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CENA DEL SEÑOR

 Los nombres que se le dan a la eucaristía en el Nuevo Testamento refieren los diferentes
aspectos de su inagotable riqueza y uno de ellos es el que viene expresado en 1Cor 11,20, donde
san Pablo lo utiliza para referirse a la eucaristía que en Corinto se celebraba y que tenía lugar
en un contexto doméstico, probablemente precedido del ágape, al respecto hay que decir que
se trata del nombre más antiguo con el que se identifica a la eucaristía. Aquí la expresión sugiere
que la eucaristía depende y se encuentra en continuidad con la última cena que Jesús celebró
antes de su pasión, a la vez que es una anticipación del banquete de bodas escatológico del
Cordero1.
 Las fuentes neotestamentarias hablan directamente de la eucaristía en dos expresiones: Cena
del Señor y Fracción del pan. La primera de estas expresiones remite a una continuidad entre
la última cena de Jesús y la celebración eclesial de la eucaristía. Deipnon, es el término que
utiliza Pablo para mencionar la cena, una comida de hermandad donde tiene lugar el rito
eucarístico, celebrada en un marco doméstico en casa de un miembro de la comunidad y en
torno a una mesa. La siguiente denominación: Kiriakón Deipnón, habla de que la asamblea no
es un mero ágape, sino que es el Señor resucitado quien convoca, es él el motivo de la reunión2.
 La triple tradición sinóptica (Mt 26,17-19; Mc 14,12-16; Lc 22,7-13) introduce la Cena con la
preparación de la comida pascual y si bien, la historia de la pascua permanece un tanto velada,
su significado brilla intensamente: la liberación de Egipto. Ya en tiempo de Cristo la Pascua es
la fiesta por excelencia (Mt 26,5) y la eucaristía fue instituida durante esta cena ritual judía, que
es señal de amistad, es una comida de alianza y una cena de despedida que no puede separarse
de las demás comidas narradas en los evangelios y que fueron una proclamación de la Buena
Nueva acogiendo a los pecadores y dando de comer a los pobres, dando así a entender que
acoge a la familia de los perdonados. La misa es una comida, pero no una ordinaria, sino una
cena festiva enmarcada en una liturgia de oración y, sobre todo, de acción de gracias por la
liberación del Éxodo cristiano, la Pascua de Jesús, que es el cordero de esta nueva Alianza y
cuyas palabras pronunciadas sobre el pan y el vino sugieren esta transposición3.

1
Cfr. BOROBIO Dionisio, Eucaristía, Serie de manuales de teología, No. 23, Ed. BAC, Madrid 2000, p. 4
2
Cfr. BASURKO Javier, Para comprender la eucaristía, Ed. Verbo Divino, Navarra 1997, pp. 30-33.
3
Cfr. DEISS Lucen, La Cena del Señor, Ed. Descleé de Brouwer, Barcelona 1989, pp. 45-55.
SACRIFICIO

 La pascua que los israelitas celebraban era considerada como un rito memorial vinculado fuerte
y estrechamente al sacrificio, por lo que siendo la eucaristía de naturaleza pascual y estando
vinculada también al concepto de memoria, adquiere ya desde los primeros siglos una
interpretación teológica como sacrificio de Cristo, así lo refiere ya Pablo en 1Cor 5,7 al referirse
a Cristo como el cordero pascual que ha sido inmolado. “De hecho, la interpretación
eucarística del Nuevo Testamento se centra en el significado sacrificial intrínseco de los
misterios cristológicos.” Es por esto que se considera que memoria y sacrificio son dos
elementos clave en la teología eucarística del Nuevo Testamento1.
 ¿Cómo se hace presente en la eucaristía el sacrificio pascual de Cristo? El cuerpo entregado y
la sangre derramada de la eucaristía hacen clara referencia al sacrificio de la cruz, y ya Pablo
afirma que cada vez que celebramos la eucaristía proclamamos la muerte del Señor. Al
respecto, el memorial es punto clave, el sacrificio cristiano se ha cumplido por la entrega
personal de Cristo, quien ha querido que su comunidad celebrara un sacramento de su sacrificio
en forma de comida memorial ¿cómo puede ser esto? El Señor resucitado es la respuesta, pues
así como la filosofía existencialista y personalista subrayan la estrecha unión entre persona y
acontecimiento, siendo que una persona es también su propio devenir, su pasado está presente
en ella y también, de alguna manera, su futuro la constituye; así mismo, la Pascua, la entrega
por y para, pertenece a la identidad de Jesús por siempre y le define como Señor Glorioso, no
en forma histórica, sino formal. Por tanto, cuando Jesús se hace presente en la eucaristía, ahí
está la persona que se entrega por y para, está Jesucristo y su Pascua que se nos dan
sacramentalmente2.
 Jesús anuncia claramente su muerte y la relaciona con la Cena, pues habla efectivamente de su
cuerpo que se entrega por los suyos y de su sangre derramada por los pecados. Esta Cena que
anticipa el sacrificio de la cruz y guarda una relación con la Alianza, pues será la sangre de la
víctima la que selle la Nueva Alianza (Mt 26,28), es un anuncio que completa todos los demás,
desde la Transfiguración hasta Jerusalén, transformando su vida en un camino hacia la cruz3.

1
Cfr. MARTÍNEZ Germán, Los sacramentos, signos de libertad, Ed. Sígueme, Salamanca 2009, p. 195.
2
Cfr. BOROBIO Dionisio, La celebración en la Iglesia, T II Sacramentos, Ed. Sígueme, Salamanca 2008, pp. 363-369.
3
Cfr. DEISS Lucen, La Cena del Señor, Ed. Descleé de Brouwer, Barcelona 2989, pp.
BANQUETE

 La comida era en las culturas de la antigüedad un medio habitual para lograr la comunión con
los otros, un caso arquetípico de sacramentalidad natural. En el Antiguo Testamento las
comidas sirven para recordar las manifestaciones de Dios y son un espacio para compartir con
los demás el misterio divino (Ex 24,11), al respecto, León-Dufour pone de relieve este ángulo
de interpretación respecto de la eucaristía al decir que el pan y el vino refieren la dimensión
cotidiana y festiva de la existencia y al mismo tiempo la nueva vida que se le concede a la
comunidad. La eucaristía tiene su origen en una comida de mesa protagonizada por Jesús, las
tres o cuatro comidas del Señor resucitado con sus discípulos fueron una experiencia de
encuentro con una persona viva (Hch 10,41), hasta llegar a ser, mediante un proceso gradual
de cuatro etapas, un rito litúrgico.1
 La eucaristía es instituída en el contexto de un banquete, y para un oriental la comunión en la
mesa es garantía de paz, hermandad y fidelidad, a esto se había añadido, en la cena pascual
judía, un profundo significado teológico y litúrgico de salvación mesiánica, lo cual figura en la
predicación de los profetas (Is 55,6-10), en la tradición sapiencial (Sal 118) y estaba presente
también en tiempos de Jesús y era simbolizado por las comidas rituales, el mismo Jesús describe
el Reino como un banquete escatológico (Lc 14,15-24), pero también un banquete que en él ha
comenzado con la oferta de salvación ofrecida en sus banquetes con pobres y pecadores. Las
narraciones evangélicas han expresado el aspecto escatológico de la eucaristía en el logión:
“Os aseguro que no volveré a beber del fruto de la vid hasta el día en que beba el vino nuevo
en el Reino de Dios” lo que refiere que el definitivo banquete mesiánico tendrá lugar en el
Reino constituido plenamente en la parusía2.
 La eucaristía es conocida con el nombre de banquete porque se trata de la Cena que el Señor
celebró con sus discípulos la víspera de su pasión y anticipación de las bodas del Cordero en la
Jerusalén celestial, es a la vez y de manera inseparable el memorial sacrificial que perpetua el
sacrificio de la cruz y el banquete sagrado de la comunión en el Cuerpo y Sangre de Cristo,
pero la celebración está orientada totalmente hacia la unión íntima de los fieles con Cristo por
medio de la comunión. El altar representa los dos aspectos de un mismo misterio: el altar del

1
MARTÍNEZ German, Los sacramentos, signos de libertad, Ed. Sígueme, Salamanca 2009, pp. 195-196.
2
SÁNCHEZ Caro José Manuel, Eucaristía e historia de la salvación, PP. 10-11
sacrificio y la mesa del Señor donde él mismo se ofrece como víctima y como alimento celestial
al que nos invita con urgencia a comer (Jn 6,53)3

3
Cfr. CEC, nn. 1329, 1382-1384

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