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Los tambores Reiner Zimnik Cansados de las injusticias del mundo en el que viven, un grupo de personas abandona su ciudad RC SCRE ee eee aeons Sana Ce ae Put L ys lo largo del camino, pero otros pueblos Deen ene Rete que lucha sin desmayo og Pau Cn Tey REO ta eter ee Dy la insatisfaceién permanente que caracteriza al ser humano seabard” PR eC en tata te en fi s las ansias de mejorar el mundo que son inherentos eh La aleccionadora historia de los tambores ha sido escrita e ilustrada Coomera ene DUC CE Gannett ett CROC Son utr rr ete Cuter) Lar ete ercreeer nee ttn ene eee eon AYA ecreA Aes rae Aeon Disefo gratin: ETS | US Primera edicion, Primera oimpresin, 2002 Deptt Lal: B12 ISBN: 84-316. oe im. do Orden Vs Poco ‘Titulo oviginal: Die 7 omniver zis Sobre a acne yo text, oS MANS VERLAG Ac relay atalonery te © GENOvava DemmRact! Sobre ©RAM6N MasNow Strela mtinaae _DANNA CALPE ores ENS VIVES Sobre a past edn agar a Derecho erator es pote Prt pra LEY 2/1887 de 1d nin reeomaeles asi como el Aerecho de préstamo patio, de est eiemplar IMPRES0 BN RseAR PRINTED IN, SPAIN VICENS VIVES, Avis do Sars 190.1.08017 Impreso par Gréficas INSTAR, S.A. ce Ea ace muchos aiios, cuando la ciudad en la que sucedié es- ta historia era todavia la tinica que habia en los gran- des bosques, un tambor' recorris las ealles diciendo a gritos: —jEmpezamos una nueva vida! {Nos vamos a otro pais! En aquella ciudad, la eatedral estaba en el centro, y a los pies de la catedral se encontraba la plaza del mercado. En torno a la plaza se alzaban los palacios de los ricos, que eran de piedra y tenfan puertas de hierro. Detras de los palacios de Jos ricos estaban las easas de los labradores, que eran de ma- dera. Detras de las casas de los labradores se amontonaban las chozas de los pobres, que eran de paja, y, rodedndolo todo, se levantaba una sélida muralla, construida para gloria de Dios y para proteger a la ciudad de sus enemigos. Alrededor de la muralla se extendian los campos. En la ciudad vivian personas que posefan campos de buena tierra negra, pero en los campos de los demas solo habia arena y piedras. A algunos les habria bastado un trozo de pan que lle- varse a la boca a diario para ser felices, pero otros dormfan en camas de plata y no por ello eran felices, pues sabfan que el Emperador dormia en una cama de oro. Pero sobre la catedral, las casas, la muralla y los campos se extendia el cielo, que les servia a todos de techo comun y 1 tambor; persona que toca el tambor. ‘abajaban y rezaban; de dia se alegraban de ver el sol y por la noche de ver las estrellas. Unos tenfan suotios y otros te mor a perder su dinero, ! , pero al final todos acabab: dos bajo la misma tierra, Despué: Ea Los tambores, Por eso la mayor virtud de aquellos hombres era la pacien- cia y su mayor pecado la envidia. Si le preguntaban al mas pobre entre los pobres si le parecfa bien el orden del mundo, respondia: —Las cosas son como son, y asi deben seguir. Pero he aqui que, cierto dia, un jorobado corrié de calle en calle tocando el tambor y gritando: —jEmpezamos una nueva vida! jNos vamos a otro pais! Bra muy de mafiana, pues el sol no habfa asomado atin por encima de los bosques. Entonees Jos eiudadanos se reunieron para discutir el asun- to. Decfan: Siempre ha sido asi: ricos y pobres, alrededor de todos una sélida muralla, y sobre sus cabezas el cielo y Dios. Nadie

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