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Arzobispo
Ceremoniero
Báculo Mitra
2
IMPOSICIÓN DE ALBA
E INSTITUCIÓN DE MINISTERIOS
Monición de entrada:
Queridos hermanos, bienvenidos a esta Celebración Eucarística; fiesta
de fe y de amor en la que el Señor se hace presente, vivo y Resucitado,
para darnos vida en abundancia a través de su Palabra y a través de su
Cuerpo y de su Sangre.
Nos hemos congregado en esta Celebración, donde se realizará la
bendición y entrega de albas a nuestros hermanos seminaristas del
Propedéutico y del 1er año de Filosofía, además de la institución de los
ministerios de lectorado y acolitado de los seminaristas del 3er año de
Teología.
Este, es un paso adelante en el proceso vocacional de estos
hermanos nuestros que, respondiendo a la llamada del Señor, quieren
consagrarse al servicio de Dios y de su Santa Iglesia.
Con alegría y esperanza, comencemos la Eucaristía poniendo sobre
el altar del Señor todos los deseos de nuestros corazones, invocando su
santo Nombre y glorificando su presencia real en medio de la comunidad
que lo alaba y bendice.
3
Ritos iniciales
Reunido el pueblo, el Arzobispo con los ministros va al altar, mientras se entona el canto
de entrada. Cuando llegan al altar, el Obispo con los ministros hacen la debida reverencia,
besa el altar y lo inciensa. Después se dirige con los ministros a la sede. Terminado el canto
de entrada, el Obispo y los fieles, de pie, se santiguan, mientras el Obispo dice:
El pueblo responde:
Amén.
Saludo
El Obispo, extendiendo las manos, saluda al pueblo con la fórmula siguiente:
El pueblo responde:
Y con tu espíritu.
Acto penitencial
Hermanos: para celebrar dignamente estos sagrados misterios,
reconozcamos nuestros pecados.
4
Dios todopoderoso tenga misericordia de nosotros, perdone nuestros
pecados y nos lleve a la vida eterna.
El pueblo responde:
Amén.
Kyrie
Gloria
El obispo:
Oremos
Oración colecta
S
eñor, Padre santo,
tú que invitas a todos los fieles
a alcanzar la caridad perfecta,
pero no dejas de llamar a muchos
para que sigan más de cerca
las huellas de tu Hijo,
concede a los que tú quieras elegir
con una vocación particular
llegar a ser, por su vida,
signo y testimonio de tu reino
ante la Iglesia y ante el mundo.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo,
que vive y reina contigo
en la unidad del Espíritu Santo y es Dios
por los siglos de los siglos.
El pueblo responde:
Amén.
5
LITURGIA DE LA PALABRA
Primera Lectura
¿A quién enviaré? ¿Quién irá de parte mía?
E
l año de la muerte del rey Ozías, vi al Señor sentado sobre un
trono muy alto y magnífico; la orla de su manto llenaba el templo.
Y vi serafines en pie junto a él, y se gritaban uno a otro diciendo:
Y voló hacia mí uno de los serafines con un ascua en la mano, que había
cogido del altar con unas tenazas, la aplicó a mi boca y me dijo:
Palabra de Dios.
6
Salmo responsorial
Del salmo 15
7
Monición a la segunda lectura:
San Pablo tiene muy claro que todo ministerio se recibe como don de Dios y tiene como
objetivo la expansión del Reino de Dios, mediante la predicación y el testimonio personal.
Escuchemos con atención.
Segunda Lectura
Nosotros predicamos a Jesucristo y nos presentamos como servidores de
ustedes, por Jesús.
H
ermanos: Encargados de este ministerio por misericordia de
Dios, no nos acobardamos; al contrario, hemos renunciado a la
clandestinidad avergonzante, dejándonos de intrigas y no
adulterando la palabra de Dios; sino que, mostrando nuestra
sinceridad, nos recomendamos a la conciencia de todo hombre delante
de Dios.
Palabra de Dios.
8
Monición al Evangelio: Las palabras de Jesús a Pedro en el Evangelio de hoy nos recuerdan
algo esencial: todo ministerio pastoral nace del amor. Ser embajador de Cristo significa
invitar a todos a un renovado encuentro personal con el Señor Jesús. Puestos en pie,
aclamamos cantando.
R. Aleluya, Aleluya
El que quiera servirme, que me siga,
para que donde yo esté, también esté mi servidor.
R. Aleluya, Aleluya
Evangelio
Apacienta mis corderos, apacienta mis ovejas.
E
n aquel tiempo, le preguntó Jesús a Simón Pedro: “Simón, hijo
de Juan, ¿me amas más que éstos?”. Él le contestó: “Sí, Señor,
tú sabes que te quiero”. Jesús le dijo: “Apacienta mis corderos”.
Por tercera vez le preguntó: “Simón, hijo de Juan, ¿me quieres?”. Pedro
se entristeció de que Jesús le hubiera preguntado por tercera vez si lo
quería, y le contestó: “Señor, tú lo sabes todo; tu bien sabes que te
quiero”. Jesús le dijo: “Apacienta mis ovejas”.
Palabra del Señor.
9
INSTITUCIÓN DE MINISTERIOS Y ENTREGA DE ALBAS
PRESENTACIÓN DE CANDIDATOS
Monición:
En este momento, se llamará a nuestro hermano N., quien recibirá de manos de nuestro
pastor, monseñor Pedro Ricardo, el ministerio de “Lectorado” y el ministerio de “Acolitado”.
Dichos ministerios, son para el servicio de la comunidad, en donde vivirá de una manera
más comprometida su servicio a la Palabra y al Altar, como una antesala a su futuro
ministerio sacerdotal.
Inmediatamente lo nombra:
N.
El candidato responde:
Presente.
Homilía
Estando todos sentados, el Obispo hace la homilía.
10
RITO DE BENDICIÓN Y ENTREGA DE ALBAS
Monición: damos inicio al rito de bendición y entrega de albas. El P. José Francisco Montero
Sánchez, Rector del Seminario Mayor “San Pío X”, hará el llamado a los nuevos seminaristas
del año propedéutico y los que se incorporan al seminario en los estudios filosóficos y
teológicos, que recibirán sus albas.
Se procede a la bendición de las albas. Se pondrá al centro del presbiterio y frente al obispo,
una mesa con las albas preparadas.
Monición: ahora, nuestro arzobispo, procederá a bendecir las albas que serán entregadas
a los nuevos seminaristas
Obispo:
El señor esté con ustedes.
El pueblo responde:
Y con tu espíritu.
Obispo:
Oremos:
11
S
eñor nuestro Jesucristo,
que para llevar a cabo la obra de nuestra redención,
tomaste la naturaleza humana
y te revestiste de nuestra misma carne,
bendice † estas albas que estos hijos tuyos desean recibir como señal
de su compromiso sacerdotal,
y en respuesta al llamado personal que tú les haces.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
El pueblo responde:
Amén.
Obispo:
Queridos seminaristas: ¿quieren libremente recibir esta alba que
acabamos de bendecir?
Seminaristas:
Sí, quiero.
Obispo:
Al recibir libre y voluntariamente esta vestimenta litúrgica, ¿quieren
revestirte de Cristo cambiando su vida?
Seminaristas:
Sí, quiero.
Obispo:
¿Quieren comprometerse seriamente al servicio de Dios y de los
hombres formándose lo mejor posible en el Seminario Mayor “San Pío
X” de la Arquidiócesis de Huancayo?
Seminaristas:
Sí, quiero.
Obispo:
Que este compromiso que han manifestado públicamente sea una
realidad con la ayuda del Señor y de la Santísima Virgen María.
12
Seminaristas:
Amén.
Seminarista:
Amén.
Una vez revestidos con las albas, se colocan de rodillas formando un semicírculo para
recibir la bendición.
Monición: Ahora, nuestro arzobispo bendecirá a los nuevos seminaristas revestidos con sus
albas.
E
Obispo:
l Señor todopoderoso, por su Hijo Jesucristo,
nacido de la Virgen María,
derrame su bendición † sobre ustedes,
y alegre sus corazones con la esperanza
de llegar un día a participar del sacerdocio ministerial de Jesucristo,
Sumo y Eterno Sacerdote.
Que esta alba que han recibido
sea signo de su vocación,
y les invite a perseverar generosamente
en el llamado personal de Dios.
Por Jesucristo nuestro señor.
Seminaristas:
Amén.
13
Terminado el rito de la entrega de albas, se continúa con la institución de ministerios.
INSTITUCIÓN DE LECTORADO
Todos se levantan. El Obispo sin mitra, invita a los fieles a que oren, diciendo:
Pidamos, queridos hermanos, a Dios Padre que bendiga a este siervo
suyo, destinado al oficio de lector, para que, cumpliendo fielmente el
ministerio que se le confía, proclame a Jesucristo ante los hombres, y
de así gloria al Padre que está en el cielo.
O
h Dios, fuente de toda luz y origen de toda bondad!,
que nos enviaste a tu Hijo único, Palabra de vida,
para que revelará a los hombres
el misterio escondido de tu amor;
bendice † a este hermano nuestro,
elegido para el ministerio del lectorado;
concédele que, al meditar asiduamente tu Palabra,
se sienta penetrado y transformado por ella
y sepa anunciarla, con toda fidelidad, a su hermanos.
Por Jesucristo nuestro Señor.
El pueblo responde:
Amén.
R
El candidato se acerca al Obispo, que le entrega el libro de la Sagrada Escritura, diciendo:
ecibe el libro de la Sagrada Escritura
y transmite fielmente la Palabra de Dios,
para que sea cada día más viva y eficaz
en el corazón de los hombres.
El lector responde:
Amén.
14
INSTITUCIÓN DE ACOLITADO
P
Después el Obispo prosigue:
adre misericordioso,
que por medio de tu Hijo único
has dado a la Iglesia el Pan de Vida,
bendice † a este hermano nuestro,
elegido para el ministerio del acolitado;
que tu gracia, Señor, lo haga asiduo en el servicio del altar,
para que distribuyendo con fidelidad el Pan de Vida a sus hermanos,
y creciendo siempre en la fe y en la caridad,
contribuya a la edificación de tu Iglesia.
Por Jesucristo nuestro Señor.
El pueblo responde:
Amén.
El candidato se acerca al Obispo, que le entrega la patena con pan o el cáliz con vino,
R
diciendo:
ecibe esta patena con el pan
y este cáliz lleno de vino
para la celebración de la Eucaristía,
y vive de tal forma que seas digno de servir la mesa del Señor
y de la Iglesia.
El Acólito responde:
Amén.
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LITURGIA EUCARÍSTICA
Prosigue la Misa como de costumbre.
Procesión de ofrendas
R
ecibe complacido, Padre santo,
los dones que te presentamos,
y concede una vida de comunión fraterna
y en libertad de espíritu
a cuantos se han propuesto seguir con alegría a tu Hijo
por la senda difícil de la perfección.
Por Jesucristo nuestro Señor.
16
PREFACIO DE EUCARISTÍA II
LOS FRUTOS DE LA SANTÍSIMA EUCARISTÍA
V. Levantemos el corazón.
R. Lo tenemos levantado hacia el Señor.
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PREFACIO DE LOS SANTOS PASTORES
LOS SANTOS PASTORES SIGUEN PRESENTES EN LA IGLESIA
V. Levantemos el corazón.
R. Lo tenemos levantado hacia el Señor.
18
PLEGARIA EUCARISTICA III
S
anto eres en verdad, Padre,
y con razón te alaban todas tus criaturas,
ya que por Jesucristo, tu Hijo, Señor nuestro,
con la fuerza del Espíritu Santo,
das vida y santificas todo,
y congregas a tu pueblo sin cesar,
para que ofrezca en tu honor un sacrificio sin mancha
desde donde sale el sol hasta el ocaso.
P
or eso, Padre, te suplicamos
que santifiques por el mismo Espíritu
estos dones que hemos separado para ti,
Junta las manos y traza el signo de la cruz sobre el pan y el cáliz conjuntamente,
diciendo:
de manera que se conviertan
en el Cuerpo y † la Sangre de Jesucristo,
Hijo tuyo y Señor nuestro,
En las fórmulas que siguen, las palabras del Señor han de pronunciarse claramente y con
precisión, como lo requiere la naturaleza de las mismas palabras.
P
orque él mismo,
la noche en que iba a ser entregado,
Se inclina un poco.
19
TOMAD Y COMED TODOS DE ÉL,
PORQUE ESTO ES MI CUERPO,
QUE SERÁ ENTREGADO POR VOSOTROS.
Después prosigue:
Del mismo modo, acabada la cena,
Se inclina un poco.
TOMAD Y BEBED TODOS DE ÉL,
PORQUE ÉSTE ES EL CÁLIZ DE MI SANGRE,
SANGRE DE LA ALIANZA NUEVA Y ETERNA,
QUE SERÁ DERRAMADA
POR VOSOTROS Y POR TODOS LOS HOMBRES
PARA EL PERDÓN DE LOS PECADOS.
HACED ESTO EN CONMEMORACIÓN MÍA.
O bien:
Éste es el Sacramento de nuestra fe.
O bien:
CP
Éste es el Misterio de la fe, Cristo nos redimió.
20
Y el pueblo prosigue, aclamando:
Cada vez que comemos de este pan
y bebemos de este cáliz,
anunciamos tu muerte, Señor, hasta que vuelvas.
O bien:
CP
Éste es el Misterio de la fe, Cristo se entregó por nosotros.
A
sí, pues, Padre,
al celebrar ahora el memorial
de la pasión salvadora de tu Hijo,
de su admirable resurrección y ascensión al cielo,
mientras esperamos su venida gloriosa,
te ofrecemos, en esta acción de gracias,
el sacrificio vivo y santo.
C1
21
C2
T
e pedimos, Padre, que esta Víctima de reconciliación
traiga la paz y la salvación al mundo entero.
Confirma en la fe y en la caridad
a tu Iglesia, peregrina en la tierra:
a tu servidor, el Papa N.,
a nuestro Obispo N.,
Puede hacer mención del Obispo Coadjutor o Auxiliar.
22
Toma la patena con el pan consagrado y el cáliz y, sosteniéndolos elevados, dice.
CP o CC
P
or Cristo, con él y en él,
a ti, Dios Padre omnipotente,
en la unidad del Espíritu Santo,
todo honor y toda gloria
por los siglos de los siglos.
El pueblo aclama:
Amén.
23
RITO DE LA COMUNIÓN
Una vez depositados el cáliz y la patena sobre el altar, el sacerdote, con las manos juntas,
dice:
Fieles a la recomendación del Salvador
y siguiendo su divina enseñanza, nos atrevemos a decir:
O bien:
Llenos de alegría por ser hijos de Dios,
digamos confiadamente la oración que Cristo nos enseñó:
O bien:
El amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones
con el Espíritu Santo que se nos ha dado;
movidos por ese Espíritu digamos con fe y esperanza:
O bien:
Antes de participar en el banquete de la Eucaristía,
signo de reconciliación y vínculo de unión fraterna,
oremos juntos como el Señor nos ha enseñado:
24
Junta las manos.
El pueblo responde:
Amén.
El pueblo responde:
Y con tu espíritu.
O bien:
Como hijos de Dios, intercambiemos ahora
un signo de comunión fraterna.
O bien:
En Cristo, que nos ha hecho hermanos con su cruz,
démonos la paz como signo de reconciliación.
O bien:
25
En el Espíritu de Cristo resucitado,
démonos fraternalmente la paz.
Y todos, según las costumbres del lugar, se intercambian un signo de paz, de comunión y
de caridad. El sacerdote da la paz al diácono o al ministro.
Después toma el pan consagrado, lo parte sobre la patena y pone una partícula dentro del
cáliz, diciendo en secreto:
El Cuerpo y la Sangre de nuestro Señor Jesucristo,
unidos en este cáliz,
sean para nosotros
alimento de vida eterna.
Esta aclamación puede repetirse varias veces, si la fracción del pan se prolonga. La última
vez se dice: danos la paz.
O bien:
Señor Jesucristo, la comunión de tu Cuerpo y de tu Sangre
no sea para mí un motivo de juicio y condenación,
sino que, por tu piedad
me sirva para defensa de alma y cuerpo,
y como remedio de salvación.
26
El sacerdote hace genuflexión, toma el pan consagrado y, sosteniéndolo un poco elevada
sobre la patena o sobre el cáliz, de cara al pueblo, dice con voz clara:
Este es el Cordero de Dios,
que quita el pecado del mundo.
Dichosos los invitados a la cena del Señor.
Después toma la patena o la píxide y se acerca a los que van a comulgar. Muestra el pan
consagrado a cada uno, sosteniéndolo un poco elevado y le dice:
El Cuerpo de Cristo.
Y comulga.
27
y que el don que nos haces en esta vida
nos sirva para la vida eterna.
T
e rogamos, Señor,
que des fuerza a tus hijos
con estos alimentos celestiales,
para que, manteniéndose fieles a su vocación evangélica,
sean en todas partes la imagen viva de tu Hijo.
él, que vive y reina por los siglos de los siglos.
28
RITO DE CONCLUSIÓN
El Obispo, con mitra, báculo y las manos extendidas sobre los ministros y el pueblo,
pronuncia la bendición:
Todos:
Amén
El Obispo:
Todos:
Amén
El Obispo:
Todos:
Amén
Y
El Obispo:
que a todos ustedes, aquí presentes,
los bendiga Dios todopoderoso,
Padre, Hijo y Espíritu Santo.
29
Todos:
Amén
Después de la bendición el diácono despide al pueblo con alguna de las fórmulas siguientes:
Podemos ir en paz.
O bien:
La alegría del Señor sea nuestra fuerza.
Podemos ir en paz.
O bien:
Glorifiquemos al Señor con nuestra vida.
Podemos ir en paz.
30
21 de Agosto
San Pío X
Solemnidad
Oración Colecta
S
eñor, Dios nuestro, que, para defender la fe la católica
e instaurar todas las cosas en Cristo,
colmaste al papa San Pío X,
de sabiduría divina y fortaleza apostólica;
concédenos que, siguiendo su ejemplo y su doctrina,
podamos alcanzar la recompensa eterna.
Por nuestro Señor Jesucristo.
A
cepta, Señor, nuestras ofrendas y concédenos
que, dóciles a las enseñanzas del papa San Pío X,
celebremos con dignidad estos santos misterios
y los recibamos con fe.
Por Jesucristo nuestro Señor.
A
l celebrar la fiesta de San Pío X,
te rogamos, Señor, Dios nuestro,
que por la eficacia de esta eucaristía
seamos fuertes en la fe
y vivamos la unidad en el amor.
Por Jesucristo nuestro Señor.
31
BENDICIÓN SOLEMNE
El Obispo, con mitra, báculo y las manos extendidas sobre el pueblo, pronuncia la
bendición:
D
ios, nuestro Padre,
que nos ha congregado para celebrar hoy
la fiesta de san Pío X,
patrono de nuestro Seminario
les bendiga, les proteja y les confirme con su paz.
Todos:
Amén
El Obispo:
C
risto, el Señor,
que ha manifestado en San Pío X
la fuerza renovadora del misterio pascual,
los haga auténticos testigos de su evangelio.
Todos:
Amén
E
El Obispo:
l Espíritu Santo,
que en San Pío X,
nos ha ofrecido un ejemplo de caridad evangélica,
les conceda la gracia de acrecentar en la Iglesia
la verdadera comunión de fe y amor.
Todos:
Amén
Y
El Obispo:
la bendición de Dios todopoderoso,
Padre, Hijo y Espíritu Santo,
descienda sobre ustedes.
Todos:
Amén
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