Académique Documents
Professionnel Documents
Culture Documents
2014
1
C ONTENIDO
INTRODUCCIÓN .................................................................................................................................. 4
SU CONCEPTO......................................................................................................................................... 14
La COMUNIDAD ...................................................................................................................................... 16
PARTICIPACIÓN ....................................................................................................................................... 38
2
Cuarta parte: Anexos de Orientaciones PRÁCTICAS ................................................................................................. 60
BIBLIOGRAFÍA .............................................................................................................................................................................. 72
Webgrafía ......................................................................................................................................... 74
3
INTRODUCCIÓN
Los contenidos del documento que tienen en sus manos y que se refiere exclusivamente a la
“Transversalización de lo Comunitario”; fueron en gran parte propuestos y discutidos de manera
participativa por representantes de los programas de distintas líneas temáticas del país en diferentes
momentos preparados durante el año 2012-2013. Estas instancias de taller; grupos focales y
conversaciones, tuvo como eje central visualizar y poner en común experiencias desarrolladas en el
ámbito del trabajo comunitario, su análisis y coherencia con los elementos teórico-metodológico para
luego concluir en aquellas dimensiones y orientaciones que el proceso de transversalización debiese
contemplar, en beneficio de construir la siguiente etapa de elaboración de planes de trabajo pertinentes
al tipo de programa y características territoriales.
El documento tiene como objetivo general “definir elementos teóricos y metodológicos que orienten a
los programas sociales en el proceso de incorporación del trabajo comunitario a la acción social de las
Fundaciones Hogar de Cristo como parte de la estrategia comunitaria”; y como objetivo específico
“Definir prácticas que permitan instalar y construir planes de trabajo con perspectiva comunitaria de
manera más homologada entre los programas sociales”.
Considerando que la población a la cual el Hogar de Cristo focaliza su trabajo se encuentra en exclusión
social, es fundamental relevar de manera especial los ejes transversales de “Fortalecimiento de los
vínculos e Integración social” y “Participación y Empoderamiento”, dado que el aislamiento social
profundiza y cronifica cualquier problemática; y el promover la participación de las personas se convierte
en una herramienta protectora y que apoya los procesos de inclusión, desarrollo personal y colectivo.
Está claro que la Fundación pone especial énfasis en orientar su trabajo hacia las personas que participan
directamente de los programas sociales Hogar de Cristo y con ellos/as construir un proyecto diferente y
esperanzador, basado en el vínculo transformador, que consiste en mirar al otro/a con confianza y como
sujeto con dignidad y vital autonomía, favoreciendo el desarrollo de iniciativas innovadoras que generen
oportunidades y actitudes liberadoras; en este sentido se espera que las personas usuarias de los
programas logren visualizar su entorno, vincularse a el y conformarse en grupos con sentido e identidad,
los cuales les ofrezcan espacios de apoyo y movimiento hacia lo que ellos y ellas realmente deseen
integrar y alcanzar como proyecto de vida.
Creemos que los procesos de reflexión, acción y decisión deben estar siempre activos y conectados con
las nuevas realidades que observamos a través de nuestro trabajo y vínculo con las personas y territorios
más vulnerables y excluidos; resultado de ello es que emerge con fuerza volver a ampliar el foco y
comenzar a identificar todas aquellas fuerzas vivas que conviven alrededor de nuestros programas, con
el propósito de estrechar puentes, trabajar por dinamizar los vínculos, los recursos existentes, las
organizaciones, los procesos de promoción, participación, planificación y colaboración de los usuarios/as
insertos en su propio contexto con el fin de impulsar aprendizajes personales y grupales tendientes a
mejor calidad de vida de todos y todas.
Frente a lo anteriormente expresado es que se decide definir e impulsar la acción comunitaria como
parte de nuestro quehacer diario a través de una “Estrategia Comunitaria” para las Fundaciones Hogar
de Cristo, la cual se compone de dos pilares, uno es la transversalización del trabajo comunitario en
todos los programas sociales y el otro es el proceso de inserción comunitaria en nuevos territorios;
entendiendo por cada uno de ellos lo siguiente:
La Transversalización, se propone incorporar en todos los programas sociales de todas las líneas
temáticas de las Fundaciones, prácticas e intervenciones orientadas a promover el vínculo y colaboración
de los participantes de los programas con su entorno, promoviendo a su vez el trabajo con los
representantes de la comunidad, es decir con los vecinos/as, líderes y organizaciones del barrio a partir
de la participación y desarrollo de capacidades individuales y grupales. En este sentido es importante
definir criterios e indicadores que permitan que el trabajo comunitario sea cuantificable y evaluable en la
4
práctica, que esté basado en el desarrollo de las capacidades de cada una de las personas como
elemento central para alcanzar su mayor bienestar individual, grupal y comunitario.
Se espera que lo anteriormente descrito sea a través de la construcción de planes de trabajo activo e
integrado que permitan valorizar los recursos físicos y humanos locales, articulándolos con las medidas
de apoyo externo. De este modo se promueve a que los territorios se conviertan en los verdaderos
protagonistas de su proceso de desarrollo. En este proceso, se considera que la capacidad negociadora
que debamos desarrollar con los actores locales o “dueños/as de casa” es fundamental, ya que la
propuesta de trabajar el desarrollo de manera participativa y en red debe ser inclusiva, atractiva e ideada
en equipo.
Esta Estrategia iniciará su desarrollo gradual a partir del segundo semestre del año 2014 en donde el rol
de cada uno/a de nosotros/as es fundamental , especialmente el de los equipos de los programas
sociales FHC, dado que se convierten en facilitadores presenciales de los procesos de promoción de las
personas y sus comunidades, entendiendo por promoción al “proceso de estimular a los habitantes de
un territorio para que se transformen en vecinos, que como tales tomen conciencia de sus problemas
colectivos; conozcan sus recursos, aptitudes y capacidades para afrontar los problemas; elaboren un plan
2
de acción y consigan la comunidad que desean”
Expuestos los antecedentes que dan pie al inicio del documento, que como ya hemos dicho se referirá
específicamente con el pilar de la transversalización de lo comunitario, es necesario señalar que para su
mejor comprensión y desarrollo este se enmarcará bajo la perspectiva de trabajo denominado “Enfoque
Comunitario”, el cual está basado en la interrelación de instituciones y comunidades; es decir, es un
“modelo orientado a la acción, que pretende entregar criterios para la práctica del trabajo comunitario
desde superficies institucionales”. Según su fundamento la idea es que comencemos a aproximarnos,
dialogar y extender puentes solidarios con “nuestros vecinos y vecinas directos e indirectas”, a partir de
su propia cultura, perspectivas, necesidades y recursos, a los cuales también ofrezcamos nuestro apoyo
técnico en beneficio de alcanzar los objetivos que ellos mismos se hayan propuesto. Puede decirse que
este proceso de acercamiento y vínculo implica un doble propósito; por una parte el conocer y
relacionarnos con los distintos actores de la comunidad en la cual se inserta el programa de modo de ir
reconociéndonos como parte de esta en sus procesos de desarrollo y por el otro es que en este proceso
de “ser parte como programa” nos convirtamos en puente de encuentro entre personas usuarios/as y
oportunidades presentes en la comunidad
Finalmente, estamos seguros/as que el presente documento contiene elementos teóricos necesarios
para comprender el enfoque comunitario y sus componentes fundamentales que permitirán orientar el
proceso de implementación a través del desarrollo de planes de trabajo tendientes a favorecer la real
participación e incidencia de los/as participantes de los programas y la comunidad en los procesos de
desarrollo, lo cual se hará a partir de la reflexión y análisis conjunto con las/os respectivos/as Asesores
1
Margarita Rozas Pagaza, 2005, Una perspectiva teórica metodológica de la intervención en Trabajo Social
2 Cristina Andreu, 2008, desarrollo comunitario, estrategias de intervención y rol de la educadora social
5
de cada Línea Temática, considerando los tipos de programas; de manera de avanzar en la coherencia,
pertinencia y mirada integral que se propongan en estas instancias.
6
I.REPASANDO NUESTRA HISTORIA DE “LO COMUNITARIO” EN EL HOGAR DE CRISTO.
Ya en sus inicios, el Padre Hurtado dio señales del cariz comunitario que desarrollaría el Hogar de Cristo.
Su trabajo con las personas se enfoca en el trabajo con la familia y su comunidad, de modo que los niños
y niñas regresen lo antes posible a vivir con sus familias, por ejemplo, en ningún caso busca reemplazar a
la familia, comunidad, más bien insiste en que toda la sociedad está llamada a ser parte y construir redes
comunitarias, para avanzar hacia un país justo y solidario. Asimismo, el Padre Hurtado estima que cada
individuo, es capaz de hacerse responsable de su vida y por tanto de su propio cambio, valorando sus
3
capacidades y relevando el protagonismo de cada ser humano.
En 1949 se iniciaría también la construcción de la Casa de Educación Familiar, donde las mujeres puedan
capacitarse como madre y esposa por medio de cursos de costura, tejido, planchado y cocina, entre
otros, además contará con una lavandería para la capacitación y también para que las familias del barrio
4
puedan lavar su ropa de forma higiénica y cómoda.
Desde 1951 comienza la atención en salud, la que se fue consolidando con los años y en 1959 ya contaba
con 8 médicos y 6 dentistas, además de auxiliares y enfermeras, en el policlínico además de los y las
usuarias del Hogar de Cristo se atiende a los vecinos. A inicios de los 80 “extiende su labor a un servicio
5
de enfermería a domicilio para los vecinos del barrio de Estación Central”
La perspectiva comunitaria se plasma también en las obras sociales que el Padre Hurtado va generando,
de hecho en 1953 se inaugura la Casa del Adolescente, con capacidad para 150 niños, la que contaba con
6 talleres para enseñar oficios, además una piscina y un teatro el que también estaba abierto a la
comunidad. Del mismo modo, las instalaciones de duchas con agua caliente de la hospedería de mujeres,
6
por petición expresa del Padre Hurtado estaban abiertas a todas las mujeres del barrio
En 1982 asume como capellán del Hogar de Cristo el Padre Renato Poblete, quien releva la acción de la
comunidad y de las transformaciones de la sociedad, por tanto el sentido comunitario surge con fuerza
en este período, manifestándose en la incorporación de enfoques teóricos desde la Psiquiatría
Comunitaria y la Psicología Comunitaria, además de la Antropología Teológica y la valorización de la
familia, en las obras sociales que estaban surgiendo, a través del trabajo realizado por Benito Baranda y
7
su equipo en La Pintana .
En este contexto, durante los años 80 surge una línea de de Trabajo Comunitario, por medio de los
Centros Comunitarios o de Atención Diurna, a mediados de los 90 había 5 centros operando más otros
15 más pequeños que funcionaban en parroquias apoyados por el Hogar de Cristo.
El origen de la idea de los Centros Comunitarios surge en gran medida de las experiencias de trabajo
desarrollado en las Salas Cunas Comunitarias y Familiares, del trabajo con los Campamentos y
organizaciones de base, del trabajo con las familias y los Adultos Mayores y los Centros Abiertos que
atiende a niños y niñas durante el día(durante el año 1973 surge uno en General Velásquez y otro en La
Cisterna, en 1976 surge también un centro en Renca y en 1980 en Pudahuel y otro en Conchalí, 1988 se
3
Entrevista a Benito Baranda 2012 por Kathy Pooley
4
Rojas, H. 1996 “Historia de un milagro” Hogar de Cristo Santiago
5
ídem
6
ídem
7
Entrevista a Benito Baranda 2012 por Kathy Pooley
7
instala un centro en La Pintana población El Castillo, en 1992 uno en Colina, en 1989 uno en La Granja y
en 1990 otro en Huechuraba).
Es así como, “genéricamente, los Centros Comunitarios se definen como un lugar de reunión de niños y
niñas en alto riesgo psicosocial. No obstante, para el Hogar de Cristo son mucho más que centros de
prevención. La idea es insertarse en poblaciones, en aquellos lugares de mayor pobreza, para tratar de
8
atender las necesidades de esa comunidad, especialmente de los lactantes y preescolares” ; de hecho la
misión de los Centros de Atención Diurna se enmarca en el servicio a los niños, sus familias y su
comunidad, extremadamente pobres, insertándose en una población o localidad específica y generando
allí un trabajo de promoción humana. Como elemento fundamental de su tarea está el reconocer la
naturaleza divina y la igual dignidad de los más pobres, poniendo al centro del actuar a la persona, su
familia y comunidad.
En medio de estas comunidades excluidas, “el Hogar de Cristo está llamado a llevar fe, esperanza y amor,
respondiendo con ello a la invitación de Jesús, y conformando por lo tanto con estas personas una
verdadera comunidad, unida por un vínculo, vivificada por la confianza mutua, y que favorezca la plana
9
autonomía”. Consecutivamente en la década de los años 80’ y 2000 se crea el Área de Trabajo
Comunitario el cual integraba a equipos de trabajo que se insertaban mayoritariamente en
campamentos a través de dispositivos de Centros Comunitarios (muchos de ellos provenientes de la
modalidad de Centro Abierto anteriormente descrito), los cuales tenían como propósito esencial apoyar
y asesorar técnicamente a las organizaciones sociales de base en torno al ahorro para la vivienda, ollas
comunes, fortalecimiento de liderazgo y gestión de recursos locales, micro emprendimiento, entre otros
temas que apuntaran al desarrollo de capacidades y autonomía de cada una de las personas y de la
organización social.
Durante el año 2002 se toma la decisión de traspasar la modalidad de trabajo con los campamentos a la
Fundación Un Techo para Chile quienes de manera incipiente estaban desarrollando intervenciones con
estas características también en campamentos. Es por estos motivos que finalmente el “Área de trabajo
en Campamentos” cierra sus puertas. Los demás programas que estaban al alero del Centro Comunitario
algunos fueron paulatinamente concluyendo su trabajo o reconvirtiéndose a programas Infanto Juveniles
o en aquellos que se evaluara pertinente de generar.
Posteriormente en el año 2010 los Programas Centros Comunitarios resurgen a partir de las
consecuencias del terremoto y tsunami, localizados en las regiones del Maule y Bio Bío, sectores
altamente dañados. Los Centros Comunitarios se ubicaron en sectores en situación de vulnerabilidad
social y que fue afectada por terremoto no sólo en términos materiales sino también comunitarias y
sociales, es por ello que se orientó el trabajo con estas poblaciones para apoyar la reconstrucción de sus
redes sociales, facilitar y apoyar sus procesos de organización con la comunidad en general, y
específicamente trabajar con adultos mayores que estaban solos y abandonados y con niños, niñas y
adolescentes, ambos grupos altamente vulnerados que requerían una intervención focalizada e
inmediata luego de la catástrofe. Actualmente los programas “Centros Comunitarios” han ido
culminando su proceso de intervención con las comunidades de estas zonas afectadas, dando paso a
transferir la visión y la acción más integral a los programas de otras líneas temáticas con proximidad
territorial.
Finalmente y según lo compartido en estos párrafos llenos de historia, podemos confirmar que a lo largo
del camino recorrido por el Hogar de Cristo, de una u otra forma y con diferentes énfasis, se han
desarrollado actividades, acciones o estrategias tendientes a promover el desarrollo de las personas,
8
Rojas, H. 1996 “Historia de un milagro” Hogar de Cristo, Santiago.
9 “Evaluación de los centros de atención diurna y salas cunas del HC “, informe final conclusiones y sugerencias, CIDE 1997
8
familias y comunidades más vulnerables y excluidas a través de procesos socioeducativos, participativos,
organizativos e inclusivos.
9
P RIMERA P ARTE : O RIENTACIONES T EÓRICAS
En este segundo apartado se expondrán y desarrollarán aquellos componentes fundamentales sobre los
cuales se basará el proceso de transversalización de lo comunitario en nuestros programas; los enfoques
y conceptos que sustentan y promueven nuestra acción social en beneficio de actuaciones de trabajo
comunitario en todos los programas sociales.
10
LAS FUENTES DE LA ACCIÓN SOCIAL
El Hogar de Cristo basa su quehacer en la antropología Cristiana la cual centra su mirada en la dimensión
humana y trascendente de la persona, en la vida y espiritualidad del Padre Hurtado, en la psicología
humanista que releva que la persona es un ser consciente capaz de cambio y sentido, en la identidad
organizacional con su visión, misión y valores.
Busca dar cuenta de aquellas dimensiones que van más allá de la falta de ingresos y que impactan en la
calidad de vida e integración social de las personas, por tanto posee un carácter multidimensional,
evidenciando las desigualdades sociales.
La pobreza, comprendida desde la exclusión, no trata sólo de la falta de bienes materiales, sino de la
denegación de derechos, de la desvinculación social, y la no participación en las actividades básicas de la
sociedad.
Nuestra actual misión está orientada en torno a este enfoque de exclusión en reemplazo a la corriente
de satisfacción de necesidades.
A partir de la mirada centrada en la antropología cristiana y del enfoque de exclusión social, se considera
como orientaciones estratégicas de la acción social del Hogar de Cristo cinco ejes que deben guiar y
asegurar decisiones óptimas de sus programas:
Desarrollo de capacidades; tradicionalmente las políticas y acción social han sido concebidas como
dispositivos orientados a mejorar el estándar de vida de los más pobres. La posibilidad de participar en la
vida económica y social está determinado esencialmente por las capacidades de los individuos y no por
10
los bienes que tienen o por la utilidad que experimentan (Sen, 1984). De este modo, las capacidades son
inherentes a las personas y las habilitan para usar sus activos en modos diferentes para incrementar su
bienestar (estas incluyen, por ejemplo, la buena salud, educación, las relaciones de confianza, un
sentido de identidad, valores que dan sentido a la vida y la capacidad de organización).
Espiritualidad en la acción; “La espiritualidad no es una doctrina que se enseña; es una energía vital, que
determina cómo le damos sentido a la vida” (Fred Alan Wolf año, 1996)
La espiritualidad que atraviesa la acción social de nuestras Fundaciones tiene como marco iluminador los
siguientes rasgos de la espiritualidad de nuestro fundador en directa relación con nuestra praxis social y
modo de proceder:
11
Extracto de documento elaborado por equipo de Pastoral Hogar de Cristo año 2012.
11
-Saberse amado por Cristo
-Amor apasionado por Cristo
-Discernimiento
-Alegría
-El pobre es Cristo, sentido de justicia
Revisados nuestros ejes transversales y el enfoque multidimensional de la pobreza nos reafirman que la
superación de esta pasa necesariamente por las personas, por tanto las acciones, estrategias y políticas
públicas deben también abordar las situaciones de pobreza ligadas a actitudes, valores y conductas.
“Elevar la seguridad en sí mismos, acrecentar la autoestima, ampliar la mirada sobre la realidad, mostrar
posibilidades objetivas y creíbles de caminos distintos, expandir capacidades para acceder a nuevos
dominios y por ende ampliar las opciones y aumentar el control que las personas y grupos pobres tienen
sobre sus propias vidas”… “resulta fundamental descubrir y poner en movimiento energías y semillas de
desarrollo que nacen de las personas y los grupos sociales. Se trata de potenciar experiencias e iniciativas
que ya existen o movilizar activos no aprovechados al alcance de las personas, familias o grupos. Estos
activos a veces son recursos materiales (recursos naturales, capital físico, capital humano) y en la
mayoría de los casos no son tangibles (ideas, fuerzas latentes, organización social).El camino es descubrir
y expandir estas energías comunitarias y organizacionales, el fortalecimiento de capacidades para
12
generar soluciones y para ejecutarlas cooperativamente” .
Antes de pasar a desarrollar y comprender el contexto del Enfoque Comunitario, es necesario volver a
señalar que uno de los pilares donde se sustenta la intervención del Hogar de Cristo se refiere a lo
psicosocial y desde este enfoque se relaciona al sujeto con el sistema social donde está inmerso, lo que
permite una visión integral del desarrollo psicosocial de cada persona.
13
El modelo ecológico de desarrollo humano de Bronfenbrenner ofrece una compresión de la compleja y
permanente interacción de las personas con sus ambientes más o menos inmediatos, donde se integran
la estructura y dinámica de las redes sociales y las transacciones de apoyo que se generan en éstas.
Bronfenbrenner concibe el ambiente como un conjunto de estructuras seriadas. El nivel más interno de
estas estructuras lo forman los entornos inmediatos que contienen a la persona en desarrollo, llamados
MICROSISTEMAS (familia, escuela o trabajo, barrio, manzana). En el siguiente nivel se sitúan las
relaciones entre esos entornos inmediatos de la persona, que formarían el MESOSISTEMA. En el tercer
nivel se sitúan los entornos donde la persona no está presente pero es influida por ellos, nivel de
EXOSISTEMA. y en el cuarto nivel se sitúan los factores socioeconómicos y culturales de tipo macro
social.
Las redes sociales se ubicarían en el mesosistema; estas se formarían a partir de las interconexiones de
los distintos microsistemas (familia, vecinos, amigos, compañeros de trabajo).
El modelo ecológico supone una herramienta conceptual que permite integrar conocimientos,
examinarlos con una perspectiva particular, elaborar nuevas hipótesis y brindar un encuadre teórico a
14
partir del cual se puedan elaborar estrategias de intervención en la comunidad .
12
Equidad, inversión social y pobreza. Innovar en cómo se concibe, diseña y gestiona las políticas y los programas sociales. Dagmar
Raczynski, año 2002
13
Bronfenbrenner La ecología del desarrollo humano Paidós Barcelona 1987
14
Modelo ecológico humano y redes sociales, Cristina Villalba Quezada 2006
12
Entonces tenemos que La orientación ecológica en la intervención comunitaria tiene por objeto de
trabajo la interacción de la persona y su ambiente. A la persona se la ve en permanente desarrollo y se
concibe éste como un cambio perdurable en el modo en que una persona percibe su ambiente y se
relaciona con él.
“La ecología del desarrollo humano comprende el estudio científico de la progresiva acomodación
mutua entre un ser humano activo, en desarrollo, y las propiedades cambiantes de los entornos
inmediatos en los que vive la persona en desarrollo, en cuanto este proceso se ve afectado por las
relaciones que se establecen entre estos entornos, y por los contextos más grandes en los que están
incluidos los entornos” (Bronfenbrenner 1987).
Para la mayor comprensión se definen en detalle las estructuras señaladas por este autor:
Mesosistema: es entendido como la estructura que “comprende las relaciones de dos o más
entornos en los que la persona en desarrollo participa activamente (…) es, por lo tanto, un
sistema de microsistemas. Se forma o se amplía cuando la persona en desarrollo entra en un
nuevo entorno”. Este nivel representa la interacción entre los diversos ambientes donde el
sujeto se desenvuelve.
Exosistema: se define como “uno o más entornos que no incluyen a la persona en desarrollo
como participante activo, pero en los cuales se producen hechos que afectan a lo que ocurre en
el entorno que comprende a la persona en desarrollo, o que se ven afectados por lo que ocurre
en ese entorno”.
Macro sistema: se entiende como “las correspondencias, en forma y contenido, de los sistemas
de menor orden (micro-, meso- y exo-) que existen o podrían existir, al nivel de la subcultura o
de la cultura en su totalidad, junto con cualquier sistema de creencias o ideología que sustente
estas correspondencias”. Este nivel refiere al plano más distante del sujeto, pero relevante en
términos de la influencia dado que se relacionan con características de la cultura imperante y
del momento histórico social.
En virtud de lo anteriormente descrito es que se insiste en la relevancia y rol protagónico que posee la
comunidad en los procesos de transformación social de las personas, por tanto se refuerza, fundamenta
e invita a incorporar lo comunitario a las prácticas de los programas sociales del Hogar de Cristo.
13
ENFOQUE COMUNITARIO
S U C ONCEPTO
En este documento se considera que el Enfoque Comunitario se constituye como “transversal a todas las
disciplinas de las ciencias sociales: se construye con aportes generados desde la psicología, la
antropología, la sociología, la educación, el trabajo social, la historia, la economía. (…) En términos
generales, parto del supuesto que establece que el enfoque comunitario, fundamentalmente orientado
hacia la acción, tiene derecho de existencia y aplicación en todas aquellas intervenciones que tienen
lugar en una multiplicidad de ámbitos temáticos y disciplinarios que tengan como foco, ya sea directa
o indirectamente, a la comunidad (…) busca generar una plataforma común de conversación para estas
disciplinas con la finalidad de alcanzar una participación más articulada, armoniosa y equilibrada en el
proceso de construcción del mundo de la vida de las personas. Cada disciplina, en sus prolongaciones
prácticas hacia el mundo de la vida, se ha visto en la necesidad, tarde o temprano, de reflexionar sobre
15
los efectos comunitarios de sus prácticas y productos.”
De acuerdo a la teorización del académico y psicólogo comunitario Víctor Martínez, se plantea a la base
del enfoque comunitario una triple articulación: la primera teórica-práctica, la segunda institucional-
comunitaria y la tercera entre encuadre positivo-encuadre negativo.
15
Martínez, Víctor. El Enfoque Comunitario. El Desafío de Incorporar a las Comunidades en las Intervenciones Sociales.
Departamento de Psicología. Facultad de Ciencias Sociales. Universidad de Chile. Santiago. 2006
16
Ídem
14
ENFOQUE COMUNITARIO
1.- Articulación teórica-práctica: este eje se entiende desde la lógica que lo comunitario constituye un
enfoque esencialmente práctico y desde ese lugar se relaciona con la teoría, lo que explica “la
preferencia a emplear modelos operativos, que implica una modalidad reflexiva de construcción teórica
17
sustentada en y controlada desde la práctica” .Esta idea se fundamenta en la historia de la acción
comunitaria, siempre estuvo, se llevó a cabo, y luego se fue reflexionando, conceptualizando y
teorizando al respecto, generándose paradigmas y miradas desde la disciplina que la ha llevado a cabo,
no obstante no constituye una metodología propia de ninguna, sino más bien se ha alimentado de
diversas, como se señaló en la primera parte de este apartado.
2.- Articulación institucional-comunitaria: este eje refiere al acoplamiento o ajuste que debe existir
entre las instituciones y la comunidad.
El enfoque comunitario pretende generar una relación distinta entre instituciones y comunidad,
superando la relación más bien vertical y desde la óptica del ‘experto’ que se ha generado, donde la
comunidad se ha invisibilizado en función de los grupos objetivos destinatarios del servicio del
organismo.
17
Ídem
15
Este es un gran desafío institucional y se releva que Hogar de Cristo, estime a las personas que
componen la comunidad, el barrio, como un actor activo a los cuales el programa social debe visibilizar.
El enfoque comunitario debiera proponerse, entonces, como misión generar una “plataforma común de
conversación para las distintas disciplinas con la finalidad de alcanzar su participación más articulada,
armoniosa y equilibrada en el proceso de construcción del mundo de la vida de las personas, que es
18
finalmente donde convergen los efectos de todas ellas” .
3.- Articulación entre encuadre positivo-encuadre negativo: encuadre refiere a la perspectiva desde la
cual el equipo se posiciona (comprende, diagnóstica, interviene) frente a lo social comunitario, desde
esta óptica es posible distinguir dos tipos de encuadre, el positivo y el negativo. Los que se definen
como: El encuadre positivo es un modo de “lectura y escritura” que consiste en hacer emerger en las
personas, grupos y comunidades sus capacidades, competencias, habilidades, recursos y potencialidades
(…) el encuadre negativo hace emerger en las personas, grupos y comunidades sus deficiencias,
incapacidades, problemas, síntomas, dificultades, traumas, déficits, desórdenes, daños, vulnerabilidades,
etc.”Las personas y comunidades no se inscriben en una u otra categoría, sino que se las puede describir
desde ambos encuadres.
Desde el encuadre que orienta la comprensión y caracterización de los sujetos y a la comunidad, incide
directamente en el tipo de intervención que se realiza. Es así como desde en encuadre negativo el
diagnóstico que se realiza considera las carencias de carencias, conflictos, dificultades de estos grupos, lo
19
que “obstaculiza la emergencia de los componentes positivos de la comunidad” .Lo contrario desde un
encuadre positivo, emergen los recursos, potencialidades y capacidades de la comunidad. “El postulado
de base es que las intervenciones comunitarias buscan conocer y construir el archivo de problemas de
una comunidad (encuadre negativo) para abordarlo mediante la movilización de los recursos
comunitarios identificados (encuadre positivo)”.
Revisado entonces los énfasis del enfoque comunitario es que pasaremos a continuación a profundizar
el trabajo comunitario y sus componentes, lo cual nos permitirá avanzar en la construcción de ideas y
formas de actuar que vayan en beneficio del desarrollo de capacidades y autonomía de los usuarios/as
directas de los programas como también de ser provocadores a los procesos comunitarios en la
generación de nuevas o renovadas dinámicas tendientes a promover su desarrollo, basado en aquello
que sus habitantes definan como prioritario y posible de abordar por sí mismos y en conjunto con los
demás recursos presentes.
EL TRABAJO COMUNITAR IO
La COMUNIDAD
Antes de abordar el modelo de trabajo comunitario es preciso poner sobre la mesa lo que se entiende
por el concepto de Comunidad, y dar cuenta del análisis del constructo y de la revisión bibliográfica. Lo
20
primero que surge es que Comunidad hace referencia a lo común o compartido . No obstante, existen
diversas definiciones, Hillery revisó muchas de éstas, de lo que concluyó que en sesenta y nueve de esas
definiciones, aparecen coincidencias, de las que se destacan tres elementos comunes a todas: el primero
21
la localidad compartida; el segundo, las relaciones y lazos comunes; y el último, la interacción social . De
acuerdo a lo anterior, según la presencia o ausencia de estos tres componentes, Bernard refiere, por un
18
Martínez, Víctor. El Enfoque Comunitario. El Desafío de Incorporar a las Comunidades en las Intervenciones Sociales.
Departamento de Psicología. Facultad de Ciencias Sociales. Universidad de Chile. Santiago. 2006
19
Ídem
20
Montero, M. Introducción a la Psicología Comunitaria. Desarrollo, conceptos y procesos. Paidós. Buenos Aires. 2004.
21
Hillery citado en Sánchez, A. 1996. Psicología Comunitaria. Bases conceptuales y métodos de intervención. EUB. Barcelona.1996.
16
lado, la ‘comunidad’ donde prevalecen las áreas de interacción social y lazos comunes y por otro lado, ‘la
comunidad’, donde se releva el territorio compartido, por ende en esta propuesta teórica, el concepto
de comunidad “incluiría lazos emocionales, intimidad personal, compromiso moral, cohesión social y
22
continuidad temporal según el autor” , esta definición, Sánchez la complementa indicando que la
comunidad se vincula “con el concepto substantivo, específico y geográficamente anclado; comunidad se
refiere a la cualidad social y psicológica genérica, común a las diversas formas de comunidad concretas y
que se refleja en el uso adjetivo del término “comunitario” (prácticamente equivalente a “compartido”).
A partir de estas proposiciones teóricas y la de otros autores como Sanders, Bloom, Panzeta, entre otros,
Sánchez plantea su teorización respecto al concepto de comunidad, donde considera:
Territorialidad.
Duración en el tiempo del espacio físico compartido.
Servicios e infraestructura presente en la localidad común.
Estructura y sistemas sociales como sistemas de socialización, control social, apoyo social y de
poder y de distribución de servicios.
Identificación y sentido de pertenencia y relación entre los miembros.
Como hemos señalado, el concepto de comunidad ha sido tratado de diversas maneras por distintos
autores ya sea desde la psicología comunitaria, de los aportes de la sociología (Tonnies, 1887, Sennet
1975) y de la misma práctica comunitaria es que también se fueron desarrollando elementos
conceptuales para definir “comunidad”. Wiesenfeld 1997 hace una recopilación de diferentes conceptos
utilizados y afirma que estos hacen referencia a los elementos que la conforman (individuos y contexto
físico que definen su naturaleza: residencial, laboral, recreativa, política, religiosa, etc.) y a los procesos
que se desarrollan en estos componentes (psicológicos, sociales, culturales); Además agrega que
“Independientemente del contexto y del motivo (intereses y necesidades), que según diferentes autores
llevan a las personas a agruparse, organizarse y establecer nexos socio afectivos que los hace sentirse-
por lo menos en la dimensión que los cohesiona- como parte de lo mismo, existe un denominador
común en todas las definiciones que consiste en la tendencia a destacar las semejanzas entre los
miembros de la comunidad como la condición necesaria para que el grupo se identifique con la misma
(Wiesenfeld. 1997).
Se crea a partir de estas agrupaciones, un “nosotros” que se define en contraste a un “otros” que se
refiere a las personas que no forman parte a dicha comunidad (Wiesenfeld 1997, león 1999). Otro
elemento que ha cobrado importancia en esta necesidad de definir el concepto de comunidad ,es la
agrupación y organización de las personas en procesos comunitarios concretos lo cual genera el sentido
de comunidad; el cual se refiere a aquellos sentimientos que unen a los miembros de la misma como
personas que pertenecen a un grupo y se autodefinen como tal, este actúa como elemento
cohesionador y potenciador de la acción común, al mismo tiempo, el sentido de comunidad es
potenciado por dicha acción comunitaria.
22
Bernard 1973, citado en Sánchez, A. 1996: 74 Psicología Comunitaria. Bases conceptuales y métodos de intervención. EUB.
Barcelona.1996.
23
Montero, M. 1998. La comunidad como objeto y sujeto de la acción social. En Martín G,A (ed.) Psicología comunitaria.
Fundamentos y aplicaciones ed. síntesis Madrid pp.211-222
17
Se ha creado dentro del ámbito de la psicología comunitaria un concepto de comunidad que intenta
diferenciar a este grupo social de otros tipos de agrupaciones “se trata de un grupo social dinámico,
histórico y culturalmente constituido y desarrollado, preexistente a la presencia de los investigadores o
de los interventores sociales , que comparte intereses, objetivos, necesidades y problemas, en un
espacio y tiempo determinados y que genera colectivamente una identidad, así como formas
organizativas, desarrollando y empleando recursos para lograr sus fines “(Montero 1998).
Según Montero (1998) las principales características de una comunidad como grupo social son:
- Ocupación de un área geográfica específica de un lugar que muchas veces presta su nombre a la
comunidad
- Relaciones sociales frecuentes, habituales, muchas veces cara a cara
- Se comparten tanto ventajas y beneficios en cuanto a intereses, objetivos, necesidades y
problemas por el hecho que sus miembros están inmersos en situaciones sociales, históricas,
culturales y económicas particulares.
- Presencia de algún tipo de organización, en función de lo anterior, que conduce a modos de
acción colectiva para alcanzar algunos fines
- Una identidad y un sentimiento de pertenencia en las personas que la integran y que
contribuyen a desarrollar un sentido de comunidad
- Carácter histórico y dinámico
- Constituye un nivel de integración mucho más concreto que el de otras formas colectivas tales
como la clase social, la región, la denominación religiosa, o la nación, y a la vez más amplia que
un grupo primario.
- Existencia de una cultura compartida, así como habilidades y recursos, derivados a la vez que
generadores de esa cultura.
Montenegro (1998) propone que el propio concepto de comunidad y sus límites se define y redefine
constantemente en situaciones específicas, como localización de significados contradictorios,
competentes y con límites imprecisos. Concluye que la utilidad del término no está en su poder
“descriptivo” que es una de las maneras en las que ha sido utilizado hasta ahora dentro del
contexto de la psicología social comunitaria, sino en los “posibles usos contingentes que se puedan
hacer del término comunidad que sirvan a objetivos específicos en ciertos momentos sin tener que
asumir necesariamente un estado estático”
24
A continuación les presentamos un cuadro con definiciones más relevantes de Comunidad
Fuente Definición
Diccionarios - Calidad de lo común o de lo compartido
Vox y Webster - Grupo social que comparte características o intereses y es percibido o se
percibe a sí m ismo como distinto del conjunto de la sociedad
- Grupo social radicado en una sociedad específica, con gobierno e historia
común
Hillery (1973) - Localidad compartida, donde existe interacción social y relaciones y lazos
comunes
Bernard (1973) - Localidad geográfica singular
- Comunidad simbólica: incluye lazos emocionales, intimidad personal,
compromiso moral, cohesión social y continuidad temporal.
Sanders (1966) - Sistema organizado territorialmente con un patrón de asentamiento en que
existe una red efectiva de comunicación y la gente-que comparte
instalaciones y servicios-desarrolla una identificación psicológica con el
símbolo del lugar (nombre)
Klein (1966) - Conjunto de interacciones pautadas en un dominio de individuos que tratan
24
Sánchez Vidal 2007, “manual de psicología comunitaria. Un enfoque integrado”
18
de conseguir seguridad e integridad física y apoyo en tiempos de estrés y de
alcanzar individualidad y significado a lo largo de la vida.
Warren (1992) - Combinaciones de unidades sociales que desempeñan las funciones sociales
principales con relevancia local.
En cuanto a los elementos estructurales de la comunidad existen las siguientes dimensiones: según
25
Juan Herrera 2007
Funciones Descripción
(Warren y Sanders)
Producción, De bienes y servicios a través de las tiendas, mercado del barrio, etc.
distribución, consumo
Socialización Transmite conocimientos, valores y normas sociales mediante grupos y
estructuras locales: grupo de iguales, la escuela o el trabajo
Control social Asigna recompensas y sanciones para que personas compartan conforme a
valores y pautas establecidos a través de la familia, el grupo de iguales, la
escuela o el trabajo.
Participación En la actividad social, mediante actividades y reuniones formales e informales
de asociaciones y grupos en centros comunitarios
Apoyo social Formal (servicios comunitarios) e informal (familia, amigos, vecinos) en
situaciones y épocas de estrás
Otras Funciones
(Sanders)
Reclutamiento nuevos Por nacimiento o migración
miembros
Comunicación Física (transporte) y simbólica para formar opinión
Diferenciación y División del trabajo y de papeles especializados al servicio de la comunidad
asignación de estatus asignando el estatus social que corresponda
Asignación de prestigio Jerarquización de personas según el grado en que se encarnan los valores
centrales de la comunidad y diferenciándolas en clases sociales
Asignación de poder Proveyendo de posiciones de liderazgo social
Movilidad social Ascendente y descendente en posiciones sociales
Integración y ajuste Manteniendo la solidaridad al compartir aspectos-lugar, historia, cultura- que
social aportan una orientación social común y el deseo de participar en la vida
colectiva.
25
Sánchez Vidal 2007, “manual de psicología comunitaria. Un enfoque integrado”
19
hábitat o en las cercanías de los/as destinatarios/as de la intervención. Existe interacción, con diversas
características y por lo general se cuenta con el sentido de pertenencia, donde la conceptualización que
hace más sentido es la planteada por el autor Alipio Sánchez Vidal, que corresponde a:
“Sistema o grupo social de raíz local, diferenciable en el seno de la sociedad de la que es parte en base
a características e intereses compartidos por sus miembros y subsistemas que incluyen: localidad
geográfica (vecindad), interdependencia e interacción psicosocial estable y sentido de pertenencia a la
26
comunidad e identificación con sus símbolos e instituciones”
En este contexto es que se releva la Comunidad como: sistema de agregación intermedio más próximo y
significativo para las personas; territorio común, lo que facilita el arraigo y la identidad psico-social;
interacciones y lazos comunes entre los sujetos; y unidad social que contiene elementos negativos o
problemáticos y positivos o recursos, de la vida de las personas, lo que permite realizar un trabajo
integral-territorial (Sánchez, V. A. 1996).
Dado que frente a las concepciones de comunidad se releva fuertemente el componente territorial el
cual también se observa como característica en la dinámica de funcionamiento de nuestros programas
es que pasaremos a describir aspectos centrales de su orientación conceptual.
El Barrio…
La definición de barrio es amplia y abordada por distintos puntos de vista y dimensiones, como lo son la
física, psicosocial y sociológica, además esta definición ha ido cambiando con el tiempo. Para el caso de
Chile, específicamente en Santiago, éstas van desde las antiguas definiciones, las modernas y
27
actualmente las contemporáneas:
Una de las primeras definiciones de barrio se asocia al tiempo de La Colonia, donde se define de la
siguiente forma: “Barrio, se asocia con una comunidad autosuficiente, definida y caracterizada tanto por
su origen, como por su actividad o papel social. Es una forma de organización de la sociedad colonial en
formas segregadas y controladas de organizar las comunidades (albarrada, parroquia, comunidad de
artesanos, organización de grupos étnicos, indígenas, mestizos, etc.)
El barrio era una pequeña escala que permitía que todo estuviera a mano, desde residencia, comercio y
trabajo. Tiene una fuerte presencia religiosa, la vida de estos barrios giraba en torno a sus respectivas
iglesias, las cuales le dieron nombre e identidad al barrio.
Luego surge la definición de barrio clásico: “Ese espacio de ciudad correspondería al tradicional «lugar
antropológico», en el cual comunidades nacían, crecían y se transformaban dentro de un mismo
territorio; tenían intereses comunes y eran solidarias para alcanzarlos. En general, el barrio ha sido
sinónimo de unicidad, de una pequeña aldea instalada dentro de la gran ciudad; Lugar en donde se
27
Barrios de Santiago de Chile, ¿Ruptura o continuidad?, Natalia moreno
20
comparte un territorio, una vecindad, una memoria; en donde existe una organización y se trabajaba
28
mancomunadamente en pos del interés mutuo” .
Luego surge la definición de barrio industrial, este tipo de barrios corresponde a la primera intervención
que realizó el Estado en términos de vivienda sobre la ciudad de Santiago y surgió como una forma de
dar solución habitacional. Este es un modelo traído desde Europa, específicamente de la planificación
urbana británica.
Por último se llega a la definición de barrio moderno, también llamado unidad vecinal donde todo es
absolutamente definido y planificado por los arquitectos y urbanistas. Se puede notar que el barrio ha
29
sido importante desde hace mucho tiempo, es el lugar donde los ciudadanos se desarrollan.
Por otra parte, otro fenómeno preponderante que ocurre, es la expansión urbana que observamos en la
actualidad la cual no responde significativamente al fenómeno migratorio (campo cuidad) sino que al
traslado de población que desde los centros urbanos llega a poblar –forzada o voluntariamente- parte de
la periferia. Con esto lo que hasta hace algunas décadas atrás pertenecía a zonas agrícolas,
progresivamente se están incorporando a la trama urbana congregando a un número considerable de
personas lejos de los centros tradicionales.
Dimensión cultural: para las ciencias sociales un barrio es un lugar donde se construye constantemente
el sentido de comunidad. El barrio ayuda a crear relaciones sociales positivas, como redes de solidaridad
y pautas de convivencia, también impulsa acciones que les permite organizarse y enfrentar situaciones
amenazantes.
28
Factores de riesgo y seguridad para barrios de la comuna de La Pintana, memoria para optar al título de ingeniero civil industrial,
Universidad de Chile; Pía Monardes Vignolo, Santiago, Chile 2010
29
Ídem
30 Análisis del tejido asociativo de los barrios vulnerables de la zona norte de Alicante. Ayuntamiento de Alicante , España año
2003
31
Factores de riesgo y seguridad para barrios de la comuna de La Pintana, memoria para optar al título de ingeniero civil industrial,
Universidad de Chile; Pía Monardes Vignolo, Santiago, Chile 2010
21
Dimensión Psicosocial: esta apunta a las relaciones sociales que existen al interior del barrio y a las que
se generan en torno a este. Se refiere al capital social, el cual se expresa en los niveles de confianza,
cooperación y redes sociales existentes. Por ejemplo se contempla como uno de los factores protectores
la organización vecinal, y el conocimiento y confianza entre los vecinos /as.
Dimensión institucional: se refiere a la relación entre los habitantes del barrio y las instituciones sociales
tales como; la familia, el colegio y la comunidad, también hace mención a la relación que se establece
entre las personas y los servicios sociales brindados por el Estado.
Dimensión Económica: entendida como las condiciones económicas para los habitantes de los barrios, o
sea se refiere a la falta de oportunidades (debilitamiento entre la persona y el sistema económico).Esta
dimensión alude a la exclusión a la que el lugar en que viven las personas se vea afectado; alejados de
las dinámicas de crecimiento y desarrollo de la ciudad y el país.
En ese sentido, la escala territorial del barrio resulta sumamente importante para contextualizar la
conjugación de factores de carencia material con las limitaciones de acceso a servicios. Así también,
permite indagar en la construcción de tejido social y capital social comunitario existente en determinado
lugar, al ser el espacio de interacción cotidiana entre individuos que comparten un territorio.
Otra definición de barrio que da Caballero 2005 es “el espacio delimitado geográficamente que cuenta
con unas características comunes en cuanto al tipo de construcciones, suelen compartir un nombre
que los distingue de otras zonas y una historia común dependiendo de la identificación comunitaria
32
que se hayan producido”.
Otro concepto relacionado es el de vecindad que hace referencia a “un tipo de relaciones
fundamentales de apoyo mutuo y creada a partir de la convivencia cercana, normalmente porque se
33
viene compartiendo el mismo espacio geográfico, el mismo barrio”.
Hecho un amplio “recorrido por el Barrio”, es importante volver a lo que hemos mencionado en
capítulos anteriores en torno a la conceptualización de comunidad la cual da énfasis a; la agrupación de
personas que habitan en un espacio geográfico delimitado, que tiene conciencia de pertenencia e
identidad, que interacciona entre sí en redes de comunicación intereses y apoyo mutuo y con objetivos
comunes. En este sentido, consideramos que el barrio, es el espacio por excelencia en el que debemos
insertar nuestro quehacer profesional encaminándonos a la observación de la realidad, al contacto y
vínculo con las personas que en ella interactúan, a la promoción de la organización popular a la
reivindicación del entorno, a la educación social, a construir una comunidad a partir de las redes
asociativas y a un proceso que conduce a la autogestión de los proyectos.
El Territorio…
En tanto el territorio en donde se desarrolla el barrio se constituye en nuestro principal referente vital,
tanto en el plano individual como en el colectivo. Residimos y desarrollamos diversas actividades en una
determinada localidad. Nuestra propia acción y la de los demás personas provocan continuos cambios en
32 Análisis del tejido asociativo de los barrios vulnerables de la zona norte de Alicante. Ayuntamiento de Alicante , España año
2003
33 Ídem
22
esa realidad que nos envuelve y en la que influimos, modelando una construcción social conformada por
un sinfín de aportaciones diversas, que a veces no son suficientes o no se encuentran articuladas de
modo que puedan configurar una auténtica estrategia compartida que haga avanzar a la comunidad
hacia un mayor desarrollo.
Gloria Restrepo (2007) refiere a que “el espacio no existe por sí mismo, sino a medida que se establecen
relaciones, es decir, es un campo relacional mutable, cambiante. Como está configurado por relaciones,
cuando ellas cambian, transforman el territorio y sus posibilidades de representación. Este resultaría
entonces, una relación entre vida natural y vida humana, entre pasado y futuro”.
Profundizando en la territorialidad urbana se señala que “el territorio es un constructo social, una
valoración, una fabricación, un producto, un espacio tatuado por la historia y la cultura que se construye
a través de prácticas, estrategias, percepciones y la manera de leer lo que tienen los grupos que lo
35
constituye”
La temática del territorio, resulta imprescindible de considerar cuando se interviene desde lo colectivo
grupal, y nos vincula como ya lo hemos descrito, con la noción de espacio barrial. Lugar que en el que se
conjugan lógicas, fracturas y heterogeneidades con los consecuentes conflictos y confrontaciones en su
interior. Insistimos que cuando se trata de intervenir en procesos de desarrollo comunitario, en
proyectos colectivos, es necesario considerar el territorio en el que se localiza la acción como espacio y
tiempo con sentido, con historicidad de la acción humana-territorialidad-.
Los territorios barriales y localidades trascienden la demarcación espacial rural o urbana, hecha privada o
estatalmente, pues sin desconocer los límites de su barrio, la infraestructura física y administrativa, los
pobladores reconocen otro tipo de territorios generados por el uso más que por la función.
El barrio o la pequeña localidad son algunos de los ámbitos privilegiados de intervención dado que es ahí
donde se dan las relaciones vecinales y de proximidad, cada lugar debe encontrar y definir su modelo de
intervención acorde a sus características, recursos y posibilidades de mayor vinculación y conexión entre
unos/as y otros/as.
34
Trabajo Social intervención en complejos territorios: Ocampo Marín (2005)
35
Ídem
23
sociedad civil en la construcción de un proyecto de vida común, y la obsolencia de las estructuras y de
los instrumentos que se vienen utilizando para favorecer y facilitar la participación social.
Por lo anteriormente planteado es que se vuelve tan importante idear, articular modernas y creativas
estrategia para redefinir las bases y los métodos para canalizar el interés de la comunidad hacia su
proceso de desarrollo. Es necesario que cada comunidad y el territorio que la sostiene se dote de un
proyecto de desarrollo que surja del trabajo compartido e integrado de los protagonistas de su realidad,
encuadrados en las dimensiones políticas, técnica y ciudadana. La definición de estas debe ser
consecuencia de un proceso por el que se adquiere conciencia que es posible mejorar la situación
existente.
Sólo desde la iniciativa y la organización de las comunidades en su marco socio territorial de referencia,
el barrio para muchas personas, con espíritu de cambio hacia la construcción de nuevas realidades más
inclusivas mediante procesos que avancen con un planteamiento y enfoque ascendente que vaya
integrando a todos los agentes y actores sociales, será posible de desarrollar modernas formas de
entender y optimizar la participación social como un factor de progreso. Con esto queremos decir que
el existente tejido asociativo puede convertirse en un instrumento fundamental de esa dinámica,
siempre que actualice sus principios, objetivos y métodos de trabajo, orientándolos a una intervención
más vinculada con el contexto local y sus necesidades reales, recobrando la dimensión humana y la
perspectiva socio territorial. Todo esto pasa por planteárselo, organizarse y comenzar.
Está claro que en todo este capítulo estamos pretendiendo visibilizar el protagonismo del territorio y
sus distintos componentes y sus respectivas dinámicas, basándonos en la necesidad que los equipos de
trabajo presentes identifiquen y optimicen el potencial endógeno del lugar, involucrando a la
comunidad y participantes de los programas en los procesos de aproximación, vinculación o
redefinición de modos de mirar y construir los planes de trabajo de cada programa hasta ahora
diseñados, ya sea los orientados al plano individual y colectivo.
Estamos convencidos/as que el vínculo con las personas y su realidad sólo pueden darse a través de un
proceso de inserción en el que el conocer y el hacer se imbrican y se sostienen mutuamente,
promoviendo la organización colectiva necesaria para resolver problemas de diversos órdenes, además
de adquirir estrategias de encuentro, de confrontación y concertación, entre los participantes de la
acción colectiva, abriendo y reformulando procesos de manera permanente.
En este escenario descrito no podemos dejar pasar la consideración de diversas culturas presentes en los
territorios; entendiendo por cultura a “todo aquello que una comunidad ha creado, es el conjunto de
rasgos espirituales y materiales que, a lo largo de ese proceso, han llegado a modelar su identidad y a
36
distinguirla de otras” . Cultura son normas de vida, lengua, cosmovisión, diversidad geográfica, es
interacción con la sociedad, es un todo.(Montoya 2000).Cultura es una forma de vida que incluye un
proceso acumulativo de conocimientos que permite la construcción de valores, costumbres; es la vida
misma del ser humano en su proceso de socialización, es la interacción de lo histórico y la experiencia
actual; es el fundamento de la existencia humana, son formas lógicas y coherentes de organización
social, donde los Seres humanos interrelacionan e interactúan entre sí para buscar satisfactores a sus
múltiples necesidades (Eroles 2005).
Como equipos de trabajo nos encontramos en muchos territorios con dinámicas relacionadas con la
interculturalidad realidad que nos desafía permanentemente a crear estrategias que promuevan
relaciones sociales equitativas, en base al reconocimiento de las identidades y culturas diferentes, ya que
la interculturalidad es precisamente el punto en donde se relacionan personas o grupos de diferentes
culturas. Es así como vamos evidenciando una relación entre la pertenencia y la diferencia, que implica
36
Cultura e interculturalidad cosmovisión, interculturalidad y trabajo social; Idaura Fernández baca, (barrio de Mendoza, ponencia
2008).
24
aceptar el mundo de la vida y las razones de los otros/as sólo tienen sentido si somos plurales y
diferentes culturalmente, con una multiplicidad de formas de vida y de conocimientos.
En este sentido, nuestra sociedad chilena se enfrenta a múltiples desafíos en el ámbito del desarrollo
humano, uno de los más urgentes, transversales y complejos es posibilitar mayores niveles de equidad y
justicia social para todos sus habitantes/ciudadanos/as. “Desde el punto de vista cultural nuestra
sociedad se ha ido configurando como un escenario altamente complejo, contradictorio, conflictivo y
significativamente diverso. Se han consolidado así dos tendencias de larga duración: una profunda hacia
la desigualdad y exclusión social en diversos planos de la vida social y otra hacia la diversidad cultural y la
expresión de variadas formas de vida, cuya concepción se ha ampliado a otros ámbitos de la vida social:
37
económicos, sociales, de género, sexuales, estéticas, etc.” Es por todo esto que al momento de actuar y
aproximarnos a una comunidad podemos aportar desde este ámbito: formas complejas de comprender
las nuevas realidades sociales, caracterizando las necesidades y demandas provenientes de diversos
componentes de la sociedad actual.
En síntesis se trata de generar las bases para un diálogo intercultural que permita la construcción de una
sociedad más humana, más justa y más diversa/pluralista desde el punto de vista cultural, social y
político.
El Trabajo Comunitario como intervención social en o con la comunidad constituye una práctica concreta
y heterogénea, que además cuenta con un marco conceptual amplio, y diversificado correspondiente a
distintas disciplinas, por lo mismo no es exclusiva de ninguna “Situaciones y actuaciones que, entre
muchos otros elementos, se refieren a espacios y territorios; a profesiones y profesionales; a términos y
conceptos; a ámbitos y a disciplinas; a proyectos, actividades e intervenciones; a individuos, grupos y
colectividades; a asociaciones, entidades y organizaciones; y, por último, a estrategias, técnicas y
metodologías” (Úcar, X. 2009: 7). Por tanto, ha sido nutrida por todas éstas.
El concepto de Trabajo Comunitario, es fundamental dado que da cuenta cómo los equipos de trabajo se
presentan, insertan e intervienen en los territorios correspondientes a las comunidades con las que se
trabaja. Da cuenta de una forma de ser y de hacer como programa social y como Institución, y también
constituye un “referente metodológico muy importante para las profesiones del ámbito de la
intervención social” (Barbero, J. y Cortés, F. 2005: 17).
El trabajo comunitario está orientado a reconstruir redes o construirlas si no existen, puesto que se
considera que una forma de pobreza es la escasez social: en la cual se reduce la recepción de
información necesaria para iniciar procesos de desarrollo social. Por esto, promover relaciones en un
barrio que ya visualizamos que está fragmentado para superar los efectos que esta fragmentación ha
generado en sus habitantes es crucial.
Densificar la vida social, puede consistir en promover nuevos colectivos (más grupos u organizaciones) y
promover nuevas relaciones entre las ya existentes. Para JP Hiernaux 1982, se trataría de restituir a los
grupos socialmente débiles y posibilitar la identificación colectiva, de reconocimiento social, de acción,
para que busquen la vida que les conviene y para transformar funcionamientos sociales y políticos que
tienen impacto en sus situaciones de vida; las condiciones o requerimientos para ir avanzando en esto
son: establecer vínculos entre quienes viven la misma situación de modo que esto afiance su identidad
37
Ídem
25
colectiva y el reconocimiento social, reconstruir redes sociales densas y promoción de la acción colectiva
autónoma.
Es relevante complementar el término de Trabajo Comunitario con las dimensiones que lo conforman.
Desde esa óptica, Dumas y Séguier (1997), distinguen tres componentes: uno, es el proceso de
38
concienciación (éste se corresponde con el enfoque de Paulo Freire); dos, el proceso de organización
(coherente con las teorizaciones de M. G. Ross, P. Henderson y D. N. Thomas); y por último, el proceso
de movilización (trabajado por S. Alinsky), “establecen que ‘los proyectos de acción colectiva, sus
orientaciones, las dinámicas sociales suscitadas por su puesta en marcha, se corresponden con cada uno
de estos procesos y con su complementariedad. Por eso las iniciativas consisten simultáneamente en: a)
trabajar la identidad del actor permitiendo la identificación colectiva de los miembros del grupo en un
proceso de concienciación; b) reforzar los vínculos de cooperación, a la vez internos y externos, en el
marco del proceso de organización; c) construir una relación de fuerzas y negociar sobre los retos
colectivos y sociales con los actores institucionales, a través del proceso de movilización’” (Barbero, J. y
Cortés, F. 2005: 19).
Proceso de
Organización
Proceso de Proceso de
Concienciación Movilización
TRABAJO
COMUNITARIO
Es por esto que uno de los fundamentos centrales para el desarrollo de procesos comunitarios; es que la
ciudadanía debe ser cada vez más consciente de su realidad y de la capacidad que posee para influir en
ella, entendiendo que el carácter endógeno del desarrollo radica en que los sujetos de desarrollo son
necesariamente los actores que pertenecen a un territorio, además de otros externos al territorio, pero
internos al proceso .como el actor institucional –público. También se alude a que los recursos (sociales,
humanos, capital social, subjetivos, materiales) provienen del territorio y que las decisiones de las
acciones tendientes al desarrollo orientado al mejoramiento de las condiciones de de vida provienen de
los actores locales.
38
“Se refiere a la toma de conciencia de la situación sociocultural en la que una persona, un grupo o una comunidad se encuentran.
Pero es algo más que eso: esta toma de conciencia, ‐este ser consciente de lo que está sucediendo‐, se produce como resultado del
análisis crítico de la situación sociocultural que envuelve a dicha persona, grupo o comunidad. Y aún hay un tercer elemento, que
es el que culmina un proceso en espiral siempre impulsado hacia delante: tanto el análisis crítico, como la toma de conciencia
suponen un compromiso con la acción que busque y provoque el cambio de aquella situación sociocultural” (Úcar, X. 2009: 12).
26
Desde este marco, componentes psicosocioculturales; tales como el capital social, las relaciones,
liderazgos, participación, empoderamiento en sus distintos niveles, son recursos claves que en su
interacción con otros recursos pueden propiciar circuitos virtuosos de desarrollo.
Tanto las instituciones y organizaciones como los agentes privados y público deben aprender a
interrelacionarse y avanzar en construir un proyecto común. (Marchioni, 2001). EL trabajo comunitario
sería entonces un proceso que busca la transformación de un territorio, la que puede ser de diversa
índole: social, económica, urbanística, entre otras.
Como equipos de trabajo de los programas sociales de las FHC, es necesario desarrollar también la
creatividad comunitaria, entendida como la capacidad de las personas para promover cambios que
deriven en la mejora de sus condiciones de vida a partir de la generación de nuevas y atractivas ideas. La
creatividad comunitaria o social nos remite a la innovación, a la inventiva, al descubrimiento, a la
originalidad, a la espontaneidad al pensamiento creativo, al trabajo colaborativo, a la flexibilidad, a la
generación de conocimiento, a la gestión del conflicto, al encuentro de soluciones compartidas para la
transformación positiva de la realidad. La creatividad comunitaria debe ser fomentada y cultivada a
partir del encuentro ciudadano, creando espacios y generando ambientes que motiven el trabajo
colaborativo en el marco de la vida cotidiana y de situaciones compartidas.
También creemos que podemos impulsar la generación de nuevas ideas, a través del compartir buenas
prácticas que distintos programas hayan desarrollado, relevando su validez ecológica, es decir los
elementos que posee cada territorio y su relación con el entorno que hacen posible replicar una práctica
orientada a un objetivo común.
Por otro lado debemos potenciar en los procesos de trabajo comunitario el desarrollo de ambientes de
confianza entre los actores, basado en la continuidad y responsabilidad, organizar una amplia y estable
red de personas y entidades comprometidas e involucradas, fomentar el protagonismo de los actores
locales con todas sus consecuencias, flexibilizar y adaptar las metodologías y desarrollar nuevos
instrumentos, fundamentar la acción colectiva en la implicación efectiva de los participantes, desarrollar
39
canales apropiados para encajar los elementos o aportes exógenos .
Paralelamente es necesario que como equipos de trabajo muchas veces interdisciplinarios revaloricemos
el pensamiento general, evitando la fragmentación que genera la especificidad típica de la sociedad del
conocimiento y de la información. La mirada interdisciplinaria es clave para entender la complejidad del
mundo y no admite explicaciones simplistas. La Interdisciplinariedad nos aporta una visión global e
integral para su mejor comprensión.
En resumen…
Si bien, existen diversos conceptos utilizados para denominar el Trabajo Comunitario, como: acción
comunitaria, desarrollo comunitario, intervención comunitaria, organización de la comunidad, entre
otros, se releva en su definición: como aquellos procesos organizativos que implican a los sujetos
39
Desarrollo local endógeno y trabajo comunitario. ( trayectorias organizacionales y empoderamiento comunitario: un análisis
integral” M. Bustamante 2003.
27
individuales y colectivos, concebidos estos como actores sociales, que muestran algún tipo de anclaje
relacional con el territorio y que toman conciencia y decisión en poder transformar y por lo tanto
mejorar sus condiciones de vida. Este tipo de iniciativas y experiencias a menudo se pueden desarrollar
en la medida que se constituyen alrededor de uno o varios proyectos de desarrollo y transformación
social, que pretenden implicar a cuantos actores sociales sea posible en un contexto concreto y
determinado (unidad inter barrial, barrio, pueblo, municipio, etc.).
Los objetivos en los que se fundamenta esta acción comunitaria pasan por poner en marcha y mantener
procesos en los que se implica un amplio abanico de aspectos sociales y personales. La intervención
social debe concebirse como un instrumento de potenciación personal y social de las poblaciones
destinatarias, puesto que los procesos de desarrollo social sólo pueden iniciarse, motivarse y llegar a
realizarse si se considera a la dinamización personal y social como condición fundamental (Barbero y
Cortés, 2005).
El fortalecimiento de la comunidad ha sido considerado como uno de los elementos relevantes para
alcanzar el desarrollo y la transformación de las comunidades que tiene la psicología comunitaria, es una
línea de trabajo que “centra la atención en la comunidad, en la organización de sus miembros y en su
desarrollo, insistiendo en la necesidad de la participación de las personas, en el apoyo a sus cualidades
positivas y en el fomento de sus capacidades, es decir, en el fortalecimiento de esos individuos y grupos
para que logren por sí mismos transformaciones positivas que mejoren su calidad de vida y su acceso a
bienes y servicios de la sociedad a la cual pertenecen” (Montero, M. 2003. 59)
En este sentido es importante desarrollar estrategias de relación que se hilvanen con enfoque
ascendente, también por la generación de estructuras fundamentadas de la confianza surgida de
procesos de confluencia e intervención conjunta. La construcción de redes de trabajo, basada en
objetivos compartidos y en la cohesión, que produce el hacer juntos es esencial, las redes que favorezcan
la autonomía y propicien descentralizar la acción; de lo contrario el individualismo y la descoordinación
suele llevar aparejado el escepticismo y el escaso compromiso de la población. Es por eso que los
dinamizadores deben hacer y favorecer la existencia de redes que se coordinen y comuniquen.
28
III.DIMENSIONES A CONSIDERAR EN NUESTRO TRABAJO COMUNITARIO
Una vez abordados y definidas algunas de las corrientes teóricas que encuadran el trabajo con las
personas y grupos de una determinada comunidad, a continuación pasaremos a describir aquellos
elementos que consideremos imprescindibles de comprender y activar en el transcurso de nuestro
trabajo de promoción del desarrollo psicosocial de personas y comunidades más vulnerables.
T RABAJO EN R ED
La comunidad, contiene las relaciones entre los sujetos que son parte de ella, es decir por redes sociales,
desde esta lógica “el proceso de integración social de los individuos es concebido esencialmente como
un navegar en un entramado de redes sociales, encontrando en éstas y gracias a éstas su lugar en la
sociedad, un trabajo, una vivienda, una familia, calidad de vida, satisfacción de necesidades,
oportunidades, protección, seguridad, apoyo, desarrollo psicosocial” (Martínez, V. 2006: 60 y 61).
La integración del Modelo de Redes en el trabajo que realizan las Fundaciones Hogar de Cristo, nutre el
Enfoque Comunitario, dado que aporta con los instrumentos propios con que cuenta el modelo para
desarrollar intervenciones planificadas en este aspecto. Por otro lado, la incorporación del trabajo con
las redes sociales está en total sintonía con los énfasis que releva Hogar de Cristo en su forma de hacer
las cosas, es decir, se corresponde con el eje transversal Fortalecimiento de Vínculos e Integración Social.
El concepto de red social refiere a un sistema de vínculos entre nodos orientados hacia el intercambio
de apoyo social. Esta conceptualización implica la existencia de cinco componentes básicos: Nodos,
vínculo, sistema de vínculos, intercambio y apoyo social (Martínez, V. 2006)
Nodos: elementos que se vinculan, pueden ser personas, actores sociales, grupos u
organizaciones (institucionales y comunitarias).
Vínculo: relación o lazo que se establece entre los nodos. Existe distinto tipo de relación,
parentesco, afectivo, otros roles (profesor, amigo)
Intercambio: refiere a lo que se produce en la relación entre los nodos, que puede
corresponder a la esfera de lo afectivo/emocional, material, financiero, social, simbólico, etc.
Apoyo social: que más que un componente se convierte en una función esencial de la red, la
cual se constituye por medio del intercambio, de este modo la red social es fundamental para
que los nodos o participantes de una red, puedan acceder al apoyo social. El apoyo social puede
ser de tipo apoyo emocional o afectivo; ayuda material y financiera; asistencia física;
información y contactos sociales positivos.
1.- Articulación intracomunitaria: donde la red relaciona a nodos que componen la esfera de lo
comunitario, pueden ser organizaciones territoriales (juntas de vecino, organizaciones de barrio, etc.) o
funcionales (centros de adulto mayor, grupos juveniles, etc.)
29
3.- Articulación institucional/comunitaria: la red relaciona a organizaciones institucionales con
organizaciones comunitarias.
Entre las redes sociales abiertas, se destaca la red local, ya sea Institucional o comunitaria. Estas redes se
cierran sobre un territorio dado que puede ser una comuna, un barrio, una población un conglomerado,
un sector, etc.
Red Local Comunitaria: es una red “natural” que surge en los espacios de vida de las personas, “está
compuesta de actores locales comunitarios (personas significativas en el sistema de apoyo comunitario)
y se moviliza básicamente en torno a tareas de detección, pre diagnóstico, apoyo expresivo e
instrumental, intervención en crisis y derivación de las familias con problemas a las organizaciones
susceptibles de aportar una solución especializada cuando la situación así lo requiera” (Martínez, V.
2006: 80). La detección con este tipo de redes es fundamental en la generación de estrategias
comunitarias, dado que constituyen “el principal sistema mediador de toda intervención que busque
impactar eficazmente en la comunidad” (Martínez, V. 2006: 80).
Red Local Institucional: en tipo de redes está conformada por organizaciones formales del territorio
(colegios, consultorios, jardines infantiles, iglesias, etc.) lo que condiciona la dinámica comunitaria en
aspectos relativos al ámbito de su servicio (salud, educación, recreación, seguridad, espiritualidad, etc.)
(Martínez, V. 2006).
La práctica de red constituye una secuencia programada de acciones, entre un equipo profesional y un
conjunto de actores sociales (institucionales o comunitarios o ambos) con el propósito de (Martínez, V.
2006):
1. Detectar redes sociales existentes en un territorio que tienen relación a una temática específica
3. Genera contextos favorables a la emergencia de nuevas redes sociales abiertas, que se conforman
como nuevas redes de apoyo a las familias vulnerables.
Primeramente y antes de pasar a la idea del Apoyo Social, es importante mencionar que la psicología
lleva mucho tiempo ocupándose de la naturaleza social de los procesos psicológicos, de tal forma que
cualquier área de trabajo de esta disciplina ha ido integrando en su devenir histórico los condicionantes
sociales como variables que inciden en el desarrollo de conocimiento. En este sentido, existe un amplio
consenso en postular que el desarrollo y el comportamiento humano no pueden entenderse al margen
de los entornos o contextos sociales en los que ocurren, por ello el reconocimiento de la naturaleza
social del ser humano, reconociendo que nacemos en grupos sociales, vivimos en ellos y terminamos
40
nuestro ciclo vital inmerso en dichos grupos.
Podemos decir que nuestro desarrollo social y personal depende, en buena parte, de la calidad de esos
grupos, o sea, de la forma en que la inclusión en los diversos entornos sociales ha ido abriendo
diferentes posibilidades de desarrollo a cada uno de nosotros y nosotras. En este sentido, se espera que
los entornos sociales por los que vamos pasando conforme crecemos, ofrezcan nuevas e inquietantes
posibilidades de desarrollo a lo largo de nuestras vidas.
40 2º Accésit 4 “El apoyo social de familias en situación de riesgo López verdugo, Isabel Documento” Abril año 2006
30
La participación en los grupos sociales, entre otras muchas funciones, previene el aislamiento, facilita la
supervivencia, permite compartir experiencias, ayuda a la definición de comportamientos y
compromisos mutuos, ofrece elementos de referencia y resistencia para el afrontamiento de las
experiencias por las que vamos pasando y, sobre todo, constituye un sistema en el que se fortalecen e
incrementan las capacidades personales de los seres humanos, promoviendo el alcance de cada uno de
los proyectos de vida. Todas estas interacciones sociales señaladas son posibles de orientarlas hacia una
relación de Apoyo Social específico.
A continuación haremos un breve repaso en torno a la conceptualización y función del Apoyo Social
41
(AS) cuya idea básica está basada en reforzar el sentido de valía y de ser querido/a que posee la
persona al percibirse a sí misma como miembro aceptado de un grupo social.
Gerard Caplan en el año 1974 apunta por primera vez a las funciones del AS, caracterizándolas por el
aporte a un individuo de “feedback, validación y dominio sobre su ambiente”. Por su parte Weiss 1974
señala específicamente cinco contribuciones del AS: Sentido de logro, integración social, aprendizaje,
afirmación de valía, sentido de una fiel alianza y orientación.
En 1976 Cobb señala que los beneficios del AS se derivan de la información que ofrece a los individuos
respecto a que son amados, estimados y valorados como miembros de un grupo social.
Por otra parte, House 1981 introdujo una definición más conductual u orientada a la acción del AS. En
este sentido, el AS se define como una transacción real entre dos o más personas en la que se da una
implicación emocional, una ayuda instrumental, información o valoración.
Más recientemente Shumaker y Brownell 1984 también enfatizan la acción, definiendo el AS como un
intercambio entre al menos dos individuos, con el objetivo, percibido por el proveedor o el receptor, de
incrementar el bienestar del receptor.
Vemos que las primeras definiciones apuntan más al objetivo de la integración, mientras que los
segundos enfatizan más el carácter de ayuda del AS. Uniendo ambos aspectos, Hobfoll y Stokes 1989
ofrecen una interpretación amplia e integradora del mismo, definiéndolo como “aquellas interacciones o
relaciones sociales que ofrecen a los individuos asistencia real o un sentimiento de conexión a una
persona o grupo en que se percibe como querida o amada”.
Adhiriéndonos al planteamiento de Hobfoll y Stokes podemos señalar que en definitiva, el AS incluye dos
aspectos:
- La conexión social y la
- Interacción de ayuda
Siguiendo a Caplan también se puede hablar de dos dimensiones del AS; la objetiva y la subjetiva o
aspectos más tangibles de AS versus aspectos más subjetivos del mismo. Los primeros recogerán
aspectos de instrumentalización (ayuda) del AS mientras que los segundos harán referencia a los
aspectos de expresión (afecto) del mismo.
Las investigaciones respecto del AS se han desarrollado a lo largo de tres principales perspectivas
teóricas:
1) La primera postula que el AS tiene efectos directos sobre la salud tanto física como mental de
las personas. Estos estudios se centran en los efectos que las relaciones sociales tienen sobre la
morbilidad y la mortalidad de las personas.
31
2) La segunda perspectiva postula que el AS reduce directamente el impacto de los eventos
estresantes que afectan a las personas, o sea el AS se relacionaría no con la salud en general
sino que con el ajuste a un evento “estresante” particular, es decir se ha estudiado la relación
que guarda el AS con la adaptación, tanto física como psicológica de la persona, ante ciertas
situaciones.
3) La tercera postula que el AS no influye directamente ni sobre la salud ni sobre los estresores
sino que lo que hace el AS es modular la relación entre ambos, concretamente, amortiguando el
impacto de los eventos estresantes sobre la salud de las personas.
Se define como grupos de apoyo a “los lazos establecidos entre individuos, o entre individuos y grupos,
que sirve para mejorar la competencia adaptativa a la hora de tratar crisis a corto plazo y transiciones
vitales, así como desafíos a largo plazo, tensiones y privaciones”.
42
El apoyo social por lo que respecta a su contenido, operaría en tres niveles:
- Cognitivo (se pretende ofrecer información a una persona receptora de apoyo con la intención de
corregir concepciones erróneas y clarificar dudas).
- Afectivo (proporcionando a la persona cercanía, ánimo y afecto positivo continuado ante sus
preocupaciones, miedos o conflictos sociales).
Las funciones del grupo son derivadas de la propia experiencia del grupo, destacando las siguientes:
Facilitan la adquisición de información y conocimientos; los grupos pasan a ser una fuente de
aprendizaje, es el primer paso para que la persona tome conciencia de su propia situación
Aporta una red de relaciones sociales, que muchas veces son difíciles de de conseguir de otra
forma para los miembros de un grupo, puesto que tienen algún problema o están a travesando
alguna crisis vital que puede no ser fácilmente comprendida por aquellas personas que no están
pasando por esa experiencia.
Facilita una oportunidad para la auto revelación; se fomenta que hablen entre sí, de sus
problemas, preocupaciones; y lo que es planteado como un problema personal pasa a
convertirse en una experiencia social.
Ofrecen oportunidad para aprender nuevas estrategias de afrontamiento, ayudando a tratar
más eficazmente su situación.
Proporcionan poder a sus miembros; en este sentido, la unión permite ejercer mayor presión a
la hora de plantear y defender sus derechos a través de las propuestas de transformación
social.
FORTALECIMIENTO DE L A COMUNIDAD
42 (Mansilla, F., Meyer, M., Pérez, D.E. y Vegas, M. (1993). Red Social y apoyo social en enfermos mentales sin hogar. En Terceras
Jornadas de Psicología de la Intervención Social. Colegio Oficial de Psicólogos-INSERSO, p.p.1333.)
32
entonces, transformar muchas cosas: el hábitat, el modo de vida, la concepción de sí mismos/as, en
tanto personas viviendo en una sociedad y formando parte de una comunidad.
Si revisamos literatura reciente en Psicología Comunitaria, encontraremos que hay una constante
preocupación relativa a la capacidad, necesidad y posibilidad de cumplir el objetivo de transformación
(Montero, 2008; Reich, Riemer, Prilleltensky & Montero, 2007; Smith, 2006). Tal preocupación muestra
la vigencia del objetivo, así como su dificultad y también la incertidumbre respecto de su real alcance.
Como ya lo hemos señalado en páginas de este documento, es fundamental, a la hora de perseguir una
transformación en una comunidad, esta se dé a través de la participación y el compromiso de los grupos
organizados y de las personas interesadas en el desarrollo de su comunidad. Otro aspecto importante
dentro de los procesos de transformación son las manifestaciones del poder, ya que el poder puede
ejercer su influencia tanto desde fuera de la comunidad y hacia ella, como generarla dentro de la misma
comunidad, manifestándose asimétricamente para generar formas de opresión y desigualdad (Montero,
2003a; Nelson & Prilleltensky, 2005; Prilleltensky, 2008; Serrano-García & López-Sánchez, 1994;
Zambrano, 2007) o constituyendo un aspecto fundamental en el fortalecimiento de la comunidad y en la
43
consecución de sus objetivos de transformación.
Una respuesta al problema del poder ha sido creada desde la Psicología Comunitaria por Serrano-García
y López-Sánchez (1994). Estos autores entienden que para hacer algo es necesario tener algún poder,
por lo cual, a partir de sus experiencias, reconceptualizan la noción de poder, definiéndolo desde una
perspectiva simétrica, en el sentido que en ambos polos de toda relación hay poder, solo que las formas
de esos poderes pueden ser diferentes, lo cual significa que pueden manifestarse en formas distintas de
competir por recursos desigualmente distribuidos. Esto nos lleva a considerar que tan importante como
usar el poder que se tiene y que se puede expresar en modos no esperados, es saber que eso puede
hacerse y que las personas que buscan ciertos recursos a los cuales tienen derecho, pero que les son
negados, necesitan desnaturalizar la concepción que los presenta como totalmente indefensos, débiles e
incapaces. Para luchar contra el poder opresor es necesario usar el poder liberador, que reconoce al otro
44
como igual, no como superior. Entonces, esta simetría en la diversidad pasa a ser un desafío constante
para los procesos de organización y fortalecimiento de las comunidades (Montero, 2003a, 2006a;
Zambrano, 2007; Zimmerman, 2000).
El Fortalecimiento
43
Fortalecimiento de la Ciudadanía y Transformación Social: Área de Encuentro entre la Psicología Política y la Psicología
Comunitaria Universidad Central de Venezuela; Maritza Montero
44
Fortalecimiento de la Ciudadanía y Transformación Social: Área de Encuentro entre la Psicología Política y la Psicología
Comunitaria Universidad Central de Venezuela; Maritza Montero
33
“Proceso mediante el cual los miembros de una comunidad o un grupo —miembros de grupos
organizados dentro de esa comunidad o personas interesadas en promover y lograr un cambio
respecto de alguna circunstancia que afecta a esa comunidad o grupo— desarrollan conjuntamente
capacidades y recursos para controlar su situación de vida (en un momento específico); actuando de
manera comprometida, consciente y crítica, para lograr la transformación de las condiciones que
juzgan negativas o que deben ser modificadas según sus necesidades y aspiraciones, transformándose
45
al mismo tiempo, a sí mismos. (Montero 2003) ”
En base a lo planteado anteriormente, es que creemos que es más representativo, para los objetivos que
se quieren desarrollar con la “Transversalización de Lo Comunitario” y todas sus implicancias, que
hablemos de Fortalecimiento de La Comunidad.
Por otra parte la experiencia desarrollada en función del fortalecimiento ha considerado ciertas
estrategias que se presentan unidas a determinadas actividades que les permiten ser implementadas; el
45
Teoría y Práctica de la Psicológía Comunitaria, la tensión entre comunidad y sociedad, Maritza Montero
46
Fortalecimiento de la Ciudadanía y Transformación Social: Área de Encuentro entre la Psicología Política y la Psicología
Comunitaria Universidad Central de Venezuela; Maritza Montero
47
Fortalecimiento de la Ciudadanía y Transformación Social: Área de Encuentro entre la Psicología Política y la Psicología
Comunitaria Universidad Central de Venezuela; Maritza Montero
48
Teoría y Práctica de la Psicológía Comunitaria, la tensión entre comunidad y sociedad, Maritza Montero
34
siguiente cuadro presenta de manera general esas estrategias y las actividades sobre las cuales se
apoyan para lograr el fortalecimiento. La enumeración de estrategias y actividades no supone una
equivalencia una a una. Las actividades señaladas en el lado derecho de la tabla deben estar presentes
durante todo el trabajo comunitario.
En este contexto, insistimos que la participación debe estar presente en todas estas estrategias y es el
pilar fundamental para las actividades mediante las cuales se llevan a cabo. Es la participación la que
permite evaluar con pertinencia, las necesidades y los recursos de una comunidad, tomar decisiones y
generar discusiones que tengan sentido para los propios miembros de esa comunidad.
49
Psicología comunitaria y políticas sociales, reflexiones y experiencias. Jaime Alfaro, Alipio Sánchez, Alba Zambrano, Paidós
tramas sociales N° 68 año 2012
35
CAPITAL SOCIAL
Al igual que otros constructos utilizados por las Ciencias Sociales tanto desde lo teórico como en la
intervención social, es posible encontrar diversas conceptualizaciones de Capital Social, para efecto de este
documento se distinguen dos dimensiones en las que se pueden alinear las distintas formas de abordar
dicho concepto. “La primera dimensión se refiere al capital social entendido como una capacidad especifica
de movilización de determinados recursos por parte de un grupo; la segunda se remite a la disponibilidad
de redes de relaciones sociales. En cuanto a la capacidad de movilización hay dos nociones especialmente
importantes, como son el liderazgo y su contrapartida, el empoderamiento” (Atria, R. 2003: 582).
Por tanto, por capital social se puede entender como: “la capacidad efectiva de movilizar productivamente
y en beneficio del conjunto, los recursos asociativos que radican en las distintas redes sociales a las que
tienen acceso los miembros del grupo en cuestión” (Atria, R. 2003: 583).
En el enfoque del capital social, es interesante destacar que se enfatiza la aplicabilidad de la confianza,
reciprocidad y cooperación, como componentes del capital social, para el desarrollo, y como recursos
asociativos relevantes para dimensionar el capital social de un grupo; “bajo el supuesto de que
potenciando estos elementos es posible incrementar la participación de los actores sociales en la
resolución de los problemas que les afectan” (Miranda, F y Monzó, E. 2003: 9). Entendiendo por
confianza “una actitud que permite la cesión voluntaria del control de recursos. Se refiere igualmente a
un aprendizaje social que se desarrolla a partir de experiencias positivas de reciprocidad y está basada en
expectativas mutuas de comportamiento” (Miranda, F y Monzó, E. 2003: 9). Por su parte, la reciprocidad
“surge de la necesidad de mantener un equilibrio entre lo que damos y lo que recibimos (…) podemos
definirla como un tipo de obligación social que emerge en el intercambio entre dos o más individuos o
grupos. Este término da cuenta de un intercambio de tipo relacional y no terminal” (Miranda, F y Monzó,
E. 2003: 10). Y finalmente, la cooperación refiere a “una acción colectiva orientada al logro de objetivos
comunes (…) Otro manera de definir la cooperación corresponde a "la manifestación práctica de arreglos
recíprocos para llevar adelante una acción que requiere del concurso organizado de individuos".
(Bahamondes, 2001, pp. 45)” (Miranda, F y Monzó, E. 2003: 10).
Las teorías de capital social, han aportado la inclusión de variables socioculturales en el análisis de
experiencias de desarrollo, específicamente respecto a la capacidad que tienen los emprendimientos
asociativos basados en la colaboración y confianza para el logro de las metas comunes (Durston 2002;
Roberts 2001). Siguiendo a Durston el capital social “hace referencia a normas, instituciones y
organizaciones que promueven la confianza y la cooperación, entre las personas, las comunidades y en la
sociedad en su conjunto”. Es a través de la repetición de situaciones de confianza, en el marco de las
relaciones englobadas en normas, instituciones y organizaciones, que la cooperación puede fomentarse.
Existen dos dimensiones o ejes para abordar la definición del concepto de capital social:
1) entendido este como una capacidad específica de movilización de determinados recursos por parte
de un grupo
36
Se puede observar una estrecha relación entre los conceptos de empoderamiento en el nivel
comunitario con el de capital social comunitario; ambos aluden a la relevancia de los recursos humanos
en la forma de redes asociativas que pueden brindar apoyo o colaborar en los propósitos de la
comunidad. Así la propiedad compartida de esta red permitiría tener acceso a otro tipo de recursos que
son de importancia para las personas en la medida que pueden aportar a mejorar las condiciones de
vida. Mientras el capital social pone el acento sobre los recursos que reporta esta red y los atributos
de la misma (confianza, reciprocidad, trabajo en torno a propósitos comunes), el Fortalecimiento, lo
pondría sobre el proceso de acceso a estos recursos y como ello implica obtener mayores grados de
autodeterminación.
Desde los enfoques estructurales de redes presentes en las teorías del capital social; se considera que los
vínculos existentes, concebidos como redes sociales en tanto fuentes de capital social, son uno de los
factores endógenos asociados a las experiencias de empoderamiento comunitario, aportando, además, a
la comprensión de las trayectorias de las organizaciones comunitarias desde un enfoque de interfaz
(García 2005).Este enfoque de interfaz destaca el análisis de las relaciones en la zona de intercambio
entre el capital social de la comunidad y otros sistemas (ej. Como el municipal), o sea la interfaz
corresponde a la “zona de intercambio entre dos o más sistemas” (Durston 2002). Este desarrolla una
tipología para describir los tipos de interacción entre capital social y los organismos públicos de la zona
de interfaz; esta tipología es un continuo que va desde:
e) La sinergia, se caracteriza por comunidades que gestionan sus propias estrategias, establecen
contratos con el Estado y otros organismos, gestionan sus propios recursos y los funcionarios públicos se
relacionan con ellos rindiéndole cuenta de sus servicios.
Una interfaz ideal demanda compromiso afectivo del agente externo con la comunidad (más que con
personas específicas), una acción que favorezca el empoderamiento mediante un intercambio
complementario y alta confianza. Adicionalmente debe existir una regulación de los conflictos.
Por tanto entendemos que el capital social hace referencia a las normas, instituciones y organizaciones
que promueven la confianza, la ayuda recíproca y la cooperación. El capital social; es una teoría unificada
de diversos elementos que plantea que las relaciones estables de confianza, reciprocidad y cooperación
pueden contribuir a tres tipos de beneficios: Reducir los costos de transacción, producir bienes públicos y
facilitar la constitución de organizaciones de gestión de base efectivas, de actores sociales y de
sociedades civiles saludables.
EL capital social reside en las relaciones sociales, y es apoyado por elementos simbólicos y valóricos en
todas las culturas. La materia prima o precursor sobre el cual puede emerger el capital social son las
relaciones de parentesco, vecindad e identidad que suelen servir de base para la confianza y la
cooperación y los sistemas simples de intercambios no mercantiles basados en el principio de
reciprocidad.
Como ya señalamos, lo recursos asociativos que importan para dimensionar el capital social de un grupo
o comunidad, son las relaciones de confianza, reciprocidad y cooperación, La confianza; es el resultado
de la interacción de interacciones con otras personas, que demuestran en la experiencia acumulada que
37
responderán con un acto de generosidad, alimentando un vínculo que combina la aceptación del riesgo
con un sentimiento de afectividad o identidad ampliada. La reciprocidad; se ha entendido como el
principio rector de una lógica de interacción ajena a la lógica de mercado, que involucra intercambios
basados en obsequios. La cooperación; es la acción complementaria orientada al logro de objetivos
compartidos de un emprendimiento común. Si bien en la literatura suele hacerse distinción de capital
social individual, entendido como el crédito acumulado por una persona en forma de reciprocidad difusa
que puede reclamar en momentos de necesidad, en este documento entenderemos capital social de
atributo colectivo (o comunitario) que involucra tanto la extensión y el entrecruzamiento de las
relaciones individuales de reciprocidad y confianza, como las normas e instituciones para la cooperación
en el seno de un grupo o comunidad (Durston, 2000)
P ARTICIPACIÓN
La participación de las comunidades está representada por el número de organizaciones en las cuales
participan sus habitantes y la forma como ejercen este derecho. Son los vínculos posibles entre Estado –
Sociedad Civil. Hoy, es necesario mirar la participación más como un proceso no solamente como
51
ejecución de proyectos. Los proyectos son actuaciones limitadas sobre la realidad, que tienen un
término y cuyo éxito se mide a través de indicadores de cambio muy parciales.
Si se quiere lograr autonomía es necesario trabajar sobre procesos, que permita mirar la transformación
de la realidad con base en la construcción de comunidades capaces de realizar proyectos de vida
comunitaria, consensuados y que den cuenta de las expectativas de futuro deseado por sus habitantes.
Donde todos los que quieran tomar parte puedan hacerlo, aportar para buscar el beneficio común.
Desde esta perspectiva, la planeación participativa se constituye en foro continuo, donde cada tarea irá
dando a paso a otras y a otros actores, permitiendo también la satisfacción del ser humano de formar
parte de algo, con alguien, donde su voz sea escuchada y cada uno como parte de un colectivo se vaya
construyendo como ser integro, capaz de resolver sus problemas y contribuir con sus acciones y
opiniones a la solución de los de los demás.
Cuando hablamos de participación dentro del ámbito de la intervención social, se está tratando sobre la
relación entre profesionales y personas atendidas o miembros de la comunidad, es decir se trata de la
participación de las personas en las acciones propuestas desde las instituciones de servicios a la
comunidad o de la participación en los grupos de trabajo que surgen de los procesos de acción
participativa. En la literatura consultada, poca reflexión-análisis se hace en la participación de las
personas en movimientos en los que no participen los profesionales. La participación en el ámbito de la
intervención social sobre todo asume la idea de “tomar parte de algo”, se refiere cuando las personas
forman parte de un proceso de transformación.
50
Modelo Técnico Centro Comunitario Hogar de Cristo 2012
51
FORERO PINEDA Clemente y otros. Planeación Participativa. Estrategia de Paz. Consejo Nacional de Planeación. Bogotá: Tercer
Mundo Editores. 1999.
38
Para definir más claramente los niveles de participación o falsas prácticas, referimos la llamada Escalera
52
de la Participación es una figura generada por Roger Hart que nos puede ayudar a determinar las
características de los diversos niveles o grados de participación que venimos impulsando en nuestro
trabajo con la población. Puede servirnos para determinar hasta qué punto estamos promoviendo
verdaderos procesos de participación, o si, en ocasiones, lo que generamos como agentes externos de
desarrollo es sólo una participación de carácter simbólica. Veamos las características de cada uno de los
niveles de la Escalera de la Participación:
Es la que se da cuando la población es utilizada para realizar acciones que no entienden y que responden
totalmente a intereses ajenos a los suyos. Un buen ejemplo de ello podemos verlo en las campañas
políticas que usan a la población llevando pancartas, sólo para recibir a cambio una prebenda.
Se realiza cuando se incorpora a la población sólo como un accesorio, es decir, para "decorar" o "animar"
determinada actividad. Un buen ejemplo podemos encontrarlo en eventos en los que se utiliza a la
población indígena, o a sectores muy pobres para "lucirlos" como beneficiarios de tal o cual programa, al
margen de la conciencia o voluntad real de la población. Asimismo, cuando en determinadas
publicaciones es incorporada sólo con fines decorativos o “folklóricos”
Es la que podemos apreciar cuando se realizan acciones donde la participación de la población es sólo
aparente. Un buen ejemplo de este tipo de participación se da en algunas "parlamentos infantiles",
donde los niños actúan con un lenguaje y madurez sorprendentes, sólo que, “entrenados” íntegramente
por adultos. "
En este nivel, aún se dispone de la población para que participe en una determinada actividad, sin
embargo se le informa en qué consiste la misma. Es, aunque todavía limitada, el primer nivel de
participación real. Un ejemplo es el que se da cuando llega una obra de infraestructura a la localidad y se
le encarga a la población un faena en la que aportarán su mano de obra. En ese caso, la población ha
sido asignada sin consulta, pero al menos está informada de lo que va a hacer.
52
Roger Hart, año 1998 “La Escalera de la Participación”
39
Escalón 5: Participación "con información y consulta"
Es el segundo nivel de participación real. En él, los agentes externos de desarrollo informan y consultan a
la población sobre su probable participación. En base a ello, la población decide. Por ejemplo, cuando los
maestros de una escuela deciden un paseo escolar y consultan con los niños si quieren ir y a dónde
podría ser.
Escalón 6: Participación "en ideas de agentes externos de desarrollo compartidas con la población"
La acción es pensada por agentes externos de desarrollo, pero es compartida con la población. Supone
que ellos se incorporan en pensar y aportar respecto a la acción a realizar. Este caso se daría, si en el
ejemplo anterior, los maestros consultaran y compartieran con los niños la planificación de las
actividades mismas del paseo.
La acción se gesta en la propia población y es ejecutada por ellos. No hay relación con agentes externos
de desarrollo. Un ejemplo de este nivel se da cuando un grupo de niños organiza un campeonato de
fulbito en su barrio, sin consulta alguna con adultos. Sin duda ellos son los protagonistas, sin embargo,
no cuentan con el aporte que podría brindar la experiencia o dominio técnico de los agentes externos de
desarrollo.
Escalón 8: Participación "en acciones pensadas por la propia población y que han sido compartidas con
agentes externos de desarrollo"
La acción es pensada por la población, pero a diferencia del escalón anterior, es compartida con agentes
externos de desarrollo. Tomando el ejemplo anterior, los niños organizan el campeonato y coordinan con
sus padres un apoyo al evento. Es el nivel superior que contempla la llamada Escalera de la Participación.
Es preciso enfatizar que el tipo de participación que aspiramos desarrollar en las personas de una
comunidad es aquella que incorporaría la toma de decisiones en el seno del grupo de trabajo,
conformado por agentes de trabajo externo y agentes internos. Para Maritza Montero (1996) la
participación supone los siguientes aspectos:
Los asuntos claves de la participación serían el trabajo conjunto en la reflexión y la acción en los
procesos comunitarios concretos. La toma de decisiones, punto fundamental para ver qué tipo de
participación se está promoviendo, debe ser emprendida en el seno del grupo comunitario y el
profesional debe servir como catalizador social del proceso
La participación y su objetivo (e indicador) debiera ser el grado en que a través de ella se tiene acceso al
poder y este se comparte dentro de un grupo social. La participación relevante remite al potenciamiento
y desarrollo de las personas, la participación se convierte en un proceso dinámico y dual de: a) toma de
conciencia de la situación o problemática existente y sus causas, así como de las condiciones y acciones
40
que pueden conducir a su superación; b) implicación activa en los cambios consiguientes, a partir de esa
toma de conciencia (A. Sánchez 1990).
Hoy en día hablar de género, de relaciones de género y de metas de igualdad, es hablar de Derechos
Humanos; por tanto, las propuestas de Intervención Social deben garantizar este derecho, si se pretende
alcanzar la equidad entre hombres y mujeres. Ello apunta además a la democratización de nuestra
sociedad, la ampliación de la ciudadanía y la búsqueda de Justicia Social.
Siguiendo esta línea, el Hogar de Cristo asume la importancia de incorporar la Perspectiva de Género, no
sólo como un eje de intervención social aislado, sino como una nueva mirada en la comprensión de la
pobreza, una mirada de género. En este sentido, la pobreza, razón de ser de la institución, no sólo es
posible entenderla desde el enfoque de exclusión y vulnerabilidad; a estos enfoques de trabajo es
posible añadir un componente de género, así, “el análisis de la pobreza desde una perspectiva de género
permite entender una serie de procesos comprendidos en este fenómeno, sus dinámicas y características
en determinados contextos, que explican que ciertos grupos, en función de su sexo, estén más expuestos
a sufrir la pobreza. De ahí la pertinencia, en términos conceptuales, metodológicos y políticos de abordar
53
el tema de la pobreza desde un enfoque de género” .
Incorporar el enfoque de género al análisis de la pobreza significa reconocer que existen diferencias y
desigualdades entre mujeres y hombres, determinadas por su sexo que condicionan situaciones de
pobreza y exclusión. Según el documento “Pobreza desde la perspectiva de género” (CEPAL 2004), la
pobreza no solo se entiende desde los ingresos o recursos sino que incluye una explicación sobre la
desigualdad en las relaciones de poder al interior de los hogares. En este sentido, la perspectiva de
género apunta además a una perspectiva multidimensional porque se consideran los múltiples papeles
que desempeñan los hombres y las mujeres en el hogar, en el mercado de trabajo y en la sociedad.
Siguiendo esta lógica, la desigualdad de género amplifica la desigualdad social, lleva a más pobreza,
menor escolaridad, menos salud, menos oportunidades, y por ende, más vulnerabilidad.
El concepto de Género:
Uno de los grandes aportes de los movimientos de mujeres y de los estudios feministas activos desde
mediados del siglo pasado es haber cuestionado la arbitrariedad de esa creencia milenaria.
Esta perspectiva ha quedado plasmada en el concepto de género, el que, aun cuando es objeto de un
debate abierto y acepta descripciones algo divergentes, puede definirse en términos generales como el
hecho de que las identidades imperantes de hombre y de mujer son creadas por las sociedades y no
responden a una naturaleza fija e intemporal. Género es el sistema de atribución social de identidades,
significados, poderes, funciones, expectativas y prestigios jerarquizados y excluyentes referidos al
cuerpo, al deseo y a la reproducción. El PNUD ha hecho suya esta perspectiva y define género como:
“Los atributos sociales y las oportunidades asociadas con el ser femenino y masculino y las relaciones
entre mujeres y hombres, niñas y niños, como también entre las mujeres y entre los hombres. Estos
53
CEPAL- Serie Mujer y Desarrollo N° 52. Entender la pobreza desde la perspectiva de género, Santiago de Chile (2004).
41
atributos, oportunidades y relaciones están construidos socialmente y son aprendidos a través de
procesos de socialización, y varían según el contexto social y temporal. El género determina lo que puede
esperarse, lo que es permitido y valorado en una mujer o un hombre en un contexto dado”
(PNUD 2001).
El concepto de género muestra además que lo que está en juego en las relaciones entre los sexos no son
sólo las identidades personales y los proyectos de vida de cada uno, sino la forma misma de organizar el
conjunto de la vida social. La definición de las relaciones entre hombres y mujeres no sólo refleja las
estructuras económicas, políticas y culturales de cada sociedad, sino que es una fuerza y un principio
básico de la formación de esas estructuras.
El sistema Sexo-Género.
En términos concretos, la palabra SEXO hace referencia a la descripción de la diferencia biológica entre
mujeres y hombres y no determina necesariamente los comportamientos. Por su parte, el concepto
GÉNERO designa lo que en cada sociedad se atribuye a cada uno de los sexos, es decir, se refiere a la
construcción social del hecho de ser mujer y hombre, a la interrelación entre ambos y las diferentes
relaciones de poder/subordinación en que estas interrelaciones se presentan. “Los sistemas Sexo-Género
son los conjuntos de prácticas, símbolos, representaciones, normas y valores sociales que las sociedades
elaboran a partir de las diferencias sexuales”.
Este sistema ha determinado tanto la posición social diferenciada para mujeres y hombres como las
relaciones desiguales entre ambos. El Sistema Sexo-Género históricamente ha generado una situación de
discriminación y marginación de las mujeres en los aspectos económicos, políticos, sociales y culturales,
así como en los ámbitos público y privado, estableciendo muy clara y diferenciadamente la intervención
de los hombres en la esfera productiva y de las mujeres en la reproductiva. Esta posición social
diferenciada se construye a partir de la asignación de papeles, espacios, características e identidades
diferentes para cada persona, en razón de su sexo biológico, lo que da como resultado una situación
diferenciada (en términos de derechos, valores, oportunidades) y un código complejo que organiza y
regula las relaciones entre los sexos. Por lo tanto, el análisis de género es usado para diferenciar:
SEXO GÉNERO
Hecho biológico/natural. Características biológicas que Hecho cultural/social. Características que la sociedad y
distinguen a mujeres y hombres. cultura atribuyen a cada sexo.
Macho/Hembra Mujer/Hombre
Femenino/Masculino
Universal Contextual, histórico.
Adquirido al nacer. Aprendido.
El género determina lo que es conveniente, adecuado y posible para hombres y mujeres en relación a
sus comportamientos y actitudes, papeles y actividades, y participación en los diferentes ámbitos
sociales: en el entorno familiar, en la educación, en el gobierno, en las actividades económicas, en la
distribución de los ingresos y de los recursos, y en las instituciones, para cada contexto socio-cultural
particular.
42
El Género es una relación.
Como hemos visto el género no se refiere a la identidad de la mujer o a la del hombre por separado; el
género es el sistema que rige las relaciones entre ambos. Tampoco alude sólo a sus relaciones de
intimidad o en el espacio doméstico, o a las rivalidades de poder entre ambos sexos a propósito de la
crianza de los hijos o de la distribución de las tareas domésticas.
El concepto de género abarca todas aquellas relaciones sociales organizadas a partir de una atribución de
desigualdad y jerarquía a las diferencias sexuales y a las identidades, los cuerpos y subjetividades que
surgen de esa atribución. Las definiciones sociales de género comparten su capacidad para organizar las
relaciones sociales con otras formas construidas de diferenciación social, como la clase, la raza, la etnia o
las generaciones.
43
S EGUNDA PARTE : O RIENTACIÓN M ETODOLÓGICA
Desde el enfoque comunitario se pueden derivar criterios generales de acción para diseñar, conducir,
hacer el seguimiento, evaluar, sistematizar y modelizar intervenciones comunitarias, que a continuación
se detallan en el siguiente cuadro.
Las acciones que se describen pueden ser desarrolladas tanto por los programas que ya poseen un
vínculo y trabajo de colaboración con actores y organizaciones de la comunidad en la cual se insertan,
como también por aquellos que aún no establecen un contacto más estrecho con su entorno, siendo
factible rescatar y adecuar aspectos pertinentes según el trabajo que se esté implementando en el
territorio:
44
Simetría En la medida de lo posible, en las intervenciones comunitarias el poder debe ser
compartido entre los interventores y los actores comunitarios. Se deben privilegiar las
relaciones de tipo sociográmico por sobre las organigrámicas.
Triangulación Dada la complejidad de los mundos comunitarios, los procesos de diseño, diagnóstico
inicial, implementación, gestión, seguimiento y evaluación deben ser construidos sobre la
base de triangulaciones rigurosas de fuentes, de datos, de actores, enfoques (cualitativo y
cuantitativo) técnicas y teorías.
Validez En un mundo comunitario dominado por la incertidumbre, definido como un espacio de
Ecológica construcción en que confluyen múltiples actores desde distintas posiciones situacionales y
de poder, con proyectos que no son necesariamente
convergentes, la validación de una intervención debe estar basada más bien en una lógica
de probabilidad que en una lógica de verificación empírica. Este tipo de validación opera en
un esquema de triangulación en el que las perspectivas de los actores comunitarios, los
habitantes del mundo “intervenido”, juegan un rol preponderante. En estricto rigor, los
criterios de eficacia e impacto de una intervención deben provenir principalmente del
contexto comunitario: son los propios actores, desde sus perspectivas propias, desde sus
posiciones situacionales los que en definitiva validan las intervenciones.
Evaluación Todas las intervenciones comunitarias deben ser diseñadas de tal manera que puedan ser
susceptibles de un seguimiento riguroso y de sistemas de evaluación de procesos,
resultados e impacto.
INTERVENCION PARTICIPATIVA
Las perspectivas participativas descansan bajo la definición de intervención social porque a partir de la
demanda de algún ente social sean estos grupos comunitarios, colectivos específicos, instituciones, es
que los profesionales, técnicos o voluntarios se proponen trabajar conjuntamente para buscar
54
soluciones a problemas sociales identificados .
Como se ha señalado en el marco teórico, es fundamental mirar nuestra acción social bajo el modelo
ecológico, en tanto las intervenciones bajo este prisma no deben estar enfocadas a partir de las
características de las personas, sino, a la relación entre ellas y las propiedades del entorno, ya que los
problemas o situaciones surgen precisamente de esta relación. Es por ello que es necesaria una
intervención adecuada para proporcionar las bases para que la comunidad sea capaz y autónoma en el
desarrollo de recursos, a través de procesos de trabajo en red, solidaria, voluntariado, de autoayuda y
organizada.
54
“La intervención social II: intervenciones participativas en M. Montenegro. “Conocimientos, agentes y articulaciones: una mirada
situada a la intervención social 2001 Barcelona”
45
La intervención con perspectiva comunitaria y ecológica debe primero estudiar-conocer cuidadosamente
cuáles son los factores presentes en los contextos sociales y culturales de la comunidad, y a partir de ahí
fomentar el uso de recursos y adaptación o transformación de las personas a través de procesos de
participación que los involucre activamente. Un elemento facilitador para que estos procesos lleguen a
puerto es el tipo de relación que se establece entre los equipos técnicos o agentes externos y la
comunidad con la que se trabaja, dado que esta relación es una que produce un cambio en el estado de
cosas.
El papel del interventor es el de compromiso social con las personas de las comunidades para colaborar
en la transformación. La urgencia de hacer algo frente a los problemas sociales profundos que produce la
sociedad actual, da como resultado una serie de modelos y posturas en las que el factor predominante
es la participación.
Los modelos participativos parten de la premisa que las personas de las comunidades deben estar
presentes activamente en todo el proceso de la intervención, que las decisiones sobre cuáles acciones
tomar deben ser en conjunto. Esto implica una fuerte crítica a la sociedad en cuanto a sus canales de
participación, distribución de recursos y relaciones de dominación y por otro lado una crítica a los
ámbitos académicos e institucionales donde los cuales no se había considerado la participación de las
personas afectadas en la solución de sus propios problemas, generando dependencia y anulando la
posibilidad de desarrollar las capacidades necesarias para avanzar en los procesos de superación e
inclusión.
Como ya hemos descrito, el enfoque comunitario es en el sistema comunidad conformado por personas,
organizaciones, donde cobra vida, es un mundo que ya existe, no es creado por la intervención. Esto
supone el desafío a la hora de intervenir, de acoplarse transitoriamente a un proceso social preexistente:
un encuentro que exige una vinculación entre “interventor e intervenido” que considere algunas
actitudes ineludibles en ese encuentro tales como: (V. Martínez)
• No invadir, teniendo una cuidadosa actitud horizontal, lo que implica esperar los tiempos de la
comunidad y sus “permisos” para entrar.
• Aprender, lo que supone primero escuchar, observar, estar, “gastar” el tiempo con ellos – ella para
empaparse de su dinámica, historia y contexto.
46
• Lo anterior da cuenta de una valorización de la comunidad: sus recursos, potencialidades, autonomía,
entre otros. La tendencia a desvalorizar a una comunidad centrándose en las carencias solo contribuye a
perpetuar condiciones negativas y que la propia comunidad este más centrada en aquellos aspectos
negativos de su existencia.
• Quienes llegan a la comunidad lo deben hacer asumiendo un casi total desconocimiento de las
vivencias subjetivas de las personas que la habitan, lo que nos platea el desafío de “entrar”
desprejuiciadamente. Cada uno de nosotros posee ideas preconcebidas de un lugar, comunidad, tipo de
persona, y si bien dichos prejuicios son imposibles de borrar, se considera saludable el hacerlos
conscientes y tener especial cuidado de no actuar en base a esas ideas, estando conscientes que en el
proceso de vinculación se irán descubriendo y aprehendiendo aquellas características subjetivas,
valóricas e históricas que nos permitirá comprender de manera más completa la realidad de la
comunidad. El logro de la actitud desprejuiciada está estrechamente ligado a la actitud de empatizar, lo
que implica un intento por conocer y comprender la vivencia subjetiva del otro.
• Finalmente parece vital el tener cuidado de no levantar falsas expectativas: la llegada del interventor,
genera en toda comunidad esperanzas, ideas que se traducen en la espera de algo. Quien llega a la
comunidad debe ser muy claro respecto a lo que hace y hará. Cualquier incumplimiento de lo
comprometido solo contribuirá a aumentar la desconfianza y desesperanza de la comunidad en otros y
ella misma” (Schmidt, J. 2007: 1 y 2).
Una de las metodologías que da cuenta de estos impulsos y procesos mencionados son la Educación
Popular de Paulo Freire quien propuso para iniciar cambios en la sociedad la alfabetización y la
concientización de las personas en situación de exclusión, lo cual viene a dar un giro en lo que se estaba
haciendo hasta entonces.
El método problematizador, este tiene como pilar básico la atención de las necesidades e intereses de las
personas excluidas. El modelo está basado en el diálogo, en la búsqueda y el enfrentamiento
permanente de las contradicciones de las personas en el proceso de aprendizaje.
Para conseguir el cambio el primer objetivo de la metodología es promover la conciencia de las personas
de manera que desarrollaran una visión crítica de la realidad en la cual se insertan. Es así como este
proceso moviliza a diseñar acciones para abordar las situaciones que les afectan, de ahí que se le
denomina un trabajo de liberación.
Otra manera de concretizar este tipo de estrategias participativas es la investigación acción participativa.
Se propone que en cada momento se está al mismo tiempo obteniendo conocimientos sobre la realidad
y actuando; por otra parte se asume que las personas participan en todas las fases de la investigación-
acción.
Algunos de los objetivos principales que se buscan a través de esta postura son: estimular las iniciativas
autogestionadas, crear nuevas formas de organización social, dinamizar la cultura local, fomentar la
47
creatividad, apoyar el liderazgo autónomo y enriquecer la experiencia y conocimiento de los animadores
o agentes comunitarios.
Fases de la IAP
- CONSTITUCIÓN DEL EQUIPO, contacto entre las personas las personas con las cuales se va a
trabajar (visitas, revisión de documentos de la comunidad, informantes clave, la idea es conocer
su historia y características socio demográficas)
- IDENTIFICACIÓN DE LAS NECESIDADES BÁSICAS, PROBLEMAS, CENTROS DE INTERÉS., acá se
trata de delimitar la situación y tener una primera aproximación. Es necesario investigar lo que
se debe conocer para poder actuar. Luego se define la problemática y se limita el campo de
estudio (SUBFASES: elaboración del diseño de investigación o detección de necesidades,
recopilación de la información para el diagnóstico, análisis e interpretación de los datos)
- DEVOLUCIÓN SISTEMÁTICA DE LA INFORMACIÓN, se debe difundir donde se está trabajando y
los resultados a través de diferentes medios.
55
“Perspectiva crítica y educación popular” federación Sartu, metodología Freiriana 2009, España.
56
“La intervención social II: “intervenciones participativas en M. Montenegro. Conocimientos, agentes y articulaciones: una mirada
situada a la intervención social” 2001 Barcelona.
48
- PLANIFICACIÓN DE LAS ACCIONES, se diseña un programa de acción acá se decide qué
problemática diagnosticada es posible y preferible abordar, de acuerdo a la importancia que le
otorguen las personas de la comunidad.
- AUTOGESTIÓN, a la última fase se le denomina autogestión, la cual consiste en que personas de
la comunidad satisfacen autónomamente necesidades sentidas a través de la identificación,
potenciación y obtención de recursos.
DIAGNOSTICO PARTICIPATIVO
Una condición básica para una efectiva participación en el proceso de diagnóstico es asegurar que todos
los/as participantes tengan la suficiente información acerca de los objetivos, la metodología y los
mecanismos de participación de cada uno de los involucrados.
Antes de profundizar los pasos del diagnóstico participativo, es interesante primero reflexionar y
analizar en torno a los niveles de participación real de los hombres, mujeres, niños, niñas, adolescentes,
jóvenes y adultos/as mayores en el trabajo desarrollado por cada uno de nuestros programas, para lo
cual la siguiente guía puede ser de utilidad para el ejercicio interno:
1-El diagnóstico
5-La implementación
PROCESO DE UN DIAGNÓSTICO:
Fases
I DIAGNÓSTICO DE LA COMUNIDAD
Etapa 1: evaluación preliminar
-Análisis de datos
-Revisión de archivos
-Mapeo (n° viviendas, áreas verdes, servicios)
-Construcción de instrumentos
-Aplicación de entrevistas
49
Etapa 2: Diagnóstico participativo
-Sensibilización
-Taller participativo
Cuadro 2
No sólo se hace para saber qué pasa, sino que se elabora con 2 propósitos bien definidos para orientar la
acción: para programar acciones concretas (proyectos, programas, prestaciones de servicios u otras) y
proporciona un cuadro de situación que sirva para formular las estrategias de actuación
Existen 2 etapas en el diagnóstico, Una es la que realiza de manera exclusiva el equipo de investigadores
y la segunda realizada de manera participativa, conjuntamente con la comunidad.
El segundo paso: se realiza el mapeo y lotización o “barrido de información”. Paralelo a esto se puede ir
construyendo el instrumento con el cual accederemos a los datos dando inicio al paso 3: la técnica que
se hace factible es la entrevista estructurada o semi-estructurada, con esto se quiere asegurar que a los
entrevistados se les haga las mismas preguntas y en el mismo orden. El contenido de las entrevista debe
contener diversas variables y sus indicadores son:
Datos socio demográfico: edad y sexo, composición del hogar y de la familia, estado civil, grupo étnico
predominante, ingresos económicos, ocupación, desempleo, religión, migración, tipos de vivienda,
condiciones de hacinamiento, situación de pobreza.
Salud: enfermedades frecuentes, centros de salud, acceso al centro de salud, nutrición infantil.
Recursos: organizaciones de bases internas y externas, personajes, instituciones, grupos de apoyo, flora,
fauna, medios disponibles para resolver los problemas y atender las necesidades detectadas.
50
Problemas: Estos se reconocen comparando la situación actual con la que podría o debiese ser. Los
problemas vienen a ser la diferencia entre lo que la comunidad tiene y lo que quisiera tener, no son las
carencias ni la falta de algo.
Necesidades: son las carencias que tiene la comunidad, suele estar asociado a los problemas.
El paso cuarto: Aplicación de la entrevista y para ello se debe determinar quiénes serán los entrevistados
Paso quinto: análisis de los datos obtenidos; “codificación cuantitativa” cuyo objetivo es cuantificar los
datos, de establecer las frecuencias y las comparaciones de frecuencia.
Esta primera fase culmina con un informe en el que se presenta un panorama cuantitativo y cualitativo
de la comunidad; deben ser presentados a la comunidad a fin de encontrar coincidencias con el estudio y
obtener alternativas de solución propuestas por la misma comunidad.
Etapa 2; es aquella que se da de manera participativa con los miembros de la comunidad; para ello se
inicia con una sensibilización de actores principales a ser invitados en la próxima actividad central de
taller.
Antes de iniciar las actividades y encuentros de trabajo se puede hacer un listado con todas aquellas
instancias formales y no formales que están presentes en el territorio, comuna o barrio y que nos
pudiesen colaborar o aliar. (ver cuadro 3)
Cuadro 3
Una vez identificados los participantes a convocar a través de diferentes medios visuales, puerta a
puerta, se desarrolla el taller en el que se presentan los problemas, necesidades y recursos que se
encontró en la etapa anterior. Primero se trabajan los problemas, utilizando la técnica del árbol de
problemas (esta técnica se desarrolla en el próximo subcapítulo), los pobladores deben referir si los
problemas concuerdan o si se deben añadir otros. Se pasa luego a la priorización de problemas y
necesidades, además de sus causas y efectos.
Esta etapa debe finalizar con la estructura de la matriz de identificación de problemas por ejemplo con el
siguiente formato:
Cuadro 4
51
En la etapa de diagnóstico participativo se puede hacer uso del Focus Group, en el caso que se trabaje
sólo con los líderes comunales o agentes claves puede aplicarse el análisis FODA, el que permite un
análisis integral
Se refiere a identificar y analizar las características de los actores sociales quienes conformarán los
diversos grupos de trabajo para los programas que surjan a propósito del diagnóstico de la comunidad,
estableciendo diferencias y semejanzas (intereses, formas de reaccionar, etc). La idea es poder analizar
las relaciones, diferencias estructurales, características propias del grupo y cruzamiento de sus intereses,
siendo conveniente adaptar el trabajo a desarrollar a estas. Los datos que podemos indagar en los
grupos son, la edad, grado de instrucción, tipo de participación, experiencia en programas anteriores,
qué rol o acciones tienen dentro de la comunidad.
Las técnicas de recolección de datos y análisis pueden ser: observación directa de los comportamientos
del grupo en distintos escenarios, entrevistas.
Esta etapa permitirá realizar un análisis profundo de las necesidades, problemas y recursos que el grupo,
fuente de trabajo presenta y con lo que aporta a la construcción del programa; se trabaja la
jerarquización y priorización de problemas y necesidades, identificando en ello los recursos que
presentan, se establece además la relación con los problemas propuestos por toda la comunidad en la
primera fase.
Esta fase es necesaria para establecer bajo qué criterios se seguirá con el trabajo considerando 10
elementos, los que deben ser desarrollados cuidadosamente para alcanzar los objetivos y metas
propuestas, estos son:
Plan
52
Cuadro 5
Cuadro 6
Se orienta a obtener la línea base del programa, esta resume información con la que el grupo cuenta
al inicio del programa, para ello deben establecerse algunos indicadores relacionados con el tema o
problema a trabajar. Si no se cuenta con la LB no se podrá medir los efectos y su impacto. Debe ser
cualitativa y cuantitativa.
Esta operativiza todas las fases anteriores, se implementan las sesiones ya planificadas en la fase 4,
durante esta debemos aplicar la matriz de monitoreo.
53
Fase 7, evaluación final
Esta pretende determinar sistemática y objetiva la relevancia, eficacia, eficiencia e impacto del
programa a la luz de sus objetivos. La evaluación consiste en la prueba de hipótesis (que se extiende
más allá del monitoreo), una verificación que el camino esté efectivamente mejorando las
condiciones de vida que se buscaban promover.
54
T ERCERA PARTE : C ONCLUSIONES A PARTIR DE LOS E JES TRANSVERSALES
Desarrollo de capacidades
Recordemos una vez más que el desarrollo de capacidades es el proceso a través del cual las personas,
individuos, comunidades y sociedades obtienen, fortalecen o mantienen las capacidades para establecer
y lograr sus propios objetivos de desarrollo a lo largo del tiempo.
Construir y desarrollar capacidad y por ende mayor fortalecimiento comunitario, orientando a las
comunidades al mejoramiento de sus condiciones de vida son procesos complejos, y requiere de planes
de trabajo sistemáticos y que incorporen a los/as participantes de los programas desde un inicio. La
capacidad comunitaria se basa en movimientos de abajo hacia arriba. De igual modo, trabajar con
comunidades requiere de un gran compromiso con los grupos más excluidos socialmente; requiere
57
también escuchar a la gente y tener actitudes respetuosas hacia sus valores y derechos.
Algunas de las estrategias desarrolladas en este documento son aquellas orientadas a formar redes
sociales, en base a la utilización de técnicas participativas. La renovación de las teorías de Freire sobre
educación popular para la liberación y la toma de conciencia sobre su situación por parte de los
educandos está ligada a los conceptos y acciones de fortalecimiento. Concentrarse en la capacidad de
resolución de problemas que tienen las comunidades es esencial para tener avances en el trabajo
participativo.
57
Rivera Miryam,Velásquez Tesania, Morote Roxanna. “Participación y fortalecimiento comunitario en un contexto post-terremoto
en Chimba, Perú”; Pontificia Universidad Católica del Perú año 2013
55
La utilización de nuevas técnicas y estrategias de comunicación es un instrumento poderoso para
fortalecer las organizaciones y grupos de la comunidad.
También es importante fortalecer capacidades individuales para que posteriormente sea posible llegar al
planteamiento del trabajo colectivo. Es fundamental plantear la actualización de diagnósticos que den
cuenta de los escenarios de cada uno de los barrios en los que nos insertamos de modo de reconocer
aquellas fuerzas vivas y aquello que requiere ser fortalecido a través del desarrollo de ciertas habilidades
58
organizativas.
Como ya lo hemos explicitado y desarrollado en capítulos anteriores, estimamos que los programas
sociales insertos en los determinados barrios se convierten en un recurso válido para impulsar la
activación de redes sociales entre los vecinos/as; o sea, es fundamental que como equipo de las FHC
hallemos y provoquemos expresiones de afecto y cuidados positivos entre y para aquellos que precisen
más cuidados; como también brindar información y orientación en la resolución de los problemas y el
apoyo material en caso que sea necesario. En este contexto promoveremos, bajo las orientaciones
brindadas conocer las redes sociales existentes, combinando lazos familiares, de amistad, de vecindario.
Así planteado sostenemos que muchas personas del barrio pueden ser potenciales apoyos naturales en
los procesos de desarrollo de las comunidades y de aquellos/as más frágiles.
En este sentido se hace hincapié en el apoyo social manifestado a través de las relaciones
interpersonales en las que se intercambia o se ofrecen varios tipos de ayuda (emocional, material o
instrumental) dando lugar a una sensación en el receptor de ser querido, valorado y respetado como
persona incrementando su bienestar.
Se observa que en temas de la red social y el universo relacional que la configura puede ser un elemento
transformador de la existencia de las personas y de su comunidad, a partir de posibilitar el ensayo de
nuevas experiencias vitales y de construcción de lo social.
Recordemos que la perspectiva ecológica y el enfoque de intervención con redes son fundamentales para
poder avanzar hacia la visión más operativa que tengamos de la comunidad, la cual no existe per se, sino
que es una realidad que se crea y recrea día a día a partir de potenciar el establecimiento de relaciones y
de espacios de encuentro, a partir de impulsar en el seno de las redes sociales procesos de reflexión y de
autoconciencia colectiva, procesos llamados a derivar en iniciativas y proyectos auto gestionados. Por
tanto estamos llamados a abrir las puertas de nuestros programas, hacia fuera.
Respecto al apoyo social de las redes sociales, recordemos las siguientes características que las que
59
definen:
- Expresiones de afecto y cuidados positivos, o apoyo socio emocional.
- Información y orientación en la resolución de los problemas, o apoyo instrumental.
- Apoyo material, a través del cual se da o se reciben bienes materiales.
Es importante tener siempre presente que los objetivos de la intervención con redes sociales son: La
creación de un contexto donde las redes sociales puedan emerger para permitir que los miembros de
una red puedan ayudarse a sí mismos para resolver los problemas comunes que les afectan utilizando
58
Rivera Miryam,Velásquez Tesania, Morote Roxanna. “Participación y fortalecimiento comunitario en un contexto post-terremoto
en Chimba, Perú”; Pontificia Universidad Católica del Perú año 2013
59
Rodríguez Álvarez María Dolores. “Redes Sociales: relaciones y vínculos conscientes”; Universidad Complutense de Madrid,
España 2012, Para optar al título de Máster en Trabajo Social Comunitario, Gestión y evaluación de Servicios Sociales.
56
sus propios recursos, nosotros como FHC somos un canal para mostrarles que estos si existen y que sólo
precisan ser movilizados y enfocados.
Por otra parte está centrado en el fortalecimiento de la democracia como forma de vida, la actuación en
derechos humanos, el reconocimiento de los sujetos como titulares de derechos que protagonizan su
propia historia y, consecuentemente, la construcción de una ciudadanía plena, esto vinculado a la
construcción de hombres y mujeres autónomos, que piensan y obran por sí mismos y se relacionan en la
tarea de construir un mundo más libre y más justo.
En tal sentido, nuestro rol debe orientarse a desarrollar la capacidad de superación de prácticas y
modelos instituidos -culturales, sociales, políticos y económicos- que vulneran los derechos y recuperar
aquellas acciones que posibiliten el desarrollo de mundos con condiciones que hagan posibles el
desarrollo de las potencialidades humanas.
Las estrategias de acción tienden a establecer consensos precisos, incluir dinámicas de equidad de
género, interpelar modelos patriarcales, circuitos de comunicación, formas de organización y ejercicios
del poder, elaborar diagnósticos sobre el estado de los derechos humanos en los propios territorios,
generar análisis críticos de contextos, actuar en consecuencia de esos análisis, reconocer y acompañar
conflictos en formas no violentas y buscar nuevas formas de relacionarse más solidarias y respetuosas.
Participación y Fortalecimiento
Dentro de todas las dimensiones que hemos desarrollado, el fortalecimiento tiene íntima vinculación con
el concepto y la práctica de la participación; a través de los procesos de acción intencionados con las
personas que participan en nuestros programas. El fortalecimiento en términos de la participación hace
referencia al proceso de fortalecimiento de las capacidades individuales y colectivas de los excluidos/as
para participar negociar e influir en las instituciones que afectan en su bienestar, vale decir, favorecer la
inclusión social para el ejercicio ciudadano de deberes y derechos.
Para identificar ese fortalecimiento de las capacidades individuales y colectivas de las poblaciones
excluidas, en proceso de inclusión, existen algunas aproximaciones tales como los grados de complejidad
de la participación , los cuales dan especial atención a las características de la población, a su ubicación
geográfica, al acceso a los servicios públicos, a su integración con otras comunidades, a la creación de
redes de organizaciones, a su autodeterminación y a su compromiso con el ideal de inclusión social.
57
actuando de manera comprometida, consiente y crítica, para lograr la transformación
60
de su entorno, según sus necesidades y aspiraciones, transformándose al mismo tiempo a sí mis-mos."
La participación de las comunidades en la toma de decisiones y las acciones que les afectan debe en todo
momento partir de la identificación de sus necesidades y recursos.es. La participación y el
fortalecimiento de lazos comunitarios son procesos claves para afrontar situaciones de crisis o
catástrofes. La participación, no es sólo la expresión de las necesidades, opiniones e ideas, sino que se
centra en el poder de las personas en la toma de decisiones. La participación debe contribuir a la
autovaloración y reflexión en torno a la vida cotidiana y a la posibilidad de crear y recrear nuevas formas
61
de vida y convivencia.
La participación es uno de los pilares para el cambio social. Ella presupone agentes y es un proceso
organizado, colectivo e incluyente que permite la transmisión de tradiciones y conocimientos, así como
el intercambio de ideas, deseos y necesidades. De esta forma, se pueden identificar aspectos
compartidos en la comunidad (preocupaciones y posibles soluciones) y desarrollar habilidades como el
autocontrol, la autogestión y el reconocimiento de capacidades individuales y colectivas. Es decir, la
participación cumple una función central en el fortalecimiento del vínculo social.
En términos de Montero (2010), el fortalecimiento es un proceso mediante el cual los miembros de una
comunidad se pueden organizar para promover y lograr un cambio respecto de alguna circunstancia que
les afecta. El fortalecimiento comunitario genera cambios en las dinámicas de poder para permitir la
participación de los sujetos en la comunidad en favor del desarrollo autónomo y sostenible (Montero,
2006). El fortalecimiento requiere diversas etapas: la toma de conciencia de las dinámicas del poder, el
desarrollo de habilidades para lograr un control razonable sobre la vida, el ejercicio del control sin dañar
a los demás y el apoyo para el empoderamiento de otros.
Entonces, mediante el fortalecimiento comunitario, las personas desarrollan sus capacidades y recursos
de manera conjunta para controlar y mejorar sus condiciones de vida. Esto se logra actuando de manera
comprometida, consciente y crítica, reconociendo necesidades y aspiraciones compartidas, así como
transformándose así mismo.
Espiritualidad en la acción
La realidad objetiva afirma que somos “Sujetos Políticos” que tenemos la obligación ética de ocuparnos
de establecer una convivencia armónica, garantía del reconocimiento de derechos-deberes-obligaciones
civiles, que posibiliten la satisfacción plena de nuestras necesidades básicas.
Estamos padeciendo una crisis de sentido y significado en todas las instituciones; indiferencia-
consumismo- ausencia de solidaridad-violencia.
En términos generales en nuestra formación, se nos enfatiza que una de las metas del proceso de ayuda
es lograr que el ser humano pueda mejorar su funcionamiento social y que pueda alcanzar un balance
entre las dimensiones físicas, emocionales y socioculturales; a lo que los teóricos se refieren como la
visión holística. Resulta interesante que por muchos años hemos dejado relegada la dimensión espiritual
del ser humano; aspecto vital y trascendental para encontrarle sentido a la vida y lograr la
autorrealización.
60
Montero, M. Introducción a la Psicología Comunitaria. Desarrollo, conceptos y procesos. Paidós. Buenos Aires. 2004.
61Krause, M. “Hacia una Redefinición del Concepto de Comunidad – Cuatro Ejes para una análisis crítico y una propuesta –“. En
Revista de Psicología, año/vol. X número 002. Universidad de Chile. Santiago. 2001.
58
Para Abraham Maslow, esta auto realización es una de las etapas más difíciles de alcanzar. Esta se logra
luego de satisfacer cinco necesidades básicas: las fisiológicas, las de seguridad y protección, las de amor y
pertenencia y las de trascendencia. Muchas de las personas más excluidas ni siquiera satisfacen las
62
primeras.
Creemos que el logro de estas necesidades básicas, aún las primeras no podrían llenarse si el ser humano
no maneja adecuadamente sus emociones, si no le busca sentido a la vida y si no fortalece su espíritu.
Debe ser nuestra responsabilidad estimular la introspección, la búsqueda sincera y honesta de las
debilidades, fortalezas y capacidades de las personas con las cuales trabajamos; que ellas le encuentren
sentido a la vida y reconozca el control que tienen sobre la persona que quieren ser y las metas que
quieren alcanzar. Podemos también acompañarlos y orientarlos a manejar efectivamente las tensiones
del diario vivir y manejar adecuadamente sus emociones para sentirse mejor con ellos/as mismos/as y
los que les rodean.
Esta tarea se vuelve más difícil aún si consideramos que el ser humano moderno trata de resolver su
frustración existencial mediante el consumismo exagerado, a la obtención de bienes materiales, el
despliegue incontrolable de la violencia; vive la vida deprisa, y resuelve sólo lo inmediato.
“Luego de un largo día son muchas las personas a las que solo les queda tiempo para dormir, si es que
pueden. Atrás queda el deseo de desarrollar genuinamente su potencial, de fomentar la justicia, de
contribuir a la humanidad. Tampoco queda mucho tiempo para reflexionar sobre lo que provoca dolor,
malestar o apatía, de cómo se trata al otro ser humano; ni siquiera cómo se tratan a sí mismos. Por otra
parte si dentro de otras cosas deseamos tener mayor entendimiento de las emociones y la conducta de
las personas con las cuales trabajamos, si deseamos fortalecer su dimensión espiritual, tenemos que
comenzar por nosotros/as. Debemos examinar honestamente nuestros propios valores espirituales y
nuestros prejuicios, y familiarizarnos con una gran variedad de creencias, prácticas, rituales y técnicas no
tradicionales. Debemos evaluar la forma de manejar nuestra vida, hacer un análisis reflexivo sobre los
63
patrones de conducta que hemos tomado prestados y que no nos han resultado efectivos.”
62
Conferencia sobre la importancia de la espiritualidad en la profesión del Trabajo Social. Zoraida Avilés Ruíz, Leida Rivera, año
2010
63
Ídem
59
C UARTA PARTE : A NEXOS DE O RIENTACIONES PRÁCTICAS
IDEAS DE BOLSILLO
Cómo resguardar la selección y/o formación de trabajadores con un perfil que contribuya a la
promoción.
Las características deseables que debe tener y desarrollar el o la profesional son las relacionadas con los
conocimientos, habilidades y actitudes, por ejemplo un/a Trabajadora Social, psicólogo con experiencia
de trabajo en programas o proyectos apuntados a la promoción social y de organizaciones de base.
También es necesario que la persona tenga una visión multifocal de su intervención, es decir, una
preocupación por el cumplimiento de las actividades y productos comprometidos y al mismo tiempo
cuidando que estos contribuyan y sean pertinentes a los objetivos propuestos por el programa en
términos de promover la participación, el involucramiento activo en los procesos de transformación y
desarrollo de redes de apoyo y autonomía de los/as participantes de los programas.
El técnico o profesional siempre debe desarrollar nuevas habilidades, no se requiere a una persona que
sólo ejecute lo encomendado sino que reflexione, proponga y adapte su labor a las características
propias de cada territorio en el que se desempeña; o sea el trabajo va más allá del cumplimiento de
metas del programa social, debe situar a estas dentro del contexto geográfico, cultural y social en el que
se inserta; por ello resulta fundamental que el o la profesional se inserte de manera respetuosa y
diagnostique el entorno de manera permanente, caracterice el territorio, identifique líderes y/o actores
claves, factores de riesgo, anime y apoye a las personas que asuman rol de líder tanto dentro de un
programa social, como fuera de este
Para que una persona pueda desarrollar competencia (saber hacer) en aquello que desempeña, debe
combinar conocimientos en torno a las técnicas y metodologías de trabajo participativo y de promoción,
habilidades y actitudes en el trato con sus compañeros/as de equipo, usuarios/as, voluntarios/as, redes,
etc. para que las competencias se manifiesten de manera adecuada.
Habilidades y competencias
60
colectivo, en complemento con la elaboración de planes de trabajo individual a partir de la visión
particular y repliegue de recursos personales de cada uno.
Habilidades sociales: trabajo en equipo, facilidad para establecer comunicación, orientación a la realidad
local, flexibilidad y adaptabilidad, ya que se necesita de líderes cercano a las personas, que favorezca el
dialogo, reflexión, análisis que impulse nuevas iniciativas creativas en pro del logro de los objetivos.
Actitudes: valor por el trabajo colectivo, por el trabajo comunitario, responsabilidad social, valor de la
participación y protagonismo de las personas a las cuales se orienta el programa y a la comunidad en que
se inserta. Entendiendo que nos podemos referir a un programa residencial, ambulatorio, domiciliario
siempre nos estaremos enfocando a una persona en particular que de alguna u otra manera puede
participar, resolver, decidir, sólo hay que escuchar, promover y generar las condiciones y motivación por
vincularse y unirse con otros/as.
Con relación a la característica destacada del trabajo en equipo, es fundamental que primero
comencemos a “mirarnos y analizarnos” en torno a qué tan participativos/as somos; preguntarnos
¿promovemos los espacios suficientes al interior de nuestros equipos para que todos/as podamos dar
nuestra opinión y participar en procesos de toma de decisiones importantes de nuestro quehacer como
equipo de trabajo?
Responder y darle sentido a estas interrogantes es vital ya que a partir de esta auto observación
podemos ver más nítidamente lo que estamos promoviendo efectivamente para provocar mayor
participación al interior de nuestros programas, así como también en torno al desarrollo de capacidades
y construcción de un mayor protagonismo y autonomía respecto de sus propias vidas.
Antes de proponer algunas ideas es necesario volver a mencionar que si bien nuestro trabajo está
focalizado directamente a los/as participantes de un programa, a partir de una mirada de este como
individuo con derechos, que es único y con una situación que requiere de apoyo específico y pertinente
para superarla; también estamos convencidos/as que debemos situarnos desde el enfoque ecológico el
que señala que el “ambiente” debe entenderse como una disposición seriada de estructuras donde cada
una está contenida en la siguiente, la relación establecida entre éstos es interdependiente, cualquier
alteración en uno de ellos afecta al resto; es decir, entendemos que así como existen los planes de
trabajo enfocados en aspectos más personales y específicos, complementariamente debemos construir
aquellos planes de trabajo enfocados a promover el entorno a través del trabajo colectivo, grupal; es
decir que impulse el dialogo, reunión y la organización entre los/as participantes directos del programa,
así como también en lo posible tender a dinamizar y promover su entorno (familia, vecinos, líderes)
procesos de aprendizaje que posteriormente pueden desarrollar sinergia para un trabajo autónomo de
colaboración y apoyo mutuo en base a necesidades e intereses comunes.
Es por este fundamento que dinamizar y operacionalizar los ejes transversales, principalmente de
fortalecimiento de vínculos e integración social y el de participación y fortalecimiento se vuelve
relevante en nuestra acción social.
61
También es necesario enfatizar que junto con cada uno/a de ustedes, todas las Líneas Temáticas
cumplirán un rol esencial en la definición del cómo se incorporará lo comunitario y en qué tipo de
programas en una primera instancia.
¿ Y en el planteamiento de OBJETIVOS?:
1. Los/as participante del programa asumen un rol protagónico en la resolución de sus problemas,
a través de su participación en actividades planificadas ya sea de manera colectiva e individual.
3. Los/as participantes fortalecidos se vinculan de manera autónoma y con objetivos claros a las
redes institucionales que hayan sido identificadas como pertinentes de acuerdo a su plan de
trabajo individual y/o colectivo. Promover la realización de un diagnóstico participativo de la
situación actual y las necesidades colectivas de los/as participantes del programa o de los/as
representantes del barrio con los que se esté trabajando, según programa.
4. Los equipos de cada programa social se proponen como objetivo y actividades, reconocer y
trabajar con los vecinos/as, líderes y organizaciones en base a sus planteamientos, necesidades
planes de acción identificados colectivamente en beneficio del mejoramiento de la calidad de
vida.
Recordemos que como equipo técnico vamos como un recurso técnico, como apoyo en la
planificación y realización de las tareas y las acciones que se irán generando a lo largo del proceso a
modo de procesos colectivos y formativos en la acción.
62
Técnicas sugeridas para desarrollar las actividades que nos permitirán
64
alcanzar los objetivos
FODA
El análisis de la información obtenida a través de esta técnica se centrará tanto en los contenidos
expresados por los protagonistas como en las estrategias que se pueden trazar a partir de esos
contenidos. De ahí el carácter prospectivo de FODA, lo que será de vital utilidad en la construcción de
escenarios de futuro sobre la participación ciudadana. A partir de los cuatro elementos que componen la
tabla de FODA, se intentará sintetizar para cada uno los cuatro tipos de estrategias para el futuro:
Estrategias de Mantenimiento: ligadas a las fortalezas. Consiste en reforzar y establecer los cauces
necesarios para mantener (y dentro de lo posible potenciar) aquellos factores internos de éxito.
64 Herramientas para el trabajo con las comunidades, primera edición junio 2007, federación internacional de sociedades de la
cruz roja y de la media luna roja.
63
Estrategias de Corrección: ligadas con las debilidades. Puesto que se trata de aspectos negativos
dependientes del propio grupo o colectivo necesarios de corregir a través de acciones tendientes a
resolver los hechos o las situaciones que los provocan.
Estrategias de Afrontamiento: ligadas a las amenazas. Hay que afrontar cuanto antes las cuestiones
desfavorables externas al actor, con el fin de neutralizar o eliminar sus efectos.
LLUVIA DE IDEAS
Es una técnica que consiste en generar una mayor cantidad de ideas en poco tiempo, que los/as
participantes piensen y aporten ideas creativas y espontáneas. Se puede aplicar durante las etapas de un
proyecto; por ejemplo para identificar problemas o temas de interés, para plantear ideas de solución,
planificación y evaluación. Por ejemplo frente a la pregunta “¿Qué actividades formativas son de su
interés para ser incorporadas en el plan de trabajo?”
Se utiliza para generar ideas innovadoras y organizativas de los/as participantes, que ellos/as compartan
una gran variedad de ideas, perspectivas y posibles soluciones, promover la interacción y la
participación.
Sólo se necesita que él o la facilitadora sean muy dinámicos, que no interrumpa las discusiones, que vaya
tomando nota en un papelógrafo, resumir y favorecer el proceso de priorización de las ideas surgidas y
promover la toma de acuerdos.
Consiste en reunirse con personas de un grupo o comunidad para compartir información acerca de una
situación, la cual se centre en un objetivo específico. Por ejemplo: “profundizar en las condiciones de
vivienda de las mujeres del barrio o del programa específico”. La idea es proponer y contribuir en la
generación de posibles proyectos orientados a variables detectadas y factibles de abordar con las redes
pertinentes y existentes.
Se utiliza para incentivar la participación a través de grupos, subgrupos o comisiones; para impulsar
ideas respecto de los contenidos que debiese contemplar la planificación, objetivos y metas de un
proyecto; para promover espacios para discutir sobre problemas específicos. También se convierte en
una buena instancia que permite sensibilizar a la comunidad y otras redes o actores presentes en el
territorio acerca de un tema o situación en particular.
Se necesita que él o la facilitadora dirija la discusión del grupo, ser “arbitro”, moderar el tiempo y las
dinámicas, incentivar la participación, colaboración y compromiso.
64
MAPA DE REDES
El mapa de redes es una forma gráfica que permite visualizar las redes presentes en un territorio,
comuna, población y que se les asocia a cierto tema concreto, identificando el tipo de relación que
existe entre ellas. Se puede decir que el mapa es la concreción operativa del trabajo de redes, en donde
se reconocen los actores, grupos u organizaciones y las relaciones entre ellos establecidas, para esto
primero es necesario:
Es muy importante contar previamente con un catastro actualizado que de cuenta de las diversas ofertas
presentes en el territorio, de modo de complementar el gráfico con aquellos organismos que no han
aparecido en la construcción colectiva y que resulta necesario de incorporar dada la temática que
aborda, la cual nos puede aportar.
64
ARBOL DE PROBLEMAS
Es una técnica que consiste en identificar las causas del problema, está basada en el principio de causa-
efecto, explicar un problema creando ramificaciones que permiten identificar sus causas y efectos
(consecuencias)
Primeramente se debe identificar el tema o problema que queremos trabajar, para ello se puede realizar
la técnica de la lluvia de ideas.
En una pizarra o papelógrafo se escribe el tema o problema que se abordará (lo cual vendría siendo el
tronco). En la parte inferior (raíces) se colocan las causas inmediatas que originan el problema, las que a
su vez pueden tener sus propias causas (ramificaciones de raíces). En la parte superior (ramas) se colocan
los hechos o situaciones que se consideran consecuencias o efectos inmediatos al problema, los que a su
vez pueden tener sub consecuencias (ramificaciones)
Para el proceso de búsqueda de soluciones podemos analizar las causas más inmediatas y evaluar cuáles,
cómo y con quiénes podemos iniciar acciones orientadas a mejorar la situación identificada como
problema.
Un ejercicio que permite avanzar hacia posibles soluciones, es convertir “en positivo” las causas lo que
nos permite visualizar más claramente aquellos objetivos que podemos alcanzar.
65
áreas de interés que colectivamente necesitan resolver. Es importante que siempre exista
registro de las acciones y acuerdos, también es necesario contar con registros audiovisuales en
la medida que los recursos lo permitan. Para la convocatoria de este tipo de actividades es
fundamental ser creativos/as y motivadores, instalando letreros atractivos en lugares
estratégicos, utilizando medios radiales locales, paneles informativos, puerta a puerta, etc. Una
técnica que permite la participación en el desarrollo de una asamblea, es el trabajo en
subgrupos de 4 a 8 personas los cuales tengan cada uno la función de definir las actividades,
gestión de recursos, tiempos de ejecución, etc. y luego plantearlo en plenario al resto de los
participantes y resolver en aquellas que más resultan de interés y prioritarias.
Los/as participantes potencian sus habilidades y capacidades psicosociales y organizativas las cuales
les permitan emprender nuevas acciones tendientes a mejorar las relaciones al interior y fuera del
programa que favorezcan su calidad de vida y de su entorno.
Promover y/o gestionar talleres temáticos que tiendan a que las personas y comunidad
desarrollen mayores habilidades y conocimientos en torno al liderazgo, comunicación efectiva,
gestión de recursos, trabajo en equipo, planificación y organización.
Los/as participantes fortalecidos se vinculan de manera autónoma a las redes sociales e institucionales
que hayan sido identificados como pertinentes de acuerdo a su plan de trabajo individual. Como
también; que las organizaciones de la comunidad se vinculan de manera autónoma a las redes
sociales e institucionales que hayan sido identificados como pertinentes de acuerdo a su plan de
acción comunitario.
Uno de los tantos objetivos que posee el promover estas prácticas colectivas y organizadas, es que se
cristalizan, dentro de otras cosas; las instituciones, agentes sociales, recursos que tiene el territorio y que
son posibles de optimizar y multiplicar en torno a aquellas situaciones posibles de abordar y mejorar.
También son oportunidades que permiten concienciar sobre el hecho que nuestra Fundación es una
institución más, un agente social más, o sea un recurso más de un determinado territorio.
66
Promover la realización de un diagnóstico participativo de la situación actual y las necesidades
colectivas de los participantes del programa o de los/as representantes del barrio con los que se esté
trabajando, según programa.
Los/as participantes imaginan y plantean soluciones posibles y factibles que ellos/as mismas
puedan abordar (puede utilizarse la técnica lluvia de ideas).
67
búsqueda o ejercicio de su derecho a ser incluidos, lo cual resulta de un desempeño de las personas en
su calidad de ciudadanos.
Promover acciones que insten a que las personas tengan conciencia de lo que cada una es y
puedan recobrar la confianza en sí mismos/as y en los demás; por ejemplo a través de la
ejecución de talleres de fortalecimiento personal y grupal en la cual las personas desarrollen
habilidades que les permitan una mayor seguridad en sí mismos.
Es necesario volver a enfatizar que la participación activa de las personas en los distintos ámbitos de la
vida facilita el desarrollo de sus habilidades; la confianza en sí mismos, la seguridad frente a
determinados hechos; lo que a su vez facilita el impulso e interés en relacionarse más directamente con
su entorno; ya sea compartiendo ideas, emprendiendo acciones tendientes a abordar situaciones que les
aquejan, aprender y tomar el valor de la organización y trabajo colectivo como un medio eficiente en la
consecución de aquello que se propongan.
En este proceso de desarrollo y aprendizaje en la acción con los otros y otras también vamos haciendo
consiente que los recursos de los cuales podemos disponer no sólo están dentro del propio programa
sino que también están allá afuera; por tanto, comenzamos a identificar las oportunidades y a probar las
mejores formas de relacionarnos con ellas en base a objetivos establecidos, este hecho va posibilitando
nuevos vínculos los cuales al fortalecerse van generando un trabajo en red, lo que promueve un mayor
acceso y colaboración con las oportunidades halladas en el entramado socio comunitario e institucional.
68
Es por ello que consideramos que promover y facilitar los espacios de participación es esencial puesto
que siempre va a motivar el desarrollo del fortalecimiento de las personas, sea este individual o
colectivo, convirtiéndose en un elemento que favorece un mayor y mejor trabajo en red, práctica que
nutre, potencia y desarrolla el capital social de los grupos y organizaciones.
Otro aspecto fundamental que ya hemos descrito en el apartado conceptual teórico y que revisaremos a
continuación, es la importancia de incorporar en nuestro quehacer la perspectiva de género, ya que
esta nos da las herramientas que favorecen la observación de la realidad desde otra óptica; pudiendo
percibir aquellos obstáculos con que se encuentra el proceso de desarrollo de la igualdad entre hombres
y mujeres en los distintos ámbitos sociales y por tanto comenzar a idear estrategias prácticas que
permitan superarlos en beneficio de alcanzar las mismas oportunidades de ejercer sus derechos como
ciudadanas y ciudadanos .
Manejando las cifras separadas de la situación social de hombres y mujeres del programa para
conocer los principales problemas que les afectan a unos y otras. Por ejemplo además de contar
con los diagnósticos individuales que tienden a orientar los planes de trabajo de cada uno/a,
también elaborar uno global de los participantes de programa e identificar cuántas mujeres y
cuántos hombres, cuántos de ellos y ellas viven solos, postrados, que trabajan o tienen algún
oficio o gusto-habilidad personal que pudiese ser potenciado y/o compartido por el resto,
cuántos/as mujeres y hombres trabajan los fines de semana, etc. Esta importante
caracterización e información nos orientará en la planificación de acciones comunitarias más
pertinentes
Ante un problema social siempre cabe preguntarse ¿Cómo este problema está afectando a los
hombres y mujeres?, ¿a quién perjudica más?, ¿cuáles son las causas de esas diferencias?, ¿son
evitables?
Reflexionando ¿cómo las estrategias de promoción de nuestro programa incluyen o no, más o
menos, a mujeres y hombres? ; ¿son convenientes y pertinentes los horarios y días en que
desarrollamos las actividades?, ¿Abordamos temas transversales de interés compartido según
sexo?.
Para evidenciar lo que estamos haciendo bien y no tanto es fundamental hacer la consulta y
conocer la apreciación que ellas y ellos tienen al respecto y en base a la pesquisa idear en
conjunto acciones que beneficie a mujeres y hombres.
En este sentido creemos que es justo construir nuevas formas de vincularnos a partir de las diferencias lo
que abrirá posibilidades de complementación, de búsqueda de alternativas a los roles estereotipados y
de relaciones con sentido de equidad entre hombres y mujeres; es decir, partiendo desde los intereses
de cada uno y una y en cómo estos de manera integrada tienden a ejecutar alguna actividad que los/as
participantes se hayan propuesto.
69
En la fase de planificación, la integración de la perspectiva de género significa ser explícito sobre las
diferentes necesidades y experiencias de hombres y mujeres, creando un espacio para todos los
beneficiarios/as, dando voz y visibilidad a las perspectivas de las mujeres, así como a las de los hombres,
y asegurando que el diseño esté basado en datos desagregados por sexo. Esto significa preguntar a
hombres y mujeres cuáles son los temas que ellos mismos identifican como más urgentes.
En la fase de implementación, significa estar seguro de que ambos, hombres y mujeres, niños y niñas,
están participando de igual manera en los procesos de toma de decisiones y son tratados con igual
respeto.
En la fase de monitoreo significa seguir la pista de los indicadores que miden los efectos diferenciales de
las intervenciones desagregados por género. Es decir, considerar cómo afectan a mujeres y hombres,
niños y niñas, de distinta manera las acciones desarrolladas.
En la fase de evaluación significa asegurarse de que: hombres y mujeres participen de la evaluación -sea
en la determinación de criterios o en la consideración de sus opiniones-; que la equidad de género sea
evaluada explícitamente; que en el equipo de evaluación exista balance de género y sensibilidad al
género.
Es muy importante rescatar los aprendizajes de todo el proceso de construcción del plan de trabajo, por
ello es que se debe diseñar un momento de análisis y discusión también participativa, en donde se ponga
sobre la mesa todos los elementos que los usuarios/as relevan de la experiencia vivida a modo de
evaluación de las dimensiones centrales:
Logro de objetivos
Nivel de satisfacción en el trabajo colectivo con los demás usuarios/as-comunidad
Nivel de satisfacción respecto a la relación establecida con las redes
Nivel de satisfacción respecto al rol asumido por el equipo profesional
Identificación de aspectos o áreas no resueltas aún y que pudiesen ser abordadas a través de
otra estrategias
Identificación de nuevas áreas de trabajo que pueden abordarse; replicando el ciclo
nuevamente. En esta situación debemos como equipo ir procurando “soltar” la frecuencia o
intensidad en el apoyo en las actividades planteadas e ir intensificando los planes de formación
que refuerce aquellas áreas más débiles en pro de una mayor autonomía de los /as
participantes.
70
BIBLIOGRAFÍA
Alfaro Jaime, Sanchez Alipio, Zambrano Alba. Psicología comunitaria y políticas sociales, reflexiones y
experiencias. Paidós tramas sociales N° 68 año 2012
Arriagada I. Breve guía para la aplicación del enfoque de capital social en los programas de pobreza.
Comisión Económica para América Latina y el Caribe Santiago de Chile, julio de 2006.
Atria R. Capital social: concepto, dimensiones y estrategias para su desarrollo. En Capital social y
reducción de la pobreza en América Latina y el Caribe: en busca de un nuevo paradigma. Comisión
Económica para América Latina y el Caribe y Universidad del Estado de Michigan. Santiago de Chile,
enero de 2003
Barbero J. y Cortés F. Trabajo Comunitario, organización y desarrollo social. Alianza Editorial. Madrid.
2005.
Centro de Investigación y Desarrollo de la Educación CIDE. Evaluación de los Centros de Atención Diurna
y salas Cunas del Hogar de Cristo. Santiago. 1997.
CEPAL- Serie Mujer y Desarrollo N° 52. Entender la pobreza desde la perspectiva de género, Santiago de
Chile (2004).
Conferencia sobre la importancia de la espiritualidad en la profesión del Trabajo Social. Zoraida Avilés
Ruíz, Leida Rivera, año 2010
Cortés, F. y LLobet, M. La acción comunitaria desde el Trabajo Social. En Úcar, X. y Llena, A. (coord.).
Miradas y diálogos en torno a la acción comunitaria. Barcelona, Graó. 2006.
Crespo, M. Guía de diseño de proyectos sociales comunitarios bajo el enfoque del marco lógico
(Conceptos esenciales y aplicaciones). Caracas, junio de 2009.
Federación internacional de sociedades de la cruz roja y de la media luna roja. Herramientas para el
trabajo con las comunidades, primera edición junio 2007
Federación Sartu,” Perspectiva crítica y educación popular”, metodología Freiriana 2009, España.
72
Fernández baca, Idaura, Cultura e interculturalidad, cosmovisión, interculturalidad y trabajo social,
(barrio de Mendoza, ponencia 2008).
FORERO PINEDA Clemente y otros. Planeación Participativa. Estrategia de Paz. Consejo Nacional de
Planeación. Bogotá: Tercer Mundo Editores. 1999.
Hogar de Cristo. Modelo Técnico Acogida Niños, Niñas y Adolescentes en situación de calle. Santiago.
2010.
Krause, M. “Hacia una Redefinición del Concepto de Comunidad – Cuatro Ejes para una análisis crítico y
una propuesta –“. En Revista de Psicología, año/vol. X número 002. Universidad de Chile. Santiago. 2001.
Miranda, F. y Monzó, E. División de Desarrollo Social. CEPAL. Serie Políticas Sociales N° 67 Capital social,
estrategias individuales y colectivas: el impacto de programas públicos en tres comunidades campesinas
de Chile. Santiago de Chile, mayo de 2003.
Montero, M. La comunidad como objeto y sujeto de la acción social. En Martín G,A (ed.) Psicología
comunitaria. Fundamentos y aplicaciones ed. síntesis Madrid pp.211-222, 1998.
Ocampo Marín, Trabajo Social intervención en complejos territorios, año 2005
Navarro, S. Redes Sociales y Construcción Comunitaria. Madrid, España 2004 Editorial CCS
Polaino -Loreate, A. (Dir.), Cabanyes, J. Del Pozo, A. Fundamentos de la Psicología de la personalidad. Ed.
Rialp, Madrid 2003.
Raczynski, Dagmar. Equidad, inversión social y pobreza. Innovar en cómo se concibe, diseña y gestiona
las políticas y los programas sociales. Año 2002
73
Rivera Miryam,Velásquez Tesania, Morote Roxanna. “Participación y fortalecimiento comunitario en un
contexto post-terremoto en Chimba, Perú”; Pontificia Universidad Católica del Perú año 2013
Rodríguez Álvarez María Dolores. “Redes Sociales: relaciones y vínculos conscientes”; Universidad
Complutense de Madrid, España 2012, Para optar al título de Máster en Trabajo Social Comunitario,
Gestión y evaluación de Servicios Sociales.
Rozas, Pagaza Margarita, “Una perspectiva teórica metodológica de la intervención en Trabajo Social,
Editorial espacio 2005
Úcar, X. La comunidad como elección: teoría y práctica de la acción comunitaria. Barcelona. 2009
Villalba Quezada, Cristina. Redes Sociales: Un concepto con importantes implicaciones en la intervención
comunitaria. Intervención Psicosocial, Vol.I, año 1993
WEBGRAFÍA
Castillo R. Cada vez más lejos de lo comunitario en el trabajo con personas excluidas. Un análisis de los
caminos que siembran esta tendencia. 2008. En http://www.eduso.net/res/?b=10&c=91&n=239
Merino M. Desarrollo comunitario, inclusión de las comunidades marginadas en América Latina. s/a. En
www.comunitarismo.info/merino.doc
Parra, M. “La Psicología Comunitaria en América Latina”. En Revista Electrónica de Psicología Social
“Poiésis” FUNLAM. Nº 15 - Junio de 2008. En http://www.funlam.edu.co/poiesis
Schmidt, J. “De los Ideales a las Realidades, Reflexiones sobre Investigación Social y Acción
Comunitaria”. 2007. En http://www.ongvinculos.cl/doc_trab/schmidt/accion.pdf
74