Académique Documents
Professionnel Documents
Culture Documents
mx 04455 19 17 07 62
¿Preguntar?
“Y con todo esto que ha pasado, ¿crees que
algún día llegaremos a saber realmente la
verdad? Sólo tenemos la verdad que somos
capaces de creer.”
En busca de Klingsor
¿Existe un consuelo que redima todo pesar? ¿Cómo dejar de ser empleado? ¿Qué puedo
hacer para ser libre? ¿Quién soy realmente para mí? ¿Cómo conseguir lo que se quiere?
Estas y otras preguntas pueden formularse a diario, pero en la indagación correcta, uno
debe prepararse. Antes de preguntar algo, lo conveniente sería saber lo que significa
preguntar correctamente. No todas las preguntas llevan a la respuesta que uno
esperaría. No todo cuestionamiento representa una indagación correcta porque en lo
concerniente a la dimensión interior, a la mente humana, uno puede hacer muchas
preguntas, formular una variedad de cuestiones que parecen significativas, pero que no
lo son. Carecen de sentido. No conducen a ninguna respuesta efectiva. Esto lo he
constatado con las preguntas que la gente formula con respecto al Tarot.
1
Delton Santamaría azothk@yahoo.com.mx 04455 19 17 07 62
Hay que preguntamos para acercarnos a la verdad, pero no para obtener la Verdad. Será
una verdad relativa, pero no absoluta. Sería absoluta si en ella depositamos toda nuestra
confianza, todo nuestro espíritu de vida. Uno puede preguntar muchas cosas acerca de
uno mismo, pero saber algo allegado de uno mismo no es conocerte a ti mismo. Nos
podemos aproximar a una cierta verdad, pero esa verdad gira en la periferia y el centro
permanece intacto, lo real se hace escurridizo, absurdo. El riesgo de preguntar conlleva
en entrar en un círculo vicioso de preguntas y respuestas, y cada respuesta creará
nuevas preguntas, luego más respuestas y después más incógnitas. Así, uno permanece
en la periferia, preguntando y siendo respondido. Reuniendo muchos conocimientos
acerca del yo sin conocer el yo de nuestra persona, nuestro propio self real, nuestra
verdadera identidad. No nuestra postiza personalidad, ni nuestra máscara hechiza,
impostada por una sociedad histórica de determinismos y validez epistémica, donde
oficializa lo que es correcto e incorrecto creer, pensar, imaginar o suponer.
¿Cómo podemos preguntar algo que sea significativo? ¿Cómo cuestionarnos para que la
respuesta tenga un sentido sentido en el corazón? Quien pregunta desde la razón
intelectual, del saber verbal, desde la curiosidad epistémica, desde la morbosidad
manipulativa, desde la cojera del chisme ocioso, desde la inercia de sus propios
patrones, no obtiene nada esencial para aplicarlo a la vida real.
Cuando se formula una pregunta, cualquiera que sea, nunca formules una pregunta
preparada, nunca formules una pregunta esteriotipada. No condicionemos la pregunta y
su consecuente respuesta. Cuestiona algo que te concierna directamente a ti, algo que
tenga relación contigo, que lleve algún mensaje transformador para ti. Formula una
pregunta de la cual despenda tu vida. Pregunta algo que cambie tu destino. Formula una
pregunta que te cambie para siempre.
Una pregunta es absurda y sin sentido, si una vez contestado por el Tarot no cambia tu
vida de ninguna forma, no te transforma en forma radical, de manera efectiva. Por
ejemplo, alguien puede preguntar: “¿Fulano me quiere?”. Ese tipo de pregunta se puede
hacer si solamente la respuesta que uno obtiene va cambiarlo de forma profunda, si con
el querer de fulano la otra persona va ser de un tipo diferente de persona a como venía
siéndolo. Pero si saber si fulano la quiere o no, no va a causar ningún cambio en tu
persona, la pregunta no tiene ningún sentido. Eso es simple curiosidad, no indagación.
2
Delton Santamaría azothk@yahoo.com.mx 04455 19 17 07 62
Uno debe de preguntar algo que realmente nos concierne. Pregúntate algo que tenga
que ver directamente con toda tu persona, algo que realmente implique en forma
crucial con tu momento histórico presente y que te afecte de forma inmediata. Indaga
algo que realmente te concierna con tu existencia presente. Sólo entonces la respuesta
tendrá significado para ti, significado en el sentido de que tú serás diferente,
dependiendo de la respuesta obtenida. ¿Realmente te preocupa que te quiera o no
fulano? ¿Habrá un gran cambio en ti, en tu persona real, si fulano te quiere o no? ¿Serías
un tipo de persona diferente? ¿Dejarías de ser la persona del pasado? Y si fulano no te
quiere, ¿cambiaría tanto tu forma de ser que no podrías ser la misma persona que eres o
fuiste? Conocer la respuesta de algo no es poseer un resultado, es caer en el espejismo
de una nueva trampa.
En otras palabras, si fulano le quiere o no, la gente permanece igual. Sólo le interesa la
sabiduría periférica, satisfacer su curiosidad de ego. En realidad no le importa si fulano
le quiere de verás o no le quiera. La pregunta no es sustancial, es efímera fiscalización
para tomar medidas de ego al respecto, es decir, jugar al azote paradójico de “me
quiere, no me quiere” o en su defecto, jugar a la co-dependencia. Si uno quiere algo o a
alguien, lo quiere con la totalidad de su ser, no está husmeando en si uno lo quiere o no.
Hay que dejar que la pregunta surja en ti íntimamente, que brote inmediatamente
desde la emoción del corazón, aquí y ahora, espontáneamente. No cargues con algo del
pasado, no cargues con algo que venga de los demás, no cargues con algo que venga de
otras citas, de otros conocimientos prestados. Deja que venga de ti. Y si no viene nada,
¡mejor! Si no te llega ninguna pregunta y sientes un gran vacío, un hueco profundo, está
bien. Ese vacío es auténtico, es tuyo. En ese vacío pueden ocurrir muchas cosas
mágicas…
Si uno pregunta en forma espontánea, desde tu ser profundo, desde tu forma real de
ser, el propio preguntar se convertirá en una proceso de conciencia. Y ocurren casos,
donde la propia pregunta se convierte en la respuesta. Cuanto mayor sea la profundidad
de donde proceda la pregunta, más cerca estará la respuesta a la verdad. Si uno
pregunta desde el mismísimo centro del ser, desde tu mismo centro de conciencia, no
habrá necesidad de respuesta alguna. La propia pregunta se convertirá en la respuesta
exacta. Si uno hace una pregunta de tal manera que uno esté completamente
consciente, plenamente involucrado en esa incógnita y sin que nada quede fuera de ella,
entonces, uno se habrá convertido en la pregunta misma. Entonces, uno no necesitará
respuesta de nadie. El propio acto de hacer la pregunta con totalidad, con plena
conciencia, se convertirá en la respuesta mágica.
3
Delton Santamaría azothk@yahoo.com.mx 04455 19 17 07 62
En la búsqueda interior, lo medios y el fin no son dos cosas separadas. Los propios
medios son el fin. Enfocados con Conciencia, los medios son el fin, la búsqueda es la
realización. Pero la pregunta tiene que ser total, auténtica. Tienes que estar
profundamente comprometido con tu pregunta, no debe ser simple curiosidad exterior,
simple satisfacción periférica.
Antes de formular una pregunta, ¡relájate! Uno debe relajar su expediente pasado,
relajar todo condicionamiento, todo formulismo, cualquier pregunta prestada. Antes de
cuestionar, uno debe relajar todo el conocimiento o información obtenido en el historial
de la persona. Relajar la mente para que uno pueda emerger el ser del propio individuo.
Cuando uno se relaja, se enfoca mejor cualquier respuesta. Entonces, ese preguntar se
convertirá en un proceso de Conciencia. Cuando sientas que estás relajado, no dudes en
preguntar lo que te venga primero a la mente.
En el tablero de las coincidencias existe una conexión llamada Conciencia, cuya furia
organiza las líneas de la memoria de la vida y los hilos del destino. Cuando uno ha visto
el simulacro de la muerte de frente sin temor alguno, sólo queda la ruta hacia la
Conciencia, ésta es la única tarea que puede justificar nuestra vida en nuestros
“contados” días…
✽
4