcional permanente o prolongada, física o mental, que en relación a su edad y
medio social implica desventajas considerables para su integración familiar, social, educacional o laboral.
La acción sólo corresponde al cónyuge, conviviente y a los ascendientes y descendientes.
ARTICULO 49.- Efectos. La declaración de inhabilitación importa la designación de un apoyo, que debe
asistir al inhabilitado en el otorgamiento de actos de disposición entre vivos y en los demás actos que el
juez fije en la sentencia.
ARTICULO 50.- Cese de la inhabilitación. El cese de la inhabilitación se decreta por el juez que la
declaró, previo examen interdisciplinario que dictamine sobre el restablecimiento de la persona.
Si el restablecimiento no es total, el juez puede ampliar la nómina de actos que la persona puede realizar
por sí o con apoyo.
La ratificación debe ser efectuada por los demás herederos y si uno de ellos rechaza esta
ratificación corresponderá merituar sus razones, pudiendo el renuente incurrir en abusos de derecho y en
consecuencia el juez prescindir de su conformidad. Lo que si constituye un requisito insoslayable es que
el patrimonio del fallecido se mantenga separado del patrimonio de los herederos, por cuanto si ello no
ocurre y dichos bienes se encuentran ingresados al patrimonio de los herederos y por ende confundidos,
estos responden con todos sus bienes por las deudas del causante. Se pretende que los sucesores, sin
perder el beneficio de inventario, puedan encontrar solución concursal al patrimonio del fallecido y sin
que ello le implique la asunción de riesgos propios. Es loable la disposición ya que tiende a evitar que
patrimonio comprometidos de personas fallecidas no sean abandonados e intenten su recuperación y
saneamiento.
Por la trascendencia del acto a realizar es menester que quien actúe en representación de quien
solicita la formación de un concurso preventivo cuente con facultad especial, por lo que el poder general
para juicio aparece, en principio, como insuficiente, al menos que en el mismo se cuente con una
clausula especial que autorice al mandatario a solicitar el concurso preventivo del mandante.
Este articulo tiene sentido en relación a la anterior ley de concursos (19.551) en la que se
imponía solicitar la formación de concurso dentro de 3 días de haber conocido o debido conocer su
estado de cesación de pagos. Desde luego que aquella normativa no fue respetada en momento alguno,
ya que los representantes optaban por efectuar la presentación en el momento que ellos consideraban
oportuno y no en el momento en que la ley lo imponía en forma generalizada y sin atender situaciones
particulares.
Esta obligación de presentar su pedido de concurso preventivo dentro de los 3 días de haber
conocido o debido conocer su estado de cesación de pagos fue dejada sin efecto por la ley 22.917. Aún
cuando la ley tiende a proteger al sujeto que se encuentra en estado de cesación de pagos y le posibilita
que se presente en concurso preventivo, y que sus acreedores le otorguen una posibilidad de pago
diferente a la convenida originariamente, la sola presentación en concurso, produce de hecho y en forma
casi automática la inmediata suspensión de todo crédito, ya que el concursado no consigue en adelante
que ninguna institución crediticia le otorgue crédito y sus proveedores, en la mayoría de las veces, son
también reacios a continuar confiando en el mismo.
Esta es una de las tantas criticas que se formula a esta ley y a las anteriores, ya que ninguna de
ellas previó un sistema de protección para personas o empresas en dificultades financieras, empero que
no se encuentran todavía en estado de cesación de pagos. Esta ley, avanzó algo al respecto con el
Acuerdo Preventivo Extrajudicial, art 69, donde se posibilita realizar acuerdos con los acreedores, aun
cuando el deudor no se encuentre en estado de cesación de pagos. Es decir posibilita acudir a esa
nueva figura concursal, tanto al que se encuentra en estado de cesación de pagos, como al que tuviese
dificultades económicas o financieras de carácter general.
Este articulo expone un principio concursal fundamental, cual es que el concurso preventivo
prevalece sobre la quiebra. En efecto mientras el concurso preventivo, tiende a la preservación de la
empresa, la conservación de la fuente de trabajo, al otorgamiento de un plazo o posibilidad para que el
deudor cumple con sus obligaciones y continúe con su empresa o actividad; la quiebra, por el contrario,
tiene un fin inequívoco, que es el de liquidar los bienes, realizar el patrimonio del deudor, para con el
producido de la venta, repartir entre los acreedores de acuerdo a sus privilegios y respecto de los
acreedores quirografarios a prorrata.
Ha sido éste el espíritu del legislador, el que se ve reflejado en el art. 90, conversión de quiebra
en concurso preventivo, y en éste mismo art. 10, en el que posibilita el concurso mientras la quiebra no
haya sido declarada. La jurisprudencia predominante sostiene que cabe admitir la pretensión concursal
cuando la sentencia de quiebra haya sido recurrida, es decir no se encuentre firme por haber sido motivo
del recurso previsto por la misma ley, recurso de reposición ante el mismo juez sentenciante de la
quiebra y el art. 96, último párrafo. Es decir, siempre predomina el concurso preventivo ante la quiebra,
por la simple razón que uno implica continuidad, vida, permanencia de un patrimonio.
Tiene especial importancia por cuanto el cumplimiento de estos requisitos depende que la
presentación en concurso preventivo sea aceptada por el juzgado y se decrete la apertura del mismo. El
no cumplimiento de estos recaudos produce el rechazo del pedido. Por el contrario su cumplimiento
impone al juzgado la apertura del concurso preventivo sin que corresponda otra exigencia formal. Nos
encontramos ante una enumeración TAXATIVA.
El pedido de apertura de un concurso preventivo, constituye una verdadera demanda judicial,
toda vez que su presentación da lugar a un proceso judicial especifico o típico y su admisión, apertura y
publicación de edictos, causa efectos no solo al presentante sino y fundamentalmente a los terceros
acreedores que ven, entre otras consecuencias, paralizarse los juicios por ellos iniciados en contra del
concursado. Si estos acreedores pretenden introducir sus derechos a este proceso, concurso preventivo,
deben inexorablemente recurrir al especial procedimiento de verificación de créditos previsto por esta ley
(art. 32)
Explicar en forma clara y terminante los motivos que impulsaron al presentante a solicitar la
formación de concurso preventivo. La explicación resulta necesaria para que el juez, que va a decidir
acerca de la apertura del concurso, tenga conocimiento puntual de las razones que llevaron al estado de
cesación de pagos. Si quien se presenta no se encuentra en estado de cesación de pagos, la apertura
no resulta jurídicamente posible y corresponderá el rechazo de la presentación. Por ello deviene
imprescindible no solo manifestar el estado de insolvencia sino además corroborarlo mediante algún
hecho revelador previsto en el art. 79.
Esta exigencia se estatuye para que se tenga un cabal conocimiento acerca de cual es la
situación actual patrimonial del deudor, como está compuesto su activo, cual es el pasivo y la forma en
que el mismo ha sido confeccionado. La forma en que tanto el activo como el pasivo son valorados debe
ser uniforme, puesto que lo contrario, además de resultar técnicamente inadmisible, da lugar a la
incertidumbre de su real composición. Tiene por fin brindar transparencia y seriedad e impone la
presentación de datos fidedignos, de modo tal que desde el comienzo de este excepcional
procedimiento, los interesados tengan una noción aproximada de la real situación patrimonial del
concursado y puedan evaluar sus posibilidades de cobro futuro.
Es de importancia reseñar que la diferencia entre activo y pasivo, por sustancial que fuere, no
incide en la determinación que el juez habrá de tomar al momento de resolver acerca de la apertura del
concurso preventivo, puesto que son los acreedores quienes decidirán acerca de la suerte que correrá el
presentante, porque son los mismos quienes apoyarán o no al concursado, según cual fuere la
propuesta de pago que en su momento se formule, y cuales sean las posibilidades que ellos interpreten
que tiene el concursado de salir airoso.
Este estado de situación patrimonial debe ser acompañado de dictamen suscripto por contador
público nacional, por cuanto hace a la labor especifica y puntual que debe desarrollar el Contador al
preparar la documentación necesaria para la presentación en concurso.
Dictamen y certificación:
El dictamen implica opinión y juicio que se forma o emite sobre una cosa. La opinión lleva carga
de subjetividad. La certificación, que se aplica a ciertas situaciones de hecho o comprobaciones
especiales, a través de la constatación con los registros contables y otra documentación de respaldo y
sin que la manifestación del contador al respecto, represente la emisión de un juicio técnico acerca de lo
que se certifica. En la certificación se trata de decir, de afirmar, de asegurar de dar por cierta
determinada información, situación o documentación. Se asegura, más allá de toda duda que es tal
como se expone, ni más ni menos, ni parecido, ni similar, solo igual porque concuerda con los elementos
tenidos en cuenta.
El dictamen aludido en la norma no resulta exigible en los casos de los pequeños concursos y
quiebras (art 288), en donde se excluye tal recaudo. La intención del legislador ha sido la de flexibilizar y
facilitar estos pequeños procesos, evitando de esta forma mayores costos para procesos supuestamente
de menor importancia y para un sujeto que no se encuentra en condiciones de pagar. Nos encontramos
frente a un pequeño concurso o quiebra cuando se presentan en forma indistinta cualquiera de las
siguientes circunstancias:
Inc. 4: Balances:
Intenta con esto la ley, evitar que un sujeto se mantenga en forma permanente en estado
concursal, postergando sistemáticamente a sus acreedores a la conclusión de un nuevo proceso
concursal. Se considera que dicho sujeto, por su manifiesta y continua inoperancia no debe ser
beneficiado con un proceso concursal, al cual recientemente tuvo acceso.
Inc. 8:
Este inciso fue incorporado por la ley 26.684 y obliga al peticionante del concurso a acompañar
la nómina y especificar las deudas tanto con el trabajador como con los organismos de seguridad social.
Penúltimo párrafo:
Constituye falta grave del secretario la omisión de mantener el legajo idéntico al principal, lo que
sucede a menudo, y de allí los inconvenientes prácticos que se presentan para un adecuado control, por
cuanto las providencias que los juzgados dictan y en las que se hacen referencia a escritos o proveídos
dictados a determinadas fojas del principal, no coinciden con las del legajo. Por ello, los escritos no
presentados por duplicados ante el juzgado, no deben ser admitidos por falta de una formalidad esencial.
Ultimo párrafo:
Prevé la posibilidad de que el pedido de apertura de concurso preventivo se formule aun cuando
falte alguno de los recaudos antes expuestos, debiendo en tal caso solicitar prórroga para completar los
mismos. Dicha solicitud de prórroga debe ser suficientemente justificada en causal válida.
Se justifica en las razones de urgencia que imponen una inmediata presentación, que ocurre
habitualmente, toda vez que la presentación de urgencia se realiza, en la mayoría de los casos, al solo
efecto de evitar un daño inminente, como la subasta de un bien de propiedad del concursado,
peticionándose la suspensión del remate en la acción individual, en donde, de prosperar la venta judicial,
solo éste acreedor se verá favorecido en detrimento de los restantes acreedores que concurrirán al
concurso con un patrimonio disminuido.
El domicilio que se ordena constituir es el domicilio procesal, donde serán validas las
notificaciones. En caso de no haberlo hecho en oportunidad de la presentación, podrá efectuarlo con
posterioridad. Esta omisión no tiene sanción alguna. En todo juicio se debe constituir domicilio procesal y
en caso de no hacerlo, las notificaciones se realizan en la secretaria del juzgado.
Concepto:
Se procuró instaurar bajo este régimen una manera de simplificar el trámite judicial para
aquellos sujetos de pequeña envergadura operativa, entendiendo el legislador que representaban
parámetros indicativos:
Para que un concurso preventivo o quiebra se consideran pequeño deben cumplirse cualquiera
de las premisas de estas tres circunstancias, cualquiera de ellas fuera, resultara de aplicación lo relativo
al pequeño concurso.
Sin embargo, esta disposición no es absoluta, se atenderá a las circunstancias de cada caso en
particular, ordenando el juez concursal la aplicación de las disposiciones del concurso ordinario cuando
advierta que ello es lo conveniente.
Ahora bien, si a un pequeño concurso, por la complejidad que el mismo prima facie presenta, el
juez dispone aplicar la normativa correspondiente a un concurso ordinario, no corresponderá exigir al
concursado lo previsto por los inc 3 y 5 del ART 11, en cuanto a la exigencia de los dictámenes a cargo
de un contador público nacional, porque de acuerdo a la norma, el presentante en curso dio
cumplimiento como pequeño concurso, sin perjuicio de la facultad del juez de no considerarlo tal por su
importancia y segura complejidad posterior.
a) Respecto de los requisitos del art 11, tramite de presentación en concurso, se prescindirá de:
Dictamen de contador publico respecto al estado de situación patrimonial a la fecha de
presentación de concurso preventivo.
Dictamen de contador publico sobre la correspondencia entre lo denunciado por el
deudor, respecto de sus acreedores y sus registros contables o documentación
existente. Y la certificación de que no existen otros acreedores en los registros o
documentación existente.
No comprendemos por que razón el legislador priva a estos sujetos de la segunda posibilidad
que otorga el cramdown, más todavía, si tal cual lo indicáramos en el cometario precedente, no son
pequeñas empresas, su patrimonio es de importancia al igual que su estructura y la liquidación, produce
un grave daño que la ley a lo largo y ancho ha intentado evitar.
Apertura del Concurso. Auto de apertura: contenido. Publicidad. Carta a los acreedores.
Desistimiento tácito y voluntario. Nueva Presentación.
En el 2º parr., enumera TAXATIVAMENTE las causales por las cuales el juez se encuentra
facultado a rechazar el pedido de formación de concurso preventivo. Ninguna otra causal legitima al juez
a rechazar la presentación en concurso. La apreciación del cumplimiento de los recaudos sustanciales y
formales, solo compete al órgano jurisdiccional, por lo que ningún acreedor interesado tiene legitimación
para formular oposición.
Apelabilidad:
La resolución es apelable, en tanto dicha resolución sea denegatoria de la apertura, es decir, que
sea rechazado el pedido de formación de concurso, porque el auto que declara la apertura es inapelable
por norma general (Art 273, inc 3). El recurso debe ser concedido, en relación y con efecto
SUSPENSIVO de acuerdo a los dispuesto por el art 273 inc. 4, motivo por el cual los efectos de esta
presentación no podrán ser obviados mientras dure esta apelación y los juicios con actos de ejecución
forzada seguidos contra el sujeto que se presentó en concurso y que le fue denegada su presentación
inexorablemente deberán ser suspendidos.
Deviene imprescindible, toda vez que con la indicación de su nombre se llamará, mediante
edictos a todos sus acreedores para que hagan valer sus derechos en este proceso. La identificación de
los socios ilimitadamente responsables en la resolución de apertura de concurso preventivo no implica
en modo alguno que dicha inclusión signifique la concursalidad de estos en forma particular, los que son
individualizados en la resolución al solo efecto de una eventual quiebra posterior de la sociedad. En tal
sentido, el art. 160 prevé: la quiebra de la sociedad importa la quiebra de sus socios con responsabilidad
ilimitada”.
El juzgado fija una fecha para el sorteo del síndico. Conforme acordadas de la Corte de Justicia,
cada 4 años se efectúa un llamado para la inscripción de todos aquellos profesionales, contador público,
que deseen inscribirse como síndicos. Para los pequeños concursos y quiebras corresponderá sortear
sindicatura unipersonal categoría B; mientras en los grandes corresponde sortear entre los estudios
inscriptos como tales y compuestos por contadores y abogados, categoría A.
Se establece un plazo tope para que los acreedores formulen sus pedidos de verificación de
créditos ante el síndico. Este plazo, es publicado en los edictos y por consiguiente, todo aquel que
realice la verificación de créditos dentro del plazo establecido por el juzgado se incorpora al proceso en
forma adecuada y con enormes beneficios; por el contrario, el acreedor que deja vencer este plazo, para
incorporarse al proceso concursal deberá ocurrir por la vía incidental, verificación tardía, prevista
asistemáticamente en el ART 56. Decimos que tiene beneficio la presentación tempestiva, por cuanto el
acreedor que así lo hace participa de todo el proceso informativo libre de pago de toda costa judicial,
pudiendo incluso formular las impugnaciones u observaciones que estime corresponder sobre cualquiera
de todos los créditos insinuados; mientras que, el peticionante tardío, debe abonar costas por su
presentación extemporánea.
Inc. 4: edictos:
La sola apertura del concurso preventivo produce una seria de efectos, entre ellos, la inhibición
general para disponer y gravar bienes. Para hacer efectiva esta medida judicial dispuesta resulta
necesario que se anote en todos aquellas oficinas publicas la existencia del concurso preventivo, a fin de
poder hacer cumplir los efectos propios del concurso.
Ello normalmente acontece con los acreedores que se domicilian fuera del radio de la
jurisdicción, que no tomaron conocimiento porque no se publicaron edictos en su jurisdicción y tampoco
recibieron la notificación epistolar del síndico. Ocurre habitualmente que el sindico no envía la
correspondencia a algunos acreedores porque no fueron denunciados por lo cual no podía conocerlos.
La apertura del concurso marca el inicio del procedimiento concursal y desde esta primera
resolución judicial se establecen las fechas en que el síndico debe presentar el Informe individual y el
General. La opinión del sindico opinando sobre un determinado crédito, no resulta obligatoria para el
magistrado, quien posee las más amplias facultades para apartarse de dicho consejo.
Se impone la obligación de notificar a los trabajadores con carteles en los lugares de trabajo, a
fin de que ellos tengan conocimiento de la marcha del proceso y puedan incluso empezar a prepararse
para una eventual conformación de una cooperativa para intervenir en el llamado cramdown o salvataje.
La ley 26.086 incorpora la obligación de correr vista al sindico a fin de que el mismo se expida,
previa auditoria, respecto de los pasivos laborales denunciados por el concursado en oportunidad del art
.11, como asimismo respecto de otros posibles créditos laborales comprendidos en el pronto pago. Lo
que se pretende con éste agregado es, tener una especie de declaración anticipada de adminisibilidad
del crédito, para que el mismo no solo puede requerir su crédito por vía de pronto pago laboral, sino
además para posibilitar su incorporación en el comité de control en representación de los trabajadores.
También es un agregado de la ley 26.086, que tiene por fin un mayor control respecto de la
evolución o involución de la concursada, consistente el mismo en informar si se cumplen con las normas
legales u fiscales, empero fundamentalmente para saber si existen fondos líquidos disponibles para
afrontar el pronto pago laboral.
La ley 26.684, modifica el nombre de comité de acreedores pro el de comité de control. En razón
de encontrarnos con una reforma con eminente favoritismo para con los trabajadores, desde el comienzo
del proceso concursal se le empieza otorgando intervención con el fin de que se encuentren
suficientemente informados acerca de todo cuanto acontece en la empresa y dentro del comité que
posee, art 260, las más variadas facultades. El comité, tiene por fin otorgar a los acreedores en general
una mayor participación en el proceso y fundamentalmente en el control de la actividad que desarrolla el
concursado, que como sabemos, continúa administrando sus bienes. Con la intervención del trabajador y
las posibilidades que el mismo tiene fundamentalmente en ocasión del cramdown, consideramos que
este órgano del concurso tendrá una activa participación motivada por el trabajador.
Si bien, la prohibición de salir de país existe, queda ella sin efecto, con la sola comunicación del
interesado al juzgado de que el concursado y/o el administrador y/0 los socios con responsabilidad
ilimitada se ausentaran del país. El concursado o quien vaya a viajar solo debe comunicar, sin esperar
respuesta alguna del juzgado. Cuando el viaje al exterior sea por un plazo superior a los 40 días
corridos, allí si la autorización judicial se debe requerir y esperar cuanto disponga el juzgado.
En la actual ley, solo en caso de quiebra la autorización judicial deviene necesaria, art 103 y es
por ello que la sentencia de quiebra obliga hacer las comunicaciones pertinentes, art 88, ley 24.522, a los
fines de que el fallido no salga del país.
El comité de acreedores tiene por fin coadyuvar en el control de la gestión del deudor y en la
adopción de medidas que permitan garantizar la preservación de su patrimonio, todo lo cual contribuirá a
asegurar el cobro del aquellos créditos.
Esta norma marca dos premisas de orden procesal fundamental a lo largo del proceso concursal,
que son la notificación automática o ministerio legis de todas las providencias que se dicten y la
existencia del legajo o expediente paralelo. La notificación automática no se limita al deudor sino que se
hace extensiva a todos los acreedores o interesados en el concurso, en tanto no corresponda una
notificación personal o por cédula.
Las notificaciones ministerio ley, obviamente se rigen por las disposiciones procesales de cada
jurisdicción, que cuentan con 2 días a la semana, día de nota, en que las mismas se producen. En
cuanto al expediente paralelo o legajo, la ley exige su existencia precisamente para posibilitar su
consulta en forma permanente, razón esta por la que el legajo debe permanecer en forma permanente
en mesa de entradas del juzgado y a disposición del concursado, el síndico, los acreedores o cualquier
interesado.
La publicación de edictos en la forma indicada por la norma tiene enorme importancia si se tiene
presente que el no cumplimiento de su publicación en tiempo y forma importa, como sanción, el
desistimiento del proceso, con todos los riesgos que ello implica.
Articulo 28: establecimientos en otra jurisdicción
Prevé la norma que la publicación se realice asimismo en todos los lugares de distinta
jurisdicción donde el concursado tenga establecimientos. Que la imprecisión del término establecimiento
da lugar a distintas interpretaciones, habida cuenta que podemos encontrarnos frente a locales que no
son sucursales o agencias, lo que daría lugar a dudas. Si el objeto de la norma no es otro que el de una
amplia y eficaz difusión de la apertura del concurso a fin de que los acreedores concurran a hacer valer
sus derechos, corresponderá estar al análisis de cada caso en particular, sin perjuicio de señalar nuestra
opinión respecto de aquellos locales que poseen algunas empresas y que solo se tratan de simples
depósitos de acopio de mercadería para facilitar su posterior distribución.
Tiene importancia una adecuada publicación por que de otro modo se complica el proceso
concursal, con incidentes que corren pro cuerda separada, ya que los acreedores tardíos pueden
solicitar su pedido de verificación de crédito, mediante incidente. Los acreedores que no formularon la
verificación de créditos tempestiva, es decir hasta la fecha indicada en la resolución de apertura del
concurso, la que debe ser también precisada en los edictos, soportan el pago de las costas judiciales por
su negligente proceder. Ahora bien, si ello se debió a una ineficaz publicación podrá ser eximidos del
pago de dichas costas debiéndola soportar las partes por el orden causado.
Para acreditar el cumplimiento de publicación de edictos durante todos los días acreditar el
cumplimiento de publicación de edictos durante todos los días, corresponderá adjuntar la hoja íntegra de
ambos diarios en donde se observe la fecha de cada publicación.
La carta se enviará a los acreedores que fueran denunciados por el concursado en el escrito de
presentación en concurso preventivo y en los domicilios allí indicados, ya que el síndico no tiene
conocimiento de la existencia de otros acreedores si los hubiera. El incumplimiento de la sindicatura no
trae aparejada sanción alguna, empero su omisión lo puede hacer pasible de sanciones de acuerdo a lo
prescrito por el art. 255.
DESISTIMIENTO
Puede entonces el concursado presentarse y desistir cuantas veces quiera, en tanto no existía
un pedido de quiebra. Si se desiste del concurso preventivo o se lo tiene por desistido y existe un pedido
de quiebra pendiente o suspendida por la presentación en concurso, automáticamente recobra vida el
pedido de quiebra y la quiebra se debe decretar.
Designación del síndico. Requisitos para su nombramiento. Acordadas Corte Justicia vigentes
(Ej. Nº 4.110 y 7.662). Funciones, Atribuciones y Responsabilidades del Síndico. Categorías.
Sindicatura plural. Comité de acreedores. Enajenadores. Estimadores. Demás funcionarios.
Honorarios.
Enunciación:
La enumeración que hace el articulo es parcial, también son funcionarios de los concursos los
enajenadores y los evaluadores. El sindico, es un funcionario del concurso, es parte en el proceso
concursal, no representa ni al deudor ni a los acreedores, cumple una función estrictamente técnica
dentro de la esfera que le señala la ley, es un colaborador de la justicia.
Cuando la ley se refiere a los controladores, alude a los comités de acreedores que actúan tanto
en el concurso preventivo como en la quiebra.
El sindico es un colaborador del juez del concurso, dotado de capacidades técnicas, experiencia,
idoneidad, que complementan la tarea de aquel, excediendo sus funciones a la de un simple
administrador, dado que ellas de despliegan en un complejo abanico de deberes y atribuciones.
Aquel contador público que se inscriba como integrante de un estudio de contadores, no podrán
inscribirse simultáneamente como sindico individual. La ley intenta con ello evitar especulaciones y que
los integrantes de estudios se repitan como síndicos individuales. Se toma en consideración:
Procedimiento:
Con una frecuencia de 4 años, la cámara de apelación forma dos listas claramente
diferenciadas:
Las listas mencionadas deberán contener como mínimo 15 síndicos por juzgado y 10 síndicos
suplentes. Ante la presentación en concurso preventivo o declaración de quiebra, se practica un sorteo
público para designar el síndico individual o estudio de contadores que practicara la labor sindical.
Conforme la complejidad y magnitud del concurso el sorteo se realizara de una u otra lista. Esta
decisión queda reflejada en la resolución de apertura del concurso preventivo o en el auto de declaración
de quiebra. Se computan separadamente los concursos preventivos y las quiebras.
Sindicatura plural:
Cuando el volumen y la complejidad del proceso asi lo demandan, el juez podrá, mediante
resolución fundada que lo justifique, designar sindicatura plural indicando el régimen y coordinación de
trabajo. El juez procurará la mejor de las soluciones posibles combinando alternativas de integración
entre síndicos individuales y estudio de contadores.
En caso de quiebra posterior al concurso, continua el sindico del concurso preventivo cuando la
quiebra obedece al fracaso del mismo, por cualquier razón que fuera, emepro se debe cambiar de
sindicatura cuando el concursado no da cumplimiento con el pago de su propuesta concordataria.
Las atribuciones conferidas al sindico son las que emanan de la propia ley concursal que le
confiere facultades y le impone deberes con el fin de dilucidar la verdadera situación patrimonial del
concursado, identificando responsables.
La sindicatura debe llevar adelante el concurso o quiebra en que fuera elegido por sorteo no
pudiendo renunciar, establece la norma, salvo causa grave que impida su desempeño, con lo cual se
procura evitar que el sindico elija en que concurso trabajar, y en cual no hacerlo, sea por cuestiones de
complejidad o de expectativas de cobro, etc. de allí entonces que, cuando la cámara de apelaciones,
órgano juzgador de la renuncia solicitada, considere injustificable la renuncia, quedara inexorablemente
apartado del total de los concursos en que estuviera actuando.
Motiva la separación del cargo del sindico, si con su accionar u omisión detenta negligencia, falta
grave o mal desempeño de sus funciones, imposibilitando al mismo a ocupar el cargo de síndico durante
un término mínimo de cuatro y máximo de 10 años.
Según el caso, no se sancionara con la pena máxima de remoción, sino que podrá aplicar
apercibimiento o multa, como una sanción intermedia.
La falta de excusación oportuna, esto es, dentro de los 5 días d haber asumido el cargo o desde
la aparición de la causal, da lugar a su remoción por falta grave.
Se interpreta que la regulación de honorarios prevista por esta ley para la actuación de la
sindicatura es comprensiva del asesoramiento profesional que tuviera que demandar la misma por
materia fuera de su competencia, como así también del patrocinio letrado. Ello no obsta, que el juez
concursal bajo determinadas circunstancias autorice el pago de remuneraciones u honorarios con
prescindencia de la regulación de honorarios a la sindicatura.
Se exige al sindico que actué comprometiendo en forma personal y evidentemente esto tiene
que ver con la responsabilidad que éste debe asumir al desarrollar su tarea profesional. Esta actuación
personal es comprensiva de actuaciones que se realicen aun fuera de la jurisdicción del tribunal donde
radica la causa.
Lo dicho recientemente debe conjugarse con el principio de economía procesal y con las
disponibilidades de fondos en el concurso para los gastos que genera el tramite en otras jurisdicciones,
es por ello que la ley faculta para éstos casos a requerir la labor del agente fiscal de la jurisdicción
correspondiente.
La norma permite, si así resultare favorable al concurso y sin que signifique eximir de
responsabilidad al sindico, a nombrar apoderado para tramites fuera del tribunal.
La figura del co-administrador resulta relevante en los casos en que se decida la continuidad de
la explotación de una empresa quebrada, habilitando su actuación a quienes sean graduados en
administración de empresas. Esto tiene que ver con la formación que éstos profesionales reciben
concibiendo el funcionamiento y operación de la empresa en todos los aspectos y áreas. Desarrolla su
labor en forma complementaria e integrada con la sindicatura.
Remuneración:
Contratación de asesores profesionales: los integrantes del comité de control quedan habilitados
a requerir el asesoramiento profesional necesario a los fines de obtener un trabajo final calificado y que
en definitiva redunde en beneficio a los intereses del concurso. Las remuneraciones podrán regularse
dentro de un determinado rango y serán con cargo a los gastos del concurso.
Remoción: rigen las mismas causales de remoción que las previstas para la sindicatura. No
obstante ello, la norma menciona que los integrantes del comité podrán ser reemplazados respetándose
el mismo régimen de mayorías con el que fueron elegidos.
Son aquellos funcionarios que tienen a su cargo la venta de los bienes del fallido para el
posterior reparto de su producido entre los acreedores, en tal sentido la ley concursal encuentra
calificado pare esta tarea a: martilleros que detenten experiencia, 6 años de antigüedad en la matricula, y
casa abierta al público.
También podrán llevar adelante la venta de los bienes, menciona el presente el articulo, bancos
comerciales o de inversión, intermediarios profesionales en la enajenación de empresas, o cualquier
otro experto o entidad especializada.
La comisión por la labor desempeñada es de exclusivo cargo del comprador de los bienes sin
que se cargue a la quiebra con la misma. El concurso responde por los gastos que realicen los referidos
funcionarios cuando sean de costumbre u otros que tengan autorización judicial preparatorias de la
enajenación.
El sindico debe requerir al juez autorización para obtener colaboración de empleados en miras a
desarrollar su tarea Con rapidez y eficacia, puesto que esto en definitiva redundará en beneficio para el
concurso.
REGULACION DE HONORARIOS
Consideramos que cuando el sindico resulta vencedor, esto es, logra su objetivo a través de su
actuación judicial, la contraparte debe abonar los honorarios que a este funcionario le corresponden por
ésta tarea adicional, que se origina en un proceder impropio, por acción u omisión, de ella misma;
mientras que, si resulta vencido su tarea se debe considerar comprendida en las propias de la
sindicatura y dentro de la regulación que se efectúa a favor del sindico en las oportunidades indicadas en
el artículo.
Si en un incidente de revisión las costas fueron impuestas al acreedor vencido, este debe abonar
las honorarios del síndico y de su letrado, sin que corresponda valorar la actuación de ellos en la
oportunidad.
En caso de acuerdo preventivo, los honorarios totales de los funcionarios y de los letrados
del síndico y del deudor son regulados sobre el monto del activo prudencialmente estimado
por el juez o tribunal, en proporción no inferior al UNO POR CIENTO (1%) ni superior al
CUATRO POR CIENTO (4%), teniendo en cuenta los trabajos realizados y el tiempo de
desempeño.
Las regulaciones no pueden exceder el CUATRO POR CIENTO (4%) del pasivo verificado
ni ser inferiores a DOS (2) sueldos del secretario de primera instancia de la jurisdicción donde
tramita el concurso.
Para el caso que el monto del activo prudencialmente estimado supere la suma de cien
millones de pesos ($ 100.000.000), los honorarios previstos en este artículo no podrán
exceder el 1% del activo estimado. (Último párrafo incorporado por art. 14 de la Ley N°
25.563 B.O. 15/2/2002. Vigencia: a partir de su promulgación.)
En los casos de los incisos 3 y 4 del Artículo 265, la regulación de honorarios de los
funcionarios y profesionales, se efectúa sobre el activo realizado, no pudiendo en su totalidad
ser inferior al CUATRO POR CIENTO (4%), ni a TRES (3) sueldos del secretario de primera
instancia de la jurisdicción en que tramita el concurso, el que sea mayor, ni superior al DOCE
POR CIENTO (12%) del activo realizado.
Esta proporción se aplica en el caso del Artículo 265, inciso 2, calculándose prudencialmente
el valor del activo hasta entonces no realizado, para adicionarlo al ya realizado, y teniendo
en consideración la proporción de tareas efectivamente cumplida.
Si la quiebra concluye por pago total, se aplica lo normado por el articulo anterior. Para los casos
de clausura del procedimiento por falta de activo o conclusión de la quiebra por inexistencia de
acreedores, los honorarios se regularán conforme el trabajo realizado y por monto que el juez de la
quiebra considere apropiado, pero no se establece en el presente artículo los porcentajes o montos que
darán lugar a la referida regulación.
Desde luego que estos honorarios son adicionales a los que corresponderán regular cuando la
empresa en funcionamiento, en virtud de la continuidad dispuesta, sea vendida, en cuyo caso resultaran
de aplicación los art precedentes.
Resultan apelables por los titulares de cada una de ellas, por el síndico y además por el deudor
los siguientes casos de regulaciones de honorarios:
En los siguientes casos podrán apelar el sindico y los titulares de cada una de ellas:
En estos dos casos, con prescindencia de la apelación de los titulares y del síndico, el tribunal
superior podrá reducir el monto de los honorarios regulados. En estos supuestos, el juez debe siempre
remitir a la alzada su regulación para que ella revise, ello así porque se está abonando con bienes
obtenidos por la realización del patrimonio del fallido.
BOLILLA 4 CONCURSAL
Efectos de la apertura del Concurso Preventivo. Administración. Actos prohibidos. Actos sujetos
a autorización. Actos ineficaces. Contrato de Trabajo: Pronto Pago. Convenios colectivos. Socios
con responsabilidad ilimitada.
La apertura del concurso preventivo produce diferentes efectos. Comenzaremos con los efectos
directos qué en relación al patrimonio produce el concurso preventivo.
Administración:
El concursado conserva la administración de sus bienes, empero bajo la vigilancia del síndico.
¿Qué se entiende por administrar dentro de este contexto normativo? Consideramos tal todos aquellos
actos que no excedan de la administración ordinaria, en íntima vinculación con el objeto de la actividad
que desarrolla el concursado.
Limites de la administración:
El patrimonio del concursado es la garantía de cobro de los acreedores, por lo que no resulta
entonces admisible que el deudor concursado, que se encuentra inmerso en una crisis económica
financiera, pueda disponer libremente de ellos sin rendir cuentas a nadie.
Gratuidad y alterabilidad:
En el primer párrafo de este articulo, como conducta prohibida, se indica los actos a título
gratuito. Desde luego que tal facultad le esta vedada toda vez que a partir de la presentación en
concurso, el concursado no posee la libre disponibilidad de su patrimonio y la entrega de bienes a título
gratuito a terceros, perjudica a los acreedores que verán disminuidas sus expectativas de cobro ante una
eventual quiebra posterior, por la sencilla razón que el patrimonio decrece frente a una liberalidad.
La inalterabilidad que pretende proteger este artículo esta en íntima vinculación con la igualdad
de los acreedores ante el concurso, que se vería violada de aceptar este cambio de condición como
podría ser la de convertir un acreedor quirografario en privilegiado. La inalterabilidad que impone esta
norma no es taxativa, sino que esta dirigida a cualquier tipo de operación, que de una u otra forma,
importe favorecer a un acreedor.
No se encuentra comprendidos en esta forma y por cierto constituyen una excepción legal, los
créditos del co-contratante, a quien se le puede abonar su crédito anterior al concurso, tal cual esté
prescripto pro el art. 20, cuando expresa: “La continuación del contrato autoriza al co-contratante a exigir
el cumplimento de las presentaciones adeudadas a la fecha de presentación en concurso, bajo
apercibimiento de resolución”. Desde luego, en este caso, previa autorización judicial.
Constituye esta modificación una de las más importantes de las leyes 26.086 y 26.684. En el
mecanismo anterior se condicionaba el cobro del trabajador “al resultado de la explotación de la
empresa”, terminología ésta que se prestaba para distintas interpretaciones que en definitiva concluían
con el no pago al trabajador, y ello, fundamentalmente, porque no definía el momento del pago. Es así
como, el resultado de la explotación de la empresa, o la ganancia nunca alcanzaba para atender los
reclamos de pronto pago, por cuando se priorizaban las necesidades de la empresa, en resguardo de
otra máxima concursal como es la conservación de la empresa.
Esta reforma, concreta el tiempo de pago, dentro de los 10 días del informe del art. 4, inc. 11 y
afecta un 3% del ingreso bruto de la concursada para destinar al pronto pago; desde luego, en tanto no
existan fondos líquidos disponibles, y además en tanto claro esta que la retención del 3% del ingreso
bruto, no afecte letalmente a la empresa, esto es, que no la paralice, que no sea vea ella obligada a
cerrar sus puertas por afrontar éste pago.
La solicitud de pronto pago no constituye un pedido de verificación de crédito especial para los
trabajadores, es concretamente una autorización de pago para que el concursado pueda abonar a sus
empleados durante el cuso del proceso concursal y sin que estos tengan que esperar el cobro conforme
el acuerdo preventivo que el concursado pueda lograr de sus acreedores.
Distinto ocurre en la quiebra, en donde la ley, en referencia a estos créditos laborales, ordena su
pago (art 183)
Ahora bien, de no ser admitido el pronto pago, téngase presente que el art 16 refiere a su
denegación, la que puede ser total o parcial, el interesado queda habilitado para iniciarse o continuar el
juicio laboral ante el juez de ese fuero. La resolución denegatoria del pronto pago solo puede
fundamentarse en la existencia de duda sobre el origen o legitimidad, o porque el derecho del trabajador
se encontrare controvertido o porque existiere sospecha de connivencia entre el trabajador y el
concursado, esto último, como una forma fraudulenta de extraer fondos del patrimonio afectado al
concurso. El instituto del pronto pago, al igual que el de la verificación de créditos, tiene un tramite
limitado, pero es de conocimiento pleno, por ello la resolución que admite el pronto pago tiene efectos de
cosas juzgada material.
Luego de la reforma de las leyes 26.086 y 26.684, los créditos posibles de pronto pago son los
siguientes:
En ningún caso el trabajador podrá percibir un importe mensual superior a cuatro salarios
mínimos, vitales y móviles, por lo que el síndico debe tener ello presente al programar los pagos de los
montos que emergen del informe que debe realizar en los términos del art 14 inc. 11 o de aquellos
créditos laborales que fueran declarados por el juez como pronto pagables. Si no se encuentran incluidos
en el informe aludido o no fue autorizado por juez, no corresponde efectuar pronto pago alguno al
trabajador.
Existe una categoría intermedia de actos, que no son los prohibidos y tampoco se encuentran
entre los permitidos, por consiguientes para resultar validos y consecuentemente se puedan oponer al
concurso, deben inexorablemente contar con la correspondiente autorización judicial. Estos actos, están
enumerados en el articulo y dicha enumeración no es taxativa, ya que concluye la norma expresando “y
los que exceden la administración ordinaria de su giro comercial”. Desde luego que, para determinar
cuales actos exceden la administración ordinaria y cuales no, corresponderá estar al caso en concreto.
Para una correcta interpretación se debe siempre tener presente que un concursado es un
eventual fallido, y que en este último supuesto, los acreedores percibirán sus créditos del producido,
venta, del patrimonio, razón por la cual estos actos deben ser autorizados en tanto, la reinversión resulte
inmediata y/o implique un inequívoco beneficio para el concursado y/o sus acreedores.
Ineficacia:
Este articulo prevé las consecuencias jurídicas que acarrea el incumplimiento a las disposiciones
de esta ley. Si las imposiciones legales vistas hasta el presente y las que en adelante se estudien no
tuvieran sanciones, el control judicial de nada serviría y nos encontraríamos frente a hechos consumados
con evidente perjuicio para los acreedores. Los actos cumplidos en violación a las imposiciones legales
resultan INEFICACES DE PLENO DERECHO.
Un acto es nulo cuando cuenta con un vicio intrínseco que lo invalida. Dicho acto jurídico,
consecuentemente, no es valido entre las partes, tampoco respecto de terceros. Cuando, nos referimos
a la ineficacia, no analizamos el acto en si mismo, el que por cierto pueda estar correctamente
perfeccionado; la ineficacia se limita a los efectos que genera ese acto, los cuales resultan inoponibles al
concurso, pese a la validez intrínseca y extrínseca del acto. En este caso, el acto es eficaz y valido entre
partes, pero resulta inoponible al concurso, concretamente, a los acreedores.
Tan claro es este concepto de la ineficacia, que si el concurso preventivo finaliza con el
cumplimiento del acuerdo preventivo, la operación realizada, la escritura pública de transferencia recobra
sus efectos y es exigible entre las partes. La doctrina aparece dividida acerca del significado de pleno
derecho, unos interpretan que el dictado del fallo establecido la ineficacia es necesario y tiene efecto
retroactivo a la fecha de su celebración; mientras que otros autores, señalan que la resolución judicial no
es necesaria, que el acto es ineficaz por si mismo.
Apartar al concursado de la administración no solo implicada para él una sanción grave, sino que
además significa una enorme responsabilidad para el concurso, toda vez que nos encontramos frente a
un proceso de crisis donde se intenta revertir la situación económica financiera y nadie mejor que el
propio concursado para llevar adelante tal cometido. Por ello lo aconsejable, salvo situaciones de
extrema gravedad, es la imposición de una coadministración. La separación de la administración que
desde luego puede ser temporaria y es remunerada.
Este artículo prevé una doble excepción a la regla de los principios comunes previstos por esta
ley 24.522: la primera excepción es que las resoluciones que en principio son inapelables y la segunda
excepción, es que cuando se admite la apelación, se concede con efecto suspensivo, sin embargo en
ese caso se concede con efecto devolutivo.
La concesión del recurso con efecto devolutivo, implica que la resolución se debe efectivizar a
partir del dictado de la resolución del juez del concurso y se mantiene la separación del concursado de la
administración o la medida que se haya impuesto, hasta tanto el tribunal superior se expida sobre a
apelación interpuesta, confirmando o revocando el fallo.
La ley incluye al síndico como uno de los funcionarios del concurso y como tal contribuye con el
asesoramiento pertinente de su ciencia, es decir actúa como un auxiliar de justicia, por lo que, en
principio le está vedado interponer recurso en contra de una resolución del juez. Sin embargo, en el
caso, media una expresa facultad para apelar cuando se deniega la medida, motivo por el que no cabe
su cuestionamiento o asimilación con otros supuestos previstos por la ley en donde la sindicatura carece
de legitimación para recurrir en apelación.
Este artículo tiene íntima vinculación con el art. 160, que establece que la quiebra de la sociedad
importa también la quiebra de los socios con responsabilidad ilimitada, es decir de aquellos socios que
no limitaron su responsabilidad al monto de su aporte societario, motivos por el cual responde con la
totalidad de sus bienes, previa venta de los bienes de la sociedad (beneficio de exclusión)
En lo que respecta a las sociedades irregulares, debemos decir que en razón que ellas no
cuentan con personería propia su representación en concurso preventivo debe estar realizada en su
nombre y en nombre personal de sus miembros o socios componentes de la misma, quienes responden,
ilimitadamente con sus bienes.
El fundamento de esta grave sanción en contra del socio con responsabilidad ilimitada se
sustenta en una presunción legal, cual es la que se presume que si el socio con responsabilidad ilimitada
no afrontó las obligaciones de la sociedad que compone, es por cuanto también se encuentra en estado
de cesación de pagos, y por ende le corresponde el dictado de la quiebra.
Julio RIVERA, no comparte este criterio e interpreta que el solo hecho del concurso preventivo
no es una causa de caducidad de los plazos, dice que el legislador ha previsto esta situación en forma
exclusiva para la quiebra. Concluye en que la cuestión esta regida por la ley de concursos, la que no
dispone que el concurso preventivo cause la extinción de todos los plazos.
Compartimos la opinión de Rivera, en cuanto el concurso preventivo por si mismo no produce el
vencimiento de los plazos de las obligaciones, sin perjuicio que a los fines de solicitar la verificación de
créditos, se deba realizar el calculo de los intereses hasta la fecha de presentación del deudor en
concurso preventivo, como si la obligación se encontrar vencida, habida cuenta que hasta esta fecha y
no mas allá se deban todos calcular los créditos.
Ahora bien, el hecho que se deba calcular los créditos a la fecha de presentación en concurso,
incluso los créditos que cuentan con garantías reales, no significa necesariamente que deban ser
consideradas vencidas estas obligaciones, sino que las mismas se deben calcular todas a una fecha
determinada, para saber a ciencia cierta cual es pasivo del concursado a la fecha de presentación.
Suspensión de intereses:
La presentación en concurso produce la suspensión de los intereses de todo tipo. Para el paso
que los intereses hayan sido de cobro adelantado, corresponderá deducirse los mismo hasta la fecha de
presentación en concurso. Encuentra fundamento en el hecho que la presentación en concurso
preventivo coloca a los acreedores en situación diferente a la anterior. En efecto, a partir del concurso
todos los acreedores deben someterse a las disposiciones de esta ley como única forma de poder hacer
valer sus derechos. Nos encontramos frente a un proceso universal y colectivo, es decir queda
comprometido todo el patrimonio del deudor y todos los acreedores.
La suspensión de los intereses no es sine die, sino que estará determinada por el mismo
proceso concursal, en oportunidad que el deudor deba recurrir a los acreedores en búsqueda del voto
necesario para la obtención del acuerdo preventivo. Es allí donde los acreedores podrán hacer valer su
peso y podrán negociar el renacimiento de los intereses, las quitas, etc.
En los créditos garantizados con prenda e hipoteca, cabe al acreedor el derecho a percibir tanto
los intereses compensatorios, como moratorios y/o punitorios convenios. A esta conclusión se arriba, si
se tiene presente lo ocurre en la quiebra, en donde solo se perciben, ART 129, los intereses
compensatorios.
Con respecto a la suspensión de intereses en el caso del warrant y para una adecuada
interpretación, debemos tener presente lo prescripto por el art 21, inc. 2, el que por parecido no resulta
igual. En efecto, aquel artículo es el que de alguna forma lleva al equivoco.
Esta norma (art. 19) debemos analizarla en forma aislada, ya que puntualiza lo referido a los
intereses y sólo excluye de la suspensión a los créditos garantizados con prenda e hipoteca. Obsérvese
que no se refiere a los créditos con garantías reales, como lo hace aquel artículo (art. 21 inc. 2) sino que
puntualiza nada más que a la prenda y a la hipoteca. No existe razón alguna para excluir el Warrant, que
también cuenta con una garantía real, pero lo cierto es que el legislador lo excluyó y que, la enumeración
de prenda e hipoteca, sólo puede ser interpretada como TAXATIVA.
Como su nombre lo indica, se refiere a todas aquellas obligaciones que no sean determinadas
en dinero. Ejemplo: dar cantidad de cosas, obligaciones de hacer. Corresponde en este supuesto,
determinar en dinero el valor de las cosas o de las obligaciones de hacer.
Deben ser convertidas a moneda de curso legal al momento de presentación del informe
individual. En este caso la conversión se realiza al sólo efecto del computo de las mayorías en
oportunidad de determinar si existe o no acuerdo preventivo y para una determinación transitoria del
pasivo.
Créditos laborales:
Los créditos del trabajador por salarios y/o por cualquier indemnización derivada de la relación
laboral también se encuentran excluidos de la suspensión de los intereses. El último párrafo de este
artículo fue agregado por la ley 26.684 que cuenta con un claro sesgo a favor de los trabajadores.
Cuando la ley se refiere a los contratos en curso de ejecución indica a aquellos que
encontrándose en plena vigencia ocurre que una de las partes se presenta en concurso preventivo. Por
su parte, cuando alude a los contratos con prestaciones reciprocas pendientes, se refiere a aquellos
contratos vigentes a la fecha de presentación en concurso y en los que, ambas partes recíprocamente,
se deben algo, esto es deben cumplir con obligaciones asumidas en el contrato.
Por regla general los simples contratos en curso de ejecución continúan como si nada hubiera
ocurrido. En otras palabras, la existencia del concurso preventivo, por si mismo, no produce la resolución
automática del concurso y es razonable que así sea toda vez que el concurso tiende a la continuación de
la empresa, a la continuidad y preservación del patrimonio, el cual podría verse seriamente perjudicado
de imponerse una resolución contractual automática.
Distinto ocurre en los contratos con prestaciones reciprocas pendientes, es decir aquellos
contratos vigentes a la fecha de presentación en concurso preventivo en donde ambos contratantes se
adeudan mutuamente obligaciones nacidas del contrato. Este es el supuesto al que se refiere éste
artículo.
La posición que adoptamos, esto es que no nos encontramos frente a contratos de prestaciones
reciprocas pendientes, por cuando podrán existir otros contratos de locación de inmuebles, también con
fines comerciales, empero donde el locador además de su obligación propia o común de un contrato de
esta naturaleza, asume obligaciones adicionales y específicas, tales como ampliar o acondicionar el
inmueble objeto de la locación en determinado tiempo y forma, etc.
El simple contrato de locación de inmuebles con fines comerciales que el concursado destina
sino para la explotación de su principal actividad o de una de sus tantas actividades de trabajo no está
previsto normativa y puntualmente en los denominados efectos de la apertura del concurso sino que esta
para el caso de quiebra, en el art 157, que nos remite al art. 144 o 193 según corresponda. En el primero
de ellos trata sobre los contratos de prestaciones reciprocas pendientes, otorgando la posibilidad al
tercero contratante in bonis de expresarse haciendo saber su voluntad de continuar o resolver el contrato
y al síndico (art 193), que actúa en cuenta del fallido, como consecuencia de su desapoderamiento, le
impone que dentro de los 20 días corridos a partir de la aceptación del cargo, se exprese sobre la
excepcional posibilidad de continuar con la explotación de la empresa del fallido.
Corresponde ahora merituar que ocurre con las obligaciones incumplidas con anterioridad a la
presentación en concurso preventivo y las incumplidas con posterioridad a la fecha de presentación en
concurso. Las obligaciones incumplidas con anterioridad a la presentación en concurso preventivo del
deudor, son deudas concursales y como tales quedan sometidas a la suerte del concurso debiendo el
locador acreedor acudir, en reclamo de su crédito, a la vía verificatoria para obtener el reconocimiento
judicial de su acreencia. El acreedor queda entonces sometido a las disposiciones concursales y a la
suerte del concurso preventivo del locatario.
En lo que respecta, a las obligaciones incumplidas con posterioridad a la fecha de presentación
en concurso preventivo, son deudas postconcursales por ende se encuentran fuera de la órbita del
concurso y son exigibles al concursado de igual forma que si el mismo no se hubiese presentado en
concurso preventivo. Es decir, el acreedor puede demandar el cobro de los alquileres adeudados, puede
solicitar el desalojo del concursado e incluso puede, lo que constituye su mejor arma judicial de cobro,
peticionar la quiebra del deudor concursado.
Fuero de atracción:
Uno de los principales efectos que producía la apertura del concurso preventivo, sin duda alguna
era la radicación ante el juzgado donde tramite el concurso de todos los juicios de contenido patrimonial
seguidos en contra del concursado, es decir de todos los juicios en que el mismo era demandado.
Sustentado en la unidad del trámite, en el convencimiento que ello permitía un mayor control y
una mejor administración de los bienes del concursado y primordialmente en el hecho de que esta forma
todos los juicios eran resueltos por un mismo juez, respetando de esta forma la igualdad de los
acreedores y evitando que se produzcan sentencia distintas para situaciones similares. La ley 26.086,
por el contrario consagra un principio de apertura, dejando prácticamente sin efecto el fuero de atracción,
toda vez que los juicios de conocimiento, las ejecuciones de garantías reales y los juicios laborales no se
suspenden y continúan tramitando en sus juzgados de origen.
Entonces, aquella máxima concursal todo dentro del concurso, nada fuera de él, sin duda que
con la reforma del art. 21 ha quedado en el olvido y debemos respetar esta nueva ley que prácticamente
carece de atracción y en donde las excepciones superan largamente la regla. La ley 26.086 se sustenta
en la imperiosa necesidad de que las reclamaciones laborales sean atendidas por jueces de ese fuero,
en virtud del derecho protegido que asiste a los trabajadores sustentado en el principio del principio in
dubio pro operario en contraposición del principio de conservación de la empresa.
Juicios de conocimiento:
Juicios laborales:
La prohibición de promover nuevos juicios no alcanza a los juicios laborales, por lo que quienes
poseen acciones de contenido patrimonial fundadas en relaciones laborales por causa o titulo anterior a
la presentación en concurso del deudor, pueden iniciar juicio en sede laboral.
De acuerdo a lo prescripto por el art. 21, la suspensión de los juicios de contenido patrimonial en
contra del concursado, opera a partir de la publicación de edictos. Entonces, si a partir de ese fecha se
suspenden los juicios, hasta esa fecha podrá promoverse acción en contra del concursado.
Nuestro comentario es crítico con esta disposición por cuanto entendemos que la intervención
del síndico en los procesos de conocimiento en trámite solo constituye una carga mayor de
responsabilidad para los síndicos, los que ya vienen desempeñándose de manera precaria, por cuanto
no se le facilitan medios económicos para determinados actos que debiera cumplir en resguardo de una
tarea de enorme responsabilidad.
Constituye sin duda alguna una disposición que solo lleva a la confusión de la precisa tarea que
como órgano sindical le compete. En efecto, el sindico no define al concursado, tampoco a la masa, el
síndico debe actuar de conformidad con la ley, independientemente del resultado que corresponda.
La sindicatura debe adoptar una posición defensiva respecto de la pretensión del actor, con lo
que tampoco cumple con su rol objetivo de actuación que impone la ley.
Título verificatorio:
Que la sentencia valga como titulo verificatorio, no significa que ella constituya por si misma la
admisión de ese crédito en el concurso. Quien obtiene una sentencia favorable en un proceso de
conocimiento o en un juicio laboral, debe concurrir al juez del concurso a los fines de verificar el crédito
que reconoce la sentencia. Dentro del plazo de 6 meses de haber quedado firme la sentencia.
Hoy no admite controversia alguna la continuidad de las ejecuciones de garantías reales ante el
juzgado originario. Todo ello porque la CSJ oportunamente sostuve que las ejecuciones de garantía
reales no se encuentran alcanzadas por el fuero de atracción, por lo que concluye en que no opera en
estos casos desplazamiento de la competencia en virtud de la naturaleza del proceso. (Casasa c/
Saiegh)
Entonces, el acreedor que ejecuta una garantía real puede continuar con la misma previa
intervención que corresponde otorgar al síndico de conformidad a lo prescripto en el apartado 1), para
poder rematar tendrá que acreditar haber presentado la verificación del crédito ante el síndico. Ello es
cuanto impone en definitiva la norma.
En este artículo se ratifica una vez mas el carácter de orden público que tiene esta ley, y que
solo a través del mismo, se puede lograr los objetivos fundamentales de la misma, cual es el tratamiento
igualitario para todos los acreedores del concursado.
Este beneficio está dirigido a determinadas entidades por lo que el eventual endoso a tercera
persona no transmite tal beneficio, por consiguiente no lo autoriza a proceder con la subasta
extrajudicial.
Se debe interpretar esta norma a favor del concursado, toda vez que nos encontramos tan solo
frente a una suspensión única y temporaria de una medida cautelar o de una subasta. Decimos única,
por cuanto la misma no debe ser repetida por el juzgado sobre el mismo bien, ya que ello implicaría, a
través de sucesivas suspensiones, desvirtuar el alcance de la norma.
Está facultado, no implica ello señalar que está obligado a suspender, sino que, si lo estima
conveniente en atención al caso concreto que le toca resolver, posee el poder suficiente para paralizar
un acto de esta naturaleza, concediendo de esta forma al concursado un plazo prudencial suficiente para
que solucione su inconveniente.
El juez del concurso es la máxima autoridad judicial respecto de los bienes del concursado y solo
él está legitimado para evaluar acerca de la conveniencia o no de la suspensión. También consideramos,
que el acreedor privilegiado puede exigir del concursado la constitución del seguro suficiente que cubra
el valor del bien y sus eventuales deterioros, aún cuando el mismo se encuentre en dificultades
financieras, toda vez que ello responde a elementales razones de seguridad, por lo que no corresponde
privar a un legitimo acreedor que finca su posibilidad de recupero en mismo bien.
El pedido de suspensión debe ser solicitado ante el juez del concurso quien dispone la inmediata
suspensión y comunica al juzgado actuante. Por el contrario, si transcurrido el plazo de los 90 días no se
ha cumplido con la obligación de pago prendaria o hipotecaria, el acreedor debe, ante el juez donde
tramita su ejecución, solicitar la reanudación del juicio y peticionar cuanto corresponda, debiendo probar
el solo cumplimiento del plazo con el acompañamiento de copias certificadas.
La anterior ley (19551) difiere sustancialmente de la actual, toda vez que en aquella existía para
el concursado una clara prohibición para viajar al exterior, mientras que en la actual, si bien se mantiene
la prohibición, la misma no requiere de una autorización para ausentarse del país, sino una mera
comunicación al juzgado haciendo saber que saldrá del país. No debe esperar respuesta alguna del
juzgado, basta con la simple comunicación en que debe indicar el tiempo en que se encontrar ausente y
él o los lugares donde viajara.
Si pretende viajar por un plazo superior a los 40 días, debe inevitablemente solicitar la
autorización judicial pertinente, indicando además de lo señalado, las razones que justifiquen el viaje, ya
que es posible que en tan largo plazo el trámite del concurso requiera la presencia del mismo. La norma
tiene un fin claro, evitar que la ausencia del concursado, paralice u obstaculice el proceso. La violación
del concursado a su obligación de comunicar su salida o solicitar autorización podrá dar lugar a una
sanción por parte del juez del concurso que puede llegar hasta la separación de la administración (art.
17)
BOLILLA 5 CONCURSAL
Proceso de verificación de créditos: forma, lugar, tiempo, efectos, arancel. Deberes y facultades
del síndico. Período de observación.
El artículo comienza señalando “todos los acreedores” por lo que no existen en principio
excepción alguna. Constituye una carga de estos concurrir al concurso y hacer de él valer sus derechos
en la forma y del modo que se indica, por ello se dice que nos encontramos frente a un proceso que se
ha dado en denominar típico por sus especiales características.
Dijimos que en principio no existen excepciones en cuenta se refiere a los acreedores, empero
los acreedores laborales deben concurrir al concurso mediante el pronto pago, que no es una verificación
de créditos propiamente dicha empero tiene, en definitiva, iguales efectos, toda vez que al trabajador se
le reconocen sus acreencias e incluso empieza a percibirlas en forma inmediata.
Ahora bien, en caso de fracasar el pronto pago, el acreedor laboral puede iniciar o continuar el
juicio laboral pertinente, en sede laboral en un todo de acuerdo a lo prescripto por el art .16, o incluso
peticionar su verificación de créditos. El proceso de verificación de créditos se inicia con la solicitud de
verificación de créditos que realiza el acreedor ante el sindico, en su domicilio y hasta la fecha tope
publicada para hacerlo, fecha que está determinada por el juzgado e indicada en los edictos concursales
(art 27)
Con posterioridad a esta fecha, nace un nuevo periodo de 10 días para que los acreedores o el
propio concursado, observen o impugnen cualquiera de los créditos insinuados. Esta impugnación u
observación no es obligatoria, aunque si se encuentran todos habilitados para hacerlo, incluso un
acreedor respecto de otro acreedor concursal. Por ello se dice que el control es multidireccional.
Una vez admitido o verificado el crédito, recién allí adquiere el acreedor el carácter de acreedor
concurrente, es decir, adquiere la facultad de participar en el concurso, puntualmente es computará su
crédito en ocasión de considerar las mayorías. Quien no verifica tempestivamente, o lo hace en forma
tardía, no participa en la votación por cuanto solo participan aquellos acreedores incluidos en la
resolución del art. 36.
Periodo informativo
Está compuesto tanto por el proceso de verificación de crédito antes indicado, como también por
el informe general que debe formalizar la sindicatura y que reviste importancia según se observará al
efectuar su análisis.
Se debe realizar por triplicado. La ley indica por duplicado, empero por razones practicas se
deben formar tres cuerpos idénticos, uno de los cuales, el original, luego que la documentación es
revisada e intervenida por el síndico con su firma, queda en poder del acreedor peticionante; las dos
copias restantes quedan en poder del síndico y sirven para conformar oportunamente los legajos de
cada acreedor.
Quien solicita la verificación de un crédito debe inexorablemente dar cumplimiento con los
recaudos establecidos por la normativa, debe además acompañar la documentación original
demostrativa del crédito, denunciar en el escrito de petición de verificación el monto, la causa de la
obligación y el privilegio del crédito si existiere.
EL MONTO
Es preciso que el solicitante precise el capital de cada crédito que reclama, los intereses,
compensatorios y punitorios, que a cada crédito le adiciona hasta la fecha de presentación en concurso
preventivo del deudor, debiendo indicar los períodos comprendidos y las tasas de interés que solicita se
le reconozca, CER o cuando en definitiva corresponda.
La CAUSA de la obligación:
En muchos casos, no basta la acreditación del acto jurídico de reconocimiento de una deuda por
parte del concursado, sino que además corresponde demostrar la existencia de la acreencia.
Estas razones han sido las que llevaron a la doctrina y jurisprudencia a establecer incluso que
determinados títulos de créditos que por su naturaleza resultan completos, autosuficientes, autónomos,
literales y abstractos, deban igualmente para su admisión en el concurso ser acompañados del
documento que acredite su causa de emisión, es decir el motivo por el cual han sido ellos librados.
Existen algunos supuestos en donde el solo instrumento es constitutivo y suficiente de la causa y no se
requiere de otra demostración adicional, tal es el caso del aval o fianza, aunque, en tales supuestos, la
obligación afianzada si debe ser suficientemente acreditada.
EL PRIVILEGIO.
De contar el solicitante con algunos de los privilegios previstos por esta ley (especiales y
generales),deben los mismos ser solicitados, indicándose puntualmente a cual crédito corresponde, para
el caso que en una solicitud se insinúen varios créditos. la no solicitud del privilegio, se ha considerado
una renuncia al mismo.
Garantes
El arancel
Los acreedores para ingresas a participar del proceso concursal deben abonar al síndico el
arancel previsto por la ley. Es otra carga impuesta a los acreedores que se suma a la anterior de solicitar
la verificación de crédito, ya que deben pagar con la sola excepción de los casos previsto por la norma
que deben pagar con la sola excepción de los casos previstos por la norma cuales son los créditos
inferiores a mil pesos y los que tengan causa laboral.
El arancel debe ser incluido como gasto en el pedido de verificación de créditos y sumado al
crédito. Lo que sí está claro es que no corresponde considerar el mismo como un crédito independiente,
no solo porque ello resultaría inadmisible por tratarse de un crédito post concursal, sino y
fundamentalmente por cuanto puede importar un cambio significativo en las mayorías necesarias para la
aprobación de la propuesta de acuerdo preventivo que formule el concursado.
Fiduciario:
En los comienzos consistía en un encargo que una persona hacia a otra persona de su
confianza, para la ejecución de una determinada manda.
En el derecho ingles se denomina trust, que también significa confianza. El CCC define el
fideicomiso como:
Hay contrato de fideicomiso cuando una parte, llamada fiduciante, transmite o se compromete a
transmitir la propiedad de bienes a otra persona denominada fiduciario, quien se obliga a ejercerla en
beneficio de otra llamada beneficiario, que se designa en el contrato, y a transmitirla al cumplimiento de
un plazo o condición al fideicomisario.
Tenemos:
Este artículo tiene intima vinculación con el art. 45 bis también incorporado por dicha ley. En éste
se prevé en forma puntal la verificación de créditos a cargo de los fiduciarios, mientras que en aquel se
establece el régimen de voto.
Aplicación en la quiebra
Si bien éste artículo no se repite en la quiebra, igualmente es lógico pensar que ha sido intención
del legislador que también sea de aplicación en el proceso falencial, toda vez que el período informativo
en uno y otro proceso es idéntico.
Objetivo de la norma
Sabemos que los titulares de debentures, bonos convertibles, obligaciones negociables u otros
títulos emitidos en serie, negocian los mismos en la forma más amplia y si dichos títulos significan un
crédito en contra del concursado la negociación del concursado se dificulta, porque se trata de créditos
emitidos en serie y en cantidad. Igual acontece con el fiduciario.
La norma tiene por fin facilitar la negociación del concursado sea con un fiduciario o
representante y no con la totalidad de los titulares. Este régimen impuesto es obligatorio.
El art. 274 nos indica que el juez es el director del proceso y es en definitiva quien tiene la
facultad de dictar todas las medidas que se estimen necesarias para cualquier investigación. Este
artículo se asemeja a aquel toda vez que también lo faculta al síndico a requerir y valerse por todos los
medios de los elementos de juicio que estime útiles y solo en caso de negativa, sea ello del concursado,
de un acreedor o incluso de un tercero, a solicitar las medidas judiciales tendientes a obtener la
información que se estima necesaria.
Las amplias facultades inquisitorias tiene por objeto permitir al síndico efectuar las indagaciones
que estime útiles para su labor, sea tanto para el ejercicio de su deber de contralor durante la
administración del concursado, como para la confección del informe individual y general.
Conformación de legajos
El art 11, inc 5, impone al concursado que junto a su solicitud de formación de concurso
preventivo, acompañe un legajo por cada acreedor. A este legajo es al que el sindico debe incorporar o
agregar los pedidos de verificación de créditos efectuado por los acreedores, de modo que cada carpeta
o legajo de cada pretenso acreedor, se vaya nutriendo de todos los elementos de juicio pertinentes para
luego el síndico poder emitir un dictamen fundado, informe individual, respecto de la viabilidad del crédito
insinuado y hacer entrega al juez para que éste dicte la resolución del art. 36
Tal como se indicara sucintamente en el art 32, luego de vencido el plazo tope para presentar los
pedidos de verificación de créditos al sindico, se abre un nuevo periodo que posibilita las impugnaciones
u observaciones a las solicitudes de verificación que realizaran los acreedores.
Plazo
Por esta razón, pese a lo dispuesto por los arts. 273, inc. 1º y último párrafo, que establecen la
perentoriedad de los plazos y la responsabilidad que le cabe al juez de hacer cumplir estrictamente todos
los plazos de ley, como asimismo que su prolongación injustificada, puede ser considerada como mal
desempeño del magistrado; es criterio común en los juzgados el de conceder mayor plazo, tanto para el
periodo de impugnación como para la confección del informe individual, cuando así lo aconseja la
magnitud de los acreedores y/o créditos insinuados. Obviamente, cuando ello sucede, también se
extiende el plazo para el dictado de la resolución del art. 36 a cargo del juez.
Frente a esta anómala situación procesal, el juzgado debe inexorablemente proceder con la
fijación de las nuevas fechas, es decir establecer la nueva fecha de presentación del informe individual y
fundamentalmente la fecha del dictado de la resolución del art. 36. Esta última reviste importancia
mayúscula, toda vez que de quedar consentida la misma, 20 días para la interposición del recurso de
revisión, produce efectos de cosa juzgada.
Cualquiera de todos los acreedores que se hayan presentado a solicitar verificación de créditos,
así lo expresa textualmente la norma, por lo que no cualquiera puede revestir el carácter de interesado.
Queda, por consiguiente excluido de esta posibilidad quien realiza el pedido de verificación tardía por vía
incidental.
Proceso destribunalizado
El proceso informativo es decir, tramita en las oficinas del sindico y no ante el juzgado del
concurso, y es bueno que ello sea así ya que los juzgados se encuentran abarrotados de expedientes y
no se observa la necesidad de que las impugnaciones se practiquen en sede judicial.
Costas
Si el acreedor o el propio concursado, ejerce su derecho a impugnar dentro del plazo legal,
independientemente del resultado, no procede la imposición de costas.
La normativa impone un plazo de 48 horas al síndico para acompañar las copias de las
impugnaciones u observaciones que recibieran, sirviendo ello para un mejor control acerca de cómo se
viene desarrollando este proceso hasta aquí destribunalizado. El incumplimiento por parte de la
sindicatura a esta obligación no posee una sanción específica, sin perjuicio de las facultades
disciplinarias que cuenta el magistrado para enderezar su proceder. Es por ello prudente que el acreedor
controle la denuncia de impugnación por él practicada la que deberá ser considerada por el síndico,
admitiéndola o rechazándola, aunque implícitamente, en oportunidad de expedirse en el informe
individual.
Ultimo párrafo
La ley 26.684 incorpora el último párrafo del artículo, con el fin de que los trabajadores vayan
teniendo conocimiento del avance del proceso y a los fines de lo prescripto por el art. 48. Este derecho
de información, no habilita a los trabajadores a observar o impugnar los créditos insinuados, en tanto no
revistan el carácter de acreedores.
Informe individual. Contenido. Término. Resolución judicial sobre Créditos: efectos. Verificación
tardía. Informe general: oportunidad. Contenido. Observaciones.
Tarea de la sindicatura
Para arribar a una conclusión respecto de la procedencia de cada uno de los créditos solicitados
en verificación, debe analizar toda la documentación obrante en los legajos y cotejar la misma con los
libros de contabilidad del concursado y hasta del solicitante mismo, además de realizar las tareas
investigativas de cada caso en particular cuando así lo considere oportuno.
Debe compatibilizar las diferentes pretensiones con un criterio igualitario para todos los
acreedores, ya que pese a encontrarse frente a créditos de diferentes naturaleza debe respectar en todo
momento el principio de igualdad que rige en la materia, lo que no significa una igualdad generalizada
sino una igualdad para los iguales, lo que es absolutamente distintos.
La verificación y su límite
El informe individual versa sobre el pedido de verificación de créditos realizado por el pretendido
acreedor, el cual puede no coincidir y de hecho sucede habitualmente, con el monto denunciado por el
concursado en oportunidad (art 11, inc 5) de solicitar la formación del concurso. El monto solicitado en la
pretensión verificatoria fija el límite de cuanto el sindico puede aconsejar y el juez sentenciar.
Contenido:
Además de dar cumplimiento con todos los requisitos que impone el artículo, tales como la
identificación del acreedor y demás recaudos, debe indicar las observaciones recibidas y la
documentación complementaria por él obtenida tanto del deudor concursado cuanto del acreedor. Con
dicho elementos, emite opinión acerca de su procedencia en cuanto al monto, causa y el privilegio
solicitado.
La obligación de acompañar las copias para el legajo sirve para el control de los acreedores
interesados que siguen atentos los pasos de su petición.
El síndico, hasta el cumplimiento del plazo de 20 días con que cuenta para confeccionar los
informes individuales, los debe presentar ante el juzgado, concluyendo de esta forma el proceso fuera
del juzgado.
Con el dictado de la resolución conocida como del art. 36, concluye el proceso de verificación de
créditos. Esta resolución tiene fundamental importancia, tanto para el caso de aquellos créditos que
fueran declarados verificados o admisibles, como para aquellos declarados inadmisibles.
Los dos primeros verificados y admisibles, continuaran el trámite procesal del concurso y por
consiguiente, desde que sus créditos resultaron procedentes se encuentran habilitados a participar en la
votación de la propuesta. Son acreedores concursales. Por el contrario, el acreedor que no obtuvo una
resolución favorable por haber sido su crédito declarado inadmisible, le caben dos opciones:
Los créditos admisibles y verificados serán quienes votaran la propuesta de acuerdo preventivo
que debe formular el deudor. A estos acreedores el concursado le formulara la propuesta y de ellos, y
solo de ellos debe obtener las conformidades necesarias para aprobar el concurso preventivo, o mejor
dicho aun para obtener la existencia de acuerdo preventivo.
Se pueden presentar situaciones especiales o excepcionales, tales como los casos de
verificación tardías o la obtención de sentencia, en aquellos juicios de conocimientos, en que el acreedor
optó por continuar el mismo de conformidad a lo prescripto por el art. 21. En estos casos, si estos
acreedores obtuvieron las sentencias antes del dictado de la resolución del art. 36, pueden pedir ser
incluidos en la misma, a los fines de participar en la votación, empero si ello no ocurre, o si el juzgado no
los incluye dentro de la resolución del art. 36, no participaran en la resolución de categorización y por
ende se mantendrán excluido del computo de la valoración; es decir, la participación de este tipo de
acreedores, respecto de la suerte del concursado resultará neutra y además se deberán someter a la
propuesta que se apruebe de acuerdo a la categoría que le hubiera correspondido integrar de haber
participado o de haber sido reconocido oportunamente.
El crédito declarado verificado es aquel que no ha sido motivo de impugnación alguna por
ninguno de los acreedores, tampoco por el deudor concursado, la sindicatura lo estimó precedente, así lo
aconsejó y en definitiva el juez en la resolución del art. 36, también hace lugar al mismo sin modificación
alguna a lo solicitado originariamente por el pretendido acreedor en el pedido de verificación de créditos.
Por el contrario, los créditos que son declarados admisibles o inadmisibles, son aquellos que
durante el proceso de verificación de créditos fueron observados o impugnados, agredidos por uno
cualquiera de los intervinientes, o por el síndico al momento de efectuar el informe individual o bien por el
juez al momento de dictar la sentencia.
Un crédito es admisible cuando se reconoce el mismo, aún cando fuera en forma parcial,
mientras que es inadmisible cuando no existe reconocimiento alguno, equivale a cero.
Si todos los interesados tuvieron oportunidad procesal y la dejaron vencer, sin cuestionar la
misma, es obvio que el crédito adquiere la condición de definitivo y consecuentemente la cosa juzgada
cobra vigencia. Es que en derecho los plazos son perentorios, fatales y fundamentalmente
consolidatorios, preclusión de los actos procesales de derecho.
Cosa juzgada
El crédito declarado verificado produce los efectos de la cosa juzgada, es decir nos encontramos
frente a una resolución definitiva no susceptible de ser revisada a posterior. Si los interesados no
ejercitaron su derecho en la oportunidad que le concede la ley, cualquier otra presentación por parte de
ellos resulta extemporánea. La ley, establece una única excepción cual es la existencia de dolor, sobre lo
cual nos referimos en el artículo siguiente el cual nos remitimos.
Recurso de revisión
Los créditos declarados admisibles o inadmisibles pueden ser revisados. Cuando un crédito es
declarado admisible o inadmisible siempre existirá un interesado que no comparte el criterio del juez, sea
el acreedor pro que le fue declarado inadmisible su pretensión, o bien el propio concursado, porque
declarado admisible un crédito que el mismo interpreta que no corresponde y que seguramente impugnó.
Legitimación del síndico
Existe jurisprudencia contradictoria respecto si el síndico cuenta con legitimación para promover
este recurso. Interpretamos que no está legitimado para ello toda vez que es un auxiliar de justicia, que
emitió oportunamente su opinión en el informe individual a su cargo, y que la misma no fue compartida
por el juez independientemente de que en la resolución se haga o no mención a dicha posición del
órgano sindical. El juez del concurso es la autoridad máxima del proceso.
Plazo:
El recurso de revisión tramita por vía incidental ante el juez del concurso y debe ser interpuesto
dentro de los 20 días posteriores a la fecha de la resolución. Obsérvese que el plazo de interposición del
recurso no es a partir de la fecha de notificación automática o ministerio legis de la resolución del art. 36,
sino a partir de la fecha de la resolución. Desde luego que los días son hábiles judiciales, como todo
plazos que rigen en este proceso.
Se ha considerado que el plazo para plantear el incidente de revisión contra la resolución que
declaro admisible o inadmisible un crédito, debe computarse desde la notificación por ministerio de la ley
de tal providencia y no desde la fecha de resolución del art. 36 cuando ésta última no fue dictada en la
fecha prevista en el auto inaugural del concurso preventivo sino con posterioridad.
Formalidades:
El recurso debe contar con todas las formalidades pertinentes, debe resultar clara y precisa su
crítica al fallo judicial, correspondiendo ofrecer la prueba pertinente en ese mismo acto. No debe tratarse
de una mera repetición de lo anterior.
Proceso:
El síndico, cumple una función de asesoramiento técnico al juez y debe mantener la objetividad
necesaria en cada uno de sus actos; motivo por el que de encontrar fundamento en el recurso incoado,
debe exponer cuanto interprete que resulta ajustado a derecho de acuerdo a su saber y entender, sin
que su opinión resulte vinculante para el juez.
Perención de instancia
El tramite debe ser instado por el interesado y la caducidad de instancia opera a los tres meses
de acuerdo al art. 277.
El dolo
Plazo y proceso
El plazo caduca a los 90 días del dictado de la resolución. Es decir, el computo se debe realizar
de igual forma que para la interposición del recurso de revisión (art 37) a lo que nos remitirnos. La ley es
clara en el sentido que el plazo de 90 días es de caducidad, por lo que, una vez vencido este plazo, la
acción se extingue definitivamente. La acción tramita por vía ordinaria según lo ordena el art. 278.
Cuando la acción es ejercitada por un acreedor, el síndico debe ser parte, habida cuenta no solo
que se pretende revocar una resolución en la que el mismo tuvo activa participación al volcar su opinión
en el informe individual, sino y además porque, con la misma se intenta alterar el pasivo concursal.
Competencia
La acción tramita por ante el juzgado del concurso, aun cuando se haya perpetrado en otra
jurisdicción. El principio general de atracción así lo impone, dejándose de lago cualquier otra disposición.
Medidas precautorias:
La norma es un correlato del art. 11, el que enumera los requisitos formales necesarios para la
presentación en concurso quien se expresa sobre cada punto en particular y en este informe, es el
síndico quien lo hace.
El informe general debe ser confeccionado en base a las resoluciones dictadas y en relación a
toda la información obtenida por la sindicatura a lo largo de este proceso informativo que ahora concluye.
Utilidad:
A diferencia con el art. 11, se cuenta ahora con datos ciertos y prácticamente definitivos, por lo
que este instrumento se convierte en una herramienta de fundamental importancia para los acreedores,
quienes a través de su estudio podrán evaluar técnicamente cual es la real situación económica
financiera del concursado, cual ha sido su comportamiento y qué posibilidades tiene de salir airoso.
Tiene por fin dotar a los acreedores de los elementos necesarios para decidirse frente a la
propuesta que le realiza el concursado y que se denomina propuesta de acuerdo preventivo. Lo
expuesto precedentemente, no implica que deba el sindico expedirse respecto de las posibilidades de
éxito o fracaso del concursado, lo que le está vedado, a diferencia de lo que ocurría en la anterior ley
19.551 en donde el órgano sindical se expresaba sobre la posibilidad de cumplimiento de la propuesta y
el juez homologaba o no el acuerdo en la medida que consideraba que resultaba posible su
cumplimiento, caso contrario, pese a la voluntad favorable de los acreedores, se encontraba habilitado a
no homologar y consecuencialmente, dictar la quiebra.
Esta ley, establece que los acreedores y solo ellos, son quienes deben decidir acerca de la
suerte del concurso, es decir son ellos quienes libremente deben aprobar o desaprobar la propuesta de
acuerdo preventivo que se le realice, por lo que el referido informe general se convierte en un
instrumento importante que puede llevar al concursado a la solución preventiva o a la quiebra, de no
mediar el cramdown.
Calificación de la conducta
Tampoco el síndico se debe expresar acerca de la calificación de la conducta del deudor y de los
administradores o representantes que actuaron por él, lo que queda relegado al juez penal.
El activo, es un dato de suma utilidad para el acreedor, quien siempre tiene presente el posible
producido que se puede lograr con la venta del patrimonio del concursado. Por consiguiente, los
acreedores cuando toman su determinación acerca del modo en que se expresarán respecto de la
propuesta de pago que le formula el concursado, es bueno que en todo momento se evalúe lo que
resulta conveniente, es decir la aceptación de una propuesta de pago o la liquidación de los bienes en un
quiebra.
Los acreedores, con este informe podrán evaluar cuanto se puede llegar a recuperar de no
obtenerse las conformidades necesarias que impliquen las mayorías que requiere la ley para la
aprobación del concurso preventivo, esto es, para la existencia de acuerdo preventivo y posterior
homologación, porque, de no obtener las mayorías deviene la quiebra del concursado, en tanto no sea
un sujeto susceptible del cramdown.
La ley 25.589 ha impuesto, la composición actualizada del activo, como una forma de evitar todo
tipo de duda al respecto.
Bienes intangibles
A esta altura del proceso y por encontrarse ya dictada la resolución del art. 36 en el cual el juez
se expidió respecto de todas y cada una de las pretensiones, resulta fácil la determinación del pasivo.
Debe el síndico tener presente como pasivo eventual, aquellos créditos que tramitan todavía por vía de
verificación tardía, los reclamos efectuados mediante juicios de conocimiento y que optaron por el trámite
ordinario de verificación, los que fuero oportunamente denunciados como acreedores y no efectivizaron
aun su pretensión ante el juzgado y por último, todos aquellos recursos de revisión interpuestos que se
encuentra en pleno trámite y que pueden engrosas el pasivo.
Desde luego que, si el momento de la presentación del informe general han transcurrido los dos
años de la presentación en concurso preventivo, tal como acontece en algunos procesos, no
corresponderá incluir en el pasivo a quienes no efectuaron el reclamo de sus derechos por cuanto de
conformidad a lo previsto por el art. 56, prescriben las acciones del acreedor.
Aún cuando la normativa no lo indique expresamente, consideramos que se debe hacer saber al
tribunal y a los acreedores acerca del pasivo postconcursal que se pudo haber adquirido, toda vez que el
mismo muestra en forma acabada la real situación económica financiera de la empresa y el peligro que
implica el eventual incumplimiento de estas obligaciones adquiridas por el concursado con posterioridad
a la presentación en concurso. Recuérdese que, el no pago de estas obligaciones habilita al acreedor
postconcursal a solicitar la quiebra del concursado, y el dictado de la misma hacer caer todo el concurso
en pleno proceso.
La obligación de llevar libros que la ley impone a los comerciantes se justifica en un triple punto
de vista:
1. Por el interés del propio comerciante que los lleva, porque así puede conocer en todo momento
su estado financiero y orientar, en consecuencia su gestión mercantil
2. Por el interés de quien contrata con él, porque en dichos libros puede apoyar sus propias
defensas.
3. Por el interés general del comercio y de la sociedad, ya fuere porque en caso de quiebra se
podrá, sobre la base de los libros, reconstruir la conducta comercial del fallido, garantizando los derechos
de los acreedores y descubriendo los fraudes y las operaciones desleales, ya porque interesa al público
en general conocer el estado patrimonial de ciertas entidades que operan con capitales de pequeños
ahorristas, ya porque el estado quiere llevar el contralor del resultado de la explotación de las empresas
con propósitos fiscales.
El síndico debe comprobar si de dicha contabilidad y su documentación resultan con claridad los
actos de gestión del concursado y su situación patrimonial y dictaminar si los balances fueron realizados
por él con adecuación a los principios establecidos en el art. 51 del mismo cuerpo legal.
Sirve para eventualmente tener presente alguna alteración o modificación que se haya producido
y para corroborar ello, incluso la vigencia, mediante la gestión cumplida por el síndico. Estimamos que
cuando es una persona física la que solicita la formación de concurso, se debe adjuntar al escrito inicial
copia certificada de DNI, al solo efecto de evitar confusiones frente a posibles homónimos.
No es un dato que resulte de interés en forma específica para el concurso, sino para una
eventual quiebra posterior habida cuenta que los actos cumplidos entre la fecha de presentación en
concurso y la fecha de iniciación de cesación de pagos podrán eventualmente ser declarados ineficaces
en virtud de lo establecido por los arts. 118 y 119.
Los actos cumplidos en la forma prevista por estos dos artículos, resultan inoponibles a la
eventual quiebra, por lo que el síndico debe indicar y justificar la época en que determina que la cesación
de pagos tuvo su inicio. Obsérvese que la ley 25.589 excluye de este inciso la palabra precisando que
mantenía la anterior ley.
La eventual declaración de ineficacia, desde luego que es un beneficio único de los acreedores,
por cuanto el dictado de la misma importara ingresar al patrimonio del fallido un bien que ha salido o
bien, quitar un determinado privilegio que beneficiaba solo a uno o algunos acreedores, en perjuicio del
resto. Lo referido a la ineficacia pierde vigencia ante la conclusión de la quiebra por avenimiento o pago
total, rige solo en caso de la quiebra liquidativa.
Nos encontramos frente a otra imposición normativa que carece de mayor interés en el concurso
preventivo, ya que la falta de aporte por parte de los socios, solo importará en una eventual liquidación
de los bienes de la sociedad lo que acontece en caso de quiebra. Podrá en algún caso resultar
determinante para la adopción de una determinada conducta a seguir en el momento de decidir sobre la
propuesta de acuerdo preventivo que formule el concursado y someta a la decisión de los acreedores.
La falta de aporte de un socio solvente, frente a una sociedad insolvente puede resultar
determinante para la determinación del acreedor.
Pese a que la efectividad de la revocación de los actos por su ineficacia solo resulta posible en el
proceso de quiebra y no en el concurso preventivo; interpretamos que la precisión de estos actos y sus
fundamentos son determinantes para el acreedor al momento de la toma de decisión sobre la propuesta
que el concursado le cursa.
Estimamos que el órganos sindical no se debe limitar a la enumeración concreta de los actos
susceptibles de ser revocados, sino que debe fundamentar en forma clara y precisa la razón que lleva a
tal conclusión.
Como se vera en el art. 41, el concursado debe presentar a la sindicatura y juez del concurso,
una propuesta de agrupamiento y clasificación en categorías de los acreedores declarados verificados y
admisibles, a quienes formulará una propuesta de acuerdo preventivo diferenciada, con base en el
principio de igualdad.
Este inciso remite a la ley de defensa de la competencia (25.156), la cual a vez remite al art. 8 el
que se refiere a “Los actos indicados en el artículo 6° de esta Ley, cuando la suma del volumen de
negocio total del conjunto de empresas afectadas supere en el país la suma de DOSCIENTOS
MILLONES DE PESOS ($ 200.000.000), deberán ser notificadas para su examen previamente o en el
plazo de una semana a partir de la fecha de la conclusión del acuerdo, de la publicación de la oferta de
compra o de canje, o de la adquisición de una participación de control, ante el Tribunal de Defensa de la
Competencia, contándose el plazo a partir del momento en que se produzca el primero de los
acontecimientos citados, bajo apercibimiento, en caso de incumplimiento, de lo previsto en el artículo 46
inciso d). Los actos sólo producirán efectos entre las partes o en relación a terceros una vez cumplidas
las previsiones de los artículos 13 y 14 de la presente ley, según corresponda.
d) Cualquier otro acuerdo o acto que transfiera en forma fáctica o jurídica a una
persona o grupo económico los activos de una empresa o le otorgue influencia
determinante en la adopción de decisiones de administración ordinaria o
extraordinaria de una empresa.
Desde luego que las observaciones a realizar pueden versar sobre uno o todos los puntos
previsto en el artículo que conforma el informe general. Reviste importancia lo referido a la fecha de
inicio de la cesación de pagos, en relación a los actos cumplidos por el concursado durante el período de
sospecha frente a la posible declaración de quiebra posterior.
BOLILLA 6 CONCURSAL
Propuesta de acuerdo preventivo. Contenido. Clasificación y agrupamiento de los acreedores.
Período de exclusividad. Propuesta para los acreedores privilegiados.
Plazo y mayoría para la observación del acuerdo. Cómputo. Acreedores excluidos. Audiencia
informativa. Aprobación o rechazo del acuerdo.
Fundamento de la categorización:
La anterior ley nada preveía al respecto, todos los acreedores quirografarios y los declarados
admisibles eran tratados en forma idéntica respecto de la propuesta de acuerdo preventivo que
presentaba el deudor concursado. Esta ley, sin descuidar el principio de la igualdad posibilita al
concursado proceder con el agrupamiento y clasificación de los acreedores en categorías y establecer
para ellos puestas diferenciadas, propuestas distintas, que sin duda facilitan la posibilidad de acordar.
Sólo es posible agrupar los acreedores declarados verificados o admisibles, según sus montos,
la naturaleza de las prestaciones, los privilegios o por cualquier otra forma que razonablemente lo
justifique.
Es obvio que esta distinción que realiza el concursado, que revisa el síndico, y que en definitiva
aprueba o modificada el juez, no debe importar una distinción o separación arbitraria de los acreedores,
con beneficios para unos y perjuicios para otros, tampoco puede significar que mediante la ingeniería
practicada por el concursado o su perspicacia, se logre burlar a un acreedor, neutralizando su potencial
en la votación. Por esta razón es que, para lograr la existencia de acuerdo preventivo (art 49), es
necesario que las mayorías de ley se obtengan en todas y cada una de las categorías ideadas por el
deudor.
Categorías mínimas:
1) Quirografarios
2) Quirografarios laborales
3) Privilegiados
Si bien la ley refiere a las categorías “minimas” en la realidad ello no es así por cuanto pueden
perfectamente no existir estas categorías, por la sencilla razón que no existen acreedores quirografarios
laborales y/o privilegiados.
Quirografarios:
Son los acreedores comunes, aquellos que no cuentan con ningún tipo de privilegios.
Quirografarios laborales:
La ley de contrato de trabajo preveía la irrenunciabilidad del privilegio laboral. La ley concursal
prevé la posibilidad de la renuncia de dicho privilegio.
Privilegiados:
Se refiere a los acreedores que cuentan con algún privilegio determinado en esta ley. La
legislación concursal establece los privilegios y una orden de prelación para el cobro. Toda otra
disposición carece de aplicación en tanto no cuente con una remisión expresa como ocurre con el art.
241, inc. 6.
Obligatoriedad de la clasificación:
En primer termino diremos que la ley no impone sanción alguna al concursado que no realice
esta clasificación. Como consecuencia de ello concluimos en que la misma es facultativa para el
concursado, pese a la imperatividad que emerge de su redacción. Consideramos que, con la actual ley
26.684 esta renuncia al privilegio podrá ser más usual por cuanto los trabajadores organizados como
cooperativas y con el fin de apropiarse de la empresa podrán estratégicamente renunciar y alterar los
votos quirografarios.
Créditos subordinados
Son aquellos que por determinación del propio acreedor si cobro ha sido supeditado a la
percepción integra de otros créditos financieros. Como consecuencia de tal disposición resultan ser los
créditos de menor jerarquía, incluso inferiores a los créditos comunes o quirografarios.
Este articulo debe ser interpretado en forma conjunta con el siguiente, toda vez que, dictada la
resolución que da cuenta el primer párrafo empieza a correr el plazo correspondiente al periodo de
exclusividad, período de enorme importancia ya que es precisamente en este período es donde el
acreedor debe no solo efectuar la propuesta de pago a sus acreedores, sino que además debe lograr las
mayorías necesarias para la aprobación de su concurso preventivo.
La norma no prevé una oportunidad procesal para modificar las categorías o agrupamiento
propuesto, las que quedan entonces a disposición del juzgado, quien las fija en oportunidad de resolver,
esto es, dentro de los 10 días posteriores tal cual lo indica la normativa.
Inapelabilidad:
La resolución que determina definitivamente las categorías no es apelable. Aparece una vez más
el carácter inquisitivo del procedimiento. La conclusión de irrecurribiliad de esta resolución parece
prudente si se tiene en cuenta que cualquier observación que formule la sindicatura en el informe general
acerca de esta categorización, puede ser eventualmente observada por el concursado y los interesados
en defensas de sus intereses
Consideramos que el juez también debe limitarse a un simple control de razonabilidad y nada
mas que ello, porque la ley debe ser interpretada como un cuerpo armónico y no resulta apropiado
conceder mayores atribuciones al juez de las que en definitiva cuenta. La inobservancia auxiliar y del
comité de control, en nuestra interpretación, restringe la posibilidad de una modificación sustancial, en
tanto ella no se encuentre fundada en un error inobservado o en la incorporación de un acreedor en una
categoría llamativamente indebida.
Según el art. 14, inc. 13 se constituía con los tres acreedores de mayor monto de los acreedores
quirografarios denunciados por el deudor y un representante de los trabajadores de la concursada,
elegido por los trabajadores. Ahora, la norma en examen impone una nuevo composición del mismo, que
queda integrado como mínimo por el acreedor de mayor monto de cada categoría y por dos nuevos
representantes de los trabajadores de la concursada, también elegidos por los trabajadores, que se
suman al ya electo y que venia desempeñándose.
Es razonable en cuanto a cada acreedor representativo de cada categoría aprobada por el juez,
porque así cada uno podrá controlar el actuar del deudor respecto de sus intereses directos, de bienes
que puedan estar afectados sus intereses, y sin perjuicio de su facultad general de contralor.
Dijimos en principio porque se desconoce a priori cual será el número de los componentes del
comité, dependerá de la cantidad de categorías que formule el concursado. Este nuevo comité de
control, no es el último, ya que el definitivo, el que actúa como controlador del acuerdo preventivo se
establece en oportunidad del art. 45.
Se llama de exclusividad, por que solo le compete al concursado conseguir de los acreedores las
conformidades necesarias para obtener la aprobación del acuerdo preventivo que propone y en
contraposición al período previsto en el art. 48, en donde, no solo es el concursado el que puede realizar
una propuesta de pago y conseguir las conformidades, sino que lo pueden hacer también los
acreedores, terceras personas ajenas al concurso y fundamentalmente los trabajadores organizados
como cooperativa, que se encuentren interesados en la compra de las acciones o cuotas representativas
del capital social de la concursada.
Es el tiempo que cuenta el concursado y SOLO EL, para conseguir de sus acreedores las
conformidades y lograr las mayorías necesarias para la aprobación del acuerdo preventivo. Tiene su
inicio el día de la notificación por nota, ministerio legis, de la resolución de categorización y se extiende
por el término de 90 días que se puede prolongar por un máximo de 30 días.
Este período, viene a reemplazar a la anterior junta de acreedores, prevista en la ley 19.551, en
la cual el concursado, luego de contar con un plazo previo necesario para deliberar con sus acreedores,
se reunía en una audiencia que se fijaba al efecto, y en ella se votaba la suerte del concursado. Con la
ley 24.522 se deja sin efecto este plazo previo como también la llamada junta de acreedores.
En este periodo el deudor además de acompañar las conformidades de sus acreedores que
signifiquen la obtención de las mayorías necesarias, previamente debió formular, hacer públicas, su
propuesta de pago o de acuerdo preventivo, la que se debe formalizar hasta 20 días antes de que
concluye el período de exclusividad.
El concursado debe cumplir con dos obligaciones ineludibles, la primera, formular la propuesta
de acuerdo preventivo, haciéndola pública, esto es, expresándola en el expediente y la segunda, obtener
las conformidades. Por ello, los concursados se organizan en dicho período de la siguiente forma: en los
primeros días debe negociar con sus acreedores la propuesta, observar cuales son sus pretensiones y
en base a ello formalizar la misma, hacerla pública en el expediente con una anticipación no menor a 20
días del vencimiento del plazo de exclusividad, en los días siguientes, el concursado debe conseguir de
sus acreedores las conformidades necesarias y suficientes para lograr la existencia de acuerdo
preventivo.
Solo lo hacen aquellos acreedores que hayan sido declarados verificados o admisibles en
oportunidad del dictado de la resolución del art. 36. Para ser incluidos en la resolución del art. 36, es
obvio que el incidente de verificación tardía o el juicio de conocimiento o el juicio laboral debe haber
concluido con anticipación a aquella resolución, puesto que de lo contrario no resulta ello posible.
El síndico no formula opinión acerca de las posibilidades técnicas de cumplimiento que tiene el
deudor, además que la propuesta es presentada ahora con posterioridad al informe general. Si bien, tal
cual lo vimos con anterioridad, son los acreedores quienes en definitiva determinaran la suerte del
deudor, la opinión fundada de la sindicatura ha constituido siempre un importante aporte para la decisión
de los acreedores. Ahora, la opinión de la sindicatura es la que emerge del informe general.
Contenido de la propuesta
Rige la más absoluta libertad para la formulación de las propuestas de acuerdo preventivo.
Limites de la propuesta
Establece como único límite de que su cumplimiento no dependa de la voluntad del deudor.
Desde luego que debemos encontrarnos frente a propuestas que no resulten contrarias a derecho, al
orden público, a la moral o buenas costumbres.
La anterior ley establecía como otro límite, cual es que la propuesta de pago no podía ser inferior
al 40 por cierto de los créditos quirografarios anteriores a la presentación. Esta base mínima de
ofrecimiento de pago ha sido derogada por la ley 25.589, pudiendo, por consiguiente el ofrecimiento ser
inferior a este porcentual, aún cuando los jueces consideran en algunos casos que un ofrecimiento
inferior constituye un abuso de derecho.
Pluralidad de propuestas
Renuncia de privilegios
Modificación de la propuesta
Propuesta facultativa:
La propuesta a los acreedores privilegiados es facultativa para el concursado, ya que la ley solo
le impone formular propuesta para los quirografarios. Esta posibilidad de no ofrecer propuesta alguna a
los acreedores privilegiados, no implica que quedan desamparados, todo lo contrario, por la naturaleza
de sus créditos quedan habilitados, una vez homologado el acuerdo preventivo, a exigir sus créditos
ejecutados la sentencia de verificación, o bien solicitando la quiebra.
Esta quiebra será considerada como directa, toda vez que el acreedor privilegiado no ha sido
incluido en ningún acuerdo. Si se trata de un acreedor con privilegio especial, rige lo dispuesto por el art.
80.
La realización de una propuesta para los acreedores privilegiados tiene por finalidad el evitar las
ejecuciones de los bienes grabados y de esta forma incrementar la posibilidad de pagos a los acreedores
quirografarios.
Artículo 45: plazo y mayorías para la obtención del acuerdo para acreedores quirografarios
Para la obtención de las mayorías para la aprobación del concurso preventivo, se exigen dos
mayorías diferentes; una de acreedores y otra de capital. La primera, requiere la mayoría absoluta de
acreedores, esto es la mitad más uno de los acreedores.
Ejemplo: si nos encontramos ante una propuesta realizada exclusivamente para acreedores
quirografarios, que suman un total de 35, la mayoría absoluta se obtiene con la conformidad expresada
por 18 acreedores. La segunda mayoría que requiere, es la de capital, empero en este caso, no impone
mayoría absoluta, sino que aquella mayoría de acreedores representen las dos terceras partes del
capital, esto es en término porcentuales el 66,67%
Obtenidas las mayorías legales, podemos decir que el concursado ha obtenido la existencia de
acuerdo preventivo (art. 49)
Si no se hubieran logrado las mayorías necesarias en todas las categorías, el juez pude
homologar el acuerdo, e imponerlo a la totalidad de los acreedores quirografarios, siempre que resulte
reunida la totalidad de los siguientes requisitos:
Capital computable
El capital computable no es otro que el establecido por el juez en oportunidad del dictado de la
resolución del art. 36. En principio, ningún otro crédito puede ser incluido para el computo de las
mayorías que no sean los créditos declarados verificados y admisibles en oportunidad del art. 36.
En forma expresa están excluidos del computo el cónyuge, los parientes del deudor dentro del
cuarto grado de consanguinidad, segundo de afinidad o adoptivo, y sus cesionarios, cuyos créditos
pudieron ser declarados verificados o admisibles. Si la exclusión de los nombrados precedentemente
obedece a una razón lega, desde luego que sus acreencias no deben ser incorporadas al pasivo, ya que
se encuentran impedidos de votar.
Exclusión de la votación:
En varios precedentes se ha excluido a AFIP del cómputo de mayorías, sin que la entidad sufra
por ello perjuicio alguno, toda vez que de ha de cobrar su crédito bajo las condiciones, monto, intereses,
plazos, etc., que la misma impone, quedando habilitado a pedir la quiebra en caso de incumplimiento al
plan de pago al que adhirió el deudor.
Acreedor hostil
De acuerdo a estar normativa se considera que incurre en ejercicio de los derechos aquel que
contraríe los fines que la norma tiene en mira, o que exceda los límites impuestos por la buena fe, la
moral y las buenas costumbres.
Un factor objetivo que permite determinar la existencia de abuso, es que si se prescinde de la
categorización propuesta por el deudor.
Régimen de administración:
En oportunidad en que el deudor presenta las conformidades que acreditan la obtención de las
mayorías legales necesarias para la aprobación del concurso, debe, asimismo, acompañar una
propuesta acerca del régimen de administración que regirá mientras se cumple con el acuerdo logrado.
Si nos encontramos frente a un pequeño concurso y por la inexistencia del comité de control,
también llamados controladores quien efectuará los controles del caso será la sindicatura que se
mantiene, en tanto se haya propuesto un controlador especial.
La integración del comité de acreedores (art. 45) debe estar conformado por acreedores que
representen la mayoría del capital. La elección de los acreedores que integrarán el comité de control, al
margen de los representantes de los trabajadores, que continúan en sus cargos, está a cargo del
concursado, por cuanto es la ley la que indica que el concursado como parte integrante de la propuesta,
debe designar el comité de control que actuará como controlador del acuerdo.
Realmente un desaguisado, una nueva falla de la ley que se viene repitiendo y que puede llegar
a contar con un comité de control que posea un número irrisorio de integrantes. La ley nada dice cómo
funciona este órgano del concurso. La decisión que tome el comité, en opinión mayoritaria, debe ser por
mayoría absoluta de sus miembros y no de capital, y ello se basa fundamentalmente en que los
representantes de los trabajadores no deben necesariamente ser acreedores para integrar el comité.
Audiencia informativa:
La ley establece esta audiencia a los efectos de que el deudor brinde explicaciones acerca de
sus negociaciones con los acreedores. Desde un punto de vista estrictamente practico, diremos que solo
sirve para saber que 5 días hábiles posteriores a la fecha de su fijación, fenece el plazo del periodo de
exclusividad, es decir la fecha tope para la presentación de las conformidades y que de no dar
cumplimiento con ello se produce el fracaso del concurso.
Otra utilidad indirecta es que, hasta esa fecha el deudor puede modificar la propuesta de
acuerdo preventivo que hiciera pública oportunamente.
Aplicación
Este articulo está dirigido exclusivamente para aquellos acreedores que cuentan con títulos
emitidos en serie, es decir debentures, bonos convertibles, obligaciones negociables u otros títulos que
hayan sido emitidos en serie.
Objetivo
Facilitar al concursado la negociación con esta colectividad que muchas veces resulta imposible
por la cantidad y exiguo plazo del periodo de exclusividad.
Obligatoriedad:
Asamblea:
Se reúne la asamblea convocada por el juez o por el fiduciario, empero la ley nada dice de la
forma en que corresponde realizar su citación a la misma, por lo que estimamos que corresponderá estar
a sus respectivos ordenamientos. Es en el caso de fideicomiso conforme lo indica la ley 24.441, en el
caso de debentures de acuerdo a la ley de sociedades.
Votación:
No resulta fácil de interpretar el presente artículo toda vez que, en materia concursal el voto
negativo no existe, o se otorga la conformidad o se abstiene el acreedor, empero no existe el voto
negativo como si ocurría en la anterior ley (19.551) que en la junta de acreedores el mismo se
manifestaba por la afirmativa o la negativa.
Parecería ser que en la mayoría de acreedores que requiere la ley esta disidencia tendría
implicancia, toda vez que el inc. 6 concluye “se computará en la mayoría de personas como una
aceptación y una negativa”. Evidentemente el legislador intentó de alguna manera neutralizar este voto
en virtud de la disidencia existente en la asamblea, por lo que dispuso desdoblar el acreedor, como si
fuesen dos acreedores distintos, única forma de computar una negativa en la mayoría de personas.
Propuesta facultativa
Mayorías:
Para los acreedores con privilegio general las mayorías que se requiere son idénticas a la de los
acreedores quirografarios, esto es mayoría absoluta de acreedores que representen las 2/3 partes del
capital computable. Para los acreedores con privilegio especial, se requiere unanimidad.
La aprobación de una de edad categorías, queda firma y el concursado deberá cumplir en los
términos de la propuesta.
BOLILLA 7 CONCURSAL
Con la ley 26.684, cobra vital importancia la existencia de las cooperativas de trabajadores, que
en definitiva, tal cual veremos, serán ellas las que seguramente le darán vida y actualidad a un instituto
que por su complejidad e inseguridad había entrado en absoluto desuso. Es que por medio de la
cooperativas de trabajadores, los empleados del concursado serán en definitiva quienes contaran con la
posibilidad de comprar sin plata la empresa concursada; tendrán ellos, organizados como cooperativa, la
oportunidad de quedarse con la propiedad de la misma, sustituyendo a sus anteriores propietarios, a los
dueños de las acciones representativas del capital o cuotas sociales.
Pero volviendo primer cramdown argentino originario, repetimos que no tuvo éxito, por el
contrario fue un fracaso aun cuando lo que se pretendía era tutelar a la empresa y a sus acreedores,
permitiéndosele la reconversión reestructuración o salvataje del negocio.
Concepto e inscripción:
Aparece la posibilidad de nacimiento del salvataje o mal llamado cramdown, cuando el deudor
concursado no presenta la propuesta de acuerdo preventivo; o no obtiene de sus acreedores durante el
periodo de exclusividad, las conformidades necesarias para la aprobación de su propuesta de pago o
propuesta de acuerdo preventivo; o bien porque procede la impugnación al acuerdo obtenido.
Correspondería el dictado, sin más, de la quiebra de la deudora, al menos, dice la ley, que la
concursada se trate de una sociedad de responsabilidad limitada, de una sociedad por acciones, de una
cooperativa o de una sociedad en que el estado nacional, provincial o municipal sea parte. En estos
casos, no se dicta la quiebra y el juez tiene el deber de abrir un procedimiento especial que es el que se
conoce como salvataje.
El instituto permite que acreedores, terceros interesados aunque no sean acreedores, e incluso
el propio concursado, puedan inscribirse en un registro habilitado por el juzgado con el fin de quedar
legitimados para realizar propuestas a los acreedores y adquirir con el pago de lo propuesto, no la
empresa como una transferencia de fondo de comercio, sino las cuotas sociales o acciones o cuotas
representativas del capital social de la deudora, sustituyendo de esta forma a los titulares del capital.
Es la ley 26.684, quien a través del art. 48 bis incorpora la posibilidad de que, en el caso de las
sociedades cooperativas, se puedan inscribir cooperativas de trabajo, integradas como mínimo por las
dos terceras partes de la totalidad de los trabajadores dependientes de la concursada, incluso prevé la
inscripción ésta la cooperativa en estado de formación.
La ley 24.522 no preveía la posibilidad de que el propio deudor participe en este proceso, por
cuanto se consideraba que había agotada ya su posibilidad ante el fracaso de su concurso preventivo al
no haber obtenido las conformidades necesarias durante el periodo de exclusividad. La ley 2%:589 en el
inc. 4) posibilitó que el mismo deudor tenga una segunda oportunidad y pueda efectuar propuesta a sus
acreedores.
Esta posibilidad de competir que se le otorga al concursado implica que se lo autoriza a agregar
las conformidades obtenidas durante el periodo de exclusividad, en tanto su propuesta no sea
modificada respecto de aquella. Téngase presente que las propuestas dadas en el período de
exclusividad no se encuentran condicionadas legalmente en su vigencia por lo que bien puede ser
utilizadas en esta segunda excepcional oportunidad y que, constituiría un exceso ritual exigir repetir una
nueva conformidad.
Si el deudor queda habilitado o rehabilitado para una propuesta dentro de este instituto, está
claro que podrá mantener y conseguir las conformidades que le faltaron en el período de exclusividad
para obtener las mayorías en este cramdown. Si el concursado participe en este cramdown decidiera
formular nuevas propuestas y/o categorías, está claro que deberá obtener las mayorías necesarias y los
votos anteriores de nada le servirán porque aquellos votos fueron dados para la propuesta primigenia.
No inscripción:
Critica:
La mayor critica que se le realiza es la limitación de los sujetos concursales que pueden
beneficiar con este instituto. Si el cramdown tiene por fin salvar la empresa, no se entiende porque se lo
limita, pudiendo haberse hecho extensivo a todas las personas sometidas a un concurso preventivo, tal
cual sucede en EEUU.
La otra critica que se le efectúa a este instituto, es que al adquirir el paquete accionario, el
cramdista asume también las obligaciones post-concursales y puede ocurrir que la concursada no lleve
en debida forma su contabilidad lo que en definitiva lleva al adquirente a incertidumbre, al menos, no
cuenta con la certeza que imponen las negocios con aprobación judicial.
Situación especial:
Se presenta una situación especial que no fue tenida en cuenta por el legislador, cual es la
prevista en el art. 52, inc. 2 pto b, que es el supuesto de no haber obtenido las mayorías convencionales,
y es allí, donde la ley faculta, no impone, al juez, a igualmente homologar, cuando se dan los recaudos
previstos en este inc. 2, pto b, entre ellos, el más importante, la obtención, al menos en una de las
categorías de una mayoría agravada de las tres cuartas partes del capital quirografario. Si se analiza con
detenimiento veremos como en el proceso se superponen ambos institutos.
Consideramos que en este especial supuesto previsto por la ley, antes de la apertura del registro
correspondiente al cramdown, el juez debe inexorablemente considerada la continuidad de la empresa
en manso de sus accionistas, por dos razones a saber: la primera porque el procedimiento por si mismo
no constituye fundamento suficiente para neutralizar un derecho que le asiste al concursado, cual es que
el juez igualmente homologue porque se obtuvo aquella mayoría agravada del art .52, inc. 2 b y
segundo, porque la apertura del registro aludido no asegura la presentación de interesados y a falta de
inscriptos, la ley es terminante (art. 48, inc. 2) en que corresponde el dictado de quiebra.
En cualquiera de estos 3 supuestos, el juez en dos días hábiles debe abrir un registro para que
dentro del plazo de 5 días se inscriban los interesados. Si no hay inscriptos, debe declarar la quiebra y
fracasa el cramdown.
¿Qué significa ganar el cramdown? Si el ganador se trata del propio deudor, se tiene como que
obtuvo las conformidades en el proceso ordinario del concurso preventivo, donde antes había fracasado
y por ello se llegó al cramdown.
Se trata de una procedimiento abreviado que constituye una especie de segunda ronda del
concurso preventivo, una especie de concurso acotado, un concursito.
Con la sola inscripción en el Registro habilitado para tal fin, se obtiene la legitimación para
participar en el proceso.
Solo votan los acreedores declarados verificados o admisibles en el concurso fracasado. Ahora
bien, en razón de que pueden coexistir en el cramdown más de un registrado, los acreedores pueden dar
sus conformidades a todos, o algunos, o a uno solo de los cramdistas inscriptos en este proceso de
salvataje.
Situación especial:
Nada dice la ley respecto de la obligación de inscripción del concursado o la necesidad de que
existan otros inscriptos para que el concursado recobre la facultad de conseguir las mayorías que
anteriormente fracasara en el período de exclusividad de su concurso preventivo.
Estimamos que si es necesario la inscripción de un tercero interesado o acreedor, puesto que el
texto es claro en el sentido que de no existir inscriptos, el juez debe dictar la quiebra de la concursada.
Mayorías:
Rigen las mismas que se requieren en el proceso concursal, es decir, se debe obtener ambas
mayorías, de capital y de acreedores.
Audiencia informativa:
El juez, en la resolución en la que determina el valor de las cuotas o acciones representativas del
capital, fija a fecha de la audiencia informativa, la cual tiene también los mismo efectos que la prevista en
el periodo de exclusividad. En el cramdown además la fecha límite para exteriorizar la propuesta.
Estimadores o evaluadores
Para la valuación judicial de las acciones representativas del capital o cuotas sociales, el juez
contará con la colaboración del evaluador o estimador previsto por el art. 262. Se ha considerado que
pueden ser evaluadores, las entidades financieras; expertos con títulos habilitantes, etc., pero lo cierto es
que para tal, corresponderá estar a las distintas acordadas dictadas por los máximos tribunales de cada
jurisdicción.
Pago:
Caben dos formas de pago: la primera, mediante depósito judicial del 25% que se realiza en
garantía y a cuenta del saldo que deberá abonar dentro de los 10 días posteriores a la homologación del
acuerdo, oportunidad ésta en que se realizará la transferencia definitiva de la titularidad, o bien, la
segunda forma de pago, que acuerde con los socios la adquisición de su participación societaria por un
valor inferior al determinado por el juez.
Artículo 48 bis.
En primer lugar la cooperativa de trabajadores debería estar integrada por aquellos trabajadores
que todavía mantienen el vínculo laboral con la concursada, puesto que de otra forma no resultaría
posible la aplicación del segundo párrafo de este artículo, en cuanto sostiene que, homologado el
acuerdo correspondiente al cramdown, se producirá la disolución del contrato de trabajo.
En segundo término, entendemos que el legislador, en razón del privilegio que poseen los
créditos laborales, autoriza a que con los mismos se puedan adquirir las cuotas o acciones de capital de
la concursada, compra esta que recién se concreta con la homologación pertinente, oportunidad en que
la liquidación practicada por la sindicatura deja de ser una ficción para pasar a ser una realidad, porque
además en dicho momento se produce la desvinculación laboral.
Obsérvese que lo que se adquiere con estas liquidaciones no es otra cosa que el capital social
de la concursada, porque lo que la cooperativa adquiere, volvemos a repetir, son las acciones o cuotas
de capital de la concursada sin reemplazar a ella, a la concursada, que sigue subsistiendo.
En cuanto el tercer párrafo, la circunstancia de que la ley imponga a dos instituciones oficiales la
obligación de otorgar la conformidades a las propuestas formuladas por las cooperativas, lo que no
sucede con los otros cramdista, y además conceder las facilidades de refinanciación de deudas en las
condiciones vigentes mas favorables; sin duda alguna constituye el inequívoco sesgo del legislador a
favor de los trabajadores.
Imprecisión del término cooperativa del trabajo conformada por trabajadores de la misma
empresa, al señalar que la ley no preciso, quienes son los trabajadores que pueden fundar o asociarse a
la cooperativa de trabajo, si son los que están en actividad o ex trabajadores, si pueden otros terceros
asociarse libremente a tal cooperativa y que ocurriría si existiere enfrentamiento o discrepancia entre los
trabajadores y se conformaran mas de una cooperativa de trabajo.
El propio senado de la nación y a través de la denominada ley correctiva ha propuesto aclarar
que se trata de una cooperativa de trabajo, que represente como mínimo las dos terceras partes de la
totalidad de los trabajadores en actividad de la misma sociedad.
La norma expresa que los créditos así calculados podrán hacerse valer en el cramdown. Acá se
presenta otra dificultad, cual es que, un crédito no declarado verificado o admisible, simplemente
calculado por la sindicatura, servirá para competir con otros cramdistas, colocando a la cooperativa en
una situación de privilegio absoluto, porque se le permite hacer valer un crédito absolutamente ficticio e
irreal. En efecto, es que no pueden los trabajadores ser acreedores por indemnizaciones si el vínculo
laboral se mantiene, es una ficción.
Es una forma de neutralizar el crédito laboral, porque claro está que el mismo solo sirve para la
conformación del capital social de la cooperativa, puesto que la concursada deja de poseer este pasivo
en caso de quiebra posterior. Está claro que dichos créditos laborales desaparecen con la homologación
que manda este activo social de la cooperativa.
La ley 24.522, es una reforma de la anterior ley 19.551, en donde existía la junta de acreedores a
la cual concurrían los acreedores a votar la propuesta que efectuaba el deudor en la misma audiencia.
Tratándose de una reforma de una ley anterior debemos interpretar que lo denominado “existencia de
acuerdo” no significa otra cosa que la declaración de la obtención de las mayorías necesarias, por lo que
se dicta una resolución a los fines del artículo siguiente.
En realidad nos encontramos frente a una falta de precisión técnica legislativa, ya que debería
denominarse esta resolución “existencia de mayorías”, puesto que no importa la homologación del
acuerdo tal cual parecería indicar su título.
La ley 25.589 al modificar este artículo excluye la expresión dentro del periodo de exclusividad,
empero ello no debe dar lugar a considerar que las conformidades pueden ser acompañadas con
posterioridad a dicho período, ya que con toda precisión el art. 45 establece que para obtener la
aprobación de la propuesta de acuerdo preventivo, el deudor deberá acompañar al juzgado, hasta el día
del vencimiento del periodo de exclusividad.
Plazo
La impugnación se debe realizar dentro del plazo de 5 días, posterior a ello la resolución queda
firme.
Los acreedores declarados verificados y admisibles en la resolución del art. 36; quienes hubieran
deducido incidente de verificación tardía y los que hubieren promovido incidente de revisión por no haber
sido admitido sus créditos quirografarios.
Por ello consideramos que, frente a la impugnación de un acreedor de este tipo, debe la misma
admitirse, por cuando la no inclusión de estos en la normativa obedece a la asincronía que veníamos
denunciando desde siempre y que responde exclusivamente a las sucesivas reformas urgentes.
Causales
Entendemos que las inobservancias de formas esenciales solo pueden estar referidas a las
conformidades acompañadas por el deudor y aceptadas por el juzgado pese a las omisiones formales
que ellas puedan contener, tales como inexistencia de certificación de firmas, conformidades otorgadas
por personas no habilitadas para hacerlo, falta de representación suficiente, poderes indebidamente
conferidos, etc.
Articulo 50: resolución:
Tramite:
De conformidad a lo previsto por el art. 280, toda cuestión que tenga relación con el objeto
principal del concurso y no se halle sometida a un proceso especial debe tramitar por incidente en el que
participa la sindicatura.
Resolución:
Apelación:
El artículo prevé para el caso la apelación con efecto devolutivo, contrariando la regla general de
las apelaciones, que cuando se admiten se conceden en relación y con efecto suspensivo.
La anterior ley (24.522) establecía el plazo de diez días para que el juez proceda con el dictado
de la homologación pertinente. La ley (25.589) no indica plazo para tal pronunciamiento, considerándose
que ello obedece a una simple omisión que podrá ser salvada o bien superada por la practica judicial
como si dicho plazo existiera. La ley 26.086, como tampoco la ley 26.684, corrigieron esta omisión.
En la anterior ley 19.551el juez contaba con amplias facultades para valorar las posibilidades de
homologación de un acuerdo, pero no solo podía sino que además la ley le imponía el deber de hacerlo.
La ley 24.522, por el contrario y cambiando radicalmente el instituto de la homologación convierte a ésta
en un mero tramite formal, en un proceder prácticamente automático que prima facie le impedía al juez
efectuar todo tipo de análisis o valoración acerca de la conveniencia o no de la propuesta y acuerdo
obtenido por el concursado con sus acreedores.
La ley 24.522, éste articulo solo expresaba: “no deducidas las impugnaciones en término, o
rechazadas las interpuestas, el juez dictara resolución homologatoria del acuerdo en el plazo de diez
días”. Nada más, los seis incisos del articulo actual fueron introducidos por la ley 25.589. entonces es
cierto que parecía que el juez solo servía para contar porotos. Con el agregado de los incisos, cambia la
función del juez a quien se le abre un abanico de posibilidades, especialmente por el último inciso que
expresa “en ningún caso el juez homologara una propuesta abusiva o en fraude a la ley”, con lo que
queda librado, desde luego y descartando la arbitrariedad, a cuanto el juez considere, ya que se trata de
una norma genérica o abierta
Inc. 4: decimos esto porque en el inc. 2 a), imperativamente dispone la homologación “cuando
se hubieran obtenido las mayorías de ley…”. Pero, si no se hubieran obtenido tales mayorías (inc. 2º b)
puede igualmente homologar si se aprobó por lo menos una de las categorías de acreedores
quirografarios, y existe conformidad de por lo menos de ¾ partes del capital quirografario y no media
discriminación en trona de las categorías disidentes y que el pago resultante del acuerdo impuesto
equivalga a un dividendo no menor al que obtendrían en la quiebra los acreedores disidentes. Este
último supuesto, es lo que la doctrina denomina el “Cramdown power”, es no es otra cosa que la facultad
que se le atribuye al juez de obligar a determinados acreedores integrantes de una categoría o clase no
aprobada, a aceptar la propuesta de otra categoría o clase que se encuentre aprobada.
Situación no prevista
La ley en el inc. 3, excluye de esta imposición a los acreedores con privilegio especial que no lo
hubieran aceptado, pero omite referirse a los acreedores con privilegio general, lo que sin duda dará
lugar a las más variadas interpretaciones que podrán realizar a los jueces en sus fallos.
En nuestra opinión, en el caso de los acreedores con privilegio general omitidos, deben
acomodarse a la otra categoría que se hubiese aprobado para este tipo de acreedores; si ella existiera;
si no fuera así, no cabe imposición alguna por inexistencia de propuesta o insuficiencia de
conformidades a la única propuesta.
Facultad judicial
El juez del concurso tiene facultad para negar una homologación cuando considere que se
encuentra frente a una propuesta abusiva o fraudulenta y para lo cual corresponderá estar al caso en
particular.
Cuando la ley hace referencia a una propuesta abusiva, en nuestra opinión, siempre se debe
tener presente el activo y el pasivo del concursado y la propuesta que se realiza, de donde debe emerger
con toda claridad una inequívoca distorsión entre la segura ganancia del concursado en caso de dar
cumplimiento con su propuesta y los magros resultados que podrán obtener los acreedores al momento
de percibir sus créditos.
Deber de homologación: la nueva LCQ establece una preliminar distinción según que el acreedor
haya ejercido la facultad de categorizar. Así si el concursado no categorizo (o categorizando ofreció una
sola propuesta) y se obtuvieron las mayorías legales, el juez DEBE homologar el acuerdo preventivo.
Ahora bien, si se ofrecieron propuestas diferenciadas en la categorización y el concursado obtuvo la
conformidad de la mayoría de ley, al juez no le queda otra alternativa que homologar el acuerdo. Pero, si
no se obtuvieron tales mayorías en todas las categorías y se hubiesen reunido determinados recaudos,
el juez también podrá homologar imponiendo el acuerdo a todos los acreedores quirografarios.
El acuerdo preventivo homologado debe ser cumplido por el deudor y para que ello suceda, se
deben tomar las medidas pertinentes. Las medidas deberán diferenciase según la propuesta y podrán
consistir en el otorgamiento de garantías y en la constitución o reorganización de la sociedad entre el
deudor y los acreedores, se deben fijar los plazos para hacerlo si la propuesta no los establece.
Los honorarios correspondientes a la sindicatura y a los letrados que actuaron por la concursada
deben ser abonados dentro de los 90 días a contar desde la homologación del acuerdo. El pago debe
ser cancelatoria y los beneficiarios no se encuentran obligados a recibir pagos parciales.
Los honorarios son exigibles dentro de dicho plazo, en tanto ellos se encuentren firmes. Si media
apelación, por cualquiera de las partes, los mismos resultan exigibles una vez firmes y cumplido el plazo
originario, es decir, los 90 días a partir de la resolución de homologación. En caso de incumplimiento,
está facultado el beneficiario a solicitar la quiebra del deudor, sin que sea menester acreditar estado de
cesación de pagos, basta con que solo manifieste el no pago.
El vencimiento del plazo importa la mora automática del deudor y la consecuente obligación de
pago de los intereses correspondientes.
Concepto:
La novación es el cambio de una obligación por otra. Es una forma de extinción de las
obligaciones, consistente en la transformación de una relación jurídica de éste tipo en otra distinta.
No todas las obligaciones padecen del efecto de la novación, sino solo las que se encuentran
comprendidas en el acuerdo.
Motivo de la novación
Ante la extrema situación económico financiera, la quiebra del deudor se encuentra siempre
latente, por la siempre razón que el concurso no produce, por si mismo, efectos mágicos, sino que solo
le concede a quien recurre a este proceso concursal la posibilidad de acomodar sus obligaciones
mediante la propuesta de acuerdo preventivo, practicada de acuerdo a lo que el deudor estima que
podrá cumplir. En dicha propuesta, el deudor no solo acomoda sus obligaciones en el tiempo, sino que
además exterioriza cuanto puede cumplir, en qué forma y con las garantías que los puede hacer.
La anterior ley no preveía la novación de la obligación y para el caso de una quiebra ulterior, el
acreedor concurría a dicho proceso liquidativo con la totalidad de sus acreencia originaria.
Esta ley, ha pretendido dar a los concursados una mayor posibilidad de recuperación y por ello
dispuso que lo homologado importa la novación de todas las obligaciones con origen o causa anterior al
concurso, de forma tal que, quien se encuentra en situación concursal con acuerdo homologado, puede
obtener crédito de terceros, pudiendo éstos precisar sus riesgos.
Cuando el acuerdo no se cumple se dicta la quiebra y los acreedores concurrirán a ésta, no por
el importe verificado o declarado admisible, sino por el que corresponda en virtud de lo pactado en el
concordato incumplido. En otras palabras, en caso de quiebra posterior, las obligaciones que se
verificaran serán las nacidas a partir del acuerdo homologado y no las originarias.
La novación comprende no solo los créditos declarados verificados, o admisibles y que hayan
votado favorablemente el acuerdo preventivo presentado por el concursado, sino también a todos
aquellos otros acreedores que no votaron, empero que se encuentran comprendidos dentro de alguna
categoría cuya homologación se dictó. No se encuentran comprendidos los acreedores privilegiados, al
menos que se le haya formulado propuesta a estos, se hayan obtenido las mayorías necesarias y se
haya homologado esta categoría; en cuyo caso, al igual que para los acreedores quirografarios
corresponderá estar a lo pactado.
Alcances de la novación:
Como consecuencia de la novación y del nacimiento de una nueva obligación por extinción de la
obligación originaria, “no resultan de aplicación los plazos establecidos legalmente para cada crédito en
virtud de su causa, pues homologado el acuerdo nace un derecho personal al cobro de éste, sujeto a los
términos de dicho acuerdo que puede o no contemplar su pago en cuotas de vencimientos escalonados.
Así, debido a la inexistencia de un plazo expresamente establecido para la prescripción de las acciones
derivadas de un acuerdo preventivo homologado deviene de aplicación el CCC” = 5 años.
Criticas a la novación:
No compartimos esta opinión por cuanto, con la novación lo que se intenta es dar mayor
posibilidad de obtención de créditos por parte de terceros a favor del concursado, no solo porque el
pasivo concursal normalmente se reduce a los términos del acuerdo alcanzado, que cuenta
habitualmente con quitas, esperas, etc,. sino y fundamentalmente, porque ese pasivo claro, firme y
determinado, no se modifica en caso de quiebra sobreviniente. De eta forma los terceros tiene una mejor
predisposición para el otorgamiento de un crédito. De otro modo la incertidumbre respecto del pasivo
deviene total.
La novación extingue la obligación principal con sus accesorios, entendiéndose por accesorios a
la fianza y codeudores. Este art. 55, establece que en caso de homologarse el acuerdo, lo que importa
una novación e implicaría la liberación del fiador o codeudor solidario, ello no sucede y por consiguiente,
los fiadores y codeudores solidarios mantienen sus obligaciones en los términos originarios.
Hay quienes consideran que esta disposición no se ajusta a derecho toda vez que se modifican
los efectos propios de la novación. Pese a su critica, resulta justificada la disposición, toda vez que las
concesiones hechas por los acreedores están únicamente dirigidas al concursado que se encuentra en
una situación critica y por ello recurrió a esta solución preventiva, empero no a los codeudores solidarios
o fiadores, para quienes no existe liberalidad alguna, por lo que deben continuar obligados en los
términos originarios.
En caso de cumplimiento del acuerdo por parte del concursado, que se libera pagando lo
acordado, quita, empero no ocurre ello con los fiadores o codeudores que se mantienen obligados por el
total de la deuda originaria.
La ley 24.563
Esta ley extendió los efectos novatorios a los fiadores o codeudores. La ley 25.589 restablece la
redacción de la ley 24.522, es decir limita la novación al concursado y solo él, manteniendo la obligación
de los fiadores y codeudores en la forma que se obligaran originariamente. Interpretamos ello adecuado
y ajustado a derecho, toda vez que la extensión de los efectos de la novación a los fiadores importaba
lisa y llanamente la modificación de las condiciones en que le crédito se había concedido, colocando de
esta forma al acreedor en una posición desventajosa.
Socios solidarios
No es igual el tratamiento para estos que de los codeudores solidarios. Se benefician en idéntica
forma que la solución concursal, es decir, se le extienden los efectos del concurso en la medida de la
propuesta homologada. Ello resulta razonable toda vez que no pueden ser considerados, sino que por el
tipo societario responden solidariamente por la obligación asumida por la sociedad que integran.
Beneficios nulos
Los acreedores se deben atender a los alcances del acuerdo homologado, por lo que todo
beneficio extra contractual que se le reconozca carecerá de todo valor.
Verificación tardía:
Los efectos de la homologación se extienden incluso a los acreedores que no hayan solicitado
en forma tempestiva su verificación de créditos y para su reconocimiento, promovieron el incidente de
verificación tardía. También se extiende a los acreedores que optaron seguir los juicios de conocimiento
en tribunal distinto al del juzgado del concurso y los juicios laborales, en tanto hayan solicitado la
verificación de créditos dentro de los seis meses de haber quedado firme la sentencia.
La verificación tardía tramita por incidente en la que revisten la condición de parte el acreedor
incidentista y el concursado. Al síndico que le otorga participación una vez concluido del periodo
probatorio si existiere, quien deberá emitir opinión al respecto. Es decir que la participación del órgano
sindical es postergada, al solo efecto de que tome conocimiento del mismo y emita cuanto estime
corresponder en atención a sus conocimientos adquiridos.
Ahora bien ¿Qué sucede si el concurso ha concluido y no ha prescripto el derecho para accionar
del pretenso acreedor? Está claro que no podrá recurrir a ningún procedimiento concursal y por cuanto
finalizo y así lo expreso el juzgado mediante la resolución que impone el art. 59.
Costas:
Costas al vencedor:
Es regla la imposición de costas al verificante tardío. Ello independientemente del resultado del
incidente.
Exención de costas:
Prescripción
Posee otra excepción incorporada por la ley 26.086, cual es que el pretenso acreedor no opte
por la verificación tempestiva y lo haga mediante la continuación de un juicio de conocimiento ante un
tribunal distinto al del concurso o mediante un juicio laboral en dicho fuero; en cuyo caso, una vez
obtenido el fallo y firme la sentencia que servirá para de título verificatorio, la ley otorga un nuevo plazo
de 6 meses para solicitar dicha verificación de crédito. Vencido este plazo, prescribe la acción del
acreedor.
El art. 223, habilita a los acreedores a comparecer a la quiebra verificando sus créditos o
preferencias, después de haberse presentado el proyecto de distribución, aclarando que solo tendrán
derecho a participar de los dividendos de las futuras distribuciones, es decir, le establece una sanción de
perder los derechos respecto de los dividendos ya distribuidos. Por consiguiente, concluimos en que los
créditos de los acreedores negligentes pueden solicitarse en verificación en los procesos falenciales,
mediante la verificación tardía, más allá del plazo de los dos años, contando con el solo límite de la
distribución, en la que participará a partir de su llegada.
En el caso de los acreedores privilegiados que hayan votado favorablemente una propuesta la
misma solo resulta aplicable en tanto el acuerdo sea homologado. Pero, para su homologación no solo
depende de que se obtenga en su clase las mayorías necesarias, requiere además, que los acreedores
comunes o quirografarios hayan obtenido también, respecto de su clase, las mayorías pertinentes para
lograr la homologación.
Si los acreedores comunes no logran las mayorías necesarias, la quiebra deviene inexorable,
salvo la excepción del cramdown o salvataje, y por tanto, el acuerdo arribado con los acreedores
privilegiados resulta ineficaz, ya que, como lo indica el artículo, solo produce efecto si el acuerdo es
homologado.
No ocurre así a la inversa, ya que solo es obligatorio la obtención de las conformidades para los
acreedores comunes. Dictada la quiebra, los acreedores privilegiados concurrirán a la misma, con sus
créditos originarios y no con lo pactado, habida cuenta que no medió homologación de acuerdo.
Solo es obligatorio para el concursado formular propuesta para los acreedores comunes o
quirografarios. Siendo facultativo para el concursado ofrecer o no propuesta a los restantes acreedores
privilegiados, estos, al no encontrarse incluidos en ninguna de ellas y por ende fuera de acuerdo, pueden
ejecutar la sentencia de verificación o peticionar la quiebra del deudor.
Es el supuesto del acreedor contra cuyo crédito declarado admisible (art. 36) el concursado
interpuso recurso de revisión (art. 37), que se encuentra pendiente de resolución. En tal caso, el deudor
debe igualmente dar cumplimiento con el acuerdo preventivo. La norma prevé las dos situaciones que se
pueden presentar: la primera entrega de la presentación al deudor bajo caución suficiente. Se exige la
caución al acreedor ante la eventualidad que el recurso de revisión sea resuelto favorablemente al
concursado y no sea posible la recuperación de lo entregado; la segunda, el juez determina en poder de
quien queda el bien y la forma en que el mismo debe ser custodiado.
Todo ello sucede en la medida que el acreedor lo solicite, puesto que de lo contrario, se espera
la resolución definitiva de la revisión y se dispone cuanto corresponde.
En la ley 19.551 finalizaba el mismo con el cumplimiento del acuerdo preventivo. El régimen
vigente determina la conclusión del concurso con anterioridad, por ello es que debe dar por finalizada la
tarea del síndico y tomas las medidas conducentes para el control del cumplimiento del acuerdo, sin
perjuicio de mantener la inhibición general por el tiempo que dure el cumplimiento del acuerdo
preventivo.
Es lo que se ha dado en llamar la conclusión que no concluye, por cuanto coincidimos en que
con la norma en cuestión lo único que concluye es la actuación del síndico y no todos los efectos del
concurso, entre ellos la inhibición general de bienes, los que se mantienen hasta el cumplimiento del
acuerdo preventivo, es decir, hasta la cancelación o cumplimiento de lo comprometido en la propuesta
de pago.
Era el sindico el que controlaba el cumplimiento de acuerdo; AHORA quien desempeña esta
función es el comité de control, sin perjuicio de recordar que en los pequeños concursos, como no existe
éste equipo de controladores, el síndico se mantiene hasta el cumplimiento del acuerdo.
Con la conclusión del concurso se acaban las limitaciones previstas por el art .15 y 16, sin que
ello implique que tenga la libre disponibilidad de sus bienes, porque se mantiene la inhibición general del
deudor hasta el cumplimiento del acuerdo. Tampoco tiene la libre administración ya que en el art .45 se
impone como parte integrante de la propuesta de acuerdo preventivo, que acompañe el régimen de
administración, al que, desde luego debe sujetarse.
Publicidad y apelación
Se impone la publicidad de la conclusión del concurso, a fin de otorgar mayor seguridad para los
acreedores, quienes podrán oponerse a la misma mediante el recurso de apelación que autoriza esta
norma y que, podrá estar fundamentada en la omisión del cumplimiento de las garantías pertinentes o
cualquier otra obligación que emerja del acuerdo homologado y que se deba cumplir con anterioridad a
la conclusión del concurso.
NULIDAD
Nulidad
Su declaración significa destruir todo lo edificado hasta aquí, implica dejar sin efecto el acuerdo
celebrado con los acreedores, quienes se encuentran a la expectativa de sus cobros en los términos y
plazos del acuerdo. La nulidad del acuerdo preventivo implica la quiebra.
Es necesario que la resolución que dicta la nulidad del acuerdo homologado, se sustente en un
vicio sustancial producido por una acción dolosa, que haya logrado disimular el activo, reconocer
privilegios inexistentes, ocultar o exagerar pasivos. Siempre mediando una conducta dolosa, ya que el
error, por si mismo, resulta manifiestamente improcedente.
Es necesario el dolo, dolo del deudor. El criterio para la declaración de nulidad del acuerdo
homologado es restrictivo, taxativo a la existencia del dolo y a las causales enumeradas, ya que en una
sentencia judicial no debe mantenerse si tiene como sustento una realidad que es solo aparente en
virtud del fraude cometido.
Legitimación activa
Solo cuentan con esta capacidad legal los acreedores comprendidos en el acuerdo homologado.
Causales:
La causal que se invoca, dice la norma en su último renglón, debió ser descubierta después de
vencido el plazo del art. 50. El artículo citado es el que regular la impugnación del acuerdo preventivo,
por lo que resulta obvio que, de conocerse ello con anterioridad, el interesado debe impugnar el acuerdo
y no, dejar pasar esa oportunidad procesal, para recién realizar su impugnación a través del pedido de
nulidad.
Plazo: Con el fin de dotar al régimen concursal de la mayor seguridad jurídica se impone un plazo de
caducidad de la acción de seis meses. El plazo se computa desde la fecha en que queda firme la
declaración de homologación.
Artículo 61: sentencia de quiebra
Se produce la liberación del fiador en razón que este ha garantizado un acuerdo que se declaró
nulo. Nulo el acuerdo, nula la garantía constituida. La quiebra es una consecuencia de la nulidad, del
vicio en el acto y no del incumplimiento. si fuera el dictado de la quiebra por incumplimiento, lo que
sucede en otro supuesto, el fiador no se libera por cuanto ha sido aceptada su garantía, precisamente,
para el caso de incumplimiento del deudor principal.
Es razonable que ello ocurra, ya que las quitas que se pudieron haber concedido frente a la
aceptación de la propuesta, a raíz de la nulidad del acuerdo homologado, han quedado todas ellas sin
efecto alguno, concurriendo a la quiebra por el total de aquellas acreencias originarias, con más los
intereses pertinentes. Declarado nulo el acuerdo, es nula la propuesta, por tanto nula su aceptación y
quita.
Cualquier acto por el cual se satisfaga créditos de los acreedores en cumplimiento del acuerdo
cuya nulidad se declarara, queda sin efecto alguno, correspondiendo restituir si así correspondiere.
La renuncia de privilegio efectuada por el acreedor tuvo un fin inequívoco cual era la de
posibilitar al deudor el cumplimiento del acuerdo. Desvaneciéndose estas posibilidades por la nulidad
dictada, no mediando propuesta alguna valida, los acreedores renunciantes recuperan sus privilegios tal
cual lo tenían instantes previo a su renuncia.
La nulidad del acuerdo preventivo homologado importa la quiebra, se abre el periodo informativo
de la quiebra, el cual es prácticamente idéntico al periodo informativo del concurso preventivo.
Realización de bienes
INCUMPLIMIENTO
Entendemos que, en los pequeños concursos, el sindico se encuentra facultado para solicitar el
dictado de la quiebra, atento a que el mismo cumple la tarea de controlador del acuerdo si no se hubiese
designado para éste rol a un tercero.
Efectos de la quiebra
En éste artículo, las propuestas se mantienen, como también se mantiene vigente el acuerdo
preventivo homologado, solo que, el deudor no cumple con el mismo, por lo que corresponde el dictado
de su quiebra. Siendo ello así, a la quiebra que se dicta, los acreedores concurren con sus nuevos
códigos, esto es se mantienen las quitas efectuadas y toda otra modalidad que hayan impuesto la
propuesta, ya que la homologación de éste acuerdo produjo definitivamente la novación de la obligación;
se cambió una obligación por otra.
Apelación
Si se solicitó la quiebra por incumplimiento del acuerdo y se hizo a tal solicitud, dicha resolución
es apelable; mientras que la resolución que desestima el pedido de quiebra, es inapelable, por aplicación
de la regla genérica del art. 273 inc. 3º.
En este punto se observa una contradicción en la ley, ya que en primer párrafo del art. 59 se
establece que una vez homologado el acuerdo y tomadas y ejecutadas las medidas tendientes a su
cumplimiento, el juez debe declarar finalizado el concurso, dando por concluida la tarea del sindico.
BOLILLA 8 CONCURSAL
Noción preliminar
Nos encontramos frente a una modalidad prevista por la ley en atención a la demanda del
mercado frente a la cantidad de empresas cuyos patrimonios se encuentran comprometidos con otros
con los que integran un conjunto económico. Nos encontramos ante dos concursos como mínimo, que
mantienen su independencia uno del otro y que solo poseen en lo general un trámite común bajo una
única sindicatura.
La ley no define el conjunto económico. Expresa si, algunas de las características que se deben
presentar para ser considerado tal, como es que se trate de dos o más personas, ambas físicas o ambas
jurídicas o físicas y jurídicas y que entre ellas integren en forma permanente un conjunto o grupo
económico.
Solicitud en conjunto
Por la trascendencia del acto, entendemos que solo resulta admisible la petición, en tanto sea
ella solicitada por todos los integrantes del grupo o personas que ejerzan la representación legal, sin
perjuicio de la ratificación correspondiente prevista en el art. 6, para el caso de personas jurídicas.
Una posición minoritaria consideró que cualquier integrante del grupo económico se encuentra
legitimado para solicitar la formación del concurso
Condición de permanencia
Ahora bien, el estado de cesación de pagos de uno de los integrantes debe ser de una magnitud
tal que pueda afectar al otro integrante in bonis. Este extremo obviamente debe ser exteriorizado y
probado suficientemente al momento de solicitar la apertura concursal
Articulo 67. Competencia. Sindicatura. Tramite. Propuesta unificada. Créditos entre concursados
Competencia
Interpretamos que la ley resuelve correctamente al instituir como juez competente al que
correspondiera atender al concurso de mayor importancia patrimonial, al que mas activo tenga, de
acuerdo a las constancias que emerjan de sus balances. Si ello no ocurre por cuanto una de ellas o
ambas no practican balance por no estar obligado conforme a ley, corresponderá igualmente a estar a
las declaraciones impositivas que correspondan, estado de situación patrimonial que se presente, etc.,
razón esta por la que balance debe ser interpretado en sentido amplio.
Sindicatura única
El concurso en caso de agrupamiento tramita bajo una sindicatura única, es decir, un solo
sindico para cada uno de los integrantes del agrupamiento, sin perjuicio de la facultad con que cuenta el
magistrado de elegir una sindicatura plural, esto es más de un síndico categoría B o los llamados
estudios de categoría A.
Es el magistrado quien determina que tipo de sindicatura actuará en cada proceso, lo hace en
virtud de la facultad conferida por el art. 274 y cada una medida de impulso procesal de la causa, por lo
que su resolución no resulta posible de ser apelada de acuerdo al art. 273, inc. 3
Tramite
Nos encontramos frente a dos procesos distintos unificados por voluntad de los agrupados,
motivo este por lo que como tantos sean los componentes del agrupamiento. La ley solo obliga que el
informe general sea único y que se complemente con un estado de activos y pasivos consolidados del
agrupamiento. Al ser único corresponderá acompañar copias del mismo en todos los expedientes y los
acreedores, independientemente a que concurso pertenezcan, se encuentran habilitados para formular
las observaciones al informe general que estimen corresponder respecto de cualquier a de los
integrantes del agrupamiento; como también se encuentran habilitados para formular las observaciones
o impugnaciones de cualquiera de las verificaciones de créditos que se presenten sin importar sobre cual
de los agrupados se pretende verificar
La ley, propio de todo cuerpo legal sometido a una serie de reformas y contrarreformas, nada
refiere al cramdown. Consideramos que si es de aplicación, por lo que en caso de la no obtención de las
mayorías corresponde abrir este procedimiento. Desde luego que interpretación que la omisión legal de
indicar esta posibilidad obedece nada mas que a las sucesivas reformas y fundamentalmente as u no
prolijo tratamiento legislativo que lo hace incurrir en semejante falencias, tal cual veníamos señalando
desde un comienzo.
A esta conclusión se arriba como consecuencia de una interpretación acorde al plexo normativo
todo y fundamentalmente por lo dispuesto por el art. 159, que autoriza al juez a aplicar las normas que le
sean análogas, atendiendo la debida protección del crédito, la integridad del patrimonio del deudor y de
su empresa, el estado de concurso y el interés general.
Habiendo optado los deudores por solicitar sus concursos en forma conjunta, posibilita que las
propuestas de acuerdo preventivo de cada uno de ellos sea formulada en forma única, como si una sola
persona se hubiese concursado, o en forma individual, es decir cada concursado ofrece la suya.
Propuesta unificada:
Para su aprobación la ley requiere en cada concurso y como un primer modo de obtener el
acuerdo las mayorías previstas en el art. 45, esto es mayoría absoluta de acreedores que representen
las 2/3 partes del capital.
Una segunda forma de obtener el acuerdo es lograr el voto favorable de no menos el 75% del
capital de todos los concursados agrupados, siempre y cuando en cada una de las categorías se haya
logrado el voto favorable mínimo del 50% del capital.
Esta forma de presentar la propuesta tiene por un lado, la ventaja de proceder con la
compensación de los excedentes logrados en una categoría, con los déficit de otra categoría y por el otro
lado, la desventaja de que no obtenida las mayorías indicadas, a todos los componentes del conjunto
económico agrupado, se le dicta la quiebra a todos, independientemente si uno de ellos supero
largamente cualquiera de las mayorías previstas por ley, ya que el principio es que al ser unificada la
propuesta, se computa ella de esa forma y una arrastra al otro en el resultado.
Propuesta individual
Para su aprobación la ley requiere en cada concurso, las mayorías previstar en el art. 45.
La ventaja de esta forma de proponer la propuesta está que la quiebra de uno de los
componentes del grupo o conjunto económico no acarrea la quiebra de los demás, carece de efecto de
arrastre. La desventaja de esta forma, está en que no se permite la compensación de excedencia y
déficit, cada uno corre con su propia suerte.
No permite la ley que voten entre sí los integrantes del agrupamiento, como sus cesionarios
dentro de los dos años previos a la presentación en concurso. La ley, en razón de que a estos
acreedores integrantes del conjunto económico, se le permitió verificar sus créditos, es decir que
participen en el proceso, con la limitación del voto; autoriza que se prevea en el acuerdo su extinción
total o parcial, o su subordinación conforme el art. 41.
Introducción- antecedentes
El acuerdo preventivo extrajudicial – llamado APE- intento llenar un vacio de las leyes anteriores,
las cuales no contaban con la posibilidad de arribar a acuerdos que cuenten con la necesaria seguridad
jurídica, frente a la eventual presentación posterior en concurso del deudor.
Ya la ley 19.551 omitió considerar este tópico y es la ley 22.917 del año 1983, la que introduce
por primera vez, la posibilidad de que las partes arriben a acuerdos preconcursales, pero esta normativa
no fue acertada.
Que este procedimiento – APE- introducido por la ley 24.522, a ser sincero tampoco resulto
utilizado.
El fracaso de este instituto, desde nuestro punto de vista, obedeció a dos razones
fundamentales: la primera, por cuanto las acciones individuales de aquellos acreedores que no formaban
parte del acuerdo preventivo extrajudicial no se suspendían y podían, por ende, continuar con las
mismas, con toda la molestia que ello ocasiona a los deudores. La segunda aprobación del acuerdo se
requería la obtención de la mayoría absoluta de acreedores que representen las 2/3 partes del pasivo
total, esto es acreedores quirografarios y privilegiados, mientras que la actual ley 25.589, excluye con
toda razón a los acreedores con privilegio especial, quienes, desde luego, fundamentalmente en las
propuestas que pueda realizar el deudor, habida cuenta que ellos pueden ejecutar su privilegio.
El acuerdo que celebra el deudor con sus acreedores carece de limites de conocimiento, por lo
que el mismo se realiza en forma individual e independiente de cuanto se pueda acordar con los otros
acreedores ya que el principio de la igualdad de los acreedores no rige en estos acuerdos, pudiendo
incluso concretarse acuerdos diferentes entre los distintos acreedores pese a que los mismos
pertenezcan a una misma clase o categoría.
Solo puede elegir este procedimiento toda aquella persona, física o jurídica que cuente con
registraciones contables, que permitan a un contador confeccionar un estado de activo y pasivo
actualizado con indicación precisa de las normas seguidas para su valuación.
Rouillón señala que no es menester que el deudor lleve los libros en legal forma basta con que
posea registraciones y ellas permitan la confección del estado de situación patrimonial, debiendo el
contador dictaminar con obligación de detallar el respaldo contable y documental de su afirmación.
Consideramos que un requisito genérico, como el de llevar libros de contabilidad, no puede ser
convertido en una exclusión para quien no está obligado a llevarlo. Ahora bien, quien debe llevar libros y
los lleva en forma irregular, corresponderá estar al análisis del incumplimiento y dictamen contable.
Situación no prevista
Se puede dar la situación de acreedores que se anoticien del presente proceso cuando se
publican los edictos que ordena el art. 75 para que los acreedores formulen oposición al acuerdo, esto
es, cuando el deudor ya ha logrado las mayorías necesarias, resultando por lo tanto éste acreedor no
participativo neutro a los fines del cómputo.
Consideramos que frente a este supuesto el acreedor no invitado si así lo peticiona ante el juez,
debe ser incluido en la categoría que mas se asemeje si ella existiera, o en las condiciones que el
juzgador estime corresponder en atención a los diversos acuerdos celebrados. Por ello, las oportunas
medidas cautelares trabadas sobre bienes del deudor o privilegios constituidos con anterioridad,
constituyen el resguardo adecuado de un sorpresivo procedimiento de acuerdo preventivo extrajudicial.
No requiere mayores formalidades, pudiéndose practicar diferentes convenios con cada uno de
los acreedores sea en instrumentos público o privado. En cuanto a la certificación de las firmas desde
luego que resultaran validas aquellas firmas correspondientes a su autoridad judicial o en el caso de
entes públicos nacionales, provinciales o municipales, tal como se autoriza en el art. 45.
El acuerdo que celebra el deudor con sus acreedores carece de límites de contenido, por lo que
el mismo se realiza en forma individual e independiente de cuanto se pueda acordar con los otros
acuerdos, pudiendo incluso concretarse acuerdos diferentes entre los distintos acreedores pese a que
los mismos pertenezcan a una misma clase o categoría.
Juez competente
Para solicitar la formación de un concurso preventivo, el art. 11, inc. 3º exige la acreditación de
un estado detallado de activo y pasivo practicado a la fecha de presentación en concurso.
Libros de comercio
Solo corresponde enumerar los mismos y detallar el último folio a la fecha del instrumento.
Mayorías
Debe indicar el monto de capital y porcentaje que representan los acreedores firmantes y los
registrados por el deudor en sus libros o estado patrimonial. En forma prolija debe realizar un detalle de
todos los acreedores que componen el pasivo del deudor, incluido los acreedores privilegiados, aunque
el acuerdo sea solo para los acreedores quirografarios.
Corresponde, asimismo, además de detallar los acreedores que firmaron el acuerdo preventivo
extrajudicial, los que deben representar la mayoría absoluta de acreedores que representen las 2/3
partes del pasivo quirografario, acompañando los convenios firmados de todos y cada uno de lo
acreedores.
Efectos de la presentación
No obstante ello, interpretamos que corresponde estar a cuanto haya acordado el deudor con
sus acreedores, ello así, porque al momento de la presentación, el deudor ya arribó a un acuerdo el que
sólo solicita su homologación judicial. Se infiere entonces que se debe estar a lo convenido y sólo a partir
de la eventual mora por incumplimiento, podrán renacer los intereses.
En lo referido a la exclusión del computo de los acreedores se refiere al cónyuge, los parientes
del deudor dentro del cuarto grado de consanguinidad, segundo de afinidad o adoptivos y sus
cesionarios dentro del años anterior a la presentación.
Oposición
Solo están legitimados a formular oposición aquellos acreedores que no firmaron acuerdo con el
deudor. De hecho, quien suscribió algún convenio lo hizo prestando su conformidad, motivo por el cual
éste instancia no le resulta viable so pena de incurrir en actos contradictorios. También se encuentra
legitimados para formular oposición el acreedor no denunciado que demuestre sumariamente su calidad
de tal.
Tramite
La norma no prevé un tramite especial a diferencia de lo que acontecía con la ley anterior, 24.522, no
obstante consideramos que la sustanciación de lo oposición deviene inevitable correspondiendo, por tanto, correr
traslado al deudor presentante del acuerdo, quien contesta y de resultar necesario por la insuficiencia de elementos
probatorios y, solo frente a éste circunstancia, se abre a prueba por el plazo de 10 días.
La admisión de prueba debe resultar restrictiva y solo excepcional ante lo imprescindible. La resolución
debe ser dictada por el juez, dentro de los 10 días posteriores a la finalización del plazo probatorio.
No oposición
La inexistencia de oposición al pedido de homologación del acuerdo, no autoriza lisa y llanamente al juez a
proceder con la homologación, le impone efectuar un examen detallado acerca del cumplimiento de los requisitos de
ley, como asimismo de la documentación acompañada, que debe ser inexorablemente presentada por el deudor.
Cumplidos estos recaudos el juez debe homologar.
Honorarios
Carece de costo significante, no solo por la inexistencia del órgano sindical, sino además porque para la
determinación de los honorarios profesionales, se tiene en cuenta la labor desarrollada, su complejidad y magnitud,
resultando ajeno para su valoración los montos en cuestión.
Acuerdo preventivo extrajudicial homologado produce efecto respecto de todos los acreedores
quirografarios por causa o título anterior a la presentación, hayan o no participado en el mismo. Produce iguales
efectos que el concurso preventivo respecto de los restantes acreedores que no participaron.
Por le contrario, si no media homologación lo acordado resulta inoponible a terceros, por lo que en una
quiebra posterior corresponderá dejar sin efecto las garantías constituidas durante el periodo de sospecha, por
resultar ellas ineficaces.