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a RR SSS SVEN Igesia ds Quine. Finansange, Pert La politica pedagogica nacionalista surgié con la reforms de 1903, que centralizé Ia ensefianza arrancindola de manos de las municipalidades TE medida ocasioné a Ia Escuela graves irrepatables perjuicios. Las municipalidades, dentzo de su limitada capacidad econémica, falzos de ana colaboracién didactica, pues hasta entonces la Escuela Normal no habia sido fundada, hicieron todo lo posible. En Puno nunca estuvieron lus escuelas y los maestros en mejores condiciones que durante el ségimen municipal. Un periodo de progreso para la enseiianza primaria fue cuando el doctor J. Eduardo Vargas desempefié Ia alcaldia. Entonees fe clas dotindolas de un espléndido fanza, Existia ya el ptopésito de lleres, habiéndose adquitido para tl compraton casas para locales de la material escolar y de ttiles de «1 convertir las escuelas en escuel 106 © forma de 1903, nunicipalidades “perjuicios. Las smica, faltos de gela Nosmal 0 nunca estuvieror srante el regimen ya primaria fue \dia, Entonces € de un espléndido el proposito S adquirido para tl objeto el material cespectivo. Las Juntas Departamentales cumplian igualmente su cometido, custodiando y dando empleo conveniente a las rentas. En Puno, el Colegio Nacional era atendido de preferencia, Se construyé un magnifico edificio paca el flamante Centro Escolar. Veinte y dos adios después, E/ Eso de Puno registra una informacién que fue enviada por el que esctibe estas Iineas al ministro doctor Oliveira, donde con natural indignacién comenta el hecho de que el Director del Centro Escolar no tuvo una habitacién donde recibir al tedactor informante; la escuela funcionaba en un galpén de los extramutos de la ciudad; los nifios no tenian bancas donde sentarse, ni los maestros una silla donde descansat. Ni pizarras ni mapas, ni cuadros intuitivos, ni herramientas de los talletes. Todo habia desaparecido por un descuida punible o par el natural uso de Tas cosas. El Estado permanecia impasible ante cse especticulo doloroso contemplando la tuina de la vieja Escuela Municipal y del Centro Escolar N° 881, que tuviera el honot de dirigit. El ministzo Oliveira no se digné contestar Ia carta. Mientras tanto el edificio del Centto Escolat constmido con las rentas del Departamento sirve como cuattel, y aquel otro adquitido por la Municipalidad fue demolido por un prefecto megalémano. Bastatia este hecho pata demostrar el dafio que hizo a la Escucla la centralizacién de 1903, si no hubiera nécesidad de agregar que dicho régimen concluyé con el espirica de emulaci6n, de interés, de iniciativa que las municipalidades de la Republica mostearon en favor de la Escuela. Las municipalidades, privadas de las rentas destinadas a ia instrucci6n, fueron supeditadas por las autoridades politicas, quienes no tuvieron ante el pueblo la misma responsabilidad colectiva y solidaria. Los mismos padres de familia, hasta entonces solicitos pot este aspecto de lz cosa publica, dejaron que las cosas siguieran su curso. La situacién fue peor en el orden econémico, porque si bien es verdad que el Estado habia elevado el porcentaje de los sueldos, éstos eran pagados con tetrasos considerables teniendo los maestros que cecurrir donde los agiotistas y ofrecer en venta los libramientos. Semejante situacion jamas se presentd nla época del régimen municipal. Tan pronto como el Estado asumié la administracién de las escuelas, no tuvo, como hemos dicho, el personal técnico preparado pata respaldar la reforma. Los prefectos fueron los encatgados de distribuir las escuelas y ubicarlas. Es de suponerse que todo fue hecho empiticamente; los prefectos siguieron las lineas generales de una distribucién metamente administrativa. En esta materia el centralismo hizo mayor dafio porque el Plan de Estudios redactado desde Lima y los programas formulados fueron de #107 jal uniformidad-quet stzo8 quienes se les exige cumplir el ptograma— encontraron dificultad de ensefiaslo en la totalidad, tanto por lo extenso de las materias, cuanto por le falta de relacién con la Peli6a donde esta ubicada la escuela, Contando el régimen municipal Gone] personal TOMICO Tecesarie, segusasnents hubiets alcanzado un Gxito sorprendente en la direcci6n cientifica de las escuelas. Se cometio ca ettor cl centralizar la ensefianza sin fjarse en lo extenso de] tertirorio del Peri, en la falta de vias de comunicacién y en la carencia de una honesta y diligente administracién central. El resultado no se hizo esperar las tentas sustraidas a las municipalidades no se invirtieron en su totalidad en provecho de las escuelas; el servicio técnico cay en manos de gentes sin preparaci6n ni cesponsabilidad, la administracion quedé en poder de Ja burocracia limefia que hha hecho de la ociosidad no sélo un vicio, sino una religion. Los asuntos de mayor turgencia, los casos mas sencillos tren matetia de una setie de informes innecesatios, que acusaban una pereza mental o una incapacidad para discernir. Una vez fue menestec reparar el techo de una de las salas de clase del Centro Escolar. Se pidié «Pena Ia autorizaci6n para efectuat los gastos necesatios. La autorizacién llegé cuando todo el local estaba en ruinas. No hubo otro remedio que nee iar de casa, porque estaba en peligro la salud y la vida de estudiantes Y macstios. ‘Bajo un régimen municipal la labor de los normalistas hubiera side mas eica y sa accién mas vasta. Libertados del caciquismo de Lima, rebicea sido facil libertamnos del de las provincias. Pero fue imposible contratrestar ambos elementos, esteechamente unidos para aniquilar ls vida espiritual y politica de las provincias. Ta caida del régimen municipal yl desapaticién de Ja autonomia ha sido uno de los peotes dafios ierogados al pais. La autonomia municipal es Ja primera leccién de cdeeacian ciudadana que un maestro puede ofrecer @ Sus discipulos Goando aquella autonomia no existe o cuando ha sido desvittaada en si Caihcia, nadie tiene derecho a exigit a un maestro que “ensene educacién civica”, puesto que no existe la mas genuina representacion de un pueblo, como es la Municipalidad. (Un Ensayo de Escuela Nueva on ef Per Lisa, Imprenta Minerva, 1932 Edicién facsimilar, CIDE, 1986)

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