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Principios
Las administraciones educativas están obligadas a ser responsables y sostenibles, es decir, deben
contar con principios bien definidos y aplicables, pues las mismas sostienen un sin número de
relaciones y su producto, los graduados o profesionales, serán su reflejo cuando se inserten
laboralmente en la sociedad.
Las instituciones educativas, principalmente las de carácter privado, tienen dos supuestos o
fundamentos filosóficos: su finalidad económica y su comprensión de tiempo orientada para el
presente; y ambos supuestos están al servicio del momento presente. Un supuesto es una
creencia que los miembros de una organización dan por sentada, y en Administración se da por
sentado que sus actividades están destinadas a permitir que cierta combinación de medios
(financieros, humanos, materiales, etc.), pueda generar una producción de bienes y servicios. Una
comprensión del tiempo es aquella que considera que el futuro está al servicio del presente,
pues el estudio del futuro es una herramienta que permite anticiparse a los riesgos y capitalizar
las oportunidades planificadas. Se ve el futuro como instrumento de desarrollo del presente,
como algo estratégico y breve; tanto así que el largo plazo es de 3 o 5 años. La empresa normal
se vuelve para el corto plazo.
Los supuestos Psicológicos están referidos a la necesidad de una nueva relación humana, en la
que el individuo sea el motor de desarrollo de los negocios, en este caso el discente; por esto,
hay que establecer en la organización escolar un sistema de relaciones entre el sujeto (el
alumno) y el objeto (la comunidad educativa), para que de este manera emerja la vinculación del
individuo dentro de un todo integrado.
Los supuestos organizacionales. Están referidos a los individuos y a los grupos pertenecientes a las
organizaciones escolares:
- Los individuos. Estos aspiran a un crecimiento y desarrollo personal, elementos más susceptibles
de ser actualizados en un ambiente de apoyo y de reto. La mayoría de la gente desea contribuir, y
tiene la capacidad de hacerlo, al logro de los objetivos de la organización que el ambiente
organizacional permita.
- Los grupos. La mayoría de la gente desea ser aceptada e interactuar cooperativa- mente por lo
menos con un pequeño grupo de referencia, usualmente con más de un grupo; por ejemplo, el
grupo de trabajo, o el grupo familiar. Psicológicamente, uno de los más importantes grupos de
referencia para la mayoría de la gente es el trabajo, incluyendo a los compañeros y al superior.
Así, pues, la mayoría es capaz de incrementar su eficiencia, ayudados por sus grupos de
referencia para resolver problemas y trabajar eficientemente en grupo. Para que un grupo
pueda optimizar su efectividad, es menester que todos sus miembros se ayuden entre sí con una
dirección efectiva y compañerismo, dado que el líder principal no puede cumplir con todas las
funciones en todas las circunstancias.
- Las personas en las organizaciones. Las organizaciones tienden a ser caracterizadas por las
interdependencias sobrepuestas del grupo de trabajo y por la función eslabonada de supervisores
y otras necesidades, que deben ser comprendidas y facilitadas. Lo que sucede en la vasta
organización afecta al grupo pequeño, y viceversa; así mismo, lo que sucede a un subsistema
(social, técnico y administrativo), afectará y será afectado por otras de las partes del sistema.
Los supuestos Psicológicos apuntan a que la cultura, en la mayoría de las organizaciones, tiende a
suprimir los sentimientos entre las personas y entre los que las mandan. La supresión de
sentimientos afecta adversamente la solución de problemas, el desarrollo personal y la
satisfacción en el trabajo. El nivel de confianza interpersonal, ayuda y cooperación, es mucho más
bajo en la mayoría de las organizaciones de lo que es deseable.
Los actores
Los recursos constituyen el patrimonio de que dispone el centro educativo para lograr sus
objetivos, y los mismos pueden ser de diferentes tipos o clases (15):
- Recursos materiales. Se incluyen edificios, mobiliario, material didáctico, etc., que determinan
el espacio escolar.
- Recursos funcionales. Llamados también recursos temporales, como tiempo, formación y dinero,
que hacen operativos los recursos anteriores.
Los medios y recursos que utiliza y gestiona la administración educativa requieren también una
detenida consideración. Los medios físicos como los edificios, el mobiliario, las ayudas
audiovisuales, los materiales de enseñanza; los medio técnicos, como los métodos, normas,
tecnologías y servicios auxiliares; los medios financieros. En muchos de estos aspectos se
mantiene todavía un alto grado de centralización, aunque se ha logrado importantes innovaciones
en cuanto al aporte directo de las empresas y de la comunidad para que contribuyan a la
educación con todos los equipamientos y servicios de potencial educativo disponibles en cada
ámbito social, y también con cotizaciones monetarias. En cambio en lo relativo a los medios
técnicos, quizá lo más importante sea el poder contar con sistemas de información e intercambio
adecuados y oportunos, para promover su utilización, fomentar su desarrollo y retroalimentar
experiencias.
A los antiguos modelos de la educación privada, de las asociaciones de padres de familia y de los
consejos consultivos de educación, se agregan ahora nuevos modelos de asignación de
responsabilidades educativas a entidades ya existentes (económicas o no económicas) o a nuevas
entidades comunales de finalidad educativa o polivalente. Esto representa una frontera para la
administración educativa tradicional que fue solamente una expresión y respuesta burocrática a
los problemas de la gestión gubernamental o escolar de los servicios educativos.
EL DOCENTE ADMINISTRADOR
Con el fin de administrar el sistema escolar, existe personal docente que no se ocupa
directamente de la tarea de educar, poniéndose al frente de los cursos, sino de distribuir o
redistribuir los recursos en base a los fines fijados, y supervisar que se es te cumpliendo lo
planificado, para aumentar la calidad educativa; por ejemplo, en qué se gastarán los recursos
obtenidos a través de la cooperadora escolar o la gestión de un subsidio para el establecimiento,
o el pedido de becas para sus alumnos desfavorecidos, en las escuelas públicas, o la determinación
de las cuotas a cobrar en las privadas y su destino; o de la instrumentación de planes de
capacitación docente, o el control de ausentismo de alumnos y personal. En las escuelas esta
función la cumple el personal directivo: Director, Vice Director, Secretario, Prosecretario y,
especialmente el Administrador educativo.
Los profesores y gestores educativos deben de estar dotados de las habilidades necesarias para la
toma correcta de decisiones, el liderazgo, la gestión de recursos humanos, la evaluación de
profesores, la organización y las relaciones públicas necesarias para enfrentarse a los dilemas que
afectan a diversos tipos de sistemas educativos.
El docente administrador debe poseer y manejar ciertas aptitudes; debe dirigir con liderazgo,
autoridad y capacidad asesora, con un sentido autogestionario; hacer uso óptimo del tiempo
dedicado a los aprendizajes y de los recursos humanos, físicos, y materiales. El personal
encargado de dirigir una estancia educativa en cualquiera de los niveles y modalidades de la
educación, está obligado a emplear diversas técnicas administrativas para liderar y optimizar el
control interno de la institución.
Esta establecido que la Administración Educacional es aquella parte del proceso de enseñanza-
aprendizaje, que introduce elementos de organización y orden al sistema educacional con el fin de
hacerlo más preciso y efectivo, para así conseguir los objetivos o metas propuestas; estos pueden
ser los macro objetivos institucionales, por ejemplo los objetivos de los ministerios de Educación
en Latinoamérica.
- Tener una visión global del mundo en movimiento y de los macro procesos que actúan en él.
- Poseer una visión de los valores de la persona humana en su dimensión individual y social.
Esto lleva a concluir que la administración educacional, en cuanto herramienta específica para el
mejoramiento de los aprendizajes se refiere, se conlleva plenamente con los requerimientos y
metas que espera alcanzar las actuales reformas educacionales mundiales, como la chilena, y en
general los nuevos procesos educativos latinoamericanos.
La Administración educativa es un proceso, y como tal sigue pasos o fases claramente definidas:
planificación, ejecución, organización, dirección, coordinación, control y evaluación. Estas fases
administrativas no obedecen a una secuencia predeterminada, sino que están relacionadas entre
sí, de manera que en cualquier momento ocurrirá que una o varias tengan mayor importancia.
La Planificación
Implica la previsión de situaciones y acontecimientos; evita la dispersión de actividades; y conduce
al logro de los objetivos. Sus ventajas son:
- Propicia una operación económica. El hecho de concentrar la atención en los objetivos provoca
reducir los costos, es decir, buscar el mayor beneficio con el menor costo.
- Facilita el control; permite el saber lo que se quiere hacer; permite encontrar la máxima
eficiencia organizacional.
Esta fase consiste en definir los objetivos o logros a cumplir, ya sean estos generales o específicos,
macro-institucionales o solo de la institución; consiste también en precisar qué tiempo nos
tomará lograr estas metas; que tipo de recursos se pondrán a disposición de los objetivos que nos
guían; se puede afirmar que es la coordinación ex y antes, entre las diversas unidades
participantes en el proceso enseñanza-aprendizaje, con el fin de alcanzar los objetivos
predeterminados.
La planificación debe ser un proceso científico y coherente en el cual hay que aplicar técnicas,
métodos y conocimientos para lograr los objetivos a corto, mediano y largo plazo. Al realizar la
planificación, se debe dar participación a todos los actores del proceso educativo y partir de la
realidad, del contexto socioeconómico cultural de la comunidad a que pertenecen. Esta función se
desarrolla en cinco pasos:
a. Diagnóstico.
b. Determinación de objetivos.
c. Elección de estrategias.
d. Ejecución del plan.
e. Evaluación de resultados y mecanismos de ajuste.
La planificación educacional, al estar inserta dentro del macro proceso social, debe abordar a lo
menos dos problemas centrales de la comunidad:
Problema Político. Se refiere a las necesidades y la selección jerarquizada de los objetivos básicos
de la comunidad, con relación a mejorar la participación en las decisiones políticas que los
incumben y que les permitirán mejorar sus condiciones de vida.
Problema Económico. Se relaciona con la adecuación de recursos escasos y de uso alternativo
ante fines múltiples y jerarquizables.
De esta forma la planificación se convierte en una herramienta que sirve de hoja de ruta al
sistema educativo, a la vez que se inserta plenamente de manera informada en las necesidades
de la comunidad, permitiendo que la Educación se convierta en un poderoso instrumento de
movilidad social.
Ejecución
La Organización
Constituye la segunda fase dentro del procedimiento administrativo, y se abordada desde dos
ópticas; como orgánica y como la acción de organizar (función organización). La orgánica se
conceptualiza como una estructura constituida por roles y organigramas, donde existe una
coordinación específica e independencia de las personas que la integran, y desde la perspectiva
de la función esta puede ser de finida como la acción o el acto de preparar las mejores y más
pertinentes condiciones, o como la generación del apropiado clima laboral, con el objetivo de
cumplir las metas propuestas y de mejorar cualitativamente la producción educativa.
La labor de organización escolar busca, entre otros objetivos, lograr la sinergia educativa, la que se
define como el logro de la mayor potencia y efectividad, fruto del trabajo mancomunado entre las
distintas partes que conforman la organización; se determina que el trabajo en equipo es
siempre más provechoso que el de la mejor de las individualidades.
Organizar es crear el cuerpo social que da vida a la institución; es crear una estructura con partes
integradas de tal forma que la relación de una y otra está gobernada por su relación con el todo;
es la integración de varios elementos de tal forma que estos sean usados correctamente para el
logro de objetivos, y se distingue por tener una participación en equipo y no individual. En esta
fase se debe delegar autoridad y responsabilidad con el propósito de viabilizar el trabajo y así
obtener mayor eficiencia y calidad. Organizar es crear un flujo organizacional con sentido y
eficiencia.
1. Determinar el trabajo que debe realizarse para alcanzar los objetivos propuestos.
2. Analizar y agrupar las actividades dentro de marcos estructurales.
3. Asignar personal en posiciones determinadas para la ejecución de las actividades, y, de acuerdo
con la naturaleza de las actividades, se debe buscar el personal idóneo para que los lleve a cabo.
Modelo de centralización. Se dice que una organización está centralizada cuando el poder de
decisión se concentra en el corazón de la organización, formándose a partir de ese núcleo básico,
una estructura piramidal de arriba hacia abajo.
La Dirección
Representa la tercera fase del trabajo administrativo educativo, y se trata de la parte ejecutiva. A
partir de aquí los subordinados pueden tener una mejor eficacia y eficiencia, pues esta fase los
pone al tanto de los objetivos que se quieren realizar; la dirección, en cuanto a su ejecución,
adquiere su mayor poder expansivo, desarrollo y eficacia cuando se conjugan entre sí el poder, el
liderazgo y el mando.
La Dirección escolar se define como “el aspecto interpersonal de la administración por medio de la
cual los subordinados pueden comprender y contribuir con efectividad y eficiencia al logro de los
objetivos de la institución". Al igual que las otras etapas, tienen una naturaleza iterativa, es decir
que se repite en los distintos niveles en donde se deba exteriorizar.
El director debe impulsar, coordinar y vigilar las acciones de cada miembro o grupo para
garantizar que cada uno cumpla con las funciones que le pertenecen; él es el responsable de la
efectividad organizacional en la institución que dirige, y el área de recursos humanos debe
hacerse cargo de instrumentar todo lo necesario para lograr la efectividad integral. En el sector
educativo, esta última tarea recae también sobre los directores de centros educativos, ya que no
cuentan con un encargado de recursos humanos, siendo esta una de las causas por las cuales
muchos sistemas educativos no logran avances significativos, pues la gestión de la mayoría de los
recursos humanos está en manos inexpertas y los entes estatales (Secretaría de Estado de
Educación), y nadie realiza los esfuerzos necesarios para capacitarlos en este sentido, lo cual
contribuiría a elevar la calidad del principal servicio del sistema que es ofrecer educación de
calidad a los ciudadanos.
Coordinación
Entre las aptitudes del coordinador educativo están: ser una persona profesional y preparada,
cultivar la cordialidad y las buenas relaciones interpersonales; tomar decisiones informadas,
comprometerse con los resultados de su acción docente, evaluar la críticamente, trabajar en
conjunto con sus colegas, manejar su propia formación permanente, etc.
Control
Esta fase debe concebirse como una función permanente que se realiza a lo largo del proceso de
administración educativa, reduciéndose así el trabajo disperso e incrementándose el orden, la
disciplina y coordinación en razón de los recursos y medios disponibles y de las actividades y
tareas que se realicen.
- Sobre las demás actividades y procesos que se dan en las organizaciones escolares.
La evaluación, sobre el proceso de enseñanza y aprendizaje, puede ser vista como la finalización
de un determinado proceso de instrucción y de educación, pero también ella pueda ser vista
como el reinicio del proceso, claro que ahora con mayor información con respecto hasta donde
hemos avanzado en el logro de los objetivos iniciales planteados. Esto lleva a deducir que la
evaluación cumple un rol central para corregir los errores, agregar nuevas estrategias, anexar
nuevas metodologías y cono cimientos que hagan que la educación sea más precisa y eficaz en la
obtención de las metas propuestas. De allí que la Evaluación sea un paso fundamental para una
educación de calidad.
En la evaluación se debe plantear como finalidad el mejorar las actividades que se hallan en
marcha y de paso ayudar a la reprogramación y a la toma de decisiones futuras; la evaluación es
siempre una información para la corrección y perfeccionamiento de lo realizado. Al ser la
evaluación un proceso del todo complejo, es absolutamente necesario poder contar con una
determinada metodología al llegar al momento evaluativo; por esto se hable de controles,
pruebas, exámenes, participación, autoevaluación, cuestionarios de opiniones, análisis de
actividades cumplidas, etc.
- En qué proporción debe realizarse la evaluación: una parte de los objetivos, el núcleo de las
metas o su totalidad.
- De que manera debe ser realizada la evaluación, la metodología y los instrumentos por qué
evaluar.
La evaluación permite y cumple el papel de apoyar el proceso calidad y excelencia educativa, por
lo cual se realizan las correcciones, las retroalimentaciones y los incrementos de los indicadores
y objetivos.
SEÑAS DE IDENTIDAD DE LA GESTIÓN EDUCATIVA ESTRATÉGICA
Centralidad de lo pedagógico
Ante las formas rutinarias, formales y, por tanto, rígidas con que han sido tratadas las situaciones
educativas, se están proponiendo diferentes alternativas de trabajo en gestión que comparten un
mismo supuesto fuerte: la comprensión de que las escuelas son la unidad de organización clave de
los sistemas educativos.
La transformación conlleva al rediseño del trabajo educativo bajo ciertos principios centrales:
fortalecimiento de la cooperación profesional a todo nivel, integración de funciones antes
separadas como diseño y ejecución, reorganización de la comunicación a partir de redes y, sobre
todo: la generación de nuevas competencias de alto orden.
Asumir que las organizaciones se han tornado de tal forma complejas que no alcanza sólo con
nuevas recetas sino “una nueva manera de pensar, un nuevo modo de ver; necesitamos cambiar
los anteojos”. La reconfiguración de las organizaciones sólo puede encararse a condición de que se
promuevan la experimentación y la capacidad de trabajar en redes y en equipos, que posibiliten la
experiencia individual y colectiva aplicando su capacidad de innovación.
Trabajo en equipo
Es preciso considerar un cambio de los valores característicos de la cultura escolar: frente a una
actitud defensiva, la apertura; frente al aislamiento profesional, la comunidad; frente al
individualismo, la colaboración; frente a la dependencia, la autonomía; frente a la dirección
externa, la autorregulación y la colaboración. Ante esta situación, el desarrollo del profesionalismo
se asume con el propósito de reconstruir la escuela como organización, crear o fomentar nuevos
valores, creencias y encuadres, esto es: una cultura propia, genuina, acerca de lo que hace, el
sentido y significados de sus estructuras y procesos. Trabajo en equipos y redes de trabajo en
equipo que construyan competencia profesional y educación para todos.
Apertura al aprendizaje y a la innovación
Más que contar con patrones únicos de soluciones, se ha vuelto imprescindible disponer de
estrategias sistemáticas para desplegar soluciones creativas y apropiadas para cada nueva
situación problemática. Las estructuras de conservación creadas por el modelo de la
administración escolar eran excelentes para mantener funcionando lo dado. La gestión educativa
tiene como misión construir una organización inteligente, abierta al aprendizaje de todos sus
integrantes y con capacidad para la experimentación, que sea capaz de innovar para el logro de
sus objetivos educacionales, romper las barreras de la inercia y el temor, favoreciendo la claridad
de metas y fundamentando la necesidad de transformación.
Las organizaciones abiertas al aprendizaje son capaces de: encarar y resolver sistemáticamente
problemas; generar nuevas aproximaciones y experimentaciones; aprender a partir de la propia
experiencia y cuestionarla; recuperar experiencias de otros; originar conocimiento y trasladarlo a
sus prácticas. Este es desafío de gestores: abrir las organizaciones al aprendizaje. Por último es
necesario insistir sobre que esto no es suficiente: se requiere en una segunda instancia generar los
espacios para el acompañamiento de los cambios y aprendizajes, para que estos se concreten y se
trasladen a las formas de trabajar.
Ante la complejidad y diferenciación de entornos que emergen, corresponderá originar toda una
diversidad de estrategias de gestión educativa que promuevan diversas soluciones específicas a los
procesos de enseñanza. Se requerirán espacios para “pensar el pensamiento”, pensar la acción,
ampliar el “poder epistémico” y la voz de los docentes, habilitar circuitos para identificar
problemas y generar redes de intercambio de experiencias, entre otras cuestiones.
Tal diversidad sólo puede consagrarse con una forma diferente de integración y coordinación,
tanto en la formación inicial de los docentes como en el asesoramiento y orientación continua en
los espacios institucionales y de perfeccionamiento. Para ello serán necesarias nuevas prácticas,
experimentación, diseños flexibles de investigación, sistemas de medición de calidad provincial y
local que alimenten las acciones de transformación, orienten los aciertos y sean insumos para
alentar la continuidad de los esfuerzos no certeros aún. Esto requerirá asumir que los adultos
pueden continuar aprendiendo permanentemente, lo que significa dejar margen para el error
propio de los procesos de creación y ampliar los saberes y las competencias docentes mucho más
allá de las restringidas paredes del aula, a otros temas, espacios y entornos; es un docente con
perspectiva mundial que trabaja reflexivamente en una institución específica. Será preciso formar
otras competencias que promuevan, a su vez, otra profesionalización de las acciones educativas.
La claridad de metas, la orientación hacia los fines, la visión de futuro supera las pocas
informaciones de la lógica administrativista. Por otra parte, se trata de enfrentar el futuro y sus
problemáticas clarificando objetivos, generando consensos, identificando metas, y generando así
coherencia y espíritu de emprendimiento y creatividad. La recuperación del sentido de toda la
comunidad educativa de generar aprendizajes es prioritario en tiempos de cambios vertiginosos
permanentes, y es tarea de gestores.
La gestión, más que controlar a los sujetos, reconoce la necesidad de propiciar múltiples espacios
de formación en competencias clave para todos los actores del sistema, que originen una sinergia
capaz de promover una organización inteligente rica en propuestas y creatividad, que estimulen la
participación, así como la responsabilidad y el compromiso. Para la conducción de las
organizaciones actuales, extremadamente complejas, será preciso que el gestor tenga la capacidad
de generar una visión que comunique el proyecto, que despliegue sentido, pertenencia y el
impulso para enfrentarse permanentemente a las metas trazadas.
Y que dé lugar al desarrollo de ambientes de trabajo basados en la confianza que estimulen una
“co-evolución creadora” entre los sujetos, y de ellos con el entorno.
Los modelos de gestión educativa están más vinculados con la capacidad de impulsar procesos de
cambio cultural y educativo que se desplieguen en un futuro inmediato, en el corto y en el largo
plazo, para remover las prácticas y las visiones de la organización escolar de la cultura burocrática
que estaban limitadas a esquemas de programación, reglamentación y estandarización para
reducir la incertidumbre.
Pilotear estas diferentes temporalidades les exige a los gestores educativos desarrollar o ampliar
su capacidad de monitoreo, de perspectiva y prospectiva, de extender su capacidad estratégica,
así como puntualizar las acciones de liderazgo. Dicho de otra manera, la gestión educativa
compromete a los gestores a ampliar sus competencias profesionales para originar proyectos de
intervención para alcanzar una mayor calidad educativa en su jurisdicción.
La transformación en la que estamos inmersos nos impone transitar desde un presente modelo de
administración escolar muy enraizado en el pasado, hacia un modelo presente lanzado hacia el
futuro, aunque muchas veces parezca sólo un deseo: la gestión educativa estratégica. La
caracterización anteriormente detallada, a través de siete rasgos ha servido para identificar las
debilidades del viejo modelo.
acepciones del término gestión, se han propuesto los siguientes términos: piloteo de
organizaciones, innovación, exploración y explotación de lo posible, mejora continua,
profesionalización de las acciones educativas, identificación de fortalezas y dificultades,
pensamiento útil para la acción, reflexión para la decisión, liderazgo pedagógico, visión de
futuro, comunicación y aprendizaje, estrategias, punto de apalancamiento, construcción
de redes.
¿Qué tienen en común todos estos aspectos y en qué contribuyen a delimitar el concepto
de gestión educativa?
Desde un punto de vista más ligado a la teoría organizacional, la gestión educativa es vista
como un conjunto de procesos teórico-prácticos integrados horizontal y verticalmente
dentro del sistema educativo, para cumplir los mandatos sociales. La gestión educativa
puede entenderse como las acciones desarrolladas por los gestores que pilotean amplios
espacios organizacionales. Es un saber de síntesis capaz de ligar conocimiento y acción,
ética y eficacia, política y administración en procesos que tienden al mejoramiento
continuo de las prácticas educativas; a la exploración y explotación de todas las
posibilidades; y a la innovación permanente como proceso sistemático.
Para mayor claridad, también se señala que la gestión educativa no es un nuevo nombre para la
administración ni para la planificación. La gestión educativa sólo puede ser entendida como nueva
forma de comprender y conducir la organización escolar, en la medida en que se reconozca como
uno de sus fundamentos el cálculo estratégico situacional; y, más aun, sólo en la medida en que
éste preceda, presida y acompañe esa acción educativa de tal modo que, en la labor cotidiana de
la enseñanza, llegue a ser un proceso práctico generador de decisiones y comunicaciones
específicas.
Gestión tiene que ver con gobernabilidad y esta, con los nuevos balances e integraciones
necesarias entre lo técnico y lo político en educación: sólo mediante este reposicionamiento
estratégico de las prácticas de dirección de las organizaciones educativas puede hablarse de
gestión.
También tiene que ver con los problemas que se refieren a la resolución de conflictos que se
plantean entre lo previsto y lo contingente, entre lo formalizado y lo rutinario en cada función
específica, y la necesidad de generar y ampliar los desempeños para la calidad educativa. Supone,
además, abandonar aproximaciones simples para asumir la complejidad, revisar las
conceptualizaciones sobre las organizaciones educativas como entidades cerradas, para pensarlas
e imaginarlas como ciclos abiertos de acción que desplieguen procesos encadenados de acción y
finalidad en relación con su entorno, y siempre con restricciones a considerar.
Centralidad de lo pedagógico
Ante las formas rutinarias, formales y, por tanto, rígidas con que han sido tratadas las situaciones
educativas, se están proponiendo diferentes alternativas de trabajo en gestión que comparten un
mismo supuesto fuerte: la comprensión de que las escuelas son la unidad de organización clave de
los sistemas educativos.
La transformación conlleva al rediseño del trabajo educativo bajo ciertos principios centrales:
fortalecimiento de la cooperación profesional a todo nivel, integración de funciones antes
separadas como diseño y ejecución, reorganización de la comunicación a partir de redes y, sobre
todo: la generación de nuevas competencias de alto orden.
Para captar la complejidad, pueden ser útiles tres principios: a) el dialogístico, es decir, el
reconocimiento de la dualidad en el seno de la unidad por la que orden y desorden se oponen
pero no se excluyen. Así pueden entenderse las tensiones entre la centralización y la
descentralización, la estabilidad y el movimiento, lo permanente y el cambio, el corto y largo
plazo, la pirámide de delegación y la de subsidiaridad; b) el principio de la recursividad; y, c) el
principio hologramático, en que el sentido de la organización se proyecta en común y el todo es a
la vez más y menos que la mera suma de las partes. Además podemos apoyarnos en otros
principios como el de que la incertidumbre e indecisión en situaciones complejas permite un
mejor trabajo de la complejidad que la reducción de la realidad a planes lineales.
Trabajo en equipo
Más que contar con patrones únicos de soluciones, se ha vuelto imprescindible disponer de
estrategias sistemáticas para desplegar soluciones creativas y apropiadas para cada nueva
situación problemática. Las estructuras de conservación creadas por el modelo de la
administración escolar eran excelentes para mantener funcionando lo dado. La gestión educativa
tiene como misión construir una organización inteligente, abierta al aprendizaje de todos sus
integrantes y con capacidad para la experimentación, que sea capaz de innovar para el logro de
sus objetivos educacionales, romper las barreras de la inercia y el temor, favoreciendo la claridad
de metas y fundamentando la necesidad de transformación.
Ante la complejidad y diferenciación de entornos que emergen, corresponderá originar toda una
diversidad de estrategias de gestión educativa que promuevan diversas soluciones específicas a los
procesos de enseñanza. Se requerirán espacios para “pensar el pensamiento”, pensar la acción,
ampliar el “poder epistémico” y la voz de los docentes, habilitar circuitos para identificar
problemas y generar redes de intercambiode experiencias, entre otras cuestiones.
Culturas organizacionales cohesionadas por una visión de futuro
La claridad de metas, la orientación hacia los fines, la visión de futuro supera las pocas
informaciones de la lógica administrativista. Por otra parte, se trata de enfrentar el futuro y sus
problemáticas clarificando objetivos, generando consensos, identificando metas, y generando así
coherencia y espíritu de emprendimiento y creatividad. La recuperación del sentido de toda la
comunidad educativa de generar aprendizajes es prioritario en tiempos de cambios vertiginosos
permanentes, y es tarea de gestores.
Los modelos de gestión educativa están más vinculados con la capacidad de impulsar procesos de
cambio cultural y educativo que se desplieguen en un futuro inmediato, en el corto y en el largo
plazo, para remover las prácticas y las visiones de la organización escolar de la cultura burocrática
que estaban limitadas a esquemas de programación, reglamentación y estandarización para
reducir la incertidumbre.
La relación con el entorno. La relación con las familias y el alumnado se ha hecho más
compleja con los años. El diálogo para dar respuesta (o no) a las demandas, la exigencia de
que esas respuestas se den con calidad, la diversidad de esas demandas, etc. exigen que el
equipo directivo tenga un bagaje formativo específico que no tiene por qué haber
adquirido en su labor como docente.
Estas funciones son solo una aproximación a todo el proceso de gestión de los centros
educativos, que resulta cada vez más complejo. Un gestor debe ser capaz de planificar,
organizar, ejecutar y evaluar las respuestas a las necesidades educativas. En este contexto,
las competencias de los gestores abarcan aspectos técnicos, jurídicos y de recursos
humanos que tradicionalmente no están incorporados en la formación inicial del docente.
¿Es precisa una formación específica complementaria? No hay duda.
En la actualidad, se espera que las prácticas de los gestores educativos, como responsables del
ámbito educativo territorial y organizacional estén en condiciones de asegurar las siguientes
funciones: Analizar-Sintetizar; Anticipar-Proyectar; Concertar-Asociar; Decidir-Desarrollar;
Comunicar-Coordinar; Liderar-Animar; Evaluar-Reenfocar.
Requerirá competentes gestores con capacidad de generar alianzas con su entorno, con la
comunidad educativa, con las fuerzas vivas, para lograr una educación de calidad para todos los
niños y los jóvenes.
De esta forma está en condiciones de retroalimentar al sistema, estimulando paso a paso los
procesos de innovación y de transformación de largo plazo en el sistema educativo. La evaluación
y el volver a ubicar el foco en lo esencial son necesidades intrínsecas básicas de una organización
abierta al aprendizaje y al mejoramiento continuo de la calidad educativa.